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Nuestra gente

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Un paraíso El lujo natural de Los Roques

El archipiélago anclado en medio del mar Caribe ofrece maravillas. Desde deportes marítimos hasta fauna y flora inigualable, sin dejar de mencionar espléndidas playas con arenas blancas y aguas cristalinas y una temporada de langostas muy esperada por los turistas

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Por Ana María Matute Fotos: Cortesía

Cuando se habla de turismo de lujo, generalmente se toma en cuenta el alojamiento, la atención, los servicios y la comida. Pero en el caso del archipiélago Los Roques se trata de un privilegio poder disfrutar de las aguas cristalinas y tranquilas, de las arenas finas y esplendorosamente blancas y de un clima perfecto para disfrutar todo el año. Eso es un lujo, y está a un salto de Caracas.

Fueron los colonizadores españoles en el siglo XVI los que lo reclamaron como parte de la Capitanía de Venezuela. Son un conjunto de 50 islas, 300 islotes y extensos arrecifes de coral vivo.

Es considerado el parque marítimo más grande de Latinoamérica. Su riqueza es tal que hay más de 300 especies de peces y 92 de aves en todo el archipiélago.

El turismo hacia el parque nacional ha sido uno de los favorecidos con los permisos de vuelo durante la pandemia, por lo que en tan solo 25 minutos desde el aeropuerto de Maiquetía se llega al Gran Roque, en donde está la pista de aterrizaje.

Es la isla más poblada y donde están asentadas las posadas y los restaurantes. No hay que olvidar la temporada de langostas que comienza en noviembre.

Nombres curiosos

Además del Gran Roque, las islas fueron bautizadas con nombres que podrían sonar extraños en español. Sin embargo, guardan algo de la historia del archipiélago, que alguna vez fue popular entre los piratas que hacían de las suyas por el mar Caribe.

Aunque abundan las ofertas para pasar un día en Los Roques, lo recomendable es preparar una estadía más larga, para así aprovechar al máximo todo lo que tiene que ofrecer el archipiélago. Debido a las regulaciones por ser un parque nacional, no existen grandes edificaciones y los alojamientos generalmente son casas de dos pisos

Los bucaneros ingleses lo que hicieron fue traducir al inglés la palabra indígena “cayo”, de acuerdo con lo que se explica en Internet. Un cayo para ellos era un “key”. Pero como no eran los únicos que andaban por estas aguas, se convirtió al español trasladándolo fonéticamente, es decir, como suena, “qui”.

Así, por ejemplo, uno de los más famosos por sus aguas tranquilas y color turquesa, Francisquí, era Frank´skey o France´skey; Crasquí viene de Crab´skey, Domu´skey se transformó en Dos Mosquises.

El lujo y la naturaleza

Aunque abundan las ofertas para pasar un día en Los Roques, lo recomendable es preparar una estadía más larga, para así aprovechar al máximo todo lo que tiene que ofrecer el archipiélago. Debido a las regulaciones por ser un parque nacional, no existen grandes edificaciones, y los alojamientos generalmente son casas de dos pisos o cabañas, pero hay para todos los gustos y presupuestos. Lo primero que hay que aclarar son las categorías de los alojamientos.

La primera en orden de lujo y servicios es la V.I.P. Estos hospedajes se caracterizan por incluir todo en sus tarifas por noches, es decir, además de la habitación o la cabaña, el huésped cuenta con desayuno, almuerzo y cena generalmente de la mano de un chef. La atención es cinco estrellas y todas las amenidades son de alta calidad.

Atienden a los turistas hasta en la orilla de la playa y tienen dispuestos para ellos los equipos necesarios para algunas actividades como snorkel y buceo, pero además organizan excusiones con el traslado en lancha o peñero incluidos.

En esta categoría se destaca actualmente la posada Tsunami del grupo internacional Paradise. Además de habitaciones para dos y tres personas justo frente al mar en una hermosa casa de dos pisos, también ofrece a los huéspedes un catamarán con cuatro habitaciones de lujo y tripulación que incluye un chef para toda la estadía.

