F a m i l ia , S a n t
ORACIÓN FINAL
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r y d e la V id a
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PASTORAL
FAMILIAR DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
Venimos con alegría y fervor ante ti pequeño de Belén, tú que quisiste nacer en una familia ayúdanos a nosotros a valorar la nuestra, has que te tengamos como centro de nuestro hogar para que tu paz y alegría nos inunden; no permitas que caigamos en la tentación de perdernos en la trivialidad de las cosas del mundo, sino que te aprendamos a descubrir en lo sencillo, en la grandeza de los pequeños regalos de amor que nos has hecho al hacernos partícipes de la creación. No permitas que nos alejemos de ti, y que siempre tú seas el centro de nuestras vidas. Amén.
“Es el Señor: Reunidos en su nombre” Año 5 • No. 11 • Diciembre de 2010
AMBIENTACIÓN Se invita a que en esta ocasión se realice la cena junto al pesebre, ojalá se pueda compartir con otros miembros de la familia: Abuelos, hermanos, primos, tíos, entre otros, y en un ambiente agradable de recogimiento y reflexión todos se congreguen.
OBJETIVO Celebrar en familia el gran acontecimiento de la Natividad de Jesús como un signo de esperanza, amor y de fe; que lleve a que cada uno de los hogares de nuestra parroquia, sean escenarios en donde Dios se manifiesta a través del amor, el diálogo y la comprensión.
Padre nuestro. Avemaría.
BENDICIÓN DE LA MESA Padre bueno, recibe nuestra plegaria nacida desde lo más hondo de nuestro corazón como muestra de nuestro fervor y gratitud hacia ti por todo lo que en tu gran bondad nos regalas, bendice estos alimentos y a quienes los prepararon; te pedimos por quienes viven en la pobreza, sobre todo espiritual y aún no te aceptan en su corazón; ayúdanos a nutrirnos siempre de ti para llevarte a los demás. Amén.
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CORTESÍA:
EQUIPO ÁREA DE PASTORAL FAMILIAR
LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA
MOTIVACIÓN La Navidad es una oportunidad para contemplar el gran misterio del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo; para muchos se convierte en una época de descanso, de diversión, o simplemente en una excusa para consumir y gastar. Sin embargo, ésta época es mucho más que eso, es recordarnos que la grandeza de las cosas nace de lo simple, que Dios se alberga en lo sencillo y que la esperanza debe ser una constante en nuestras vidas. Todo el simbolismo que encierra el recordar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, nos evoca a un Dios tierno y cariñoso, que nos invita a hacernos como los niños que no entienden de rencor, perdonan y saben amar transparente e incondicionalmente. Ven, ven señor a nuestras almas, repetimos durante estas festividades; hagamos extensiva esta aclamación pidiendo a Jesús que venga a nuestros hogares faltos de escucha, tolerancia, respeto, amor y comprensión. Atrevámonos a valorar nuestras familias tal como lo hizo Jesús, que esta Navidad no sea una más, que todos congregados en torno al pesebre juntemos nuestros corazones y seamos uno, disipando las penas y amarguras, al descubrir en la sonrisa del niño de Belén la alegría de nuestras vidas, la razón de nuestras existencias; y que unidos al Inmaculado corazón de María podamos empezar a caminar hacia esa plenitud que Dios nos ofrece cuando constantemente renacemos al amor.
(Mateo 1, 18-25) (Leamos lentamente la Palabra de Dios, siquiera dos veces; en seguida cada uno repite la frase que le llamó la atención; y se concluye con una reflexión hecha por uno de los miembros de la familia). Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un Hijo, y él le puso el nombre de Jesús.
PAUTAS PARA DIALOGAR En este momento, tenemos la ocasión de poder dialogar y escuchar nuestros puntos de vista frente a lo que nos convida la palabra de Dios; asumiendo que vamos a respetar lo que el otro hable, abiertos al diálogo, logrando acuerdos y comprometiéndonos a mejorar en algún aspecto dentro de la vida Familiar. Reflexionemos entorno a las siguientes preguntas: a. b. c. d. e.
¿Qué es para mí lo más importante de la navidad? ¿Qué tan comprometido estoy yo con mi familia? ¿Cuál será la diferencia entre vivir juntos y vivir unidos? Desde mi visión ¿Qué es ser un hombre o mujer justo? ¿En qué situaciones he rechazado al otro cuando más me necesita? ¿Cuál es mi actitud cuando creo que el otro me ha ofendido? f. ¿Cómo puedo prepararme mejor para acoger en mi vida a Jesús? g. ¿En qué aspectos se asemeja nuestra familia a la sagrada Familia de Nazareth? ¿Qué podemos hacer cada uno para asemejarnos a Ella? h. ¿Cómo nos estamos preparando en familia para la celebración del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo?