Evangelizar 032 - Abril de 2016

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Abril

Revista de Ayudas Pastorales Diócesis de Sonsón-Rionegro

2016 N° 32

“Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas (...) (Diario de Sor Faustina) FIESTA DE LA DIVNA MISERICORDIA


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A LOS SACERDOTES +RINO FISICHELLA LA CONFESIÓN SACRAMENTO DE LA MISERICORDIA

LITURGIA DEL DOMINGO

Pbro. Javier Arturo Marín Carvajal II DOMINGO DE PASCUA III DOMINGO DE PASCUA IV DOMINGO DE PASCUA V DOMINGO DE PASCUA

FORMACIÓN DOCTRINAL Pbro. Edwin Yair Hidalgo Giraldo DAR UN BUEN CONSEJO AL QUE LO NECESITA. DAR DE BEBER AL SEDIENTO. ACOGER AL FORASTERO

CONTROVERSIAS RELIGIOSAS

Pbro. Oscar Charlarca ¿SERA VERDAD QUE TANTOS BIENES MATERIALES QUE TIENE LA IGLESIA CONSTITUYEN UNA CARGA ADMINISTRATIVA QUE NO LE AYUDAN EN LA MISIÓN DE EVANGELIZAR?

CAMBIO DE ACTITUD Pbro. Carlos Mario Gómez Gómez

¿CÓMO SE INICIA UN PROCESO DE NULIDAD MATRIMONIAL? ¿QUIÉN DEBE TOMAR LA INICIATIVA?

Asesor General Mons. Fidel León Cadavid Marín Director P. John Jairo Olaya Ballesteros. Diagramación Silvia Giraldo Consejo editorial Delegados de Pastoral Coordinador general Vicaría de Pastoral Impresión Periódico El Mundo

Pbro. Nelson Patiño Villa

Dirección Diócesis de Sonsón-Rionegro Curia Episcopal Calle 51 No 47-31 Tel: 531 5252 www.diosonrio.org.co

LA FAMILIA, UNA REALIDAD ENRAIZADA EN UNA CULTURA

Fotografía Diócesis de Sonsón-Rionegro

ESPACIOS PARA CRECER

Sugerencias

NUESTRA REALIDAD

Mons. Gilberto Muñoz Ospina.

NUESTRA REALIDAD Y “LA LAUDATO SI”

VIDA FAMILIAR

Pbro. Jorge Iván Martínez López

CONGREGACIÓN DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO

vipastoral@diosonrio.org.co


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La confesión: sacramento de la Al convocar el Jubileo extraordinario centrado en la Misericordia de Dios, el Papa Francisco lo caracterizó como “una nueva etapa del camino de la Iglesia en su misión de llevar a cada persona el Evangelio de la Misericordia”. Después agregó: Estoy convencido de que toda la Iglesia podrá encontrar en este Jubileo la alegría por redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, por medio de la cual estamos llamados a dar consolación a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo (Homilía en la Basílica de San Pedro, 13 de marzo de 2015). Buscando ofrecer una ayuda en respuesta a tales expectativas y recordando que “El Evangelio es revelación, en Jesucristo, de la misericordia de Dios hacia los pecadores”(CEC 1846), aquí se ofrecen algunas reflexiones para comprender mejor el sacramento de la Confesión, el sacramento de aquellos que en Cristo experimentan el amor misericordioso de Dios. Los temas de la misericordia, el perdón de los pecados y la conversión son puestos por Jesús en el centro de su enseñanza y de sus obras. Hoy es muy común constatar la existencia de un marcado desinterés en la práctica de la confesión. Los motivos han sido evidenciados muchas veces: desde la negación de su utilidad, hasta la convicción de que el perdón es un asunto puramente privado, entre la propia conciencia y Dios. También hay a

quienes les causa malestar confesar sus pecados ante un sacerdote, mientras que otros se desilusionan por la poca disponibilidad de sacerdotes y confesores bien preparados. Quizá es necesario reconocer que la dificultad de acercarse al sacramento de la Confesión es también reflejo de la dificultad de poner la fe en Dios y, sobre todo, en su misericordia. Este Jubileo podrá llegar a constituir un momento favorable para proponer nuevamente este sacramento como tema central de la pastoral, de un modo tal que se pueda comprender su belleza y su eficacia. Tengamos muy presente, que el ministro debe ser acogedor, fiel a la Palabra de Dios y al magisterio de la Iglesia. No debe confundir la dirección Espiritual, con la Confesión. Esta debe ser clara, concisa, donde el penitente experimente el amor de un Dios misericordioso, que lo ha perdonado de todos sus pecados. En este año de la misericordia, debemos, disponernos como ministros de la reconciliación, a estar siempre dispuestos a acoger muy bien a nuestros fieles, que acuden a la Confesión, y a dedicarles el tiempo que sea necesario, para que puedan hacer una buena Confesión. Lo mismo que hacer celebraciones penitenciales, con buena Catequesis, donde enseñemos a hacer una Excelente Confesión.


