AÑO 36 NÚMERO 126 DIÓCESIS DE SONSÓN RIONEGRO Marzo - Abril 2010
¡Gracias Monseñor!
Editorial Gratitud, fe y unidad Pag. 3
Huellas en la roca La huella de un pastor Pag. 6
Con una solemne Celebración Eucarística, con nutrida participación de sacerdotes, religiosas, seminaristas y fieles, en la Catedral de Rionegro, la comunidad diocesana tributó un merecido homenaje de gratitud a Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, al término de su misión como Obispo de SonsónRionegro. En la presente edición destacaremos los aspectos más relevantes de su fecundo pastoreo.
El obispo, maestro de la verdad Pag. 10
Año Sacerdotal
el diálogo de salvación con cada penitente Pag. 16
INFORME ESPECIAL
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Homenaje del clero A mons. Ricardo tobón restrepo Por: Pbro. José Saúl Grisales Grisales Rector Seminario Diocesano “Nuestra Señora”
La casa del Seminario Diocesano Nuestra Señora, se honra en esta particular y significativa ocasión, en la cual Monseñor Ricardo al concluir su ministerio episcopal ha querido convocar al clero para “este momento de reflexión”, para enriquecernos con su sabia y prudente palabra y para alentar el camino diocesano en los tiempos presentes y venideros de forma tal que seamos fieles servidores de Dios y de los hombres nuestros hermanos. Desde el momento en que conocimos la designación de Monseñor Ricardo, como nuevo Arzobispo de la Arquidiócesis de Medellín, todos concordamos en la necesidad de alabar y bendecir al Señor por la persona de nuestro Obispo, por su fructuoso ministerio para provecho de esa Iglesia Particular, por la bondad de nuestro Padre Dios al habernos regalado un pastor fiel y de ejemplar vida, cual bendición divina para toda la diócesis de Sonsón – Rionegro. Monseñor: al tomar la palabra en este acto, de lo cual me siento honrado y reconocido con mis hermanos sacerdotes, es mi deseo poder expresarle el sentir agradecido de la comunidad presbiteral y diocesana por todas las bendiciones derramadas sobre esta
Iglesia Particular a través de su muy significativo pastoreo, en coherencia con su lema: “Venga tu Reino”. En el Obispo siempre hemos visto esa providencial presencia de Dios, que sirviéndose de mediaciones humanas llega hasta nosotros para prolongar en el hoy de la historia de la Iglesia y del mundo su ser de Pastor; comprobamos con admiración que se nos ha concedido un Padre celoso de su grey y un trabajador incansable por la causa del Reino. Constatamos, llenos de regocijo y reconocimiento para con su Excelencia, que en su paso por la diócesis deja una huella de progresos y logros significativos en muy diversos campos, los cuales dan testimonio del interés con el cual ha trabajado en esta porción del Pueblo de Dios y de los nexos de esponsalidad establecidos con nuestra Iglesia diocesana. Su aguda visión y su capacidad de análisis, en esa disposición de escuchar siempre la voz del Espíritu Santo, le han permitido ejercer un ministerio episcopal fecundo por la audacia con la cual ha enfrentado los retos, por su talante profético al comunicar con fuerza el anuncio de la Buena Nueva de la Salvación, por su capacidad visionaria con la cual nos ha ido educando para responder acertadamente a las situaciones presentes y dar pasos de manera proac-
tiva para enfrentar los desafíos que se vislumbran hacia el futuro. El Magisterio con el cual usted ha ido acompañando el caminar diocesano, se constituye en una de las riquezas que nos lega, pues más allá de la admiración por su erudición, reconocemos que con esa palabra ha ido alentando el crecimiento y ha mostrado horizontes de progreso para la diócesis. En esa palabra, siempre oportuna e iluminadora, hemos encontrado la Palabra de Dios que nos impele a mayor generosidad y entrega, que nos reta a crecer en la fidelidad, que nos llama a responder apropiadamente a las situaciones desafiantes presentes en el mundo actual.
ante todo el presbiterio congregado en esta mañana, el profundo cariño que Monseñor ha tenido para con esta obra del Seminario Diocesano Nuestra Señora; los esfuerzos que ha hecho por fortalecerla y su empuje para que la iniciativa de unas nuevas instalaciones se hiciera realidad; pensando igualmente, que dicha estructura sirviera para el apoyo de las actividades pastorales de nivel diocesano, vicarial y parroquial. Los logros saltan a la vista y son testimonio de la confianza en Dios por parte de nuestro Pastor; por tanto, muy respetuosamente, me permito invitar a todos mis hermanos en el ministerio para que como expresión de gratitud con nuestro Obispo, por todos sus desvelos y por el bien que la obra del Seminario ha venido prestando ya y seguirá prestando, nos empeñemos en llevar a término la totalidad del proyecto. Con ello no solamente le haremos un gran bien a la diócesis, sino que también honraremos ese anhelo de Monseñor Ricardo, quien aquí nos deja un signo más de su celoso ministerio episcopal en la diócesis de Sonsón – Rionegro.
Excelencia: ejemplar ha sido su pasión por servir a la Iglesia, por sentir con Ella y vibrar por sus intereses.
Excelencia: ejemplar ha sido su pasión por servir a la Iglesia, por sentir con Ella y vibrar por sus intereses. Por consiguiente, no ha perdido ocasión para recordarnos que el único afán de todo presbítero debe ser exclusivamente la salvación de los hombres, que nos hemos consagrado para cooperar con la construcción del Reino, que todas nuestras potencialidades y capacidades se deben orientar a secundar la acción de Dios. Hemos palpado también su amor por la Iglesia en su afecto por la persona del Santo Padre, por su fiel comunión con el ministerio petrino, por su solidario y fraterno trabajo en la Provincia eclesiástica y en la Conferencia Episcopal de Colombia. Su pasión por la Iglesia le han llevado a buscar caminos para que los laicos, redescubriendo su vocación bautismal, se enamoren de Dios y se dediquen por entero a su servicio haciendo presencia de Iglesia en los distintos ámbitos del quehacer humano. Asimismo, debo poner de manifiesto
Excelencia: con la nobleza que debe distinguir el corazón de quienes le han entregado la vida al Señor, queremos acercarnos y rodearle en este momento con nuestro afecto sincero. Queremos, como hombres de fe, ofrecerle nuestro humilde y cotidiano recuerdo en la plegaria, para que el Señor le asista, ilumine y guie en el desempeño de su nuevo servicio pastoral. Finalmente, muy querido Monseñor Ricardo, permítanos que sirviéndonos de las limitadas expresiones humanas, le manifestemos el inmenso caudal de gratitud que brota de nuestro corazón, con este pequeño detalle que en nombre de todos los hermanos y la diócesis me honro de entregarle hoy.
OPINIÓN
Editorial
Gratitud, fe y unidad
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on estas palabras podemos sintetizar el mensaje final que Monseñor Ricardo Tobón Restrepo dirigió a la comunidad diocesana una semana antes de asumir su nuevo oficio como Arzobispo de Medellín. En una conmovedora Celebración Eucarística que él mismo quiso que fuera una sentida acción de gracias más que una despedida, el 30 de abril en la Catedral de Rionegro, el presbiterio casi en pleno, las comunidades religiosas, los seminaristas, los representantes de diversas instituciones eclesiales y civiles, los movimientos apostólicos, las autoridades y los fieles en general, se dieron cita para unirse al cántico de gratitud que quien fuera el pastor de nuestra diócesis por casi siete años quería elevar ese día al Pastor de los pastores. Tras manifestar los sentimientos que le asistían en ese momento, y habiendo citado la inmortal frase de San Alberto Magno al despedirse el año 1262 de la Diócesis de Ratisbona (Alemania): “No se deja sin dolor lo que se ha querido con amor”, hizo una ligera evocación de lo que fue su afán apostólico por hacer crecer el Reino de Dios en esta bella porción de la Iglesia que el Señor quiso confiar a sus pobres fuerzas el día que lo llamó al Ministerio Episcopal. Tal vez con el espíritu fijo en la sentencia de Jesús, de sentirse “siervo inútil” por haber hecho lo que tenía que hacer, dijo estar complacido de haber trabajado día y noche, gastándose por entero para que todos los miembros de su rebaño recibieran la adecuada asistencia de su Pastor, y de eso todos en la diócesis somos testigos. Muy profunda su exhortación a seguir caminando en la fe. Una fe que lleve a todos en la diócesis a rogar y esperar la llegada del nuevo Obispo, con una apertura generosa del corazón, una docilidad de alma y espíritu, y una convicción profunda de que el Padre del cielo nos regalará a quien mejor convenga para continuar la obra pastoral que él y sus antecesores han cumplido en nuestra Iglesia Particular. Así mismo fue insistente su llamada a la unidad. La diócesis tiene que seguir unida en el cumplimiento de las tareas pastorales que a cada uno le corresponden, con generosa responsabilidad, dando cumplimiento a cuanto se había programado y con la certeza de que la misión de cada uno es un compromiso, más que con la persona del Obispo, con la Iglesia de Cristo y con el mismo Señor. Ojalá que, mientras vivimos este tiempo de sede vacante, suspirando por la llegada del nuevo pastor, tengamos vivas en el alma y en el corazón estas últimas recomendaciones de Monseñor Ricardo, y todos en la diócesis: Sacerdotes, personas consagradas y fieles, demos muestras de nuestra madurez espiritual y eclesial, que hacemos las cosas para la gloria de Dios y nuestra propia santificación. Estamos convencidos de que en Medellín Monseñor Ricardo desplegará, con lujo de competencia, como lo hizo entre nosotros, una admirable y fructuosa tarea pastoral.
