PLAN DE PASTORAL
2006 - 2010
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Presentación Lleno de confianza en el poder salvador de Dios, presento el Plan Pastoral 2006-2010, que nace de la oración, la reflexión y la comunión eclesial de toda la Diócesis de Sonsón-Rionegro. Como señalaron los Obispos de América Latina en Puebla, “la acción pastoral planificada es la respuesta específica, consciente e intencional, a las necesidades de la Evangelización” (N. 1306). Por tanto, con un plan global, orgánico y articulado, queremos afrontar los retos que en la realidad actual desafían nuestra responsabilidad y creatividad pastorales. Al elaborar nuestro Plan Pastoral tenemos muy presentes las palabras del Papa Juan Pablo II: “No se trata de inventar un programa nuevo. El programa ya existe. Es el de siempre recogido por el Evangelio y la Tradición viva. Se centra en definitiva en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en él la vida Trinitaria y transformar con él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celestial” (NMI 30). Queremos trabajar con un plan serio, cuidadosamente elaborado, pero conscientes de que los resultados no dependen exclusivamente de nuestras capacidades o estrategias. Ante todo, contamos con el poder de la gracia porque “El nos amó primero” (1 Jn.4,10) y “sin El no podemos hacer nada” (Jn.15,5). “Sabiendo en quien nos hemos fiado” (2 Tim.1,12) y que nos basta su gracia (2 Cor.12,9), continuamos el trabajo, que en esta diócesis ha exigido la fatiga y la esperanza de tantos evangelizadores, lanzando de nuevo las redes en el nombre del Señor (cf. Lc. 5,5). DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Nos asiste la certeza de que el Espíritu del Señor está siempre con nosotros (cf. Jn,14,16) y nos guía en el anuncio e implantación del Reino, que sigue creciendo como el árbol que proviene de la semilla diminuta o la masa fermentada por la inquieta levadura (cf. Mt. 13,3133). Queremos realizar el querer de Dios sobre nosotros proyectándonos con decisión hacia el futuro mientras damos gracias por los innumerables dones que la bondad de Dios ha prodigado a esta diócesis en sus cincuenta años de existencia. Este Plan Pastoral recoge las preocupaciones y las aspiraciones de nuestra Iglesia diocesana. De ahí que hayamos querido no sólo conocer la realidad, sino contemplarla con la mirada de Dios, aceptándola como es, buscando los caminos para transformarla, teniendo en cuenta el proyecto de salvación que presenta el Evangelio y utilizando los recursos que el Señor pone en nuestras manos. Ante la constatación de que nuestra Iglesia cuenta con muchos bautizados pero con pocos convertidos verdaderamente a Jesucristo, el propósito fundamental que nos anima es llegar a experimentarlo a El como nuestro salvador. Para cimentar todo en Cristo y llegar a tener la experiencia del misterio pascual, debemos comenzar, como la Iglesia primitiva, con la invitación a la conversión y a dejar los ídolos para servir al Dios vivo (cf. 1 Ts 1,9-10). En este sentido se entiende la importancia que queremos dar a los procesos de iniciación cristiana. Éste ha de ser el eje transversal de toda la programación, lo que significa que, en cada acción pastoral, ya sea evangelizadora, ya sea celebrativa, ya exprese el compromiso social de la fe, hemos de procurar poner el “cimiento de la construcción”, que es Jesucristo. Nuestro compromiso es llegar a una auténtica experiencia de Cristo Resucitado, de Cristo Vivo que nos llena de gozo, que fundamenta nuestra fe, que nos hace libres y que transforma nuestra vida. Sólo 4
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ese encuentro directo con Él puede ser el punto de partida para una renovación de las familias, de las parroquias, de todas las instituciones y de la diócesis misma. “Con los ojos fijos en Jesús” (Lc.4,20), queremos caminar en la esperanza en este momento tan apasionante de la Iglesia universal, que está entrando, con un programa de nueva evangelización, en el tercer milenio de su historia. Este compromiso reclama el protagonismo de todos. Un Plan Diocesano de Pastoral es un hecho eclesial que no admite ausencias, ni realizaciones al margen de su camino y de su espíritu. Su puesta en marcha nos habla de un proyecto que hemos elegido y que expresa la vitalidad y la comunión de nuestra Iglesia. El Plan de Pastoral se convierte así, como realidad objetiva y estable, en un cauce convergente que debe ordenar y animar toda la actividad de la Iglesia diocesana. De ahí que asumir un plan que orienta nuestro camino, organiza las fuerzas apostólicas y dispone nuestros recursos, es el primer acto de caridad pastoral. La realización del Plan Diocesano de Pastoral exige a todos una actitud interior de sincera aceptación del mismo y una firme decisión de adaptar las diversas estructuras eclesiales para concretar y realizar sus objetivos. Espero, pues, que a partir del Plan cada delegación, cada vicaría foránea, cada parroquia, cada seminario, cada institución diocesana, cada comunidad religiosa o asociación laical elaborará su propia programación. Lo pide, de una parte, la comunión eclesial y, de otra, la eficacia de nuestros propósitos en todos los ámbitos de la acción pastoral. No será posible la evangelización y la renovación eclesial sin evangelizadores convencidos, que hayan vivido la experiencia gozosa y la novedad sanadora del encuentro con Cristo; que conozcan por propia experiencia la fuerza transformadora del misterio de la Cruz y el gozo luminoso que irradia la Resurrección; que vivan sin DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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timidez una clara identidad y una profunda unidad eclesiales. Es lo que nos recuerda Juan Pablo II, cuando, al señalar las condiciones previas a la evangelización, nos invita a dar primacía a la gracia de Dios, a la oración, a la escucha de la Palabra, a la santidad de vida (NMI 31). Tampoco será posible la evangelización si no se articulan convenientemente las distintas tareas que la constituyen: proclamación de la Palabra, celebración de la fe y servicio social. La Palabra anuncia, el sacramento actualiza y hace presente, el servicio de la caridad testifica lo anunciado y celebrado. La Palabra engendra la comunidad, el sacramento la constituye y nutre, el servicio acredita y manifiesta la fuerza transformadora del misterio de Cristo. Si sólo se presta atención a la Palabra el cristianismo deviene ideología o historia. Si sólo al culto, sin catequesis ni compromiso, a la larga el culto degenera en magia. Si sólo se contempla el servicio, nuestras comunidades acabarán siendo no más que organizaciones sociales, y lo más específico del misterio cristiano, la comunicación que Dios ha hecho de sí mismo en Cristo como gracia y salvación para todos los hombres, quedaría anulada. Nuestro Plan de Pastoral, como hemos convenido, debe llevarnos a realizar procesos que nos transformen a nosotros y cambien el mundo en el Reino de Dios. Pienso que es preciso, sobre todo, generar procesos de evangelización, de acompañamiento a las familias, de formación de los jóvenes, de promoción integral para los más pobres y necesitados. Es la tarea que nos ha propuesto el Papa Benedicto XVI de rescatar los hombres del desierto y ponerlos en el lugar de la vida: el desierto de la pobreza, el desierto del hambre y de la sed; el desierto del abandono, de la soledad, del amor quebrantado; el desierto de la oscuridad de Dios, del vacío de las almas que ya no tienen conciencia de la dignidad y del rumbo del hombre (cf. Homilía 24-4-2005). 6
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Invito, por tanto, a todos, presbíteros, religiosos, religiosas y laicos, a que asumamos con generosidad y alegría nuestro Plan Diocesano de Pastoral, poniendo todos lo medios a nuestro alcance para llevarlo a buen término. Lo nuestro es sembrar; Dios hará que crezca y dé fruto la semilla. Así sentiremos la realidad que describía, al inicio de su Pontificado, Su Santidad Benedicto XVI: “La Iglesia está viva; la Iglesia es joven. Ella lleva en sí misma el futuro del mundo y, por tanto, indica también a cada uno de nosotros la vía hacia el futuro. La Iglesia está viva y nosotros lo vemos: experimentamos la alegría que el Resucitado ha prometido a los suyos. La Iglesia está viva; está viva porque Cristo está vivo, porque él ha resucitado verdaderamente” (Homilía, 24-4-2005). Mientras agradezco de corazón a todos los que, con tanto empeño y amor, han trabajado en la elaboración de este importante instrumento pastoral, pongo, con fe y esperanza, su ejecución bajo el patrocinio de la Santísima Virgen María, a la que en nuestra diócesis amamos e invocamos con el nombre de Nuestra Señora del Rosario de Arma.
+ Ricardo Tobón Restrepo Obispo de Sonsón-Rionegro
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¿Cómo vemos la diócesis hoy?
Hemos dado una mirada pastoral, es decir, con ojos y corazón de pastores, a nuestra Iglesia particular para detectar en ella los innumerables dones divinos concedidos en sus 50 años de historia, las necesidades más urgentes y los vacíos más notorios que reclaman un especial cuidado de parte de nuestra acción pastoral. Para ello nos reunimos con sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos de los consejos de pastoral y líderes apostólicos de todas las parroquias y vicarías de la diócesis para descubrir los hechos significativos tanto positivos como negativos en nuestra acción pastoral. Además, cada área de pastoral, coordinada por su respectivo Delegado Episcopal, realizó un trabajo similar para descubrir la problemática propia de cada delegación, con sus causas y consecuencias más significativas. El análisis que aquí se presenta recoge los elementos fundamentales encontrados en dichas asambleas como aspectos principales a los que desde el Plan deberemos dar una respuesta pastoral.
1.1 Los hechos más significativos positivos y negativos. El análisis de los hechos significativos positivos en la diócesis dio como resultado que los factores más apreciados por la generalidad de las personas en los últimos años son: los avances en pastoral social, sobre todo en la asistencia a los más pobres y la atención inmediata y solidaria a las poblaciones y grupos de personas golpeados por el conflicto armado; el número, la organización y la actividad de los grupos apostólicos; la catequesis presacramental, tanto en la organización interna que se le ha dado como en el número de catequistas y los esfuerzos por una mejor capacitación; el DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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compromiso de los sacerdotes con las comunidades; la formación que un buen número de laicos ha ido adquiriendo en la doctrina bíblica y eclesial, sobre todo en el conocimiento del Catecismo de la Iglesia Católica, así como en formación específica para las distintas áreas; la pastoral juvenil que ha mantenido una constante de cercanía a los jóvenes en sus particulares situaciones; la organización pastoral, producto de un camino de planeación que se ha ido recorriendo; el buen número de fieles que asisten a las celebraciones litúrgicas en casi todas las parroquias; la profundización en el conocimiento y amor a la Virgen María; la pastoral de la salud que ha ido consolidándose en un buen número de parroquias; el proceso de sectorización que ha permitido dar los primeros pasos para la ejecución del proyecto diocesano de construcción de pequeñas comunidades eclesiales. Estos factores positivos son fruto de un trabajo más organizado durante las últimas décadas que ha permitido, entre otras cosas, una renovación de las estructuras pastorales diocesanas, vicariales y parroquiales. En la diócesis se percibe hoy un mayor dinamismo pastoral impulsado desde la Curia con la coordinación de la Vicaría de Pastoral y de las diferentes Delegaciones Episcopales de área; con el apoyo permanente de los Vicarios Foráneos en cada una de las zonas pastorales en que está dividida la diócesis; con el esfuerzo de un grupo significativo de presbíteros por adaptarse a las nuevas exigencias de la acción pastoral planificada, si bien algunos han experimentado las dificultades propias de la adaptación a los cambios. Pero también en las reuniones con los Consejos Parroquiales de Pastoral se detectaron algunos hechos significativos negativos que se constituyen en retos para la acción pastoral. Entre los más frecuentes aparecieron: el poco compromiso apostólico de la generalidad de los laicos, o por falta de conciencia de su responsabilidad o porque los sacerdotes han abierto pocos espacios para su participación en el apostolado; el aumento de sectas y grupos religiosos, especialmente de cristianos de Iglesias separadas, que cada 10
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día consiguen más adeptos y cuya presencia empieza a ser notoria sobre todo en la zona del valle de San Nicolás; la poca incidencia de la pastoral juvenil en una gran cantidad de jóvenes cada día más indiferentes hacia lo religioso; el aumento de vicios como la prostitución, el licor, la droga, que repercuten o son consecuencia del ambiente familiar deteriorado; la poca pastoral familiar o la poca participación de las familias en las acciones pastorales dirigidas hacia ellas; la escasa formación, convicción y vivencia de la fe en muchos fieles; el poco sentido de pertenencia a la parroquia por parte de un buen número de católicos; la disminución de la asistencia de los fieles a las celebraciones litúrgicas así como la poco activa participación en ellas; las dificultades para la acción pastoral, sobre todo en las áreas rurales, a causa del conflicto armado; una religiosidad popular desorientada; el aumento de las personas alejadas de la fe y de la práctica religiosa; la disminución en la coherencia de vida con antitestimonio por parte de algunos sacerdotes. Como se percibe, estos factores negativos son comunes a la sociedad contemporánea por la enorme influencia de los medios masivos de comunicación social y el influjo de la globalización, que hace que los problemas mundiales se sientan en las regiones más apartadas con su correspondiente cambio en la cultura y en la expresión autóctona; pero también son consecuencia de acciones pastorales desarticuladas o incompletas, de poco celo evangelizador por parte de los agentes de pastoral o de estructuras que no se adaptan a los nuevos estilos de vida de la gente. Es sobre estos factores sobre los que la pastoral tendrá que actuar para provocar los cambios estructurales y de actitud que se requieren.
1.2 El problema central detectado en las Vicarías. Las siete Vicarías Foráneas realizaron encuentros de una jornada con participación de casi la totalidad de sacerdotes y un buen número de religiosas y laicos, bajo la coordinación de laicos expertos en DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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planeación de la Curia Episcopal. En estos encuentros se trataba, mediante la herramienta del árbol de problemas, de formular el problema central que se detecta en cada una de las zonas diocesanas. Junto con el problema central se lograron detectar sus causas y consecuencias más significativas, así como las líneas o áreas pastorales que requieren de un tratamiento especial por parte de la pastoral diocesana. Las diferentes Vicarías formularon el problema central con elementos que a la postre resultaron ser muy afines: se hablaba de las fallas en el proceso evangelizador que no ha llevado a un auténtico compromiso con Jesucristo; de las deficiencias en los métodos pastorales que hemos utilizado y la poca creatividad para desarrollar el proceso evangelizador; de la débil articulación de las áreas pastorales que no ha logrado una pastoral de conjunto y que no ha generado procesos dinámicos de evangelización; del poco conocimiento y aplicación del plan diocesano por parte de un buen número de agentes de pastoral; de la deficiente formación humanocristiana de los agentes de pastoral para el anuncio y la experiencia de Jesucristo. Con los elementos anteriores, el Consejo de Pastoral realizó un proceso de reflexión y análisis que permitió formular el problema central de la pastoral diocesana hoy de la siguiente forma: Hay una deficiencia de procesos de evangelización que no lleva a una experiencia de Jesucristo capaz de transformar la vida para anunciar y construir el Reino de Dios. Como se puede percibir, el problema central tiene que ver con la calidad del proceso evangelizador en cuanto que no ha llegado a tocar el corazón de las personas involucradas en él, sean agentes o destinatarios, a quienes la fe en Jesucristo no ha llegado a generar procesos de conversión, de compromiso, de coherencia fe-vida, de esfuerzos por reconstruir el tejido social deteriorado por tantos factores en la sociedad actual y específicamente en una región 12
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golpeada en la última década por el intenso conflicto armado que ha vivido el país. Se percibe que no se cuestionan los múltiples esfuerzos y las acciones concretas que en el pasado se han realizado por parte de una gran cantidad de agentes de pastoral, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y laicos. La formulación nos lleva a cuestionar la calidad de los procesos que hemos emprendido, su pertinencia, su capacidad para responder a las nuevas exigencias de la época y a la mentalidad globalizada de la mayoría de la población. Sobre todo nos preocupa que la fe se haya quedado en el entendimiento sin comprometer el corazón, en formulaciones doctrinales que no llevan a una experiencia vital; se ha reducido al ámbito privado sin generar el cambio que requiere la sociedad y una escala de valores diferente a la que el mundo nos está proponiendo. Un deficiente proceso evangelizador no lleva, ciertamente, a construir el Reino de Dios, el cual no se puede entender como algo meramente espiritual o como una realidad escatológica, es decir, que tiene que ver sólo con el futuro que todos anhelamos. El Reino se construye aquí y ahora, es una realidad que se inició con la predicación de Jesús en Galilea y a cuyo servicio está la Iglesia con todos los medios de que dispone, entre los cuales son esenciales el anuncio de la Palabra, la celebración de la fe y la construcción de la comunidad.
1.3 Las líneas pastorales más frecuentes en el análisis vicarial. Del análisis de los aportes de las Vicarías se detectaron algunas líneas comunes. Ellas aparecieron repetidamente y en forma muy similar como los retos pastorales a los que la diócesis debe esforzarse por responder en el momento actual. Las enunciamos brevemente, señalando las causas y consecuencias más significativas: DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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1.3.1
La Planeación Pastoral.
No obstante los esfuerzos realizados en los últimos años por una pastoral planificada, que se manifiestan en el cada día mayor interés que los sacerdotes y demás agentes de pastoral muestran por el plan, se detectan aún muchas deficiencias en la planeación y en la ejecución de los planes pastorales. Para la Vicaría de Nuestra Señora de Chiquinquirá el problema central giró en torno al poco conocimiento y aplicación del plan pastoral diocesano por parte de los agentes de pastoral; en otras Vicarías se anotó como insuficiente la conversión a una pastoral planificada por parte de un buen número de sacerdotes, incluso de los más jóvenes; existe una deficiente formación para la planeación y ha faltado un mayor compromiso de todos con el plan de pastoral; el plan no ha logrado generar procesos bien estructurados y eficaces mediante una buena articulación entre las distintas áreas de pastoral ni entre las instancias diocesanas, vicariales y parroquiales; se han generado muchas acciones aisladas que han saturado a las parroquias y han generado desaliento, cansancio y desinterés; los religiosos aún no se han integrado decididamente al plan pastoral; persiste la poca unidad de criterios entre los agentes de pastoral, lo cual crea desconcierto en la comunidad; hay una deficiente visión administrativa en algunos párrocos que no destinan los recursos económicos necesarios para la acción pastoral. El deficiente conocimiento y aplicación del plan pastoral diocesano no ha permitido que la pastoral responda adecuadamente a los requerimientos de la sociedad y del programa de nueva evangelización que el Papa Juan Pablo II nos trazó. Persisten las visiones pastorales individualistas y producto más de aficiones y “carismas” personales que de respuesta intencional y de conjunto ante los nuevos retos; muchos esfuerzos se pierden por la escasa cooperación de algunos párrocos con los programas que impulsan las delegaciones de pastoral de nivel diocesano; se genera un sentimiento de desencanto cuando no se perciben logros inmediatos; 14
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la discontinuidad en la aplicación del plan lleva a truncar procesos que apenas se inician; los laicos no se involucran en un plan que no conocen suficientemente. 1.3.2
Evangelización – Catequesis.
Como ya fue dicho, el problema central gira en torno al tema de la deficiente evangelización, apareciendo la catequesis que es una forma privilegiada del proceso evangelizador, con falencias preocupantes. La evangelización no ha sido fuertemente kerigmática para que invite a un auténtico discipulado. Se percibe que la catequesis se ha reducido a la preparación de los sacramentos, sobre todo de la primera Comunión y la Confirmación; prácticamente no existe catequesis de adultos, los cuales se quedan con la homilía de la misa dominical y un número aún significativo con los ejercicios espirituales anuales y las predicaciones de las grandes fiestas, con el agravante de que estos espacios no son bien utilizados por parte de los agentes de pastoral; los catequistas aún son insuficientes y no están bien capacitados; los medios de comunicación que la Iglesia tiene no se han utilizado suficiente y adecuadamente para el proceso de educación en la fe; no obstante que en el plan que culmina la educación en la fe era una prioridad, la evaluación mostró que faltó un proceso más dinámico y coherente y una mayor cobertura; aún no hemos creado nuevos métodos de evangelización para los nuevos estilos de vida y el lenguaje de hoy; el secularismo reinante hace que muchas personas, entre las cuales hay que ubicar a la mayoría de los profesionales, los jóvenes y los dirigentes sociales, estén al margen del proceso evangelizador de la Iglesia. Un deficiente proceso catequético y evangelizador, unido a la sobreoferta que hacen otros grupos cristianos y no cristianos, ha provocado el abandono de muchos católicos de la Iglesia; son cada vez más numerosos los que sin dejar de confesarse católicos permanecen al margen de la vida de la Iglesia; crece la ignorancia DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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religiosa con el consiguiente deterioro de los valores cristianos; aumenta el sincretismo religioso con concepciones como la Nueva Era y su influjo negativo sobre la fe católica; el relativismo religioso y moral es cada día mayor en nuestra gente ante la ignorancia de los principios fundamentales y los débiles cimientos de la fe. 1.3.3
La Familia.
Ante el impacto que los valores de la nueva sociedad han producido en la estructura de la familia, surge la preocupación por una inadecuada e insuficiente pastoral familiar que tiene como causas más comunes un general desinterés de los sacerdotes para acompañar a las familias y de éstas por una mejor formación en la fe; la reducción de la formación cristiana de las familias a momentos fugaces de catequesis; la escasa evangelización de un gran número de familias; el desinterés, la poca preparación y el escaso compromiso de los padres de familia en la formación y educación cristiana de sus hijos; la escasez de programas parroquiales para el trabajo con la familia; la influencia que los medios de comunicación social mal utilizados están ejerciendo sobre el ambiente familiar; las familias que han debido desplazarse a causa del conflicto armado con la consecuente desintegración y desarraigo de su medio cultural; la diversidad de intereses y mentalidades de las instituciones que se dedican al trabajo con la familia. Esto ha generado consecuencias de muy diversa índole para la vida familiar. Anotamos entre ellas: el debilitamiento progresivo de la estructura familiar; la cada vez mayor ausencia de valores cristianos al interior de los hogares; la pérdida creciente entre los católicos del significado y el valor del matrimonio sacramental; la desintegración de la familia; el poco espacio que en la familia se encuentra para el diálogo, la oración y la formación en valores; el incremento de fenómenos como el madresolterismo, la prostitución de adolescentes y jóvenes, el alcoholismo y la drogadicción como escape ante la carencia de afecto al interior del hogar; a lo que se suma un desinterés 16
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generalizado de las familias para responder a los llamados de la pastoral familiar. 1.3.4
La Juventud.
Se percibe en general la necesidad de una mayor organización y cobertura de la pastoral juvenil, ya que ante los cambios y su impacto que desde todos los ángulos ha sufrido la juventud, no se han creado metodologías nuevas, adecuadas a la realidad del joven, que le permitan hacer una opción clara por Jesucristo. Las causas giran generalmente en torno a la poca motivación de los sacerdotes y demás agentes de pastoral para el trabajo con la juventud; a la escasa formación para este trabajo especializado por parte de los agentes de pastoral; a las dificultades que plantea un nuevo estilo de vida, un nuevo lenguaje, una visión diferente del mundo por parte de los jóvenes; a la inconstancia propia de esa etapa de la vida, así como a la superficialidad producida por una deficiente formación en la familia, en la escuela y en la catequesis parroquial. Se destaca como un hecho positivo el grueso grupo de jóvenes que participan de distintos grupos juveniles tanto urbanos como rurales, sin que se pueda hablar de procesos coherentes de conversión y de compromiso con Jesucristo. Las consecuencias de lo anterior que figuran como constantes tanto en las Vicarías como en la respectiva Delegación de Pastoral Juvenil, son: el aumento de actitudes apáticas de los jóvenes para las acciones pastorales; el desinterés de un gran número de jóvenes por lo específicamente religioso; la disminución de la participación de los jóvenes en las celebraciones litúrgicas; el poco compromiso de los jóvenes con la Iglesia y de ésta con la problemática de la juventud; la dificultad para la conformación de grupos juveniles y su inconstancia e inestabilidad; el aumento de vicios entre la juventud, tales como el alcoholismo, la drogadicción, la prostitución; la poca atención pastoral a los jóvenes en situaciones de riesgo. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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1.3.5
La Pastoral Social.
