Política participativa mujer maipú 2016

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Indice Carta del Alcalde Capítulo 1: Introducción Capítulo 2: Avances en materia de derechos de la mujer 2.1 De los derechos del hombre a los Derechos Humanos 2.2 Derechos civiles y sociales de las mujeres en Chile 2.3 Una mirada a la mujer actual 2.4 Línea de tiempo de progresos de la mujer en Chile Capítulo 3: Proceso diagnóstico 3.1 Resultado Diagnóstico en materia de mujer y bienestar 3.1. • Introducción 3.1. • Diagnóstico de relación con el entorno/Seguridad Ciudadana 3.1. • Diagnóstico de las relaciones a nivel de pareja/Violencia contra la mujer 3.1. • Diagnóstico de desarrollo personal/Cultura y uso del tiempo libre 3.1. • Diagnóstico en materia de salud corporal y mental 3.1.5.- Cifras a nivel nacional 3.1.5.- Diagnóstico Maipú 3.1.5.- Cuerpo 3.1.5.- Mente 3.2 Resultado diagnostico en materia de mujer y trabajo 3.2. • Introducción 3.2. • Autonomía económica 3.2. • Participación laboral femenina 3.2. • División sexual del trabajo 3.2. • Segregación laboral 3.2. • Trabajo dependiente a nivel nacional 3.2. • Trabajo dependiente en Maipú 3.2. • Trabajo independiente a nivel nacional 3.2. • Trabajo independiente en Maipú 3.2. • Desafíos 3.3 Resultado diagnóstico en materia de mujer y participación Capítulo 4: Misión y visión comunal para la mujer de Maipú • Misión Institucional • Visión Institucional • Lineamientos estratégicos - Mujer y bienestar - Mujer y trabajo - Mujer y participación Capítulo 5: Conclusión Capítulo 6: Bibliografía 4

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Carta del Alcalde Las mujeres han contribuido al desarrollo de nuestros pueblos y sus identidades, con esfuerzos y sacrificios que han servido de ejemplo para las generaciones posteriores. Han sido parte fundamental de la conquista de derechos y libertades, no solo para ellas mismas, sino para todos los individuos de este mundo, debiendo soportar sufrimientos e injusticias en épocas distintas. Sin embargo, también es cierto que la historia se ha escrito, en su mayoría, desde la perspectiva del hombre, quedado las mujeres relegadas a una condición de silencio y supeditación. Por ello, los nuevos tiempos traen consigo el inmenso desafío de reconocer el papel trascendental de la mujer en nuestra sociedad, a partir del reconocimiento de la igualdad entre mujeres y hombres. Por otra parte, las dinámicas actuales de la sociedad traen consigo la tarea de modernizar nuestras instituciones y organismos públicos, generando con ello espacios concretos de participación, que influyan en la creación de políticas orientadas al mejoramiento de la calidad de vida de las personas. Hoy en día, existe una ciudadanía más empoderada y crítica, que exige derechos sociales antes no garantizados y nuevas formas de desarrollar la actividad política basada en la transparencia y los valores democráticos. Por ello, desde la Ilustre Municipalidad de Maipú nos planteamos el desafío de incorporar a la ciudadanía en el quehacer de la gestión pública, contribuyendo con ello al desarrollo de los distintos barrios de la comuna al propiciar una mejora en los estándares de calidad de vida de sus habitantes. Dado que la participación ciudadana es la piedra angular de nuestro proyecto político Política de Mujer

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comunal, decidimos promover múltiples instancias de participación, diversas e integradoras, para crear políticas locales de acuerdo a los intereses e inquietudes de los diferentes grupos sociales de Maipú. En este sentido, el desafío fue desarrollar una política pública destinada a la mujer, bajo mecanismos que garantizaron su participación en la discusión y elaboración de este instrumento. Miles de maipucinas han entregado, a través de distintos espacios de participación ciudadana, su visión respecto a diferentes ámbitos y aspectos de su cotidianeidad, necesidades, inquietudes y aspiraciones. Hay un propósito fundamental que guía nuestro accionar, a saber: alcanzar los más altos niveles de “bienestar subjetivo”. Hablamos de un concepto multidimensional, que implica, por una parte, satisfacer las condiciones de vida objetivas o materiales que determinan a la sociedad en su conjunto y en su dinámica constante; y, por otra, contar con un alto grado de bienestar subjetivo, palpable principalmente en la percepción individual del ciudadano. Llegar a alcanzar este concepto de felicidad es una tarea difícil, por cierto, pero no por ello imposible. Existen en el mundo debates y experiencias que respaldan nuestro propósito. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo plantea que además de la importancia que adquiere el acceso a bienes de servicios básicos, infraestructura, derechos civiles y políticos y distribución equitativa de la riqueza, es fundamental la incorporación de la felicidad de las personas como un objetivo más del desarrollo de un determinado país. Otro caso, aún más innovador, es el que ofrece Bután, nación

del sudeste asiático que ha creado un nuevo concepto de Felicidad Bruta Nacional (FBN), indicador que propone medir la calidad de vida en términos holísticos a diferencia de la categoría clásica del Producto Interno Bruto (PIB), al cual estamos acostumbrados. La FBN tiene la característica de superar la visión tradicional con la cual se mide el desarrollo de un país. Para el modelo butanés, son cuatro los pilares que sustentan su visión de felicidad: a) promoción del desarrollo socio-económico sostenible e igualitario; b) la preservación y promoción de valores culturales; c) la conservación del medioambiente; y d) el establecimiento de un buen gobierno. Es así que nos planteamos el complejo pero motivante desafío de elaborar una política local que aborde las diversas problemáticas de nuestras mujeres. La materialización de este proceso participativo fue el Primer Congreso de Mujeres de Maipú. Esta instancia consideró una serie de hitos de participación ciudadana para las fases de diagnóstico, validación de resultados y formulación de lineamientos, en donde se analizaron, estructuraron e interpretaron las necesidades y aspiraciones de más de siete mil vecinas de la comuna. Uno de los hitos más relevantes de este proceso fue la Convención Ciudadana de Mujeres de Maipú. A partir de la perspectiva de un trabajo con enfoque participativo para la construcción de una política pública de alcance local, se definió que los resultados del diagnóstico deberían ser validados por las propias mujeres de la comuna. La Convención se llevó a cabo en el Teatro Municipal, el día 6 de diciembre de 2014. A ella asistieron cerca de quinientas mujeres 6

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cuya organización y coordinación estuvo a cargo de doscientos funcionarios de diferentes unidades de la municipalidad. Cabe destacar el trabajo de coordinación, producción y puesta en escena de la Convención de la Mujer, hito del proceso del Primer Congreso de Mujeres de Maipú, en la que tuvieron una destacada participación las autoridades de nivel central, sectoriales, comunales, mujeres de todos los barrios de Maipú, lideresas locales y políticas, representantes de agrupaciones femeninas, beneficiarias de los programas municipales y figuras de opinión nacional, en un evento con los más altos estándares de calidad en su implementación. Hoy la comuna y el municipio cuentan con una política que caracteriza y entrega lineamientos y definiciones sobre diferentes ámbitos del quehacer de la mujer. Esto guiará y precisará la definición de planes, programas, proyectos y acciones en el corto, mediano y largo plazo por parte de los estamentos municipales y sus equipos, en conjunto con las organizaciones ciudadanas para dar cumplimiento a la gestión municipal, en beneficio de las mujeres de Maipú.

Christian Vittori M. Alcalde de Maipú


Capítulo 1: introducción En la comuna de Maipú residen 554.548 personas (SECPLA, 2016), siendo en su mayoría una población integrada por mujeres representando al 51,1% de sus habitantes. Sin embargo, a pesar de constituir, incluso, mayoritariamente a la población total nacional, las mujeres chilenas continúan siendo discriminadas en relación al acceso al trabajo remunerado, tipo de ocupaciones, calidad de los empleos y reconocimiento de sus derechos (SERNAM, 2008). Bajo esta premisa, la Ilustre Municipalidad de Maipú decidió, bajo el pilar de la Participación Ciudadana inscrito en la Gestión Política del Municipio, fomentar la participación de distintos grupos de la sociedad, en especial la de un grupo, que

siendo la mayoría de la comuna, no ha logrado canales e instancias del todo adecuadas para el desarrollo de sus inquietudes y la resolución de sus necesidades. En esta línea, se asumió la tarea de restituir, a nivel de las prácticas municipales, el debido espacio de participación que merecen las mujeres de la comuna, integrándolas de forma concreta en el quehacer de la gestión municipal. La participación ciudadana, sin duda, permite conocer las experiencias y expectativas de cada mujer en torno a su concepción familiar, laboral, económica, cultural, de la salud, entre otras dimensiones. Posibilitando, de esta manera, percibir la realidad de las maipucinas y, por tanto, otorgando la oportunidad al municipio para

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contribuir a la realización de una comuna que permita el desarrollo integral de sus habitantes desde el enfoque ciudadano. Maipú marca un hito histórico para el desarrollo local de nuestras comunidades puesto que incorpora la participación de las mujeres en la discusión y elaboración de una Política destinada y creada por ellas. En donde se afirman las bases para el desarrollo integral de la mujer a nivel social, fomentando su bienestar físico y mental, su desarrollo productivo y su inclusión directa en procesos de toma de decisión a nivel local. La Política Local de la Mujer genera espacios y procesos que permiten ampliar el desarrollo integral de la mujer, reduciendo


los impedimentos sociales y culturales que limitan actualmente esta posibilidad. Por este motivo, es que la Política Local de la Mujer da cuenta, a través del capítulo denominado Avances En Materia De Derechos De La Mujer, un resumen sobre los derechos de la mujer a lo largo de la historia, asumiendo la importancia de que este instrumento se constituya como un canal para que todas las mujeres de la comuna reconozcan, comprendan y ejerzan sus derechos sociales y políticos. Asimismo, esta Política contempla una breve exposición metodológica sobre los alcances del diagnóstico comunal efectuado, para luego exponer los principales resultados en materia de “Mujer y Bienestar”, “Mujer y Trabajo” y “Mujer y Participación”.

la temática de la presencia de las mujeres en los distintos niveles de participación formal y su poder en la toma de decisiones. Por último, se encuentra el capítulo donde se exponen las principales conclusiones en torno cada una

La Política de la Mujer comprende la generación de una visión y misión institucional que guiarán los principales lineamientos estratégicos articulados por el Municipio en la ejecución de 32 medidas diseñadas, especialmente, para dar cuenta de las necesidades que las propias mujeres de la comuna expresaron a lo largo de los diversos procesos de participación efectuados. En “Mujer y Bienestar” se desarrollan las distintas áreas de interés para la mujer como lo son la temática de seguridad, la violencia hacia la mujer, la cultura y uso del tiempo libre, y la salud. Por su parte, “Mujer y Trabajo” expone la inserción laboral femenina en sus dos dimensiones: trabajo dependiente y trabajo independiente. En el apartado de “Mujer y Participación”, se desarrolla

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de las dimensiones desarrolladas en la Política Local de la Mujer. Con el objetivo de evidenciar el largo pero enriquecedor camino recorrido para el desarrollo, realización y ejecución de un trabajo en conjunto con las mujeres de Maipú, denominado: Política Local de la Mujer.


CapĂ­tulo 2: avances en materia de derechos de la mujer

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La historia del desarrollo moderno de la mujer, en el contexto social actual, está marcada por una serie de procesos sociales e históricos que proporcionan las bases para su comprensión y su asimilación desde la perspectiva del enfoque de derechos humanos. Es, en sí misma, una historia marcada por el silencio y el soslayo de su misión y, por tanto, su rol dentro de la sociedad actual, que ha sido analizada desde múltiples corrientes teóricas, cuyo punto de convergencia es la comprensión del género como una teoría orientada a la visualización de la mujer y la restitución de su condición humana, a través de la garantía de sus derechos. Se suele consensuar que esta historia de silencios deriva de las transformaciones sociales que originan la modernidad, a saber, la Revolución Industrial, impulsada desde Inglaterra y las trasformaciones socio-políticas, originadas a partir de la Revolución Francesa. La primera trasformación afectó profundamente la estructura de producción de la sociedad, acarreando como consecuencia directa, la rearticulación de los roles familiares, restando la responsabilidad de la mujer en su participación en la confección de mercancías que pasan a ser parte del proceso de producción industrial. Esta situación trae como consecuencia la reducción de la fuerza productiva femenina dentro del mercado formal de trabajo, la reducción de la mujer en su participación activa del producto interno bruto de los países y la disminución de sus posibilidades laborales casi

exclusivamente al mercado de los servicios, tónica que desde el siglo XVIII hasta nuestros días resulta una constante. Por otra parte, se aprecia que fruto de esta trasformación la división sexual del trabajo se instala como un paradigma que, naturalizado como forma única y exclusiva de división social, ancla a la mujer al ámbito de la familia, a cargo de la reproducción. Aún en este rol, se aprecian silencios, puesto que desde esta óptica tampoco se agregó valor a la producción de la mujer en lo doméstico, desestimándose la importancia económica de dicha labor hasta nuestro tiempo presente.

disímil a la masculina, procesos que han desarticulado sus posibilidades, su prosperidad y autonomía. El moldeamiento de su rol a partir de esquemas diferenciados de crianza, la canalización de sus intereses a un espectro reducido de elementos culturales, las distinciones de lenguaje que tienden a minimizar su realidad y su exposición a tareas desde la primera infancia, han llevado a la mujer a un contexto adverso de profunda negación de su ciudadanía y, consecuentemente, con menos posibilidades de transformación, a la reducción de su libertad.

Sumado a las trasformaciones sociales que originan la división sexual del trabajo, se puede apreciar, a partir de la revolución francesa un proceso de reconstrucción socio-política que, si bien fue construido por hombres y mujeres, sus resultados devienen en un beneficio directo casi en exclusiva para lo masculino. Esta lucha, la lucha por los derechos del hombre, como se llamó en un principio, es un fiel reflejo del silencio de nuestra sociedad respecto de la participación femenina.

Sin embargo, si se aceptara que esta realidad fuera un elemento invariable dentro de nuestra cultura, asumiríamos también, de buen grado, el silencio de nuestra sociedad frente a la importante contribución de las mujeres en su propia transformación y la de su contexto social, por cuanto se estarían negando cerca de doscientos años de trabajo en materia de vindicación a nivel de derechos, no derechos del hombre, sino que derechos humanos; dentro de los cuales, aquellos propios de las esfera de lo femenino, han sido puestos en la palestra precisamente por aquellas mujeres que se han negado a aceptar los modelos culturales impuestos para ellas por su sociedad.

Estos procesos han configurado, en gran medida, una serie de consecuencias naturalizadas como elementos invariables de nuestra actual cultura, que han llevado al descredito de la mujer en su rol activo dentro de la sociedad, como su marginación de los procesos de toma de decisiones ciudadanos, su marginación en materia de derechos laborales, la reducción de su aspecto de acción en todo aquello que no sea lo doméstico y la familia, siendo la falta de acceso a la educación, o bien a una educación

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Es menester de esta política local, romper con este silencio histórico, contribuyendo a dar a conocer los principales avances en este gran proceso de trasformación, cuya pretensión más altiva responde a la generación de una sociedad más justa y ecuánime en materia de derechos, tanto para hombres como para mujeres.


>> De los derechos del hombre a los Derechos Humanos El 26 de Agosto de 1789, se marca como el día en que se declara la primera herramienta política que afirma un marco que presume como universales una serie de derechos, los cuales deben respetarse independiente del origen o condición de las personas. La declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, en su texto original, resume una serie de postulados filosóficos de la época que dan origen a la ilustración como proceso histórico. Con todo, y pese a la importancia de este texto, creado como resultado de la revolución francesa y que servirá de base para la construcción de la mayoría de las constituciones americanas, incluyendo la chilena, hubo serias críticas en círculos de mujeres ilustradas, al no mencionarse nada respecto del rol de la mujer en dichos postulados.

El 20 de Julio de 1848, en Estados Unidos, se realiza la primera convención sobre derechos de la mujer, cuyo resultado fue el texto llamado Declaración de Sentimiento de Seneca Falls, cuya publicación marca el primer hito del movimiento feminista norteamericano. Este texto se basa en la constitución de Estados Unidos y plantea la igualdad entre hombres y mujeres en materia de derechos, enfatizando la inclusión de las mujeres dentro de los sistemas de participación política (derecho a voto, derecho a participación en cargos de representación pública y derecho a reunión con fines políticos). Este marco de discusión aporta uno de los momentos precursores para la discusión y posterior aprobación y validación de derechos civiles y políticos para las mujeres en occidente.

En 1791, Olympe de Gouges, como respuesta a la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano, escribe la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Este documento, pese a no tener una validación social y legal similar a la primera declaración, constituye uno de los primeros documentos que afirman un principio de igualdad entre hombres y mujeres en materia de derechos naturales.

