Oración por la vida naciente

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Oraci贸n

Por la Vida Naciente (Subsidios)

s谩bado 27 de noviembre

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El próximo sábado 27 de noviembre el Santo Padre celebrará en la Basílica de San Pedro una solemne "Vigilia por la vida naciente" coincidiendo con las Primeras Vísperas del primer Domingo de Adviento en el marco de la cercana solemnidad de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. La Vigilia comprenderá, además de las Vísperas, también la adoración eucarística, para agradecer al Señor que, con el don total de si mismo, ha dado sentido y valor a toda vida humana y para invocar su protección sobre cada ser humano llamado a la existencia. Es deseo del Santo Padre que en las Iglesias particulares los Obispos presidan celebraciones análogas e involucren a las parroquias, a las comunidades religiosas, a las asociaciones y a los movimientos. Por este motivo nos ha encargado hacer esta invitación en su nombre. Todos nosotros somos concientes de los peligros que amenazan hoy la vida humana a causa de

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la cultura relativista y utilitarista que ofusca la percepción de la dignidad propia de cada persona humana, cualquiera que sea el estado de su desarrollo. Estamos llamados más que nunca a ser "el pueblo de la vida" (Juan Pablo II, Encíclica Evangelium vitae, n.79) con la oración y el compromiso. Con esta Vigilia celebrada en todas las Iglesias particulares en unión con el Santo Padre, pastor universal, impetraremos la gracia y la luz del Señor para la conversión de los corazones y daremos un testimonio eclesial común a favor de una cultura de la vida y del amor. Confiamos que usted, en calidad de Presidente de la Conferencia Episcopal, sabrá involucrar con rapidez y en el modo más oportuno a todos los Obispos de su País, para que puedan inserir esta iniciativa en su agenda diocesana. Lo saludamos con vivos sentimientos de fraternidad.

Antonio Cardenal Cañizares Llovera

Ennio Cardenal Antonelli

Prefecto de la Congregación para el Presidente del Pontificio Consejo para Culto Divino y la Disciplina la Familia de los Sacramentos (con dos anexos) ________________________________ A los Emmos. y Excmos. Presidentes de las Conferencias Episcopales en sus respectivas Sedes

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Esquema:

Homilía para la vigilia 1. ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él?" (Sal 8/5). Desde siempre, el hombre se interroga sobre el sentido de su vida. 2. "Cristo, el Nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación"... (GS 22). El misterio que celebraremos próximamente en la solemnidad del Nacimiento de Jesucristo es el gran Sí de Dios a la vida humana. "El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto modo, con todo hombre"... "Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros" (GS 22).

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3. De manera especial y urgente en estos momentos, "la Iglesia, (que) siente el deber de dar voz con inalterable valentía a quien no tiene voz", hace "una confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter inviolable, y, al mismo tiempo, una acuciante llamada a todos y a cada uno, en nombre de Dios: ¡respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana" (EV 5). 4."Defender y promover, respetar y amar la vida es una tarea que Dios confía a cada hombre" (EV 42). Es un derecho y un deber que corresponde a todos. Sujeto insustituible de este derecho y tarea es la familia, "santuario de la vida".

5. Esta tarea se resume, en cierto modo, en celebrar el evangelio de la vida, en celebrar al Dios que da la vida; y comporta celebrarlo en la oración, en la liturgia y en los sacramentos. Pero sobre todo la celebración del evangelio de la vida ha de realizarse en la existencia cotidiana vivida en el amor por los demás y en la entrega de uno mismo (cfr EV/ 8386). En "hacerse cargo" de toda la vida y de la vida de todos (cfr. EV 87-91). Momento particular de esta tarea, es la promoción de una cultura de la vida, donde "el pueblo de la vida" (EV 78-79) en su innumerable y rica diversidad de asociaciones e instituciones está llamado a realizar un servicio insustituible en la sociedad. 6. La Vigilia de oración por la vida humana naciente quiere ser el grito de toda la Humanidad que se eleva a Dios Padre, dador de todo bien, con el fin de que toda vida humana sea respetada, protegida y amada.

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Vigilia de Oración

Por la Vida Al inicio del Año Litúrgico 2010/11

La Vigilia puede celebrarse: a) comenzando con la Exposición del Santísimo Sacramento y el canto de las Vísperas o b) teniendo las Vísperas y la Bendición con el Santísimo Sacramento como culmen.

* PRIMER MODELO:

Una imagen de la Virgen (Virgen de la Esperanza, con el Niño en su purísimo vientre) se encuentra a un lado del Altar adornada con algunas luces. Por ser Adviento no aconsejamos un adorno floral.

palmas y con luces, mientras se puede entonar un "Canto Popular" adecuado. Se expone el Santísimo según el Ritual. Tras un tiempo breve de adoración silenciosa, quien preside, se retira a la Sede desde la que participa en las Primeras Vísperas del Domingo Primero de Adviento. II. Rezo de las Ia Vísperas del Primer Domingo de Adviento.

