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Coacalco de Berriozábal
Las personas pasamos la mayor parte de nuestra vida cotidiana en dos ambientes: la casa y el trabajo. A estos, el sociólogo Ray Oldenburg suma un tercer ambiente libre de monotonía y fundamental para nuestro desarrollo: el espacio lúdico, entendido como un espacio público para desarrollar actividades que impulsen la creación artística. Desafortunadamente, este tercer ambiente es escaso en nuestra capital debido a los altos niveles de densidad y crecimiento urbano, lo que lo hace un privilegio.
De forma paralela, existe un cuarto ambiente subutilizado: el transporte público, un recurso basto y accesible que es empleado como medio de tránsito entre destinos, pero no como un destino en sí mismo. De integrar el espacio lúdico en el transporte público, podríamos aprovechar la infraestructura ya existente de movilidad urbana para abastecer zonas de nuestra ciudad que carezcan de espacios dedicados a la creación y al arte. Éstos deben consolidarse como un derecho, no como un privilegio.
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