El 30 de abril de 1948, se funda la Organización de los Estados Americanos (OEA), instancia internacional articulada para establecer el diálogo de los países de la región en una multiplicidad de temáticas de relevancia. Dentro de esta organización se crea una comisión especial llamada Comisión Interamericana de Mujeres, que funciona hasta al día de hoy, específicamente diseñada para trabajar temáticas relacionadas con marcos de regulación que impidan la discriminación basada en el sexo.

En 1792, Mary Wollstonecraft, escribe la Vindicación de los Derechos de la Mujer, luego de conocer la discusión de la Asamblea Nacional Francesa, en la cual se asumía que las mujeres solo requerían educación doméstica, situación que plantea uno de los primero actos de ruptura frente a la noción de que hombres y mujeres, por su sexo, merecen diferentes tipos de educación, basada en la división sexual del trabajo.

El 10 de Diciembre de 1948, la Asamblea General de Naciones Unidas ratifica la Declaración Universal de Derechos Humanos, garantizando a través de sus 30 artículos un marco de regulación básica y un enfoque en cuanto a aquellos derechos inalienables a la condición humana. Esta declaración, al ser aprobada y ratificada

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por los países participantes, obliga a la construcción de institucionalidad necesaria (legislación y garantes) a cada uno, para que permita la promoción y la protección de los mismos. Esta declaración, es resultado de procesos históricos tan importantes como la Segunda Guerra Mundial y corresponde a una actualización de la suma de tratados presentes a lo largo de la historia moderna en materia de derechos. Un elemento importante es precisamente la correspondencia, que vincula el carácter de los derechos como universales y humanos, entre esta declaración y la nueva forma de comprender el fenómeno de las diferencias de sexo y género. Con todo, esta declaración, por su carácter general, no contempló directamente una lectura de género que permitiera un trabajo directo en la materia por parte de los países participantes. Desde 1975 a 1985 se genera el Decenio de la Mujer de Naciones Unidas, instancia desarrollada a partir de la primera conferencia sobre la materia en México, con motivo del año internacional de la mujer. Esta propuesta buscó generar un plan mundial de desarrollo en materia de género, apuntando a construir un marco de derechos y garantía de los mismos, basado en la construcción de directrices gubernamentales, formación de instituciones y desarrollo de la discusión a nivel institucional. En este sentido, es importante considerar que la emergencia de estas propuestas se debe al desarrollo de movimientos sociales femeninos en todo occidente, luego de ser superadas las problemáticas asociadas a los periodos de guerras mundiales que afectaron a la


humanidad. Dentro de este marco, estos diez años contemplan las bases para consolidar la importancia de la defensa de los derechos de la mujer desde una perspectiva que vinculara a los países miembros de Naciones Unidas. En 1979 se realiza, como principal resultado del trabajo efectuado en los diez años dedicados la formación de mecanismos vinculantes relacionados con el género,

la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación hacia las Mujeres (CEDAW). Primer texto que otorga un estatuto propio de derechos a las mujeres y que garantiza a nivel institucional la articulación de procesos en todos los países que lo firmaron, tendientes a garantizar y promover el desarrollo de la mujer en una sociedad libre de los estereotipos culturales, que impiden su legítimo ejercicio en todos los ámbitos

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de la sociedad. Esta convención fue ratificada por Chile en 1991, tras el retorno a la democracia, con la consecuente generación de una institución estatal encargada de su cumplimiento: el Servicio Nacional de la Mujer.


En 1993 se efectúa la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en Viena, cuyo principal objetivo fue la generación de un debate mundial respecto a la concepción de los mismos, enfatizándose la importancia de desarrollar un trabajo más acentuado en cuanto a los derechos de aquellas agrupaciones postergadas por los Estados en esta materia, destacándose la importante presencia de la discusión sobre género y los derechos de las mujeres, explicitándose su estatuto de derechos humanos. En 1994 se efectúa la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo en El Cairo, cuya relevancia en la materia fue introducir la discusión sobre derechos reproductivos y sexuales dentro de la agenda de los países participantes, marcando un avance importante en una materia postergada durante la mayor parte de la historia del desarrollo de los derechos de la mujer. Asimismo, en 1994 se realiza la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer en Belem do Para, cuya principal

preocupación es identificar estrategias que permitan resolver esta problemática dentro de los países participantes. En este sentido, es importante relevar la incorporación de mecanismos preventivos y de contención como foco particular de la defensa de los derechos de la mujer. Finalmente en 1995 se efectúa la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing, en donde se identifican doce puntos críticos que impiden el adecuado desarrollo de las mujeres a nivel mundial, estructurándose una plataforma de trabajo que permitiría a los países asistentes diagnosticar su situación y diseñar planes de acción para introducir mejoras en estos puntos. Se han realizado tres conferencias de seguimiento de esta plataforma en intervalos de 5 años a la fecha. Como se ha podido observar, la discusión de los derechos de la mujer ha sido un trabajo de más de doscientos años de esfuerzo constante por posicionar en la cultura un estatuto de derecho que contemple la integralidad de lo femenino,

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desde la noción más básica asociada a la garantía de los derechos humanos de la mujer. Este estatuto, si bien ha sido construido desde lo normativo, aún hoy en día, pese a los avances en la materia, no se ha establecido como a priori natural para regular las relaciones entre hombres y mujeres en la cultura. El trabajo de toda política, inclusive aquellas de orden local, es precisamente, identificar esta discusión desde la necesidad de generar procesos que permitan resolver en las prácticas sociales estas diferencias. Chile, al haber ratificado cada una de estas convenciones, nos posiciona como un Estado garante de las mismas y, por consiguiente, nuestro Municipio, como uno de sus garantes, debe hacerse cargo en el marco de lo local, de ejecutar planes, programas, proyectos y acciones que estén alineadas con la discusión mundial y nacional. En este sentido, se comprende que esta política está orientada a romper aquellos silencios que impiden a la mujer el desarrollo de su vida. Queremos que este desarrollo sea armónico con su estatuto de derechos y que ello incida directamente en la mejoría de su calidad de vida.


>> Derechos civiles y sociales de las mujeres en Chile Desde hace más de cien años, la mujer chilena ha emprendido la búsqueda de igualdad de derechos y deberes respecto del hombre, batalla que se ha dado en los ámbitos de la política, el trabajo y la cultura. Poco a poco, tras largas luchas, han podido dejar atrás el segundo plano a las que habían sido tradicionalmente relegadas, para tomar un protagonismo, en nuestros días, en todas las esferas de nuestra sociedad. Los inicios del siglo pasado vieron surgir a los primeros movimientos y grupos organizados de mujeres que buscaban el reconocimiento de sus derechos y libertades. Hacia 1913, existían ya algunos clubes y asociaciones femeninas que trabajaban activamente por este objetivo. En el ámbito educacional, por ejemplo, Chile fue pionero en la formación profesional de este género, ya que en 1887 se titulan de medicina las primeras mujeres del continente. Ello, sin embargo, no cambió la esencia de un patrón cultural que miraba receloso el desarrollo intelectual y profesional alcanzado por estos grupos de mujeres, debido a que, en otras palabras, significaba la independencia económica y política de la mujer. Inspiradas en los procesos de emancipación femenina de Europa, las mujeres de élite formaron en 1915 el “Club Social de Señoras”, con el objetivo de instruirse intelectualmente, logrando influir para que, por primera vez en nuestro país, se presentara un proyecto de ley al Parlamento que otorgaba derechos ciudadanos a las mujeres. Otras, provenientes de las capas medias, formaron el “Círculo de Lectura”, en

sintonía con las ideas laicas y radicales de la época, ello bajo el alero de Amanda Labarca. Además, ella fue la primera mujer en Chile en dictar una cátedra universitaria y participar también en la creación, un par de años más tarde, del “Consejo Nacional de Mujeres”, dedicado a lograr avances legislativos de género. Entre 1917 y 1930, se forman diversas organizaciones femeninas, entre las que destacan la “Gran Federación Femenina de Chile”, en el norte salitrero; el “Partido Cívico Femenino”, que planteaba la necesidad de otorgar el derecho a voto a las mujeres; la “Convención de la Juventud Católica Femenina”; el “Partido Demócrata Femenino”; la “Unión Femenina de Chile”, y la “Asociación Nacional de Mujeres Universitarias”, con la participación de Amanda Labarca y Elena Caffarena, entre otras. Todas estas agrupaciones tuvieron como objetivo común buscar la inclusión de la mujer en la vida pública de nuestra sociedad. Esta fuerza de mujeres organizadas, llevó a Arturo Alessandri Palma a dictar, en 1934, la Ley 5.357, que permitió la participación femenina en las elecciones municipales del año siguiente, tanto para sufragar como para presentarse en cargos públicos de este tipo. De un total de 98 candidatas, 26 fueron electas. También en 1935 nace el “Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena”, MEMCH, una de las organizaciones femeninas más importantes de la historia de nuestro país. Cinco años después de su formación, ya contaban con más de 40 comités a lo largo de todo el territorio nacional y, bajo su periódico “La Nueva Mujer”, levantaron las banderas de la 14 Política de Mujer

protección de la madre y sus hijos, por la igualdad laboral y salarial, y contra la maternidad obligada, demandando políticas públicas anticonceptivas y otros temas relativos a la salud de la mujer. Con el inicio de los “Gobiernos Radicales”, las mujeres entran a una nueva etapa de luchas y reivindicaciones. El primero de ellos, Pedro Aguirre Cerda, compartía las demandas del género femenino, y en el Congreso, parlamentarios de todas las tendencias políticas comienzan a defender el derecho de la mujer a participar de la vida política del país. Varios hitos de diferente índole contribuyen al empoderamiento femenino, como la obtención del Premio Nobel por parte de Gabriela Mistral en 1945, el triunfo como regidora (equivalente a los concejales de nuestros días) de Julieta Campusano por la comuna de Santiago en 1947, o la creación del “Partido Femenino Chileno”; el segundo de este tipo en nuestra historia. Todo ello desemboca en el surgimiento del “Comando Unido Nacional Pro-Voto Femenino”, que tras una extensa campaña, logra que la Cámara de Diputados despache el proyecto que garantiza el derecho a voto de las mujeres en todo proceso eleccionario, el que es promulgado el 8 de Enero siguiente por el Presidente Gabriel González Videla. En 1950, fue electa la primera diputada, Inés Enríquez, del Partido Radical, por la ciudad de Concepción. Dos años más tarde, participan por primera vez en una elección presidencial, y en 1953, María de La Cruz Toledo es la primera senadora del país. Una vez garantizado un marco para el ejercicio de sus derechos civiles, se tornó


necesario generar procesos que sensibilizaran la cultura de una sociedad no acostumbrada a la igualdad de género. Mientras se consolidaba la incorporación de la mujer a las universidades y al mundo laboral, personalidades brillantes como la de Violeta Parra llevan la creatividad y sensibilidad de la mujer chilena a ojos de todo el mundo. Con las experiencias políticas de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende, la mujer se incorporó masivamente a las distintas formas de participación que nacían al clamor de tiempos convulsionados. Trabajadoras, pobladoras, campesinas, estudiantes y dueñas de casa se organizaban en diferentes espacios comunitarios para ser partícipes de la discusión de los problemas que afectaban a toda la población. Fueron también expresión de solidaridad y compromiso. Pero el golpe de Estado y consecuente dictadura terminó con la forma en que nuestra sociedad se relacionaba y desarrollaba, para transformarla completamente luego de diecisiete años de represión.

Un nuevo Código Civil, promulgado en 1974, establecía que “El marido debe protección a la mujer, y la mujer obediencia al marido” y que “El marido tiene derecho para obligar a su mujer a vivir con él y seguirle a donde quiera que traslade su residencia”.

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Un nuevo Código Civil, promulgado en 1974, establecía que “El marido debe protección a la mujer, y la mujer obediencia al marido” y que “El marido tiene derecho para obligar a su mujer a vivir con él y seguirle a donde quiera que traslade su residencia”. Este nuevo marco regulatorio, y muchos otros incidentes, se plantean como un retroceso importante para la agenda social y política que los grupos organizados de mujeres hasta esos años habían incorporado en la palestra del país. La nueva legislación también reconocía dos delitos de autoría exclusivamente femenina: el adulterio y el aborto, y como el sistema democrático estaba suprimido, tampoco podían ejercer sus derechos civiles conquistados a mediados de siglo. Desde la dictadura militar y sus instituciones, se buscó consolidar la imagen de una mujer sumisa y doméstica, en que sus principales preocupaciones y deberes radicaran en el funcionamiento del hogar y la familia. 15


Lo anterior, a pesar de todo, no tuvo el objetivo esperado. La crisis económica de los principios de los años 80 obligó a muchas mujeres a integrarse al mundo laboral, aunque fuese de manera informal. Aumentó también el número de nulidades matrimoniales y la cantidad de hogares donde su jefatura fue asumida por mujeres, siendo en sectores de escasos recursos más del 40% del total de las familias. A partir del contexto de represión de la época, comienzan a emerger asociaciones y grupos femeninos que resisten de distintas maneras los años de la dictadura. Se organizan ollas comunes en las poblaciones, comedores infantiles o bajo el alero de la Iglesia Católica, y se realizan jornadas de protesta, vigilias y solidaridad entre familiares de Detenidos Desaparecidos, a través de la

“Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos”, la “Comisión de Derechos Humanos” o “Mujeres Por La Vida”. También nacieron grupos con una identidad más ligada al feminismo, como el “Movimiento de Mujeres Populares” (MOMUPO), el “Comité de Defensa de los Derechos de la Mujer” (CODEM), “Mujeres de Chile” con una faceta más política y contestatarias ligadas al Partido Comunista y el “Movimiento de Mujeres por el Socialismo” (MMS), relacionado al Partido Socialista. A partir del 8 de Marzo de 1984, día mundial de la mujer, se iniciaron las protestas populares contra la dictadura, y cuatro años más tarde, en el contexto del plebiscito y la campaña del NO contra la dictadura de esos tiempos, las mujeres tuvieron un rol de movilización y organización tan importante como el de los hombres.

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El retorno de la democracia ha significado nuevos espacios para la conquista de derechos y libertades por parte de las mujeres. Se han incorporado masivamente a la política –Gladys Marín fue la primera candidata presidencial femenina de nuestra historia-, y hoy tenemos a mujeres en la Presidencia de la República, del Senado y en distintos escaños parlamentarios. Por otra parte, se ha desarrollado una infraestructura institucional que busca garantizar sus derechos y reconocer su desarrollo en el mundo laboral y doméstico. Pero, sin lugar a dudas, es una tarea histórica que aún no concluye y, hoy más que nunca, se vuelve necesaria destacar y desarrollar para el fortalecimiento de la organización femenina y empoderamiento de la mujer.


>> Una mirada a la mujer actual Hoy en día, de los más de 16 millones de chilenos, la cantidad de mujeres supera en medio millón a la de los hombres. Además, es superior el número de población femenina que reside en nuestro país respecto al género masculino. Por lo tanto, las problemáticas y aspiraciones de las mujeres de Chile son también las inquietudes y necesidades de más de la mitad de los habitantes de todo nuestro territorio. En nuestra comuna, viven hoy 554.458 personas, es decir, un 8% de la Región Metropolitana, y un 3% de la población del país. El número de mujeres maipucinas alcanza la cifra de 283.133, y equivale al 51,1% del total de los habitantes de Maipú . En la actualidad, las mujeres están cambiando los distintos paradigmas arraigados a la sociedad debido a que, entre otras cosas, cuentan con acceso a nuevas oportunidades de empleo y profesionalización, modificando, de esta forma, el rol tradicional de madre establecido por las generaciones anteriores. Se han apropiado, de manera progresiva, de espacios que les pertenecían casi en exclusividad a los hombres, participando de todos los ámbitos de la sociedad, como la política, las artes, la ciencia y la educación. Las actividades que ahora desempeñan, les exigen ser multifacéticas y junto a las labores de madre y esposa, son también jefas del hogar y proveedoras de nuestra familia. Además, 6 de cada 10 profesionales que se incorporan al mercado laboral son mujeres. Ellas, si se les compara con los hombres, tienen mejores notas, se demoran un año menos en egresar y presentan un 10% menos de deserción en el primer año de educación superior (MINEDUC, SIES, 2012).