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II DOMINGO DE PASCUA Evangelio según San Juan (20, 19-31)

“Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: —«Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: —«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: —«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: —«Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: —«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si

no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: —«Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: — «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: —«¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: —«¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre”. Palabra del Señor.

Pautas de reflexión El gran regalo del resucitado es sin duda alguna la Paz: “La paz sea con vosotros” es el fruto del grano de trigo que muere, que brota de la tierra irradiando la luz de la vida; grano de trigo molido, triturado y dado en alimento.

tormentoso con los gritos de la crucifixión, se debe construir desde la mañana de la resurrección donde Cristo glorioso muestra sus heridas ya cicatrizadas como signo de la restauración anhelada desde los albores de la historia.

Es la paz la puerta que derriba los muros de dudas, temores; es el don que hace nuevas todas las cosas, pero para poder ser recibida debe ser desde el Perdón y la Reconciliación. No se puede ser instrumento de paz con una mentalidad encerrada en un pasado

Si queremos ser verdaderos testigos y mensajeros de la Resurrección debemos abrir las puertas del corazón cerradas por nuestros resentimientos y permitir que la paz y el perdón ofrecido por Cristo irradien a través de nuestra experiencia de fe.


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Dar un buen consejo al que lo necesita

“Y entonces verás con claridad” La tradición bíblica pone de relieve la importancia del consejo de la siguiente manera: “La salvación está en un gran número de consejos” (Prov 11,14); “El consejo del sabio es como una fuente de vida” (Sir 21,13); “Los sabios/guías espirituales brillarán como el fulgor del firmamento” (Dan 12,3). Pero, ¿dónde está el criterio para un buen consejo? He aquí las palabras del sabio Ben Sira que apuntan a la cuestión de la verdad y a la importancia decisiva de la conciencia recta que vaya en su búsqueda: “Atiende el consejo de tu corazón, porque nadie te será más fiel. Pues la propia conciencia suele avisar mejor que siete centinelas apostados en una torre de vigilancia. Pero, sobre todo, suplica al Altísimo, para que dirija tus pasos en la verdad” (Sir 37,13-15). Blaise Pascal (1623-1662 d.C.) presenta de forma clara la fuerza de la razón, ya sea cuando duda, ya sea cuando sabe aceptar su límite de no poder ir más allá. En definitiva, lo que se juega aquí es el ejercicio de la libertad en la verdad, a lo que Pascal sabe responder con un delicado equilibrio: “Hay que saber dudar donde es necesario, aseverar donde es necesario, someterse donde es necesario. Quien no lo hace no escucha la fuerza de la razón. Los hay que pecan contra estos principios: los que aseveran todo como demostrativo, por no entender de demostraciones; los que dudan de todo, por no saber dónde hay que someterse; o bien

los que se someten a todo, por no saber dónde hay que juzgar” (cfr. Pascal, Pensamientos, no. 268). Si miramos el momento presente, podemos decir que quizá lo más urgente es aconsejar a partir de ciertas interrogantes que ayudan a tocar fondo de la existencia humana: “¿Quién soy?, ¿de dónde vengo y adónde voy?, ¿por qué existe el mal?, ¿qué hay después de esta vida?” (cfr. Juan Pablo II, Fides et ratio, no. 1). Jesús nos dice: “si un ciego guía a otro los dos caerán en un pozo” (Mt.15,14). Hay muchos desorientados cerca nuestro. Pero difícilmente podríamos mostrarles el camino, si no hay luz dentro nuestro. El consejo que corresponde dar no es sólo la palabra. Es el testimonio de una vida limpia y entregada. Es la luz de vivir en la verdad, con todo lo que eso cuesta. Y también con la palabra. Hay verbos que indican esto: aclarar (=hacer claro); iluminar (=dar luz). Aclaremos e iluminemos cuando es preciso, para que el prójimo pueda adquirir libertad espiritual. Aquí es bueno destacar que el consejo debe ser ofrecido, no forzado. Y, la mayoría de las veces es preferible esperar que el consejo sea requerido. Asímismo, quien pretenda dar un buen consejo debe, primeramente, estar en sintonía con Dios. Sólo así su consejo podrá ser bueno. No se trata de dar opiniones personales, sino de veras aconsejar bien al necesitado de guía.

