Evangelizar 018 - Diciembre de 2014

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Diciembre | 1

Revista de Ayudas Pastorales

Diócesis de Sonsón-Rionegro

Diciembre de 2014 | N°18

El verbo se encarnó para que nosotros conocieramos así

el amor de Dios. CIC. n. 458


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Diciembre | 3

A los sacerdotes

A LOS SACERDOTES Mons. FRUTOS DEL SACERDOCIO DE CRISTO

LITURGIA DEL DOMINGO Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal II DOMINGO DE ADVIENTO III DOMINGO DE ADVIENTO IV DOMINGO DE ADVIENTO LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSE

Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín

FORMACIÓN DOCTRINAL

Director P. John Jairo Olaya Ballesteros.

Pbro. Luis Javier Otálvaro Álvarez EL VERBO SE HIZO CARNE EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN JESÚS, DIOS Y HOMBRE

NUESTRA REALIDAD

Diagramación Silvia Giraldo Consejo editorial Delegados de Pastoral

Mons. Gilberto Muñoz Ospina. EL BIEN COMUN Y LA PAZ SOCIAL

Coordinador general Vicaría de Pastoral

CONTROVERSIAS RELIGIOSAS

Impresión Periódico El Mundo

Pbro. Oscar Charlarca ¿SERA VERDAD QUE TAMBIÉN NOS IMPONDRÁN LA EUTANASIA?

CAMBIO DE ACTITUD Pbro. John Jairo Olaya LA OBRA DE DIOS

VIDA FAMILIAR Pbro. Nelson Patiño Villa SINODO DE LA FAMILIA

ESPACIOS PARA CRECER Pbro. Jorge Iván Martínez López LAZOS DE AMOR MARIANO, UN CARISMA AL SERVICIO DE LA IGLESIA

Dirección Diócesis de Sonsón-Rionegro Curia Episcopal Calle 51 No 47-31 Tel: 531 5252 www.diosonrio.org.co Fotografía Diócesis de Sonsón-Rionegro Sugerencias vipastoral@diosonrio.org.co

Debido a su santidad y perfección, nuestro Pontífice eterno consiguió frutos infinitos. Hebreos dice que el Padre escuchó sus ruegos por la gran dignidad que poseía: “Y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen”. (Hebr. 5, 8-9) “Más, habiéndose presentado como Pontífice de los bienes realizados, penetrando en el tabernáculo más amplio y más perfecto, no hecho de manos, y no mediante sangre de machos cabríos y de becerros, sino mediante su propia sangre, entró de una vez para siempre en el santuario, consiguiendo una redención eterna”. (Hebreos 9,9, cfr. 9, 9 -15 Los actos sacrificiales de los sacerdotes judíos eran incapaces de dar a Dios la debida satisfacción. Pero Cristo Sacerdote da gloria infinita a Dios con una sola oblación: “Y ciertamente, todo sacerdote está en pie, día tras día, oficiando y ofreciendo reiteradamente los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar pecados. Él, por el contrario, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, se sentó a la diestra de Dios para siempre, esperando desde entonces hasta que sus enemigos sean puestos por escabel

de sus pies. En efecto, mediante una sola oblación ha llevado a la perfección para siempre a los santificados”. (Hebr. 10, 11-14) El sacificio de Cristo en la cruz operó la redención del mundo y mereció todas las gracias que recibimos quines pertenecemos a la iglesia. Si suprimiéramos este sacrificio de valor infinito, acabaríamos con todo este orden sobrenatural: No tendríamos la Iglesia que nació de este costado abierto; no existirían los sacramentos, porque estos han sido instituidos por Nuestro Señor, para comunicar las gracias que Él nos ha merecido, no existiría el sacrificio de la santa misa, que renueva el de la cruz y aplica sus méritos y por lo mismo desaparecería todo el culto cristiano, que gira alrededor del altar y de la Sagrada Eucaristía; (no existiría el sacerdocio común de los fieles, no el sacerdocio ministerial), no podríamos invocar como Madre a la Virgen porque su maternidad espiritual promulgada junto a la cruz, es también efecto de la redención universal; y desaparecerían esos maravillosos efectos de la gracia santificante: la vida divina en el alma, la filiación divina y el derecho a la herencia del cielo, porque al quitarse la causa, desaparecen los efectos.


