Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017 | La Razón
SILVIO, obra que el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín obsequió al músico con motivo de su 40 aniversario.
Figura desde hace 50 años
El trovador que musicalizó la historia reciente de Hispanoamérica EMBLEMA de la Nueva Trova, Silvio Rodríguez, es una de las voces más influyentes en la música en español, por sus letras, cargadas de emoción y honestidad. Pero al mismo tiempo el artista nacido en San Antonio de los Baños, Cuba, abrazó el régimen totalitario de Fidel Castro y se convirtió en uno de sus más férreos ideólogos. Incluso fue diputado por la Asamblea Nacional en 1977 y justificó la pérdida de libertades en la isla.
Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
02
La Razón | Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017
Su anticarisma es parte de su sello personal
3 95
1
A LOS 7 AÑOS de edad su padre lo inscribe en el Conservatorio La Milagrosa.
1 9 59
SE ALISTA en las Juventudes Socialistas de San Antonio de los Baños tras el estallido de la Revolución.
196 1
REALIZA labores de alfabetización en la sierra; se intoxica con una planta venenosa y sufre quemaduras de segundo grado.
EDAD: 7 70 años PROFESIÓN: Músico Sus canciones han sido traducidas a 12 idiomas
SU GENIALIDAD en la música, su gracia melódica y la rareza de sus composiciones lo han hecho trascender, explica a La Razón el especialista Ernesto Márquez; “no es un gran cantor”, reconoce el investigador
196 2
COMPONE su primera canción “El rock de los fantasmas” mientras jugaba en su trabajo como dibujante.
8 196
SILVIO RODRIGUEZ
El “niño mimado” de la Nueva Canción ispanoamericana en PARTICIPA Ae n el Festival de la Canción Protesta, evento internacional organizado por la Casa de las Américas.
1974
COMIENZA los preparativos de su primer disco, que saldría al año siguiente: Días y flores.
1972
OFRECE SU PRIMER concierto en el extranjero al participar en el III Festival de la Canción Política en Berlín, Alemania.
EL AUTOR de “Mi unicornio azul”, en los inicios de su carrera, en los setenta.
1976
Por Martha Cotoret >
portante, y con la letra construyes un mundo interior que te puede servir para el exterior. Ésa es su fortuna”. En el prólogo del libro Silvio Rodríguez. l “niño mimado por la fortuna”. Unicornio y otras canciones, publicado en Así define Ernesto Márquez, 1994, Mario Benedetti describía su voz: “no es periodista mexicano especiacálida ni grave ni particularmente seductora, lizado en cultura popular, a sino más bien aguda, de un timbre casi metáSilvio Rodríguez. Lo considera lico y sin embargo frágil. Al escucharlo, uno privilegiado por su genialidad llega a temer que en cualquier momento se en la música, su gracia melódica y la rareza de le quiebre, y ese riesgo también forma parte sus composiciones. de su extraño atractivo”. “Sabe cómo construir una canción a través “Silvio comenzó siendo un tipo agradable de la música, tiene una gracia para la melodía en escena, simpático, asequible, pero en la que no es común y por eso es que sus canq medida que iba avanzando y que su fama fue cciones, aun cuando sus letras sean bizarras siendo mayor se volvió una personalidad reo surrealistas, como él mismo las califica”, traída, oculta, agresiva en la escena. A mí me ttrascienden, explica el experto en entrevista ha tocado, en el Carlos Marx, en La Habana, y para La Razón. p en el Auditorio Nacional de México, escucharUn análisis que coincide con el de Néstor lo como es impertinente y como trata mal al JJosé León, analista literario y musical de la público a veces. No obstante, la obra de Silvio, quien recalca que o “Tiene una voz gente lo sigue”, dice Márquez. dicha compleja poética muchas d como la de Bob Su anticarisma es parte de su seveces representa un obstáculo v Dylan, que te llo personal, defendía Benedetti en para comprender el mensaje en p molesta el oído. su texto: “Quizás el secreto resida ssu totalidad la primera vez que Sin embargo, las en que siempre transmite una gran sse escucha un tema. canciones son sinceridad, una honestidad a toda Cuando le preguntan a Silvio tan bien logradas, prueba, un no aparentar lo que no ssobre cuáles son los autores que tan bien hechas, es, y esa actitud, a la que el público más lo han influenciado, la lista m que olvidas ese accede sin intermediarios, significa iincluye a los siguientes: Pablo detalle, que es una bocanada de aire fresco en un Neruda, César Vallejo, Jorge Luis N importante”. ámbito, como el del espectáculo, Borges, Guillén, Walt Whitman, B por lo común tan especulativo Edgar Allan Poe y Federico GarE como artificial”. ccía Lorca, entre otros. La influencia de Rodríguez en la Nueva Sobre Vallejo, Silvio expresó: “La poesía Trova no está en discusión. “Cofundador, de Vallejo es una de las lecturas que más me d con Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feha impactado. A veces uno lee cosas buenas h liú, Eduardo Ramos, Sergio Vitier, Silvio Roy disfruta o se impresiona. Pero leer a Valledríguez ha aportado su indudable prestigio jjo es estremecerse, es vivir una experiencia a un movimiento que revitalizó la canción dramática”. d cubana y la catapultó al plano internacional. Pero esa influencia “no se nota o se nota No obstante, aun dentro de un núcleo tan fereentre líneas porque él lo recicla y lo convierte mental, con el que siempre se sintió identifieen su propia voz. Todos tienen influencia de cado, Silvio es de un talante inconfundible”, aalguien atrás. Él lee mucho y de repente se le decía Benedetti sobre el trovador, en su texto. quedan emociones, ideas, sintaxis que usa en q Como compositor ha tocado a muchos, ssus composiciones”, analiza Márquez. asevera Márquez. “Me tocó presenciar la Márquez reconoce que Silvio no es un gran amistad tremenda con Michel Alejandro, Raccantor: “Tiene una voz como la de Bob Dylan, fael Mendoza. No los veo como herederos de q que te molesta en el oído. Sin embargo, las Silvio, pero sí como alguien que les provocó ccanciones son también logradas, tan bien algo, que los marcó”, concluye. hechas, que olvidas ese detalle, que es imh martha.cotoret@razon.com.mx
E
tiente omba alistas mo c n A co nternacio r T S I i as AL ticipa SE brigad para par ngola. s as la de A en cuban rra Civil e a Gu en l
1977 ASUME su primer cargo político como diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
VIAJA por primera vez a Estados Unidos, donde actúa junto a Pete Seeger.