Para compartir Retomar las citas bíblicas que aparecen en el texto y comentarlas. Según el texto ¿cuáles con los criterios para dar un buen consejo?


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III DOMINGO DE PASCUA Evangelio según San Juan (21, 1-14)

“En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: —«Me voy a pescar.» Ellos contestan: —«Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: —«Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: —«No.» Él les dice: —«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús

tanto quería le dice a Pedro: —«Es el Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: —«Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: —«Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.” Palabra del Señor.

Pautas de reflexión El encuentro con Cristo Resucitado se da donde menos se espera: Como hortelano en el jardín del sepulcro, como caminante en Emaús, como un hombre en su jornada de trabajo al lado de los pescadores. La experiencia del Resucitado se da en todos los momentos de la vida del discípulo y el Evangelio nos muestra como a orillas del lago del Galilea los apóstoles descubren que hay un poder superior a sus fuerzas que vence la inhabilidad de sus destrezas humanas y da fruto al trabajo a pesar de las penumbras y de los obstáculos. Pero más que maravillarse por una pesca abundante, sus corazones quedan estupefactos ante el deseo que brota del corazón de Dios: “Me amas“. Un amor que desea sea profesado por todos los tripulantes de la barca de la Iglesia, nacida en el amor y desde este mismo amor seguir navegando por los mares de la historia manifestando al mundo el señorío de Cristo.


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Catequesis 2

Dar de beber al sediento. (Mt 25,35)

“Y él te habrá dado agua viva” El agua encierra en la Biblia un significado simbólico. Así, el agua que brotó de la roca del desierto significa el don que Dios hace a su pueblo escogido (cfr. Éx 17,17; Núm 20,1-13). A su vez, el agua es un símbolo del mismo Dios, tal como aparece en la preciosa plegaria del Salmo 42,2s: “Como busca la cierva las corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío”, y en el texto profético de Jeremías 2,13: “Me abandonaron a mí, que soy fuente de agua viva” (cfr. Is 12,2s; Jer 17,13). En el Nuevo Testamento se recordará que el ministerio apostólico comporta dificultades y tribulaciones, entre las que se encuentra “el hambre y la sed” (1Cor 4,11; 2Cor 11,27). Por eso, el dar de beber aunque sea sólo un vaso de agua a los discípulos enviados por el Señor, es un gesto que no será olvidado por Dios (cfr. Mt 10,42; Mc 9,41). No es extraño, entonces, que en el Apocalipsis se formule una esperanza de liberación en estos términos: “Ya no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el sol ni el bochorno” (Ap 7,16). A su vez, es importante el simbolismo del agua que encuentra su plena significación en el Bautismo cristiano. En efecto, así como el agua purifica así también lo realiza el Bautismo, ya que “no es la purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia” (1Pe 3,21). Por esto, el Bautismo es concebido como “el baño del nuevo

nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo” (Tit 3,5; cfr. Jn 3,5). El sacramento del Bautismo puede verse simbólicamente anunciado en el “agua” que salió del costado de Jesús crucificado (cfr. Jn 19,34), de acuerdo con la interpretación de diversos Padres y teólogos relevantes (particularmente san Agustín y santo Tomás de Aquino). Como Jesús, en el pozo de Sicar también la Iglesia siente el deber de sentarse junto a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, para hacer presente al Señor en sus vidas, de modo que puedan encontrarlo, porque sólo su Espíritu es el agua que da la vida verdadera y eterna. No se debe olvidar que en nuestra sociedad sigue resonando la fuerte petición “¡Dame de beber!”; petición hecha a la Samaritana por Jesús mismo (Jn 4,7). De allí que, privar a alguien (y cuanto más a los pobres) del acceso al agua significa negar el derecho a la vida, derecho que está fundamentado en la inalienable dignidad humana. No solo se trata de agua en sentido físico, que no debe faltar, sino del agua del Espíritu Santo. Hay que llenar estómagos, pero también cabezas y corazones. Porque cada hermano nuestro, que debemos amar, es carne de Cristo. Dios se ha hecho carne para identificarse con nosotros. Y con el que sufre, es Cristo quien lo sufre”. (P. Francisco homilía 7.01.2016)

Para compartir ¿Cómo podemos atender a la petición hecha por el mismo Jesús: “Dame de beber”? La Diócesis se ha propuesto construir una casa de acogida; ¿qué estamos haciendo para lograr este objetivo? ¿Es suficiente? ¿Será que podemos hacer algo más?


