Evangelizar 108 - Abril 2023

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diosonrio Diosonriocol Revista de ayudas pastorales Diócesis de Sonsón Rionegro Edición 108 Abril 2023 ISSN 2590-8359 FOTO: Claudia Hernández | Cathopic

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Revista Evangelizar

Edición 108

Abril 2023

Curia Episcopal Diócesis de Sonsón Rionegro

Calle 51 No. 47 - 31

Tel: (604) 531 52 52

Esta expresión del Pregón pascual, que canta la Iglesia en la noche más luminosa y gozosa de la historia, bien puede resumir el sentimiento que embarga el corazón de los creyentes durante el tiempo que sigue a la Resurrección del Señor.

Un acontecimiento de la historia reciente puede servirnos para recrear dicha sensación; el 5 de agosto de 2010, en la mina San José, cercana a la ciudad de Copiapó, en Chile, quedaron atrapados, por un derrumbe, 33 mineros, a más de 750 metros de profundidad; 2 días después, debido a un nuevo derrumbe, el gobierno cancela las labores de rescate, decisión que debió reversar por la presión de la familia. 17 días más tarde, encuentran con vida los mineros, quienes son rescatados 69 días después del siniestro. La película «Los 33», recoge magistralmente este acontecimiento.

Si nos metemos en la piel de cualquiera de aquellos mineros, cuando todavía no sabían si lograrían salir o no de la mina, podemos comprender el sentimiento de cualquier ser humano que puede experimentar el peso de una existencia llena de fragilidad, un mundo hostil que lo puede dejar abandonado a su suerte, un camino fatigoso para sobrevivir las penas más duras que se puedan imaginar; experimentar una incertidumbre frente a un futuro, tantas veces tan oscuro como las entrañas mismas de una mina profun-

da. La experiencia física de los mineros o la espiritual que padece cualquier hombre, cambia profundamente con las mismas palabras, ansiadas por unos y otros: ¡Vas a ser rescatado! (cf. 1Pe 1,18). He ahí el núcleo fundamental del grito de victoria pascual.

¡Tú existencia tiene sentido!

Vale la pena seguir viviendo, porque Cristo pagó tu condena a muerte, muriendo por ti al derramar su sangre preciosa en la cruz; pero aún más, destruyó el poder de la muerte, levantándose del sepulcro y compartiéndote su Espíritu Santo para que tú también tengas la vida nueva y plena de los Hijos de Dios. Este anuncio, que la Iglesia pregona durante el tiempo pascual, constituye el centro de esta publicación.

Los evangelios del tiempo de pascua son una explicación amplia de los efectos de la Resurrección de Jesús en la vida del creyente; las catequesis del Bautismo y el Matrimonio nos muestran cómo la gracia del Misterio Pascual se hace palpable en las celebraciones sacramentales; el proceso de formación de los evangelios y los itinerarios de evangelización dejan notar la transformación de la comunidad creyente frente al anuncio de la pascua del Señor. En fin, toda acción de la Iglesia brota del Misterio Pascual y obtiene de él la gracia de la Filiación Divina, el tesoro más sublime que puede existir.

Diócesis de Sonsón Rionegro | 3 EDITORIAL
Pbro. Marco Aurelio Castaño Arias Rector Seminario Diocesano Nuestra Señora, Marinilla FOTO: BERNARDETTE | Cathopic

PROCESO DE FORMACIÓN

de los Evangelios

Los evangelios se escribieron aproximadamente entre los años 65 y 95 d. C. Es decir, después de 40 años del ministerio público de Jesús y de su pasión, muerte y resurrección. ¿Qué pasó durante estos cerca de 40 años? ¿cómo se contaban los recuerdos, palabras y acciones sobre Jesús en estos años? Responder a estas preguntas nos invita a ir a los orígenes del cristianismo y tratar de conocer cómo se formaron los evangelios. Con la muerte y resurrección de Jesús termina su ministerio público y comienza el caminar de los apóstoles como guías de las primeras comunidades cristianas. Así pues, los estudiosos distinguen tres etapas fundamentales en la formación de los evangelios, a saber:

1. EL ORIGEN DE LOS

EVANGELIOS. La vida terrena de Jesús (años 6 a.C. - 30 d.C.):

Sin duda Jesús y los apóstoles son quienes dieron origen a los evangelios, Jesús como el Evangelio mismo y los apóstoles como quienes lo trasmitieron a través de su experiencia de fe. Aunque ninguno de ellos, tomaron nota de lo que fue sucediendo en la vida pública de Jesús, lo cierto es que tanto sus palabras (parábolas, dichos, discursos, etc.) como sus acciones (milagros, signos, exorcismos, etc.) quedaron en la mente y en el corazón de aquellos que vieron las maravillas que Dios obraba en la persona de Jesús y que las trasmitieron a los demás. Esto se conoce como la tradición oral fruto de vivencia de los discípulos con el Señor y del mismo envío que antes de pascua Él les había hecho. Vale la pena señalar, que en la antigüedad la memoria era muy importante por lo que se retenía con

2. LA TRANSMISIÓN DE LOS RECUERDOS SOBRE JESÚS EN LAS COMUNIDA-

DES CRISTIANAS. La generación de los apóstoles (años 30-70 d. C.):

La muerte de Jesús como un delincuente desanimó a los discípulos en un primer momento, pero la experiencia de la resurrección cambió todo, de modo que vieron con una luz nueva lo que habían vivido con Él en la Palestina del siglo I. Ellos se encargaron de ir trasmitiendo el mensaje de Jesús desde la luz de la Pascua y de esta forma nacieron las primeras comunidades cristianas. Primero en Judea, luego en Samaría y hasta los confines del mundo como lo relata el libro de los Hechos de los Apóstoles en 1,8. Tan exitosa fue esta predicación que ya finalizando la década de los 50, en muchas partes del imperio había pequeñas comunidades cristianas, incluyendo Roma la capital. Testimonio de esto nos ofrecen las cartas del apóstol san Pablo. Obviamente esta labor no la hizo solo el grupo de los Doce que compartió con Jesús, sino muchos otros que ellos fueron vinculado al camino cristiano.

3. LA REDACCIÓN DE LOS EVANGELIOS.

La segunda generación cristiana (años 70 a 110 d.C.):

Cuando el Templo de Jerusalén fue destruido desapareció la clase sacerdotal, el judaísmo se centró en

la Ley; acrecentándose las diferencias y tensiones entre los cristianos y la sinagoga judía y dándose una clara ruptura entre ambos grupos, a la vez que, una apertura hacia la cultura griega y hacia el imperio romano que permitía que muchos paganos se hicieran bautizar como cristianos.

