ENCIMA DE LA EDUCACIÓN, SOLO LAS ESTRELLAS.
CIDE HAMETES, REVISTA DE DIVULGACIÓN EDUCATIVA
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H A M E T E S
REVISTA DE DIVULGACIÓN EDUCATIVA
EDITADA POR CIDE HAMETES EN ZARAGOZA EJEMPLAR GRATUITO EDICIÓN DIGITAL TRIMESTRAL
Nuevo número de esta vuestra revista educativa, esta vez dedicada a la formación del profesorado. Pilar esencial en la mejora de la educación. En esta ocasión contamos con las ideas y testimonios de muchos docentes y maestras que, con su visión a pie de campo, nos hablan de sus vivencias y aportaciones.
CIDE HAMETES
En el arrabal de la formación del profesorado se vislumbra una situación muy diferente a lo que espera, ofrecer un producto con fecha de caducidad no parece ser la mejor oferta para un colectivo tan necesitado de evidencias y certezas.
A M E T E S
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FORMACIÓN PROFESORADO
Desde mi perspectiva como orientadora y docente, así como formadora, considero que la formación permanente del profesorado es algo fundamental en nuestra profesión. Pero no solamente a nivel profesional sino a nivel afectivo y social. A menudo recibimos propuestas de formación sobre tecnologías, metodología, innovación, programas de convivencia… Y todo eso es necesario, pero aplicándolo al contexto de cada centro. La teoría es importante, pero sin una puesta en práctica contextualizada, es difícil que esa formación sirva para algo más que para engordar nuestras horas de certificación.
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...considero que la formación permanente del profesorado es algo fundamental en nuestra profesión..."
Natalia Alcalde Herrero
La sociedad en la que vivimos es cambiante, y nuestro trabajo está directamente conectado con esa realidad. Los centros son organismos vivos y dinámicos, que cambian continuamente, y todos los miembros de la comunidad educativa cambian con él. Por ello es importante que las propuestas formativas se adapten a los tiempos, que no queden anclados en el pasado, y que cada docente se recicle de verdad en cada curso escolar.
La formación, al igual que cualquier tipo de enseñanza, debe provocar un cambio en cada docente a nivel teórico y profesional, pero sobre todo a nivel emocional y motivacional. En muchas de las ponencias que he dado a lo largo de mi vida profesional, lo que más destaca el profesorado es que les he logrado transmitir ilusión, ganas por cambiar y mejorar su centro, y su propia práctica docente. Y creo que eso es lo fundamental para que esa formación tenga una repercusión real en el profesorado y en el centro en general. Por eso los propios formadores debemos reciclarnos continuamente, participando en programas, analizando la realidad de nuestro alumnado y nuestro centro, y sobre todo, sin perder esa ilusión que debemos transmitir a las personas que vamos a formar. Además, una vez que un centro ha recibido la formación en un área determinada, debe saber ponerla en práctica en su contexto concreto, modificar aquellos aspectos que sean necesarios y evaluarse continuamente para saber si estamos en la dirección correcta.
La formación no debe ser un mero trámite o unas cuantas lecciones teóricas, sino que debe ser práctica, motivadora y sobre todo un agente de cambio para modificar patrones acomodados, en cualquier ámbito de la enseñanza. La verdadera formación del profesorado tiene que causar un cambio en nosotros mismos a todos los niveles, ya que antes que docentes somos personas, y eso es precisamente lo que nos va a hacer aplicar lo aprendido y mejorar nuestra práctica docente y humana.
Natalia Alcalde HerreroSolemos poner casi todos un énfasis mayor en nuestra formación al principio de nuestra vida laboral"
FORMACIÓN PROFESORADO
Santiago Gil ÚcarLa palabra formación viene del latín formatio y significa “acción o efecto de formar”. Preguntarnos hoy en día que es para nosotros los docentes la formación es como darle un sentido a nuestras vidas. Todos quien más quien menos llevamos ya unos años trabajando en un trabajo que nos apasiona, y la formación hace que este tenga sentido.
Toda nuestra vida laboral ha ido evolucionando y adaptándose a las nuevas y variables exigencias sociales y ahí tiene mucha importancia dicha palabra. Sin esa palabra mágica, formación, no somos nada, ya que ahí radica nuestra evolución como maestros y el querer aprender cosas que nos sirvan a nosotros como docentes y sobretodo que les sirvan a nuestro alumnado en su aprendizaje diario. La formación da forma al Sistema Educativo y lo transforma y modifica constantemente, dándole un sentido si cabe más lógico y humano, más transversal e integrador, más moderno y justo para secuenciar nuestro trabajo. Solemos poner casi todos un énfasis mayor en nuestra formación al principio de nuestra vida laboral, cuando somos interinos para tener más puntos para ir progresando en las listas, para aprobar una oposición, para cobrar un sexenio, pero a mí me llena de orgullo y satisfacción ver como compañeros se forman constantemente con el objetivo de aprender cosas nuevas para poder aplicarlas en su tarea diaria.
Gil Úcar
Sin esta formación nos nuestros conocimientos se apelmazan o estancan y caemos en la trampa de no evolucionar ni actualizar dichos saberes a los rápidos y constantes cambios que se van dando tanto en la sociedad como en el ser humano, los cuales van evolucionando casi cada día. La escuela debe seguir ese frenético ritmo, si no caemos en el riesgo de descolgarnos y eso no debería suceder en nuestro entorno educativo.
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Editada en Zaragoza ejemplar gratuito | revistacidehametes@gmail com https://revistacidehametes.wixsite.com/cidehametes
"Nuestra profesión, como muchas otras, precisa de la formación continua para poder evolucionar y adaptarse..."
FORMACIÓN PROFESORADO
Marta Aguilar RodríguezNuestra profesión, como muchas otras, precisa de la formación continua para poder evolucionar y adaptarse a los nuevos alumnos, metodologías, leyes y retos que van surgiendo día a día. La gran mayoría de maestros coincidimos en que la formación inicial no es suficiente, y por eso la mayoría tenemos varias especialidades, masters, grados o posgrados que vamos compatibilizando con nuestro trabajo diario. Como podemos ver, esta formación docente precisa de docentes comprometidos con su labor, con la pedagogía y con el alumnado, docentes que necesitamos ir más allá delos contenidos para seguir aprendiendo de procedimientos y metodologías que mejoren y actualicen nuestro trabajo diario. Tras muchas horas de formación en múltiples formatos, he llegado a la conclusión de que lo que más suele servirme son formaciones presenciales, con parte teórica y parte práctica, con ideas para poder trasladar al aula fácilmente una vez se sabe lo que se está haciendo. Formaciones de experiencias reales que se estén llevando a cabo con sus resultados, con sus luces y sus sombras, que nos acerquen a nuevas posibilidades reales y con los pies en el aula. Formaciones que abran nuevas formas de seguir un itinerario formativo propio dentro de las necesidades de la escuela y el alumnado y que permitan especializarnos mientras avanzamos en todas las áreas que hemos de impartir.
Marta Aguilar Rodríguez
Y para ello tienen que ser formaciones de metodologías basadas en evidencias, en experiencias reales y que se hayan estado llevando a cabo en diferentes centros, que se puedan replicar, pues ya se sabe que el contexto y los profesionales que participan son de suma importancia. Y aun así, que esas experiencias tengan una base teórica: pedagógica o psicológica sólida, que vaya más allá de una tendencia o moda educativa. Se que a muchos compañeros por su vida personal les cuesta muchísimo organizarse para realizar formaciones en según qué horarios o días, lo que dificulta que todos los compañeros puedan estar igual de formados. Lo ideal sería, que además de los indispensables centros de profesorado y sus formaciones centralizadas, los especialistas y formadores pudiesen acudir a los colegios en horario de trabajo. Las formaciones que recaen sobre el propio profesorado del centro pueden no suelen cubrir las expectativas formativas para el tiempo utilizado: no en todos los centros hay especialistas en lo que necesitan formarse su profesorado. Y muchas veces los coordinadores de estas formaciones intentan formarse por su lado prácticamente al mismo tiempo que forman a sus compañeros. Es cierto que se suelen acompañar de una o dos sesiones de asesoramiento externo especializado, pero por lo vivido hasta ahora no son suficientes para sacar adelante una formación que movilice a una gran mayoría del claustro.
Un modelo de formación interesante a llevar a los centros serían talleres prácticos de metodologías activas o de necesidades formativas generales donde se vaya más allá, se invite a reflexionar y se explique cómo poder replicarlo teniendo en cuenta las diferencias de alumnado y contexto.
Contar en 30 líneas mis propuestas de mejora en cuanto a formación del profesorado no es tarea fácil, así que me centraré en dos experiencias concretas.
Por un lado, hablaré del programa “Mira y actúa”, en mi opinión una de las opciones formativas más enriquecedoras en la actualidad. Poder ver de primera mano experiencias en centros de manera tan individualizada y personalizada es una herramienta muy potente para trasladar cambios al propio centro. Sin embargo, no se puede simultanear, en la misma convocatoria, la función de docente observada u observado con la de docente observador u observadora. Establecer plazos diferentes para poder compaginar ambos roles sería una forma más justa a mi modo de ver de desarrollar estas estancias formativas.
FORMACIÓN PROFESORADO
“Mira y actúa”, en mi opinión una de las opciones formativas más enriquecedoras en la actualidad."
Maite Murillo
Por otro lado, hablaré de mi experiencia como formadora en el método ABN. El camino hasta diseñar un itinerario formativo, organizado, escalonado y perdurable en el tiempo lo encontré de la mano de Manuel Vergara, asesor en el Centro de Profesores Juan de Lanuza, que había tomado el relevo en aquella tarea a Carmen Abellanas. Una vez que su trabajo como asesor cesó, aquel itinerario quedó metido en un cajón y ya no volvimos a saber nada de él. Alguien podría decir que fueron formaciones que se repitieron varios años, sí, es cierto, también lo es que en todas las ocasiones rebasaron el aforo previsto. Quizá no viniera mal recordar las categorías semánticas que propone el método ABN, ahora que el nuevo currículo de Educación Infantil de nuestra Comunidad, recoge en sus orientaciones para la enseñanza, el planteamiento de situaciones de combinación, cambio y comparación.
Mi labor como formadora me ha permito conocer, en comunidades como La Rioja o Navarra, modalidades formativas que combinan la parte teórico-práctica con tareas que las y los docentes deben elaborar y que posteriormente el o la ponente corrige con lo que se puede valorar con mayor exactitud el aprovechamiento de la formación.
Desde mi punto de vista la formación del profesorado ha de ser el motor de cambio real en la escuela y ha de estar pegada a ella, evolucionando y mejorando constantemente.
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Cinco premisas para la formación del profesorado
La formación del profesorado en cualquiera de sus modalidades es una necesidad docente que constituye, a la vez, un derecho y un deber de quienes nos dedicamos a la enseñanza. Creo que no existe una tipología formativa que haya de imponerse sobre otra, si acaso la flexibilidad, la modularidad y la interacción deberían ser sus rasgos característicos, de forma que cualquier actividad de capacitación permanente pueda permitir momentos presenciales, semipresenciales o a distancia; de análisis individual o reflexión grupal; de centro o intercentros; de duración determinada o indeterminada porque los y las docentes también tenemos nuestros ritmos y estilos de aprendizaje; fases teóricas o prácticas; su parte de investigación y su aplicación en el aula para volver y reflexionar sobre la acción… Un todo, en fin, que tendría que cumplir, necesariamente y además de otras, las siguientes premisas:
Jose Ramon OlallaLa primera y principal, la aplicabilidad: no carece de sentido formarse por currículo, sin embargo, el aula y sus habitantes, el ecosistema educativo con su clima son los que mandan y el alumnado, y no el profesorado ha de ser el beneficiario principal de la formación docente.
En esta línea, el proceso circular formación-reflexión-adecuaciónacción (ambas con respecto al aula) reflexión formación puede resultar idóneo para aplicar con eficacia esas metodologías activas que no son moda sino necesidad vital (porque el aprendizaje es para la vida). Y es que la reflexión que guíe la práctica forma tanta parte de la formación como la teoría novedosa. Pero el análisis individual es mera introspección si no forma parte de un proceso de cambio grupal, pues es en los equipos docentes que reflexionan mirándose a los ojos y a los fundamentos del centro y del sistema donde se produce el cambio que nace de las individualidades. El profesorado ha de sentirse concernido por el contenido y el proceso formativo que ha de derivar en compromiso, compromisos más bien, con el centro, con el proyecto educativo, con la innovación arraigada no en el cambio, sino en la mejora, en el aprendizaje que enriquece la experiencia vital y prepara una adultez competente con la vida. Como epílogo, diré que a lo largo de mis años como formador del profesorado siempre he sentido un vacío al finalizar y certificar una actividad, y es que la formación no finaliza ni certifica, sino que debe iniciar y retar y, casi siempre, me ha faltado poder acompañar en ese camino que comienza y esas dificultades que asaltan a quien camina.
¿Formación del profesorado?
