Pascua juvenil 2016 Conferencia Episcopal de Colombia

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El mundo actual nos presenta una serie de desafíos que como Jóvenes debemos afrontar, recordando que con nuestras acciones no solo podemos dar respuesta a estos, sino también contribuir al cambio de la sociedad. Por tal motivo extendemos una invitación a que “tú” como Joven te decidas a actuar bajo los principios y valores que has adquirido a lo largo de estos años y que hoy en día te permiten discernir lo bueno de lo malo. No tengas miedo a ser diferente y proponer, recuerda que hay un mundo esperando construir una nueva historia en la que tú puedes ser el protagonista. Prepárate en esta Pascua, reflexiona sobre lo escrito en esta cartilla, y decídete a actuar, teniendo en cuenta la invitación del Santo Papa Francisco: “Ser Signos e Instrumentos de la Misericordia del Padre”. En la realidad que vive nuestro país de ser “Artesanos de la reconciliación y la paz” somos invitados a tener espacios significativos que puedan entretejer la historia y los tiempos actuales.


Para ello, es necesario un intercambio intergeneracional. ¿Cómo realizar este proceso y hacer que una herencia compartida, no quede en el limbo? Mucho conocemos por los libros de historia, pero no hay mejor autenticidad que escucharla de quienes la han vivido. Es por esto, que estamos invitándolos a dar un paso significativo a conocer la historia de un país que le apuesta todo, a la “reconciliación y la paz”. Por este motivo los invitamos, para que entre todos, logremos tomar la experiencia de vida de nuestros abuelos de todos los rincones del país y la hagamos conocer a quienes habitamos esta hermosa tierra. Dice el Papa Francisco: el futuro de un pueblo depende del encuentro de jóvenes y ancianos.1 Queremos que durante los cuarenta días de la Cuaresma, tengamos experiencias significativas, las hagamos conocer y hacer llegar a la sección de juventud de la Conferencia Episcopal y podamos recopilar coplas, cuentos, refranes, oraciones, historias de vida, de Colombia, del pueblo donde vivimos, incluyendo, los sufrimientos, anhelos y esperanzas de un pueblo que se convierte en artesano de reconciliación y de paz, con ello queremos también fortalecer la familia en signo de comunión. 1

Cfr. Francisco, Audiencia general Vaticano, 04 Marzo 2015.


Saldrá un libro que haga visible lo que deben conocer las nuevas generaciones, el trabajo en equipo es importante para lograr nuestra misión de unir las familias y hacer memoria de una herencia compartida. Estamos en deuda con nuestros mayores y es importante hacer y conservar la memoria viva que ellos nos transmiten. La cuaresma es el tiempo que hemos querido escoger para que los niños y jóvenes, saquen provecho de la tecnología y así mismo, cuarenta días para escribir y enviar el material a la sección de juventud. Necesitaremos: fe, esperanza, caridad y con ello un cuaderno, una grabadora, todos los medios que ustedes conocen y debemos 1 aprovechar. Esta misión está encomendada a los jóvenes y por qué no, a los niños que deseen participar. Es importante ser protagonista de un Colombia mejor; el encuentro intergeneracional es vital para lo que sigue en este tiempo coyuntural. El material será enviado por internet a juventud@cec.org.co o pwilintontorres@cec.org.co, la última semana de Cuaresma del año 2016.


Entre todos haremos posible redescubrir la memoria de un pueblo, desde sus protagonistas hacia una herencia compartida a las nuevas generaciones. Hacemos la propuesta de la Pascua juvenil. Con una buena preparación y compromiso será un tiempo de Gracia en el año de la misericordia. Si existe alguna inquietud se pueden comunicar al tel. 3115317961, número de la sección.


“Cada día me miro en el espejo y me pregunto: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?". Si la respuesta es "No" durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo”.

Steve Jobs


Es el comienzo de un gran viaje que Dios me ofrece, tiempo de Cuaresma, cuarenta días. Cuarenta días para recorrer el camino de la Vida; Cuarenta días para renovar mi corazón; Cuarenta días para hacer limosna, ayuno y oración; Cuarenta días para renovar la fe, la esperanza y caridad; Es el tiempo de responder a la llamada de un nuevo estilo de vida, al estilo de Jesús; para alzar la mirada al cielo y ver lo que nadie te puede arrebatar. Es una mirada que te da paz y serenidad, es el Cristo vivo, el viviente quien desea quedarse contigo para siempre. La propuesta de un camino para recorrerlo en comunión; ¿Qué vas a ganar? Mucho, su amor incondicional, su abrazo lleno de ternura y de paz. Es el tiempo de ver con los ojos de Dios; Es el tiempo del “ser” más que “tener”. Es el tiempo de “ser” valientes. Arriésgate a dejarte amar y abrazar por el amor de Dios; Es el tiempo de que reconectes tu corazón con el de Cristo. Hoy es el día, es el día del amor.


Son cuarenta días: tiempo fuerte de la acción de Dios, de la conversión, el ayuno y la oración. Dios abre tu corazón al amor, a la misericordia a la salvación. Cuarenta días, signo de penitencia y de Gracia. Como Noé, Moisés, Elías, Jonás, también Jesús, ha recorrido cuarenta días de ayuno, en la meditación de la Palabra de Dios y en oración. Es el tiempo de la prueba y de la fidelidad. El pueblo de Israel caminó cuarenta años en el desierto. Cuarenta días, tiempo de enseñanza para los apóstoles quienes aprendieron a acoger la presencia del Resucitado, tiempo de preparación para la Iglesia que inauguraba, en la alegría de la Resurrección, su vida y su misión. Miércoles de ceniza, es el comienzo de esta gran aventura en el amor de Dios, signo de la lucha continua entre las tinieblas y la luz, los vicios (soberbia, avaricia, envidia, ira, lujuria, gula, pereza) y las virtudes (Teologales: fe, esperanza y caridad; cardinales: prudencia, templanza, fortaleza y justicia).


Es el tiempo de la “gran” decisión, de acoger la vida en su plenitud. La ceniza es expresión de la fragilidad humana herida por el pecado, es también signo de confianza plena en el señor, comienzan a fortalecerse los espacios sagrados para la oración personal y familiar, así, como los frutos de caridad para con los hermanos. Y para esto es necesario el impulso que Dios nos da, ti te arriesgas a esta aventura, entonces “adelante con valor”. ¿Eres arriesgado? Arriésgate pues, y abandónate en el océano de la misericordia de Dios. La experiencia es inolvidable. Cuando contemplas el rostro de Jesús, experimentas su ternura y te sientes atraído y comprometido a ser una luz de vida para los demás. No dejes para mañana la paz, la serenidad el gozo que sólo Dios puede dar y del que puedes disfrutar. No caminas solo, haz visto que amigos, familiares, compañeros y muchos otros creyentes, han venido con el mismo propósito, renovar su compromiso con Dios y con una sociedad que espera lo mejor de cada uno de nosotros.


Es bueno revisar las tareas de cada día y evaluarlas al finalizar la jornada. (Examen de conciencia). Recuerda: lo que haces, es para la Gloria de Dios y presencia de su Reino. Una santa, todos los días llevaba un cordoncito, y por cada sacrificio que realizaba le hacía un nudito; al finalizar el día en su última oración, frente a Jesús crucificado, soltaba uno a uno y decía: “Amado Jesús, ésta es la prueba de que “sí” te amo”. Así también tú y yo, podemos iniciar el camino de los cuarenta días. Éste, se hace con Dios cada día, no estarás sol@, otros te acompañaran, y contarás con las grandes vitaminas espirituales, la oración, el ayuno y la limosna. En el cuadro tendrás unos desafíos que realizar, para que al final del día puedas decir como la santa “Jesús, esta es la prueba de que “sí” te amo”.