10 20
RECIBE un doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad Veracruzana.
199 9
Silvio Rodríguez ha escrito más de 500 canciones, grabado 20 discos individuales y fue considerado Artista UNESCO por la Paz en 1997.
199 3
Los pasos de un trovador
ES ELEGIDO junto con Ernesto Lecuona como mejor compositor cubano del siglo XX.
Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
03
Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017 | La Razón
¿Canción protesta o pospuesta? Por Alejandro Armengol*
L
“Silvio representó una pequeña posibilidad contestataria dentro del sistema, y más importante, de individualidad creadora”
Paradójicamente, y sobre todo a más, en las composiciones de los músipartir de que logró el amparo de ciertas cos anteriores a la Nueva Trova enconinstituciones culturales del gobierno, tramos una denuncia más seria y más el movimiento comenzó a incorporar generalizada (más internacionalista), factores ajenos al quehacer musical que en cualquiera de las canciones de cubano. Se formó entonces una curio- Silvio y sus seguidores. sa amalgama que se extendió con fuerMusicalmente hablando son tamza durante la década del 70: elementos bién superiores, más avanzadas y del cancionero y el folclor de Chile, Ar- complejas, carentes de esos arreglos gentina y Uruguay se unieron a la nova efectistas que tratan de esconder el cançó catalana, los ritmos brasileños y analfabetismo a la hora de concebir la canción de protesta norteamericana un acorde medianamente complejo o y el cancionero francés. la falta de intuición rítmica. Silvio es Instrumentos ajenos a nuestra tra- el autor de una melodía única que se dición (como la quena y el tambor) repite en letras variadas. aparecieron en los grupos musicales, Ya Ignacio Piñeiro, que nació dumientras se desechó la batería, y a rante la colonia, escribía en esa época veces hasta las pailas. Al mismo tiem- décimas que luego pudieron haber po se bautizó al movimiento como sido incluidas en la llamada canción Nueva Trova: una vuelta al tradicio- de protesta: “Alto, ¿quién va? La guenalismo en la canción, que dejaba a un rrilla. Muchachos machete en mano”. lado los avances del bolero; un regreso Lorenzo Hierrezuelo compuso por los al campo y a la provincia para negar la años treinta un son titulado “Caña ciudad (fuente de pecado); un aban- Quemá”, donde denunciaba la política dono del solar habanero en favor de de buena vecindad del presidente Roolas trincheras y los campamentos de sevelt: “Qué le pasa al buen vecino que trabajo voluntario. Si algo caracterizó me compra poca caña; pobre el guajiro a la Nueva Trova fue su carácter re- Quirino si ese amigo nos engaña”. Es accionario —musical y políticamente más, en “Cañero No. 15”, que interprehablando— y Silvio fue en buena parte tó con Francisco Repilado, habla en responsable de ello. patois, el lenguaje de los cortadores de Las letras de Silvio son propias de la caña haitianos, que constituían la clase época que le tocó vivir sólo si las anali- social con el nivel de vida más bajo a lo zamos como ejemplos de autocensura. largo de la colonia y la república. El carácter contestatario y de denunEn “Aquí como Allá”, un son afro de cia que se encontraba en sus primeras Arsenio Rodríguez, la letra comienza canciones pronto cedió a un lenguaje con este lamento: “Ay Dios, Ay Dios. En poético rebuscado y metafórico, en África, en el Brasil, igual Cuba como en muchos casos abierto a las sugerencias, Haití, igual al sur que en Nueva York, pero apartado de los planteamientos el negro canta su dolor. Ay Dios, Ay explícitos, indispensables para hablar Dios”. ¿Hay una muestra mejor de inde una verdadera canción de protesta. ternacionalismo? Solo que fue escrita Una de las mayores traiciones de Silvio a mediados de la década del cuarenfue apostar al futuro y posponer para ta. De hecho, fue Arsenio Rodríguez un tiempo indefinido las metas esen- quien primero adaptó los versos de ciales de vida. Mientras los jóvenes en José Martí al estilo de la mundialmente todo el mundo gritaban Now is the time, célebre “Guantanamera”. En una de las él nos decía: “Te convido a creerme composiciones que Rodríguez escricuando digo futuro”. bió entre los años 1946 y 1950, “Canta Su posterior consagración y po- Montero”, aparecen ya los versos marpularidad en Latinoamérica y España tianos: “Tiene el leopardo un abrigo en ocultó la raíz elitista que siempre lo ha su monte seco y pardo. Yo tengo más caracterizado, tanto a él como al Movi- que el leopardo, porque tengo un buen miento. Para protestar, el músico po- amigo”. pular cubano nunca necesitó ponerse Entre los años 1943 y 1945, Cascarisolemne: lo hizo con gracia, con ritmo ta cantó con Julio Cuevas y su orquesy sin dejar de bailar. ta, una guaracha de Cuevas, donde El elemento de protesta y denuncia denunciaba el acaparamiento de la está presente en todo el repertorio bai- jama, en una letra que no tiene desperlable, desde hace muchos años, y a nin- dicio, y ciertamente mucha actualidad gún creador se le ocurrió nunca creerse luego del primero de enero de 1959: el Zolá del son o el Sartre del chacha- “Ahora dicen acaparando, la verdad es chá. En este sentido, el aporte de Silvio que están faltando, muchas cosas pa’ no sólo es nulo, sino reaccionario. Es comer”.
Foto>Especial
a canción de protesta en Cuba reflejó en la figura de Silvio Rodríguez la influencia de Bob Dylan, del juglar con guitarra que interpretaba textos poéticos lanzados contra los cánones y patrones establecidos en la sociedad. En su caso, los textos que alcanzaron un carácter de denuncia fueron pocos. Debe reconocérsele que en aquel entonces escribir sólo uno de ellos significó coraje y valentía, pero cuando se considera su carrera artística el mito del cantante trasciende en mucho el valor musical o poético de sus obras.
SILVIO RODRÍGUEZ, delante de una imagen de Ernesto Guevara, en foto de archivo.
