escolar página doble 4 y 5 (principal)

Page 1

04

ESCOLAR / HERALDO DE ARAGÓN MIÉRCOLES 10 de mayo de 2017

EN CENTRALES

ESCOLAR / HERALDO DE ARAGÓN MIÉRCOLES 10 de mayo de 2017

EN CENTRALES

Innovación Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) Alumnos que adquieren los conocimientos y competencias clave del siglo XXI, elaborando, desarrollando y evaluando sus propios proyectos de aprendizaje, son el modelo de este nuevo método educativo que triunfa en las aulas DIEGO ARROYO MURILLO* ■ La

enseñanza y el aprendizaje basados en las metodologías activas son procesos que se centran fundamentalmente en el alumno; es decir: el punto de referencia y el objetivo principal es conseguir que aprendan haciendo; que no permanezcan pasivos ante su propio aprendizaje, sino todo lo contrario: que sean altamente activos y conscientes de este apasionante proceso y de todo su desarrollo. Actual-

Esta metodología se centra en el alumno, en que aprenda haciendo y en que participe y sea consciente de todo el proceso

mente, las metodologías activas van cobrando poco a poco un protagonismo bien merecido en las aulas y el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es la base sobre la que sustentar cualquier tipo de innovación educativa. Siguiendo a Ken Robinson, educador, investigador y doctor por la Universidad de Londres: «La educación eficaz debe ser la combinación de tradición e innovación en equilibrio con el rigor y la libertad». Y estos son, precisamente, los parámetros que se conjugan a la perfección con el ABP.

6. La cultura del pensamiento

8. La gamificación

Con sus rutinas y destrezas, la cultura del pensamiento sustenta la toma de decisiones y el espíritu crítico. Todos nacemos con la capacidad de pensar, pero es necesario y obligatorio fomentar y cimentar esta capacidad; que no quede limitada mediante un mecanismo automático. Y, para lograrlo, podemos incluir en nuestras actividades rutinas de pensamiento (estrategias breves, útiles y fáciles de aplicar para ayudar a lograr un pensamiento eficaz, facilitando el pensamiento visible), como ‘La brújula’, ‘El puente’, ‘Veo, pienso, me pregunto’ o ‘CSI’, todas ellas importantes para trabajar diferentes aspectos que van desde activar conocimientos previos o profundizar y evaluar una idea hasta mejorar la comprensión lectora o reflexionar sobre por qué cambiamos. Además, las destrezas de pensamiento pueden ayudarnos, a través de mapas de pensamientos y organizadores gráficos, en la elección de la solución o camino más eficaz para resolver una situación, a tomar decisiones, a elaborar un plan... Si además, añadimos a todo esto ejercicios de metacognición, la formula parece tremendamente sugerente para llevarla al aula.

La gamificación, como estructura establecida para ofrecer retos, desafíos, ofrece muy buenos resultados en el (ABP): se trata de conseguir aquello que nos cuesta, que no apetece, mediante el juego. Es un proceso a través del cual buscamos motivar, seducir con técnicas basadas en el juego para conseguir unos objetivos. Cuando en nuestras clases nos centramos en crear un clima positivo para aprender, establecemos en el cerebro asociaciones entre aprendizaje y placer que van a durar toda la vida, y el juego es capaz de ello. Retos, aventuras, desafíos, investigaciones, misterios, secretos… ¿quién no se motivaría con estos elementos?

Y si a a todas estas sugerencias añadimos el ingrediente de las TIC, con herramientas y recursos motivadores como Trivinet, Classdojo, Classcraft, Kahoot, Socrative, Trello, Images Actives, el uso de blogs, Powtoon, creación de vídeos... lograremos un plato realmente apetitoso.