Al ir muriendo los testigos oculares de la vida de Jesús se hacía más urgente poner por escrito estos recuerdos. Así nacieron las diversas tradiciones vinculadas a los principales apóstoles; en distintos lugares se fueron conservando estas tradiciones que dieron origen a muchas comunidades cristianas. Los evangelios son el último eslabón de este proceso que los distintos grupos cristianos habían realizado en diferentes ambientes y con diversas formas literarias. Los evangelistas integraron estas tradiciones y después de recopilarlas ejercieron su tarea de redactores seleccionando los distintos materiales. Un ejemplo claro de esto lo ofrece el inicio del evangelio según san Lucas que dice así: “Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmitieron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra, también yo he resuelto escribírtelos por su orden, ilustre Teófilo, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido” (Lc 1,1-4).

FORMACIÓN BÍBLICA
FOTO: Los Cuatro Evangelistas | Jacob Jordaens

La pareja de novios con la que venimos compartiendo esta formación catequética se acercan al sacerdote para continuar con la preparación de la celebración del sacramento.

Hoy queridos hijos compartiremos la primera parte de la liturgia del sacramento del matrimonio a la cual le damos el nombre de interrogatorio o escrutinio.

¡Ay, padre! - exclaman los novios con temor - ¿esto quiere decir que nos harán una investigación pública a los dos?

No queridos novios - contesta el sacerdote. En este momento la Iglesia a través del sacerdote pregunta a los contrayentes de forma individual sobre la libertad, la fidelidad, la aceptación y la educación de los hijos (Ritual del sacramento del matrimonio, prenotanda 66), con la que se acercan al matrimonio, estás cuatro características se consultan a través de tres preguntas claves que hace el

La libertad

¿Vinieron a contraer matrimonio sin ser coaccionados, sino libre y voluntariamente?

La libertad es la primera característica de la elección matrimonial, casarse es un deseo voluntario, en el que de manera libre eliges con quien compartir tu camino; Sí vine libremente es la respuesta que da garantía de la consciente libertad y voluntad que se tiene para casarse. El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad, por el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan mutuamente en alianza irrevocable para constituir el matrimonio dar una respuesta negativa podría indicar una coacción de esta voluntad (Código de derecho Canónico, N°1057- 2, 1983).

La fidelidad y la aceptación

¿Al elegir el estado del matrimonio están dispuestos a amarse y a respetarse mutuamente durante toda su vida?

El matrimonio es una vocación, en cuanto que es una respuesta al llamado específico a vivir el amor conyugal como signo imperfecto del amor entre Cristo y la Iglesia. Por lo tanto, la decisión de casarse y de crear una familia debe ser fruto de un discernimiento vocacional (Amoris laetitia, N°72, 2016). La fidelidad a la elección de este camino vocacional, la perseverancia y la aceptación incondicional del otro nos cuestionan sobre la verdadera disposición que habita en el corazón de los contrayentes para dar el Sí estoy dispuesto, y decidir así a compartir la vida juntos a pesar de nuestra fragilidad humana.

La educación de los hijos ¿Están dispuestos a recibir de Dios responsable y amorosamente los hijos y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?

En esta última parte del interrogatorio el sacerdote pregunta a los contrayentes sobre su apertura al don sagrado de la vida, que se le concede a la pareja humana como copartícipes de la obra creadora de Dios, que es signo también de recibir una herencia como dice el salmista: “La herencia del Señor son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas” (Salmo. 127, 3). Allí nos comprometemos no solo a recibir los hijos que el Señor concede si no a educarlos de manera consciente y amorosa en la fe como cristianos convencidos del anuncio de Cristo a través del testimonio vivo de los padres. Cabe resaltar que, esta pregunta puede ser omitida en casos que así lo requieran como en la ceremonia en que los contrayentes son de edad avanzada (Ritual del sacramento del matrimonio, prenotanda 66).

Ahora queridos hijos les pregunto también a ustedes:

¿La decisión que has tomado de amar a otro es una decisión libre?

· ¿Cuáles son las características y componentes del amor que tienes para ofrecer al otro?

¿Cómo puedes formar de manera comprometida y decidida a los hijos en el amor y la fe?

Diócesis de Sonsón Rionegro | 5 FORMACIÓN CATEQUÉTICA
de Pastoral Familiar FOTO: Gisela Giraldo Fotografía | Cathopic

¿Qué son los sacramentos?

Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina (Iglesia Católica, “Catecismo de la Iglesia Católica” 1131).

¿Qué es la iniciación cristiana?

La iniciación cristiana es iniciativa de Dios, quien, por medio de la Iglesia, nos hace partícipes de su vida divina. Es la inserción en los misterios de Jesucristo.

¿Cuántos y cuáles son los sacramentos de iniciación cristiana?

Son tres: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.

¿Qué efecto tienen en nosotros los sacramentos de iniciación?

Estos nos configuran con el Señor y nos hace un signo vivo de su presencia y de su amor. Además, constituyen una unidad convirtiéndose en fundamentos de la vida cristiana, constituyéndose en germen, fortaleza y alimento para el cristiano (DC. n. 70).

¿Cuál es el objetivo de las catequesis de iniciación cristiana?

Promover el conocimiento del misterio de Cristo.

Disponer a la persona para recibir la Gracia de Dios

Hacerlos participes y miembros de la comunidad cristiana.

Nuestro Bautismo

Sabias que… el Bautismo es el primer sacramento de iniciación cristiana y este a su vez tiene unas directrices litúrgicas para su celebración.

¿Quién es el ministro propio del sacramento del bautismo?

El ministro ordinario del sacramento es el obispo o el párroco.

También lo pueden ser los presbíteros.

Los diáconos que colaboran en la parroquia.

Todos aquellos que sean designados por el párroco.

La celebración del Bautismo se utiliza un ritual y que este sacramento tiene un gran valor comunitario, por ende, el lugar de su celebración ha de ser el templo parroquial del domicilio de los padres, aunque en peligro de muerte inminente puede hacerse en clínicas, oratorios, capi llas y domicilios particulares, y en caso de sobrevivencia se completan

¿Cuál es la materia del sacramento del bautismo?

Es el agua verdadera y natural y no puede ser remplazada por otra sustancia.

¿Cuáles son las formas en que puede realizarse el Bautismo?

Puede realizarse por inmersión total, recordando la sepultura mística; también, sumergiendo una parte del cuerpo y derramando el agua sobre la cabeza, para significar el entrar en el vientre de la madre Iglesia, representado en la pila bautismal y, con ello, el nuevo nacimiento.