Silvia Girón FerreiroSí. Maestros/as y profesores/as nos seguimos formando y mucho. Aprendemos nuevas tecnologías, idiomas, dificultades de aprendizaje, atención a la diversidad… Una gran oferta formativa.
A menudo, la formación la llevamos a cabo a nivel de centro y en otras ocasiones, a nivel particular. El formato virtual ha facilitado que, aquellas personas con obligaciones familiares podamos continuar formándonos, lo cual me parece de gran valor, al igual que la formación en el propio centro escolar.
En cuando a las temáticas de las formaciones, toda la oferta que hay es de gran valor, pero siempre he echado en falta dos aspectos que considero pueden ser valiosísimos para nuestra labor diaria y que son aspectos que cualquier docente tiene que poner en marcha para el buen rumbo del día a día. Me refiero a las técnicas de dirección de grupos y a la formación personal.
La inquietud de cualquier docente cuando llega al aula pasa por saber cómo dirigir los ritmos del grupo, cómo facilitar que mantengan la atención, como atreverse a realizar una dinámica de movimiento y poder pasar a la calma sin llegar a desgastar la voz o entrar en pánico. Considero que una formación en técnicas de dirección de grupos es algo que sería de gran valor y de gran interés. Esta formación, podría venir de la mano tanto de puestas en común de técnicas concretas por parte de docentes del claustro como de profesionales formados en este aspecto.
En cuanto a la temática de la formación personal, me parece importante ponernos en la piel del otro y más cuando se trata de un /a niño/a.
¿Realmente empatizamos?
¿Escuchamos lo que nos indica el alumnado, aunque no use palabras? Para hacernos conscientes de ello, el mejor camino es la formación personal. ¿Cómo podríamos llevar esto a una formación en el centro? Quizás con formación que nos pusiera en acción, a través de dinámicas que nos permitieran vivenciar muchas de las situaciones a las que se enfrenta el alumnado cuando está en la escuela. ¿Qué te ocurre cuando te enfrentas a una prueba escrita para la que no estás preparado/a? ¿Cómo te sientes cuando castigan a toda la clase y tú no has hecho nada incorrecto? ¿Qué te ocurre cuando has de escuchar durante 40 minutos una explicación de un tema nuevo? ¿Qué hace que te sientas bien en el aula?… Estas y otras tantas situaciones que, puestas en nuestra piel, quizás nos permitieran empatizar y mejorar nuestra práctica. Esto ha de pasar por la vivenciación y la mirada hacia uno mismo, por formarnos más como personas.
Se nos llena la boca al decir que hacemos educación emocional en nuestras clases, sí, pero ¿nos hemos parado a reflexionar en nuestras actitudes, nuestros mensajes…?
ANA CRISTINA LAHOZ PERALTA
Para mí todo comienza en el curso 2003, en el Centro de Profesores de Andorra (Teruel), y el colegio Gloria Fuertes. Es ahí donde puedo ver en primera persona la necesidad de que para ser una buena profesional de la docencia, también voy a tener que ser una buena aprendiz de la “formación”. Fueron tiempos de mucho aprendizaje, de jornadas intensas de lunes a domingo, presencial, online…¡Pero valía la pena! A lo largo de estos años, no siempre la administración ha estado a la altura de las circunstancias, pero eso no podía ser un problema. Mi camino en la formación seguía en buena racha, la suerte de estar en un CRIET, hizo que todavía creyese más en la formación. Esa idea de formarme, dejarme formar, formar a los demás, compartir mi formación, participar en la formación, ser parte viva de un proceso. Además para cerrar esa etapa, el CRIET de Alcorisa (Teruel), me permitió aprender de grandes referentes en nuestra comunidad, y de ver cómo se plantaba la semilla de lo que hoy es CATEDU.
FORMACIÓN: EMOCIÓN, CREACIÓN, VIVENCIACIÓN…
ANA CRISTINA LAHOZ PERALTA
Posteriormente esa formación se fue consolidando de una forma muy activa en mi persona (una de las mejores fórmulas para mí, coordinarla y vivirla en primera persona), Ramón y Cajal, Mia, COFOTAP….10 años dónde la buena red de trabajo con el centro de profesorado Juan de Lanuza, hizo que yo fuese creciendo, por lo que indirectamente mi centro fue creciendo, y confiando en mí y en sí mismo. Ese equipo de profesionales que creían en nosotros y nosotras, hicieron que fuese capaz de transmitir en mi centro, “El Tenerías” la necesidad de ver la formación como la herramienta necesaria para que nuestro alumnado aprendiese, y que el profesorado viviese, se activase, soñara, creyese, experimentase y sobre todo, sintiese. Fórmulas sencillas como seminarios, grupos de trabajo, talleres, participación en congresos, proyectos de innovación, formación online (AulaAragon, Intef…), ponencias en congresos, publicaciones… Ahora desde la dirección del centro, y la posición que me da ello, mi amiga la formación está presente continuamente de una forma natural, sin postureos. Entre tod@s, hemos creado una buena red de sinergias entre tod@s los coordinadores del centro (equipo directivo, COFO, COFOTAP, Figura de Bienestar…,Coordinador de Bilingüismo, coordinadores de ciclos), ha permitido que el claustro entienda que la formación es sinónimo de mejora, de inversión en nosotr@s y en el centro. También en nuestro caso el tener una confianza con los asesores y asesoras de los dos centros de profesorado que tiene la ciudad ha sido un plus añadido.
ANA CRISTINA LAHOZ PERALTA
FORMACIÓN: EMOCIÓN, CREACIÓN, VIVENCIACIÓN…
Mi fórmula es sencilla, transmitir al claustro, que somos como un barco, realmente un crucero. Y una de las grandes salas, “ES LA SALA DE LA FORMACIÓN”, ¿Por qué no vamos a entrar y descubrirla entre tod@s y para tod@s?
El curso pasado comenzamos con un ABT, pero no uno cualquiera, el Aprendizaje Basado en el Tenerías, ese aprendizaje tan necesario en los centros, esa formación que no hay que ir a buscarla en otros lugares. Creer en nosotr@s mismos, compartir, abrir nuestras aulas, nuestras vivencias, nuestras fortalezas, “las BUENAS PRÁCTICAS” entre nosotr@s, experiencias reales, sin maquillajes.
Arantxa Arilla PellicerLa esencia del docente: la formación permanente para dar la mejor respuesta a nuestro alumnado.
Para pocas profesiones la actualización y formación permanente constituyen una base tan necesaria como la q en el campo de la doc normativa, institucio administraciones e lideradas por el Consejo instan al docente a par la formación permanente es el propio docente el su esencia y vocación l necesidad de aprend aprender a enseñar.
Cinco son los ámbitos p en los que se conce esfuerzos europeos d presente hasta 2030 en educación detallados en la Resolución del Consejo de Europa relativa a un marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación con miras al Espacio Europeo de Educación y más allá (2021-2030).
Arantxa Arilla PellicerPrioridad estratégica 1: aumentar la calidad, la equidad, la inclusión y el éxito de todos en el ámbito de la educación y la formación
Prioridad estratégica 2: hacer del aprendizaje permanente y la movilidad una realidad para todos
Prioridad estratégica 3: mejorar las competencias y la motivación en la profesión docente
Prioridad estratégica 4: reforzar la educación superior europea
Prioridad estratégica 5: respaldar las transiciones ecológica y digital en la educación y la formación y a través de estas.
Desde mi punto de vista, si atendemos a la tercera prioridad, el principal cambio en la formación que urge a nuestra profesión es enseñar al docente a modificar su rol en el aula; la transformación supone pasar de ser un transmisor de conocimientos, a impulsar nuevas relaciones en el aula tanto con los contenidos como con los compañeros y compañeras. Si se ofrece una buena base y apoyo, se logrará dotar de seguridad y optimismo a la función docente.
Arantxa Arilla PellicerPor otro lado, es prioritario formar al profesorado para la utilización de la evaluación como medio de aprendizaje; el docente debe estar preparado para que su alumnado sea realmente el que a través de sus errores vaya adquiriendo las competencias para su propio desarrollo vital.
La variedad de tipologías de formaciones es enriquecedora, pero considero que aprender de nuestros compañeros más cercanos dentro del propio centro aporta aspectos diferenciadores, por lo que sería la flexibilización de oportunidades de observación dentro del centro una prioridad a tener presente en la planificación escolar.
MARTÍNEZ
Como docente escucho las noticias diariamente con estupor: bullying, conductas disruptivas, violencia, aislamiento social… y me surge una cuestión, cómo puede ser que vivamos en la era de la comunicación donde todo el mundo tiene acceso a internet, redes sociales… y sin embargo no sepamos expresarnos o no sepamos empatizar.
Todo ello me hace reafirmarme en que la inteligencia emocional debería de ser una asignatura obligatoria en nuestras aulas. Cada día nos encontramos con niños y adolescentes que tienen armas tecnológicas poderosas en sus manos con acceso a muchísima información. Tienen redes sociales, chats integrados en los juegos… pero viven escondidos, no saben comunicarse o no son capaces de “ ponerse en el lugar del otro”. El día a día, la sobreinformación, el exceso de trabajo… nos llevan a vivir en un estado de estrés permanente que, en muchos casos, es difícil de gestionar porque nunca nos han enseñado o porque nunca nos hemos planteado esa necesidad.
Daniel Goleman, famoso psicólogo estadounidense, definía empatía como: “la conciencia de los sentimientos, necesidades y preocupaciones ajenas. Las claves de la empatía consisten en darse cuenta de lo que sienten los demás sin necesidad de que lleguen a decírnoslo”. Así mismo, este autor desatacaba que una persona puede tener esta capacidad de forma natural y sin embargo tener pendiente desarrollar numerosas competencias basadas en la empatía.
Es, en ese punto, donde considero que en nuestra labor como docentes debemos tomar partido. Nuestros alumnos poseen esa capacidad, no hay duda, pero debemos ayudarles día a día a desarrollarla y potenciarla. Será así como les guiaremos en su aprendizaje, no solo curricular sino emocional, que les ayudará a convertirse en grandes personas, seguras de sí mismas y con unos buenos valores para convivir en sociedad.
Las reformas educativas y las leyes que regulan el sistema deberían tener en cuenta estos aspectos y poner en el foco a la persona, por encima del “saber hacer” debería estar el “saber SER”.
¿En qué momento social nos encontramos? En el año 400 a. c, Sótocles sugirió que “el cambio es algo consustancial en nuestra vida”. Hoy no podemos estar más de acuerdo con estas palabras, porque esta situación de cambio es más evidente que nunca. Vivimos en un mundo en el que los acontecimientos se suceden a una velocidad abrumadora y es difícil saber cómo será el futuro, impactando en los gobiernos, empresas, la economía, centros educativos y en la sociedad en general. En este contexto, la innovación y la formación se ha convertido en la forma adaptativa de responder a una transformación inevitable. Esta desafección causa una lejanía de la ciudadanía a los servicios públicos en especial a los centros educativos y una inadecuada respuesta de los servicios públicos a la ciudadanía. ¿Cómo podemos revertir esta situación y acercar los centros educativos a la ciudadanía y la ciudadanía a los centros educativos? “La mayor parte de nuestros conceptos, instituciones y procesos de decisión no estaban pensados para reflejar tanta diversidad como existe hoy en nuestras sociedades” (Innerarity)
¿Y si la formación del profesorado del siglo XXI tuviera forma hexagonal?Javier Domínguez Velilla
De la formación lineal a la formación en red Los wicked problems han llegado para quedarse generando un verdadero reto para la humanidad. ¿Cómo resolvemos los problemas complejos, los que son difíciles de definir, aquellos que no tienen una solución buena o mala, los que requieren tiempo para abordarlos, o los que son interdependientes? Posiblemente pensemos que la solución es lineal, básicamente como se ha ido haciendo hasta ahora, con modelos burocráticos que aseguran el buen funcionamiento de institucional y dan seguridad a la ciudadanía pero que a la vez ralentiza la resolución de los mismos y quizá cuando hayamos encontrado la solución, el problema haya pasado de largo. Los problemas actuales requieren soluciones actuales, adecuadas a los nuevos tiempos, es decir un planteamiento sistémico para su solución frente a un sistema burocrático, en el que el poder se distribuye de arriba a abajo, a través de organigramas, reglamentos, manuales de funciones y otras herramientas de gestión. La idea de red es quizá el concepto que mejor explica el mundo contemporáneo. La red nos ayuda a entender la globalización, las conexiones neuronales, los sistemas de transporte, las infraestructuras energéticas o la propia Internet. Pero también nos permite interpretar las estructuras sociales, los movimientos ciudadanos o las organizaciones complejas como puede ser un centro educativo. Un centro educativo y toda su comunidad es una red de conocimiento, de servicios, de confluencia de intereses y de espacio de aprendizaje y enseñanza. En las dos últimas décadas las redes abiertas y distribuidas se han convertido en la mejor forma de entender nuestro día a día. La influencia de Internet y la globalización define un nuevo sistema de valores para las nuevas generaciones, generaciones que forman parte de nuestros centros educativos, no solo con la diferencia generacional entre el profesorado y el alumnado, sino con todas aquellas personas que forman parte de la comunidad educativa y perciben el espacio escolar de manera diferente al concepto tradicional de “escuela”. Esta diferente manera de percibir el entorno educativo genera una tensión entre una organización todavía muy jerárquica y centralizada, y una sociedad que se despliega cada vez más como una red abierta y distribuida y que no deja de crecer.
