Justificación La familia, sigue siendo uno de los principales centros de educación y evangelización, que se hace necesario atender y a la que se le debe prestar una especial atención; del cuidado que tengamos de ella y de la forma en que impregnemos el mensaje del evangelio en sus corazones, dependerá en gran medida el fortalecimiento de los valores humanos y cristianos. El trabajo con la familia es una necesidad prioritaria, a ella se debe prestar cuidado, para poder llegar a los diferentes miembros de la familia; ya que es comunidad de comunidades y como lo ha dicho la Iglesia en repetidos documentos, “Es la primera Iglesia domestica”, esto quiere decir, como lo indica el documento de aparecida, es uno de los lugares de la evangelización y quizás el principal epicentro en donde se deban fomentar los valores. Para este año se quiere ofrecer en torno a la semana de la familia un sencillo documento que trata de acercarse a ella como misionera y evangelizadora; por eso hablamos de familia y misión con el deseo que iluminando nuestro trabajo con la Palabra y la doctrina de la Iglesia podamos enfatizar el sentido de la misión continental, en donde se nos llama a todos a ser verdaderos “Discípulos misioneros”, y esta tarea no es ajena a la familia, ya que se trata de vivir en una continua conversión, en un atento compromiso con el Evangelio desde la perspectiva Kerigmatica, es decir avivar en nuestras comunidades el primer anuncio; pero a la vez debemos seguir animándola con el trabajo catequético que la lleve a la madurez de la fe y que la acerque a un compromiso misionero desde la comunión en el amor. 1
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Este subsidio para la semana familiar busca ofrecer algunos elementos y herramientas que sean de fácil ejecución, para el trabajo con las familias en asambleas familiares, en las escuelas de padres y en otros espacios que se nos puedan brindar y que se deben aprovechar haciendo eco al deseo del apóstol San Pablo de llevar el evangelio, “a tiempo y destiempo, con ocasión y sin ella”, (2Tm. 4,1-8) “buscando además ser todos para todos, con el objetivo de servir”. Los temas que se presentan para la semana de la familia, además de enfocarse en el tema de la misión, también busca que sea sencillo y que se puedan desarrollar fácilmente. Pues el interés no es saturarnos de grandes contenidos, sino obtener pequeñas píldoras que nos lleven a ir creando en las familias el interesarse por la misión de la Iglesia, cuya prioridad es el evangelio, o mejor la evangelización; el anuncio del gozo de Cristo resucitado, que padeció por todos para darnos acceso al reino de Dios. Por eso esperamos que este material pueda ser de utilidad en las labores pastorales de las comunidades y que se brinden elementos que incentiven y motive a los padres y a cada uno de los miembros de la familia en el deseo de un acercamiento más vivencial con la persona de Jesucristo.
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Objetivo Proporcionar algunos elementos y herramientas de ayuda en el trabajo de la evangelización de la familia, de manera que lleve a la sensibilización de nuestras comunidades en la importancia del acercamiento a Cristo y de la necesidad de ser discípulos misioneros desde nuestro entorno familiar.
Metodología Se presentan varios temas para el trabajo de la semana familiar, que pueden ser desarrollados orientados y acompañados por un agente de pastoral familiar. Los temas tendrán su objetivo, motivación, pautas de reflexión y oración final, se facilitará una dinámica (una dramatización, canción, reflexión) u otro medio que introduzca al tema. El primer tema partirá de un texto bíblico que desde el principio nos llevará al cumplimiento del objetivo, es decir a la evangelización como compromiso de todos los bautizados. Los demás temas serán tomados de algunos documentos de la Iglesia y del magisterio que buscan llevarnos a nuestra tarea de discípulos misioneros que también encuadra perfectamente con la familia y la misión. Se concluirá con una iluminación bíblica que ratificará el objetivo de la cartilla. 3
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Contenido Tema Uno......................................................................................... 5 DAME DE ESA AGUA PARA QUE YA NO TENGA MÁS SED (Jn. 4,5-42) Tema dos.......................................................................................... 9 CULTURA DE LA VIDA Y RESPETO DE LOS DERECHOS FAMILIARES Tema tres........................................................................................ 13 MISIÓN DE LA FAMILIA CRISTIANA Tema Cuatro................................................................................... 17 FORMACIÓN DE UNA COMUNIDAD DE PERSONAS Tema Quinto................................................................................... 21 SERVICIO A LA VIDA Tema Seis........................................................................................ 25 PARTICIPACIÓN EN EL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD Tema Siete .................................................................................... 29 PARTICIPACIÓN EN LA VIDA Y MISIÓN DE LA IGLESIA Tema Ocho...................................................................................... 33 LA FAMILIA, PRIMERA ESCUELA DE LA FE
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“DAME DE ESA AGUA PARA QUE YA NO TENGA MÁS SED” (Jn. 4,5-42)
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Objetivo Concientizar desde la Palabra de Dios el compromiso que todos tenemos en la tarea evangelizadora, para ello es importante que nos demos cuenta que recibir el evangelio y asumirlo en nuestra vida, conlleva el ser anunciadores del mismo, como las mujeres que después de encontrar el sepulcro vació, son enviadas a anunciar la resurrección de Cristo. “En su Viaje a través de Samaria, llego Jesús a un pueblo llamado Sicar, cerca del territorio que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba también el pozo de Jacob. Jesús fatigado por la caminata se sentó junto al pozo. Era casi mediodía. En esto una mujer samaritana se acercó al pozo para sacar agua. Jesús le dijo: Dame de beber. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar alimentos. La samaritana dijo a Jesús: ¿Cómo tú, siendo judío te atreves a pedirme agua a mí, que soy samaritana? (Hay que señalar que los judíos y los samaritanos no se trataban). Jesús le respondió: Si conocieras el don de Dios y quien es el que te pide de beber, sin duda que tú misma me pedirías a mí y yo te daría agua viva. Contestó la mujer: Señor, si ni siquiera tienes con qué sacar agua, y el pozo es profundo, ¿de dónde vas a sacar esa “agua viva”? Nuestro padre Jacob nos dejó este pozo del que bebió él mismo, sus hijos y sus ganados. ¿Acaso tú te consideras más importante que él? Jesús contestó: Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; en cambio, el que beba del agua que yo quiero darle, nunca más volverá a tener sed. Porque el agua que yo quiero darle se convierte en su interior en un manantial que conduce a la vida eterna. Entonces la mujer exclamó: Señor dame de esa agua para que no tenga más sed y no tenga que venir hasta aquí a sacar agua. Jesús le dijo: Vete a tu casa, llama a tu marido y regresa aquí. Ella contesto: No tengo marido. Jesús continuo: Cierto, no tienes marido. Has tenido cinco, y ese, con el que ahora vives, no es tu marido. En esto has dicho la verdad. La mujer contestó: Señor veo que eres profeta. Nuestros antepasados rindieron culto a Dios en esta montaña; en cambio ustedes los judíos dicen que es en Jerusalén donde hay que dar culto a Dios. Jesús respondió: Créeme, mujer, está llegando la hora, mejor dicho, ha llegado ya, en que para dar culto al Padre, no tendrán que subir a esta montaña ni ir a Jerusalén. Ustedes los samaritanos, no saben lo que Diócesis de Sonsón-Rionegro
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adoran; nosotros sabemos lo que adoramos, porque la salvación viene de los judíos. Ha llegado la hora en la cual los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre quiere ser adorado así. Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. La mujer le dijo: Yo sé que el Mesías, es decir, el Cristo, está a punto de llegar; cuando el venga nos lo explicará todo. Entonces Jesús le dijo: Yo soy el que está hablando contigo. La mujer dejó allí el cántaro, regresó al pueblo y dijo a la gente: Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿Será el Mesías?” Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: - Ya no creemos por lo que tú dices, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.
