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La casa

de todos

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El interiorismo y la decoración han estado presentes en la historia del VAGC, pues desde que se construyó la Casa Club sus espacios se han mantenido como ejemplo del diseño y la arquitectura de una capital que empezaba a abrirse camino hacia la modernidad, sin perder su esencia más clásica.

Así, cuando nos adentramos en los detalles de la construcción de nuestra emblemática edificación, descubrimos la trayectoria misma de una urbe que empezaba a desarrollarse y extender su hegemonía hacia regiones cercanas. El desarrollo de urbanizaciones como Dar un paseo por los salones de nuestro club es disfrutar y admirar un estilo que se impuso en la Caracas de los techos rojos y hoy se mantiene con un toque contemporáneo y elegante

Altamira, El Rosal, Las Mercedes o Valle Arriba, son claras señales del deseo de modernizar la ciudad.

Mucho se ha insistido en cómo el boom petrolero intervino en el progreso de nuestro país. Sin duda, el paso de una localidad provinciana a una metrópoli cosmopolita no habría sido posible sin toda la influencia que trajo como consecuencia la inmigración, tanto interna como externa, que llegó atraída por la promesa de un futuro mejor.

La industria petrolera trajo una buena cantidad de trabajadores extranjeros empleados por compañías como la Creole y la Shell que aportaron, también, nuevos hábitos y modos de urbanismo y, por supuesto, de vida.

En el desarrollo de las nuevas urbanizaciones, entre las que se cuenta Valle Arriba, hay una gran influencia de arquitectos norteamericanos que imponen un estilo orientado a las viviendas individuales, pareadas y pequeños edificios. Uno de esos arquitectos, Clifford C. Wendehack, fue el responsable de hacer el proyecto de la Casa Club que se inauguró formalmente en 1947.

Diseño y confort

La característica más determinante es su privilegiada ubicación, en la colina que domina el campo de golf. Su estructura neocolonial, que en apariencia se ve como de una sola planta, desciende hasta llegar al nivel de los campos.

El esquema arquitectónico presenta un edificio longitudinal techado a dos aguas con tejas, con dos volúmenes cortos en los extremos y otro central. Este último permite un acceso cómodo desde el vehículo.

Salones, balcones, terrazas amplias e iluminadas, con una vista espectacular de nuestro cerro El Ávila son algunos de los dones de la infraestructura. El site ccscity450.com recoge una anécdota que conocen todos los socios del club, pero que no deja de ser una curiosidad única: “el maestro pintor del Ávila Manuel Cabré, tras la solicitud que le hicieran de pintar el paisaje de los campos y el Ávila desde la Casa Club, decidió firmar sobre el vidrio del ventanal con la vista, haciendo alusión al cuadro natural que desde allí se ve. La firma del maestro permanece tallada en la ventana hacia la vista Norte”.

La construcción se fue extendiendo, con el paso del tiempo, para incluir una edificación más reciente que, aunque no parece guardar los mismos lineamientos arquitectónicos, mantiene el equilibrio con el paisaje y evidencia las nuevas tendencias imperantes.

Durante la pandemia, se tomaron decisiones importantes en materia de mantenimiento y cuidado de los espacios, tanto comunes como administrativos, para garantizar la operatividad y las mejoras del club. Gracias a esa iniciativa, desde diciembre de 2020 se puede apreciar la renovación de los salones y las terrazas para que los socios y visitantes se sientan como en su casa, en un ambiente acogedor y cónsono con las nuevas tendencias. Sobrios y elegantes, los espacios dan la mejor bienvenida.

El estilo de decoración de los salones del VAGC está inspirado en la elegancia y sobriedad del mobiliario clásico en el que destacan los sofás y butacas Luis XV y los sillones ingleses orejeros