Javier Domínguez VelillaHace ya mucho tiempo que el conocimiento sabemos que no lo sustenta una sola persona, eso ya pasó a la historia y ahora la inteligencia colectiva impregna las organizaciones y colectivos que avanzan adaptándose a estos nuevos tiempos. Amalio Rey define la inteligencia colectiva como la “capacidad de razonar, de crear, de reflexionar colectivamente, toma de decisiones y resolver problemas que se hacen en grupo aprovechando las sinergias subyacentes del grupo”. La formación del profesorado y la formación en general tiene que estar sustentada en esta inteligencia colectiva que posiciona a las personas en una actitud proactiva, que suma, que aporta y que enriquece el conocimiento de las demás personas. Y es desde este enfoque de donde la formación tiene que tomar un rumbo que genere verdaderas redes de enseñanza aprendizaje, que parta de modelos de formación acción y que se adecue a las verdaderas necesidades de los retos a los que nos enfrentamos en el día a día de los centros educativos.
¿Cómo fomentamos la inteligencia colectiva en un grupo? Trabajando en un triple eje: ¿Qué? Elegimos retos comunes que “den juego” para desarrollar el desafío colectivo. No todos los retos son idóneos para afrontar en grupo. ¿Quién? Implicamos al mayor número de personas posible y que las personas integrantes sean lo más diversas posible.
¿Cómo?
Estructurando la conversación. Esta estructura se produce diseñando los procesos de interacción, es decir creando espacios de confianza, generando conversaciones equitativas sin que unas pocas personas acaparen la conversación; y sustentando el diálogo con responsabilidad individual, es decir, las personas participantes aportan ideas desde un conocimiento certero y cercano al problema ao al reto que se plantea el centro educativo.
Transformación hacia lo hexagonal
Llegados a este punto y una vez realizado el análisis actual en el que nos encontramos, así como una herramienta potente para abordar los retos presentes y futuros os propongo un modelo hexagonal que es una carta de navegación que transforma la formación lineal, unidireccional y plana en una abierta y en red. Para ello entenderemos que cada centro educativo debe tender a diseñar su formación en función de estos seis vectores que nos permiten el tránsito y la mejora hacia una formación más democrática, integrada en el ecosistema educativo y con la mayor participación de la comunidad educativa. Estos seis vectores son ABRIR, MEZCLAR, AGILIZAR, PROTOTIPAR, COLABORAR y DIGITALIZAR.
ABRIR, para mirar hacia fuera, para encontrar aliados, para inspirarnos con ejemplos y casos de éxito, para conversar y aprender, para incorporar talento y creatividad a nuestra organización, para empatizar con nuestros usuarios o proveedores, para ampliar nuestra red de colaboraciones, para unirnos a redes o federaciones de actores semejantes a nosotros, para contar lo que hacemos y que nos entiendan mejor, para escuchar lo que tienen que decir de nosotros, para construir conversaciones en dos direcciones que nos aporten valor...
MEZCLAR, para que hablen los que quienes normalmente no hablan entre sí, para generar nuevas miradas que desafíen y desborden las perspectivas tradicionales, para cambiar las reglas del juego, para atravesar los compartimentos o departamentos de nuestra organización, para construir enfoques transdisciplinares, para preguntarles a los que son diferentes a nosotros, para hacer las cosas de forma alternativa, para replantearnos las preguntas....
AGILIZAR, para cuidar el tiempo que tenemos, para acelerar algunas dinámicas, para priorizar lo importante, para escapar de la dictadura de lo urgente, para ahorrar tiempo de le prescindible, para incrementar la productividad de nuestra organización, para acortar distancias, para no perder tiempo en lo de siempre, para no repetir mil veces lo que podríamos copiar una sola vez, para dedicar un tiempo de calidad a la creatividad y la afectividad... PROTOTIPAR, para afrontar retos con soluciones sencillas, para probar y experimentar con nuevas fórmulas, para testar alternativas y aprender de sus errores, para hallar buenos ejemplos y replicarlos en otros desafíos, para escalar pequeñas soluciones al conjunto de la organización, para prescindir de planificaciones muy costosas, para prefigurar el futuro que deseamos construir, para simplificar un reto abstracto en un objeto o prototipo que sea sencillo de entender... COLABORAR, para implicar a todo el equipo en el reto, para alinear a la organización con unos propósitos y valores, para construir una comunidad que genere sentimiento de pertenencia, para reforzar la cohesión entre la gente, para que aflore la inteligencia colectiva, para incorporar todas las sensibilidades, para que emerjan liderazgos internos, para crear un relato común y definir un destino compartido. DIGITALIZAR, para aplicar la tecnología a la conectividad de nuestras organización, para multiplicar la capacidad de la organización, para llegar mucho más lejos de lo que lo hacemos, para incrementar el impacto de los equipos, proyectos o miembros de la organización, para poner en el centro de la digitalización a las personas, para gobernar la tecnología al servicio del bien común, para adaptar la tecnología a nuestros usuarios...
DANIEL MURILLO ESCANERO
F O R M A C I Ó N D E L P R O F E S O R A D O
Decía el compositor británico Edward Benjamin Britten que “aprender es como remar contracorriente: en cuanto se deja, se retrocede”. Pues bien, algo así ocurre con la formación de los docentes, más si cabe todavía en la sociedad actual, en la que los acontecimientos y los cambios ocurren a una velocidad de vértigo. No pondremos en duda el papel que la formación del profesorado tiene en la mejora de la calidad educativa, sino todo lo contrario. Es más, creemos firmemente que una formación de maestros y profesores de calidad es un pilar fundamental en cualquier sistema educativo.
Pero aquí hemos “venido a hablar de mi libro” y mi libro trata sobre la formación de los docentes en el medio rural. Echando la vista atrás, allá por mediados de la primera década del dos mil, cuando estando en mi primer destino definitivo (El CRA Cerro de Santa Cruz, en Used), nos desplazábamos por carreteras que “requieren de toda tu atención”, para formarnos en el CPR de Calatayud. Sin duda alguna, suponía un gran esfuerzo para el docente llevar a cabo los cursos de formación que allí se celebraban, ya no sólo por el tiempo invertido, sino por el riesgo del desplazamiento.
Y recuerdo como por aquel entonces, los maestros que nos desplazábamos desde las zonas rurales, teníamos que cumplimentar la “nominilla” para cobrar el desplazamiento. Es decir, más allá del tiempo y el esfuerzo que invertíamos en mejorar nuestra formación, la administración entendía que debía cubrir los gastos derivados del desplazamiento. Pues bien, desde hace ya muchos cursos los maestros, maestras, profesores y profesoras que trabajamos y vivimos en el medio rural tenemos que afrontar el gasto derivado del transporte al centro de profesores que corresponda (salvo contadas excepciones en algunos cursos muy concretos). Creemos, sinceramente, que este hecho bien merece una reflexión a tener en cuenta. Más allá de esta reivindicación (no lo he podido evitar), ha habido iniciativas muy valiosas para la formación de los docentes en el medio rural como fueron las rutas formativas y otras actuaciones que mostraban gran sensibilidad hacia la escuela rural, así como el papel que han desempeñado todos los asesores que a lo largo de mi carrera profesional he tenido la oportunidad de conocer.
Profesionales comprometidos con su trabajo, realizando una labor fundamental que, en ocasiones, no es del todo bien entendida por nosotros, los propios docentes. Sin duda, su esfuerzo y dedicación aportan un valor añadido a la calidad de la formación del profesorado en Aragón. Juntos sumamos. Pongamos todos de nuestra parte para hacer de la formación del profesorado una herramienta fundamental en la mejora de la calidad educativa. Administración, centros de profesores, asesores, docentes, ayuntamientos e instituciones, familias… Juntos sumamos. Porque “cantando todos juntos, somos más fuertes”.
F O R M A C I Ó N D E L P R O F E S O R A D ODANIEL MURILLO ESCANERO
CÓMO SIGO CRECIENDO?
Lourdes Dieste Porta
Si yo soy de las que pienso que si te dedicas a enseñar vas a aprender, en el resto de la vida también, pero como docente es indispensable que sigas aprendiendo para seguir creciendo y así enseñando. ¿Qué mejor manera para enseñar que el propio ejemplo?, pues eso, seguir formándose es un ejemplo del que nuestro alumnado aprende.
Cuando pienso en la formación de la que participo y de la que siempre aprendo algo, destacaría como importante para mí, porque es la que disfruto y me marca, la que recibo de compañer@s que muestran y nos hacen reflexionar de sus propuestas prácticas y reales, en las que participas de forma práctica y que te permite llevar a tus clases al día siguiente. Formato de píldoras expositivas y prácticas, tanto de los compañer@s de tu centro como de otros centros, en las que además puedes compartir inquietudes y que a través de la conversación no formal puedes dar con soluciones que ya funcionan o que adaptas a tu realidad. Usando las metodologías que te aporten para aplicar en la realidad del aula, descubriendo a la vez que haces, al final como el proceso que llevamos en el aula, la actitud fundamental para realizar la formación y que esta sea real, por ello necesitamos de formaciones cercanas, reales y que despierten nuestro interés porque sea propio o porque lo necesitemos para nuestra práctica docente. ¿Qué mejor forma que demostrar el aprendizaje cuando lo enseñamos a otr@s? es una de mis premisas, por lo que veo efectivo que también sea una de las bases de la formación. Cuando nos lo cuenta un compi y nos involucra en desarrollarlo, se queda, y seguro que algo llega al aula. Crear foros donde compartir inquietudes y necesidades que estén vivos y tengan fluidez, nos permitiría buscar soluciones y formarnos en esos aspectos del día a día que pueden impulsar la acción docente de forma inmediata, y que al aplicar ese aprendizaje se quede de manera significativa. Foros que se retroalimenten de compañer@s, con acceso fácil e instantáneo.
CÓMO SIGO CRECIENDO?
PortaLa realidad educativa implica el constante cambio, así como la realidad global y de la vida, para poder abordarla es fundamental la formación continua, teniendo en cuenta no solo la formal, también la informal y es necesario darle la importancia asignando tiempo para ello, formando parte de la jornada docente, y haciendo que esta sea efectiva y atractiva, por lo que el formato para llevarla a cabo tiene que ser flexible, interesante, emocionante e inclusivo. Darle el valor que merece desde todos los ámbitos; administrativo, reconociendo los tiempos, el esfuerzo y dar el mérito adecuado; desde el centro, tiempos, espacios, recursos, propuestas; y desde los docentes, como necesidad para mejorar su práctica. Así los beneficiados será nuestro alumnado.
DEL PROFESORADO
Raquel Sánchez Nieto
Antes de comenzar, me gustaría presentarme, soy Raquel Sánchez Nieto y soy maestra de educación infantil. Aunque tengo otras habilitaciones, pero en esta especialidad es en la que he trabajado desde que comencé mi trayectoria laboral y sí, soy de esas personas que asisten a una gran cantidad de formaciones de todo tipo, tengo una necesidad innata de saber de todo, de estar al día de lo que se acontece en lo referente a educación, incluso a veces pienso que demasiado. Al comienzo de realizar formación, esos momentos eran ideales para conocer a compañeros de profesión con tus mismas inquietudes y ganas de hacer, pero en los últimos tiempos, esos momentos están llenos de caras conocidas y siempre las mismas, y no tengo muy claro la causa, a veces pienso que somos los mismos los que tenemos esa necesidad de conocimiento, otras pienso que es la nueva tendencia en las temáticas que nos atrae a los mismos, otras pienso que igual desde los organismos convocantes no se está sabiendo llegar bien a otros docentes, otras pienso que igual de las facultades de educación en la actualidad se salga mejor preparado que lo que salíamos antes,…, en resumen que no sé lo que sucede, pero en mi opinión, creo que algo está fallando en el sistema para que siempre seamos los mismos esos “frikis de la formación”, apelativo cariñoso con el que me gusta calificarme. He pasado por diferentes tipos de formación, comencé con formación en sindicatos cuando era estudiante, seguí con los CPR que han ido cambiando su nombre según se iba institucionalizando su labor, más tarde (algunas veces más de las que me hubiese gustado) pagadas a altos precios, en definitiva creo que he vivido diversas variedades de formación. Hasta hace unos cursos todas eran presenciales, pero desde hace algún tiempo hasta ahora, se está poniendo cada día más de moda la formación online y qué decir de ella, pues que para mí tiene ventajas e inconvenientes, pero casi más de los últimos. Es cómoda pues te puedes adecuar los contenidos a los momentos del día en los que dispongas de tiempo, pero para mi gusto se pierde atención, no estás tan centrado en el ponente, se pierde el contacto humano con compañeros y personas que imparten el curso, se pierde parte de la esencia.
