Domingo, 13 de Agosto de 2017
auténticamente andina...
(…VIENE DE LA PÁGINA 1)
La Ruta del Chef
laboratorio de ciencias y los ingredientes de la industria alimentaria. Otra característica de Aranguren, es que se esmera por la presentación del plato, que tiene que ser perfecta. Por supuesto que también le encanta la gastronomía venezolana, porque es una fusión entre lo mediterráneo y lo indígena. Diego cree en su país, en su tierra, y por ello se queda aquí, está preparado el lanzamiento de un restaurante en el Colegio de Abogados de Trujillo, que estamos seguros complacerá el gusto de los paladares más exigentes.
Trujillo es un estado virgen gastronómicamente hablando, así lo considera Diego Aranguren, pero también es una región llena de amantes de la cocina que están ávidos de conocimientos, por eso este destacado cocinero ha fomentado en La Ruta del Chef, Vinos y Sabores, para transmitir sus conocimientos a los amantes de la cocina, y está dando talleres de gastronomía y enología, dirigidos a todo público. En los últimos dos meses, Aranguren dio con sumo éxito talleres de cocina mediterránea, sumillería y cata de vinos, cocina asiática, cocina italiana, etiqueta y protocolo, entre otros. Y ya vienen talleres de Repostería, Cocina para niños y uno intensivo de Alta Cocina. Como magnífico chef, Diego maneja casi todos los tipos de cocina, pero él se decanta por la mediterránea y la cocina molecular, un estilo en el que explora posibilidades culinarias con herramientas del Diego Aranguren ha sido jefe de cocina en los más prestigiosos restaurantes.
ENTRE PLATOS w “Utilizo muchos, pero en mi cocina no puede faltar el aceite de oliva, el vino y la pimienta”.
¿TUS INGREDIENTES ESENCIALES?
SI SÓLO TUVIERAS 5 INGREDIENTES, ¿CUÁLES SERÍAN Y QUÉ PLATO HARÍAS CON ELLOS?
w “Champiñones, crema de leche, pasta, queso parmesano y albahaca. Haría un salteado de pasta con champiñones en salsa de queso con un toque de albahaca”.
¿CUÁL ES EL RESTAURANTE QUE NO OLVIDARÁS EN TU VIDA?
w “El restaurante de Martin Berasategui”. w “El pastel de pescado”.
¿CUÁL PLATO DE TU INFANCIA TE GUSTARÍA REINVENTAR?
w “Por Dragon Oil, una esferificación de aceite de oliva aromatizada, llevada con nitrógeno, el cual al consumirlo explota y sale humo blanco por las fosas nasales de la persona”.
¿POR CUAL PLATO TE GUSTARÍA SER RECORDADO?
w “Pasta salteada con camarones en salsa Veloute con toque de vino chardonnay”.
¿UN PLATO PARA ENAMORAR?
w “Fideuá de mariscos al estilo catalán”
¿UN PLATO PARA COMPARTIR EN FAMILIA?
w “Lasaña mediterránea”.
¿UN PLATO PARA DISFRUTAR ENTRE AMIGOS?
w Para finalizar con toque trujillano, sería nísperos confitados con base de helado de hicaco y ron con toque de canela aromatizada.
¿CON QUÉ POSTRE ACABARÍAS ESTA ENTREVISTA?
Junto al reconocido chef español Martin Berasategui.
Su cocina favorita es la mediterránea.
COORDENADA: Mail: larutadelchefvinosysabores@gmail.com Instagram: @larutadelchef @diegoarangurenv
DIRECTORIO Presidente: Eladio Muchacho Unda. Gerencia de Negocios: María Alexandra Muchacho.
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Gerencia de Operaciones: José Ramón Muchacho. Gerencia de Circulación: Lilia Gil. Supervisor de Producción: Ramón Bermudez. Coordinación Editorial: Ever Garcés .
Redacción: Ever Garcés. Fotografía: Edwuard Barradas. Diseño y Montaje: Carlos Caracas. Diseño Publicitario: Victoria Cuevas R. Impresión: Henry Sanabria y William Albarrán.
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Domingo, 13 de Agosto de 2017
auténticamente andina...