Un periódico para la Nueva Evangelización Asesor General: Mons. Darío Gómez Z. Administrador Diocesano de Sonsón - Rionegro Director: Pbro. Julio César Bedoya Quintero Consejo Editorial: Mons. Iván Cadavid O. - Pbro. Oscar Orlando Jimenez G. Pbro. Avilio Del Río R., Sr. Juan Diego Agudelo G., Sr. Pedro Luis Jiménez M., Sra. Marilú Giraldo G., Sr. Diego Iván Aristizábal H. Diagramación-Preprensa e Impresión Casa Editorial El Mundo DIÓCESIS DE SONSÓN-RIONEGRO Calle 51 # 47-31 Tel. 531 52 52 Fax: Ext. 117 e-mail: diocesis@une.net.co Rionegro (Antioquia, Colombia) - Página web: www.diosonrio.org.co
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El problema de la mañana del día siguiente en la pastoral Cuenta Peter Berger en su sugerente verdad? ¿Por qué después de unos retiros libro Una gloria lejana que las grandes espirituales o de un curso intenso salimos entusiasmados con muy buenos religiones de la humanidad o propósitos y a las pocas semanas sus movimientos importantes de parece que todo se ha olvidado? reforma han nacido de una exLa respuesta es la misma en periencia luminosa y arrasadora, todos estos casos: ¡el problema casi apabullante, vivida por un de la mañana del día siguiente! grupo reducido de personas –a El recuerdo de las experiencias menudo una sola- y que tiene decisivas y alucinantes (fueron lugar de noche. “De noche”, es sus palabras entonces y segudecir, fuera del ritmo normal diario; cuando el mundo está Por: Pbro. Oscar Orlando ramente eran sinceras) de la Jiménez Gómez Pascua, de la confirmación o de detenido y se puede dedicar todo Vicario Episcopal para la los retiros espirituales. el tiempo a encontrarse cara a Pastoral cara con esa presencia que todo En realidad, nos dice Berger, “no existe lo funda y abarca, a escondidas y al margen de la sociedad y sus instituciones. En efecto, plausibilidad sin la adecuada estructura de plausibilidad”. Si una comunidad religiosa de noche: naciente se dota de una mínima estructura • tuvo lugar la primera pascua liberadora que le dé continuidad “al día siguiente”, quizá logre dar un marco de referencia de la esclavitud, • se retiraba Jesús a orar y a descubrir la a lo que al principio fue una experiencia luminosa pero aislada, y pueda así hacer voluntad de su Padre, • se celebró la Cena que rememoraría la disponible a más personas la experiencia nueva Pascua, doce siglos después de la original de su fundador. En ello se ha basado la transmisión de la fe cristiana primera, • se gestó el primer amanecer de un mundo durante siglos. nuevo y resucitado en Jesús, Pues bien: ¿por qué tomarnos la moles• y, además a oscuras, Juan de la Cruz se encontraba con la Fuente que mana y corre. tia de elaborar, redactar, aplicar y evaluar proyectos pastorales? Precisamente para El caso es que en aquellas experiencias tratar de afrontar en la acción pastoral el luminosas se vive de la pura experiencia del problema de la mañana del día siguiente. Espíritu. No hace falta estructurar nada. El O lo que es lo mismo: para intentar pasar problema vendrá, por ejemplo, cuando los de una pastoral de acciones puntuales a judíos tengan que atravesar de día el desier- una pastoral de procesos. Nadie garantiza to y la noche de la liberación empiece a ser el éxito de una comunidad pastoral que sólo un lejano recuerdo; o cuando Jesús ya hace un proyecto pastoral pero lo que sí es no esté en medio de ellos y los discípulos se seguro es el fracaso a medio y largo plazo queden tan solos. ¿Cómo vivir, en medio de del que trabaja sin proyecto. la rutina de los días normales, de lo que fue Así pues, la programación pastoral mela experiencia inicial? ¡Ese es el problema de la mañana del día siguiente! La experiencia diante proyectos ofrece esa posibilidad de original empieza a quedar lejana. ¿Y si todo institucionalización que permita consolidar fue una ilusión? ¿Y si la noche nos confundió y continuar lo vivido en ciertas experieny no éramos tan realistas como de día, que cias-cumbre que son, por supuesto, imtodo se ve distinto…? ¿Y si la experiencia prescindibles. Los alérgicos a los proyectos, nocturna que nos ha sido narrada estaba que empiezan a abundar, identifican estos afectada de “esa confusión de las noches con la letra que mata frente al espíritu libre que da vida. Según ellos, Jesús de Nazaret en que todo se ve oscuro”. no necesitó ningún proyecto. Sin embargo, Según Peter Berger, sólo con una míni- ¿qué es el mensaje y la praxis de Jesús del ma estructuración e institucionalización se Reino de Dios sino su proyecto? El autor de puede afrontar el poder devastador de la la Carta a los Hebreos nos presenta el prorutina de la mañana del día siguiente. En yecto pastoral de Jesús con una sola frase: la Pastoral el problema del día siguiente “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. no es uno más. Quizá sea el problema. ¿Un Jesús que improvisaba sobre la marcha? ¿Qué pasa, por ejemplo, con este grupo ¡No es verdad! No obstante, es un hecho innegable el que celebró con pasión la Pascua y quince días después interrumpe sus reuniones o malestar y cansancio de muchos agentes de sus recién abrazados compromisos? ¿Por pastoral respecto a los proyectos. ¿Por qué qué de estos veinte jóvenes confirmados en nos cansamos de este instrumento que de mayo sólo hay tres que se comprometan de entrada es imprescindible…?
ACONTECER PASTORAL
Ordenaciones de un presbítero y 14 diáconos En el año sacerdotal la diócesis de Sonsón Rionegro bendice y agradece a Jesucristo, Buen Pastor por el nuevo Presbítero Milton José Pérez E. y los diáconos: Edgar Luis Argel Díaz, Eider Enrique Linero Montes, Alexander Valencia Restrepo, John Mario Dueñez Muñoz, Luis Fernando Martínez Ramos, Jorge Elías Correa Hurtado, Robinson José Carmona León, Oscar Alonso García Galvis, Jorge Armando García García, Yeison Guarín Osorio, Jesús Antonio Ocampo Muñoz, Hernán Alonso Osorio Ramírez, José Reinel Rendón Buitrago, Germán Albeiro Zuluaga Atheortúa, quienes servirán a la Iglesia a la manera de Cristo Sumo y eterno Sacerdote sabiendo que “ha escogido Dios a los débiles del mundo para confundir a los fuertes” 1Cor.1,27
Pentecostés en Rionegro La diócesis y la Renovación Carismática Católica de Sonsón Rionegro, invitan de manera especial al gran Pentecostés que se realizará el día 22 de mayo en el Coliseo de la Universidad católica de Oriente a partir de la 1:00 p.m.; será una oportunidad para descubrir qué es lo que hace cambiar y les da las fuerzas suficientes a los discípulos de Cristo para iniciar su misión porque es sabido que tras la muerte de Jesús, los discípulos están desconcertados. Jesús resucitado se les aparece en varias ocasiones, pero ellos siguen perdidos, sin rumbo, sin saber qué hacer. Pero un día, algo sucede que les da fuerzas y valentía. En ese preciso instante descubren verdaderamente quién es Jesús y la tarea que deben realizar juntos.
Peregrinación Padre Marianito Como una expresión de reconocimiento a la santidad de vida del Padre Marianito y en el año sacerdotal, un buen grupo de presbíteros de la diócesis de Sonsón Rionegro, viajaron en peregrinación al municipio de Angostura el día 22 de abril a la tumba del beato Marianito Eusse por ser ese “Se-
guidor fiel de Jesucristo, en el ejercicio abnegado del ministerio sacerdotal y por el compromiso incansablemente en la evangelización de niños y adultos, especialmente de los campesinos”, como bien lo reconoció el Papa Juan Pablo II en su homilía del 9 de abril del 2000 cuando lo beatificó.
Día de la madre Madre Regalo de Dios: Que al dar la bendición de la vida, nos dio la suya. Que al luchar por sus hijos, se olvidó de sí misma Que al desear el éxito de sus hijos, abandonó sus ansias Que al vibrar con sus victorias, olvidó su propio mérito Que al recibir las injusticias, respondió con su amor Y que al recordar el pasado, sólo tiene un pedido: “Dios, protege a mis hijos por toda la vida” Gracias mamá por ser el mejor regalo de Dios
Vida diocesana ofrece sus oraciones y felicita a todas las madres, en su maravilloso día
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Restauración y consagración de la capilla de San Francisco en Rionegro La capilla de san Francisco de Asís es hoy uno de los pocos testigos arquitectónicos de la historia del municipio de Rionegro y en medio de los fenómenos urbanos y sociales contemporáneos, se convierte en un hito irremplazable en la mente de sus habitantes. Este templo construido en el siglo XVIII por la Orden de los Sagrados Corazones y restaurado en un par de ocasiones, es una representación histórica del hecho religioso que ha iluminado la existencia de los habitantes de este municipio durante décadas. Con el liderazgo de Mons. Ricardo Tobón Restrepo se logró aunar los esfuerzos para sacar adelante un proyecto de restauración de la capilla que tuvo eco en la gobernación de Antioquia y en la Administración Municipal con aportes
de la diócesis y de la comunidad. Se iniciaron los estudios pertinentes y después de múltiples reuniones se comenzaron los trabajos de restauración el 1 de mayo de 2008 y se concluyeron el 5 de abril de 2010. Hoy la capilla de San Francisco, es un lugar de adoración perpetua del Santísimo Sacramento donde pueden ir todas las almas sedientas de Dios a ofrecer sus plegarias y recibir las bendiciones de Jesús Eucaristía.
Congreso diocesano para sacerdotes en la diócesis de sonsón rionegro En el marco del año sacerdotal y a la par con el congreso mundial de sacerdotes en Roma, los días 9, 10 y 11 de junio de 2010 en la ciudad de Rionegro Antioquia, el presbiterio de la diócesis de Sonsón Rionegro se congrega para reflexionar, agradecer y celebrar el don del sacerdocio como vocación de servicio en la iglesia. Este encuentro tiene como objetivos específicos el reflexionar sobre la identidad y misión del sacerdote diocesano, agradecer al Señor el don ministerial y celebrar con fraterna alegría la fidelidad de Cristo con cada presbítero y con el presbiterio. Este encuentro sacerdotal será una ocasión propicia para crecer en la intimidad con Jesús, que cuenta con nosotros sus ministros, para difundir y consolidar su reino, para difundir su amor y su verdad, para ser en el mundo de hoy mensajeros de esperanza, reconciliación y paz (Cf. Homilía del Santo Padre en la inauguración del año sacerdotal) La invitación es para que todos los cristianos nos unamos, agradezcamos y oremos por la santidad de los sacerdotes y por el éxito de este congreso.
Escuela de Padres y Aventuras del libro de las Virtudes en DVD Con el fin de ayudar y ofrecer elementos a sacerdotes, educadores y sobre todo a padres de familia, se ofrece desde la Delegación de Comunicaciones el proceso integral “ESCUELA DE PADRES Y AVENTURAS DEL LIBRO DE LAS VIRTUDES” como
una herramienta de apoyo a quienes están al frente de la formación familiar. Este programa consta de 12 DVD cada uno, con su respectiva ficha didáctica para profundizar los temas estudiados. Informes a los teléfonos 5315252, ext. 107.
INFORME ESPECIAL
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El pensamiento estructurado, un gran legado de monseñor ricardo para la región na, entre otros. Esto hace necesario acoger al pensamiento estructurado como fundamentación que además de teórica, oriente el desarrollo de muchas acciones transformadoras de la persona humana “desde la encarnación de la fe cristiana” que pasa por la conciencia individual hacia una trascendencia social.