Tú eres valiente y Dios le ha confiado el mundo a los valientes. Así que a luchar contra aquello que te destruye, porque en Cristo, somos más que vencedores (Rm. 8,37). !Adelante¡, ni un paso atrás, porque Dios te quiere dar la vida plena, el gozo verdadero, la paz, la serenidad de corazón. Invita a otros jóvenes para que comiencen el mismo camino, así, sentirás que cuando se va en comunión el equipaje se hace más liviano. ¡Adelante! porque Dios te dará todo lo que necesites para ser un campeón en Cristo Jesús. Muchos jóvenes han logrado durante la cuaresma hacer grandes compromisos y han llegado a dar testimonio de lo que Dios la hecho en su vida. Un joven hizo una buena confesión el domingo anterior al miércoles de ceniza con su párroco, allí se comprometió no volver a decir groserías, se convertiría en discípulo misionero de Cristo. Sería la Gracia de Dios quien le ayudaría en su camino de conversión. (Recordaba las palabras que su confesor le había dicho: “ora como si todo dependiera de Dios y haz las cosas como si todo dependiera de ti”). Durante este tiempo, comenzó a enviar por el celular mensajes de fe, esperanza y vida a sus amigos, lo haría sólo por cuarenta días.


Y como sabemos que el carácter se forma con los buenos hábitos, no solo dejó de decir groserías sino que también se convirtió en profeta de esperanza para sus amigos y conocidos. Y hasta el día de hoy, sigue en la misión con ayuda de Dios. Debes conocer algún caso similar. Tú, no serás la excepción, porque en Cristo eres vencedor. A continuación te presentamos los desafíos que harán de ti un Cristo vivo para quienes caminan, y comparten la historia de tu vida. !Adelante¡, como dice la canción “Con valor, sin temor, porque Dios es amor”, y el amor de Dios está en ti, tú eres reflejo de su amor.


ITINERARIO DE CUARESMA DOMINGO

14 de Febrero

Visitaré a un enfermo

21 de Febrero

LUNES

15 de Febrero

Evitaré gastos inoficiosos

22 de Febrero

MARTES MIÉRCOLES

16 de Febrero No hablare mal de nadie

23 de Febrero

JUEVES

VIERNES

SÁBADO

10 de Febrero

11 de Febrero

12 de Febrero

13 de Febrero

Me conectaré con Dios. Sacaré tiempo para la oración cada día. (el encuentro del amor).

Haré un momento de oración

17 de Febrero

18 de Febrero

Escucharé y amaré a mi abuelo o abuela (historia de vida).

No desperdiciaré el agua

24 de Febrero

25 de Febrero

Saludaré a quien me encuentre

Me privaré de algún alimento y lo compartiré

19 de Febrero

20 de Febrero

Daré un buen consejo

No dejaré desorden ni basura en los sitios que utilice

26 de Febrero

27 de Febrero

Leeré la biblia por 10 minutos

No me enojaré cuando no haya motivo

Utilizaré el celular solamente para lo necesario

Ayudaré a alguien sin que se dé cuenta

Perdonaré a quien me haya ofendido

Oro por la paz de Colombia con un Padrenuestro y realizo una acción significativa.

28 de Febrero

29 de Febrero

1 de Marzo

2 de Marzo

3 de Marzo

4 de Marzo

5 de Marzo

Haré una lectura formativa y la compartiré

Generación compartida, mis abuelos. (Memoria).

Seré amable con alguien que no me cae bien

Hablaré con verdad durante este día

Diré a tres personas lo que más me gusta de ellas

6 de Marzo

7 de Marzo

No diré palabras ofensivas

Daré las Escribiré un refrán gracias a cinco que me enseñen mis personas hoy mayores 8 de Marzo

9 de Marzo

10 de Marzo

11 de Marzo

12 de marzo

Corregiré al que se equivoca

Prepararé mi ofrenda para un ágape

Ofreceré al señor la jornada de hoy; mi trabajo , mis estudios

No exigiré cosas a mis padres

Participaré en la Eucaristía con fe

14 de Marzo

15 de Marzo

16 de Marzo

17 de Marzo

18 de Marzo

19 de marzo

Oraré por los vivos y por los difuntos

Buscaré la manera de servir a alguien

Soportare con paciencia las incomodidades nuevo clima

Rezaré el Santo Rosario

Participaré con devoción en el viacrucis

Haré un propósito para la semana santa

20 de Marzo

21 de Marzo

22 de Marzo

23 de Marzo

24 de Marzo

25 de Marzo

26 de Marzo

Hablaré bien de los otros

Haré un momento de oración

Examinaré ante el señor mis faltas, pediré perdón y haré un propósito de cambio

Leeré la vida de algún Santo

Reconciliarme con alguien de la familia

Asistir a la misa en familia

Hacer un acto de humildad

Haré feliz a mi familia durante todo el día 13 de Marzo

Haré un oficio o actividad que no sea de mi agrado

27 de Marzo Asistir a la Santa Misa

Me confesaré


MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XXXI JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 2016 «Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5,7) Queridos jóvenes: Hemos llegado ya a la última etapa de nuestra peregrinación a Cracovia, donde el próximo año, en el mes de julio, celebraremos juntos la XXXI Jornada Mundial de la Juventud. En nuestro largo y arduo camino nos guían las palabras de Jesús recogidas en el “sermón de la montaña”. Hemos iniciado este recorrido en 2014, meditando juntos sobre la primera de las Bienaventuranzas: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3). Para el año 2015 el tema fue «Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios» (Mt 5,8).


1. El Jubileo de la Misericordia Con este tema la JMJ de Cracovia 2016 se inserta en el Año Santo de la Misericordia, convirtiéndose en un verdadero Jubileo de los Jóvenes a nivel mundial. No es la primera vez que un encuentro internacional de los jóvenes coincide con un Año jubilar. De hecho, fue durante el Año Santo de la Redención (1983/1984) que San Juan Pablo II convocó por primera vez a los jóvenes de todo el mundo para el Domingo de Ramos. Después fue durante el Gran Jubileo del Año 2000 en que más de dos millones de jóvenes de unos 165 países se reunieron en Roma para la XV Jornada Mundial de la Juventud. Como sucedió en estos dos casos precedentes, estoy seguro de que el Jubileo de los Jóvenes en Cracovia será uno de los momentos fuertes de este Año Santo. Quizás alguno de ustedes se preguntará: ¿Qué es este Año jubilar que se celebra en la Iglesia? El texto bíblico del Levítico 25 nos ayuda a comprender lo que significa un “jubileo” para el pueblo de Israel: Cada cincuenta años los hebreos oían el son de la trompeta (jobel) que les convocaba (jobil) para celebrar un año santo, como tiempo de reconciliación (jobal) para todos.


En este tiempo se debía recuperar una buena relación con Dios, con el prójimo y con lo creado, basada en la gratuidad. Por ello se promovía, entre otras cosas, la condonación de las deudas, una ayuda particular para quien se empobreció, la mejora de las relaciones entre las personas y la liberación de los esclavos. Jesucristo vino para anunciar y llevar a cabo el tiempo perenne de la gracia del Señor, llevando a los pobres la buena noticia, la liberación a los cautivos, la vista a los ciegos y la libertad a los oprimidos (cfr. Lc 4,18-19). En Él, especialmente en su Misterio Pascual, se cumple plenamente el sentido más profundo del jubileo. Cuando la Iglesia convoca un jubileo en el nombre de Cristo, estamos todos invitados a vivir un extraordinario tiempo de gracia. La Iglesia misma está llamada a ofrecer abundantemente signos de la presencia y cercanía de Dios, a despertar en los corazones la capacidad de fijarse en lo esencial. En particular, este Año Santo de la Misericordia «es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el día de Pascua: ser signo e instrumento de la misericordia del Padre» (Homilía en las Primeras Vísperas del Domingo de la Divina Misericordia, 11 de abril de 2015).