Motivación Este texto del evangelista Juan, narra el encuentro de Jesús con una mujer samaritana. (Las mujeres en los tiempos de Jesús eran marginadas). Los samaritanos eran considerados idólatras, porque daban culto a dioses que no eran verdaderos; por tanto se consideraban paganos, aunque tenían en común con los judíos el libro del Pentateuco; se separaron de los judíos y construyeron un templo en Garizín. Es apenas lógico que el trato entre judíos y samaritanos era tenso, razón por la cual la relación de Jesús con ellos se constituye en un escándalo. Es especial el método que usa Jesús, se hace el necesitado y se presenta como fatigado y sediento, en razón del camino recorrido. Él, que puede ofrecer la liberación, la salvación, es el que en el momento necesita de asistencia, para calmar una de las necesidades básicas del ser humano, la sed. El diálogo permite aclarar muchas cosas, descubrir la verdad y entablar nuevas relaciones. Jesús no juzga, tan sólo hace tomar conciencia de la realidad que se vive y del error en el que se encuentra la persona; con su mirada cargada de amor, con el llamado insistente, transforma y comunica la gracia que encamina al hombre y lo conduce por el verdadero sendero. No le interesa el pasado, tan sólo quiere la persona en el presente, en el hoy de su historia y que esté decidida a emprender una nueva búsqueda. 7
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Debemos encontrar además en este precioso texto que la conversión, la aceptación de Cristo Jesús nos hace verdaderos discípulos, esto quiere decir que cuando nos ponemos de cara a nuestra realidad, frente al llamado de Dios nuestra vida cambia y se hace llevadera, de tal manera que nuestro anuncio evangélico es el testimonio, del verdadero encuentro con Jesús. Hay dos elementos entre muchos que se pueden destacar de este evangelio referentes a la misión: • La actitud de la mujer, que una vez redimida y sintiéndose amada y no recriminada, deja todo, (su cántaro) y se va al pueblo a anunciar el mensaje: “He encontrado a un hombre que me ha dicho todo lo que he sido, ¿será el Mesías? Cuando Dios toca a nuestro corazón y lo dejamos entrar, nos constituimos en sus discípulos y nos hacemos mensajeros, desde la experiencia personal que hemos tenido con él. • La Actitud de los samaritanos, que ante el anuncio de la mujer quieren conocer a Jesús, “vengan y miren”, el convencimiento de la experiencia de Cristo en una persona inquieta hace nuevos discípulos; aquellas personas salieron al encuentro con Jesús y le dicen a la mujer “Ya no creemos por lo que tú nos Dices, sino por lo que nosotros mismos hemos visto,” y le piden a Jesús que se quede más tiempo con ellos, ojala sea para siempre.
Pautas para la reflexión • ¿En nuestra vida hemos tenido un encuentro personal con Cristo? • ¿Hemos acogido el testimonio que otras personas nos han trasmitido en su encuentro personal con Jesús? • ¿Cuándo buscamos a Jesús desde el testimonio de otros, logramos encontrarlo?
Oración Señor Jesús, ven a nuestro encuentro como lo hiciste con los samaritanos, has que tengamos un corazón dispuesto para saberte recibir y trasmitir a los hermanos, con un verdadero convencimiento de que me amas, me perdonas y me has recibido como tu discípulo para ser anunciador de lo que haz hecho en mi. Te lo Pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/ Amén. Diócesis de Sonsón-Rionegro
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CULTURA DE LA VIDA Y RESPETO DE LOS DERECHOS FAMILIARES
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Objetivo Resaltar la preocupación de la Iglesia por el bienestar de la vida matrimonial y las familias, enfatizando con ello su compromiso bautismal de hacer presente a Cristo e invitándolos de una manera especial a ser evangelizadas y evangelizadoras.
Reflexionemos CIUDAD DEL VATICANO, 29 MAR 2011 (VIS). se ha hecho público un mensaje del Santo Padre con ocasión del encuentro de obispos responsables de las comisiones episcopales de familia y vida de América Latina y el Caribe, que se celebro en Bogotá (Colombia) del 28 de marzo al 1 de abril. Encabezo el encuentro el cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia. «Como ha reiterado la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe -escribe el Papa-, la familia es el valor más querido por los pueblos de esas nobles tierras. Por este motivo, la pastoral familiar tiene un puesto destacado en la acción evangelizadora de cada una de las distintas Iglesias particulares, promoviendo la cultura de la vida y trabajando para que los derechos de las familias sean reconocidos y respetados». «Se constata con dolor, sin embargo, cómo los hogares sufren cada vez más situaciones adversas provocadas por los rápidos cambios culturales, por la inestabilidad social, por los flujos migratorios, por la pobreza, por programas de educación que banalizan la sexualidad y por falsas ideologías. No podemos quedar indiferentes ante estos retos». «Ningún esfuerzo será inútil para fomentar cuanto contribuya a que cada familia, fundada en la unión indisoluble entre un hombre y una mujer, lleve a cabo su misión de ser célula viva de la sociedad, semillero de virtudes, escuela de convivencia constructiva y pacífica, instrumento de concordia y ámbito privilegiado en el que, de forma gozosa y responsable, la vida humana sea acogida y protegida, desde su inicio hasta su fin natural». Tras poner de relieve que la misión continental promovida en Aparecida servirá «para avivar en los amados países latinoamericanos y del Caribe la pastoral matrimonial y familiar», el Papa afirma que «la Iglesia cuenta con los hogares cristianos, llamándolos a ser un verdadero sujeto de Diócesis de Sonsón-Rionegro
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evangelización y de apostolado e invitándolos a tomar conciencia de su valiosa misión en el mundo». La familia pueda vivir un profundo encuentro con Cristo a través de la escucha de su Palabra, la oración, la vida sacramental y el ejercicio de la caridad. «Para promover esto -añade-, es necesario incrementar la formación de todos aquellos que, de una u otra forma, se dedican a la evangelización de las familias. Así mismo, es importante trazar caminos de colaboración con todos los hombres y mujeres de buena voluntad para seguir tutelando intensamente la vida humana, el matrimonio y la familia en toda la región».