AMPARO ZAPATA
F O R M A C I Ó N D E L P R O F E S O R A D O
Un centro del siglo XXI que desarrolle una educación de calidad debe ser capaz de afrontar los retos que la sociedad actual demanda. Un centro en el que todos los miembros de la Comunidad Educativa se sientan integrados, con un sistema de enseñanza adaptado a las características personales de cada uno, en un clima de respeto y buena convivencia. Para cumplir estos objetivos los tres ejes sobre los que organizar la formación son: digitalización, convivencia e inclusión. Formación en digitalización: la pandemia ha supuesto un gran impulso a la digitalización en la enseñanza. Las aulas del siglo XXI deben estar preparados para poder afrontar una enseñanza a distancia, con herramientas como aulas virtuales para poder atender a los alumnos. En junio de 2024 todos los centros deberán estar digitalmente equipados, con un equipamiento mínimo común por aula compuesto por ordenador y pantalla interactiva. El 80% del profesorado debe tener certificado un nivel de competencia digital mínima, y todos los centros deben contar con un Plan Digital de Centro que establezca estrategias y mecanismos para que esta digitalización redunde en alumnos competentes digitales
Formación en convivencia: herramientas como la mediación, el mindfullnes o la gestión de las emociones se está demostrando cada vez más eficaces para crear en los centros un clima de convivencia adecuado, así como para ayudar a prevenir y resolver problemas de ansiedad, de acoso escolar o incluso de ideación suicida.
Formación en inclusión: la diversidad de alumnado en las aulas con formas de aprendizaje diversas y cualidades distintas requiere que los profesores aprendamos diferentes formas de atender a los alumnos para poder llegar a la totalidad de ellos.
Para conseguir estos objetivos, además de la formación reglada del profesorado es, cada vez es más frecuente el aprendizaje colaborativo. Dicho aprendizaje se basa en que los propios compañeros se forman unos a otros, comparten experiencias, buenas prácticas y lecciones aprendidas, redundando todo ello en la mejora continua.
UNA
DEL PROFESORADO MEJORABLE
Los Centros de Formación del Profesorado vienen funcionado desde hace más de 40 años con decenas de miles de actividades para mejorar las competencias profesionales del profesorado y para que todo el alumnado aprenda más y mejor como principal objetivo. La ren didáctica y la aplicabilida aulas de la formación do otro tema porque no realizado una evaluaci indicadores de referencia. La formación inicial univ necesita una reforma in estructural urgente. Es mu que la formación permane bien diseñada que e subsane las enormes def con las que accede un pro a un colegio y no digamos acceso a un instituto.
Las Facultades de Educación y los centros educativos podrían funcionar como “ vasos comunicantes” porque se necesitan y deberían ser complementarios disminuyendo, y mucho, la brecha actual que existe entre teoría y la práctica diaria en cada aula.
Alfonso Cortés Alegre
ALFONSO CORTÉS ALEGRE
Las tiempos de “prácticas escolares en centros” podrían servir para aprender cómo se aplican en el aula los planteamientos teóricos de la Universidad. Es decir, que si en la Universidad se ha trabajo el Aprendizaje cooperativo, la escuela inclusiva, los proyectos de trabajo y otras metodologías, didácticas específicas, organización escolar, dinámicas de aula, convivencia, motivación, atención a la diversidad, trabajo en equipo, programación, evaluación … los universitarios deben hacer las prácticas en centros donde tengan la oportunidad real de comprobar cómo se hace “eso”, las fortalezas, debilidades…
El profesorado que accede por primera vez a la compleja y difícil tarea de “educar” debe contar con una tutorización de calidad para “ir aprendiendo a hacer Escuela”. Debería ser un profesorado con experiencia y resultados contrastados en los procesos de enseñanza aprendizaje de todo el alumnado, buen gestor del aula, que sabe manejarse bien en el marco de la inclusión, otras competencias profesionales…
Ser “profesor tutor mentor” requeriría de una selección para ser especialistas en formación. Implicaría un reconocimiento económico específico y una importante valoración para una carrera docente que incluso permitiese llegar desde el aula a ser profesores universitarios. Una rigurosa formación permanente del profesorado es imprescindible para dar respuesta a los enormes retos de la sociedad mundial del siglo XX y del siglo XXI.
La formación permanente ha de articularse en torno a proyectos de formación de centro para dar respuesta colectiva a los problemas, necesidades y a los sueños de los centros como escuelas transformadoras para una vida digna y un mundo mejor y más justo. Los congresos, planes marco, selección de asesorías, líneas prioritarias… deberían formar parte del mismo engranaje, siendo el centro y el alumnado la rueda motriz generadora de actividades de formación.
U N A F O R M A C I Ó N D E L P R O F E S O R A D O M E J O R A B L E
ALFONSO CORTÉS ALEGRE
La formación es tan importante que creo debería ser obligatoria y realizada en horario laboral. La formación debería responder a necesidades reales de un centro y convendría que el profesorado la percibiera de forma inequívoca como útil y práctica para la mejora constante de su quehacer como docente.
No todo vale. Alguien debe orientar. Los planes formativos deberían validar y proponer eficaces y buenas prácticas docentes para ser contextualizadas y aplicadas. Dichas “buenas prácticas-ejemplos” deberían haber sido evaluadas, bien contrastadas, realistas, cercanas, que funcionasen, integradas a nivel de centro, sostenidas y aplicadas desde las evidencias de la ciencia. Su aplicación formaría parte de esa formación obligatoria y de reconocimiento profesional. El profesorado debería sentir, en los procesos de mejora que inicie, el acompañamiento real y cercano de toda la Administración Educativa y de la comunidad educativa para sentirse seguro y estimulado.
Después… habría que evaluar la progresiva aplicación práctica en centros y aulas, con los acompañamientos y apoyos necesarios. La evaluación positiva con indicadores claros y públicos, también debería vincularse a reconocimientos económicos dentro de la carrera profesional docente. La formación permanente no es necesaria “ para seguir haciendo lo que siempre se ha hecho amparados en la tradición de un rol profesional políticamente correcto”. Entonces, se convierte en postureo pedagógico e inútil burocracia. En ese caso, no es necesaria la formación del profesorado. Bueno, sí: para dejar que todo siga fluyendo más o menos como siempre. Es necesaria otra escuela. Hay docentes en Aragón que serían capaces de articular y diseñar la mejora de la escuela en torno a algunas de las ideas anteriores y otras muchas que “manan” en esta revista. Hay profesionales muy capaces de marcar la senda de la mejora, aunque fuera tortuosa… pero seguramente al “sistema” (y que cada cual entienda aquí lo que quiera) no lo permitiese porque lo que de verdad interesa a casi todos es que todo permanezca tal y como está y preservar este mundo tal cual es y nuestra “posición”. Buen curso.
U N A F O R M A C I Ó N D E L P R O F E S O R A D O M E J O R A B L E
Mi trayectoria profesional me ha hecho conformar una opinión en torno a la formación del profesorado fundamentada en mi propia experiencia y en la visión que tienen otros docentes, compañeros de centro a lo largo de los años. Desde luego, mi primera premisa es que la formación debe estar cercana a la docencia, es decir, las personas que diseñan e implementan la formación deben tener la referencia del aula muy presente y, además, adecuarse a cada momento. Ha existido un debate profundo sobre si el personal dedicado a la formación debe ser o no especialista en esta materia, pero fuera del aula, es decir como un cuerpo independiente del docente. Bajo mi punto de vista, es imposible determinar las necesidades reales de formación de un centro si no se está conviviendo en el mismo. Incluso una misma temática requerirá diferentes necesidades en cada centro, porque la realidad y circunstancias particulares de cada centro así lo exigen.
Por eso, por mucho que exista una buena comunicación entre el coordinador de formación, el asesor de formación y , en definitiva entre centro y centro de formación, no se ajustará en su totalidad a la necesidad real y circunstancias para implementar las medidas formativas fruto de esa necesidad. La experiencia me ha demostrado que el personal dedicado a la formación cuenta con una visión negativa por parte del resto de docentes, a pesar de existir gente muy bien preparada y con un enorme saco de ilusión por proporcionar a los centros las diferentes modalidades formativas. Pero el no estar en el aula, con el alumnado cerca, es algo que mina la fama que poseen estas personas… y, sobre todo, aquellas personas que llevan mucho tiempo fuera del aula. Por todo esto, mi propuesta de modelo formativo se basa en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, para aunar momentos online con momentos presenciales, en contacto con otros docentes para intercambiar experiencias y sensaciones, y siempre con alguna propuesta para implementar en el aula y experimentar su aplicabilidad. Además, yo abogo por asesores de formación-docentes, figura mixta que continúe en el centro, con una reducción horaria para dedicarse a tareas de formación.
F O R M A C I Ó N P R O F E S O R A D O
La formación docente, tan útil, tan necesaria, debe estar adaptada a cada centro respondiendo a sus señas de identidad, debe ser su hoja de ruta. Esto lo facilitan los planes de formación y los mismos se elaboran a través de una memoria en la que ha participado todo el claustro. Es coherente porque debemos tener una visión de conjunto para construir la comunidad educativa que queremos. Para ello hacen falta procesos de reflexión en momentos que apenas existen, pero deben buscarse en cada reunión, en cada pasillo, en cada clase compartida. Esta formación, sumada a las inquietudes individuales enriquecen la comunidad. Pero nos falta incluir a no docentes de forma más sistemática, pues comparten la atención de alumnado, de espacios, de trato con familias y por supuesto, recoger sus propuestas en la memoria para la formación del curso siguiente. La voluntariedad de la formación hace que la aplicación de esos conocimientos y estrategias necesarios no se puedan materializar en el trabajo de aula y de centro de forma global. Al final, acaba siendo una cuestión de suerte. Y ahí, sin eludir la responsabilidad que como directora toca en el liderazgo pedagógico y de innovación, es complicado llegar a todo el claustro. En lo referente a las temáticas se echa en falta cada vez más una formación más profunda y específica para directoras y directores en materia de inclusión. Parece que seguimos en la misma casilla sin avanzar apenas. Aquellas primeras formaciones, muchas de ellas de gran calidad, con personas de referencia como aquel seminario de inclusión de no hace mucho, han seguido sensibilizando, llegando a docentes, creando pequeños y grandes cambios en los centros, pero falta una radiografía de la realidad de los centros y un seguimiento continuo.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Marina Sampietro Gómez
Cómo organizar un centro para que este sea lo más inclusivo posible con los recursos que se tienen no es tarea fácil y requiere de una aceptación de la realidad que se tiene (sin dejar de trabajar en pro de una mejora) para realizar una reflexión profunda, un cambio de mirada, un acompañamiento por parte de centros que hayan llevado a cabo propuestas reales que funcionan y una evaluación de todo lo propuesto e implementado. Los Equipos de Orientación apoyan este proceso, pero sin la formación ni esos foros de compartir para construir, no es suficiente. Es necesaria una red real, que se sostenga desde la Administración Educativa y que parta de ella, que se apoye en otros aliados y no a la inversa. Hace falta una formación estructurada para todas las personas que ostentan el cargo de dirección de manera urgente, una apuesta real y valiente. Hace falta dar un paso más. Uno detrás de otro.
DEL PROFESORADO
Una buena formación no garantiza el éxito en la práctica docente, pero si influye fuertemente en todas las actuaciones que se llevan a cabo en el aula. Por ello es tan importante que la formación sea llevada a cabo por especialistas en la materia que imparten y que además estén en contacto continuo en el aula; que el ponente u organizador de la formación no esté a años luz del docente.
Esta premisa viene a ser imprescindible, ya que, si no hay practicidad de la formación, una puesta en marcha de lo aprendido, estamos frente a una formación que ha fracasado, ya que el docente sólo ha adquirido conocimientos vacíos de un sentido educativo para él. El análisis previo del curso, seminario...del que se fuese a participar sería fundamental. El poder mediante un sistema analítico (encuesta o items valorativos y/o cuantificadores, ejemplos o reseñas sobre los resultados en el aula tras esa formación...), previos a la inscripción, nos darían luz sobre de si va a cumplir con nuestras
Mª Cruz Gimeno Campos expectativas esta formación y decidir su inscripción sí o no. Así que una buena formación permanente nos tiene que llevar a la reflexión acerca de nuestra realidad, a la indagación acerca de nuestras necesidades, y a ser capaz tras la formación de crear en nuestra realidad educativa actuaciones individuales y concretas que nos conduzcan al cambio metodológico buscado. De esta manera se hace imprescindible que la necesidad de formación surja del docente, se sienta diseñador, planificador y esté comprometido con su cambio.