2. Misericordiosos como el Padre El lema de este Jubileo extraordinario es: «Misericordiosos como el Padre» (cfr. Misericordiae Vultus, 13), y con ello se entona el tema de la próxima JMJ. Intentemos por ello comprender mejor lo que significa la misericordia divina. El Antiguo Testamento, para hablar de la misericordia, usa varios términos; los más significativos son los de hesed y rahamim. El primero, aplicado a Dios, expresa su incansable fidelidad a la Alianza con su pueblo, que Él ama y perdona eternamente. El segundo, rahamim, se puede traducir como “entrañas”, que nos recuerda en modo particular el seno materno y nos hace comprender el amor de Dios por su pueblo, como es el de una madre por su hijo. Así nos lo presenta el profeta Isaías: «¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!» (Is 49,15). Un amor de este tipo implica hacer espacio al otro dentro de uno, sentir, sufrir y alegrarse con el prójimo. En el concepto bíblico de misericordia está incluido lo concreto de un amor que es fiel, gratuito y sabe perdonar


En Oseas tenemos un hermoso ejemplo del amor de Dios, comparado con el de un padre hacia su hijo: «Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Pero cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; […] ¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba. Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer» (Os 11,1-4). A pesar de la actitud errada del hijo, que bien merecería un castigo, el amor del padre es fiel y perdona siempre a un hijo arrepentido. Como vemos, en la misericordia siempre está incluido el perdón; ella «no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. […] Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón» (Misericordiae Vultus, 6). El Nuevo Testamento nos habla de la divina misericordia (eleos) como síntesis de la obra que Jesús vino a cumplir en el mundo en el nombre del Padre (cfr. Mt 9,13).


La misericordia de nuestro Señor se manifiesta sobre todo cuando Él se inclina sobre la miseria humana y demuestra su compasión hacia quien necesita comprensión, curación y perdón. Todo en Jesús habla de misericordia, es más, Él mismo es la misericordia. En el capítulo 15 del Evangelio de Lucas podemos encontrar las tres parábolas de la misericordia: la de la oveja perdida, de la moneda perdida y aquélla que conocemos como la del “hijo pródigo”. En estas tres parábolas nos impresiona la alegría de Dios, la alegría que Él siente cuando encuentra de nuevo al pecador y le perdona. ¡Sí, la alegría de Dios es perdonar! Aquí tenemos la síntesis de todo el Evangelio. «Cada uno de nosotros es esa oveja perdida, esa moneda perdida; cada uno de nosotros es ese hijo que ha derrochado la propia libertad siguiendo ídolos falsos, espejismos de felicidad, y ha perdido todo. Pero Dios no nos olvida, el Padre no nos abandona nunca. Es un padre paciente, nos espera siempre. Respeta nuestra libertad, pero permanece siempre fiel. Y cuando volvemos a Él, nos acoge como a hijos, en su casa, porque jamás deja, ni siquiera por un momento, de esperarnos, con amor.


Y su corazón está en fiesta por cada hijo que regresa. Está en fiesta porque es alegría. Dios tiene esta alegría, cuando uno de nosotros pecadores va a Él y pide su perdón» (Ángelus, 15 de septiembre de 2013). La misericordia de Dios es muy concreta y todos estamos llamados a experimentarla en primera persona. A la edad de diecisiete años, un día en que tenía que salir con mis amigos, decidí pasar primero por una iglesia. Allí me encontré con un sacerdote que me inspiró una confianza especial, de modo que sentí el deseo de abrir mi corazón en la Confesión. ¡Aquel encuentro me cambió la vida! Descubrí que cuando abrimos el corazón con humildad y transparencia, podemos contemplar de modo muy concreto la misericordia de Dios. Tuve la certeza que en la persona de aquel sacerdote Dios me estaba esperando, antes de que yo diera el primer paso para ir a la iglesia. Nosotros le buscamos, pero es Él quien siempre se nos adelanta, desde siempre nos busca y es el primero que nos encuentra. Quizás alguno de ustedes tiene un peso en el corazón y piensa: He hecho esto, he hecho aquello…


¡No teman! ¡Él les espera! Él es padre: ¡siempre nos espera! ¡Qué hermoso es encontrar en el sacramento de la Reconciliación el abrazo misericordioso del Padre, descubrir el confesionario como lugar de la Misericordia, dejarse tocar por este amor misericordioso del Señor que siempre nos perdona! Y tú, querido joven, querida joven, ¿has sentido alguna vez en ti esta mirada de amor infinito que, más allá de todos tus pecados, limitaciones y fracasos, continúa fiándose de ti y mirando tu existencia con esperanza? ¿Eres consciente del valor que tienes ante Dios que por amor te ha dado todo? Como nos enseña San Pablo, «la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores» (Rom 5,8). ¿Pero entendemos de verdad la fuerza de estas palabras? Sé lo mucho que ustedes aprecian la Cruz de las JMJ – regalo de San Juan Pablo II – que desde el año 1984 acompaña todos los Encuentros mundiales de ustedes. ¡Cuántos cambios, cuántas verdaderas y auténticas conversiones surgieron en la vida de tantos jóvenes al encontrarse con esta cruz desnuda!


Quizás se hicieron la pregunta: ¿De dónde viene esta fuerza extraordinaria de la cruz? He aquí la respuesta: ¡La cruz es el signo más elocuente de la misericordia de Dios! Ésta nos da testimonio de que la medida del amor de Dios para con la humanidad es amar sin medida! En la cruz podemos tocar la misericordia de Dios y dejarnos tocar por su misericordia. Aquí quisiera recordar el episodio de los dos malhechores crucificados junto a Jesús. Uno de ellos es engreído, no se reconoce pecador, se ríe del Señor; el otro, en cambio, reconoce que ha fallado, se dirige al Señor y le dice: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino». Jesús le mira con misericordia infinita y le responde: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso» (cfr. Lc 23,32.39-43). ¿Con cuál de los dos nos identificamos? ¿Con el que es engreído y no reconoce sus errores? ¿O quizás con el otro que reconoce que necesita la misericordia divina y la implora de todo corazón? En el Señor, que ha dado su vida por nosotros en la cruz, encontraremos siempre el amor incondicional que reconoce nuestra vida como un bien y nos da siempre la posibilidad de volver a comenzar.


3. La extraordinaria alegría de ser instrumentos de la misericordia de Dios La Palabra de Dios nos enseña que «la felicidad está más en dar que en recibir» (Hch 20,35). Precisamente por este motivo la quinta Bienaventuranza declara felices a los misericordiosos. Sabemos que es el Señor quien nos ha amado primero. Pero sólo seremos de verdad bienaventurados, felices, cuando entremos en la lógica divina del don, del amor gratuito, si descubrimos que Dios nos ha amado infinitamente para hacernos capaces de amar como Él, sin medida. Como dice San Juan: «Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. […] Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros» (1 Jn 4,7-11).


Después de haberles explicado a ustedes en modo muy resumido cómo ejerce el Señor su misericordia con nosotros, quisiera sugerirles cómo podemos ser concretamente instrumentos de esta misma misericordia hacia nuestro prójimo. Me viene a la mente el ejemplo del beato Pier Giorgio Frassati. Él decía: «Jesús me visita cada mañana en la Comunión, y yo la restituyo del mísero modo que puedo, visitando a los pobres». Pier Giorgio era un joven que había entendido lo que quiere decir tener un corazón misericordioso, sensible a los más necesitados. A ellos les daba mucho más que cosas materiales; se daba a sí mismo, empleaba tiempo, palabras, capacidad de escucha. Servía siempre a los pobres con gran discreción, sin ostentación. Vivía realmente el Evangelio que dice: «Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto» (Mt 6,3-4). Piensen que un día antes de su muerte, estando gravemente enfermo, daba disposiciones de cómo ayudar a sus amigos necesitados. En su funeral, los familiares y amigos se quedaron atónitos por la presencia de tantos pobres, para ellos desconocidos, que habían sido visitados y ayudados por el joven Pier Giorgio.


