La Voz Católica Febrero 2023

“Es necesario repetirlo una y mil veces, que la clave para lograr superar las adversidades es estar unidos, caminar juntos, sentir que estamos participando todos de una misma realidad que estamos llamados a convertirla en oportunidad de vida”

XXXI

>> Detalles página 8

>> Detalles página 10

>> Detalles página 12

† Luis Fernando Rodríguez Velásquez, Arzobispo de Cali

Un año sinodal

De nuevo mi saludo en el inicio del año 2023. Deseo a todos los lectores de La Voz Católica lo mejor de lo mejor. Dios los acompañe. Como dice el salmo 36, “encomienden sus caminos al Señor, confíen en Él y él actuará”.

En general cuando se da inicio a un nuevo año son muchas las ilusiones, los proyectos, los deseos que pasan por las mentes de todos. Ese “confiar en el Señor” es clave para entender que nuestro destino está en las manos de Dios, y él no nos deja solos.

Sin duda que el contexto actual en el que nos encontramos no es fácil. Si hablamos de lo económico, los índices de pobreza son altos, la afectación que tendrá el incremento de los salarios, para muchos, es grande. Nadie puede negar que todo sube y los aumentos de los salarios rápidamente se esfuman.

Por otro lado, la problemática social también es compleja. Muertes, violencia, abusos de toda índole, desempleo, desplazamientos y otros fenómenos hacen parte de las noticias cotidianas.

En lo político, seguimos confiando en la consolidación de los programas prometidos en orden a la paz, la justicia social, la erradicación de la corrupción y la protección de la dignidad humana de hombres y mujeres de todas las edades.

A todo lo anterior, hay que agregar la afectación negativa que ha tenido en la economía local y nacional la ola invernal con los desastres que han ocasionado, que ha llevado, como bien se sabe, a la declaración de la calamidad pública por parte de las administraciones civiles ante la evidencia de las vías cerradas, deslaves que destruyen casas, familias que han perdido todo por las inundaciones, carestía de los alimentos, etc.

Sin que cerremos los ojos a estas realidades, debemos recordar lo que el Señor nos dice en su evangelio: “Todo es posible para quien tiene fe”. Así es. Los invito para que el nuevo año no sea el de la desesperanza, sino el de la esperanza. Si sabemos que Dios está con nosotros, vale la pena tener presente lo que durante la pandemia el papa Francisco nos decía cuando nos invitaba a remar juntos, a sentirnos parte de la misma barca. Nadie se salva solo, lo ha dicho el Papa en varias ocasiones. Así, nadie piense que solo va a salir airoso de lo que estamos viviendo. Necesitamos poner en práctica la sinodalidad. Es necesario repetirlo una y mil veces, que la clave para lograr superar las adversidades es estar unidos, caminar juntos, sentir que estamos participando todos de una misma realidad que estamos llamados a convertirla en oportunidad de vida.

Por eso este año será el de la sinodalidad, no solo desde la perspectiva eclesial, sino desde lo social. Cuando como ciudadanos aprendamos a vivir sinodalmente, seguro que todo va a ser mejor. Este es el aporte que la Iglesia siempre ha hecho, es el aporte que ahora queremos hacer todavía más visible.

Para la Arquidiócesis también será el año de la sinodalidad. Varios eventos vamos a tener en esta línea: pre-sínodos con los jóvenes, con las familias y las parroquias. Una gran asamblea sinodal arquidiocesana tendremos en el segundo semestre, en consonancia con el Sínodo que el papa ha convocado en Roma, que tendrá como tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

Oremos para que dejándonos guiar por el Espíritu Santo, seamos capaces de aprender a desaprender, y caminemos sinodalmente, mirando el futuro con ilusión.

Por: † Monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez Arzobispo de Cali

El tiempo de los creyentes

El tiempo vuela”. “No tengo tiempo”. “Ya se acabó otro año”.

Son nuestras palabras de cajón para referirnos al correr de los años, los meses y los días. Sin embargo, hay otra manera de vivir el tiempo. En la carta a los Gálatas dice san Pablo: “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley…” (4,4). Significa que la encarnación del Hijo de Dios, su nacimiento pobre y humilde (un pesebre), llena de valor y de sentido la historia. La mirada creyente, la mirada de la fe, cambia sustancialmente el modo de contar y de medir el tiempo, en el acontecimiento de la encarnación el tiempo ha sido “tocado” por Cristo, la eternidad

entra en el tiempo, san Juan lo narra de manera insuperable: “Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros” (1,14). De esa manera cada minuto, cada hora se ha convertido en tiempo de gracia y salvación.

Ahí entramos los creyentes; además del año civil que guía muchas de nuestras actividades (día de la madre, día del padre, día de la secretaria, día del maestro, día del amor y la amistad, declaración de renta y un largo etcétera), celebramos también el año litúrgico que no arranca el 1 de enero, sino que empieza con el Tiempo del Adviento, le sigue Navidad, una primera parte del llamado Tiempo Ordinario, la Cuaresma y la Pascua. “conmemorando así los misterios de la redención, abre (la Iglesia) las riquezas del poder santificador y de los méritos de su Señor, de tal manera que, en cierto modo, se hacen presentes en todo tiempo para que puedan los fieles ponerse en contacto con ellos y

llenarse de la gracia de la salvación” (Sacrosanctum Concilium n. 102). Habiendo celebrado ya el Adviento y la Navidad 2023, en este mes de febrero, exactamente el 22, comenzaremos, con el miércoles de ceniza, la Cuaresma que nos prepara para la Pascua, la fiesta principal de nuestra fe. Por otro lado, en este año 2023, la Iglesia universal comenzará a celebrar el octavo centenario de la muerte de san Francisco de Asís, fecha que comprenderá desde este 2023 hasta el 2026, toda una serie de conmemoraciones relativas a este gran santo. Además, el Sínodo sobre la Sinodalidad tendrá dos momentos claves: uno el mes de octubre del presente año y otro

también en el mes de octubre del 2024 para señalar así que no se trata de “documentos” sino de una forma de identidad eclesial: caminar juntos.

A nivel local, aquí en nuestra Arquidiócesis, Monseñor Luis Fernando Rodríguez V. hará en el mes de abril la visita ad limina apostolorum; ese acontecimiento es más que un requisito o compromiso quinquenal pedido a los Obispos, es la ocasión para subrayar la importancia de cada Diócesis, de su rostro, de sus fortalezas, de sus debilidades y de sus grandes desafíos. He aquí pues el “calendario espiritual” que hemos de vivir, celebrar y ejecutar en este año del Señor 2023.

Grupo de Obispos en visita ad limina apostolorum

Nuestra Arquidiócesis realizará la visita ad limina apostolorum en el mes de abril

Por: Pbro. Germán Martínez R. Vicario Episcopal de Educación

Vicaría para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

2023 una oportunidad para ser más fraternos, más humanos

Iniciamos el año con expectativas y esperanzas, también con muchos hechos dolorosos a causa de las intensas lluvias que han ocasionado la muerte de ciudadanos, innumerables familias que lo han perdido todo, así como el cierre de vías y el aislamiento de poblaciones enteras, a esto se suma las diversas violencias que se recrudecen: unas ejercidas por los grupos al margen de la ley, otras por delincuencia común y otras tantas, no menos importantes para el análisis las cometidas por intolerancia y la violencia intrafamiliar. Un panorama que a simple vista se torna oscuro, que desanima y que nos hace pensar que no avanzamos, pero a su vez, se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre la responsabilidad humana ante tantas cosas que suceden y que van deteriorando la vida no solo humana, sino del entorno natural y medioambiental.