“Las letras de Silvio son propias de la época que le tocó vivir sólo si las analizamos como ejemplos de autocensura”
En todos estos ejemplos, los contrastes entre melodía, ritmo y letra son mucho más creativos que en los rasgueos monocordes de Silvio y sus metáforas forzadas. Silvio representó una pequeña posibilidad contestataria dentro del sistema, y lo que es más importante, de individualidad creadora. Más que un rebelde y un verdadero creador, siempre ha sido un débil. Alfredo Guevara, que siempre fue un malvado inteligente, se dio cuenta de ello. Haydée Santamaría, que era una mujer bruta, insensible y pueblerina, debió encontrar algo atractivo en ampararlo: quizá una forma de reafirmar su poder o un nuevo intento de compensar su incultura. No se puede negar que supo pagar sus cuentas: a los funcionarios, con obediencia; a su público con un puñado de composiciones agradables. Cabe la posibilidad de que conserve tres o cuatro canciones ejemplares, debidamente resguardadas para cuando llegue el momento. Ello es suficiente para mandatarios y oyentes, para tener el oficio de músico, para ser famoso. No para ser admirado como ejemplo de músico rebelde. La canción cubana que expresa rebeldía contra los males del país nunca necesitó etiquetas. Para encontrarla basta recorrer el cancionero nacional. Jamás buscó una justificación más allá de su valor sonoro y mucho menos etiquetas.
* Editor de la revista CubaEncuentro, de donde se tomó este texto.
Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
04
La Razón | Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017
En el sol de una noche Por Rubén Cortés
S
ilvio Rodríguez estaba sentado en el portal de su casa, en su sillón preferido, uno de mimbre que había comprado en Nicaragua. Bebía un vaso de Pampero Aniversario, un ron añejo con sabor a madera, de color dorado rojizo, casi caoba, que solía traer de Venezuela. Lo degustaba en calma, con la vista puesta sobre su perra Momo, que tomaba el sol, panza arriba en el jardín. Después de unos momentos, habló en un susurro: “¿La inspiración?, mira, la inspiración es un estado de gracia”.
Apenas le faltó agregar “que sólo niegan quienes no lo han vivido” para que la frase fuera idéntica a una escrita por Gabriel García Márquez en su generosa crónica sobre Fidel Castro, El oficio de la palabra hablada, donde describe una noche en la que estaba junto al líder comunista mientras éste tomaba en cucharaditas lentas un helado de vainilla y que lo vio tan abrumado por el peso de tantos destinos ajenos, tan lejano de sí mismo, que por un instante le pareció distinto del que había sido siempre. Entonces le preguntó qué era lo que más quisiera hacer en este mundo y el ya viejo comandante le contestó de inmediato: “Pararme en una esquina”. La pregunta sobre la inspiración había acorralado a Silvio en el terreno minado de su vida: ¿Quiénes eran las mujeres que habían inspirado sus canciones de amor? La respuesta se convirtió luego en una historia titulada Mujeres mexicanas en las canciones de Silvio Rodríguez, que publiqué en el periódico mexicano La Crónica de Hoy y que el cantautor aún mantenía colgada, diez años después, en su página web: www.silviorodriguez.org. —“De la ausencia y de ti” es para una mexicana, Velia Ramírez. Se la hice en 1969. Ahora está casada con un hombre encantador, se llama Víctor y es trompetista. Cuando voy a México, los tres nos juntamos y comemos. La canción cuenta una época difícil para la Revolución cubana. Por eso digo que las ideas son balas y no puedo usar flores por Velia. Y hablo de mapas porque ella vivía en México —se refería a una de sus canciones más evocadoramente nostálgicas y aparecía en un disco simple de acetato. Nunca la había incluido en sus producciones grandes.
Ahora sólo me queda buscarme de amante la respiración no mirar a los mapas seguir en mí mismo no andar ciertas calles olvidar que fue mío una vez cierto libro y decirte que todo está igual la ciudad, los amigos y el mar esperando por ti, esperando por ti. Otra mujer mexicana, la bailarina Tihui Gutiérrez, animó “Réquiem”, una joya de cuatro minutos y un segundo de duración que Silvio metió en el CD Causas y azares. Tihui destacaba todavía, adentrada en los 40 años de edad, como una mujer atractiva, pero fue musa de Silvio cuando era un bombón adolescente y estudiaba ballet en La Habana. Él no admitía en público que la canción fuera para ella. Pero Tihui sí lo confe-
saba a detalle. Siguieron siendo muy buenos amigos. En una ocasión el reportero cubano Mario Vizcaíno Serrat, mi amigo de toda la vida, entrevistó a la bailarina en el lobby del Hotel Nacional, de La Habana, y, al final, Silvio pasó a buscarla al volante de un Jeep color azul. El caso era que Tihui se podía morir tranquila al saber que esto era para ella:
Disfruté tanto tanto cada parte y gocé tanto tanto cada todo que me duele algo menos cuando partes porque aquí te me quedas de algún modo. Si uno fuera a llorar cuando termina no alcanzarán las lágrimas a tanto. Nuestras horas de amor casi divinas es mejor despedirlas con un canto. Otra canción de Silvio, “Mariposas”, estaba ligada a México. La compuso una noche en la que aseguraba haber observado un ovni en las pirámides de Teotihuacán, que significa en lengua náhuatl “Ciudad de los dioses”, unas construcciones de piedra ubicadas en un valle aéreo y aletargado, a 40 kilómetros de la capital mexicana. Son dos basamentos principales, la pirámide del Sol y la de la Luna, unidas ambas por la Calzada de los Muertos, y ostentan el título de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1987. Hombre poblado de fantasías, Silvio era un notable lector de ciencia ficción y su propia obra musical estaba influida lo mismo por Peter Pan que por Buck Rogers, el personaje de Philip Francis Nowlan que introdujo en las tiras cómicas el concepto de exploración espacial y del cual había historietas junto con casi todos los libros de Ray Bradbury: Crónicas marcianas, Fahrenheit 451, Las doradas manzanas del sol, Remedio para melancólicos y El vino del estío, en el largo librero que tenía el compositor en una habitación trasera de su casa solariega del reparto habanero Siboney. En aquel cuarto había también una serie de armas que coleccionaba desde su adolescencia: una bayoneta usada por soldados cubanos en la guerra de Angola, una daga de samurái que compró en Japón… un muestrario que fue regalando luego poco a poco. Además lucía mucha obra plástica. Destacaban un retrato de Silvio con bigote, hecho por el cantautor español Luis Eduardo Aute, y algunos frescos de figuras femeninas y luminosos tonos dorados pintados por José Masiques, un original artista cubano que murió en París en 1968, con apenas 28 años de edad, víctima de un cán-
cer que había ido a tratarse a la capital francesa. A su muerte, Masiques heredó algunos cuadros (“sus restos”) a su amigo Silvio, quien a modo de recordación, compuso “El pintor de las mujeres soles”.