I. Entrada procesional con un canto referente a la vida

Sigue el Oficio de Vísperas según la Liturgia de las Horas. En la homilía se introduce y muestra el sentido de esta Vigilia en el comienzo de un nuevo Año Litúrgico.

Tras llegar al Altar se trae el Santísimo Sacramento para la Exposición. Se puede traer acompañado por niños que portan

Terminado el canto de Vísperas quien preside se acerca a adorar silenciosamente por un tiempo la Santísima Eucaristía.

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III. Comienza las súplicas por la vida. Ante el Santísimo Sacramento da comienzo esta parte de la Vigilia con una "Oración inicial al Señor de la Vida". Tras la Oración todos se sientan: - Lectura (Gn 3, 9-15). - Canto. - Motivación de quien preside e introducción de la meditación de los Misterios Gozosos de la vida del Señor con María. - Meditación de los Misterios Gozosos del Señor, rezo del Santo Rosario. A continuación se van rezando los cinco Misterios siguiendo un mismo esquema: -Lectura del paso evangélico. -Tiempo de adoración, meditación y súplica personales, en silencio. -Rezo del Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria, que puede ser cantado. Parece aconsejable distribuir el rezo de cada Misterio a unas personas de grupos diversos (padres que esperan

un hijo; niño enfermo con sus padres; familia completa con los hijos; abuelos con nietos; y educadores). -Breve silencio y Oración conclusiva del que Preside. Terminada la Contemplación de los Misterios Gozosos se procede a concluir la Vigilia con la Bendición y Reserva del Santísimo Sacramento. - Bendición con el Santísimo y Reserva. Tras un breve silencio el que preside se acerca al Altar para leer la Oración del Venerable papa Juan Pablo II en "Evangelium Vitae " y concluir la Exposición del Santísimo Sacramento. - Introducción: oramos a María para que presente nuestra oración a su Hijo, Vida del mundo. - Oración de "Evangelium Vitae". - Canto. - Oración. - Bendición. Como de costumbre se acompaña la Reserva de la Eucaristía con un

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"Canto Popular" adecuado y se procede a despedir la Asamblea.

* SEGUNDO MODELO: I. Entrada procesional con una imagen de la Santísima Virgen. Se trata de procesionar con todos, o una parte significativa de los participantes, llevando la imagen de la Santísima Virgen, preferentemente una Virgen de la Esperanza (con el Niño dentro de su seno). La procesión desde el "Atrio "(o desde una plaza o iglesia cercana) hasta el Altar tendría un carácter penitencial (por todos los atentados contra la vida desde su concepción hasta su consumación). Puede ser cantando las letanías lauretanas con algunos títulos marianos y preces añadidos por su oportunidad. - Monición inicial. - Procesión con litánico".

el

"canto

Llegados al Altar se "entroniza" a un lado la imagen de la Santísima. Virgen María y se puede cantar

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la "Salve Regina" como final de la Procesión. La imagen puede ser incensada en tal momento. Algunos niños pueden colocar luces junto a ella. Por comenzar el Adviento se aconseja prescindir de flores. - Saludo inicial de quien Preside. - LECTURA bíblica, todos sentados, (Gn 3, 9-15). - Canto. - Breve alocución, introducción a la Vigilia (Cristo, Evangelio de la Vida). II. Exposición del Santísimo Sacramento. Se expone la Eucaristía en el Altar, conforme al Ritual. Al traer el Santísimo Sacramento hasta el Altar desde la capilla de la Reserva puede acompañarlo un cortejo de niños con luces y palmas. Un "canto popular "puede interpretarse hasta que el Santísimo Sacramento llega a las gradas del Altar. - Exposición del Santísimo Sacramento. Incensación. - Canto.

Una vez que quien preside se retira a su sede, en silencio, se inicia la meditación de los misterios gozosos de la vida del Señor de la mano de la Virgen María. - Meditación evangélica con María, el Santo Rosario. Comienza la meditación de los Misterios Gozosos siguiendo en cada uno de los cinco el siguiente esquema: - Lectura del paso evangélico. - Tiempo de silencio, adoración y meditación personales. - Rezo del PADRENUESTRO, 10 AVEMARIAS y GLORIA. Sugerimos que el Primer Misterio (Encarnación) lo recen unos padres que esperan el nacimiento de un hijo/a; el Segundo Misterio (Visitación) un niño enfermo o minusválido con sus padres; el Tercer Misterio (Nacimiento) una Familia con los hijos; el Cuarto Misterio (Presentación -Simeón y Ana-) unos Abuelos con los nietos; el Quinto Misterio (Perdido y hallado...) unos Educadores. - Breve silencio y Oración conclusiva del que preside.