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Catequesis 1

II DOMINGO DE ADVIENTO Evangelio según San Marcos (1,1-8)

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el Profeta Isaías: “Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: “Preparadle el camino al Señor, allanad sus senderos”. Juan bautizaba en el desierto: predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: -Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Muy importante es la tarea de ser mensajero, porque gracias a su servicio nos podemos informar de los eventos importantes que suceden a nuestro alrededor. Hoy aparece en el Evangelio Juan como el mensajero, el precursor de la Buena Noticia, del Evangelio, es decir de la Persona de Jesús. Hay dos elementos importantes que podemos resaltar en este domingo: Primero la altura del mensaje, señalar a Jesús diciendo: “Ese es el cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo”. Podríamos preguntarnos hoy que vivimos en una sociedad de la oferta (barata y degradante), del consumo (pasajero y efímero), ¿puede haber un mensaje más transparente y hermoso que ése: “Ahí tenéis al que quita el pecado del mundo…”? Y segundo, el modo como lo hacía. Desde la austeridad, la pobreza, la sinceridad más comprometida. Desde la austeridad: hoy para convencernos de algo, nos endulzan el oído al máximo, nos presentan mil imágenes sugerentes, atractivas, llamativas y exóticas. Por ejemplo, un carro último modelo nos lo ofrecen con una publicidad agresiva donde aparece por ejemplo en un primer plano una “señorita insinuante y estilizada”. ¿Quién se resiste? Pero Juan era otra cosa. Juan hablaba sobriamente, en el desierto, donde no existen decoraciones ni montajes. Y lo hacía sobre todo desde la sinceridad: “No te es lícito vivir con la mujer de tu hermano”. Esa sinceridad, ya lo sabemos, lo llevó a la muerte. Hoy Juan nos interpela a todos nosotros, su ejemplo es admirable. Nosotros como discípulos del Señor hemos sido elegidos, llamados como “mensajeros de Él”. Desde nuestro bautismo todos hemos recibido la misión de transmitir su mensaje.

El origen último de Jesucristo, cuyo despliegue histórico confiesa el Credo, se hunde en Dios. Es el Hijo eterno de Dios el que se reviste de la carne humana, entrando en el linaje de David (Rm 1,3). Jesús “nació del Espíritu Santo y de María Virgen”. Esta profesión de fe acentúa el nacimiento humano de Jesús, de quien antes se ha confesado que es el Hijo único de Dios. A Dios se le encuentra en la historia y en la existencia concreta de Jesús. El hombre, pues, para creer en Jesús, Hijo de Dios encarnado, debe pasar no tanto por la coherencia racional cuanto por la locura de la cruz, por la aceptación de una predicación, por la audición de la fe transmitida, por la debilidad de los signos que encaminan pero no forzan. Por nosotros se encarnó: En forma de kerigma, de plegaria eucarística o de Credo, la Iglesia confiesa siempre su fe en Jesucristo, en quien se han cumplido las profecías. Con su nacimiento se inauguró la edad nueva, inicio de una vida nueva, de un hombre nuevo y de un mundo nuevo: La humanización de Dios inauguró la divinización del hombre. “Admirable intercambio”, dirá san León Magno, entre Dios y el hombre. El nos entregó su divinidad haciéndose hombre. La kénosis del Hijo de Dios le llevó a “acampar entre nosotros”, siendo su cuerpo como el “nuevo templo” (Jn 2,19-21) donde mora Dios para estar, hablar y actuar salvíficamente entre los hombres y para los hombres.

Epifanía del amor de Dios: La encarnación de Cristo es la epifanía del amor de Dios al hombre pecador. Siendo Él la vida “bajó del cielo para dar vida al mundo” (Jn 6,33-63), para hacernos partícipes de la “vida eterna” (Jn 3,16.36; 10,10), “pasándonos de la muerte a la vida” (Jn 5,24). El es Jesús: “Dios salva” (Mt 1,21). Por ello, pudo decir que “había venido a llamar a los pecadores” y “a salvar lo que estaba perdido” (Mc 2,17; Lc 19,10). “En la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva” (Ga 4,4). Nuestra condición humana en el nacer y nuestra existencia en situación de esclavitud han sido libremente aceptadas por el Hijo de Dios, que quiso participar de nuestra condición humana plenamente. Se ha hecho hombre hasta el fondo, hasta la muerte, hasta la cruz.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO 1. ¿Por qué Jesús es del linaje de David? 2. ¿Por qué Dios toma nuestra condición humana en Jesús? 3. Leer Jn 1,1-14 y comentar.

