Subsidio Semana Arquidiocesana 2018

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TRAJERON A ÉL TODOS LOS ENFERMOS Mateo 14, 35

Semana Arquidiocesana La Arquidiócesis de Cali invita a unirnos en oración con todos nuestros enfermos en la Semana Arquidiocesana

EL SEÑOR HA ESTADO GRANDE CON NOSOTROS Y ESTAMOS ALEGRES www.arquicali.org


DOLOR Y SUFRIMIENTO: VALORES QUE REDIMEN

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bunda la Sagrada Escritura, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, de ricos textos que se convertirán paulatinamente en doctrina y enseñanza reveladora sobre el dolor, la enfermedad, el sufrimiento y el final de la existencia humana: la vida don de Dios. Todo ser humano herido y limitado, muchas veces de forma inexplicable por la muerte, plantea múltiples interrogantes que sólo pueden resolverse por la Fe, en la persona de Jesús, Hijo de Dios convertido él mismo en varón de dolores y sufrimientos para erigirse al final vencedor absoluto del mal y de la muerte: "Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección de los muertos... Cristo ha resucitado como primicia de los creyentes"(I Cor. 15, 21-22). ¨La enfermedad y el dolor y la misma muerte, siempre plantean profundos interrogantes, que no encuentran respuestas humanas satisfactorias; sólo cuando se trasciende en perspectiva de triunfo definitivo por la muerte y la resurrección de Jesús, se obtiene: la esperanza que no defrauda. Cristo ha resucitado de entre los muertos y resucitó como primer fruto ofrecido a Dios... porque si por un hombre vino la muerte, por un hombre viene la resurrección de los muertos" (Pablo a los Corintios). En el Camino de la Vida la Iglesia se acerca a los hombres que sufren y al misterio del dolor, se guía por una precisa concepción de la persona humana y de su destino según los designios de Dios. Convoca a todos para acudir con generosa misericordia en ayuda y consuelo de quienes sufren recordando que la ayuda y la compasión serán recompensadas: "Les aseguro que lo que han hechos a uno solo de estos, mis hermanos menores, me lo hicieron a mi"(Mt. 25, 39-40). Sabe además la iglesia que el acompañamiento y la acción sacramental de la Unción de los enfermos es signo de la misericordia divina ofrecida a todos sus hijos; la invitación a la conversión y a la reconciliación a través del sacramento de la penitencia dispone al creyente para recibir la gracia que perdona y sana, por ello debe invitarse, en este caso a todos los enfermos, a acceder al sacramento de la reconciliación y alimentarse con el pan de la Eucaristía que fortalece y aumenta la esperanza. Cuando la fragilidad de la vida se ve amenazada, ¿Quién no experimenta la necesidad de un bien espiritual superior, del perdón que ofrece el padre y de la esperanza que aumenta el Amor? Presentamos esta guía de esquemas elaborada con ocasión de la semana Arquidiocesana de cali, que quiere contribuir y ayudar a todos los agentes de salud y principalmente a los párrocos a asumir con responsabilidad pastoral y cristiana caridad la asistencia de todos nuestros enfermos: niños, jóvenes, adultos, adultos mayores, consagrados, consagradas etc. en diversas Circunstancias y es válida también para acudir a clínicas, hospitales, Puestos de salud, ancianatos y los hogares con el fin de asistir en el espíritu propio del sacramento de la Unción de los Enfermos. Pretendemos ampliar la imaginación y la creatividad pastoral venciendo la rutina que a veces genera esquemas monotemáticos e Invitando para que también en el dolor se viva la esperanza gozosa de los bienes eternos.

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ESQUEMA 1

VISITA EN LA CASA DEL ENFERMO ENFERMEDAD, SUFRIMIENTO Y DOLOR Saludo y motivación Al llegar a la casa, y estando en el lugar donde se encuentra el enfermo, se inicia el acto con la siguiente motivación: Paz a los que habitan esta casa. Hoy, como iglesia Católica, hemos venido a este hogar para ser portadores de la caridad cristiana. Convencidos que Dios, el Padre Bueno, es un Dios que interviene en la vida de los hombres y las mujeres solo para salvarla, para liberarla y para potenciarla... hemos querido venir a esta casa, para traer el mensaje de sanidad que Dios ha declarado sobre todos sus hijos e hijas. Dios siempre busca el bien del ser humano y dice un no radical a todo lo que provoca su esclavitud y destrucción. Seamos bienvenidos todos y todas a este momento de oración y de sanidad. Antífona: (Mt8, 17) “El tomó nuestras dolencias y quitó nuestras enfermedades”. Acto penitencial: Monición: Vamos a reconciliarnos con el Dios exclusivamente bueno que nos reveló Jesús. Reconocemos hoy, que la enfermedad no es más que el resultado de nuestro pecado. Es importante que nosotros liberemos a Dios de esa realidad injusta en la que lo hemos colocado, creyendo que es el autor del sufrimiento, de la enfermedad y de la muerte. • pensemos en un momento cómo ha sido nuestra relación con Dios, con nuestros hermanos, con la creación y con nosotros mismos. Se entona el Señor ten piedad • Pensemos con seriedad, cómo está nuestra vida y de qué manera hemos permitido que el pecado se enseñoree sobre nosotros. Se entona el Señor ten piedad • Pidamos perdón a Dios, por el bien que no hemos hecho, por lo que pudimos hacer y no hicimos y por todo lo que hemos hecho mal. Se entona el Señor ten piedad Invocación al Espíritu Santo Monición: Al reconocer a Dios como el Señor de la Vida, hoy queremos pedirle a Él, que envié su Espíritu de amor, para que la sanidad llegue a nuestra vida y en nosotros se cumpla su plan salvador. Ven, Espíritu Santo llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

