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Septiembre | 1
Revista de Ayudas Pastorales
Diócesis de Sonsón-Rionegro Octubre de 2015 | N°27
Alaben y bendigan a mi Señor
y denle gracias y sírvanle con gran humildad.
FRANCISCO DE ASÍS
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A LOS SACERDOTES Pbro. Ignacio Larrañaga ELSACERDOTE DEBE SER SINCERO Y VERAZ
LITURGIA DEL DOMINGO Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
FORMACIÓN DOCTRINAL Pbro. Luis Javier Otálvaro Álvarez JESÚS RESUCITADO SE APARECE JESÚS SE APARECE A ALGUNAS MUJERES LOS DISCÍPULOS RECONOCEN A JESÚS
CONTROVERSIAS RELIGIOSAS Pbro. Oscar Charlarca ¿SERÁ QUE LA LEGISLACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA INDISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO Y LA GRAVEDAD DEL ABORTO ESTÁ MANDADA A RECOGER?
CAMBIO DE ACTITUD Pbro. John Jairo Olaya TRES PRINCIPIOS
NUESTRA REALIDAD Mons. Gilberto Muñoz Ospina. NUESTRA REALIDAD Y LA “LAUDATO SI”
VIDA FAMILIAR Pbro. Nelson Patiño Villa SÍNODO DE LA FAMILIA Verdad y belleza de la familia y misericordia para con las familias heridas y frágiles (Ns 23-28)
Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín Director P. John Jairo Olaya Ballesteros. Diagramación Silvia Giraldo Consejo editorial Delegados de Pastoral Coordinador general Vicaría de Pastoral Impresión Periódico El Mundo Dirección Diócesis de Sonsón-Rionegro Curia Episcopal Calle 51 No 47-31 Tel: 531 5252 www.diosonrio.org.co Fotografía Diócesis de Sonsón-Rionegro Sugerencias vipastoral@diosonrio.org.co
ESPACIOS PARA CRECER Pbro. Jorge Iván Martínez López FRAILES MENORES RENOVADOS FRANCISCANOS
Septiembre | 3
El Sacerdote debe ser sinceroy veraz Como Jesús, hablar con una trasparencia directa:” Sí, sí; no, no” (Mt 5,37), sin tener “personajes” en nuestra persona, es decir sin hablar a unos de una manera y a otros de otra. Como Jesús, que fue valiente cuando buscaban sorprenderlo en algún equívoco: “Hipócritas”, por qué me tentáis?” (Mt 16,21); dad al César lo que le corresponde, y a Dios lo suyo. Como Jesús, que estuvo magnífico cuando unos amigos se le acercaron para advertirle que su vida corría peligro porque Herodes lo buscaba para matarlo: “Id y decid a ese zorro” que actuaré donde yo crea que debo hacerlo (Lc 13,32).
AMAR SIEMPRE Los suyos tenían vivísima impresión: el Maestro, por encima de todo había amado. Por eso, entendieron perfectamente cuando les dijo que se amaran como Él les había amado (Jn 13,34). Amó con ternura y simplicidad a los humildes niños (Mt 19,14), a uno de ellos lo tomó en sus brazos (Mt,36ss). Como Jesús, que fue afectuoso con Marta, María y Lázaro (Jn 111,1ss); antes de morir, a los suyos los trató de “amigos”(Jn 15,15), pero después de Resucitar, los llama “hermanos”(Jn 20,17).Al mismo traidor lo recibe con un beso y una palabra de amistad (Mt26,50).
Como Jesús, que no tuvo pelos en la lengua para desenmascarar a los ricos de este mundo(Mc 19,24); Mc 10,25);Lc 18,25).Entre los confabulados contra él, en la Pasión, ¿no estarían los ricos?.
Como Jesús, que, a un paralítico desconocido le llama afectuosamente “hijo”(Mc2,5), e “hija” a la mujer hemorroísa (Mt 9,22).Amó a su pueblo tan profundamente que, viéndolo perdido, no le quedó otra solución que lamentarse y llorar (Lc 13, 34).
Como Jesús, defender la verdad aun a costa de la vida: “Vosotros tratáis de matarme; sin embargo, yo no he hecho más que anunciaros la verdad” (Jn 8,40ss); aun a costa de perder discípulos (Jn 6,66); aun a costa de provocar el escándalo y la persecución (Mt 7,3; Lc 7,39). No hay cosa que tanto le repugne como la hipocresía, la mentira y la tergiversación. Una de las expresiones más hermosas del Evangelio:”La verdad os hará libres” (Jn 8,32).
Como Jesús, que inventó mil formas y maneras para expresar su amor, porque el amor es ingenioso (Mc 10.45); Mt 20.28). En aquella brutal ironía hay un enorme fondo de verdad; “A otros ha salvado; a sí mismo no puede (quiere) salvarse” (Mc15,31).Trajo de parte del Padre un solo encargo: “Como me amó mi Padre, os he amado yo a ´vosotros. ¡Permaneced en mi amor!”(Jn 15,9).
Como Jesús, que a la vista ya de la eternidad, resume el objetivo de su vida: “Para esto he nacido yo y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad” (Jn 18,37). Después de muchos años, al evocar Pedro la vida de Jesús, testifica emocionado: “En su boca no fue hallada mentira”(1Pe 2,22).
