VIDA DIOCESANA 107

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AÑO 33

NÚMERO 107

DIÓCESIS DE SONSÓN RIONEGRO

ENERO - FEBRERO DE 2007

“Nuestro Jubileo es Cristo”

Con la apertura de la puerta central de la Catedral de Sonsón y la solemne celebración de la Eucaristía presidida por el señor Obispo de la diócesis, se dio comienzo al Año Jubilar con ocasión de las Bodas de Oro de nuestra Iglesia Particular. En la misma ceremonia fueron ordenados cuatro presbíteros y un diácono. (Ver pags. 4, 8 y 9).

Ordenaciones C O N T E N I D O

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La Voz del Pastor: Un año de gracia ................................ 2 Editorial: Los énfasis del Jubileo ..................................... 3 La Cuaresma en el año de gracia .................................... 3 Acontecer Pastoral .................................................. 4,13,14 Mensaje de los Obispos al pueblo colombiano .............. 5 Vivir cristianamente el turismo ........................................ 7 Del mensaje del Papa para la Cuaresma 2007 ............ 11 Panorama eclesial ........................................................... 15

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La Voz del Pastor

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UN AÑO DE GRACIA Esta celebración, por consiguiente, es un tiempo de acción de gracias al contemplar la elección y el amor de Dios de que hemos sido objeto, es una oportunidad para pedir perdón por los errores cometidos y es un llamamiento a comprometernos con lo que constituye la identidad y la misión de nuestra Iglesia particular. A ayudarnos en este propósito llega providencial la celebración del Jubileo, que bondadosamente nos ha concedido Su Santidad Benedicto XVI.

Mons. Ricardo Tobón Restrepo Obispo de Sonsón Rionegro

Nuestra Diócesis de Sonsón-Rionegro celebra este año el primer cincuentenario de su camino eclesial. Dentro de la historia, dos veces milenaria, de la Iglesia es realmente poco tiempo. Sin embargo, dentro del breve arco de la existencia humana, es una buena oportunidad para mirar el recorrido que se ha hecho, para tomar aliento y para plantear, hasta donde es posible, la marcha que debe emprenderse hacia el futuro.

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¿Qué es, en realidad, un Jubileo? Un Jubileo es un tiempo especial de g racia que nos invita y nos ayuda a continuar la obra de Cristo: vencer el mal. Cristo ha sido presentado por el Bautista como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (cf. Jn.1,29) y el mismo Jesús señaló que su misión era derrotar al Príncipe de este mundo (cf. Jn 12,31; 14,30; 16,11). En un mundo que estaba bajo el poder del mal (cf. 1 Jn.5,19), Jesús se empeñó en instaurar el Reino de Dios mediante una lucha contra el pecado y contra el maligno (cf. Lc.11,20), que lo llevó hasta dar la vida (cf. Jn.10,18). Así puso dentro de la historia una fuerza nueva, la fuerza de la confianza en el Padre, de la obediencia a la voluntad divina, de la bondad que no se deja enganchar por el mal (cf. Mt. 5,38-42). Inauguró en sí mismo una humanidad en la que no hay maldad y es capaz de llegar, en la fe, en la obediencia y en el amor, hasta las últimas consecuencias para realizar el proyecto salvífico de Dios. Cristo mismo es, por tanto, el “año de gracia” (cf. Lc.4,19), porque en Él se repara la soberbia y la desobediencia de Adán y sus descendientes, y se inicia la nueva humanidad en que Dios reina. En un Jubileo, la Iglesia pone a nuestra disposición todos sus tesoros espirituales, constituidos esencialmente por los méritos de Cristo

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a los que se unen la fidelidad de la Santísima Virgen y de los Santos, las oraciones y las obras buenas de todos los cristianos, para que, echando mano de ellos, reparemos lo que hayamos hecho mal y tomemos las provisiones necesarias para reemprender el camino en plena fidelidad al designio de Dios sobre nosotros. Cuando una persona está endeudada o estancada en sus negocios, se le presta un capital para que relance su empresa esperando que salga adelante y pueda incluso ayudar a otros. Usando esa comparación, podríamos decir que, de la misma manera, la Iglesia nos abre ahora el Banco de la Misericordia de Dios para que nos renovemos espiritualmente y asumamos con nuevas fuerzas nuestra misión en el mundo. Por consiguiente, debemos aprovechar bien esta inversión espiritual que la Iglesia hace en nosotros, no sólo para estar nosotros muy bien, sino también para producir mucho fruto para los demás.

¿Cuál es nuestra concreta responsabilidad en un Jubileo? En último término, al ofrecernos una remisión de las penas del pecado, lo que un Jubileo nos pide es que lleguemos a ser santos. En un momento en el que el mundo está atenazado de diversas formas por el mal, se necesita que la Iglesia continúe, con generosidad, la ardua misión de Cristo: quitar el pecado del mundo. Hoy son muchos los que están al servicio de la mentira, de la lujuria, de la injusticia, de la codicia, de la violencia y de muchos pecados más, porque están dominados por el egoísmo. Si queremos que avance el mundo nuevo que inició radicalmente la Pascua del Señor, tenemos que morir al pecado y dejar nacer en nosotros una criatura nueva. La nueva humanidad que está llamada a forjar la Iglesia empieza por la purificación y la santidad de cada uno de nosotros. Un Jubileo es,

entonces, una gracia especial, un llamamiento urgente, una ayuda sobrenatural para que nos renovemos e iniciemos con más fuerza la lucha contra la mentira, la injusticia, la agresividad, con que tantas personas están buscando hoy equivocadamente su felicidad, mientras se pervierten a sí mismas y destruyen a los demás. La gracia de un Jubileo nos llama pues al compromiso y a la esperanza. Algo muy grande tiene que empezar en nosotros después de esta experiencia de la misericordia de Dios que estamos viviendo. Yo estoy seguro que vendrá un for talecimiento de la unidad eclesial, un nuevo impulso misionero, un mayor compromiso con la evangelización a partir de pequeñas comunidades, una más clara solidaridad con los pobres y necesitados. No podemos perder la esperanza en la victoria del bien sobre el mal. La fuerza salvadora de Cristo está actuando de forma misteriosa pero real y el triunfo le pertenece a Él. No podemos caminar como los de Emaús lamentando que su Evangelio fue tal vez sólo una bella ilusión (cf. Lc.24,21). Nosotros contamos con su presencia y hemos recibido su Espíritu que nos consuela, nos enseña y nos defiende (cf. Mt.28,20; Jn.14,16). Nosotros esperamos el “día del Señor” y sabemos que ese triunfo se adelanta y se realiza cada día en el interior de nuestro corazón cuando dejamos que Dios reine y nuestra tierra goce (cf. Sal.97,1).

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Editorial

La Cuaresma en el año de gracia El 21 de febrero pasado dimos inicio a una nueva cuaresma en la Iglesia. Este tiempo de gracia privilegiado nos ofrece la ocasión para enfocar nuestra reflexión en el Mons. Iván Cadavid contexto de la celebración de nuesOspina Vicario Episcopal de tras bodas de oro sobre lo que espePastoral ramos de una cuaresma bien vivida. La reflexión tiene mayor significado cuando constatamos la pérdida progresiva del sentido profundo de la cuaresma en nuestros ambientes, incluso en los más tradicionalmente religiosos. La cuaresma ha sido considerada siempre como un tiempo de penitencia. Muchas personas acostumbran ofrecer especiales actos de mortificación durante este tiempo que van desde la privación de ciertos alimentos o bebidas hasta la abstención de algunos vicios. Este elemento penitencial –que sin embargo no es el más importante- ha ido perdiendo mucha fuerza en nuestros ambientes. Para algunos sólo queda la costumbre –aunque con menor fuerza- de la abstinencia de carne los viernes, porque el ayuno también se ha olvidado. Tal vez el debilitamiento de las prácticas penitenciales de cuaresma se ha debido a que ya no insistimos mucho en ellas en beneficio de lo que la misma Palabra de Dios nos recuerda como la penitencia verdadera que Dios quiere: la justicia y la misericordia, tal como leemos en Isaías: “El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes, en fin, toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes” (58, 6-8). Lo que realmente ha de centrar nuestra atención en la cuaresma es el camino hacia la Pascua, camino que requiere una fortaleza especial que se consigue con prácticas penitenciales ciertamente,

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Los énfasis del Jubileo

pero que no se puede agotar ahí. El camino se hace como nos lo recuerda san Agustín, cantando, con gozo, como peregrinaban los israelitas que iban a la fiesta; no vamos hacia la Pascua con el corazón abatido; al contrario, nuestro corazón va alegre hacia el reencuentro con la paz y la esperanza que nos trae la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte. Nuestra cuaresma tiene que despojarse de ese cariz de tristeza y abatimiento con que la hemos revestido para convertirse en un canto a la esperanza y a la vida. La visión del Padre misericordioso que nos presenta la Palabra de Dios en esta cuarentena no es triste y dolorosa, sino gozosa: “Vamos a celebrar esto con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a vivir” (Lc 15,23s). Y el camino se hace en comunidad, en familia, codo a codo, tomados de la mano. Hay que privilegiar la visión de la cuaresma como tiempo especial de reconciliación, de acercamiento al hermano, de comunión fraterna, de compartir gozoso con el hambriento y de atención solícita al hombre que está a la vera del camino herido y despojado de toda esperanza. Hay muchos heridos en los caminos de hoy, entre ellos las víctimas de una absurda violencia que sembró de huérfanos, de viudas, de soledad y de resentimientos nuestras poblaciones y veredas. Esa es la gran insistencia de la Palabra divina durante este tiempo de peregrinaje hacia la Pascua. De ahí la campaña de comunicación cristiana de bienes, la insistencia en el sentido del ayuno y de la abstinencia como compartir con el pobre, el acercamiento al sacramento de la reconciliación, los esfuerzos por arrancar del corazón los resentimientos y rencores que se han ido acumulando con el tiempo.