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IV DOMINGO DE PASCUA Evangelio según San Juan (10, 27-30)

“En aquel tiempo, dijo Jesús: —«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.” Palabra del Señor.

Pautas de reflexión La figura del Buen Pastor siempre será una de la más llamativas formas, a través de las cuales, Jesús, quiere manifestarnos su deseo de dejarnos guiar por su enseñanza, basada en la docilidad y obediencia al Padre. No es una obediencia a ciegas y mucho menos manipulada, sino que se convierte en una relación personal, apoyada en el conocimiento y el amor. Esa hermosa figura nos hace fijar la mirada en el sacerdote, pastor visible del Rebaño de Cristo que con la riqueza de su ministerio nos hace una invitación a redescubrir en este regalo al hombre elegido por Dios para ser otro Cristo conduciendo al pueblo de Dios a la única Puerta que lleva a la salvación. Miremos hoy al sacerdote, don purísimo del Corazón de Cristo,“ hombre elegido de entre los hombres”, con la única misión de ser instrumento de misericordia. Es la oportunidad para orar por ellos y por todos aquellos que a pesar de los atractivos del mundo han iniciado un proceso de formación hacia el sacerdocio. Pero no sobra decir que no sólo el sacerdote es figura del Pastor, sino también los padres de familia, siendo los primeros en guiar a sus hijos en el descubrimiento de la vida, lo que se aprende en el hogar difícilmente se olvida, configurando en cada

hijo el sello imborrable de valores o defectos, de caricias o de cicatrices. Igualmente los profesores, que tienen la misión de orientar y educar no solo en la transmisión de conocimientos que si bien, son necesarios, deben quienes refuercen y comuniquen los verdaderos valores que formen en el bien vivir, no solo haciendo buenos profesionales, sino “buenos Cristianos y honrados ciudadanos”. Y qué decir de los políticos los cuales deben reconocerse como verdaderos instrumentos de Dios, pues “toda autoridad viene de lo alto”, recordando que quien tiene el poder “debe convertirse en el servidor de todos”, luchando incansablemente por el bien común desde la justicia a la luz del Evangelio. Los empresarios que tienen a su vez personal a su servicio mirándolos no como “máquinas productoras” sino como seres humanos con sentimientos, necesidades y obligaciones, velando por su bienestar basado desde una remuneración justa, hasta unas buenas condiciones de trabajo. Sólo así, cada uno, siendo buen pastor de su hermano, podremos sentirnos todos ovejas del único rebaño y del único pastor: Cristo el Señor.


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Catequesis 3

Acoger al forastero. (Mt 25,35)

“Hoy quiero hospedarme en tu casa” Las palabras de Mateo 25,35: “Fui forastero y me hospedaron” marcan toda la historia de Israel. En efecto, el huésped que pasa y pide el techo que le falta, recuerda a Israel su condición pasada de emigrante y extranjero de paso sobre la tierra, tal como atestiguan los siguientes textos: “El emigrante que reside entre ustedes será para ustedes como uno de sus compatriotas: lo amarás como a ti mismo, porque también emigrantes fueron ustedes en Egipto” (Lev 19,34; Hch 7,6). “Escucha, Señor, mi oración, haz caso de mis gritos, no seas sordo a mis llantos; porque soy huésped tuyo, emigrante como todos mis padres” (Sal 39,13). “Salgamos, pues, hacia él, fuera del campamento... que aquí no tenemos ciudad permanente, sino que andamos en busca de la futura” (Heb 13,13s).