Juan Mauricio Arias Giraldo
No hay pensamiento estructurado sin un conocimiento fundamentado, al igual que no se puede sentir y vivir el amor, si no se conoce a Dios. Monseñor Ricardo Tobón Restrepo nos ha dejado un gran legado para la región: La necesidad de un pensamiento estructurado en el que el mensaje de amor de Cristo es un especial referente para la búsqueda de un mejor desarrollo de la persona humana. Su llegada a la diócesis Sonsón – Rionegro se ubicó en un contexto de nuevas perspectivas y enfoques; muchos de ellos relacionados con la búsqueda de una mejor salida a los múltiples problemas de la comunidad del Oriente Antioqueño: de un lado, una compleja situación con el desplazamiento y emplazamiento forzado y, de otro, un agresivo proceso externo de intervención social, productiva e incluso de otras sectas religiosas. En este sentido, cabe destacar que Monseñor Ricardo desde su ilustración epistemológica y su fundamentación pastoral, logra en la diócesis abrir nuevos caminos en busca de cerrar las brechas de la inequidad, la injustica, la pobreza y la ignorancia, problemáticas que ha trabajado en su misión como Pastor desde el lenguaje del amor de Jesús, y desde una filosofía estructurada, que ha permitido entender que la educación en la región es el mejor vehículo para romper con conocimiento estos límites que no permiten alcanzar un desarrollo humano justo.
un mensaje con un contenido trascendente. w Sus reiteradas preocupaciones porque el desarrollo del Oriente se construya desde sus potencialidades w Sus permanentes elaboraciones conceptuales en beneficio de la inculturación del Evangelio, más allá de acciones instrumentales y dispersas. w Su visión interdependiente para la integración de la fe, la cultura y el desarrollo en clave educativa. w Su emotiva participación en la academia, en la que se destaca el conocimiento de su pensamiento y se resaltan sus preocupaciones por la región. w Y su búsqueda permanente por seguir a Cristo Jesús como al más grande Maestro desde una educación dignificante y dignificadora; en especial de la niñez, de los jóvenes y de la recuperación de la familia. Componentes con un excelente liderazgo de la diócesis en la región.
De su acción Pastoral es ineludible destacar aspectos tan relevantes como: w Sus fundamentadas cartas y escritos, desde las cuales, es evidente
Pero además, no podemos olvidar que en Monseñor Ricardo se hace visible también un liderazgo profundo en torno a los direccionamientos del desarrollo en la región. Su visión
integral y estructurada ha fortalecido la institucionalidad de la Iglesia en las demás instituciones que intervienen las diferentes esferas del desarrollo humano desde lo educativo, lo cultural, lo productivo y lo social; un aspecto de trascendencia en el horizonte de la diócesis y del oriente. La Sociedad siempre ha estado en proceso de cambio, pero el que vive actualmente el mundo y en concreto la región del Oriente, es de proporciones gigantescas, se trata de un cambio cultural muy acelerado y hasta convulsivo. “No es una época de cambio, sino un cambio epocal”. Hoy nos asisten múltiples ópticas de desarrollo como la industrialización de varios municipios en el altiplano, el asentamiento empresarial, el fortalecimiento de la infraestructura vial, los nuevos desarrollos productivos como las microcentrales hidroeléctricas, la minería, la salud, el turismo, sumado a los procesos estratégicos territoriales propios de la región y definidos para la fase siguiente del Laboratorio de Paz y que muestran un camino de construcción social, las intenciones de un área metropolita-
En conclusión, desde el pensamiento estructurado de Monseñor Ricardo encontramos un gran legado: una acción educativa pastoral en el contexto de la inculturación del Evangelio “desde la dimensión religiosa de la persona humana”; por ello, no podemos olvidar que en muchas de sus intervenciones pastorales, académicas, eclesiales motivó a la región a buscar caminos para: w La evangelización, en tanto se posibilita la apertura de horizontes para el progreso social y cultural. w El diálogo cultural, toda vez que en la región se impone, tal como lo ha expresado de manera reiterada Monseñor Ricardo “una Diaconía de la verdad en busca del anuncio de las certezas sobre las realidades ante fenómenos como la crisis de sentido, la fragmentación del saber, la separación de la fe y la razón y el relativismo moral” w Avanzar en la construcción participativa de propuestas concretas con un lenguaje educativo que sirva de mediación para el progreso cultural, en las que la investigación, la formación y la transformación han de realizarse desde la identificación de hojas de ruta por y para la dignidad de la vida humana. Puede decirse que en Monseñor Ricardo se genera una esperanza para la región del Oriente. Una esperanza que responde a su pensamiento estructurado y que se convierte en legado.
HUELLAS EN LA ROCA
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La huella de un pastor fuerte, la verdad es que Monseñor Ricardo es un hombre alegre y de humor fino, que encuentra en el más simple detalle un motivo de mofa que no duda en ventilar en los encuentros privados; al escucharlo pareciera conocerlo todo, y no estamos del todo lejos de esta afirmación, pues sabe de retórica, oratoria, arte y música, además de estar contextualizado con el acontecer global, por mencionar algunos aspectos. Llegó a Sonsón-Rionegro en un tiempo de conflicto, donde eran complicados los desplazamientos por los municipios que conforman la diócesis, vivió en sus visitas a las comunidades, el dolor y la impotencia en carne propia, frente a la muerte y el desarraigo y vio como poco a poco con la dedicación y el esmero las condiciones fueron cambiando.
Por: Juan Diego Agudelo Giraldo Comunicador Diócesis de Sonsón Rionegro
Los designios de Dios siempre son acertados y eso no lo ponemos en duda los hombres de fe, pues siempre que se manifiestan, vienen cargados de sabiduría, de amor y de entrega. Hacer una biografía de Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, Obispo que regentó nuestra diócesis por casi siete años, sonaría un poco superficial, porque tal vez la enunciación de fechas que ya casi todos sabemos y de acontecimientos que han marcado su vida, nos aportarían poco o nada a lo que ya conocemos de este pastor. Más bien y tal vez con temor a ser trivial, me atrevería a decir que durante estos siete años contamos con un excelente obispo que supo conjugar la sabia doctrina, con el ejemplo de hombre recto, capaz, con una inmensa capacidad de trabajo y con un amor incondicional a su ministerio. En su ministerio en Sonsón-Rionegro ordenó a 79 sacerdotes para el servicio de nuestra diócesis y de otras Iglesias hermanas, promulgó 23 cartas apostólicas, además de sus circulares y homilías que daban cuenta de un hombre maduro en la fe
y con una sólida doctrina, digna de ser imitada. Tuvo bajo su responsabilidad llevar a cabo la celebración de las Bodas de Oro de nuestra diócesis y los 25 años de la Universidad Católica de Oriente; adelantó la remodelación y ampliación del Seminario Diocesano Nuestra Señora de Marinilla y la Construcción de la Casa de la Transfiguración para los sacerdotes ancianos o enfermos. Creó cinco nuevas parroquias para nuestra diócesis, instituyó las Escuelas Diocesanas de Discipulado Misionero, las Casas Pan y Vida y el Seminario Menor San Alberto Magno, además de la creación de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Oriente, que acompañados de su magisterio y doctrina que son una joya, guardaremos con celo en nuestra Iglesia particular. Demostró su permanente interés por la formación sacerdotal, instó a los formadores y seminaristas a confiar plenamente en Dios y a escuchar su llamado, llamado que él también escuchó y que ha emprendido según lo cuenta, como una misión. Aunque su carácter pareciera ser un poco
Su sello y sus palabras también están en la Universidad Católica de Oriente, PRODEPAZ, COREDI y la Corporación Vida Justicia y Paz y ASENRED instituciones en las que su mensaje ha rendido frutos, como en la Curia Diocesana, organización eclesial que en estos años ha visto un progreso en lo administrativo que se proyecta a las parroquias. Afirma Monseñor Ricardo ante su nueva dignidad de Arzobispo de Medellín: “No voy a comenzar la Iglesia en Medellín, llego a una Iglesia muy bella que lleva una trayectoria de más de 150 años, recibo un patrimonio muy grande de un gran maestro que es Monseñor Alberto Giraldo” Hoy cuando su recuerdo empieza a llenar los pasillos de la curia de Rionegro y de la que fue su casa episcopal en el municipio de La Ceja, cuando su mensaje retumba con fuerza en las Catedrales de Rionegro y de Sonsón, cuando sus bendiciones se irradian en los Seminarios y en todas las parroquias diocesanas, y cuando su voz de Pastor llega a todos los fieles de la diócesis, no podemos sino dar gracias a Dios por el ministerio de Monseñor Ricardo y hacer vivas sus palabras: “Pongamos todo siempre en las manos de Dios, no podemos estar más seguros, más libres y más alegres que cuando estamos en las manos de Dios”. Abundantes bendiciones para el nuevo Arzobispo de Medellín y Dios que comenzó en él la obra buena, que Él mismo la lleve a término.
INFORME ESPECIAL
¡GRACIAS MONSEÑOR! Discurso de Mons. Adolfo Duque A., en la Eucaristia de despedida de Mons. Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo electo de Medellín Excelentísimo señor: Hace siete años, en esta misma iglesia catedral, presentaba a su excelencia el saludo de bienvenida en los comienzos de su ministerio episcopal. Hoy, a nombre del clero y de los fieles, se me ha encomendado la tarea de decir una palabra de agradecimiento sincero por la misión cumplida, por la gran obra realizada, por el bello testimonio que nos ha dado, por la doctrina que nos ha ofrecido y por el recto pastoreo que ha ejercido en el rebaño que se ha encomendado. Puede estar seguro Monseñor, que su presencia en la diócesis, nos dio la seguridad de tener un sabio orientador, un decidido guardián de la heredad y un Pastor que cuido con esmero a las ovejas confiadas a su cuidado. Se dice que el estilo es el hombre y, el estilo de Monseñor Ricardo, se caracteriza por la seguridad en la doctrina, la firmeza en los principios, la convicción en sus criterios, la fidelidad al magisterio de la iglesia y la claridad meridiana en sus exposiciones. Monseñor ha interpretado muy bien las palabras del Pontifical Romano en la ordenación de los obispos cuando dice: “Que tal este elegido no considere nunca que las tinieblas son la luz o la luz tinieblas, ni llame bien al mal o al mal bien” y esto ha constituido siempre su norma de vida, así en no pocas veces le haya originado dificultades y sufrimientos. La solidez en sus principios, que a veces se confundía con cierta rigidez, se debía a la hondura de su fe y a la imperiosa necesidad de cumplir con el deber como auténtico defensor de la fe y de la moral. Poseedor de una gran capacidad intelectual y enriquecido con un acervo de conocimientos, logró que su palabra fuera siempre interesante, sus ideas novedosas y sus escritos agradables.