El Papa Francisco ha sido muy sabio en su constante llamado de atención a la humanidad para que cada persona en el mundo se toque y asuma la responsabilidad que tenemos ante la conservación de la vida, la dignidad humana, la paz y la casa común, y viene proponiendo desde hace varios años asumir profundamente el valor de la fraternidad que viene siendo, el mejor camino para la paz mundial y la convivencia común de todas las sociedades y culturas.

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 4 de febrero como el Día Internacional de la Fraternidad Humana, en su resolución 75/200, iniciativa que sale desde la misma Iglesia con ocasión de la reunión entre el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad al-Tayyib celebrada el 4 de febrero de 2019 en Abu Dabi, que dio lugar a la firma del documento titulado “La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”.

En este documento el Sumo Pontífice nos dice que “la fe lleva al creyente a ver en el otro a un hermano que debe sostener y amar. Por la fe en Dios, que ha creado el universo, las criaturas y todos los seres humanos —iguales por su misericordia—, el creyente está llamado a expresar esta fraterni-

“(…) es la fraternidad la

nos

dad humana, protegiendo la creación y todo el universo y ayudando a todas las personas, especialmente las más necesitadas y pobres”.

Lo que realmente se pretende es recuperar los valores que nos permiten, comprometernos a cambiar nuestro estilo de vida, nuestras relaciones y de esta manera cambiar la sociedad y el mundo. La fraternidad no es un concepto sobre el cual simplemente se deba hablar, sino ponerlo en práctica por medio de acciones humanas concretas, que permitan acercarnos a los demás aun en medio de las diferencias de pensamiento, ideologías, estratos, color de piel, simplemente sentirnos hermanos y hermanas capaces de vencer la indiferencia, el egoísmo y el odio, y aceptar las legítimas diferencias que caracterizan a cada persona.

Ser fraternos nos permitirá ponernos en los zapatos de los otros, entender sus circunstancias, ayudar al que lo necesita, es decir, superar los egos, el individualismo y la indiferencia; es la fraternidad la que nos permite acercarnos, estar juntos, asumir cada uno su papel para construir una ciudad mucho más humana, más acogedora, menos violenta, donde ni el color de la camiseta de los equipos de futbol, ni la religión o el partido político pueda dividirnos y enfrentarnos, sobre todo, es el valor de la fraternidad la que nos permite ver al prójimo como un hermano y no como un enemigo o un adversario al que se debe eliminar.

El próximo 11 de febrero se ce-

lebra la Jornada Mundial de los Enfermos, ocasión especial y una gran oportunidad para comenzar hacer de la fraternidad un estilo de vida. Precisamente el Papa Francisco en su mensaje para esta jornada nos invita como lo hizo Jesús en la parábola del Buen samaritano, “hacer lo mismo que aquel hombre que recogió al mal-

herido, lo llevó al posadero y le dijo “cuida de él”. Jesús hoy nos dice “anda y haz tú lo mismo”, por tanto, miremos a nuestro alrededor, en nuestras propias familias, vecindarios, lugares de trabajo, de recreación y por donde nos movemos, si estamos siendo personas fraternas, verdaderos samaritanos.

que

permite acercarnos, estar juntos, asumir cada uno su papel para construir una ciudad mucho más humana”

Por: Pbro. Dagoberto Cárdenas Vicario Episcopal para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

Encontrarse con Jesús a través de la enfermedad

Aratos necesitamos que nos muevan el piso, salir del confort, abrir la burbuja de la seguridad para ver, sentir y vivir la presencia de Dios en nosotros, gozar de sus maravillas y ser testigos de su sanación.

Cuando estamos sanos, cuando “no duele ni el pelo”, nos sentimos muy fuertes, vamos por la vida super felices – ¡hay que estarlo! - puesto que sentirse bien es maravilloso, pero dentro de esa felicidad no le damos lugar a Dios, o no reconocemos que Él está allí, vivimos frescas y dejamos la vida espiritual a un lado.

Sucede entonces que nos llega una enfermedad bastante dura, como el cáncer, inmediatamente pensamos en la muerte, nos derrumbamos, se nos oscurece el panorama, en medio del asombro, del dolor y la incertidumbre no vemos una salida a nuestra desesperación, comienza entonces el camino de la desesperanza.

En medio de este sufrimiento renace en lo más profundo de nuestro ser, la necesidad de Dios. Emerge dentro de nosotros las ganas de acudir a Cristo cuando nos resulta más costoso el peso de la vida, porque, en definitiva, Él es quien nos auxilia, nos fortalece, nos llena de vida. Basta con pedírselo de manera sincera y con mucha fe. Necesitamos bajar el ego, desnudar nuestra fragilidad, arrodillarnos y decirle con total humildad, como lo dijo aquel leproso: “si quieres, puedes limpiarme” y Jesús nos responderá sin dudarlo: “Sí quiero, ¡Queda sano!”.

Lo más cierto que hay en este mundo es que Jesús nunca nos abandona, basta que lo busquemos, Él está allí con nosotros, sabe de lo que padecemos. Una de las formas en las que nos damos cuenta que Él está de nuestro lado en la enfermedad, es cuando en medio del dolor, la debilidad empezamos a confiar más, a buscar el refugio divino, a pedir fuerzas, a ser humildes, a llenarnos de fortaleza y de esperanza en la sanación, dejamos a un lado la vida superflua que nos muestra el mundo, para fijar nuestra atención en lo que vale la pena: el amor y el gusto por respirar, abrir los ojos y maravillarnos con lo que Dios nos regaló.

Una vez que experimentamos su presencia en nuestro corazón, no apartamos nuestra mirada hacia Él, sentimos que no solo va sanando nuestro cuerpo, sino también nuestro espíritu, porque éste se va llenando de un gozo indescriptible, diferente a cualquier otra alegría y es allí donde escuchamos más clara la voz del Señor, que nos dice

como a Pablo: “Te basta mi gracia; mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad”. (2Cor. 12,9)

Ahora bien, quien sí abandona a los más frágiles, es el hombre. Al inicio de la enfermedad, los amigos, la familia, los vecinos, están allí, pues les toca las fibras, la consternación, la novedad o tal vez la curiosidad, los motiva la compasión y la misericordia, pero al pasar el tiempo, el enfermo o la enferma va pesando y a medida que pasa el tiempo muchas familias se van rifando el turno de quien se queda a cuidarlo.

El Papa Francisco lo expresa muy claramente en su Mensaje para la Jornada Mundial de los Enfermos de este año, pues en este mundo “no hay lugar para la fragilidad. Puede suceder, entonces, que los demás nos abandonen, o que nos parezca que debemos abandonarlos, para no ser una carga para ellos. Así comienza la soledad.”

Para esta jornada, el Papa recalca la necesidad de vivir de nuevo la fraternidad, para ello retoma tan-

to su encíclica Fratelli Tutti, invitando a releerla como también a reflexionar la parábola del Buen Samaritano. En dicha parábola “la persona golpeada y despojada es abandonada al borde del camino, esto representa la condición en la que se deja a muchos de nuestros hermanos y hermanas cuando más necesitados están de ayuda”.

El Papa Francisco insiste en que “todos somos frágiles y vulnerables; todos necesitamos esa atención compasiva, que sabe detenerse, acercarse, curar y levantar. La situación de los enfermos es, por tanto, una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”.

Pensemos que, si quienes vivimos una enfermedad, nos reencontramos con Jesús, así mismo, quienes acompañan a los enfermos, las familias, amigos, personas de salud e Iglesia también experimentarán su gracia y verán las maravillas del Señor, sus milagros y su amor por todos nosotros, especialmente por quienes sufres.

María Fontaine en su libro “De Jesús, con cariño” dice unas palabras que en medio de mi convalecencia han sido un bálsamo ante la enfermedad: “no temas tu debilidad, pues he oído tus oraciones, he visto tus lágrimas y yo te respondo. Estoy aquí mismo, a tu lado, para consolarte con el mismo consuelo que me participó mi Padre”.