Debió emocionar tan profundamente este amor de Jesús, que los testigos nos transmitieron ese recuerdo, grabado en frases lapidarias: “Dios ha amado tanto al mundo, que le dio a su Hijo Unigénito” (Jn 3,16);“ Me amó y se entregó a la muerte por Mí” (Gal 2,20); ha habido en los últimos tiempos una explosión“ de la benignidad y amor de nuestro Salvador a los hombres”(Tit 3,4).
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XXVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Génesis 2, 18-24; Salmo 127; Hebreos 2, 9-11 Evangelio según San Marcos (10, 2-12)
“En aquel tiempo, se acercaron unos fariseos y le preguntaron a Jesús, para ponerlo a prueba:—«¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?» É1 les replicó: —«¿Qué os ha mandado Moisés?» Contestaron: —«Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.» Jesús les dijo: —«Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el
hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.» En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: —«Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión En este texto del Evangelio lo primero que podemos constatar es que los fariseos no buscan de Jesús una respuesta a una duda sincera, sino ponerlo a prueba, frente a algo enseñado por la Torá. Jesús con su respuesta va al fondo de la situación, critica la postura judía y la norma misma de Moisés, por apartarse del proyecto oriaginal de Dios. Él muestra cómo Moisés había tolerado la situación por la dureza del corazón, es decir la tentación siempre presente de ir en contra de los planes de Dios. El plan –designio- amoroso de Dios supone la igualdad del hombre y de la mujer que se unen en matrimonio por amor incondicional y no por otros intereses. Seguro que en una mentalidad –manera de vivircomo la nuestra este pensamiento para algunos es agresivo e iría en contra de la realización de la persona.
Cuántos pretenden justificar sus errores acudiendo a interpretaciones falsas o posturas liberales en contraposición a la enseñanza bíblica. Sería muy oportuno darle todo su valor al matrimonio como sacramento, como base de toda sociedad, no dejándonos llevar a engaños y mentiras; el plan de Dios es una alianza –matrimonio- para toda la vida. Qué bueno pensar en la seriedad que hay que colocar ante empresa tan grande, en la preparación consciente que se debe tener para dar este importante paso. Y recordar es el amor y sólo el amor lo que hará posible permanecer en los designios de Dios, y no otros intereses bajos o ruines. Pensemos por último cómo lo que hace Jesús es atreverse a presentarnos la unión del hombre y la mujer como modelo de amor definitivo. Sería una equivocación entenderlo como una carga, o reducirla a una mera ley externa.
Septiembre | 5
Jesús resucitado se aparece Hemos venido profundizando en el quinto artículo del credo, el cual hace referencia a la resurrección. En la revista anterior nos detuvimos en el descenso de Cristo a los infiernos, en el acontecimiento de la resurrección y en el sepulcro vacío. En esta edición nos acercaremos a las apariciones de Jesús desde los aportes que nos brindan los distintos textos del Nuevo Testamento. Conocemos el pasaje de la Primera Carta a los Corintios, donde Pablo, el primero cronológicamente, anota la verdad sobre la resurrección de Cristo: “Porque les transmití... lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras: que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce...“ (1Co 15,3-5). Se trata, como se ve, de una verdad transmitida, recibida, y nuevamente transmitida. Una verdad que pertenece al ‘depósito de la Revelación’ que el mismo Jesús, mediante sus Apóstoles y Evangelistas, ha dejado a su Iglesia. Los anuncios y los hechos tuvieron su confirmación sobre todo en los encuentros de Cristo resucitado, que los Evangelios y Pablo relatan. Es necesario decir que el texto paulino presenta estos encuentros (en los que se revela Cristo resucitado) de manera global y sintética (añadiendo al final el propio encuentro con el Resucitado a las puertas de Damasco: Cfr. Hch 9,3-6).
No es difícil tomar y comparar algunas líneas características de cada una de estas apariciones y de su conjunto para acercarnos todavía más al descubrimiento del significado de esta verdad revelada. Podemos observar ante todo que, después de la resurrección, Jesús se presenta a las mujeres y a los discípulos con su cuerpo transformado, hecho espiritual y partícipe de la gloria del alma: pero sin ninguna característica triunfalista. Jesús se manifiesta con una gran sencillez. Habla de amigo a amigo, con los que se encuentra en las circunstancias ordinarias de la vida terrena. No ha querido enfrentarse a sus adversarios, asumiendo la actitud de vencedor, ni se ha preocupado por mostrarles su ‘superioridad’, y todavía menos ha querido fulminarlos. Ni siquiera consta que se haya presentado a alguno de ellos. Todo lo que nos dice el Evangelio nos lleva a excluir que se haya aparecido, por ejemplo, a Pilato, que lo había entregado a los sumos sacerdotes para que fuese crucificado (Cfr. Jn 19,16), o a Caifás, que se había rasgado las vestiduras por la afirmación de su divinidad (Cfr. Mt 26,63-66). A los privilegiados de sus apariciones, Jesús se deja conocer en su identidad física: aquel rostro, aquellas manos, aquellos rasgos que conocían muy bien, aquel costado que habían traspasado; aquella voz, que habían escuchado tantas veces1.