En los hechos significativos positivos se destacaban los avances logrados en la pastoral social, sobre todo en relación con la organización de la asistencia a los más pobres y el acompañamiento a las comunidades en especiales situaciones difíciles. En el árbol de problemas apareció de nuevo la pastoral social, pero esta vez centrada en algunos aspectos básicos: la presencia de grupos armados que han limitado la acción pastoral sobre todo en las comunidades rurales; la poca formación en doctrina social de la Iglesia por parte de la mayoría de los miembros de las comunidades e incluso de quienes están al frente de esta área; el fenómeno creciente de injusticia e insensibilidad social que cada día abre más la brecha entre los ricos y un cada día más grande número de pobres. Como consecuencias se anotan básicamente el desplazamiento forzado que ha generado zozobra y temor en la región, que dificulta la acción pastoral y que ha alejado líderes que habían recibido formación apostólica y tenían positivo influjo en la organización comunitaria; la pobreza en las veredas y poblaciones por el abandono de las tierras y, en algunos casos, por el preocupante incremento de cultivos ilícitos a manos de los grupos armados en la región; el desempleo que agrava la situación de empobrecimiento y genera mendicidad y miseria mientras que fomenta la acción de la delincuencia común; la poca formación de nuevos líderes que jalonen el progreso de las comunidades; los vicios de la politiquería que interfiere la organización comunitaria en aras de intereses personales; la disminución de las actividades pastorales en el área rural y la dificultad que en algunos sitios se experimenta para conformar grupos apostólicos. 1.3.6
Medios de Comunicación Social.
Esta línea apareció repetidas veces en diferentes sentidos: uno, como una queja ante el influjo negativo que para los valores cristinos tienen 18
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los medios masivos de comunicación a causa de la globalización y las nuevas tecnologías; otro, en relación con el escaso aprovechamiento que hacemos de los medios que tenemos en nuestras manos para el desarrollo del proceso evangelizador. Con respecto al primer sentido, se detecta la poca formación crítica de la comunidad ante los contenidos que se reciben a través de los medios. En el segundo aspecto, se valora la buena cantidad de medios de que disponemos en la diócesis, sin que se aprovechen debidamente para la comunicación del mensaje cristiano. Las causas apuntan hacia la escasa formación de los agentes de pastoral para valorar y aprovechar los medios, la penuria de recursos para mantenerse al día en los avances tecnológicos, la escasez de personal calificado para el manejo de los medios en la región, el desinterés de muchos sacerdotes por utilizarlos bien, el poco énfasis que en la formación sacerdotal se da a está área, el poco aprovechamiento de las parroquias del material que produce la delegación diocesana. Las consecuencias de esta problemática aparecen sobre todo en la progresiva transmutación de los valores sobre todo al interior de las familias, lo que contribuye en buena medida a su desintegración, al aumento de los vicios, al cultivo de actitudes apáticas ante lo religioso. Por otra parte, ante las dificultades crecientes para acceder a las veredas se percibe en los medios una posibilidad que no se ha aprovechado adecuadamente a pesar de tenerlos a mano y un débil impacto de los medios diocesanos y parroquiales para fortalecer los valores de la fe a partir de la Palabra de Dios. El poco interés por formar agentes se traduce en desconocimiento y aislamiento en la utilización correcta de los medios, abriendo puertas a que los hermanos separados sí los potencien y los utilicen para difundir sus doctrinas. 1.3.7
La Pastoral Sacerdotal.
Fue una de las líneas que apareció con más frecuencia en las Vicarías foráneas. El problema se percibe como la falta de un plan diocesano DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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de pastoral sacerdotal integral que favorezca la fraternidad del presbiterio y la articulación de los diferentes servicios a favor de los sacerdotes. Aunque se anotan los esfuerzos y los logros progresivos que la pastoral sacerdotal ha hecho por mantener la motivación para la formación permanente, se percibe un descontento por no existir un delegado de tiempo completo dedicado a esta pastoral; hay preocupación porque la fraternidad entre los sacerdotes aún no se vive como se quisiera; se dificulta el conocimiento mutuo entre los miembros del presbiterio por la dispersión de quienes están prestando servicios pastorales en otras jurisdicciones y la inexistencia de espacios para su integración; falta diálogo y entendimiento al interior de algunos equipos sacerdotales; algunos sacerdotes no aprovechan las oportunidades de formación permanente; hay descuido de la formación espiritual y de la búsqueda de la santidad en los presbíteros; existen fallas notorias en la formación sacerdotal, específicamente en el campo pastoral; algunos piensan que hace falta una mayor cercanía entre el Obispo y los sacerdotes; persiste una mentalidad clericalista que no favorece la ministerialidad de la Iglesia. Si el presbiterio no está suficientemente integrado, los procesos pastorales son más difíciles de llevar a cabo, se pierde la continuidad pastoral, se dificulta el aprovechamiento de los diferentes carismas para un servicio más integral a la comunidad. Además, si no hay motivación para la formación permanente, se hace más difícil la creatividad de nuevos métodos pastorales. 1.3.8
Los Laicos.
No obstante el trabajo que desde hace muchos años se ha realizado en la formación de los laicos y en la incorporación de los laicos a la programación, ejecución y evaluación de la pastoral, se perciben aún muchos vacíos que requieren de una respuesta específica. Se han señalado problemas tales como la poca formación integral de los laicos; la lenta renovación del laicado; la presencia de los mismos laicos en distintas áreas pastorales; se truncó el programa de los 20
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ministerios laicales después de un serio proceso de formación; muchos laicos, inclusive pertenecientes a movimientos apostólicos, están poco comprometidos con la evangelización; el clericalismo no permite espacios más amplios a los laicos; una pastoral sacramentalista no ha llevado al compromiso concreto con Cristo y con la transformación de la sociedad; es escasa la formación sociopolítica de los laicos llamados a ejercer el liderazgo en la sociedad; los laicos varones están muy ausentes de las celebraciones; hay escasez de jóvenes y niños vinculados a las actividades pastorales de la diócesis y de las parroquias. Muchos cristianos se han mostrado apáticos ante la acción pastoral de la Iglesia por los escasos espacios de participación activa que encuentran dentro de sus estructuras; los grupos apostólicos dependen excesivamente del sacerdote; los laicos no han asumido su papel fundamental de consagrar el mundo para Dios en los espacios donde ellos desenvuelven su propia actividad (la política, la educación, el mundo del trabajo etc.) por falta de una formación más específicamente laical y de una espiritualidad propia del laico en el mundo.
1.4 Las áreas de pastoral y otros movimientos apostólicos Las restantes áreas de pastoral que la estructura diocesana ha ido organizando a lo largo de los dos últimos planes pastorales, han realizado también su propio árbol de problemas. Aquí presentamos un resumen de las principales necesidades que en cada una de ellas se percibe. 1.4.1
Pastoral Misionera.
En los últimos años se ha trabajado intensamente en dos líneas fundamentales: la formación misionera de todo el pueblo de Dios, DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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sobre todo a través de los movimientos propios de las Obras Pontificias Misionales, así como con la conformación de los comités vicariales y parroquiales de misiones y la toma progresiva de la conciencia de que la misión es tarea de todos en la Iglesia. La otra línea ha estado dirigida fundamentalmente a suscitar en el Presbiterio diocesano una mayor conciencia de su responsabilidad misionera en relación con otras Iglesias hermanas y con las Iglesias de África y Asia en pleno despertar hacia la fe católica, con el establecimiento de varios centros misionales en esos continentes. No obstante el intenso trabajo realizado en esta área, se perciben aún algunas deficiencias tales como debilidad en la conciencia misionera en los agentes de pastoral y en los candidatos al sacerdocio, poca motivación para los procesos misioneros, poco conocimiento de la obra misionera y escaso trabajo por fortalecer la conciencia misionera en los diversos estamentos de la comunidad. Estos factores llevan a que haya poca disponibilidad para el servicio misionero en los agentes de pastoral, a la inconstancia en los niños y jóvenes que pertenecen a los distintos grupos misioneros y a la pobre participación en los encuentros de formación misionera que se programan. 1.4.2
La Pastoral Educativa.
Desde hace muchos años la diócesis se ha preocupado por capacitar, asesorar y acompañar a los docentes, especialmente a los que se dedican a la educación religiosa escolar y al área de formación en ética y valores. Los maestros, en general, son muy receptivos a esta ayuda y se preocupan por formarse bien en el área que sirven. También los directivos y maestros de las otras áreas mantienen buenas relaciones con las parroquias y brindan espacios para la evangelización y la presencia eclesial en las instituciones educativas. Las mayores dificultades en esta área tienen que ver con la escasa formación en la fe, motivación, vocación y convicción por parte de un buen número de educadores y su consiguiente incoherencia al 22
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transmitir el mensaje; el poco valor que algunos directivos dan a la educación religiosa escolar y a la capacitación de los docentes de esta área; el desinterés de los padres de familia por la educación religiosa de sus hijos y por controlar el tipo de formación que se les imparte en la escuela; el descuido, en ocasiones por falta de preparación, de algunos sacerdotes de la pastoral con los educadores a pesar de los espacios que se les abren en los distintos centros de educación. Las áreas de educación religiosa y de ética y valores son poco valoradas por docentes y alumnos y buen número de docentes no tienen ni la capacitación ni la metodología adecuada para impartir una educación religiosa que lleve realmente a transformar la vida y la escala de valores de los alumnos. Aún no se ha implementado la norma que faculta al Obispo diocesano para certificar la idoneidad de los docentes en el área de educación religiosa. 1.4.3
La Pastoral de la Niñez.
Los niños en la diócesis en general son bien atendidos desde distintas áreas de pastoral, especialmente por la pastoral educativa y catequética así como por otros movimientos propios para la niñez. Con los niños se trabaja desde distintas áreas como Catequesis, Misiones (Infancia Misionera), Pastoral Social (Sembradores de Paz), Liturgia (Acólitos) y Educativa, pero aún no se ha logrado articular una pastoral de conjunto con ellos. Los niños han sufrido como pocos en la sociedad los impactos de las crisis de la familia, por una parte, y del conflicto armado que azota a la región, por otra. Son escasos los programas pastorales para los niños en situación de riesgo, para los que viven en albergues por orfandad o por situaciones especiales, para los niños campesinos, para los que han sufrido más directamente el impacto del conflicto armado y del desplazamiento forzoso. 1.4.4
La Pastoral Litúrgica.
Esta área tan importante de la acción pastoral no ha sido aún suficientemente trabajada en la diócesis. Se han hecho algunos DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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esfuerzos por brindar subsidios litúrgicos y por coordinar algunos servicios de formación de sacerdotes y laicos y de conformación de los comités parroquiales de liturgia, pero no han sido suficientes, entre otras cosas porque no hay un Delegado de tiempo completo que pueda estar atento a las necesidades más sentidas en esta área. Aunque en algunas partes la liturgia es celebrada con esplendor y activa participación de los fieles, no es esto lo más general. Persisten diversos aspectos que deben mejorarse notoriamente. El problema central que se detectó en esta área tiene que ver con el desinterés de los sacerdotes por su propia formación litúrgica y la de animadores de la liturgia en las comunidades, o porque les hace falta convicción o porque no se ha dado a la liturgia el puesto que tiene en la pastoral de conjunto. Como consecuencia se tiene una liturgia rutinizada, con una pasiva participación por parte de los fieles; poco interés por organizar los comités parroquiales de liturgia, los agentes animadores y su formación permanente con los subsidios y recursos que ofrece la Delegación diocesana; una disminución, en algunos lugares muy notoria, de participación de fieles en las celebraciones, mientras aumenta la participación en los cultos de los hermanos separados o en otras propuestas religiosas. También se percibe por parte de algunos grupos una religiosidad popular desorientada, poco evangelizada y con expresiones poco coherentes con el mensaje cristiano. 1.4.5
La Pastoral Vocacional.
La diócesis sigue cultivando con esmero y dedicación las numerosas vocaciones para el sacerdocio y la vida religiosa que surgen en las comunidades. La dedicación de un sacerdote de tiempo completo para esta tarea ha sido muy benéfica ya que ha logrado una mejor coordinación y seguimiento de los jóvenes con inquietudes vocacionales, al mismo tiempo que se ha cualificado el acompañamiento a los que ya están en el proceso de formación. Sin embargo también en esta área hay algunos vacíos: se dan insuficientes 24
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procesos de pastoral vocacional en las parroquias; el ambiente social dificulta el proceso vocacional de los jóvenes; la poca participación de los jóvenes en la pastoral y la inconstancia de los que participan; se dificulta la cobertura poblacional; no se aprovecha por parte de los agentes de pastoral el material didáctico que ofrece la Delegación diocesana; las familias no favorecen como antes el nacimiento y desarrollo de la vocación específica por su débil experiencia de Dios; como consecuencia disminuye el número y la calidad de las vocaciones y el apoyo requerido para adelantar su proceso vocacional, tanto en lo espiritual y propiamente formativo como en lo económico e institucional. 1.4.6
La Pastoral Universitaria.
La Universidad Católica de Oriente cuenta con la estructura de la Parroquia personal “Madre de la Sabiduría” y de un sacerdote dedicado a la pastoral universitaria. Se ha ido estructurando poco a poco la parroquia y se han hecho avances significativos en el trabajo pastoral con un buen número de estudiantes. Sin embargo, la pastoral universitaria no tiene cobertura en otras instituciones de educación superior con presencia en la región. Hay deficiencias en la pastoral al interior de la UCO por su poca solidez, el clima organizacional que ahoga lo específicamente pastoral, las insuficientes estrategias de convocación y motivación para los estudiantes, la poca voluntad de algunos directivos para participar y posibilitar la participación de docentes y empleados en actividades pastorales, el escaso número de sacerdotes dedicados a la atención pastoral de la comunidad universitaria y la mentalidad moderna que privilegia la ciencia y la tecnología sobre la formación humanística y los valores del espíritu. Pero lo más preocupante es la gran cantidad de personas que se forman en otros centros de educación superior que no están recibiendo casi ninguna atención pastoral ni dentro del aula ni en sus respectivas parroquias. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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1.4.7
La Pastoral Mariana.
El amor y devoción a la Santísima Virgen María son en la diócesis un gran valor. Casi la mitad de las parroquias están puestas bajo el patrocinio de la Virgen María en alguna de sus advocaciones. En todas se celebran con especial solemnidad y fervor las distintas fiestas marianas. Existen por todas partes grupos que profesan un especial amor y devoción a la Santísima Virgen, especialmente de la Legión de María, y que profundizan y difunden la doctrina mariana entre los fieles. En el último año del Plan 2001-2005 se ha dado un énfasis especial a la dimensión mariana de la pastoral. Sin embargo esto no significa que no existan dificultades en esta área. El problema central radica en el débil proceso evangelizador en esta dimensión pastoral por parte de los sacerdotes y demás agentes de pastoral que no lleva a la vivencia y compromiso de quienes conforman los grupos que profesan especial amor a la Virgen María. Se percibe falta de apoyo a estos grupos por parte de los sacerdotes, escaso conocimiento de la doctrina mariana y poco compromiso de las personas que los integran, poco interés de los jóvenes y de los varones por participar en ellos, la falta de recursos económicos para el fomento de sus actividades de formación. Como consecuencias se da la rutinización de los grupos ante la ausencia de una buena asesoría espiritual y doctrinal, los pocos espacios que en la vida parroquial se les brindan, la escasa programación y participación en eventos propios del área, la dificultad para se asuman los cargos de coordinación de estos grupos por la escasa formación de los laicos. 1.4.8
La Pastoral Bíblica.
Aunque hoy se habla menos de pastoral bíblica que de animación bíblica de toda la pastoral, la diócesis ha tenido desde hace tiempo un especial esmero por la difusión de la Palabra de Dios entre los fieles y por su formación para el conocimiento y vivencia de la Palabra. En los últimos años se ha dado especial impulso a la lectura orante de la Palabra (Lectio Divina) con notables logros en algunos 26
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sectores de la comunidad. Subsiste sin embargo un general desconocimiento de la Revelación divina en muchos agentes de pastoral y en la generalidad de los fieles, hay poca formación bíblica en algunos sacerdotes y en la mayoría de los agentes de pastoral; los fieles tienen miedo de acercarse a la Biblia por la dificultad para comprenderla; los padres de familia ni conocen ni fomentan en sus hogares el amor a la Palabra de Dios y en muchos hogares la Biblia es sólo un adorno o una especie de talismán; las celebraciones litúrgicas, por su frialdad y poca preparación, no fomentan el conocimiento y no llevan a la vivencia de la Palabra divina; los docentes conocen poco la Biblia y por lo tanto no la pueden utilizar adecuadamente en la enseñanza del área religiosa. Se ha perdido mucho amor por la lectura, el estudio sistemático y la meditación de la Palabra de Dios. Son muy pocos los grupos bíblicos organizados para crecer en el conocimiento de la Palabra en las parroquias. Los hermanos separados, en cambio, atraen a muchos católicos y los forman con más esmero y dedicación en el conocimiento de la Palabra divina. 1.4.9
El proyecto de construcción de Pequeñas Comunidades Eclesiales.
Este es un proyecto que recientemente se ha iniciado a partir de una de las prioridades del Plan Pastoral 2001-2005. Las primeras etapas de motivación y de sectorización ya se han trabajado; se está dando formación espiritual, doctrinal y pastoral a un grupo de personas de la mayoría de las parroquias con miras a que se conviertan en líderes de las comunidades en el futuro; ya se han dado pasos para la constitución de precomunidades en las que se pueda empezar a vivir la experiencia concreta de vida comunitaria que incluye básicamente los que la primera comunidad cristiana tenía como elementos constitutivos: escucha de la Palabra, oración, celebración de la fe y comunión fraterna. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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El problema fundamental en este proyecto se percibe como una deficiencia en la vivencia comunitaria de la fe y en la comprensión de la parroquia como comunidad de comunidades, por al predominio de acciones devocionales y sacramentales, la débil formación cristiana que reduce el servicio cristiano al asistencialismo, la insuficiente formación en la catequesis de iniciación cristiana y de adultos que no favorece ni suscita la conversión, la escasa renovación comunitaria que no favorece la creación de nuevas comunidades y estructuras de participación. La fe se ha vivido de modo muy individual, se ha reducido al ámbito privado, ha dejado de ejercer su influjo renovador de las estructuras sociales, no ha llevado a un compromiso claro con Jesucristo por la construcción del Reino. 1.4.10 La Renovación Carismática Católica. Desde cuando nació la Renovación Carismática Católica en el país, incluso con una fuerza especial en la diócesis, se ha procurado asesorar bien esta corriente de espiritualidad para que produzca los frutos de conversión a que aspira y se eviten los excesos que con frecuencia la deforman. Incluso del convencimiento de esta necesidad de asesoría nació la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo” que presta servicios de coordinación y formación en diferentes diócesis del país y del exterior. En la diócesis, en cambio, no ha contado con la misma asesoría en los últimos años. El problema central de esta área se define como poca unidad de la Renovación Carismática en la diócesis por una deficiente comunicación entre sus servidores y líderes con los demás agentes de pastoral y por la poca coordinación diocesana ante la carencia de un Delegado que disponga de más tiempo para realizarla; la deficiente formación cristiana que no lleva a muchos católicos a interesarse por la renovación de su propia vida; el limitado conocimiento o prevenciones infundadas por parte de algunos miembros del presbiterio, lo que hace que se le brinde poco apoyo a esta área en la 28
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estructura parroquial; algunas las exageraciones que han llevado a muchas personas a oponer resistencia a este modelo de renovación espiritual. 1.4.11 El Movimiento de Cursillos de Cristiandad. En la diócesis se ha considerado este movimiento como un área de pastoral por la importancia que ha tenido en la formación y compromiso pastoral de los laicos. El movimiento sigue pujante, los grupos son numerosos y están bien asesorados, hay buena participación en las escuelas de dirigentes, en las ultreyas y demás encuentros de formación. Sin embargo, se observa que en un buen número de cursillistas existe un débil sentido de pertenencia al movimiento que no lleva a un testimonio de vida y no genera un proceso de fidelidad en la vivencia del llamado “cuarto día”. Ello se da por las estructuras poco adecuadas a la época que tiene el movimiento, por la escasa comunicación entre los niveles nacional, diocesano y parroquial, por el poco conocimiento de la metodología del movimiento por parte de la mayoría de los miembros de la comunidad y por selección de candidatos con escaso liderazgo. Ello lleva a la poca perseverancia de los cursillistas en su compromiso y a la poca inserción de buen número de ellos en la vida parroquial, así como al desinterés por su formación permanente para mantener vivo su compromiso con Cristo y con la Iglesia. 1.4.12 Pastoral Castrense. La pastoral castrense en la diócesis se rige por el plan de pastoral propio del Ordinariato Militar para Colombia.
1.5 La realidad socio-política de la región. No se trata de un análisis exhaustivo de la situación socio-política de la región, la cual aparece perfilada en la problemática detectada DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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en la línea de pastoral social de las Vicarías y de la respectiva Delegación. Sólo anotamos que la región ha vivido una década de serias dificultades por la presencia de grupos armados en la región que no sólo ha modificado radicalmente la vida de las comunidades y el mapa político tradicional, sino que también ha influido decisivamente en la programación y realización de la acción pastoral. En el momento se viven procesos nuevos por la progresiva desmovilización de los grupos denominados autodefensas campesinas y la consiguiente reactivación de la acción subversiva por parte de las guerrillas de las FARC, el E.L.N. y la delincuencia común, con el agravamiento del desplazamiento forzado en algunas zonas más críticas, la inseguridad y dificultades para la movilización de las personas y la amenaza hacia la población campesina que resulta siendo a la postre la más afectada por el conflicto social El panorama político y social cambia muy rápidamente en la región. Se ha visto una disminución de los líderes que durante años habían jalonado procesos políticos, sociales y culturales sin que se haya organizado aún su reemplazo. La elección popular de alcaldes aunque ha mejorado el sentido de participación comunitaria y ha permitido jalonar procesos de desarrollo más continuos, también ha sido reiterativamente manipulada por los grupos armados en conflicto en aras de sus propios intereses. Muchos educadores debieron salir de la zona por distintos factores siendo sustituidos por personal ajeno a la región que, por no tener el mismo sentido de pertenencia y por desconocimiento de la idiosincrasia de su gente, no puede ejercer el mismo liderazgo. Persiste, sobre todo en las comunidades rurales más apartadas, la situación de subdesarrollo. No hay servicios básicos como agua potable, energía eléctrica, vías de acceso y medios de comunicación, aunque se han logrado avances importantes en las últimas décadas. Mucha gente vive bajo la presión del miedo y la incertidumbre. Centenares de mujeres han debido ponerse al frente de sus hogares 30
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ante el asesinato, desaparición o desplazamiento forzado de sus esposos o hijos; los niños han sufrido las secuelas de la guerra y se han necesitado programas de recuperación psicosocial que ya algunas entidades realizan en las comunidades más necesitadas. Muchos jóvenes de la región han sido reclutados, incluso a la fuerza, para engrosar las filas de los grupos armados ilegales. En los últimos años se han estado gestando acciones concretas tendientes a la recuperación sociopolítica de la zona con el llamado “Laboratorio de Paz” impulsado por la Unión Europea, y en el futuro se espera mucho de este proyecto que pretende dar un impulso muy grande a la región desde distintos ángulos de participación ciudadana y de productividad; pero la tramitología y los vicios politiqueros hacen muy difícil la formulación de proyectos que efectivamente lleguen a transformar la región. Instituciones como Prodepaz, vinculada con la diócesis, han logrado generar procesos interesantes en las comunidades más golpeadas por la situación de violencia, sobre todo en organización comunitaria y autogestión, pero los problemas son tan graves y tan globales que no se alcanza a dar una respuesta al menos satisfactoria. Sigue creciendo la industrialización en el Oriente cercano lo que genera empleo, en ocasiones poco calificado, lo que debe impulsar a la gente a buscar una mejor capacitación; a algunas de las empresas asentadas en la región aún les hace falta más inversión social y un mayor compromiso con el desarrollo y con la vida y la problemática de la zona. El tránsito de una cultura tradicionalmente agrícola a una de tipo industrial, genera problemas de adaptación que afectan seriamente la estructura social y familiar. Otro serio problema que afecta a la región del Oriente antioqueño es el de la tierra. En la zona del altiplano prácticamente la tierra, antes destinada a la agricultura, ahora se destina a fincas de veraneo; en otras zonas se han incrementado los cultivos ilícitos, en especial de DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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la coca, por parte de los grupos subversivos de izquierda o de derecha. Estos factores, unidos al gran problema del desplazamiento forzado que ha dejado a muchas veredas deshabitadas, han contribuido en gran escala al desempleo y subempleo, al progresivo empobrecimiento de las gentes de la región, al aumento de la mendicidad entre vastos sectores de la población y al aplazamiento de proyectos de desarrollo para las regiones más apartadas de la diócesis. Han crecido algunas poblaciones de la zona del altiplano, sobre todo por ser receptoras de desplazados de las zonas más alejadas. Nuevas urbanizaciones se están construyendo, generando un nuevo estilo de vida y nuevos retos para la acción pastoral. Poblaciones como Rionegro, La Ceja, Marinilla, El Carmen de Viboral y Guarne sufren las consecuencias de un crecimiento poblacional sin suficiente planeación y sin posibilidades de empleo. La necesaria atención inmediata a las víctimas de la violencia ha favorecido el aumento del paternalismo en las comunidades. La población flotante es cada día más alta en la zona porque muchos pobladores de Medellín prefieren tener su casa-finca en esta región para dormir o pasar los fines de semana. Este es otro reto que se impone a la pastoral de la zona, pues no es fácil la pastoral con los veraneantes y se dificulta el acceso de los mayordomos de fincas a la celebración dominical. Los centros turísticos de la región requieren de un especial cuidado pastoral. Por otra parte, se han abierto nuevos programas de educación para la región. No sólo en educación media con los programas tutoriales coordinados por COREDI y la Universidad Católica de Oriente con el programa SER (Servicio Educativo Rural), éste último con cobertura nacional, que ha permitido la capacitación de muchos jóvenes y adultos campesinos sin desvincularlos de su hábitat; también se ofrecen diversos programas presenciales, semipresenciales, a distancia y virtuales de educación superior, de 32
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los cuales se beneficia un buen número de jóvenes de la mayoría del territorio diocesano. No hay duda de que la capacitación de las gentes de la región es hoy mucho mayor, no obstante la desmotivación producida por una educación de poca calidad; es este un elemento fundamental para el desarrollo y el cambio social que se requiere. Mención especial merece el programa “Campo al campo” apoyado por la Conferencia Episcopal Italiana en coordinación con la Universidad Católica de Oriente que ha llevado educación básica y media a personas de los cinco municipios más pobres de la región (Argelia, Nariño, Cocorná, San Francisco y San Luis). El cambio progresivo de la cultura en la región no es distinto en lo esencial al que ha experimentado el mundo por efecto de la globalización y de las nuevas tecnologías de intercomunicación. Las tradiciones típicamente antioqueñas se han ido diluyendo entre la gente joven; el respeto por la vida ha ido perdiendo importancia en medio de una violencia que ha cobrado ya muchas víctimas y por las campañas abortivas y favorables a la eutanasia que propagan los grandes medios de comunicación; se ha desarrollado la cultura del enriquecimiento fácil y rápido, sin importar los medios para lograrlo; hay una general búsqueda del confort y del placer, que ha llevado al fomento de vicios como la drogadicción, el alcoholismo y la prostitución; nuevas expresiones artísticas y musicales se abren paso en la región con detrimento del cultivo del folclor y de los valores autóctonos tradicionales; un nuevo lenguaje se abre paso generando dificultades de comunicación entre jóvenes y adultos, la televisión marca los senderos culturales del nuevo orden de cosas, dejando estragos sobre todo al interior de la vida familiar que ha sufrido las peores consecuencias de la crisis de valores.