A lo largo de la enfermedad, aprendí que el poder de Cristo basta para sostenernos. Cada dificultad, cada dolor, cada enfermedad tiene un propósito, más no es un castigo. Aprendí a mantener mi vista hacia el cielo para aclamar a Él, apoyarme en Él, porque justamente comprendí que en mi debilidad yace la mayor de todas las fuerzas, ¡Dios con nosotros!

Todos necesitamos esa atención compasiva

temas tu debilidad, pues he oído tus oraciones”

Por: Adriana Lozada Vidal Vicaría para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

¡Histórico, en el 2023 los comedores comunitarios Corazón Contento no se detienen!

El padre José Eugenio Hoyos, director de la Pastoral Social y la Secretaria de Bienestar Social, Dra. María Fernanda Penilla, acompañaron la primera entrega de mercados del 2023 a los Comedores Comunitarios “La esperanza 2” y “Juntos por una misma Causa”, del sector de la Estrella. Con éxito se están realizando desde el 18 de enero las primeras entregas de alimentos a los 762 comedores comunitarios que alimentarán a 86.000 personas diarias. Esto como fruto del convenio realizado entre la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz, de la Arquidiócesis de Cali y la

Secretaría de Bienestar Social de la Alcaldía Distrital.

Y es que por primera vez en la historia, el programa de Seguridad Alimentaria “Corazón Contento” a través de los Comedores Comunitarios, dio inicio en el primer mes del año gracias a la aprobación de vigencias futuras, donde se realizará una inversión presupuestal de $11.257.083.295 por parte de la Alcaldía y $3.039.412.360 por parte de la Arquidiócesis de Cali.

“Ha sido una gran bendición que hayamos empezado en la tercera semana de enero, hay una gran población que es beneficiada por esto y que gracias a ustedes se les puede alimentar desde ahora, yo veo el mercado y no me lo creo” aseguró Carmen Helena, gestora del Comedor Comunitario “Come-

dor la esperanza II” del sector de la Estrella.

Esta iniciativa busca que los Comedores Comunitarios no se detengan y puedan seguir sirviendo a la comunidad todo el año sin interrupción, afirmando una vez más, el compromiso del Estado y la Iglesia en acompañar a los más necesitados de Santiago de Cali.

“A finales del 2022 empezamos a

trabajar de la mano con la Secretaria de Bienestar Social y siempre tuvimos claro que la meta era empezar en enero, ahora que es una realidad me siento orgulloso y a la vez, entusiasmado por todas las personas que serán beneficiadas” aseguró el padre José Eugenio Hoyos, director de la Pastoral Social de Cali y la Comisión Arquidiocesana Vida, Justicia y Paz.

Se espera que para este año los 762 comedores comunitarios alimenten a aproximadamente 86.000 personas diariamente

UNICATÓLICA construye región a través de la Responsabilidad Social Universitaria

UNICATÓLICA en su interés por mantener y fortalecer los vínculos con la sociedad desde su compromiso y responsabilidad misional en relación con el entorno, hoy continúa promoviendo la construcción de escenarios de participación con diferentes sectores sociales, comunitarios y empresariales de la región para el desarrollo de proyectos, procesos y programas culturales, ambientales, sociales, políticos y económicos que potencien sus fortalezas, experiencias y saberes.

La importancia de la proyección social como una función real, articulada desde el punto de vista académico, es un poder enriquecedor en la transformación de las sociedades a través de la educación, por eso en los últimos 5 años la Institución ha implementado acciones y dinámicas para acompañar a las comunidades y familias vulnera bles de la ciudad de Cali en este proceso. Todo esto inspirado y en respuesta del pensamiento social de Monseñor Isaías Duarte Canci no, quien, como pastor de la Iglesia de Cali, promovió la defensa de los Derechos Humanos y el respeto por la dignidad humana como proyecto institucional, fortaleciendo lo que es hoy UNICATÓLICA: un espacio de aprendizaje y enseñanza para construir la Civilización del Amor. En relación con el cumplimiento de su función social, UNICATÓLI CA a través de la realización de ser vicios de consultoría y asesoría en diversos campos y saberes discipli nares, ha brindado acompañamien to en procesos y en el manejo ade cuado de situaciones específicas al interior de las organizaciones y de las comunidades que asiste. Tam bién en su interacción directa con estos grupos, ha apoyado su gestión social potenciando sus experien cias y saberes para superar acciones asistencialistas y paternalistas.

UNICATÓLICA continúa construyendo escenarios de participación con diferentes sectores sociales, comunitarios y empresariales

Así mismo, le ha apostado a la gestión cultural a partir del reconocimiento de la riqueza étnica y cultural de la región, además de la generación y aplicación de conocimiento social para el abordaje académico-práctico de las problemáticas y fenómenos sociales. En esta línea se pudo con

no, para el buen manejo de los residuos y recursos naturales al interior de las comunidades y las organizaciones. De la misma manera, se ha trabajado con fundaciones en la creación de jardines y huertas verticales con niños, niñas y adultos para el cuidado y preservación de los escenarios naturales.

Finalmente, de todo este ejercicio se evidencia el compromiso de

continuar en este 2023 potenciando procesos y acciones a través del cumplimiento de la política de proyección social y relacionamiento con el entorno, desde sus once campos de acción, a través de los cuales la institución asume su Responsabilidad Social Universitaria para seguir impactando socialmente territorios a nivel local y regional.

UNICATÓLICA, un espacio de aprendizaje y enseñanza para construir la Civilización del amor

Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXXI Jornada Mundial del Enfermo

11 de febrero de 2023 «Cuida de él». La compasión como ejercicio sinodal de sanación

Queridos hermanos y hermanas: La enfermedad forma parte de nuestra experiencia humana. Pero, si se vive en el aislamiento y en el abandono, si no va acompañada del cuidado y de la compasión, puede llegar a ser inhumana. Cuando caminamos juntos, es normal que alguien se sienta mal, que tenga que detenerse debido al cansancio o por algún contratiempo. Es ahí, en esos momentos, cuando podemos ver cómo estamos caminando: si realmente caminamos juntos, o si vamos por el mismo camino, pero cada uno lo hace por su cuenta, velando por sus propios intereses y dejando que los demás “se las arreglen”. Por eso, en esta XXXI Jornada Mundial del Enfermo, en pleno camino sinodal, los invito a reflexionar sobre el hecho de que, es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura.

En el libro del profeta Ezequiel, en un gran oráculo que constituye uno de los puntos culminantes de toda la Revelación, el Señor dice así: «Yo mismo apacentaré mis ovejas y las llevaré a descansar —oráculo del Señor—. Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada, vendaré a la herida y curaré a la enferma […]. Yo las apacentaré con justicia» (34,15-16). La experiencia del extravío, de la enfermedad y de la debilidad forman parte de nuestro camino de un modo natural, no nos excluyen del pueblo de Dios; al contrario, nos llevan al centro de la atención del Señor, que es Padre y no quiere perder a ninguno de sus hijos por el camino. Se trata, por tanto, de aprender de Él, para ser verdaderamente una comunidad que camina unida, capaz de no dejarse contagiar por la cultura del descarte.

La Encíclica Fratelli tutti, como ustedes saben, propone una lectura actualizada de la parábola del buen samaritano. La escogí como eje, como punto de inflexión, para poder salir de las “sombras de un mundo cerrado” y “pensar y gestar un mundo abierto” (cf. n. 56). De hecho, existe una conexión profunda entre esta parábola de Jesús y las múltiples formas en las que se niega hoy la fraternidad. En particular, el hecho de que la persona golpeada y despojada sea abandonada al borde del camino, representa la condición en la que se deja a muchos de nuestros hermanos y hermanas cuando más necesitados están de ayuda. No

es fácil distinguir cuáles agresiones contra la vida y su dignidad proceden de causas naturales y cuáles, en cambio, provienen de la injusticia y la violencia. En realidad, el nivel de las desigualdades y la prevalencia de los intereses de unos pocos ya afectan a todos los entornos humanos, hasta tal punto que resulta difícil considerar cualquier experiencia como “natural”. Todo sufrimiento tiene lugar en una “cultura” y en medio de sus contradicciones.