- Súplica por la VIDA. Terminada la meditación de los Misterios Gozosos de la vida del Salvador, ante el Santísimo Sacramento, se realizaría una súplica solemne por la vida. * Silencio breve. * SUPLICA por la VIDA, puede tener respuestas litánicas de la Comunidad entera y ser leída por una o varias personas. * Silencio, adoración-oración personales. - Celebración de las PRIMERAS VÍSPERAS del Año Litúrgico. Tras la "Lectura Breve "en la Homilía se da el sentido de esta "Vigilia por la Vida" dentro de la cual se celebran este año las Primeras Vísperas del Adviento. Terminado el rezo de Vísperas con la Oración Colecta, quien preside, en silencio, se traslada ante el Santísimo Sacramento para concluir la solemne Vigilia de Oración por la Vida. - Conclusión de la Vigilia, Bendición con el Santísimo. Sacramento.

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* Arrodillados ante el Santísimo Sacramento se reza la Oración del Venerable papa Juan Pablo II en "Evangelium Vitae".

* Introducción: oramos a María para que presente nuestra oración a su Hijo, Vida del mundo. * Oración de "Evangelium Vitae".

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Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti confiamos la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.

- Tras un brevísimo silencio se procede a la Bendición Eucarística.

INTRODUCCIÓN 1. El Evangelio de la Vida está en el centro del mensaje de Jesús y es anunciado con intrépida fidelidad como buena noticia a los hombres de todas las épocas y culturas. Presentando el núcleo central de su misión redentora, Jesús dice: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn 10,10). Vida "nueva" y "eterna", que consiste en la comunión con el Padre, a la que todo hombre está llamado gratuitamente en el Hijo por obra del Espíritu Santificador; donde encuentran pleno significado todos los aspectos y momentos de la vida del hombre. Valor incomparable de la persona humana 2. El hombre está llamado a una plenitud de vida que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena, ya que consiste en la participación de la vida misma de Dios. Lo sublime de esta vocación sobrenatural manifiesta la grandeza y el valor de la vida humana incluso en su fase temporal. que alcanzará su plena realización en la eternidad (cf. 1 Jn 3,1-2). Se nos confía para que la custodiemos con sentido de responsabilidad y la llevemos a perfección en el amor y en el don de nosotros mismos a Dios y a los hermanos.

Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2,14-15) el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. El Evangelio del amor de Dios al hombre, el Evangelio de la dignidad de la persona y el Evangelio de la vida son un único e indivisible Evangelio. La Iglesia se siente llamada a anunciar a los hombres de todos los tiempos este "evangelio", fuente de esperanza inquebrantable y de verdadera alegría para cada época de la historia Nuevas amenazas a la vida humana 3. Hoy este anuncio es particularmente urgente ante la impresionante multiplicación y agudización de las amenazas a la vida de las personas y de los pueblos, especialmente cuando ésta es débil e indefensa. A las tradicionales y dolorosas plagas del hambre, las enfermedades endémicas, la violencia y las guerras, se añaden otras, con nuevas facetas y dimensiones inquietantes. El Concilio Vaticano II, en una página de dramática actualidad, denunció con fuerza los numerosos delitos y atentados contra la vida humana: "Todo lo que se opone a la vida, como los homicidios de cualquier género, los

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genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntario; todo lo que viola la integridad de la persona humana como las mutilaciones, las torturas corporales y mentales, incluso los intentos de coacción psicológica; todo lo que ofende a la dignidad humana, como las condiciones infrahumanas de vida, los encarcelamientos arbitrarios, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; también las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables; todas estas cosas y otras semejantes son ciertamente oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador". 4. Este alarmante panorama, en vez de disminuir, se va más bien agrandando y se va delineando y consolidando una nueva situación cultural, que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito; amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual, y pretenden no sólo la impunidad, sino incluso la autorización por parte del Estado, con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias. En la actualidad, opciones consideradas unánimemente como delictivas y rechazadas por el común sentido moral,

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llegan a ser poco a poco socialmente respetables. La misma medicina, que por su vocación está ordenada a la defensa y cuidado de la vida humana, se presta cada vez más a realizar estos actos contra la persona, contradiciéndose a sí misma y degradando la dignidad de quienes la ejercen. El resultado al que se llega es dramático: si es muy grave y preocupante el fenómeno de la eliminación de tantas vidas humanas incipientes o próximas a su ocaso, no menos grave e inquietante es el hecho de que a la conciencia misma, casi oscurecida por condicionamientos tan grandes, le cueste cada vez más percibir la distinción entre el bien y el mal en lo referente al valor fundamental mismo de la vida humana. En comunión con todos los Obispos del mundo 5. La Iglesia siente el deber de dar voz, con la misma valentía, a quien no tiene voz. El suyo es el clamor evangélico en defensa de los pobres del mundo y de quienes son amenazados, despreciados y oprimidos en sus derechos humanos". La presente Encíclica, fruto de la colaboración del Episcopado de todos los Países del mundo, quiere ser pues una confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter inviolable, y, al mismo tiempo, una acuciante llamada a todos y a cada uno, en nombre de Dios: ¡respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana! ¡Sólo siguiendo este camino encontrarás justicia, desarrollo, libertad verdadera, paz y felicidad! (Evangelium vitae)


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