Cuerpo en movimiento

E D I T O R I A L

Un compromiso con el tiempo

Estas líneas editoriales tienen, esta vez, una connotación muy especial. Porque más allá de representar la bienvenida a una lectura amena y agradecer a nuestros aliados, en esta oportunidad hay que hacer mención –esmerada y entusiasta– del grupo de personas que hicieron posible una celebración de las dimensiones logradas en el 80 Aniversario del Club.

Un mes en donde no se escatimó en esfuerzos y dedicación para resaltar una fecha emblemática, en la que se demostró que la planificación, el trabajo en equipo, el amor por lo propio y el deseo de hacer las cosas en forma impecable rinden los resultados que se esperan.

En los torneos, festividades y eventos que se realizaron en el marco de este emocionante aniversario, se evidenció, una vez más, el espíritu que ha caracterizado a nuestro club desde 1942. Principios y valores que han acompañado varias generaciones y le han dado a nuestra institución el prestigio y honor que ostenta.

Sin duda, la comunidad completa del club se relacionó y disfrutó de las celebraciones, sin embargo, hay que destacar los nombres de Rafael Navarro (Presidente), Luis Terrero (Vicepresidente), Carlos Cordido (Dir. Ppal), Gustavo Torres (Comité de Casa Club), María Pereda (Comité de Eventos), Miguel Camacho (Comité de Golf), Victor Issa, Rodrigo Gándara, (Tenis), Arantza Arana (Comunicaciones), Mariana Rendón (Eventos), quienes hicieron posible y materializaron la programación y los actos que llenaron de fiesta nuestros espacios.

No puedo menos que sentirme orgullosa de haber formado parte del equipo encargado de celebrar y homenajear una trayectoria de ocho décadas de historia, que plasmamos en estas breves páginas, en las que deseamos documentar un mes de emociones, alegrías, nostalgias, pero en especial, exhibir el afecto y admiración que sienten los socios por su club.

Estos días fueron una muestra más de la convivencia social, la familiaridad, el espíritu deportivo, y especialmente, el culto de la amistad y la calidad humana presentes en el ADN de Valle Arriba Golf Club.

Con mucho afecto,

Frahanciz Herrera