Sin embargo, lo importante aquí es reconocer la condición de soledad, de abandono. Se trata de una atrocidad que puede superarse antes que cualquier otra injusticia, porque, como nos dice la parábola, todo lo que se necesita para eliminarla es un momento de atención, el movimiento interior de la compasión. Dos transeúntes, considerados religiosos, ven al herido y no se detienen. El tercero, en cambio, un samaritano, objeto de desprecio, sintió compasión y se hizo cargo de aquel forastero en el camino, tratándolo como a un hermano. Obrando de ese modo, sin siquiera pensarlo, cambió las cosas, generó un mundo más fraterno.

Hermanos, hermanas, nunca estamos preparados para la enfermedad. Y, a menudo, ni siquiera para admitir el avance de la edad. Tenemos miedo a la vulnerabilidad y la cultura omnipresente del mercado nos empuja a negarla. No hay lugar para la fragilidad. Y, de este modo, el mal, cuando irrumpe y nos asalta, nos deja aturdidos. Puede suceder, entonces, que los demás nos abandonen, o que nos parezca que debemos abandonarlos, para no ser una carga para ellos. Así comienza la soledad, y nos envenena el sentimiento amargo de una injusticia, por el que incluso el Cielo parece cerrarse. De hecho, nos cuesta permanecer en paz con Dios, cuando se arruina nuestra relación con

los demás y con nosotros mismos. Por eso es tan importante que toda la Iglesia, también en lo que se refiere a la enfermedad, se confronte con el ejemplo evangélico del buen samaritano, para llegar a convertirse en un auténtico “hospital de campaña”.

Su misión, sobre todo en las circunstancias históricas que atravesamos, se expresa, de hecho, en el ejercicio del cuidado. Todos somos frágiles y vulnerables; todos necesitamos esa atención compasiva, que sabe detenerse, acercarse, curar y levantar. La situación de los enfermos es, por tanto, una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos.

La Jornada Mundial del Enfermo, en efecto, no sólo invita a la oración y a la cercanía con los que sufren. También tiene como objetivo sensibilizar al pueblo de Dios, a las instituciones sanitarias y a la sociedad civil sobre una nueva forma de avanzar juntos. La profecía de Ezequiel, citada al principio, contiene un juicio muy duro acerca de las prioridades de quienes ejercen el poder económico, cultural y de gobierno sobre el pueblo: «Ustedes se alimentan con la leche, se visten con la lana, sacrifican a las ovejas más gordas, y no apacientan el rebaño. No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, ni han buscado a la que estaba perdida. Al contrario, las han dominado con rigor y crueldad» (34,3-4). La Palabra de Dios es siempre iluminadora y actual. No sólo en su denuncia, sino también en su propuesta. De hecho, la conclusión de la parábola del buen samaritano nos sugiere cómo el ejercicio de la fraternidad, iniciado por un encuentro de tú a tú, puede extenderse a un cuidado organizado. La posada, el posadero, el dinero, la

promesa de mantenerse mutuamente informados (cf. Lc 10,34-35): todo esto nos hace pensar en el ministerio de los sacerdotes; en la labor de los agentes sanitarios y sociales; en el compromiso de los familiares y de los voluntarios, gracias a los cuales, cada día, en todas las partes del mundo, el bien se opone al mal.

Los años de la pandemia han aumentado nuestro sentimiento de gratitud hacia quienes trabajan cada día por la salud y la investigación. Pero, de una tragedia colectiva tan grande, no basta salir honrando a unos héroes. El COVID-19 puso a dura prueba esta gran red de capacidades y de solidaridad, y mostró los límites estructurales de los actuales sistemas de bienestar. Por tanto, es necesario que la gratitud vaya acompañada de una búsqueda activa, en cada país, de estrategias y de recursos, para que a todos los seres humanos se les garantice el acceso a la asistencia y el derecho fundamental a la salud.

«Cuida de él» (Lc 10,35) es la recomendación del samaritano al posadero. Jesús nos lo repite también a cada uno de nosotros, y al final nos exhorta: «Anda y haz tú lo mismo». Como subrayé en Fratelli tutti, «la parábola nos muestra con qué iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos y levantan y rehabilitan al caído, para que el bien sea común» (n. 67). En realidad, «hemos sido hechos para la plenitud que sólo se alcanza en el amor. No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor» (n. 68).

El 11 de febrero de 2023, miremos también al Santuario de Lourdes como una profecía, una lección que se encomienda a la Iglesia en el corazón de la modernidad. No vale solamente lo que funciona, ni cuentan solamente los que producen. Las personas enfermas están en el centro del pueblo de Dios, que avanza con ellos como profecía de una humanidad en la que todos son valiosos y nadie debe ser descartado.

Encomiendo a la intercesión de María, Salud de los enfermos, a cada uno de ustedes, que se encuentran enfermos; a quienes se encargan de atenderlos —en el ámbito de la familia, con su trabajo, en la investigación o en el voluntariado—; y a quienes están comprometidos en forjar vínculos personales, eclesiales y civiles de fraternidad. A todos les envío cordialmente mi Bendición Apostólica.

Roma, San Juan de Letrán, 10 de enero de 2023 Francisco

No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor

CUARESMA Tiempo de Conversión

¿Qué es la CUARESMA?

La Cuaresma dura 40 días y es el tiempo litúrgico de conversión que nos prepara para la gran fiesta de la Pascua. Es el tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y transformar nuestra vida en Cristo y vivir más cerca de Él.

¿Cuándo inicia?

Comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.

El color morado significa luto y penitencia.

3 MOMENTOS DE LA CUARESMA

ORACIÓN

FIESTAS DE LA CUARESMA

AYUNO Y ABSTINENCIA LIMOSNA

DOM. DE RAMOS | La entrada de Jesús a Jerusalén

JUEVES SANTO | La Última Cena y entrega de Jesús

VIERNES SANTO | La muerte de Jesús en la Cruz

DOMINGO DE PASCUA | ¡Jesús resucita!

Yo inicio mi camino con la ceniza en mi frente

Lo que celebramos

Carta Pastoral Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez Arzobispo de Cali

Que la paz de Cristo, esté con todos ustedes!

Es mi primer saludo como Arzobispo de la sede metropolitana de Cali. Es mi saludo y abrazo en mi calidad de pastor, padre y guía de la comunidad que me ha sido confiada.

Es mi saludo cargado del afecto que les tengo después de haberlos conocido durante más de ocho años de servicio como Obispo auxiliar.

Es el saludo con los brazos abiertos para que seamos uno en Cristo Jesús.

Es el saludo de quien les lleva en su corazón y en la oración con el que les hago llegar esta sencilla, pero ilusionada exhortación: “Háganme un lugar en sus corazones” (2Cor. 7, 2-3).

INTRODUCCIÓN

Por querer del Señor, manifestado a través de la voluntad del Papa Francisco, asumo el pastoreo de una Iglesia arquidiocesana llena de historia, de frutos y de obras. Una Iglesia que la siento viva y pujante.