TEXTOS PARA PROFUNDIZAR • • •

Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) n. 456 - 460 Exhortación Apostólica “Verbum Domini” n. 6 – 28. h t t p : / / w w w. m e rca b a . o rg / Ca te c i s m o / ROMANO/1030_capitulo_iii_que_fue_conceb.ahtm


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Diciembre | 7

III DOMINGO DE ADVIENTO Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: ¿Tú quién eres? El confesó sin reservas: Yo no soy el Mesías. Le preguntaron: Entonces ¿qué? ¿Eres tú Elías? Él dijo: No lo soy. ¿Eres tú el Profeta? Respondió: No. Y le dijeron: ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo? Él contestó: Yo soy «la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor» (como dijo el Profeta Isaías). Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió: Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia. Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor

Catequesis 2

Evangelio según San Juan (1, 6-8. 19-28)

La “Encarnación del Hijo de Dios” aparece en el texto bíblico de Lucas 1,26-38 y es el primer misterio gozoso en el rezo del rosario.

PAUTAS DE REFLEXIÓN Una de las tendencias o tentaciones más grandes de los hombres es quizás el afán de protagonismo, de aparecer, de colocarse al centro como lo más importante, de hacerse notar. Hoy se nota no tanto las ganas por “hacer las cosas”, sino el deseo desenfrenado de que se sepa que “él las ha hecho”. De una u otra manera el hombre exige atención, admiración y aplauso. El hombre no gusta de ser “príncipe destronado”. Hoy el Evangelio nos muestra cómo Juan no cayó en esta tentación, no se dejó fascinar por los halagos. Por el contrario deja bien claro “Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia”. Cómo nos sería de útil pensar hoy en nuestra tarea frente a Jesús, somos instrumentos, medios, él es el protagonista, el centro. Juan dice con toda claridad “Yo soy «la voz que grita en el desierto”. Se autodefine como “una voz”. Como quien interpela, habla, cuestiona, no se calla, se hace sentir. No es una voz cualquiera, es una voz para oírse guste o no. Esa voz grita, su anuncio no es para el silencio, o para unos pocos. Si nos tomamos en serio nuestra fe debemos aceptar la invitación del Evangelio a ser y presentarnos como testigos de Jesucristo. No se puede escuchar una buena noticia sin sentir la necesidad de comunicarla. El testimonio del cristiano debe ser como el de Juan el Bautista, que “vino como testigo para dar testimonio de la luz, y que por él todos llegasen a la fe”. Se trata de anunciar y de hacer creíble a Jesucristo no sólo con las palabras, sino también con las convicciones de la vida entregada a él.

La Encarnación es el misterio y el dogma de la Palabra hecha carne: “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14). En este sentido técnico la palabra encarnación se adoptó, durante el Siglo XIII, procedente del latín incarnatio. El latín incarnatio (in-caro, carne) corresponde al griego sarkosis o ensarkosis. En el lenguaje de la Sagrada Escritura, carne significa, naturaleza humana u hombre (cf. Lc 3,6; Rm 3,20). El hombre es llamado carne para enfatizar la parte más débil de su naturaleza. Cuando se dice que el Verbo se ha encarnado, se ha hecho carne, la bondad divina está mejor expresada por cuanto Dios “se despojó de Sí mismo y apareció en su porte como hombre” (Flp 2,7); tomó sobre Sí mismo no solo la naturaleza de hombre, una naturaleza capaz de sufrimiento y enfermedad y muerte, se hizo hombre en todo excepto en el pecado (cf Hb 4,15). Jesucristo es la versión temporal de la filiación divina, la presencia del Hijo de Dios en la visibilidad de la carne humana y en la experiencia del fluir del tiempo. En la Encarnación, la filiación eterna del Hijo se hace verdad temporal. El Padre hace oír su voz sobre Jesús: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco” (Lc 3,22). La Encarnación es en verdad epifanía de la intimidad de la vida trinitaria, es cumbre de la revelación y de la economía divina, porque revela también el misterio del Padre que envió a su Hijo y el del Espíritu que Cristo nos manda junto con el Padre, y que nos hace capaces de exclamar “Abbá”. El misterio de Cristo solo se comprende en el misterio de la Santísima Trinidad, que Él mismo nos revela. La verdad de la realidad de la Encarnación sostiene nuestra imitación del Señor. Esta imitación es a su vez participación real de su misterio por la vida nueva de la gracia que recibimos y por la comunión con Cristo como miembros de su Cuerpo Místico. “No sólo nos llamamos sino que verdaderamente somos hijos de Dios”, nos dice San Juan, y San Pablo completa: “Sois miembros de Cristo”.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO 1. ¿Qué significa “encarnación”? 2. ¿Cómo dar una catequesis o explicación sobre el misterio de la encarnación? 3. Leer Lc 1,26-38 y comentar.