Preguntas para el diálogo 1. Leer algunos textos sobre las apariciones de Jesús y comentarlos. 2. ¿Cuál fue el motivo de las apariciones de Jesús? 3. ¿Jesús se sigue apareciendo hoy entre los hombres? ¿cómo? 1
Textos para profundizar • • •
Catecismo de la Iglesia Católica – CEC – n. 641-647 http://www.mercaba.org/Cristologia/01/ parte_3_capitulo_2.htm h t t p : //w w w. m e r c a b a .o r g / F I C H A S / Didascalia/0cuando_subio_jesucristo_a_ los_ci.htm
Tomado de: catequesis del Papa Juan Pablo II, “Las apariciones de Jesús resucitado”, 22 de febrero de 1989.
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XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Sabiduría 7, 7-11; Salmo 89; Hebreos 4, 12-13 Evangelio según San Marcos (10, 17-27)
“En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: —«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» Jesús le contestó: —«¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.» EL replicó: —«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.» Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: —«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.»
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: —«¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!» Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: —«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.» Ellos se espantaron y comentaban: —«Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: —«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión Aparece en el Evangelio uno corriendo hacia Jesús. Uno, sin nombre, sin datos, uno en el que estamos representados todos. Corriendo, en actitud de búsqueda afanosa, presurosa, corriendo hacia Jesús. Hacia el que está formando una comunidad de discípulos, el que está enseñando un nuevo estilo de vida, el que hace una propuesta nueva para vivir el Reino de Dios. Se acerca no con cualquier inquietud, sino con una cuestión de vital importancia y trascendencia “¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna? Podríamos traducirla como algo vital ¿Qué tengo que hacer para darle valor y sentido a mi vida? ¿Qué tengo que hacer para ser plenamente feliz? ¿Qué tengo que hacer para darle horizonte a mi existencia? Son interrogantes que de una u otra manera están en el corazón de cada hombre.
Dos actitudes nos hacen pensar que este personaje conoce un poco a Jesús; por una parte dice el texto se arrodillo delante de él y en segundo momento lo llama bueno. Es decir reconoce en Jesús a alguien que tiene autoridad, a alguien a quien se le puede creer. Del dialogo se puede pensar que es alguien “bueno”, cumplidor, un hombre íntegro y preparado para dar un paso más adelante. Jesús le lanza un reto… y él no pudo, la alegría se convirtió en tristeza, el júbilo por el encuentro en desazón y desconcierto. Y dice el texto, se marchó. La lección última del evangelio de hoy es la actitud de completa libertad que debe haber en el corazón de quien quiera optar por seguir a Jesús, la única riqueza y seguridad es Él y nada ni nadie más, ante Él todo queda de segundo, todo es relativizado.
Septiembre | 7
Catequesis 2
Jesús se aparece a algunas mujeres Es de destacar también un hecho significativo: Jesucristo se aparece en primer lugar a las mujeres, sus fieles seguidoras, y no a los discípulos, y ni siquiera a los mismos Apóstoles, a pesar de que los había elegido como portadores de su Evangelio al mundo. Es a las mujeres a quienes por primera vez confía el misterio de su resurrección, haciéndolas las primeras testigos de esta verdad. Quizá quiera premiar su delicadeza, su sensibilidad a su mensaje, su fortaleza, que las había impulsado hasta el Calvario. Quizá quiere manifestar un delicado rasgo de su humanidad, que consiste en la amabilidad y en la gentileza con que se acerca y beneficia a las personas que menos cuentan en el gran mundo de su tiempo. Es lo que parece que se puede concluir de un texto de Mateo: “En esto, Jesús les salió al encuentro (a las mujeres que corrían para comunicar el mensaje a los discípulos) y les saludó. Ellas se acercaron, se echaron a sus pies y lo adoraron. Jesús les dijo, ¡No teman! Digan a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán” (28, 9-10). También el episodio de la aparición a María de Magdala (Jn 20,11-18) es de extraordinaria finura ya sea por parte de la mujer, que manifiesta toda su apasionada y comedida entrega al seguimiento de Jesús, ya sea por parte del Maestro, que la trata con exquisita delicadeza y benevolencia.
En esta prioridad de las mujeres en los acontecimientos pascuales tendrá que inspirarse la Iglesia, que a lo largo de los siglos ha podido contar enormemente con ellas para su vida de fe, de oración y de apostolado. Algunas características de estos encuentros postpascuales los hacen, en cierto modo, paradigmáticos debido a las situaciones espirituales, que tan a menudo se crean en la relación del hombre con Cristo, cuando uno se siente llamado o ‘visitado’ por Él. Ante todo hay una dificultad inicial en reconocer a Cristo por parte de aquellos a los que Él sale al encuentro, como se puede apreciar en el caso de la misma Magdalena (Jn 20,14-16) y de los discípulos de Emaús (Lc 24,16). No falta un cierto sentimiento de temor ante Él. Se le ama, se le busca, pero, en el momento en que se le encuentra, se experimenta alguna vacilación. Pero Jesús les lleva gradualmente al reconocimiento y a la fe, tanto a María Magdalena (Jn 20,16), como a los discípulos de Emaús (Lc 24,26), y, análogamente, a otros discípulos (Cfr. Lc 24, 25). Signo de la pedagogía paciente de Cristo al revelarse al hombre, al atraerlo, al convertirlo, al llevarlo al conocimiento de las riquezas de su corazón y a la salvación2.
