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LA DIÓCESIS DE SONSÓN – RIONEGRO Y EL LABORATORIO DE PAZ DEL ORIENTE ANTIOQUEÑO Infancia, se dio a la tarea de construir un proyecto para el fortalecimiento de la Cultura de Paz con base en el Movimiento Infantil Sembradores de Paz que había iniciado su trabajo desde 1995 y que se presentaba como un proyecto promisorio para los intereses presentes y futuros de la paz regional.
La Iglesia diocesana siempre ha estado presente en el nacimiento y crecimiento de las grandes instituciones, programas y proyectos regionales con el ánimo de contribuir eficazmente al desarrollo integral de las comunidades del Oriente Antioqueño, principalmente con aquellos municipios que hacen parte de su jurisdicción eclesiástica. Desde el año 1999, por hablar de un referente histórico, la Diócesis empezó a acompañar más de cerca el movimiento de los alcaldes del Oriente Antioqueño que enfrentaban la crisis humanitaria y política por el recrudecimiento de la violencia a través de la intervención de los grupos armados que han hecho presencia en la región. En el seno de ese mo-
vimiento y de la mano de la Iglesia diocesana surge en el año 2003 la propuesta del LABORATORIO DE PAZ DEL ORIENTE ANTIOQUEÑO que pretendía reflexionar sobre la situación regional y proponer un desarrollo integral para la región construyendo un modelo de desarrollo acorde con las circunstancias y posibilidades regionales. Para diseñar y estructurar lo
que sería este Laboratorio se empezó por constituir un Comité Directivo del Oriente Antioqueño, dentro del mismo la Diócesis de Sonsón – Rionegro a través de su Corporación Vida, Justicia y Paz se convertía en referente de confianza para la institucionalidad regional. Más tarde se empezará a gestar lo que hoy se llama II Laboratorio de Paz de la Unión Europea que enrutó a la institucionalidad de la región en la elaboración de proyectos en los tres ejes estratégicos de Cultura de Paz, Derechos Humanos y Vida Digna; Gobernabilidad Democrática y Participación Ciudadana; Desarrollo Humano Sostenible. Dentro de del primer eje, la Diócesis acogió, a través de su Corporación Vida, Justicia y Paz, el proyecto del Observatorio de Paz y Reconciliación del Oriente Antioqueño que era y es condición necesaria en todos los lugares donde existan laboratorios de paz. Es así como el Observatorio de Paz desarrolló por encargo, la tarea de visualizar la evolución del conflicto regional, la situación de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, lo mismo que la incidencia del Laboratorio de Paz II en la
región. Con la participación activa del Observatorio, se pudieron consolidar otros proyectos afines que, a su vez, fortalecieron el actuar del Observatorio como la Mesa Subregional de Derechos Humanos en la cual se ejerció la Secretaría Técnica, la Unidad Móvil de Derechos Humanos que se convirtió en la instancia de suministro de Información que el Observatorio luego procesaría, entre otros. Uno de los logros importantes fue el crear conciencia de la necesidad de trabajar a favor de la valoración, respeto y defensa de los Derechos de todas las personas y comunidades, el descubrir aspectos de la cruda realidad o huella implacable del conflicto e invitar al esclarecimiento de la verdad para que la región se reconcilie consigo misma. Desplazados, N.N.s, desaparecidos, víctimas del conflicto, iniciativas de paz, son algunos de los temas que hacen parte de su cometido final como es poner en marcha un Observatorio de Paz que contribuya en la construcción de la paz y de un desarrollo integral a nivel regional. Acogiendo las convocatorias del Laboratorio de Paz, la Diócesis de Sonsón – Rionegro, a través de su Fundación Pastoral Social y con el apoyo de la Vicaría de Pastoral y la Delegación de
SIEMBRAPAZ fue el nombre dado a este proyecto que poco a poco fue fortaleciendo la dinámica del trabajo por la cultura de paz a través de los infantes. Su atención centrada en la formación de coordinadores y docentes para que adquirieran herramientas para el acompañamiento a los niños del Movimiento fue dando paso a una consolidación de este hermoso trabajo regional. Además el trabajo con las Mesas de Infancia y las Escuelas de padres, se convirtieron en un rico fortín que respaldaba la tarea por la paz. Un hecho relevante que permitió la articulación de la institucionalidad de la región y del departamento fue la creación y puesta en marcha de la RED DE INFANCIA cuya secretaría técnica ejerció el equipo humano de Sembradores de Paz. Y no podría faltar un servicio fundamen-
tarea por muchos años y que tendrá que ser aprovechado en bien de toda la niñez de la Diócesis. Los dos proyectos del Laboratorio de Paz que coordinó y ejecutó la diócesis a través de la delegación de Pastoral Social, delegación de Infancia y de Vida, Justicia y Paz permitieron fortalecer principalmente el trabajo por la paz regional. En la dura tarea de administrar se aprendió a ser organizados, a no ma-
nejar informalismos, a no trabajar solos so pena de perpetuar la desarticulación institucional y de obtener resultados insignificantes y totalmente desproporcionados con los esfuerzos y recursos invertidos. Experiencias como la Mesa de Derechos Humanos y la Red de Infancia lograron impactar positivamente a la región y cambiar un poco la mentalidad individualista y egoísta como muchas instituciones y organizaciones habíamos trabajado hasta entonces.
Los ecos consentidos de un territorio que se transforma desde la comunicación tal para el impulso de la Cultura de Paz por medio de los niños como el componente de comunicaciones que fue involucrando a niños, coordinadores, asesores, padres de familia y comunidad en general en la tarea de hacer visible los aportes a favor de la paz regional. Como legado para una trabajo que logró involucrar a unos 14.000 niños de la región, queda un material pedagógico que permitirá continuar esta
La alianza ASENRED y Comunicación para la ciudadanía y la paz en el oriente antioqueño El proyecto comunicación para la ciudadanía y la paz con el propósito de generar transformaciones en la generación de símbolos y hábitos a través de la producción de contenidos, encontró en ASENRED un aliado más para llevar a cabo esta iniciativa. Con menos oficialidad y más cotidianidad con sentido político y ciudadano, se fueron apropiando de un derecho fundamental: el derecho a la comunicación y a la información Durante estos tres años la Asociación de emisoras en red de Antioquia ASENRED, fue el líder más efectivo y contundente en la transformación de imaginarios a través de la producción de contenidos de cada una de sus emisoras Asociadas. Generar alianzas y convergencias, nos ha permitido sumar cauces en un río común en cuyas orillas hoy viven y pasan la vida de medio millón de hombres y mujeres que encuentran en los emisoras comunitarias una nueva opción informativa. ASENRED, como socio de este proyecto, le ha apostado a tener unas juntas de programación más
democráticas, unos contenidos intencionados en la construcción de generación de opinión pública favorables a la paz y a la construcción de una política pública que además permita una relación de pares con las administraciones municipales Hoy conjuntamente estamos construyendo una comunicación que integra los procesos de transformación, que trabaja en el propósito de poner las radios comunitarias al servicio de los procesos sociales, dándoles más relevancia a los actores sociales emergentes, enfocando y mejorando los contenidos e integrando los públicos hasta que la dicotomía del receptor y el emisor se transformen por la inclusión de la comunidad en estos medios. En este momento AS E N RE D es un actor preponderante en el sistema de comunicación regional, en donde cada emisora ha asumido que la guerra, aún la de los rumores y de las disidencias, es una imposición sin sentido y que la comunicación es la salida democrática para la construcción de una paz duradera.