Coordinado Por el equipo diocesano de pastoral sacerdotal
DIÓCESIS SONSÓN-RIONEGRO
No 59 Mayo de 2011
como Jesús, en el ara del sacrificio, desde la cruz, se entrega total e incondicionalmente al designio amoroso del Padre. Como “Misterio”, el sacerdocio compromete toda la vida, pues ella está sumida en el misterio insondable de una llamada que resuena constantemente y diariamente, en el corazón del discípulo amado, el sacerdote.
Monseñor Darío Gómez Zuluaga Vicario de Administración
JUAN PABLO II La beatificación de Su Santidad Juan Pablo representa para nosotros, sacerdotes, una maravillosa oportunidad para renovar las certezas y convicciones acerca de nuestra vocación, identidad y ministerio. Juan Pablo II, “Santo Súbito”, se distinguió por muchas virtudes humanas, cristianas y sacerdotales; entre estas últimas, sin duda que su profundo amor al sacerdocio, considerado por él como “Don y Misterio”. Como “Don”, el sacerdocio suscita en el llamado una profunda gratitud expresada en ofrecer todas sus virtudes al servicio de ese “Don”, sin guardarse nada para sí mismo, tal
Esta dinámica sacerdotal se concreta en la íntima relación que debe existir entre el sacerdote y la Eucaristía: “No se pueden repetir las palabras de la consagración sin sentirse implicados en este movimiento espiritual. En cierto sentido, el sacerdote debe aprender a decir también de sí mismo, con verdad y generosidad, «tomad y comed». En efecto, su vida tiene sentido si sabe hacerse don, poniéndose a disposición de la comunidad y al servicio de todos los necesitados” (Carta de Juan Pablo II a los sacerdotes para el Jueves Santo de 2005). Nuestro regocijo por la beatificación de Juan Pablo II invita a agradecer al Señor por entregarnos un intercesor tan cercano al corazón sacerdotal de Cristo. Aprovechemos el fervor de este acontecimiento eclesial para volver a la magnífica doctrina del nuevo beato, relacionada con nosotros; de particular importancia es que releamos y meditemos las cartas que él nos dirigió con ocasión del Jueves Santo, la Exhortación Pastores Dabo Vobis (1992) y la Encíclica Ecclesia De Eucharistia (2003).
María En la espiritualidad
S a c e r d ota l
Pbro. Luis Jairo Rendón Ramírez.
Párroco de la Catedral de San Nicolás – Rionegro
La espiritualidad sacerdotal, como peculiaridad de la espiritualidad cristiana, indica disponibilidad y generosidad para una unión, imitación y configuración con Cristo sacerdote y buen pastor. Es vida en Cristo o vida según el Espíritu, que lleva a la caridad pastoral. La espiritualidad sacerdotal, descrita en el Vat II (PO12-14), tiene su raíz en la espiritualidad cristiana en cuanto caridad, y su entronque en el ámbito de la Iglesia sacramento o transparencia de Cristo (LG cc. I y V). Cristo, sacerdote y buen pastor, asoció y continúa asociando a María, su madre, a su obra redentora (LG 55-62). Toda la Iglesia es pueblo sacerdotal, que participa en la realidad sacerdotal de Cristo, en su ser (consagración), en su obrar (función y misión) y en su estilo de vida (espiritualidad). Por esto la Iglesia entera, como pueblo sacerdotal vive esta realidad en sintonía con la interioridad de Cristo sacerdote, que asocia a María en la obra de la salvación. Al mismo tiempo, la Iglesia mira a María, su tipo (figura) y su madre, para aprender de ella el modo de asociarse a Cristo sacerdote. El sacerdote ministro es un signo personal del Señor, en cuanto sacerdote y en cuanto se prolonga en la Iglesia bajo signos eclesiales. Los sentimientos o disponibilidad y la vida íntima de Cristo con respecto a su madre María deben ser imitados y vividos por el sacerdote ministro. La realidad sacerdotal, de la que es portador, urge y llama a poner en práctica esta espiritualidad mariana, que es, por naturaleza, cristológica y eclesiológica. Llamamos a María madre sacerdotal porque está en íntima relación con Cristo sacerdote, con la Iglesia pueblo sacerdotal y, por tanto, con el sacerdote ministro. El título de madre de la Iglesia significa también "madre de los