Para compartir

El ejemplo de acogida generosa y religiosa es Abraham con los tres personajes en Mambré (cfr. Gén 18,2-8), así como Job que se gloría de este paradigma (cfr. Job 31,31s) y el mismo Cristo que aprueba los cuidados que comporta la hospitalidad (cfr. Lc 7,44-46; 24,1333). Los gestos de acogida para con el emigrante son manifestación concreta de solidaridad con el prójimo, quien es, por excelencia, la mejor mediación con lo divino (cfr. Rm 12,9.13). No es fácil hoy. Tenemos muchos prejuicios y experiencias reales negativas. Tenemos miedo a que nos quiten o mermen nuestros derechos como ciudadanos “de primera”. El Padre Dios nos recuerda que todos tenemos la misma dignidad de hijos y que todos somos hermanos en Jesucristo. ¡El forastero es mi hermano!

Conscientes de las dificultades que se presentan para vivir esta obra de misericordia ¿Cómo podríamos cumplirla sin desentendernos de la invitación que nos hace el mismo Jesús? La Diócesis se ha propuesto construir una casa de acogida; ¿que estamos haciendo para lograr este objetivo? ¿Es suficiente? ¿Será que podemos hacer algo más?


10 | Evangelizar

V DOMINGO DE PASCUA Evangelio según San Juan (13, 31-33a. 34-35)

“Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: —«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.

Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os améis unos a otros.” Palabra del Señor.

Pautas de reflexión Jesús es la plenitud de la glorificación del Padre “Este es mi Hijo en quien tengo todas mis complacencias” es la Voz del Padre que se repite a lo largo de toda la historia de salvación; desde el anuncio de salvación hecho a nuestros primeros padres en el génesis, siguiendo por todas las figuras de predilección a lo largo de la Historia sagrada, José, Moisés, Elías, David, entre otros, realizando plenamente su voluntad desde Nazaret hasta la cruz, glorificándose en la obra maestra de la Redención. Pero esta gran obra se queda actuante y operante en la Iglesia cenáculo de predilección donde es reunida, formada, alimentada y santificada por esta Acción salvífica que se consolida plenamente a lo largo de los siglos con una presencia viva de Cristo en un mandamiento pleno y claro “que os améis unos a otros; como yo os he amado”. Ese amor profundo e insondable entre el Padre y el Hijo se debe traducir en amor entre todos los discípulos siendo éste la gran señal del seguimiento

de Cristo. Nos reconocerán no por los milagros o hechos extraordinarios,“ de qué me sirve echar mi cuerpo a las llamas, sino tengo amor” no por las grandes predicaciones convertidas en panegíricos cargados de sentimientos, ni mucho menos por estrategias y métodos muy llenos de análisis pero a su vez vacíos de lo esencial. Nos reconocerán por el Amor, marca indeleble sellada por el acto más grande y sublime: “tanto amo Dios al mundo que envió a su propio Hijo”. Dios se glorifica donde existe el amor, donde se vive el amor, donde se ofrece el amor. Un amor no como lo entiende el mundo, sino el amor entendido desde Dios, un dar la vida sin reservas, sin medidas, entregándolo todo en un holocausto de servicio y obediencia, sin esperar nada, sin buscar puestos honoríficos, sin exigencias, todo hecho buscando la felicidad del otro, que sin duda alguna es mostrarle a un mundo vacío de sentido que pide a gritos una señal de Dios, la propia vida como atalaya desde donde puedes contemplar la Casa del Padre.


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NUESTRA REALIDAD Y “LA LAUDATO SI” Estamos abordando el capítulo VI sobre “Espiritualidad y educación ecológica.” En el artículo anterior analizamos hasta el numeral 215. Abordemos algunas líneas de espiritualidad.

CONVERSIÓN ECOLÓGICA: “La crisis ecológica es un llamado a una profunda conversión interior… que implica dejar brotar todas las consecuencias del encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que nos rodea. Vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de nuestra existencia virtuosa… Reconocer los propios errores, pecados, vicios, negligencias, y arrepentirse de corazón, cambiar desde adentro…La conversión ecológica es también una conversión comunitaria” (217-219). Por ende tenemos que vivir la verdad de que la naturaleza es nuestra hermana y por eso no reconocer el daño que le hemos hecho y hacer presente en ella el Evangelio y las virtudes cristianas, no sólo particularmente sino comunitariamente, es hacer de verdad una conversión ecológica. ACTITUDES PARA LA CONVERSIÓN ECOLÓGICA: “() En primer lugar implica gratitud y gratuidad, como reconocimiento del mundo como don recibido del amor del Padre…() La amorosa consecuencia de no estar desconectados de las demás criaturas, de formar con todos los seres del universo una preciosa comunión universal…() No contemplar el mundo sólo desde fuera sino desde dentro, reconociendo los lazos con que el Padre nos ha unido a todos los seres…() Desarrollar la creatividad y entusiasmo para resolver los dramas del mundo, ofreciéndose a Dios como sacrificio vivo, santo y agradable (Rom. 12,1)…() Conciencia de que cada criatura refleja algo de Dios y tiene un mensaje qué enseñarnos…() El reconocimiento de que Dios ha creado el mundo inscribiendo en él un orden y una dinamismo que el ser humano no tiene derecho a ignorar” (220-221). Es maravilloso reconocer que no basta con tener maneras de pensar y de sentir acordes con la naturaleza; es vital que las maneras de obrar,