Cuentos de camino La dama del cementerio
Samuel Altamirano, se reconoce como parrandero, es de los que comienza la rumba los viernes en la noche y la finaliza los domingos en la tarde. No hay boda, bautizo, parrilla o mondongada donde él no esté anotado, y si no lo invitan se aparece como arrocero, en eso nadie lo supera. Él vive en El Vigía, y al filo de la medianoche del 19 de septiembre de 2009, salía de una despedida de soltero en la urbanización San Antonio, de la ciudad de Mérida. Me jura por su vida que estaba completamente sobrio, pues, acabada de superar una neumonía y aún estaba bajo efectos de antibióticos, por lo que no tomó ni una gota de licor. Antes de tomar rumbo hacia El Vigía, decidió dar unas vueltas por Mérida. En la avenida Don Tulio sintió hambre y decidió buscar un lugar para comer, así que pasó por el Paseo de la Feria y comenzó a subir por la avenida 8. Justo en la entrada del cementerio El Espejo vio a una mujer alta, muy delgada, de frondosa cabellera y con un largo vestido negro, con actitud de quien espera a alguien. -¡Ave María Purísima! – exclamó Samuel– ¡Esa mujer es un fantasma! Aceleró y pasó frente a ella como una exhalación, en la siguiente cuadra disminuyó la velocidad. Estacionó el vehículo y temblando, pero picado por la curiosidad, volteó. Allí seguía, parada muy derecha y mirando hacia el frente. De vez en cuando miraba hacia abajo y con toda la parsimonia, nuevamente se enderezaba y comenzaba a mirar hacia el frente. -¿Será que son imaginaciones mías y es una mujer de verdad? ¿Pero qué hace una mujer a esta hora en la entrada de un cementerio y vestida así? Samuel vio que otro vehículo pasó y el chofer frenó frente a la extraña dama, segundos después, escuchó el chirriar de cauchos y al vehículo que pasó a toda velocidad al lado del suyo. -Entonces no es mi imaginación, a ese le sucedió igual que a mi: vio a un fantasma. Samuel siempre había escuchado que las apariciones como esa
correspondían a espíritus que, por alguna razón, andaban penando. Su abuela afirmaba que en la casa donde ella vivió durante toda su vida, aparecía el fantasma de una mujer como la que él estaba viendo ahora, y que sólo hasta que ella la enfrentó y le preguntó qué necesitaba para irse en paz y le cumplió lo que la mujer pidió, dejó de aparecer. -¿Y si hago lo mismo que mi abuela? ¿Si me acerco a ella y le pregunto qué es lo que la atormenta? ¿Qué necesita para estar en paz?
Autora: Ana Yoleida Martínez
Encomendándose a la memoria de su abuela y a cuanto santo y virgen había escuchado, salió del vehículo, y sintiendo que cada pierna le pesaba una tonelada, caminó hacia la placita que está en la entrada del cementerio. La imagen continuaba allí, imperturbable, aparte del canto de unos grillos y de la música de una fiesta lejana, no se oía nada más. Se detuvo unos segundos para ver si otro vehículo se aproximaba, pero no, aparte de él y el espectro, no había nadie más alrededor. Cuando estaba a unos 10 pasos de ella la mujer volteó y Samuel la pudo detallar. Era bellísima, con grandes ojos, labios carnosos y una piel blanca que se adivinaba tersa. Ella levantó una mano y le hizo señas para que se acercara. Él tragó grueso y, haciéndose la señal de la cruz, caminó el corto espacio que lo separaba del fantasma. Cuando estaba a sólo un paso de ella el bello rostro de la mujer se fue transformando y adoptó una expresión feroz, horrenda, como la de las películas de terror que tanto le gustaban a Samuel, pero que ahora estaba viviendo en vivo y directo. -¿Por qué vienes a donde no te llaman? ¿Nunca te dijeron que dejaras tranquilo a quien está tranquilo? No eres tú a quien espero, vete ya o te llevaré conmigo, ¿quieres eso? Samuel no necesitó escuchar más y, paticas pa’ qué te tengo, arrancó a correr hacia su vehículo, se cayó un par de veces y se raspó los codos y las manos; llegó a su carro sudoroso y casi sin aliento. Nadie le iba a creer que vio al fantasma de una mujer en la entrada del cementerio de El Espejo ni mucho menos que ella le habló. Su mamá sí le creyó, porque no es la primera vez que oye hablar de esa aparición. Es el tercer cuento que nos llega sobre la dama de la plaza de El Espejo, por parte de personas que no se conocen entre sí y que son altamente escépticas. Así que advertidos quedan quienes transiten por esa vía a altas horas de las mágicas y misteriosas noches merideñas.
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