Finalmente, por infusión, recordando el descenso de la gracia del Espíritu Santo, como fuente de vida que salta hasta la eternidad.

¿Cuál es el lugar del templo en cual

6 | Nuestra Misión Evangelizar FORMACIÓN LITÚRGICA
Por: Delegación de Liturgia FOTO: Leider Mendoza | Cathopic

El SINE, es un itinerario integral que está abierto a todos los fieles que deseen una experiencia de Cristo viviendo en comunidad. Este itinerario no excluye a nadie, por el contrario, invita a todos los hombres y mujeres a participar.

La jornada misionera es la invitación del equipo sacerdotal a todos sus fieles, especialmente a los más alejados, sin excluir aquellos que están de forma activa en la vida parroquial, y a la vez una invitación plena y abierta a todos los miembros de la comunidad. Cada uno escucha la voz del pastor que lo invita a vivir la vida que Cristo ofrece, para que pueda ser gestada en un proceso de preparación en casa de reunión, es decir, que Cristo desea habitar en cada uno, de palabra y de obra “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él, y él conmigo” (AP 3:20). Escucharle es sentir que vive muy cerca de todos, más cerca de lo que se cree, ya que lo único que desea ofrecer es vida gestada en la misma comunidad, los hermanos son el reflejo de la vida de Cristo que se hace presente en la propia existencia (Texto del SINE, instituto nivel 1).

El objetivo de esta jornada misionera es poder reunir a un grupo de perso nas que deseen prepararse para vivir el retiro de evangelización o kerigma. Dicho llamado se hace a través de un evangelizador que pertenece al minis terio de evangelización diocesana o del párroco; quienes invitan a experi mentar en sus propias vidas el amor desbordado del Padre. Se suscita en los participantes a que experimenten la voz de Jesús que pregunta: ¿vivo en

tu corazón? Descubrir que Jesús vive en todos es el mayor regalo. Para iniciar una comunidad se debe vaciar el corazón de tantas ataduras que se tienen, darse cuenta que se ha navegado sin rumbo en un mar bravío y hostil, tener conciencia que Jesús vive en el corazón es entender que no se está solo (Instituto nivel 1). Cuando esto se comprende entonces Jesús hace la segunda pregunta: ¿desear continuar este camino de Evangelización, en una casa de reunión? Claro está que no se obliga a nadie, sino que ésta es una decisión personal a vivir la experiencia de compartir la fe.

Es clave dar información clara a quienes ya están motivados para iniciar este camino, la motivación de cada uno para saber que este es un nuevo movimiento del Espíritu Santo y que estando en comunión eclesial el Señor lo hace todo nuevo. El compromiso de permanecer y perseverar, a no dejarse invadir ni por las ocupaciones y mucho menos por los afanes de la vida, Dios da el tiempo cuando se entrega con generosidad.

¿Te han invitado alguna vez a pertenecer al sistema integral de nueva evangelización?

¿En tu parroquia se ha realizado alguna jornada misionera, para

- Abril -

DOMINGO 2

2-9 Semana Santa

VIERNES 7

Colecta para los santos lugares

DOMINGO 9

· Domingo de Pascua Día de la memoria y solidaridad con las víctimas del conflicto armado

LUNES 17

17-21 Catequesis prematrimonial virtual

VIERNES 21

Encuentro diocesano de formación y actualización para animadores del canto litúrgico

MARTES 25

Encuentro con sacerdotes encargados de catequesis

JUEVES 27

· Encuentro virtual con Sacerdotes diocesanos en Misión

VIERNES 28

Taller de formación con profesores de E.R.E y ética

SÁBADO 29

29-30 Catequesis prematrimonial Convivencia de aspirantes al seminario mayor

DOMINGO 30

Dia del Buen Pastor Colecta diocesana para los sacerdotes mayores y enfermos

Diócesis de Sonsón Rionegro | 7 ITINERARIOS DE EVANGELIZACIÓN
FOTO: Itinerarios de Evangelización | Facebook

Domingo de Ramos

Primera Lectura: del libro de Isaías 50, 4-7 Salmo 21: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Segunda Lectura: de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2, 6-11 Evangelio: del santo Evangelio según San Mateo 21, 1-11

Cuando se acercaban a Jerusalén, y llegaban a Betfagé, junto al monte de los Olivos. Jesús mandó dos discípulos diciéndoles: «Id a la aldea de enfrente, encontrareis enseguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traédmelos. Si alguien os dice algo contestadle que el señor los necesita y los devolverá pronto». Esto ocurrió para que sucediera lo que dijo el profeta: «Decid a la hija de Sión: "Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en su asno, en un pollino, hijo de acémila"». Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: Trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: «¡viva el hijo de David!». «¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».«¡Viva el Altísimo!». Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada «¿Quién es este?». La gente que venía con él decía: «Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea».

El Domingo de Ramos o de las palmas, leemos el Evangelio de Mateo que narra el ingreso de Jesús en Jerusalén. Bien podría llamarse el domingo del desengaño y la desilusión para los judíos. El relato -como sucede en muchos lugares del Evangelio- contiene varias citas de la Biblia hebrea, así el evangelista resume la historia del pueblo de Israel. La primera indicación apunta a dos aldeas, una mención no tanto topográfica sino teológica. Betfagé significa la casa de los higos y en Jerusalén Jesús encontrará una higuera seca, figura del templo de Jerusalén.

Jesús envía dos discípulos a las aldeas. Allí hallarán una asna y su pollino, deben desatarlo y traerlos a Jesús. Alude a la bendición de Jacob a Judá: “no se apartará el cetro ni el bastón de mando de sus pies hasta que venga a quien le deben obediencia todos los pueblos, hasta que venga el dueño del cetro. El que amarra su pollino a las viñas” (Gn 49,8-11).

También asoma una referencia a Zacarías: “Alégrate, ciudad de Sión,

canta de alegría Jerusalén. A ti viene tu rey, justo y victorioso, pero humilde, montado en un burrito, cría de una burra” (Zac 9,9-10). Mateo omite la frase “justo y victorioso” alusión a la fidelidad a la Torá y a la victoria militar. La frase “humilde y cabalgando un asno” revela el carácter pacífico del monarca (Is 9,6), pues el caballo era la montura del guerrero (Ex 14,9; Zac 1,7-11).