Lo hago con los mismos sueños, trabajo y entrega de mis antecesores, comenzando por Mons. Heladio Posidio Perlaza Ramírez, primer Obispo de Cali, nombrado el 24 de agosto 1912, hace 110 años, pasando por los ilustrísimos monseñores Luis Adriano Díaz Melo, Julio Caicedo Tellez, Francisco Gallego Pérez, el primer Arzobispo Mons. Alberto Uribe Urdaneta, el Cardenal Pedro Rubiano Saenz, el inmolado Mons. Isaías Duarte Cancino, el administrador apostólico Mons. Edgar de Jesús García Gil, Mons. Juan Francisco Sarasti Jaramillo y Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía. Lo que la Iglesia arquidiocesana de Cali es actualmente, se lo debemos a cada uno de quienes con estos encomiables pastores, hicieron y están haciendo por instaurar el Reino de Dios en las hermosas tierras del Valle del Cauca.

Ante estas excelsas figuras, conociendo el fruto de sus desvelos, no me queda sino rendirles un homenaje sincero y elevar a Dios plegarias por el descanso eterno de los fallecidos, y suplicar bendiciones abundantes para el Cardenal Pedro Rubiano Saenz y Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía.

A Mons. Darío de Jesús, de cuyas manos recibo esta porción del pueblo de Dios, expreso en nombre de toda la Arquidiócesis

y en el mío propio, nuestra sincera gratitud. Sus mas de doce años de entrega a la Arquidiócesis no fueron en vano.

Varias parroquias creadas, numerosos clérigos ordenados, nuevas y dinámicas obras sociales pertinentes a los momentos históricos del momento, estructuración de la curia arquidiocesana en los Centros pastorales, siembra abierta de la semilla del Evangelio en todos los rincones de la Arquidiócesis y el trabajo incansable por la paz y la reconciliación en la Provincia Eclesiástica de Cali y en el Pacífico, recogen sintéticamente su paso entre nosotros. El Buen Pastor recompense con generosidad los desvelos del Arzobispo emérito, y lo siga acompañando en las actividades que lleve a cabo como Obispo católico donde se encuentre. Dios le conceda santidad de vida, salud y bienestar. Suplicamos sobre él las bendiciones del Altísimo.

LLEGA UN NUEVO PASTOR

En una carrera de atletismo por relevos, cada corredor recibe el “testimonio” (llamado también testigo, estafeta o batón), en el que ambos atletas, el que entrega y el que recibe, corren juntos un trecho, y el que termina entrega el “testimonio” a su compañero para que pueda llegar a la meta, si es posible, en primer lugar.

Así es en la Iglesia. Así ha sido nuestra historia en Cali. Siendo Obispo Auxiliar, una vez fui designado Coadjutor, recibí de Mons. Darío el “testimonio” y juntos corrimos unos meses, hasta este momento en el que debo seguir solo la carrera comenzada por mis antecesores.

Ahora quiero correr con ustedes la carrera para alcanzar no solo la meta terrena, donde la corona del

premio se marchita, sino la gran meta que es del cielo, donde se recibe la corona que no se marchita (cfr. 1Cor. 9, 25); combatiremos juntos el buen combate de la fe, para alcanzar la vida eterna (cfr. 1Tim. 6, 12).

Comparto ahora una porción de la homilía que el Nuncio Apostólico en Colombia, Mons. Ettore Balestrero, hizo en la eucaristía de mi ordenación episcopal, el 22 de agosto de 2014. Son palabras que asumo con fe:

“Te animo, Mons. Luis Fernando, a que desempeñes tu nuevo ministerio de modo valiente y sereno a la vez, buscando discernir en cada momento la voluntad de Dios porque Él es el protagonista absoluto de tu ministerio y es fiel: quiere cumplir tu santificación y la del pueblo que confiará a tu ministerio episcopal, haciendo de tu vida una obra maestra plenamente cumplida… A María Reina, suplicamos el don de una gran generosidad para “fraccionarte” cada día en servicio de la Arquidiócesis de Cali, y el regalo de una preocupación concreta por acompañar a cada sacerdote, a cada diácono, a cada religioso y religiosa y a cada fiel laico confiado”.

Durante los diálogos tenidos en los últimos meses, en los encuentros sinodales con los líderes y animadores pastorales, con los sacerdotes, con los distintos grupos e instituciones, a los que tuve la alegría de participar para escucharlos, hubo una serie de palabras que interpreto como lo que el Espíritu me estaba diciendo a través de quienes participaban en dichos encuentros: cercanía, valentía, evangelización, espiritualidad, humanidad, disciplina, comunión, misión. Son palabras que recogen una tarea y

un compromiso que como pastor diocesano estoy llamado también vivir en tónica de servicio, con la sabiduría que pido a Dios, “Dame, oh Señor, la sabiduría asistente de tu trono” (Sab. 9,4).

SALUDO A LOS CIUDADANOS Y CIUDADANAS EN GENERAL

No puedo concluir esta mi primera Carta Pastoral, sin dirigir un afectuoso y respetuoso saludo a todos los hombres y las mujeres, de todas las edades, católicos o no, practicantes o no, de Cali y los demás municipios que conforman la Arquidiócesis en Dagua, Jamundí, La Cumbre y Yumbo.

Saludo a las administraciones civiles, militares, de policía y líderes sociales. A los miembros de la Asamblea Departamental y los Concejos municipales.

Saludo a los grupos étnicos que están presentes como los Afro y los Indígenas en sus resguardos, a los migrantes, a los RUM a y los que conforman el grupo de población diversa LGBTIQ+ y a los que están privados de la libertad.

A todos los saludo y abrazo haciendo mías las palabras de Jesús: “también debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios en las otras ciudades, porque para eso he sido enviado” (Luc. 4, 43). Sí. No solo a los fieles católicos he de anunciar la Buena Noticia, sino a todos, a todos, pues con todos quiero trabajar, y a todos quiero dirigir con esperanza la invitación de conocer a Cristo y seguir su mensaje. Esa es mi misión.

Como ciudadanos que habitamos estas hermosas tierras, de Cali y de Valle del Cauca, les digo que cuento con ustedes para trabajar juntos en la búsqueda de la paz, la reconciliación y la digni-

Mons. Luis Fernando Rodríguez V., presentó su carta pastoral ante el clero de la Arquidiócesis de Cali

“Háganme un lugar en sus corazones… pues ya los llevo en mi corazón” (2Cor. 7, 2-3).

dad de nuestros conciudadanos; cuenten ustedes también con mi humilde colaboración.

A quienes por diversas razones se encuentren inmersos en conflictos que generan violencia, temor, desplazamientos y atentados contra la vida y la dignidad humanas, los exhorto en el nombre del Señor: ¡no más violencia!, ¡no más guerra!, abran sus corazones y sus manos a la paz.

SALUDO A LOS NIÑOS, NIÑAS, ADOLESCENTES Y JÓVENES

Saludo a los niños, a las niñas, a los adolescentes y a los jóvenes. Ustedes son el futuro de la Iglesia y del mundo. Los invito a rejuvenecer nuestra Iglesia, para que sea más atractiva, más incluyente, más convincente. Con su entusiasmo, ¡cuánto quisiera que se logre transformar la dinámica de la Arquidiócesis!, de manera que sea más entusiasta, más alegre, más vital de lo que es. Renuevo y ratifico nuestro compromiso de respetarlos y protegerlos en el ámbito de la cultura del cuidado integral.

SALUDO A LOS LAICOS

A los laicos comprometidos, a quienes hacen parte de grupos de servidores y animadores pastorales y parroquiales, a quienes hacen parte de movimientos apostólicos, dirijo mi saludo afectuoso. A todos quiero decirles lo que el Espíritu nos está diciendo en el espíritu sinodal promovido por el Papa Francisco, que este es el tiempo de los laicos, hombres y mujeres, en cuyas manos está el futuro de la Iglesia. Espero mucho de ustedes. Si de los jóvenes espero entusiasmo revitalizador, de los laicos adultos espero encontrar aportes, memoria, sugerencias, sabiduría y compromiso ministerial, misionero y testimonial. No podemos olvidar que “todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos discípulos y misioneros, sino que somos siempre discípulos misioneros” (EG, 120).

