FABRICE PARME
F. PARME
Astrid Bromuro está segura de que el Ratoncito Pérez no existe… y piensa demostrarlo tendiéndole una trampa infalible para capturarlo y acabar con él. Pero nada saldrá como estaba planeado.
Cómo aniquilar al Ratoncito Pérez
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Cómo aniquilar al Ratoncito Pérez
¡Brotan las ideas en esta aventura en estado puro de Astrid Bromuro!
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… Su serial favorito les ha sido ofrecido por dentífricos Piñata> ...
¡ Piñata> espanta las caries, no a las amistades!
¡Clic!
Señorita Astrid, no hace ni tres horas que se han ido sus padres…
Vamos a tener que encontrar algo con que entretenernos las dos próximas semanas… ¡Mi aburrimiento me entretiene mucho! ¡Entreténganse ustedes con sus tareas!
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Su aburrimiento le entretiene tanto que desborda e invade a los demás. ¡Ocúpese con algo!
Pues vaya entonces a jugar a la pelota al jardín con Fitzgerald.
Podría cambiarle la arena a Gatsby. Si sabe asearse solo, debería poder cambiar él mismo su arena llena de cacas.
¡Puaj! ¿Para que me llene las manos de babas? ¡No, gracias!
Slurp.
Maldito colector de basuras, ¡todavía no lo han desatascado!
Señora Dottie, me aburro…
¿A qué esperan para tomar cartas en el asunto? ¿Al siglo XX ?
¿Cuándo comemos?
Aún no es la hora. ¿Para que me Mientras, puede baataquen las jarme esto al cuarratas? to de las basuras, así se entretiene. ¡Sus basuras para usted!
Cacas de gato, babas de perro, ratas que pululan…
¡Prefiero aburrirme por mis propios medios, es más higiénico!
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¡Este!
El Ratoncito Pérez no tardará en volver a visitarla.
¡Otro más!
¡Se me mueve un diente!
Pff…
Ya estamos otra vez con la vieja leyenda del Ratoncito. ¿Se piensa que soy un bebé?
Jamás me atrevería…
¿Y qué iba a hacer con tantos dientes?
Probablemente los coleccione.
¿Y de dónde saca todas esas monedas?
Habrá heredado.
¿Y por qué una moneda por diente?
Un diente por diente no tendría sentido.
¡Niña ¡Pero tenmimada! go razón!
Y otra moneda en una hucha a reventar tampoco tiene sentido.
¡Ay, Dios! ¡La bajada a los infiernos!
¡Además, el tal Pérez ni siquiera existe!
¡Por supuesto que sí! Cuarto de las basuras
¡Por supuesto que no!
¡Hay tantos ratoncitos como amigos en perspectiva!
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Claro que existe, se lo digo yo.
Una noche, vi como se colaba en su cuarto. ¿Sí?
¡Cierre los ojos para que no le pique!
Y lleva una mochila de satén rojo lleno de monedas.
Es blanco y lleva zapatillas de pana verde.
Pfff… ¡Para eso lleva un cascabel al cuello, para dar la alerta!
¿Para no hacer ruido?
¿¡Un cascabel!?
¡Siguiente para el baño!
Le he dejado una toalla.
¿Y no le da miedo que las ratas le atraquen?
Y no me sea tacaño con el jabón. Ese colector de basuras va a terminar por atraer a las ratas.
Zapatillas silenciosas. Un cascabel al cuello… El Ratoncito no sigue ninguna lógica.
Slurp
¿Y dice que lo ha visto?
¡Pues claro, ya le he dicho que es real!
Blanco negro cascabel linterna
Es negro. ¿Sí? Para fundirse con la noche.
¿Podría ir pasándome los libros, por favor?
¿Y cómo sabe por dónde tiene que ir?
Con una linterna atada al sombrero.
Si existiera y escuchara semejantes trolas, no sabría que están hablando de él.
Guau Guau
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Tendiéndole una trampa infalible.