A menudo me encuentro con personas que piensan que vaya suerte tenemos de ser “maestro/as”, con plazas fijas y vacaciones escolares. Y no puedo estar más de acuerdo, no por lo de la estabilidad laboral o las vacaciones, que en mi caso como trabajadora de una escuela infantil no se cumplen ninguna de esas premisas, sino en lo afortunados que somos. Suerte por desarrollar una preciosa profesión, cada día me levanto para hacer algo que me apasiona, me rodeo de estos peques que hacen mi vida más feliz, y aporto en ellos mi granito de arena para que se desarrollen como personas plenas, capaces de desarrollar habilidades físicas, sociales y emocionales, que sean felices. Pero nuestra labor y obligación no acaba allí, debemos permanecer en continuo aprendizaje, reciclarnos, formarnos con nuevas aportaciones, compartir experiencias para enriquecer nuestro conocimiento. En el aula cada mañana es una nueva aventura, hay que innovar, crear, sorprender y para ello la formación del profesorado es un pilar fundamental.
Los centros de profesorado, las empresas que dirigen las escuelas, los estamentos gubernamentales y nosotros/as como profesionales, debemos apostar por ello, por la Educación como futuro de nuestra
sociedad, pues como dijo Nelson Mandela, “la Educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Buscar espacios y tiempo para ello, hacer comunidad, ofrecer a todos los educadores aquello que sume para que nadie se quede atrás, y por supuesto no tener miedo a arriesgar, ya que en el riesgo está la posibilidad del éxito. No podemos quedarnos anclados en eso que un día nos enseñaron en la universidad, la educación va mucho más allá. Reunirnos periódicamente, aportando ideas novedosas unos y años de experiencia otros, impulsando un futuro enriquecedor para todos. La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza sino de corazón a corazón, y eso en nuestra vocación no falta, el amor por lo que hacemos.
L A N E C E S I D A D D E U N A F O R M A C I Ó N C O N T I N U ALAURA RODELLAR
DEL PROFESORADO
La formación docente debería ser continua, evaluada, de calidad, completa y distribuida en el tiempo. Con el término continua implica que a un docente debería ofrecérsele la posibilidad de continuar mejorando en la línea de formación haya elegido. Si empieza una formación en proyectos de trabajo, CLIL o cualquier otra línea, debe tener la posibilidad de avanzar en su formación, no quedarse con el seminario de iniciación. Los equipos directivos son el alma de los centros, su formación no se puede limitar al curso que hacen cuando son nombrados. A lo largo del desempeño de su trabajo les surgen multitud de dudas, recoger todas esas dudas y realizar un seminario en el que compartan soluciones, sería de gran ayuda para todos los equipos. El mundo cambia rápidamente y los colegios tienen que ir por delante en la formación de su alumnado, no por detrás, a rastras de los medios de comunicación y de las modas que estos imponen. Esto solo se puede conseguir con un equipo directivo formado y actualizado en las
ANA ECHEVARRÍA
diferentes propuestas metodológicas..La formación debería ser evaluada, esto implica que el docente que participa en una formación tendría la obligación de demostrar que lo aprendido ha sido aplicado de manera eficiente en su práctica educativa. Evitando de esta manera que los cursos o seminarios se llenen con profesorado que únicamente acuda para conseguir los créditos de certificación. La formación online, sin una evaluación presencial para conseguir los créditos, tiene el peligro de convertirse en un medio para certificar los sexenios. Esta evaluación tendría que ser supervisada por los asesores de formación o estar incluida en la atención que imparten los especialistas que dan la formación en el curso o seminario. Una formación de calidad implica tener acceso a los mejores. Los docentes deberíamos tener facilidades para acceder a la formación universitaria, ampliando de esta manera nuestros conocimientos.
DEL PROFESORADO
Un maestro de inglés, que trabaja como maestro tutor generalista, necesita un reciclado continuo de su especialidad y una formación complementaria de conocimientos científicos. Esta formación donde mejor se puede adquirir es a través de profesorado de la universidad. ¿Sería posible crear una línea especializada de créditos de ampliación para los maestros? Quiero decir, que una maestra/o de inglés, pueda cursar créditos de biología, de geología, de lengua española, de didáctica de las matemáticas, una vez finalizado su Grado de Magisterio y que estos créditos sean reconocidos oficialmente como formación. Cuando sales de la Facultad sabes un poco de tu especialización, pero de las demás no sabes nada o casi nada. Completa, es decir, teórica y práctica. Se debería contar con aquellos docentes que ponen en práctica en el aula metodologías que dan respuesta a las necesidades del alumnado. Maestros que han testado la teoría y que pueden dar pautas sobre cómo implementar esas propuestas en el día a día.
ANA ECHEVARRÍA
Distribuir la formación en el tiempo; con frecuencia durante el curso se lleva tanta carga de trabajo que los docentes no pueden realizar la formación que desearían. ¿Por qué no se facilita más el poder hacer cursos de formación al inicio de septiembre, junio o julio? En septiembre cuando llega profesorado nuevo al centro, muchas veces necesitan formación en las líneas de trabajo del centro, y no hay posibilidad de recibirla. Hay que esperar a finales de octubre, cuando están aprobados los proyectos. En junio hay docentes con menos carga lectiva, que una vez finalizada la atención a alumnos podrían aprovechar para formarse en horario lectivo. Y en el mes de julio, son muchas las universidades que ofertan seminarios, jornadas y cursos, ¿podría la administración becar la asistencia a estas jornadas, de igual manera que se dan los proyectos Erasmus+ para formarte en el extranjero?
Un maestro que desea implementar en su aula el trabajo en equipos cooperativos, el trabajo por proyectos, la metodología CliL, la STEAM, no puede esperar a empezar el curso para formarse, teniendo la posibilidad de hacerlo durante julio en una universidad, contando con los mejores profesionales.
Si queremos que el sistema educativo avance, debemos conseguir que los docentes sean los conductores de este cambio, esto implica formación de calidad, de lo contrario nos iremos directos a la cuneta. Otras consideraciones:
Facilitar el “job shadowing”. Estaría bien que tuviéramos facilidad para visitar otros centros, sin necesidad de participar en ningún programa, simplemente con la autorización del director del centro.
Facilitar que a las formaciones se pueda asistir online.
Organizar seminarios de coordinación de diferentes coordinadores, todos ellos son importantes para el buen funcionamiento del centro: de British, de Bienestar, de Huerto,
de Biblioteca, de Innovación y de los equipos directivos.
Al final del curso organizar jornadas de valoración de su trabajo, con propuestas de mejora de cara al curso próximo. Esto nos permitirá avanzar.
CIDE HAMETES
Editada en Zaragoza ejemplar gratuito | revistacidehametes@gmail.com
https://revistacidehametes.wixsite.com/cidehametes
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Elisa
Abordar el tema de la formación del profesorado significa pensar en una propuesta de mejora educativa a largo plazo. Muchos de los problemas a los que nos enfrentamos los docentes en nuestro día a día no son más que la punta del iceberg y las soluciones rápidas no son efectivas. Por eso necesitamos conocimientos de base que nos puedan proporcionar soluciones reales y a largo plazo como son el conocimiento de los reflejos primitivos, la brain gym, la PNL, la comunicación no violenta, el funcionamiento del cerebro y la disciplina positiva.
En cuanto al primer aspecto hay que tener en cuenta que el movimiento favorece el aprendizaje natural y la no integración de ciertos reflejos primitivos puede desencadenar numerosos problemas que si no se identifican pronto se arrastran durante todo el recorrido escolar. En palabras de Paul Landon (Creador del Centre de Formation le Plaisir d ´Apprendre) es “ como si se camina con una piedra en el zapato”, no sirve de nada caminar tres veces a la semana porque se seguirá haciendo mal, más vale quitar la piedra. Por su parte la Brain Gym nos invita a reflexionar sobre la relación entre ciertos movimientos físicos y la activación de zonas concretas del cerebro que favorecen el aprendizaje natural. La Programación Neuro-Linguística nos aporta herramientas para conocer y mejorar las estrategias de aprendizaje así como para la gestión de emociones. En esta misma línea nos encontramos con la comunicación no violenta, pues una gran parte de los problemas vienen generados por una mala comunicación y una buena formación en este ámbito evitaría numerosos conflictos. Igualmente sería imprescindible recibir formación sobre el funcionamiento neurológico, ya que conocer el nivel madurativo del cerebro del alumnado en cada etapa educativa es primordial para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Por otra parte la formación en disciplina positiva iría orientada a realizar una profunda reflexión sobre la forma de educar. Romper con esquemas obsoletos y buscar una relación que no esté basada en el juego de poder y en la autoridad impuesta es el principio de un cambio a gran escala.
Todos estos conocimientos y herramientas aportarían al profesorado una base sólida para mejorar no solo el día a día en el aula, sino hacerlo desde un punto de vista más global y poder transmitirlo a través de su ejemplo. La educación es la clave para el cambio y la formación docente es el comienzo.
Elisa SanclementePROFESORADO, NECESIDADES INCOMPRENDIDAS
Siempre he sentido la necesidad y la obligación de formarme, mejorar, transformarme en estos ya treinta años de dedicación a la docencia, tanto es así que mi pasión por la mejora de la competencia docente ha llegado a ocupar todo mi tiempo profesional en una etapa de mi vida. Con este humilde bagaje, quisiera aportar hoy mi visión de la esencia de una incomprensión. Transcurridos dos meses desde que se publicó el currículo aragonés que desarrolla la LOMLOE en nuestra comunidad autónoma y un mes de clases en las aulas, sigo sin formación ni como profesora ni como Jefa del Departamento de Inglés. Me consta que no soy la única. Nos hallamos impartiendo unas clases, redactando unas programaciones que se deben ajustar a una normativa que hemos leído, pero nadie nos ha explicado en profundidad.
Teresa Fernández de Vega Arcarazo Nuestra urgente necesidad ha pasado totalmente desapercibida, incomprendida, e insatisfecha. Sin embargo, todos sabemos que existe un equipo enorme de excelentes asesores de formación, posiblemente nunca hubo tantos, y centros de profesores cuyo funcionamiento se nutre de nuestros presupuestos de educación, sí, los nuestros, y probablemente nunca el gasto en ellos fue mayor. Como es de todos conocido, el primer paso para cualquier plan de formación lo constituye una oportuna detección de necesidades que conduzca a una mejora competencial, en nuestro caso, al cumplimiento exitoso de nuestras obligaciones y deberes profesionales. Alguien ha obviado lo más básico. A pesar de todos los recursos, a pesar de todos los congresos, a pesar de todo el gasto en formación realizado en estos últimos meses, alguien no ha comprendido la magnitud de una
absoluta necesidad de nuestro colectivo.
Siempre he creído en los planes de formación de los centros educativos, aquellos que oyen los susurros de nuestras dudas, los gritos de nuestros vacíos, los gemidos de nuestros errores, aquellos para los que la dotación económica es tan exigua que apenas supera el cero.
Zaragoza, a 9 de octubre de 2022, algo no marcha bien en nuestro sistema educativo público aragonés. ¡HOLA! ¿Alguien nos escucha allí arriba?
Teresa Fernández de Vega Arcarazo
CIDE HAMETES
Editada en Zaragoza ejemplar gratuito | revistacidehametes@gmail.com
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CÓMO DEBERÍA SER LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO, IDEAS, FORMAS DE PARTICIPAR, TEMÁTICAS…
Noemí Más López
Si nuestro discurso en las aulas es que el alumnado tiene una forma de aprender distinta a la que teníamos hace 40 años, ¿cómo no va a ser diferente nuestra forma de prepararnos para satisfacer sus necesidades? Mi experiencia en los últimos años, como maestra de infantil, tratando de traer a la escuela una educación viva y activa me ha permitido ver, vivir y descubrir cómo un acompañamiento respetuoso con los procesos de aprendizaje del alumnado, permite alcanzar los objetivos y contenidos del currículo de manera significativa, centrando nuestras propuestas en las necesidades auténticas del alumnado, respetándoles, con sus motivaciones y momentos personales. Pienso que siendo que el futuro de nuestro alumnado demanda la capacidad de desarrollar competencias para la vida, hemos de aprender cómo acompañarles a través de un trabajo competencial y globalizado siendo coherentes con la forma de aprender de nuestro alumnado; para ello la formación debería ofrecernos:
1 - Aprehender las bases psicopedagógicas del aprendizaje activo y vivencial con un acompañamiento emocional de respeto y amor, atendiendo a las inteligencias múltiples.
2
Elaborar y compartir actividades competenciales con diferentes materiales que den respuesta al currículo y ofrezcan al alumnado una buena batería de recursos.
3
Transformar nuestra mirada de la evaluación tan generalizada, haciendo de ella una herramienta de reflexión de nuestra propia acción para tomar consciencia de la globalidad de la misma y de cómo ha repercutido en nuestro alumnado, al cual, entonces y sólo entonces podremos evaluar de una forma cualitativa y cuantitativa; además de ayudarles con la autoevaluación y coevaluación.