1.6 Las estructuras pastorales. Se ha modernizado la estructura diocesana con una curia más ágil y con mayor diversidad de servicios. Si bien es cierto que la estructura DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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física sigue teniendo deficiencias notorias, también lo es que el servicio pastoral a las parroquias y demás instituciones se ha incrementado y cualificado. En la Curia de Rionegro, que es el centro administrativo y pastoral de la diócesis, atienden, además del Señor Obispo, los Vicarios Episcopales, los Delegados de las distintas áreas de pastoral, el canciller y el vicecanciller, delegados a su vez para la causa de partidas y los asuntos jurídicos, así como un grupo de laicos que apoyan desde distintos ángulos la misión diocesana. Se tiene una completa y bien estructurada red de sistemas, una sala de producción radial y en proceso una de producción de televisión con antena satelital, espacios adecuados para que la gente que demanda sus servicios se sienta bien acogida y eficientemente atendida. Cuenta la diócesis con los consejos mandados por el Código de Derecho Canónico: • El Colegio de Consultores con sus propios estatutos. • El Consejo Presbiteral, constituido según los estatutos con 24 miembros del presbiterio, en representación de las distintas zonas y servicios, el cual se reúne ordinariamente una vez por semestre; • El Consejo de Pastoral que se reúne ordinariamente tres veces al año y es el responsable de toda la programación pastoral. • El Consejo de Asuntos Económicos, conformado según las normas del Derecho, que se reúne cada vez que el Obispo lo considere necesario. Están además conformadas algunas comisiones diocesanas, así: • La Comisión de Liturgia y Música Sagrada, la cual se reúne ordinariamente cada dos meses y mantiene la animación litúrgica de la diócesis. • La Comisión de Arte Sagrado y Construcciones, coordinada por el Vicario de Administración, con participación de expertos en el tema. 34
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• La Comisión de Diálogo y Paz, encargada de mantener una reflexión constante sobre la situación de orden público que vive la región para formular criterios y acciones concretas ante los hechos verificados. Es coordinada por el Delegado para la Pastoral Social. • La Corporación Vida, Justicia y Paz, cuyo encargo es impulsar acciones a favor de la paz, la convivencia y la gobernabilidad en la región. • La comisión para la celebración de las Bodas de Oro de la diócesis, creada para un período fijo, la cual organizó distintos comités operativos, entre ellos uno que se ha encargado de recuperar la memoria histórica de la diócesis. Funcionan las Delegaciones Episcopales que coordinan las distintas áreas de pastoral, las cuales son coordinadas por un sacerdote de tiempo completo o de tiempo parcial con un equipo en el que hay religiosos (as), seminaristas y laicos que apoyan el trabajo de la delegación. Las delegaciones programan en conjunto las distintas actividades pastorales, formulan, ejecutan y evalúan las metas para cada año y son las responsables de la marcha del plan pastoral, bajo la coordinación del Obispo diocesano y del Vicario Episcopal de Pastoral. La diócesis está zonificada en siete (7) Vicarías Foráneas, seis de ella territoriales y una dedicada a la coordinación de los sacerdotes y seminaristas diocesanos de los seminarios que atiende la diócesis. Son: • Vicaría de Nuestra Señora de Chiquinquirá, que agrupa las parroquias de Sonsón, Abejorral, Argelia, Nariño, Puerto Venus y Pantanillo. • Vicaría de Nuestra Señora del Carmen con las parroquias de La Unión, Mesopotamia, La Ceja, El Retiro y Las Palmas. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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• Vicaría de Nuestra Señora de Arma que comprende las parroquias del Municipio de Rionegro. • Vicaría del Sagrado Corazón de Jesús, con las parroquias de Marinilla, El Santuario, El Carmen de Viboral, Guarne y San Vicente. • Vicaría de la Inmaculada Concepción que agrupa las parroquias de Cocorná, Granada, San Francisco, San Luis, Santa Ana, La Piñuela, El Prodigio y Aquitania. • Vicaría de San Simón y San Judas con las parroquias de El Peñol, San Rafael, San Carlos, Guatapé, El Jordán y Samaná del Norte. • Vicaría Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, que agrupa los Seminarios de Cristo Sacerdote de La Ceja y de Yarumal, Misionero del Espíritu Santo, Nuestra Señora, Intermisional San Luis Beltrán de Bogotá, y las Asociaciones Siervos del Espíritu Santo y San Pablo. Además de las 56 parroquias creadas, de las cuales 55 están activas en la actualidad, existen algunos proyectos de creación de nuevas parroquias que están en estudio y seguramente serán una realidad en los próximos años. También las parroquias de la diócesis se han modernizado en su estructura pastoral y administrativa. Cada vez se va logrando mayor acogida del Plan de Pastoral diocesano, los equipos sacerdotales que atienden la mayoría de las parroquias se han consolidado y crecido en sentido de comunión y de fraternidad, así como en organización para atender las distintas áreas de pastoral; existen los consejos de pastoral parroquial partícipes de la programación, ejecución y evaluación de la actividad pastoral, así como los de asuntos económicos que asesoran la administración; los despachos parroquiales cuentan casi todos con equipos de computación para el archivo y suministro de la información; se han organizado la contabilidad, los inventarios y el sistema de 36
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contratación atendiendo las nuevas exigencias del gobierno nacional; cada vez son mejores las estructuras físicas para una adecuada atención a las gentes, sobre todo en cuanto tiene que ver con los templos, centros de culto, casas curales, salones parroquiales, casas de pastoral en algunas de ellas. Se requiere, sin embargo, que las parroquias tengan una más decidida acogida y organización de la planeación diocesana, que los recursos con que cuentan se utilicen fundamentalmente en la acción pastoral y en la capacitación de agentes, que se fomente una mayor disciplina en la programación de la pastoral a nivel parroquial, que se brinden a los laicos más espacios para la acción pastoral, que los ministros laicos ya formados se vinculen más efectiva y organizadamente a la acción parroquial, que la pastoral social y la rural trabajen con criterios más claros de promoción humana integral, que haya un trabajo más intenso con los alejados de la práctica religiosa, que se tenga una vinculación más activa con otras instituciones públicas y privadas que trabajan en el municipio para optimizar los recursos y aportar el elemento específicamente cristiano y que se fomente en los feligreses el sentido de pertenencia a la parroquia. Los seminarios y casas de formación sacerdotal que atiende la diócesis son de varios tipos: • El Seminario Diocesano Nuestra Señora, con énfasis en el propedéutico y los estudios filosóficos, ubicado en Marinilla y en proceso de reconstrucción para prestar un servicio más amplio y de mejor calidad. • El Seminario Nacional de Cristo Sacerdote de La Ceja y el del mismo nombre en Yarumal, que prestan servicios a la diócesis y otras jurisdicciones eclesiásticas del país, este último con especialidad en la formación de personal que proviene del campo. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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• El Seminario Misionero del Espíritu Santo, nacido en la provincia de Medellín y dedicado a la formación de clero para las diócesis misioneras. • El Seminario Intermisional Colombiano San Luis Beltrán, que forma clero para los territorios misionales y depende directamente de la Conferencia Episcopal Colombiana a través de un comité presidido en la actualidad por el Obispo de esta diócesis; la diócesis tiene un contrato para atenderlo con un equipo de formadores. • La casa de formación de la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo”, cuya finalidad es formar sacerdotes incardinados a la diócesis para asesorar la renovación carismática y otras formas de espiritualidad en distintas diócesis del país y del exterior; se encuentra en La Ceja y sus alumnos están vinculados al proceso de formación del Seminario Misionero del Espíritu Santo. • La casa de formación de la Asociación Sacerdotal “San Pablo” destinada a formar sacerdotes incardinados a la diócesis para atender zonas con especial necesidad de ayuda misionera; también está ubicada en La Ceja. Todos estos seminarios poseen un completo equipo de formadores, de muy buena calidad humana y sacerdotal, la mayoría de ellos con especialización en distintas áreas del saber teológico y filosófico, dedicados de tiempo completo a la formación, con claridad en los criterios y sentido eclesial en el desarrollo de sus actividades formativas. Un análisis de los distintos seminarios sugiere la necesidad de lograr mayor estabilidad en los equipos directivos y de formadores; un mejor proceso de selección de los candidatos, algunos de los cuales son enviados directamente por sus Obispos sin un proceso previo de 38
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preparación; mejores sistemas pedagógicos para el desarrollo de la formación académica; mejor dotación en bibliotecas y tecnología electrónica; mayores espacios y organización de la práctica pastoral de los seminaristas; una estructura que permita un seguimiento más personalizado a los alumnos, generalmente numerosos; un proyecto educativo institucional bien definido y concreto que unifique criterios y señale derroteros precisos al proceso formativo, el cual estaba contemplado en el plan que termina y aún no se ha realizado. Finalmente requieren, por lo menos en cuanto a los de alcance nacional, un mayor compromiso de las jurisdicciones eclesiásticas con la formación de sus sacerdotes, también en el campo económico. Hay otras instituciones diocesanas muy importantes para el desarrollo de la vida eclesial en la región. Una mención muy breve nos dará una idea de ellas: • La Universidad Católica de Oriente, institución que lleva nació con motivo de la celebración de las bodas de plata de la diócesis en el año 1982 y que ha entregado a la región un gran número de tecnólogos, profesionales y especialistas en muy distintas áreas. Actualmente cuenta con cerca de 2000 alumnos matriculados en programas de pregrado, con el colegio Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo con cerca de 600 alumnos, con el Servicio Educativo Rural (SER) extendido por todo el país con más de 4000 alumnos. Es innegable lo que para la región ha significado la Universidad y los retos que se le plantean en el inmediato futuro en la formación de profesionales que lideren el desarrollo de la región con una visión humanista cristiana. • El Colegio Capitular, ubicado en La Ceja, lugar de convivencia y de oración de un grupo de sacerdotes mayores, vinculado a la Basílica de Nuestra Señora del Carmen. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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• El Centro de Pastoral Sacerdotal que desde La Ceja presta distintos servicios de apoyo a sacerdotes con especiales dificultades de todo el país y promueve distintas actividades de formación permanente de los presbíteros y demás ministros ordenados. • La Fundación Jesús Infante que alberga niños huérfanos o víctimas de la violencia en la zona, actualmente en reorganización para brindar un mejor servicio a la región.
1.7 Los agentes de pastoral: Obispo, sacerdotes, religiosos (as), seminaristas, laicos. El Obispo actual es Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, quien pastorea la diócesis desde el 5 de julio de 2003. Sucedió en el gobierno pastoral de esta porción de la Iglesia a los Excelentísimos Señores Alberto Uribe Urdaneta, el primer obispo (1957-1960), Alfredo Rubio Díaz (1961-1968), Alfonso Uribe Jaramillo (1968-1993), Flavio Calle Zapata (1993-2003). Mons. Tobón le ha dado a la diócesis un nuevo impulso pastoral, ha organizado la administración diocesana y ha puesto especial empeño en el fomento de una sólida espiritualidad, necesaria para el seguimiento de Jesucristo. Aunque la atención de la diócesis demanda demasiado tiempo y dedicación, se ha esmerado por atender a cabalidad los diversos frentes administrativos y pastorales. Cuenta la diócesis al momento de elaborar este Plan con más de 400 sacerdotes incardinados, de los cuales cerca del 45% prestan servicios pastorales en distintos países de América, África, Europa y Asia en diferentes servicios misioneros y de ayuda a Iglesias hermanas necesitadas. El clero es en su mayoría joven, oriundo en su casi totalidad de la región, formado en nuestros propios seminarios y bien dispuesto para la acción pastoral. 40
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No se puede ocultar que también ha sufrido como otros presbiterios el impacto de los cambios de la sociedad de hoy. La integración de todo el presbiterio se hace casi imposible por la dispersión en que se encuentra por casi todo el mundo y los pocos espacios que se propician para el encuentro y la comunicación interpersonal. Aunque se ha incrementado la vivencia de la fraternidad al interior del presbiterio, aún se encuentran dificultades para el diálogo y la comprensión al interior de los equipos sacerdotales en las parroquias e instituciones y por el espíritu de crítica que con frecuencia se apodera de muchos sacerdotes. Falta una opción más radical por los pobres y por la defensa de la dignidad y la promoción humana, aunque ha sido valiente su testimonio de cercanía a las comunidades en esta última década en que el conflicto armado se ha agudizado. Ha faltado también en un buen número una decidida voluntad de trabajar en forma planificada y de acogerse a los lineamientos del plan diocesano de pastoral. En el aspecto administrativo se han dado avances significativos con la consolidación de la Vicaría de Administración, aunque todavía hace falta una formación más sólida, lo cual ha ocasionado dificultades que comprometen la estabilidad económica de las parroquias e instituciones. Sin embargo, la diócesis tiene programas bien orientados de formación permanente tendientes a mantener en alto su espiritualidad, su formación académica y pastoral, su espíritu comunitario y fraterno, su dimensión misionera. En general es un presbiterio unido, trabajador, sacrificado y bien dispuesto al servicio pastoral. La vida religiosa es una gran riqueza en la diócesis. Un elevado número de congregaciones religiosas tanto masculinas como femeninas realiza una variada y rica actividad apostólica en muy distintos campos. Se nota el trabajo de los consagrados en las parroquias y demás instituciones. Se ha buscado desde la diócesis coordinar mejor su apostolado y ayudarles a una más plena vivencia de su carisma particular. Sin embargo, no se ha alcanzado aún el nivel ideal de inserción en la vida pastoral diocesana y parroquial. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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El problema central que la Vicaría de Religiosos detectó es el débil sentido de vinculación con la Iglesia diocesana y la poca comprensión del carisma de las distintas comunidades que dificulta su proyección pastoral. Como causas se anotan el deficiente conocimiento y vinculación con la Vicaría de Religiosos; insuficientes espacios de encuentro e integración entre los religiosos; falta de equilibrio entre la pastoral de los carismas y la diócesis; poca integración en el trabajo entre las comunidades religiosas y la parroquia en donde tienen asiento. Esto lleva al poco compromiso y respuesta de los religiosos al plan diocesano de actividades; a la poca comunicación a nivel vicarial; al escaso acercamiento entre comunidades religiosas; deficiente integración de los religiosos a la pastoral diocesana y al poco testimonio de unidad en el trabajo pastoral, incluso en cuanto al trabajo en la pastoral vocacional. Cuenta la diócesis con cerca de dos centenares de seminaristas adelantando estudios de bachillerato, filosofía, teología y de formación pastoral. Este buen número de seminaristas está distribuido en los varios seminarios y casas de formación de las asociaciones y son bien atendidos por sacerdotes diocesanos que allí laboran, por el Delegado para la Pastoral Vocacional y por el mismo Obispo. El proceso formativo insiste en cuatro dimensiones básicas: humanocomunitaria, espiritual, académica y pastoral a lo largo de tres años de filosofía, a los cuales en lo sucesivo se añadirá un año propedéutico, y cuatro años de teología que se complementan después del segundo con un año de formación pastoral en las parroquias e instituciones de la diócesis. Los seminaristas, al menos los no asociados, son en su mayoría oriundos del territorio diocesano y proceden de hogares bien constituidos y en su mayoría pobres. Algunas poblaciones se han distinguido por el alto número de jóvenes que atienden el llamado para el sacerdocio, tales como El Santuario, Sonsón, San Vicente entre otros. También hay poblaciones muy escasas en vocaciones, 42
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fruto quizá de la cultura o de la escasa pastoral vocacional. Aunque el personal que llega al seminario es bien dotado espiritual e intelectualmente, se requiere de una mejor selección de los candidatos y de un proceso vocacional más amplio y orgánico, aspecto éste en que en los últimos años se han alcanzado mejores logros. La diócesis tiene el deber de hacer un mejor seguimiento a sus seminaristas y todos los agentes de pastoral deberemos empeñarnos en ser agentes de pastoral vocacional. Ha sido deficiente el nivel de exigencia de excelencia académica y pastoral a nuestros seminaristas, lo cual produce un clero mediocre y poco preparado para enfrentar los retos pastorales de una sociedad en permanente y acelerado cambio. También ha sido deficiente la formación y la práctica pastoral de los seminaristas por la falta de espacios adecuados y de un seguimiento más personalizado. También la diócesis hace un ingente esfuerzo por la formación de los laicos, sea a través de su participación en diversos grupos y movimientos apostólicos, sea mediante la capacitación específica para el apostolado en distintos encuentros o cursos de formación espiritual, doctrinal y apostólica. Como fruto de este esfuerzo se cuenta en la mayoría de las parroquias con laicos sólidos y bien dispuestos para apoyar las tareas apostólicas. Se adelantó en años pasados la formación e institución de distintos servicios laicales para las áreas de liturgia, catequesis y pastoral social, proceso en el que participaron más de 300 personas de casi 40 parroquias. En este campo, sin embargo, hay notorias deficiencias. No se ha formado a los laicos para que fermenten de evangelio los diferentes ambientes políticos, sociales, educativos, cívicos, culturales etc.; nos hemos contentado en la generalidad de los casos con formar agentes de pastoral para reforzar las distintas áreas, sin adelantar un proceso serio y orgánico de formación de líderes laicos que influyan positivamente en los ambientes en los que se decide la suerte de las comunidades. Los servicios laicales instituidos no fueron bien DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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integrados a la pastoral parroquial y se descuidó por parte de los sacerdotes su proceso de formación permanente. Muchos laicos participan en diferentes grupos simultáneamente, lo que dificulta que se especialicen en un servicio determinado y dediquen más tiempo al servicio apostólico. Persiste la mentalidad clericalista que impide a los pastores dar a los laicos más espacios para su acción apostólica y a los laicos mayor confianza en sus propias potencialidades.
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2.2
¿Qué diócesis queremos ser?
El marco de realidad nos ha puesto de frente a una diócesis con muchas riquezas pero también muy necesitada de una acción pastoral más intensa con miras a hacer que todos, pastores y fieles, acojamos a Jesucristo como Señor y Salvador y nos comprometamos a partir de los valores evangélicos en la instauración del Reino de Dios. En este capítulo queremos señalar cuáles principios nos van a regir desde la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia. Queremos descubrir las líneas-fuerza de nuestra acción pastoral, los elementos que nos sirven de fuente y de apoyo para cumplir la misión de anunciar el Evangelio a todos para lograr una vida cristiana más auténtica, comprometida y comunitaria.