que son las actitudes, nos lleven a una visión integral de la obra de Dios. Por eso las actitudes trazadas por el Papa, son verdaderos signos de conversión. Por tanto en la tarea pastoral nuestra, tiene que estar presente la espiritualidad ecológica que nos conduzca a la salvación integral, incluida toda la obra de Dios. GOZO Y PAZ: “La espiritualidad cristiana propone un crecimiento con sobriedad y una capacidad de gozar con poco…La sobriedad que se vive con libertad y conciencia es liberadora…Así disminuyen las necesidades insatisfechas y reducen el cansancio y la obsesión…La paz interior de las personas se refleja en un estilo de vida equilibrado…Una ecología integral implica +dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación +para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestro ideales, para contemplar al Creador que vive entre nosotros y en lo que nos rodea” (222-225). Uno de los males más comunes de nuestra época, es vivir sólo del GUSTO. Cuantos sólo hacemos lo que nos gusta. Somos una sociedad del despilfarro, del desecho, de la moda. Bástenos con mirar la dura realidad por la que estamos pasando por el fenómeno del niño: desnutrición de tantos hermanos, agotamiento de las fuentes de agua, disminución de la vida animal y de la producción agrícola, elevados precios de los alimentos, y ahora: racionamiento de energía que nos muestra cómo el desperdicio que hacemos de ella nos afecta a todos. Por eso nuestra pastoral tiene que llevar a un cambio de estilo de vida en equilibrio con la voluntad de Dios, con las leyes de la naturaleza, con nuestros hermanos. Que Jesucristo que amó la naturaleza y la hizo siempre presente en tantas de sus parábolas, nos lleve a una verdadera conversión ecológica, una conversión integral.


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El canal de televisión History chanel (HCH) informó que la institución más rica del mundo era la Iglesia Católica.

e S mencionaban: templos, basílicas, catedrales, palacios y curias episcopales, museos, universidades, clínicas y hospitales, colegios, residencias, • orfanatos, etc.

e daban estadísticas de las S transacciones millonarias del • banco del Vaticano. Incluyendo el “lavado” de activos. ace algunos años, el Papa • H Francisco tuvo que deponer de su diócesis a un obispo alemán que había hecho reparaciones • arquitectónicas al palacio episcopal por más de cien millones de euros ($ 37.710 millones de pesos colombianos), en medio • de la grave crisis económica que padece la Zona Euro.

que tantos bienes materiales que tiene la Iglesia constituyen una carga administrativa que no le ayudan en la misión de evangelizar? Textos Bíblicos “Bienaventurados los pobres en el espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos” (Mt . 5, 3). “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se o dará por añadidura” (Mt 6, 33).

“El Reino de Dios no es comida ni bebida sino justicia y paz en el Espíritu Santo” (Rm 14, 17). “No atesoréis tesoros en la tierra, en donde el orín y la polilla los corroen” (Mt 6, 19-20).

“No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te lo doy: en nombre de Jesucristo, levántate y anda” (Hech 3, 5-6).

n muchos países, especialmente E en donde existe el impuesto de • religión, se están declarando agnósticos o ateos, para no pagar dicho impuesto.

“Mirad las flores del campo, que no tejen ni hilan y ni Salomón, en todo su esplendor se llegó a vestir como una de ellas” (Mt 6, 28-29).

uchos católicos se muestran • M extrañados por manera autónoma e independiente como muchos obispos manejan las finanzas de la Iglesia.

“Las fieras del campo tienen sus madrigueras y las aves sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar su cabeza” (Lc 9, 58).