CÓMO DEBERÍA SER LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO, IDEAS, FORMAS DE PARTICIPAR, TEMÁTICAS…
Noemí Más López
La formación del educador toma un carácter muy profundo y personal, pues no sólo se trata de adquirir recursos y actividades como propuestas, si no trabajar-nos, a nosotros en profundidad, para dejar nuestras mochilas de la infancia bien ordenadas, para que no repitamos patrones que vivenciamos, generalizando los principios de la pedagogía sistémica para hacer de ella una herramienta que haga que el centro educativo consiga un sistema que funcione de forma beneficiosa. Considero que la formación, tanto individual como colectiva, tiene que venir de una reflexión, de cuestionarnos si estamos cómodos con nuestra forma de acompañar a la infancia, de si tenemos dificultades, si las identificamos y de si contamos con recursos para superarlas, es entonces cuando daremos el paso para no sólo formarnos, (cursos, ponencias, seminarios… ¿cuántos a nuestras espaldas?), sino para trans formarnos, pues los que realmente nos ayudan a cambiar nuestra mirada sobre nuestro hacer en el aula son los que hacemos desde este punto, los que consiguen que “ a posteriori”, tras la digestión de esa formación, volquemos en nuestro día a día lo aprehendido y haya realmente un cambio. Un cambio que conecte con la vida, que conecte con las necesidades reales de docentes y discentes, cambio que nos permitirá desarrollar propuestas educativas en las escuelas coherentes con la infancia; y desde mi sentir, sólo a partir de esta coherencia, podremos acompañar con respeto el crecimiento de nuestro alumnado en todos los sentidos.
Un cambio de mirada que viene de la mano de las personas que colaboran con el centro de profesorado, labor incomiable, dar voz a nuestras necesidades ha supuesto un cambio en el tipo de formaciones, en quienes dan esas formaciones, abrir nuestro minimundo al mundo: artistas, periodistas, ejecutiv@s, científic@s, arquitect@s… si en educación no deberíamos hacer compartimentos estancos, así también en nuestra formación abrámonos y nutrámonos de tod@s ell@s.
En los últimos años la sociedad actual ha sufrido una gran transformación donde la tecnología ha tenido una relevancia vital en dicha transformación es por ello que los paradigmas educativos han ido transformando la forma de enseñar y de aprender de nuestros alumnos.
Los educadores debemos ser conscientes que la escuela del siglo XXI debe afrontar múltiples retos preparando a nuestro alumnado para asumir y adaptarse a estos grandes cambios sociales, económicos y culturales del siglo, es por ello que la formación permanente del profesor se convierte en una parte esencial del cambio. Hace muchos años que el sistema educativo entiende que las funciones del docente van más allá de la instrucción; los profesores somos agentes implicados en la EDUCACIÓN de nuestros alumnos, donde no podemos olvidar que educar significa hacer mejores personas enseñándoles los valores y normas que rigen la sociedad a través de un pensamiento crítico, analítico y creativo.
Olga Lázaro Latorre Unir ciencia y humanidad será la clave de la educación del siglo, es por ello que debemos formar al profesorado en la unión de estos dos campos. Debemos crear más puentes entre la escuela y la ciencia, actualmente son números los estudios científicos que nos aportan información muy relevante de cómo entender el cerebro de nuestros alumnos pudiendo así mejorar nuestras metodologías, la motivación e interés de nuestros estudiantes pudiendo facilitar que ellos mismos construyan su propio aprendizaje, optimizando la adquisición del conocimiento y sus habilidades para la vida es decir adaptar la instrucción y educación de nuestros alumnos de forma individual ya que cada cerebro es diferente. La formación de profesorado debería contar con grupos de trabajo multinivel donde pudiéramos aprender todo aquello que nos aporta la neuroeducación.
Grupos de trabajo multinivel ya que los alumnos permanecen en el sistema educativo muchos años donde van construyendo a lo largo de todos estos años su aprendizaje académico y su mundo emocionalsocial, conocer de donde parten, saber cómo evolucionan y acompañar hasta el final de la secundaria sería una función de todos los docentes.
Los grupos de trabajo multinivel podrían ser grupos de aprendizaje, reflexión, investigación, donde se pudieran compartir dudas y experiencias teniendo como centro a los estudiantes y nuestra labor como docentes.
La relación profesor- alumno es vital para la formación integral en la escuela, esta relación debería ir mucho más allá de una convivencia de respeto mutuo. Los docentes deberíamos realizar un trabajo personal donde pudiéramos conocer mejor nuestras motivaciones, expectativas, saber cuáles son nuestras limitaciones emocionales, de comunicación, de convivencia etc. La formación del profesorado debería facilitar el poder profundizar en conocernos y mejorarnos como personas con
responsabilidades a lo largo de nuestros años de docencia. Los padres son los responsables de la educación de sus hijos, es verdad que durante muchos años a lo largo de su vida como estudiantes los docentes acompañamos a las familias en esta responsabilidad. Tener una relación de respeto, entender que lo hacen lo mejor que pueden hará que sus hijos nuestros alumnos crezcan de una forma más segura y estable. Los docentes deberíamos formarnos en esa relación familia alumno docente, acompañar a las familias en su reto como educadores es parte de nuestro trabajo.
REFLEXIÓN SOBRE LA FORMACIÓN PEDAGÓGICA
En una sociedad tan cambiante como la nuestra, parece insuficiente la formación académica ofrecida por las instituciones de enseñanzas superiores en vistas a ejercer en el ámbito de la docencia. Estos estudios constituyen tan sólo un paso previo para el acceso. Dejando a un lado el “perfil opositor”, la formación resulta una cuestión esencial en la medida que es un derecho, pero también un deber en el desempeño de nuestras funciones. Es por ello que este tema surge en nuestros paseos docentes, esos paseos que realizamos aprovechando que coincidimos en inquietudes personales y profesionales.
Los beneficios de caminar y pensar al mismo tiempo, al estilo de los peripatéticos de la Grecia antigua, son múltiples, en especial para avanzar y encontrar nuestros caminos y derroteros. Por lo general, nuestros paseos se inician relativizando los problemas cotidianos hasta que pronto, a través del diálogo, llegamos a unas reflexiones pedagógicas sobre el sistema educativo en las
Susana Lozano Gracia María Jiménez Sola que no podemos evitar compartir experiencias personales. Las conversaciones que surgen sobre la formación se pueden trasladar a un camino metafórico, que se inicia cada curso, con sus puntos de partida, sus paradas, sus obstáculos y su meta. La salida debería coincidir con una formación inicial que sirva para contextualizar nuestra labor, centrada no sólo en la organización de cada centro educativo sino que incluya sus dinámicas de trabajo incluyendo prácticas realizadas (no sólo las exitosas) así como la realidad del entorno del alumnado como recurso didáctico de primer orden para lograr un aprendizaje significativo y socioemocional. Con esta formación inicial se pueden afinar las programaciones de una manera transversal y de ahí generar nuevas necesidades de formación. A lo largo del curso, nuestra vocación y dedicación docente nos deriva a una actualización curricular, tanto de la especialidad como de nuestra función pedagógica.
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REFLEXIÓN SOBRE LA FORMACIÓN PEDAGÓGICA
En este camino se entremezclan por un lado, la formación formal de cursos, seminarios y congresos, grados y máster, con otra más informal de conversaciones por los pasillos y salas de profesores, lecturas y actualizaciones a través de las Redes Sociales. La temática resulta muy dispar y es que responde unas veces a las necesidades imperantes o las modas educativas, y otras veces a inquietudes personales, o ambas al mismo tiempo, aunque no es lo habitual. Ambas opciones son igualmente valiosas. Artistas como Auguste Rodin ya diferenciaban entre creaciones personales y creaciones “alimentarias”, la de encargo y por las que cobraba. Pero este dilema formativo no es el único obstáculo del camino. Tampoco podemos olvidar el tiempo. La formación requiere de tiempo, pero no sólo de horas instructivas sino de más tiempo para la reflexión y sobre todo para su puesta en práctica, para que nuestras competencias sean eficaces.
Susana Lozano Gracia María Jiménez Sola
En esta fase del camino resulta importante apoyarse en experiencias vitales, y contar con espacios para retroalimentarse entre iguales. Y aquí surge otra dificultad más en relación a los cambios permanentes que nos exigen una continua adaptación, ligada sin duda a nuestras propias vidas. A este ritmo es difícil La meta a corto plazo, que coincide con un nuevo arranque, es realmente una parada para una evaluación reflexiva y coger fuerza. La inversión realizada, además de incluir el despliegue económico y organizativo correspondiente, implica también el enriquecimiento motivacional y personal que acaba generando una cadena positiva, y un aprendizaje en cascada. Cuidar este aspecto resulta esencial para no caer en el agotamiento y la desidia profesional.
Bayo
En los últimos tiempos el panorama formativo de nuestras escuelas adolece de incorporar en su oferta todo lo que “está de moda” o lo que es tendencia en redes sociales (docentes y no docentes) sin ningún tipo rigor educativo.
En esa búsqueda de la formación que “ me haga encontrar aquello que persigo como docente”, y ante la confusión que surge al querer abandonar lo tradicional y “lo que hacemos siempre”, en ocasiones abrazamos sin criterio ni filtro alguno todo aquello que lleve asociada la pegatina innovación (aunque alguna de esas propuestas lleve más de 200 años entre nosotros), otorgando (erroneamente) el mismo y incluso mayor valor a una formación on line a través de un blog sobre crianza o un discurso “educativo” sin ningún respaldo pedagógico o científico, que a una propuesta formulada desde las secciones de formación de la administración y los centros de formación del profesorado.
De la misma manera, y de manera incomprensible por lo menos para mí, las formaciones que se ofrecen desde los foros oficiales han iniciado una incomprensible competición (y copia de su modelo) con es@s gurús telemátic@s, añadiendo a los temas recurrentes y longevos que nos llevan acompañando años en la formación del profesorado en nuestra comunidad (bibliotecas escolares, teatro como recurso educativo, uso de la herramienta digital del momento…), los temas “de moda” sin darles más profundidad ni integración en los proyectos educativos que recibir una simple insignia o la publicación en las redes de una experiencia puntual y en muchas ocasiones intrascendente para el proyecto educativo y el alumnado y profesorado del centro.
Domingo
Bayo
Los omnipresentes ODS, ambientes de libre circulación, pedagogías con apellidos y ligadas a pseudoreligiones, emociones de colores enlatadas y listas para consumir,recetas para sustentar un bilingüismo fake muy alejado de lo que debería ser o la herramienta tecnológica de turno (robótica, tablets, chromebooks, ipads…) que convertimos en etiqueta para vender el centro educativo a las familias en vez de convertirlas en una herramientas de aprendizaje incluidas en nuestra propuesta educativa ampliándose y enriqueciéndola son el top ten de la formación actual sin que tenga un calado real en la evolución de los proyectos de los centros o el desarrollo profesional de lo docentes. Este auge de praxis caducas actualizadas y descontextualizadas, metodologías de corta y pega, galardones que se otorgan a experiencias ligadas de una manera u otra grandes corporaciones tecnológicas, empresas, entidades bancarias o editoriales, son propuestas que más tienen que ver con el marketing y los likes en redes que con las necesidades reales de los centros educativos y las docentes. Estas deberían unir las que se detectan en los propios centros y las que deben proponerse desde los centros de profesorado para no convertir el plan de formación en centros en algo endogámico, repetitivo, inocuo para avanzar en el desarrollo del proyecto de un centro y en mejorar la propia educación como motor de cambio social.
No podemos dejar que las decisiones que se toman a la hora de elegir y diseñar el plan de formación de un centro solo se basen en elegir sobre el tipo de herramienta (digital o no) de la que vamos a recibir una sesiones teóricas este curso, o cuántas horas debo para cubrir el cupo de horas para trienios sin importar su contenido a la aplicación que hagamos de ello al aula.
La formación del profesorado no debe de centrarse únicamente en la elección de herramientas, sino en desarrollar actitudes en nuestro claustro y potenciar el trabajo personal y grupal. Debemos formarnos para crecer como profesionales, para empoderarnos
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
como docentes, para ser dueños de nuestras propias decisiones y prácticas como personas.
La formación no debe ser un “complemento” ajeno al proyecto educativo de cada centro, a la praxis diaria docente, a las metodologías utilizadas en cada propuesta, sino que debe incluirse y nutrirse de todas ellas. Debe ser un punto de encuentro, un primer paso para desarrollar un estilo docente, un (verdadero) proyecto innovador y un proyecto de centro robusto, sostenible y que responda a dar calidad a esa escuela pública de tod@s y para tod@s.
Apostemos entonces por formaciones que huyan de ponencias unidireccionales y apostemos por el feedback y el debate, declinemos los recetarios y recopilatorios de recursos asépticos y anecdóticos y elijamos propuestas que partan desde las realidades de cada centro y sus contextos. Dejemos de ser clientes de grandes marcas y productos que nos venden sus ideas, productos, materiales y que al mismo tiempo mercantilizan nuestra capacidad crítica y reflexión y optemos por encontrar nuestra potencialidad como docentes, como creadores, como diseñadores de propuestas y como profesionales del desarrollo de proyectos educativos.
