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Juan Alberto Seijas
LAGUNITA • RETRATO
Juan Alberto Seijas
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Nuestro Gerente General nació en Caracas y es el menor de siete hermanos. Ingeniero industrial, es amante de los deportes y la naturaleza. Junto a María Corina Quintero de Seijas, tiene tres hijos, Juan Andrés, María Clara y Ana Luisa que, a través del ejemplo, están levantando y criando
Texto y Fotos: Anabella Capiello
Su formación académica se inició en el Colegio San Ignacio de Loyola y el lema de San Ignacio está muy presente en su vida: “En todo Amar y Servir”. Su padre fue comerciante, dueño de la ferretería Don Antonio en Prados del Este, con la cual levantó a la familia. Su madre, profesora normalista y decoradora floral. Nos comenta que aprendió mucho de sus padres, pero en especial dos cosas que comparte: “La primera, confía en la gente, tendrás más probabilidades de éxito si arrancas confiando en aquellos que te rodean. Con el tiempo, también entendí que la confianza es fundamental para lograr equipos de alto desempeño. La segunda fue la humildad, mis padres me enseñaron el valor del otro, sin importar su condición económica, al final y entre otras cosas, el daltonismo de mi padre, me enseñó a no distinguir los colores de la piel”.
Cuéntenos de su experiencia laboral.
—En septiembre de 1989 comencé mi trabajo de pasantía para obtener el título de TSU en Mecánica Industrial, en la Planta de Cervecería Polar C.A. en Los Cortijos de Lourdes. Una vez concluída la pasantía, recibí la oportunidad de pertenecer a Empresas Polar, carrera que duró 25 años. Durante ese periodo de tiempo desempeñé diferentes cargos. Fue una carrera muy enriquecedora, dado que tuve la oportunidad de pertenecer a los tres negocios de la corporación y conocer muchos de sus procesos de manufactura. Trabajé para la Fundación Empresas Polar y fui director de CANIA (Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano), institución que contribuye con la comunidad donde en 1941. Durante los últimos ocho años estuve emprendiendo fuera del país. Ahora, regreso con la energía de entregarle y devolverle todo cuanto me ha dado a Venezuela.
¿Qué lo motivó a aceptar la oferta laboral?
—Soy hombre de retos y de empresa y Lagunita Country Club es una empresa en toda su extensión. Existen clientes, trabajadores, procesos, maquinarias, áreas verdes, canchas deportivas, entre otros. En el Club hay muchas cosas por hacer y para ello estoy aquí. Agradezco a la Junta Directiva su confianza y les pido que me apoyen en la gestión que comienza y que confíen en el equipo que lidero, el cual se irá acoplando para lograr los objetivos de la Junta y de las Juntas que nos acompañen en el futuro. Mi reto será construir un equipo
que apoye y satisfaga los requerimientos que demanda el entorno país y que en armonía trabaje de la mano de la Junta Directiva de turno. Las Juntas pasan y nosotros, como equipo, continuamos trabajando para prestar el mejor soporte posible a aquellos que decidan estar al frente del Club. Somos nosotros los llamados a ser el brazo ejecutor de los dirigentes.
En el corto tiempo que lleva en el club ¿qué es lo que más le ha llamado la atención?
—El amor y la identificación que sienten los trabajadores del Club por la institución. Aunque debo reconocer que me llamó mucho la atención la necesidad que tenían todas las áreas administrativas y de servicio de tener un líder que los ayudara a ordenar las líneas de mando que se desdibujaron producto de la pandemia y por la ausencia de la figura del GG. Creo en la filosofía de la “Pirámide Invertida”. Me explico: Algunos piensan que, al llegar a puestos de dirección, en la punta de la pirámide organizacional, todos los que están debajo lo sirven. Yo por el contrario lo veo al revés, mientras más arriba estés, más obligado estás a servir a todos los integrantes de tu equipo. Me debo a mi equipo y les he hecho saber que cuentan conmigo.