Monseñor nos deja una diócesis bien organizada, una administración ejemplar, un clero bien disciplinado, unos planes pastorales al día y una pastoral robustecida en las diferentes ramas: profética, litúrgica y social. Respondiendo a las inquietudes del clero, dio especial importancia al Seminario Diocesano, no sólo mediante una restauración total del edificio, sino también preocupado por el mejoramiento académico de sus alumnos. Promovió el año propedéutico en filosofía, fundó el seminario parroquial San Alberto Magno, buscó afanosamente y logró 21 becas para estudios superiores en Roma y procuró la escogencia de los mejores elementos del clero para la formación de los futuros sacerdotes. Además de lo anterior, ordenó 79 sacerdotes para el servicio de nuestra diócesis y de Iglesias hermanas y logró renovar al clero con frecuentes recursos y, en especial, con 24 cartas llenas de doctrina y orientación pastoral. Consciente del crecimiento vertiginoso del Oriente Antioqueño y buscando formas de responder
adecuadamente a este reto que se presenta, procuró la creación de cinco parroquias, especialmente para cercano oriente, a fin de responder a la situación que el progreso y el crecimiento de la población necesitan y fue insistente en la responsabilidad que pesa sobre esta diócesis por el avance de la región y la necesidad de estar preparados para el cambio que ya se está efectuando. Acorde con la corriente pastoral de nuestros tiempos, anunciando en Medellín y confirmado en Puebla, Santo Domingo y Aparecida, trajo a la diócesis, como fruto de su experiencia pastoral en Bogotá, las comunidades Eclesiales del Reino, que se han venido organizando en algunas parroquias con magníficos resultados; alimentadas con las palabras del pastor en su órgano informativo “Unánime”, asistidas con su presencia solícita y apoyadas con su permanente y constante acción pastoral. No fue monseñor Ricardo ajeno a la situación social de nuestros pueblos y se propuso fortalecer la pastoral social con las llamadas Casas de pan y vida, que vienes funcionando en varias parroquias de nuestra diócesis con gran éxito y celo pastoral de los sacerdotes. No fue esquivo a las fatigosas jornadas en las visitas pastorales, que si bien no alcanzó a todas las parroquias, si pudo entrar en contacto con el pueblo en sus encuentros con los campesinos, con la niñez y la juventud en las escuelas y establecimientos de educación al igual que con su estímulo a las organizaciones apostólicas de las parroquias visitadas.
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Objeto de especial predilección fueron las religiosas, quienes contaron con su presencia en los retiros espirituales que tan frecuentemente se tienen en nuestra diócesis. De igual forma, logró abrir las puertas de la diócesis a algunas comunidades religiosas. Consciente de que “el sacerdote mayor es doblemente sacerdote” –en expresión de Juan Pablo II- nosotros los sacerdotes mayores, nos sentimos objeto de su predilección especial, pues nos deja una muy avanzada Casa de la Transfiguración, donde tendremos las comodidades que nuestra condición necesita, con lugares espaciosos y magníficas instalaciones y servicios. De especial mención, es la celebración de las Bodas de Oro de nuestra diócesis, que bajo el lema “Unidos en la fe” y luego de una gran misión, nos permitió revivir momentos trascendentales en el devenir histórico de nuestra iglesia particular. Las obras: Huellas de una Iglesia, Testigos de la esperanza, Magisterio episcopal, El servicio de la caridad y La Formación de sacerdotes, son escritos que prolongarán nuestra historia y quedarán como un claro testimonio de dichas celebraciones. Desde la Arquidiócesis de Medellín, madre de esta iglesia, seguirá oteando el rebaño que disfrutó de las primicias de su ministerio episcopal aquí, donde pastoreó, donde enseñó, donde exhortó, donde escribió una página memorable en la historia de nuestra diócesis y en su propia historia personal. ¡Gracias Monseñor! Porque fue valeroso y decidido guardián del rebaño, que no escatimó sacrificios y espinas, que seguramente se presentaron, con tal de poder librar en los peligros a las ovejas confiadas a su cuidado. ¡Gracias Monseñor! Por habernos brindado una doctrina segura, una verdad completa, sin claudicaciones, sin amistosas tolerancias, sin debilidad; con la autenticidad del maestro. Lo invitamos a asumir con gran espíritu de fe el nuevo cargo que se le ha encomendado. Dios, que lo llamo, no le faltará con las gracias necesarias para el cumplimiento de tan difícil labor.
INFORME ESPECIAL
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El obispo, maestro de la verdad –ya de suyo bastante amplia-, sino que debe abarcar otras realizaciones pastorales que nacen directamente de una clara concepción de la doctrina cristiana, que no se queda en meras palabras sino que se traduce en acciones que a su vez son evangelizadoras para la comunidad.
Por : Monseñor Iván Cadavid Ospina Rector Universidad Católica de Oriente
Contamos con varias fuentes de verificación de la doctrina de Mons. Ricardo durante sus casi siete años de pastoreo en esta diócesis. La primera es una colección de cartas circulares sobre diversos temas y que corresponden básicamente a situaciones especiales dentro del pastoreo ordinario de la diócesis. En ellas se marcan claros derroteros doctrinales y se tocan aspectos concretos de la acción pastoral, de organización y de planeación específica de algunos asuntos diocesanos. Presentamos un listado completo de estas circulares con su respectiva fecha de publicación y una alusión al tema tratado:
Cuando el Concilio Vaticano II expone la triple misión de los obispos en el Pueblo de Dios, pone en primer lugar el oficio de enseñar. El obispo es el maestro auténtico de la verdad, el orientador de la fe, el guía doctrinal de la comunidad de discípulos. El Decreto Christus Dominus del Vaticano II enseña: “El Espíritu Santo que han recibido ha hecho de los obispos los verdaderos y auténticos maestros de la fe” (No. 2). Este ministerio ya había sido asumido con prioridad desde la primitiva comunidad apostólica, tal como se refleja en los Hechos de los Apóstoles a propósito de la institución de los siete diáconos: “Nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra” (6,49). Pablo así lo entendió y se sentía urgido por la necesidad de evangelizar: “Ay de mí si no predicara el Evangelio” (1Co 9,17). Ya había advertido en su carta a los Romanos que “la fe viene de la audición del mensaje, por lo que “¿cómo creerán si nadie les predica?” (Rm 10,14). Los obispos, entonces, como sucesores de los apóstoles, dedican buena parte de su ministerio a la enseñanza de la fe cristiana. Ellos deben ser los primeros catequistas, los más autorizados para explicar la Palabra de Dios, los más firmes en la profesión y explicación de la fe, tanto más cuanto que el Magisterio es en la Iglesia el intérprete auténtico de la Escritura. Se trata en este espacio de destacar la obra evangelizadora de Monseñor Ricardo Tobón Restrepo, el saliente obispo de la diócesis, obra que, sin embargo, no se circunscribe a la enseñanza magisterial
- Firmes en la esperanza. 2 de mayo de 2004. Sobre algunas situaciones concernientes al orden público en la región. - Mi casa es casa de oración. 30 de mayo de 2004. Sobre la identidad y misión de la familia. - Para ver a Pedro. 29 de junio de 2004. Sobre la visita Ad limina al Santo Padre. - Jesús le… amó 11 de agosto de 2004. A los Jóvenes, sobre la vocación cristiana. - Yo soy el Pan vivo. 29 de septiembre de 2004. Sobre el Año de la Eucaristía. - Les enseñaba todo en privado. 4 de noviembre de 2004. Sobre la Formación sacerdotal. - Luz para alumbrar a las naciones. 2 de febrero de 2005. Sobre la Vida Consagrada. - Yo los visitaré. 17 de marzo de 2005. Sobre la Visita Pastoral. - Fue invitado también Jesús. 22 de mayo de 2005. A las Familias, sobre la Eucaristía. - Ya que hay un solo pan formamos un solo Cuerpo.29 de mayo de 2005. Sobre la Celebración de las Bodas de Oro de la diócesis. - Aquí hay un muchacho. 4 de agosto de 2005. Sobre el compromiso apostólico. - Con la fuerza del Espíritu. 10 de agosto de 2005. Sobre la identidad y misión de la Asociación Sacerdotal “Siervos del Espíritu Santo”. - Yo estoy con ustedes. 8 de diciembre de 2005. Sobre algunos compromisos que implica celebrar la Eucaristía.
- A ustedes los he llamado amigos. 31de mayo de 2006. Sobre la Jornada de Oración por la santificación de los sacerdotes. - Al principio no fue así. 9 de julio de 2006. A las familias sobre el designio de Dios para los hogares cristianos. - Si eres tú mándame ir a Ti. 15 de agosto de 2006. A los jóvenes, sobre el encuentro con Cristo. - Me ha ungido para evangelizar. 30 de noviembre de 2006. Sobre la Misión diocesana. - Un año de gracia del Señor. 24 de enero de 2007. Sobre el Jubileo diocesano. - Hagan esto en memoria mía. 13 de marzo de 2008. Sobre la tercera edición del Misal Romano. - Ay de mí si no predico el evangelio. 25 de julio de 2008. Sobre el Año Paulino. - Este es un gran misterio. 18 de octubre de 2008. Sobre el Matrimonio y la Pastoral Matrimonial. - El amor de Cristo nos apremia. 1 de junio de 2009. Sobre el Año Sacerdotal. - Mi vivir es Cristo. 25 de enero de 2010. Sobre la identidad y misión de la Asociación San Pablo. La segunda fuente para conocer el magisterio episcopal de Mons. Ricardo son sus homilías, sobre todo las que pronunció en las grandes solemnidades diocesanas: misa crismal, ordenaciones, celebraciones especialmente significativas. Con un estilo elegante y a la vez sobrio, con un cuerpo doctrinal magníficamente desarrollado, con aplicaciones concretas al momento pastoral de la diócesis, constituyen una rica fuente de reflexión, de educación en la fe y de orientación pastoral de enorme importancia para la vida diocesana. Sobresalen por su profundidad los temas sacerdotales, en los que esbozó un completo tratado teológico-pastoral sobre la identidad del presbítero y del diácono, sobre el significado y alta responsabilidad de su misión, sobre la forma concreta como en la Iglesia se debe ejercer el ministerio ordenado, sobre el proceso completo de la formación sacerdotal y el delicado papel de los formadores en esta obra de Iglesia. Hay homilías preciosas sobre Jesucristo, sobre la Iglesia, sobre la acción del divino Espíritu y, en menor número –que en este aspecto sí quedamos sedientos- , sobre la Virgen María y su papel en la economía de nuestra salvación. Un tercer grupo de documentos que dan fe del ministerio profético de Monseñor Ricardo está conformado por las
cartas pastorales dirigidas a las comunidades parroquiales después de las visitas pastorales, las cuales recogen en admirable síntesis, los puntos más destacados de lo visto y vivido en las parroquias visitadas. Son exhortaciones del Pastor de cara a la realidad percibida, palabras de estímulo por los valores adquiridos con constancia a lo largo del tiempo, paternales advertencias sobre los peligros que amenazan a la grey y sobre la forma como la comunidad debe afrontar las dificultades propias de la época. En un estilo que nos recuerda el de las cartas a las siete Iglesias del Apocalipsis, quieren llevar a la comunidades parroquiales a valorar sus riquezas y a dolerse y corregir sus carencias y errores. Quien haga un recorrido por ellas encontrará una admirable radiografía de la realidad diocesana, tanto la que se vive en las parroquias más pequeñas y alejadas, primeras destinatarias de sus visitas, como las que se agitan de modo más álgido en los centros urbanos más complejos y afectados por el cambio de época que estamos viviendo. Finalmente, quiero destacar el impecable estilo de argumentación y de redacción del Señor Obispo, producto de su esmerada formación filosófica y humanista, de su disciplinada dedicación al estudio y a la reflexión, portador de seguridades doctrinales que no dejan abiertos resquicios para la duda o la incertidumbre. En sus escritos hay claridad, precisión, secuencia temática y elocuencia sin rebusques ni artificios literarios. Escribe como habla, conduce su discurso suavemente, sin alteraciones, utiliza un lenguaje que en ocasiones puede aparecer demasiado técnico desde lo teológico con el ánimo de conservar la fidelidad al Magisterio y a los contenidos de la fe cristiana. La Iglesia diocesana queda equipada con un admirable tesoro doctrinal que de alguna manera marca su futuro y la lanza hacia la búsqueda constante de mayor fidelidad a la Palabra divina en una época marcada por la que Benedicto XVI ha llamado “la dictadura del relativismo”. Dos libros recientemente publicados en la colección de Bodas de Oro, “Unidos en la fe”, bajo el título genérico de Magisterio Episcopal recogen en grandes bloques las enseñanzas más significativas del Obispo, amén de diversos discursos en circunstancias especiales. Serán, seguramente, fuente de consulta y de lectura atenta para nutrir la fe, la vida cristiana y la acción pastoral de quienes acudan a ellos.