Por otra parte, las mujeres manifiestan estar cada vez menos de acuerdo con lo tradicional. En el año 2014, un 82% de las mujeres señaló estar de acuerdo con que la familia y el matrimonio son la base de la sociedad (7 puntos menos que el año anterior), mientras que un 64% menciona que la imagen y la apariencia son importantes para alcanzar el éxito profesional (4 puntos menos). En este mismo sentido, se observa una liberalización cultural al instante en que el 89% de las mujeres encuestadas asegura

que para progresar laboralmente es necesario sacrificar tiempo con la familia (9 puntos más); un 53% declara que el aborto debiera ser considerado como un derecho (7 puntos más) y, por último, un 43% de ellas se encuentra de acuerdo con la legalización de la marihuana (5 puntos más). A pesar de los cambios que ha incorporado la mujer en su cotidianeidad, la sociedad no ha logrado asociar la igualdad y bienestar para toda la población, situación que se

“La mujer nuestra anda por ahí, terciada de fortaleza de cólera y de piedad a la vez. Yo la veo en mí misma con idéntica veteadura contradictoria” -Gabriela Mistral

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evidencia en los hogares con jefatura femenina en Chile, los cuales aumentaron de un 33%, en 2009, a un 39% durante el año 2011, representando el 55% de estos hogares espacios de extrema pobreza (CASEN, 2011). Por otro parte, un 36% de las mujeres que hoy se mantienen inactivas laboralmente, declaran que se encuentran en este estado, principalmente, por los quehaceres del hogar y por deberes de cuidado de niños, niñas, adultos mayores, enfermos o personas con discapacidad (INE, 2013). Chile presenta una de las menores tasas de participación laboral femenina en el mundo: según el Instituto Nacional de Estadísticas, en el trimestre marzo-mayo de 2014, se alcanzó una participación femenina histórica del 48%. Sin embargo, en el resto de América Latina, la cifra alcanza un 52,8% (CEPAL, 2011), y en los Países de la OECD asciende a un 63,8% (OECD, 2011). La participación femenina en el mundo del trabajo tiene correlación con la pobreza, por cuanto, ha mayores niveles de pobreza, menor es la participación en el mercado laboral. En Chile existe una deuda pendiente en el plano reproductivo de las mujeres. Si se observa desde la sexualidad, la mayoría de las mujeres no la experimentan ni convergen en base a la reproducción debido a la masificación de diferentes métodos anticonceptivos. Sin embargo, se estima que del total de embarazos a nivel nacional, el 14% de ellos son de madres adolescentes, siendo este porcentaje uno de los más bajos de Latinoamérica pero muy sobre las cifras de los países desarrollados cuyos porcentajes no superan el 5% de embarazos adolescentes. Situación que mantiene estrecha relación con la inexistencia de planes de educación sexual en los colegios y en los distintos impedimentos para un real acceso1 a métodos de prevención del embarazo.

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“Resultados Comunales Censo 2012”. Oficina de Planificación y Desarrollo. SECPLA, Ilustre Municipalidad de Maipú.

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>> LĂ­nea de tiempo de progresos de la mujer en Chile

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Capítulo 3: proceso diagnóstico

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El presente diagnóstico es una síntesis de las problemáticas, aspiraciones y expectativas de la mujer en Maipú. Fue realizado con un enfoque participativo, territorial y sectorial, con el propósito de rescatar las voces de las mujeres maipucinas, siendo estas quienes nos entregaron los insumos bases para la construcción de una política que conduzca a una mejor calidad de vida y en consecuencia a su felicidad.

participación ciudadana consultiva, tales como:

desarrollado desde agosto a noviembre de 2014 donde participaron 300 mujeres.

La realización de un estudio y análisis de la mujer de Maipú a través de la aplicación de encuestas presenciales y encuestas digitales (online) de auto percepción y caracterización y focus group. Las que han sido aplicadas desde Marzo a Octubre del año 2014 donde participaron 6244 mujeres.

Este diagnóstico se construyó a partir de las actividades realizadas en el proceso del Congreso de la Mujer de Maipú 2014, el cual consistió en tres grandes etapas de

El desarrollo de diálogos participativos sobre la realidad de la mujer de Maipú a través de talleres territoriales, sectoriales y de emprendimiento. Los que se han

El desarrollo de una gran convención ciudadana de la mujer, que tuvo como propósitos: presentar los resultados de este diagnóstico de la mujer de Maipú y validarlos a través de paneles sobre distintas temáticas de interés. Además de ofrecer un espacio de esparcimiento y recreación artística en homenaje de la mujer de Maipú donde participaron 493 mujeres.

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>> Resultado diagnóstico en materia de mujer y bienestar Introducción La Municipalidad de Maipú se ha planteado el desafío de construir, como eje de sentido que dota a su quehacer, la noción de “Ciudad Feliz” en los habitantes de la comuna, principalmente, desde la visión que asocia el concepto de felicidad como la posibilidad de alcanzar los mayores estándares de calidad de vida dentro de la población, garantizando su desarrollo, tanto desde el punto de vista de sus condiciones materiales, como físicas y mentales. En este ámbito, “Ciudad Feliz” se comprende desde una matriz que dota sentido a las prácticas sociales por la vía de la garantía de mínimos para el alcance de bienestar en la población.

Por esta razón, es que en las diferentes actividades que tuvieron lugar en el marco del congreso de la mujer, se incluyeron los conceptos de “Felicidad” y “Calidad de Vida” como sinónimos para referirse al desarrollo integral de la persona, en su dimensión biológica, psicológica, social y medio ambiental. A continuación daremos una mirada a la felicidad de la mujer en Maipú, considerando su calidad de vida, lo que ellas priorizan para ser feliz, y el nivel de felicidad que le reportan los distintos ámbitos del desarrollo de sus vidas.

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Bajo esta premisa, era esencial conocer cómo evalúan las maipucinas su calidad de vida, y para ello se realizó una encuesta que ofrecía las siguientes alternativas: muy buena; buena; regular; y mala, basados estos niveles en la relación y complementación de las distintas dimensiones que comprende a la persona en su desarrollo. Los resultados obtenidos develaron que el 61 % de las mujeres considera que su calidad de vida es buena. Las opciones muy buena y regular alcanzaron el 19% de las respuestas cada una y sólo un 1% obtuvo la alternativa mala.


Fuente: Encuesta realizada a usuarias de Talleres Municipales, Noviembre 2014

Para alcanzar una calidad de vida satisfactoria y sin grandes problemas, las mujeres maipucinas identificaron tres necesidades fundamentales, en el siguiente orden: 1) Sentirse segura frente a la delincuencia, la cesantía y la enfermedad; 2) Tener un proyecto de vida; y 3) Hacer las cosas que le gustan. De esta manera, cubrir las necesidades más inmediatas y cotidianas, físicas y de seguridad, resulta lo básico para alcanzar una mejor calidad de vida donde la felicidad y tranquilidad sean el eje central. Estas necesidades se relacionan con la tendencia a la conservación frente a situaciones de peligro, incluyendo el deseo de seguridad,

estabilidad y ausencia de dolor. En segundo lugar, es importante para las mujeres cumplir sus aspiraciones, metas y anhelos. El aspecto de sus vidas con que sienten mayor satisfacción es el familiar, donde el 70% de las participantes señalaron sentirse muy feliz con su realidad, mientras que la alternativa medianamente feliz alcanzó el 22%. Según las encuestas desarrolladas por Acción Activa Consultores Ltda., el 86,2% de las mujeres encuestadas manifestaron tener una valoración positiva de su vida familiar entre las opciones “muy bien”, “bien” o “más que regular”. Situación similar ocurre al ser consultadas sobre su relación de pareja, ya que el 63,2% se reconoció bajo el mismo parámetro de evaluación anterior. Sobre su condición, la mayoría de las encuestadas (64%) dijo sentirse muy feliz “como mujer”, mientras que el 29% de ellas se reconoció medianamente feliz. Sólo el 7% de las mujeres señaló que esta condición las ha hecho poco feliz y nada feliz (Encuesta de usuarias de talleres municipales).

Fuente: Encuesta realizada a mujeres a través de plataforma virtual Facebook, Noviembre 2014

En la encuesta se identificó que más del 61% de las mujeres reconoció tener una vida sexual satisfactoria. En cuanto a su

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bienestar emocional o mental, un 72% de las vecinas afirmó tener una valoración igualmente satisfactoria. Algo similar ocurrió con la apreciación de la “diversión que tienen en su vida”, donde el 62% de las mujeres señalaron encontrarse satisfechas con el tiempo que disponen esparcimiento y actividades recreativas. Sobre su relación con el barrio en el que residen, según la encuesta a usuarias de talleres municipales, más de la mitad de las mujeres (60%) reconocieron que en su barrio viven “medianamente feliz”, junto al 19% que dijo “vivir muy feliz”. Sólo un 21% manifestó sentirse “poco feliz” o “nada feliz”. Lo mismo sucede con el impacto de la comuna, ya que nuevamente el 60% de las mujeres dijo sentirse “medianamente feliz”, una amplia mayoría si se le agrega el 22% de la que respondieron “muy Feliz”. Las opciones “poco feliz” y “nada feliz” sumaron un 18%. (Encuesta a usuarias de talleres municipales). En ambos casos, los resultados tienen relación con la percepción negativa que han causado ciertos efectos colaterales al crecimiento de Maipú, como problemas congestión y la delincuencia.


El trabajo resulta ser el tema que menos felicidad genera en las mujeres: solo un 42% del total de las encuestadas dice sentirse “medianamente feliz” y el 28% manifiesta sentirse “poco feliz” o “nada feliz”. En general, los lazos interpersonales que desarrollan con sus hijos, pareja o amigos, son el ámbito que mayores niveles de satisfacción generan en las mujeres. No obstante, aquellos aspectos asociados al tiempo disponible con el que cuentan, su situación económica y capacidad de compra, son los ítems que menores niveles de satisfacción generan hoy en día en las mujeres de nuestra comuna. También hacen hincapié en la falta de tiempo que tienen para sí mismas, ya sea en lo laboral y económico como en lo personal, al destinar la mayor parte de sus energías en tareas vinculadas al hogar y el cuidado de los hijos. A partir de este marco diagnóstico se planteó la necesidad de integrar un concepto de bienestar asociado a la mujer de la comuna que articulara de manera integral el concepto, desde sus propias necesidades. Por este motivo, se decidió construir un concepto de bienestar basado en el desarrollo de tres ejes o ámbitos de sentido para las mujeres, relacionado a su manera de comprender la calidad de vida, y por tanto su felicidad, a saber: su relación con el entorno, sus relaciones a nivel familiar, su uso del tiempo libre y acceso a la cultura, entendido desde la noción de desarrollo personal y su relación con el cuerpo, en sus dimensiones físicas y mentales.

libre de violencia (SERNAM, 2015). Es una “dimensión fundamental para el empoderamiento de las mujeres y su participación en la sociedad de la información y el conocimiento en igualdad de condiciones” (XII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y El Caribe, 2013, p. 70). Vulnerar el acceso del goce de la autonomía física de la mujer, significa violentar sus libertades y derechos (CEPAL, 1994). Por ello, resguardar espacios seguros, en todo ámbito, resulta primordial para su pleno desarrollo. Tal seguridad, no solo se debe asegurar fuera del hogar, sino que también al interior de este, puesto que es en este espacio donde la violencia física, sexual y psicológica es ejercida, con gran frecuencia, por la pareja o, incluso, la ex pareja de la mujer (XII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y El Caribe, 2013). Otro aspecto a resguardar es el acceso al desarrollo integral de la mujer en el sentido de propiciar su participación a través del uso de su tiempo libre en actividades relacionadas a la cultura, generando, de esta forma, espacios donde pueda desenvolverse libremente y ser feliz al expresar sus gustos, intereses y aspiraciones. Por último, de acuerdo a lo establecido en el Consenso de Santo Domingo (2013) se debe garantizar el acceso de todas las

La mirada operativa que esta política otorga al concepto de bienestar responde a la necesidad de incorporar herramientas que permitan ejecutar procesos que permitan el desarrollo de bienestar como homólogo de autonomía. En este sentido, se comprende que la autonomía física es el control que las mujeres tienen sobre su propio cuerpo, su salud integral y el derecho a una vida Política de Mujer

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mujeres al sistema de salud con el fin de resguardar el cuidado de su mente y de su cuerpo. A partir de este desarrollo conceptual, por tanto, se comprende de manera operativa el concepto de bienestar dentro de la comuna, asociado a las necesidades de la mujer, como la integración de elementos biopsicosociales a garantizar para el desarrollo de su autonomía, en un sentido amplio, relativo a su relación con el cuerpo, que incorpora la variable ambiental (entorno inmediato y relaciones con su familia). Con esta premisa, se abordarán los resultados diagnósticos en un ordenamiento que articula: • Diagnóstico de Relación con el entorno/ Seguridad ciudadana • Diagnóstico de las relaciones a nivel de pareja/Violencia contra la mujer • Diagnóstico de desarrollo personal/ Cultura y uso del tiempo libre • Diagnostico en materia de salud corporal y mental Esta manera esquemática de abordar el concepto de bienestar permitió integrar aspectos de desarrollo en materia de proyecciones para futuras acciones en la temática, que dialogan directamente con el aparato institucional a nivel municipal, garantizando así, la posibilidad de generar un trabajo articulado desde las diferentes direcciones, unidades, oficinas y programas del municipio.


Diagnóstico de relación con el entorno/Seguridad ciudadana La seguridad es vivenciada en la actualidad como un bien a ser garantizado por el Estado, articulado desde las necesidades de la sociedad civil. En este contexto la creciente sensación de inseguridad experimentada por la ciudadanía y puesta de manifiesto por las mujeres de la comuna en el diagnóstico, nos insta a identificar aquellos aspectos locales que impiden a las vecinas y vecinos sentirse seguros, perjudicando su calidad de vida y, por tanto, modificando sus hábitos cotidianos para resguardarse. Sin embargo, es preciso circunscribir el concepto de seguridad, primero en su sustrato social como necesidad primaria, desde los primeros estadios del desarrollo psicológico, a un sustrato cultural, que aborda una dimensión de género en la experiencia de su ausencia, puesto que es precisamente en esta falta, donde se evidencia la mayor preocupación o temor, si se quiere, por parte de la ciudadanía. Se ha optado por comprender el fenómeno de la seguridad/inseguridad desde las perspectivas que ofrecen Ulrich Beck y Anthony Giddens, en el marco de su comprensión de fenómenos acaecidos a nivel mundial como resultado del fin de la Guerra Fría y el inicio de procesos de transición política a gobiernos liberales, que a nivel técnico, propiciaron el auge de nuevas formas de comunicación social como internet y brindaron un marco para la evolución de un sistema económico totalizante a nivel económico como es el capitalismo; la articulación de fenómenos sociales de mutua dependencia, como la globalización, cuya consecuencia a nivel subjetivo se expresa en la individualización de los sujetos. La convergencia de estos procesos y el análisis de los mismos llevan a estos pensadores a tomar consideraciones especiales respecto de la seguridad como fruto del fracaso de las instituciones formales a nivel de la sociedad por absorber las consecuencias de las

trasformaciones sociales y geopolíticas del mundo. La sociedad del riesgo de Beck (1998), nos lleva a pensar el carácter finito de lo humano y la caída institucional por garantizar bienestar a los sujetos en sociedad. Giddens (1999), por su parte, acuña el concepto de seguridad ontológica para referirse a la capacidad del sujeto por mantener una autonomía corporal en cuanto a su espectro de decisiones dentro de espacios sociales normados. La falta de regulación normativa de los mismos, es decir, la dificultad que tienen los sistemas sociales de permear su propio riesgo, conlleva la expresión de la inseguridad en la población, acarreando una serie de consecuencias psicológicas en las personas, tornándolos más vulnerables, dependientes y, por tanto limitando su autonomía. Estos pensadores, asumen que el contexto de la seguridad ciudadana es el resultado de una estrecha unión 26 Política de Mujer

entre los sujetos y los sistemas sociales en los cuales están insertos, siendo la falla de algunos elementos suficiente condición para provocar la experiencia de inseguridad. Así, el peso de la seguridad, como bien simbólico de la sociedad, se expresa en la garantía de los agentes sociales y sus instituciones, de resguardar un marco de estabilidad en el cual el sujeto pueda sentirse seguro. En esta línea, dicho concepto de seguridad se asume desde una perspectiva de género al comprenderse que las regulaciones sociales en la cual se inscribe la sociedad actual, generan relaciones de poder que niegan reiteradamente la autonomía de la mujer en lo concerniente a su autonomía corporal, mermando su seguridad ontológica, tornándola más permeable a la idea de sentirse vulnerable y dependiente al instante en que siente la necesidad


del resguardo de otro para su propia protección. La naturalización de este imaginario, en las formas de relaciones entre hombres y mujeres; y mujeres y sociedad, han permitido comprender la importancia que para las mujeres tiene el concepto de seguridad y la garantía del mismo. Si bien, la seguridad ciudadana, en su percepción de ausencia por parte de la ciudadanía, es un fenómeno que afecta tanto a hombres como mujeres, es interesante dar cuenta, en la experiencia de las mujeres que han participado de los procesos de trabajo para esta política, que este fenómeno incorpora variables específicas como la preocupación por la seguridad del otro, desde el rol de madre o la preocupación por la propia persona,

desde un sentimiento de debilidad construido desde el imaginario de la debilidad corporal. Las mujeres, dentro de este contexto cultural, tienen una percepción de la seguridad teñida por un patrón de imaginarios culturales que efectivamente limitan su autonomía a nivel corporal, que en su garantía (en la entrega de herramientas de seguridad), sin estas consideraciones tienden a reforzar dicho imaginario y al mismo tiempo a aumentar la misma sensación de inseguridad que lo provoca. Por este motivo, se observa concienzudamente el diagnóstico, de modo que las propuestas en la materia, no solo apunten a la resolución inmediata de las contingencias identificadas, sino que también incorporen elementos que permitan romper con los imaginarios asociados a la inseguridad, por la vía de la

participación ciudadana de las mujeres en los procesos de resolución.