En Mateo, desde el inicio, Jerusalén es la ciudad de la institución religiosa judía, que mata a los enviados de Dios. El Mesías ingresa en Jerusalén en la cabalgadura de campesinos, personas humildes y sencillas. Jesús recupera una profecía olvidada que no habla de la venganza y el triunfo militar. Los discípulos ponen encima de los animales sus mantos, que en la cultura hebrea indica la realidad de las personas, los discípulos adhieren a este mesías de paz, no violento e indefenso. Pero la gente, al contario de los discípulos, pone sus mantos sobre el camino, sobre la tierra, no quieren un mesías de paz sino un rey a quien servir como esclavos.

“Tomar ramas de los árboles” es traer a la escena la fiesta de las tiendas, fiesta donde algunas tradiciones judías ponen la manifestación del mesías triunfador. La gente va adelante, no es Jesús quien guía a las gentes. Recuerda la tentación de poner a Jesús en lo alto del Templo de la ciudad. La gente le muestra a Jesús el camino: lo tienta con el poder.

Además, la multitud grita: “Hosanna, hosanna (expresión hebrea que significa “sálvanos” Sal 118,25-26) y añaden “hijo de David” (como Salomón, Roboam u otro), en línea militar y política. Por ese motivo, unos días más tarde, la multitud pedirá a Pilato “crucifícalo”, porque Jesús no asume este rol de mesías victorioso. La multitud quiere un mesías hijo de David, al estilo de un monarca, guerrero, rey por medio del baño de sangre, capaz de unificar las tribus de Israel. Cuando descubren que Jesús no asume este estilo, entonces la multitud elige a Barrabás y Jesús irá a la cruz.

8 | Nuestra Misión Evangelizar EVANGELIO DEL DOMINGO Domingo 2 de abril
“Bendito el que viene en el nombre del Señor”

Domingo de Pascua

Primera Lectura: del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a. 37-43

Salmo 117: “Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo”

Segunda Lectura: de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4 Evangelio: del santo Evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que Él había de resucitar de entre los muertos.

Según el relato del Evangelio, Juan o el discípulo a quien Jesús amaba, observa que todavía estaba oscuro: la luz de la Resurrección ha roto la noche. Pensamos en el Prólogo del evangelio: “La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no lo reflejaron” en el doble sentido del término “reflejar” que quiere decir ‘comprender’ y ‘detener’. Las tinieblas no comprendieron la luz ya que, como dice Jesús en San Juan, “el mundo no fue capaz de acoger el Espíritu de verdad” (Jn. 14, 17); y también: “La luz vino al mundo y los hombres prefirieron la oscuridad a la luz” (Jn. 3, 19). Pero, a pesar de todo, las tinieblas no pudieron detenerla, en el sentido de impedir que brillara; es siempre San Juan quien nos relata la frase que habla de la victoria de Cristo: “¡Estén seguros, yo he vencido al mundo!” (Jn. 16, 33).

Entonces, “mientras estaba oscuro”, María de Magdala ve corrida la piedra de la tumba, corre a encontrar a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien Jesús amaba, (se supone que es el mismo evangelista) y les dice: “Se han llevado al Señor de su

tumba y no sabemos dónde lo han puesto”. Los dos discípulos se afanan: observamos la deferencia de Juan hacia Pedro; corre más rápido, es más joven quizá, pero deja que Pedro entre primero en la tumba.

“Pedro entra en la tumba y ve la mortaja allí y el lienzo con que cubrieron la cabeza, no con la mortaja sino puesto en un sitio aparte”. Su descubrimiento se resume así: la tumba vacía y los lienzos en su lugar; pero cuando Juan entra, dice el texto: “Fue entonces cuando entró el otro discípulo, que había llegado primero a la tumba, vio y creyó”. Para San Juan, estos lienzos son dos piezas que convencen: prueban la Resurrección. En el mismo momento de la ejecución de Cristo, y mucho tiempo después, los adversarios de los cristianos hicieron correr el rumor de que los discípulos de Jesús habían robado su cuerpo; San Juan responde: “Si hubieran tomado el cuerpo, también se habrían llevado los lienzos que lo cubría”.

Estos lienzos son la prueba de que Jesús había sido desde entonces liberado de la muerte; estos dos lienzos que lo envolvían significaban la pasividad de la muerte. Ante los dos lienzos abandonados y ya inútiles, Juan vio y creyó: comprendió todo enseguida. Cuando Lázaro fue devuelto a la vida por Jesús, algunos días antes, salió envuelto, su cuerpo todavía era prisionero de las cadenas del mundo, aún no había resucitado; Jesús sale desligado, plenamente libre, su cuerpo ya no tenía traba alguna.

La última frase es un poco extraña: “Hasta entonces, en efecto, los discípulos no habían visto que, según las Escrituras, era necesario que Jesús resucitara de entre los muertos”. Juan ha advertido varias veces en su evangelio que era necesario esperar la Resurrección para que los discípulos comprendieran el misterio de Cristo, sus palabras y su comportamiento.

Diócesis de Sonsón Rionegro | 9 EVANGELIO DEL DOMINGO Domingo 9 de abril
“Él había de resucitar de entre los muertos”

Segundo Domingo de Pascua

Primera Lectura: del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 42-47 Salmo 117: “Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia” Segunda Lectura: de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9 Evangelio: del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros». Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».

Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».

Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!».

Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Los discípulos estaban reunidos, y las puertas cerradas. Tenían miedo de los judíos. De improviso, Jesús se pone en medio: “¡La paz esté con ustedes!” Después de mostrarles las manos y el costado dice de nuevo: “¡La paz esté con ustedes! ¡Como el Padre me envió, así los envío yo!” Y les comunica el don del Espíritu para perdonar el pecado y reconciliar las personas entre ellas y con Dios. ¡Reconciliar y construir la paz! He aquí la misión hasta hoy.

Era la tarde del primer día de la semana”, es decir, el domingo: es no solo una precisión cronológica; sino también un guiño: “¿ustedes por qué se reúnen cada semana?” Esta reunión del domingo es un rasgo distintivo de los cristianos en el mundo judío. Para los judíos, el domingo era el primer día de la semana, un día de trabajo como los otros; pero el séptimo día, el sábado,

era el día de fiesta, del reposo, de la reunión comunitaria, de la oración. Fue un día después del sábado cuando Jesús fue resucitado y varias veces se mostró vivo a los suyos, siempre el primer día de la semana. Este primer día de la semana se convirtió para los cristianos en el primer día de los tiempos nuevos: como la semana de siete días recordaba los siete días de la creación, esta nueva semana iniciada con la resurrección de Jesús fue el comienzo de la nueva creación.