Motivación Este mensaje del Papa nos deja ver, la preocupación que tiene por la evangelización de las familias, a la vez que nos permite sentir el gran afecto por ellas, en el deseo, que sean las familias evangelizadoras de ellas mismas. Resalta su Santidad, su inquietud por los distintos aspectos en los que se ve afectado hoy día la estabilidad de la familia: «Se constata con dolor, cómo los hogares sufren cada vez más situaciones adversas provocadas por: - Los rápidos cambios culturales. - La inestabilidad social. - Los flujos migratorios. - La pobreza. - Los programas de educación que banalizan la sexualidad. - Las falsas ideologías. Estos son algunos de los aspectos que se pueden constatar en el mundo de hoy como lo manifiesta el Papa “No podemos quedar indiferentes ante estos retos”. Por lo que respecta de nuestra parte, se requiere de un gran esfuerzo para hacer que estas situaciones sean conocidas pon nuestras familias y brindarles elementos que les permita enfrentar estos flagelos de la humanidad que quieren socavar uno de los tesoros más grandes de la Iglesia y la humanidad misma, “el matrimonio y la vida familiar”. 11
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Es por ello que se nos propone una eficiente evangelización, que se centre en la vida de oración, la vivencia sacramental, el testimonio comunitario y la caridad como el gran servicio de los cristianos para la humanidad. Por eso debemos darnos cuenta que todos los esfuerzos que hagamos son insuficiente ante estos acontecimientos, pero que con la luz del Espíritu santo y con los medio propuestos por el Papa, podemos hacer de nuestras familias nuevamente centros de cristiandad, en donde se forme a los hijos con el piadoso temor de Dios y con el deseo de la santidad.
Pautas de reflexión ¿Qué nos dice a nosotros el mensaje del Papa? ¿Cómo podemos hacer posible este deseo del Papa, para que las familias sean verdaderas escuelas de evangelio? ¿Estamos cultivando en nuestros hogares los medios para fortalecer nuestro ambiente familiar en un seguimiento a Cristo? - - - -
Vida de Oración La vivencia sacramental La comunión familiar y testimonial La caridad, desde el auténtico servicio
Oración Amigo Jesús, permite que tu tarea de conocer al Padre que fue tu principal misión, sea para nosotros hoy un gran deseo, que nos impregne de la verdad, la justicia y el sincero ardor evangélico, que lleve a nuestros hijos al seguimiento de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos R/ Amén.
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MISIÓN DE LA FAMILIA CRISTIANA
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Objetivo Descubrir el lugar de la vida matrimonial y la familia en el proceso evangelizador, para que seamos fermento en el mundo desde nuestra convivencia en la unidad de Cristo y en conformidad con la Iglesia, para que seamos sal y luz del mundo, en la formación de comunidad de personas y en el servicio a la vida. ¡Familia, sé lo que eres! En el designio de Dios Creador y Redentor la familia descubre no sólo su «identidad», lo que «es», sino también su «misión», lo que puede y debe «hacer». El cometido, que ella por vocación de Dios está llamada a desempeñar en la historia, brota de su mismo ser y representa su desarrollo dinámico y existencial. Toda familia descubre y encuentra en sí misma la llamada imborrable, que define a la vez su dignidad y su responsabilidad: familia, ¡«sé» lo que «eres»! Remontarse al «principio» del gesto creador de Dios es una necesidad para la familia, si quiere conocerse y realizarse según la verdad interior no sólo de su ser, sino también de su actuación histórica. Y dado que, según el designio divino, está constituida como «íntima comunidad de vida y de amor», la familia tiene la misión de ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor, en una tensión que, al igual que para toda realidad creada y redimida, hallará su cumplimiento en el Reino de Dios. En una perspectiva que además llega a las raíces mismas de la realidad, hay que decir que la esencia y el cometido de la familia son definidos en última instancia por el amor. Por esto la familia recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa. Todo cometido particular de la familia es la expresión y la actuación concreta de tal misión fundamental. Es necesario por tanto penetrar más a fondo en la singular riqueza de la misión de la familia y sondear sus múltiples y unitarios contenidos. (FC # 17)
Motivación El llamado inminente de la (FC) es a que la familia se identifique como una verdadera comunidad de amor, esta es la gran invitación, para que la Diócesis de Sonsón-Rionegro
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convivencia de los miembros del hogar sea armónica y de mutua ayuda. Cuando hay comprensión, la formación de los hijos se hace más fácil y se constituye en una sociedad que se identifica para poder salvaguardar este gran patrimonio de la Iglesia. La identidad de la familia cristiana, conserva el legado histórico y contribuye al deseo del gesto creador de Dios para que se constituya en la íntima comunidad de vida y amor. La realidad del mundo de hoy requiere de familias que sean imagen de Dios, que impregnen al mundo de una espiritualidad auténtica que conduce a la búsqueda del Reino de Dios. Las familias evangelizadas, proclaman la Palabra que lleva en sí el gran deseo de la Iglesia que todos lleguen al conocimiento de la verdad, que es el mismo Jesucristo, luz del mundo. Es por eso que no se deben ahorrar esfuerzos para que se viva el compromiso testimonial de los hogares de cara a los tiempos nuevos, que hacen necesario fortalecer los lazos familiares para poder vencer los obstáculos y hacer de los logros un gozo cristiano. En este sentido, partiendo del amor y en constante referencia a él, el reciente Sínodo (FC) ha puesto de relieve cuatro cometidos generales de la familia: (estos cometidos se desarrollan en los siguientes temas)
Pautas para la reflexión ¿Cómo hacer presente el amor de Dios, en un mundo hedonista? ¿La comunión y la unidad hacen parte de nuestra familia? ¿Qué tipo de convivencia tenemos en nuestro hogar? - - - -
Diálogo Comprensión Discordia Aislamiento…
Oración Te presentamos Señor, las familias de nuestra comunidad, para que se dispongan al mensaje de salvación y dejándose iluminar por él, se comprometan a ser fermento en el mundo. Por Jesucristo Nuestro Señor. R/ Amén. 15
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FORMACIÓN DE UNA COMUNIDAD DE PERSONAS
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Objetivo Custodiar las familias como verdadera comunidad de personas, en donde se debe vivir el humanismo como respuesta a los compromisos cristianos. • Unidad indivisible de la comunión conyugal La comunión primera es la que se instaura y se desarrolla entre los cónyuges; en virtud del pacto de amor conyugal, el hombre y la mujer «no son ya dos, sino una sola carne» y están llamados a crecer continuamente en su comunión a través de la fidelidad cotidiana a la promesa matrimonial de la recíproca donación total. • Una comunión indisoluble La comunión conyugal se caracteriza no sólo por su unidad, sino también por su indisolubilidad: «Esta unión íntima, en cuanto donación mutua de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos, exigen la plena fidelidad de los cónyuges y reclaman su indisoluble unidad». • La más amplia comunión de la familia La comunión conyugal constituye el fundamento sobre el cual se va edificando la más amplia comunión de la familia, de los padres y de los hijos, de los hermanos y de las hermanas entre sí, de los parientes y demás familiares. (FC # 19-21)
Motivación En consonancia con el sentir de la Iglesia y en la búsqueda de hacer parte activa en el mundo actual de la evangelización, los cónyuges han de saber, que dentro de su misión familiar se ha de estar dispuesto al plan creador de Dios que nos llama a ser partícipes del mismo con la apertura al don de la vida y con el gran deseo de una auténtica formación de los hijos, en la relación y unidad con los miembros de la familia. La comunidad de personas resalta el servicio de la familia en el desarrollo social, que desde un verdadero sentido de convivencia ha de edificar la familia como comunidad que evangeliza, sabiendo que su principal tarea Diócesis de Sonsón-Rionegro
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está dentro de su mismo hogar, en donde se hace el llamado a la fraternidad de manera que se consolide los lazos de la hermandad y se eduque para la prolongación de la especie desde un sentido cristiano en la sacralidad propia del matrimonio. La formación de la familia debe estar centrada en el amor como principio y fuerza de la comunión. Solo dese el amor se puede derribar las barreras que malogran la estabilidad matrimonial y familiar; por eso la familia se debe constituir solo y desde un auténtico amor oblativo cuyo interés sea el bienestar y la santidad de todas las personas que conforman el entorno familiar. Cuando se ha logrado congregar en el amor, se hace más fácil llevar a cabo el plan de Dios en la indisolubilidad del matrimonio, cuyo objetivo es asegurar la estabilidad tanto de los cónyuges como de los hijos, para que desde la convivencia en el señor se pueda vivir en la lucha diaria.