INFORME ESPECIAL
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Sencillez en medio de la brillantez nemos un Pastor, que ante todo “Sabe escuchar la voz de Dios, y se pone en camino para hacer su Santa Voluntad. Un ser iluminado, como dice la Palabra: “Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; para juzgar, escucho (al Padre), porque no busco mi voluntad sino la de Aquél que me envió. (Jn. 5,30-30) Sabemos que la profundidad con la que usted nos comunicó la Palabra de Dios es fruto de su experiencia de Dios, de sus largos encuentros a los pies del Maestro, como Moisés “se mantuvo tan firme en su fe como si estuviera viendo al Dios invisible” (Hebreos 11, 27)
Por: Hna. María del Carmen Quintero Castrillón, Franciscana Misionera de María Auxiliadora.
¿Qué significó la presencia de Monseñor Ricardo Tobón para la Vida Consagrada? “Durante los días largos y las noches aún más largas que habían precedido la realización del Sueño, Francisco se había preguntado si el viaje que había emprendido lo llevaría verdaderamente a su destino. Cuando era niño, todos los viajes que hacía fuera de las murallas de Asís, lo llevaban a alguna parte donde podía decir: “Estoy aquí en este lugar. Por fin, he llegado”. Pero este viaje era diferente. Se dirigía hacia las raíces mismas de la vida de Cristo en la verdadera prolongación de las palabras de Jesús: excursión hacia atrás para volver a encontrar la vida del Evangelio al pie de la letra, también excursión hacia ade-
lante para alcanzar el Reino, y hacia adentro en el corazón donde habitaba la Santísima Trinidad. Aquí nunca se podía decir: “¡He llegado¡” Viaje de decisiones tan radicales como el Evangelio mismo. En cada bifurcación del camino se encuentra a los lados un camino angosto, difícil, y un camino ancho en el que es fácil viajar. Y a Francisco le sorprendía constantemente la alegría que el camino más difícil le causaba, aunque al principio el camino fácil lo atraía con una persuasión casi hipnótica. Una vez oída y comprendida la palabra de Dios debía de ponerse en práctica en su propia vida”. (Tomado de el texto el Viaje y Sueño de Francisco. Anthony Messenger Press). Esto fue lo que percibimos en usted, apreciado Monseñor Ricardo. Desde cuando llegó a nuestra diócesis de Sonsón Rionegro, hemos visto que te-
Las religiosas de la diócesis, anhelantes de Dios, sentimos que es un Obispo que ama la vida interior, busca la sabiduría y por eso es fácil percibir un halo de Dios en su ser. Es como si Santa María Bernarda Bütler, hubiera escrito este texto pensando en usted: “Las almas interiores son como una tienda sagrada donde levanta su trono la Trinidad. Son grandes apóstoles por su ejemplo, y son teofanías que convencen y arrastran. Dejan a su paso una estela de luz en la cual se descubre a Dios”. Gracias por señalarnos ese norte, por ser referente para nosotras, para los sacerdotes y laicos y todo el pueblo de Dios. Por estimularnos a vivir valores superiores, los valores del Reino. “Conocedor de los “secretos de Dios” supo infundirnos ánimo y coraje para que nosotras, como religiosas también seamos memoria de Dios para nuestro Pueblo. Usted ahondó en él “Misterio escondido desde el principio de los siglos en el corazón de Dios”. (Ef 3,9). Gracias Monseñor por amar y valorar los Monasterios de vida contemplativa, por creer en la eficacia de su oración, por acompañarlas y motivarlas a “seguir buscando los bienes
de arriba”. Sólo alguien que haya tenido la experiencia gozosa de estar a solas con Dios es capaz de tener esta deferencia con ellas. Porque es del silencio y de la contemplación de donde sale el fruto del Evangelio. Es allí donde toma forma la Palabra y donde el murmullo de Dios empieza a oírse sin estorbos. ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!. Esa fue la expresión gozosa y agradecida que pronunciamos al saber que Dios nos enviaba en usted un Pastor y guía, para acompañarnos y animarnos espiritualmente, para direccionar los procesos pastorales de nuestra diócesis, para ser profeta de la esperanza y testigo de un Cristo Vivo al que usted refleja con su vida. Ahora después de siete años, “Hemos visto claramente que usted es “el Bendito del Señor. Gn 26,29b Al preguntarles a algunas comunidades religiosas sobre su ejercicio Episcopal, corroboran lo expresado en los apartados anteriores. Se encuentran expresiones como: • “Obispo cercano a la diócesis, muy espiritual, pastor entregado totalmente a las parroquias y a la vida religiosa”. (Hnas. Dominicas de la presentación). • “Se preocupó mucho por la vida religiosa, fue un signo de comunión, se podía contar con su apoyo. Supo exigir y hacer la voluntad de Dios”. (Hnas. Misioneras Eucarísticas del Espíritu Santo). • “Fue muy especial. Visitó las comunidades religiosas, animó espiritualmente en los retiros espirituales y también a través de carticas, expresando su solicitud de pastor”. (Hnas. de la Providencia Social Cristiana). • “Monseñor fue muy atento, valoró a los Obispos anteriores, le dio apoyo a las Obras de Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, fue muy amable y
celebró con mucha solemnidad todos los encuentros tanto de religiosas como de sacerdotes, de catequistas y grupos apostólicos”. (Siervas de Cristo Sacerdote) • “Muy acogedor y humano, se preocupó por la formación integral de las religiosas, visitaba las comunidades y vibraba con los acontecimientos que estaban viviendo”. (Hnas. Filipenses). • “Es un pastor amable, acogió mucho la comunidad de las Siervas de la Iglesia, es admirable su labor pastoral, su entrega a la Iglesia sin límites”. (Hnas. Siervas de la Iglesia). • “Es muy Especial, gran Pastor, mantuvo una organización impecable en la diócesis, es un hombre muy recto, espiritual, cercano y humano y demostró mucho amor a la vida religiosa”. (Franciscanas de la Inmaculada concepción). • “Ejerció muy bien su pastoreo con la vida religiosa, se siente que la ama, por eso acompañó siempre los retiros espirituales, visitó las comunidades animando a vivir la espiritualidad del Carisma de cada congregación”. (Hnas. del Buen Pastor). • “Fue un Obispo muy familiar, con mucho contenido interior, profundo, creció mucho en humanidad, visitó a las hermanas en ceremonias especiales, sobretodo en la visita de la reliquia de San Juan Bosco. Es muy organizado, fue creciendo en el conocimiento de la diócesis y de las personas en particular”. (Hnas. Salesianas). • “Fue un verdadero pastor, guía espiritual que nos promovió en todos los aspectos, fortaleció el equipo de Sacerdotes para la animación desde las diferentes vicarias y delegaciones. Es muy eminente, posee sencillez en medio de su brillantez”. (Hnas. Dominicas de la Doctrina Cristiana). Continúa pág. 14
ACONTECER PASTORAL
Gran Jubileo: 400 años de la Orden de la Visitación El Monasterio de la Visitación de Santa María de Marinilla Antioquia, se encuentra de fiesta al celebrar los 400 años de existencia de su Orden. Por este motivo, la Superiora del Monasterio Luisa María Mesa Villa y su comunidad, invitan a las actividades que se llevarán a cabo los días 4, 5 y 6 de junio de 2010 con motivo de la celebración jubilar de la fundación de la Orden de la Visitación en el mundo; a su vez las felicitamos y las acompañamos con nuestra oración y agradecimiento por ser ese pilar en el mundo con la oración e intercesión ante el Padre Misericordioso.
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Jornada Mundial de las Comunicaciones El Santo Padre Benedicto XVI ha sacado para el año 2010 el mensaje para la Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales que será el próximo 16 de mayo; lleva como lema: “«El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra», este mensaje “se inserta muy apropiadamente en el camino del Año Sacerdotal, y pone en primer plano la reflexión sobre un ámbito pastoral vasto y delicado como es el de la comunicación y el mundo digital, ofreciendo al sacerdote nuevas posibilidades de realizar su particular servicio a la Palabra y de la Palabra”, ha expresado el Papa.
Facultad de teología Con la presencia de Monseñor Ricardo la Universidad Católica de Oriente, a través de la Facultad de Teología, graduó con satisfacción su primera promoción de teólogos el pasado 26 de marzo. Los (12) nuevos teólogos son en su mayoría sacerdotes diocesanos. Nuestra felicitación. La invitación es para
que muchos otros acojan esta propuesta de actualización teológica. La duración es de un año con encuentros periódicos de dos días. El 14 de mayo se llevó a cabo en el auditorio Monseñor Flavio Calle Zapata el seminario sobre fe y razón, dirigido al público en general.