A mí siempre me gusta asociar las Bienaventuranzas con el capítulo 25 de Mateo, cuando Jesús nos presenta las obras de misericordia y dice que en base a ellas seremos juzgados. Les invito por ello a descubrir de nuevo las obras de misericordia corporales: dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, acoger al extranjero, asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: aconsejar a los que dudan, enseñar a los ignorantes, advertir a los pecadores, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, soportar pacientemente a las personas molestas, rezar a Dios por los vivos y los difuntos. Como ven, la misericordia no es “buenismo”, ni un mero sentimentalismo. Aquí se demuestra la autenticidad de nuestro ser discípulos de Jesús, de nuestra credibilidad como cristianos en el mundo de hoy. A ustedes, jóvenes, que son muy concretos, quisiera proponer que para los primeros siete meses del año 2016 elijan una obra de misericordia corporal y una espiritual para ponerla en práctica cada mes. Déjense inspirar por la oración de Santa Faustina, humilde apóstol de la Divina Misericordia de nuestro tiempo:


A mí siempre me gusta asociar las Bienaventuranzas con el capítulo 25 de Mateo, cuando Jesús nos presenta las obras de misericordia y dice que en base a ellas seremos juzgados. Les invito por ello a descubrir de nuevo las obras de misericordia corporales: dar de comer a los hambrientos, dar de beber a los sedientos, vestir a los desnudos, acoger al extranjero, asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: aconsejar a los que dudan, enseñar a los ignorantes, advertir a los pecadores, consolar a los afligidos, perdonar las ofensas, soportar pacientemente a las personas molestas, rezar a Dios por los vivos y los difuntos. Como ven, la misericordia no es “buenismo”, ni un mero sentimentalismo. Aquí se demuestra la autenticidad de nuestro ser discípulos de Jesús, de nuestra credibilidad como cristianos en el mundo de hoy. A ustedes, jóvenes, que son muy concretos, quisiera proponer que para los primeros siete meses del año 2016 elijan una obra de misericordia corporal y una espiritual para ponerla en práctica cada mes. Déjense inspirar por la oración de Santa Faustina, humilde apóstol de la Divina Misericordia de nuestro tiempo:


«Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla […] a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos […] a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos […] a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras […] a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio […] a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo» (Diario 163).

El mensaje de la Divina Misericordia constituye un programa de vida muy concreto y exigente, pues implica las obras.


Una de las obras de misericordia más evidente, pero quizás más difícil de poner en práctica, es la de perdonar a quien te ha ofendido, quien te ha hecho daño, quien consideramos un enemigo. «¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices» (Misericordiae Vultus, 9). Me encuentro con tantos jóvenes que dicen estar cansados de este mundo tan dividido, en el que se enfrentan seguidores de facciones tan diferentes, hay tantas guerras y hay incluso quien usa la propia religión como justificación para la violencia. Tenemos que suplicar al Señor que nos dé la gracia de ser misericordiosos con quienes nos hacen daño. Como Jesús que en la cruz rezaba por aquellos que le habían crucificado: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34) El único camino para vencer el mal es la misericordia. La justicia es necesaria, cómo no, pero ella sola no basta. Justicia y misericordia tienen que caminar juntas.


¡Cómo quisiera que todos nos uniéramos en oración unánime, implorando desde lo más profundo de nuestros corazones, que el Señor tenga misericordia de nosotros y del mundo entero! 4. ¡Cracovia nos espera! Faltan pocos meses para nuestro encuentro en Polonia. Cracovia, la ciudad de San Juan Pablo II y de Santa Faustina Kowalska, nos espera con los brazos y el corazón abiertos. Creo que la Divina Providencia nos ha guiado para celebrar el Jubileo de los Jóvenes precisamente ahí, donde han vivido estos dos grandes apóstoles de la misericordia de nuestro tiempo. Juan Pablo II había intuido que este era el tiempo de la misericordia. Al inicio de su pontificado escribió la encíclica Dives in Misericordia. En el Año Santo 2000 canonizó a Sor Faustina instituyendo también la Fiesta de la Divina Misericordia en el segundo domingo de Pascua. En el año 2002 consagró personalmente en Cracovia el Santuario de Jesús Misericordioso, encomendando el mundo a la Divina Misericordia y esperando que este mensaje llegase a todos los habitantes de la tierra, llenando los corazones de esperanza: «Es preciso encender esta chispa de la gracia de Dios.


Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad» (Homilía para la Consagración del Santuario de la Divina Misericordia en Cracovia, 17 de agosto de 2002). Queridos jóvenes, Jesús misericordioso, retratado en la imagen venerada por el pueblo de Dios en el santuario de Cracovia a Él dedicado, les espera. ¡Él se fía de ustedes y cuenta con ustedes! Tiene tantas cosas importantes que decirle a cada uno y cada una de ustedes… No tengan miedo de contemplar sus ojos llenos de amor infinito hacia ustedes y déjense tocar por su mirada misericordiosa, dispuesta a perdonar cada uno de sus pecados, una mirada que es capaz de cambiar la vida de ustedes y de sanar sus almas, una mirada que sacia la profunda sed que demora en sus corazones jóvenes: sed de amor, de paz, de alegría y de auténtica felicidad. ¡Vayan a Él y no tengan miedo! Vengan para decirle desde lo más profundo de sus corazones: “¡Jesús, confío en Ti!”.


Déjense tocar por su misericordia sin límites, para que ustedes a su vez se conviertan en apóstoles de la misericordia mediante las obras, las palabras y la oración, en nuestro mundo herido por el egoísmo, el odio y tanta desesperación. Lleven la llama del amor misericordioso de Cristo – del que habló San Juan Pablo II – a los ambientes de su vida cotidiana y hasta los confines de la tierra. En esta misión, yo les acompaño con mis mejores deseos y mi oración, les encomiendo todos a la Virgen María, Madre de la Misericordia, en este último tramo del camino de preparación espiritual hacia la próxima JMJ de Cracovia, y les bendigo de todo corazón. Desde el Vaticano, 15 de agosto de 2015 Solemnidad de la Asunción de la Virgen María.

Ahora, hagamos el ejercicio de buscar algunas frases que acentúan la misericordia en nuestra vida cotidiana. Recuerda una diaria, que puedas leer desde la mañana, y tenerla presente para todo el día. Entonces lograrás buenos hábitos de misericordia como preparación a la celebración de la Pascua del Señor.


Discernimiento: Hechos de Vida El Santo Papa Francisco nos alienta a replantear nuestros actos bajo un marco de Misericordia, redescubriendo la misión que el Señor nos ha confiado, todos hemos sido llamados a ser instrumentos de cambio y transformación, así que en nuestras manos está el afrontar con madurez y responsabilidad la misión que se nos ha encomendado. Está será mucho más fácil de emprender si nosotros como jóvenes nos enamoramos a diario de Dios, si asimilamos su voluntad y nos comprometemos no solo con él, sino también con nosotros mismos. Recordemos que estamos llamados a ser «Misericordiosos como el Padre» (cfr. Misericordiae Vultus, n. 13); esto implica dar, recibir, perdonar, pedir perdón, ser alegres, aceptar nuestros errores y culpas, y ante todo Amar. La tarea puede llegar a costar, pero tenemos de nuestro lado a aquel que todo lo puede, así que por más difícil que parezca no nos podemos desanimar, por el contrario con más ganas y perseverancia decidimos cumplir lo que se nos ha encomendado.


Introducción Parábola de la Oveja perdida. (Lc 15, 1-7) 15 Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, 2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come. 3 Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: 4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros; 6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido. 7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento. Actividad: Reflexión Tras leer la parábola y reflexionar sobre ella, ¿qué aspectos importantes para tu vida, rescatas de ella? Cuéntanos el por qué.


Introducción Parábola de la Moneda Perdida (Lc 15, 8-10) ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido. 10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. 8

Actividad – Interiorización Tras leer la parábola, reflexionemos cuántas veces hemos perdido algo preciado, ahora tratemos de recordar la actitud que tomamos ante esa perdida y el sentimiento que llegamos a sentir, si encontramos lo que se nos ha perdido. Entonces cual crees que es el sentimiento de Dios al encontrar a un hijito que estaba perdido en el pecado.