Les voy a demostrar que el Ratoncito Pérez no existe. ¿Sí?
Si existe caerá en ella, eso es cruel, ¿no le parece?
Hoy se me va a caer el diente. Es la primera etapa de mi plan.
¡En absoluto! ¡No es cruel porque no existe!
¿Cómo?
¡Benchley!
¿No resultaría más eficaz con una puerta que se abriera hacia el otro lado? Está usted un poco pesadito.
Estaba convencida de haberla guardado con la caja de costura.
¡Señorita Astrid!
¡Menudo drama si le cae a algún peatón encima, imagínese! ¿Esas hormiguitas son peatones?
?
¿Y si el diente se queda enganchado? Sería cruel, ¿no le parece?
También se lo puedo quitar con un pañuelo limpio.
También puedo esperar a que se caiga como los demás. Y para matar el tiempo, paso a la segunda fase de mi plan.
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¿Le apetece una taza de té?
Está concentrada… Así no nos molestará durante unas horas.
¡Me encantaría!
Borra Borra Borra
Este es mi plan infalible.
¡Ya está! ¡Miren, se lo voy a explicar!
Hum… Es cruel. ¿No?
Este es el agujero de ratón y el ratón asomándose.
Huele el cebo y se hace con él.
El hilo se suelta
Necesito una plancha.
No pienso prestarle mi plancha. ¿Ha visto en qué estado me ha devuelto la máquina de coser?
¿El parmesano? ¡No pienso dejarle jugar con la comida de lujo!
Solo es un dibujo. Les repito que no existe.
muelle
Olvidemos la plancha, la máquina rota valdrá perfectamente.
¡Cómo no!
No se rompió por mi culpa, Fitzgerald me hizo tropezar. Por supuesto. Le regalaré una nueva con el dinero de la paga.
¡Rota!
Necesito un trozo de queso grande. El de Italia.
Y se queda planchado de un solo golpe.
Trato hecho.
Solo un cachito de la cuña grande. Se lo devolveré intacto mañana.
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¡Mire!
¡Se me ha caído!
Ahora solo le falta averiguar por dónde entrará el bicho… Si es que existe, claro…
¡Uno menos!
POC
¡Bah…! ¡Pues por un agujero de ratón! ¡Para eso están!
La casa es enorme. Le llevará días localizarlos todos.
Que lo haga el gato que para eso lo inventaron, ¿no?
El modelo estándar, sí, pero Gatsby es un modelo de superlujo calibrado para localizar únicamente dos tipos de presa: el pienso y el cebo en lata.
¡Pues claro! ¡Este es el modelo a seguir!
¡Guau!
Ya veo. ¡Supersuave pero supervago!
¡En los campos de golf, Fitzgerald hace gala de su superolfato para encontrar los hoyos!
¡Busca, Fitz, busca!
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Este es el que está más cerca de mi habitación.
¡Tres!
¡Uno!
Vaya a cerrar los otros 17 mientras yo instalo aquí mi trampa.
Guau Guau
¡Dos!
¡18 hoyos! ¡Creo que ya están todos!
¡Qué asco de máquina de caca!
¡Pff!
¡Ay! ¡Me sigue doliendo el pie! Para que aprenda a querer matar animalitos.
¿Y qué pasa con el pollo? ¿Se ha suicidado?
¡Me pica donde eshtaba el diente!
Así, mientras, se olvida de lo mucho que le duele el pie.
Colocamos el colmillo…
¡Grashiash por recordármelo!
… Y ¡leemos el cuento de esta noche!
«… Entonces el gato, disgustado, contestó: ¡no te falta razón, pero aún así te voy a comer!»
Buenas noches, señorita Astrid. ¡Hasta mañana!
¡Qué bonita fábula!
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Última fase de mi plan…
¡Misión cumplida! ¡A dormir!
Una más, por si acaso.
Como no se puede acusar sin pruebas, pillaré al impostor con los dedos en la masa.
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