La Oración por los Difuntos
La oración por los difuntos es una práctica que hunde sus raíces en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia; pero, con el pasar del tiempo y de las nuevas circunstan cias del mundo, en algunos ambientes ha caído en desuso esta importante y necesaria costumbre.
La oración por los difuntos está manifestada en la Sagrada Escritu ra; en algunos textos de modo explícito, en otros, de modo implíci to; por ejemplo: en 2 Macabeos, Judas Macabeo pide orar por los soldados caídos para que les sean perdonados sus pecados y, además, pide recoger una ofrenda para llevar al templo y presentarla como sacrificio a favor de los que habían muerto. San Pablo nos dice, en 1Cor 3, 15 que habrá un fuego purificador, es decir, que hay una posibilidad de purificación después de la muerte; así lo insinúa también Mt 12, 32. Por lo tanto, nosotros concluimos que hay una posibilidad de purificación después de la muerte para aquellos que, de algún modo, aunque han vivido cristiana mente y han muerto en la gracia de Dios, les faltaba purificar ciertas situaciones de la vida que manchan el alma. (DS 1304).
Dice la Palabra de Dios: “nada manchado entrará en el reino de los cielos” Ap 21,27 y “Los limpios verán a Dios” Mt 5,8. Hay que tener presente que el pecado deja ciertas huellas o manchas en el alma que, aunque se limpie del pecado, gracias al sacramento de la confe sión, estas pueden perdurar. (conf. CEC 1472) y se deben purificar sea aquí en la tierra, mediante las prác ticas que nos manda la Iglesia, o
después de la muerte, ya no por la propia persona, sino por la interce sión de la Iglesia.
Nuestras prácticas aprovechan a los difuntos y esto se logra gracias al fundamento teológico de la comunión de los santos, ya que la iglesia es una sola, como lo recita mos en el credo y se encuentra en varios estados: Triunfante (los santos), peregrina (los que camina mos en este mundo) y la que está en estado de purificación, en lo que se ha llamado purgatorio.
Aunque estemos en tres estados distintos, la Iglesia siempre es una: el cuerpo de Cristo. Por eso noso tros creemos que hay una comu nión de bienes entre los miembros de la Iglesia 1 Jn 15,16; Ahora bien, la muerte no destruye esta comu nión o esta unidad del cuerpo de Cristo, por el contrario, la perfec ciona.
La Iglesia, siguiendo la enseñanza de la Sagrada Escritura y las prácti cas de los primeros seguidores de Jesús, tiene la costumbre de orar por los difuntos; de hecho, los testi monios litúrgicos cristianos más antiguos usan diferentes fórmulas para pedir a Dios por los difuntos. El CEC 1032 nos enseña que desde los primeros tiempos la iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular, el sacrificio eucarísti co; aunque también recomienda otras prácticas como la oración, indulgencias y limosnas; y pedir a Dios que cuando partamos de este mundo haya quien ore también por nosotros.
Cristo, bendición para la humanidad
Efesios 1,3-12 Por: Pbro. Iván de Jesús Marín Párroco María Auxiliadora, MarinillaEste precioso himno tradicio nal y de fuerte sabor litúrgico, celebra la alegría del “DON” que hemos recibido en la persona adorable de Nuestro Señor Jesu cristo. Aunque en su composición lingüística este párrafo es bastante hirsuto, mostrándose como “uno de los párrafos más difíciles del NT. para su traducción” (L. Alonso Schökel), nos lleva a profundidades fascinantes en el misterio de Cristo y de su Iglesia.
Su tesitura literaria bien puede ser identificada con el género literario bendición, propio de la tradición judía: el hombre agradecido bendi ce a Dios por los dones y dádivas recibidas y, en este caso, inmereci das. Todo es gracia. No es pago ni salario por el bien hecho o el mal evitado, todo es por amor donado.
Es un hermoso texto fuertemente trinitario: El Padre de Nuestro Señor Jesucristo, es el agente de todas las gracias, según su desig nio salvífico (vv. 5.9,11), todo lo realiza por medio de su Hijo Jesu cristo (3.5.10.12). y como corolario de todas estas bendiciones apare ce el Espíritu Santo como “sello y prenda” de nuestra salvación.
Fuimos elegidos antes de toda historia humana, predestinados en el amor a ser sus hijos por medio de Jesús en su Iglesia. Todos los títulos y privilegios del pueblo israe lita han sido transferidos de modo providente y generoso a todos sus hijos en la comunidad de Jesús, y la garantía de ello, es el mismo Jesu cristo, pues en él, nos lo ha dado todo, haciéndonos herederos de la eternidad. Somos objeto de bendi ciones grandes e insospechadas de parte de Dios, las cuales superan las bendiciones dadas, en tiempo antiguos, por los patriarcas del pueblo veterotestamentario (Isaac, Jacob, Moisés…). Isaac bendijo a Jacob, y se le agotaron las bendi ciones, el Padre Celestial, por el contrario, bendice a TODOS, por mediación de su Hijo. (Gn 27,35).
Su elección para con nosotros antecede la creación, en ese hermoso y sutil lenguaje profético: “Antes de formarte en el vientre materno te escogí, te llamé” (Jr 1,5; Gál 1,15); el proyecto salvífico de Dios abarca y comprende todo el tiempo entero: pasado, presente y futuro (Is 43,13). Este mismo Dios providente nos participa de todas las prerrogativas de su Hijo muy amado, nos hace santos (Jesús es el santo de Dios), irreprochables como Jesús (Jesús es el inocente de Dios), inmaculados como él
(Jesús no tiene pecado alguno). Y, este mismo Señor, nos ha rescata do del pecado y de la muerte en virtud de la sangre de su cruz (Heb 9,22).