Seguridad en el plano local La Asociación Chilena de Municipalidades en 2014 generó un informe basado en datos de seguridad ciudadana tanto de ENUSC, como de AUPOL y la Subsecretaria de prevención del delito para identificar las frecuencias históricas en un marco de 2005 a 2014 de 128 comunas del país. En esta línea, Maipú, tipificada como comuna en proceso de expansión con alto nivel de desarrollo (Tipo 1), ha obtenido cifras interesantes en cuanto a desmitificar la percepción que se tienen de la misma por sus habitantes en materia de seguridad ciudadana.

Fuente: AMUCH (2014)

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En este sentido, se puede apreciar que a nivel histórico (2005 – 2014), Maipú está 5° dentro de las 10 comunas que tienen una menor tasa de delitos de alta connotación social a nivel país, siendo relevante el hecho que la mayoría de las comunas presentes dentro de este ranking, para esta nomenclatura son de tipología 2, a saber: menos desarrolladas, con menor densidad poblacional y mayores índices de crecimiento. En esta línea, Maipú, pese a ser la segunda comuna más poblada del país, es una de las que menor tasa de alta connotación tiene a nivel histórico, dato que rebate tanto la asociación de este tipo de crímenes con factores asociados al crecimiento, como aquellos asociados a la percepción de la propia comuna en esta materia. Sin embargo, en lo que refiere a victimización, contemplando todos los delitos tipificados, se aprecia que Maipú está 14° a nivel histórico de 98 comunas identificadas para la muestra (que cuentan con datos en el tramo 2005 – 2014). Este dato permite pensar que efectivamente, si bien no son delitos de connotación social el mayor problema de la comuna, reside en la sensación de inseguridad que se ve reflejada en la presencia de hechos delictuales de nivel menor, según la percepción ciudadana, que afectan su sentir en cuanto a la noción de seguridad. En esta lógica, salvo por Alto Hospicio, las mayores frecuencias se asocian con comunas de tipo 1, siendo una constante en cuanto a comunas con alto crecimiento demográfico. Respecto de los elementos negativos de vivir en Maipú (Talleres barriales, 2014), la “sensación de inseguridad” es el principal tema de preocupación de quienes viven en estos barrios, provocada por la delincuencia y la drogadicción que ven a diario en las plazas de sus alrededores y en lugares aledaños a los colegios de sus hijos.

Fuente: AMUCH (2014)

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Fuente: Estudio de caracterización, apreciación, necesidades y expectativas de la mujer de Maipú, Acción Activa Ltda

En consonancia con el estudio de AMUCH, es posible apreciar que la tasa comparativa de delitos de mayor connotación social, cada 100.000 habitantes, de Maipú es bastante más baja que la nacional y la regional, siendo este elementos uno de los más favorables para plantear mejoras, sobre la base de un espacio comunal bastante más seguro que la media del país. En materia de infracciones de alta connotación social, el desglose indica una fuerte presencia de delitos asociados a robos con fuerza. Este elemento puede ser un buen factor explicativo respecto de la consecuente inseguridad al ser delitos cuya resolución en favor de la víctima tarda en ocurrir o simplemente no ocurre, generando montos importantes de frustración en la ciudadanía, acrecentando, consecuentemente, su percepción respecto de las dificultades de su entorno.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Secretaria de Prevención del Delito

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Esta noción se confirma cuando se analizan respuestas de percepción frente a la delincuencia, donde la ciudadanía plantea que ha aumentado en los últimos cinco años. Este elemento es relevante en la medida en que se da cuenta de que existe una clara diferencia entre los


Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Secretaria de Prevención del Delito

datos que entrega cifras oficiales y lo que percibe la ciudadanía sobre su entorno, lo que propicia la idea que existen factores que van más allá, que se explican por medio de fenómenos sociales, de las cifras reales de ocurrencia de delitos, que inciden en la inseguridad de las personas. En general

para la comuna, las cifras indican que se ha mantenido una estabilidad en materia delictual que ha tendido a la baja sobre 2015.

la delincuencia y la inseguridad asociada a esta, se aprecia en forma clara que en la comuna existe una noción relacionada con la prevención y la formación de

En este sentido, observando la manera en que la ciudadanía enfrenta el problema de

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Secretaria de Prevención del Delito

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herramientas tempranas, que se distingue de los clásicos medios de control. Por otra parte, es igual de importante asegurar procesos de prevención a nivel situacional enfocados en espacios, en la medida en que en estos se percibe con mayor claridad el fenómeno de la inseguridad y la falta de autonomía en relación a la lógica de Giddens (1999). En general, es posible apreciar con claridad que existe claro consenso en el temor que la población siente hacia el delito, lo cual delimita la posibilidad de autonomía en el marco de la preocupación hacia el entorno de los ciudadanos. Esto espacios, sobre todo en cuanto a los lugares de esparcimiento y puntos de locomoción colectiva, llevan a pensar la necesidad de reforzamiento en cuanto a técnicas de prevención espacial del delito. Con todo, es importante señalar que, bajo la apreciación cualitativa aportada por los levantamientos en talleres, son otras las posibles vías de trabajo, complementarias al trabajo de vigilancia y control de los espacios públicos. En esta línea, las mujeres de la comuna identifican la necesidad de generar mayores espacios de participación que permitan tender un puente entre la ciudadanía y el municipio para que éste, a través de su Dirección de Seguridad Ciudadana, pueda focalizar sus acciones incorporando medidas en los espacios percibidos como más vulnerables y riesgosos de la comuna. Asimismo, esos espacios permitirán también identificar líneas de trabajo preventivo que apunten a empoderar a la ciudadanía, entregando herramientas de prevención. Por otra parte, se ha identificado la necesidad de ampliar la oferta de apoyo a aquellas víctimas de delitos, que acrecientan su inseguridad producto de la sensación de desamparo. De este modo, la percepción de inseguridad que las mujeres dicen sentir en la comuna, que se plantea como un aumento sostenido en los últimos años, ha generado

preocupación, puesto que se expresa como un factor de alta relevancia para la opinión pública por su gran importancia al afectar directamente en la calidad de vida de las personas. De este modo, es posible concluir que la problemática de la mujer entendida desde la perspectiva de Seguridad Ciudadana, está relacionada con los siguientes aspectos: 1) Inseguridad desde lo femenino: Existe en las mujeres de la comuna una percepción de inseguridad que se acrecienta cuanto mayor es su exposición en espacios públicos, vistos como peligrosos, dada su configuración espacial (ausencia de luminaria, sitios eriazos, suciedad en las calles, mala señalización, etc.) y dado el uso que algunos grupos de la comuna le dan a esos espacios (prostitución, comercio de droga, consumo de la misma, vagancia, entre otras). Esta percepción se asocia tanto a la propia seguridad, como a la seguridad que para la mujer representa, desde la óptica del cuidado, para su familia. En este sentido, estos espacios son percibidos como inseguros tanto para la mujer como para la visión que representa para ella que su familia sea expuesta. Esta sensación de inseguridad es apreciada como una doble sensación de inseguridad. 2) Inseguridad en víctimas de delitos: Las reacciones de inseguridad frente a la posibilidad de ocurrencia de un delito, son más recurrentes en aquellas personas que han sido víctima de alguno. En este sentido, la sensación de inseguridad, en especial en casos de víctimas de delitos como violencia intrafamiliar, es reforzada cuanto mayor es la percepción de indefensión frente a este tipo de situaciones, cuya responsabilidad es atribuida a la falta de herramientas que las autoridades e instituciones tienen para dar respuesta adecuada a la problemática (baja percepción de efectividad de procedimientos policiales, baja percepción de efectividad de medidas Política de Mujer

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cautelares, baja percepción de eficiencia de las instituciones, insuficiente apoyo terapéutico a víctimas, entre otros). 3) Falta de utilización de espacios públicos: Desde una mirada comunitaria, las relaciones sociales que se establecen desde lazos como la vecindad o la asociación en grupos, permite a las personas sentirse parte de un colectivo, lo que refuerza la seguridad al saber que pueden contar con otras personas cuando existe alguna problemática. En este sentido, la cada vez menor utilización de los espacios públicos por parte de las personas y la consecuente reducción de vínculos que permitan generar seguridad en las familias, contribuye a forjar una percepción de inseguridad organizada desde la individualidad. En este sentido, mayor es la inseguridad cuanto mayor es el sentimiento de aislamiento y soledad en las personas, cuyo reflejo es el desuso de los espacios públicos. 4) Desconocimiento de programas y herramientas que otorga Seguridad Ciudadana: Un elemento que repercute en la sensación de inseguridad es la desconexión de las personas con las instituciones, principalmente por el descredito de las cuales actualmente son objeto. Esta distancia, impide a las personas tomar conocimiento respecto de las acciones que se están tomando para resolver las problemáticas de las cuales ellas se sienten más afectadas y, por tanto, inseguras. Se presupone que un mayor acceso a información mejorará la sensación de seguridad en las personas. 5) Tratamiento de la información por parte de medios de comunicación: Por último, se asume que a nivel social, el tema de la seguridad ciudadana, ha dejado de ser abordado de manera objetiva, apelándose a la sobreexposición de la ciudadanía a este tipo de problemáticas, lo que repercute en la percepción de la misma frente a la gravedad del tema. Cuanto mayor es la sobreexposición, mayor es la sensación de inseguridad al generarse la idea en


las personas que la realidad que viven en el cotidiano es más peligrosa de lo que muestran las cifras de victimización en la actualidad. Finalmente, se ha identificado que esta problemática, desde la visión técnica, debe ser abordada desde dos enfoques complementarios, a saber: Prevención situacional y Prevención psicosocial. • Prevención situacional: Enfoque orientado a disminuir la oportunidad del delito y reducir la percepción de inseguridad de la población en

determinados espacios urbanos, a través de estrategias orientadas a modificar ciertos factores y condiciones de riesgo físico y espaciales, mediante políticas o acciones orientadas a la protección del blanco y al diseño del entorno urbano, creando y regenerando espacios públicos de calidad, seguros, integradores, que acojan la diversidad de funciones y usuarios (Subsecretaría de Prevención del Delito, 2014). • Prevención e intervención psicosocial: Actividad dirigida a la solución de problemáticas sociales, que privilegia la 32 Política de Mujer

participación de los intervenidos con los interventores en la construcción de cambio social y emancipación. La prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres, constituye actualmente una política integral que ha quedado garantizada en el marco de nuestra legislación actual, en armonía con los instrumentos y mecanismos que garantizan los derechos humanos de las mujeres en el Sistema Internacional de Derechos Humanos (ONU) y en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (OEA).


Diagnóstico de las relaciones a nivel de pareja/ violencia contra la mujer El reconocimiento de la violencia contra las mujeres como una violación a sus derechos humanos, ha posicionado este fenómeno como un problema público que amerita el diseño de estrategias de intervención, tales como prevención, atención, sanción y promoción de cambios culturales para reconocer la violencia como un asunto público, no relegado al ámbito privado e íntimo, como durante años se ha posicionado, para así avanzar en su erradicación. La naturalización de la violencia a nivel cultural, en especial en el espacio íntimo, ha sido y es en la actualidad una de las principales resistencias para afrontar el fenómeno a voz pública. Para entender cómo son las relaciones entre hombres y mujeres, es decir, las relaciones de género en una sociedad, y sus definiciones de lo femenino y lo masculino es necesario comprender la cultura en

la cual están insertas. La cultura dota de contenido a las nociones de lo masculino y lo femenino, define papeles para un sexo y otro, establece formas de relaciones jerárquicas y valoraciones diferenciales. Es por esto que en nuestra cultura las mujeres, por su representación cultural, son víctimas de distintas manifestaciones de violencia en el entorno social, las cuales están fundadas y amparadas a la base de una cultura patriarcal, donde existe una distribución desigual de poder, otorgando mayores privilegios a los hombres en distintas esferas. En esta línea se comprenden cuatro elementos que permiten la emergencia de este fenómeno: 1. Contexto socio cultural: cultura machista, desigualdades de poder y estereotipos de género. 2. Naturalización de la violencia: normalización de conductas agresivas reiterativas por parte del hombre hacia la mujer. 3. Dependencia emocional: aferrarse a la idea de que aún existe el amor y a la creencia

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de la mujer que no puede vivir sin el hombre, incluso si éste la maltrata, causando en ellas temor e inmovilidad. 4. Dependencia económica: el temor de la mujer a quedar sin recursos económicos para solventar las necesidades de ella y sus hijos, generando sentimientos de desamparo y sintiéndose incapaz de salir adelante por sí sola. La violencia en la pareja surge como una de las modalidades más frecuentes y relevantes entre las categorías de la violencia intrafamiliar, siendo la violencia masculina en contra de la mujer la más habitual. Hoy en día se reconocen cuatro diferentes formas de manifestaciones de la violencia en contra de la mujer, sancionadas como delito por la ley 20.066 de Violencia Intrafamiliar (VIF): agresión psicológica, económica, física y sexual. Todas ellas habitualmente se interrelacionan entre sí, incidiendo directamente en la pérdida de autonomía y disminución de la autoestima de la mujer.


la problemática estriba precisamente en la posibilidad de que las mujeres denuncien. En los casos constatados, las razones obedecen a factores asociados al temor o vergüenza de las víctimas y la negación de la relevancia de los hechos, evidenciando la ausencia de mecanismos a nivel social que signifiquen el fenómeno como algo socialmente reprobable. En el caso de las víctimas, el temor a la exposición y la ausencia de factores protectores, a nivel de redes vecinales y sociedad civil en general, agravan el silencio.

Fuente: Ministerio del Interior y Seguridad Publica (2013)

En esta línea, resulta alarmante, como lo muestra la última encuesta nacional de victimización por violencia intrafamiliar y delitos sexuales (Ministerio del Interior y Seguridad Pública, 2013), que el 31,9% de las mujeres del país han vivenciado algún tipo de violencia, siendo la más frecuente aquella de carácter psicológico. Igual de preocupante resulta constatar que un 15,7% de las mujeres del país han vivenciado hechos de violencia física y un 6,3% de carácter sexual. Estas cifras, reflejan un marco de vulneración de derechos imbricado en creencias irracionales por parte de los agresores y la sociedad civil, que involucran la negación directa de la autonomía de la mujer en materia de su cuerpo. Esto se justifica porque culturalmente, todavía se cree que los hombres tienen derecho a controlar la libertad y la vida de las mujeres. Estas distintas expresiones de violencia pueden acontecer al interior de la pareja, en el trabajo, en los lugares de estudio y/o en los espacios públicos.

Fuente: Ministerio del Interior y Seguridad Publica (2013)

Del mismo modo, se aprecia que un factor importante a la hora de denunciar es la desconfianza en las instituciones y la posibilidad de resolución de los casos en forma favorable para las víctimas. En este sentido, se asocia directamente al fenómeno de la inseguridad, en tanto las víctimas sienten que su problemática no tendrá la debida acogida por parte de las autoridades pertinentes.