Pautas para la reflexión ¿Cómo hemos acogido en nuestra propia vida el plan de Dios creador, de amarnos como personas?¿Podríamos decir que en mi familia se vive la unidad? ¿Hay respeto, acompañamiento, afecto, cariño? ¿Hemos acogido el planteamiento de la Iglesia desde la Palabra de Dios como nuestra misión en la formación de la familia?
Oración Padre bueno, acompáñanos en nuestra tarea de padres de familia, que sepamos dirigir a nuestros hijos con un verdadero sentido evangélico, de manera que sigan el camino que nos presentas como sendero de santidad y que demos a ellos horizontes que los sostengan en esta realidad actual que necesita tanto de Ti. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor R/. Amén.
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SERVICIO A LA VIDA
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Objetivo Orientar sobre la importancia que tiene la vida como don de Dios, que se debe respetar desde sus inicios hasta la muerte natural. Comprendiendo que es la misma familia quien debe salvaguardarla. • La trasmisión de la vida Dios, con la creación del hombre y de la mujer a su imagen y semejanza, corona y lleva a perfección la obra de sus manos; los llama a una especial participación en su amor y al mismo tiempo en su poder de Creador y Padre, mediante su cooperación libre y responsable en la transmisión del don de la vida humana: «Y bendíjolos Dios y les dijo: “ Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla”».(Gn 1,28) • La doctrina y la norma siempre antigua y siempre nueva de la Iglesia Precisamente porque el amor de los esposos es una participación singular en el misterio de la vida y del amor de Dios mismo, la Iglesia sabe que ha recibido la misión especial de custodiar y proteger la altísima dignidad del matrimonio y la gravísima responsabilidad de la transmisión de la vida humana. • La Iglesia en favor de la vida En efecto, el progreso científico-técnico, que el hombre contemporáneo acrecienta continuamente en su dominio sobre la naturaleza, no desarrolla solamente la esperanza de crear una humanidad nueva y mejor, sino también una angustia cada vez más profunda ante el futuro. Algunos se preguntan si es un bien vivir o si sería mejor no haber nacido; dudan de si es lícito llamar a otros a la vida, los cuales quizás maldecirán su existencia en un mundo cruel, cuyos terrores no son ni siquiera previsibles. • En la visión integral del hombre y de su vocación En el contexto de una cultura que deforma gravemente o incluso pierde el verdadero significado de la sexualidad humana, porque la desarraiga de su referencia a la persona, la Iglesia siente más urgente e insustituible su misión de presentar la sexualidad como valor y función de toda la persona creada, varón y mujer, a imagen de Dios. Diócesis de Sonsón-Rionegro
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• La Iglesia Maestra y Madre para los esposos en dificultad También en el campo de la moral conyugal la Iglesia es y actúa como Maestra y Madre. - Como Maestra, no se cansa de proclamar la norma moral que debe guiar la transmisión responsable de la vida. De tal norma la Iglesia no es ciertamente ni la autora ni el árbitro. En obediencia a la verdad que es Cristo, cuya imagen se refleja en la naturaleza y en la dignidad de la persona humana, la Iglesia interpreta la norma moral y la propone a todos los hombres de buena voluntad, sin esconder las exigencias de radicalidad y de perfección. - Como Madre, la Iglesia se hace cercana a muchas parejas de esposos que se encuentran en dificultad sobre este importante punto de la vida moral; conoce bien su situación, a menudo muy ardua y a veces verdaderamente atormentada por dificultades de todo tipo, no sólo individuales sino también sociales; sabe que muchos esposos encuentran dificultades no sólo para la realización concreta, sino también para la misma comprensión de los valores inherentes a la norma moral. (No. 29 al 33, Familiaris Consortio).
Motivación Cuando se ha logrado la unidad en la familia desde el amor, el don de la vida se recibe con alegría y se hace posible atendiendo al llamado de Dios que insiste por el respeto de la misma, aún desde sus inicios y hasta su fin natural, el verdadero cristiano sabe que esto requiere compromiso y sacrificio, pero además debe saber que también es el camino de la salvación, dado que sólo desde la entrega abierta al plan de Dios se da la promoción y realización del ser humano. De ahí que la Iglesia como maestra busque estar constantemente en la asistencia de sus miembros y está segura que sólo se salvaguarda su dignidad desde el respeto y desde la amorosa aceptación del Hijo de Dios Verbo encarnado, siervo doliente que lleva en sí el peso de la humanidad y que hace suyo el dolor de los miembros de su Iglesia, al igual que se alegra con los triunfos que ellos mismos adquieren. 23
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De tal manera que la Iglesia como maestra no ahorra esfuerzos para la formación de sus hijos, pero también como madre está dispuesta a acogerlos para que se sientan amados y protegidos por el mismo amor de Dios. La madre Iglesia abre sus brazos que somos todos sus miembros para bendecir, perdonar y acompañar.
Pautas para la reflexión ¿Hay paternidad responsable y nos hemos enterado de los métodos anticonceptivos que son dañinos? ¿Conocemos el método Natural de Planificación responsable? ¿Acogemos la enseñanza de la Iglesia como maestra que nos educa en la fe?
Oración Padre Santo, guía y acompaña nuestro caminar, para que seamos atentos a las enseñanzas de la Iglesia y estemos dispuestos al llamado de Dios, para participar en el plan de su creación, siendo abiertos al don de la vida y a la formación cristiana de nuestros hijos. Por Jesucristo nuestro Señor. R/ Amén.