Preguntas para el diálogo
Textos para profundizar
1. ¿Por qué Jesús se aparece primero a las mujeres?
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2. ¿Qué tarea encomienda en las apariciones?
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3. ¿Por qué en algunas apariciones no lo reconocen inmediatamente?
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Catecismo de la Iglesia Católica – CEC – n. 641-647 http://www.mercaba.org/Biblia/EV/JN/ amor_entranable_del_padre13.htm http://www.vatican.va/liturgical_year/holyweek/2007/documents/holy-week_homilyfr-cantalamessa_20070406_sp.html
Tomado de: catequesis del Papa Juan Pablo II, “Las apariciones de Jesús resucitado”, 22 de febrero de 1989.
8 | Evangelizar
XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Isaías 53, 10-11; Salmo 32; Hebreos 4, 14-16 Evangelio según San Marcos (10, 42-45)
“En aquel tiempo, Jesús, reuniendo a los Doce, les dijo: —«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión Sería muy valioso para la reflexión de este domingo leer el texto desde el versículo 35. Recordemos brevemente: Jesús está instruyendo a sus discípulos y les ha revelado que va hacia Jerusalén para sufrir la pasión, es entonces cuando se acercan dos de sus discípulos, los hijos de Zebedeo, para pedirle el sentarse uno a su derecha y otro a su izquierda cuando esté en su gloria, ante lo que Jesús les anticipa la muerte que ellos van a sufrir. Así mismo la reacción de los otros diez es de indignación frente a este pedido. Y es aquí donde aparece el texto citado. Podríamos recordar lo meditado el Domingo XXV y añadir: Vuelve a parecer la actitud de los discípulos que no han comprendido la propuesta nueva hecha por Jesús, parecen ir en contra de lo que el Maestro les propone, admira la paciencia de Jesús frente a la terquedad de los discípulos. Todos están equivocados, unos por lo que piden y otros por la actitud que toman. La tentación del poder vive en el corazón de todos. El ansia de poder y la ambición son instintos profundamente arraigados en el corazón humano, enemigos tan grandes como las riquezas materiales, para seguir a Jesús.
¿Cuántas veces nosotros mismos estamos en la tentación de progresar a costa de otros, de usarlos como pedestal para engrandecernos a nosotros mismos? ¿O para qué son las ironías e indirectas en nuestras conversaciones, el querer tener razón a toda costa, o nuestra secreta alegría por el fracaso de otros? Dice Jesús: “Entre ustedes no debe ser así”. Como modelo del comportamiento de un discípulo está el mismo Jesús. Él que es “el Maestro y el Señor” no dudó en lavar los pies a los discípulos. Él que es de verdad Rey, rechazó la dignidad de un rey de este mundo. Toda su vida fue un servir sin límites, llega hasta la entrega de la propia vida en favor de los demás. Según el ejemplo de Jesús, cada uno ha de hacerse servidor de los demás. No somos dueños de los otros, sino llamados a ser sus servidores. Jesús nos exige demostrar la sinceridad de nuestro seguimiento en el servicio, que no es otra cosa que una entrega de nuestra vida poco a poco por el bien de los demás, especialmente de los más necesitados.
Septiembre | 9
Catequesis 3
Los discípulos reconocen a Jesús Es interesante analizar el proceso psicológico que los diversos encuentros dejan entrever: los discípulos experimentan una cierta dificultad en reconocer no sólo la verdad de la resurrección, sino también la identidad de Aquél que está ante ellos, y aparece como el mismo pero al mismo tiempo como otro: un Cristo ‘transformado’. No es nada fácil para ellos hacer la inmediata identificación. Intuyen, sí, que es Jesús, pero al mismo tiempo sienten que El ya no se encuentra en la condición anterior, y ante Él están llenos de reverencia y temor.
Hay que subrayar una última característica de las apariciones de Cristo resucitado: en ellas, especialmente en las últimas, Jesús realiza la definitiva entrega a los Apóstoles (y a la Iglesia) de la misión de evangelizar el mundo para llevarle el mensaje de su Palabra y el don de su gracia.
Cuando, luego, se dan cuenta, con su ayuda, de que no se trata de otro, sino de Él mismo transformado, aparece repentinamente en ellos una nueva capacidad de descubrimiento, de inteligencia, de caridad y de fe. Es como un despertar de fe: ‘¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?’ (Lc 24,32). ‘Señor mío y Dios mío’ (Jn 20,28). ‘He visto al Señor’ (Jn 20,18). Entonces una luz absolutamente nueva ilumina en sus ojos incluso el acontecimiento de la cruz; y da el verdadero y pleno sentido del misterio del dolor y de la muerte, que se concluye en la gloria de la nueva vida! Este será uno de los elementos principales del mensaje de salvación que los Apóstoles han llevado desde el principio al pueblo hebreo y, poco a poco, a todas las gentes.