Mons. Darío gómez zuluaga, administrador diocesano de sonsón - rionegro El lunes 10 de mayo y después de reunirse el Colegio de Consultores en la casa de retiros el Rodeo de Santa Ana en el municipio de la Ceja, fue elegido para ocupar el cargo de administrador diocesano Monseñor Darío Gómez Zuluaga quien se desempeñaba como Vicario de Administración; Mons. Darío es hijo de Gabriel Antonio y María Gabriela, nació en Rionegro el 11 de agosto de 1955 y allí fue ordenado por Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo el 15 de agosto de 1981. Trabajó en el Seminario Misionero del Espíritu Santo en La Ceja primero como formador y luego como rector; en el Secretariado Diocesano de Pastoral y en la Pastoral de la Universidad Católica de Oriente de la cual fue rector. Además se desempeñó como párroco del Sagrado Corazón de Jesús de Marinilla y hasta su actual nombramiento se desempañaba como Vicario de Administración.
enterado, el Colegio de Consultores, supremo organismo de gobierno de la Diócesis en sede vacante, me ha elegido Administrador Diocesano, por la promoción y traslado de nuestro Obispo, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, a la sede Arzobispal de Medellín. He aceptado esta designación con la convicción de haber recibido un encargo de parte del Señor, a quien debo la acción de gracias, expresada en el empeño por brindarme generosamente por el bien de nuestra Iglesia que peregrina en Sonsón Rionegro. Me asiste la seguridad de su apoyo, su consejo y, especialmente, su oración por mí, de manera particular en la celebración de la Santa Misa.
Monseñor Darío, ha dirigido esta carta a los sacerdotes de la diócesis Sonsón Rionegro con fecha del 11 de mayo de 2010 que textualmente dice así:
En virtud de la Profesión de fe y del Juramento de fidelidad que he pronunciado en presencia de mis hermanos del Colegio de Consultores, procuraré observar todas las obligaciones y deberes inherentes al servicio que se me confía.
Muy apreciados sacerdotes: Gracia y Paz a todos mis hermanos de la Diócesis de Sonsón Rionegro. Como seguramente ya se habrán
El Administrador Diocesano es un sacerdote que adquiere su potestad por el hecho de aceptar su elección, la cual debe comunicarse inmediatamente a la Santa Sede, asunto que ya he cumplido.
Al tiempo que seguimos agradeciendo a Dios el fecundo ministerio de Mons. Ricardo en nuestra Dió-
cesis, es nuestro deber, tanto en los equipos sacerdotales como en las comunidades religiosas y fieles, orar para que el Señor, lo más pronto posible, nos bendiga con un nuevo Padre y Pastor que nos conduzca con santidad y sabiduría. Es importante aprovechar las opciones litúrgicas que nos ofrece el Misal Romano, ofreciendo, cuantas veces se considere oportuno, o al menos semanalmente, la celebración de la Santa Misa para la elección del Obispo (Misal Romano, pg. 908), preferiblemente con significativa participación de los fieles. Les pido a todos que continuemos con entusiasmo los procesos pastorales en marcha, y las actividades ya programadas, especialmente la preparación del nuevo Plan Diocesano de Pastoral 2011-2015. Igualmente, debemos continuar con la animación de las pequeñas comunidades por el Reino de Dios, las escuelas de discipulado, los programas de pastoral social y caritativa y los demás programas pastorales que se vienen impulsando. De especial importancia para nosotros, los sacerdotes, es la activa participación en el Congreso Diocesano de Sacerdotes, a celebrarse los días 9, 10 y 11 de Junio, al cual estamos invitados todos los diáconos y presbíteros, tanto los que
ejercemos el ministerio dentro de la Diócesis, como los hermanos que prestan sus servicios misioneros en otras jurisdicciones eclesiásticas. Finalmente, les ruego transmitir esta información a los fieles, comunidades religiosas y grupos apostólicos. A la Virgen del Rosario de Arma, nuestra Patrona e intercesora encomendemos nuestros buenos propósitos. Servidor y amigo en Cristo, Mons. Darío Gómez Zuluaga Administrador Diocesano
INFORME ESPECIAL
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El oficio de santificación del obispo
Por: Pbro. Néstor Raúl Restrepo Pulgarín Párroco de N.S. del Carmen, de Abejorral
Por la proclamación de la verdad de Jesucristo, el Obispo dirige a la comunidad hacia la adoración a Dios en agradecimiento y amor. El Obispo, como uno que está marcado con la plenitud de los sacramentos ordenados, es un ministro de gracia y al celebrar los sacramentos en la comunidad, él cumple con el oficio de santificación, haciéndonos uno con Dios. Esto es hecho primordialmente al ofrecer el Sacrificio de la Eucaristía, donde entramos en verdadera comunión a través de, con y en Cristo nuestro Señor. A través de la Eucaristía la Iglesia se convierte en lo que consume, el cuerpo de Cristo. Los Obispos son nuestros ministros primordiales de los sacramentos. A través de la celebración fiel de estos y todos los demás sacramentos, el Obispo se asegura de que todos en la diócesis tienen un encuentro transformador con Cristo que nos fortalece para las muchas responsabilidades que tenemos. Este camino de santificación, primero vivido y luego compartido por cada Obispo, dirige la comunidad de fe a un mayor amor y servicio en Cristo. Con respecto, al oficio propio de santificar, Mons. Ricardo durante su episcopado entre nosotros, se esforzó por inculcar en el presbiterio varios principios. La convicción que el Señor nos ha elegido para que, actualizando sacramentalmente su presencia, acojamos todo el sufrimiento humano de nuestros hermanos, seamos iconos de su misericordia, y los busquemos incansablemente por todas partes, llevando en nuestros labios el anuncio del evangelio y ofreciéndoles, con el hogar de la Iglesia, la Palabra y los sacramentos que nos salvan, curan nuestras dolencias y fortalecen nuestra esperanza. Que Él no nos ha abandonado, nos cuida con su misericordia y nos ha regalado una casa para los desvalidos y los pobres: la Iglesia, que es como un “edificio eterno… donde más que el cielo – canta el Salmista – has afianzado tu fidelidad”. Que la Iglesia, que vive de la Eucaristía, acontece el cielo que viene a darle al corazón la respuesta que esperaba. Ésta es la justicia de Dios que repartimos abundantemente los sacerdotes como ministros de Dios. Nos queda en este campo un legado imperecedero: La solemnidad con la que nos invitó siempre a celebrar la Eucaristía, con una liturgia impecable, no permitiendo que nada la lleve a la “comercialización”, a “menudiar”, como él lo decía, el sacramento, a cualificar el decoro de nuestros templos en las grandes festividades de nuestras parroquias y sobre todo a darle al canto el puesto en la liturgia, como lo disfrutamos todos con la coral de nuestros seminarios, en cada celebración presidida por él en la catedral. Con cuánta ilusión nos invitó, a aprovechar el año
sacerdotal, siendo dóciles al Espíritu de Santidad, que recibimos en la ordenación sacerdotal, para poder enseñar a nuestros hermanos a invocar el nombre del Señor, para que no tengan miedo de afrontar la lucha con el Goliat de nuestra cultura y nuestro ambiente, motivándolos a escuchar la llamada del Señor que invita a muchos de ellos, junto a la vida matrimonial, a la vida consagrada y al sacerdocio. Ante la exclusión de Dios promovida por la cultura dominante, frente al vacío existencial que provoca una sociedad consumista que satisface los deseos materiales hasta anegar el alma y censurar el deseo de Dios, Mons. Ricardo nos motivó a la experiencia del creyente como la de David o la de Israel, la de aquél que conoce a Dios porque ha intervenido en su historia, porque se ha hecho presente en su vida y le ha enseñado que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios. Desde el Plan Diocesano de Pastoral, agudizó nuestra experiencia cristiana en el seno de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo que nos ha alcanzado a través de nuestros padres, de nuestros catequistas, por el testimonio de los maestros y laicos cristianos, y por tantos testigos de nuestras comunidades cristianas… y nos hiciera decir con plena confianza: “Señor… tan solo Tú tienes palabras de vida eterna, y nosotros hemos creído que Tú eres el Hijo de Dios” (Jn 6, 69). Y para que esto sea posible, en uno de sus videoconferencias, en noviembre del año pasado, cuando estábamos reunidos en asambleas vicariales, nos exhortó a comenzar por escuchar la voz del Señor, convertir nuestro corazón y recuperar la sabiduría de la Iglesia a la que nos invita el Papa Bededicto XVI. Así podremos, con la gracia de Dios, gestar nuevos cristianos y nuevas comunidades eclesiales por el Reino de Dios que fructifiquen en familias auténticamente cristianas que eduquen a sus hijos en la fe y en el seguimiento de Cristo. Siguiendo esta misma lógica nos urgió a renovar en profundidad la iniciación cristiana de los niños, jóvenes y adultos, restaurando – como indicaba el
Concilio Vaticano II con voz profética – procesos de formación- (SC 64). Con esta iniciación cristiana renovada y con una pastoral familiar lúcida y evangelizadora, podemos presentar a nuestras parroquias como verdaderas casas levantadas en medio del desierto de este mundo, o como posadas donde recoger todo el sufrimiento de nuestros hermanos asaltados por los bandidos de este mundo que, después de robárselo todo, los han dejado malheridos en la cuneta o al borde del camino. Esta Iglesia samaritana y acogedora de todos nosotros, pobres pecadores, esta Familia de familias, es el auténtico sujeto de la nueva evangelización, un pueblo de redimidos que emerge en medio de una sociedad pagana, la ciudad edificada sobre el monte que ilumina el camino que conduce a Cristo, nuestro Maestro y Salvador. Bien sabía, así nos lo hizo ver en los últimos retiros espirituales, que esta descripción de la belleza de esta Iglesia diocesana contrasta con la frialdad del ambiente en que vivimos y con las dificultades que todos experimentamos en la evangelización. Nuestra lucha, en efecto, no es contra la carne y la sangre; es decir, no es sólo contra nuestra debilidad, sino contra los principados y dominadores de este mundo, contra el príncipe del mal y sus engaños. Por eso nos recomendaba con San Pedro: “Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar”. Y, si grandes son los inconvenientes, mayor es nuestra confianza en el Señor. Y así leímos con atención las recomendaciones que en su carta circular No. 14 “A ustedes los he llamado amigos”, nos escribía: “Ninguno de nosotros puede negar la necesidad de ser santos ya que la voluntad de Dios es nuestra santificación (cf Tes. 4,3). Si la santidad es un llamado universal con cuánta mayor exigencia tiene que resonar en el alma de quienes somos los servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios (cf. 1 Cor. 4,1). En efecto, estamos llamados a ser santos no sólo por lo que está mandado para todos los bautizados: “Sean santos porque yo soy santo”( 1 Pe. 1, 15-16), sino también porque la vocación sacerdotal es esencialmente una llamada a la santidad”. He aquí, pues, la síntesis del oficio de santificar de Mons. Ricardo: orar con insistencia para que Dios nos bendiga, para que Cristo resucitado se haga presente en medio de nosotros y suscite testigos santos que le anuncien con su vida. De esta manera, nuestra Iglesia Particular, precedida por la gracia y asistida por el Espíritu Santo, activará su carácter misionero, para que todos los hijos de esta bendita tierra, y cuantos vienen a nosotros buscando consuelo, puedan ser conducidos al encuentro con Cristo y así conocer, amar y servir al que es guía y pastor de nuestras almas.
