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Cómo podré pagarle alguna vez Lakshminarayana Kote

Bhagawan Sri Sathya Sai Baba

TELE. NO. 33 BRINDAVAN WHITEFIELD

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TELE. NO. 30 PRASANTHI NILAYAM P.O. ANANTHAPUR DT.

¡Mis queridos! Lo que se necesita principalmente para quien quiere entregarse por completo al Señor es una conciencia de seguridad perfecta bajo la gracia protectora del Señor Supremo.

Esta conciencia nunca podrá abandonarnos si practicamos constantemente recordar al Señor. Verdaderamente, el recuerdo en sí mismo es la visión física (Darshan). La repetición del nombre de Dios debe conducir a la dedicación de todas sus acciones a Él. Este recuerdo será suyo incluso cuando estén intelectual y físicamente activos en todos los ámbitos de la vida, cuando consideren que esas actividades se realizan en el nombre y por la causa del Señor. Durante sus momentos libres, no dejen de mantener sus pensamientos ocupados en la contemplación de Dios y al mismo tiempo, mediten en la verdad de que todos Sus poderes físicos y mentales tienen su fuente e inspiración en la energía cósmica de la Divinidad. Con bendiciones, Baba

Cómo podré pagarle alguna vez...

Lakshminarayana Kote

Yo era el único estudiante que usaba aretes, cuando me uní a la Universidad de Swami en Whitefield, en 1976. Bhagawan amorosamente me llamó “Kammalwala” y continuó llamándome por ese mismo nombre, hasta que me pidió que regresara a casa en 1990, para asumir las responsabilidades familiares cuando mi padre cayó gravemente enfermo. Cerca de Swami como su alumno

Cuando me uní al hostal, la capacidad de dicho hostal era de apenas ciento veinte personas. El edificio del hostal que vemos hoy fue una pequeña y encantadora “pecera”. Cuarenta muchachos vivimos en un dormitorio detrás del Mandapam de Kalyana. El resto de los estudiantes se alojaron en un garaje convertido en albergue cerca de la puerta principal. Brindavan estaba lleno de árboles en aquellos días. Las instalaciones eran mínimas, pero nunca sentimos incomodidad porque Swami pasaba mucho de su tiempo con nosotros en ese entonces. Venía a nuestro dormitorio en cualquier momento; ya sea por la mañana, a las 5:30 a.m., después del Suprabhatam, al desayuno, a las 7:30 a.m., o en cualquier otro momento del día. A menudo, se asomaba a las aulas durante las horas de la Universidad. Cuando solía ir al galerón (Shed) de Sai Ram para dar su visión física (Darshan) a los devotos, invariablemente, venía al hostal, pasaba unos minutos y preguntaba sobre el bienestar y el progreso académico de los alumnos.

Dado que la Universidad fue adyacente al templo (mandir), cada vez que no había conferencias en la Universidad, solíamos apresurarnos al bungalow y “robar” una o dos visiones físicas (darshan). A menudo, Swami estaba hablando de las Escrituras Sagradas y el tiempo se nos pasaba hasta que Swami nos recordaba que debíamos regresar a tiempo para las clases.

Swami almorzaba con nosotros en el hostal de vez en cuando y, en tales ocasiones, Él mismo nos servía dulces individualmente. En aquellos días, se inició una nueva tradición por la cual dos niños del hostal tomaban el desayuno, el almuerzo, el refrigerio y la cena en el templo (mandir) todos los días. Swami, por lo tanto, nos dio muchísimas oportunidades para interactuar con él. De hecho, nos hablaba personalmente durante esas ocasiones y nos hacía sentarnos y comer en Su presencia, llenando nuestros platos y corazones al máximo. Nos hablaba sobre nuestros padres y otros miembros de la familia, y preguntaba sobre nuestros estudios.