TEXTOS PARA PROFUNDIZAR • • •

Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) n. 461 - 463 http://www.mercaba.org/FICHAS/BEC/ misterio_de_la_encarnacion.htm h t t p s : / / w w w. a c i p r e n s a . co m / noticias/texto-completo-catequesisdel-papasobre- el-misterio- de-laencarnacion-77580/


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Diciembre | 9

IV DOMINGO DE ADVIENTO A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El segundo artículo del Credo confiesa fundamentalmente la realidad humana y la condición histórica de Jesús. Jesús es el Hijo de Dios que hizo suyo desde dentro nuestro nacer y nuestro morir. El Hijo de Dios no fingió ser hombre, no es un «dios» que con ropaje humano se pasea por la tierra. Como niño fue débil, lloró y rió. Dios se manifestó en un hombre que tuvo hambre y sed, se fatigó y durmió; en un hombre que se admiraba y enojaba, se entristecía y lloraba, padeció y murió. «En todo igual a nosotros menos en el pecado» (Hb4,15).

El ángel, entrando a su presencia, dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres. Ella se turbó ante estas palabras, y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón? El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible. María contestó: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Palabra del Señor

Catequesis 3

Evangelio según San Lucas (1, 26-38)

PAUTAS DE REFLEXIÓN Ya estamos a las puertas de la navidad, ya estamos en un ambiente de gran expectación y de inmensa e infinita alegría que no queremos ni podemos contener. Estamos anhelantes esperando ver cumplida la promesa, ya podemos hacer nuestro “El Señor está cerca, está a la puerta”. Aparece hoy junto a nosotros para colmarnos en la alegría la figura transparente y hermosa de María, La Virgen Madre. María, la mujer del adviento, de la espera, nos muestra cómo la respuesta al querer de Dios tiene que ser un proceso si bien en la fe, debe ser lo más conscientemente posible, no es una decisión “romántica”, sino una decisión de “amor transformante”.

Entre todos los grandes milagros, uno nos colma de admiración. La fragilidad de nuestra mente no logra comprender cómo la Potencia de Dios, la Palabra y Sabiduría de Dios Padre, «en la que fueron creadas todas las cosas visibles e invisibles» (Col 1,16), se encuentre delimitada en el hombre que apareció en Judea, y cómo la Sabiduría de Dios haya entrado en el vientre de mujer, naciendo como un niño y gimiendo como los niños; y no logramos comprender cómo haya podido turbarse ante la muerte (Mt 26,38), haya sido conducido a la más ignominiosa de las muertes humanas, aunque luego resucitó al tercer día. En Él vemos aspectos tan humanos, que no difieren de la fragilidad común a todos los mortales, y otros tan divinos, que sólo corresponden a Dios. De ahí que, con temor y reverencia, le confesemos verdadero Dios y verdadero hombre.

María nos enseña que la voluntad de Dios no se entiende desde nuestros criterios y razonamientos, sino desde Dios mismo, se va desvelando, descubriendo, asumiendo y llevando a cabo de la mano misma de Dios que desde siempre la favoreció “Llena de gracia”. Queda claro en María, y en nuestra vida, que la elección de Dios es siempre una gracia, un don, algo que nos plenifica. La elección de Dios no destruye ni nuestra libertad ni nuestro auténtico ser.

El Hijo de Dios se hizo hombre, se encarnó, entró en la historia, «nacido de mujer» (Ga ,4-5), «israelita según la carne» (Rm 9,5), tomó la condición de siervo: «trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre» (GS n. 22).

Como María tomemos en serio la decisión de hacer siempre en nosotros la Voluntad de Dios. Ser dóciles a su designio de amor para con cada uno de nosotros, que como ella nos dejemos siempre mimar por Dios y le correspondamos en todo momento haciendo lo que él nos pide.