Actualidad
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Evaluaciones periféricas o demagogias evaluativas Por : Pbro. José Raúl Ramírez Valencia. Decano Facultad de Teología UCO
demagogias evaluativas, una especie de evaluaciones halagadoras.
Si algo ha entrado en la cultura, tal vez a la fuerza o por convencimiento, es la evaluación; hoy todo se evalúa, aún lo más insignificante. La evaluación hace parte de la cultura. Evaluamos, supuestamente, para mejorar, pero sucede que muchas evaluaciones en vez de hacer avanzar la historia la estancan o en su defecto la hacen retroceder, ¡vaya uno a saber! Frente a la manía de estar evaluando todo, aparecen a la par vicios evaluativos sin ningún oficio ni trascendencia que, lejos de evaluar lo esencial, se quedan en cuestiones baladíes, sin direccionalidad hacia el objetivo.
Creo que es bueno hacernos algunas preguntas. ¿En verdad las evaluaciones están apuntando al objetivo? o ¿es simplemente una moda cultural o en su defecto un requisito más del proceso?
No es invento, es realidad. Historias como estas suceden a diario. Invitan a un congreso de actualización sobre determinado tema y al momento de evaluarlo distorsionan el objetivo. Preguntas y esquemas evaluativos como estos no son la excepción: califique de uno a cinco: organización, refrigerios, almuerzo, número de participantes, logística, integración, presentación personal del ponente y, en el último inciso, si no se olvida pertinencia y actualidad del tema. Pero lo más sorprendente es el resultado de la calificación: un congreso UNO A; sólo nos “rajamos” en un puntico: actualización del tema. Este tipo de evaluaciones se pueden denominar: evaluaciones periféricas o
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• “Monseñor es muy alegre, muy amable, muy jovial, creativo, entregado al pueblo, sencillo, y acompaño todos los momentos de la vida religiosa y de la diócesis. Es un Obispo con corazón joven”. (Siervas de la Virgen Santísima Dolorosa). • “Nuestra comunidad recibió la visita de Monseñor Ricardo y en ella experimentamos animación espiritual, acogida, apertura y mucho amor por la vida religiosa. Lo vimos entregado a su pueblo, nos duele mucho que se lo lleven para Medellín”. (Esclavas de Cristo Rey). • “Es un Obispo Orante, entregado de tiempo completo a la diócesis, es una padre para los sacerdotes y religiosas, con gran compromiso social y pastoral. Es excelente”. (Hnas. de la Presentación de Nuestra Señora en el Templo).
Esto no es todo, también existen evaluaciones narcisistas, donde se espera que se diga que todo estuvo muy bien y si alguien tiene la osadía de disentir se descalifica argumentando: esta persona es muy negativa; al igual que narciso no damos cabida a otras miradas, sólo miramos lo bueno. En las evaluaciones narcisistas prima la subjetivad sobre la objetividad, el sentimiento sobre la razón, el ego sobre el bien común, lo inmediato sobre el proyecto. Ante esta realidad no está de demás parodiar al escritor francés Merleau Ponty: “la mejor manera de hacernos la imagen perfecta de una persona o de un evento es cuando este o ella no están presentes.” Esto significa, que tanto el tiempo y la distancia son categorías indispensables para evaluar-valoraravanzar; tomemos distancia, analicemos con cabeza fría, dejemos que el tiempo se encargue de darnos su veredicto. No dejemos que nuestro narciso dicte sentencia sobre lo bueno o lo malo de un acontecimiento o en su defecto de la gestión de una persona. No obstaculicemos el avance historia con nuestras evaluaciones narcisistas.
Lo mejor para hacer una buena evaluación es la imparcialidad, pero ¿qué es la imparcialidad? Ortega y Gasset, hablando de este tema, dice: “Imparcialidad es serenidad, frialdad ante las cosas y ante los hechos. ¿Qué es criticar-evaluar? Clavar en la frente de las cosas y de los hechos un punzón blanco o un punzón negro, arrastrarlos al lado de lo bueno. Siempre clavar. Siempre arrastrar hacia el bien.” Caminemos hacia la imparcialidad, no le tengamos miedo, no la confundamos con nuestros egos. Tampoco podemos caer en el llamado gatopardismo, que propone el escritor italiano Giussepe Tomas, en su novela El gatopardo, donde expone su máxima: “si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.” ¡Paradójico! Quien lo creyera, existen evaluaciones centradas sólo en lo periférico, pero a los cambios sustanciales poco se le apunta o, en su defecto se evaden; pareciera ser que estamos muy conformes con lo que tenemos, sólo necesitamos de unos datos evaluativos periféricos para seguir haciendo lo que estamos haciendo. Si queremos continuar como estamos sigamos con evaluaciones demagógicas, narcisistas y gatopardistas. Evaluemos la evaluación, a cambios sustanciales, evaluaciones sustanciales. CODA: Estamos construyendo un plan ¿a partir de qué evaluación?
Sencillez en medio de la brillantez • “Nuestra comunidad lo sintió cercano, entregado al pueblo, agradecido, un gran teólogo y orador, prestó sus servicios con mucho amor. Es un hombre de Dios, por eso en las reuniones y retiros nos dejó grandes enseñanzas”. (Hnas. Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús). Monseñor Ricardo, esto es apenas un pálido reflejo de lo que es usted. Aquí no están registrados los testimonios de las otras congregaciones, pero interpretando sus sentimientos, sabemos que afirman lo dicho anteriormente. Hay algo que admiramos mucho, y es la manera como integra en su vida, oración, estudio, misión, visitas pastorales. Usted se cultiva, impulsa procesos, educa y direcciona con claridad, firmeza y presencialidad, usted nos
prodigó “el alimento” que un pastor bueno da a sus ovejas, la Palabra de Dios y el pan eucarístico que nos entregó con tanta unción, nos llevó a experimentar “las frescas aguas y los verdes prados” de los que habla el salmo 22. Desde el comienzo de su Ministerio como Obispo en la diócesis colocó un ramo de flores y toda su vida a los pies de la Virgen, y Ella, la Madre Sacerdotal, la Reina de los Apóstoles, lo ha acompañado y lo ha presentado a su Hijo Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Por eso su Misión fue fecunda. Por eso deja huellas de un pastoreo realizado con amor, con entrega total. Por eso confirmamos las palabras que usted pronunció en la Eucaristía de despedida el día 30 de abril: “Aquí queda mucho de mi vida”.
Jamás olvidaremos los encuentros, las celebraciones y los retiros espirituales, las visitas, los diálogos en los que aprendimos con el ejemplo de su vida y con su palabra cargada de fuerza que: “la Oración es paradigma de vitalidad o decadencia de la Vida Religiosa”. Que podemos vigorizarnos, llenarnos de luminosidad, devolverle el frescor y novedad al Evangelio. Usted fue reiterativo en este aspecto que es medular en una vida consagrada. Su discurso fue coherente profundo y claro, instándonos a vivir con radicalidad los consejos evangélicos. Sembró en nuestros corazones “Semillas Santas”, que ya empiezan a germinar en nuestros corazones y en nuestra vida misionera. Quisiéramos continuar expresando todo lo que usted,
Monseñor Ricardo significó para nosotras personas consagradas, la gratitud no se deja contener en palabras, por eso siga leyendo en nuestros corazones todo el cariño y admiración que le profesamos y sobre todo la oración que elevaremos por usted al Señor. “No tenga miedo, ni se acobarde, porque el Señor irá con usted donde quiera que vaya” (Josué 1,9-b) “Yo enviaré mi ángel delante de ti, él te guiará” dice el Señor” (Ex 23,23) Monseñor, con cariño le decimos: “No pierda de vista lo que se ha propuesto, tenga siempre ante los ojos el punto de partida; conserve lo que ha conseguido; no se detenga, avance confiado y gozoso con paso veloz por la ruta de la Bienaventuranza”. (Santa Clara de Asís).
PANORAMA ECLESIAL
Aumentan a 1.166 millones los católicos en el mundo La Librería Editora Vaticana acaba de publicar una nueva edición del Anuario Estadístico de la Iglesia, en el que se recogen datos estadísticos como que en el año 2008 los católicos del mundo llegaron a ser 1.166 millones. El anuario hace un balance entre el año 2000 y 2008. A lo largo de estos nueve años,
la presencia de católicos en el mundo ha pasado de 1. 045 en el año 2000 a 1.166 millones en 2008, con una variación relativa del 11,54 por ciento. Leyendo los datos de forma diferenciada se observa que en África se registra un incremento del 33 por ciento, mientras en Europa la situación se mantiene sustancialmente
estable (+ 1,17 por ciento); en Asia el incremento es de 15,61 por ciento, en Oceanía +11,39) y en América + 10,93. No obstante, los católicos europeos han pasado del 26,81 por ciento en 2000 a 24,31 por ciento en 2008. En América y Oceanía se mantienen estables y en Asia aumentan ligeramente.
Multitudinaria asistencia a Misa en Fátima con Benedicto XVI .- El Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, señaló que la asistencia récord de más de medio millón de personas a la multitudinaria Misa que el Papa Benedicto XVI presidió ayer en la explanada del Santuario de Fátima no sorprende y muestra la vitalidad de los católicos en Portugal. En declaraciones al diario italiano Avvenir, el P. Lombardi comentó que la campaña mediática contra el Papa y la Iglesia por los abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero podría haber llevado a la percepción de que la vitalidad de la Iglesia y la
atención de la gente hacia el Santo Padre podría haberse “oscurecido”. “Sin embargo eso no sucedió”, precisó. El sacerdote jesuita dijo que “esta vitalidad no está en crisis por las discusiones de los meses pasados, y el hecho de que la fuerza de la fe se manifieste de esta evidente manera es muy alentador”. Al comentar la homilía del Papa sobre las implicancias actuales del mensaje de Fátima, el Director de la Sala de Prensa afirmó que Benedicto XVI interpreta siempre al mundo contemporáneo y los eventos “a la luz de la fe”.