El pintor de las mujeres soles abandonado en su empecinada claridad. Hizo su último viaje ya muy solo sobre el Atlántico y fue sepultado cuando llegó. El pintor de las enredaderas de luz escribió sus últimos signos con triste desesperación. Y dejó sus restos a los amigos pidiéndole sólo paredes para sostenerlos. Silvio era conocido por ser el cubano más mujeriego desde que Cristóbal Colón descubriera la isla el atardecer del domingo 27 de octubre de 1492 (según el calendario Juliano) y eso le permitió escribir un centenar de las mejores canciones de amor que se conocen en español. Pero tenía fama de amante poco empeñoso (“mal palo”, le decían a eso en Cuba) entre algunas de sus exmujeres y uno que otro rival de cama. Incluso, el novelista cubano Norberto Fuentes, excolaborador confeso de los servicios secretos cubanos, le había lanzado un dardo en su novela Dulces guerreros cubanos. Fuentes vivía en Mc Lean, Virginia, Estados Unidos, desde que el 2 de septiembre de 1994 había salido de Cuba gracias a los auspicios de García Márquez, en el avión oficial del entonces presidente de México, Carlos Salinas. El entendido era que el también autor del colosal reportaje de 712 páginas Hemingway en Cuba, prologado por García Márquez, podía llevarse en la nave a todos los familiares que quisiera, pero se largó solo, en un gigantesco Boeing 757 matrícula TP-01 al que le cabían 228 pasajeros. Fue casi 20 años después que se acordó de hacer gestiones para sacar a su ya nonagenaria madre de la isla, y estuvo indagando entre algunos amigos suyos si tenían el número de teléfono de García Márquez para ver si éste lo volvía a ayudar, esta vez con su mamá. El día en que salió definitivamente de Cuba fue memorable para Fuentes. A Pepe Carreño Carlón, el entonces poderoso vocero del gobierno del presidente Salinas que lo fue a recoger a Cuba y lo acompañó desde el aeropuerto José Martí, de La Habana, hasta el Benito Juárez, en el Distrito Federal, lo llamaron a su casa ya avanzada la noche desde el hotel María Isabel Sheraton, donde lo había dejado hospedado a mediodía con todo pagado, para reclamarle que “el señor” se había tomado todo el whisky. ¡Y quería más! En algún momento, Norberto Fuentes había sido un príncipe comunista, gracias a su amistad con el general invicto de Etiopía y Angola, Arnaldo Ochoa, y con el general de las Tropas
Especiales del Ministerio del Interior, Antonio de la Guardia, ambos fusilados tras admitir acciones de narcotráfico durante un juicio que les siguieron junto a otros oficiales, y que fuera denominado Causa Número Uno de 1989. Fuentes recordaba en Dulces guerreros cubanos que, por los días del fusilamiento de sus dos protectores, le tenía guardado a Amado Padrón, ayudante de Antonio de la Guardia, tres relojes Rolex de platino y dos de oro macizo, y un Omega de oro, así como 30 mil dólares y 20 mil pesos cubanos. Además de medio millón de dólares del propio De la Guardia. Sin embargo, después de la Causa Número Uno el escritor cayó en desgracia hasta la mañana en la que subió por la escalerilla del Boeing 757 de la casa presidencial de México. El venablo destinado a Silvio en Dulces guerreros cubanos se debía a que ambos habían compartido los amores de una aeromoza habanera llamada Vivian Capote: ... miles de mujeres, de Madrid a Santiago de Chile, se extasiaban gritando su nombre, Silvio, Silvio, y coreaban sus canciones en los estadios a lleno completo en los que se presentaba, y al que, por lo menos dos generaciones de cubanas, habían decidido pasárselo por la vagina, que —¡desde luego!— se llevaba muchas más mujeres a la cama que cualquiera de nosotros, infelices y comunes mortales, pero que no había manera de que hiciera vibrar a ninguna pese a sus aires melancólicos de perro apaleado que aún no aprende la lección de la fama y que cree necesario ser lo mismo modesto y humilde que un monumento de irascible soberbia. Por lo que fuera (“modesto y humilde” o “un monumento de irascible soberbia”), la verdad era que el autor de “La era está pariendo un corazón” no tuvo reparos en conservar el párrafo emponzoñado de Fuentes en su página web, al menos hasta entrado 2009, como relata la crónica Mujeres mexicanas en las canciones de Silvio Rodríguez.
Nacido en San Antonio de los Baños, en las afueras de La Habana, el 29 de noviembre de 1946 (“nació de una tormenta/ en el sol de una noche/ el penúltimo mes”, escribió de sí mismo en “El elegido”), Silvio era el trovador cubano más importante de la historia, junto con Sindo Garay, a quien mencionaba en “Quién fuera”:
Estoy buscando melodías para tener cómo llamarte quién fuera ruiseñor quién fuera Lennon y Mc Cartney, Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque quién fuera trovador, corazón, corazón en fuga, herido de dudas de amor. No sólo de mujeres versaban sus grandes canciones. De hecho, quizá la mejor de todas hablaba de un negro viejo y borracho que a finales de
Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
05
Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017 | La Razón Viven muy felices/ lo digo yo/ porque no miran más allá de sus narices. Serguera, quien en 1963 trasladó a Madrid una maleta llena de dólares para el depuesto presidente argentino Juan Domingo Perón y organizó la aventura guerrillera del Che en el Congo, dirigía en 1969 la Televisión Cubana, en la que Silvio, recién salido del Servicio Militar Obligatorio en una unidad de Taco Taco, en Pinar del Río, conducía el programa Mientras tanto y cantaba canciones que a Papito le parecían raras. Serguera echó de la televisión a Silvio y éste le contestó con “Viven muy felices”. Pero le hizo todavía “Debo partirme en dos”, una canción en la que ridiculizaba las melodías decentes que aquél le exigía:
Te quiero, mi amor/ no me dejes solo, no puedo estar sin ti/ mira que yo lloro. Y agregaba: Foto>Archivo del autor
¿Ven?, ya soy decente/ me fue fácil.