La primera palabra de Jesús resucitado es “La paz sea con ustedes” Era el saludo judío de cada día, pero es un saludo extraño después de cuanto acaban de vivir. El temor, la angustia del último mes antes del arresto de Jesús, el horror de su pasión y de su muerte, la noche del jueves, la jornada del viernes, el silencio del sábado una vez puesto Jesús en la tumba…

¿les permite estar en paz…, como si nada hubiera pasado? Este saludo de paz es una locura, pero a la vez una certeza: Él está vivo… y, para probarlo, el resucitado les muestra sus llagas, o sea las marcas de la crucifixión. Las señales están en las manos, en los pies, y en el costado: la resurrección no olvida la muerte, pero las heridas ya son cicatrices.

Jesús les muestra a los suyos las señales de su pasión. ¡El resucitado es el crucificado! Jesús está con nosotros en la comunidad, y porque está resucitado está metido en la vida de la gente. Jesús resucitado es el mismo encarnado, hecho humanidad y mantiene las señales de su pasión. Incluso él está con nosotros en las señales de sufrimiento de la gente: el hambre, la tortura, las guerras, las enfermedades, la violencia, las injusticias...

Domingo 16 de abril
“Bienaventurados los que crean sin haber visto”
10 | Nuestra Misión Evangelizar EVANGELIO DEL DOMINGO

Tercer Domingo de Pascua

Primera Lectura: del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 14. 22-33

Salmo 15: “Señor, me enseñarás el sendero de la vida”

Segunda Lectura: de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 17-21

Evangelio: del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35

El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.

Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron.

Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer”. Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: “¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!”

Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: “De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón”.

Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Con base en el relato del Evangelio de la comunidad lucana, luego de la visita de las mujeres (y de Pedro: 24,12) a la tumba abierta y vacía de Jesús (24,2), se sabe que Él está vivo; pero no se sabe dónde y cómo pueda ser encontrado; de ahora en adelante, el Resucitado tomará la iniciativa y se manifestará en circunstancias diversas. La primera de ellas es el encuentro con dos discípulos desilusionados al máximo: ellos esperaban que Él fuera el salvador de Israel (24,21), pero, pasados tres días, se separaron de la comunidad, tal como había hecho Tomás en el Evangelio del Domingo pasado.

La recuperación de los discípulos por parte de Jesús involucra, al menos, tres acciones: 1) Se les acerca, camina con ellos, les pregunta y los escucha (vv. 15 – 24). En otras palabras: Jesús sale a buscar la oveja perdida, tal como había hecho tantas veces (5, 31

– 32; 15, 1 – 32; 19, 1 – 10). Incluso el mismo método usa Jesús con Pedro, quien lo había negado: no en vano en Lc 24,34 se refiere este encuentro de reconciliación. 2) Jesús resucitado les explica las Escrituras (v. 27): ellos no comprenden y, menos aún, aceptan la humillación del mesías en la cruz, el fracaso de su Maestro; por este motivo, Jesús aclara que los eventos ocurridos no son absurdos, más bien hacen parte del proyecto salvador de Dios Padre desde la clave del amor, amor de agápe que se entrega sin esperar nada a cambio. De esta entrega nace la victoria sobre la muerte. Así, la clave hermenéutica de las Escrituras no es otra diferente a la Resurrección.

3) Jesús parte el Pan con los discípulos que van a la aldea de Emaús (v. 30): y se recuerda, de esta manera la última acción de Jesús con los suyos antes de vivir su última Pascua (22,

14–38). El anuncio testimonial es claro: Jesús ha dado su vida, el Resucitado permanece en medio de quienes, “haciendo esto en memoria suya” (22,19), son capaces de compartir su existencia con las personas de su familia y comunidades.

Ya es de noche, pero los discípulos regresan presurosos a Jerusalén al encuentro con sus hermanos, se reintegran a la comunidad que necesita un testimonio como el de ellos o como el de Pedro (24,34). En este contexto de la Pascua los cristianos tenemos un reto y una responsabilidad: es posible tener un encuentro con Jesús el Cristo vivo, quien sale a buscar sus ovejas perdidas: lo encontramos en el camino de la vida, en las Escrituras, en la Eucaristía y en la comunidad. De este encuentro depende la renovación comprometida de nuestra fe.

Diócesis de Sonsón Rionegro | 11 EVANGELIO DEL DOMINGO Domingo 23 de abril
“Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron”

Cuarto Domingo de Pascua

Primera Lectura: del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14a. 36-41 Salmo 22: “El Señor es mi pastor, nada me falta” Segunda Lectura: de la primera carta del apóstol san Pedro 2, 20-25 Evangelio: del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10

En aquel tiempo, dijo Jesús:

«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A este le abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba. Por eso añadió Jesús:

«En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon.

Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estragos; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante».

Hoy Jesús se revela como la puerta de las ovejas. Ya en el mundo judío los profetas cuestionaron a los malos pastores porque ponen en peligro a las ovejas. Era un asunto de vida o muerte para el rebaño. Jesús habla de la solicitud del pastor hacia las ovejas como del peligro que representan para ellas los malos pastores. Estos temas familiares, los retoma en el texto bajo la forma de dos pequeñas comparaciones sucesivas: el pastor, y la puerta.

La presentación es solemne: “En verdad, en verdad, les digo”. Esta expresión introduce siempre un evento nuevo, si bien, el tema del pastor era muy conocido, entonces, ¿en dónde está la novedad? Por otra parte, el evangelista precisa que ambas parábolas se dirigen a los fariseos: Jesús les contó la primera, pero, nos dice Juan, “no comprendieron lo que Jesús quería decirles”. Por tal motivo, Jesús entrega la segunda imagen.

¿Por qué los fariseos no entendieron la primera? Porque Jesús revela su condición: Él es el pastor bueno, excelente, armónico capaz de dar felicidad a su pueblo; y ellos, los adversarios de Jesús quedan en el rango de los malos pastores. Ellos entendieron bien lo que Jesús quiso decir, pero no lo podían aceptar. Sería admitir que el Galileo es el Mesías, el Enviado de Dios, pero no concuerda con el mesías esperado por los judíos.

Jesús tiene cuidado de decir “En verdad, en verdad, les digo”. Cada vez que introduce un discurso con estas frases hay que estar atentos; el equivalente de estas frases se encuentra en los profetas: cuando el Espíritu de Dios les sopla palabras duras de comprender o de aceptar, siempre tienen cuidado de comenzar y, a veces, de terminar su predicación con fórmulas como “oráculo del Señor”, “Así habla el Señor”. Aún advertidos, los fariseos no entendieron o no quisieron entender la revelación que hace Jesús.