pastores y de los fieles". Toda la Iglesia participa en esta realidad de Cristo sacerdote, que asocia a la misma a su madre María. Es un pueblo sacerdotal asociado al sacrificio redentor de Cristo sacerdote (IPe 2,5-9; Ap 1,5-6), y todo cristiano participa en esta realidad sacerdotal (real y pastoral) de Cristo según su propia vocación (LG 9-11; PO 2). La Iglesia es madre justamente porque lleva a Cristo al mundo por medio de la predicación, de la celebración litúrgica y de la acción pastoral. Este ejercicio del sacerdocio eclesial tiene como centro el sacrificio eucarístico (SC 10.14). María está íntimamente asociada a esta realidad materna de la Iglesia, que es también ejercicio sacerdotal participado de Cristo sacerdote y redentor (LG 65). María fue asociada a Cristo sacerdote desde el primer momento de la redención (LG 58), y continúa estando asociada a Cristo sacerdote, presente y operante en el mundo por medio de la Iglesia, madre y pueblo sacerdotal. La participación de María en el sacerdocio de Cristo es, pues, una participación de asociación materna. En cambio, la participación de la Iglesia en el sacerdocio de Cristo es de asociación materna ministerial, esto es, por medio de signos y de ministerios, que son portadores de salvación y de filiación divina. María es tipo (figura, modelo, personificación) y madre (instrumento, ayuda) de la Iglesia en cuanto madre y en cuanto pueblo sacerdotal. La Iglesia imita a María en su espiritualidad de asociación a Cristo sacerdote (LG 58), e imita a Cristo en su relación íntima con María asociada a la obra redentora. Por esto la Iglesia en la evangelización tiene una actitud de amor materno como portadora de Cristo (LG 65; Gál 2,4 y 19).
La Resurrección de
Jesús
Entre los muertos
Si se prescinde de esto, aún se pueden tomar sin duda de la tradición cristiana ciertas ideas interesantes sobre Dios y el hombre, sobre su ser hombre y su deber ser – una especie de concepción religiosa del mundo-, pero la fe cristiana queda muerta. En este caso, Jesús es una personalidad religiosa fallida; una personalidad que, a pesar de su fracaso, sigue siendo grande y puede dar lugar a nuestra reflexión, pero permanece en una dimensión puramente humana, y su autoridad sólo es válida en la medida en que su mensaje nos convence… Sólo si Jesús ha resucitado ha sucedido algo verdaderamente nuevo que cambia el mundo y la situación del hombre. Entonces Él, Jesús, se convierte en el criterio del que podemos fiarnos. Pues, ahora, Dios se ha manifestado verdaderamente. Por esta razón, en nuestra investigación sobre la figura de Jesús la resurrección es el punto decisivo. Que Jesús sólo haya existido o que en cambio, exista también ahora depende de la resurrección. En el “sí” o en el “no” a esta cuestión no está en juego un acontecimiento más entre otros, sino la figura de Jesús como tal.
Qué sucede en la Resurrección de Jesús “Si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación carece de sentido y vuestra fe lo mismo. Además, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestro testimonio le atribuimos falsamente haber resucitado a Cristo (I Cor. 15,14s). San Pablo resalta con estas palabras de manera tajante la importancia que tiene la fe en la resurrección de Jesucristo para el mensaje cristiano en su conjunto: es su fundamento. La fe cristiana se mantiene o cae con la verdad del testimonio de que Cristo ha resucitado de entre los muertos.
Por tanto, es necesario escuchar con atención el testimonio de la resurrección que nos ofrece el Nuevo Testamento… ¿Qué pasó allí? Para los testigos que habían encontrado al resucitado esto no era ciertamente nada fácil de expresar. Se encontraron ante un fenómeno totalmente nuevo para ellos, pues superaba el horizonte de su propia experiencia. Por más que la realidad de lo acontecido se les presentara de manera tan abrumadora que los llevara a dar testimonio de ella, ésta seguía siendo del todo inusual. San marcos nos dice que los discípulos cuando bajaban del monte de la Transfiguración, reflexionaban preocupados sobre aquellas palabras de Jesús, según las cuales el Hijo del hombre resucitaría “de entre los muertos” (9,9s). Y, de hecho, ¿en qué consiste eso? Los discípulos no lo sabían y debían aprenderlo sólo por el encuentro con la realidad. Quien se acerca a los relatos de la resurrección con la idea de saber lo que es resucitar de entre los muertos, sin duda interpretará mal está narraciones, terminando luego por descartarlas como insensatas. (BENEDICTO XVI, Jesús de Nazaret 2, Pag. 103 – 104)
1. D
San José Obrero, patrono de los trabajadores. Jornada Nacional de Infancia Misionera. El material ya se envió a las parroquias. Nota: La colecta de esta jornada debe ser entregada en la Curia Episcopal.
3. M 4. M 5. J
Exaltación de la Santa Cruz.