los años cuarenta vendía papalotes en La Loma, su barrio de San Antonio de los Baños. La canción se llama “El papalote” y es un homenaje a Narciso, El Mocho, a quien Silvio recordaba como “el primer muerto que vi en mi vida”. —Narciso estaba loco, se emborrachaba, pero era un hombre bueno. Cuando murió, yo tenía cinco años. Acostaron su cadáver en el camastro donde dormía. Entré y lo vi. Unos 15 años más tarde, dibujé en “El papalote” mi recuerdo de Narciso. Sin embargo, Silvio Rodríguez no era Silvio Rodríguez apenas porque escribiera canciones en las que se quitaba el rostro y lo doblaba encima del pantalón, sino porque en Cuba, donde todo el mundo tenía que entrar por el aro, él hizo siempre más o menos lo que le dio la gana, con una tozudez que se parecía más a “ganas de joder”, como dicen los cubanos, que a lo que él llamaba “no hacer concesiones”. En los años sesenta, cuando aún existía en el comunismo cubano lo que el novelista Eliseo Alberto recordaba como “cierto margen para la protesta y la rechifla”, y por lo mismo aún existía una simpatía generalizada hacia el sistema, Silvio trascendía como un tipo transgresor, de aires disidentes que hasta se grabó un tatuaje en la mano izquierda, algo que el gobierno consideraba una postura de marginados y presidiarios. Era una calaverita cruzada por una flor, en la base de los dedos índice y pulgar, que le hicieron los tripulantes del pesquero Playa Girón el día de su cumpleaños de 1969, frente a Islas Canarias. Haydee Santamaría, su madrina política y quien una década después se suicidaría de un disparo, lo había enrolado en el barco para que se pasara seis meses componiendo canciones, lejos de los mil problemas que su descontento le estaba creando en círculos oficiales de La Habana.
EL AUTOR A (der con Silvio (der.) Rodríguez, en Rod ca de Sibosu casa ney, La Habana, en 1988. 19 La pequeña historia contaba que, en una breve visita a la isla de Gran Canaria, Silvio intentó desertar. Muchos años después y ya instalado como cantante predilecto del gobierno, hizo una aclaración no pedida del presunto episodio: en su libro autobiográfico Canciones del mar confesó que durante aquella estancia en tierra se les perdió un rato en la ciudad a sus compañeros pescadores porque se extravió entre la muchedumbre. En todo caso, lo mejor del periplo pesquero fue su canción “Playa Girón”, su pago monumental a quienes grabaron la calaverita en su mano:
Hombres negros y rojos y azules los hombres que pueblan el Playa Girón. El Silvio descontento duró hasta bien entrados los años ochenta, protagonizando desplantes que a otros les costaron el puesto o el exilio. Una noche, antes de un concierto al que se presentó tardísimo en el teatro Carlos Marx, estaba sacando los primeros arpegios de su guitarra y, por instantes, daba unos traguitos a una botella de ron con miel que escondía debajo del atril. Todo presagiaba un buen recital, pero de pronto se quedó mudo y sólo atinó a buscar acordes por media hora. La gente se desesperó y empezó a gritar: “Dale, calvo e’ mierda, canta de una vez”. Silvio dejó de tocar, murmuró un “váyanse p’al carajo” y desapareció. La gente esperaba a que apareciera de nuevo en el escenario, cuando él ya estaba en su mecedora favorita, tomando Pampero Aniversario en el portal de su casa. Dejó plantado, repleto, al teatro más grande de Cuba. No fue ésa la primera vez que Silvio mandaba todo al bolina: dos décadas antes le había compuesto una provocadora canción a Papito Serguera, un comandante de la Sierra Maestra que había compartido pupitre con Fidel Castro en el Dolores, un colegio de jesuitas de Santiago de Cuba:
Papito había inspirado también la canción “Resumen de noticias”, y al final fue separado de sus funciones como zar de la televisión en el periodo de 1966 a 1973, pero conservó sus posiciones de poder. Hombre dogmático, en su texto El intelectual y la revolución, publicado en octubre de 1967, escribió: “¿Por qué no erradicamos el vocablo intelectual? O le damos su verdadera significación. ¿Reconocer su existencia y tratarlos como tales no es dividir?”. En diciembre de 1998 presentó en México su libro sobre el Che Guevara, La clave africana. Falleció en La Habana a los 76 años, el cuatro de febrero de 2009. En el arranque de los noventa, tras la caída del comunismo en la ex Unión Soviética y el derrumbe del Muro de Berlín, cuando más disgusto, decepción y fastidio registró la población cubana hacia el comunismo debido a la perpetua crisis económica que siguió al despeñadero del sistema socialista mundial, Silvio Rodríguez cerró filas con el socialismo, aceptó ser diputado por la Asamblea Nacional del Poder Popular y se convirtió en empresario de estudios de grabación, que construyó a ganancias iguales con el gobierno. Una actitud parecida a la del primer negro del Bronx neoyorkino que se puso la gorra con la visera para atrás y que, cuando le preguntaron por qué lo hacía, respondió: “Por joder”. Ya no era el tipo al que durante los años sesenta habían echado de Cuba, según confesaría en la entrevista Cuando miro mi vida, editada por Manuel González Bello para el órgano oficioso de la cultura oficial cubana La Jiribilla: En los años sesenta, una época tan chocante y tan jodida, varias veces me sorprendí dándole vueltas a la idea de irme de Cuba, entre otras cosas, porque me botaron. A mí me botaron del país. Me dijeron que no podía trabajar en nada que tuviera qué ver con la Revolución. Y cuando protesté: “Pero si aquí la Revolución lo es todo”, con la mejor de las sonrisas me dijeron que lo interpretara como quisiera. Con esas palabras, a mí me botaron de Cuba. Muy por el contrario, Silvio escribiría tiempo después “El necio”:
Yo quiero seguir jugando a lo perdido, yo quiero ser a la zurda más que diestro, yo quiero hacer un congreso del unido, yo quiero rezar a fondo un hijo nuestro. Dirán que pasó de moda la locura, dirán que la gente es mala y no merece, mas yo seguiré soñando travesuras, acaso multiplicar panes y peces. Dicen que me arrastrarán por sobre rocas cuando la Revolución se venga abajo, que machacarán mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y el badajo. Será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir sin tener precio. La tarde en la que estaba sentado en su sillón de mimbre paladeando aquel ron Pampero Aniversario de reflejos dorados, me contó que al componerla estaba pensando en Fidel Castro y que cuando éste la escuchó la hizo suya. Al líder comunista también le gustaban “El Mayor”, compuesta para el centenario del guerrero independentista camagüeyano Ignacio Agramonte, y “Rabo de nube”. Silvio aseguraba haber visto personalmente pocas veces a Fidel Castro, de quien tenía en su estudio una fotografía gigantesca en la que aparecía fumándose un tabaco: —Me he reunido muy pocas veces con mi presidente. Una vez hablamos de construcciones, otras de películas, y recuerdo que en una ocasión hablamos también de técnicas de grabación con máquinas de pistas múltiples. En aquella ocasión Silvio me hizo notar que en “El necio” se mostraba a favor de una sociedad plural, de la unidad de todos los cubanos, militantes o no: —Fíjate donde digo “yo quiero hacer un congreso del unido”, y no “del partido”. Sin embargo, pese a su amistad de siempre con el poeta Raúl Rivero no se mostró “unido” cuando a éste lo condenaron a 20 años de cárcel en juicio sumario durante la primavera de 2003, acusado de escribir artículos periodísticos para la prensa internacional. “Raúl Rivero está bien condenado porque conspiró contra la Revolución”, dijo en México en 2005. Entonces Silvio Rodríguez hablaba más de política que de canciones y declaraba lo mismo que “la Asamblea Nacional es parte de nuestra verdad como nación, con mujeres y hombres muy dignos de respeto y no sabría honrar ese recinto si fuera de otra forma” o que “durante la globalización hemos pasado del derecho a la autodeterminación a un mundo que parece dirigido por el férreo puño de los señores feudales, donde el resto no tiene otro destino que el de los aterrados siervos de la gleba”. Pero ya sus palabras eran una trova que rechinaba como un largo lamento de acero viejo. Texto tomado del libro ¡Cuba, Cuba!, editorial Cal y arena, 2009.
Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
06
La Razón | Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017
84 19
198 6 1988
BE
VIA JE
NU
1992
ESTE
DÍASS Y FLORES
AL DE
ES
DE
¡OH,
(CON
O
ROY BROWN Nacionalidad: Puertorriqueño Álbum: Árboles, 1987.
NI
TR ÍPT ICO
CAU
(CO
A lo largo de su carrera, varias personalidades han colaborado con él.
BO
OR IC
LUIS EDUARDO AUTE Nacionalidad: español Álbum: Mano a Mano, 1993.
Amigos
2
UN
8 19
80
RA
19
JER MU
Nacionalidad: chilena Álbum: Silvio en Chile, 1992.
AL FIN
8 197
ISABEL PARRA
1975
1978
I, I I, I II
N ASA S FRO Y A CUB Z A A) RES
M
AFROELANC CUBA O L Í A! )
SILVIO
Camino musical
1994
Silvio Rodríguez ha grabado 18 discos de estudio y cinco en vivo, y con ellos dictado las reglas de la trova en Latinoamérica.
RODRÍGUEZ
1996
GUEZ N Í M DO
LE
6
NDA C
ITA
RA UE
SE E
ÁN
200
2010
AMORÍOS
CALLE 13 Nacionalidad: puertorriqueños Álbum: Multi viral, 2014.
03
SEGU
20
Nacionalidad: cubano Álbum: En Argentina, 1985.
GE
CI DI PE
02
SE Q
SANTIAGO FILIÚ
EX
20
ÉRA
(
99
19
R EY MCAON R
S
S ) SAERRA O U IP G ÓN
D
8
Nacionalidad: español Álbum:Hijas de Eva, 2002.
S RTE A C ES
CIT AC ON
199
PEDRO GUERRA
2015
Álbumes de estudio 18
Álbumes recopilatorios 4
Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
07
Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017 | La Razón
Una influencia permanente en la música latinoamericana contemporánea
Silvio Rodriguez, un viaje que inició en Días y flores y llega hasta los Amoríos carlosolivaresbaro@hotmail.com carlosoliv
E
Tributos a Silvio 2
Colaboraciones Co C olaboraciones 9
EL CANTAUTOR es una de las principales figuras de la música cubana en los últimos 50 años; Elvis Presley, Mozart, Vivaldi, Bob Dylan, Beny Moré y hasta Los Beatles son algunas de sus influencias; su carrera musical, de la mano con la Cuba posterior a la Revolución de 1959, ocasiona polémica
l compositor, guitarrista y cantante Silvio Rodriguez Domínguez (San Antonio de los Baños, La Habana, rios y dos tributos. Su primera producción Cuba, 29 de noviembre de discográfica, Días y flores (EGREM, 1975), 1946), es, nadie lo cuestio- devela a un compositor inspirado melódina, una de d las principales figuras del can- camente con notables influencias de múc cionero cubano de los últimos 50 años. sica clásica y bolero cubano. Heredero de la trova tradicional y el boleAños 70. La anunciada zafra de los 10 ro de raíz santiaguera, Rodríguez se inició millones de toneladas de azúcar: prioridad en los traj trajines de la música con la pianista del régimen castrista ha sido un fracaso, en Margarita Pérez Picó, quien lo introduce la isla se respira un aire de desazón manien el estu estudio del piano y le da las primeras fiesto. Esta primera aparición de Silvio en clases de solfeo y teoría musical. la industria discográfica es plato fuerte en Se familiariza con la guitarra con Láza- los programas radiales: “Playa Girón”, “El fam ro Fundora Fundo (“Con él aprendí los primeros mayor”, “Pequeña serenata diurna”, “La acordes, me m enamoré de las modulaciones vergüenza” y “Santiago de Chile” (reseña de las cuerdas y de todas sus posibili- de la dictadura de Pinochet) son utilizadas dades sonoras”), más tarde toma por los órganos de propaganda oficial día d lecciones de nivel medio con y noche. Esteban Baños, hasta lograr Quedan fuera de esa placa debut varias una destacada formación téc- composiciones que son recogidas después nica n con Leo Brouwer, Federico en Cuando digo futuro (Areito, Fonomusic, Smith y Juan Elósegui dentro del Grupo 1991): “Ojalá” (la canción que todo el munJ de Experimentación Sonora del ICAIC. do dice está dedicada a Fidel Castro: Silvio Exper Escuchar a Elvis Presley, Mozart, Vivaldi, siempre lo ha negado), “Cuando digo futuBeethoven, Beethove Huddie Ledbetter, Bob Dylan, ro” (“Te convido a creerme / cuando digo los Beatle Beatles, orquesta Aragón, Roberto Faz futuro / si no crees en mi palabra / en el briy Beny Moré fue determinante en su vo- llo de un gesto / cree en mis manos que se M cación. “Me “M quedaba boquiabierto escu- acaban”: los que creyeron, todavía siguen chando a Beny, los viejos trovadores me esperando las promesas de la Revolución), estimulaban, mi madre cantaba en casa “Canción de la nueva escuela”(elogio al estimulab boleros, danzones y guajiras, el concepto principio guevarista del ‘hombre nuevo’), d folk de Dylan Dy me parecía muy singular. Así “Fusil contra fusil”( llamado a la lucha arempecé. L La primera canción que compuse mada), “La era está pariendo un corazón” fue un calipso triste, “Saudade”, sobre un (uno de los mayores desaciertos musicales ca amor imp imposible”, ha confesado el autor de de Silvio) y “Cuba va” (‘rock consigna’ que “Canción del elegido”. suscriben Milanés, Nicola y Rodríguez: Años 60. 6 Primera época de la Revolu- “Puede que algún machete / se enrede en ción castrista. Ruptura de las relaciones la maleza. / Puede que alguna noche las castr entre Cub Cuba y Estados Unidos. Invasión estrellas no puedan salir, / puede que con de Playa Girón. Dos hechos llaman la los brazos / haya que abrir la selva / pero a atención de la comunidad internacional: pesar de los pesares / Como sea Cuba va / discriminación racial en Estados Unidos, ¡Cuba va!”). discrimin guerra en el sudeste asiático. El joven Catálogo discográfico que se puede trovador de San Antonio de los Baños agrupar en bloques. I: Días y flores (1975), compone sus primeros temas de corte Al final de este viaje (1978), Mujeres (1978), político: “Por qué”, aborda el asunto de la Rabo de Nube (1980), Unicornio (1982). “ segregación segregaci racial en la Unión Americana Muestrario de canciones que se balancea y “La leye leyenda del Águila”, referencias al entre el amor y la