Solo así encontraremos nuestra identidad docente en el proceso formativo, y solo así la formación supondrá un empoderamiento y reconocimiento del maestro/a como figura esencial de cambio y avance de la educación y la sociedad.
Solo así la formación del profesorado servirá para construir una escuela mejor y hacer crecer a los profesionales de la educación que somos.
Domingo Santabárbara BayoFORMACIÓN DEL PROFESORADO
Elena Miranda LópezLa formación que cada uno de nosotros vamos construyendo curso a curso, lo hacemos detectando nuestros puntos débiles y buscando, a veces en pequeño grupo, dónde completar esas carencias. Intentamos construir aprendizaje profundo desde nuestras motivaciones, desde ver qué dificultades tenemos para gestionar aprendizajes de nuestro alumnado. En el blog investigaciondocente.com se publicó una entrada hace poco explicando un interesante artículo de Muijs et al., 2014, sobre este aspecto. A veces encontramos este sendero formativo en la red oficial que desde los departamentos de educación se nos ofrece. Otras veces, tenemos que buscarlo en redes alternativas, externas, casi siempre con inversión económica por nuestra parte, y sin reconocimiento oficial de esta formación como un mérito valorable para diferentes cuestiones de la carrera profesional. Aún así, seguimos, curso a curso, con nuestra ruta formativa para poder dar mejor respuesta en nuestras aulas, independientemente del coste económico y el esfuerzo personal. Creo que reconocer estas formaciones, que son muy relevantes en el proceso de aprendizaje del profesorado, sería clave. Además, podría dar pistas a la administración educativa responsable de la formación del profesorado, de cuáles son las inquietudes reales de los profesionales de base, e intentar ajustar respuestas formativas que alcancen estos intereses. Por otra parte, y tal como se señala en el artículo del blog citado anteriormente, los enfoques que se ofrecen en la formación del profesorado, en ocasiones no se ajustan a lo que sabemos que sí funciona para nuestro alumnado. En este estudio, se demostró que los enfoques para la formación docente que tenían más impacto en el alumnado tenían que ver con un planteamiento que parte de resolver los retos sobre la motivación e implicación del alumnado, de su aprendizaje y de su bienestar.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Elena Miranda López
Un enfoque de escalas que deben irse subiendo, como de novel a experto, no garantizan que se dé la respuesta adecuada a las necesidades del alumnado, ya que a veces en los centros educativos nos encontramos con situaciones quenos hacen salir de este enfoque de “escalera” y nos exige poner en práctica habilidades que no están en nuestro repertorio, con lo cual hemos de crear nuevas conexiones, salir de nuestro marco conceptual (podríamos hablar aquí largo y tendido de la inclusión educativa, por ejemplo), para dar la mejor respuesta a nuestro alumnado y sus familias. Para esto, necesitamos más tiempo de calidad para la reflexión y menos tareas burocráticas que ocupan demasiado nuestras cabezas y agendas. Es necesaria también una planificación a medio-largo plazo, tenemos la sensación a veces de que desde las administraciones educativas se van dando bandazos, sin un objetivo demasiado claro para el o la que está “ a pie de obra”.
No quisiera acabar sin comentar que debe ampliarse el término “formación del profesorado”. Para que podamos ser centros educativos eficaces, es necesario que formemos a todos los profesionales que están dentro de nuestros centros, sean o no docentes (auxiliares de educación especial, enfermeras, fisioterapeutas, etc.), ya que estamos abriendo cada vez más las puertas a otros profesionales que completan nuestra labor, viendo al alumnado desde un punto de vista más integral.
SILVIA ARQUÉ
Respecto a este tema que nos ocupa, creo que es muy importante, que por la relevancia de nuestra labor, estemos actualizados y en continua formación, ya que nunca debemos dejar de aprender. Ahora bien, una pregunta: ¿En qué necesitamos formarnos?
Es evidente que debemos estar reciclándonos constantemente en cuanto a materiales, aspectos metodológicos y demás temas que nos afectan a nivel curricular como docentes, esto es indiscutible, pero me gustaría ir un paso más allá y reflexionar sobre los problemas sociales que nos ocupan en la actualidad: problemas como la homofobia o la violencia machista. Pienso que la educación es la clave para la resolución de lo mencionado anteriormente, y debemos empezar a trabajar la prevención desde nuestras aulas. Es por ello que la formación es fundamental para dotarnos de las herramientas necesarias, para luego poder ofrecerlas a nuestro alumnado de la manera más efectiva que sea posible.
Para esto es necesario unidad entre los miembros de la comunidad educativa, y facilitar aspectos de laformación como distancias o mayor flexibilidad horaria, para que todo lo que se realice relacionado con la formación sea más efectivo.
Estoy hablando cuando trabajo desde un Colegio Rural Agrupado cuyas distancias son bastante grandes entre los colegios que lo componen. Es verdad que desde la pandemia se ha potenciado la formación on line, y esto está muy bien, puesto que es una herramienta más, pero para mí personalmente es mucho más enriquecedor la formación presencial, ya que se acaba compartiendo, no eres un mero receptor de contenido. Resumiendo, para ver qué tipo de formación es la más adecuada, lo más aconsejable sería parar, observar el entorno en que nos encontramos, la etapa educativa que impartimos y como se encuentra la sociedad actual para poder, desde el privilegiado lugar que ocupamos en las aulas y como piezas de un engranaje social complejo, comenzar a plantar la semilla del espíritu crítico y los valores necesarios para poder convivir todas y todos como grupo, sea como sea cada individuo, y esto ha de comenzar en las aulas.
F O R M A C I Ó N D E L P R O F E S O R A D O
En primer lugar, muchísimas gracias a Diego Arroyo por tan magna iniciativa y por servir de “espoleta” a muchos de aquellas demandas, que el profesorado lleva reclamando desde hace bastante tiempo. En un mundo, dónde cada vez más, al profesorado desde la sociedad se le exige más, más conocimiento, más dominio de diferentes materias, tanto emocionales cómo digitales. Cuántos de nosotros y de nosotras, hemos debatido, algunas veces, en nuestros centros, en tertulias… cómo tendría que ser una adecuada formación, una formación que responda a los intereses y esté vinculada con las necesidades cada vez más “acuciantes” de nuestro alumnado.
Pensamos, en primer lugar, que el hecho de que exista una formación docente adecuada, más que obligatorio, por parte de las administraciones públicas es una necesidad por parte del colectivo de docentes, para poder desempeñar, de forma excelsa, el noble arte de enseñar.
En cuanto a que temáticas, son las que más urgen en este momento, para atender el reto educativo en la situación actual, posterior a una pandemia…creemos, que las más acertada, son una combinación entre la “humanización” de centros educativo en la que esté presente:
La pedagogía de la muerte, un hecho natural por dónde vamos a “transitar” todas las personas, que está en contacto permanente con nuestro alumnado (muerte de abuelos/as, tíos/as…) es tratado cómo un tabú, cómo que no existiera, dentro de nuestras aulas
Una buena educación afectivo-sexual, donde incluimos una adecuada gestión emocional, no únicamente para el alumnado sino para nuestro propio control.Trabajo en equipo REAL, liderazgo educativo (no solamente por parte de equipos directivo). Junto con todo ello, incluimos aspectos más técnicos, igual de importantes que el aspecto humanista, contenidos tales, cómo; TIC, neurociencia, inteligencia artificial, robótica…
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
CRIEZ
Pensamos que el desequilibrio temático puede hacer seres humanos, cada vez menos “humanos” y más digitales. Otra pre-ocupación, es resolver la cuestión de ¿Cuánta de la formación que realizamos, llega realmente al aula? ¿En qué condiciones? Sería necesario un acompañamiento real y acertado (eficaz y eficiente), por parte de la administración educativa. Los CIFES hacen un trabajo espectacular, en la mayoría de ocasiones, sin el número de personas suficiente.
Nos gustaría finalizar con una frase, que puede resumir, todo nuestro “sentí-pensamiento”:
“El aprendizaje es un simple apéndice de nosotros mismos; donde quiera que estemos, también está nuestro aprendizaje”.
William ShakespeareLUCÍA COMPTA MATEU
F O R M A C I Ó N D E L P R O F E S O R A D O
Hace unos días se me ofreció la oportunidad de participar en el Nº 8 de la revista Cide Hametes sobre la formación del profesorado y me pareció muy buena idea, porque siempre está bien compartir con otros compañeros el sentir sobre un mismo tema, pero de repente, todo lo que tantas veces ronda en mi cabeza, ante el papel en blanco, la mente se queda ídem.
¡Como es la vida, madre mía!, con miles de propuestas, alternativas, proyectos y cuando por fin te dan un espacio para divulgarlo, resulta que no es tan fácil, pero han contado conmigo, así que manos a la obra. He de reconocer que mi equipo me ha ayudado. Lanzaría formación práctica a nivel legal y médico, soy consciente que no somos ni lo uno ni lo otro, pero se dan situaciones en el colegio en las que hay que tomar decisiones muy rápidas y no siempre sabemos cómo afrontarlas, formación digital contando con buena infraestructura y buenos equipos en la escuela rural, formación con la nueva ley, ésta debería haberse hecho antes de ponerla en marcha, en mi modesta opinión, cuidado del docente, siempre estamos formándonos para que nuestras alumnas y alumnos reciban lo mejor de sus profes, pero nos olvidamos de nosotras y nosotros mismos;
en otro tipo de inquietudes, la formación online, que por la pandemia fue obligatoria, ahora no deberíamos olvidarnos de ella, favorece la conciliación, evita largos desplazamientos y posibilita la opción de optar a ponentes que de otra manera sería impensable por residir lejos de nuestra comunidad o de nuestro centro de trabajo. La formación no debería dejarse a cargo del claustro, deberíamos contar con personal cualificado en cada temática.
Prioritario también la formación en educación emocional y trastornos de conducta generados por la alerta sanitaria vivida y amplificada por el uso inadecuado de las tecnologías, así como, las dificultades de las familias para ser conscientes de ello. La motivación de las familias a participar en la vida del centro. Se me ocurre, charlas, talleres de habilidades sociales presenciales, nos ayudarían a volver a crear el vínculo familia-escuela. Por último y no menos importante, tener un centro de profesores más cercano o si eso no es viable, crear una red de formación intercentros, donde cada uno publicitara su proyecto de formación y la posibilidad de ofrecerlo a otros docentes, sin necesidad de acudir siempre a centro de profesores de referencia.
Mª Begoña Huerta Bolea
Hecha la pregunta de este modo, el abanico de respuestas es tan amplio como la oferta de cursos, talleres e intereses. Dejar claro, algo tan obvio que a veces pasamos por alto, que no va a necesitar lo mismo un docente que acaba de terminar su formación universitaria, que va a precisar de todo y especialmente práctica, que lo que necesita un docente con quince años de servicio a sus espaldas.
Las enseñanzas están en un continuo proceso de cambio, por un lado en el ámbito normativo y legislativo, y por otro lado por aquel que viene marcado por los vertiginosas transformaciones de la sociedad actual. Por ende, al docente le surgen nuevas exigencias a las que hacer frente, en espacios limitados (aula) y en tiempo reducido (año escolar): nuevas formas de comunicación, metodologías emergentes, procesos de participación con la Comunidad Educativa, planes de mejora integrales, transformación de espacios de enseñanza aprendizaje,…
El docente actual debe tener capacidad de adaptación, interés por el aprendizaje continuo, tener tiempo para investigar qué funciona y ser estable emocionalmente para no “entrar en el caos”. ¿Dónde se forma una persona para conseguir esto? ¿Existe alguna fórmula para conseguir al “superprofesor”?
Tras muchos años como COFO, no he podido responder afirmativamente a esta cuestión con la oferta formativa que recibimos de la administración pública ni con las organizaciones privadas, La oferta es amplia y a priori adaptada a las nuevas demandas, pero el docente necesita hoy por hoy, un espacio de desahogo y de reflexión conjunta. Cuantas veces he oído las siguientes frases: “No tenía muchas ganas de acudir a esta formación, pero por lo menos he oído algo que se puede adaptar a mi aula”; “ Vengo a este curso porque me sirve como terapia el tiempo que estoy con otros compañeros”; “Quiero acudir a charlas prácticas, no ha discursos de expertos en los que apenas hay interacción”; “Ya vale, de tanta filosofía positiva, en el día a día cuesta estar siempre así, no llegamos a todo, ¿cómo debemos organizamos?” ; (…)
FORMACIÓN NECESITAN LOS DOCENTES?
Begoña Huerta Bolea
Podría seguir citando más frases de compañeros de todos cursos y niveles, pero todas llegan a las mismas peticiones. La temática podría quedar libre a los interés particulares de cada docente, pero el formato de formación ideal tendría que tender a que fuese replicable en nuestros centros, se buscasen espacios para la reflexión conjunta, se practicase con metodologías activas para crear experiencias propias, se pudiese eliminar la burocratización para poder dedicarnos a la enseñanza y tener momentos de desconexión con nuestros “iguales”, para crear la cultura de grupo. No es un objetivo sencillo para los centros de formación del profesorado, pero sabemos que están en la línea de conseguirlo.