En la última carta circular del señor Obispo diocesano, titulada “Un año de gracia del Señor”, con fecha 24 de enero de 2007, hemos tenido la oportunidad de recibir una verdadera catequesis sobre el significado profundo del Jubileo especial que vive nuestra Iglesia diocesana con ocasión de sus Bodas de Oro. Así mismo, su clara orientación y amplia doctrina acerca del sentido teológico, tanto del jubileo como de la indulgencia que con él vamos a vivir, nos permiten a todos adentrarnos en este acontecimiento con plena conciencia de su grandeza espiritual y de la riqueza de gracia que este año tiene para cada uno de nosotros. Llama la atención, particularmente, los propósitos que el señor Obispo ha propuesto a todos, como metas concretas para este año jubilar, las cuales, como él mismo lo ha subrayado, deben dejar como un patrimonio espiritual para el futuro de nuestra comunidad eclesial. Partiendo de una mirada retrospectiva al medio siglo de existencia de nuestra diócesis, un sincero examen de conciencia nos llevará a reconocer las luces y sombras en este recorrido de vida como Iglesia Particular, y de ahí podremos pasar a ofrecer al Señor para su gloria todos los frutos conseguidos y sumergirnos en un proceso de purificación de aquellas cosas que, por negligencia o descuido de nuestra parte, han impedido o siguen impidiendo que nuestra diócesis sea hoy, como pide el apóstol san Pablo, la bella Esposa de Cristo, sin mancha ni arruga, ni dada semejante. El jubileo nos compromete, entonces, en un esfuerzo de conversión. Así entendemos el énfasis que hace el señor Obispo en la necesidad de comprometer nuestras energías hacia la unidad diocesana, a menudo fraccionada por distintas circunstancias tanto en los fieles como en los pastores. Aceptando la misericordia que Dios ha tenido con nosotros y enseñando a todos los verdaderos caminos de la reconciliación, podremos experimentar personalmente y ofrecer a nuestros hermanos golpeados por la violencia y la guerra el bálsamo del perdón y de la paz. No podrá estar ausente en los propósitos jubilares el distintivo esencial de nuestro cristianismo: la caridad, a través de la cual mostramos que somos un signo concreto del amor de Dios para con los más pobres. A medida que nos vamos adentrando en el desarrollo de las actividades previstas para este año de gracia, procurando vivir lo más intensamente posible los dones y gracias que Dios nos ofrece, nos llenaremos de vitalidad y fuerza para retomar el camino de la nueva evangelización, a fin de que el futuro de nuestra Iglesia diocesana corresponda cada vez mejor al plan divino que el Señor diseñó para ella cuando la plantó en esta porción de la Iglesia universal hace ya cincuenta años.

Un periódico para la Nueva Evangelización Asesor General: Mons. Ricardo Tobón Restrepo Obispo de Sonsón - Rionegro

En resumen, la cuaresma como tiempo de gracia es una magnífica oportunidad para celebrar nuestro jubileo diocesano. La cuaresma es una ocasión para seguir trabajando por una Iglesia purificada de sus equivocaciones del pasado, una Iglesia viva y dinámica que ofrezca a todos el ambiente propicio para encontrar la salvación, una Iglesia comunión que trabaje por la unidad, por acoger a todos, por servir a los más pequeños y excluidos, por ofrecer sus mejores servicios para buscar la paz y la reconciliación.

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Director: Pbro. Julio César Bedoya Quintero Consejo Editorial: Mons. Iván Cadavid O. - Mons. Darío Gómez Z. Sr. Pedro Luis Jiménez M. - Sra. Marilú Giraldo G., Srta. Gilma González M. Sr. Juan Diego Agudelo G. Diagramación-Preprensa e Impresión Casa Editorial El Mundo

DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO Calle 51 # 47-31 Tel. 531 52 52 Fax 561 87 80 - e-mail: diocesis@une.net.co Rionegro (Antioquia, Colombia) - Página web: www. diosonrio.org.co

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Acontecer pastoral dios en diferentes programas. Gracias a un adecuado mercadeo y a los créditos educativos que se ofrecen en la actualidad, muchos jóvenes de la región pueden cursar estudios universitarios y prepararse mejor para su desempeño laboral y de construcción de una nueva sociedad.

· Relevo en la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia espués de más de 14 años al frente de la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia, el Santo Padre ha aceptado la renuncia presentada al cumplir la edad estipulada de 75 años por Mons. Ignacio Gómez Aristizábal, quien fue miembro de nuestro presbiterio diocesano. Mons. Ignacio fue ordenado Obispo de Ocaña en 1972 y en 1992 fue promovido al arzobispado de Santa Fe de Antioquia en donde adelantó una muy reconocida labor pastoral sobre todo en las áreas social y educativa. Mons. Ignacio sabe que ésta sigue siendo su diócesis y que aquí será siempre bien acogido y tiene mucho que aportarnos de su sabio ministerio. Para sucederlo en la sede arquidiocesana de la Iglesia madre de Antioquia, fue designado por el Santo Padre el Excmo. Sr. Orlando Corrales García, muy cercano a nuestra diócesis por ser oriundo de Abejorral y con estrechos lazos de amistad entre nosotros. Mons. Orlando estaba pastoreando la diócesis de Palmira desde hace varios años y ha sido promovido al arzobispado, motivo por el cual VIDA DIOCESANA le hace llegar su fraternal congratulación y hace votos por un fecundo ministerio pastoral.

· El clero se fortaleció en los ejercicios espirituales

· Sonsón se vistió de fiesta para las Ordenaciones

La celebración del 27 de enero constituyó una verdadera fiesta para la ciudad de Sonsón, no sólo por la solemne inauguración del año jubilar con la apertura de la puerta de la Catedral, sino también por la ordenación de un diácono y tres presbíteros sonsoneños, además de uno natural de La Unión. En la ceremonia, presidida por Mons. Ricardo Tobón Restrepo, participaron un centenar de sacerdotes y numerosos religiosos, religiosas y fieles procedentes de distintas comunidades parroquiales de la diócesis. En su homilía el Señor Obispo instó a todos a abrir el corazón a las gracias que el Señor quiere derramar sobre la diócesis en este año jubilar.

· Se posesionaron nuevos párrocos Durante el mes de enero tomaron posesión de sus respectivas parroquias los sacerdotes recientemente nombrados para ocupar el cargo de párrocos. El 14 de enero, el Padre Alfonso Ocampo se posesionó como párroco de Argelia ante el Vicario de Pastoral; el Padre Omar Giraldo como párroco de Puerto Venus (Nariño) ante el Vicario Episcopal de la zona de Sonsón, Mons. Gilberto Muñoz O.; el Padre John Mario Henao asumió la parroquia de El Jordán ante el Vicario de Administración; el Padre Jaime Aníbal Giraldo la de la Santísima Trinidad ante el Vicario General. El 28 del mismo mes, Mons. Ricardo Tobón R. dio posesión como párroco de Nuestra Señora de Chiquinquirá de El Tablazo (Rionegro) al Pbro. Francisco J. Gómez A.. Los nuevos párrocos fueron muy bien recibidos por sus respectivas comunidades y ya han empezado a trabajar intensamente por sus parroquias.

· Grupo de propedéutico diocesano

Durante cuatro semanas del mes de enero, la totalidad del clero que labora dentro de la diócesis y un buen número de sacerdotes que ejercen su ministerio en distintas diócesis del país y del extranjero, realizaron sus retiros espirituales en El Rodeo. Las cuatro sucesivas tandas fueron orientadas en su orden por el P. Fidel Oñoro, Mons. Héctor Salah, el P. Pedro Salamanca y el P. Hugo Martínez. Se vivió en todas ellas un muy buen espíritu de oración y de recogimiento, lo que se constituye en un tiempo fuerte de espiritualidad para el Clero antes de dar inicio a las labores pastorales de este año jubilar.

· Creció el número de alumnos en la UCO Cerca de 300 alumnos nuevos ingresaron este semestre a la Universidad Católica de Oriente para adelantar sus estu-

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4 Londoño. El propedéutico es un año especial de adaptación a la nueva vida del seminario, de refuerzo del compromiso cristiano en los nuevos aspirantes al sacerdocio y de consolidación en la vida espiritual y comunitaria. Deseamos para todos estos jóvenes aspirantes el don de la perseverancia en su vocación.

· Se dio impulso a futuras parroquias Ante el crecimiento de nuevos sectores y la necesidad de una atención más personalizada a los fieles, se abren camino nuevas parroquias en la diócesis. En La Ceja se ha nombrado al Padre Diego León Giraldo A. para preparar la futura parroquia de la Santísima Trinidad en el sector de Montesol, contiguo a la nueva circunvalar; en Guarne se adelanta la organización de una nueva parroquia en el sector de San Antonio, tarea para la cual se ha nombrado al Pbro. Alfredo Botero, quien continuará la labor que allí estaba desarrollando ya el Pbro. Omar Giraldo; asimismo, hace varios años se trabaja en la organización de la comunidad para una nueva parroquia en el sector de Belén-Ciudadela en Marinilla, al frente de la cual está el Pbro. Guillermo Aristizábal S.; para la misma obra en un sector muy poblado de El Peñol ha sido destinado el Pbro. Héctor Leonel Salazar Z.; en Rionegro, en el sector de El Llanito del Barrio El Porvenir se adelantará la organización de una nueva parroquia bajo la dirección del Padre Jaime Avendaño P.. A estos sacerdotes les auguramos muchos éxitos en su labor y esperamos que las comunidades se entusiasmen bajo su dirección en la vivencia más plena de su vida cristiana.

· Los monjes de Nazaret se trasladaron a Granada En una finca donada a la diócesis en inmediaciones de la vereda Malpaso de Granada, cerca de la vía que conduce al corregimiento de Santa Ana, se ha instalado ya la comunidad de los Monjes de Nazaret que dirige el Padre Bernardo Botero E. y que durante varios años estuvo radicada en El Peñol cerca a la represa. Ya se han adecuado las instalaciones para la obra y han sido muy bien acogidos por la comunidad de ese sector, que les ha brindado todo su apoyo.

· El Padre Francisco J. Tamayo se especializa en España Con el fin de adelantar estudios de especialización en Liturgia, ha viajado a Barcelona (España) el Padre Francisco Javier Tamayo O., quien durante los últimos años se desempeñaba como formador en el Seminario Intermisional San Luis Beltrán de Bogotá. Al Padre Tamayo le deseamos muchos éxitos en sus estudios.

· Aumenta retorno de familias a San Carlos

Con un total de 31 nuevos seminaristas diocesanos, de los cuales 6 están asociados a los Siervos del Espíritu Santo y 3 a la Asociación San Pablo, inició labores el nuevo propedéutico en las instalaciones del Seminario Diocesano Nuestra Señora de Marinilla. El grupo es orientado por el Pbro. Juan Manuel Toro V. y el seminarista en año de formación pastoral, Rodolfo

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Gracias a que la situación de orden público ha mejorado ostensiblemente en los últimos meses, se ha reactivado el retorno a la zona urbana y a las veredas de San Carlos de un buen número de familias que por distintas circunstancias se habían marchado hacia otros lugares. Tanto la Parroquia como la Administración Municipal han estado alentando este retorno que se ve muy esperanzador para la reactivación de la vida de ese importante municipio del Oriente antioqueño.