En el antiguo bungalow, solía haber una “habitación segura”. Swami se sentaba allí todos los días, durante al menos una hora, y estaba allí donde solíamos obtener la bendita oportunidad de hacer servicio a los Divinos Pies (Pada Seva). Bhagawan solía pasar tiempo con los estudiantes bromeando, narrando historias con valores y corrección de nuestra conducta (“Los niños jóvenes deben estar rectos; deberías estar estable; no cambiar tu postura cada pocos minutos. El cuerpo es como una olla y la mente es como el agua en la olla. Si la olla tiembla, los contenidos también se agitan...”). El hecho era enfatizar la necesidad de tener una devoción constante a Dios y ser disciplinados en nuestra rutina diaria. Traía constantemente a la vida las páginas del Ramayana, el Mahabharata, el

Bhagavata y los Upanishads, y nos dábamos cuenta de la riqueza de las lecciones que contienen para el hombre moderno. Las metáforas de Swami siempre se extrajeron de los tiempos contemporáneos y, como tal, tenían sentido para nosotros. Siempre era fascinante escuchar a Swami.

Bhagawan era muy estricto en lo que respecta a la disciplina. Él no cedía cuando se trataba de estos asuntos. Al principio daba un recordatorio suave, seguido de una advertencia severa en público, si lo ameritaba. Si la conducta del estudiante no mejoraba, Bhagawan se distanciaba de él. Si aún así no mejoraba, le pedía al director que enviara al estudiante a sus padres. Pero cada sincero esfuerzo por mejorar era reconocido y la relación volvía a su curso normal. De esta manera, Swami desempeñó el papel de una madre amorosa y un padre estricto en todas nuestras vidas. Oportunidades de cantar en la presencia de Swami

Fue durante mi II PUC que tuve la oportunidad de cantar en público durante los cantos devocionales (Bhajans), en la presencia Divina. A partir de entonces, nos animó a dar muchos programas en el Auditorio Poornachandra. Lo poco que puedo cantar, se debe enteramente a Su gracia y bendiciones. Formó un grupo de música de estudiantes. Nos dio la gloriosa oportunidad de cantar “Sai Katha”, la historia de la vida de Bhagawan a través de la música. La letra fue escrita por Sri Adinarayana Rao y Sri Rajeshwara Rao compuso la música.

Bhagawan nos llevó a todos los del grupo de música a Madrás (Chennai) para grabar “Sai Katha”. ¡El mismo Bhagawan estuvo presente con nosotros en el estudio HMV cuando la grabación estaba en curso! Fue justo antes de ir a Madrás (Chennai) cuando Swami mismo me quitó los aretes de la oreja y me indicó que usara pantalón en lugar de dhoti. Así era el grado en el que Swami derramaba Su cuidado y atención personal en cada uno de nosotros.

Bhagawan siempre estuvo interesado en escuchar “Rama Katha”. Siempre que venía algún invitado, nos pedía que cantáramos “Rama Katha”. Entonces, Hirok Changkakoti y yo fuimos bendecidos con esta oportunidad. Realmente no sabemos cuántas veces lo cantamos. En 1985, cuando hicimos servicio a los pueblos (Grama Seva), Bhagawan había llegado a pueblos como Ammagondapalem y Kammavaripalli. Se instalaron esculturas de Rama, Sita, Lakshmana y Hanuman en un templo. Incluso en esa ocasión, nos hizo cantar el Rama Katha. Hasta el día de hoy, incluimos una parte, cuando damos un programa de música en cada 1 de enero.

Los chicos de la música tuvieron grandes oportunidades de Bhagawan. Siendo ya mayores, solía dar instrucciones minuciosas. Nos llevaba a la sala de entrevistas o sala verde del Auditorio Poornachandra y nos hacía practicar las canciones. Nos enseñaba a interpretar las canciones, especialmente los matices y las variaciones de cada línea. En Brindavan, solía llevarnos a la casa de Smt. Ratanlal. Ella también, como una tía cariñosa, nos dio leche con cúrcuma y ghee, muy buenos para la garganta. Hubo ocasiones en las que Swami solía subir hasta el segundo piso del hostal en Brindavan y supervisar nuestras sesiones de práctica. Solía decirnos que cantáramos con voz libre y plena, pero que no moviéramos la cabeza, que no hiciéramos muecas al cantar. Uno de nuestros hermanos era un cantante muy talentoso, con una voz a menudo comparada con la legendaria Ghantasala. Sin embargo, solía tener una expresión contorsionada en su rostro cuando se sumergía en su canto. Durante una de esas sesiones, a Bhagawan se le ocurrió un remedio malicioso y silenciosamente me pidió que consiguiera un espejo. Cuando comenzó a cantar y se perdió en las profundidades de la canción, Bhagawan mismo sostuvo el espejo frente a su rostro y así corrigió esta tendencia suya. Se debe dar importancia a la expresión, melodía y ritmo (Bhava, Raga y Tala), Swami siempre lo enfatizó.