SALUDO A LOS ESTAMENTOS GREMIALES,

A LOS EMPRESARIOS Y LÍDERES SOCIALES

Saludo respetuosamente a quienes tienen en sus manos buena parte del desarrollo y crecimiento de nuestro territorio, y sobre todo, del bienestar de quienes lo habitamos. Los saludo y los animo para que tengan siempre presente lo que la Doctrina Social de la Iglesia considera básico para el quehacer del mundo empresarial, técnico, educativo, político y social: “Las empresas deben caracterizarse por la capacidad de servir al bien común de la sociedad mediante la producción de bienes y servicios

útiles… Además de su función típicamente económica, la empresa desempeña también una función social, creando oportunidades de encuentro, de colaboración, de valoración de las capacidades de las personas implicadas. En la empresa, por tanto, la dimensión económica es condición para el logro de objetivos no solo económicos, sino también sociales y morales, que deben perseguirse conjuntamente” (Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, 338).

Durante estos años en Cali he podido conocer más de cerca todo el aporte que ustedes han hecho a esta sociedad, sobre todo a los pobres y necesitados, a través de la puesta en práctica de su responsabilidad social empresarial. En nombre de los más pobres que se han beneficiado de sus ayudas, les digo gracias. Sigo contando con ustedes

SALUDO A LOS CONSAGRADOS Y CONSAGRADAS

A los miembros de Institutos de Vida Consagrada (IVC) y de Sociedades de Vida Apostólica (SVA), a las Vírgenes Consagradas y a todos los que están en la búsqueda del llamado del Señor a la santidad de vida conformando nuevas iniciativas de vida religiosa, les hago llegar mi saludo y mi exhortación a que tengan a Cristo en sus vidas y se esfuercen por permanecer fieles al carisma fundacional de sus comunidades, siempre leyendo lo que el Señor les esté diciendo. Sé de sus sacrificios y testimonio de vida. También sé de los retos que tienen por la falta de vocaciones. Si perseveran en estas dos fidelidades, a Cristo y a su carisma, de seguro que van a tener muchas vocaciones. Espero también que ustedes sigan animando a los fie-

ustedes realizan en sus comunidades y oficios, pero también el ministerio que sus antecesores, muchos disfrutando actualmente su emeritud, han hecho en servicio de la Arquidiócesis.

Y entre los presbíteros, cómo no recordar el testimonio y actuar valeroso del Padre Hurtado Galvis, quien se constituyó en la voz de los que no tienen voz, especialmente en su programa radial de gran difusión la voz del prójimo, de la cual decía con vehemencia que “nadie se acueste en Cali sin oír la voz del prójimo”.

Permítanme compartir con ustedes algunos de mis SUEÑOS sobre el presbiterio de Cali, diáconos y presbíteros. Se los compartí en el marco de los retiros que tuve el alto honor de acompañar. Pido a Dios que sean bien acogidos como fruto de la plegaria que todos los jueves hacemos en la exposición de Jesús sacramentado y antes de recibir su bendición: ¡danos sacerdotes!, ¡danos muchos sacerdotes!, ¡danos muchos sacerdotes santos!

EXHORTACIONES FINALES

Con la Palabra de Dios les hago estas exhortaciones. El Espíritu Santo permita ponerlas en práctica:

“Ante todo ruego que se hagan súplicas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por toda la humanidad, por los gobernantes y por todas las autoridades, para que podamos llevar una vida pacífica y serena, del todo religiosa y digna. Esto es bello y grato ante Dios, nuestro salvador, quien quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1Tim. 2, 1 - 4).

para que el brazo extendido de la caridad de Dios se siga sintiendo a través de ustedes y sus empresas.

SALUDO A LAS FAMILIAS

A quienes movidos por la fe han conformado una familia sacramental y en ella son constituidos ministros de la conyugalidad.

A quienes la conforman esposos, hijos, hermanos, abuelos(as) y demás integrantes de la familia amplia. A ustedes los saludo en el Señor. Ustedes son Sacramento del amor, de la alianza de Dios con nosotros. Ustedes tienen la noble misión de educar a sus hijos en la fe y en el amor. Ustedes tienen la responsabilidad de aportar a la construcción de la civilización del amor. Ustedes conforman la Iglesia doméstica que hará posible también la perdurabilidad de la misión eclesial.

A Ustedes les digo, que están en el corazón del Obispo y trabajaremos por su bienestar. El Obispo también espera mucho de las familias sacramentales.

les y a quienes participan en sus carismas, para que se sientan más fortalecidos en su fe. La Iglesia Arquidiocesana de Cali los valora, les agradece y necesita.

SALUDO A LOS CLÉRIGOS

A mis queridos clérigos, diáconos y presbíteros, los incardinados y los que están prestando sus servicios en esta porción del pueblo de Dios, los abrazo en el Señor, “como hijos queridos míos” (cfr. Gal. 4,19).

En este, mi primer mensaje oficial, los exhorto: “Apacienten el rebaño que Dios les ha encomendado cuidando de él de buena gana, como Dios quiere, no a la fuerza ni por ambición de dinero, sino con abnegación; no como dueños de aquellos que están a su cuidado, sino como modelos del rebaño. Así, cuando aparezca el pastor supremo, recibirán la corona de gloria que no se marchita” (1Pe. 5, 1-4).

Como no destacar y agradecer el trabajo y la entrega generosa que

Y “ámense intensamente, pues el amor cubre una gran cantidad de pecados. Sean hospitalarios unos con otros, sin quejarse. Que cada uno ponga los dones que ha recibido al servicio de los demás, como buenos administradores de las diversas gracias de Dios” (1Pe. 4, 8-10).

A Nuestra Señora de los Remedios, la “Montañerita cimarrona” nuestra Patrona, suplico: “intercede ante tu Hijo por nosotros para que vivamos como hermanos, sin odio ni venganzas; alcánzanos fortaleza para erradicar de nuestra ciudad la violencia en todas sus manifestaciones. Te suplicamos que nos ayudes a vivir los compromisos de nuestro bautismo”.

Hoy un sucesor de los apóstoles, llamado Luis Fernando, viene a acompañarlos y servirles en el nombre del Señor, buscando para este pueblo eclesial que me ha sido confiado, su santificación.

+Luis Fernando Rodríguez Velásquez Arzobispo de Cali

Lo que celebramos

50 años de la constitución del Tribunal Eclesiastico Regional de Cali

23 de enero 1973 - 23 de enero 2023

El pasado 23 de enero de 2023 celebramos los 50 años de la constitución del Tribunal Eclesiastico Regional de Cali, según decreto no. 444 de 1973. Hoy Tribunal Eclesiastico Interdiocesano.

El Tribunal es el organismo competente para estudiar, en primera instancia tras un proceso judicial las causas de nulidad de los matrimonios católicos presentadas por los fieles de la Arquidiócesis de Cali, Diócesis de Buenaventura y Vicariato Apostólico de Guapi.

Acoge a toda la Iglesia, a los que están separados, en divorcio, o han formado una nueva unión marital de hecho o por matrimonio civil. Lo esencial es sanar las heridas de las personas que desean recomponer su vida

de fe y estar en comunión plena con la Iglesia.

El Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Cali está bajo la autoridad inmediata del Arzobispo Moderador Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez y el Pbro. Guillermo Segundo Jiménez Díaz, Vicario Judicial, Presidente. Objetivo General del Tribunal Interdiocesano de Cali Es el mismo de todos los Tribunales Eclesiásticos: “colaborar a los señores obispos en el ejercicio pastoral del gobierno en cuanto a la potestad judicial con miras a cumplir la ley suprema de la Iglesia, que es “la salvación de las almas” (c. 1752). Objetivos Específicos

1. Asegurar a los fieles la tutela de sus derechos, de conformidad con el Código de Derecho Canónico (c. 221).

2. Asumir para su estudio y definición las causas de nulidad

de los matrimonios canónicos.