La Iglesia católica no es una multinacional, que tiene en Roma su casa matriz y sus filiales a través de todo el mundo. La Iglesia católica no es una ONG o una institución asistencialista. Las grandes catedrales, los museos vaticanos son patrimonio cultural de la humanidad. La Iglesia no los puede vender ni siquiera para hacer obras de caridad. La Iglesia Católica, como cualquier institución, necesita recursos para realizar su misión, que es evangelizar, una misión que ella la entiende desde la óptica de la fe, no solamente desde las eventualidades del mundo. La iglesia necesita de la colaboración económica de todos los fieles, pero el asunto económico no se realiza como en Wall Street sino con una visión muy clara de que los bienes de la tierra no son para el beneficio de unos cuantos sino para todos los hombres.


Abril | 13

¿Cómo se inicia un proceso de nulidad matrimonial?

¿Quién debe tomar la iniciativa?

Cuando un cónyuge se encuentra en una situación matrimonial, porque el vínculo contraído anteriormente se rompió, y éste no tiene la posibilidad de una reconciliación; piense cuidadosamente si su caso puede encuadrar en las causales de nulidad matrimonial que establece la Iglesia. Cualquiera de los cónyuges pueden pedir al Tribunal Eclesiástico competente, sea estudiado su caso, para que determine si hay posibles causales de nulidad matrimonial. En primer lugar puede dialogar con su párroco, con un sacerdote cercano, o una persona idónea en esta materia, para pedir un consejo u orientación en este sentido. Cuando el cónyuge acude al Tribunal Eclesiástico, allí se le asesora y si existen causales, se le pide elaborar por escrito una demanda pidiendo al Tribunal, sea estudiado en el proceso.

Se debe tener en cuenta que una vez que el Tribunal Eclesiástico haya admitido la demanda, entrará en contacto con el otro cónyuge, que se llama “El Demandado” y lo invita a participar en el proceso. Si la persona decide no participar, se priva el Tribunal de su valiosa información, pero el Tribunal no puede obligar a la gente a que testifique contra su propia voluntad; por otra parte, debe dictar sentencia con base en los hechos y las pruebas que efectivamente se han aportado al caso. La causa por consiguiente continuará su curso. Si la parte actora desconoce el lugar de residencia del demandado, es necesario la notificación, por medio de un edicto. Los cónyuges tienen el derecho de acudir al Tribunal Eclesiástico competente para que el matrimonio que ha fracasado sea analizado para una posible declaración de nulidad matrimonial.


14 | Evangelizar

La familia, una realidad enraizada en una cultura COLOSENSES 3,18-4,1 Cuando en los medios de comunicación aparecen noticias sobre la vida familiar en otras culturas, nuestros jóvenes se sorprenden. Les cuesta comprender que en el siglo XXI los padres puedan tener un poder absoluto sobre los hijos, hasta el punto de venderlos o entregarlos en matrimonio sin el consentimiento de ellos. Si, en el diálogo que se establece en estos momentos, contamos aspectos de la vida familiar en nuestra niñez o lo que nos contaron nuestros abuelos de sus casas, el asombro se hace patente en sus caras y en sus gestos. La autoridad del padre o de la madre, la obediencia de los hijos, la diferente educación de los hombres y mujeres, la sumisión de la esposa, la elección del futuro de los hijos en función del trabajo familiar, etc., nosotros no nos vemos tan mayores pero, evidentemente, las cosas han cambiado. Los cristianos estamos convencidos de que Dios siempre sale a nuestro encuentro, sin importar cuales sean nuestras circunstancias y nuestro modelo de familia. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento, se hacen eco de diferentes estructuras familiares: Los patriarcas tuvieron hijos de sus varias esposas y, además, de las esclavas de éstas. También los reyes de Israel y Judá tuvieron numerosas esposas y concubinas. En el NT las familias cristianas son monógamas, pero incluyen a los esclavos, que son miembros de la unidad familiar. El autor de este texto saca las consecuencias prácticas para vivir como cristianos en los diversos colectivos dentro de la comunidad, referidos a la familia tenemos: esposas y maridos, hijos y padres, esclavos y amos.