DECATA. ¡Enhorabuena! Iniciamos descorchando el triunfo

de “365 días. Uno para cada vino”, el e-book de la periodista gastronómica y escritora Adriana Gibbs, quien representando a Venezuela, se alzó con el Gourmand World Cookbook Award 2021, celebrado en Umeå, Suecia, en la categoría Mejor Libro Digital de Vinos. El premio es considerado “el Oscar de los libros de gastronomía”, seleccionado por el jurado entre 1.558 textos, de 227 países. Su autora afirma: “365 días. Uno para cada vino’, muestra que hay un largo y jugoso sendero por recorrer. Y lo mejor es que es un camino sin término. Hay variedad de uvas, estilos y orígenes. Huyamos de los paladares monotemáticos” El creador del Gourmand World Cookbook Awards, Edouard Cointreau, destaca del e-book: “Allí están distintas aristas del vino (uvas, estilos de vino, el arte de la cata en armonía con otros temas como vino y arte, vino y literatura, vino y cine, vino y ciudad). Un libro así no lo hay propiamente. Son aspectos que están desarrollados en varios libros. En este caso está todo reunido en uno solo y hecho con rigor”. Hasta la fecha suma casi los 1000 ejemplares vendidos. En sus 690 páginas, el lector conoce las etiquetas que traen a Venezuela 29 importadoras y, otras que debe probar cuando viaja. La invitación es a “aprender en disfrute” con esta publicación de la editorial Punto Paladar creada en 2020 junto a Betzy Barragán, Verónica Gibbs, Natalia Brand, entre otros importantes colaboradores. Se puede adquirir a través de la página web www.adrianagibbs.com y de Amazon, a un costo de 14 dólares.

DEGUSTA. En Caracas la movida gastronómica y cultural

se activa, especialmente en la zona este de la ciudad, donde el negocio de la restauración junto a la creatividad de reconocidos chefs abre un abanico de opciones y experiencias para degustar la buena mesa. Comienzo con EL BANCO bar & cusine: una experiencia gastronómica sin límite de crédito. En un ambiente que fusiona el concepto de banca y restaurante, ofrece una innovadora propuesta de gastronomía mediterránea con productos locales. Al frente de su cocina se encuentra el chef Zavier Zambrano, con más de 15 años de trayectoria, un referente de alta cocina, quien fuera sous chef de Carlos García, en Alto Restaurante. Junto a su equipo creó una carta con más de 25 opciones para deleite de sus comensales. Aquí mencionamos solo un abreboca: Entradas “sin límites de crédito” con el pulpo braseado cocido en especias o el cocktail de colas de camarones con arepitas de queso de año. Para picar “a corto plazo” destacan las croquetas de chipirones y las perlas de cordero. Entre los Principales “a largo plazo” atrapa la atención el filete de salmón marinado con papelón especiado, acompañado con puré de coliflor asado, chutney de manzana y cous cous y también el lechón crocante en salsa de arándanos. Cierran los postres “con intereses” con un crumble de titiaro o la bougatsa griega. Sus instalaciones, sede otrora de una entidad bancaria, cohabitan como parte del mobiliario y decorado la taquilla, la caseta de vigilancia y la bóveda que alberga un moderno y reservado salón VIP. Cuenta también con una amplia terraza al aire libre que pretende convertirse en el lugar de entretenimiento para quienes deseen disfrutar de buena coctelería y un ambiente musical después de la oficina. El restaurante está ubicado en la calle Orinoco, Torre Uno, en Las Mercedes. IG @elbancorest Para quienes prefieren la cocina venezolana el nuevo punto de encuentro es BIJAO, un restaurante que rinde homenaje a la despensa y sabores nuestros con un enfoque de vanguardia, ubicado en la avenida Trinidad de Las Mercedes. En la experiencia Bijao se vive el arte y la belleza de nuestro trópico en modernos salones pintados por la artista Andrea Cisneros. Su chef, Gabriel García, diseñó un menú con combinaciones en las que destacan las armonías de dulce y salado, alimentos amazónicos, además, de recrear platos internacionales con el sello local. “Es una cocina de autor, el sueño de una familia, con pinceladas de mi autoría”, señala García, formado en el ICC de Caracas, con especializaciones en Le Cordon Bleu de Lima y en restaurantes como Mercedes y Utopía 19. En la mesa de Bijao se disfrutan platos como el carpaccio de punta trasera -considerado por el chef Gabriel como el Cadillac del recinto- una parrilla al grill aderezada con polvo de chistorra, puntos de mantequilla de aguacate y ají dulce y chips de yuca. La sopa de cebolla con queso guayanés; la rodilla de cerdo cocida a baja temperatura durante más de cuarenta horas y la pesca del día con mañoco y salsa de guisante servida al humo. A la hora del postre; el brownie de sarrapia, el mousse de copoazú con tierra de cacao, praliné de almendras y pimienta guayabita y el “Guayamisú”, la versión del tiramisú con Guayanés. La coctelería de autor en los After Office con música en vivo es parte de la oferta. El restaurante tiene una historia de familia. Sus promotores Abelina Franco y su hijo Luis Martín, lo bautizaron “Bijao” rememorando a la Yaya (madre de Abelina y abuela de Luis) quien cocinaba envolviendo ingredientes en la hoja de bijao para elaborar sus recetas. IG @bijaoccs

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