Cristo unió, así, al hombre con Dios, realizando la comunión y el acuerdo entre Dios y el hombre, pues no habríamos podido participar de otro modo de la incorrupción, si Él no hubiese venido a nosotros.

Entonces, por causa de nuestra salvación, descendió del Padre desde los cielos y asumió un cuerpo semejante al nuestro. Nació del Espíritu Santo y de la Virgen María. Permaneciendo Dios, se hizo hombre, para poder salvar al hombre con sus signos visibles. Se encarnó verdaderamente y no en apariencia. Pues si la encarnación fue falsa, también lo sería la salvación humana. En Él existen ambos, el hombre visible y el Dios invisible.

PREGUNTAS PARA EL DIÁLOGO 1. ¿Qué quiere decir que Jesús es “Dios y hombre verdadero”? 2. Según la Sagrada Escritura ¿qué características manifiestan la humanidad en Jesús y cuáles su divinidad? 3. Leer Flp 2,6-11 y comentar.

TEXTOS PARA PROFUNDIZAR • • •

Catecismo de la Iglesia Católica (CEC) n. 464 - 469 https://www.aciprensa.com/fiestas/pascua/ cristo6.htm http://es.catholic.net/op/articulos/13387/tema8-jesucristo-dios-y-hombreverdadero.html


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Diciembre | 11

Nuestra realidad

LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSE Evangelio según San Lucas (2, 22-40)

Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor [(de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor») y para entregar la oblación (como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones»).

El Papa Francisco en su exhortación apostólica EVANGELII GAUDIUM capítulo IV numeral III nos enseña que “la paz social no puede entenderse como un irenismo o como una mera ausencia de violencia lograda por la imposición de un sector sobre los otros… Tampoco se reduce a una ausencia de guerra, fruto del equilibrio siempre precario de las fuerzas…” Nos traza luego cuatro principios que brotan de los grandes postulados de la Doctrina Social de la Iglesia, para construir la paz. Veamos brevemente en qué consiste cada uno de ellos:

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu Santo, fue al templo. Cuando entraban con el Niño Jesús sus padres (para cumplir con él lo previsto por la ley), Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel. José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo diciendo a María, su madre: Mira: Este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti una espada te traspasará el alma. Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana: de jovencita había vivido siete años casada, y llevaba ochenta y cuatro de viuda; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel]. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. Palabra del Señor

PAUTAS DE REFLEXIÓN Celebramos hoy a la Sagrada Familia de Jesús, María y José, es una oportunidad especialísima para descubrir juntos una vez más la importancia de la familia y de poner el empeño necesario para hacer de ella el reflejo de la familia querida por Dios. La Sagrada familia se presenta como modelo, familia que quiera vivir de acuerdo al querer de Dios, coloque la mirada en la sagrada Familia y decídase a seguir su ejemplo para ser de verdad familia desde el corazón mismo de Dios. La familia es un espacio privilegiado para experimentar la acción de Dios en la historia. Es en casa donde aprendemos el sentido del hogar, la importancia de los padres, la tolerancia para convivir con los hermanos; allí nos educamos para el respeto, aprendemos los valores… Es muy significativo que antes de morir el filósofo Gadamer dijera: “occidente tendrá que recuperar el sentido y la vida de familia si no quiere seguir caminando hacia el caos y la autodestrucción”.

¿SERÁ ESTO LO QUE REALMENTE NOS HACE FALTA HOY?

1. EL TIEMPO ES SUPERIOR AL ESPACIO: Para alcanzar la paz hay que tener mentalidad de largo plazo, pues no podemos obsesionarnos buscando resultados inmediatos. El tiempo, nos ayuda a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas; el tiempo exige realizar procesos, el espacio lleva a enloquecerse para tener todo resuelto en el presente. Por eso para lograr la paz social es fundamental iniciar procesos más que poseer espacios. Por eso lo que se realiza en los diálogos de la Habana, es un proceso después de tan largas décadas de conflicto violento y tenemos entonces que darle tiempo al tiempo. Pero es necesario emprender muchos otros procesos en el campo socio-económico, socio-político y socio-cultural para que el bien común nos traiga la paz social. 2. LA UNIDAD PREVALECE SOBRE EL CONFLICTO: “El conflicto no puede ser ignorado o disimulado. Ha de ser asumido. Pero sin quedarnos atrapados en él…” Es innegable que en Colombia existe un conflicto interno y hay que “aceptarlo para poder resolverlo y trasformarlo en el eslabón de un nuevo proceso”. Para lograrlo se requiere: * desarollar una comunión en las diferencias; * Ser solidarios para alcanzar una unidad pluriforme que engendra nueva vida; generar la reconciliación como señal de unidad; y, sobre todo lograr