2.1 El principio fundante: la Palabra de Dios. Nuestro Plan Pastoral 2006-2010 se fundamenta en la Palabra divina. Ella es la norma suprema para la vida y la acción de la Iglesia. De ella extrae la Iglesia su reflexión teológica, los principios con base en los cuales se construye, las líneas de acción. “La Iglesia ha considerado siempre como suprema norma de su fe la Escritura unida a la Tradición, ya que, inspirada por Dios y escrita de una vez para siempre, nos transmite inmutablemente la palabra del mismo Dios; y en la palabra de los Apóstoles y los Profetas hace resonar la voz del Espíritu Santo. Por tanto, toda la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura” (DV 21). Ya lo ponía de presente el Papa Juan Pablo II cuando al comienzo del tercer milenio nos decía: “Alimentarnos de la Palabra para ser DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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‘servidores de la Palabra’ en el compromiso de la evangelización, es indudablemente una prioridad para la Iglesia al comienzo del nuevo milenio” (NMI 40). Porque estamos convencidos de que “en la Palabra estaba la vida y la vida era la luz de los hombres” (Jn 1,4), nos decidimos a dejarnos conducir por la Palabra de Dios, la misma que orientó la actividad profética de Jesús, que él anunció durante su vida pública y que encomendó a sus Apóstoles para que la anunciaran al mundo entero (cf. Mt 28,19). Un texto del evangelio de san Lucas (4,14-22) servirá de marco general a nuestra acción apostólica. Nos narra la visita de Jesús a la Sinagoga de Nazareth: “Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, su fama se extendió por la región. Él iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. Vino a Nazareth donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado y, se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: ‘Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy’. Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca”. En este texto destacamos varios elementos: Vino a Nazaret donde se había criado: La misión evangelizadora de Jesús comienza en su propia tierra antes de extenderse por Galilea, Judea y más tarde por todo el mundo. La patria chica tiene para Jesús un especial significado: allí vivió 46
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por espacio de casi treinta años, experimentó la realidad concreta que vivía su familia, sus vecinos, su parentela, su entorno. Allí se le conoció como el “hijo del carpintero”, “el hijo de María y hermano de Santiago, Joset, Judas y Simón”; “¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?” (Mc 6,3). La comunidad primaria es fundamental en la vida de una persona; allí se empieza a ser hermano y hermana de los demás, allí se establecen relaciones estables y maduras; en la familia se aprenden los valores más perdurables; en la niñez y en la juventud se moldea la personalidad y se abren perspectivas hacia el futuro. Valorar la vida familiar y la vida sencilla y comunitaria de los pueblos frente al anonimato de las grandes urbes es garantía de permanencia en los valores. La fuerza del Espíritu: No hay evangelización posible sin el poder del Espíritu Santo como lo afirma la Evangelii Nuntiandi: “Gracias al apoyo del Espíritu Santo, la Iglesia crece. Él es el alma de esta Iglesia. Él es quien explica a los fieles el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio. Él es quien, hoy igual que en los comienzos de la Iglesia, actúa en cada evangelizador que se deja poseer y conducir por Él y pone en su labios las palabras que por sí solo no podría hallar, predisponiendo también el alma del que escucha para hacerla abierta y acogedora de la Buena Nueva y del reino anunciado… La preparación más refinada del evangelizador no consigue absolutamente nada sin Él” (EN 75). Su fama se extendió por toda la región: la gente escucha a Jesús y descubre en él a alguien especial, que le habla con autoridad y “no como los escribas” (Mc 1,22), con un lenguaje que todos entienden y que llega directamente al corazón. Todos hablan de Jesús, el nuevo profeta de Dios que se ha acercado al pueblo para invitarlo a un nuevo modo de vivir. Es lo que la diócesis quiere hacer con la misión del año 2006: llegar a toda la región, con el propósito de que Jesús sea conocido y seguido por todos. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Iba Jesús enseñando en sus sinagogas. La gente se congregaba en la sinagoga el sábado, día del Señor, para escuchar la Palabra. Y Jesús aprovecha estas reuniones para enseñar. Porque la gente tiene hambre y sed de la Palabra divina, el sembrador la esparce con abundancia y en cada uno la Palabra produce un fruto acorde con la apertura y disposición del corazón (cf. Mt 13,1ss.). También es importante resaltar aquí la reunión semanal de la asamblea en torno a la Palabra de Dios y la importancia que tienen nuestras celebraciones litúrgicas que congregan la comunidad. Se puso en pie para hacer la lectura. La Palabra divina ha de ser proclamada y explicada a la comunidad. Esa es la misión de los evangelizadores, de los diferentes agentes de pastoral que en razón de su bautismo se constituyen en profetas del Señor. “La obra de la evangelización es un deber fundamental del Pueblo de Dios” (AG 35). Esto nos debe recordar a todos que “evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial” (EN 60). También “los fieles laicos – por su participación en el oficio profético de Cristo- están plenamente implicados en esta tarea de la Iglesia, y por ello deben sentirse llamados y enviados a proclamar la Buena Nueva del Reino” (EA 66). Me ha ungido… me ha enviado. Cristo significa “ungido”, es decir, consagrado por el Padre para ser profeta en medio de su pueblo. Esa unción se produjo en el momento de su concepción virginal en el seno de María, y fue ratificada cuando Juan lo bautizó en el Jordán: “Bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo: ‘Tú eres mi Hijo; yo hoy te he engendrado´.” (Lc 3,21-22). Jesús tiene plena conciencia de que él es enviado por el Padre para cumplir una misión a favor de los hombres (cf. Jn 3.17). Esta 48
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misión del Hijo en la que se cumple la obra del Padre, introduce a los hombres en la comunión perfecta que une al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo y será prolongada por la misión de los Apóstoles. Para anunciar a los pobres la Buena Nueva. Los primeros destinatarios del anuncio del Reino que Jesús hace son los pobres, los excluidos de la sociedad de su tiempo, entre los cuales están las mujeres, los niños, los enfermos, los pastores, los que carecen de bienes materiales, los leprosos, los pecadores (cfr. Mt 5,1ss.). Jesús mismo nació pobre y vivió entre los pobres para hacernos ricos en su pobreza. La Iglesia es consciente de que en su misión ha de tener una “opción preferencial por los pobres” (cf. Puebla 707). Ecclesia in America nos lo advertía perentoriamente: “La Iglesia en América debe encarnar en sus iniciativas pastorales la solidaridad de la Iglesia universal hacia los pobres y marginados de todo género. Su actitud debe incluir la asistencia, promoción, liberación y aceptación fraterna. La Iglesia pretende que no haya en absoluto marginados”. (EA 58). Me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos. La Evangelii Nuntiandi nos advierte acerca de la liberación que la evangelización anuncia y se esfuerza por poner en práctica, que “no puede reducirse a la simple y estrecha dimensión económica, política, social o cultural, sino que debe abarcar al hombre entero, en todas sus dimensiones, incluida su apertura al Absoluto, que es Dios” (EN 33). La liberación que la Iglesia anuncia “es una liberación que sabe utilizar medios evangélicos, con su peculiar eficacia y que no acude a ninguna clase de violencia ni a la dialéctica de la lucha de clases, sino a la vigorosa energía y acción de los cristianos, que movidos por el Espíritu, acuden a responder al clamor de millones y millones de hermanos” (Puebla 486). DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Para proclamar un año de gracia del Señor. En el 2007 la diócesis celebra sus 50 años de existencia. Creada por el Papa Pío XII mediante la Bula In Apostolici Muneris del 18 de marzo de 1957, se ha preparado para celebrar con júbilo un especial año de gracia. El jubileo diocesano es ante todo “una gran plegaria de alabanza y de acción de gracias a Dios Padre por el don inmerecido de su amor, experimentado a lo largo de cinco décadas; por el don de la Iglesia, sacramento de salvación realizado entre nosotros; así como por los numerosos frutos de vida cristiana que han madurado en tantos hombres y mujeres, que en esta tierra han sabido acoger sin reservas la salvación que, por la acción del Espíritu Santo, dimana del misterio pascual de Cristo” (Carta Circular No. 10 del Obispo diocesano, “Ya que hay un solo pan... formamos un solo cuerpo”, p. 4). En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Este versículo nos servirá como un derrotero a lo largo de los cinco años de ejecución del Plan diocesano de Pastoral. Queremos tener “los ojos fijos en Jesús, el que inicia y consuma la fe” como lo afirma la carta a los Hebreos (12,2). Jesús ha de ser el centro de nuestro trabajo evangelizador, el punto de referencia obligado de todas nuestras tareas, el sentido último y plenificante de nuestra acción pastoral, pues “Él es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: Él es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien residir en él toda la Plenitud y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos” (Col 1,17-20) “Queremos ver a Jesús” (Jn 12,21) convencidos de que “a la contemplación plena del rostro del Señor no llegamos sólo con nuestras fuerzas, sino dejándonos guiar por la gracia. Sólo la experiencia del silencio y de la oración ofrece el horizonte adecuado en el que puede madurar y desarrollarse el conocimiento más auténtico, fiel y coherente de aquel misterio, que tiene su expresión culminante 50
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en la solemne proclamación del evangelista Juan: ‘Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad’ (Jn 1,14)” (NMI 20). Esta Escritura que acabáis de oír se ha cumplido hoy. Cristo es la plenitud de la revelación de Dios. Él “con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad, lleva a plenitud toda la revelación” (DV 4). Él es la Palabra última y definitiva de Dios. En Él hallan cumplimiento toda la Ley y los Profetas. Cristo constituye el “hoy” de Dios para los hombres de todos los tiempos. Por eso se habla de la “plenitud de los tiempos” (Ga 4,4). Lo que ya había anunciado Isaías se hace realidad ante la vista de sus coterráneos: está ahí aquel al que el Espíritu del Señor ha ungido y enviado. A los discípulos de Emaús, años más tarde, les explicaría “lo que había sobre él en todas las Escrituras” (Lc 24,27). Todos daban testimonio de él. “También vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio” (Jn 15,27). Quien se ha encontrado con Jesús y ha escuchado y aceptado su doctrina no puede sino dar testimonio de lo que ha visto y oído (cf. Jn 1,39). El discípulo de Jesús se convierte en testigo que está dispuesto incluso a dar la vida por mantener firme su testimonio. Y es este el primer medio de evangelización para la Iglesia, pues “el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan o si escucha a los que enseñan es porque dan testimonio. Será sobre todo mediante su conducta, mediante su vida como la Iglesia evangelizará al mundo, es decir mediante un testimonio vivido de fidelidad a Jesucristo” como lo afirmaba con fuerza Paulo VI (EN 41). Queremos en la diócesis convertirnos en discípulos de Cristo, aprender de él un nuevo modo de vida, unas actitudes coherentes con el Evangelio en el que creemos, una nueva entrega al servicio DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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de los hermanos con signos claros que den credibilidad a nuestro anuncio y susciten en muchos hermanos una verdadera conversión. En fin, queremos que la fe toque la vida y la transforme, que el anuncio produzca un cambio en la sociedad para establecer el Reino. Estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Las palabras y enseñanzas de Jesús nos llenan de admiración, penetran con fuerza como espada de doble filo, germinan cuando nuestro corazón está bien dispuesto. Queremos escuchar a Jesús, tener un trabajo serio y sistemático para hacer que sus palabras resuenen en el corazón de todos los fieles mediante una predicación bien preparada y presentada, con contenidos claros, que invite a las personas a cambiar la vida (cfr, Rm 10,14-18); con un esfuerzo conjunto por llevar a los fieles a un conocimiento más completo y sistemático de la Palabra divina por su lectura asidua y el impulso de la Lectio Divina.
2.2 Los principales ejes doctrinales. 2.2.1
El conocimiento y la experiencia de Cristo.
Conocer a Jesucristo no es el producto de un esfuerzo solamente intelectual; el conocimiento que queremos lograr de él es experiencial, vital, que englobe la vida entera, que comprometa a toda la persona. La fe cristiana es “una adhesión personal del hombre a Dios” (CEC 150), adhesión que compromete a toda la persona y al mundo que constituye a la persona. Hoy nos urge tener un encuentro personal y vivo con Jesús. Sólo en ese encuentro personal es posible descubrir quién es él y cuáles son las exigencias de su llamada. El Nuevo Testamento nos ofrece ejemplos muy concretos de encuentros personales con Jesús que llevaron a una conversión. La samaritana (Jn 4,5-42), Zaqueo (Lc 19,1-10), María Magdalena (Jn 20,11-18), los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35), Saulo, el futuro Pablo (Hch 52
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9,3-30), los diversos encuentros con los Apóstoles. En todos ellos el encuentro incluye una llamada y una respuesta que vincula para siempre con Jesús como Señor de su vida. A Jesucristo es imposible conocerlo y no amarlo, amarlo y no seguirlo. “No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hch 4,20). 2.2.2
El anuncio del kerigma.
Kerigma es una palabra que significa “proclamación”, la cual se diferencia de enseñanza e instrucción (didache). El Evangelio fue predicado antes de ser escrito (Rm 16,25). Pero más tarde debía también ser enseñado (Mt. 28,19). Kerigma es el primer anuncio de Jesús, el Salvador, que se hace a los no creyentes. Ser cristiano es, ante todo y sobre todo, seguir a una persona: Jesucristo. No una doctrina, una teoría, una abstracción. La fe cristiana es creer en alguien, antes que creer en algo. Y no se puede creer en alguien si no se confía en él. Y no es posible confiar si no se le conoce bien. Conocer a Jesucristo es conocer su vida, sus obras, sus cualidades, su manera de amar y de ver las cosas. Sólo después de esto, será necesario conocer también sus ideas, su mensaje. Aceptar el mensaje sin una fe firme en la persona provoca la existencia de tantos cristianos inseguros: no saben bien lo que creen y, desde luego, no saben por qué lo creen. Seguir la fe cristiana vitalmente, existencialmente, poniendo la vida en ello, sólo puede hacerse si hemos descubierto y conocido a Jesucristo. Así fue como los apóstoles siguieron al Maestro hasta dar la vida por Él. Y eso fue lo que predicaron desde el inicio. Los discursos de Pedro y de los demás apóstoles, en aquellos primeros años del cristianismo, consistían fundamentalmente en explicar quién era Jesús, su muerte por nuestros pecados y su resurrección. Este conjunto de verdades, sencillas y directas, constituían el kerigma: el anuncio de Jesucristo. También en el mundo de hoy hace falta anunciar a Jesucristo. Anunciarlo con sencillez y con claridad. Para hacerlo bien, sin embargo, es necesario conocer a Jesús: su vida, sus DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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obras, su persona. Como le conocían los Apóstoles al principio. Así el kerigma llegará al mundo entero y muchos alcanzarán la salvación. 2.2.3
La Conversión Pastoral.
Un trabajo planificado en pastoral, con un compromiso de todos y para llegar a todos, exige de los agentes de pastoral una verdadera conversión. Se requiere, ante todo, un nuevo ardor apostólico, sentir verdadero celo por anunciar a Jesucristo, primero con el testimonio de la propia vida, pero también con una predicación viva pues “cómo creerán sin haber oído hablar de él? Y cómo oirán si nadie les predica?” (Rm 10,14). Al nuevo ardor, el programa de Nueva Evangelización une necesariamente nuevos métodos, lo que interpela nuestra creatividad de pastores para encontrar las formas más adecuadas de llevar el Evangelio a los hombres de nuestro tiempo, frecuentemente asediados desde tantos ámbitos por mensajes que van en contravía de los valores cristianos. Un nuevo lenguaje, adaptado a la mentalidad y la cultura de nuestra gente, se hace también necesario si queremos que el mensaje llegue a todos. Pero además la conversión pastoral exige un mayor sentido comunitario, una más decidida pastoral de conjunto, otorgarle papeles cada día más protagónicos a los laicos, utilizar con profesionalismo y más ampliamente los medios de comunicación masivos y las nuevas tecnología al servicio de la evangelización, pues “ellos ofrecen la posibilidad de extender casi sin límites el campo de audición de la Palabra de Dios” (EN 45). 2.2.4
En camino hacia la Santidad.
El capítulo V de la Lumen Gentium nos recuerda que la vocación a la santidad es universal, pues estamos invitados a imitar a Cristo modelo de toda perfección. Juan Pablo II en la Novo Millennio Ineunte nos recuerda que “la perspectiva en la que debe situarse el camino pastoral es el de la santidad… Recordar esta verdad elemental, poniéndola como fundamento de la programación pastoral que nos 54
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atañe al inicio del nuevo milenio, podría parecer, en un primer momento, algo poco práctico. Acaso se puede “programar” la santidad? Qué puede significar esta palabra en la lógica de un plan pastoral?... Poner la programación pastoral bajo el signo de la santidad es una opción llena de consecuencias” (No. 30-31). Esta enseñanza del Papa es muy clara para orientar nuestro plan, porque lo que buscamos en última instancia es que todos, pastores y fieles, crezcamos día a día en santidad. En la búsqueda de una espiritualidad que nos ayude en la configuración con Cristo, hay varias virtudes que hemos de cultivar con esmero y dedicación y que el Señor Obispo nos presentó en la asamblea pastoral de octubre de 2005: la fe en el Señor que conduce los hilos de la historia, la esperanza en sus promesas y en su fidelidad a toda prueba, la caridad entendida como ardor del corazón que nos lleva a anunciar al Señor para que todos los hermanos encuentren el camino de la salvación, la comunión como esfuerzo constante por hacer de la Iglesia un cuerpo orgánico, el compromiso con la tarea apostólica que el Señor pone en nuestras manos, la fortaleza para superar los obstáculos que en nuestra acción pastoral se nos presentarán indefectiblemente, la alegría como fruto del Espíritu. 2.2.5
En fidelidad a Jesucristo, a la Iglesia y al hombre.
La evangelización da a conocer a Jesús como el Señor que nos revela al Padre y nos comunica su Espíritu. Nos llama a la conversión que es reconciliación y vida nueva, nos lleva a la comunión con el Padre que nos hace hijos y hermanos (cf. Puebla 352). La Evangelii Nuntiandi nos recuerda que “no hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios” (No. 22). Esta es la Buena Noticia en un cierto sentido única: la Iglesia vive por ella y para ella, así como saca de ella todo lo que tiene para ofrecer a los hombres, como decía el Papa Juan Pablo II en el discurso DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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inaugural de la Conferencia de Puebla. El Papa actual también lo ha reafirmado con claridad: “Es esta la misión de la Iglesia ayer, hoy y siempre: anunciar y testimoniar a Cristo, para que el hombre, cada hombre pueda realizar plenamente su vocación.» (Benedicto XVI, ángelus del 11-20-05). De la respuesta que damos a Cristo nace la Iglesia; en ella nos congregamos los creyentes para buscar juntos el Reino, construirlo, vivirlo. “La Iglesia es congregación de quienes creyendo, ven en Jesús el autor de la salvación y el principio de la unidad y de la paz” (LG 9). Ella es nuestra madre, y por tanto hay que amarla, respetarla, servirla; no podemos amar a Cristo sin amar a la Iglesia a la que “él amó y se entregó por ella” (Ef 5,25). San Cipriano decía que “no puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre”. El amor a la Iglesia tiene que estar hecho de fidelidad y de confianza; no hay garantía de una acción evangelizadora seria y vigorosa, sin una eclesiología bien cimentada, porque evangelizar es la misión esencial y la vocación propia de la Iglesia y porque evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial, un acto de la Iglesia (cf. EN 60). La Iglesia se realiza para nosotros en la comunidad diocesana de SonsónRionegro. Y la Iglesia posee, gracias al Evangelio, la verdad sobre el hombre como imagen de Dios. Tiene la Iglesia el derecho y el deber de proclamar esta verdad que ella recibió de Jesucristo. Ella necesita de esta verdad “para iluminar la propia identidad y el sentido de la vida y porque profesa que todo atropello a la dignidad del hombre es atropello al mismo Dios, de quien es imagen” (Puebla 306). Convencidos de que “el misterio del hombre sólo se esclarece a la luz del misterio del Verbo Encarnado” (GS 22) y ante las concepciones antropológicas propias de nuestro tiempo –muchas de ellas parciales e inadecuadas- deberemos tener un mensaje claro y coherente sobre el hombre que permita que nuestras acciones 56
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pastorales estén a su servicio. “Es grave obligación nuestra proclamar…la dignidad que a todos, sin distinción alguna, les es propia y que, sin embargo, vemos conculcada tantas veces en forma extrema” (Puebla 316). Ser para los hombres de nuestra región un signo de esperanza y convertirnos en defensores de sus derechos y de su dignidad y en promotores de un nuevo orden en justicia y equidad, es una tarea que nos compete y que estamos dispuestos a asumir cada día con mayor empeño. 2.2.6
En el marco del programa de Nueva Evangelización.
El mundo de hoy pide este renovado esfuerzo de evangelización. Lo pide su realidad de secularismo ateo. Lo pide la marginación creciente de la práctica religiosa. Lo pide -quizá sin ser consciente de ello- el aturdimiento moral de muchos, por un lado, y el desasosiego y búsqueda, por otro, que sufren no pocos. Lo decía puntualmente la Evangelii Nuntiandi: «Secularismo ateo y ausencia de práctica religiosa se encuentran en los adultos y en los jóvenes, en la élite y en la masa, en las antiguas y en las jóvenes Iglesias. La acción evangelizadora de la Iglesia no puede ignorar estos dos mundos ni detenerse ante ellos; debe buscar constantemente los medios y el lenguaje adecuados para proponerles la Revelación de Dios y la fe en Jesucristo» (No.56). Este es el panorama ante el que se enfrenta la nueva evangelización. Se trata de llevar el mensaje de Cristo a las entrañas mismas del mundo moderno. Se trata de enseñar a los hombres de la nueva sociedad a creer en Dios que crea y salva. Se trata de iniciarles -en esta era concreta de la técnica y de la globalización- a vivir en alabanza de Dios, con un claro sentido de la fraternidad humana y abiertos a la esperanza de salvación eterna. La nueva evangelización ha de estar particularmente atenta a lo que constituye el «drama de nuestro tiempo» (EN 20): la ruptura entre el Evangelio y la cultura, entre el Evangelio y la vida. Este «drama» afecta a cristianos y no-cristianos de nuestros días (CL 34). Para superar esta dolorosa e hiriente fractura, DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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la evangelización ha de centrarse en lo fundamental: en la verdad de Dios y en la verdad del hombre, en el sentido y significado de Dios y en el sentido y significado del hombre. Descubrir e iluminar este doble sentido y significado constituye una tarea con miras a la evangelización de la cultura contemporánea con el objetivo preciso de que el Evangelio llegue a animar e inculturar todas las expresiones y estructuras de la sociedad moderna. Evangelizar la cultura moderna no significa que los cristianos se tengan que acomodar a los valores de la sociedad contemporánea. Si se redujera a esta acomodación, la Iglesia se secularizaría necesariamente. Pero tampoco significa que la comunidad eclesial se atrinchere y se cierre a los nuevos ambientes secularizados. “La Nueva Evangelización tiene como punto de partida la certeza de que en Cristo hay una inescrutable riqueza que no agota ninguna cultura, ni ninguna época, y a la cual podemos acudir siempre los hombres para enriquecernos” (Juan Pablo II, discurso inaugural de la Conferencia de Santo Domingo). 2.2.7
Con una permanente educación en la fe.
Al anuncio del kerigma debe seguir un proceso orgánico e integral de educación en la fe, a través sobre todo del testimonio coherente, de la catequesis, de la predicación “sencilla, clara, directa, acomodada”, (EN 43) de la liturgia, de los medios de comunicación social, aprovechando las oportunidades que nos brindan las nuevas tecnologías de la comunicación, con el “contacto personal indispensable” (Ib. 46), de la piedad popular que, bien orientada, “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer” (Ib. 48). 2.2.8
Con un renovado celo misionero.
La misión es la gloria de la Iglesia diocesana. Y lo tendrá que seguir siendo en los años venideros porque estamos llamados a compartir 58
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la abundancia de dones con los que el Señor nos ha enriquecido y a responder a las insistentes llamadas de la Iglesia universal para ir a llevar el Evangelio a todo el mundo. En el capítulo IV de la exhortación apostólica Ecclesia in America se nos recuerda la tarea misionera en el hoy de nuestro continente. Enviados por Cristo para evangelizar, debemos preocuparnos por encontrarnos con Jesús como enviado del Padre y tomar conciencia de nuestra propia misión. Se nos está pidiendo un esfuerzo “lúcido, serio y ordenado para evangelizar la cultura” (EA 70) de modo que el Evangelio sea anunciado en el lenguaje y la cultura de aquellos que lo oyen; de manera especial hay que evangelizar los centros educativos confesionales y no; a quienes trabajan en el campo de los medios de comunicación social; hacer una revisión de los métodos pastorales que estamos empleando para que “cada Iglesia particular ofrezca a los fieles una atención religiosa más personalizada” (Ib. 73) que frene el avance acelerado de las sectas; pero ante todo mantener viva la conciencia de la universalidad de la misión evangelizadora, pues “las Iglesias particulares de América están llamadas a extender el impulso evangelizador más allá de sus propias fronteras continentales…Sería erróneo no favorecer una actividad evangelizadora fuera del Continente con el pretexto de que todavía queda mucho por hacer en América” (Ib 74) 2.2.9
Con una espiritualidad de comunión.
El camino de la Iglesia hoy se debe recorrer dentro de lo que el Papa Juan Pablo II llamó la espiritualidad de comunión, proyecto “en el que será necesario poner un decidido empeño programático, tanto en el ámbito de la Iglesia universal como de las Iglesias particulares” (NMI 42). Se trata de dejarnos llenar por el amor de Dios Padre que se derrama en nosotros a través del Espíritu que Jesús nos da, para hacer de todos nosotros “un solo corazón y una sola alma” (Hech 4,32). “Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión: éste es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza si queremos ser fieles al designio de Dios y responder DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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también a las profundas esperanzas del mundo” (NMI 43). Esto en concreto significa que antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una espiritualidad de la comunión, “proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes pastorales, donde se construyen las familias y las comunidades” (Ib.). Espiritualidad de comunión significa apertura al corazón del Misterio de la Trinidad que habita en nosotros, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico, capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios; es saber dar espacio al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros y rechazando las tentaciones egoístas que nos asechan. La comunión se expresa también en la acogida sincera del magisterio del Santo Padre y del obispo diocesano, así como en la solicitud por todas las Iglesias. Una forma privilegiada de vivir la espiritualidad de comunión es fomentar una vida comunitaria más intensa mediante la construcción de pequeñas comunidades eclesiales. Estas nacen desde el comienzo mismo de la Iglesia cuando los cristianos empezaron a reunirse para escuchar la Palabra que los Apóstoles les enseñaban, para orar y celebrar juntos la fracción del pan, para hacer gestos concretos de comunión de bienes (cf. Hch 4,32-37). A imagen de esas comunidades primitivas, los cristianos de hoy están buscando nuevas formas de vivir en concreto una espiritualidad de comunión, fomentando así su adhesión a Cristo, procurando una vida más evangélica, colaborando para erradicar el egoísmo propio de la sociedad actual y explicitando la vocación de comunión con Dios y con sus hermanos (cf. Puebla 642). Estas comunidades “son un signo de vitalidad de la Iglesia, instrumento de formación y de evangelización, un punto de partida válido para una nueva sociedad fundada sobre la civilización del amor” (RMi 51). Con comunidades vivas y dinámicas, la parroquia, “comunidad de comunidades” (DSD 58), verá renovada su estructura pastoral mediante una mayor comunión y participación. 60
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2.2.10 Con una celebración viva de la fe. Una de las fuentes más ricas de la espiritualidad de la Iglesia es la liturgia que es considerada como el ejercicio de la función sacerdotal de Jesucristo en la que, mediante signos sensibles, se significa y se realiza la santificación del hombre. Ella es “acción sagrada por excelencia cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (S.C.7). La liturgia introduce a los fieles en la vida nueva de la comunidad e implica una participación “consciente, activa y fructífera” de todos (cf. Ib. 11). Aunque ella “no agota toda la acción de la Iglesia, debe ser precedida por la evangelización, la fe y la conversión; sólo así puede dar sus frutos en la vida de los fieles: la Vida nueva según el Espíritu, el compromiso en la misión de la Iglesia y el servicio de su unidad” (CEC 1072). “La liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que… todos se reúnan, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor” (SC 10). De ahí brota la importancia que en la Iglesia tiene la participación de todos en la celebración de la fe; una participación que ha de ser “plena, consciente y activa” pues de ella han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano. La pastoral ha de vigilar “para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente” (Ib. 11). 2.2.11 Utilizando adecuadamente los Medios de Comunicación Social. La época actual se caracteriza por un avance vertiginoso y englobante de los medios de comunicación social. Puestos al servicio del Evangelio “ofrecen la posibilidad de extender casi sin límites el DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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campo de audición de la Palabra de Dios” (EN 45). Es nuestro deber emplear estos medios para “pregonar desde los terrados” (Mt 10,27) el mensaje del Señor. Ellos permiten llegar a las masas dispersas en muchos lugares, a la vez que abren nuevas posibilidades de enseñanza sistemática y de interlocución con multitud de personas en cualquier lugar del mundo. Por ello, como decía el Vaticano II, “han de formarse sin demora sacerdotes, religiosos y también seglares que posean la debida pericia en el manejo de estos medios para los fines del apostolado” (IM 15), a la vez que exhorta a los hijos de la Iglesia a ser conscientes de la obligación de sostener y auxiliar con medios económicos, así resulten onerosos, los medios impresos, radiofónicos, audiovisuales y similares “cuyo principal fin sea difundir y defender la verdad y proveer a la formación cristiana de la sociedad humana” (Ib. 17). En su última Carta Apostólica enseñaba el Papa Juan Pablo II: “La Iglesia advierte que el uso de las técnicas y tecnologías de comunicación contemporáneas forman parte de su propia misión en el tercer milenio…El fenómeno actual de las comunicaciones sociales estimula a la Iglesia hacia una especie de revisión pastoral y cultural que la haga capaz de afrontar, de manera adecuada, el cambio de época que estamos viviendo” (El Rápido Desarrollo, No. 8). 2.2.12 De la mano de la Virgen María. Nuestra Iglesia diocesana se ha destacado por su acendrado amor y su devoción a la Santísima Virgen. Un gran número de nuestras parroquias están puestas bajo su patrocinio maternal. Ella es la realización más alta de la evangelización y la voz que impulsó a la unión entre los hombres y los pueblos (cfr. Puebla 282). Paulo VI decía que “no se puede hablar de la Iglesia si no está presente María” (MC 28). La presencia de María en la Iglesia crea el ambiente familiar, la voluntad de acogida, el amor y el respeto por la vida. “Es presencia sacramental de los rasgos maternales de Dios. Es una realidad tan hondamente humana y santa que suscita en los creyentes las plegarias de la ternura, del dolor y de la esperanza” (Puebla 291). María es 62
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modelo en la relación con Cristo, modelo para la vida de la Iglesia y de los hombres, modelo de servicio eclesial. Por ello ha de orientarse la piedad mariana de tal manera que exprese la dimensión trinitaria que caracteriza el culto a Dios, tenga su fuente en la Sagrada Escritura y mantenga íntegra la confesión de fe de la Iglesia y respondan a una visión antropológica adecuada (cfr. Directorio sobre la Piedad Popular No. 185).