1. Una perspectiva neuroeducativa

3. Sus beneficios

7. El aprendizaje cooperativo

Conocer cómo funciona nuestro cerebro es más que prioritario para alcanzar el éxito en el aprendizaje y es uno de los retos fundamentales para mejorar la educación. A partir del estudio del cerebro, se han comenzado a vislumbrar grandes evidencias sobre las metodologías que predisponen al alumnado para aprender eficazmente. Los investigadores han constatado que nuestro cerebro aprende de manera integral, que no fragmenta el aprendizaje en compartimentos estancos. ¿Y qué repercusiones tiene todo esto en el ámbito educativo? Pues, parece evidente que si nuestro cerebro aprende de una manera integral, no tiene ningún sentido fragmentar el aprendizaje en materias; así, pues, el Aprendizaje Basado en Proyectos se presenta como una solución bastante coherente.

– La motivación está asegurada, ya que el proyecto en el que van a trabajar parte de sus propios intereses, de sus pasiones. – Se desarrolla la autonomía de manera clara y visible; es una forma de trabajar compartida: todos y todas tomamos decisiones. – Se forman el pensamiento crítico y el espíritu de autocrítica y reflexión sobre sus fallos y errores, ya que la autoevaluación de los alumnos es un pilar fundamental para el desarrollo del ABP. – Promueve la creatividad y la resolución de problemas. – Integra a todo el alumnado; como bien dice Coral Elizondo, directora del Carei : «Promueve la verdadera revolución inclusiva». – Lo esencial y resumiendo es que se trabaja desde la afectividad, las emociones están muy presentes y ese contacto de unos con otros, mediante los agrupamientos, les permite aprender y trabaja de manera efectiva.

El aprendizaje cooperativo no solo hay que considerarlo como medio de agrupamiento de los alumnos, sino como filosofía de clase para trabajar: los escáneres cerebrales demuestran que la cooperación, bien diseñada, libera más dopamina, muy beneficiosa tanto en el ámbito cognitivo como en el emocional. La dopamina es el neurotransmisor necesario para que ocurra el aprendizaje en los seres humanos, ya que nos invita a descubrir, a explorar y a abrir nuestra mente a la novedad. El concepto de ‘poda sináptica’ o ‘poda neuronal’ nos ofrece una justificación realmente efectiva para aplicar estos fundamento con nuestros alumnos (se fortalecen aquellas conexiones que se usan con más frecuencia y se eliminan aquellas que no se usan). En el sistema nervioso hay una poda programada modificable por experiencias, si no tenemos una infancia con estímulos adecuados hay una pérdida de la poda, por lo tanto, una pérdida de capacidades con el tiempo. Somos seres sociales, nuestro cerebro se desarrolla en contacto con otros cerebros. Somos seres sensibles a las necesidades del otro y capaces de reaccionar ante sus dificultades. Muy importantes son también otros aspectos, como la composición de los grupos, la cohesión de los mismos, el papel de cada miembro del equipo y su organización.

2. ¿Qué es el ABP? El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una metodología activa que invita al alumno a superar desafíos. Se trata de que adquieran los conocimientos y competencias clave en el siglo XXI a través de la elaboración de proyectos –por ejemplo: diseñar una campaña para concienciar a sus vecinos sobre la importancia del reciclaje de los residuos–, que den solución a problemas pegados a la vida real. Los alumnos desarrollan, dirigen y evalúan sus propios proyectos; así, se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje, trabajan con los conocimientos de forma activa, constructiva y creativa, fomentando su autonomía y reflexión crítica, reforzando de esta forma la cultura del pensamiento, esencial en el desarrollo de actividades. Suministrándoles los retos adecuados y trabajando mediante formulas cooperativas, se espera que los escolares puedan ir superando las dificultades que les vayan surgiendo durante la investigación que realizan para desarrollar el proyecto y que sean capaces de aprender e interiorizar los contenidos.