la pacificación en la propia interioridad, pues con corazones rotos no se puede construir una auténtica paz social. Por eso nos tenemos que preguntar: estamos todos los colombianos buscando la unidad? 3. LA REALIDAD ES MÁS IMPORTANTE QUE LA IDEA: “La realidad es, la idea se elabora. Entre las dos se debe instaurar un diálogo constante, evitando que la idea termine separándose de la realidad”. No es posible lograr la paz ocultando la realidad, con ideas desconectadas de ésta, pues lo que convoca es la realidad iluminada por el razonamiento. La palabra encarnada nos lleva a valorar la historia, a insertarnos en ella aunque nos parezca absurda, “a realizar obras de justicia y caridad en las que la palabra sea fecunda”. Por eso tenemos qué preguntarnos: las meras normas legales por importantes que sean pueden producir la paz desconectadas de la realidad? 4. EL TODO ES SUPERIOR A LA PARTE: “Entre la globalización y la localización también se produce una tensión”. Por eso tenemos que insertarnos en el todo de nuestra patria y también en el todo mundial, sin perder de vista lo local (las personas, familias, pueblos…), pues es preciso caminar con los pies en la tierra. Por eso en la construcción de la paz no podemos encerrarnos en cuestiones limitadas y particulares, pues el bien mayor es el BIEN COMUN. El modelo para alcanzar la paz no es la esfera sino el poliedro pues en él confluyen todas las parcialidades y diferencias, pero que forman una totalidad. Por tanto, nos invita el Papa para que en la búsqueda de la paz social, no nos parcialicemos, no nos cerremos a los demás y sus realidades e ideas, sino que sepamos buscar la unidad en la diversidad.


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Diciembre | 13

Controversias religiosas

Cambio de actitud

¿CÓMO VAN LAS COSAS?

Estado de la cuestión Muchos optan por la eutanasia (buena muerte, muerte por compasión), aunque no está regulada. Hay intentos por reglamentarla, lo que ha abierto el debate en Colombia. Se dice que el derecho a una vida digna es incuestionable, pero que también lo es el derecho a una muerte digna. Parte de ello es que la persona pueda decidir consciente y voluntariamente ponerle término a su existencia. En Colombia hay una fuerte tendencia a aceptar todas las sentencias de la Corte constitucional. Ya ha pasado con la despenalización del aborto, en los tres casos concretos: violación, malformación del feto. Peligro de muerte de la madre; y, ahora, con la eutanasia. Cinco estados de USA la permiten. Bélgica, Australia, México, Uruguay, Argentina la han despenalizado: o el suicidio asistido, o la eutanasia pasiva (interrumpir tratamiento) o la ilegalidad sin información.

Orientación doctrinal Toda la doctrina de la Iglesia católica está orientada hacia el respeto a la vida. Toda vida es sagrada, desde el instante de la concepción hasta la muerte. El único dueño de la vida es Dios; “no matarás” es el quinto mandamiento de la ley de Dios.

Las comisiones y comités de bioética de las instituciones católicas deben convertirse en interlocutores de quienes quieren a toda costa imponer sus criterios abortistas y a favor de la eutanasia.

Líneas pastorales Los pastores y fieles católicos debemos estar preparados con una catequesis clara y contundente para defender la vida, el bien supremo y el primero de los derechos humanos y civiles. La mujer es responsable de su cuerpo de manera autónoma, pero no es dueña de la criatura que lleva en su vientre. Esa vida es de Dios, pero está bajo el cuidado del padre y la madre. Hay que ayudar efectivamente a las mujeres embarazadas, fuera del matrimonio o cabezas de hogar, para que no experimenten el desamparo al que las condenan los hombres sin sentido alguno de responsabilidad. Contrarrestar las masivas campañas antinatalistas y en pro de la eutanasia con orientaciones claras, en sitios y lugares de acogida a las mamás en riesgos de abortar y crear la conciencia de los hijos y centro de atención por el respeto a los ancianos y personas discapacitadas. Da grima y tristeza al ver que, en países de mayoría católica, sea donde los legisladores, elegidos por la comunidad de fe, quieran imponer leyes y normas de claro perfil anticristiano.

