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EL AMOR QUE NO PUEDE DUPLICARSE

S. Lakshmi Menon

Muchos momentos conforman una vida: algunos felices, otros tristes, algunos notables, otros mundanos. Pero hay ciertos momentos que destacan en nuestra vida porque son momentos llenos de la presencia de Dios. ¿Qué pasa entonces con los momentos en los que experimentamos el amor tierno y la compasión infinita de un Dios vivo y amoroso que nos colma de

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Su amor y gracia en Su presencia física y nos envuelve con Su protección Divina cuando estamos lejos de Él físicamente? Tales Colegio Anantapur para Mujeres, Instituto Sri Sathya Sai de momentos son muchos en la vida Aprendizaje Superior. de los devotos de Bhagavan; sin es parte de cada momento. Dios no está embargo, el vínculo que comparte con sus separado de nada; Él es omnipresente porque alumnos es algo verdaderamente único. nada es demasiado “pequeño” para Él. Está

Dios es parte de cada momento en todo. El Kathopanishad declara que Dios o

Cuando entramos en los portales de la Brahman es más sutil que lo más sutil y más

Universidad sagrada de Bhagavan, el Instituto vasto que lo más vasto (Anoraneeyan Mahato

Sri Sathya Sai de Enseñanza Superior, ya sea Maheeyan). en el colegio de mujeres en Anantapur o en los Desde la necesidad más pequeña hasta campus de hombres en Puttaparthi, Brindavan la emergencia más grande, experimentamos o Muddenahalli, es como si hubiéramos el cuidado amoroso y atento de Bhagavan entrado en un nuevo mundo, un tranquilo que se manifiesta de la manera más práctica. mundo, intacto por el ruido y la agitación Para nuestra agradable sorpresa, nos damos del mundo exterior. En estos santuarios del cuenta de que Dios quiere estar totalmente inmenso amor de Bhagavan, aprendemos involucrado en nuestras vidas. Quiere muchas lecciones. En mi opinión, la lección ayudarnos en todos los sentidos; somos más importante que aprendemos es que la nosotros los que lo distanciamos porque espiritualidad no es algo separado de la vida a veces pensamos que no deberíamos diaria. “molestar” a Swami por cuestiones tontas.

De hecho, el camino del Espíritu es la ¡El omnipotente y omnipresente no puede ser base sobre la que realmente descansa el turbado! El omnisciente conoce todo, pero le camino del mundo. Dios no debe ser adorado gusta que oremos para que nos demos cuenta en ciertos días o en ciertos momentos; Dios de lo que realmente queremos y, a través de

nuestra dependencia en Él, construimos esta dulce relación con lo Divino.

“¿Cómo puedo descansar?”

Durante mis días como estudiante en Anantapur, cuando se acercaban las vacaciones, las estudiantes solíamos enfrentar algunos problemas para obtener reservas ferroviarias confirmadas, especialmente para estudiantes de lugares “lejanos” dentro de India como Bengala Occidental, Delhi y el noreste. En aquellos días, en los años ochenta y noventa, los trenes directos de larga distancia no eran tantos y la emisión de billetes de tren no estaba digitalizada. ¡Los vuelos ni siquiera eran una alternativa! Normalmente, nuestros viajes duraban un par de días. Desde los alrededores protegidos del campus de Anantapur, entrar de repente en el ajetreo y el bullicio de ciudades como Bangalore, Madrás o Kolkata era como un choque cultural menor.

Pero mientras viajábamos, solíamos experimentar concretamente la presencia de Swami. La gente aparecía misteriosamente para ayudarnos en nuestro camino y luego desaparecía misteriosamente cuando nos dábamos la vuelta para agradecerles. Mientras tanto, nuestra confianza aumentó aún más cuando, en una ocasión, escuchamos la respuesta de Bhagavan a las palabras de algunos devotos. Estas personas, sin duda bien intencionadas, le dijeron a Swami que ahora que todos los estudiantes se iban a casa para las vacaciones, Swami finalmente podría descansar un poco. Swami solía declarar durante esos días que su única “propiedad” consistía en sus estudiantes y que pasaba el 75% de su tiempo con ellos, porque todas sus esperanzas para el mundo descansaban en ellos. La respuesta que dio Swami a esta gente fue muy emocionante para nosotras. Él dijo: “¿Como puedo descansar ahora? Tengo que acompañar a todos y cada uno de ellos, viajar con ellos y hacer que lleguen sanos y salvos a sus casas. Entonces, ¿cómo puedo descansar?”. El siguiente incidente da testimonio de esta maravillosa afirmación del Señor. Amor superior en acción