El autor cantando en un programa de música

Muchas veces, solía llevarnos de picnic. Los coches se salían de la carretera, entraban en un lugar parecido a un bosque con mucha vegetación y nos la pasábamos muy bien. Swami nos hacía comer a gusto, entonar cantos devocionales (bhajans), pedirnos que tocáramos instrumentos musicales, mientras Él mismo tocaba el Talam (platillos de mano). Fue tan maravilloso estar en la cercanía (Sannidhi) de Swami que incluso olvidé mi hogar. En mis 15 años de estadía cerca de Swami, fui a casa solo cuatro veces. En enero de 1978, Él mismo me llevó a Alike y Chokkady con Él.

Siempre estoy en deuda con mi madre Savitriamma y mi padre, el difunto Sri Kote Parameshwarayya, porque no solo me dieron a luz, sino que también me pusieron en el camino hacia lo divino y me animaron a anhelar la proximidad divina. Desde mi infancia, mi padre me llevaba a Parthi. Cada vez Swami nos llamaba para una entrevista y Él mismo me pidió que me uniera a Su Universidad. Mientras yo era estudiante, no solo se ocupaba de mi educación, sino también de mis necesidades diarias. Incluso me dio el dinero que necesitaba. Mi padre me entregó completamente a Bhagawan y nunca se preocupó por mí, ya que sentía que estaba en las manos más seguras. Bhagawan también llevó a mi hermano Subbappayya a Su redil. Estuvo allí con Él durante unos 20 años. Tuve amplias oportunidades de observar a Radhakrishna en el trabajo. Radhakrishna era mayor que yo y conducía el coche de Swami. Era una persona muy sencilla, buen amigo y guía. Desde el principio, me guió sobre cómo comportarme en presencia de Swami. Swami siempre solía enviarme con él a Parthi o Whitefield si había algún trabajo allí. La forma en que solía atender las necesidades diarias de Swami fue una gran inspiración para mí.. Preciosos momentos que pasé con Swami

Fue en mi tercer año que el viejo bungalow de Bhagawan fue demolido. En su lugar, se construyó Trayee Brindavan. Antes de la demolición del bungalow, a algunos de nosotros se nos dio la responsabilidad de trasladar todas las cosas del bungalow. De 5:00 a.m. a las 8:00 p.m., en una sola sesión, vaciamos el bungalow. Swami estaba muy feliz con todos nosotros y apreció nuestro arduo trabajo. Cuando se estaba construyendo el Trayee Brindavan, Swami solía quedarse en “Devi Nivas”, la casa de Rajmata de Nawanagar, cerca de la Universidad. Cuando Swami se mudó a la casa de Rajmata, tuve la oportunidad de respirar el mismo aire, y comer y dormir en la residencia de Bhagawan. Incluso tuve la oportunidad de oro de tener comida en la misma mesa con Swami. ¿Podré alguna vez expresarle mi gratitud por todo esto? Solía llevarme en Su automóvil muchas veces desde Parthi hasta Brindavan. Me llevó dos veces a Ooty y una vez a Kodaikanal. ¡Qué misericordioso y amoroso es Bhagawan!

Para mi posgrado, vine a Prashanti Nilayam. Swami luego me pidió que me quedara en el hostal de estudiantes. Una vez, durante mi examen final de maestría, no pude completar la revisión de las porciones a

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