2.3 Los temas doctrinales orientadores de las áreas de pastoral. Muchos otros temas doctrinales ocupan nuestra atención de cara al Plan Pastoral. Aquí nos refereriremos a los que aparecieron más frecuentemente en el marco de realidad realizado en las parroquias y en las vicarías. 2.3.1
La Familia.
Ya lo advertía el Papa Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio en el año 1981: “La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura” (No. 1). Y de 1981 hasta hoy estas transformaciones han sido cada vez más profundas y han tocado de una manera acelerada nuestra propia realidad familiar. En la Exhortación postsinodal Ecclesia in America se subrayan algunos desafíos para los cristianos hoy, tales como el aumento de los divorcios, la difusión del aborto, del infanticidio y de la mentalidad contraceptiva, por lo que deben incrementarse continuamente las iniciativas pastorales dirigidas a la familia (cf. No. 46). Entre estas iniciativas deberán priorizarse aquellas que lleven a los cristianos a celebrar con plena conciencia y espíritu de fe el matrimonio sacramental, a una evangelización más integral del núcleo familiar “que incluya una espiritualidad de la paternidad y la maternidad” DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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(Ib.), a la preocupación por la formación cristiana de los hijos, a la búsqueda del diálogo y de la unidad familiar en torno a la oración, la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos, especialmente en la Misa dominical. El esquema que nos presenta la Familiaris Consortio es muy indicativo en este sentido: la Iglesia debe trabajar para que la familia cristiana sea comunidad creyente y evangelizadora, comunidad en diálogo con Dios, comunidad al servicio del hombre (cf. No. 5064). Para lograr esto, “cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar. Los planes de pastoral orgánica, a cualquier nivel, no deben prescindir nunca de tomar en consideración la pastoral de la familia”(Ib. 70). 2.3.2
La Juventud y la Niñez.
“Los jóvenes son una gran fuerza social y evangelizadora. Constituyen una parte numerosísima de la población en muchas naciones de América. En el encuentro de ellos con Cristo vivo se fundan la esperanza y las expectativas de un futuro de mayor comunión y solidaridad para la Iglesia y las sociedades de América” (EA 47). Esto que fue escrito para todo el Continente tiene especial validez para nuestra diócesis en donde los jóvenes, no sólo son muy numerosos, sino que han sufrido las consecuencias de los cambios sociales y de la situación de conflicto que ha vivido la región en la última década. Ellos requieren de una atención pastoral más esmerada y con metodologías nuevas. “Los jóvenes deben sentir que son Iglesia, experimentándola como lugar de comunión y participación” (Puebla 1184). La pastoral juvenil debe responder a las necesidades de maduración afectiva en su proceso de formación; capacitar a los jóvenes para conocer y responder críticamente a los impactos culturales y sociales; dinamizar una espiritualidad de seguimiento de Cristo, presentándolo en forma atractiva y motivante, que logre 64
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el encuentro entre la fe y la vida; asumir nuevas formas celebrativas de la fe, propias de la cultura juvenil; abrir a los adolescentes y jóvenes espacios de participación en la vida de la Iglesia; favorecer la creación y animación de grupos y comunidades juveniles vigorosas y evangélicas que aseguren la continuidad y perseverancia de los procesos educativos de los adolescentes y jóvenes (cf. DSD 115120). Los niños, por su parte, son una riqueza enorme para la Iglesia, ellos son su futuro, su esperanza. A ellos, a quienes Cristo acogió de una manera especial y a los que considera como modelo de quienes quieran ser los más importantes en el Reino de Dios (Mt 18,2ss), la familia y la Iglesia deben brindar el máximo de atención y de cuidado. Hay una gran responsabilidad en la educación cristiana de los niños por parte de la familia, pero también por parte de las parroquias e instituciones eclesiales. La catequesis deberá esforzarse por “introducir al niño de manera orgánica en la vida de la Iglesia, incluida también una preparación inmediata a la celebración de los sacramentos” (CT 37).Se requiere vigilancia sobre el tipo de educación que los niños reciben en la escuela (cf. GE 6). Atención especial ha de prestarse a los niños que sufren las consecuencias de la pobreza, de la violencia, de la desorganización moral familiar (cf. Puebla 32), del abandono en que muchos de ellos se hallan sumidos (cf. Ib. 577). 2.3.3
La Cultura Cristiana.
El Papa Juan Pablo II en la inauguración de la Conferencia de Santo Domingo, enseñaba que “aunque el Evangelio no se identifica con ninguna cultura en particular, sí debe inspirarlas, para de esta manera transformarlas desde dentro, enriqueciéndolas con los valores cristianos que derivan de la fe” (No. 20). Se trata de hacer que el mensaje de Cristo penetre en las conciencias de las personas y se proyecte en su comportamiento, en sus estructuras vitales y en todas las estructuras. La cultura de la postmodernidad se caracteriza DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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por la ausencia o el relativismo de los valores cristianos que ha llevado a muchos a perder la dimensión de lo trascendente y a un relativismo moral que el Santo Padre Benedicto XVI ha condenado en repetidas ocasiones. Es urgente el afianzamiento de una cultura cristiana e intensificar el diálogo entre las ciencias y la fe para crear un humanismo cristiano, tareas que están llamadas a realizar de manera privilegiada las universidades y centros de estudios superiores, especialmente los que dependen de la Iglesia. Un gran reto de la Universidad católica es el de “realizar un proyecto cristiano de hombre”. “Hay que hacer todos los esfuerzos –decía el Papa Paulo VI – con vistas a una generosa evangelización de la cultura” (EN 20). Es necesario dar vida a una alternativa cultural plenamente cristiana. “La evangelización de la cultural es un esfuerzo por comprender las mentalidades y las actitudes del mundo actual e iluminarlas desde el Evangelio” (Juan Pablo II. Discurso al mundo de la cultura, Lima 15 de mayo de 1988). Dentro de este esfuerzo por evangelizar la cultura, se sitúa la acción educativa de la Iglesia, en la que ocupa un lugar privilegiado el maestro cristiano que “debe ser considerado como sujeto eclesial que evangeliza, que catequiza y educa cristianamente… Su papel debe ser reconocido en la Iglesia” (DSD, 265). El Vaticano II considera “hermosa y de suma trascendencia la vocación de todos los que, ayudando a los padres en el cumplimiento de su deber y en nombre de la comunidad humana, desempeñan la función de educar en las escuelas” (GE 5). Todos, pastores, padres de familia y educadores, deberemos preocuparnos porque la educación en la hora presente haga “crecer y madurar la persona según las exigencias de los nuevos valores” (DSD, 266). 2.3.4
El ser y la misión del Laico en la Iglesia.
Uno de los logros más importantes del Concilio Vaticano II fue haber clarificado que el laico en la Iglesia tiene un papel que le corresponde en propiedad por el mismo hecho del bautismo con el que se incorpora 66
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al Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Tanto la Apostolicam Actuositatem como más tarde la Christifideles Laici y otros muchos documentos eclesiales, han insistido de muchas formas en la misión que le corresponde al laico en la Iglesia. Aunque ciertamente es partícipe en razón del bautismo de la triple misión profética, sacerdotal y real de Jesucristo, se insiste en “el carácter secular” como propio y peculiar de los laicos. La Lumen Gentium lo enseñaba con claridad: los fieles laicos “viven en el mundo, esto es, implicados en todas y cada una de las ocupaciones y trabajos del mundo y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social, de la que su existencia se encuentra como entretejida” (No. 15). Esta índole secular propia del laico debe ser suficientemente entendida y trabajada para que el laico asuma el papel principal que le corresponde en la consagración del mundo para Dios, es decir, en incidir desde dentro en las realidades temporales con la luz del Evangelio mediante un testimonio de vida coherente y claro; deben ser sal, luz y levadura en medio de los hombres y de las instituciones. Es allí donde los laicos deben trabajar por la santidad de su vida. Por ello la responsabilidad de todos es ofrecer a los laicos oportunidades de una formación integral, la cual debe ser ante todo espiritual y doctrinal, especialmente en la doctrina social de la Iglesia, y en aquellos valores humanos que les ayuden a un mejor desempeño en la vida profesional, familiar, cívica y social (cf. CL 60). En esta tarea han cooperado de manera creciente los diversos movimientos apostólicos y corrientes de espiritualidad y apostolado laical, a los que habrá que seguir asesorando con empeño y dedicación. Desde la reforma que el Papa Paulo VI implementó en la Iglesia para que los laicos pudieran acceder a los ministerios instituidos en la Iglesia del Lectorado y el Acolitado (cf. Ministeria Quaedam, agosto 15 de 1972), y más tarde con la Christifideles Laici que insta a los pastores a “reconocer y promover los ministerios, oficios y funciones de los fieles laicos, que tienen su fundamento sacramental en el Bautismo y en la Confirmación, y para muchos de ellos, además DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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en el Matrimonio” (CL 23) se han abierto nuevas posibilidades de una más estrecha cooperación de los laicos en la vida y la misión de la Iglesia. El Documento de Puebla nos recuerda que “los ministerios que pueden conferirse a laicos son aquellos servicios referentes a aspectos realmente importantes de la vida eclesial (v.gr. en el plano de la Palabra, de la Liturgia o de la conducción de la comunidad), ejercidos por laicos con estabilidad y que han sido reconocidos públicamente y confiados por quien tiene la responsabilidad en la Iglesia” (No. 805). Las diversas experiencias con relación a los ministerios laicales, que en la diócesis se establecieron como ministerios para la catequesis, la animación de la liturgia y la pastoral social, son una riqueza para la pastoral parroquial. Bien orientada y evitando peligros latentes como la clericalización o la confusión del ministerio no ordenado con el ministerio ordenado, el cual tiene funciones bien definidas, constituyen un modo privilegiado de que el laico ejerza su propia tarea apostólica bajo la coordinación de los pastores. 2.3.5
La Pastoral Sacerdotal.
La llamada formación permanente de la que hablan los documentos de la Iglesia, en especial la Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vobis y que “es una exigencia intrínseca del don y del ministerio sacramental recibido, que es necesaria en todo tiempo, pero hoy lo es particularmente urgente por los rápidos cambios de las condiciones sociales y culturales de los hombres y los pueblos” (No. 70), se concibe en nuestra diócesis de una manera más amplia como “pastoral sacerdotal”. El término en sí habla del “pastoreo de los pastores”, quienes también son destinatarios del cuidado pastoral de la Iglesia. Los campos que este pastoreo incluye son la formación permanente en las varias dimensiones que configuran la existencia del ministro ordenado, la búsqueda de la comunión al interior del presbiterio mediante el cultivo de la que el Vaticano II llama “íntima fraternidad sacramental”, así como la preocupación por el bienestar 68
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integral del sacerdote en todo lo que tiene que ver con su seguridad social, con las condiciones en que debe ejercer su ministerio, con las situaciones particularmente difíciles que con frecuencia se presentan en su vida personal o comunitaria. Una pastoral sacerdotal integral debe llevar a los sacerdotes a “alcanzar la perfección, ya que, consagrados de manera nueva a Dios por la recepción del orden, se convierten en instrumento vivo de Cristo, Sacerdote eterno” (PO 12). Una pastoral sacerdotal orgánica e integral es responsabilidad de toda la Iglesia particular bajo la guía del Obispo y debe realizarse en cualquier edad o situación, de manera que “logre mantener el sacerdote en lo que es esencial y decisivo para su ministerio”, o sea, la fidelidad (PDV 75). 2.3.6 Las personas consagradas. Ya desde los comienzos de la Iglesia hubo hombres y mujeres que se propusieron seguir a Cristo con más libertad e imitarlo más de cerca, mediante la práctica de los consejos evangélicos. Hoy en la Iglesia siguen floreciendo por todas partes familias religiosas que dan al mundo un testimonio de fidelidad y de amor. La Iglesia valora su presencia y su actuación en los distintos campos de apostolado, tanto en la vida activa como en la vida contemplativa. “La vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión, ya que indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana y la aspiración de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo” (VC 3). Los religiosos y religiosas no sólo están llamados a vivir y desarrollar su propio carisma en las distintas obras de apostolado, sino también a ser testimonio de comunión dentro de la Iglesia y a mantener una estrecha vinculación con la diócesis y la parroquia en la que están insertos. De ahí que “tienen también un papel significativo dentro de las Iglesias particulares…de modo que reviste gran importancia la colaboración de las personas consagradas con los Obispos para el desarrollo armonioso de la pastoral diocesana” (Ib. 48). De ahí que se pide a los Obispos que acojan y estimen los carismas de la vida consagrada, reservándoles DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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un espacio en los proyectos de la pastoral diocesana, pues “una diócesis que quedara sin vida consagrada, además de perder tantos dones espirituales, ambientes apropiados para la búsqueda de Dios, actividades apostólicas y metodologías pastorales específicas, correría el riesgo de ver muy debilitado su espíritu misionero” (Ib.). 2.3.7
La Pastoral Vocacional.
Una pastoral presbiteral y de la vida consagrada parte necesariamente de una previa pastoral vocacional que lleve a los que son llamados por el Señor a hacer una opción fundamental por Jesucristo. Toda vocación cristiana viene de Dios, es don de Dios; sin embargo siempre tiene lugar en la Iglesia y mediante ella, ya que ella misma se configura como misterio de vocación y como generadora y educadora de vocaciones. La vocación, por su parte, se configura necesariamente como servicio a la Iglesia. “La dimensión vocacional es esencial y connatural en la pastoral de la Iglesia” (PDV 34). Todos en la Iglesia tenemos la responsabilidad de cuidar las vocaciones, y esto se logra sobre todo con una vida plenamente cristiana, como ya lo advertía el Vaticano II (cfr. OT 2). Esta responsabilidad recae, en primer lugar, sobre el Obispo y su presbiterio; pero una responsabilidad muy particular está confiada a la familia cristiana, así como a los grupos vocacionales “cuyos miembros ofrecen su ayuda de oración y de sufrimiento por las vocaciones sacerdotales y religiosas, así como su apoyo moral y material” (PDV 41). 2.3.8
La Pastoral Social.
Este es un campo que reviste cada día más importancia en la diócesis, sobre todo en el contexto sociopolítico que hemos vivido en la última década. Hay que recordar, en primer lugar, que la pastoral social nace de la visión antropológica que la Iglesia tiene, en la cual el hombre, creado a imagen de Dios y redimido por Cristo, goza de una excelsa dignidad (cf. GS cap. I). Pero, además, Cristo mismo haciendo una opción preferencial por los pobres y los pequeños, nos 70
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dio el mejor ejemplo de lo que la Iglesia está llamada a hacer; la parábola del Buen Samaritano culmina con un mandato: “Anda y haz tú lo mismo” (cf. Lc 10,25-37), y nos enseña que al final seremos juzgados por las actitudes que tengamos ante los más pequeños, ante los que hoy llamamos los excluidos de la sociedad (cf. Mt 25, 3146). El primer deber de la pastoral social es la promoción humana integral de las personas. La Evangelii Nuntiandi nos enseña que “entre evangelización y promoción humana –desarrollo, liberación- existen efectivamente lazos muy fuertes” (No. 31); y señala los vínculos de orden antropológico porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos; de orden teológico, pues no se puede disociar el plan de la creación del plan de la Redención, que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia que hay que combatir y de justicia que hay que restaurar; de orden evangélico, como es el de la caridad. La promoción humana exige que el hombre sea liberado de todo aquello que lo oprime; pero esta liberación debe ser integral, no puede reducirse a la simple y estrecha dimensión económica, política, social o cultural, sino que debe abarcar al hombre entero en todas sus dimensiones, incluida su apertura al Absoluto. Además, exige la edificación de estructuras más humanas, más justas, más respetuosas de los derechos de la persona, menos opresivas; sin embargo para lograrlo no se puede recurrir a la violencia, sobre todo la fuerza de las armas, porque ella “no es ni cristiana ni evangélica” (Paulo VI en Bogotá, agosto 23 de 1968). Sin embargo, ante el empobrecimiento creciente que ha sufrido la región, la Iglesia diocesana deberá contar con mecanismos para atender en forma rápida y eficaz a las personas que sufren a causa de la miseria o de distintas formas de violencia como el desplazamiento forzado. Se requiere asumir con decisión renovada la opción evangélica y preferencial por los pobres, privilegiar el servicio fraterno a los necesitados con obras concretas y organizadas de DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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caridad, así como apoyar a las instituciones que cuidan de ellos: minusválidos, niños abandonados, enfermos, encarcelados etc. (cf. DSD 180). Así como “Dios escucha el clamor de los pobres” (Sal 34,7), la Iglesia también debe escuchar su voz “vivir con los pobres y participar de sus dolores… y testificar por su estilo de vida que sus prioridades, sus palabras y sus acciones, y ella misma está en comunión y solidaridad con ellos” (EA 58). El Papa Benedicto XVI nos lo ha recordado en su primera encíclica: “Practicar el amor hacia las viudas y los huérfanos, los presos, los enfermos y los necesitados de todo tipo, pertenece a la esencia de la Iglesia tanto como el servicio de los Sacramentos y el anuncio del Evangelio. La Iglesia no puede descuidar el servicio de la caridad, como no puede omitir los Sacramentos y la Palabra”. (DCE 22). Una tarea muy propia y necesaria de pastoral social en la región es la búsqueda de la reconciliación y la construcción de la paz. La Iglesia no sólo condena la crueldad de la guerra, sin que también llama a todos para que “con el auxilio de Cristo, autor de la paz, cooperen con todos los hombres a cimentar la paz en la justicia y el amor y a aportar los medios de la paz” (GS 77). La construcción de la paz pasa necesariamente por el respeto a la vida humana desde su concepción hasta su término natural, por el reconocimiento efectivo a los derechos humanos, por la instauración de relaciones equitativas y justas entre las personas y las comunidades, por actitudes de diálogo y tolerancia, por el perdón como garantía de que no se volverán a repetir errores del pasado. La paz exigirá necesariamente un camino de reconciliación, pues “no existe en el tiempo histórico una sociedad totalmente reconciliada consigo misma, con la naturaleza, con otras sociedades y con Dios. En este camino, todos estamos necesitados de reconciliación y todos estamos llamados a ser «ministros de reconciliación», es decir servidores de este proceso en medio de la sociedad en que vivimos” (Mons. Ricardo Tobón R., XVII foro por la Paz, sept. 9 de 2005).
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4.3
El Diagnóstico Pastoral por áreas
3.1 Diagnóstico pastoral del área de formación y celebración de la fe HECHO SIGNIFICATIVO Débil proceso de formación en la fe que no lleva a una verdadera experiencia de Cristo, a celebrar consciente y vivamente la fe y al compromiso apostólico. ILUMINACIÓN DOCTRINAL Al anuncio del kerigma debe seguir un proceso orgánico e integral de educación en la fe, a través sobre todo del testimonio coherente, de la catequesis, de la predicación “sencilla, clara, directa, acomodada”, (EN 43) de la liturgia, de los medios de comunicación social, aprovechando las oportunidades que nos brindan las nuevas tecnologías de la comunicación, con el “contacto personal indispensable” (Ib. 46), de la piedad popular que, bien orientada, “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer” (Ib. 48). La nueva evangelización ha de estar particularmente atenta a lo que constituye el «drama de nuestro tiempo» (EN 20): la ruptura entre el Evangelio y la cultura, entre el Evangelio y la vida. Este «drama» afecta a cristianos y no cristianos de nuestros días (CL 34).. “La DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Nueva Evangelización tiene como punto de partida la certeza de que en Cristo hay una inescrutable riqueza que no agota ninguna cultura, ni ninguna época, y a la cual podemos acudir siempre los hombres para enriquecernos” (Juan Pablo II, discurso inaugural de la Conferencia de Santo Domingo). La liturgia es “acción sagrada por excelencia cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (SC 7). La liturgia introduce a los fieles en la vida nueva de la comunidad e implica una participación “consciente, activa y fructífera” de todos (cf. Ib. 11). Aunque ella “no agota toda la acción de la Iglesia, debe ser precedida por la evangelización, la fe y la conversión” (CEC 1072). “La liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que… todos se reúnan, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor” (SC 10). La pastoral ha de vigilar “para que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente” (Ib. 11). Los fieles laicos “viven en el mundo, esto es, implicados en todas y cada una de las ocupaciones y trabajos del mundo y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social, de la que su existencia se encuentra como entretejida” (No. 15). Es allí donde los laicos deben trabajar por la santidad de su vida. Por ello la responsabilidad de todos es ofrecer a los laicos oportunidades de una formación integral, la cual debe ser ante todo espiritual y doctrinal, especialmente en la doctrina social de la Iglesia, y en aquellos valores humanos que les ayuden a un mejor desempeño en la vida profesional, familiar, cívica y social (cf. CL 60). En esta tarea han cooperado de manera creciente los diversos movimientos 74
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apostólicos y corrientes de espiritualidad y apostolado laical. “Los ministerios que pueden conferirse a laicos son aquellos servicios referentes a aspectos realmente importantes de la vida eclesial (v.gr. en el plano de la Palabra, de la Liturgia o de la conducción de la comunidad), ejercidos por laicos con estabilidad y que han sido reconocidos públicamente y confiados por quien tiene la responsabilidad en la Iglesia” (No. 805). PROCESO QUE DEBE EMPRENDERSE Se fortalece el proceso de formación y educación en la fe que lleve a la celebración viva del misterio de Cristo y al compromiso apostólico.