Era la primavera de 1992. Éramos un grupo de 21 personas que viajábamos de Anantapur a Kerala. Muchas de nosotras habíamos terminado nuestros cursos de estudio, por lo que también llevábamos mucho equipaje. Todavía no sé cómo ocurrió; ahora sería un riesgo impensable de correr, pero el día de nuestro viaje regresando a casa, sólo teníamos billetes “corrientes” y ninguna reserva. Subimos al tren a media mañana desde la estación de Anantapur y al día siguiente llegaríamos a distintas partes de Kerala. Llegó el tren, nos metimos en el vagón que venía delante, muchas de nosotras en asinamiento como refugiadas cerca de los lavabos; ¡la resistencia de la juventud no desanimó nuestro vibrante espíritu! Pensamos que nos enfrentaríamos al examinador de billetes de tren (TTE) cuando llegara y no nos preocuparíamos hasta entonces. “Cruzar el río cuando lleguemos a éste”, ya que no había otra opción. Pero durante todo el tiempo, cada una de nosotras estaba rezando en silencio a nuestro Señor para que nos mantuviera sanas y salvas en este viaje.

Después de algún tiempo, para nuestra consternación, nos enteramos de que este vagón (o compartimento) iba a recorrer una distancia relativamente corta con este tren, y luego se desprendería en una estación a la que llegaríamos a medianoche. Así que decidimos descender en la estación de Dharmavaram y cambiarnos a otro vagón que nos llevaría hasta nuestro destino en Kerala.

Con toneladas de equipaje, incluyendo instrumentos musicales como la veena, fue realmente una tarea desalentadora. Tal y como estaba previsto, bajamos en Dharmavaram y, formando una “cadena” humana, fuimos pasando nuestras maletas y equipaje a otro vagón, mucho más adelante. Fue entonces cuando un TTE me abordó y me preguntó qué pretendíamos hacer. No tenía respuesta ni tiempo para explicárselo, así que murmuré algo incoherente y seguí supervisando la “operación”. El tren saldría en cualquier

momento. Nos observó durante algún tiempo y luego me preguntó, un poco impaciente: “¿Son ustedes estudiantes del colegio de Sai Baba en Anantapur?” Al oír el nombre de Bhagavan en boca de un total desconocido, me detuve en seco y presté atención. Luego continuó. “Verá, señora, recibimos un mensaje de nuestro ʻoficial superiorʻ de que un grupo de alumnas de la universidad de Sai Baba en Anantapur vendrían en este tren y que debíamos tener preparadas 21 literas para ellas en Dharmavaram”. Mientras escuchaba con la boca abierta, continuó: “Si no quieren aceptar esas literas ahora mismo, voy a disponer de ellas para otros”. No había nada más que hacer, ni un momento que perder. Después de eso, nos reunimos rápidamente y fuimos triunfalmente a reclamar nuestras literas reservadas. Intenté preguntarle al TTE quién era ese “oficial superior”, cómo había enviado el mensaje, etcétera, pero fue extremadamente impreciso y, tras comprobar nuestros billetes, desapareció. No le habíamos contado a nadie de nuestra situación. Además, nunca hubiéramos sabido que se había hecho este arreglo para nosotras, ni a quién dirigirnos para agradecer este arreglo. Si no nos hubiéramos subido al vagón “equivocado”, ¡sabe Dios lo que podría haber pasado!

El vagón “equivocado” nos hizo encontrarnos con este TTE, del mismo modo que los giros “equivocados” en la vida o del destino nos llevan a nuestra meta, cuando Dios está al mando. En este mundo, la ayuda rara vez es gratuita. Siempre hay “ataduras” en el dar y recibir del mundo. Pero en este caso, fue una ayuda repentina e inesperada que llegó sin pedirla, en nuestro momento de necesidad. Habíamos estado ansiosas, pero quizás, con la fe exuberante y confiada de la juventud, nos habíamos entregado de verdad a Swami. Creíamos que, de alguna manera, las cosas se arreglarían. Sin embargo, ¡nunca imaginamos que sería de una manera tan real! Recuerdo muy bien las cómodas literas, ¡incluso la veena tenía una para ella sola!

