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Entrevista
Con palabras resueltas y disciplinadas, esta joven venezolana de origen italiano, nos invita a transitar por la amplia cultura del vino. Con su particular visión gerencial, ofrece una guía entretenida, didáctica, pero especialmente profesional, para recorrer el apasionante mundo del vino, sin temor a extraviarnos
Por Yolanda Manrique
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Fotografía: Cortesía
En plena pandemia, surgió de su inquieta imaginación @lacopadeclau, una cuenta de Instagram que brinda una asesoría sincera, diáfana y amena para explorar con confianza el extenso universo vinícola y otras bebidas espirituosas que alegran la vida y estimulan los sentidos. Un proyecto que ha asumido con la misma entrega y dedicación con la que ha impulsado todos sus objetivos.
Claudia Cappellin es licenciada en Economía y Administración de Empresas, egresada de la
Università Cattolica del Sacro Cuore, en Milán,
Italia, con una maestría en Gestión Internacional, en la IE Business School, de Madrid, España. En su currículo destacan experiencias que van desde ventas y marketing en la industria de bienes de consumo, pasando por organización de eventos hasta crear sus propios negocios e iniciativas.
Esta dinámica joven se formó bajo el signo de
Alnova, una empresa familiar pionera en incentivar el gusto por el mundo enológico, que introdujo importantes etiquetas a nuestro mercado, y fue fundada por su abuelo, Ferrucio Cappellin.
El conocimiento adquirido en el seno de su familia, que para ella era perfectamente natural, la motivó a incursionar más profundamente en este tema y para satisfacer su inquietud se cer-
Para Claudia Cappellin el Covid-19 significó importantes cambios en su rutina, pues debió frenar el impulso de su empresa en República Dominicana, centrada en la distribución de licores, que ahora mantiene “a control remoto”, en línea
tificó en Wine Spirit Education Trust y en Society of Wine Educator, logrando completar sus estudios con las más altas calificaciones. Su pasión le otorgó distinciones tan importantes como lograr becas de 16 universidades estadounidenses por méritos académicos y deportivos. Su entusiasmo se refleja en todas sus actividades, incluso en sus hobbies, pues ha sido miembro de la Selección Nacional Venezolana de Golf Junior, con varios torneos internacionales ganados. ¿Cómo se define? –Soy muy detallista, a veces creo que demasiado, soy un poco excesiva en ese particular. Me gusta cuidar los detalles. He tenido que aprender que hay situaciones que no puedo controlar, porque realmente me angustiaba mucho que las cosas no quedaran perfectas. Otra actitud que me define es que me gusta resolver problemas. Siempre trato de darle solución a cualquier reto. A veces, soy temperamental, pero básicamente, soy alegre y de risa fácil. ¿Qué es lo que le apasiona de su profesión? –Soy una entusiasta de la Administración, porque me gusta totalmente mi carrera, aunque ahora hay mucha crisis. Pero de los vinos y licores siempre hay algo que aprender, conocer, descubrir. Es un constante aprendizaje porque siempre hay una experiencia nueva, algún procedimiento que se ensaya, las denominaciones están en constante renovación, hay nuevas apelaciones. Siempre hay algo nuevo. ¿Cuándo descubrió que le gustaba el mundo del vino? –Para mí era muy natural. En mi casa, mi abuelo y mi papá hablaban constantemente de vino. Fue parte de mi día a día. Siempre estuve involucrada en las actividades de la empresa, desde muy pequeña, porque las catas, los salones internacionales de gastronomía y las presentaciones de nuevos productos se realizaban los fines de semana, lo que me permitía asistir sin mayores problemas. Más adelante, luego de finalizar mis estudios en Italia, obtuve una pasantía en Francia, sobre vinos y licores, que me permitió advertir que realmente me gustaba ese entorno, que no era solo una afición familiar, sino que había muchísimo más que podía aprender. Y ahí decidí profundizar en la parte teórica, en el área más técnica y química. ¿Cómo se asocia la parte académica con el aspecto sensorial? –Hay nociones que ya yo sabía, porque son básicas en toda cata. Cosas como que debe haber luz natural, las superficies deben ser blancas, no debe haber aromas particulares. Pero la primera vez que me ocupé de otros aspectos como los olores y sabores, fue durante las certificaciones en WSET y SWE, de las que he logrado la Certification of Wine Expert. Me vi obligada a entrenar mi nariz, porque no era algo que tenía tan consciente. La gente