¿Cómo es su equipo, cómo lo gestiona y de qué manera lo motiva?
—“Mi equipo es mi equipo”. Cada uno de ellos, desde su puesto de trabajo buscan hacer lo que está a su alcance para resolver los retos que se presentan a diario y con los recursos limitados con los que se cuenta. Sin dudas, todos estaban ávidos de tener a un líder que los ayudara a canalizar sus inquietudes y situaciones, no solo en lo laboral, sino también en lo personal. La ausencia de un lider ocasionó que las líneas de mando se desdibujaran y era para ellos muy retador entender a quién escuchar. Mi equipo será un equipo que desarrollará competencias para la autodirección y estarán empoderados para transitar en su gestión. La motivación es algo muy personal y no a todos nos influyen las mismas cosas. Pero eso sí, los sorprenderé y motivaré cuando estén haciendo las cosas bien. Cuando existan oportunidades de mejora las conversaremos y definiremos acuerdos de funcionamiento para cerrar brechas.
¿Cómo es su estilo de liderazgo?
—Creo fielmente en el Empowerment como estilo de liderazgo y es el que más me caracteriza. Es una filosofía que consiste en delegar poder y responsabilidades a los colaboradores con el objeto de que éstos estén más motivados y comprometidos. Es una forma de gerenciar que consiste en delegar, dar poder, autoridad, autonomía y responsabilidad al equipo de trabajo para que puedan tomar decisiones y resolver situaciones. Es la forma en que he conseguido los mayores y mejores resultados durante mi carrera como gerente. El Lagunita Country Club es una empresa y debe ser gerenciada como tal.
¿Qué cualidades debe tener un buen gerente?
—Un gerente, primero que nada debe ser gente. Debe entender que lidera personas y no máquinas, debe ser empático y tener la capacidad para escuchar a sus colaboradores más allá de las palabras. Un buen gerente debe ser modelo y guía a la vez. Un buen gerente sorprende a su gente haciendo bien las cosas. Si hay procesos que se desvíen, por supuesto debe tomar decisiones y ser responsable de las consecuencias.
¿Cuál es su plan a largo plazo?
—En estos momentos es un reto establecer planes con lo cambiante del entorno. Cada día que pasa procuro darle el mayor valor al aquí y al ahora sin perder de vista el futuro. Deseo que la Lagunita se convierta en el ejemplo de gestión de los Clubes Sociales y recreativos de Venezuela y ejemplo que sirva de benchmark para otros. Eso sí, debemos definir un norte claro, que todos sepan hacia dónde vamos y así todos rememos en la misma dirección.
¿Cómo se asegura de mejorar continuamente en el ámbito personal?
—Yo considero que la clave para mejorar continuamente es ser humilde y aceptar que no lo sabemos todo. Detrás de un “no sé” se abre un mar de posibilidades. El día en que nos acostamos y no aprendimos algo, ese día, a mi entender, está perdido. La mejora continua es una de mis formas de vida, constantemente parto de la premisa de que a los retos que me enfrento, ya alguien antes de mí los transitó. Por eso me gusta compartir con personas que me cuenten sus experiencias y formas de pensar. Siempre es más fácil llegar a la solución correcta escuchando desde la profundidad de la humildad. Luego con creatividad y sobre la base del entorno que rodea la situación a la que nos enfrentamos, tomar la mejor decisión. Al final, como decía Isaac Newton: “¿Quién ve más lejos, el gigante o el hombre que se para sobre los hombros del gigante”
¿Qué le gustaría que supiéramos de usted?
—Me gustaría que supieran que soy amante de la naturaleza y que disfruto mucho de la dimensión humana de cada persona. Me gusta la fotografía, soy fanático del Magallanes y del Barcelona F.C. Tengo como sueño, desde hace mucho tiempo, convertirme en Ministro de Ambiente de nuestro país, para cuidar y preservar lo que DIOS nos entregó como riquezas naturales.