Pero Él insiste: “Por esto Jesús retoma la palabra”; adivinamos la paciencia de Jesús que le inspira esta nueva tentativa para convencer a su auditorio: “Yo soy la puerta de las ovejas; si alguien entra pasando por Mí, será salvado”. Es decir, Él es el Mesías, el Salvador. Por Él, el rebaño llega a la vida verdadera. “Yo he venido para que las personas tengan vida y la tengan en abundancia”. Es como una confidencia: ¡Jesús nos dice por qué ha venido! Es el motivo de su encarnación.

Según Jesús, las ovejas siguen al pastor porque conocen su voz. Detrás de esta imagen pastoral, leemos una realidad de la vida de fe. Nuestros contemporáneos no seguirán a Cristo Jesús, no serán sus discípulos, si nosotros no hacemos eco a la voz de Cristo, si no hacemos conocer la Palabra de Dios. Escuchamos aquí, una vez más, un llamado a hacer resonar por todos los medios “el sonido de su voz”.

12 | Nuestra Misión Evangelizar EVANGELIO DEL DOMINGO
Domingo 30 de abril
“Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará”

Es una expresión del común de la gente:

Pues, ellos con su espontaneidad, energía e imaginación llenan los lugares de una forma indescriptible, y aparte de ello, dan esperanza a un mundo que se encuentra enfermo por la proliferación de ideologías, caminando al abismo, ya que ha perdido su horizonte.

La infancia, no solo la podemos reducir a una etapa del desarrollo evolutivo en el ser humano, ya que el mismo Jesús mencionó:

Es de seres humanos valorar el regalo de la vida desde el momento de la concepción, y con mayor fuerza en las criaturas que inician su período de párvulos, pues ellos son el potencial para un mundo que necesita cambios drásticos para poderse salvar, puesto que en ellos se gestan las ilusiones de un planeta diferente, cargado de color y, con ello, de esperanza. De hecho para ellos no hay distinción de credo, raza, nacionalidad o posición social, y ese es el inicio clave para la auténtica alegría y transformación del entorno.

mente captan la información, se afinan en principios y modelan su personalidad. Podríamos compararlos a unas “esponjas” que absorben, y que aún no distinguen con facilidad lo bueno de lo malo; por lo que es sumamente primordial saber qué se les brinda, luego eso los marca para siempre; de manera analógica podría usarse el compararlos como unas grabadoras de sonido que reciben información y la guardan, para posteriormente reproducirla. Así que, es una delicada labor la formación de los niños.

18, 3-4).

Por tanto, no se puede reducir a una etapa, sino que se debe configurar como un estilo de vida, o un estado del alma; es decir, es necesario hacernos como niños para alcanzar la verdadera felicidad y vivir sin complicaciones.

Los niños son un regalo providencial de Dios, por tanto deben ser valorados, amados y respetados. También debe existir una urgencia por la formación que se les brinda, por consiguiente, debe ser efectiva, eficaz y amplia. Por ende, es el momento propicio, con que en ese lapso de tiempo, es cuando mayor-

Esta reflexión y muchas otras que pudiéramos hacer entorno a los niños, son justas y necesarias para entrar en razón de la responsabilidad que tenemos, además, el evitar que su reconocimiento se reduzca a una celebración. La invitación es a sensibilizarnos en lo cotidiano a que los niños merecen toda atención, protección y respeto.

Diócesis de Sonsón Rionegro | 13 EVANGELIZACIÓN
Por: Pbro. Sebastián Sánchez Rojas Delegado de Infancia, Adolescencia y Juventud
“de los que se hacen como niños, es el Reino de los cielos” (Mt.
FOTOS: Diócesis de Sonsón Rionegro

El desafío de la pastoral urbana exige cambios radicales en la mentalidad, los métodos y las acciones relacionadas con la forma como los evangelizadores nos acercamos a las realidades de lo urbano. Siendo un nuevo paradigma, la ciudad nos plantea “un estilo pastoral adecuado a la realidad urbana con atención especial al lenguaje, a las estructuras y prácticas pastorales, así como a los horarios” (Aparecida, 2007).

La tentación de mantenernos en los estilos que ya no funcionan, en las prácticas que ya no dicen nada o en mensajes que son descontextualizados, se debe superar, sin miedos ni prevenciones; pues la misión del testigo, no solo debe ser en autenticidad y coherencia sino también en eficacia. Una mirada autocrítica a nuestras prácticas de religiosidad popular o de costumbres en la evangelización, nos vendría bien, para que demos el paso a nuevas expresiones pastorales y espirituales, pues no se trata de “quitar sin poner”.

El esfuerzo por una pastoral que sea más acorde con los tiempos moder-

nos y con los desafíos de las realidades emergentes, exige, también, un claro compromiso con la creatividad pastoral, la toma de riesgos, aun con la posibilidad del aparente fracaso pastoral, ya que se necesitan “estrategias para llegar a los lugares cerrados de las ciudades como urbanizaciones, condominios, torres residenciales o aquellos ubicados en los así llamados tugurios y favelas” (Aparecida, 2007). Sí, se trata de las dos realidades de la urbe: la urbanización irreversible y la pauperización de las comunidades. Ser pastores para la ciudad y emprender acciones de pastoral urbana, incluye las dos manifestaciones del desafío evangelizador: la gran ciudad y la gran pobreza. Está bien que los cambios necesitan tiempo y no hay que presionar procesos, pero sí debemos apretar el paso, pues el tiempo apremia y no hay vuelta atrás.

Ser pastores con olor a ciudad es una exigencia para todos, sacerdotes, consagrados, laicos. Para lograrlo, se requiere apertura mental, creatividad en las propuestas, formación en nuevas disciplinas

pastorales (redes, virtualidad), trabajo en equipo, dejarse ayudar; pero sobre todo, conocer la ciudad, el ambiente, las personas y las dinámicas de la sociedad. Como le ordenó el Señor a Jonás: “vete a la gran ciudad”, pero éste, malhumorado, en lugar de viajar de Jope a Nínive (hacia el oriente), viajó de Jope a Tarsis (hacia occidente), lejos del Señor y de la ciudad. (Jon 1,2-3)

Las ovejas de la ciudad tienen un olor especial: a ciudad. Los pastores de esas ovejas, si queremos “oler a oveja”, debemos “oler a ciudad”.

1. ¿Cuáles actitudes pastorales no son adecuadas, porque no “huelen a ciudad”?

2. ¿Hay en tu parroquia una sensibilidad real por los excluidos (por ej. los nativos) del progreso y del urbanismo?