En Cristo se funda nuestra unidad con Dios Padre y con toda la Humanidad, para participar de la herencia eterna y llegar así a ser alabanza de su gloria, para hacer feliz a Dios Padre, a la medida como Jesús, su Hijo, lo complace haciéndose fuente de gozo para él (Mt 3,17). En la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, hacemos feliz al Padre al tiempo que hallamos nues tra felicidad. ¿Qué más podemos pedirle al Cielo?
Estamos sellados por el Espíritu Santo prometido. Los judíos espe raban un Mesías y nosotros los paganos aceptamos el Evangelio, por eso, tanto ellos como nosotros somos y seremos alabanza y gloria del Señor.
“La fiesta que se celebra en el Cielo desde que Cristo fue exaltado a la gloria, la celebramos ya desde ahora en la Iglesia”, pues ya no hay “muro” alguno que nos separe (Ef 2,14), somos un solo pueblo por la Sangre de la Cruz del Hijo amado de Dios y hermano nuestro.
‹ Somos enviados a › UNA MISIÓN
Por: Hna. Claudia Toloza Jurado Delegada de CatequesisUNA INICIATIVA DIVINA
Toda llamada o vocación en la Iglesia consta de tres aspectos: un Dios que llama, una respuesta que dar y una misión que se recibe.
No es cuestión de un deseo pura mente personal. Es Dios, quien, fiándose de la persona, lo envía a ser mensajero y misionero suyo. Esa fue la experiencia de los discí pulos en Pentecostés, “…y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía que hablarán” (Hch 2,4). Con la fuerza del Espíritu Santo es que tiene sentido y efecto el envío misionero.
Por eso, quien, desde la libertad, asume la invitación de Dios a un mayor compromiso y seguimiento en la Iglesia, recibe un envío y tras él, una misión.
JUNTO A OTROS
El Evangelio da muestras de que a la misión se va en compañía. Junto a otros, que experimentan la misma llamada y reciben el mismo encargo. De esta manera, viene la aventura de un mayor compromi so. Para dar testimonio, se ha de ir en comunión y fraternidad, como primera muestra del Evangelio.
Los discípulos son enviados de a dos (Mc 6,7). Así como el anuncio misionero es recibido en una comunidad, el envío también. De esta manera se fortalece el sentido de pertenencia y se acrecienta la unidad al interior de ella.
LA MISIÓN DE ANUNCIAR EL EVANGELIO
La misión que recibe el cristiano desde su bautismo es la de anun ciar el Evangelio que se acoge; y con el sacramento de la confirma ción, esta misión adquiere un elemento nuevo, hace al cristiano testigo de la fe que profesa.
De esta manera, la misión de la Iglesia concretada en la llamada y envío misionero de todo bautizado, se ve enriquecida y fortalecida con la disponibilidad y apertura de quien la acoge.
Esta fue la experiencia de los discí pulos, cuando fueron convocados por el mismo Señor, para formar comunidad y ser enviados a anun ciar el mensaje, con poder de expulsar demonios. (Mc 3,13-19).
Para reflexionar:
UNA RESPUESTA GENEROSA
Se trata de responder en confian za, fe y generosidad a la invitación de Dios. Como dice san Pablo “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría”. (2Co 9,7). Se responde a Dios, según el corazón demande.
De igual forma, la vocación y misión recibida desde el bautismo ha de ser para provecho de la comunidad cristiana, de ahí que el Espíritu Santo, rico en dones y frutos, provee a la persona para que adquiera el hábito de dar y entender a los demás sin buscar agrade cimiento o crear depen dencia. Esto es lo que hace al cristiano ser generoso y bondado so a la vez.
• ¿Cómo poder fortalecer mi vocación de hijo de Dios y acre centar el compromiso cristiano?
• ¿Qué amor me mueve, al compartir lo que soy, tengo y puedo dar?
…y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu hacía que hablarán”
Mobiliario litúrgico del templo VII: Las
Imágenes Sagradas
“Harás dos querubines cincelados en oro, para los dos extremos del propiciatorio (…) Los querubines extenderán sus alas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio” Ex 25,18.20
Por: Pbro. Carlos Andrés Giraldo Gómez Formador Seminario Nacional Cristo Sacerdote, La CejaPara terminar con el ciclo de catequesis sobre el mobilia rio litúrgico del templo, cómo no hablar de un elemento caracte rístico de la litrugia y de la piedad popular de los fieles como las imágenes. Ya sean pinturas (cua dros) o esculturas, desde muy antiguo hacen parte del culto cristiano.
UN POCO DE HISTORIA
El cristianismo comenzó a florecer rápidamente en territorios antigua mente conquistados por los griegos y los romanos. Como es de espe rarse, los cristianos asumen con normalidad las costumbres y usos de las culturas en las que se esta blecen. Por tanto, siendo la cultura greco-romana tan rica en produc ción artística, los cristianos comien zan a manifestar su fe también a través de ellas. En efecto, los colo ridos mosaicos y frescos ya no solo contendrán imágenes de animales, flores y personajes mitológicos, sino que narrarán con imágenes diversos episodios bíblicos. Lo mismo sucederá más adelante con la escultura y la pintura.
Aunque no faltaron las polémicas –sobre todo creadas por los cristia nos provenientes del judaísmo que creían caer en idolatría al venerarlas – las imágenes sagradas tomaron gran fuerza debido al ambiente en el que se comenzaron a reproducir. En el siglo XV, por ejemplo, se difundieron en Europa las llamadas
Biblia pauperum (Biblias de los pobres), en las que las imágenes sustituían a los textos. Dichas biblias representaban textos del Antiguo y del Nuevo Testamento con brevísimas explicaciones que servían para evangelizar, a través de la catequesis, la población menos letrada.