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Conferencia Episcopal Colombiana

MENSAJE DE LOS OBISPOS

AL PUEBLO COLOMBIANO + LUIS AUGUSTO CASTRO QUIROGA ARZOBISPO DE TUNJA AL A CONFERENCIA EPISCOP PRESIDENTE DE LLA EPISCOPAL

a las solicitaciones y desafíos de nuestro tiempo”.. (Novo Millennio Ineunte, n.1)

A los muy queridos hermanos y hermanas en la fe. 1. Nosotros, los Obispos de la Iglesia Católica, nos hemos reunido en Asamblea Plenaria con el tema: “Acción Misionera de la Iglesia”. Al final de nuestros trabajos, les dirigimos este mensaje que brota de lo profundo de nuestro corazón, con el deseo de confirmarlos en la verdad, de nuestra común vocación. 2. Queremos, dar gracias a Dios por el testimonio de tantos hombres y mujeres de nuestro pueblo que, de manera discreta pero veraz, viven su fe en medio de situaciones adversas. En un mundo que confía en las palabras vacías, es necesario ser testigos, anunciar con nuestra vida el amor de Cristo Redentor. “El testimonio es la primera e insustituible forma de misión” nos decía el Papa Juan Pablo II en la R. Mi. 42. 3. A quienes se guimos a Jesús, el problema de la incredulidad en el mundo de hoy nos interpela vivamente y nos cuestiona: ¿por qué tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo prescinden de Dios y reducen sus vidas a lo puramente material y económico?; ¿por qué la “cultura de la muerte” va ganando terreno incluso dentro de nosotros? ¿Qué hacemos los evangelizadores para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo vuelvan a sentir el atractivo y la fascinación de Dios? 4. Sin embargo, tenemos ante nuestros ojos estas palabras, llenas de esperanza, del Papa Juan Pablo II cuando, al introducirnos en el nuevo milenio, decía: “Veo amanecer una nueva época misionera, que llegará a ser un día radiante y rica en frutos, si todos los cristianos y, en par ticular, los misioneros y las jóvenes Iglesias responden con generosidad y santidad

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5. Los que hemos recibido el don incomparable de la fe estamos llamados –por encima de otras cosas- a evangelizarnos para poder evangelizar . Nuestra vocación de discípulos de Jesús se convierte en misión: debemos ser sus testigos. Quien siente en su corazón el gozo profundo de vivir con Cristo no puede menos que comunicarlo a los demás. “La misión es –ante todo- ir radiación”, nos decía el Santo Padre Benedicto XVI en su discurso misionero del 1 de Octubre de 2006. 6. Hoy más que nunca nuestra iglesia necesita evangelizadores que sean testigos; nos necesita a nosotros que hemos sido llamados por Cristo y sanados por El para que salgamos al encuentro de nuestros hermanos, especialmente los más alejados de la Iglesia, los que han abandonado la fe. Sólo en el abrazo de Cristo, puede renacer una persona. Nosotros lo sabemos, lo hemos experimentado en lo profundo de nuestro corazón y por eso lo anunciamos con la palabra y el testimonio de nuestra vida. “Porque creí, hablé”, decía San Pablo, “El amor de Cristo nos a p remia ” y “Ay de mi si no evangelizare”… (cf. 1Cor 9,16). 7. Anunciar a nuestros hermanos y hermanas el amor de Cristo Redentor, llenar de Cristo todos los espacios humanos, a nivel personal y social, económico, político, cultural… hasta “recapitular todas las cosas en Cristo”. Esa es la misión que Dios nos confía, la que responde al anhelo más profundo de nuestro pueblo y de la humanidad. 8. “Desde ahora serás pescador de hombres” le decía Jesús a Pedro en el Evangelio (cf. Lc 5,111). La primera “pesca” es la que hizo Jesús con nosotros; el día que “echó sus redes” y cautivó nuestro corazón, nos “pescó” para que, con El y en EL, “pescáramos” a nuestros hermanos y hermanas y, una vez en la barca, también ellos y ellas se pusieran a “pescar”. La Iglesia vive de la urgencia de anunciar a todos los pueblos que Cristo es el Salvador del mundo. Ella trabaja y ora con la única pasión de servir al Reino de Dios.

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9. Una Iglesia en estado de misión es la Iglesia que necesita nuestro pueblo, una Iglesia humilde y audaz, abierta al diálogo con el mundo y las culturas, respetuosa con las otras religiones, que tiende su mano a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para construir juntos la sociedad y el mundo queridos por Dios. 10. En esta Asamblea episcopal volvemos a comprender que nuestro trabajo de animación de las comunidades que nos han sido encomendadas, busca, en primer lugar, que sean formadas para ser misioneras; que cada cristiano escuche en su corazón el llamado a la misión y se disponga a r ealizarlo; que las vocaciones sacerdotales y religiosas estén marcadas por la disponibilidad al servicio misionero dentro y fuera de los límites de la propia Diócesis. Buscamos que los laicos sean testigos de Jesucristo en medio de las realidades del mundo y sean formados para ello. Que a todos nos anime una verdadera espiritualidad de comunión y de misión. 11. Ante el don recibido en esta Asamblea, nosotros Obispos, nos comprometemos frente a las Iglesias particulares que nos han sido encomendadas y ante la Iglesia Colombiana, a seguir animando, acompañando, y fortaleciendo a todas las personas que sirven a la Iglesia en su acción Evangelizadora Universal. 12. Agradecemos una vez más a nuestros abnegados Sacerdotes, religiosos, religiosas, “contemplativas y contemplativos que evangelizan orando” y Laicos que a diario gastan su vida en el anuncio Misionero. 13. Continuaremos orando con el Papa Benedicto XVI: “Señor Jesucristo, Camino, Verdad y Vida… Nosotros discípulos y misioneros tuyos, queremos remar mar adentro, para que nuestros pueblos y América Latina, tengan en Ti vida abundante, y con solidaridad construyan la fraternidad y la paz. Señor Jesús, ¡Ven y envíanos! María Madre de la Iglesia, ruega por nosotros. Amén”. Bogotá, D.C., 20 de febrero de 2007

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Área de cultura

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“CONSTRUYENDO COLECTIVAMENETE SABERES EN EL ÀREA DE EDUCACIÒN RELIGIOSA ESCOLAR” Segunda parte ARIS ECHEVERRI VALENCIA VIA EUC POR SIL EUCARIS SILVIA

Los OBJETIVOS del proyecto

En nuestra edición anterior abordamos algunos aspectos del proyecto educativo con el que obtuve el segundo puesto a nivel nacional del premio “Compartir al maestro”. En esta edición continuamos desarrollando la propuesta.

El proyecto tiene como objetivos: - Propiciar la construcción colectiva del pensamiento religioso y la dimensión trascendente de los niños, niñas y jóvenes de la Escuela Normal Superior de María. - Propiciar la reflexión permanente de cada uno de los involucrados en el proyecto, en búsqueda de la autoconstrucción de su proyecto de vida - Fomentar el proceso de participación y cooperación de los niños, niñas y jóvenes de la institución en pro de mejorar la convivencia pacífica Las acciones llevadas a cabo en el proyecto han girado en torno al desarrollo curricular del área de la enseñanza religiosa escolar en todos los niveles y grados de la educación formal, produciendo material didáctico, cartillas y guías de trabajo por parte de los alumnos; desarrollando competencias comunicativas como la expresión oral de ideas, opiniones y criterios sobre los temas del área, ejerciendo un auténtico liderazgo en el desarrollo de la clase, estimulando la creación de proyectos personales y la participación activa en las actividades parroquiales. Así mismo, el proyecto ofrece la posibilidad de:

Conclusión El proyecto me ha permitido trascender a otros espacios, pero ha sido tal vez las experiencias vividas con mis alumnos lo que manifiesta de modo mejor el valor del proyecto. Esta metodología nos ha permitido abordar de modo dinámico y profundo la riqueza de nuestra fe, de enriquecerla con un conocimiento más claro de sus principios y de vivirla personal y comunitariamente de un modo más auténtico. Se trata de un método que nos ha permitido tanto a mis alumnos como a mi acercarnos mejor a Dios.

Nota: el tiempo dedicado a cada momento es variable según la necesidad de cada grupo y el tema.

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En el curso del desarrollo de la innovación y ante el hecho de estar desempeñándome en una institución formadora de formadores, proyecté las acciones de la innovación al ciclo complementario de formación normalista, buscando dotar a los futuros maestros de herramientas metodologícas innovadoras para el desarrollo del área de la ERE, objetivo que vengo cumpliendo desde el año 2000.

La metodología propuesta por el proyecto se ha ido poco a poco asumiendo en algunas instituciones educativas, mejorando los procesos educativos relacionados con la educación escolar.

La construcción colectiva de saberes exige la conformación de pequeños grupos en los cuales hay unos roles y funciones específicos: - El líder: es el responsable de organizar y ejecutar la guía. - El comunicador: de forma creativa es el encargado de socializar la construcción grupal. - El relator: es el responsable del proceso escritural. - El vigía del tiempo: es el encargado de coordinar el tiempo, aseo y disciplina del grupo. - El utilero: es el responsable de motivar y recolectar todo el material necesario para desarrollar el trabajo.

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El IMPACTO del proyecto

El proyecto ha permitido que los alumnos y maestros se sienten motivados y seguros para participar activamente en sus proyectos de vida personal y en sus parroquias, grupos juveniles, núcleos familiares, etc. leyendo, dirigiendo y construyendo reflexiones y textos relacionados con la religión, apoyando el diseño de la hoja parroquial, realizando carteleras, compartiendo diferentes ideas religiosas y proyectos con la comunidad, etc.

La conformación de LOS EQUIPOS

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- Construir y escribir su propio pensamiento religioso dándolo a conocer como una vivencia personal y comunitaria. - Escuchar a todos sus compañeros respetando las ideas, filosofías, conceptos y puntos de vista sobre los temas estudiados. - Leer desde la imaginación, la reflexión y la sensibilización el diario vivir e interpretarlo a la luz de la fe. - Ver el hoy, el ayer y el futuro con una mirada real, objetiva transformándola y construyendo sociedad desde la fe.