3.2 Diagnóstico pastoral del área de ministerios ordenados y vocaciones HECHO SIGNIFICATIVO Deficientes procesos que no llevan a una experiencia personal y comunitaria de Cristo y al compromiso apostólico de los llamados al ministerio ordenado y la vida consagrada. ILUMINACIÓN DOCTRINAL La vocación se configura necesariamente como servicio a la Iglesia. “La dimensión vocacional es esencial y connatural en la pastoral de la Iglesia” (PDV 34). Todos en la Iglesia tenemos la responsabilidad de cuidar las vocaciones (cfr. OT 2). Esta responsabilidad recae, en primer lugar, sobre el Obispo y su presbiterio; pero una responsabilidad muy particular está confiada a la familia cristiana, así como a los grupos vocacionales “cuyos miembros ofrecen su ayuda de oración y de sufrimiento por las vocaciones sacerdotales y religiosas, así como su apoyo moral y material” (PDV 41). DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Una pastoral sacerdotal integral debe llevar a los sacerdotes a “alcanzar la perfección, ya que, consagrados de manera nueva a Dios por la recepción del orden, se convierten en instrumento vivo de Cristo, Sacerdote eterno” (PO 12). Una pastoral sacerdotal orgánica e integral es responsabilidad de toda la Iglesia particular bajo la guía del Obispo y debe realizarse en cualquier edad o situación, de manera que “logre mantener el sacerdote en lo que es esencial y decisivo para su ministerio”, o sea, la fidelidad (PDV 75). “La vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión, ya que indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana y la aspiración de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo” (VC 3). Los religiosos y religiosas “tienen también un papel significativo dentro de las Iglesias particulares…de modo que reviste gran importancia la colaboración de las personas consagradas con los Obispos para el desarrollo armonioso de la pastoral diocesana” (Ib. 48), pues “una diócesis que quedara sin vida consagrada, además de perder tantos dones espirituales, ambientes apropiados para la búsqueda de Dios, actividades apostólicas y metodologías pastorales específicas, correría el riesgo de ver muy debilitado su espíritu misionero” (Ib.).
PROCESOS QUE DEBEN EMPRENDERSE • Se pone en marcha en la diócesis el seminario menor parroquial San Alberto Magno. • Se diseña y pone en marcha el Proyecto Educativo Institucional para los seminarios que están a cargo de la diócesis. • Se diseña y pone en marcha un plan de pastoral integral para los ministros ordenados. • Se fortalece la pastoral con las personas consagradas que favorece la vivencia de su propio carisma y su integración a la vida diocesana. 76
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3.3 Diagnóstico pastoral del área de familia HECHO SIGNIFICATIVO Deficientes procesos de evangelización que no llevan a los miembros de la familia a una experiencia de Dios que los integre como comunidad de vida y amor. ILUMINACIÓN DOCTRINAL “La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la cultura” (FC 1). En la Ecclesia in America se subrayan algunos desafíos para los cristianos hoy, tales como el aumento de los divorcios, la difusión del aborto, del infanticidio y de la mentalidad contraceptiva, por lo que deben incrementarse continuamente las iniciativas pastorales dirigidas a la familia (cf. No. 46). Entre estas iniciativas deberán priorizarse aquellas que lleven a los cristianos a celebrar con plena conciencia y espíritu de fe el matrimonio sacramental, a una evangelización más integral del núcleo familiar “que incluya una espiritualidad de la paternidad y la maternidad”(Ib.), a la preocupación por la formación cristiana de los hijos, a la búsqueda del diálogo y de la unidad familiar en torno a la oración, la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos, especialmente en la Misa dominical. La Iglesia debe trabajar para que la familia cristiana sea comunidad creyente y evangelizadora, comunidad en diálogo con Dios, comunidad al servicio del hombre (cf. FC 50-64). Para lograr esto, “cada Iglesia local y, en concreto, cada comunidad parroquial debe tomar una conciencia más viva de la gracia y de la responsabilidad que recibe del Señor, en orden a la promoción de la pastoral familiar”(Ib. 70). “Los jóvenes son una gran fuerza social y evangelizadora. Constituyen una parte numerosísima de la población en muchas naciones de América. En el encuentro de ellos con Cristo vivo se fundan la esperanza y las DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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expectativas de un futuro de mayor comunión y solidaridad para la Iglesia y las sociedades de América” (EA 47).“Los jóvenes deben sentir que son Iglesia, experimentándola como lugar de comunión y participación” (Puebla 1184). La pastoral juvenil debe responder a las necesidades de maduración afectiva en su proceso de formación (cf. DSD 115-120). A los niños Jesús los considera como los más importantes en el Reino de Dios (Mt 18,2ss). Se requiere vigilancia sobre el tipo de educación que los niños reciben en la escuela (cf. GE 6). Atención especial ha de prestarse a los niños que sufren las consecuencias de la pobreza, de la violencia, de la desorganización moral familiar (cf. Puebla 32), del abandono en que muchos de ellos se hallan sumidos (cf. Ib. 577).
PROCESOS QUE DEBEN EMPRENDERSE • Se dan políticas claras de promoción participativa y articulación en la Delegación. • Se incrementa el número de agentes pastorales formados y comprometidos para la evangelización de los miembros de la familia. • Se brinda atención pastoral preferencial a familias, jóvenes y niños en situaciones irregulares, de riesgo y víctimas de la violencia intrafamiliar.
3.4 Diagnóstico pastoral del área de cultura HECHO SIGNIFICATIVO Débil proceso de formación en la fe de la comunidad educativa y de los profesionales que no llevan a una experiencia personal y comunitaria de Cristo para un servicio integral al hombre. 78
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ILUMINACIÓN DOCTRINAL El Papa Juan Pablo II en la inauguración de la Conferencia de Santo Domingo, enseñaba que “aunque el Evangelio no se identifica con ninguna cultura en particular, sí debe inspirarlas, para de esta manera transformarlas desde dentro, enriqueciéndolas con los valores cristianos que derivan de la fe” (No. 20). Es urgente el afianzamiento de una cultura cristiana e intensificar el diálogo entre las ciencias y la fe. Un gran reto de la Universidad católica es el de “realizar un proyecto cristiano de hombre”. “Hay que hacer todos los esfuerzos con vistas a una generosa evangelización de la cultura” (EN 20). Es necesario dar vida a una alternativa cultural plenamente cristiana. “La evangelización de la cultural es un esfuerzo por comprender las mentalidades y las actitudes del mundo actual e iluminarlas desde el Evangelio” (Juan Pablo II. Discurso al mundo de la cultura, Lima 15 de mayo de 1988). El maestro cristiano que “debe ser considerado como sujeto eclesial que evangeliza, que catequiza y educa cristianamente… Su papel debe ser
reconocido en la Iglesia” (DSD, 265). El Vaticano II considera “hermosa y de suma trascendencia la vocación de todos los que, ayudando a los padres en el cumplimiento de su deber y en nombre de la comunidad humana, desempeñan la función de educar en las escuelas” (GE 5). Todos, pastores, padres de familia y educadores, deberemos preocuparnos porque la educación en la hora presente haga “crecer y madurar la persona según las exigencias de los nuevos valores” (DSD, 266). PROCESO QUE DEBE EMPRENDERSE • Se diseña y se pone en marcha un programa de formación e iniciación cristiana para los miembros de la comunidad educativa y los profesionales. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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3.5 Diagnóstico pastoral del área social HECHO SIGNIFICATIVO Se ha desvirtuado la experiencia personal y comunitaria de Cristo porque la pastoral social no ha consolidado suficientes procesos de promoción humana, acción caritativa, Vida Justicia y Paz. ILUMINACIÓN DOCTRINAL Hay que recordar, en primer lugar, que la pastoral social nace de la visión antropológica que la Iglesia tiene, en la cual el hombre, creado a imagen de Dios y redimido por Cristo, goza de una excelsa dignidad (cf. GS cap. I). Pero, además, Cristo mismo haciendo una opción preferencial por los pobres y los pequeños, nos dio el mejor ejemplo de lo que la Iglesia está llamada a hacer; la parábola del Buen Samaritano culmina con un mandato: “Anda y haz tú lo mismo” (cf. Lc 10,25-37), y nos enseña que al final seremos juzgados por las actitudes que tengamos ante los más pequeños (cf. Mt 25, 31-46). “Entre evangelización y promoción humana –desarrollo, liberaciónexisten efectivamente lazos muy fuertes” (EN 31); y señala los vínculos de orden antropológico teológico, evangélico. La promoción humana exige que el hombre sea liberado de todo aquello que lo oprime; pero esta liberación debe ser integral, no puede reducirse a la simple y estrecha dimensión económica, política, social o cultural, sino que debe abarcar al hombre entero en todas sus dimensiones, incluida su apertura al Absoluto. Además, exige la edificación de estructuras más humanas, más justas, más respetuosas de los derechos de la persona, menos opresivas; sin embargo para lograrlo no se puede recurrir a la violencia, sobre todo la fuerza de las armas, porque ella 80
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“no es ni cristiana ni evangélica” (Paulo VI en Bogotá, agosto 23 de 1968). Se requiere asumir con decisión renovada la opción evangélica y preferencial por los pobres, privilegiar el servicio fraterno a los más pobres con obras concretas y organizadas de caridad, así como apoyar a las instituciones que cuidan de ellos: minusválidos, niños abandonados, enfermos, encarcelados etc. (cf. DSD 180). Así como “Dios escucha el clamor de los pobres” (Sal 34,7), la Iglesia también debe escuchar su voz “vivir con los pobres y participar de sus dolores… y testificar por su estilo de vida que sus prioridades, sus palabras y sus acciones, y ella misma está en comunión y solidaridad con ellos” (EA 58). La Iglesia no sólo condena la crueldad de la guerra, sino que también llama a todos para que “con el auxilio de Cristo, autor de la paz, cooperen con todos los hombres a cimentar la paz en la justicia y el amor y a aportar los medios de la paz” (GS 77). La construcción de la paz pasa necesariamente por el respeto a la vida humana desde su concepción hasta su término natural, por el reconocimiento efectivo a los derechos humanos, por la instauración de relaciones equitativas y justas entre las personas y las comunidades, por actitudes de diálogo y tolerancia, por el perdón como garantía de que no se volverán a repetir errores del pasado. La paz exigirá necesariamente un camino de reconciliación, pues “no existe en el tiempo histórico una sociedad totalmente reconciliada consigo misma, con la naturaleza, con otras sociedades y con Dios. En este camino, todos estamos necesitados de reconciliación y todos estamos llamados a ser «ministros de reconciliación», es decir servidores de este proceso en medio de la sociedad en que vivimos” (Mons. Ricardo Tobón R., XVII foro por la Paz, sept. 9 de 2005). DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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PROCESOS QUE DEBEN EMPRENDERSE • Se desarrolla un plan de formación y acompañamiento que fortalece la promoción humana integral de las personas y comunidades de la diócesis. • Se organiza y se desarrolla un plan de acción caritativa que responda a las necesidades de la población más pobre y vulnerable. • Se impulsan procesos a favor de la vida la justicia y la paz, que promuevan la convivencia y la gobernabilidad en la región.
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Planeación Pastoral para el quinquenio 2006-2010
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MISIÓN Somos la Iglesia de Jesucristo que peregrina en SonsónRionegro en la fe, la esperanza y el amor; prolongamos la presencia de Cristo viviendo su evangelio y construyendo el Reino de Dios, para que los habitantes del Oriente antioqueño conozcan al único Dios verdadero y a su enviado Jesucristo y lo anuncien a todos los hombres.
VISIÓN En el año 2015 la Diócesis de Sonsón Rionegro será una Iglesia viva, organizada, evangelizada y evangelizadora que llevará al mayor número de personas a que conozcan, amen y sigan a Jesucristo con una fe vivida y celebrada comunitariamente en la esperanza y la fraternidad. Nos reconoceremos en la fidelidad a Cristo manifestada en el amor al prójimo, el servicio, la justicia y la promoción integral del hombre. Seremos una Diócesis fuerte en la fe y constructora de comunidades.
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1. El Objetivo General
La diócesis de Sonsón-Rionegro en el quinquenio 2006-2010 se propone realizar eficientes procesos de evangelización que llevan a una experiencia de Jesucristo capaz de transformar la vida para anunciar y construir el Reino de Dios.
2. Explicación del Objetivo General Realizar eficientes procesos de evangelización. El análisis de la realidad diocesana nos ha mostrado desde distintos ángulos la problemática de una evangelización abundante pero poco eficiente en cuanto que no lleva a transformar la vida de las personas y de la sociedad. Muchas personas han recibido la evangelización básica, se confiesan creyentes, incluso participan con frecuencia de los sacramentos y de la oración de la Iglesia. Sin embargo, la sociedad en que vivimos está plagada de vicios, de situaciones contrarias a la fe y a la caridad cristiana, de actitudes que van en contravía de las enseñanzas del Evangelio. Se requieren, pues, procesos de evangelización más eficientes, mejor diseñados, más coherentes y articulados para que las personas puedan comprometerse más como cristianos. Que llevan a una experiencia de Jesucristo. El problema de la evangelización es que no ha llevado a una experiencia de Cristo, tal como la reclama la Palabra de Dios y las enseñanzas del Magisterio. Tener una experiencia de Cristo es haber logrado un encuentro salvador con él para convertirnos en sus discípulos, sus testigos, sus anunciadores. En el plan 2001-2005 nos proponíamos “caminar hacia 86
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el encuentro con Jesucristo vivo”. Hoy constatamos que aún nos falta mucho, que la experiencia concreta del Señor no es tan común entre los cristianos, incluso entre los que como pastores están más llamados y preparados para este encuentro “personal, de ojos abiertos y de corazón palpitante con Jesús” como decía el Papa Juan Pablo II en Santo Domingo. Capaz de transformar la vida. Cuando una persona se encuentra realmente con Jesús, no puede seguir igual, su vida tiene que cambiar, la conversión se produce sin falta. Ante la persona de Jesús sólo puede haber aceptación o rechazo, pero no indiferencia. Jesucristo reclama de sus seguidores una vida nueva, unas nuevas actitudes, una transformación desde dentro, desde el corazón y la mentalidad. Por eso un cristiano no vive según la escala de valores que el mundo le presenta, sino según el espíritu del sermón de la montaña que muestra los valores nuevos que constituyen la felicidad de las personas. Un cristiano no se deja conducir por los principios mundanos sino por el espíritu de Jesucristo, que es el Espíritu Santo que ungió y envió a Jesús a predicar un mensaje transformador de la existencia personal y comunitaria. Para anunciar y construir el Reino de Dios. El mensaje central que Jesús nos trajo fue el de la inminente llegada del Reino de Dios, con un alcance universalista, abierto a todos. Y los discípulos de Jesús hemos sido enviados a anunciar la llegada del Reino y a trabajar por instaurarlo definitivamente en todos los ambientes. Instaurar el Reino es hacer realidad el señorío o reinado de Dios en la vida de la persona, en sus relaciones, en la sociedad en general. La Iglesia es la encargada de abrir caminos en el corazón de las personas y de la sociedad para que ese señorío de Cristo sea efectivo. Cuando entendamos el mensaje del Reino y seamos capaces de comprometernos con su anuncio y su instauración, las personas y la sociedad empezarán a cambiar.
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3. Los criterios de acción que regirán el Plan de Pastoral En la ejecución de nuestro Plan de Pastoral nos regiremos por algunos criterios o normas básicas para la acción que orientarán todo el desarrollo de nuestra misión apostólica.
3.1 Criterio de eclesialidad. Este criterio de eclesialidad es fundamental para nuestro Plan de Pastoral. Se debe seguir impulsando una Iglesia viva, joven, con la novedad del Espíritu, rica en ministerios y carismas, en comunión íntima con la Iglesia universal y especialmente con las diócesis de la provincia eclesiástica.
3.2 Criterio de procesualidad. Se formularán y adelantarán procesos pastorales que lleven a un cambio gradual, permanente y efectivo a los miembros de la Iglesia diocesana. Los procesos pastorales que se pondrán en marcha serán permanentemente evaluados para verificar su coherencia y efectividad en la búsqueda de un compromiso cada vez mayor de todos los sectores de la comunidad.
3.3 Criterio de realismo pastoral. Se responderá a las reales necesidades de la gente que vive y actúa en la diócesis. Para eso se partirá de un estudio concienzudo, sereno y objetivo de la realidad de nuestra Iglesia para conocer a fondo los principales desafíos que la realidad nos está planteando. Se construirá un plan para una realidad concreta con la aspiración de transformarla desde nuestra acción pastoral. 88
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3.4 Criterio de audacia y creatividad. Se implementarán métodos pastorales dinámicos y originales que congreguen y hagan interesante y atractivo el mensaje, de manera que efectivamente se produzca un cambio en la mentalidad y en la vida de las personas y de las comunidades.
3.5 Criterio de comunión y participación. Desde la Conferencia de Puebla estos dos términos direccionan la acción pastoral. Se buscará, por tanto, que todos los miembros del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, estemos unidos desde la Cabeza para trabajar armónicamente y para que cada uno aporte desde sus capacidades, carismas y posibilidades al crecimiento del Cuerpo.
3.6 Criterio de continuidad con los dos planes anteriores No se hará una ruptura con los anteriores procesos pastorales. Se seguirá edificando sobre los cimientos ya puestos y se impulsarán nuevos procesos pastorales a partir de los ya trabajados para que nuestra Iglesia, bien enraizada, produzca frutos de salvación hoy.
3.7 Criterio de organicidad o pastoral de conjunto. Nuestra pastoral será orgánica, es decir, que todos los agentes de pastoral trabajarán unidos alrededor del Plan para lograr objetivos y alcanzar metas comunes. Tanto los agentes de pastoral como las instituciones presentes o actuantes en la diócesis, se esforzarán por orientar toda su acción apostólica dentro de los lineamientos del Plan, como una manera privilegiada de ser fieles al querer divino en el hoy de la diócesis. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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3.8 Criterio de interdisciplinariedad. Se articularán esfuerzos con todas aquellas personas e instituciones que trabajan por el bienestar humano y el progreso de las comunidades en todas sus dimensiones, siempre y cuando su acción se inscriba dentro de las enseñanzas del Evangelio y de la moral cristiana y no se pretenda ninguna manipulación tendenciosa para obtener ventajas o privilegios personales o grupales.
3.9 Criterio de universalidad. Nuestra vocación y misión es el servicio desinteresado a las personas y a las comunidades sin distingo de razas, origen, situación económica o social, tendencia política o religiosa. Se buscará servir siempre y en todos los lugares a todas las personas ofreciéndoles la salvación de Jesucristo. Las puertas estarán siempre abiertas para acoger a todos, para ir en búsqueda de los alejados, para dialogar con los que piensan distinto, para llegar a todos con el mensaje salvador.
3.10 Criterio de aprovechamiento de recursos. Los recursos diocesanos, parroquiales e institucionales tendrán como destinación prioritaria la acción pastoral; las demás inversiones que se hagan irán siempre orientadas a mejorar o a hacer más sólido y eficaz el servicio pastoral de las comunidades y de las personas.
3.11 Criterio de renovación de estructuras pastorales. Las estructuras pastorales deberán adaptarse a las indicaciones del Plan, de tal manera que sea posible para todos y en todos los ambientes y lugares realizar una acción pastoral que responda a las necesidades de la gente y a las exigencias de la tarea evangelizadora. 90
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
3.12 Criterio de pedagogía. Con el fin de que muchas personas conozcan y se comprometan con el Plan, se formulará de una manera sencilla, asequible, metodológica y fácil de evaluar y se hará una amplia socialización en las comunidades.
4. Organización de la Pastoral Diocesana. Por decreto episcopal No. 025 del 30 de noviembre de 2005, se organiza la pastoral diocesana, que es coordinada por la Vicaría de Pastoral en dependencia directa del Obispo, tal como aparece en el cuadro siguiente.
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Delegación de Vocaciones Delegación de Formación Sacerdotal Delegación de Pastoral Sacerdotal Delegación de Pastoral con personas consagradas
Delegación de Catequesis
Delegación de Liturgia
Delegación de Movimientos Laicales
Delegación de Animación Misionera
Delegación de Pastoral Urbana y del Turismo
ÁREA DE VOCACIONES Y MINISTERIOS ORDENADOS
ÁREA DE DE FORMACIÓN CELEBRACIÓN DE LA FE
Y
CONSEJO DIOCESANO DE PASTORAL
VICARÍA DE PASTORAL
ÁREA FAMILIA
Medios de Comunicación Social Medios de Comunicación Social
Delegación de Pastoral Infantil
Delegación de Pastoral Juvenil
Delegación de Pastoral Familiar
DE
ÁREA CULTURA
Delegación de Pastoral con los Profesionales
Delegación de Pastoral Universitaria
Delegación de Pastoral Educativa
DE
ÁREA PASTORAL SOCIAL
Delegación de Vida, Justicia y Paz
Delegación de Acción Caritativa
Delegación de Promoción Humana
DE
Dimensiones de Pastoral Bíblica, Misionera y Mariana
Conformado por el Vicario de Pastoral, los Coordinadores de área, el animador de Pequeñas Comunidades, el director de Comunicaciones, un Vicario Foráneo, un Formador, un Religioso y tres laicos nombrados por el Obispo. Encargado de motivar, coordinar, animar, acompañar la ejecución del plan y realizar el monitoreo y seguimiento de los procesos pastorales.
Proyecto de Comunidades Eclesiales del Reino
OBISPO DIOCESANO
4.1 La Vicaría de Pastoral
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Se coordina una misión diocesana en el año 2006 para anunciar a Jesucristo Señor y Salvador
Se propician procesos de formación pastoral y de evangelización para los miembros de los equipos de pastoral de las delegaciones
Se propicia el conocimiento y apropiación del Plan Pastoral en los agentes de pastoral.
Resultado
Descripción
1. Premisión 2. Misión 3. Post Misión
• Conformación y preparación de los equipos misioneros parroquiales, motivación y preparación de las comunidades y elaboración de materiales. • Misión intensiva en algunas parroquias y misión extensiva en todas las parroquias y para todos los grupos poblacionales. • Compromiso permanente de los equipos misioneros • Conformación de pequeñas comunidades eclesiales.
• Planeación, ejecución y evaluación 1. Desarrollar talleres de capacitación diri- del Plan Pastoral Parroquial. gidos a los agentes de pastoral. • Capacitación en comunicación organizacional dirigido a responsables parroquiales de comunicaciones.
1. Socializar el plan pastoral 2006 - 2010 Realización de: • Taller con Delegados y Vicarios de la Diócesis de Sonsón-Rionegro. Foráneos para socializar el Plan. • Jornada de espiritualidad y formación con el clero sobre el Plan. • Talleres de 2 días con sacerdotes por vicarías para socializar el Plan. • Asambleas parroquiales de Pastoral. • Talleres con seminaristas. • Talleres con religiosos.
Actividades
PLAN VICARÍA DE PASTORAL
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Se continúa con la animación y desarrollo del Plan hasta el 2010.
Se hace eco en la Diócesis a la misión sobre discipulado de la Iglesia colombiana en el año 2008
Se anima un año jubilar en el 2007 para conmemorar los 50 años de la Diócesis
3. Elaborar la programación diocesana anual. 4. Animar y asesorar la programación anual parroquial. 5. Hacer monitoreo y seguimiento a todo el proceso de ejecución del Plan. 6. Coordinar la realización de Asambleas Vicariales anuales y de una Asamblea Diocesana en el quinto año.
1. Conocimiento y difusión de las conclusiones de la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida. 2. Se realizan catequesis y cursos intensivos sobre discipulado para los agentes de pastoral y los miembros de las comunidades eclesiales.
1. Celebrar las fechas conmemorativas en las catedrales de la Diócesis. 2. Realizar un congreso de laicos. 3. Realizar los Jubileos preescritos en la Carta Circular del Sr. Obispo No. 10 4. Impulsar una obra material conmemorativa.
• Permanente comunicación con Coordinadores de área, Delegados, Vicarios foráneos y Párrocos. • Evaluación semestral de la marcha del Plan Diocesano de Pastoral • Realización de los ajustes necesarios a los procesos pastorales. • Elaboración anual del cronograma diocesano • Coordinación y realización de las Asambleas parroquiales, vicariales y diocesana.
• Difusión de sus principales temas a través de plegables. • Elaboración de programas radiales para difundir la temática • Elaboración de materiales para capacitar a los agentes de pastoral. • Profundización de los temas en las comunidades eclesiales.
• Estudio del Documento de Aparecida.
• Celebración de Eucaristías con participación del clero y delegaciones parroquiales y celebraciones jubilares para los distintos grupos de la población. • Conformación de un comité operativo responsable • Planeación y ejecución del congreso de laicos • Priorización y elección de la obra conmemorativa y comprometer a toda la Diócesis en su ejecución.
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Se incrementa el conocimiento de la Virgen María como modelo para el seguimiento de Cristo.
Resultado
Se articula un programa de comunicación organizacional en la Diócesis para un mejor aprovechamiento de los Medios de Comunicación en la evangelización.
Resultado
Descripción
Descripción
• Articulación de las Delegaciones episcopales y los Medios de Comunicación diocesana. • Fortalecimiento del equipo diocesano de producción de Medios de Comunicación Social. • Coordinación y animación de las emisoras en las parroquias. • Fortalecimiento de la red de emisoras • Fortalecimiento del equipo diocesano de producción radial. • Implementación de mecanismos de distribución y transmisión de los programas desde el centro de producción. • Gestión de adquisición de espacios. • Capacitación en los medios televisivos. • Conformación de equipo responsable. • Diseño de formatos de programas.