FUNCIÓN DE LAS IMÁGENES SAGRADAS DENTRO DE LA LITURGIA
La función básica de las imágenes sagradas es la de servir como instrumento de devoción para los fieles que se acercan a orar. En efecto, la necesidad antropológica de entrar en contacto con lo divino pasa también por los sentidos. Para nosotros, occidentales, una imagen vale más que mil palabras, como dice el dicho popular. Esta necesi dad de representar aquello que está más allá de nosotros nos ayuda de algún modo a entrar en contacto con dicha realidad. Cuando en la liturgia, por ejemplo, el sacerdote inciensa el crucifijo del altar, todos los fieles dirigen su mirada y su oración a Cristo, que se ofrece por nosotros en la eucaristía. Por tanto, además de incentivar la devoción, también sirven como medio de instrucción, pues a través de las imágenes se representan diversas escenas bíblicas, como ya dijimos.
¡Cuánto bien pueden hacer las imágenes sagradas bien utilizadas! En efecto, pueden mover alguien a la conversión. Vale la pena recordar lo que sucedió a santa Teresa de Jesús:
“Era [una imagen] de Cristo muy llagado y tan devota que, en mirándola, toda me turbó de verle tal, porque representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido aquellas llagas, que el corazón me parece se me partía, y arrojéme cabe Él con grandísimo derra mamiento de lágrimas, supli cándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle”. (Libro de la Vida, 9,1).
Con razón viene atribuída a la santa la frase: “Las imágenes son la biblia de los pobres”.
Bajo ningun motivo las imágenes sagradas deben ser restos ni seña les de superstición e idolatría, como pretendieron pensar antiguamente los que se oponían a ellas (icono clastas). En la actualidad, son muchos los teólogos (sobre todo en ámbito protestante) que critican el uso de las mismas. La Iglesia debe seguir preocupándose por difundir un culto auténtico “en espíritu y en verdad” (cf. Jn 4, 23-24), evitando que los fieles caigan en el error al venerarlas.
Catequesis sobre la función educativa del rito eucarístico
CONSOLIDADO DE LA FASE DIOCESANA DEL SÍNODO
Por: Pbro. Hugo Alberto Zuluaga Salazar Vicario de PastoralEn la pasada edición compartíamos el primer eje temático de la fase diocesana del Sínodo: compañeros de viaje, y para esta ocasión queremos compartir los elementos que encontramos de la escucha y consulta al pueblo de Dios en el segundo eje temático, para que sigamos mirando la realidad de nuestra Iglesia particular con sus alegrías y dificultades.
II. ESCUCHAR
A. ¿Cómo son escucha dos los laicos, en particu lar los jóvenes y las muje res?
Los laicos son escuchados en los Consejos de Pastoral y de Asuntos Económicos, en las Asambleas de Pastoral de planeación a principio de año y en las de evaluación a final del año, en las Asambleas Sinodales, la preparación de la Semana Santa y Navidad, las jornadas de formación e integración que hacen las parroquias.
Hay espacios de escucha como la Eucaristía, la Confesión y demás sacramentos, en la meditación y la predicación de la Palabra de Dios.
Los jóvenes son escuchados en la Pastoral Juvenil, las convivencias que los sacerdotes realizan en las institu ciones educativas, en la pastoral de pasillo, en las Jornadas Diocesanas de la Juventud y en los encuentros vicariales de jóvenes.
Las mujeres son escuchadas en los programas de mujer campesina, en el proyecto Samaritana que es una estrategia de la pastoral social para el trabajo con mujeres en ejercicio de la prostitución; en la pastoral obrera, que en su mayoría son mujeres y en los Centros de Atención Familiar.
Hace falta tiempo, preparación y querer escuchar; existe temor para compartir inquietudes; a veces no hay soluciones concretas a lo que se expresa. Se considera que los sacer dotes son poco escuchados por el pueblo, se va perdiendo el respeto por la dignidad del sacerdote; además se expresa que en algunos momentos se faltan al respeto ellos mismos. Existe prevención y sospecha hacia los sacerdotes, aunque algunos son acogedores y otros no saben corregir.
B. ¿Cómo integramos las aportaciones de consa gradas y consagrados?
Noviembre
MARTES 1
Los fieles difuntos †
MIÉRCOLES 2
Encuentro de formación para coordinadoras del apostolado diocesano de la viudez
SÁBADO 5
· 5-12 Catequesis prematri monial virtual
· 4to Taller de formación y certificación para Animadores de Canto
MIÉRCOLES 9
· REUNIÓN GENERAL DEL CLERO
DOMINGO 13
· Jornada mundial del pobre SÁBADO 19
· Finaliza el segundo semestre de la escuela diaconal
DOMINGO 20
· Solemnidad de Jesucristo, Rey del universo †
· Navidad con comunidades religiosas
VIERNES 25 25-27 Convivencia final de aspirantes al seminario mayor SÁBADO 26
· Confirmaciones de adultos y clausura del año de la confirmación Fin de periodo académicoSeminaristas diocesanos Peregrinación Mariana para las CER
DOMINGO 27
· Inicio del año litúrgico †
Los consagrados son acogidos y valo rados por el obispo, quien tiene aper tura a sus inquietudes. Cuentan con la presencia de un delegado de tiempo completo que sirve de puente entre las comunidades y la diócesis, igual mente con un comité que planea y desarrolla una agenda para la vida consagrada. Se escuchan las inquietudes y expectativas de las distintas comunidades de la diócesis; se les acompaña en temas propios a cada congregación con discernimiento y dirección para tomar las mejores deci siones. También son escuchados en el Consejo de pastoral y en su vincu lación al trabajo pastoral en las parroquias e instituciones. Hay un espacio de formación por medio de un diplomado para la vida consagrada. Se les permite vivir el carisma dentro y fuera de la diócesis.
En este ejercicio de escucha, los religiosos han manifestado que no siem pre se les escucha, ya que en momentos se siente la poca preocupación por algunas comunidades, ha faltado espacios de escucha y madurez para exponer situaciones.