9. Las TIC

4. Fases para ponerlo en marcha En muchas ocasiones, cuando se intenta poner en marcha en el aula este tipo de metodología, genera cierto temor entre el profesorado no saber por dónde empezar y, sobre todo, tenerlo todo bajo control, que no se nos escape nada; es importante aplicar el principio de flexibilidad, ser flexibles puede llevarnos por caminos educativos muy sugerentes. Las etapas que aquí detallamos pueden ser validas, pero siempre hay que tener en cuenta los condicionantes de la clase, aunque existen fases que no podemos dejar de atravesar en esta aventura llena de emociones. 1.- Selección de la temática del proyecto o eje vertebrador. Es imprescindible que los alumnos participen, que tomen decisiones; dar voz a la clase en la elección del tema es esencial y asegura su motivación. 2.- Formación de grupos. Con diferentes perfiles para que cada uno desempeñe su rol. 3.- Andamiaje del proyecto. Los alumnos deben conocer los objetivos competenciales y cognitivos que han de alcanzar y los criterios de evaluación; deben saber en todo momento qué les vamos a pedir. 4.- Investigación. Es la fase más interesante y enriquecedora, la investigación como medio de aprendizaje. Con autonomía, buscan, analizan, contrastan, aprenden a filtrar la información… El docente actúa en todo este proceso como orientador y guía. 5.- Elaboración del producto. Es hora de que los alumnos, dando rienda suelta a su creatividad, pongan en práctica todo lo aprendido para elaborar el producto –una presentación, una campaña, una maqueta, un folleto, un libro...–, que dé respuesta al desafío planteado. 6.- Presentación de resultados. Cada grupo debe exponer, presentar ante el resto de compañeros el resultado de sus investigaciones. Después, entre toda la clase, toca reflexionar para alcanzar una respuesta colectiva al reto. 7.- Evaluación y autoevaluación. Por parte del profesor y de cada uno de los alumnos. Todas estas fases deben estar teñidas con los colores de la integración, la colaboración, la cooperación y acompañadas, sobre todo, con el desempeño del docente, con esa emoción y pasión que todos ponemos en nuestras clases.

5. Actividades enriquecedoras Cuando iniciamos un ABP, nunca sabemos por dónde nos va a llevar esta apasionante aventura, pero puede ser muy interesante aplicar y desarrollar actividades que inciten a nuestros alumnos a aprender de forma y manera significativa; a pensar sobre cómo están aprendiendo; a evaluar el proceso; y a participar activamente. Para ello podemos aplicar algunas nociones de nueroeducación en el aula, como las ‘neuronas espejo’ (conectamos nuestras propias acciones con las de los demás, lo que nos permite aprender de ellos); el trabajo emocional (solo se aprende aquello que emociona, aquello que despierta interés, curiosidad; descansos cerebrales (lo ideal es dividir el tiempo de clase en bloques de 20 minutos); ofrecer retos y desafíos mediante el juego; y fomentar la cultura del pensamiento, que ya hemos dicho anteriormente que es fundamental, y de la que hablamos a continuación.

10. La evaluación Cuando hablamos de evaluación y ABP casi siempre surgen muchas dudas. Sin embargo, el punto de partida es que debemos contemplar la evaluación como un proceso rico y útil para aprender; también conviene tener muy claro que la evaluación no es cuestión unilateral del docente. Existen a nuestra disposición recursos muy variados para conseguir una evaluación eficaz: el examen, las rúbricas, el portafolio, los diarios de aprendizaje, las entrevistas… En cualquier caso, hemos de tener siempre presente que la la evaluación no es el enemigo, sino que debe ayudarnos y servirnos como una pieza de aprendizaje más. En definitiva, el Aprendizaje Basado en Proyectos, como plato principal de un buen menú educativo, aporta mucha energía a nuestros comensales. Y si además el postre lo ponemos los docentes, con nuestra pasión y emoción por enseñar y educar, haremos de nuestros centros escolares restaurantes de cinco estrellas educativas. ¿Quién quiere ser chef? *Diego Arroyo Murillo es asesor de formación del CIFE Juan de Lanuza UFI-Zuera

05


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.