• Revisión del Catecismo Mariano Diocesano. 1. Publicar y difundir un Catecismo • Edición y publicación del Catecismo Mariano Diocesano. Diocesano • Distribución del Catecismo Mariano • Estudio con los destinatarios. • Conocimiento y aplicación de las di2. Orientar la piedad popular mariana rectrices del Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia. • Revisión de las fiestas marianas en la diócesis y unificación de criterios.
Actividades
DIMENSIÓN MARIANA
3. Ganar espacios en canales de Televisión de incidencia regional.
2. Darle mayor funcionalidad a la red de emisoras para un mayor cubrimiento diocesano en la evangelización.
1. Diseñar un proyecto de comunicación organizacional.
Actividades
COMUNICACIONES
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Se ajusta, implementa y se vincula efectivamente a los sacerdotes y demás agentes de pastoral al proyecto de Pequeñas Comunidades Eclesiales ya puesto en marcha
Resultado
Se fortalece la formación bíblica en los agentes de pastoral y las comunidades parroquiales.
Resultado
• Elaboración y ofrecimiento de subsidios. • Verificación de que en todas las actividades pastorales se realice la Lectio Divina.
3. Fomentar la lectura orante de la Palabra de Dios, "Lectio Divina".
• Conformación de la comisión diocesana de Pequeñas Comunidades Eclesiales. Realización de: • Encuentros vicariales • Conversatorios • Talleres • Difusión de material • Profundización de la temática de la misión en las pequeñas comunidades.
1. Revisar y ajustar el proyecto
2. Continuar la formación con sacerdotes, seminaristas y laicos sobre el Proyecto de Comunidades Eclesiales.
3. Reforzar el proceso de iniciación cristiana trabajado en la misión 2006.
Actividades
Descripción
• Realización de cursos básicos del manejo de la Biblia.
2. Ofrecer un conocimiento básico de la Palabra de Dios.
COMUNIDADES ECLESIALES
• Consecución y distribución de Biblias
Descripción
1. Difundir masivamente la Biblia
Actividades
DIMENSIÓN BÍBLICA
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4.2 Área de Formación y Celebración de la Fe
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Se fortalece el proceso de formación y educación en la fe que lleve a la celebración viva del misterio de Cristo y al compromiso apostólico.
RESULTADO
DESCRIPCIÓN
2.Brindar espacios de formación e iniciación • Motivación y formación a los agentes de pastoral y a la comunidad en general para cristiana a los destinatarios del Área. una celebración más viva del misterio cristiano. • Elaboración de subsidios en formación litúrgica. • Realización de encuentros con los catequistas. • Realización de encuentros con movimientos laicales. • Realización de visitas a comités parroquiales de liturgia. • Realización de escuelas de formación en liturgia para ministerios de música y animadores del canto. • Realización de encuentros de actualización litúrgica para sacristanes. • Coordinación de la formación musical en seminarios • Formación misionera para sacerdotes, seminaristas y agentes de pastoral. • Difusión del compendio del Catecismo de la Iglesia Católica.
• Motivación a destinatarios. • Capacitación a agentes de pastoral y a des1.Realizar un anuncio de Jesucristo para co- tinatarios. nocerlo y servirlo mejor en la misión 2006. • Realización de talleres. • Ejecución por el compromiso de las parroquias.
ACTIVIDADES
OBJETIVO ESPECÍFICO Eficiente conocimiento de Cristo que fortalece la experiencia cristiana, la celebración y la vivencia de la fe
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7.Buscar ingresar pastoralmente a las urba- • Entrar en contacto con las distintas adminizaciones actuales y a las que se van for- nistraciones municipales y urbanísticas mando, en vista de ser atendidas para tener conocimiento y acceso a las pastoralmente y de observar cuáles en el urbanizaciones. futuro se podrían constituir en parroquias. • Comprometer las parroquias donde hay o se inician urbanizaciones, para un trabajo evangelizador con las personas que allí viven de modo permanente u ocasional.
6.Garantizar la atención pastoral que lleve a • Comprometer las parroquias involucradas una viva celebración de la Eucaristía en en el trabajo con los turistas. • Elaboración de un boletín mensual con forlos centros turísticos. mación doctrinal para los turistas.
5.Evangelizar la religiosidad popular de nues- • Orientación desde la diócesis para las fiestas patronales. tras comunidades parroquiales. • Elaboración de material didáctico para orientar las advocaciones marianas y las devociones. • Difunsión de las orientaciones del Directorio para la Piedad Popular y la Liturgia.
• Conformación de equipos misioneros • Sensibilización de los equipos sacerdotales en la responsabilidad de 3.Acompañar a los agentes de pastoral en acompañar pastoralmente a los movimienla realización de su compromiso apostóli- tos laicales. co con dimensión misionera universal. • Sensibilización para que la vivencia de la fe se haga a través de las Comunidades Eclesiales. • Animación misionera. 4.Preparar los subsidios necesarios para las • Realización de guías para la misión 2006 celebraciones en el año de misión y en el y las celebraciones jubilares 2007. jubileo diocesano.
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ANÁLISIS CUANTITATIVO
• Agentes de Pastoral. • Animadores de la liturgia. • Animadores del canto • Sacristanes. • Toda la comunidad.
LITURGIA
ANIMACIÓN MISIONERA
INDICADORES
• Toda la diócesis. • Legión de María. • Cursillistas de Cristiandad. • Renovación en el Espíritu. • Otros movimientos.
MOVIMIENTOS LAICALES
• Sacerdotes. • Conjuntos residenciales. • Centros Turísticos.
PASTORAL URBANA Y DEL TURISMO
Entre el año 2006 y 2010, mil catequistas, cuatro mil miembros de los movimientos laicales y setecientos cincuenta animadores de la liturgia de las 55 parroquias de la Diócesis de Sonsón Rionegro, cuentan con un fortalecimiento del conocimiento y experiencia de Cristo, a la vez, que celebran y viven más su fe por medio de: • Una sólida formación bíblica y doctrinal. • Un compromiso cristiano concreto de iniciación cristiana. • Vinculación de personas a las Comunidades Eclesiales • El compromiso de proyección a la comunidad. • La multiplicación de los procesos vividos. • Una mayor conciencia de la celebración de su fe.
• Catequistas instituidos. • Catequistas no instituidos. • Catequizandos.
CATEQUESIS
DESTINATARIOS
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¿Qué espera la diócesis?
• Que haya mayor vinculación de • Que los sacerdotes de las palos movimientos a la vida rroquias se comprometan más parroquial. con el proceso evangelizador y • Mayor corresponsabilidad de los de formación cristiana. laicos. • Una celebración litúrgica más • Mayor vitalidad de la fe y de las viva y fructuosa. celebraciones litúrgicas en las • Mayor espíritu de comunión parroquias. eclesial en la Diócesis. • Más personas integradas a las Comunidades Eclesiales. • Que los sacerdotes de las parroquias acompañen más los movimientos laicales existentes. • Centros urbanos y turísticos mejor atendidos.
¿Qué espera la parroquia?
•
Documento de identificación de los destinatarios del proceso. • Descripción de materiales impresos y subsidios didácticos elaborados y entregados. • Certificación de eventos realizados (registros de convocatoria, de asistencia, fotográficos, etc.) • Número y descripción de encuentros de formación realizados. • Número y descripción de grupos organizados. • Número de personas que integran las Comunidades Eclesiales. FUENTES DE VERIFICACIÓN • Número y descripción de personas vinculadas en acciones concretas y con compromiso evangelizador. • Censo de participación de fieles a las celebraciones litúrgicas en el 2006 y en el 2010. • Nuevas parroquias en complejos urbanísticos. • Presupuesto destinado y ejecutado.
ANÁLISIS CUALITATIVO
•
Que permita mayor conocimiento de Jesucristo. • Que se proyecten en un servicio efectivo y evangelizador con la comunidad. • Que la vida cristiana seduzca a la comunidad en general. • Que haya una participación más consciente en las celebraciones litúrgicas.
¿Qué espera la comunidad?
102
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
4.3 Área de Vocaciones y Ministerios Ordenados
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
103
Se pone en marcha en la diócesis el seminario menor parroquial San Alberto Magno
RESULTADO
• Decreto de Fundación. • Elección del rector. • Conformación del equipo colaborador. • Aprovechamiento de la estructura diocesana • Definición de criterios de admisión, formación, manual de convivencia, vinculación al Seminario Mayor y presupuesto. • Realización de reunión con los párrocos y delegados parroquiales de pastoral vocacional • Promoción e iniciación del proyecto en las parroquias y colegios. • Realización del primer encuentro por parroquias • Organización del cronograma de actividades • Realización de encuentros parroquiales, vicariales y diocesanos.
3. Iniciar el Funcionamiento del Seminario Menor Parroquial.
4. Desarrollar actividades concernientes al desarrollo del proyecto.
• Motivación a los sacerdotes • Realización de la campaña de oración.
DESCRIPCIÓN
2. Fundar el Seminario Menor Parroquial San Alberto Magno.
1. Motivar al presbiterio para el compromiso con la fundación y funcionamiento del Seminario.
ACTIVIDADES
PASTORAL VOCACIONAL
OBJETIVO ESPECÍFICO Se diseñan y ponen en marcha procesos que fortalecen la experiencia personal y comunitaria de Cristo y el compromiso apostólico de los llamados al ministerio ordenado y la vida consagrada.
104
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
• Que exista un mayor número de vocaciones al ministerio sacerdotal • Que quienes ingresen al seminario mayor estén mejor preparados para asumir la formación sacerdotal.
• Más vocaciones cualificadas al ministerio sacerdotal • Un compromiso con la vida y quehacer parroquial • Un acompañamiento cercano a los futuros sacerdotes
• Que permita un mejor discernimiento vocacional. • Qué permita una mayor vinculación a la pastoral parroquial. • Que permita un crecimiento en la vida espiritual.
• • • • • • •
ANÁLISIS CUALITATIVO
FUENTES DE VERIFICACIÓN
Hojas de vida de seguimiento de cada seminarista menor. Número de grupos constituidos y seminaristas menores. Hojas de matrícula. Número y descripción de eventos realizados a nivel parroquial, vicarial y diocesano. Registros de asistencia a eventos y registros fotográficos. Descripción y archivo de subsidios elaborados y entregados. Presupuesto apropiado y ejecución en los niveles diocesanos, parroquiales e institucionales.
¿Qué espera la diócesis?
¿Qué espera la parroquia?
Entre el año 2006 y 2010, se cuenta con 500 jóvenes de octavo grado en adelante, en 30 parroquias que hacen parte del Seminario Menor Parroquial San Alberto Magno de la Diócesis de SonsónRionegro que forma candidatos al ministerio sacerdotal.
¿Qué espera la comunidad?
ANÁLISIS CUANTITATIVO
INDICADORES
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
105
DESCRIPCIÓN
• Convocatoria e integración del comité por un Vicario Foráneo, rectores de semina1. Conformar un comité para la formulación rios, dos presbíteros de parroquias, Vicadel Proyecto Educativo Institucional (PEI). rio de pastoral, Delegado episcopal de Ministerios ordenados y Delegado de Vocaciones.
ACTIVIDADES
4. Publicar y poner en marcha el Proyecto • Compromiso del presbiterio y las comuEducativo Institucional. nidades formativas para su ejecución.
3. Definir el énfasis de cada seminario y aso- • Revisión y ajuste de estatutos. ciación de acuerdo al objeto del seminario • Definición de la misión y la visión. de cada y la asociación . seminario
Se diseña y pone en marcha el Proyecto Educativo Institucio- 2. Construir el plan de acuerdo a las dimen- • Conformación de comisiones por cada dimensión (humana, comunitaria, espirinal para los seminarios que siones de la formación tual, intelectual y pastoral). están a cargo de la Diócesis • Formulación de indicadores por cada dimensión y etapa del proceso.
RESULTADO
FORMACIÓN SACERDOTAL
106
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
¿Qué espera la parroquia?
¿Qué espera la diócesis?
• Que brinde herramientas para el • Que la estructura potencie y • Que los candidatos realicen un cualifique el proceso formativo discernimiento vocacional buen proceso formativo. • Que el énfasis propio aparezca • Que los seminarios se vincu• Que cualifique la formación claramente en cada seminario • Que facilite a los formadores el len adecuadamente al procey casa de formación acompañamiento y discernimienso pastoral de la diócesis. to vocacional de los candidatos. • Que responda a las expectati- • Que los formadores estén en vas que tienen los obispos en mayor contacto con la pastola formación de los ministros ral parroquial, vicarial y ordenados. diocesana. • Que responda a las directrices de la Santa Sede • Que los sacerdotes diocesanos participen más activamente en el proceso formativo en los Seminarios.
¿Qué espera la comunidad?
• Documento impreso y magnético del Proyecto Educativo Institucional (PEI) • Acta de intención y compromiso de ejecución del PEI FUENTES • Actas de trabajo del comité y comisiones DE VERIFICACIÓN • Informe anual de gestión de los seminarios • Informes periódicos de gestión (diario de campo) del Delegado Episcopal • Actas de visita, acompañamiento y monitoreo a los seminarios.
ANÁLISIS CUALITATIVO
ANÁLISIS CUANTITATIVO
Entre el año 2006 y 2010, se diseña y pone en marcha el Proyecto Educativo Institucional para los seminarios y casas de formación a cargo de la Diócesis de Sonsón - Rionegro para 700 candidatos al ministerio sacerdotal y 50 formadores • Que articule y potencie las dimensiones del proceso de formación y las etapas del proceso formativo. • Que defina los énfasis de cada seminario y casa de formación • Que permita a los formadores mayor organización en su misión • Que forme ministros para que acompañen y asesoren las pequeñas comunidades. • Que forme ministros para el buen aprovechamiento de los medios de comunicación.
INDICADORES
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
107
Se diseña y pone en marcha un Plan de Pastoral integral para los Ministros Ordenados.
RESULTADO
• Fomento de grupos de amistad sacerdotal. • Fortalecimiento de los equipos sacerdotales. • Formación de pequeñas comunidades. • Realización de visitas a equipos sacerdotales. • Encuentros sacerdotales. • Fomento del apoyo mutuo pastoral. • Casa El Rodeo: conformación de equipo de atención a sacerdotes. • Fortalecimiento del Centro de Pastoral Sacerdotal y de la Fundación Seguro Social Sacerdotal. • Organización de casas para los sacerdotes mayores. • Integración de Fondos Sacerdotales.
3. Impulsar las instituciones que buscan el bienestar integral del presbiterio.
Formación por edades, por dimensiones, por intereses, por niveles. • Definición de una metodología de formación permanente.
•
DESCRIPCIÓN
2. Fomentar la unidad del presbiterio.
1. Diseñar un Plan de formación sacerdotal permanente.
ACTIVIDADES
PASTORAL SACERDOTAL
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
FUENTES DE VERIFICACIÓN
ANÁLISIS CUALITATIVO
ANÁLISIS CUANTITATIVO
• Mejor atención a los sacerdotes en dificultad. • Una estructura adecuada para la atención a sacerdotes ancianos y enfermos. • Adecuada respuesta de los sacerdotes a los programas que se ofrecen
• Mayor proyección pastoral • Una pastoral más planificada • Una pastoral que responda a las necesidades • Equipos sacerdotales más unidos
• Que los sacerdotes estén mejor preparados. • Sacerdotes con ardor y celo apostólico. • Equipos sacerdotales más unidos. • Mejor identidad sacerdotal.
• Hojas de vida actualizadas. • Descripción y archivos de subsidios elaborados y entregados. • Certificación de eventos realizados (registro de asistencia, registros fotográficos) • Presupuesto apropiado y ejecución en los niveles diocesanos, parroquiales e institucionales. • Evaluación sistemática de cada evento. • Monitoreo y seguimiento al plan. • Número y breve descripción de visitas realizadas. • Registro de cursos y capacitaciones • Informes escritos de sacerdotes atendidos.
¿Qué espera la diócesis?
¿Qué espera la parroquia?
¿Qué espera la comunidad?
Entre el año 2006 y 2010, se diseña y pone en marcha un plan de pastoral integral para el presbiterio de la Diócesis de Sonsón-Rionegro. • Que articule la formación sacerdotal permanente • Que favorezca la integración y la vivencia sacerdotales • Que propicie el bienestar integral de los ministros ordenados.
INDICADORES
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Se fortalece la pastoral con las personas consagradas que favorece la vivencia de su propio carisma y su integración a la vida diocesana.
RESULTADO
• Realización de: -Cursos de formación. -Retiros espirituales. -Encuentros. • Acompañamiento a comunidades religiosas. Construcción del plan. Acompañamiento a comunidades. Realización de retiros espirituales. Vinculación a Comunidades Eclesiales. Vinculación a la pastoral parroquial, vicarial y diocesana.
Acompañamiento permanente. Realización de cursos de formación. Asesoría en su organización jurídica. Apoyo de las parroquias a las personas consagradas.
• • • • •
• • • •
2. Diseñar y poner en marcha un plan de formación permanente para las personas consagradas.
3. Acompañar las nuevas experiencias de vida consagrada que florecen en la diócesis.
DESCRIPCIÓN
1. Continuar el plan de formación inicial y permanente.
ACTIVIDADES
PASTORAL CON LAS PERSONAS CONSAGRADAS
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
FUENTES DE VERIFICACIÓN
ANÁLISIS CUALITATIVO
ANÁLISIS CUANTITATIVO
• • • •
• Que la vivencia de los carismas aporte a la ejecución del Plan Pastoral. • Que participen y aprovechen los procesos de formación. • Que se vinculen a la pastoral diocesana y vicarial.
¿Qué espera la diócesis?
Número y descripción de los eventos realizados. Registro de cursos y capacitaciones. Número de personas participantes en los encuentros y en los cursos de formación. Base de datos actualizadas y organizadas. Descripción de la integración de las comunidades religiosas a la vida diocesana, vicarial y parroquial Descripción de los carismas de las diferentes comunidades religiosas para un mejor aprovechamiento en la pastoral. Registro de asistencia a eventos. Registros fotográficos. Descripción y archivo de subsidios elaborados y entegados. Presupuesto apropiado y ejecución.
• Que los religiosos se comprometan con la pastoral parroquial. • Que apoyen con la oración la vida de la parroquia. • Que fortalezcan la pastoral de la parroquia.
• Que se les brinde un acompañamiento espiritual • Que se les brinde formación permanente. • Que se les vincule al trabajo diocesano. • Que se les oriente desde los criterios de la Iglesia.
• • • • • •
¿Qué espera la parroquia?
¿Qué espera la comunidad?
Entre el año 2006 y 2010, se pone en marcha un plan de formación y acompañamiento permanente para la vivencia de los carismas y su integración en la vida diocesana que llegará a 800 personas consagradas de 60 comunidades religiosas de vida contemplativa y activa y a las personas en experiencia de vida consagrada. • Que garantice un proceso continuo de formación. • Que favorezca una espiritualidad sólida. • Que integre a la pastoral diocesana. • Que se vincule a las pequeñas comunidades eclesiales.
INDICADORES
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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DELEGACIÓN DE FORMACIÓN SACERDOTAL
• Seminarios y casas de formación. • Equipos de formadores. • Seminaristas.
DELEGACIÓN DE PASTORAL VOCACIONAL
• Parroquias. • Candidatos al Seminario.
• Obispo • Presbíteros • Diáconos
DELEGACIÓN DE MINISTERIOS ORDENADOS
DESTINATARIOS DEL ÁREA
• Comunidades Religiosas. • Institutos de vida consagrada. • Personas consagradas.
DELEGACIÓN DE PASTORAL CON PERSONAS CONSAGRADAS
4.4 Área de Familia 112
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
113
Se dan políticas claras de promoción participativa y articulación en la delegación.
RESULTADO
• Realización de concentraciones. • Realización de la celebración jubilar. • Realización del congreso de laicos. • Realización de convivencias. • Realización de encuentros diocesanos. • Realización de retiros. • Integración interinstitucional.
3. Brindar mayores espacios de participación e integración.
• Ejecución de acompañamiento a las parroquias para la construcción del plan parroquial. • Socialización de la estructura y propósitos de la Delegación. • Clara definición de la identidad de cada grupo y movimiento. • Realización de una línea base. • Consolidación de una base de datos. • Realización de análisis de contexto. • Elaboración de un directorio regional.
Definir unas líneas de acción que marquen la ruta de la pastoral familiar y sus secciones.
DESCRIPCIÓN
2. Realizar caracterización de los destinatarios.
1.
ACTIVIDADES
OBJETIVO ESPECÍFICO Se dan procesos eficientes de evangelización que llevan a los miembros de la familia a una experiencia de Dios que los integre como comunidad de vida y amor.
114
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Se incrementa el número de agentes pastorales formados y comprometidos para la evangelización de los miembros de la familia.
RESULTADO
ACTIVIDADES
3. Integrar los agentes a las Pequeñas ComunidadesEclesiales.
2. Favorecer el compromiso apostólico de los agentes de pastoral familiar a través del acompañamiento personal y comunitario.
1. Realizar escuelas de formación en las diferentes zonas de la diócesis.
• Motivación para la consolidación de pequeñas comunidades. • Formación específica.
• Fortalecimiento de los grupos ya existentes. • Conformación de nuevos grupos. • Animación de grupos. • Realización de seguimiento. • Proyección de los agentes y grupos en actividades concretas • Proyección de los agentes y grupos en la integración de nuevos agentes.
Realización de: • Escuela de animadores juveniles. • Escuela de padres de familia. • Escuela de liderazgo misionero infantil. • ESAM Escuela de Animación Misionera. • EFAM Escuela de Familias Animadoras Misioneras. • Escuelas para la paz. • Talleres de iniciación para asesores de misiones. • Talleres de formación de promotores vicariales de paz.
DESCRIPCIÓN
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
115
• • • • •
Escuelas de padres. Familias misioneras. Cursillos prematrimoniales. Familias en situación irregular. Familias en general.
SECCIÓN DE PASTORAL FAMILIAR
Se brinda atención pastoral preferencial a familias, jóvenes y niños en situaciones irregulares, de riesgo y víctimas de la violencia.
• • • • • •
Grupos juveniles. Jóvenes por la paz. Promotores vicariales de paz. Juventud misionera. Grupos Prejuveniles. Movimiento Scout y otros.
SECCIÓN DE PASTORAL JUVENIL
• • • • • •
Infancia Misionera. Sembradores de paz. Acólitos. Primera infancia. Scout - lobatos. Otros movimientos infantiles.
SECCIÓN DE PASTORAL DE LA NIÑEZ
• Conformación de la red interinstitucional. • Atención integral. • Ejecución del servicio comunicaciones para la paz del Proyecto SIEMBRAPAZ.
3. Promover los derechos y deberes de los niños.
DESTINATARIOS
• Caracterización de los jóvenes en situaciones de riesgo. • Formación específica. • Atención integral. • Acompañamiento personalizado.
• Identificación de familias • Realización de visitas familiares • Acompañamiento y apoyo por parte de los centros de atención familiar.
2. Proyectar a los jóvenes líderes hacia los jóvenes en situaciones de riesgo.
1. Atender de manera personalizada a las familias en situación irregular
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
FUENTES DE VERIFICACIÓN
ANÁLISIS CUALITATIVO
ANÁLISIS CUANTITATIVO
• • • • • • • • •
Que se reduzca el número de separaciones. • Que se incremente el número de matrimonios católicos • Que se dé mayor cobertura de niños, jóvenes, padres de familia y parejas. • Que se dé mayor articulación de los programas de infancia, jóvenes y familia.
• Que se dé mejor acompañamiento y animación del equipo diocesano a las parroquias. • Que se brinden nuevas estrategias para el trabajo con niños, jóvenes, padres de familia y parejas. • Que aumente el número de agentes de pastoral formados. • Que exista una organización más articulada. Que la familia se involucre en la vida parroquial. •
¿Qué espera la diócesis?
¿Qué espera la parroquia?
Número de comités parroquiales. Número y descripción de agentes de pastoral familiar. Registros fotográficos de asistencia y testimoniales. Número de visitas familiares. Número de pequeñas comunidades eclesiales. Número de personas en riesgo atendidas pastoralmente. Número de grupos fortalecidos y consolidados. Número de matrimonios celebrados. Presupuesto destinado y ejecutado.
• Que se encuentre en la Iglesia mayor acompañamiento y cercanía. • Que se cualifique la vida de la familia.
¿Qué espera la comunidad?