Bien, porque la obra es de Dios; nosotros, como lo reconoce el apóstol san Pablo, somos simples colaboradores (Cf. 1 Cor 3, 9). Aunque aparentemente haya altibajos, la obra de Dios se realiza a través del tiempo de modo perfecto sin que logremos saber cómo. ¿Estamos en condiciones de juzgar la obra de Dios?, ¿podríamos afirmar con certeza que las cosas están mal? Hacerlo sería un acto de soberbia y prepotencia de nuestra parte.

A veces, impulsados por sentimientos muy humanos lanzamos juicios, temerarios algunos, equivocados otros, acerca de cómo van las cosas, buscando resultados que están por lo general muy lejos de la realidad. Muchas veces puede parecer que las cosas están mal, y no ser así. Nunca podemos olvidar que cuando se trata de mirar las cosas de Dios nuestra mirada es y será siempre demasiado miope. Se corre el peligro de pensar que la obra de la evangelización es fruto del simple esfuerzo humano y que su éxito o fracaso depende de los agentes o de las prácticas pastorales. Pero no es así. La evangelización es obra del Espíritu Santo; Él inspira, acompaña, corrige, anima, enriquece toda la acción pastoral de la Iglesia orientada al anuncio del Evangelio. DIOS SE SIRVE DE PERSONAS Y CIRCUNSTANCIAS PARA SU OBRA No podemos caer en el error de pensar que tales o cuales personas son las que deberían estar en tal o cual lugar, en tal o cual servicio, en lugar de aquellas que realmente están. Dios elige a veces lo débil para confundir a los fuertes (1 Cor. 1, 27), porque Dios no piensa como los hombres, ni sus caminos son nuestros caminos (Is. 55, 8) Cuando se miran las cosas desde una perspectiva simplemente humana se paganiza la obra de Dios y se hace creer que todo depende de nuestro talento y trabajo. Se corre el peligro de medir la obra de Dios con los mismos criterios que se miden las obras humanas, institucionales o empresariales. Basta con mirar la historia sagrada o la vida de los santos para descubrir con claridad que no siempre las personas más brillantes han estado al frente de las grandes obras de Dios. A veces queremos imponerle a Dios personas y más atrevido aún, resultados.


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Diciembre | 15

Vida familiar

“Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la nueva evangelización” fue el tema de reflexión vivido en el gran acontecimiento eclesial: el sínodo extraordinario de la familia, celebrado entre el 5 al 19 de octubre. “Sínodo” que significa caminar juntos, se ha convertido en la experiencia del Papa, los obispos que con la ayuda de esposos y laicos, maestros y testigos del mundo entero, y con la fuerza y guía del Espíritu Santo, han hablado con claridad y se han escuchado con humildad con el único propósito de ayudar a las familias de hoy a seguir el camino del Evangelio, con la mirada puesta en Jesús. Como fruto de esta asamblea tenemos “la relación sinodal”, documento que aprovecharemos para estudiar y reflexionar en nuestras reuniones, difundir por los medios de comunicación y realizar sugerencias o comentarios para nuestra pastoral. Todo este intento nos incorporará al dinamismo de sinodalidad en el que el Papa Francisco viene insistiendo: “Todos debemos caminar juntos”. El documento tiene tres partes en 62 numerales. Al final de cada párrafo se encuentra el número de votos para su aprobación o rechazo. Empecemos la lectura con ojos de fe y guiados por el Espíritu Santo.