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PARTICIPACIÓN EN EL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD
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Objetivo Descubrir la misión de la familia en el hoy de la sociedad, como miembros comprometidos del envío de la Iglesia, para ser evangelizadores que fermentemos el mundo actual con el testimonio de vida y siendo anunciadores del Reino de Dios. • La familia, célula primera y vital de la sociedad «El Creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y fundamento de la sociedad humana»; la familia es por ello la «célula primera y vital de la sociedad». La familia posee vínculos vitales y orgánicos con la sociedad, porque constituye su fundamento y alimento continuo mediante su función de servicio a la vida. En efecto, de la familia nacen los ciudadanos, y éstos encuentran en ella la primera escuela de esas virtudes sociales, que son el alma de la vida y del desarrollo de la sociedad misma. • La vida familiar como experiencia de comunión y participación La misma experiencia de comunión y participación, que debe caracterizar la vida diaria de la familia, representa su primera y fundamental aportación a la sociedad. Las relaciones entre los miembros de la comunidad familiar están inspiradas y guiadas por la ley de la «gratuidad» que, respetando y favoreciendo en todos y cada uno la dignidad personal como único título de valor, se hace acogida cordial, encuentro y diálogo, disponibilidad desinteresada, servicio generoso y solidaridad profunda. • Función social y política La función social de la familia no puede ciertamente reducirse a la acción procreadora y educativa, aunque encuentra en ella su primera e insustituible forma de expresión. Las familias, tanto solas como asociadas, pueden y deben por tanto dedicarse a muchas obras de servicio social, especialmente en favor de los pobres y de todas aquellas personas y situaciones, a las que no logra llegar la organización de previsión y asistencia de las autoridades públicas. • La sociedad al servicio de la familia La conexión íntima entre la familia y la sociedad, de la misma manera que exige la apertura y la participación de la familia en la sociedad y en su Diócesis de Sonsón-Rionegro
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desarrollo, impone también que la sociedad no deje de cumplir su deber fundamental de respetar y promover la familia misma. Ciertamente la familia y la sociedad tienen una función complementaria en la defensa y en la promoción del bien de todos los hombres y de cada hombre. (FC # 42-45)
Motivación La familia ha sido y sigue siendo la célula de la sociedad, en ella se deben encontrar los más ricos valores humanos y cristianos, que lleven a un desempeño acorde con el evangelio en el diario vivir; cuando pensamos en la familia como sociedad, comunidad de personas, hemos de tener en cuenta que esperamos en esta comunión que se dé una auténtica formación de cada uno de los miembros en donde todos deben desempeñar la función que les corresponde, de manera que se proporcione una preparación para seguir construyendo la sociedad humana y el pueblo de Dios que debe ser enriquecido con los principios y los más altos valores. Cuando en las familias se ha vivido la autentica comunión, en la sociedad de personas, descubrimos la grandiosa tarea que se puede realizar en los distintos ámbitos de la sociedad, entre ellos el político, que se debe fortalecer en la comunidad doméstica, con miras a la defensa de los derechos, la práctica de la justicia, la búsqueda de la honradez, la cultura ciudadana, la participación democrática, entre otros. Pero estos aspectos no podrán ser reflejo de una sociedad ideal si no se vive antes la experiencia de Dios, si no se cultiva la vida espiritual en los hogares, que lleven a los seres humanos a la búsqueda de Dios y al deseo de hacerlo presente. La comunión que se vive dentro de la familia es la misma que se debe proyectar hacia fuera, al mundo que nos rodea; es por eso que solo desde la vivencia comunitaria, desde dentro del seno del hogar, se puede ver reflejada la cultura y la expresión de la valiosa labor que se tiene como padres, hijos, hermanos y demás parientes que conforman el círculo de la familia. Podemos preocuparnos por la corrupción actual en distintos niveles de la sociedad, pero esta preocupación carece de valor si no formamos en el hogar; para poder tener una sociedad sana es necesario tener un ambiente 27
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sano, es decir, una familia comprometida con la palabra, y por lo mismo con los que conforman el pequeño grupo social de casa, que fortalecido con el espíritu de Dios y el deseo de vivir la solidaridad y subsidiaridad podemos dar nuevas respuesta, aún en contra corriente a la sociedad de hoy, rica en valores, pero también amenazada por devastadoras ideologías. Debemos rescatar el urbanismo en nuestra cultura, porque solo así se podrá dar un paso de integración entre sociedad y familia; cuando la vivencia comunitaria familiar es armónica, sosegada, alentada y vivida con esperanza tendremos razones de vida y motivos para enriquecerla. Nuestra vida en sociedad si ha sido fortalecida en el campo de la familia nos fortalece para los retos de hoy en cuanto al éxito y también a la resistencia de todo lo adverso al bien social y familiar. Si educamos con disciplina y amor, si orientamos con cariño, si afrontamos el valor de la autoridad con responsabilidad y aún si vivimos con pequeños sacrificios, nos daremos cuenta que la sociedad vivirá nuevos aires, que se inician desde las pequeñas bases de la familia y se implementan en la sociedad gradualmente; todo esto ayudados y asistidos por el deseo de la Iglesia a vivir desde la voluntad de Dios, en el compromiso y el encuentro personal con Cristo que nos haga discípulos y misioneros.
Pautas para la reflexión ¿Cómo entendemos la familia como célula fundamental de la sociedad? ¿Cuál es el compromiso eclesial de la familia en la sociedad? ¿Qué valores cívicos, democráticos y de urbanidad vivimos en nuestra familia? ¿Estamos educando nuestra familia para ser fuertes en la defensa de la fe y el anuncio de la Palabra de Dios? ¿Qué puedo hacer para que mi vida de fe sea testimonio en la sociedad?
Oración Buen Dios, reúne a nuestra familia en tu comunión, para que nuestra convivencia se refleje en la sociedad y podamos ser testigos del evangelio con nuestro ejemplo y construyamos un mundo lleno de armonía, tranquilidad y de paz, que nos lleve a una sociedad más justa y humana, te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. R/ Amén.
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Objetivo Descubrir la riqueza del sacramento del bautismo que nos hace miembros de Cristo en su triple dimensión de proclamar la Palabra, de celebrar los sacramentos y de educar con responsabilidad. • La familia en el misterio de la Iglesia Entre los cometidos fundamentales de la familia cristiana se halla el eclesial, es decir, que ella está puesta al servicio de la edificación del Reino de Dios en la historia, mediante la participación en la vida y misión de la Iglesia. Para comprender mejor los fundamentos, contenidos y características de tal participación, hay que examinar a fondo los múltiples y profundos vínculos que unen entre sí a la Iglesia y a la familia cristiana, y que hacen de esta última como una «Iglesia en miniatura» (Ecclesia domestica) de modo que sea, a su manera, una imagen viva y una representación histórica del misterio mismo de la Iglesia. • Un cometido eclesial propio y original La familia cristiana está llamada a tomar parte viva y responsable en la misión de la Iglesia de manera propia y original, es decir, poniendo a servicio de la Iglesia y de la sociedad su propio ser y obrar, en cuanto comunidad íntima de vida y de amor. Deben ser en la fe «un corazón y un alma sola», mediante el común espíritu apostólico que los anima y la colaboración que los empeña en las obras de servicio a la comunidad eclesial y civil. El fundamento de la participación de la familia cristiana en la misión eclesial, hay que poner de manifiesto ahora su contenido en la triple unitaria referencia a Jesucristo Profeta, Sacerdote y Rey, presentando por ello la familia cristiana como: 1) La familia cristiana, comunidad creyente y evangelizadora Dado que la familia participa de la vida y misión de la Iglesia, la cual escucha religiosamente la Palabra de Dios y la proclama con firme confianza. La familia cristiana vive su cometido profético acogiendo y anunciando la Palabra de Dios. Se hace así, cada día más, una comunidad creyente y evangelizadora. Diócesis de Sonsón-Rionegro
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2) La familia cristiana, comunidad en diálogo con Dios El anuncio del Evangelio y su acogida mediante la fe encuentran su plenitud en la celebración sacramental. La Iglesia, comunidad creyente y evangelizadora, es también pueblo sacerdotal, es decir, revestido de la dignidad y partícipe de la potestad de Cristo, Sumo Sacerdote de la nueva y eterna Alianza. También la familia cristiana está inserta en la Iglesia, pueblo sacerdotal, mediante el sacramento del matrimonio, en el cual está enraizada y de la que se alimenta, es vivificada continuamente por el Señor y es llamada e invitada al diálogo con Dios mediante la vida sacramental, el ofrecimiento de la propia vida y oración. 3) El matrimonio, sacramento de mutua santificación y acto de culto Fuente y medio original de santificación propia para los cónyuges y para la familia cristiana es el sacramento del matrimonio, que presupone y especifica la gracia santificadora del bautismo. En virtud del misterio de la muerte y resurrección de Cristo, en el que el matrimonio cristiano se sitúa de nuevo, el amor conyugal es purificado y santificado: «El Señor se ha dignado sanar este amor, perfeccionarlo y elevarlo con el don especial de la gracia y la caridad». (FC # 50-51).