Entre el año 2006 y 2010, 20.000 niños, 20.000 jóvenes y 10.000 padres de familia y parejas de 55 parroquias de la Diócesis de Sonsón - Rionegro cuentan con un proceso de evangelización y formación de las familias como comunidad de vida y amor que generan: • Hogares bien constituidos. • Hogares como testimonio de vida. • Hogares defensores de la vida. • Familias vinculadas a las pequeñas comunidades. • Familias evangelizadas y evangelizadoras. • Familias con capacidad de compartir con las familias más pobres.
INDICADORES
4.5 Área de Cultura
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Se diseña y pone en marcha un programa de formación e iniciación cristiana para los miembros de la comunidad educativa y los profesionales.
RESULTADO
Realizar un anuncio explícito de Jesucristo dirigido a todos en la misión diocesana 2006.
• Identificación de grupos. • Indicación del significado del compromiso. • Formación de grupos. • Integración a Comunidades Eclesiales. • Realización de acciones concretas en bien de la población. • Proyección del compromiso evangelizador.
4. Consolidar la proyección de los grupos a la comunidad.
• Realización de encuentros con educadores de la ERE y de Ética y Valores. • Realización de encuentros con universitarios. • Realización de encuentros con profesionales.
• Identificación de los destinatarios. • Motivación a destinatarios. • Realización del anuncio del Evangelio. • Invitación al compromiso.
DESCRIPCIÓN
3. Formalizar la organización de grupos.
2. Dar continuidad a los procesos de evangelización a docentes y universitarios.
1.
ACTIVIDADES
OBJETIVO ESPECÍFICO Se fortalece el proceso de formación en la fe de los miembros de la comunidad educativa y los profesionales que lleva a una experiencia personal y comunitaria de Cristo para un servicio integral al hombre.
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
119
•
ANÁLISIS CUANTITATIVO
INDICADORES
• Universitarios. • Instituciones de Educación Superior.
DELEGACIÓN DE PASTORAL UNIVERSITARIA
• Profesionales. • Asociaciones de profesionales.
DELEGACIÓN DE PASTORAL CON PROFESIONALES
Entre el año 2006 y 2010, dos mil miembros de la comunidad educativa, mil universitarios y quinientos profesionales de 55 parroquias de la Diócesis de Sonsón Rionegro, cuentan con un programa de formación cristiana que lleva a: • Que tengan una sólida formación bíblica y doctrinal. • Un compromiso concreto de iniciación cristiana. • Que vincule personas a las pequeñas comunidades eclesiales. • Que comprometa a la acción social con los más pobres. • Que sean multiplicadores de los procesos vividos.
Maestros en ejercicio y jubilados. • Jardineras • Directivos docentes y empleados de instituciones educativas. • Asociaciones de Padres de Familia. • Personeros estudiantiles. • SER. • COREDI. • Centros de Educación formal, no formal e informal. • Juntas Municipales de Educación.
DELEGACIÓN DE PASTORAL EDUCATIVA
DESTINATARIOS
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PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
FUENTES DE VERIFICACIÓN
ANÁLISIS CUALITATIVO
• Que exista un mayor número de personas apoyando los procesos de la diócesis. • Que se dé continuidad a los procesos. • Que más personas se integren a las pequeñas comunidades.
¿Qué espera la diócesis?
• Documento de identificación de los destinatarios del proceso. • Descripción de materiales impresos y subsidios didácticos elaborados y entregados. " Certificación de eventos realizados (registros de convocatoria, de asistencia, fotográficos, etc.). • Número y descripción de encuentros de formación realizados. • Número y descripción de grupos organizados. • Número de personas que integran las pequeñas comunidades eclesiales. • Número y descripción de personas vinculadas en acciones concretas y con compromiso evangelizador. • Presupuesto destinado y ejecutado.
Que se dé una vinculación activa a la comunidad parroquial • Que se vinculen más personas al servicio de la promoción humana integral.
• Que permita mayor conocimiento de Jesucristo. • Que permita mayor participación en servicio a la comunidad. •
¿Qué espera la parroquia?
¿Qué espera la comunidad?
4.6 Área de Pastoral Social
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
121
122
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Se desarrolla un plan de formación y acompañamiento que fortalece la promoción humana integral de las personas y comunidades de la diócesis.
RESULTADO
• Formación y acompañamiento a Líderes Políticos (Senadores, Parlamentarios, Diputados, Alcaldes, Concejales, Grupos Políticos). • Formación y acompañamiento a líderes sociales y comunitarios (Asocumunal, Juntas de Acción Comunal, PRODEPAZ, Instituciones de la región, empresarios, Sector Solidario, Sociedad de San Vicente, voluntariados) y entidades cívicas. • • • • • • • •
2. Acompañar y formar a líderes en Doctrina Social de la Iglesia.
3. Estructurar el trabajo con Pastoral de la Mujer.
4. Potenciar la Pastoral Penitenciaria a través de la realización de un plan.
Formación de agentes. Acompañamiento a centros de reclusión. Acercamiento al personal carcelario. Acompañamiento a las familias de los internos.
Organización de grupos. Acompañamiento espiritual. Promoción de proyectos comunitarios. Acompañamiento a organizaciones de mujeres.
• Consolidación del Comité Diocesano. • Acompañamiento a organizaciones e instituciones que trabajan en el campo. • Formación de agentes pastorales.
DESCRIPCIÓN
1. Organizar y consolidar la pastoral rural y de la tierra.
ACTIVIDADES
OBJETIVO ESPECÍFICO La experiencia personal y comunitaria de Cristo fortalece la misión de la pastoral Social consolidando procesos de promoción humana, acción caritativa, vida, justicia y paz.
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
123
ANÁLISIS CUALITATIVO
ANÁLISIS CUANTITATIVO
¿Qué espera la comunidad?
¿Qué espera la parroquia?
¿Qué espera la diócesis?
Entre el año 2006 y 2010, 1.100 personas de 55 parroquias de la Diócesis de Sonsón Rionegro, cuentan con un plan de formación y acompañamiento que fortalezca la promoción humana: • Que promueve humana e integralmente las comunidades de las diócesis • Que consolide la pastoral obrera y de la mujer en los espacios de intervención pastoral. • Que se articule institucionalmente en la región delOriente a través de la Pastoral Social, un trabajo de pastoral rural y de la tierra. • Que se integren agentes de pastoral a las comunidades eclesiales a través de un acompañamiento y formación. • Que se propicie un liderazgo acompañado desde la Iglesia.
Unos mayores niveles de parti- • Consolidar un grupo de líderes • Consolidar un grupo de lídecipación y mejores condiciodebidamente formados que im- res debidamente formados nes de vida. pulsen y apoyen la promoción que impulsen y apoyen la pro• Satisfacer las expectativas de humana integral de la comuni- moción humana integral de la un programa pastoral. dad parroquial comunidad diocesana.
•
• Identificación de agentes . • Formación específica. • Acompañamiento a las Pequeñas Comunidades Eclesiales. • Compromiso con la acción evangelizadora. • Desarrollo de acciones concretas.
6. Integrar agentes de pastoral social a las Pequeñas Comunidades Eclesiales.
INDICADORES
• Definición de estrategias pastorales. • Acompañamiento a los departamentos de gestión humana. • Formación de agentes. • Diseño de material didáctico.
5. Replantear la Pastoral Obrera para el acercamiento y vinculación de las empresas e instituciones al trabajo pastoral.
124
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
FUENTES DE VERIFICACIÓN
Actas de las reuniones. Memoria de los talleres y encuentros realizados. Documento de acompañamiento e informes de las instituciones acompañadas. Documento con los procesos priorizados y plan de acompañamiento. Contactos realizados, número de formaciones realizadas. Lideres convocados vs. Líderes participantes. Registros testimoniales, asistencia y registros fotográficos. Memorias y documento base del trabajo realizado. Documento de compilación de las experiencias en las distintas parroquias y número de participantes a los encuentros. • Planes de acción enviados por los sacerdotes responsables de esta pastoral en sus respectivas parroquias.
• • • • • • • •
• Que el ser humano se • Consolidar un proceso y mos- • Desarrollar procesos de desapromocione de forma integral rrollo humano que fortalezcan trar resultados. (espiritual y social). • Una pastoral organizada y y consolide la misión. articulada.
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Se organiza y se desarrolla un plan de acción caritativa que responda a las necesidades de la población más pobre y vulnerable.
RESULTADO
3. Fortalecer la atención integral humanitaria a las personas y comunidades en situación de desplazamiento o emergencia.
2. Fortalecer el proceso de formación y proyección de los agentes de pastoral de la salud.
1. Conformar y poner en marcha la red de casas de pan y vida.
ACTIVIDADES
ACCIÓN CARITATIVA
• Ejecución y verificación de las políticas diocesanas. • Formación a los CLAIPD (Comités Locales de Atención Integral a la Población en Situación de Desplazamiento).
• Realización de talleres y encuentros de formación. • Coordinación y acompañamiento a la Asociación de Centros de Bienestar del Anciano. • Realización de visitas y acompañamiento a centros hospitalarios. • Coordinación del programa de las Obras Misionales Pontificias de Enfermos Misioneros. • Acompañamiento a las instituciones que trabajan con los discapacitados. • Asesoría a los voluntariados de salud.
DESCRIPCIÓN
• Puesta en marcha de la Corporación Pan y Vida. • Direccionamiento de las líneas de acción para los servicios que ofrecen las casas (acompañamiento, formación humana integral, capacitación para el empleo, seguridad alimentaría, salud, promoción de proyectos productivos). • Formación de los agentes para el servicio en las casas.
126
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
• Formación de agentes que atienden a los pobres • Promoción y ejecución de la campaña de comunicación cristiana de bienes. • Fortalecimiento del fondo de caridad. • Promoción de campañas de solidaridad con motivo de la celebración de las bodas de oro de la diócesis. • Realización de alianzas y acompañamiento a instituciones o grupos que trabajan con los marginados. • Identificación de acciones concretas. • Selección de destinatarios y las acciones a realizar. • Desarrollo del compromiso evangelizador.
4. Estructurar un programa de solidaridad efectiva con una opción preferencial por los pobres y marginados.
5. Apoyo de las Pequeñas Comunidades Eclesiales a acciones concretas de la Pastoral Social.
• Aplicación de la metodología de la atención integral humanitaria (acompañamiento pastoral, atención sico-social y ayuda humanitaria) • Fortalecimiento del fondo de emergencias. " Motivación para vincular el sector empresarial e institucional al trabajo con los desplazados. • Acompañamiento a asociaciones de desplazados. • Fortalecimiento del plan padrino en proyectos con desplazados.
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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FUENTES DE VERIFICACIÓN
ANÁLISIS CUALITATIVO
ANÁLISIS CUANTITATIVO
¿Qué espera la parroquia?
• Que la población pobre y necesitada de nuestra diócesis tenga una mejor y más efectiva organización en la acción caritativa.
¿Qué espera la diócesis?
• Documento con el plan de formación, manuales de funciones, servicios integrales y reglamentos internos. • Actas de seguimiento por parte del Director de la Corporación Pan y Vida. • Base de datos de todos los centros de bienestar del anciano y de los centros hospitalarios de la región. • Documento con el plan de formación y registros de los talleres y encuentros de formación. • Registros de la colecta llevados en la Sección Financiera de la Pastoral Social. • Registros testimoniales de las campañas y apoyos realizados. • Informes y registros de las personas, programas o acciones acompañadas. • Documento con el plan y registros de asistencia de las personas que trabajan en las casas "Pan y Vida" de la Corporación • Registros de asistencia de los eventos, programas e intervenciones realizadas • Documentos escritos y registros fílmicos de las intervenciones de ayuda humanitaria realizadas.
• Mayor efectividad en el servi- • Que la población pobre y nececio caritativo. sitada tenga una mejor y más • Ver tangibles las obras de acefectiva organización en la acción caritativa. ción caritativa. • Mejorar las condiciones de atención humanitaria de la co- • Mejorar los niveles de atención de acción caritativa. munidad desplazada. • Un acompañamiento mas efi- • Desarrollar en forma efectiva los programas pastorales. caz.
¿Qué espera la comunidad?
Entre el año 2006 y 2010, se organiza y desarrolla un plan de acción caritativa que responda a las necesidades de la población mas pobre y vulnerable de las 55 parroquias existentes, a través de la puesta en funcionamiento de una red de 21 casas de Pan y Vida con sus respectivos servicios de acompañamiento, formación humana integral, capacitación para el empleo, seguridad alimentaria, salud Integral y promoción de proyectos productivos; que se fortalezca la atención integral humanitaria a las personas en situación de desplazamiento en las parroquias de mayor vulnerabilidad, y se estructure un programa sólido que vincule a los pobres y marginados y se fortalezcan los procesos de formación.
128
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
Se impulsan procesos a favor de la vida, la justicia y la paz, que promuevan la convivencia y la gobernabilidad en la región.
RESULTADO
VIDA, JUSTICIA Y PAZ • Definición de lineamientos diocesanos para la civilización del amor. • Realización de análisis de la realidad sobre las situaciones de la vida humana para enmarcar la labor de la pastoral diocesana. • Promoción y acompañamiento a las distintas campañas académicas a favor de la vida y el mejoramiento de la convivencia ciudadana. • Articulación de espacios y procesos de formación ciudadana para que las personas conozcan y vivencien sus derechos y deberes políticos. • Acompañamiento, participación y promoción de acciones en defensa de la vida y su dignidad en asocio con el área de familia. • Promoción de la reconciliación a través de la búsqueda de una solución política y negociada del conflicto armado. • Estructuración de un plan de acompañamiento pastoral para la crisis humanitaria que vive la región. • Organización y aprovechamiento de la capacidad de liderazgo de la Iglesia para aglutinar los diferentes sectores a favor de la justicia social.
2. Impulsar y consolidar la línea de la justicia.
DESCRIPCIÓN
1. Impulsar y consolidar la línea de la vida.
ACTIVIDADES
DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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3. Consolidar la línea de paz.
• Fortalecimiento de la Comisión Diocesana de Diálogos y Paz y de otros grupos de reflexión. • Continuación de las jornadas diocesanas de oración y reflexión por la paz. • Realización de la semana y el foro por la paz.
• Definición de mecanismos de acompañamiento al proceso de aplicación de la ley de verdad, justicia y reparación. • Consolidación del programa formativo en derechos humanos. • Defensa de la vigencia de los derechos humanos y el cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario. • Generación y fortalecimiento de procesos de construcción de proyectos de vida, de orden individual, familiar y colectivo; basados en la persona, en el empleo y la vida social. • Articulación de espacios, iniciativas y esfuerzos de la Iglesia y la sociedad civil en el tema de la reinserción y reconciliación. • Acompañamiento a la consolidación y el funcionamiento del Observatorio de Paz y Reconciliación del Oriente antioqueño. • Impulso y acompañamiento al sector solidario.
130
PLAN DIOCESANO DE PASTORAL 2006-2010
4. Interactuar con otras instituciones que trabajan en favor de la Vida, la Justicia y la Paz en la región.
• Participación activa en el Laboratorio de Paz y en PRODEPAZ • Realización de alianzas interinstitucionales. • Participación de los párrocos en los Comités Interinstitucionales de los Municipios. • Iluminación de estas instituciones con la doctrina y la espiritualidad cristiana.
• Consolidación del plan en civildad y paz. • Impulso y consolidación de las comisiones vicariales y parroquiales de Vida, Justicia y Paz.
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FUENTES DE VERIFICACIÓN
• Ejecución del plan diocesano. • Desarrollo de su visión y misión. • Ser protagonista en la construcción de la paz.
• Que se articule el trabajo que realiza la parroquia a favor de la vida, la justicia y la paz. • Mermar los índices de violencia en las comunidades locales.
• Documentos y registros de trabajo de la comisión. • Número de instituciones vinculadas con el proceso. • Informes escritos y testimoniales. • Monitoreo y seguimiento a las acciones realizadas. • Número de comunidades intervenidas con el proceso.
¿Qué espera la diócesis?
¿Qué espera la parroquia?
ANÁLISIS CUALITATIVO
¿Qué espera la comunidad?
• Que se promuevan procesos a favor de la vida, justicia y la paz. • Articular esfuerzos para la construcción de la paz. • Ver hechos de paz en la región.
ANÁLISIS CUANTITATIVO
Entre el año 2006 y 2010, 26 parroquias de la Diócesis de Sonsón Rionegro, cuentan con la Comisión de Vida, Justicia y Paz: • Que impulsa y promueve procesos a favor de la paz. • Que a través de la consolidación de la comisión se fortalezcan las líneas de trabajo de la corporación Vida Justicia y Paz. • Que se articulen esfuerzos entre las instituciones para fortalecer la vida, la justicia y la paz en el Oriente antioqueño.
INDICADORES
5. La programación parroquial La construcción colectiva del Plan Pastoral permite garantizar su ejecución con el compromiso real de los agentes de pastoral. No obstante, en el ámbito parroquial se deben considerar aspectos importantes como: • El Plan Pastoral debe hacerse práctico en la dinámica parroquial; por consiguiente es ineludible la construcción de un plan de pastoral parroquial. • Cada parroquia deberá priorizar su acción pastoral, con los programas pastorales de acuerdo a la capacidad y proyección de cada parroquia y al Plan Pastoral para el quinquenio, así como a lo que ya existe organizado pastoralmente (se hace necesario revisar la Línea Base levantada en La Asamblea Diocesana en el 2005) • La actividad pastoral en las parroquias de la diócesis procurará configurarse de acuerdo con la organización diocesana, a fin de lograr una buena operatividad del Plan de Pastoral. 1
PLAN PASTORAL PARROQUIAL Cada parroquia de acuerdo a su dinámica formulará su plan de acción teniendo en cuenta los siguientes parámetros: • Seleccionar los resultados y actividades del Plan de Pastoral en los que profundizará el trabajo pastoral cada parroquia, considerando los tiempos de misión y celebración jubilar. 1
Decreto 025 del 30 de noviembre de 2005
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• Definir los pasos de las actividades, responsables, fechas, lugares y recursos para desarrollar los resultados formulados en el Plan de Pastoral encaminados a un solo propósito (Objetivo General del Plan). • Formular indicadores que permitan el seguimiento y evaluación de los procesos instalados en cada parroquia en períodos semestrales y anuales.
MONITOREO Y SEGUIMIENTO El Consejo de Pastoral Diocesano y los Delegados de Pastoral realizarán visitas de acompañamiento, seguimiento y evaluación al Plan Pastoral Diocesano y los planes parroquiales y sus indicadores, realizando planes de mejoramiento y ajuste a los procesos instalados.
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Conclusión “Ecclesia in America” exhorta a entrar por el camino de la planeación pastoral como expresión de la comunión eclesial: “Corresponde al Obispo, con la cooperación de los sacerdotes, los diáconos, los consagrados y los laicos, realizar un plan de acción pastoral de conjunto, que sea orgánico y participativo, que llegue a todos los miembros de la Iglesia y suscite su conciencia misionera” (EA 36). El Plan Diocesano de Pastoral es ambicioso porque los desafíos son enormes. Nos enfrentamos a la dura, espesa e insensata realidad, que no es arcilla blanda. Nos encontramos, sin embargo, consolados y reconfortados con las palabras de Jesús: “He aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20). “Esta presencia misteriosa de Cristo en su Iglesia es la garantía de su éxito en la realización de la misión que le ha sido confiada” (EA 7). Hay que poner manos a la obra. Hay que recordar que el Plan de Pastoral es un camino para la conversión pastoral; es un espacio de convergencia eclesial y es una manera de dar respuestas eficaces de fe a las desafiantes preguntas que se hacen a los evangelizadores; es una ayuda para caminar mejor y más unidos y es una resurrección ante los múltiples signos de muerte de cada día. Hay que hacer del Plan de Pastoral la buena noticia para la Diócesis de SonsónRionegro, para cada parroquia y para cada comunidad de vida consagrada, para cada movimiento laical, para toda comunidad eclesial, sobre todo para la comunidad presbiteral, constituida por los Pastores del Pueblo de Dios. DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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Que la actitud fundamental hacia este proyecto pastoral sea la de hacer vida cada día el Plan de Pastoral, es decir, «meterlo en las venas»; sentirlo como llamado del Señor; hacerlo una provocación o interpelación permanente a la conversión, comunión, solidaridad y misión; hacerlo ejercicio de eclesialidad y de vivo sentido diocesano; nutrirlo de una fuerte espiritualidad; hacerlo oración; fortalecerlo con la esperanza; sentirse corresponsable de su vida o de su muerte, de sus frutos o de su esterilidad. El plan no evangeliza –decía recientemente nuestro Obispo-, evangelizamos las personas que lo asumimos con espíritu de fe y sentido eclesial. La fe de la Iglesia diocesana se nutre y está marcada del amor, devoción e imitación de la Virgen Santísima en múltiples advocaciones y templos dedicados a ella y diseminados a lo largo de todo su territorio. Por tal motivo, es necesario que, siempre y en todas partes, se invoque a la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, para que nos lleve por el camino de la conversión al encuentro de su Hijo y de nuestros hermanos; para aprender de ella a ser dóciles oyentes de la Palabra de Dios y a estar atentos a las indicaciones del Espíritu del Señor; para ser fieles al Señor y a su Evangelio; para vivir como ella el acontecimiento de la Pascua de Cristo, en que se consuma el amor, renace la esperanza y brota la vida nueva y la nueva humanidad. Que con ella, la Virgen del Apocalipsis, la Iglesia en Sonsón-Rionegro avance hacia el «cielo nuevo” y la tierra nueva» (cf. Ap 21,1) y diga, con una súplica confiada y llena de esperanza: “¡Ven, Señor Jesús!” (Ap 22, 20). “Que la gracia del Señor Jesús, esté con todos” (Ap 22,21).
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SIGLAS MÁS USADAS DE LOS DOCUMENTOS DE LA IGLESIA AG CEC CL CT DCE DSD DV EA EN FC GE GS IM LG MC NMI OT PDV PO PUEBLA RMi SC VC
AD GENTES CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA CHRISTIFIDELES LAICI CATECHESI TRADENDAE DEUS CARITAS EST DOCUMENTO DE SANTO DOMINGO DEI VERBUM ECCLESIA IN AMERICA EVANGELII NUNTIANDI FAMILIARIS CONSORTIO GRAVISSIMUM EDUCATIONIS GAUDIUM ET SPES INTER MIRIFICA LUMEN GENTIUM MARIALIS CULTUS NOVO MILLENNIO INEUNTE OPTATAM TOTIUS PASTORES DABO VOBIS PRESBYTERORUM ORDINIS DOCUMENTO DE PUEBLA REDEMPTORIS MISSIO SACROSANCTUM CONCILIUM VITA CONSECRATA
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ÍNDICE Presentación ................................................................................ 3 1. 1.1 1.2 1.3 1.4 1.5 1.6 1.7
¿CÓMO VEMOS LA DIÓCESIS HOY? Los hechos más significativos positivos y negativos ............ 9 El problema central detectado en las vicarías ..................... 11 Las líneas pastorales más frecuentes en el análisis vicarial. 13 Las áreas de pastoral y otros movimientos apostólicos ....... 21 La realidad socio-política de la región ................................ 29 Las estructuras pastorales .................................................... 33 Los agentes d epastoral: Obispo, sacerdotes, religiosos(as), seminaristas, laicos .............................................................. 40
2. 2.1 2.2 2.3
¿QUÉ DIÓCESIS QUEREMOS SER? El principio fundante: la Palabra de Dios ........................... 45 Los principales ejes doctrinales ........................................... 52 Los temas doctrinales orientadores de las áreas de pastoral 63
3. EL DIAGÓSTICO PASTORAL POR ÁREAS 3.1 Diagnóstico pastoral del área de formación y celebración de la fe. ................................................................................ 73 3.2 Diagnóstico pastoral del área de ministerios ordenados y vocaciones ........................................................................... 75 3.3 Diagnóstico pastoral del área de familia ............................. 77 3.4 Diagnóstico pastoral del área de cultura.............................. 78 3.5 Diagnóstico pastoral del área social .................................... 80 DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO
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PLANEACIÓN PASTORAL PARA EL QUINQUENIO 2006-2010 Misión y Visión .......................................................................... 85 1. El Objetivo General ............................................................ 86 2. Explicación del Objetivo General ....................................... 86 3. Los criterios de acción que regirán el Plan de Pastoral ....... 88 4. ORGANIZACIÓN DE LA PASTORAL DIOCESANA .. 91 4.1 Vicaría de Pastoral............................................................... 92 4.2 Área de Formación y Celebración de la Fe ......................... 97 4.3 Área de Vocaciones y Ministerios Ordenados ................... 102 4.4 Área de Familia ................................................................. 112 4.5 Área de Cultura ................................................................. 117 4.6 Área de Pastoral Social ..................................................... 121 5. LA PROGRAMACIÓN PARROQUIAL.......................... 132 Conclusión ............................................................................... 135 Siglas más usadas de los Documentos de la Iglesia .................. 137
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