temática revolucionaria conflicto bélico en Vietnam. Preámbulo en la difusión de consignas y elogios al de la participación protagónica Gobierno de Castro. / II: Tríptico part como fundador del Centro de la —uno, dos, tres— (1984), Causas Canción Protesta de Casa de las y azares (1986), ¡Oh, melancolía! EN 1961, con Américas, secundado por Pablo apenas 15 años de (1988): propuesta en que desMilanés y Noel Nicola. Sostén edad ,es uno de los tacan los arreglos y la colaborade lo que sería en 1972 el deba- 100 mil jóvenes ción del grupo de jazz Afrocuba. tido Movimiento de la Nueva que se inscriben Etapa de absoluta madurez mupara colaborar Trova Cubana. sical. / III: Silvio (1992), Rodríen los programas Cumpleaños 70 con casi 45 guez (1994), Domínguez (1996). de alfabetización años dedicados a la música. del gobierno Caída del Muro de Berlin, PerioDieciochos álbumes de estudio, revolucionario de do Especial en Cuba. Aparición cinco en vivo, cuatro recopilato- Fidel Castro. de una de las piezas más radica-
el dato
EP 2
Colectivos 57 Álbumes en directo 5
Foto archivo>Cuartoscuro
Por Carlos Car Olivares Baró >
LA MÁS RECIENTE presentación de Silvio en México fue en el Auditorio Nacional, en 2014.
11
Discos publicó con el Grupo de Experimentación Sonora
57
Álbumes colectivos cuentan con la colaboración de Silvio
les del trovador en incondicional respaldo al totalitarismo cubano, “El necio” (“Dicen que me arrastraran por sobre rocas / cuando la Revolución se venga abajo, / que machacarán mis manos y mi boca, / que me arrancarán los ojos y el badajo. / […] / Allá Dios, que será divino. / Yo me muero como viví”). /IV: Descartes (1998), Mariposa –con Rey Guerra— (1999), Expedición (2002): trabajos experimentales y nuevos arreglos a temas clásicos de su repertorio, recuperación de composiciones engavetadas (“Días y flores”, “Mariposa”…). Trabajo instrumental ambicioso en la incorporación de cuerdas y metales, tres, tímpani, percusión afrocubana. / V: Cita con ángeles (2003), Segunda Cita (2010), Amoríos (2015): apelación a timbres jazzísticos y recurrencia del formato de trío (piano, batería y contrabajo). La temática del amor predomina y, asimismo, figuraciones rítmicas de incuestionable invitación bailable. Merece un lugar aparte Érase que se era (2006) —para muchos el mejor disco de Silvio—: composiciones de los 60/70 en animoso espíritu trovadoresco. “Oda a mi generación”, “Terezín”, “La canción de la Trova”, “El papalote”, “Que levante la mano la guitarra”… Una placa, imprescindible del cancionero de la Isla. Silvio Rodríguez está en el centro de la polémica: el compositor cubano más denostado en el exilio. Para unos, embaucador rendido a los pies del castrismo; para otros, un genio musical. Innegable: algunas de sus coplas se sitúan en lo mejor del cancionero cubano de todos los tiempos. Cumpleaños 70 de un ineludible, valga la pena decirlo. Sus devaneos castristas: agua de otro costal.
Silvio Rodríguez 70 años del poeta y músico cubano
08
La Razón | Sábado 31.12.2016 Domingo 01.01.2017
Ser milaneso o silviano, he ahí el dilema Por Adrian Castillo
EL NUEVO SENTIDO. Sin embargo la disyuntiva de ser milaneso o silviano adquiriría un nuevo sentido en el inicio del siglo XXI, cuando la convivencia de los cantautores con esa Revolución hubo de pasar, como en los matrimonios, la prueba de vivirse día a día. A saber: Pablo y Silvio se distanciaron desde fi»COORDINACIÓN Martha Cotoret Javier Chávez
Foto>Especial
L
as voces de Silvio y Pablo eran esa noche dulzura y compenetración. Era 1984 en Argentina, país que tentaba con la punta de un pie el agua de la democracia. Silvio se tapaba la oreja derecha para escucharse mejor y empalmar la segunda voz: “Mi soledad se siente acompañada/ por eso a veces sé que necesito/ Tu mano/ Tu mano/ Eternamente tu mano”. En aquel entonces hacía ya 16 años que la Casa de las Américas, en La Habana, los había reunido a tocar juntos, por primera vez (en 1968), como marcando los principios de un destino paralelo, que halló su fuerza en la conjunción talento-ideología que habrían de compartir... hasta cuando se pudo. Juntos o separados maravillaban, pero ya desde esos años 80 entre los amantes de la nueva trova existía una disyuntiva: ser milaneso o silviano, como se conoce a los seguidores de cada uno de los cantautores en Cuba. “Silvio Rodríguez podría ser la exuberancia de textos, de músicas, de concepción, y Pablo Milanés, la solidez; Silvio Rodríguez, la introspección y Pablo Milanés la extraversión”, escribió Antonio Gómez en El País, a propósito de una serie de conciertos en España en 1986. Lo cierto es que por esos días la realidad permitía obviar la particularidad de estilos, y hacerlos ver como un binomio: durante aquella gira en España difundieron una carta en respuesta al disidente Carlos Alberto Montaner, quien había hecho público en un diario de Madrid un exhorto a que se quedaran en el exilio. “Para ser parte de un proceso revolucionario como el cubano, como el nuestro… hay que desgarrarse con toda la realidad que entraña el quehacer cotidiano de mujeres y hombres que aman y sufren… que no eluden el reto de hacer… cada día mejor y siempre más humana una obra revolucionaria que indiscutiblemente es un ejemplo para América Latina… como siempre regresaremos a Cuba”, y firmaban ambos. Eran otros tiempos que hoy suenan lejanos: la pensión soviética a la isla se mantenía y con ella la salud de la Revolución cubana, que jugaba un rol decisivo en el componente latinoamericano de la Guerra Fría. Silvio y Pablo, además de artistas de talla internacional, fungían de embajadores del proyecto político de la más grande dimensión: la única revolución comunista en América, encabezada —unipersonalmente— por Fidel Castro.