Domingo 6 de noviembre
Domingo Trigésimo Segundo del Tiempo Ordinario
“Al
despertar me saciaré de tu semblante, Señor”
Primera Lectura: Del segundo libro de los Macabeos 7, 1-2.9-14 Salmo 16: “Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor”
Segunda Lectura: De la segunda carta de san Pablo a los Tesalonicenses 2, 16-3, 5 Evangelio: Según san Lucas 20, 27-38
En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano". Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob". No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
Pautas de reflexión
Palabra del SeñorLos saduceos, que no creen en la resurrección, abren la conversa ción con la ironía de la palabra, “Maestro”, dicha a Jesús. Ellos no van a aprender, sino a dejar en ridículo a Jesús. Y citan el libro del levítico: si muere un hombre sin dejar hijos, su hermano debe tomar a la viuda y dar hijos al difunto. El matrimonio en Israel tenía la finali dad de asegurar descendencia al varón y la mujer servía solo para traer niños al mundo, hijos del varón. Y con base en la historia de la joven Sara, en el libro de Tobías, a quien se le mueren, sucesiva mente, siete maridos en la noche de bodas, los saduceos preguntan a Jesús ¿si hay resurrección, de quien será esposa la mujer en la otra vida?
Jesús les hace caer en cuenta de la ridiculez del asunto. “Los hijos de este mundo” (ellos, los saduceos) toman mujer y ellas toman marido para alargar la descendencia aquí, pero quienes buscan la vida de aquel mundo (del mundo de Dios),
el mundo donde la muerte no interrumpe la vida, no se toma marido ni mujer, porque no pueden morir, no se muere más. No pueden morir porque son como ángeles a quien solo Dios les da la vida.
La respuesta de Jesús toma distancia de la interpretación popu lar sobre la resurrección, entendida como un retorno de los muertos a la vida física; para Jesús la vida de los resucitados no depende de la procreación, de la relación entre marido y mujer, sino que proviene de manera directa de la fuerza, el dinamismo, el Espíritu de Dios.
¿Por qué Jesús cita a los ángeles? Porque los saduceos no creían en la existencia de los ángeles. Jesús los cita para mostrar que los ánge les reciben la vida directamente de Dios y no de un varón y una mujer. Por lo tanto, en la resurrección, la vida permanece eterna porque proviene de Dios. Y Jesús los debate volviendo a Moisés, a lo
Con el Apoyo del P. Hernán Darío Cardona S.D.B.
escrito en la torá, para dejar en ridículo a los saduceos, porque su lectura de la Escritura es miope y limitada.
Jesús los lleva a la respuesta de Dios a Moisés, en el relato de la zarza ardiente: “El Señor es el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob” (Ex 3). Aquí se presenta el Dios que hace historia con las familias, las acompaña y sobre todo las protege; cada día aleja sus existencias de la muerte.
Para comprender
1. ¿Creo en la resurrección y trabajo en ella desde ahora?
2. ¿Es Jesús mi maestro del cual aprendo todos los días o más bien busco tentarlo como los saduceos del evangelio de hoy?
Diócesis de Sonsón Rionegro
Domingo Trigésimo Tercero del Tiempo Ordinario Domingo
“Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación”
Primera Lectura: Del libro de Malaquías 3, 19-20a Salmo 97: “El Señor llega a juzgar los pueblos con rectitud” Segunda Lectura: De la segunda carta de san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-12 Evangelio: Según san Lucas 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?». Él dijo: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "Está llegando el tiempo"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida». Entonces les decía: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
Pautas de reflexión
Muchos admiran el ornato y las piedras del templo de Jerusalén, todo respira esplendor. Jesús dice, vendrán días en los cuales cuanto ustedes “admiran” desaparecerá -no olvidar que Jesús definió el templo como “una cueva de bandi dos” (Lc 19,46)-, pero los discípu los sienten fascinación y admira ción por el templo. Para Jesús no quedará piedra sobre piedra. Porque los pobres, las viudas, al menos, una de ellas, se desangra dando su vida para mantener en pie esta institución (Lc 21,4). Cuando debía la institución sostener y defender a los pobres y a los débi les.
Y los discípulos preguntan; ¿Cuán do sucederá? ¿Cuál es el signo? Los discípulos no reaccionan, solo quieren saber cuándo. Porque, con base en la tradición judía, en el momento de máximo peligro para Jerusalén, Dios va a intervenir. Es la esperanza de los discípulos judíos. Incluso esperan que Dios restaure la choza caída de David, el difunto reino monárquico.
Jesús les dice, no se dejen enga ñar, vendrán diciendo “Yo soy”
(nombre divino, Ex 3,15-16), el tiempo está cerca. No vayan detrás de ellos, porque son personas sin misión ni autoridad para ser los reformadores. Antes y después de Jesús muchos líderes en diversas latitudes se presentaron como “mesías” (Hch 5,30ss)
Jesús continúa “cuando escuchen sobre guerras, revueltas, violen cia... no se asusten, todo debe llegar, pero no será el final”. No debemos desesperarnos en la espera, los discípulos esperaban la reinauguración del reino de Israel.
Jesús les dice que no será así. Jesús usa un lenguaje profético: “Se levantarán naciones contra naciones, reino contra reino, en diversos lugares terremotos, cares tías y epidemias”. Imágenes simila res usan los profetas de Israel para describir grandes transformaciones sociales (ver: Is 19,2; Jer 21,9; Jer 52,4-6). Para Jesús son signos de liberación para sus seguidores.
Además, los cambios y las transfor maciones radicales generan desconcierto, en ocasiones, dolo res y sufrimientos, pérdidas de privilegios, incluso persecuciones.
No son momentos indoloros por sí mismos, si bien tampoco todas las veces sucede de la misma manera para los involucrados. Y Jesús toma los tres valores sagrados de la época -Dios, patria, familia- por los cuales es lícito sacrificar la vida y hasta tomar la vida de los otros.