Y en la aparición en el mar de Tiberíades, seguida de la pesca milagrosa, que simboliza y anuncia la fructuosidad de la misión, es evidente que Jesús quiere orientar sus espíritus hacia la obra que les espera (Cfr. Jn 21,1-23). Lo confirma la definitiva asignación de la misión particular a Pedro (Jn 21,15): ‘¿Me amas?... Tú sabes que te quiero... Apacienta mis corderos...Apacienta mis ovejas...’.
Recuérdese la aparición a los discípulos en el Cenáculo la tarde de Pascua: ‘Como el Padre me envió, también yo os envío...’ (Jn 20,21); ¡y les da el poder de perdonar los pecados!
Juan indica que ‘ésta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos’ (Jn 21,14). Esta vez, ellos, no sólo se habían dado cuenta de su identidad: ‘Es el Señor’ (Jn 21,7), sino que habían comprendido que, todo cuanto había sucedido y sucedía en aquellos días pascuales, les comprometía a cada uno de ellos (y de modo muy particular a Pedro) en la construcción de la nueva era de la historia, que había tenido su principio en aquella mañana de pascua3.
Preguntas para el diálogo • • •
¿Qué misión confía Jesús a los Apóstoles? ¿Qué es el kerigma? ¿Qué importancia tiene para nosotros, cristianos, el hecho de la resurrección de Jesús? 3
Textos para profundizar • • •
Catecismo de la Iglesia Católica – CEC – n. 641-647 http://www.mercaba.org/FICHAS/upsa/ tema_05_1.htm http://universoliterario.net/Evangelio_San_ Juan/evang_20_juan.htm
Tomado de: catequesis del Papa Juan Pablo II, “Las apariciones de Jesús resucitado”, 22 de febrero de 1989.
10 | Evangelizar
XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Liturgia de la Palabra: Jeremías 31, 7-9; Salmo 125; Hebreos 5, 1-6 Evangelio según San Marcos (10, 46-52)
“En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, el ciego Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar: —«Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí.» Muchos lo regañaban para que se callara. Pero él gritaba más: —«Hijo de David, ten compasión de mí.» Jesús se detuvo y dijo: —«Llamadlo.»
Llamaron al ciego, diciéndole: -«Ánimo, levántate, que te llama.» Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: —«¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le contestó: —«Maestro, que pueda ver.» Jesús le dijo: -«Anda, tu fe te ha curado.» Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.” Palabra del Señor
Pautas de reflexión Miremos para nuestra reflexión las actitudes de quienes intervienen en este Evangelio: el ciego Bartimeo, el grupo de los que siguen a Jesús y Jesús mismo. El ciego Bartimeo, representa en la sociedad a todos los marginados, abandonados, excluidos, impedidos y aislados de la vida y de la sociedad misma. Son los que no tienen más remedio que quedarse a la vera del camino aferrados a las limosnas para poder sobrevivir. Pero este ciego oye, y seguro que ha oído hablar de Jesús, pues apenas se da cuenta de que pasa por allí empieza a gritar, reconoce a Jesús como el Dios cercano, el Dios que salva, que cura. Pide para él la misericordia, pide “Maestro que pueda ver”, está cansado de estar ahí sentado y sin ver. Pensemos no sólo en una ceguera física, sino también en aquella ceguera que impide reconocer a Dios en la vida, su obra, su amor y misericordia. Aquella ceguera de los discípulos para comprender las enseñanzas y la novedad de Jesús. Aquella ceguera de tantos que acostumbrados a su mundo, encerrados en sí mismos que no quieren descubrir la novedosa propuesta de Jesús, hoy a través del Papa Francisco, para salir de las propias seguridades y salir al encuentro del otro…
El grupo de los que siguen a Jesús. Se pueden percibir dos subgrupos, unos ante los cuales la presencia del ciego incomoda, estorba, molesta, “lo regañaban para que se callara”. Quizás muy “piadosos”, muy “buenitos”, muy “santos”, pero encerrados en su egoísmo y mezquindad que les hace incapaces de sentir misericordia ante el que sufre, de tender la mano a quien la necesite, siguiendo a Jesús pero de espaldas al hermano. Recordemos al Papa Francisco diciendo “tocar la carne de Jesús, en la carne del hermano que sufre”. Otros los que acompañan, animan, dan fuerza “llamaron al ciego, diciéndole: «Ánimo, levántate, que te llama.» Son quienes acompañan, guían y orientan a los demás hacia Jesús, quienes se han dejado tocar por el Señor y lo acompañan en la misión de llevar consuelo, esperanza, ilusión a quien la necesita. Jesús, quien siente compasión –misericordia- por quien sufre, se conmueve ante los gritos, atiende el clamor y devuelve la vista a quien le súplica. Jesús siempre escucha el grito del pobre, del necesitado, de quien sabe clamar desde la fe en él.