14 | Nuestra Misión Evangelizar
EVANGELIZACIÓN
FOTO: PICJUMBO | Pexels

Toda vocación elegida, es una opción del máximo en cuanto debe vivirse bien, pues no se nos llama para arrastrar la vida, o improvisar, o ensayar; se nos invita a una vocación específica para perfeccionarnos en ella, y contribuir también nosotros al engrandecimiento de esa opción que hemos tomado, de tal manera que, se vuelva atrayente no sólo para quien la tomó, sino para quien piensa o se dispone, tal vez de modo inmediato, a tomar esa, misma opción de vida.

Pero vivir bien la vocación tomada ciertamente es exigente, implica capacidad de lucha, creatividad, resciliación, tesón, mentalidad positiva para volver a empezar de nuevo, por ello para llevar a feliz término (Fil 1,6) la obra que Dios ha iniciado en la persona, se necesita la ayuda divina y el apoyo de los hermanos, y aquí entra la familia, ella es SOPORTE de la vocación. Si del llamado a la vocación sacerdotal o religiosa se trata, la familia, la propia familia de aquel que Dios ha llamado se convierte para él o para ella en una bendición por varias razones.

1. Es en la familia donde el que ha sido llamado, aprendió los valores humanos, cristianos y la forma concreta de practicarlos (2Tim 1,5). Por ello, la familia seguirá siendo guardián de esos valores y para el vocacionado, que ama y valora lo aprendido, siempre será preocupante ir en contra de lo aprendido en la familia.

2. Es la familia la que sintiendo a su hijo e hija parte de un nosotros, un prójimo cercano (Francisco, s.f.). Ora por quien se dispone a seguir al Señor, refugia, acepta, cobija, ama y protege el don de Dios. No en pocas ocasiones, es la misma familia la que le hace sentir al vocacionado la confianza y la plenitud en el don recibido. La familia hace amar el don de la vocación y ama y hace sentir amado a quien lo recibe.

3. Es la familia, “el hospital”, en palabras del Papa Francisco, donde llega el sacerdote, la religiosa, el religioso, no solamente cuando está enfermo físicamente, sino cuando está enfermo del corazón por incomprensiones, por renuncias, por el rechazo, por el dolor moral, entonces es

cuando, gracias a la familia, experimenta compañía.

Me atrevería a decir que, el secreto de la perseverancia en seguir generosamente a Cristo, se entiende desde esa relación íntima con la familia, en la que se siente que ella es bálsamo y ungüento, cuando llegan palabras como “no estás solo (a)”, “ánimo”, “estámos contigo”, “esta es tu casa”, “eres nuestro”, “aunque todos te abandonen nosotros no, estámos para ti”.

4. Es realmente la familia la que, llorará, sentirá la ausencia y guardará como un tesoro en un cofre sagrado la obra que hicimos en el mundo, y es la que, con toda seguridad, orará y visitará los despojos mortales cuando nos hayamos ido a la casa del Padre.

¿Conversas, es decir, escuchas y te escuchan en tu familia?, ¿pasas tiempo con tu familia?, ¿realmente conectas con tu familia, hay estrecho vínculo en palabras, sentimientos, apoyo y sueños?

Diócesis de Sonsón Rionegro | 15 VOCACIONES Y MINISTERIOS ORDENADOS
Por: Pbro. Ovier de Jesús Galvis Sánchez Delegado para la Vida Consagrada

VOCACIONES Y MINISTERIOS ORDENADOS

En las escuelas y colegios de nuestros pueblos están varios de los próximos sacerdotes, consagrados, y misioneros de la Iglesia universal. Nos enseña el Papa Francisco:

El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla (Evangelii Gaudium, p. 9).

Escuelas y colegios siguen siendo lugares muy interesantes, pues allí, es donde se reúnen las nuevas generaciones para compartir la vida, adquirir conocimientos, desarrollar habilidades, aprender cultura y a relacionarse consigo mismo, con el medio ambiente, con los otros e incluso con Dios. Por eso, en estos espacios educativos nuestra presencia pastoral sigue siendo una evidente oportunidad vocacional, puesto que también se despierta la sensibilidad por la búsqueda de sentido de vida.

Tradicionalmente hemos estado presentes como Iglesia en las instituciones educativas a través de diferentes estrategias de acompañamiento, formación y proyección pastoral. Gracias a esos esfuerzos, hoy contamos con hombres y mujeres creyentes, con sacerdotes, consagrados, misioneros y familias que animan la vida de los pueblos.

¿Aún sirve?

¿A los niños y jóvenes les gusta nuestra presencia?

Aunque lamentablemente se hayan dado algunos casos que desdibujan nuestra identidad religiosa y opacan nuestra misión, la normalidad de nuestro estilo de vida consagrada sigue siendo llamativa y agradable. Somos personas cálidas, cercanas, con un mensaje de vida, de motivación, de Evangelio. La mayoría de nosotros cuando vamos a las escuelas y colegios percibimos el cariño y la alegría de los niños y los jóvenes al vernos; por eso, siempre será una ganancia lograr que nuestra presencia sea continua y permanente en las instituciones educativas.

· El Evangelio es un excelente proyecto de vida:

Nuestro mensaje es capaz de generar estilos de vida firmes; tiene el poder de construir y reconstruir familias, de motivar a las nuevas generaciones para convertirse en actores de bienestar en medio de la sociedad y de la Iglesia. El Evangelio es realmente fuerza de Dios para el beneficio de los seres humanos. Podemos motivarnos al saber que nuestro mensaje es uno de los más poderosos que un niño y un joven puede recibir en toda su vida.

Podemos acercarnos con confianza:

Acerquémonos a los directivos, rectores y docentes, (no olvidemos el criterio anterior, nuestro mensaje es sólido y transformador). Sigamos ofreciéndoles propuestas de trabajo, espacios posibles con los estudiantes, jornadas pastorales, convivencias y encuentros, sin olvidar aquellas preguntas necesarias y a veces tan olvidadas: ¿Te gustaría ser sacerdote? ¿Te gustaría ser religiosa? Una pregunta lanzada es una semilla sembrada que puede brotar como una vocación para la Iglesia.

¿Recuerdas cuando los seminaristas, sacerdotes y religiosos te visitaban en tu escuela y en tu colegio?

· ¿Crees que hacer pastoral en las instituciones educativas sigue siendo una apuesta importante de la Iglesia?