Papa invita a sacerdotes a dar “testimonio de santidad” Durante la audiencia general del miércoles el Papa Benedicto XVI alentó a rezar por los sacerdotes, invitando asimismo a los sacerdotes a dar “testimonio de santidad”. Tras hacer hincapié en que “santificar a una persona significa ponerla en contacto con Dios”, el Santo Padre afirmó que “parte esencial de la gracia del sacerdocio es el don y la misión de crear este contacto, que se realiza en el anuncio de la palabra de Dios y (...) de un modo particularmente denso, en los sacramentos”. El Santo Padre afirmo asimismo que “especialmente en nuestro tiempo, en el que, por una parte, parece que la fe debe se debilita y, por otra, hay una profunda necesidad y una búsqueda general de espiritualidad, es necesario que cada sacerdote recuerde
que en su misión, el anuncio misionero y el culto nunca se separan y promueva un sano ministerio sacramental para formar al Pueblo de Dios y ayudarlo a vivir plenamente la liturgia, el culto de la Iglesia, los sacramentos como dones gratuitos de Dios, actos libres y eficaces de su acción de salvación”. Dirigiéndose a todos los sacerdotes, el Santo Padre les alentó a “vivir con alegría y con amor la liturgia y el culto” y renovó la reciente invitación “a volver al confesionario, como lugar en que celebrar el sacramento de la Reconciliación, pero también como lugar en que “habitar” más a menudo, para que el fiel pueda encontrar misericordia, consejo y consuelo, sentirse amado y comprendido por Dios y experimentar la presencia de
la Misericordia divina, junto a la presencia real en la Eucaristía”. Asimismo, añadió, “es indispensable que el sacerdote tienda a la perfección moral, que debe habitar todo corazón verdaderamente sacerdotal”: también hay un ejemplo de fe y de testimonio de santidad que el Pueblo de Dios se espera justamente de sus pastores”. El Papa Benedicto XVI terminó pidiendo a los fieles que fueran “conscientes del gran don que los sacerdotes son para la Iglesia y el mundo; a través de su ministerio, el Señor sigue salvando a los hombres, se hace presente y santifica. Dad gracias a Dios, y sobre todo rezad y sostened a vuestros sacerdotes, especialmente en las dificultades, para que sean cada vez más pastores según el corazón de Dios”.
Marzo - abril de 2010 15
Comunicado de la Conferencia Episcopal sobre elecciones presidenciales El proceso electoral que estamos viviendo permite algunas reflexiones que, como Obispos de la Iglesia Católica que peregrina en Colombia, queremos resaltar: 1. Las reacciones que el resultado de las pasadas elecciones ha provocado en la opinión pública dejan sentir un país que avanza en conciencia crítica y en aprecio por el sistema democrático. Los electores muestran preferencias por aquellos que en sus programas expresan mayor interés por las cuestiones sociales. No hay temor en mostrar indignación por los comportamientos que desdicen de la rectitud y transparencia que deben orientar los sistemas democráticos y por eso muchos manifiestan su malestar ante comportamientos como la compra de votos, la utilización de dineros del narcotráfico, el tráfico de influencias, las presiones de cualquier índole. Ha quedado claro que la democracia se construye entre todos y se hace posible cuando hay respeto por los valores, cuando no utiliza la miseria o la ignorancia para lograr sus fines. 2. Se acercan ahora los comicios para elegir al próximo Presidente de Colombia. Como Pastores de la Iglesia invitamos a nuestros hermanos en la fe y a las personas de buena voluntad a continuar apoyando los procesos democráticos que se fundan en el respeto por la persona humana y de todos y cada uno de sus derechos, en la búsqueda incansable del bien común, en la responsabilidad social con los marginados y débiles
y que, por lo tanto, utilizan el mandato del pueblo para promover el bienestar de los ciudadanos en todas las dimensiones de su vida. 3. El pluralismo que garantiza el ejercicio democrático lleva consigo necesariamente una dinámica de competencia que pone en juego propuestas políticas y económicas diversas, que abre horizontes emotivos en los que existen simpatías o antipatías, pero que en último término ha de llevar a la construcción del bien común. No puede existir una democracia sin diferencias, pero todos deben guardar el respeto por el adversario -que no es enemigo- y en el reconocimiento de sus diferencias deben buscar el camino más apropiado para construir la Nación. 4. Los invitamos a todos a ejercer el derecho y el deber del voto después de un ponderado análisis de los candidatos, su ética, su trayectoria, sus equipos y su proyecto de gobierno. Al depositar nuestro voto debemos buscar siempre, en conciencia, elegir a aquellas personas que garanticen la construcción de una Patria solidaria y en paz. La celebración en este tiempo pascual de la Muerte y Resurrección de Jesucristo -el Hijo de Dios hecho uno de nosotros para salvarnos- nos invita a dejar atrás los viejos vicios políticos y a buscar juntos los caminos de una auténtica democracia. + Rubén Salazar Gómez Arzobispo de Barranquilla Presidente de la Conferencia Episcopal
AÑO SACERDOTAL
Marzo - abril de 2010 16
EL METODO PASTORAL DE SAN JUAN MARIA VIANNEY
5. el diálogo de salvación con cada penitente En la mayoría de sus sermones y de sus sentidas catequesis invitaba a los pobladores de Ars a comparar su vida con Dios y su vida sin Dios y les decía para exhortarlos a la penitencia: “una persona es feliz cuando vive con Dios; y es infeliz sólo cuando esta persona libremente se ha separado de Dios: porque no conoce lo que Dios dice, porque ha dejado de escucharle y hacerle caso.”Hijos míos; ¿por qué somos tan ciegos y tan ignorantes? porque no hacemos caso de la palabra de Dios!”.
Por: Pbro. José Fernando Cárdenas Salazar Formador Asociación Sacerdotal San Pablo
C
ada que nos referimos a Juan María Vianney , pensamos en un tipo maduro que sale de su granja, entra en el seminario y se choca una pequeña limitación , “los idiomas”, que muchas veces le harían contemplar la posibilidad de dejar su llamado y volver al campo , pero fue su maestro y amigo el reverendo Balley , quien encontró el mejor pretexto para evitar que este virtuoso seminarista se retirara, “si te vas dile adiós a tus planes, adiós al sacerdocio y adiós a las almas que te esperan” esto último , aquello de las almas, conmovió profundamente a este hombre que en su haber tenia veinte años de edad y las manos propias de un campesino. Juan María era un hombre sencillo y generoso, que entendía que lo mejor de su vida era evitar que los demás pasen necesidad alguna, hecho que lo demostraría en su donación total al sacramento de la reconciliación. Por tal motivo amó con intensidad al pecador arrepentido, pues se decía a si mismo: “si Dios esta profundamente enamorado de ellos, ellos deben enamorarse profundamente de El”. Este sencillo pero profundo santo cuando pensaba en el pecado, siempre creía saber su origen y afirmaba: “detrás de cada pecado hay un espíritu de rebeldía” esto lo decía tratando de explicar por que es tan difícil confesar los pecados con sinceridad. Pero quien esconde sus pecados, afirma el santo de Ars, “vivirá atormentado todos los días que cargue con ellos, pero cuando se hace una buena confesión se estremece el infierno pues es encadenar al demonio”. Con el tiempo notaba que sus fieles ya apreciaban confesarse, pero ahora le preocupaba la manera en que lo hacían, pues según el Santo párroco no solo se trata de hacer un recuento de los pecados, sino de pedir “el verdadero don de la contrición” para rechazarlos cuando vuelvan a tentar nuestra vida. En otro aparte de su ministerio sacerdotal, se puede ver con claridad como él, valiéndose de la imagen de Cristo humillado, les decía a sus hijos espirituales: “Sé muy bien que la acusación que hacéis os exige un momento de humillación... Pero bueno, ¿es verdaderamente humillante acusar los propios pecados? El sacerdote sabe ya más o menos lo que podéis haber hecho” de esta manera mostraba la gran misericordia de Dios que
cubre a los sacerdotes en el momento impartir el perdón por parte del todopoderoso a los pecadores. El sentido de su vida sacerdotal lo encontró en la eucaristía como pan de vida eterna y en la confesión como medio para aliviar todas la penas tanto las temporales como las que han de corresponder a al juicio divino. El pastor de almas Vianney decía de manera serena y hasta con un toque de humor sanísimo: “sólo me encuentro bien cuando ruego por los pecadores... Si un pie mío lo tuviese en el Cielo y me pidieran que volviese a la tierra para trabajar en la conversión de un pecador, con gusto volvería. Y si para esto fuera menester estar aquí hasta el fin del mundo, levantarme a media noche y sufrir lo que ahora sufro, aceptaría de todo corazón”. Pasados los años y con su infatigable labor a cuestas después de tantos sacrificios y mortificaciones otra idea rondaba e inquietaba su ser de pastor, el hecho de pensar que el hombre se pueda acostumbrar a vivir en el pecado de tal modo que conscientemente rechace a Dios y aun peor que lo remplace por ídolos de barro como lo son la conciencia laxa y la inmoralidad como estilo de vida a esto decía el santo sacerdote: “El que vive en el pecado toma las costumbres y formas de las bestias. La bestia, que no tiene capacidad de razonar, sólo conoce sus apetitos; del mismo modo el hombre que se vuelve semejante a las bestias pierde la razón y se deja conducir por los movimientos de su cuerpo. Un cristiano, creado a imagen de Dios, redimido por la sangre de Dios... ¡Un cristiano, objeto de las complacencias de las tres Personas Divinas! Un cristiano cuyo cuerpo es templo del Espíritu Santo: ¡he aquí lo que el pecado deshonra! El pecado es el verdugo de Dios y el asesino del alma... Comprender que somos obra de Dios, es fácil; pero que la crucifixión de un Dios sea nuestra obra, ¡es incomprensible!”.
Para el santo cura los buenos cristianos se distinguían por que eran ellos quienes siempre estaban en esa constante lucha , feliz lucha según el santo, por guardar y proteger su alma de todo pecado y trabajando por la felicidad eterna : “ Mientras que los malos cristianos que se condenan, siempre se quejan, murmuran, están tristes... y lo estarán toda la eternidad”. Con la sencillez propia de su corazón de buen pastor les insistía que el sacramento de la confesión era la manera mas efectiva de cuidar los tesoros del cielo y despreocuparse por los tesoros de la tierra, en pocas palabras la penitencia era un seguro para la eternidad y una garantía de la providencia divina en el paso del hombre por este mundo. El humilde cura se interrogaba entonces ¿Por qué no somos capaces de beneficiarnos más del sacramento de la penitencia? Porque no buscamos todos los secretos de la misericordia del Buen Dios, que no tiene límites en este sacramento. Y para motivar a su pueblo a la confesión les ponía por garantía lo siguiente: “Cuando vamos a confesarnos, debemos entender lo que estamos haciendo. Se podría decir que desclavamos a Nuestro Señor de la cruz.” Y como si esto fuera poco con su pequeña pero muy mística enseñanza afirmaba: “En el momento en que el sacerdote da la absolución, no hay que pensar más que en una cosa: que la sangre del Buen Dios corre por nuestra alma lavándola y volviéndola bella como era después del bautismo.” Sea esta la oportunidad para imitar a este humilde campesino que hizo lo que su amado Jesús le pedía. ¡Oh santo cura de Ars! intercede ante nuestro Padre misericordioso para que todos los consagrados al servicio sacerdotal valoremos toda la gracia y la vida eterna que se entrega al mundo por medio del sublime sacramento de la penitencia.