Los van a perseguir por mi causa en las sinagogas (la fe en Dios, v. 12), ante reyes y magistrados (la patria, v. 12), sus padres, herma nos, parientes, amigos (la familia, v. 16). Pero los discípulos serán testi gos en estos escenarios porque los asiste el Espíritu Santo y serán salvados.
Para comprender
1. ¿Cómo afronto, en mi condi ción de discípulo y discípula de Jesús, los momentos de guerra y violencia del mundo de hoy?
2. ¿Reconozco en mi ambiente los falsos mesías del siglo XXI?
Con el Apoyo del P. Hernán Darío Cardona S.D.B.
Domingo 20 de noviembre
JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
“Vamos
alegres a la casa del Señor”
Primera Lectura: Del segundo libro de Samuel 5, 1-3
Salmo 121: “Vamos alegres a la casa del Señor”
Segunda Lectura: De la carta de san Pablo a los Colosenses 1, 12-20 Evangelio: Según san Lucas 23, 35-43
En aquel tiempo, los magistrados le hacían muecas, diciendo: «A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido». Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo: «Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo». Había también por encima de él un letrero: «Este es el rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».
Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».
Pautas de reflexión
Para Jesús, según el testimonio de los evangelios, no hay situaciones humanas irremediables o imposibles desde la opción creyente por él. Según Gn 3,24, el ser humano peca dor fue arrojado del paraíso bajo la imagen de un Dios creador que castiga a los pecadores. Hoy, en el evangelio de Lucas, la primera persona que entra en el paraíso con Jesús es un revoltoso anónimo visto como un bandolero y revolucionario que subvierte el sistema político vigente.
Buscar y salvar a quien se considera perdido es una clave de lectura del evangelio de Lucas desde el inicio hasta el final. En Lucas 2,8-12, los pastores, considerados ladrones, sucios, impuros y por ello pecadores, que temían el castigo divino por su conducta, aparecen, a propósito del nacimiento de Jesús, circundados no por la ira de Dios que los consu me, sino por la gloria de Dios, por la luz esplendente en medio de la noche y escuchan anunciar al coro celestial: “paz en la tierra a quienes Dios ama” (Lc 2,14). El amor de Dios es para todos los seres humanos.
Ahora, en los últimos párrafos del evangelio, Jesús le asegura a un revolucionario crucificado junto a él que abrirá -pues estaba cerrado desde Gn 3,24- como el primero y entrará en el paraíso sin pedirle una mínima penitencia, sin preguntarle si está arrepentido, sin hacerlo pasar, así fuera rápido, por el purgatorio. Jesús le dice: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Este es el evangelio: Jesús nos com parte un Padre -Abba- compasivo y benévolo con los ingratos y malva dos (Lc 6,35). Este amor de Dios Padre no depende de los méritos y los buenos comportamientos de los seres humanos, al contrario, es un don, un regalo gratuito. Este amor no depende de los logros de las perso nas, sino de sus necesidades y falen cias. En el episodio de la cruz, en ningún momento, se habla de la bondad de este crucificado.
Lucas en el evangelio no describe el fracaso de Jesús ante un ser humano clavado en la cruz, sino el triunfo del amor. Jesús en la cruz tiene a todos en contra: el pueblo, los jefes de los sacerdotes, los solda-
Con el Apoyo del P. Hernán Darío Cardona S.D.B.
dos y los dos crucificados con él. A todos los que se enfrentan a Jesús los aúna la renovación de las tenta ciones del diablo en el desierto (Lc 4,1-13): “Si eres el Hijo de Dios usa todas tus capacidades para tu bene ficio”. Pero Jesús vence al tentador.
Jesús vino a salvar cuanto estaba perdido (Lc 19,10). Por lo expuesto hasta aquí, para Jesús no hay casos imposibles, ni desesperados, sino la salvación para todos, para quienes son capaces de reconocerlo como su liberador y como su rey en el servicio de la vida.
Para comprender
1. Al evaluar mi año litúrgico ¿he crecido en mi opción por Jesús en el servicio a los más necesita dos?
2. ¿Colaboro con Jesús para salvar cuanto la sociedad consi dera “caso perdido”?
Diócesis de Sonsón Rionegro
Domingo 27 de noviembre
Primer Domingo de Adviento
“Ven, Señor, Jesús”
Primera Lectura: Del primer libro de Isaías 2, 1-5 Salmo 121: “Me alegré cuando me dicen, vamos a la casa del Señor” Segunda Lectura: De la carta a los Romanos 13, 11-14 Evangelio: Según san Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pautas de reflexión
Con esta celebración comenzamos un nuevo año en la liturgia, es el primer domingo de Adviento del ciclo A. Mateo 24 comienza la última enseñanza de Jesús a sus seguidores antes de ser arrestado por las autoridades judías y roma nas, y celebrar la pascua en Jeru salén (Mt 26-28). En el texto de hoy Jesús sale del templo y los discípu los admiran el esplendor del templo: de todo esto, dice Jesús, no quedará piedra sobre piedra. Todo será destruido.
En Mt 21,13, después de su ingre so en Jerusalén, Jesús define el templo como “una cueva de bandi dos, ladrones y usureros”. El templo, la institución religiosa, en lugar de atender a los débiles, a los pobres y desamparados, se ha dedicado a enriquecerse y, por ese motivo, debe desaparecer.
Los discípulos ya preguntaron “cuándo sucederá todo esto y cuál es la señal” (Mt 24,3), pues ahora Jesús (Mt 24,36) dice que sobre el día y la hora nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo del hombre, sino solo “lo
conoce el Padre”. Es un anuncio de seguridad, esperanza y serenidad: el final personal del discípulo lo sabe “no Dios” sino “el Padre”, es decir, el contexto del final es el encuentro entre “el Padre -Abba- y el hijo-a”, un entorno de relación amorosa, lleno de afecto y de ternura, como un padre-madre con sus hijos, por ese motivo hay sere nidad y tranquilidad.