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Área de Formación y Celebración de la fe

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VIVIR CRISTIANAMENTE

EL TURISMO

PBRO V.. PBRO.. JOHN JAIRO LONDOÑO V DELEGADO DE PASTORAL DEL TURISMO

El mundo actual, pocas veces encuentra intersecciones entre el turismo y cristianismo, pues el primero supone un esparcimiento, es decir, un salirse de la rutina, que en no muy pocos casos, incluye el alejamiento de la vivencia de la fe. Debido a esto, el tiempo para el turismo puede propender en el hombre una vida desordenada y llena de desmanes. Debido a lo anterior, es preciso que cada uno reconozca la necesidad de una visión cristiana del turismo, es decir, sobre el cómo la persona cristiana, puede vivir de forma acorde con su fe, el tiempo de esparcimiento y descanso. Para esto es necesario que la persona haga una atenta meditación de la Palabra de Dios; esto le dispondrá a la contemplación de Dios a través de la belleza de la creación, a la comunión con sus hermanos, a la fiesta, como manifestación de la esperanza que a todos sostiene y que todo renueva. Iluminado por esta luz, el cristiano descubrirá que su tiempo de descanso y de turismo es un tiempo de gracia, una ocasión exigente que le llama a la oración, a la celebración de la fe y a la comunión con los hermanos. Para que pueda efectivamente confor mar cristianamente su tiempo de turismo, el cristiano compartirá con la comunidad del lugar la celebración de la fe, en especial la Eucaristía en el Día del Señor y las conmemoraciones centrales del año litúrgico, que a menudo coinciden precisamente con el tiempo de vacaciones. Sabiendo que en ninguna comunidad debe sentirse extraño y que en cualquier lugar debería encontrarse en casa y en la misma familia, es por esto importante facilitarle la práctica y celebración de la fe y la acogida como hermano en una misma Iglesia. En todo momento el cristiano debe abstenerse no ya de todo comportamiento contrario a su vocación, sino de aquellas palabras, gestos y actitudes que pueden ofender la sensibilidad de los demás. Por otra parte, en la mayoría de los casos, el viaje se emprende en compañía de la familia. Es bien sabido que en la sociedad contemporánea numerosas circunstancias dificultan la vida familiar, la comunicación y la convivencia de sus miembros entre sí. Desde esta perspectiva, el turismo familiar es un medio muy eficaz para intensificar e incluso recomponer los lazos familiares. Un viaje en común, cuyo buen éxito requiere la participación responsable de todos, multiplica las posibilidades de diálogo, intensifica la comprensión y el aprecio, refuerza la propia estima en el seno de la familia y estimula la generosidad en la ayuda mutua. El turismo familiar ofrece a los padres una ocasión preciosa para cumplir su papel de catequistas de sus hijos con su ejemplo y con el diálogo. Hacer turismo en familia es una excepcional oportunidad para el enriquecimiento de la persona en la cultura de la vida, en el respeto de los valores morales y culturales y en la salvaguardia de la Creación.

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De otro lado, no puede dejarse de lado la cuestión ecológica, es decir, el cuidado de la naturaleza debido a su directa relación con la actividad turística. Teniendo en cuenta la crisis ecológica que afecta al mundo actual, es necesario que los turistas desarrollen actividades que respeten ante todo la situación medioambiental. Vivir el turismo de manera cristiana, es tener un estilo vida en el justo bien.

Finalmente en nuestro oriente donde cada vez va recobrando más fuerza la actividad turística, es bueno pensar en una atención pastoral a este grupo de personas como es: la clara información de los lugares y eventos religiosos que se den, los horarios de las celebraciones, sobre todo la Eucaristía, y poder llevar un mensaje evangelizador por medio del descanso que recrea los ánimos de las personas y de las familias.

HORARIO DE LAS EUCARISTÍA EN LOS SITIOS DE AFLUENCIA TURÍSTICA EL RETIRO: 7:00 a.m., 10:30 a.m., 12:00 m., 3:00 p.m., 4:00 p.m., 6:30 p.m., 7:30 p.m. ERMITA: 12:00 p.m. CAPILLA EL SAGRADO CORAZÓN: 11:00 a.m. 4:00 p.m. FIZEBAD: 11:00 a.m. PARQUE RECREATIVO LOS SALADOS: 2:30 p.m. DON DIEGO: Sábado 6:00 p.m. EL PEÑOL: 7:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 m., 4:00 p.m. 6:00 p.m. 7:30 p.m. GUATAPÉ: 8:00 a.m.,10:00 a.m., 12:00 m., 5:00 p.m. 7:00 p.m. COCORNÁ: 6:00 a.m., 8:00 a.m. 10:00 a.m., 12:00 m. 5:00 p.m. 7:00 p.m. RIONEGRO: PONTEZUELA: 12:00 m., 5:00 p.m., 7:00 p.m. VEREDA EL CAPIRO: 10:30 a.m., 3:00 p.m., CATEDRAL DE SAN NICOLÁS: 8:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 m., 5:00 p.m., 6:00 p.m., 7:00 p.m., 8:00 p.m.

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SAN ANTONIO: 7:00 a.m., 10:00 a.m., 12:00 m., 3:00 p.m., 4:00 p.m., 5:00 p.m., 6:00 p.m., 7:00 p.m., BOSQUES DE LA PEREIRA: 10:00 a.m. SOMER: 11:00 a.m. CLUB LLANOGRANDE: 1:00 p.m. TUTUCÁN: 1:00 p.m. CABECERAS: 12:00 m., 1:00 p.m., 5:00 p.m., 7:00 p.m. TABLACITO: 10:00 a.m. ANDALUCÍA: 11:00 a.m., MALL: SÁBADOS 3:30 p.m. CLUB LA MACARENA: Sábado 6:00 p.m. EL TABLAZO: 9:30 a.m.,11:00 a.m., 6:00 p.m. NIÑO JESÚS DE PRAGA: 11:00 a.m., 2:00 p.m. JESÚS NAZARENO: 6:00 a.m., 8:00 a.m., 11:00 a.m., 12:00 m., 2:00 p.m., 4:00 p.m., 7:00 p.m. HOTEL LAS LOMAS: 12:00 m. AEROPUERTO: SÁBADOS Y DOMINGOS: 5:00 p.m. LAS PALMAS: 8:00 a.m. 12:00 m. 6:00 p.m.

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Área de Familia

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PUNTOS CLAVES PARA LA PROPUESTA DE UNA PASTORAL JUVENIL QUE PROMUEVE LA EXPERIENCIA DEL DISCIPULADO Y TRABAJA POR LA CIVILIZACIÓN DE AMOR AVID G. POR: ESTEBAN MA CADA MAURICIO URICIO CAD MIEMBRO EQUIPO DIOCESANO DE PASTORAL JUVENIL

en la vida y la misión de la Familia de Dios que es la Iglesia, y así sean activos constr uctores de la civilización del amor.

Ser discípulo de Jesús es una experiencia en la vida del cristiano que llena de plenitud. Promover y fortalecer esta experiencia de discipulado es para la Iglesia de América Latina una prioridad especialmente en el marco de la celebración de la V conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. La Pastoral Juvenil latinoamericana no es ajena a este acontecimiento y tampoco a la propuesta de reflexión que se nos presenta. Por eso para profundizar en esta temática nos preguntamos ¿Cómo descubrir en nuestra historia y sobre todo, cómo desde la pastoral juvenil podemos propiciar espacios para que muchos jóvenes y muchas jóvenes vivan e incorporen en sus proyecto de vida el ser discípulo de Jesús como un camino que los convierte y los realiza? Para plantearnos algunas respuestas desde el 4 de febrero hasta el 10 de febrero en Ciudad de Panamá nos reunimos más de 100 agentes de pastoral de juventud de toda América Latina y el Caribe en el XV encuentro Latinoamericano de responsables nacionales de Pastoral de Juventud, convocado por la sección de juventud del CELAM bajo el lema: «Discípulos y Misioneros de Jesucristo, aquí y ahora, constructores de la Civilización del Amor» con el fin vislumbrar una ruta pastoral y generar en este tiempo reflexión, nuevas propuestas y nuevos caminos que consoliden el paradigma del discipulado y aporten elementos a la V conferencia del Episcopado Latinoamericano.

El formular una utopía no es más que poner nuestros proyectos en el horizonte y para mi esa fue la gran experiencia de este encuentro, consolidar la civilización del amor como la gran utopía de nuestro continente; civilización que lucha y combate con esperanza los modelos sociales que excluyen o que ven al hombre como un simple instrumento del mercado y del consumo, civilización que pone a Jesucristo y su mensaje como el eje en el cual gira y se dinamiza la vida y las diferentes experiencias humanas. Esta civilización del amor solo es posible si volcamos nuestra existencia hacia el se guimiento de Jesús como sus discípulos, seguimiento que implica una opción por el mensaje evangélico, no como una mera imitación, sino, de forma profunda y radical, puesto que al afirmar que Cristo es el centro y corazón de todo camino de fe, fijamos la atención pastoral en su núcleo fundamental.

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Esta atención particular al mundo juvenil desde la formación para el discipulado en la construcción de la civilización del amor, implica algunas exigencias pastorales, que podrían resumirse así: 1. Toda la comunidad cristiana esta llamada a un camino de conversión, entendida conversión como un cambio no solo de comportamiento sino de visión en cuanto al mundo juvenil se refiere.

El discipulado nos invita constantemente a una resignificación de nuestras vidas, a mirar con ojos nuevos lo que se nos hace cotidiano ya que evangelizar es siempre anunciar la persona viva de Cristo. Es anunciar un hecho histórico: Jesús de Nazareth, hijo de Dios encarnado, crucificado y resucitado. Es anunciar su presencia siempre actual en la Iglesia; Jesucristo es la respuesta definitiva de la Iglesia para los jóvenes, que se abren a la vida entre la incertidumbre y la esperanza. En nuestro encuentro tuvimos un momento especial para hacer una lectura de la realidad. Este ejercicio nos mostró que estamos y nos movemos en un mundo lleno de contradicciones, las cuales necesitan de una intervención real y efectiva; esta transformación del mundo juvenil puede darse gracias a la opción preferencial que la Iglesia de nuestro continente ha hecho por los jóvenes y los excluidos (Cf. SD 114) no solo de forma afectiva sino efectiva, anunciándoles el kerigma como un cambio que influencia positivamente su realidad, su vida y que gracias a Jesús toma un nuevo significado. La Pastoral juvenil a través de un trabajo pedagógico-orgánico, progresivo y coordinado y de profundo acompañamiento a los jóvenes debe convertirse en una pastoral que comenzando con la acogida y en el primer encuentro, va profundizando en los caminos que el Señor Jesús abre a la vida de las jóvenes generaciones de nuestra Iglesia. Más que un conjunto de actividades, esta debe proponer un proceso de progresiva madurez en la vida personal y comunitaria, de crecimiento en la fe y de compromiso con los hermanos, particularmente con los más necesitados. En definitiva, queremos y debemos colaborar con el Señor en la formación de jóvenes que vivan íntegramente su fe, participen activamente