La principal problemática, más allá del hecho mismo, a partir de la constatación de las cifras, es precisamente, que existe una cifra negra a la base. Estas cifras están construidas en torno a la declaración de aquellas mujeres que vivenciaron el fenómeno y pudieron denunciarlo en algún modo. Sin embargo, la dificultad de

Fuente: Ministerio del Interior y Seguridad Publica (2013)

En esta línea, se puede constatar que, si bien la problemática se ha logrado instalar como un fenómeno de primera preocupación pública, esta situación no ha mejorado la percepción que tienen las víctimas respecto de la importancia de iniciar procesos de resolución de su situación. 34 Política de Mujer


Fuente: Ministerio del Interior y Seguridad Publica (2013)

En cuanto al análisis del período 20112015, se puede apreciar una constante de casos anuales que durante el año 2015 disminuyen. En este sentido, es necesario guardar cautela con este tipo de cifras en la medida que una reducción en la frecuencia de denuncias, también puede significar el silenciamiento de problemáticas que, como se observó, no quieren ser denunciadas por motivos asociados a la vergüenza, el temor o la naturalización de comportamientos violentos aprendidos. En este sentido, la política local no se debe orientar a reducir denuncias, sino que a brindar una mejor oferta de apoyo para quienes las realizan, alentando a aquellas personas que no lo han hecho a denunciar. A partir de las atenciones realizadas por el Centro de la Mujer de Maipú, en 2015, se ha podido obtener información importante respecto de la situación de las mujeres de la comuna que han sido víctimas de violencia. Se constata que de las 2073 situaciones de violencia en contra de la mujer, registradas por la subsecretaria de prevención del delito, a través de registros de Carabineros, el Centro de la Mujer generó un trabajo de atención con 556 mujeres, de las cuales un 68% correspondieron a derivaciones de Juzgados de Familia. En la misma línea, se ha generado orientación a 391 mujeres. Siendo una de las comunas con mejor

Fuente: Elaboración propia a partir de datos entregados por Subsecretaria de prevención del delito

respuesta frente a esta problemática, pese al reconocimiento de que existe mucho trabajo y necesidad de recursos, a nivel de sociedad, en la cultura, como a nivel institucional, para poder dar cuenta de manera completa a la alta demanda y preocupación creciente frente a esta problemática. En la medida en que

se logren procesos de sensibilización con mayor alcance, se espera que esta demanda crezca y eso generará la necesidad de una mayor inversión de recursos no solo en la línea de atención, sino que en materia de prevención de los factores que se encuentran en la base de esta problemática.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos entregados por Subsecretaria de prevención del delito

Se ha identificado que el perfil de la mujer que denuncia e ingresa al Centro de la Mujer en Maipú corresponde preferentemente a un rango etario juvenil

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entre los 15 y 29 años, en su mayoría casadas con convivencia, con niveles de estudio formales a nivel superior y técnico. Las mujeres de la comuna consideran


que, si bien han evidenciado avances, sigue existiendo una gran preocupación frente al hecho de la falta de denuncias y la dificultad de las mujeres para encarar la violencia por miedo. Hecho que conduce a la normalización de este tipo de prácticas y conductas (Acción Activa, 2014). Frente a temas de violencia intrafamiliar, las estudiantes universitarias consideran que si bien es un problema no es exclusivo de Maipú, es un tema importante frente al cual la mujer ha tenido un cambio relevante en cuanto a su nivel de empoderamiento. En este sentido, mencionan que la mujer en general se ha visto mayormente empoderada en estos temas y ha logrado “sacar la voz”. Sin embargo, hay que lidiar con el “¿Qué dirán?” y con el entramado legal, que, si bien ha mejorado, no es suficiente para apoyar las denuncias y el tratamiento de las consecuencias aparejadas al fenómeno. Se considera que la mujer ya no acepta este tipo de prácticas y que, en caso de experimentarlas, debiesen ser capaces de pedir ayuda.

Fuente: Elaboración propia a partir de Registro de Ingreso de casos, Centro de la Mujer Maipú 2015

como un elemento esencial de desarrollo para la mujer. Siendo este el escenario actual, se hace necesario generar nuevas estrategias de apoyo al trabajo realizado con las mujeres, tendientes a fomentar

intervenciones sustentables en el tiempo, que impliquen un trabajo preventivoreparatorio vinculado a la socialización de la problemática en el género masculino y niños, niñas y jóvenes, rompiendo desde temprano con los ciclos de aprendizaje de la violencia que originan el fenómeno.

A través de las distintas instancias de participación (talleres) se han suscitado casos de violencia, en el que se presenta como un evidente impedimento en el desarrollo de la mujer a nivel integral. El emprendimiento, es reconocido como herramienta para romper en gran medida la dependencia en relaciones y se valora

Fuente: Estudio de caracterización, apreciación, necesidades y expectativas de la mujer de Maipú. Acción Activa Ltda. 2014

36 Política de Mujer


Diagnóstico de desarrollo personal/ cultura y uso del tiempo libre Cuando pensamos en la construcción de una “Ciudad Feliz”, lo hacemos bajo la perspectiva de garantizar que la calidad de vida de las personas satisfaga todas sus dimensiones, ya sean materiales o espirituales. Dentro de estas últimas, el ámbito cultural adquiere vital importancia, ya que su desarrollo permite el despliegue de las capacidades cognitivas y de abstracción del ser humano, además de generar cualidades relativas a la sensibilidad y la creatividad.

Por ello, es necesario acercar la oferta cultural a las mujeres de Maipú con el fin de fomentar el uso de su tiempo libre en este tipo de actividades, logrando asi el desarrollo integral de la mujer de la comuna.

el mercado laboral declaran que si bien cuentan con poco tiempo libre, intentan que como parte de sus rutinas también existan actividades de recreación y distracción que rompan el esquema de sus tareas cotidianas.

El tiempo libre que declaran tener las mujeres de Maipú es condicionado por las distintas labores que las vecinas de la comuna tienen a su cargo. En el caso de las maipucinas que son estudiantes, el tiempo de ocio con el que cuentan les permite desarrollar actividades recreativas fuera del ámbito estudiantil.

Mientras que el 30.3% de las mujeres que sí trabajan remuneradamente, mencionan que rara vez pueden utilizar su tiempo libre como ellas lo desean debido a que al regresar a su hogar tras su jornada laboral, deben realizar labores domésticas y de cuidados al interior de su grupo familiar.

Por el contrario, el 41.6% de las mujeres adultas que no se encuentran insertas en

Política de Mujer

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Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

Cabe destacar que las mujeres de Maipú que no pueden utilizar su tiempo libre, mencionan que la principal razón por la cual no hacen uso efectivo de su tiempo de ocio se relaciona con sus tareas domésticas al interior del hogar (41.6%). Sin embargo, no deja de ser interesante que el 16.4% de este grupo de mujeres mencionan que no utilizan su tiempo libre porque deben estar disponibles para trabajar en el momento que su empleador las necesite. Por último, como tercera

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

barrera de acceso al uso del propio tiempo libre de la mujer, se encuentra con un 16% el cuidado infantil tanto de hijos/as como de nietos/as. Las mujeres de Maipú que se desenvuelven como jefas de hogar, mencionan que las actividades que realizan durante su tiempo libre se relacionan con labores que no obstaculizan su labor de cuidadora, tales como leer, ver películas, participar en actividades los fines de semana o durante las tardes y asistir a talleres e instancias de emprendimiento donde puedan promocionar sus propios trabajos.

ha encargado de difundir a través de sus distintas actividades. Las actividades vinculadas a las artes musicales son las que concentran mayor interés por parte de las mujeres de Maipú. Mientras que las actividades que presentan menos adhesión son las relacionadas con el patrimonio. Cabe destacar que los grupos de mujeres jóvenes presentan un mayor interés en actividades culturales y tecnológicas. A diferencia de lo que ocurre con aquellas maipucinas de mayor edad, quienes prefieren artesanía y patrimonio.

Por su parte, las estudiantes inclinan su interés en la realización de actividades recreativas deportivas, artísticas y de servicio social. Tras su jornada estudiantil, se reúnen con sus amigos/as y pareja durante el fin de semana.

En relación a la asistencia de las mujeres a las distintas actividades culturales, se aprecia que más del 50% de las vecinas de Maipú asisten al cine. Aunque tal preferencia es inversamente proporcional con la edad de las mujeres.

Por otra parte, las mujeres de la comuna declaran que el baile entretenido y/ o “Zumba” durante el último tiempo surgió como una actividad deportiva altamente atractiva, interesante y de un gran nivel de convocatoria que el municipio se

La tendencia anterior se replica en el área de las artes musicales, en donde la asistencia a conciertos es la segunda actividad más realizada por los segmentos de mujeres más jóvenes, quienes muestran mayor interés y disposición a participar.

38 Política de Mujer


Cabe destacar que la tercera actividad de interés en la cual las mujeres declaran haber participado durante el último tiempo son las fiestas populares patrimoniales. Hecho que resulta contradictorio al instante de comparar el grado de interés de las mujeres en participar en este tipo de actividades con su nivel de participación real. Lo cual indica que no existe una distinción ni una definición clara en relación a lo que es patrimonial y a lo que conlleva una actividad patrimonial, al instante en que la categoría “fiestas populares patrimoniales” puede incluir otro tipos de fiestas masivas y celebraciones típicas como las Fiestas Patrias, fiestas familiares y celebración de fechas conmemorativas como el día del niño, de la madre, entre otros ejemplos, en donde las mujeres sí declaran haber participado activamente. En relación a los bienes que las mujeres utilizan para ocupar su tiempo libre, se encuentran artículos de artesanía, libros y música. Hecho que se condice con los intereses que presentan frente a

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

actividades culturales relacionadas con la música y conciertos, medios audiovisuales y artesanía. Las mujeres que más utilizan estos productos son las de menor edad. Lo cual coincide con el mayor número de horas disponibles para su tiempo libre pero, paradójicamente, se contrapone con su menor poder adquisitivo debido a su

Política de Mujer

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condición de estudiantes o de dueñas de hogar. No obstante, es posible considerar que este grupo de mujeres al contar con mayor tiempo disponible invierten en bienes culturales paracon los que cuentan para realizar actividades de distracción fuera de sus responsabilidades y actividades principales.


Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

40 Política de Mujer


Las mujeres de la comuna consideran que la oferta cultural que el municipio entrega a los vecinos y vecinas de Maipú es amplia y variada. Sin embargo, su percepción indica que los servicios proporcionados no son suficientes para el gran número de habitantes que residen en el sector. Además, las vecinas indican que si bien existen diversas instancias de desarrollo de actividades, talleres e infraestructura para su realización, estas se concentran en el centro de Maipú como consecuencia de la escasa difusión e información que se entrega a la población. Quedando, de esta manera, gran número de mujeres al margen de los programas culturales por desconocimiento o por falta de cupo al enterarse de manera tardía del desarrollo de la actividad. En el caso de los talleres municipales, el desconocimiento del desarrollo de estas instancias es amplio dentro de la población puesto que un 60% de las mujeres de Maipú ignora la existencia de los talleres impartidos por el municipio. No obstante, el conocimiento de talleres aumenta en las dueñas de casa entre 46 a 55 años, quienes, probablemente, cuenten con mayor tiempo disponible para participar en centros de madres, juntas de vecinos o, incluso, el mismo municipio para enterarse sobre los beneficios y talleres entregados por la municipalidad. La cultura es un aspecto bien evaluado por las mujeres de Maipú. Sin embargo, consideran que la población no tiene conciencia sobre la importancia de cuidar del medio ambiente al momento de presenciar un evento cultural debido a la gran cantidad de basura que se observa tras el término de este tipo de actividades. Por otra parte, se observa que la principal barrera de acceso para el pleno goce de la cultura por parte de las mujeres de la comuna es la concentración de las actividades culturales en el centro de Maipú. Puesto que si bien la oferta cultural es amplia y variada, la escasa difusión de

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

este tipo de actividades imposibilita que las mujeres participen activamente de ellas tanto por falta de información como por la distancia del evento con su hogar.

esta forma, incorporarse a la sociedad no sólo a través de las labores del hogar y del trabajo productivo a la sociedad, sino que también por medio de las tradiciones y cultura de nuestra comuna.

Por lo anterior, es fundamental crear instancias de descentralización de ese tipo de actividades debido a que la cultura es considerada como una herramienta que conduce al desarrollo integral de la mujer, donde ellas pueden explorar distintas esferas de su personalidad, gustos, intereses y habilidades. Además, la cultura es una herramienta que transforma el tiempo libre de las mujeres en una posibilidad de desarrollo integral y, por tanto, del aumento de la calidad de vida de la mujer al instante en que les permite generar y aumentar sus niveles de felicidad al desarrollar actividades donde pueden conocer, desarrollar y/o potenciar sus gustos e intereses y de Política de Mujer

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Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014


Diagnóstico en materia de salud corporal y mental En relación al ámbito de la salud, las mujeres de Maipú presentan una vulnerabilidad condicionada principalmente por factores como la pobreza, la dependencia económica, la violencia de género y la discriminación. Es por esto que la salud es un área clave para el desarrollo de una mejor calidad de vida en las mujeres, considerando que “es esencial para tener una vida productiva y plena y el derecho de todas las mujeres a controlar todos los aspectos de su salud, en particular su propia fecundidad” (Asociación Médica Mundial, 2015). Cifras a nivel nacional En nuestro país existen distintos indicadores que evidencian el estado de salud de los chilenos/as. Por ejemplo, si se observa desde la actividad física los chilenos/as reportan una prevalencia de sedentarismo total de 89.4%, siendo de 90.8% para mujeres y 87.9% para hombres (MINSAL, 2013)

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Acción Activa Ltda., 2014

La escasez de ejercicio físico y los deficientes hábitos alimenticios de los chilenos/as, han conducido que los niveles de sobrepeso superen el 33.6% en las

mujeres y el 45.3% en los hombres (ENS, 2009-2010). Exámenes Preventivos de la Mujer De acuerdo a los resultados de la Encuesta CASEN (2013), se aprecia que el 48.6% de las mujeres mayores de 35 años no se ha tomado una mamografía durante los últimos 36 meses. Mientras que, en el mismo período de estudio, el 44.5% de mujeres mayores de 15 años no se ha realizado el Papanicolau (PAP). A nivel de salud mental se observa que en Santiago, el 36.8% de las chilenas sufren de depresión (Jadresic, 2011). En relación a las drogas, se observa que el 8.1% de las chilenas consumen marihuana (SENDA, 2014), siendo mayor el nivel de consumo en mujeres entre 19 a 25 años de edad (24.0%). Cabe destacar, que al analizar el consumo de sustancias por nivel socioeconómico, se observa que quienes presentan un mayor consumo

Fuente: ENS, 2019 – 2010

42 Política de Mujer


de drogas son las mujeres de nivel socioeconómico alto, lo cual se puede explicar, entre otras cosas, por el mayor poder adquisitivo que ellas presentan en comparación al de aquellas mujeres de un grupo socioeconómico menor.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Acción Activa Ltda., 2014

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Acción Activa Ltda., 2014

Fuente: Senda, 2014

Política de Mujer

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Diagnóstico Maipú Las mujeres de Maipú evalúan de forma negativa al sistema de salud pública de la comuna, sobre todo las mujeres de mayor edad. Quienes consideran que el tema salud se mantiene igual que hace un año atrás (42.7%) e incluso, que ha empeorado durante los últimos 12 meses (23.5%). Las vecinas de Maipú consideran que es necesario mejorar la atención en salud tanto de los CESFAM’s como la del Hospital El Carmen y aumentar el número de profesionales y especialistas de salud, debido a que mencionan que existe la infraestructura necesaria para la entrega de salud de calidad pero no lo especialistas tanto de medicina general como aquellos del área de la rehabilitación para personas con discapacidad. Por su parte, las estudiantes universitarias de Maipú al igual que el grupo descrito, también consideran deficiente el área salud. Sin embargo, destacan a los CESFAM’s y consultorios de la comuna como un espacio de calidad para los vecinos/as del sector.

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

En relación al sistema previsional de salud de las mujeres de Maipú, se observa que la mayoría de las mujeres declaran pertenecer a FONASA (73.1%) o a ISAPRE (17.9%). Sin embargo, cabe destacar que existe un gran porcentaje de mujeres pertenecientes a FONASA

tramo A (17.1%), lo cual evidencia el gran número de vecinas carentes de recursos y por tanto, en situación de vulnerabilidad al interior de nuestra comuna.

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

44 Política de Mujer


Las mujeres de la comuna pertenecientes a alguno de los pueblos originarios de Chile, plantean la necesidad de abrir espacios que les permitan mantener su concepto de salud en los términos y métodos propios de su cultura. Cuerpo El 66.4% de las mujeres de la comuna de Maipú presentan gran tendencia a no realizar actividad física. Lo cual se relaciona con el poco tiempo libre con el que cuentan para la realización de actividades fuera del ámbito doméstico y laboral. Además, de acuerdo a la percepción de las mujeres, esto se debe a la escasez de espacios, infraestructura y oportunidades para acceder a actividades deportivas. Por otra parte, las mujeres que presentan cierta tendencia al deporte son las jóvenes de entre 15 a 25 años, esto debido a que son el segmento de mujeres que declara tener mayor cantidad de tiempo libre al igual que aquellas mujeres que no trabajan remuneradamente fuera de su hogar

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

Para las mujeres de Maipú, en especial para las mujeres jóvenes y aquellas que tienen hijas adolescentes, un tema de gran preocupación es el embarazo no deseado y adolescente (1.8%) en relación al acceso a los métodos de cuidado y anticoncepción. Además, las mujeres coinciden en la relevancia que tiene el cuidarse y protegerse no solo del embarazo, sino que también de las enfermedades de transmisión sexual. Por otra parte, en relación a los exámenes preventivos de la mujer, se observa que el 74.5% de las mujeres de la comuna de Maipú no se han realizado ninguna mamografía ni tampoco el Papanicolau durante los últimos 12 meses (62.3%). Situación que se puede explicar por la percepción negativa, y por tanto de desconfianza, que las mujeres de la comuna tienen acerca del sistema público de salud.