Introducción Parábola del Hijo Prodigo (Lc 15, 11-32) Actividad: Dramatización a) Preparación (Los personajes son un lector, el padre, el hijo menor, el hijo mayor, un mozo y varios fariseos. En la grabación debe haber música festiva) b) Relato LECTOR: «Lectura del Evangelio según San Lucas. En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo (se acercan). Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos (se apiñan y hacen como que murmuran): FARISEO: "Ése acoge a los pecadores y come con ellos". LECTOR: Jesús les dijo esta parábola. Un hombre tenía dos hijos (se pone el padre entre los dos hijos); el menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna".


LECTOR: El padre les repartió los bienes (el padre rompe en dos una gran cartulina y da los trozos a sus hijos). No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano (se va), donde derrochó su fortuna viviendo perdidamente (rompe lo que lleva y lo pisotea). Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó a pasar necesidad. Fue entonces, y tanto le insistió a un habitante de aquel país, que lo mandó a sus campos a guardar cerdos (toma un palo). Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer (se sienta). Recapacitando entonces, se dijo: HIJO MENOR: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientas yo aquí me muero de hambre...! Me pondré en camino a donde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros". LECTOR: Se puso en camino a donde estaba su padre (se levanta y se pone en movimiento). Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo cubrió de besos. (el padre hace esos gestos). Su hijo le dijo:


HIJO MENOR: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo". LECTOR: Pero el padre dijo a sus criados: PADRE: "Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo (le ponen un manto); ponedle un anillo en la mano (ídem) y sandalias en los pies (ídem); traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado" (se prepara una mesa para un banquete). LECTOR: Y empezaron el banquete (se oye música). El hijo mayor estaba en el campo. Cuando, al volver, se acercaba a la casa, oyó la música y el baile y, llamando a uno de los mozos (lo hace), le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: Mozo: "Ha vuelto tu hermano, y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud". LECTOR: Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo (sale el padre y le persuade). Y él replicó a su padre:


HIJO MAYOR: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo, que se ha comido sus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado". LECTOR: El padre le dijo: PADRE: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado"».

En la Parábola del Padre Misericordioso, se encuentra la historia de cada uno (hijo menor, hijo mayor,


Introducción Comienza el Triduo Pascual, con el día del “amor fraterno”. Dios es amor, la vida de hombres y mujeres debe estar presidida por la caridad. "Lo que hicisteis con uno de esos hermanos míos tan insignificantes, conmigo lo hicisteis" (Mt 25,40).


ORACIÓN CONCLUSIVA «¿Y quién sino tú, Señor, es el que nos ha recogido por el camino, el que ha tenido compasión de nosotros, el que nos ha hecho montar sobre la cabalgadura, el que ha derramado sobre nosotros aceite y vino, el que nos ha restablecido para reemprender el camino? Tú eres el que, antes de proclamar el servicio mutuo de lavarse los pies, se arrodilló, ceñida la toalla, a los pies de cada uno y se los lavó con amor. ¡Haz que siempre comprendamos la grandeza de tus gestos tan sencillos, que proceden de tu corazón, de tu pertenencia al Padre, del sentido de tu misión! Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén». Pg. 116. Los invitamos a reflexionar en la homilía del Papa francisco en la Cena del Señor de 2013.


“Centro Penitenciario para Menores "Casal del Marmo", Roma Jueves Santo 28 de marzo de 2013

Esto es conmovedor. Jesús que lava a los pies a sus discípulos. Pedro no comprende nada, lo rechaza. Pero Jesús se lo ha explicado. Jesús - Dios - ha hecho esto. Y Él mismo lo explica a los discípulos: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Jn 13,12-15). Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: «yo estoy a tu servicio». Y también nosotros, entre nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros, pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros.


A veces estoy enfadado con uno, o con una... pero... olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que viene del corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñando. Pero también vosotros, ayudadnos: ayudadnos siempre. Los unos a los otros. Y así, ayudándonos, nos haremos bien. Ahora haremos esta ceremonia de lavarnos los pies y pensemos: que cada uno de nosotros piense: «¿Estoy verdaderamente dispuesta o dispuesto a servir, a ayudar al otro?». Pensemos esto, solamente. Y pensemos que este signo es una caricia de Jesús, que Él hace, porque Jesús ha venido precisamente para esto, para servir, para ayudarnos.


Puede pensarse en una hora de los jóvenes frente a Jesús Sacramentado donde se permite reflexionar sobre tres temas importantes: • El mandamiento del amor: La caridad fraterna, en mi vida cotidiana. • La institución de la Eucaristía: Mi alimento para tomar fuerzas en el camino de la vida. • La institución del Sacerdocio: lo importante que es para mí el sacramento de la confesión y mi servicio en la vida de la Iglesia. Reflexión Nocturna: Símbolo y Signo


Introducción VIACRUCIS PRIMERA ESTACIÓN Jesús es condenado a muerte Cuantas veces no hemos condenado nuevamente a Cristo con nuestros pecados, o peor aún cuantas veces por complacer a los demás tal y como lo hizo Pilatos hemos puesto en duda la inocencia de un justo. SEGUNDA ESTACIÓN Jesús con la cruz a cuestas Esta estación nos permite recordar el inicio de todo lo que tuvo que padecer Jesús por nuestra salvación, y así mismo nos permite reflexionar sobre las veces en que no hemos querido afrontar el peso de nuestras vidas, y ponemos nuevamente a Jesús a cargar con la cruz que nosotros queramos ponerle.


TERCERA ESTACIÓN Jesús cae por primera vez Esta caída de Jesús con la cruz a cuestas nos permite vernos reflejados, ya que muchas veces hemos tenido que caer y hemos tenido que ver caer a quien tanto queremos. Ese dolor e impotencia que sentimos al tener que vivir una caída nos permite llenarnos de valentía y pararnos a seguir luchando no solo con la carga de una cruz, sino con la carga de nuestra propia vida. CUARTA ESTACIÓN Jesús encuentra a su Madre La santísima Virgen María, esa Madre amorosa que no dejo solo a su hijo en ningún momento, nos hace ver a nuestras madres en ella, ellas son nuestro soporte y nuestro aliento y aunque muchas veces fallamos, siempre vamos en su búsqueda y nos llenamos de gozo y fortaleza al encontrarlas.


QUINTA ESTACIÓN El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz En esta estación confirmamos la misión que se no ha encomendado, pidámosle al Dios padre que nos permita por medio de nuestras acciones ayudar a Jesús a cargar la cruz que el mundo de hoy impone sobre sus hombros. SEXTA ESTACIÓN La Verónica enjuga el rostro de Jesús Como jóvenes el mundo busca apartarnos cada vez más de ver y reconocer el rostro de Jesús en nuestras vidas, ante esto debemos ser como la Verónica y buscar la manera de enjugar el rostro de Jesús, limpiando ese dolor y sufrimiento y brindándole alegría con nuestro compromiso.


SÉPTIMA ESTACIÓN Jesús cae por segunda vez Esta estación nos confirma que al igual que Jesús no solo se cae una vez, estamos propensos a volver a caer, pero de igual manera debemos volver a levantarnos para así cumplir con la misión que se nos ha encomendado, tal y como lo hizo Jesús culminando la misión que el Padre le había puesto. OCTAVA ESTACIÓN Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén que lloran por él Así como Jesús consoló a estas mujeres que lloraban por él, a diario él consuela nuestras vidas, dándonos alivio y consuelo. NOVENA ESTACIÓN Jesús cae por tercera vez bajo el peso de la cruz Otra caída que nos recuerda que por más difícil que sea el camino, debemos luchar cargando el peso de nuestra cruz, tal y como lo hizo Jesús cargando con el peso de nuestros pecados.


DÉCIMA ESTACIÓN Jesús es despojado de sus vestiduras Cuantas veces no hemos llegado desnudos ante tu presencia, buscando consuelo en ti, cuantas veces la humanidad no ha sido despojada de sí misma, cuantas veces nos has dado abrigo y reguardo. Señor, queremos agradecerte porque tu amor infinito nos ha revestido como hijos de Dios. UNDÉCIMA ESTACIÓN Jesús es clavado en la cruz Esta estación la podemos ver y recordar a diario, cuando te vemos clavado en esa cruz por nuestros pecados, por nuestra indiferencia, por nuestra soberbia. Perdónanos porque nosotros también no sabemos lo que hacemos, perdónanos porque en el afán de vivir nos estamos olvidando de ti y nos olvidamos de que por tu infinita misericordia fuimos salvados y perdonados.