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2. Hay que buscar a los jóvenes donde ellos están, acudiendo a los lugares donde viven, trabajan, estudian o se divierten. Muchas veces ello va exigir dejar nuestros esquemas habituales, nuestras programaciones y proyectos. 3. Los nuevos lugares, lenguajes y modelos de la vida de los jóvenes reclaman de la comunidad Eclesial una lectura puntual y constante del mundo juvenil a partir de su horizonte cultural. 4. Los diferentes agentes de pastoral juvenil debemos aprender a trabajar en red, haciendo de la “pastoral de conjunto” una realidad que articule los diferentes esfuerzos y experiencias. 5. Ofrecer propuestas de formación creíbles y que partan de la realidad del joven y que además sean aceptadas y aplicadas por los mismos jóvenes. 6. Hemos de aprender, especialmente, a estar con los jóvenes. No es cuestión de edad, ni de actitudes “paternalistas”. Implica un corazón joven y maduro al mismo tiempo. Pero este “saber estar” con los jóvenes, exige unas actitudes coherentes: comprensión, empatía, dialogo e impulso misionero. Creo que en estos puntos clave, que nacen de una reflexión seria y profunda vivida en el XV encuentro latinoamericano de responsables nacionales de pastoral juventud iluminamos el ser y el que hacer de la pastoral juvenil en nuestra diócesis, que tiene como misión hacer discípulos jóvenes (Cf. Mt 28,10-20). Y por supuesto que en este año de celebración jubilar podamos decir que nuestra Iglesia diocesana es joven y se renueva constantemente en los jóvenes, para que todos nos demos cuenta de que sin Dios la vida no tiene futuro.

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Vocaciones y Ministerios

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Apartes del mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma 2007 «Mirarán al que traspasaron» ¡Queridos hermanos y hermanas! «Mirarán al que traspasaron» (Jn 19,37). Éste es el tema bíblico que guía este año nuestra reflexión cuaresmal. La Cuaresma es un tiempo propicio para aprender a permanecer con María y Juan, el discípulo predilecto, junto a Aquel que en la Cruz consuma el sacrificio de su vida para toda la humanidad (cf. Jn 19,25). Por tanto, con una atención más viva, dirijamos nuestra mirada, en este tiempo de penitencia y de oración, a Cristo crucificado que, muriendo en el Calvario, nos ha revelado plenamente el amor de Dios. En la Encíclica Deus caritas est he tratado con detenimiento el tema del amor, destacando sus dos formas fundamentales: el agapé y el eros. El amor de Dios: agapé y eros El término agapé , que aparece muchas veces en el Nuevo Testamento, indica el amor oblativo de quien busca exclusivamente el bien del otro; la palabra eros denota, en cambio, el amor de quien desea poseer lo que le

falta y anhela la unión con el amado. El amor con el que Dios nos envuelve es sin duda agapé . En efecto, ¿acaso puede el hombre dar a Dios algo bueno que Él no posea ya? Todo lo que la criatura humana es y tiene es don divino: por tanto, es la criatura la que tiene necesidad de Dios en todo. Pero el amor de Dios es también eros. En el Antiguo Testamento el Creador del universo muestra hacia el pueblo que ha elegido una predilección que trasciende toda motivación humana. El profeta Oseas expresa esta pasión divina con imágenes audaces como la del amor de un hombre por una mujer adúltera (cf. 3,1-3); Ezequiel, por su parte, hablando de la relación de Dios con el pueblo de Israel, no tiene miedo de usar un lenguaje ardiente y apasionado (cf. 16,1-22). Estos textos bíblicos indican que el eros forma parte del corazón de Dios: el Todopoderoso espera el «sí» de sus criaturas como un joven esposo el de su esposa. Desgraciadamente, desde sus orígenes la humanidad, seducida por las mentiras del Maligno, se ha

cerrado al amor de Dios, con la ilusión de una autosuficiencia que es imposible (cf. Gn 3,17). Replegándose en sí mismo, Adán se alejó de la fuente de la vida que es Dios mismo, y se convirtió en el primero de «los que, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud» (Hb 2,15). Dios, sin embargo, no se dio por vencido, es más, el «no» del hombre fue como el empujón decisivo que le indujo a manifestar su amor en toda su fuerza redentora. ... «Al que traspasaron» Queridos hermanos y hermanas, ¡miremos a Cristo traspasado en la Cruz! Él es la revelación más impresionante del amor de Dios, un amor en el que eros y agapé, lejos de contraponerse, se iluminan mutuamente. En la Cruz Dios mismo mendiga el amor de su criatura: Él tiene sed del amor de cada uno de nosotros. El apóstol Tomás reconoció a Jesús como «Señor y Dios» cuando puso la mano en la herida de su

EL SACERDOTE: “ROSTRO POR: PBRO. BERNARDO PARRA A. COORDINADOR ÁREA VOCACIONES Y MINISTERIOS ORDENADOS

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DE LA IGLESIA”

del Cristo total: cabeza y cuerpo Dos actitudes pastorales pueden reafirmar este bello ideal:

Año jubilar. Año de gracia. Año de nuestra Iglesia diocesana… ¡Qué maravillosa oportunidad nos da el Buen Pastor para continuar nuestro proceso de renovación! Aprovecharlo será el don más grande que podamos ofrecerle a Él, a nuestras comunidades y a nosotros mismos. Somos el rostro de Cristo en el mundo y este don no es un privilegio personal, sino que ha de estar integrado en el cuerpo social de la Iglesia, porque somos, por lo mismo, el “rostro de la Iglesia”, y así, como en el rostro resplandece la realidad del cuerpo, así los presbíteros somos la principal manifestación de la hermosura de todo el cuerpo de Cristo. Por lo tanto, la realidad eclesial de nuestra vocación vida y ministerio, es una lógica consecuencia del carácter cristológico que recibimos el día de nuestra ordenación. De ahí, al igual que Cristo es cabeza de la Iglesia, así también, cada presbítero y todo el presbiterio es cabeza de santidad de toda la comunidad. Nuestra santidad de vida no es solamente exigencia del ministerio, sino que además es signo de nuestra identidad sacramental con el Cristo encarnado hoy en el cuerpo de la Iglesia. Debemos estar seguros de que para evangelizar, presentando y guiando a nuestras comunidades por el camino del discipulado, no hay mejor método que el testimonio de nuestro seguimiento del Señor, no sólo en lo interior, sino en las actitudes externas, de tal modo que se pueda afirmar que en nosotros habita la gracia y la virtud de Jesucristo que nos identifica con Él en la dignidad de nuestro ministerio, y sobretodo en la perfección del amor. Una vida de santidad presbiteral, es el fundamento clave de éxito de nuestra misión, que es la

1. Estrecha Comunión Sacramental Para que seamos, cada uno y todos, verdadero rostro de la iglesia, es necesario que todo el cuerpo de Cristo esté bien “trabado” y que cada uno de sus miembros, sean fieles laicos, consagrados o ministros ordenados, seamos fieles al ministerio recibido y lo ejerzamos en estrecha comunión unos con otros, de tal manera que creciendo uno, todos crecen y aprovechando uno, todos aprovechan. Si un miembro del cuerpo crece en hermandad, crecemos todos, lo que ciertamente produce la verdadera alegría del bien de todos por el bien de un solo miembro. Lógicamente que esta “comunión de los santos” a la que está llamado todo discípulo de Cristo, la debemos vivir con mayor intensidad los sacerdotes. Nunca podremos olvidar que el sacramento del Orden que hemos recibido, nos introduce en la comunión con los fieles laicos, con los consagrados, con el colegio de presbíteros y de todos con el Obispo de cuya plenitud hemos participado todos. Esta comunión sacramental pasa por la toma de conciencia de que la misión a la que hemos sido llamados por el Señor es la de ser su “Gloria”, es decir, ser su manifestación sensible e histórica para la perfección del Reino de Dios. La comunión que debe existir entre nosotros como cuerpo sacerdotal, encuentra en este punto su mayor fundamento y manifestación. Cualquier otro interés distinto al querer ser la gloria de Dios, nos separa de la comunión profunda con la iglesia y por lo tanto de la misión que nos encomendó el Buen Pastor.

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2. “Edificar el Cuerpo de Cristo” La santidad de Cristo, Buen Pastor, redunda en el cuer-

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costado. No es de extrañar que, entre los santos, muchos hayan encontrado en el Corazón de Jesús la expresión más conmovedora de este misterio de amor. Se podría incluso decir que la revelación del eros de Dios hacia el hombre es, en realidad, la expresión suprema de su agapé. En verdad, sólo el amor en el que se unen el don gratuito de uno mismo y el deseo apasionado de reciprocidad infunde un gozo tan intenso que convierte en leves incluso los sacrificios más duros. Jesús dijo: «Yo cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí» (Jn 12,32). La respuesta que el Señor desea ardientemente de nosotros es ante todo que aceptemos su amor y nos dejemos atraer por Él. Aceptar su amor, sin embargo, no es suficiente. Hay que corresponder a ese amor y luego comprometerse a comunicarlo a los demás: Cristo «me atrae hacia sí» para unirse a mí, para que aprenda a amar a los hermanos con su mismo amor.

po de la Iglesia, y así cuanto más cercanos estemos de Cristo, tanto más participamos de su luz y de su poder. Tenemos que tomar conciencia de que somos “miembros singulares” de la Iglesia, porque Cristo mismo nos encomendó su propio cuerpo para que lo curemos, lo fortalezcamos, lo embellezcamos y lo hagamos crecer. Por eso, entre los dones ministeriales, nos ha dado el de participar de su capitalidad. El es la única cabeza del cuerpo de la Iglesia, nosotros lo representamos, somos sus sacramentos vivos y actuamos en su nombre: en una palabra somos su rostro, el rostro de la Iglesia para todo el mundo. Esta misión la realizamos por medio de todo nuestro servicio ministerial ejercido con el poder del Espíritu, pero se especifica con extraordinaria claridad en el ministerio eucarístico, ya que por la comunión, toda la Iglesia, cada uno de los fieles y por supuesto, nosotros mismos nos transformamos progresivamente en el cuerpo de Cristo, ya que ella es el alimento que mantiene, sostiene y aumenta la vida de Cristo en cada uno de los miembros de su cuerpo. La edificación en la santidad de la Iglesia es solamente obra de Cristo, Él es el autor y el que hace eficaz, tanto las acciones sacramentales, como todas las demás obras de nuestro ministerio. Por eso nos tomó como instrumentos suyos. No podemos ser simplemente ejecutores de los acontecimientos de la salvación, sino que debemos sentirnos como sus embajadores “plenipotenciarios” que manifiestan claramente el amor de Dios a toda la humanidad, por medio de la Iglesia que es su cuerpo visible e histórico hoy y siempre. Por lo tanto, aunque el Espíritu de Cristo es el que edifica a todo el Cuerpo, nosotros construimos la Iglesia hoy por la Palabra, los Sacramentos y la caridad. En este construir vivimos y manifestamos nuestra más profunda identidad y misión. ¡Qué bella realidad! Somos el amor que une el mundo. Somos su corazón.