Motivación La Familiaris Consortio, expresa bellamente que la familia es la “Iglesia en miniatura”, (Ecclesia domestica), estas frases son muy dicientes, en cuanto se nos hace la gran invitación, a estar al servicio de la Iglesia, de la Palabra, del anuncio del Reino y de la Evangelización; es entonces la familia un lugar de fe, en donde se deben vivir los principios cristianos que conducen al reino de Dios. Este es un llamado misionero, que como cristianos recibimos desde el bautismo en la triple dimensión, enseñar, celebrar y regir. La enseñanza es una auténtica necesidad para la Iglesia y el mundo contemporáneo, es educar y formar a los miembros de la Iglesia en el amor a Dios, y a nuestros hermanos, principalmente los que están a nuestro lado. Los primeros discípulos conformaron la comunidad entorno a la enseñanza de la resurrección de Cristo y a la vez celebraban el acontecimiento pascual, de donde brota toda la sacramentalidad de la Iglesia, que ha venido creciendo con nuevos miembros que se unen y viven 31
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la espiritualidad matrimonial como don de Dios que los bendice para que se amen y participen en el don de la vida, agregando nuevos miembros a la Iglesia esposa de Cristo. Es por eso que la Iglesia acompaña a las familias en su deseo de vivir los sacramentos, a la vez que las invita a que sean multiplicadoras de su misión como santuario de vida y centro de evangelización. La familia debe ser la primera catequizadora en doctrina, de manera que los esposos, los hijos y su distintos miembros maduren en la fe y no se queden solo en la iniciación cristiana, sino que además lleguen a la verdadera comunidad de discípulos para que todo esto desemboque en la misión. Así la tarea de evangelizar no queda delegada a los sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas, sino que además se extiende a las familias, que en lo referente a la educación de la fe y las virtudes no deben delegar, deben asumir su misión, buscando formarse para que sean ellos también quienes rijan y acompañen a los hijos y hermanos en el acercamiento al don de Dios, en su Palabra, en la oración y en la vida sacramental. Es por eso que la familia debe convencerse de su tarea misionera desde dentro y con proyección al entorno amplio de la familia, al vecindario y por supuesto a la sociedad.
Pautas para la reflexión ¿Qué es para mí la Iglesia doméstica? ¿Me considero un miembro activo dentro de la Iglesia? ¿Cómo participo en la tarea de la Evangelización? ¿Si estoy cumpliendo con el legado del Creador, en el encargo de custodiar la vida y educar en la fe a los hijos? ¿Cómo estoy viviendo la cercanía a Cristo y cómo la transmito a otros, especialmente a la propia familia?
Oración Señor Jesús, ayúdanos a comprender nuestra misión bautismal, para que seamos instrumentos de tu bondad en el anuncio constante de tu verdad. R/ Amén. Diócesis de Sonsón-Rionegro
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Tema
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LA FAMILIA, PRIMERA ESCUELA DE LA FE
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Objetivo Destacar la importancia de la formación familiar mediante el análisis de los documentos eclesiales y la palabra de Dios, fortaleciendo el entorno familiar. La familia, “patrimonio de la humanidad”, constituye uno de los tesoros más valiosos de los pueblos latinoamericanos. Ella ha sido y es espacio y escuela de comunión, fuente de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente. Para que la familia sea “escuela de la fe” y pueda ayudar a los padres a ser los primeros catequistas de sus hijos, la pastoral familiar debe ofrecer espacios formativos, materiales catequéticos, momentos celebrativos, que le permitan cumplir su misión educativa. La familia está llamada a introducir a los hijos en el camino de la iniciación cristiana. La familia, pequeña Iglesia, debe ser, junto con la Parroquia, el primer lugar para la iniciación cristiana de los niños Ella ofrece a los hijos un sentido cristiano de existencia y los acompaña en la elaboración de su proyecto de vida, como discípulos misioneros. Es, además, un deber de los padres, especialmente a través de su ejemplo de vida, la educación de los hijos para el amor como don de sí mismos y la ayuda que ellos le presten para descubrir su vocación de servicio, sea en la vida laical como en la consagrada. De este modo, la formación de los hijos como discípulos de Jesucristo, se opera en las experiencias de la vida diaria en la familia misma. Los hijos tienen el derecho de poder contar con el padre y la madre para que cuiden de ellos y los acompañen hacia la plenitud de vida. La “catequesis familiar”, implementada de diversas maneras, se ha revelado como una ayuda exitosa a la unidad de las familias, ofreciendo además, una posibilidad eficiente de formar a los padres de familia, los jóvenes y los niños, para que sean testigos firmes de la fe en sus respectivas comunidades. AP 302-303.
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Motivación Mateo 13,44-52 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró. Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. El les dijo: Por eso todo padre de familia que se hace discípulo del reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas. En continuidad con el tema anterior, es importante destacar la evangelización como la gran tarea de la familia. La fe se recibe desde el hogar, crece y se alimenta allí; si bien nos apoyamos de las catequesis, las predicaciones de la Iglesia, es un gran deber de los padres formar a sus hijo en el amor a Dios y en el seguimiento de Cristo; esta es una tarea que no se debe delegar y que es necesario vigilar para que nuestros hijos estén bien informados y sean llevados conforme al creer de la Iglesia y los principios que hemos recibido. La parábola de Mateo que hemos incluido en este tema, tiene una gran connotación ya que se nos manifiesta la realidad del reino de los cielos, en este texto se toman varios ejemplos, buscando resaltar que nuestra misión es escoger el reino de los cielos; el tesoro es Dios mismo que no debemos escatimar esfuerzo para alcanzarlo, pues de esta manera nos ganamos la vida eterna; de igual manera la perla, que nos muestra de manera figurada donde hemos colocado nuestro corazón, por supuesto la parábola nos invita a depositarlo en los valores del reino. La redada de peces atrapados en la red, hace énfasis en el juicio final, que se menciona en otras parábolas indicándonos efectivamente, como al final 35
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de los tiempos serán separados los buenos de los malos, como se separa el trigo de la cizaña. El texto concluye espléndidamente la parábola, en cuanto la invitación es a hacernos discípulos del reino, como el escriba, una vez que lleguemos a este punto, adquirimos la sabiduría para enseñar, como el padre de familia cuidadoso y prudente que sabe educar con cariño y con razón; sabe aprovechar su experiencia, pero está abierto a lo nuevo, como lo indica la parábola, sabe sacar cosas nuevas y viejas. Este sería una gran lección de vida que nos lleva a reflexionar sobre nuestro papel de educadores en la fe, para estos tiempos nuevos y de tantos cambios, tendríamos que pedir a Dios el discernimiento y la sabiduría para llegar a educar a nuestros hijos con un autentico sentido de fe; pero esto solo se logra cuando vivimos nuestros compromisos y los asumimos como verdaderos cristianos.