Septiembre | 11
Nuestra realidad y la “LAUDATO SI” El Papa Francisco aborda en el capítulo 2º. EL EVANGELIO DE LA CREACION. Yo prefiero abordar primero La RAIZ HUMANA DE LA CRISIS ECOLÓGICA, que es el capítulo 3º para luego entrar en el camino del Señor y de su Iglesia frente a la ecología. Según el Papa, “la vida y la acción humana se ha desviado y contradice la realidad hasta dañarla” (#101). Por eso plantea tres grandes raíces de la crisis ecológica. Veamos: (1) EL PARADIGMA TECNOLOGICO: “La humanidad ha ingresado en una nueva era en la que el poderío tecnológico nos pone en una encrucijada… La ciencia y la técnica son un maravilloso producto de la creatividad humana, donada por Dios… que ha remediado innumerables males que dañaban y limitaban al ser humano… Pero el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia. El PARADIGMA TECNOLÓGICO condiciona la vida de las personas y el funcionamiento de la sociedad… se ha vuelto tan dominante que el hombre que posee la técnica no se dirige ni a la utilidad y el bienestar, sino al dominio; el dominio en el sentido mas extremo de la palabra. Por eso intenta controlar tanto los elementos de la naturaleza como los de la existencia humana…El paradigma tecnocrático también tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política…Tenemos un superdesarrollo derrochador y consumista…” (# 102 a 109). Por eso tenemos que acoger la doctrina del Papa, y comprender que la tecnología no es un mal, sino que lo perverso es su abuso, que lleva no a la utilidad y beneficio de todos, ni al perfeccionamiento de la naturaleza, sino a su destrucción y enriquecimiento de unos pocos.. (2) EL ANTROPOCENTRISMO MODERNO: ”ha terminado colocando la razón técnica sobre la realidad, porque este ser humano ni siente la naturaleza como norma válida, ni menos aún como refugio viviente…En la modernidad hubo una gran desmesura antropocéntrica que, con otro ropaje, hoy sigue dañando toda referencia común y todo intento por fortalecer los lazos sociales…Si el ser humano se declara autónomo de la realidad y se constituye en dominador absoluto, la misma base de su existencia se desmorona…No hay ecología sin una adecuada antropología…porque no se puede proponer una relación con el ambiente aislada de la relación con las demás personas y con Dios. Sería un individualismo romántico… El hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso desarrollo tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia..” (#105 a 116). Es bien claro que sin una antropología que tenga en cuenta la recta y armónica relación con Dios, consigo mismo, con los demás y con la naturaleza, no es posible un ser humano nuevo y una civilización nueva, en la que la naturaleza sea de verdad NUESTRA HERMANA como nos lo dice el Papa. Y por ende, el poderío tecnológico y el antropocentrismo actual impiden la ECOLOGÍA INTEGRAL.
Estimados hermanos: comprendamos que sin una antropología integral, no habrá un hombre nuevo y una sociedad nueva.
(3) EL RELATIVISMO PRÁCTICO: “Un antropocentrismo desviado da lugar a un estilo de vida desviado…Cuando el ser humano se coloca a sí mismo en el centro, termina dando prioridad absoluta a sus conveniencias circunstanciales, y todo lo demás se vuelve relativo… La cultura del relativismo empuja a una persona a aprovecharse de otra y tratarla como mero objeto, obligándola a trabajos forzados, la explotación sexual de los niños, o al abandono de los ancianos…” (#122 y 123). Tenemos que aprender del Papa Francisco que la cultura relativista que suprime las verdades eternas, los valores y virtudes perennes, las exigencias de la realidad, nos lleva a la degradación personal, social y ambiental y la moral del ME PARECE se vuelve norma de vida y con ello cada quien se hace dueño de la decisión moral.
12 | Evangelizar
¿Será que la
legislación de la Iglesia Católica sobre la indisolubilidad del matrimonio y la gravedad del aborto está mandada a recoger? •
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El Santo Padre Francisco ha llamado a los tribunales eclesiásticos a que agilicen los trámites de declaración de insubsistencia matrimonial (nulidad). Son muchos los bautizados que, habiendo contraído matrimonio católico, se encuentran con dificultad para contraer otro matrimonio católico, porque los tribunales eclesiásticos nunca les resuelve la situación. El Papa Francisco, en la bula de convocación al año de la misericordia (MISERICORDIAE VULTUS) ha permitido a los presbíteros, y, no sólo a los obispos, absolver a las mujeres que hubiesen abortado. Se ha levantado una polvareda porque el Papa Francisco ha pedido que no se cobre por el procedimiento de nulidad matrimonial y ha autorizado a los Obispos residenciales para que la concedan. Se ha ido teniendo la percepción de que el aspecto canónico jurídico no es el más importante para el Papa, sino el de la misericordia y el perdón.
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“Si un hombre se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio; y el que se case con una divorciada, también comete adulterio” (Lc 16, 18).
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“No tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos” (Mt 9, 12).
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“Misericordia quiero y no sacrificio, Yo no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores” (Mt 9, 13).
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Hay más alegría en el cielo por un pecador que hace penitencia, que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de ella” (Lc 14, 7).
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“¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la que ha perdido?” (Lc 15, 4).
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“Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mt 5, 20).
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Es un hecho que, durante el pontificado del Papa Francisco, lo más importante no serán los temas canónico-jurídicos, sino los bíblico pastorales. Una estrategia pastoral, en cuanto a los temas de matrimonio y aborto, será la de servir y agilizar las cosas y no la de poner trabas y causar molestia a los fieles católicos. Se puede anticipar que la iglesia, teniendo una actividad más pastoral y comprensiva, estará abriendo caminos ecuménicos con las iglesias separadas y de la Reforma. Se va perfilando, más que un papado de infalibilidad y defensor de la doctrina, uno de defensa de la vida, la compasión y la misericordia.