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Pastoral Social

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Nuestro trabajo pastoral en el Año Jubilar POR: PBRO. MIGUEL ÁNGEL SALAZAR RINCÓN COORDINADOR ÁREA DE PASTORAL SOCIAL

“También la Iglesia en cuanto comunidad ha de poner en práctica el amor. En consecuencia el amor necesita también una organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado” (Deus Cáritas Est 20) Nos complace estar prestando este servicio de la Pastoral Social en este año Jubilar del Señor 2007. Son múltiples los propósitos y compromisos que están en la mente y en el corazón de todo el equipo que conforma nuestra área. Somos conscientes de los retos que asumimos, de las dificultades que se pueden presentar, y lo hacemos de la mano de nuestro Señor Jesucristo en cuyo nombre “Echamos las redes” (Lucas 5, 5). Nuestra Área de Pastoral Social organiza, dirige, ejecuta, hace seguimiento y evaluación de sus procesos, programas, proyectos y actividades a través de sus tres delegaciones: Promoción Humana, al frente de la cual está el Padre José Darío Ocampo Villa; Acción Caritativa y la delegación de Vida, Justicia y Paz al frente de la cual está el Padre Miguel Angel Salazar Rincón. Tenemos un plan de acción acorde con el Plan Diocesano de Pastoral que es el que guía y orienta todo nuestro quehacer. Nada de lo que hacemos está fuera del Plan Pastoral y nuestro compromiso es contribuir al desarrollo del mismo.

siguiente: “La experiencia personal y comunitaria de Cristo fortalece la misión de la Pastoral Social consolidando procesos de Promoción Humana, Acción Caritativa y Vida, Justicia y Paz” (Plan Pastoral pág. 122). Guiados por el Plan de los Planes que es el PLAN DE DIOS y su infinito deseo que “todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad” (I Timoteo 2, 4), seguimos las orientaciones de los principales ejes doctrinales del Plan Diocesano de Pastoral que, en sus 12 postulados: 1) El conocimiento y experiencia de Cristo, 2) El anuncio del Kerigma, 3) La conversión pastoral, 4) En camino hacia la Santidad, 5) En fidelidad a Jesucristo, la Iglesia y el hombre, 6) En el marco del programa de Nueva Evangelización, 7) Con una permanente educación en la fe, 8) Con un renovado celo misionero, 9) Con una espiritualidad de comunión, 10) Con una celebración viva de la fe, 11) Utilizando adecuadamente los Medios de Comunicación Social, 12) De la mano de la Virgen María (Plan Pastoral págs. 52 -62), nos marcan la ruta de nuestra tarea evangelizadora. Este segundo año del Plan, AÑO DE GRACIA DEL SEÑOR, tiene una significación muy grande y nos acerca de manera particular a la experiencia personal con Cristo. Además, aparecen reflexiones muy importantes que tienen que ver con plantear una pastoral más acorde con las necesidades pastorales de cada una de las comunidades parroquiales de nuestra diócesis y también de la voluntad y compromiso de los equipos sacerdotales, los grupos apostólicos, los agentes pastorales comprometidos con la evangelización en nuestra Iglesia Diocesana y, por supuesto, de

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Estas reflexiones nos han ayudado a descubrir la necesidad de priorizar procesos, programas y proyectos que, dentro de cada una de las cinco áreas de la pastoral diocesana, debemos priorizar. Es así como el Área de Pastoral Social ha priorizado los siguientes: Pastoral Obrera y Pastoral Rural y de la Tierra animados por la delegación de Promoción Humana; indudablemente las casas “Pan y vida” están dentro de la prioridad casi única de la delegación de Acción Caritativa (nuestro propósito en el año jubilar 2007 es consolidar 15 casas como signo concreto de nuestro trabajo a favor de los más pobres y necesitados de nuestra Diócesis); y las comisiones vicariales de Vida, Justicia y Paz, lo mismo que el tr abajo de reracionamiento interinstitucional dentro de la delegación de Vida, Justicia y Paz. También creemos que el trabajo que tiende a impulsar o consolidar los COPPAS o comité social en cada una de las parroquias de nuestra diócesis, lo mismo que el apoyo a la realización de algunos jubileos con motivo de este año especial, deben ser prioridades transversales de las tres delegaciones. En este sentido serán también importantes las campañas de solidaridad a favor de los más pobres y necesitados, dentro de las cuales tiene especial importancia la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes. Tendremos una dinámica que permita llegar de manera concreta a cada una de las parroquias de la diócesis a través de visitas, animaciones y ofrecimiento de subsidios para el trabajo con algunos programas de la Pastoral Social; además creemos fundamental el acercamiento a los seminarios diocesanos o que están a cargo de nuestra diócesis para contribuir de manera efectiva a la formación de los candidatos al ministerio sacerdotal. Los procesos, programas y proyectos de la Pastoral Social, solo serán posibles por la Gracia de Dios y el compromiso de todos, especialmente los párrocos y sus equipos sacerdotales, los agentes de Pastoral Social de cada una de las parroquias a quienes queremos apoyar en la formación y animación. Por supuesto que será de gran importancia la animación que desde el equipo del Área de Pastoral Social podamos brindar.

Consideramos como objetivo superior al que toda la diócesis y, por tanto, nosotros debemos apuntar y con el que nos debemos comprometer, el siguiente: “Realizar eficientes procesos de evangelización que lleven a una experiencia de Jesucristo capaz de transformar la vida para anunciar y construir el Reino de Dios” (Plan Pastoral pág. 86). De este objetivo superior se desprende el objetivo específico de nuestra Área de Pastoral Social que es el

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los delegados y equipos de cada una de las vertientes de la Pastoral.

Conscientes que “La alegría del Señor es y será nuestra fortaleza” (Cf. Nehemías 8, 10) decimos: Bienvenido este AÑO DE GRACIA DEL SEÑOR.

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Acontecer Pastoral

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Apartes de la homilía del señor Obispo en la apertura del año jubilar en Sonsón Dirijo mi cordial saludo a los señores Vicarios Episcopales, a todos los sacerdotes presentes y a los seminaristas, a los religiosos y a las religiosas, a los agentes pastorales laicos y a los grupos apostólicos de nuestra Iglesia de SonsónRionegro. Saludo al señor Alcalde, a las autoridades y a los representantes de los distintos estamentos públicos que han querido estar presentes. Saludo a todos los fieles de las parroquias de Sonsón y a los que han venido de otras parroquias, me dirijo con afecto a todos los que, a través de los medios de comunicación, se unen a nosotros en este acontecimiento de gran importancia histórica y espiritual. Era tradición que los israelitas fueran en peregrinación a la ciudad donde se conservaba el arca de la alianza, o también que visitasen el santuario de Betel (cf. Jdt 20, 18). Siguiendo la ley y la vida de su pueblo, nos cuenta el Evangelio, que Jesús, con María y José, fue peregrinando a la ciudad santa de Jerusalén (cf. Lc 2, 41). Toda la historia de la Iglesia ha sido una peregrinación que nos va conduciendo a la eterna y gozosa comunión con Dios. Por eso, también nosotros llegamos hoy como peregrinos a esta Catedral, cuna de nuestra Iglesia particular, para iniciar solemnemente el año jubilar que

hemos esperado con profundo anhelo y preparado con generosa dedicación. A lo largo de los dos últimos años hemos caminado hacia este momento de gracia y salvación, haciendo memoria de los incontables beneficios que hemos recibido de Dios y anunciando en todas las parroquias el mensaje salvador del Evangelio, a fin de abrir los corazones a la acción poderosa del Espíritu Santo. El Jubileo diocesano, que la bondad de Dios me permite proclamar e inaugurar en este día, es para todos un llamado a aceptar la vida evangélica en la que deben transcurrir nuestros días, es un tiempo para pedir perdón manteniendo la certeza que donde abundó el pecado sobreabundó la gracia (cf. Rm.5,20), es una experiencia particularmente profunda del amor y la misericordia de Dios en nuestra vida, es una oportunidad de tejer una más sólida unidad eclesial, es un tiempo de gracia en el que somos invitados a ser luz y fermento en el mundo, es una ocasión de vivir con más generosidad la solidaridad y la caridad especialmente con los pobres, es un horizonte nuevo que se abre ante nosotros para vivir y anunciar el Reino de Dios. El Jubileo diocesano en el que estamos entrando es el cumplimiento del

anuncio que, como acabamos de escuchar, hizo Jesús en la sinagoga de Nazaret: El ha sido ungido por el Espíritu para predicar a los pobres la Buena Noticia, para dar la libertad a los cautivos y para proclamar un año de gracia del Señor (cf. Lc. 4,18-19). Estas palabras nos muestran que nuestro Jubileo es Cristo, en Él la historia tiene su punto culminante y su significado supremo. En Él todos hemos recibido “gracia por gracia” (Jn 1, 16), alcanzando la reconciliación con el Padre (cf. Rm 5, 10). Jesús es la verdadera novedad que supera todas las expectativas de la humanidad. La salvación que Él ha realizado con su vida, su muerte y su resurrección, es el verdadero criterio para juzgar la realidad temporal y todo proyecto encaminado a hacer la vida del hombre cada vez más humana. Jesús de Nazaret, revelador del Padre, ha llevado a cumplimiento el deseo escondido en el corazón de cada hombre de conocer a Dios. Lo que los pueblos habían siempre anhelado y los antiguos profetas habían anunciado como promesa, alcanza su manifestación y realización definitiva en la revelación de Jesucristo (cf. I.M.,1). Por eso, hoy como aquel día en Nazaret, todos ponemos nuestros ojos en Él (cf. Lc.4,19).