DUODÉCIMA ESTACIÓN Jesús muere en la cruz Tu muerte es la confirmación de los planes de Dios, con tu muerte recordamos el precio de nuestra salvación, un precio injusto para aquel que lo entrego todo por nosotros y que aún lo sigue dando. DECIMOTERCERA ESTACIÓN Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre La santísima Virgen María pudo recibirte tras tu muerte, permítenos a nosotros transformar nuestras vidas de tal manera que también podamos recibirte, y así mismo entregarnos a María Santísima.


DECIMOCUARTA ESTACIÓN Jesús es colocado en el sepulcro Debiste ser puesto en un sepulcro, para allí recobrar vida y cumplir con la voluntad del padre resucitar de la muerte y darnos vida eterna. Reflexión Con el recorrido del Viacrucis podemos replantear muchos de los aspectos de nuestra vida, dándole mayor importancia al cambio y a la transformación, para así evitar crucificar nuevamente a Jesús con nuestros pecados. Si empezamos por tener misericordia, nuestra vida estará llena de gozo, y seguramente el Padre también tendrá misericordia de nosotros, así que el momento es ahora y solo depende de nuestro sí, del querer y poder cambiar para contribuir a un mejor mundo y convertirnos en ejemplos de vida nueva.


En la tarde el momento de la exclavación es oportuno reflexionar lo siguiente: LAS «SIETE PALABRAS» Aquí encontramos también la palabra de vida que se nos ofrece al igual que la invitación a ser portadores de la vida que se nos ha dado. 1ª «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34) Palabra de misericordia. Perdón en toda circunstancia. 2ª «En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43) Palabra de esperanza. La confianza en Dios, salida del dolor. 3ª «Mujer, he ahí a tu hijo; hijo, he ahí a tu madre» (Jn 19,26-27) Palabra de generosidad. La solidaridad, contrapartida del egoísmo.


4ª «Tengo sed» (Jn 19,28) Palabra de debilidad. Los dolores injustos. 5ª «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?» Palabra de soledad. [(Me 15,34; Mt 27,46) Dolores de angustia y a la vez de abandono en el Padre.

6ª «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Le 23,46) Palabra de confianza. La vida entera tiene sentido. 7ª «Todo está cumplido» (Jn 19,39) Palabra de perfección. La aceptación de la vida en Dios.


INVITACIÓN A ORAR Y A EXPRESARSE SALMO 21 (A dos coros).

POEMA: «Siete palabras». Siete palabras Y muere Dios con labio desbordado. Acosado de muerte habla el quejido de un Dios que por amores está herido: siete palabras dice enamorado. Siete palabras son de ajusticiado. Siete rosas al viento estremecido altos izan aromas y el latido desde rosal con sangre veteado. Siete palomas raudas alzan vuelo de entre costado abierto, carne herida; son aceradas flechas desde aljaba hacia el pecho del hombre, hacia el cielo. Bajo cárdena nube rayo hendida, siete palabras son pulsando aldaba; piden del alma en aflicción sonora abrir las puertas y esperar la aurora. (PEDRO HERNÁNDEZ)


Solidaridad Mantener siempre atentos los oídos al grito de dolor de los demás y escuchar su llamada de socorro, es solidaridad. Mantener la mirada siempre alerta y los ojos tendidos sobre el mar en busca de algún náufrago en peligro, es solidaridad. Sentir como algo propio el sufrimiento del hermano de aquí y del de allá, hacer propia la angustia de los pobres, es solidaridad. Llegar a ser la voz de los humildes, descubrir la injusticia y la maldad, denunciar al injusto y al malvado, es solidaridad. Dejarse transportar por un mensaje cargado de esperanza, amor y paz, hasta apretar la mano del hermano, es solidaridad. Convertirse uno mismo en mensajero del abrazo sincero y fraternal que unos pueblos envían a otros pueblos, es solidaridad.


Compartir los peligros en la lucha por vivir en justicia y libertad, arriesgando en amor hasta la vida, es solidaridad. Entregar por amor hasta la vida es la prueba mayor de amistad, es vivir y morir con Jesucristo, es solidaridad. (LEÓNIDAS PROAÑO) Sólo Dios HIMNO: Tú eres el camino Tú eres el camino, Señor. Viniste desde el Padre, como José, a visitar a tus hermanos, a darnos los saludos y la salud de Dios, y, por unas monedas, te vendimos. Eras nuestro camino, y te perdimos. Pero has vuelto otra vez. Tú vuelves siempre a buscar a los hermanos perdidos, hambrientos, asustados, ateridos, en la noche del mundo a oscuras, desanimados, sin alma, desalmados


Te pones en camino con nosotros en cada Eucaristía. De viaje por el mundo, Tú eres nuestro guía, consejo, antorcha, estrella, fuerza, motor y alegría, defensa, refugio, amparo, alforjas, viático, merienda, conversación, amistad y compañía.

(ALBERTO INIESTA) 8. Hora santa (III): «Las otras siete palabras» 1ª «Tú que destruías el templo y lo reedificabas en tres días, sálvate ahora a ti mismo» (Mt 27,39) 2ª «Si de verdad lo quiere Dios, que lo libre ahora, ¿no decía que era Hijo de Dios?» (Mt 27,43) 3ª «Uno de los malhechores lo escarnecía diciendo: "¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!"» (Lc 23,39)


4ª «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino» (Lc 23,42) 5ª «A media tarde, gritó Jesús muy fuerte: "¡Eloí, Eloí...!" Algunos de los presentes, al oírlo, decían: "Mira, está llamando a Elias"» (Mc 15,35) 6ª «Uno de ellos fue corriendo a coger una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: "Déjale, a ver si viene Elias..."» (Mt 27, 48-49) 7ª «El centurión... dijo: "Verdaderamente este hombre era hijo de Dios"» (Mc 15,39)

(Seleccionadas por José Luis Blanco Vega)

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FLORISTAN Casiano, Celebraciones de la comunidad, Sal Terrre, Santander, 1996, España, p. 130-131.


Otra propuesta para la contemplación del santo sepulcro el viernes Santo:

10. Los personajes de la pasión JUDAS: «Yo soy Judas. Cuando conocí a Jesús, no tuve la menor duda de que era el Mesías, el caudillo salvador anunciado por los profetas, que se pondría al frente de Israel con las armas en la mano para expulsar a los gentiles romanos, orgullosos e imperialistas, que ocupan nuestra patria desde hace ya tres siglos. De un tiempo a esta parte, observo que Jesús es un pacifista obstinado, partidario de amar a los enemigos, que manda poner la otra mejilla a quienes nos insultan y abofetean... ¡Por ese camino jamás podremos sacudirnos el yugo de las fuerzas romanas opresoras! Por eso, para que Jesús no destruya mi esperanza política, he informado al sanedrín y sumos sacerdotes acerca del sitio exacto donde nos íbamos a reunir esta noche, para que lo exterminen y no engañe más a otros fervientes patriotas judíos como yo. Mientras tanto, seguiremos esperando la llegada del verdadero Mesías con la espada en la mano».


CAIFÁS: «Yo soy Caifás, sumo sacerdote del templo. Soy un buen político, y mi cargo es temporal, lo cual significa que tengo que jugar las cartas inteligentemente si quiero seguir ejerciendo el poder en años sucesivos. Todo transcurría bien hasta el momento en que un galileo iluminado ha comenzado a alborotar al pueblo con su mensaje. He de conseguir que el pueblo lo condene por blasfemo. Así se callará sin que peligre mi cargo. Las autoridades romanas se darán cuenta de mi eficacia. La condena del galileo será muy beneficiosa para mí». PILATO: «Yo soy Pilato. Tengo un alto cargo en la administración y me encuentro en una de esas encrucijadas tan frecuentes en la vida diaria de un político... Ahora mismo se me presenta un problema de difícil solución: tengo que juzgar a un preso y condenarlo, a pesar de que estoy convencido de su inocencia. Lo he juzgado yo mismo, y me ha impresionado. Pero no estoy dispuesto a juzgar con justicia si ello significa arriesgar mi cargo. No tengo más remedio que lavarme las manos en este asunto».