nales de los 80 y principios de los 90, en un “El autor de ‘La era está pariendo un coratiempo que coincide con un momento crí- zón’ habla ahora con igual pasión de alas tico para la Revolución: la caída del Muro de colibríes que de mesas de 36 pistas y de de Berlín, que antecedería el desplome del chips, y reconoce que las musas que más régimen soviético, y la pérdida del apoyo le inspiran son los avanzados equipos de a la isla con las consecuentes penurias la Solid State Logic que ha comprado para para la población en el llamado Periodo el estudio de grabación”, que bautizó con el nombre de Ojalá. Especial. “Esto no es una empresa lucrativa perAños terribles durante los cuales Castro tenía que legitimarse: por esas fechas a sus sonal”, aclaraba la nota informativa. El silencio impuesto por el régimen a los dos principales embajadores musicales se les permitió actuar como lo que en el ré- diferendos de sus personajes públicos, sobre todo cuando se hablaba de la gimen capitalista se conoce La era está parien- Revolución, hizo que fuera hasta como empresario. do un corazón/ iniciado el siglo XXI cuando fuera Sin embargo, un par de No puede más, se más evidente que Pablo había ido noticias de la época da cuenmuere de dolor/ modificando su posición política ta de que habrían tenido priy hay que acudir sobre el régimen. vilegios diferenciados. corriendo pues se Su respaldo absoluto al casEl 10 de junio de 1995 se cae/ el porvenir/ trismo ahora tenía matices: no conoció la noticia del cierre en cualquier selva criticaba a la Revolución, pero sí, de la Fundación Pablo Miladel mundo, sin mencionarlos, a quienes la dinés, ocurrido un día antes en en cualquier calle. rigían. Quería una revolución con medio de “choques y enfrenlos Castro, pero “con arreglos”. tamientos con el Ministerio En marzo de 2010 el compode Cultura por el control que éste quería ejercer sobre la fundación”, se- sitor de “Yolanda” decía sobre el encarcelamiento de opositores que “las ideas se gún reportó el diario El País. Creada en 1994 con un capital inicial discuten y se combaten, no se encarcelan”. Desde afuera se veía jugar a Pablo al de 160 mil dólares, donados por Milanés, la fundación tenía autonomía de gestión equilibrio sobre la cuerda floja que rey capacidad para poseer ¡patrimonio pro- presenta ese debate acostumbrado a pepio! Se conformaba de una revista, una fir- nalizar a quien no se definía castrista o ma productora de video, un sello editorial anticastrista. Llegaría el 2011. En la víspera de un y uno fonográfico. Pero fue liquidada con el argumento de concierto en Miami —la meca del exilio—, que había un desvío del propósito que la acicateado por los cuestionamientos del comunicador Edmundo García, quien lo originó La otra cara de la moneda asomó sólo señalaba de “querer negar la cruz de su paun año después, en mayo de 1996, cuando rroquia”, es decir, su afinidad al régimen, el mismo rotativo dio cuenta de otra noti- Milanés fustigó a intelectuales —entre cia: “Silvio Rodríguez monta el estudio de ellos a Silvio— que en 2003 firmaron una carta en la cual apoyaban el arresto de 75 grabación más moderno de Cuba”. El reportero Mauricio Vicent describió: disidentes en La Habana y el fusilamiento
»DISEÑO Amaranta Ruiz Bertín Cova
»RETOQUE DIGITAL Luis de la Fuente
»CORRECCIÓN Carlos Olivares Baró Raúl Chávez Sánchez
CONTÁCTENOS. Conmutador: 5260-6001. Publicidad: 5262-8170. Suscripciones: 5250-0109. Para llamadas del interior: 01-800-8366-868. Diario La Razón de México. Nueva época, Año de publicación: 8
PABLO MILANÉS, Vicente Feliú, Silvio Rodríguez y Fidel Castro, en foto de archivo.
de tres secuestradores armados de una embarcación, que pretendían emigrar. Silvio, entonces, con argumentos alineados a la voz del régimen, como siempre los ha mantenido: aprovechó la pregunta de un internauta (porque tenía Internet) y a través de su blog Segunda cita respondió a Milanés: “Lo que escandaliza a algunos no es el contenido de sus críticas, sino la forma, que además de burda parece desamorada, sin el más mínimo compromiso afectivo… “Otra cosa que duele es que haya manifestado esas críticas en Miami, a unos días de un conciertos que, por más propaganda que hacían, no se llenaba”. Milanés reviró: “Ésta es una más de las diatribas incontroladas de Silvio frente a mí, llena de mentiras y tergiversaciones, como cuando me venía pidiendo perdón por todas ellas, desde hace más de 20 años, y yo no lo perdono”. “Más aún cuando ha tenido el impudor de hacer público su viejo rencor (no sé de qué categoría, que lo analicen los sicólogos) y que ha llegado a comprometer mi dignidad y mi militancia revolucionaria”. En la disyuntiva de ser silviano o milaneso en las postrimerías del siglo XX y la primera década del XXI —a la luz de una Cuba empobrecida, vaciada de tres millones de cubanos que salieron del país en busca de mejor vida, para unos; o, para otros, de una Cuba que resistía estoica los embates del imperio ahora bajo la protección de la matriz petrolera venezolana tenía una dimensión distinta a la de los años 80—, se materializaba otra vez el control superior: y Silvio se refrendaba como guardián de la Revolución de Castro. Eran ya otros tiempos. De aquella noche de compenetración y dulzura en Argentina, en el 84... nada más queda.
La Razón SUPLEMENTO ESPECIAL