3. Instruir las causas de matrimonio en el proceso más breve, cuya definición es competencia exclusiva del Arzobispo.

4. Instruir las causas de matrimonio rato y no consumado

cuya definición es competencia del Santo Padre.

5. Instruir las demás causas disciplinares, administrativas y/o penales encomendadas por el Arzobispo.

¿Dónde se encuentra ubicado el tribunal?

Calle 3 # 5 - 21 CALI - Barrio San Antonio. Valle del Cauca

Teléfono fijo: (2) 8936902 / 8936992 / 8936993

Celular: 317 4884537

E-mail: tribunaleclesiastico@ arquicali.org

¿Cuál es el horario de atención?

De lunes a viernes de 7:30 am. a 12:00 m. y de 2:00 pm. a 4:00 pm.

Ubicado en la Calle 3 No. 5-21, barrio San Antonio

“Volver a sonreír sin miedo”: lo que esperan comunidades en medio de la guerra

Por: Observatorio de Realidades Sociales

En el marco de los diálogos de paz acordados en la Mesa de Diálogo entre el gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), se llevó a cabo la Caravana Humanitaria al bajo Calima en Buenaventura, Valle del Cauca y medio San Juan, Chocó, para escuchar a comunidades y proyectar lo que serán los alivios humanitarios.

En los días en que llueve poco; el agua escasea. Cuando llueve mucho; viven con el agua al cuello. Lo que no falta durante los 365 días del año es el miedo que cada mañana despierta a las comunidades del Pacífico que sobreviven en medio de una lluvia de balas que no cesa en el Chocó y el Valle del Cauca.

Alba Estela* pisa de nuevo la tierra de lo que un día fue su casa en la cabecera del Resguardo Santa Rosa de Guayacán de los Wounaan Nonam. Volvió por un momento luego de un año y dos meses en que la guerra entre el ELN y paramilitares de las AGC la sacó a ella, su familia y su comunidad. Lo poco que aún queda en pie de su casa la destrozó. Todo estaba patas para arriba. Las cosas que dejaron las encontró botadas por el piso como fichas de un rompecabezas difícil de armar.

La Caravana Humanitaria integrada por alrededor de 160 personas de organizaciones de la sociedad civil, Iglesia católica, organismos internacionales, comunidades del territorio, autoridades étnicas, gobierno y gestoría de paz del ELN, posibilitó acercarse a un repertorio de realidades y dramas humanitarios que le arrebata la sonrisa a las comunidades que han sido víctimas directas de un conflicto social, político y armado prolongado, indígenas y afros que intentan construir sus vidas a las orillas del río San Juan y Calima.

La visita humanitaria al bajo Calima y medio San Juan realizada entre el 18 y 22 de enero de 2023, es parte de los avances de la mesa de diálogo de paz que desde noviembre de 2022 iniciaron Gobierno y ELN, quienes en el primer ciclo de conversaciones acordaron ir a escuchar a comunidades víctimas del conflicto armado y generar estrategias que lleven alivios humanitarios.

Las comunidades indígenas y afros que han sufrido más de cuatro desplazamientos en un año, están en medio de una guerra, sienten que esta no les pertenece pero que les tiene en la mitad llevando la peor parte; confinamiento, minas antipersonas, reclutamiento forzado, desplaza -

con paramilitares, guerrilleros o soldados que les impiden andar la montaña con libertad, o como lo expresan las comunidades; “Volver a sonreír sin miedo”.

Los diálogos adelantados con más de 16 comunidades que fueron visitadas durante los cinco días que duró la Caravana Humanitaria, servirán para que Gobierno y ELN, en el segundo ciclo de conversaciones que iniciarán en México en el mes de febrero, puedan construir respuestas urgentes que permitan el retorno o reubicación de comunidades desplazadas que hoy se encuentran en seis albergues humanitarios, superar el confinamiento, desminar, desmonte del paramilitarismo y la connivencia con fuerza

que solo quedan 16 familias quienes tienen un pie en la lancha para abandonar su tierra ¡No aguantan más!

2. Gran parte de las comunidades desplazadas en albergues y dispersas en Cali, Buenaventura y otras ciudades, desean recuperar sus casas, pero urgen de una verdadera voluntad, medidas concretas y estables para su retorno. Esto implica que el gobierno y todos los actores armados concreten acuerdos más que alivios.

3. En este proceso tan dramático de violencia contra el territorio y las comunidades, es vital ayudar a sanar y armonizar de mano de las autoridades étnicas y desde sus creencias y cosmovisiones.

miento, situación de hambruna, violencia sexual, acoso de todos los actores armados que les miran con desconfianza y falta de garantías para el cumplimiento y goce efectivo de derechos.

Para estas comunidades, los alivios humanitarios tienen que ir más allá del silencio de los fusiles, estos deben ser integrales garantizando derechos fundamentales, abandonados históricamente por el Estado, como la salud, educación, vivienda, alimentación, libre movilidad, una exigencia que vienen haciendo hace décadas y que son principio para la construcción de paz en sus territorios.

Esperan que la promesa de los alivios les permita regresar a cosas tan básicas que han ido perdiendo como la cotidianidad de ir a pescar sin miedo a caer en un campo minado o ir monte adentro a recoger la cosecha de sus cultivos sin tener que encontrarse

pública, buscar personas dadas por desaparecidas, atención psicosocial con enfoque étnico.

Apostarle a una paz estable y duradera implica tejer confianza, rodear a las comunidades; que existan gestos eficaces y acompañamientos permanentes de organismo nacionales e internacionales que monitoreen el cumplimiento de los acuerdos a los que llegue la Mesa de Diálogo.

Mientras los diálogos se concretan en México, como observadores participantes de la Caravana Humanitaria hay que decir:

1. Las comunidades étnicas actualmente confinadas en sus territorios esperan ayuda humanitaria urgente y cese de la confrontación para no tener que desplazarse a Cali o ciudades cercanas. Ejemplo de ello es lo que sucede en la comunidad de Puerto España, en la

4. No son suficientes los clamores estructurales que históricamente dejan el abandono en el paisaje, se requiere empezar a rectificar ya con medidas concretas que involucren a los gobiernos locales, departamentales con el liderazgo y compromiso del gobierno nacional. Un punto de partida es rodeando a las autoridades étnicas todas actualmente desplazadas y sin poder ejercer su liderazgo comunitario.

5. El ELN de cara al diálogo debe ponerse en el lugar de reconocer sus responsabilidades y hacer de la escucha rectificaciones concretas, podrían iniciar devolviendo al seno de sus familias a jóvenes del Bajo Calima y del río San Juan que están en sus filas.

6. Las delegaciones del gobierno deben asumir responsabilidad y concretar respuestas, se sigue generando expectativa y la respuesta social no llega.

7. Caravanas, misiones, travesías al río San Juan y Bajo Calima deben ir acompañadas de misiones médicas, alimentos y agua, es lo mínimo mientras la crueldad de la guerra deja de ensañarse.

*Nombre cambiado para proteger la identidad de la persona

Pastoral de Catequesis

La catequesis que el Arzobispo quiere

El pasado 21 de enero se llevó a cabo el evento de lanzamiento del Libro de Primera Comunión de la Arquidiócesis de Cali, el cual fue actualizado por la Delegación para la Catequesis, que está dirigida por el Pbro. Albert Madroñero.

En este evento, el señor arzobispo, Monseñor Luis Fernando Rodríguez, dio a conocer el perfil del catequista y la catequesis que él cómo pastor quiere que los cate quistas vivan en su ejercicio disci pular y también misionero.