Hay un solo acceso que abre de par en par la entrada en la vida de comunión con Dios: esta puerta es Jesús, única, y absoluta vía de salvación. El lo dijo: “Yo soy la puerta” (Jn.10,7). De otra parte, El nos introducirá también más profundamente en la Iglesia, su Cuerpo y Esposa. Comprendemos así la riqueza de significado que tiene la llamada del apóstol Pedro, proclamada hoy, cuando nos dice que, unidos a Cristo, también nosotros, como piedras vivas, entramos “en la construcción de un edificio espiritual, para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios” (1 P 2, 5). Que en este año jubilar nadie quiera excluirse del abrazo del Padre. Que nadie se niegue a entrar en la casa para hacer la fiesta (cf. Lc.25,25-30). Que la alegría del perdón sea más grande y profunda que cualquier resentimiento. Que la vida nueva que inauguró la Pascua aniquile la tragedia del pecado. Que nuestra Iglesia aparezca ante el mundo con el esplendor y la santidad que le vienen de la gracia del Señor. Que se robustezca la fe, se acreciente la esperanza y se haga cada vez más activa la caridad. Que caminemos todos hacia el futuro con la mirada puesta sólo en Cristo, que nos permite, por su Espíritu, crecer en la unidad y la esperanza.

NUEVOS PRESBÍTEROS Y DIÁCONO 2007 JUAN BAUTISTA ALZATE ARIAS.

JULIÁN ALBERTO CHAVES ECHEVERRI.

Hijo de Gildardo de Jesús y María Dolores. Nació en Segovia el 26 de noviembre de 1977. Adelantó estudios de especialización en Teología Bíblica en Roma. Ordenado sacerdote en Granada el 21 de enero de 2007. Ejerce su ministerio en la Catedral de Sonsón. “Invoco al Dios Altísimo, al Dios que hace tanto por mí” (Salmo 57,3)

OLIVERIO ANCÍSAR CASTRO ACEVEDO.

Hijo de Juan de Dios y María Neiver. Nació en Medellín el 31 de julio de 1979. Realizó estudios de especialización en Derecho Canónico en Roma. Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Sonsón el 27 de enero de 2007. “Proclama mi alma la grandeza del Señor” (Lc 1,46)

GILDARDO DE JESUS MARÍN ACEVEDO.

Hijo de Luis Aníbal y Lucila de Jesús. Nació en La Unión el 13 de agosto de 1976. Fue ordenado para la Asociación Sacerdotal San Pablo en la Catedral de Sonsón el 27 de enero de 2007. “A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo a los que predestinó, los llamó a los que llamó los justificó” (Rm 8, 29-30)

Hijo de Irene Acevedo. Nació en Sonsón el 7 de junio de 1978. Adelantó estudios de especialización en Roma. Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Sonsón el 27 de enero de 2007. “Dios ha preparado para los que lo aman cosas que nadie ha visto ni oído, y ni siquiera pensado” (1 Cor 2,9).

EDWIN YAIR HIDALGO GIRALDO. Hijo de Ernesto y María del Carmen. Nació en Nariño el 8 de mayo de 1980. Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Sonsón el 27 de enero de 2007. “Bendito seas, yahveh Dios nuestro, de eternidad en eternidad. Y sea bendito el Nombre de tu gloria que supera toda bendición y alabanza. (Ne 9,5).

EDUAR FERNEY TRUJILLO ORTIZ. Hijo de Pedro Nel y Evangelina. Nació en Sonsón el 8 de diciembre de 1980. Fue ordenado diácono en la Catedral de Sonsón el 27 de enero de 2007. “En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra Él dejando de rogar por ustedes” (1 Sam 12,33)

FELICITACIONES Y NUESTROS VOTOS POR UN FECUNDO MINISTRERIO

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Acontecer pastoral · Jóvenes diocesanos se lanzaron a la misión

· Gratitud a los Padres Somascos

Para realizar un año de servicio misionero en otras jurisdicciones eclesiásticas, fueron seleccionados por parte de la coordinación nacional de Obras Pontificias Misionales cuatro jóvenes de nuestra Diócesis de Sonsón-Rionegro: Sandra Patricia Jaramillo y Yurani Henao Zuluaga nacidas en Guarne, enviadas a Riohacha; y Wilfer Alonso Muñoz Arbeláez nacido en El Carmen de Viboral y Tomas Tobón Botero nacido en la Ceja, enviados a Puerto Gaitán (Meta). Además registramos como don de Dios el trabajo que las Hermanas Siervas del Divino Espíritu realizan con la rama laical; el pasado 10 de febrero fueron consagradas dos jóvenes para la misión y tres de ellas renovaron su consagración, frutos de la oración y del trabajo constante de estas religiosas de fundación diocesana. Son jóvenes comprometidos, conscientes y capacitados para darlo todo por la causa de Cristo. Oramos por ellos para que tengan muchos éxitos en este servicio misionero.

El 25 de febrero presidió una Eucaristía pontifical en la Basílica Nuestra Señora del Carmen de La Ceja, el nuevo Obispo Auxiliar de Cali Mons. José Alejandro Castaño Arbeláez, oriundo de esta localidad diocesana y quien fuera consagrado el pasado 27 de enero en la Catedral de Manizales por el Señor Nuncio Apostólico. En la Eucaristía participó también el Obispo diocesano, así como un numeroso grupo de sacerdotes cejeños o vinculados a La Ceja. Después de la Misa Pontifical, las parroquias de La Ceja ofrecieron el almuerzo en honor del nuevo prelado.

· La parroquia de Puerto Venus prepara bodas de plata

· Rector saliente del Seminario diocesano adelantó meritoria obra

La parroquia de la Santa Cruz en el corregimiento Puerto Venus de Nariño, orientada ahora por el Padre Omar Francisco Giraldo, se prepara para la celebración jubilosa de sus 25 años de haber sido creada por Mons. Alfonso Uribe Jaramillo. La celebración será el 3 de mayo del año en curso y será una ocasión para renovar la vida espiritual de esta comunidad que ha sufrido en los últimos años las consecuencias de la violencia, con el consiguiente desplazamiento de muchos de sus pobladores ante las amenazas de los grupos armados al margen de la ley.

Después de varios años de intenso trabajo al frente de la Rectoría del Seminario Diocesano Nuestra Señora, sobre todo en la última etapa en que se determinó su reconstrucción, dejó su cargo el Padre Jorge Eliécer Montoya C. para pasar a dirigir la sección de filosofía del Seminario de Cristo Sacerdote de La Ceja. La diócesis tiene que agradecerle al P. Jorge Eliécer su dedicación a esta obra que es de todos. Lo sucede en la rectoría el Padre Fabio Arcila G., quien ya en años anteriores había desempeñado este cargo y a quien le deseamos muchos éxitos en su gestión.

· 100 años del Colegio Luis Rodolfo Gómez Ramírez de El Santuario El 11 de febrero pasado con una Eucaristía presidida por el Excmo. Sr. Oscar Aníbal Salazar G., Obispo de La Dorada-Guaduas y concelebrada por 20 sacerdotes en su mayoría egresados del mismo colegio, fueron clausuradas las fiestas conmemorativas del centenario de esta institución que ha educado a varias generaciones de santuarianos. VIDA DIOCESANA hace llegar a sus directivas, personal docente y alumnos su congratulación.

· Accidente de tránsito enlutó a El Santuario

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· Nuevo Obispo cejeño presidió pontifical en la Basílica

Después de casi 15 años al frente de la parroquia de Nuestra Señora de Chiquinquirá en el Tablazo (Rionegro), hicieron entrega oficial de la parroquia a la diócesis los Padres Somascos. Varios sacerdotes de esta congregación religiosa dirigieron los destinos de la parroquia en períodos sucesivos. Ellos seguirán dedicados de tiempo completo al Hogar San Jerónimo en el que acogen a numerosos niños desamparados a quienes brindan una educación especial según el modelo de San Jerónimo Emiliani, patrono de dicha comunidad. Agradecemos a los Padres Somascos su aporte a la pastoral diocesana, así como la hermosa labor apostólica en bien de la niñez más desamparada.

· Granada celebró 200 años (foto 12)

Con una Eucaristía presidida por el Obispo diocesano y concelebrada por un buen número de sacerdotes granadinos o vinculados a Granada, se dio comienzo el 30 de diciembre a la celebración de los doscientos años de la primera misa celebrada por el Pbro. Jorge Ramón de Posada el 31 de enero de 1807 en el sector denominado Las Vegas del antiguo poblado de Vahos, que era el nombre original de Granada. Muchos granadinos provenientes de las distintas colonias del país se dieron cita en su pueblo para estas festividades. VIDA DIOCESANA felicita a los sacerdotes, autoridades y feligreses todos de Granada por el entusiasmo puesto en esta celebración.

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El 15 de enero de los corrientes, El Santuario fue duramente golpeado con la noticia del fatal accidente en el que perecieron 20 personas miembros de prestantes familias de la localidad que regresaban de sus vacaciones en la costa norte de Colombia. El accidente se produjo en carreteras del Cesar, cerca a Valledupar. Las exequias colectivas de 18 de las víctimas fueron presididas por el Señor Obispo diocesano, con la participación del Obispo de Girardota, Mons. Gonzalo Restrepo, un nutrido grupo de sacerdotes, el Señor gobernador del Departamento, Aníbal Gaviria, varios senadores y representantes así como de las autoridades y el pueblo santuariano. VIDA DIOCESANA se une al dolor de esta querida comunidad.

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· Exitoso encuentro “la alegría de ser joven” Durante los días 10 y 11 de de febrero se realizó en el Instituto Técnico Industrial de Marinilla un encuentro juvenil al que se denominó “la alegría de ser joven”. Dicho encuentro tuvo como ponentes principales a los padres Carlos Yepes, Juan Jaime Escobar y Carlos Alberto Castaño. Participaron 800 jóvenes en un ambiente festivo y de reflexión. La organización estuvo a cargo del P. Elkin Alonso Gómez y el grupo “shalom” de Marinilla con el apoyo de la Pastoral Juvenil diocesana que coordina el P. Pedro Pablo Ospina O.

· Condolencias - Al Padre Oscar Alzate L. por la muerte de su señora madre Rosa Elisa. - Al Padre Hernando Román S. por el repentino fallecimiento de su padre Hernando. - Al Padre Néstor B. Pineda por el deceso de su hermana Bárbara Rosa. - A Mons. Héctor Urrea H. por el fallecimiento de su hermana Blanca Margarita. - A Mons. Darío Gómez Z. por la muerte de su sobrino Lucas. - Al teólogo Rafael Zuluaga por la muerte de su padre Carlos Julio.

· Enfermos Registramos los quebrantos de salud de nuestros hermanos sacerdotes Adolfo Duque, Nicolás Tangarife, Guillermo Lopera, Arturo Chaves y Gabriel Correa quienes en los últimos meses han sido sometidos a distintos tratamientos médicos. Hacemos votos por su completa recuperación.