III ASAMBLEA GENERAL EXTRAORDINARIA “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la nueva evangelización” RELACIÓN SINODAL INTRODUCCIÓN 1. El Sínodo de los Obispos, reunido alrededor del Papa, dirige su pensamiento a todas las familias del mundo, con sus alegrías, sus fatigas, sus esperanzas. Siente, en especial, la necesidad de dar gracias al Señor por la generosa fidelidad con que tantas familias cristianas responden a su vocación y misión. Lo hacen con alegría y con fe incluso cuando el camino familiar las sitúa ante obstáculos, incomprensiones y sufrimientos. A dichas familias va el aprecio, el agradecimiento y el aliento de toda la Iglesia y de este Sínodo. Durante la vigilia de oración celebrada en la plaza de San Pedro el sábado 4 de octubre de 2014 como preparación al Sínodo sobre la Familia, el Papa Francisco evocó de manera sencilla y concreta la centralidad de la experiencia familiar en la vida de todos, expresándose así: «Cae ya la tarde sobre nuestra asamblea. Es la hora en que todos regresan gustosamente a casa para volver a reunirse alrededor de la misma mesa, en la consistencia de los afectos, del bien realizado y recibido, de los encuentros que enardecen el corazón y lo hacen crecer: vino bueno que anticipa, en los días del hombre, la fiesta sin ocaso. Es también la hora más gravosa para quien se encuentra cara a cara con la propia soledad, en el crepúsculo amargo de sueños y de proyectos rotos: ¡cuántas personas arrastran sus días por el callejón sin salida de la resignación, del abandono, cuando no del rencor!; ¡en cuántas casas se ha agotado el vino de la alegría y, con él, el sabor -la sabiduría misma- de la vida…! De unos y de otros esta tarde nos hacemos voz con nuestra oración, una oración por todos». [Aprueba: 175 - No aprueba: 1]

REFLEXIONEMOS EN FAMILIA O GRUPO

Dialoguemos y oremos estas dos realidades que nos habla el Papa Francisco.

Lazos de Amor Mariano fue fundado por el laico José Rodrigo Jaramillo Fernández en la ciudad de Medellín el viernes 16 de julio de 1999, debido a que un grupo de jóvenes que habían sido confundidos por unos protestantes frente a algunas cuestiones acerca de la Santísima Virgen María, lo contactaron el miércoles 14 de julio del mismo año, para que les resolviera estas inquietudes. Después de aclarar todas las dudas, José Rodrigo los invitó a que se siguieran reuniendo para compartir en oración, y de esta manera se acordó realizar un grupo de oración todos los viernes; a partir de aquel día de la Virgen del Carmen.

Se han extendido rápidamente por las principales ciudades de Colombia -Medellín, Cali, Bogotá y Barranquilla-, llegó a la diócesis de Sonsón-Rionegro a través de una preparación para la Consagración a la Virgen, en El Santuario y en San Luis. Actualmente Lazos de Amor Mariano hace presencia en los municipios de Guarne, Rionegro, Marinilla, La Ceja, el Carmen de Viboral, El Santuario, Cocorná, San Luis y San Carlos; al igual que en muchas otras ciudades de Colombia y en otros países como Ecuador, Venezuela, Panamá, Uruguay, Estados Unidos, Perú, Brasil y México. Se distribuyen en 7 provincias que agrupan todas las ciudades y países.

El grupo se siguió reuniendo semanalmente en torno al rezo del santo rosario y a la meditación del Evangelio, a la vez que se consagraban y difundían la Consagración a Jesús por María según el método de San Luis María Grignón de Monfort. Los grupos de preparación para la Consagración se fueron multiplicando cada vez más y a partir de ahí surgió un sencillo retiro espiritual que, en principio, se daba solo a las personas que se preparaban, pero que luego se difundió ampliamente, incluso entre los que no se preparaban para la consagración. El movimiento se caracteriza por el amor y la adoración a Jesús Eucaristía, la consagración a la Virgen María y la filial obediencia al Papa, pilares sobre los que se fundamenta su espiritualidad.

Todo el movimiento está en cabeza del Consejo Directivo integrado por el director y fundador, José Rodrigo Jaramillo Fernández; el subdirector, Wilson Tamayo Zuluaga y el consejero, Santiago Correa Arboleda; quienes están atentos a cada una de las provincias, las cuales son dirigidas también por un Consejo Provincial conformado por el director, subdirector y consejero, a cuyo encargo se encuentran las diferentes localidades del movimiento, y que a su vez son dirigidas por un Consejo Local. Buscan que todo su quehacer esté siempre orientado a la mayor gloria de Dios y para la salvación de las almas. ¡Totus tuus, oh María!


16 | Evangelizar

Debido a su uniĂłn con la SabidurĂ­a divina en la persona del Verbo encarnado, el conocimiento humano de Cristo gozaba en plenitud de la ciencia de los designios eternos que habĂ­a venido a revelar. (CIC n. 474)


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