La semana pasada durante una evaluación inicial de 5º de Ed. Primaria, a una niña que pinta unas acuarelas increíbles fuera de la escuela, se la encasilla como “floja en plástica porque no ha utilizado una buena combinación de colores y es muy lenta trabajando”… Me di cuenta de lo perdidos que estamos en cuanto a enseñar Ed. Artística. No hablo de la asignatura de música ya que tenemos profesoradoespecializado…pero ¿qué pasa con la educación plástica y visual? El arte y la creatividad son necesarios para aprender…para crear… para desarrollar ideas a la hora de la resolución de problemas. La actividad artística aumenta la capacidad de memoria, la concentración y la atención de los niñ@s, temas que tanto nos preocupan.
Necesitamos formarnos en didáctica para la asignatura de plástica, conocer las fases del dibujo del niño, cómo es su proceso creativo, cómo dejarle ese espacio y este tiempo para poder desarrollar sus ideas, cómo evaluar no por nuestro gusto personal, sino con unos criterios reales. En definitiva: cómo sacar al artista que todos los niñ@s llevan dentro…
C R E A T I V I D A D : T A N O L V I D A D A E N L A E S C U E L A Y E N N U E T R A F O R M A C I Ó NSILVIA GRASA
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Susana Laguna Martínez
“Quién se atreve a enseñar, nunca debe dejar de aprender” en el último Congreso de Innovación proyectaron esta frase de John Cotton Dazan y me hizo pensar que los maestr@s estamos en un continuo aprendizaje y la formación es uno de los caminos.
Y, ¿Qué es la formación?Me hago esta pregunta para poder responder y reflexionar sobre esta palabra con tanto significado en mi profesión, que me ayuda diariamente a continuar en mi trabajo para mejorar y alcanzar muchas de las metas que me propongo como maestra.
La formación es ese instrumento que me permite avanzar, innovar, superar retos, pero sobre todo orienta y proporciona espacios de aprendizajes abiertos, flexibles que contribuyen en la práctica diaria de nuestras aulas.
La formación debe ser continúa y dar respuesta a las necesidades que tenemos los maestr@spara mejorar la calidad educativa. En muchos momentos es un punto de inflexión que permite un cambio de mirada para dar respuesta a las necesidades educativas del profesorado. Los centros de profesorado y de manera más cercana en los colegios el COFO y COFOTAP, son los referentes para impulsar, fomentar y difundir actividades y el profesorado somosesos agentes de cambio que a través de las actuaciones propuestas lideramos un proyecto hacia una escuela abierta y participativa.
Y,¿qué formación me gusta? me gusta una formación que me haga participe, que sea dinámica, que cree redes entre los docentes, que la teoría este presente pero que se enfoque sobre todo a la práctica educativa.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Susana Laguna Martínez
No quiero olvidar estos dos últimos años que han sido muy complicados para abrir las puertas a la formación activa, participativa y dinámica… porque, aunque desde los centros de profesorado han estado a la altura y han intentado acercarla a todos los docentes en muchos momentos hemos echado de menos la cohesión, conexión y redes educativas que se crean y se forman. A través de las pantallas hemos podido reunirnos, participar y estar conectados, pero el profesorado hemos echado de menos las relaciones personales, los grupos de trabajo, el compartir y reflexionar con los compañeros de al lado y poder manipular en algunos momentos los materiales que nos presentan los ponentes. Este curso se vuelven a abrir ventanas de oportunidad a la formación y en cada una de ellas seguro que podremos elegir en que formarnos: innovación, convivencia, inclusión, digitalización….Nuestra Comunidad tiene un gran abanico de propuestas formativas, que intentan adaptarse a las demandas del profesorado. Cómo maestra de la escuela rural me gustaría seguir participando y disfrutando de las “Rutas pedagógicas”. Conocer y compartir con mis compañeros de centro las experiencias y actividades que realizan y en este punto , me gustaría que se piense en los Centro Rurales Agrupados en muchas ocasiones se hace uso de la siguiente frase: «Los pasillos entre las aulas son las carreteras entre los pueblos» pues evitar que estascarreteras sean un impedimento para la formación. Seguir participando en las estancias formativas en otros centros educativos a través del MIRAyACTÚA y extender está formación a otras comunidades y conocer sus experiencias y buenasprácticas educativas. Seguir tejiendo redes con los futuros docentes y la Universidad a través del programa Hipatia. Crear grupos de trabajo con compañer@as de otros centros que tengan las mismas inquietudes y expectativas de formación. Disfrutar de los jueves de buenas prácticas educativas, sábados metodológicos… en conclusión una buena formación del profesorado que nos ayude a fomentar y liderar una escuela de calidad.
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Clara García Abós Manuel Santiago Espejo“Querido señor Germain:
(…) cuando supe la noticia pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto.” (extracto de la carta que Albert Camus escribió a su maestro cuando le concedieron el premio Nobel de Literatura) Esta carta de Camus refleja de forma emotiva la importante influencia que los buenos maestros y maestras ejercen sobre cada uno de sus alumnos y alumnas y nos hace pensar sobre cada oportunidad perdida cuando eso no sucede.
Hace quince años se extendió un eslogan: “la calidad de un sistema educativo tiene como techo la calidad de sus docentes”, a lo que se añadía: “la única forma de mejorar los resultados es mejorando la instrucción”. Estas frases están extraídas del Informe McKinsey, “Cómo hicieron los sistemas educativos con mejor desempeño del mundo para alcanzar sus objetivo” (2007), al analizar 25 sistemas educativos de todo el mundo incluyendo los diez con mejores resultados. No es algo nuevo para nadie que lea este artículo; sabemos que, aunque no es la única, la mejor vía para la calidad educativa está en un profesorado excelente dentro de un sistema excelente. La siguiente pregunta es cómo avanzar hacia ello:
Los mejores sistemas educativos combinan dos o más de estas estrategias para conseguir el desarrollo personal y profesional de sus docentes:
FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Clara García Abós Manuel Santiago Espejo·Generación de habilidades prácticas durante la capacitación inicial: muchos sistemas con alto desempeño y que han experimentado mejoras han trasladado su período de capacitación inicial del profesorado a las escuelas.
·Incorporación de entrenadores a las escuelas para dar apoyo a los docentes: todos los sistemas exitosos, inclusive aquellos de rápida mejora, reconocen que si lo que se busca son buenos docentes, es necesario contar con buenos docentes que los capaciten, lo que requiere de entrenamiento específico uno a uno en el aula.
·Selección y desarrollo de líderes de instrucción efectivos: el entrenamiento es efectivo como intervención, pero puede adquirir mayor relevancia una vez que las escuelas hayan desarrollado la cultura de entrenamiento y desarrollo que lo sostendrá. Así por ejemplo donde los mejores instructores ven reducida su carga horaria de clase para dedicar más tiempo a entrenar a sus colegas.
·Facilitación del aprendizaje mutuo: En algunos de los principales sistemas, particularmente los de Japón y Finlandia, los docentes trabajan juntos, planifican sus clases en grupo, observan las clases de sus colegas y se ayudan entre sí para mejorar. Estos sistemas crean una cultura en sus escuelas donde la planificación colaborativa, el reflejo en la instrucción y el entrenamiento entre parea son la norma y una característica permanente de la vida escolar. A nadie se nos escapa la complejidad de las implicaciones administrativas y organizativas derivadas de este planteamiento. La buena noticia es que sabemos la dirección y el sentido que han de seguir las decisiones que se vayan adoptando, lo que supondrá un ahorro ingente de tiempo, energía y de recursos. La otra buena noticia es que, aunque lentamente, se van implementando medidas que van en la buena dirección tanto en la formación inicial como en la formación permanente del profesorado. El reto, continuar en esta línea…aún queda mucho por hacer.
FORMACIÓN PROFESORADO
Entendemos la formación como unos de los pilares fundamentales en los que se sustenta tanto nuestra labor docente como el desarrollo de un centro educativo. Aprendizaje permanente, renovación, aprendizaje continuo, innovación, reciclaje, formación… son algunos de los términos que usamos los docentes para designar aquello que nos anima a estar al día, a aprender cosas nuevas, a recordar conceptos, teorías, nuevas metodologías, con el objetivo de mejorar, de conseguir sacar lo mejor de nuestro alumnado, y se desarrolle de forma integral. Invertimos grandes cantidades de tiempo y esfuerzo en nuestra formación, la pregunta adecuada es, ¿es útil la formación que realizamos?, ¿Tiene impacto dicha formación en nuestro día a día, en el de nuestro alumnado o en el centro educativo?
Para nosotros la formación tiene una doble entrada: -Por un lado, la formación externa, que es aquella que cada uno decide realizar bajo sus intereses personales e inquietudes y que mejora nuestras propias capacidades. Creemos que cuando un docente asiste a una formación externa, la motivación ya existe, y necesitamos concretar y ver que aquello que escuchamos se puede aplicar. Por ello, la formación actual, además de estar teóricamente demostrada, debe tener su aplicación práctica en las realidades diversas de nuestros centros y aulas. Los docentes tenemos la magia de saber adaptar lo aprendido a nuestra realidad educativa.
"Entendemos la formación como unos de los pilares fundamentales en los que se sustenta tanto nuestra labor docente como el desarrollo de un centro educativo"
(César M., Elena V., Jorge C. y Arancha C. (CEIP ODÓN DE BUEN)
FORMACIÓN PROFESORADO
Por otro lado, la formación interna de un centro educativo, que es aquella que desarrollamos en el Plan de Formación. Para nosotros esta es la formación que tiene un impacto real en las aulas y en el día a día del alumnado puesto que nace de la reflexión y el trabajo en común de un claustro que marca unas líneas de actuación, y en definitiva las líneas del centro hacia el que queremos llegar. Por eso, estos planes de formación se desarrollan en varios años, creando esas líneas de actuación consensuadas y duraderas que definirán nuestro Proyecto Educativo.
¿Cómo debe ser pues esa formación interna de la que hablamos? Pues la respuesta no es fácil porque abarca varios campos de actuación: TENEMOS COMPAÑEROS INCREÍBLES. El primero sería el reconocer y potenciar las capacidades de las personas que tenemos en el claustro. -En muchas ocasiones se traen ponentes externos cuando en los centros ya existen compañeras y compañeros capaces de “formar” al resto de iguales. Sabemos que no es fácil esta situación, pero estamos seguros de que estas personas son las que mejor ajustarán la formación a las necesidades del centro. COMPARTIR NUESTRAS EXPERIENCIAS. Por otro lado, compartir las experiencias que se desarrollan en las aulas de nuestro propio centro. Muchas veces no conocemos lo que están haciendo ni nuestros compañeros de pasillo, no decimos ya, si nos tenemos que cambiar de edificio. Se trata de compartir
"TENEMOS COMPAÑEROS INCREÍBLES. El primero sería el reconocer y potenciar las capacidades de las personas que tenemos en el claustro."
(César M., Elena V., Jorge C. y Arancha C. (CEIP ODÓN DE BUEN)
nuestra forma de trabajar para aprender, no para competir, sino para hacer saltar la chispa que necesitamos en ocasiones.
-LOS CPs Y LOS ASESORES, SIEMPRE UN APOYO. Aprovechar las oportunidades de formación externa que se nos ofrecen. Nuestra experiencia con los Centros de Profesores y los asesores que hemos tenido ha sido más que excelente y siempre que se ha necesitado algo concreto allí han estado y están para ayudarnos. Apoyarnos en ellos es fundamental, aunque insistimos en que hay trabajo de puertas adentro que le toca al claustro en su conjunto.
-VISITAR OTROS CENTROS EDUCATIVOS. Bajo nuestra experiencia, una de las actividades de formación que más nos ha abierto los ojos y más nos ha permitido aprender, ha sido la visita a otros centros educativos. Ver con tus propios ojos, conversar, preguntar a compañeros que han pasado por tu misma situación y dificultades, te hace ver que la mejora es posible y te muestran generosamente el camino con sus aciertos y errores.
-TEJIENDO REDES LOCALES, AUTONÓMICAS, NACIONALES E INTERNACIONALES.
Un paso más al punto anterior serían las redes que se pueden llegar a generar gracias a visitas de este tipo. En nuestro caso, nos ha permitido conocer otros centros maravillosos, junto a los que seguimos creciendo después de varios años de amistad, y que nos permiten seguir mejorando cada día. Estas redes pueden ser a varios niveles, comenzando por el local y terminando por el internacional, viviendo otros sistemas educativos en distintos países europeos. La formación debe formar parte de nuestro día a día para conseguir nuestra mejora y aprendizaje, consiguiendo mantener la llama motivacional en nosotros mismos y nuestro trabajo, así como encender la llama de la inspiración de nuestro alumnado; sin olvidar las palabras de John Cotton “Quien se atreve a enseñar, nunca debe dejar de aprender”.