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Panorama eclesial Benedicto XVI pide oraciones por sus Ejercicios Espirituales

surable potencia del perdón y de la misericordia del Señor. Durante estos días de Cuaresma, no apartemos el corazón de este misterio de profunda humanidad y de elevada espiritualidad».

anuncia la asistencia a la Misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro, así como el rezo del Santo Rosario en la Basílica Vaticana a la misma hora del tránsito del hoy Siervo de Dios.

«Aquel a quien nosotros mismos hemos traspasado con nuestras culpas -explicó el Santo Padre- no se cansa en derramar sobre el mundo un torrente inagotable de amor misericordioso. Que la humanidad comprenda que sólo de esta fuente es posible sacar la energía espiritual indispensable para construir esa paz y esa felicidad que todo ser humano está buscando sin descanso».

Ecuador: realizarán congreso pro vida sobre «La Verdad integral de la Vida y la Familia»

Cinco nuevos santos entre mayo y junio de este año Entre mayo y junio de este año el Papa Benedicto XVI elevará a los altares a cinco beatos, uno de ellos en Brasil. Durante el consistorio ordinario público celebrado esta mañana en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI estableció que el viernes, 11 de mayo, canonizará en Brasil al beato Antonio de Santa Ana, coincidiendo con su viaje pastoral a este país con ocasión de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida. Por otro lado, los beatos George Preca, Szymon de Lipnica, Carlos de San Andrés y Maria Eugenia de Jesús, serán canonizados en Roma el próximo 3 de junio.

Diócesis de Avila peregrina a Roma para recordar al «Papa de los enfermos»

El Papa Benedicto XVI pidió oraciones por los Ejercicios Espirituales que iniciará junto con los miembros de la Curia Romana iniciarán en el Palacio Apostólico del Vaticano. El domingo al medio día el Pontífice pidió a los reunidos en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus que recen por Él durante los días de los Ejercicios Espirituales. Los Ejercicios Espirituales del Santo Padre tendrán inicio hoy a las 18.00 (hora local) en la Capilla Redemptoris Mater. Este año las meditaciones estarán a cargo del Arzobispo emérito de Boloña, el Cardenal Giacomo Biffi, y tendrán por tema: «Buscad las cosas de arriba, donse se encuentra Cristo a la derecha de Dios: pensad en las cosas de arriba, no en aquellas de la tierra». Los Ejercicios Espirituales concluirán el sábado 3 marzo por la mañana.

En Cuaresma «dejar todo lo que nos aparta de la escucha de Cristo», pide Papa Benedicto XVI Durante la Cuaresma el cristiano debe «dejar todo los que nos aparta de la escucha de Cristo y de su palabra de salvación». Así lo pidió ayer el Papa Benedicto XVI, al dirigirse a los peregrinos congregados en la Plaza San Pedro para el rezo del Angelus. En su alocución previa a la oración mariana, el Pontífice pidió entrar en el tiempo de Cuaresma «con la ‘mirada’ puesta en el costado de Jesús. En la carta encíclica ‘Deus caritas est’ quise subrayar que, sólo dirigiendo la mirada a Jesús, muerto en la cruz por nosotros, se puede conocer y contemplar esta verdad fundamental: ‘Dios es amor’. ‘Desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar’». »Contemplando con los ojos de la fe al Crucificado -señaló el Papa-, podemos comprender profundamente qué es el pecado, su trágica gravedad, y al mismo tiempo la inconmen-

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Aprovechando la celebración del Día del Niño por nacer el 25 de marzo, la Conferencia Episcopal Ecuatoriana junto con la Arquidiócesis de Guayaquil y el Consejo Ecuatoriano de Laicos Católicos han organizado el Primer Congreso Nacional Provida y Familia que se tendrá del 21 al 25 de marzo en Guayaquil con el lema «La Verdad integral de la Vida y la Familia». El Congreso girará en torno a tres temas clave que serán tratados durante los tres días centrales del Congreso: «La Vida humana es sagrada» (jueves 22); «La Familia es el santuario de la vida» (viernes 23); Las leyes deben proteger la vida y la familia» (sábado 24). Cada uno de estos tres temas, vida, familia y legislación, están ya siendo objeto de reflexión en todas las diócesis de Ecuador como preparación (precongreso) para el encuentro de Guayaquil.

Conferencia Episcopal reitera llamado al servicio misionero Los integrantes de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), reiteraron su llamado a que cada cristiano “escuche en su corazón el llamado a la misión y se disponga a realizarlo”. Luego de la reciente Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, que trabajó centrada en el tema “Acción Misionera de la Iglesia”, la CEC hizo público un mensaje en el que, entre otros aspectos, cuestiona: “...¿por qué tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo prescinden de Dios y reducen sus vidas a lo puramente material y económico?; ¿por qué la “cultura de la muerte” va ganando terreno incluso dentro de nosotros? ¿Qué hacemos los evangelizadores para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo vuelvan a sentir el atractivo y la fascinación de Dios?”.

Falleció monseñor Augusto Trujillo Arango

Para conmemorar el segundo aniversario del tránsito del Papa Juan Pablo II a la Casa del Padre, el Secretariado diocesano de la Pastoral de la Salud de la diócesis de Ávila organiza para la próxima primavera una peregrinación a Roma. Según una nota de prensa del Obispado abulense, «lo que se pretende con este viaje a la ‘Ciudad Eterna’ es recordar la figura del gran Papa del siglo XX, quien siempre prestó una especial atención durante su pontificado a los enfermos y a todos los que sufren, destinatarios todos ellos del trabajo prestado en Ávila por la Pastoral de la Salud». La peregrinación, que lleva por nombre «Dejadme ir a la Casa del Padre», las últimas palabras pronunciadas por el Santo Padre antes de fallecer, tendrá lugar entre el 30 de marzo y el 3 de abril. «Se trata de un viaje de eminente carácter espiritual, por lo que, además de visitar lugares turísticos de Roma, como el Coliseo, el Foro, las catacumbas, los museos vaticanos o la Capilla Sixtina, los peregrinos podrán participar en diferentes eventos religiosos», informa el comunicado en el que se

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A las 8:25 de la mañana del sábado 24 de febrero falleció monseñor Augusto Trujillo Arango, uno de los representantes más destacados de la Iglesia Católica. Había nacido el 5 de agosto de 1922.Fue ordenado sacerdote el 6 de agosto de 1945 y consagrado obispo el 9 de junio de 1957. Este año cumpliría sus bodas de oro episcopales. Fue nombrado Arzobispo el 20 de febrero de 1970. Fue obispo de Jericó Antioquia (de 1.960 a 1970) y Arzobispo de Tunja (Entre 1970 y 1998). Las exequias fueron el lunes 26 de febrero a las 11:00 de la mañana en la Catedral Basílica de Manizales. De su recorrido apostólico y su labor evangelizadora pueden dar testimonio comunidades eclesiásticas como la de Tunja de la que era Arzobispo emérito. Oriundo de Santa Rosa de Cabal, se ordenó como sacerdote en Manizales y después realizó una especialización en Estados Unidos. La gran mayoría de fieles colombianos lo recuerdan por su Sermón de las Siete Palabras que se trasmitía por la cadena radial Caracol para todo el país, labor que realizó durante 45 años consecutivos. VIDA DIOCESANA expresa sus condolencias a sus familiares y a la comunidad cristiana de Tunja.

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EN LAS BODAS DE ORO DE NUESTRA DIÓCESIS VALOREMOS NUESTRA HISTORIA

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1. Muerte de Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo La Santa Sede aceptó a Mons. Uribe la renuncia al pastoreo de la diócesis el 16 de febrero de 1993, cuando ya soportaba una penosa enfermedad que lo llevaría muy pronto a la tumba. Los últimos meses de su vida los pasó recluido en El Rodeo, al cuidado de las Hermanas de Cristo Sacerdote y rodeado del cariño y admiración de sus sacerdotes, seminaristas y fieles. Fueron varios meses de sufrimiento purificador. A la medianoche del 14 de julio de ese mismo año entregó su alma al Señor en su propia residencia, mientras un grupo de sacerdotes realizaba su retiro espiritual en la casa de encuentros. Todo se dispuso para que fuera velado en la Catedral de Rionegro el día 15 y la noche del 16 y sus exequias se realizaran al día siguiente en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de La Ceja antes de ser sepultado en el lugar por él mismo señalado en la capilla lateral del mismo templo. Muchas personas acuden a visitar su tumba y a solicitar por su intercesión los favores divinos.

2. Monseñor Flavio Calle Zapata El 16 de febrero de 1993, la Santa Sede nombró al Excmo. Sr. Flavio Calle Zapata, entonces obispo-prelado del Alto Sinú y San Jorge, para pastorear la diócesis de Sonsón-Rionegro. Mons. Flavio nació en San Andrés de Cuerquia el 18 de febrero de 1944 en el hogar de don Pedro (fallecido) y doña Celia. Después de adelantar sus estudios primarios en Ituango, a donde se había trasladado su familia, ingresó al Seminario de Santa Rosa en donde culminó su formación sacerdotal recibiendo su ordenación el 22 de agosto de 1968 durante la visita del Papa Pablo VI a Colombia. Después de varios años de ejercicio pastoral, adelantó estudios de doctorado en Teología Moral en Roma. El 16 de marzo de 1989 fue ordenado Obispo para la entonces prelatura del Alto Sinú y San Jorge. El 19 de marzo de 1993 tomó posesión de la diócesis en la catedral de Rionegro y al día siguiente en la catedral de Sonsón. Su programa consistió en el impulso al programa trazado por el Papa Juan Pablo II de una Nueva Evangelización, para lo cual comprometió todos sus esfuerzos.

3. El nuevo Plan Pastoral Muy recién posesionado en la diócesis, Mons. Flavio se dio a la tarea de elaborar un plan pastoral que diera organización y articulación a todos los esfuerzos pastorales que se realizaban en la diócesis. Para ello facilitó la preparación de varios sacerdotes en las orientaciones de la recién terminada Conferencia de Santo Domingo, y nombró un equipo que se encargara de dirigir la elaboración del plan pastoral. Nombró al Padre Iván Cadavid, entonces párroco de La Ceja, para la Vicaría de Pastoral con la misión específica de dirigir la elaboración de dicho plan. Después de una serie de diagnósticos en los que participó toda la diócesis y de varias asambleas de nivel parroquial, vicarial y diocesano, se entregó el nuevo plan a la comunidad diocesana el 1 de noviembre de 1994 con el título “Por una Iglesia viva, organizada y misionera”, proyectándolo entre 1995 y 2000. Este plan constituyó el primer eslabón de una serie de instrumentos para la organización pastoral de la diócesis que han producido significativos frutos pastorales.

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