Aquellas mujeres de la comuna de Maipú que sí se han realizado este tipo de exámenes, son en su mayoría mujeres de nivel socioeconómico C2, mujeres que trabajan y de entre 46 a 55 años de edad. Política de Mujer

45

Por otro lado, el hecho que solamente un 21% de las mujeres de estrato socioeconómico D se hayan realizado una mamografía en los últimos 12 meses, demuestra que en ese estrato existe


mayor desinformación y desconfianza en los servicios de salud públicos y menos posibilidades de acceso a una atención de salud privada. Mente Las mujeres de la comuna de Maipú evalúan positivamente su bienestar emocional, lo cual se relaciona con el alto nivel de satisfacción que entrega la vida familiar con el lugar donde se vive de acuerdo a la información proporcionada por el diagnóstico realizado a las mujeres de Maipú. Por otra parte, las vecinas de la comuna consideran como temática de gran importancia la relacionada con las drogas. Esto debido a que perciben como escasa la fiscalización y la prevención del consumo de drogas en la población. Algunas mujeres de Maipú afirman que han consumido marihuana y opinan que el consumo de esta droga es un tema común y generalizado en la sociedad. Sin embargo aclaran que si bien la marihuana es una droga menos dañina que otras, el peligro se encuentra en los

excesos y en el consumo de drogas de mayor nivel de adicción. De acuerdo a lo planteado por la Organización Mundial de la Salud (2015), “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”. Por ello, es que el Consenso de Santo Domingo (2013) establece deberes que los Estados partes tienen que garantizar en torno a la salud de las mujeres, promulgando que les corresponde promover, proteger y garantizar el pleno ejercicio de los derechos sexuales y los derechos reproductivos de las mujeres. Del mismo modo, plantea que deben existir sistemas de salud dotados de presupuesto, con acceso universal y con una oferta amplia y de calidad para entregar, entre otras cosas, orientación y educación sobre servicios de salud sexual y reproductiva con un acceso gratuito a métodos anticonceptivos para la población (XII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y El Caribe, 2013). Por lo anterior y con el objetivo de proteger el acceso a la salud de todas

las vecinas de la comuna es que se torna necesario integrar a las mujeres pertenecientes a los pueblos originarios al sistema de salud. Sin embargo, no desde la perspectiva de salud tradicional sino que desde las propias creencias y tradiciones de este grupo de mujeres de Maipú, en relación a las prácticas de la salud ancestral. Por otra parte, surge la necesidad de revertir la percepción negativa que las mujeres de Maipú tienen sobre el área salud. Debido a que justamente, son ellas quienes suelen utilizar el sistema público de salud, entre otras cosas, por la escasez de recursos económicos y la necesidad constante de atención en el control de la natalidad y cuidado del gestante cuando se encuentran embarazadas. En síntesis, el tipo de atención que se debe entregar en salud a las mujeres de la comuna de Maipú presenta orientación preventiva (además, de tradicional y/o ancestral), con el fin de evitar problemáticas complejas como el embarazo no deseado y adolescente, el sedentarismo y el sobrepeso de la población.

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

46 Política de Mujer


>> Resultado diagnóstico en materia de mujer y trabajo Introducción Una de las necesidades fundamentales de la mujer apreciadas en el diagnóstico realizado en la comuna de Maipú, fue la de sentirse segura frente a la cesantía, esto por la necesidad de cubrir las necesidades básicas, cotidianas e inmediatas de ella y su familia. El trabajo resulta ser el tema que menos felicidad genera en las mujeres: solo un 42% del total de las encuestadas

dice sentirse “medianamente feliz” y el 28% manifiesta sentirse “poco feliz” o “nada feliz”. Por lo anterior, es que entender teórica y cuantitativamente el fenómeno del trabajo y la autonomía económica de la mujer, es primordial para identificar cuáles son las principales barreras de entrada a las que se deben enfrentar las mujeres para incorporarse al mercado laboral.

Política de Mujer

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Autonomía económica Las políticas públicas en Chile han orientado su accionar en facilitar la entrada de las mujeres al mundo del trabajo, lo que ha permitido con el paso del tiempo aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral. El concepto de autonomía económica se entiende como “la capacidad de las personas de generar ingresos propios

para satisfacer sus necesidades de subsistencia” (Bravo, 2016, p.3). Sin embargo, SERNAM (2015) agrega a la definición la posibilidad de disponer de ingresos y de tiempo suficiente para desarrollarse integralmente como mujer tanto en la sociedad, en la economía, como en la cultura.

las mujeres, a pesar de participar en un trabajo remunerado, son económicamente autónomas debido a que carecen de tiempo para participar activamente en la sociedad (CEPAL, 2015).

De acuerdo a la definición anterior, es posible afirmar que no todas

Participación laboral femenina La tasa de participación laboral de las mujeres depende de múltiples factores, siendo un condicionante de la participación el nivel educativo de una persona. Las mujeres que poseen menos años de escolaridad, tienden a presentar un nivel de ocupación menor que el de aquellas que cuentan con estudios de postgrado (INE, 2015). Otro condicionante es el sector donde vive la persona. Lo cual se explica al considerar que en las ciudades el nivel educativo y de calificación es mayor que la de su contraparte, además de la mayor demanda de empleos en la provisión de servicios, rubro donde las mujeres se insertan con mayor frecuencia (OIT, 2013). Para las mujeres con mayores ingresos económicos, la posibilidad de incorporarse al mercado laboral aumenta al considerar que ellas “tienen la posibilidad de sustituir sus actividades productivas dentro del hogar mediante su mercantilización” (CEPAL, 2008, p. 25). Pueden emplear a una persona (que por lo general es otra mujer) que realice las tareas domésticas o, incluso, adquirir electrodomésticos que disminuyan la carga de los quehaceres del hogar (CEPAL, 2008). La participación laboral femenina, además, es fuertemente determinada por

la división sexual del trabajo al interior del hogar. En otras palabras, de acuerdo a la construcción social creada en torno a la función de mujeres y hombres es que se concibe a la mujer como “cuidadora” y al hombre como “proveedor” (SERNAM, 2015). La mujer, bajo su rol de cuidadora, es quien se encarga de velar por el cumplimiento de la función del hogar. La cual consiste en asegurar el bienestar de cada uno de sus miembros (Torrado, 1978) atendiendo y satisfaciendo las necesidades de cuidado y contención de niños, adultos mayores y personas con discapacidad (Todaro, Yañez, 2004). Las actividades domésticas para las mujeres de la comuna, se transforman en una limitante para la realización de labores fuera del hogar. Por ello es que las mujeres prefieren dedicarse a trabajos de jornada laboral parcial con el fin de compatibilizar su tiempo entre labores productivas y reproductivas (SERNAM, 2015). Otro espacio donde se desenvuelven las mujeres para la generación de ingresos económicos es en el área del emprendimiento. Rubro considerado como “trabajo informal al estar sin regularización y cotización por lo que (las mujeres) no quedan cubiertas de 48 Política de Mujer

protección social” (CEPAL, 2014, p. 38). No obstante, el emprendimiento es una posibilidad de generar recursos económicos que no registra mayores dificultades en el sentido que las barreras en requerimientos legales y de capital son escasas. Y, el horario de ejecución de las responsabilidades de un emprendimiento es tan flexible que resulta de gran utilidad para la conciliación de las labores del trabajo reproductivo y de cuidado al interior del hogar (CEPAL, 2014). Las mujeres de escasos recursos económicos y académicos que se dedican al micro emprendimiento, tienden a enfocar su oferta en servicios o productos que realizan para sus propios hogares, otorgándoles un valor monetario a algunas de sus funciones reproductivas al exteriorizarlas a la sociedad (CEPAL, 2014).


División sexual del trabajo La desigualdad entre ambos sexos no solo se observa al interior del hogar en relación a las responsabilidades asumidas y los quehaceres del hogar (OIT, 2013). Sino que también en la esfera pública en torno a las oportunidades disponibles al interior de la sociedad. Por ejemplo, la inserción laboral femenina y masculina es diferenciada en el mundo laboral. Las condiciones, las relaciones, ocupaciones, sectores de actividad y acceso al poder en relación

a la toma de decisiones (OIT, 2013), son desiguales entre hombres y mujeres sin considerar la capacidad de cada ser. Tal desigualdad de género se basa en prejuicios y discriminaciones hacia la mujer, al considerar sus capacidades, atributos, emociones y habilidades como menos valiosas que las de los hombres (OIT, 2013). Al momento en que ellas dedican la mayor parte de su tiempo al trabajo reproductivo: un trabajo invisibilizado, sin prestigio y remuneración (SERNAM, 2015).

Segregación laboral En palabras del SERNAM (2015) la segregación laboral se define como “la clara distinción entre los sectores de actividad en el mercado y los puestos de trabajo ocupados por hombres y mujeres” (p. 22). De allí, se desprenden dos tipos segregación: la segregación horizontal y la segregación vertical. La segregación horizontal, es aquella en donde hombres y mujeres al instante en que se incorporan al mundo laboral, quedan sujetos a la distinción no homogénea que se realiza de cada género para seleccionar el espacio en el que se insertarán en el mercado laboral (CEPAL, 2014). Tal segregación origina actividades y puestos de trabajo para hombres y mujeres, categorizándolas como “masculinizadas” y “feminizadas” (SERNAM, 2015). Por lo anterior, es posible mencionar que las mujeres se insertan laboralmente en el área de la educación, salud, servicios a las personas y comercio (CEPAL, 2010). Puesto que el trabajo productivo de la mujer, en reiteradas ocasiones, es el resultado de la extensión de sus labores domésticas al interior del hogar expresado como trabajo remunerado en la sociedad. Por otra parte, se encuentra la segregación vertical definida como el acceso diferencial

a los puestos de trabajo, concentrándose la oferta laboral en funciones de baja o nula calificación y empleos donde el ascenso laboral o acceso a cargos de dirección son escasos (Selamé, 2004). El reparto desigual del acceso al trabajo entre hombres y mujeres, conduce a que sean los primeros quienes se encuentren en la cúspide de la escala jerárquica (CEPAL, 2014). Lo cual se traduce en una dificultad de progreso laboral de las mujeres en torno al tipo de trabajo en el que se desempeñan, desarrollo profesional y/ o acceso a mejores remuneraciones (CEPAL, 2014). Al considerar la brecha salarial existente entre hombres y mujeres, se observa que los ingresos de las mujeres son inferiores a la de los varones sin importar si realizan el mismo tipo de función (Brega, Durán, Sáez, 2015). De hecho, la brecha salarial entre ambos sexos es directamente proporcional a medida que aumenta el nivel educativo de las personas (Brega, Durán, Sáez, 2015). Sin considerar lo establecido por la Organización Internacional del Trabajo (1952, mediante el convenio N°100) donde se estipula la “obligación de los estados en la promoción y garantía de igualdad en la remuneración de la mano de obra masculina y femenina” (Brega, Durán, Sáez, 2015, p. 16). Política de Mujer

49

El reparto desigual del acceso al trabajo entre hombres y mujeres, conduce a que sean los primeros quienes se encuentren en la cúspide de la escala jerárquica.


Trabajo dependiente a nivel nacional En Chile la participación laboral femenina es considerablemente menor que la de los hombres. Al comparar ambas de tasas

de participación laboral, se evidencia que las mujeres participan un 33% menos que los hombres desde el año 1990 al 2013.

Fuente: Ministerio de Desarrollo Social, Encuesta CASEN, años respectivos.

Además, la diferenciación de género existente en el mercado laboral es significativa. Si una mujer pretende, por ejemplo, incorporarse al trabajo remunerado tiene un 23% de posibilidades menos que si un hombre quisiera realizar tal acción (12%, OCDE, 2015). Es posible mencionar que las mujeres se concentran en la provisión de servicios (46%) incluyendo en este ítem trabajos en salud, educación y servicio domésticos (Dirección del Trabajo, Gobierno de Chile). Además, se encuentran en el área del comercio (25%) desenvolviéndose en servicios mayoristas, malls y supermercados (Dirección del Trabajo, Gobierno de Chile). Por el contrario, las mujeres presentan una tasa de participación menor en el sector de la agricultura (6%). Allí, ellas se desarrollan en labores de temporada de cultivos de exportación y en el cultivo de productos marinos (Dirección del Trabajo, Gobierno de Chile). 50 Política de Mujer


Si bien las chilenas ocupadas sí cotizan en sistemas previsionales, el porcentaje que lo hace no cubre

el 100% de mujeres trabajadoras. Quedando un 33.1% sin protección social.

Fuente: Ministerio de Desarrollo Social, Encuesta CASEN, años respectivos

Trabajo dependiente en Maipú En el caso de las mujeres de la comuna, el promedio de la participación laboral es de 3,5 trabajos por mujer. No obstante, las jóvenes de entre 26 a 35 años presentan una media de 4,42 lo cual se relaciona a que la mayoría de ellas son jóvenes profesionales. Sin embargo, cabe destacar que la media de participación laboral de las mujeres de Maipú de más escasos recursos se encuentra por sobre el promedio (3,70) debido a la necesidad de un trabajo remunerado para la subsistencia familiar.

Fuente: Acción Activa Consultores Ltda., 2014

Política de Mujer

51


Por el contrario, el 70% de las vecinas de la comuna menciona que actualmente no se encuentra buscando trabajo debido a que su principal prioridad es su desarrollo profesional a través de los estudios o porque, simplemente, no pretende trabajar fuera del hogar. La tasa de participación ocupacional de las mujeres de Maipú, es significativamente diferente de acuerdo a la edad de cada mujer. Las mujeres de menor edad participaron, por lo menos, en algún trabajo durante

los últimos 12 meses. A diferencia de las mujeres mayores de 36 años que no se insertaron laboralmente durante el mismo tiempo de análisis. El 77% de las mujeres de la comuna insertas en el mundo laboral se encuentran en una posición subordinada al interior de sus trabajos y aquellas que poseen estudios profesionales, se elevan sutilmente en la escala jerárquica en comparación al porcentaje anterior. Cabe destacar que las mujeres de la comuna mayores de 56 años que datan

Trabajo independiente a nivel nacional En Chile el número de mujeres que

se

trabajan como independientes ha

educación media es incompleta (21%)

concentra

en

mujeres

cuya

aumentado con el paso del tiempo

y en menor porcentaje para aquellas

a pesar de ser un trabajo precario,

mujeres que no poseen educación

con alta presencia de jornada parcial

formal (2%). Por su par te, el nivel

y trabajadores de baja calificación

de escolaridad de los hombres que

(Fundación, 2011).

emprenden un negocio se concentra

El nivel educacional de las mujeres

entre la educación básica completa y

que comienzan un emprendimiento

educación media completa 2 .

Fuente: Trabajo independiente, microcrédito e inclusión social en Chile Observaciones a partir de un estudio de segmento. Santiago

52 Política de Mujer

Datos extraídos de “Trabajo independiente, microcrédito e inclusión social en Chile Observaciones a partir de un estudio de segmento” (2010)

2

con una larga trayectoria institucional, cuentan con mayores posibilidades de ubicarse en posiciones directivas al interior de sus trabajos al poseer mayor experiencia y conocimiento de la organización. Por último, el 56, 8% de las mujeres de la comuna se encuentran afiliadas a una AFP, un 30,6% no se encuentra afiliada a ningún sistema previsional. Mientras que el 7,7% restante ignora si está afiliada o no.


Los principales sectores donde las

son, primero, las actividades relacionadas

mujeres enfocan su accionar para la

con el comercio (46%), y luego aquellas

realización de un microemprendimiento

relacionadas con la manufactura (28%).

Fuente: Trabajo independiente, microcrédito e inclusión social en Chile Observaciones a partir de un estudio de segmento, 2010

Trabajo independiente en Maipú Otro espacio donde se desenvuelven las mujeres para la generación de ingresos económicos es en el área del emprendimiento. Rubro considerado como “trabajo informal al estar sin regularización y cotización por lo que (las mujeres) no quedan cubiertas de protección social” (CEPAL, 2014, p. 38). El microemprendimiento, para las mujeres de la comuna, representa la segunda opción después del trabajo asalariado, como estrategia para la generación de ingresos y de independencia alcanzando un porcentaje del 20% de adhesión.