La historia no termina aquí. Yo iba a viajar hasta Thiruvananthapuram, pero tenía que bajarme en una estación más pequeña llamada Aluva, y luego subir a otro tren, ya que éste sólo llegaba hasta Kochi. Bajé y me dirigí a la sala de espera que estaba junto a una pequeña cafetería. La sala se llenó rápidamente con muchas mujeres, pero al cabo de un rato oí un poco de revuelo y, para mi sorpresa, vi que la gente se marchaba apresuradamente en masa. Al preguntar, me dijeron que habían estallado repentinamente unos disturbios en la ciudad por diferencias religiosas y que una turba violenta se acercaba a la estación de tren. Me quedé atrapada allí, sola con todo mi equipaje y sin poder ir a ningún sitio. Podía oír cómo se acercaba la muchedumbre. Me senté tranquilamente dentro, sola, y extrañamente no sentí ninguna sensación de pánico. Era uno de esos momentos en que estaba segura de que Bhagavan me protegería. Así que esperé. Oí ruidos de cristales rotos en la puerta de al lado, gritos y consignas. Al cabo de un rato, se hizo el silencio. Poco a poco, la gente empezó a volver. Yo también me levanté y fui a investigar. Descubrí entonces que la turba de alborotadores había llegado hasta la cafetería de al lado, había roto los cristales y demás, y luego simplemente se había retirado por donde había venido. Alguna “mano invisible” les había hecho retroceder y alejarse de donde yo estaba sentada, confiando únicamente en el Señor, sin cuya voluntad, ni siquiera una brizna de hierba puede moverse. El mismo Señor, que había asumido la apariencia de un “oficial superior” de los Ferrocarriles, el que respondió misteriosamente a las peticiones no formuladas y no escritas, estaba actuando también aquí. Por supuesto, podría haber explicaciones racionales y muchas me fueron sugeridas más tarde, pero en ese momento de necesidad, no fue la racionalidad sino la Fe la que funcionó y me mantuvo fuerte. El Divino Inimitable

Cuando vives en proximidad de la Divinidad, los milagros son muy comunes.

Después de un tiempo, incluso, lo das por sentado. Un sacerdote católico, que fue examinador externo durante mi carrera B.Ed., en Thiruvananthapuram, me preguntó si los milagros de Sai Baba eran verdaderos. Esta era una de las preguntas que menos esperaba. “¿Realmente materializa cosas? ¿Lo has visto?” Mi respuesta espontánea a esto fue: “Los milagros no son milagros en presencia de Swami, sino muy naturales para Swami”. Que el Sol salga todos los días y envíe rayos de energía para sostener la Tierra es un gran milagro. Pero lo damos por sentado. No nos preguntamos por qué sólo hay vida en la Tierra y no en Venus o en Marte. No nos detenemos a fascinarnos ante esta maravilla. Simplemente lo creemos y se convierte en parte de nuestra psique y lo aceptamos. Lo mismo ocurre con Bhagavan Baba. Sus devotos, después de haberle experimentado, creen en Él y, por tanto, para ellos nada es imposible para Él. ¿Por qué hablar de lo paranormal o lo sobrenatural y entrar en debates intelectuales?”

En el mundo craso, materialista y divisivo en el que vivimos, ¿qué podría ser mayor milagro que el de alguien que proporciona asistencia médica, educativa y social gratuita de la más alta calidad a miles de personas, sin costo, ni condiciones, sin preguntas sobre casta, credo, religión, nacionalidad, raza, género o cualquier otra consideración? La necesidad es el único criterio. Por eso, desde las regiones “naxalitas” del interior de Andhra hasta la reseca ciudad de Chennai, el Proyecto de Suministro de Agua Potable de Swami llega con la misma preocupación: aliviar el sufrimiento humano. Hay personas que intentan demostrar científicamente que todo esto es un truco muy inteligente, que hay alguna “trampa” en alguna parte y ciertos programas de televisión incluso tienen supuestos magos que reduplican la creación de ceniza sagrada (Vibhuti), delante de niños pequeños, con el fin de “iluminarlos”.

Es típico de los materialistas y de ciertos científicos tratar de desacreditar la esencia de los fenómenos y centrar su visión tipo túnel en el “cómo” de las cosas y nunca en el “por qué”. Por eso, muy a menudo, se pierde la visión de conjunto o pasan por alto los hechos más obvios que están claros para cualquiera más profano. Por lo tanto, estos llamados racionalistas ni siquiera se detienen a darse cuenta de que la ceniza sagrada (Vibhuti) de Swami tiene ciertas cualidades que nunca pueden ser duplicadas. El Vibhuti de nuestro amado Señor ha sanado, curado, “cancelado” cánceres, alejado calamidades, evitado accidentes, protegido durante desastres, hecho hablar a mudos, caminar a los lisiados, ver a los ciegos y la misma ceniza sagrada (Vibhuti) manifestada en un momento, puede saber amarga para uno y dulce para otro. Sería interesante ver una duplicidad de todo esto, y además fuera de los límites de un laboratorio, sin condiciones “controladas”. Bhagavan no puede ser copiado debido a quién Es y por qué se encarnó.