MARÍA: «Yo soy María, la madre de Jesús. Siempre disfruté de una presencia particular de Dios, sin que yo pusiese nada de mi parte. Desde que el Espíritu de Dios engendró en mi seno a mi hijo Jesús, guardé todos mis sentimientos en mi corazón. Acepté el llamamiento de Dios para ser madre. Cada sábado que escuchaba en la sinagoga la palabra de Dios, me ayudaba a dar sentido a mi vida. También escuché siempre la palabra de mi hijo. Comprendí la decisión de Jesús de predicar el Reino y temí que lo apedrearan o lo crucificaran. Cuando llegó la hora de la ejecución, una espada de siete filos se clavó en mi corazón. Pero mi esperanza está puesta en el Dios de las promesas y de la resurrección».


JOSÉ DE ARIMATEA: «Yo soy José de Arimatea. Aunque pertenezco a un familia rica, he procurado ser recto y justo. Pertenezco al sanedrín y he sido amigo y condiscípulo de Nicodemo en la escuela del rabino Gamaliel. Allí entendí el sentido de las Escrituras y la esperanza que debería tener todo el pueblo de Israel. Precisamente por ser rico y tener un cargo político importante, no me atrevo a ser discípulo de Jesús públicamente. Lo soy en secreto, con cierta cobardía y mala conciencia. Todo lo que he oído y visto de Jesús me ha impresionado. Creo que fue un hombre justo, que se le maltrató y que su cuerpo debe descansar en un sepulcro nuevo, esperando la resurrección de los muertos». 3

3 Ibíd., p. 133-134.


Vigilia Pascual: Signo: la luz de misericordia. Jesús nos invita a ser actores de nuestra propia historia, a estar convencidos que con nuestro cambio también se logrará una transformación social, y que con la ayuda del espíritu santo podremos superar cualquier obstáculo que se presente en nuestra vida, estando vigilantes y despiertos para que así el mal no nos encuentre distraídos. Actividad: Generar en el almuerzo familiar un encuentro de común unión, que le permita a los jóvenes tener un espacio de dialogo fraterno con sus seres queridos, y así vivir la pascua desde la vigilia de Resurrección.


Tras poner a Jesús en el sepulcro, María Magdalena decide ir a verlo, dándose cuenta que la piedra ya no estaba, tal y como lo había establecido la voluntad del padre, siendo ella la primera en ir y la primera en llevar la buena noticia: Jesús ha Resucitado y con esto nosotros tendremos vida eterna. La invitación es para que nosotros sigamos llevando ese legado que ella nos deja; con el mismo gozo, podamos decir que Jesús también ha resucitado en nuestras vidas y que con su amor ha logrado transformar nuestras acciones, signo de la Pascua, bridándonos la oportunidad del gozo de una vida nueva.


El desafío es claro, nuestra tarea consiste en hacer la transición de ser esa oveja, moneda o hijo perdido, a ser el motivo de alegría de Jesús al encontrarnos, pasar de tener una vida en el mundo, a tener una vida con Dios, pasar a ser protagonistas de nuestra propia historia y convertirnos en los artesanos de la paz y la misericordia, que el mundo tanto necesita. Jesús, tú, yo, somos protagonistas, actores de la Civilización del amor. ¡Adelante!, Cristo cuenta contigo.

Felices Pascuas de Resurrección.


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MONICIÓN «El Espíritu de Dios es: * Aliento de vida, frente a torturas, mutilación y muerte. * Viento que oxigena, frente a recintos cerrados y oscuros. * Inspiración creadora, frente a rutinas e inmovilismos. * Soplo de universalidad, frente a localismos estrechos. * Empuje comunitario, frente a masificaciones estériles. * Irrupción de la base, frente a poderes dominantes. * Palabra de Dios, camino, verdad, y vida de los seres humanos». GESTO (Se escucha en silencio una música que simboliza al Espíritu).. 4 Cfr. FLORISTAN Casiano, p. 163-183.


La fiesta de la Pascua se prolonga por cincuenta días hasta el domingo de Pentecostés. Es allí donde vivimos el tiempo de alegría y gozo por los frutos y dones del Espíritu Santo. Después de la Resurrección surgen algunos signos importantes de comunión y de conversión, vestimos el traje de fiesta, de la Pascua, de la misericordia, del perdón, de la reconciliación y de la paz, de la justicia, de la solidaridad y la fraternidad. Por otra parte es una buena oportunidad para hacer una reflexión diaria sobre la cosecha del Espíritu Santo: sus dones y frutos en mi vida, en nuestra vida. Es necesario tomar para los días de Pascua cada don y fruto, para reflexionarlo a modo personal y comunitario, como preparación a Pentecostés. ¿Cuál don y cuál fruto es el que tengo que pedir al Señor, para que fortalezca en mi vida, la fe, la Esperanza y la Caridad? ¿Cuál de las virtudes cardinales debo pedir al Señor: justicia, fortaleza, prudencia, templanza (es bueno que hagamos una búsqueda de cada una de ellas), para ser más que humano?

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Es tiempo de gracia y bendición. Jóvenes comprometidos con un mundo nuevo y protagonistas de grandes cambios para un País que nos reclama como actores principales de nuevos cambios. Es el Espíritu Santo, quien nos reconforta y revitaliza, es el aliento divino y vivificante, huracán que empuja a ser portadores de vida. Revizar los artículos de pontifico consejo para los laicos. 1. Celebración de Pentecostés:

La Vigilia de Pentecostés nos presenta varias lecturas bíblicas, lectura del Antiguo Testamento, salmo y oración, así, como también del Evangelio. Allí encontramos algunos símbolos del Espíritu: soplo, viento, agua, luz y fuego. La realidad y la fuerza del Espíritu es de vida en abundancia concediendo pleno sentido a la existencia. Por ejemplo la vivificación de los huesos secos, la destrucción de la soberbia significada con la torre de Babel, encontramos el paso de la muerte a la vida, del desorden a la plena armonía. .


2. La Vigilia de Pentecostés a) Formación de la asamblea Se puede pensar en una hoguera y quemar allí aquellos objetos que simbolicen esclavitud; al tiempo que se convierte en signo de liberación y entrega al Espíritu de Dios, quien llega con todo el amor de la Trinidad para ponerte la camiseta de la fe y la esperanza. (Si es posible, se hace la hoguera en un patio, o al menos se enciende la llama. (Se queman cosas simbólicas que rechazamos. Lo expresamos con estos deseos). * No rendimos culto al dinero ganado mediante la corrupción, amparándose en puestos de responsabilidad social o política. (Se arroja al fuego la imagen de un billete) Py «¡Al fuego, al fuego!» .


• No adoramos a los poderes que avasallan, ni a los que basan su poder en la fuerza de las armas. (Se arroja al fuego un juguete bélico) Py «¡Al fuego, al fuego!» • No escuchamos ni leemos los anuncios publicitarios de una sociedad de consumo que manipula las necesidades del pueblo. (Se arroja al fuego una revista de actualidad) Py «¡Al fuego, al fuego!» • No queremos permanecer sentados y ociosos mientras el Tercer Mundo se muere a causa del hambre o de luchas tribales intestinas. (Se arroja al fuego una silla vieja) Py «¡Al fuego, al fuego!» CANTO: «Envía tu Espíritu». .


Se encuentran las lecturas que preparan la llegada del Espíritu Santo. b) Liturgia de la Palabra Primera lectura: Ez 37,1-14 (Los huesos secos); Ez 36,23-28 (Un espíritu nuevo). • Canto: «Oh Señor, envía tu Espíritu». • Oración. Segunda lectura: Rom 8,22-27 (El Espíritu intercede por nosotros).