7. S
Consejo presbiteral. El Rodeo a las 9:00 a.m. Junta Directiva Corporación Pan y Vida. Encuentro de Juntas Directivas y Voluntarios de las Casas Pan y Vida. UCO, aula J3, de 9:00 a.m. a 2:00 p.m.
22. D
II Retiro para la Vida Consagrada. Lugar: Colegio La Presentación de 8:30 a.m. a 3:00 p.m.
23. L
Consejo Diocesano de Pastoral. El Rodeo de 9:30 a 1:00 p.m.
25. M
Encuentro con los párrocos. Vicaría Ntra. Sra. de Chiquinquirá. Lugar: Salón parroquial de San Antonio a las 9:30 a.m. Seminario Académico: Diálogo Fe-Razón, aula J de proyecciones de la UCO de 8:30 a 1:00 p.m., Inversión $15.000.
26. J
Encuentro de amistad sacerdotal. Parroquia Santa Ana- Guarne a las 10 a.m.
27. V
27-29 Retiro Kerigmático para los nuevos integrantes de las Escuelas de Discipulado Misionero. Cada coordinador zonal deberá organizar. Comité Interparrroquial de Pastoral Social – Rionegro. Lugar: Casa Pan y Vida San José a las 9:00 a.m. Comité Diocesano de Viudas. Lugar: Salón Parroquial de La Catedral de Rionegro. 2:00 a 4:00 p.m. Primer Foro Diocesano de estudiantes de filosofía, aula J de proyecciones de 8:30 a.m. a 1:00 p.m. Inversión. $15.000.
Encuentro SAM, Vicaría El Sagrado Corazón de Jesús, en el Seminario Diocesano Nuestra Señora, de 9:30 a.m. a 3:30 p.m. Llevar el almuerzo y $ 2.000.
8. D
Día de la Madre.
9. L
Reunión de Vicarios Foráneos y Delegados de Pastoral. Lugar: El Rodeo de 9:30 a.m. a 2:00 p.m.
11. M
Encuentro con los párrocos. Vicaría El Sgdo. Corazón de Jesús. Oportunamente se informará el lugar. Encuentro con el comité diocesano de Pastoral de la Salud. Lugar: UCO, aula J3, de 9:00 a.m. a 2:00 p.m.
28. S
Encuentro con los responsables de las CER. Encuentro SAM. Vicarias San Simón y San Judas y Ntra. Sra. de Arma., en el Seminario Nuestra Señora, de 9:30 a.m. a 3:30 p.m. Llevar el almuerzo y $ 2.000.
13. V
13-15 Encuentro diocesano de animadores de Pastoral Juvenil. Lugar: Ciudadela de Jesús. Encuentro de formación a enlaces parroquiales de Pastoral Social. Lugar: Salón Parroquial de la Catedral de Rionegro, de 9:00 a 3:00 p.m.
29. D
29-5 SEMANA DE LA FAMILIA. Oportunamente se enviará la información.
31. M
Visitación de la Santísima Virgen María.
14. S
Diaconados. La Catedral 10:00 a.m. Encuentro SAM. Vicarías La Inmaculada Concepción y Ntra. Sra. del Carmen, en el Seminario Diocesano Nuestra Señora, de 9:30 a.m. a 3:30 p.m. Llevar el almuerzo y $ 2.000.
15. D
Día del Buen Pastor. Colecta del Buen Pastor. Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Día del Maestro. Festival S.E.S. Informes Tel. 5530582
18. M
Segunda Reunión Vicarial.
19. J 20. V 21. S
Comisión de Diálogos y Paz. Lugar: Curia Episcopal de 9:00 a.m. a 11:00 a.m. Encuentro de seminaristas diocesanos de Teología, de 2:00 a 6:00 p.m. Vence plazo para presentar el informe Económico del mes anterior. Convivencia de aspirantes al seminario mayor, en el Seminario Ntra. Sra. 9:00 a.m. a 4:00 p.m. Aporte $5.000. Cursillo prematrimonial en Rionegro.
Comunidad s a c e r d ota l Acompañamos en la oración y cercanía espiritual a la familia Salazar Zuluaga por el fallecimiento del padre Rodolfo Salazar Zuluaga acaecida el 9 de abril. Presentamos nuestro saludo de condolencia al padre Jairo Vanegas G. y familiares por la muerte de su señora madre María Fabiola ocurrida el pasado 21 de abril. Registramos los quebrantos de salud de nuestros hermanos sacerdotes padre Gilberto Valencia Vásquez y José Luis Mejía Salazar. Hacemos votos por su completa recuperación.