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De piel seca a piel suave
La piel seca y extremadamente seca es un problema muy común. Supone más del 40% de las visitas al dermatólogo. Según lo grave que sea la deshidratación, la piel puede aparecer rígida y rugosa y también propensa a sufrir picores, descamación, exfoliación y enrojecimiento.
La principal causa de la deshidratación es la falta de humedad y el deterioro de la función barrera de la piel, resultante de una falta de lípidos –que son indispensables para proteger la piel frente a la pérdida de agua– y un déficit de urea y de factores naturales de hidratación que retienen el agua en la piel.
Para mantener la piel húmeda y saludable es importante hidratarla y usar agua tibia en las duchas. Además, se puede aliviar la sensación de picor habitual de las pieles secas vistiendo ropas con tejidos suaves y usando cremas con ingredientes naturales que cuiden la función barrera de la piel mientras la hidratan.