• Canto: «Ven, Espíritu Divino». • Oración. Canto Aleluya • Evangelio: Jn 20,19-23 (Recibid el Espíritu Santo). • Homilía: Reflexión común de los “signos de libertad” que concede el Espíritu Santo. .


PROFESIÓN DE FE (A cada pregunta se responde: «Sí, creemos»): «¿Creéis, hermanos y hermanas, en Dios, que por ser amor alienta la vida y vivifica a toda persona con el soplo de su boca y a todo creyente con el aliento de la fe?» «¿Creéis en Jesucristo, Hijo de Dios y Señor nuestro, que se encarnó en el seno de María Virgen por la fuerza del Espíritu Santo?» «¿Creéis en el Espíritu Santo, soplo de Dios, ser personal de Jesús, fuerza del evangelio y alma de la Iglesia?» «¿Creéis en la Iglesia, pueblo de Dios, sacramento de salvación y comunidad de creyentes por la fuerza del Espíritu de Dios?» Ayudante: «Que llegue el Espíritu de Dios a todos ustedes por medio de nuestra bendición. El Espíritu de Pentecostés es fuerza para luchar por la verdad, la justicia y el amor, luz para comprender, ayuda para servir, generosidad para amar y paciencia para sufrir y esperar». 169- 170 .


PROFESIÓN DE FE (A cada pregunta se responde: «Sí, creemos»): «¿Creéis, hermanos y hermanas, en Dios, que por ser amor alienta la vida y vivifica a toda persona con el soplo de su boca y a todo creyente con el aliento de la fe?» «¿Creéis en Jesucristo, Hijo de Dios y Señor nuestro, que se encarnó en el seno de María Virgen por la fuerza del Espíritu Santo?» «¿Creéis en el Espíritu Santo, soplo de Dios, ser personal de Jesús, fuerza del evangelio y alma de la Iglesia?» «¿Creéis en la Iglesia, pueblo de Dios, sacramento de salvación y comunidad de creyentes por la fuerza del Espíritu de Dios?» Ayudante: «Que llegue el Espíritu de Dios a todos ustedes por medio de nuestra bendición. El Espíritu de Pentecostés es fuerza para luchar por la verdad, la justicia y el amor, luz para comprender, ayuda para servir, generosidad para amar y paciencia para sufrir y esperar». En las ofrendas se puede realizar la presentación de velas signo de los dones y frutos, delante va el Cirio Pascual.

FLORISTAN Casiano, Celebraciones de la comunidad, Sal Terrre, Santander, 1996, España, p. 169-170.


ORACIÓN: « Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndidos. Fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo. Tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, Lectura: gozo que enjuga las lágrimas, y reconforta en los duelos. Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre Si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento. Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma al Espíritu indómito, guía el que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Se puede realizar la actividad siguiente, antes en o después de la Eucaristía.


(Se escucha música mientras se aproximan al centro cuatro personas que llevan macetas con tierra, otras dos con alforjas para sembrar semillas, y otras dos con plantas o tallos para plantar en las macetas). MONICIÓN: «Queridos amigos: se cosecha lo que se ha sembrado. Algunos siembran corrupción política, rapiña económica, violencia... Nosotros queremos apostar por una siembra de solidaridad, justicia, honestidad, paz y libertad. Hay muchos sembradores honestos con quienes queremos trabajar. Como cristianos, deseamos sembrar las semillas del evangelio en el pueblo, de Dios de manera profética y comunitaria». (Se lleva a cabo el acto de la siembra, con música. Los sembradores se retiran).


2. EL CRECIMIENTO LECTURA: Dt 32,1-4 (Cántico de Moisés). MÚSICA (Se escucha música centro dos personas otras dos con jarras tinaja sus recipientes macetas)

mientras se aproximan al con regaderas de agua, y vacías, que llenarán de la y verterán el agua en las

MONICIÓN: «El riego del Espíritu es agua viva que fecunda la tierra cuando nuestras disposiciones, tomas de decisión y compromisos están al servicio de un mundo más humano y más justo. Nuestras comunidades cristianas tienen hoy necesidad de palabras veraces, análisis de situaciones, referencias explícitas cristianas, testimonios públicos y coordinación eficaz de tareas». (Se riega con fondo musical. Los regadores se retiran).


Terminada la celebración podría hacerse una presentación de “mimos” donde representan el signo de la vida, la libertad, el amor infinito, fuerza para unir, fuego devorador, agua refrescante. Son algunos de los signos que fortalecen la fe del cristiano y lo hacen sacramento para sus hermanos, es decir, signo de gozo, paz, libertad, en cada acción que realiza para Gloria de Dios y Presencia de su Reino. Cuando recibes la gracia del amor Trinitario, no puedes guardártela, te sientes empujado a llevar las buenas noticias de haber recibido la alegría y la vida en plenitud, cuyos frutos entre otros, son la serenidad, la paz, y la libertad de los hijos de Dios. Pendiente lo que hay que colocar en el comienzo como las oraciones……


“¡No balconeen la vida, Jesús no se quedó en el balcón, se metió! ¡Métanse en ella como hizo Jesús!”.

Para concluir, me permito tomar algunas palabras del Papa en la JMJ de Brasil y de otros encuentros: El Papa Francisco pide a los jóvenes protagonismo en temas sociales y políticos como lo hizo Jesús; actores de cambios radicales, en pueblos que exigen dignidad para sus habitantes, sin quedarse en el balcón viendo a ver que pasa, y cómo destruyen las posibilidades de participación de los mismos. Al respecto se refiere el Papa en Copacabana: "Su corazón joven quiere construir un mundo mejor. Sigo las noticias del mundo y veo a tantos jóvenes que han salido a las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna“.


También durante la vigilia el Papa les dijo: "Los jóvenes en las calles quieren ser protagonistas del cambio. Por favor no dejen que otros sean protagonistas del cambio", estamos dejando a gobernantes de turno que tomen políticas que oprimen a la gente joven, por ejemplo en el campo laboral, los trabajos son por poco tiempo y no dan la posibilidad a una pensión, son muy pocos quienes lo hacen. Se reparten la mermelada y quedan tan ciegos que no ven las necesidades de los más desprotegidos. Es hora de que sean los jóvenes quienes tomen las decisiones. En varios países, se han pronunciado eligiendo buenos legisladores. Es el momento de unirnos para ser protagonistas de un mejor país. Y también agregó: "Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diferentes partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro“.


Allí en Brasil los jóvenes católicos gritaban en una manifestación: "¡Esta es la juventud del Papa!", y la respuesta de la gente era: "¡Esta es la juventud libre!“. También el Papa nos decía: “El futuro exige hoy la tarea de rehabilitar la política, que es una de las formas más altas de la caridad”. Los jóvenes fortalecen la unidad. Nuestra Pastoral juvenil privilegia la comunión, por ello es importante que para nuevos gobiernos tomemos la vocería de un Colombia mejor. Por esta razón, hago un llamado al protagonismo, a darnos cuenta que también en cada uno de nosotros está la solución a esta problemática que nos oprime, que con nuestras ideas, nuestras buenas decisiones, podemos construir mejores alternativas para todos, sin importar el lugar donde nos encontremos, o tal vez el trabajo que realicemos. Tu y yo estamos llamados a actuar, a decidir, teniendo siempre en cuenta el amor al otro. Así que ánimo querido joven, el Papa nos recuerda “Queridos jóvenes, el Señor hoy los llama. No al montón. A ti, a ti, a ti, a cada uno”


Así que sintiéndote llamado, reconócete protagonista de tu vida, de tu ciudad, de tu familia, ponte la camiseta y con el mayor compromiso asume tu vida de la mano de Dios y en la compañía de María nuestra Madre.

Wilinton Torres Pulido Pbro. Director Departamento del estado Laical Sección de Juventud Conferencia Episcopal de Colombia


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