Pero es necesario estar atentos y recordar la alusión a los días de Noé (v. 37). En los días anteriores al diluvio, la gente comía, bebía, se casaban: todas acciones norma les. Por ello hay que estar atentos para que la oferta de plenitud de vida no se distraiga por la rutina cotidiana. Los días de Noé son los días del arca salvadora, son días y lugares de salvación, pero pocos se dan cuenta y pocos acogen ese espacio de salvación. La venida del Hijo del Hombre inaugura el Reino de la nueva salvación, solo que pocos se dan cuenta, si bien la oferta es para todos.
El diluvio, en cuanto tal, no fue el fin del mundo, sino el inicio de una
Palabra del Señornueva humanidad. Y porque inicia “lo nuevo”, Jesús necesita la cola boración de todos, de personas conscientes de ser semilla de humanidad, transmisores de espíri tu de vida y no de muerte, decidi dos por la humanización de la sociedad. Los poderes dominantes son inhumanos, el trabajo de Jesús y los suyos es “humanizar esta humanidad”. Y este proceso, el camino asumido por Jesús, no es indoloro. Jesús sufrió la pasión, la muerte, pero también fue resucita do.
Para comprender
1. ¿Cuándo pienso en el final de mi vida, como creyente, vivo en la esperanza?
2. ¿Cómo voy a prepararme para la Navidad durante este tiempo de Adviento?
Con el Apoyo del P. Hernán Darío Cardona S.D.B.
En busca de OBREROS
Por: Ana María Cardoso Gaviria Voluntaria de la Delegación dePorque la mies es mucha y los trabajadores son pocos. Dios está en busca de obreros dispuestos a evangelizar.
Evangelizar es mostrar que la vida tiene sentido, que tenemos más salidas, más posibilidades, que hay respuestas, que es posible salir vencedores, que no todo está perdido. Es decirle a quien no puede más, que sí es posible. Es el testimonio de la propia vida, predicar, compartir, conquistar almas y evangelizar al que aún no está evangelizado.
Para ello es necesario salir de la zona de confort, abandonar los temores, la timidez, la falta de sensibilidad y las excusas. Además, debes recordar que no vas solo, que Dios va contigo y su Espíritu es de amor, poder y sabiduría.
¿Cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? (Romanos 10, 14)
¿Para qué un Directorio de Pastoral Sacramental en la Diócesis?
Nuestra Iglesia diocesana ha tenido una fecunda histo ria; llevamos varios años deseando ahondar en el campo de la vida de la pastoral litúrgica, para tener unos elementos de profundización y cohesión que nos permitan reflexionar, organi zar y evaluar la pastoral sacra mental diocesana.
Muchas personas, a las cuales doy mi agradecido reconocimien to, han aportado a este estudio serio, paciente y responsable, desde las disciplinas teológica, pastoral, catequética, canónica, litúrgica, a la par del aporte recibi do por la reflexión conjunta del presbiterio diocesano, de los religiosos, de las religiosas y de los laicos. Se trata de hacer las cosas según el querer de la Iglesia y para su bien, de favorecer la digna y fructuosa celebración de los misterios sagrados y encon trar en la celebración litúrgica un elemento para mostrar que la Iglesia es “Una”.
Ya el Concilio nos coloca ante la centralidad y grandeza de las celebraciones sagradas: “Toda celebración litúrgica es obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, por lo tanto, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (SC. 7).
Preservar esta ‘acción sagrada por excelencia’, brindarle la reve rencia y el respeto que se merece y evitar desviaciones es un com promiso ineludible de toda la Iglesia particular, pero en espe cial, de los ministros consagra dos. En torno a la celebración de los sacramentos, pueden presen tarse –por caprichos y gustos personales o por ignorancia–desmanes, abusos, desvío hacia lo mágico, negocio económico y una carga social muy alta, por la cantidad de cosas que la cultura emergente ha introducido en estas celebraciones.
Se trata, también, de favorecer la adecuada actitud celebrativa de los ministros y la adecuada parti cipación de los fieles, para ser más dignos celebrantes y recep tores de la gracia divina. “El Pueblo de Dios necesita ver, en los sacerdotes y en los diáconos, un comportamiento lleno de reve-
rencia y de dignidad, que sea capaz de ayudarle a penetrar las cosas visibles, incluso sin tantas palabras y explicaciones… porque a través de las mismas oraciones de la liturgia el sacerdo te expresa el más profundo senti miento de humildad y de reveren cia delante de los santos miste rios” (Juan Pablo II, 2001).
Y se trata, finalmente, de un instrumento para la UNIDAD Y LA COMUNIÓN. La Iglesia toda, como Cristo Total, es responsable de la liturgia: Ni el sacerdote por sí mismo, ni la comunidad por sí misma. Cada uno es responsable en cuanto esté unido a Cristo.
Que, en medio de la multiplicidad de comunidades y la diversidad de campos para atender, brille la unidad en la aplicación de criterios comunes. El testimonio de unidad es evangelizador, porque es signo de la acción del único Espíritu.
Les pido acoger con cariño el Directorio, nunca como una impo sición, sino como el obsequio de nuestra disponibilidad al querer y al bien de la Iglesia. Una palabra clave para la Iglesia hoy es ‘sino dalidad’. La unidad de criterios en las celebraciones litúrgicas sea uno de los tantos testimonios de la “necesidad y belleza de cami nar juntos” (Francisco, 2015).
Referencias:
San Juan Pablo II. (2001). Mensaje a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. 21 de septiembre.
S.S. Francisco. (2015). Discurso a los participantes del sínodo de la familia. 17 de octubre.