La embarcación de 46 pies puede hospedar hasta 8 personas y ofrece la ventaja de que puede navegar el archipiélago y anclarse en un cayo desierto en donde los turistas podrán disfrutar de un paraíso privado. Además de wifi y todas las comodidades de los camarotes, posee un dingy y equipo básico para el que quiera practicar pesca en aguas cristalinas. Las habitaciones de la posada pueden ser dobles o triples y también tienen wifi y televisión. Para el disfrute de la playa ofrecen las sombrillas, toallas y cava.

Hay otras posadas que pueden llamarse de cinco estrellas en la isla Gran Roque, entre las que se pueden mencionar Villa Caracol, Mediterráneo, Natura Viva, La Gotera, Galápagos y Malibú.

Luego vienen las posadas de nivel intermedio. Su servicio también es sobresaliente, al igual que las instalaciones, pero un poco menos lujosas. Generalmente tienen pocas habitaciones, lo que da un sentido de privacidad bastante agradable. No todas están al frente de la playa,

“Desde el muelle principal se puede contratar un mini tour que lleva a los turistas por tres cayos muy vistosos, Noronquí, Crasquí y la laguna de Robusquí, que encantan con sus playas tranquilas”

sino repartidas en las calles del Gran Roque. También ofrecen las tres comidas incluidas en la tarifa diaria con un menú dirigido por un chef.

Se destaca la posada Turquesa, que queda en la calle La Laguna del pueblo. Tiene cuatro habitaciones y puede hospedar hasta 10 personas. Todas tienen baño privado. El comedor queda en la terraza del segundo piso, desde donde se ve el famoso faro holandés. Los huéspedes pueden disfrutar del desayuno antes de salir a los cayos en donde también disfrutarán de un lunch box preparado especialmente para ellos. La cena es a la luz de las velas.

Son también recomendables en este rango, de acuerdo con el sitio megavenezuela.com, las posadas Albacora, Va Pensiero, Tropicana, Corsario, entre otras.

Y finalmente, los hospedajes más sencillos, que generalmente son propiedad de los propios roqueños y que están clasificadas como estándar. No hay que confundirse, pues son hospedajes muy bien atendidos y en buenas condiciones con todo lo necesario para una estadía cómoda. Sin embargo, la mayoría de las veces no incluyen las comidas o a lo sumo solo el desayuno.

Actividades y aventuras

Las aguas que se juntan: Es toda una experiencia llegar al conocido como Cayo El Agua y pararse en la delgada franja de arena blanca a observar como casi se unen los bordes del mar y la hacen desaparecer. Por supuesto que todo depende de la marea, pues si está muy alta, el puente de arena desaparece por completo. Un mini tour. Desde el muelle principal se puede contratar un mini tour que lleva a los turistas por tres cayos muy vistosos, Noronquí, Crasquí y la laguna de Robusquí, que encantan con sus playas tranquilas. En la laguna hay infinidad de especies de estrellas de mar, y los visitantes pueden nadar entre ellas, solo teniendo la precaución de no sacarlas del agua, pues eso las mata. Para el kitesurf. para los amantes de este deporte está el cayo Saqui Saqui. Sus aguas son bajas y tranquilas, hay buen viento y es prácticamente desolado. No hay sombra, así que se recomienda llevar sombrilla.

El más cercano: Francisquí es el que queda más cerca de Gran Roque, solo a 10 minutos en lancha. Sus aguas tranquilas y transparentes son encantadoras, pero lo que más llama la atención es una piscina natural un poco más profunda en la que se puede hacer snorkel para ver los corales y la fauna marina de cerca.

Para bucear: Boca de Cote está lejos de Gran Roque, justo donde el archipiélago se une al mar abierto. Allí convergen las aguas turquesa del archipiélago y las azul oscuro del mar Caribe, y por la profundidad, es perfecto para practicar buceo. Posee una gran barrera coralina en donde se aprecia la fauna marina más increíble.

Cayos prohibidos: Es tanta la riqueza de fauna del archipiélago, que hay islotes exclusivos en los que aves como los flamencos ponen sus huevos. Por esta razón está prohibido bajarse y caminar por sus playas, pues estos grandes pájaros ponen un solo huevo y lo entierran en la arena. Sin embargo, se puede alquilar un peñero que pasea a los turistas por sus costas para admirar desde la embarcación sus coloridos plumajes.

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