Pautas para la reflexión ¿Cuál es el llamado que se nos hace en el evangelio? ¿Quiénes creemos que deban educar a nuestros hijos, especialmente en la fe? ¿Qué compromisos concretos podemos sacar para el bien de nuestra familia y el de la evangelización de la Iglesia?
Oración Señor Jesús, te damos gracias por acercarnos cada día a Ti, sabemos que tu llamado es insistente y que solo basta con dejar acercar nuestro corazón al tuyo, es por eso que queremos que hagas de nosotros instrumentos buenos, que llevemos a nuestras familias por el camino que conduce a la casa del Padre y de esta forma ser testimonio viviente para otras familias, para nuestra comunidad y toda la humanidad. De nuevo te damos gracias a Ti buen Jesús que vives y reinas por los siglos de los siglos. R/ Amén.
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Conclusión La tarea de la evangelización nos compete a todos, pero de una manera especial se nos invita a vivenciarla en nuestra propia familia, con las personas cercanas a las que debemos amar intensamente, acompañándolas y fortaleciéndolas en la fe; de ahí que cuando logremos cultivar nuestras propias familias, daremos razón de la fe y seremos evangelizadores con nuestro propio testimonio. Es importante recordar que hoy más que nunca debemos afianzar los vínculos familiares, para podernos proteger de tantas vicisitudes, que alteran el plan de Dios y la estabilidad familiar. Debemos además convencernos y convencer del amor que Dios nos tiene y tiene para la humanidad, así nuestra misión de discípulos se hace más sencilla y eficaz. Porque sólo amando como Dios ama podemos ser artífices del cambio del mundo y por tanto de la humanidad. Esperamos que estos temas sean de utilidad para las asambleas familiares que se programen en las parroquias y en la comunidades, también, pueden ser utilizadas en otros campos como en las escuelas y colegios. Nuestro interés es servir a la Iglesia y acercarla a los fieles a su doctrina que es tan rica y sabia para los tiempos de hoy. Nota: Se tendrá un CD o DVD con algunos videos y dinámicas, que servirán de herramientas para el desarrollo de los temas. 37
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Conclusión La tarea de la evangelización nos compete a todos, pero de una manera especial se nos invita a vivenciarla en nuestra propia familia, con las personas cercanas a las que debemos amar intensamente, acompañándolas y fortaleciéndolas en la fe; de ahí que cuando logremos cultivar nuestras propias familias, daremos razón de la fe y seremos evangelizadores con nuestro propio testimonio. Es importante recordar que hoy más que nunca debemos afianzar los vínculos familiares, para podernos proteger de tantas vicisitudes, que alteran el plan de Dios y la estabilidad familiar. Debemos además convencernos y convencer del amor que Dios nos tiene y tiene para la humanidad, así nuestra misión de discípulos se hace más sencilla y eficaz. Porque sólo amando como Dios ama podemos ser artífices del cambio del mundo y por tanto de la humanidad. Esperamos que estos temas sean de utilidad para las asambleas familiares que se programen en las parroquias y en la comunidades, también, pueden ser utilizadas en otros campos como en las escuelas y colegios. Nuestro interés es servir a la Iglesia y acercarla a los fieles a su doctrina que es tan rica y sabia para los tiempos de hoy. Nota: Se tendrá un CD o DVD con algunos videos y dinámicas, que servirán de herramientas para el desarrollo de los temas. 39
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EUCARISTÍA POR LAS FAMILIAS Monición de entrada La familia es una comunidad de fe y amor, en la que se comunica y se desarrolla el don de la vida, es también una verdadera iglesia doméstica, cuando en ella se viven y enseñan los valores cristianos. Al ofrecer al Señor esta Eucaristía en la que oramos por todas las familias, de manera especial, por las aquí presentes; imploremos de Dios para ellas su protección, las guarde de todo mal y peligro y les conceda vivir en el amor y la fe, a ejemplo de la familia de Nazaret. Comentario a las Lecturas Dios instituyó la familia como una ayuda mutua para el varón y la mujer, para comunicar en ella y por ella el don de la vida, y para la educación de los hijos en ella nacidos; estos fines de la institución familiar, exigen que esta tenga como base el amor indisoluble y la fidelidad conyugal; pues solo así se puede guardar el orden establecido por el Creador. Escuchemos. Primera Lectura (Génesis 2, 18 – 24) Dijo Yahveh Dios: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.” Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera. El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, más para ayuda adecuada. 41 el hombre no encontró unaPastoral Familiar
Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste exclamó: “Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada.” Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. Palabra de Dios Salmo 127 R/: Dichoso el hombre que teme al Señor Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/: Dichoso el hombre que teme al Señor Tu mujer como vid fecunda, en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa: ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. R/: Dichoso el hombre que teme al Señor Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos. Paz a Israel. R/: Dichoso el hombre que teme al Señor
Segunda Lectura (Efesios 5, 22 – 33, 6, 1 – 4) Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y presentársela resplandeciente a sí mismo; sinDiócesis que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e de Sonsón-Rionegro 42
inmaculada. Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su Cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, en cuanto a vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido. Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: Para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor. Palabra de Dios Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, según san Mateo 19, 3 – 7 Se acercaron a Jesús unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: “¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?” El respondió: “¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.” Dícenle: “Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?” Díceles: “Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra, comete adulterio.” Palabra del Señor Oración de los fieles Dirijamos nuestra oración confiada a Dios Padre, que quiso reunirnos en la gran familia de su Iglesia y supliquémosle humildemente diciendo. R/: Santifica a tu familia Señor 43
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• Asiste a la Iglesia con la gracia de tu Espíritu, para que siga anunciado la Buena Noticia de la salvación a todos los hombres y los congregue en la familia de los creyentes en Cristo. R/: Santifica a tu familia Señor • Ilumina Dios de Bondad los gobernantes de las naciones, para que promuevan leyes que beneficien a las familias, especialmente a las más pobres y necesitadas. R/: Santifica a tu familia Señor • Para que a ninguna familia falte lo necesario para el sustento y viviendo unidas en el amor y la esperanza, pueden enfrentar y superar los diferentes problemas que en la vida se les presentan. R/: Santifica a tu familia Señor • Para que cada familia viviendo según el evangelio de Cristo, se convierta en comunidad evangelizada y evangelizadora. R/: Santifica a tu familia Señor • Que la familia esté siempre a favor de la vida y se oponga al aborto y al abandono de los más débiles e indefensos. R/: Santifica a tu familia Señor Presidente Acoge Señor y despacha favorablemente las oraciones que te dirigimos por las familias, para que la institución familiar se mantenga y el mundo progrese según tus designios. Por Jesucristo nuestro Señor. Monición final Alimentados con el pan vivo que ha bajado del cielo, y bajo la protección de la sagrada Familia; vayamos a dar testimonio de lo que aquí hemos visto y oído, comprometidos con la vivencia de la fe y en el anuncio de Cristo vivo entre nosotros, para que en él las familias y el mundo tengan vida. Diócesis de Sonsón-Rionegro
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HORA SANTA FAMILIAR CANTO “Como no creer en Dios” MONICIÓN INICIAL Reunidos ante la presencia de Jesús sacramentado, démosle gracias por cada una de nuestras familias aquí representadas, porque en ellas nos hace participes de su gran proyecto: La construcción del Reino de Dios, desde una vocación específica. Jesucristo nos invita a estar con Él, a configurarnos con Él, a anunciarlo a Él, y a ser auténticos testigos suyos, desde la vivencia del verdadero amor, al interior de cada hogar. Queridos hermanos, los primeros cristianos, ante los grandes acontecimientos de su fe, se reunían durante toda la noche en oración, vigilantes, a la espera de los primeros rayos del sol, imagen de Cristo Resucitado, vencedor de las tinieblas y de la muerte. En esta hora de gracia, nos reunimos en torno al Señor, para sentir la luz de su mirada, la fuerza de su voz y la ternura de su corazón.