Septiembre | 13
Tres
PRINCIPIOS Primer principio
Tercer principio
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La obra es de Dios. La creación, la salvación de la humanidad y la santificación de cada persona es obra de Dios. También la Iglesia y su misión de anunciar el evangelio a toda la humanidad, es decir, la evangelización, es obra de Dios. Es el Espíritu Santo quien llama, quien otorga las gracias necesarias y quien indica los caminos que debemos recorrer. Y todo lo que Dios hace es bueno: «Y vio Dios que todo era bueno» (Gn. 1, 31) Por tanto, nadie puede poner en entredicho la obra de Dios; lo que Dios hace se escapa a cualquier tipo de juicio o evaluación humana.
Segundo principio •
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En la Iglesia que es obra de Dios, nosotros somos • simplemente colaboradores. A cada uno Dios lo llama y le confía una misión en la Iglesia. Esa misión que Dios a cada quien le confía debe asumirla con ardor, alegría y responsabilidad. Y debe buscar solamente la gloria de Dios y la salvación de las almas. Cualquier otra • intención desvirtúa la obra de Dios. Y el pago lo hace Dios: «Muy bien servidor fiel y cumplidor, pasa al banquete de tu Señor»
Dios quiere que demos frutos (resultados): «Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. Él corta todos los sarmientos que no dan fruto; y a los que dan fruto, lo poda para que den más todavía» (Jn 15, 1-2) «Servidor holgazán y perezoso» (Mt. 25, 26) Para dar frutos hay tres condiciones: Primera condición: Es una condición vital y consiste en estar profundamente unidos a Cristo; «Sin mí, no podéis hacer nada» (Jn. 15, 5) Segunda condición: Es una condición eclesial que nos recuerda que debemos trabajar en la Iglesia y con la Iglesia. Tercera condición: Es una condición estratégica y consiste en conocer el terreno (la realidad), planear y evaluar. Conocer el terreno significa conocer la realidad. Esta tarea consiste en una lectura científica del entorno, para precisar sus • características, las causas de los fenómenos socioculturales y su impacto. Los datos obtenidos permiten definir el contexto y los desafíos en orden a la evangelización. Planear consiste en trazar el camino. Todas las acciones humanas se pueden improvisar o planear. Pero los frutos o resultados no serán los mismos. La tarea de la evangelización
no puede ser fruto de la improvisación, sería un acto de irresponsabilidad. Evaluar: Consiste en juzgar lo que hemos hecho, cómo lo hemos hecho y que resultados obtuvimos. Es el ejercicio mediante el cual se determina el valor y la eficacia de un evento o proceso. Al evaluar podemos constatar si hemos avanzado, si estamos estancados o peor aún si estamos retrocediendo y, al mismo tiempo, corregir lo que se debe corregir para tener mejores resultados en el futuro.
14 | Evangelizar
Anunciar el Evangelio de la familia hoy, en los diversos contextos (núms. 29-38)
A la luz de la necesidad de la familia y, al mismo tiempo, de los múltiples y complejos desafíos presentes en nuestro mundo, el Sínodo ha subrayado la importancia de un compromiso renovado para un anuncio, franco y significativo, del Evangelio de la familia. 29. El diálogo sinodal se detuvo más en algunas cuestiones pastorales más urgentes que encomendar a la concretización en cada una de las Iglesias locales, en la comunión cum Petro et sub Petro. El anuncio del Evangelio de la familia constituye una urgencia para la nueva evangelización. La Iglesia está llamada a darlo con ternura de madre y claridad de maestra (cfr. Ef 4,15), en fidelidad a la kenosi misericordiosa de Cristo. La verdad se encarna en la fragilidad humana no para condenarla, sino para salvarla (cfr. Jn 3,16 -17). 30. Evangelizar es responsabilidad de todo el pueblo de Dios, cada uno según su propio ministerio y carisma. Sin el testimonio gozoso de los cónyuges y de las familias, Iglesias domésticas, el anuncio, aunque fuese correcto, corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en el mar de palabras que caracteriza nuestra sociedad (cfr. Novo Millennio Ineunte, 50). Los Padres sinodales hicieron hincapié en más de una ocasión en que las familias católicas, en virtud de la gracia del sacramento nupcial, están llamadas a ser sujetos activos de la pastoral familiar. 31. Es decisivo resaltar la primacía de la gracia y, por tanto, las posibilidades que el Espíritu dona en el sacramento. Se trata de hacer experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que «llena el corazón y la vida entera», porque en Cristo somos «liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento» (Evangelii Gaudium, 1). A la luz de la parábola del sembrador (cfr. Mt 13,3-9), nuestra tarea es cooperar en la siembra: lo demás es obra de Dios. Tampoco hay que olvidar que la Iglesia que predica sobre la familia es signo de contradicción. 32. Esto exige a toda la Iglesia una conversión misionera: es necesario no quedarse en un anuncio meramente teórico y desvinculado de los problemas reales de las personas. Nunca hay que olvidar que la crisis de la fe ha conllevado una crisis del matrimonio y de la familia y, como consecuencia, a menudo se ha interrumpido incluso la transmisión de la fe de padres a hijos. Ante una fe fuerte la imposición de algunas perspectivas culturales que debilitan la familia y el matrimonio no tiene incidencia. 33. Asimismo, se requiere la conversión del lenguaje a fin de que resulte efectivamente significativo. El anuncio debe hacer experimentar que el Evangelio de