Por último, los milagros son naturales para Swami, porque son una expresión de Su inmenso y omnipresente amor por la humanidad que sufre. Es Su infinita compasión, la que brota en forma de ceniza sagrada, cadenas, anillos, talismanes o un Shiva Lingam dorado, la respuesta a las oraciones de millones de devotos en el día de Shivaratri. Sin embargo, para comprender incluso una mínima fracción de este fenómeno divino, hay que tener un corazón que pueda creer en la posibilidad del amor en un mundo sin amor. Un amor así, que no busca devoluciones, que es gentil, inmediato, paciente, indulgente, abrumador y bondadoso, que irradia a todos los seres: humanos, animales e insectos, independientemente de que sea comprendido o no, y muy a menudo malinterpretado por las estrechas mentes humanas, es algo que sólo puede experimentarse, nunca explicarse. Otro dulce momento

Para ilustrar la sencillez de su naturaleza divina, recuerdo otro dulce momento de mis días como estudiante. Es una curación que me viene a la mente. Una vez, todas las estudiantes habíamos venido a Puttaparthi

por esto y fue entonces cuando un caramelo lanzado casualmente y de forma juguetona por Swami le golpeó el ojo y le desprendió las gafas. Estaba llorando, pero después de un rato, se limpió el ojo, todavía palpitante por el golpe directo de Swami, cuando para su asombro descubrió que podía ver claramente. ¡Los puntos negros que habían plagado su visión durante semanas se habían desvanecido instantáneamente gracias a ese misil de amor! Bhagavan con los estudiantes del campus de Anantapur. La vida con Sai - un viaje de desde Anantapur para tener la visión física amor (Darshan) de Swami y en aquellos días, se Así es Swami: dulce, sencillo, natural, sin nos permitía llevar bandejas de caramelos ostentación, travieso, alegre y compasivo sin para las “bendiciones de cumpleaños” de igual. Él nos cuida, como suele decir, como los Bhagavan. Yo estaba sentada detrás de párpados cuidan a los ojos. Y, sin embargo, una chica que llevaba esa bandeja. Swami nunca espera nada a cambio. Nos hablaba del se acercó a nosotros, cogió un puñado de valor de la gratitud; demostrarla hacia nuestra chocolatinas y las derramó alegremente alma mater, y hacia nuestros padres. Lo único sobre nosotros y se marchó. Cuando se alejó que esperaba de sus alumnos era que le bastante, encontré a una hermana a mi lado dieran un buen nombre y que fueran ideales llorando incontroladamente. Sabía que no en la sociedad. Su vida es una saga silenciosa estaba bien; ella tenía alguna dolencia en los de amor y nuestra vida con Sai es un viaje ojos que necesitaba una pequeña operación. Y desafiante pero dichoso, de esperanza y entonces me contó lo que acababa de ocurrir. amor hacia una existencia verdaderamente

Tenía algún problema en el ojo, por lo que significativa. veía manchas negras. Un médico en su casa (Cortesía: Centro de Medios Sri Sathya le había aconsejado una cirugía menor, pero Sai). a ella le aterrorizaba ser operada. Cuando - La autora es una ex-alumna del Campus Swami salió para dar la visión de Su forma Anantapur del Instituto de Enseñanza física (Darshan), estas manchas negras en su Superior Sri Sathya Sai y actualmente es ojo lo cubrieron a Él también y ella no pudo ver profesora del Departamento de Inglés del a Swami claramente. Estaba muy apenada Campus Anantapur.

Seleccionen cualquiera de Sus Nombres, cualquier Nombre que les atraiga, seleccionen cualquier Forma Suya; cada día, cuando se despierten a la llamada del luminoso Oriente, reciten el Nombre, mediten en la Forma; tengan el Nombre y la Forma como su compañero, guía y guardián a lo largo de los trabajos de las horas de vigilia; cuando se retiren por la noche, ofrezcan un homenaje agradeciendo a Dios en esa Forma con ese Nombre, por estar con ustedes, durante todo el día. Si se apegan a esta disciplina, no pueden fallar. – Bhagavan Sri Sathya Sai Baba

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