Ni más fácil, ni más difícil… diferente. El futuro cercano de las vocaciones
Por: Pbro. Sergio Urrego Marulanda Delegado de Pastoral VocacionalLas estadísticas son una gran herramienta para compren der el desarrollo de las reali dades humanas; por supuesto, la Iglesia también se reflexiona a sí misma en su misión y visión, tenien do en cuenta los números de voca cionados. Es claro que no valora mos la cantidad sobre la calidad, como reza el dicho popular: “Mas vale pájaro en mano que cien volan do”, podemos decir contundente mente que no necesita la iglesia abundancia de vocaciones, mejor buenas y sólidas, sin caer en los sofismas de la perfección; hay muy buenas vocaciones, perfectas no, esas solo existen en las mentes de algunos idealistas recalcitrantes.
Vayamos a unos cuantos datos: según los anuarios pontificios en el año 2010 teníamos 118.990 semi naristas en el mundo. En datos recientes del año 2020 el registro es de 111.855 seminaristas, (Anuario pontificio 2010 - 2020) muy segura mente en estos tiempos pospandé micos, cada año será un poco menor.
Más que generar dramas innecesa rios o rasgar las vestiduras al estilo de los antiguos fariseos del evange lio, podemos hacer reflexión. Hagá mosla entonces en unos cortos puntos.
1.
Vivimos tiempos diferentes: ¿Mejores? ¿Peores? ¿Más fáciles? ¿Más difíciles? Todo entra dentro del espectro del concepto “depende”. Parece temerario afirmar que este, nuestro turbulento tiempo, sea más difícil que tiempos anteriores de la humanidad, pues cada época históri ca se ha visto marcada por grandes ventajas y por enormes dificultades. Afirmemos temerariamente entonces: no son tiempos más difíciles, no son tiempos más fáciles, son tiempos diferentes.
2. La
iglesia actúa en las circunstancias: ilustremos un ejemplo sencillo. En una parroquia de 20.000 habitantes trabajan 4 sacerdotes (lujo que aún tenemos en algunas diócesis). Tienen mucho trabajo. Llegará el momento en que serán solo 2. ¿Qué deben hacer? ¿Multiplicarse para suplir el traba jo de los 4? ¿atender sobrehumanamente miles de responsabilidades? ¿absolutizar el hacer sobre el ser? No parece una reflexión sensata, pues conocemos cada vez más el síndrome creciente del Burnout.
Hay mucho por hacer y podemos hacer mucho, pero también hay que trabajar por el sano y necesario equilibrio entre hacer el bien y hacerse el bien. Trabajemos mucho siempre, pero sepamos construir auto límites evitando el delirio de redentor. No hay que olvidar… Él ya vino, Él ya salvó.
3.
“Aprender a sepultar a los muertos” No limitemos esta obra de mise ricordia solo al digno trato del cuerpo humano cuando fallecemos, llevé mosla también al ámbito pastoral. Hay muchas estructuras, experien cias, formas de comprender la Iglesia a las que se les puede aplicar esta acción de misericordia. Tenemos que darnos la oportunidad de agrade cer, despedir y soltar esquemas de vida eclesiales que ya no funcionen. ¡No hay problema! ¡No es el fin de la Iglesia!
“La fe solo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un in cres cendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios”. (Benedicto XVI, Porta Fidei 7, 2011)
Ante las pocas palabras que caben en esta página, concluyamos por ahora: Démonos la oportunidad de acoger estos tiempos diferentes, gocémonos en el trabajo que el Señor nos encomienda, haga mos más pastoral y menos drama, contemplemos cómo el Señor con nuestra ayuda sigue construyendo su Reino.
Siguiendo a Jesús como los apóstoles
Por: Pbro. Jorge Eliécer Montoya Castrillón Delegado del Diaconado Permanente“Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras él” (Mc 1, 16-20)
elegidos. Toda vocación es iniciativa de Dios, es elección por gracia, porque Dios elige a los que Él quiere. Pero esta llamada personal no se dirige solo al grupo de los doce o al círculo más amplio de los primeros discípulos de Cristo, se dirige tam bién a cada ser humano, sea hombre o mujer, sacerdote o laico, contempo ráneo de Jesús o posterior a Él. Se dirige a cada uno de nosotros.
En nuestro bautismo fuimos llama dos, por primera vez, a seguir a Jesús; y desde entonces, Dios repite y renueva esta vocación muchas veces y de muchas maneras. Cada día, Dios vuelve a dirigir su llamada a cada uno de nosotros. Dios espera una respuesta libre a su llamada: un compromiso de corazón y para toda la vida. También para cada uno de
nosotros Dios espera una respuesta adecuada ¿Estamos nosotros siem pre abiertos y atentos para sus llama mientos, sus inspiraciones y exigen cias? Cada día tenemos que dar nuestra respuesta a la llamada de Dios, aun cuando no la entendamos, aun cuando nos cueste aceptarla. Y lo que más nos cuesta aceptar en nuestra vida, son el sufrimiento y la cruz. Sin embargo, nuestro segui miento de Cristo se decide en la aceptación de nuestra cruz. Si Dios llama, es para confiarnos una misión. Toda vocación lleva inherente una misión. Así como los cuatro discípu los son llamados para ser pescadores de hombres, también cada uno de nosotros, sacerdote o laico es llama do por Dios para una misión personal. Ella se distingue de la de los demás, según profesión y responsabilidad, carácter y talento, inclinaciones y posibilidades de cada uno. En los planes de Dios en este mundo, cada hombre tiene su valor y significado, y forma parte irremplazable del todo. Cada uno tiene su propia misión, su forma de responderle a Dios. Esta mos llamados a seguirlo y dispuestos a ser fieles a su llamada. Para vivir fielmente nuestra vocación, debemos ser coherentes al llamado que nos hace y cumplir nuestra misión con gran amor hasta el final de nuestras vidas.