la familia responde a las expectativas más profundas de la persona humana: a su dignidad y a la realización plena en la reciprocidad, en la comunión y en la fecundidad. No se trata solamente de presentar una normativa, sino de proponer valores, respondiendo a la necesidad que se constata hoy, incluso en los países más secularizados, de tales valores. 34. La Palabra de Dios es fuente de vida y espiritualidad para la familia. Toda la pastoral familiar deberá dejarse modelar interiormente y formar a los miembros de la Iglesia doméstica mediante la lectura orante y eclesial de la Sagrada Escritura. La Palabra de Dios no sólo es una buena nueva para la vida privada de las personas, sino también un criterio de juicio y una luz para el discernimiento de los diversos desafíos que deben afrontar los cónyuges y las familias. 36. El matrimonio cristiano es una vocación que se acoge con una adecuada preparación en un itinerario de fe, con un discernimiento maduro, y no hay que considerarlo sólo como una tradición cultural o una exigencia social o jurídica. Por tanto, es preciso realizar itinerarios que acompañen a la persona y a los esposos de modo que a la comunicación de los contenidos de la fe se una la experiencia de vida ofrecida por toda la comunidad eclesial. 37. Se ha recordado repetidamente la necesidad de una renovación radical de la praxis pastoral a la luz del Evangelio de la familia, superando los enfoques individualistas que todavía la caracterizan. Por esto, se ha insistido en varias ocasiones sobre la renovación de la formación de los presbíteros, los diáconos, los catequistas y los demás agentes pastorales, mediante una mayor implicación de las mismas familias.
Reflexionemos en familia o en grupo •
¿Somos conscientes de que la rápida evolución de nuestra sociedad exige una constante atención al lenguaje en la comunicación pastoral? ¿Cómo testimoniar eficazmente la prioridad de la gracia, de manera que la vida familiar se proyecte y se viva como acogida del Espíritu Santo?
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Al anunciar el Evangelio de la familia ¿cómo se pueden crear las condiciones para que cada familia sea como Dios la quiere y sea reconocida socialmente en su dignidad y misión? ¿Qué “conversión pastoral” y qué ulteriores profundizaciones hay que llevar a cabo en esta dirección?
Septiembre | 15
Su Escudo con su lema “Amor y Sacrificio”
COMUNIDAD SIERVOS DE JESÚS DE LA CARIDAD
Santa María Josefa del Corazón de Jesús. (Madre Inspiradora)
Monseñor Ricardo Tobón Restrepo (Cofundador) Arzobispo de Medellín
Origen
Los hermanos Siervos de Jesús de la Caridad nacen por inspiración del Espíritu Santo el día 20 de marzo del año 2004 en nuestra diócesis de Sonsón Rionegro, su origen se da bajo la inspiración de su Madre Santa María Josefa del Corazón de Jesús, quien funda a las hermanas Siervas de Jesús de la Caridad el 25 de julio de 1871 en Bilbao España, comúnmente llamadas las veladoras por su apostolado de cuidar a los enfermos en las noches. Monseñor Ricardo Tobón Restrepo es su Cofundador, Padre y Pastor de los hermanos y actualmente también arzobispo de Medellín; quien contribuyó a proporcionar sólidas bases para el Instituto, con 11 años de historia en la Iglesia, la comunidad ya hace presencia en distintos lugares como La Ceja (donde nació), La Estrella donde asisten a una población de más de 280 abuelos en convenio con FUNDARIAS, en Chile y en México. La comunidad se integra por hermanos (quienes no desean hacerse sacerdotes) y sacerdotes. La familia religiosa en general está conformada por los hermanos, sacerdotes, hermanas y laicos; todos bajo una espiritualidad ignaciana.
Carisma de la comunidad
Esta comunidad se caracteriza por el servicio a los enfermos y a los necesitados que sufren material y espiritualmente, al estilo de Cristo en su vida apostólica. De acuerdo a la madre fundadora, llevan a cabo esta especial misión en la Iglesia impulsados por una gran sensibilidad hacia los que más sufren, dando preferencia a los pobres, a los humildes y particularmente a los enfermos.
Hermanos en Casa Madre
Tarea evangelizadora en nuestra diócesis
En nuestra diócesis los hermanos se proyectan espiritual y pastoralmente en el municipio de La Ceja, en la casa Santa María Josefa donde cuentan con un hogar para ancianos, consultorio y capilla; además ejercen la caridad para con los enfermos a los que les llevan la Sagrada Comunión a sus domicilios, les atienden en su consultorio médico, acompañan espiritualmente a los laicos con la santa misa y la confesión en su capilla los domingos; están prestos a atender las necesidades de la comunidad como hermanos religiosos desde la medicina y la enfermería. Damos gracias a Dios por esta comunidad que ha nacido en nuestra diócesis como fruto para la Iglesia Universal.
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16 | Evangelizar
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