16 | Nuestra Misión Evangelizar
¡Hagamos presencia vocacio nal en las escuelas y colegios!
FOTOS: Seminario Nacional Cristo Sacerdote | Facebook

En tiempos de Jesús, la situación de la mujer era muy compleja: el nacimiento de una mujer era considerado una maldición; las mujeres eran objetos de intercambio, eran esclavizadas, no debían ser vistas ni escuchadas, ya que se consideraban fuente de tentación y ocasión de pecado. Entre los israelitas, el marido era señor absoluto, el cual tenía el derecho de repudiar a la esposa, si esta no le agradaba por cualquier motivo. Sin embargo, cuando le preguntaron a Jesús sobre el tema, fue muy enfático en afirmar que “todo el que repudia a su mujer, excepto en el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio” (Mt 5,32).

En esa época de marcado machismo, Jesús provocó un verdadero “revolcón” cultural para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible: habló con ellas (cf. Jn 4,27), tuvo misericordia con las pecadoras (cf. Lc7,36-50), las curó (cf. Mc 5,25-34), las reivindicó en su dignidad (cf. Jn 8,1-11), las eligió como primeras testigos de su resurrección (cf. Mt 28,9-10), e incorporó mujeres al grupo de personas que le eran más cercanas (cf. Lc 8,1-3). Desde entonces, la antropología cristiana resalta la igual dignidad entre varón y mujer, en razón de ser creados a imagen y semejanza de Dios.

Además, Jesús presentó a la mujer como verdadera testigo de la fe; a propósito, dice el Papa Francisco:

Jesús tuvo una madre y tuvo muchas amigas que lo siguieron para ayudarlo en su ministerio, para sostenerlo. Jesús encontró a muchas mujeres despreciadas, marginadas, descartadas: cuánta ternura, con cuánto amor las alivió, les dio de nuevo la dignidad Sanctae Marthae, n. 30).

Por esto, siguiendo los pasos de Jesús, la pastoral de la mujer hace parte de las líneas de acción de nuestra delega ción: Promoción Humana. Buscando la dignificación de las viudas, las mujeres campesinas y las mujeres en ejercicio de prostitución, porque, la realidad es que, como en tiempos de Jesús, hoy, la mujer sigue siendo objeto de discri minación y de vulneración de sus derechos.

En la misa matutina del 15 de junio de 2018, el Papa Francisco, reflexionando sobre el Evangelio de Mateo 5, 31-48, enfatizó que “Las mujeres son vícti mas de la «filosofía “usar y tirar”», obligadas a «vender la dignidad por un puesto de trabajo», obligadas a prostituirse en la calle, propuestas como «objeto del deseo» en los perió dicos, en la televisión e incluso en los supermercados para colocar un producto”.

Hoy, ante la prostitución y la explota ción sexual, vale la pena reflexionar como en el siglo XVII lo hizo sor Juana Inés de la Cruz; “¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga, la que peca por la paga, o el que paga por pecar?”.

Diócesis de Sonsón Rionegro | 17 PASTORAL SOCIAL
FOTO: Roberta | Cathopic FOTO: Gerardo Javier Juarez Martinez | Cathopic

ANÁLISIS DE LA REALIDAD

El país en el presente año viene planteándose grandes retos en materia económica. En relación con el crecimiento económico real se presenta una desaceleración con respecto a los resultados de 2021-2022. Si bien la actividad económica colombiana sorprendió al alza en 2022, gracias a un fuerte consumo privado alimentado, a su vez, por los ahorros acumulados y el sólido crédito bancario, las proyecciones ahora son diferentes.

El 2,2% que presupuestaba el pasado mes de octubre el Fondo Monetario Internacional (FMI) de crecimiento para Colombia para este año, ahora solo lo proyecta en un 1,1%. Por su parte, el Banco de la República en sus pronósticos apenas le da un crecimiento de 0,2% a la economía nacional para este año, y del 1% para 2024.

La buena hora que trajo la post pandemia con una marcada recuperación perderá el impulso en 2023, y el Gobierno de Gustavo Petro, que aún está puliendo varias de sus políticas para el cuatrienio, no solo tendrá que lidiar con un ambicioso proyecto político -económico, sino también con un escenario lleno de incertidumbre y desafíos en el panorama.

‘Ralentización’ es una palabra que ha cobrado relevancia en todas las proyecciones, tanto nacionales como internacionales, pero las perspectivas externas son más benevolentes con el desplome que le espera a Colombia que la mirada local.

Entre los motivos, se encuentra que el consumo privado registró su primera contracción desde el segundo trimestre de 2020, el ahorro de los hogares está disminuyendo y el crédito bancario real continúa desacelerándose desde su pico a mediados de 2022.

No menor, es el desafío para las familias y las constantes situaciones por la que viene atravesando los hogares en materia económica, cada vez es más difícil acceder a una canasta alimentaria más o menos balanceada, ahora con mayor frecuencia es necesario elegir entre una proteína u otra, comprar frutas o verduras, elegir los más económicos y adquirir todo lo necesario se ha convertido en un acto desconcertante que afrontan las relaciones familiares, el pago de servicios públicos, el transporte, los arriendos y sus constantes alzas, generando presiones para los encargados de responder por sus familias, y ni que

decir de acceder a otro tipo de bienes como salud, recreación, vestuario entre otros.

De tal manera, según las prediccio nes económicas mundiales el 2023, será un año particularmente difícil que reta la creatividad familiar e invita a una serie de acciones para no poner en juego su estabilidad y por el contrario fortalecer los lazos en pareja, por ello tenga en cuenta:

Hablar de la situación, ubicar todos los riesgos, retos y posibles solucio nes sobre la mesa.

Evite a toda costa los préstamos, las tasas al alza.

Tomar decisiones en pareja, brin dando tranquilidad para ambos y su familia.

Vincular en las conversaciones sobre la situación, a todos los miem bros de la familia, teniendo en cuenta su edad, utilizando palabras comprensibles y a su alcance.

Escuchar propuestas innovadoras y creativas por parte de todos, ahí puede estar la clave para hacer frente a situaciones desafiantes.

Adaptado de “Economía de Colombia en 2023: panorama actual y grandes retos” por Actualidad Económica, 2023. Recuperado de: https://www.solunion.co/blog/economia-de-colombia-en-2023-panorama-actual-y-grandes-retos/?cv=1

Adaptado de “El 2023, un año económicamente complicado para Colombia” por Becerra, Laura, 2023, Portafolio. Recuperado de: https://www.portafolio.co/revista-portafolio/economia-colombiana-por-que-2023-sera-economicamente-complicado-para-colombia-5770

18 | Nuestra Misión Evangelizar
Por: Sandra Lucía Espinal Mag. en Educación con énfasis en DDHH

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