LAGUNITA • ENTREVISTA
piensa hay que tener un olfato muy refinado, muy característico. A pesar de haber probado muchos vinos, nunca antes me había puesto a detallar todos los aromas que podían tener. Estos cursos me permitieron educar, entrenar mis sentidos para poder reconocer las propiedades, incluyendo el grado de alcohol que tiene cualquier vino. Se aprende a identificar qué sabores y olores se originan de la fruta, del azúcar, de la madera. Hay que practicar mucho. ¿Cuál es su gusto culposo? –Mi debilidad es el chocolate. Pero algo que me encanta hacer, es ver una película, muy cómoda en casa, comiendo papitas estilo French fries acompañada con una botella de buen vino. Usted es una deportista entusiasta, ¿cuándo abrazó el gusto por el golf? –De niña, practiqué varios deportes, entre ellos, kárate, gimnasia olímpica a nivel bastante alto, balonmano y equitación, pero el golf no era uno de mis favoritos, al contrario. Mi papá y me abuelo eran golfistas y solían ir al club a practicar, y mi mamá y yo nos íbamos a la piscina. Aunque el golf siempre estuvo presente en mi casa, y de pequeña hasta palos Fisher’Price llegué a tener, la verdad, no me interesaba en absoluto. Un día mi papá me sugirió que luego de salir de las prácticas de equitación, probara en la escuelita de golf, a ver qué tal me iba. Acepté la oferta y desde entonces quedé encantada. Algunos factores pueden haber influido, como jugar con compañeros de mi edad, que estaban en la misma condición que yo. Empecé a ir a torneos y me apasioné tanto, que dejé todos los demás deportes por el golf. ¿Qué tienen en común el vino y el golf? –En ambos mundos siempre se aprende algo nuevo. Puedes jugar en el mismo campo de golf toda tu vida y la pelota jamás va a caer en el mismo lugar. Igual ocurre con cada botella que pruebas, siempre va a tener matices diferentes. Ambos tienen aspectos desafiantes. ¿Qué es su familia para usted? –Es básicamente todo. Soy hija única y mi familia es mi centro, son mis grandes maestros, mis consejeros. Son mis raíces y mis alas. Estoy muy agradecida por tenerlos.
¿Qué personaje desearía emular? –No quiero ser como alguien en específico. De mi familia trato de aprender y seguir algunas características que admiro. Me apasiona aprender siempre algo nuevo, responder a los retos eficientemente. ¿Le gusta la cocina? ¿Tiene alguna receta favorita? –Sí, por supuesto. Soy de origen italiano y la cocina es un componente muy importante en mi hogar familiar. Mis abuelas y mi mamá me enseñaron a hacer pasta y salsas caseras y cuando me fui a vivir sola, tuve que aprender a valerme por mí misma en la cocina. Ahora, me da mucho placer preparar un menú cuando tengo invitados y planificar una rica comida y su correspondiente maridaje. Coméntenos sobre su actual proyecto La Copa de Clau –Ha sido todo un desafío. Es un proyecto muy personal, en solitario, en el que estoy experimentando con el diseño, el contenido y la redacción, que son de mi total autoría. Es, esencialmente, una guía práctica para recorrer el mundo del vino y los espirituosos. Fue una idea surgida durante la pandemia, pues tuve la oportunidad de leer y visitar páginas, posts e información variada sobre el tema y no estaba muy satisfecha con lo que encontraba. Además, mis amigos siempre me han pedido asesoramiento y ayuda para maridar y conocer más sobre la temática y eso me estimuló para hacer mi propia cuenta en Instagram. La cuenta se podría dividir en 7 pilares: 1) Maridaje 2) Servicio 3) Enología 4) Viticultura 5) Destilados 6) Coctelería 7) Varios (desde historia a noticias, curiosidades, etc). Mi premisa básica es ayudar y guiar al lector, introducirlo y orientarlo (dentro de mis posibilidades) en el mundo del vino y los licores. En La Copa de Clau, también doy talleres, hago actividades relacionadas con el vino y los licores, cursos, elaboro cartas de vinos para eventos y restaurantes, etc. Me siento muy motivada con este proyecto, pues, además de mantenerme activa durante la pandemia, me permite crecer y seguir aprendiendo sobre lo que más me apasiona.