Escuela Teófilo: Talleres para
la vida
Lucas 5,4
Es de conocimiento público que durante la pandemia, los centros penitenciarios restringieron el ingreso de perso nal externo a sus instalaciones, esto nos llevó a pensar en otras estrategias para llegar a los inter nos y favorecer su proceso de resocialización. Surgió así la Catequesis por Correspondencia y la Escuela Teófilo, mensualmen te entregábamos en cada centro penitenciario un Boletín con su cuestionario, generando una correspondencia hacia y desde cada sitio de reclusión con los internos que se inscribieron en el programa. Con la apertura gradual pospandemia, la Cate quesis se normalizó de manera presencial.
Durante la pandemia focalizamos nuestros esfuerzos en el Centro de Reclusión Transitorio de Rione gro, debido a que solo allí se nos permitía el ingreso; fue así como estructuramos el programa productivo “Escuela Teófilo: Talleres para la Vida” , un espa cio donde los reclusos aprenden y desarrollan manualidades en las modalidades de madera, bisute ría, crochet, macramé, trapillo y trabajo con elementos de recicla je.
Este programa inició en febrero del presente año, en una labor conjunta entre la Pastoral Social de la Diócesis de Sonsón Rione gro y el Movimiento Emaús, brin dando acompañamiento espiritual y material a 160 internos inscritos en la Escuela Teófilo, de una población de 200 privados de la libertad.
El Ser, Hacer y Amar, son las acciones que fundamentan los talleres.
SER: HACER: AMAR:
“Eligiéndolos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad.” Efesios 1,5
“El que robaba, que no robe más, sino que trabaje honra damente con las manos para tener qué compartir con los necesitados.” Efesios 4,28
“Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo sopor ta. La caridad no acaba
Por: Área de Pastoral Social Diócesis de Sonsón
RionegroLos internos que participan de este espacio reciben capacitación en las áreas técnica, artística, financiera, espiritual y de familia; además, su participación activa es supervisada y respaldada por los directivos del Centro de Retención y su equipo de trabajo. Los resultados de estos esfuerzos se ven reflejados en la realización de la “Primera Feria Artesanal Penitenciaria: Escuela Teófilo”, realizada del 29 de septiembre al 02 de octubre en los parques principales del municipio de Rionegro y de San Antonio de Pereira. En esta feria se exhibió al público las manualidades y traba jos artesanales que realizan los internos en el recinto carcelario, facilitando así los procesos de resocialización y la generación de un sustento económico para las familias de las personas privadas de la libertad.
Con este apostolado llevamos esperanza a la vida de los inter nos y sembramos optimismo en
“
Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar”
PARTICIPACIÓN un compromiso de País
Por: Sandra Lucía Espinal Mag. en Educación con énfasis en DDHHLa participación amplia es uno de los llamados nece sarios que debe hacer una democracia real, buscando ir más allá de lo representativo y consi derando la importancia de com partir las decisiones que implican a los pobladores de un territorio, donde intervienen historias, cultu ras, potencialidades, desigualda des, situaciones conflictivas, entre otros, una serie de asuntos compartidos que son necesarios trabajar con otros desde las distintas posturas, construyendo consensos que permitan dar respuestas concretas.
Actualmente el país pasa por la construcción del Plan de Desarro llo, el cual, por ley, debe contem plar espacios de socialización y deliberación con la sociedad civil, logrando una concertación entre sectores para uno de los docu mentos de gestión más importan tes de Nación.
Los diálogos regionales serán claves para el actual gobierno, puesto que, se deben aterrizar las propuestas hechas en campaña, escuchar y abrir diálogos colecti vos, permitiendo que cada aporte comunitario de base, sus expec tativas y su cosmovisión, frente a las respuestas que se deben dar, efectivamente se convierten en hechos, una apuesta real en lo local, los cuales, sin duda, serán un símbolo para líderes y movi mientos sociales, teniendo en cuenta que si bien en anteriores
mandatos se realizaban los con sejos comunitarios, no conse guían brindar los resultados espe rados; por el contrario, en muchas ocasiones, generaban disputas y conflictos entre los habitantes de los territorios por la poca o nula gestión traducida en soluciones concretas.
Así mismo, la Gobernación de Antioquia promovió la construc ción participativa de la Agenda Antioquia 2040, “un diálogo para la construcción del futuro del departamento, millones de antio queños y antioqueñas aportando a la construcción de esta agenda en la que se plantea cómo se sueñan a Antioquia. Con esta agenda crearemos un plan estra tégico para Antioquia; 20 años es metodológicamente adecuado y trabajamos de acuerdo a 5 pilares: equidad; competitividad; sostenibilidad y regeneratividad; gobernanza y gobernabilidad e identidades”. Sin duda, una opor tunidad para el territorio antioque ño, quien ya ha trasegado este camino de la planificación y cons trucción de agenda colectiva, que aporte el sentir comunitario, las comprensiones de líderes, movi mientos, academia, empresarios, sector público, entre otros, ape lando a la diversidad, capacidad de trabajo con otros.
De igual manera, diferentes instancias como Proantioquia, Conciudadania, Corporación Región, diferentes colectivos y
plataformas, han venido constru yendo agendas que permiten ver en prospectiva, bajo similares ejes – pilares, la mirada a futuro y el territorio soñado, con avances más profundos en algunas regio nes, fruto de las financiaciones de la comunidad internacional, como por ejemplo en el II laboratorio de paz del Oriente antioqueño, las recientes intervenciones en Norte, Urabá y Bajo Cauca de PNUD, fortaleciendo liderazgos, la auto gestión y la sostenibilidad, con miras a dar respuesta a asuntos de agenda que evidencia los habi tantes en términos del desarrollo que desean para sus localidades. Con este panorama, se hace necesario participar de los diálo gos regionales, recogiendo todas estas apuestas comunes; es decir, no iniciar de cero, valorar el camino recorrido, evidenciar las discusiones realizadas y los productos compartidos para que efectivamente puedan escuchar se todas las voces y cosmovisio nes, en perspectiva de un proyec to conjunto de “Vida querida”