Para la comprensión del texto se hace necesario revestirnos con una nueva mentalidad, comprender que se escribe a una comunidad del año 80, con unos códigos domésticos de la época, con una mentalidad patriarcal y jerárquica; todo con el fin de armonizar las relaciones dentro y fuera de la familia. En la relación esposas y maridos, que nos describe el texto, nos podrá sorprender la diferencia que hay entre el mandato hecho al esposo y el realizado a la esposa, a la que se pide sumisión. Pero en la familia cristiana cabría esperar un tratamiento diferente, porque el Evangelio establece relaciones de igualdad. También es cierto que ni Jesús ni el apóstol Pablo establecieron unas normas concretas para la vida familiar. De modo que la Iglesia naciente, que necesitaba regular su vida de acuerdo al entorno judeohelenista en el que vivía, tomó como base para su ordenamiento estos códigos domésticos. Es evidente que el pasaje establece unas relaciones poco igualitarias en el matrimonio, y la mujer queda como miembro “débil”, al que se pide sumisión. Pero también es cierto que al esposo se le pide amor (ágape), y que esto es un avance en aquella sociedad en la que el marido gozaba de todo poder sobre los miembros de la casa, incluida la mujer. Seguramente aquellos cristianos no tuvieron muchas más opciones, aceptaron la desigualdades existentes en la sociedad en la que vivían, con el objetivo de penetrarlas de amor y volverlas humanas y religiosamente fecundas. Es el llamado de la Iglesia a las familias de hoy: sean discípulas y misioneras en el ambiente donde viven.

Para reflexionar en grupo o familia ¿Hay aspectos de la vida familiar que cambia con la cultura y con la época en la que se vive? Estos cambios ¿suponen un avance o un perjuicio para la familia?


Abril | 15

Congregación de los Legionarios de Cristo Es una congregación religiosa formada por sacerdotes y candidatos al sacerdocio fundados en 1941 en México. Está compuesta por casi mil sacerdotes y 700 seminaristas en todo el mundo.

los medios de comunicación, la evangelización de la familia, la animación de grupos juveniles, la formación del clero y la promoción de la caridad con los más necesitados.

Su espiritualidad es Cristo-céntrica. Jesucristo es el centro, el criterio de acción pastoral y modelo de vida religiosa, sacerdotal y apostólica. Buscan conocerle a través de la Eucaristía, del Evangelio, de la Cruz y en la entrega desinteresada a los demás. Asimismo, profesan la devoción al Sagrado Corazón como camino para formar el corazón sacerdotal.

En la Diócesis de Sonsón Rionegro, la Legión de Cristo posee un Seminario menor: el Centro Vocacional Santa María de Altamira. El Seminario se trasladó del Municipio de La Estrella y ofrece a jóvenes con inquietudes vocacionales discernir en un ambiente de oración y de cercanía un posible llamado al sacerdocio en la vida religiosa en la Legión. Actualmente, cuentan con 68 estudiantes que van del grado 7° a 11°. Ellos estudian el bachillerato y junto con ello van conociendo el carisma propio de la Congregación. La Comunidad religiosa del Seminario está compuesta por 4 sacerdotes y 4 religiosos, quienes coordinan todo el seminario y su promoción vocacional.

La caridad predicada y vivida por Cristo en el Evangelio los inspira a la donación universal en su servicio sacerdotal. Y bajo el lema «¡Venga tu Reino!» expresan el ideal que dirige sus esfuerzos pastorales, viviendo la urgencia de la misión para que Cristo sea conocido en todos los ambientes. Asimismo, los legionarios buscan ser contemplativos y evangelizadores, profesan un amor incondicional a la Iglesia y al Papa, cultivan un amor filial a la Santísima Virgen María y valoran con gran aprecio la vocación recibida dentro de la gran familia espiritual del Movimiento Regnum Christi. En definitiva, quieren hacer todo por el Reino de Cristo a la gloria de Dios. Su misión consiste en formar líderes cristianos al servicio de la Iglesia promoviendo su plenitud bautismal mediante apostolados como la educación,

Asimismo, los seminaristas colaboran en la pastoral catequética al apoyar diversos sectores y parroquias. Los padres a su vez se muestran disponibles en la colaboración de la Parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá a la cual pertenecen. Nos alegramos de su presencia y servicio evangelizador en nuestra diócesis. Para la Congregación la formación intelectual es una de las columnas en la formación sacerdotal y por ello no se escatima en el tiempo necesario para ofrecer a la Iglesia sacerdotes que puedan ofrecer respuestas acertadas a los problemas actuales de las personas.


16 | Evangelizar

“El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza”. Bula Misericordiae Vultus, n.10.


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