El emprendimiento es una posibilidad de generar recursos económicos que no registra mayores dificultades en el sentido que las barreras en requerimientos legales y de capital son escasas. El horario de ejecución de las responsabilidades de un emprendimiento es tan flexible que resulta de gran utilidad para la conciliación de las labores del trabajo reproductivo y de cuidado al interior del hogar (CEPAL, 2014). Las mujeres de escasos recursos económicos y académicos que se dedican al micro emprendimiento,

Política de Mujer

53


tienden a enfocar su oferta en servicios o productos que realizan para sus propios hogares, otorgándoles un valor monetario a algunas de sus funciones reproductivas al exteriorizarlas a la sociedad (CEPAL, 2014). Y es precisamente por ello que las mujeres de Maipú valoran la capacitación laboral, puesto que allí observan la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos para desarrollar algún tipo de emprendimiento. En el caso de las mujeres de la comuna, el microemprendimiento se observa

tanto en mujeres de menores ingresos como en mujeres mayores de 46 años. Lo cual se asocia, principalmente, a que en este último grupo la mayoría de ellas son madres y carecen de tiempo para acceder a un trabajo dependiente. En el caso de las mujeres de la comuna, el microemprendimiento se observa tanto en mujeres de menores ingresos como en mujeres mayores de 46 años. Lo cual se asocia, principalmente, a que en este último grupo la mayoría de ellas son madres y carecen de tiempo para acceder a un trabajo dependiente.

Desafíos A lo largo de este apartado se ha logrado apreciar que las mujeres enfrentan distintas problemáticas al momento de incorporarse al mundo laboral. Una de ellas es el escaso apoyo que reciben las mujeres para la realización del trabajo reproductivo y de cuidado de los miembros de la familia tanto al interior como fuera del hogar. Las mujeres de Maipú mencionan que si bien el municipio genera instancias de apoyo para su labor, estas no son suficientes. Consideran que las opciones de lugares para el cuidado infantil y de la población adulto mayor no son las necesarias y que, además, estos organismos padecen de múltiples restricciones y requisitos para proporcionar el apoyo en cuidado para quienes lo requieren. Otra problemática visualizada es que las mujeres, al momento de incorporarse al mercado del trabajo, participan en labores de baja valoración social y de escasa o nula posibilidad de ascenso jerárquico. Además, se observa como principal problemática la pobreza de las mujeres como consecuencia de sus inestables trayectorias laborales debido a las innumerables entradas y salidas al mundo laboral tanto por sus labores de reproducción como de cuidado al interior

del hogar (CEPAL, 2013) y por haber participado de trabajos informales sin cobertura previsional (CEPAL, 2013). A lo anterior se debe agregar el aumento de la esperanza de vida de las mujeres quienes observan como los ahorros que han podido juntar a lo largo de su vida, como las pensiones, se acaban progresivamente con el paso del tiempo (CEPAL, 2013). Es necesario destacar que las mujeres dependientes económicamente se vuelven vulnerables a cualquier tipo de violencia doméstica al instante en que al interior del hogar quedan a expensas de los ingresos económicos y, por tanto, de las decisiones del jefe de hogar (CEPAL, 2013). A pesar de las barreras existentes para ingresar o mantenerse al interior del mundo laboral, las vecinas de la comuna de Maipú muestran interés en desarrollarse a través de distintas actividades salariales con el objetivo de adquirir independencia y libertad. Además de mayor seguridad personal y por tanto de empoderamiento, al sentir que el esfuerzo personal es el que produjo sus propios ingresos independientes de si estos son insuficientes o no (Bravo, 2006).

54 Política de Mujer


>>Resultado diagnóstico en materia de mujer y participación Como se ha podido observar en los

Este fenómeno ha devenido en la

apartados relativos a la proliferación

conformación de una sociedad cada

de un discurso de género a nivel

vez más atenta a sus derechos como

mundial y nacional, que insta a diversas

consumidores y cada vez más apática

agrupaciones de mujeres a defender sus

en cuanto a la defensa de sus derechos

derechos, la participación ciudadana,

ciudadanos.

en todo orden, a nivel de partidos y otras instituciones formales, como a

En este contexto, las mujeres han sido el

nivel de sociedad civil y agrupaciones

segmento de la población más afectado,

no gubernamentales, se ha convertido

por cuanto su creciente autonomía en

en la principal forma o medio para

materia de toma de decisiones, lograda

que las mujeres puedan anclar sus

a partir de años de trabajo para lograr

demandas a nivel de los procesos

su garantía legal como ciudadanas

legales e institucionales que rigen

mediante el ejercicio del voto, se ha

los países. En este sentido, con el

instrumentalizado en la forma de un

retorno a la democracia y a veintiséis

ejercicio casi exclusivo. Si bien las

años de este hito, se ha observado a

mujeres en la actualidad constituyen la

nivel país un progreso creciente en

mayoría del padrón electoral de Chile,

todos los ámbitos de la sociedad que

su capacidad de decisión se ha visto

refleja la incorporación de postulados,

supeditada casi exclusivamente a esta

dificultados por la dictadura, relativos

acción. En las últimas 6 elecciones

a la generación de espacios sociales

parlamentarias, realizadas entre 1989

articulados bajo concepto de igualdad

y el 2009, el conjunto de partidos

entre hombres y mujeres.

políticos presentó un 90% de candidatos hombres y solo 10% de

candidatas

La conquista de estos espacios ha

mujeres. En las últimas elecciones

sido una tarea muy compleja dadas

municipales, realizadas entre 1992 y

las dificultades que ha manifestado la

2008, las nominaciones fueron similares,

sociedad chilena por reconocer en el

se presentó a un 80% de candidatos

ejercicio de la participación ciudadana

hombres y solo a un 19,2% de mujeres.

una fuente viable para la tramitación de sus problemáticas. El creciente

Esto representa un ejemplo de que, si

descrédito que ha sufrido todo el

bien las mujeres votan, no existen canales

aparato institucional chileno, ha llevado

adecuados para que ellas ejerzan su

a

imaginarios

ciudadanía participando directamente

sociales que instan a sus ciudadanos

en cargos de representación pública,

a dejar de lado las “antiguas formas

disminuyendo así la posibilidad de la

de manifestación política”, inclusive

tramitación adecuada de legislación que

negando la importancia del mismo

interprete su pensar y corrija las diversas

sustrato.

brechas de género en múltiples materias.

la

conformación

de

Política de Mujer

55

“Entre 1989 y el 2009, el conjunto de partidos políticos presentó un 90% de candidatos hombres y solo 10% de candidatas mujeres”.


Fuente: Elaboración propia

De igual relevancia, es advertir que la participación nacional y comunal se encuentra en crisis, ejemplos claros de esto es que en la segunda vuelta de los candidatos presidenciales 6 de cada 10 chilenos optaron por no participar, o que, en el plano local contamos con alrededor de 1.100 organizaciones vigentes, por tanto, contamos con una organización social cada 514 habitantes, de estas solo 164 son agrupaciones de mujeres, por lo

que existe una organización de mujeres cada 1797 habitantes femeninas. En este sentido, tanto a nivel de participación informal en la sociedad civil, como a nivel formal, a través de las diversas instituciones que componen el Estado chileno, la posibilidad de articular procesos de cambio en favor de unas sociedad más igualitaria se ve entrampada al no existir vías para la garantía de

procesos de representación acordes a la realidad del país, teniendo en cuenta que las mujeres son la primera mayoría del país y no una minoría, como ciertos discursos pretenden hacerlas parecer. Asimismo, esta realidad se replica en otros ámbitos de la vida del país, reflejándose a nivel de gobiernos locales e instituciones de injerencia para éste, una baja participación femenina.

Fuente: Elaboración propia

56 Política de Mujer


Bajo este escenario, comprender la autonomía en materia de toma de decisiones- referida a la presencia de mujeres en los distintos niveles de dicho proceso, favoreciendo medidas orientadas a promover su plena participación en igualdad de condiciones a los hombres, promoviendo el ejercicio de sus derechos y las relaciones igualitarias entre hombres y mujeres es comprender que la vía para lograr las trasformaciones necesarias en materia de género requiere procesos de trabajo importantes a nivel local. Las principales razones estriban en que: Primero, el ejercicio de la política, en todos sus niveles, ha sido históricamente del poder de los hombres, esto por los roles de género que se han asignado a cada sexo. Por tanto, es fundamental que el municipio, como el ente más cercano a la ciudadanía, sea precursor de la equidad de género, apuntando a que las mujeres tengan las mismas oportunidades y herramientas para participar del ejercicio democrático. Segundo, estamos frente a una crisis de representatividad política que ha forjado el desinterés de la ciudadanía en participar, por tanto, es fundamental la instalación de representantes que sean capaces de contemplar las crecientes necesidades de nuestra comunidad, principalmente de quienes están escasamente representados (mujeres y jóvenes), reconociendo la evolución que han tenido durante los últimos años, tales como el interés de las mujeres por ser autónomas en sus propias decisiones en el aspecto físico, emocional y social, evitando la imposición de normas aplicadas mayoritariamente por hombres. En el plano local, existen cerca de 300 juntas de vecinos y cerca de 300

centros de madres, de las cuales, la mayoría de sus representantes corresponden a mujeres, muchas de las cuales con una amplia trayectoria en cuanto al ejercicio de la participación como eje para la garantía de los derechos de sus comunidades y agrupaciones. En este sentido, estas lideresas si bien reconocen la presencia activa de las mujeres en la comuna, también dan cuenta de que dicha presencia, desde lo local y lo barrial, no alcanza a ser suficiente para generar mayores espacios de influencia política en materias críticas para su desarrollo. Asimismo, se reconoce que la amplia mayoría de las mujeres de la comuna no participa directamente en ningún tipo de agrupación. Esta situación, no es solo consecuencia de una apatía social respecto de la importancia de la participación como podría presuponerse, sino que se ciñe a factores relativos a la doble jornada laboral que viven las mujeres, la falta de tiempo por el casi exclusivo rol en el cuidado de la familia, la cada vez mayor exigencia en la familias monoparentales femeninas y la ausencia de mecanismos que permitan el ejercicio de la participación política a nivel de sociedad, como la ausencia de asignaturas en los colegios de educación cívica y la relegación de estos contenidos a las mujeres. Si bien en la comuna se aprecia la importancia de diseñar espacios que se adecuen a estas situaciones, se asume la existencia de una demanda por participación. En este sentido, en el marco de este proceso, se han vislumbrado acciones que apunten a responder adecuadamente a las necesidades que expresan las mujeres dentro del diagnóstico comunal.

Política de Mujer

57

Fuente: Estudio de caracterización, apreciación, necesidades y expectativas de la mujer de Maipú. Acción Activa Ltda. 2014


Fuente: Encuesta aleatoria a mujeres de Maipú, marzo 2014

También espacios mujeres nuevos

es relevante, dotar de nuevos de participación formal a las de la comuna, propiciando espacios de agrupación y

garantizando, de manera pertinente, su expresión y difusión. Se asume que a nivel barrial existe una apreciación positiva de los canales de comunicación

con las agrupaciones barriales. Por tanto, es preciso generar mecanismos que permitan mejorar los mismos dentro del ámbito institucional.

Fuente: Encuesta talleres barriales

Como municipio, se asume la importancia de construir nuevos espacios y mejorar los existentes, garantizando la posibilidad de participación política a nivel formal e

informal efectiva de las mujeres de la comuna, pues, como se ha reiterado a lo largo de este instrumento, esta es una de las vías más eficientes para permitir la emergencia de nuevas lideresas y la

58 Política de Mujer

posibilidad de establecer reformas a postulados que impiden el desarrollo adecuado de las mujeres en los diversos ámbitos de la sociedad.


Capítulo 4: misión y

visión comunal

para la mujer de Maipú Habida cuenta de los hallazgos identificados a partir del diagnóstico comunal, la Ilustre Municipalidad Maipú se ha propuesto ejecutar una serie de procesos tanto a nivel de su gestión interna como a nivel de la ejecución de los planes, proyectos, programas y acciones que involucran el trabajo con mujeres en la comuna. Este proceso de desarrollo está orientado a partir de la misión y visión institucional en materia de mujer que a continuación se presenta:

la comuna para que puedan alcanzar su desarrollo pleno en todos los aspectos de la vida social, enfatizando su contribución en el desarrollo de su bienestar físico, mental y laboral, y sus posibilidades de participación en la vida política de la comuna y el país.

Así Maipú se propone trabajar en pro del desarrollo de las mujeres de su comuna…

La Ilustre Municipalidad de Maipú, quiere ver a todas las mujeres de la comuna libres de cualquier restricción social que les impida el desarrollo de sus capacidades, sus aspiraciones y sus desafíos. Las quiere reconocer como la principal fuerza productiva, política, social y cultural de la comuna. Construyendo para ello una cultura de respeto, que valore los principios de equidad entre hombres y mujeres, en todos los aspectos de la vida cotidiana.

Misión institucional La Ilustre Municipalidad de Maipú, en su esfuerzo por construir una comuna desarrollada e integrada, donde cuyas ciudadanas y ciudadanos puedan lograr los más altos estándares de calidad de vida posibles, se propone entregar las herramientas necesarias a las mujeres de

Así Maipú quiere ver a las mujeres de la comuna en el futuro cercano…

Visión institucional

Política de Mujer

59


Lineamientos Estratégicos

Objetivos específicos:

Mujer y Bienestar

En el corto plazo

Implementar una estrategia municipal que entregue a todas las mujeres de Maipú las condiciones necesarias para asegurar su óptimo bienestar físico y desarrollo cultural.

1. Implementación de un sistema de alerta temprana para mujeres víctimas de violencia en contexto de pareja, que les permita efectuar denuncias a través de plataformas de mensaje de texto o similar.

Se pretende articular una visión del cuerpo de la mujer que no solo responda a elementos específicos de su cuidado, sino que avance al desarrollo de entornos seguros, garantías en un trato acorde a sus derechos, erradicando la violencia de la que algunas mujeres son víctimas, fomentando el desarrollo de sus intereses a través de la cultura y sentando las bases para su cuidado tanto a nivel preventivo como de intervención en salud tradicional y no tradicional.

En el mediano plazo

Mujer segura Objetivo general: Implementaremos un plan de seguridad en los puntos percibidos como peligrosos en cada barrio, y desplegaremos herramientas de prevención de los factores que llevan a la delincuencia, con enfoque en la seguridad de las mujeres de Maipú.

2. Implementación de plan de seguridad de prevención espacial del delito, destinado a: Instalación de luminarias, ampliación de cobertura de alarmas comunitarias y dotación de cámaras de vigilancia, aumento de funcionarios para vigilancia barrial en nuevos puntos identificados como peligrosos. Estas medidas serán implementadas en los lugares reconocidos previamente por medio de un diagnóstico en mesas barriales de seguridad, respetando cuotas de género para su conformación. 3. Desarrollo de programas preventivos en la población femenina de la comuna, a través de: programa de habilidades parentales y marentales en espacios barriales, cursos de prevención del delito de mujeres, desarrollo de

“La gente de estos sectores no es tan unida y no se organiza como corresponde por falta de tiempo. Es necesario preocuparse de las delincuentes jóvenes, rehabilitarlas, enviándolas a trabajar o enseñándoles algún oficio, para que se desarrollen como personas, se sientan capaces y útiles ante su familia, y la sociedad. Dándose valor a sí mismas como mujer y madre, podrán recuperar su dignidad”. Isabel Carrillo Díaz, 54 años

60 Política de Mujer


programa curricular en jardines y establecimientos educacionales de la comuna. Todos estos orientados a la prevención temprana de problemáticas como drogadicción, alcoholismo, maltrato, abuso, grooming, bulling y violencia en general.

y conferencias sobre prevención y tratamiento de la violencia en contexto de pareja. Desarrollo de una línea curricular transversal en jardines infantiles y colegios de la Corporación de Educación (CODEDUC) que trabaje temáticas de género, prevención y autocuidado de la 4. Desarrollo de programa de intervención violencia en población infanto - juvenil. comunitaria, orientado la recuperación de espacio públicos, socialización de 7. Desarrollo de un protocolo intersectorial oferta municipal y entrega de beneficios, de atención que permita referenciar a través del trabajo conjunto con las a mujeres víctimas de violencia en organizaciones sociales, con énfasis en contexto de pareja, sobre alternativas centros de madres y agrupaciones de para solucionar las problemáticas que vivencian. mujeres de los barrios intervenidos.

El aspecto de sus vidas con que sienten mayor satisfacción es el familiar, donde el 70% de las participantes señalaron sentirse muy feliz con su realidad

8. Creación de una unidad especializada en atención reparatoria a víctimas de 5. Plan de reconstrucción barrial violencia en contexto de pareja. de sectores con altos índices de En el mediano plazo vulnerabilidad social. En el largo plazo

Prevención y tratamiento de violencia en 9. Modelo de atención especializado para hombres que ejercen violencia y contexto de pareja reconocen necesidad de cambio. Objetivo general:

Desarrollo cultural con enfoque de Implementaremos un plan municipal que género contribuya a terminar con la violencia contra la mujer, con enfoque en la prevención, a través de tratamientos para víctimas y victimarios y desarrollo temprano de herramientas contra la violencia para niñas, niños y jóvenes. Objetivos específicos:

Objetivo general: Desarrollaremos un proyecto municipal que fomente nuevos espacios culturales en todos los barrios, que permita desarrollar las emociones, la creatividad, el arte y la identidad, con enfoque en la valoración del talento femenino.