ORACIÓN Te ofrezco ¡Oh Dios mío!: Mis pensamientos para pensar en Ti, mis obras para obrar según tu voluntad. Mis trabajos para padecerlos por tu amor y por la salvación de mis hermanos. Concédeme la gracia de: purificar la memoria, refrenar la lengua, mortificar los sentidos y dominar los45 sentimientos del corazón, paraPastoral nunca ofender Familiara aquellos seres tan queridos que has puesto a mi lado.
Haz que procure: Amar profundamente a quienes me regalaste como familia, atender sus necesidades, sacrificarme por ellos, perdonar sus errores y darles siempre el trato que yo quisiera recibir. Permíteme Dios mío, conocer: cuan frágil es lo terreno, cuan grande lo celestial, cuan breve lo temporal, cuan duradero lo eterno y cuan digno eres Tú de ser amado con todo el corazón y toda el alma: Te lo suplico en nombre de Jesucristo nuestro Señor. Amén. LECTURA BÍBLICA Del Evangelio de San Juan 15, 9-17: “Como el Padre me amó, yo también os he amado vosotros; permaneced en mi amor. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mi, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda”. PAUTAS PARA LA REFLEXIÓN La presencia de Cristo en la Eucaristía en esta hora santa, se nos da como un misterio para adorar, un AMOR para contemplar. “Dios, ha creado al ser humano por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano, porque fue creado a imagen y semejanza de Dios, que es amor”. “El matrimonio se hace fecundo con los hijos; así se convierte en familia, que esta llamada a llevar el sello del amor (Jesucristo), fundamentalmente el amor consciente y responsable de los esposos entre si y hacia su descendencia. La responsabilidad hacia los hijos exige que no sean meramente engendrados, sino que se les ayude enteramente a desplegar su ser de personas (destinados para que vayáis y deis fruto)”. “La familia, fundada y vivificada por el amor, tiene como primer cometido vivir fielmente la realidad de la comunión con el empeño constante de desarrollar autentica comunidad de personas. El principio interior, la Diócesis deuna Sonsón-Rionegro 46
fuerza permanente y la meta de tal cometido es el amor, sin el cual la familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas”. “El amor conyugal es la donación reciproca entre un varón y una mujer; es fiel y exclusivo hasta la muerte y fecundo, abierto a la vida y a la educación de los hijos, asemejándose al amor fecundo de la Santísima Trinidad”. Es este un espacio de oración, de encuentro, de intimidad con Jesús, el amor de los amores, el único capaz de colmar de un amor tan infinito, y a la vez tan necesario, a las familias del mundo entero, pero en especial a aquellas donde la intolerancia, el odio y la infidelidad, han dejado profundas heridas, que solo Él puede sanar. Un gran edificio ha de construirse sobre unas solidas bases, de lo contrario ante el primer movimiento de tierra, irremediablemente se desplomaría; de igual manera, una familia que no este cimentada sobre la sólida base del amor, inevitablemente, ante la primera adversidad, sufriría grandes rupturas, en ocasiones muy difíciles de reparar. CANTO “Oración por la familia” ORACIÓN DE LOS FIELES Presidente: A Jesús, el amor de Dios que ha de reinar en nuestras familias, supliquémosle diciendo: Respondemos: Que tu amor Señor, permanezca siempre con nosotros. 1. Señor, guíanos con bondad y regala a tu Iglesia universal sacerdotes, que tengan tu corazón para sanar, acompañar y animar a tantas familias destruidas por el desamor, la violencia, la incomprensión o la infidelidad. 2. Regala a la Diócesis de Sonsón – Rionegro, cristianos auténticos comprometidos en mostrar la verdad y profundidad del amor al interior de sus familias. 3. Míranos con compasión y suscita en las familias, hombres y mujeres que consagren sus vidas para que todos 47 al servicio de tu Evangelio,Pastoral Familiar podamos ver en ellos un reflejo de tu amor que nos acerque más a Ti
4. Haz que las familias pongan su mirada solo en Ti, para que con tu ejemplo puedan ser cada día verdaderos “santuarios de tu amor”. 5. Mira con amor a cada una de las familias aquí representadas, fortalécelas en su fe y entrega, para que sean luz en medio de un mundo, que poco a poco se ha ido convirtiendo en enemigo de la institución familiar. Presidente: Ilumina Señor con la luz de la fe, nuestros corazones y abrásalos en el fuego de tu amor, para que valoremos resueltamente la familia, como Iglesia domestica, cuna de vocaciones. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. LECTURA BÍBLICA (segunda propuesta) De la epístola a los Efesios 5,31–33; 6,1-4 “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, los dos se harán una carne. Gran misterio es este, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, también vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido. Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos mas bien mediante la instrucción y la exhortación según el Señor”. ORACIÓN FINAL (los presentes pueden participar de ella) Señor, Tú nos has llamado a fundar juntos esta familia; danos la gracia de animarla con tu amor; que sea una familia que conforte a los que viven en ella, y que acoja a los que a ella se acerquen. Enséñanos a progresar el uno por medio del otro bajo tu mirada; a cumplir tu voluntad todos los días de nuestra vida; a someterte nuestros proyectos, a pedir tu ayuda; a ofrecerte nuestras alegrías y nuestras penas; a guiar hacia Ti nuestros hijos. Señor Tú eres amor; nosotros te damos gracias por nuestro amor. Amén. CANTO “Rey de reyes” Diócesis de CON Sonsón-Rionegro BENDICIÓN EL SANTÍSIMO
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