Colección: Elementos importantes sobre Laudato si' Capítulo IV “Una Ecología Integral”
Este capítulo se dedica a reflexionar sobre los aspectos de una ecología integral que integra verdaderamente e incorpora dimensiones humanas y sociales: Ecología ambiental, económica y social: El Papa empieza por definir lo que se entiende por ecología, como el estudio de las relaciones entre los organismos vivientes y el ambiente donde se desarrollan. Exige pensar con honestidad, para poner en duda los modelos de desarrollo, producción y consumo. Hemos de tener una visión de conjunto más amplia de la realidad. Definición de medio ambiente: Indica la relación entre la naturaleza y la sociedad que la habita, reconociendo que estamos incluidos en la naturaleza. Hemos de reconocer con firmeza con que no hay dos crisis separadas (una ambiental y otra social), hay una sola crisis socio-ambiental. Para esto el papa plantea que las líneas de solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza. Se ve actual la necesidad imperiosa del humanismo que conduzca a los distintos saberes a una mirada más integral e integradora; la ecología social es necesariamente institucional (las familias, los barrios, las comunas, la localidad, etc.). Ecología cultural: Hay que reconocer que hace falta incorporar la historia, la cultura y la arquitectura de un lugar, manteniendo su identidad original, puesto que la desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especie animal o vegetal.
Ecología de la vida cotidiana: La vida social positiva de quienes habitan el espacio social, derrama luz sobre un ambiente aparentemente desfavorable. Para los habitantes de barrios muy precarios, el paso cotidiano del hacinamiento al anonimato social que se vive en las grandes ciudades puede provocar una sensación de desarraigo que favorece las conductas antisociales y la violencia. Pero el amor puede más, puede superar las barreras del egoísmo y generar experiencias de salvación comunitaria que provocan reacciones creativas para mejorar un edificio o un barrio. No basta con la búsqueda de la belleza en el diseño (de casas, apartamentos, etc.) sino la calidad de vida de las personas, su adaptación al ambiente, al encuentro y a la ayuda mutua es lo que el papa considera “la otra belleza”. #151: Hace falta cuidar los lugares comunes, los marcos visuales y los hitos urbanos que acrecientan nuestro sentido de arraigo, nuestro sentimiento de “estar en casa” dentro de la ciudad que nos contiene y nos une. #153: La calidad de vida tiene que ver con el transporte que suele ser causa de grandes sufrimientos para los habitantes.
#155: Ecología del cuerpo: La ecología del propio cuerpo, la aceptación del cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalos del Padre y Casa Común… Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo, a respetar sus significados, también la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente.
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Justicia entre las generaciones: No puede hablarse de desarrollo sostenible sin una solidaridad intergeneracional puesto que la tierra que recibimos pertenece también a los que vendrán. El numeral 160 deja esta pregunta que nos puede interpelar a todos: ¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?
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El principio del bien común: Es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección (Gaudium et Spes #26), presupone el respeto a la vida humana en cuanto tal, con sus derechos humanos básicos ordenados a su desarrollo integral. Requiere paz social. Es un llamado a la solidaridad y a una opción preferencial por los más pobres.