El catequista, en palabras del señor arzobispo, debe tener dos compromisos que los llevan a responder al llamado que Dios le

hace a través de la Iglesia. El catequista está llamado:

1. A ser santo.

2. A ayudar a ser santos a los demás.

Además, subrayó diez características las cuales debe tener la catequesis que debe desarrollarse en esta Iglesia local:

1. Testimonial.

2. Experiencial.

3. Marcada por la esperanza.

4. Vital.

5. Divina, agradable y didáctica.

6. Humana, que se adapte.

7. Eclesial, Iglesia en comunión.

8. Misionera, que llegue a todos.

9. Familiar, los padres son los

el padre Albert Madroñero expuso cómo en el libro de primera comunión se incluyeron tres temas más que se requerían para que hubiese unidad en el criterio kerigmático y para afianzar el proceso pedagógico que supone la historia de la salvación en una catequesis para catequizando de Primera Comunión.

Se han conservado los cuatro primeros temas que, aunque permiten al niño o niña profundizar el su sentido de vida, ayudan al catequista a conocer quién es el catequizando que debe acompañar en este proceso de fe. (Cf, Lucas 24, 13 – 35))

El libro usaba para todos los encuentros una canción como punto de arranque de la catequesis, ese

fue el mayor cambio que se hizo, se incluyeron varias ayudas didácticas como vínculos entre la vida cotidiana y el mensaje central del evangelio de cada encuentro. A su vez se revisaron contenidos para que fueran más concretos en la pedagogía de una catequesis cristocéntrica, bíblica e inculturada.

De esta manera, el Libro de Primera Comunión de la Arquidiócesis de Cali se convierte en un recurso que ayudará a que las parroquias, párrocos y catequistas puedan seguir las instrucciones del señor arzobispo y entre todos hacer un camino sinodal que nos permita ser testimonio de unidad y mensaje de salvación.

El catequista está llamado a ser santo y a ayudar a ser santos a los demás

libro se vuelve el recurso para hacer un camino sinodal

Por: Pastoral de Catequesis

Vicariato Apostólico de Guapi

El desplazamiento en el Pacífico, una responsabilidad del gobierno

Por: Pbro. Ariel Viáfara Hurtado Parroquia Santa

Cada vez más algunas comunidades del Pacífico lucen más solas. Sobre todo, las de la zona rural. Familias enteras, y un gran número de jóvenes se ven obligados a migrar hacia las ciudades para poder construir su proyecto de vida. Aunque paradójicamente hay mucho por hacer, lo cierto es que no se encuentran tantas oportunidades para emprender.

Poblaciones enteras viven desoladas y muchas parecieran estar condenadas a desaparecer; al menos a quedarse inhabitadas.

Y no es que la gente quiera salir de su territorio, sino que las circunstancias de la vida les obligan a buscar nuevos horizontes. Pareciera que sobraran en la localidad donde han tenido todo.

En la que han nacido, criado, estudiado y trabajado de sol a sol sin descanso. Esa comunidad en la que han vivido tranquilos hoy ya no es lo mismo.

Pero la gente no sale de su pueblo porque quiera, muchos definitivamente, sino porque no están dadas las condiciones para realizarse en lo académico, económico, laboral y demás.

Hay pueblos en los que no hay ni un joven y otros en los que an tes tenían una población de 100 familias, hoy solo hay entre 10 y 15. Muchas de ellas han llegado accidental y temporalmente por el trabajo de la minería.

Ante este flagelo silencioso que está causando un grave problema en el territorio, los gobiernos nacionales tienen mucho que ver. Aun más, ellos son responsables del desplaza miento en estas comunidades; tienen mucho que ver con que esto esté sucediendo.

Centenares de familias tienen que radicarse en Cali, Palmira, Pradera, Florida y Buenaventu ra, Popayán, entre otras, aguan tando hambre y viviendo en situaciones difíciles. En su terri torio tenían tierra para cultivar y proveer su alimentación, aun que mínima.

La responsabilidad del gobier no radica en que no ha sido ca paz de proporcionar los medios para que las personas vivan y se desarrollen en su territorio. Que la gente en el campo tenga las condiciones para edificar su proyecto de vida en los ámbi tos, personal, familiar, acadé

mico, económico, cultural, religioso y político.

Y en la Costa Pacífica año tras año se le ha manifestado a los gobernantes de turno las necesidades de la gente, pero siempre pasa lo mismo. Generan falsas expectativas en la ciudadanía y todo queda igual. Saben qué es lo que necesita esta región, pero ninguno

cer en sus territorios, dado que no ha gestado las garantías para ellos. No ha cumplido ese mandato constitucional de permitir que las personas se desarrollen dignamente. Este fenómeno es una amenaza contra el territorio que, en las

décadas siguientes podrán tener un problema de migración que deje sin habitantes a algunas comunidades. Ojalá el Gobierno actual cambie la historia y frene este fenómeno que atenta contra la cultura y la vida de los habitantes del pacífico.

Rosa de Lima

Se necesita que el Gobierno proporcione los medios para que las personas viven y se desarrollen en su territorio

FELIZ CUMPLEAÑOS

Celebración del Mes

Bienaventurada Virgen María

de Lourdes

ANIVERSARIO DE ORDENACIÓN FEBRERO

El 11 de febrero de 1858, tres niñas, Bernadette Soubirous, de 14 años, su hermana Marie Toinete, de 11 y su amiga Jeanne Abadie, de 12 salieron de su casa en Lourdes para recoger leña. Camino al río Gave, pasaron por una gruta natural donde Bernadette escuchó un murmullo y divisó la figura de una joven vestida de túnica blanca, muy hermosa, ceñida por una banda azul y con un rosario colgado del brazo. Se acercó y comenzaron a rezar juntas, para luego

Por un período de cinco meses, la Virgen se le apareció a la niña, en medio de multitudes que se acercaban para rezar y poder observar a la hermosa señora, pero la Virgen sólo se le aparecía a la niña. En reiteradas ocasiones, Bernadette fue víctima de desprecios y burlas por parte de las autoridades eclesiales y civiles de pueblo, pero la niña se mantuvo firme en su fe mariana sobre todo en el especial pedido que la Virgen le había encargado: la construcción de una capilla sobre la gruta y la realización de una procesión.

Luego de la última aparición ocurrida en 16 de julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, Bernadette ingresó a la orden religiosa de las hermanas enfermeras, a la edad de 22 años, y permaneció allí hasta su muerte a los 34 años de edad.

Oración para pedir la salud de los enfermos a la Virgen de Lourdes

¡Oh amabilísima Virgen de Lourdes, Madre de Dios y Madre nuestra!

Llenos de aflicción y con lágrimas fluyendo de los ojos, acudimos en las horas amargas de la enfermedad a tu maternal corazón, para pedirte que derrames a manos llenas el tesoro de tu misericordia sobre nosotros. Indignos somos por nuestros pecados de que nos escuches, Pero acuérdate que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a ti haya sido abandonado. ¡Madre tierna! ¡Madre bondadosa! ¡Madre dulcísima! Ya que Dios obra por tu mano curaciones sin cuento en la Gruta prodigiosa de Lourdes, sanando tantas víctimas del dolor, guarda también una mirada de bendición para nuestro pobre enfermo… (se dice el nombre).

Alcanzadle de vuestro Divino Hijo Jesucristo la deseada salud, si ha de ser para mayor gloria de Dios. Pero mucho más alcanzadnos a todos el perdón de nuestros pecados, paciencia y resignación en los sufrimientos y sobre todo un amor grande y eterno a nuestro Dios, prisionero por nosotros en los Sagrarios. Amén. Virgen de Lourdes, rogad