En el corto plazo 6. Implementar una campaña de difusión con foco en mujeres de la comuna, basada en estrategias comunicacionales de impacto masivo, a través de charlas

Política de Mujer

61


Objetivos específicos: En el mediano plazo 10. Proyecto de valoración y desarrollo cultural de la mujer, a través de mecanismos de acercamiento tales como: Aproximación al enfoque de género a través del cine, por medio de ciclos de cines y conversación, concursos de cortometrajes para mujeres de todas las edades. - Proyecto de aproximación al enfoque de género, a través de la fotografía, mediante ciclos de capacitación en fotografía y concurso fotográficos para las mujeres de todas las edades.

conversatorios temáticos de género, obras de teatro, cine, feria creativa de mujer itinerante y biblioteca en su plaza. Todas estas acciones se implementarán en todos los barrios de la comuna. En el largo plazo 13. Proyecto de reivindicación de la identidad de pueblos originarios, a través de la creación de un centro ceremonial de pueblos originarios, dotado de una oferta anual de actividades propias de las culturas indígenas existentes en Chile.

Salud: cuidado del cuerpo y la mente Objetivo general:

- Proyecto de desarrollo musical de la comuna, a través de ciclos de conciertos semestrales participativos, talleres de expresión musical y aprendizaje de instrumentos y fomento y apoyo a bandas, conjuntos o agrupaciones emergentes de la comuna.

Implementaremos una estrategia de salud integral para todas las mujeres de Maipú, que fortalezca su cuerpo y su mente, con enfoque en la prevención de enfermedades que la afectan, a través de la utilización de medicina habitual, medicina tradicional y medicina complementaria.

- Proyecto de desarrollo literario para las mujeres de la comuna, con enfoque de género, a través de ampliación en un 20% de material bibliográfico enfocado al género, encuentros literarios con mención a mujeres en la historia, creación de concursos literarios para mujeres de todas las edades y visitas guiadas en biblioteca con personal experto en catálogo de género.

Objetivos específicos:

Todos estos proyectos enfocarán su oferta en horarios de tarde y vespertino.

15. Proyecto de salud mental inclusiva, a través de una oferta especializada de atención psicológica y terapias complementarias para la población femenina e incorporación de actividades de promoción y uso de salud ancestral para mujeres de pueblos originarios.

11. Proyecto de aproximación al desarrollo humano, a través de implementación de talleres de reiki, meditación, yoga y otras terapias complementarias, en horario de tarde y vespertino. 12. Proyecto de diversificación y desconcentración barrial de oferta cultural, a través de: Bibliomovil, 62 Política de Mujer

En el corto plazo 14. Ampliación del programa de salud mental, a través de un aumento de dotación de profesionales e inclusión de cuotas de atención para mujeres en situación de discapacidad y mujeres de pueblos originarios.

16. Proyecto de fomento e incorporación de la mujer al deporte y la vida sana, a través de asegurar el cumplimiento total de normativas de alimentación

saludable, tanto en kioscos como en casinos de colegios municipales. Desarrollo de programas de estimulación a la alimentación saludable a través de talleres de instalación de huertos no transgénicos. Ampliación de oferta extra programática de talleres de deportes en colegios CODEDUC. Ferias deportivas con muestras de diferentes disciplinas y uso saludable del tiempo libre. Talleres para padres y madres en desarrollo de menús familiares saludables. Entrega de becas de estimulación deportivas para mujeres de todas las edades que se destaquen en alguna disciplina deportiva. En el mediano plazo 17. Proyecto de incentivo al cuidado del cuerpo femenino con enfoque barrial, a través de un aumento de oferta de exámenes preventivos (PAP y mamografía), implementación de clínicas móviles itinerantes y atención dental. 18. Desarrollo de un programa municipal de educación sexual y reproductiva en CESFAM, jardines y establecimientos educacionales de la comuna. En el largo plazo 19. Proyecto de vinculación femenina al sistema de salud, a través de la generación de incentivos para la inscripción , difusión de cartera de servicios presentes para la mujer y su comunidad y campañas de difusión masivas en temáticas preventivas de salud (alimentación sana, controles y exámenes preventivos)


Mujer y Trabajo Implementar una estrategia municipal que asegure las condiciones necesarias para que todas las mujeres de Maipú tengan herramientas para desarrollarse económicamente.

Se pretende contribuir a que las mujeres participen del mercado laboral en igualdad de condiciones a los hombres, de manera que puedan generar ingresos propios y autorrealizarse en el ámbito económico como ellas estimen conveniente.

Inserción y Capacitación laboral Objetivo general Implementaremos un plan municipal que permita a las maipucinas el ingreso al trabajo formal, a través de la entrega de herramientas técnicas y sociales; intermediación laboral para su integración a empresas, que incluya a mujeres en situación de discapacidad y mujeres de pueblos originarios, priorizando su

participación en trabajos de mediana y alta valoración social. Objetivos específicos: En el mediano plazo 1. Proyecto de educación laboral, a través de: campaña de impacto masivo sobre derechos laborales y previsionales, valoración del trabajo femenino formal y doméstico, para mujeres de todas las edades, con énfasis en población femenina infanto – juvenil y charlas de orientación laboral en establecimientos de la comuna. 2. Proyecto de sensibilización a empresas y municipio en temáticas de equidad de género a nivel laboral, a través de charlas sobre equidad de género y buenas prácticas laborales, prevención de temáticas como acoso laboral, socialización de ley de fuero maternal, pre y post natal, y estimulación de medidas de paridad de género en cargos de relevancia para la organización.

“Las mujeres jefas de hogar trabajamos diez horas diarias, y a veces más para generar mayores ingresos. Ésto en desmedro del tiempo dedicado a la familia; no tenemos vida familiar, no porque no queramos, sino porque no podemos. En el mundo laboral nos discriminan por ser mujeres, incluso nuestros embarazos son un riesgo potencial para la estabilidad laboral. En este sentido, no todas las empresas nos brindan protección”. Verónica Vega Díaz, 48 años

Política de Mujer

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En el largo plazo: 3. Proyecto de inserción laboral femenina en empleos de mediana y alta valoración social, a través de formación de habilidades técnicas, sociales y afectivas para trabajos tradicionales y no tradicionales, intermediación laboral para ingreso de mujeres en empresas de la comuna y sectores aledaños, capacitación de empresas en temáticas de trabajo inclusivo e incorporación de cuotas de mujeres de pueblos originarios para inserción laboral.

6. Proyecto de asesoría de los emprendimientos, a través de capacitaciones en generación de ideas de negocio, procesos de postulación de fondos, normativas de rendición contable, trámites legales y tipos de negocio, asesoría en marketing para difusión del emprendimiento. Generación de instancias de asociatividad entre micro – empresarias y difusión masiva de microemprendimientos.

Trabajo compatible y desarrollo de oportunidades Fomento al emprendimiento Objetivo general: Objetivo general: Implementaremos un proyecto municipal que permita concretar las ideas de las maipucinas emprendedoras, apoyándolas en el desarrollo completo de su emprendimiento económico.

Desarrollaremos medidas que entreguen herramientas a todas las mujeres de Maipú para desenvolverse económicamente, con la finalidad de disminuir los conflictos que enfrentan a la hora de desarrollarse laboralmente.

Objetivos específicos:

Objetivos específicos:

En el mediano plazo

En el largo plazo

4. Proyecto de estimulación al emprendimiento femenino, a través de campañas de impacto masivo sobre los beneficios del micro y mediano emprendimiento, como forma de economía sustentable para población femenina en general, con foco en juntas de vecinos, centros de madres y agrupaciones de mujeres de la comuna.

7. Proyecto de apoyo a la compatibilización del trabajo y cuidado de los hijos, a través de ampliación de convenios con programa 4-7 con jardines y colegios de la comuna para ejercer el cuidado infantil durante horas laborales; ampliación del programa 4-7 de SERNAM y réplica con fondo municipal. Desarrollo de campañas de impacto masivo sobre la importancia de la co-parentalidad y división de roles domésticos, mediante: charlas y talleres para padres sobre enfoque de nuevas masculinidades.

5. Proyecto de subsidio al emprendimiento, a través de ampliación de un banco de fondos concursables municipales para apoyo al emprendimiento, catastro de fondos externos y asesorías para sus postulaciones; además de generación y difusión de cartelera anual de postulación de fondos.

64 Política de Mujer

El 28% del total de las encuestadas manifiesta sentirse “poco feliz” o “nada feliz” con su situación laboral.


8. Proyectos de subsidio a la educación para mujeres, a través de becas solidarias de preuniversitario y beca de apoyo a la enseñanza superior para mujeres en situación de vulnerabilidad social. Beca de apoyo de postítulo (duración no mayor a dos años), mediante convenio de retribución con trabajo solidario a la comuna, a través del municipio. 9. Pensiones solidarias para mujeres que no califican dentro de otro tipo de pensión social y para cuidadoras de personas en situación de discapacidad. Asesoría para postulación a proyecto de mejoramiento habitacional inclusivo de mujeres en situación de discapacidad.

e intermediación en procesos de regularización de su situación legal dentro del país, generar vinculación con oferta laboral y educativa de la comuna a través de cuotas de inclusión, intervención psicosocial en caso de malestar producto del fenómeno de la discriminación, campañas de impacto masivo sobre inclusión cultural y talleres además de charlas educativas en establecimientos educacionales de la comuna sobre trato inclusivo y respeto a la diversidad.

10. Proyecto de modernización inclusiva municipal, a través de mejoramiento de infraestructura adecuada a personas en situación de discapacidad. Capacitación a funcionarios en lenguaje de señas y mapuzungun nivel 1, para atención de público. 11. Proyecto de integración para las mujeres migrantes y sus familias, a través de la creación de un programa municipal de apoyo a migrantes, asesoría

Es necesario fortalecer las capacitaciones y talleres enfocados a las mujeres con discapacidad para que logren desarrollar más aptitudes, buscando una mayor integración social”. Judith Ehrmantraut Bustamante, 71 años

Política de Mujer

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Mujer y participación Instalar una estrategia municipal que incorpore la participación de las mujeres de Maipú en la toma de decisiones comunales.

Se pretende crear estrategias a la gestión municipal que permitan forjar una cultura de igualdad de género que fortalezca nuestra sociedad, formando mujeres con capacidades e interés en la transformación social de la comuna de Maipú. Objetivo general: Instaurar herramientas y mecanismos que permitan integrar a todas las maipucinas en los procesos de participación comunal, con foco en la educación cívica.

de trabajo en educación cívica en establecimientos municipales, talleres de formación de género y participación, con énfasis en población femenina y masculina infanto – juvenil. Entrega de herramientas formales mediante cursos de capacitación y diplomados basados en gestión municipal y desarrollo local, liderazgo y género. 2. Proyecto de instalación de mecanismos participativos con enfoque de género, a través de la creación de la Casa de la Mujer y conformación del Consejo Ciudadano de la Mujer. Construcción de diagnósticos barriales participativos con enfoque de género, en materias de seguridad ciudadana y presupuestos participativos, entre otras.

Objetivos específicos: En el mediano plazo 1. Proyecto de desarrollo de competencias cívicas e instalación de corresponsabilidad, a través de la incorporación de líneas

“Cualquier tipo de acción que se tome con el propósito de generar una sociedad inclusiva y libre de las discriminaciones de género, tiene que ir orientada a transformar la forma en la que nos relacionamos como sociedad, por lo cual se debe incluir a representantes de todos los grupos que componen la sociedad y de esta manera avanzar en la construcción de una sociedad más inclusiva”. María Cecilia Gutiérrez Clavería, 56 años

66 Política de Mujer


PolĂ­tica de Mujer

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Conclusión

La creación de esta política local fue un trabajo arduo debido a la necesidad de hacer partícipes a distintos actores sociales, directa e indirectamente involucrados con el área de la mujer, para crear una verdadera política en donde la temática de género sea transversal a las distintas esferas de la sociedad. Además, el proceso se volcó como un espacio de conocimiento propio sin la posibilidad de contar con un referente al que imitar debido a la inexistencia tanto a nivel nacional como local de mecanismos de integración total de la mujer. Las distintas instancias donde se supone la integración de la mujer, no son más que asistencialismo debido a que las medidas que se han propuesto y, por cierto, implementado, solo entregan soluciones momentáneas a problemáticas enraizadas en la sociedad. La desigualdad y la discriminación hacia la mujer son prácticas cotidianas que se intentan suprimir con distintos bonos económicos e iniciativas fugaces que no consideran el problema desde su origen y la intersectorialidad de cada dificultad, quedando cada conflicto en manos del actor social al que le corresponde tal área de gestión, olvidando el enriquecedor proceso de participación de distintos actores para la solución de las dificultades de cada problema desde su área de especialidad. Por lo anterior, es que en Maipú surgió la necesidad de crear un espacio de participación ciudadana, en especial, de la mujer para conocer la percepción de las vecinas de la comuna sobre distintas temáticas de interés social como lo son salud, cultura, seguridad social, entre otras materias. Con el fin de elevar sus niveles de

68 Política de Mujer

felicidad a través de soluciones dirigidas a los principales problemas que las aquejan logrando, a su vez, el empoderamiento integral de cada una de nuestras mujeres a través del trabajo integrado de todas las entidades municipales. Las principales medidas que la actual gestión municipal establece para contribuir a la solución de las problemáticas expuestas por las maipucinas son: Mujer y bienestar • Implementación de un sistema de alerta temprana para mujeres víctimas de violencia en contexto de pareja, que les permita efectuar denuncias a través de plataforma de mensaje de texto o similar. • Plan de reconstrucción barrial de sectores con altos índices de vulnerabilidad social. • Creación de una unidad especializada en atención reparatoria a víctimas de violencia en contexto de pareja. • Proyecto de valoración y desarrollo cultural de la mujer, a través de mecanismos de acercamiento tales como: - Aproximación al enfoque de género a través del cine, por medio de: ciclos de cines y conversación; y concursos de cortometrajes para mujeres de todas las edades. - Proyecto de aproximación al enfoque de género a través de la fotografía, mediante: ciclos de capacitación en fotografía y concurso fotográficos para las mujeres de todas las edades. - Proyecto de desarrollo musical de la comuna, a través de: ciclos de conciertos

semestrales participativos, talleres de expresión musical y aprendizaje de instrumentos y fomento y apoyo a bandas, conjuntos o agrupaciones emergentes de la comuna. - Proyecto de desarrollo literario para las mujeres de la comuna, con enfoque de género, a través de la ampliación en un 20% del material bibliográfico enfocado al género, encuentros literarios con mención a mujeres en la historia, creación de concursos literarios para mujeres de todas las edades y visitas guiadas en biblioteca con personas expertas en catálogo de género. • Proyecto de reivindicación de la identidad de pueblos originarios, a través de: creación de centro ceremonial de pueblos originarios dotado de oferta anual de actividades propias de las culturas indígenas existentes en Chile. • Proyecto de incentivo al cuidado del cuerpo femenino con enfoque barrial, a través de un aumento de oferta de exámenes preventivos (PAP y mamografía). Implementación de clínicas móviles itinerantes y atención dental. Mujer y trabajo • Proyecto de inserción laboral femenina en empleos de mediana y alta valoración social, a través de formación de habilidades técnicas sociales y afectivas para trabajos tradicionales y no tradicionales; intermediación laboral para ingreso de mujeres en empresas de la comuna y sectores aledaños; capacitación de empresas en temáticas de trabajo inclusivo e incorporación de cuotas de


mujeres de pueblos originarios para inserción laboral.

de retribución con trabajo solidario a la comuna, a través del municipio.

• Proyecto de subsidio a los emprendimientos, a través de: ampliación de banco de fondos concursables municipales para apoyo al emprendimiento; catastro de fondos externos y asesorías para sus postulaciones. Generación y difusión de cartelera anual de postulación de fondos.

• Pensiones solidarias para mujeres que: no califican dentro de otro tipo de pensión social y para cuidadoras de personas en situación de discapacidad. Asesoría para postulación a proyecto de mejoramiento habitacional inclusivo de mujeres en situación de discapacidad.

de género, en materias de seguridad ciudadana y presupuesto participativo, entre otros.

Mujer y participación • Proyecto de subsidio a la educación para mujeres, a través de: beca solidaria de preuniversitario y beca de apoyo a la enseñanza superior para mujeres en situación de vulnerabilidad social. Beca de apoyo de postítulo (duración no mayor a dos años), mediante convenio

• Proyecto de instalación de mecanismos participativos con enfoque de género, a través de la creación de la Casa de la Mujer y conformación del Consejo Ciudadano de la Mujer. Construcción de diagnósticos barriales participativos con enfoque

Política de Mujer

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