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V. /Envía tu Espíritu y todo será creado. R. /Y repuebla la faz de la tierra. Oremos: Oh Dios que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones, para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor... Amen. Proclamación del Evangelio Monición: Vamos a escuchar la Palabra de Dios y a dejarnos interpelar por esta Palabra de salvación que Dios mismo nos dirige por medio de la Biblia. Dios quiere sanarnos de nuestros males. Dios quiere tocarnos para hacer nuevas nuestras vidas. Del Santo Evangelio según San Marcos (1, 29-31) Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. Palabra de Dios. Se hace un silencio de interiorización y reflexión de la Palabra escuchada. Pistas para la reflexión: "Enfermedad, sufrimiento y dolor” La vida es don y regalo gratuito de Dios. Por eso es muy importante detenernos en una cuestión vital: la realidad más preciosa del ser humano, su vida, no surge de él mismo, viene de un Dios que es amor creador. Es Dios mismo el que nos llama a la vida y hace que se produzca ese “milagro” único e irrepetible que es la vida de cada ser humano. En el interior de esa vida sucede todo lo demás, la relación responsable y gozosa con la creación y el cosmos, el crecimiento de todo nuestro ser, el desarrollo de nuestra libertad y de nuestro amor. Nuestra primera actitud de amor a Dios es amar la vida, acogerla con Corazón agradecido, cuidarla con solicitud y desplegar todas las posibilidades que en ella se encierran. Este gozo de ser y de acoger la vida como regalo y bendición es signo de vida y salud verdaderas. La vida del ser humano es frágil, precaria y efímera. En la Biblia se habla de ella con imágenes muy dicientes: se compara con el grano de arena, la flor del campo que hoy es y mañana se marchita, una gota insignificante en el mar, un soplo ligero, humo que se disipa.

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La enfermedad, el sufrimiento y el dolor, son signos visibles y palpables de nuestra limitación de nuestra finitud, de nuestra humanidad. Nada de esto es castigo de Dios ni son expresiones de un Dios que es enemigo de la humanidad. Dios es el gran amigo del ser humano: Dios, el Padre de Jesús, es cercano a los hombres y mujeres y su misericordia no conoce límites ni fronteras. Es importante saber que Dios acompaña al ser humano por el sendero de la vida y en ella circunstancias de enfermedad, de sufrimiento y de dolor. Las causas del sufrimiento son múltiples, dicho de otro modo, el sufrimiento y el dolor asumen formas infinitas a nivel individual: físico, síquico y moral; a nivel social: guerras, genocidios violencias, opresiones, injusticias; y a nivel cósmico: terremotos, inundaciones, huracanes. No existe sufrimiento y dolor abstracto, sino siempre en unas relaciones históricas concretas. El sufrimiento es la experiencia humana del mal, la ausencia de vivir con gozo y con alegría; Por lo tanto, el sufrimiento y el dolor, son entonces, escándalo, problema, interrogante sobre el sentido de la existencia humana. Lo importante en la vida, es poder comprender qué sentido tiene la existencia humana atravesada por el sufrimiento, la enfermedad y el dolor, y poder descubrir el rostro del Dios amor que se nos revela allí. El Dios verdadero, en el que creemos, es siempre un Dios que interviene en la vida sólo para salvarla, para liberarla, para potenciarla. Por eso el Dios que nos reveló Jesús, ese mismo Dios que queremos que usted conozca... y es en cuyo nombre hemos venido a visitarle, busca siempre el bien del ser humano y dice un no radical a todo lo que provoca su esclavitud y destrucción. Preces: Monición: Vamos a elevar nuestra oración a Dios, Él es el Padre del amor, que nos escucha y nos acompaña en el camino de la vida. Respondamos con fe a cada una de las peticiones: R/. Dios de la salud, restaura nuestra vida desde dentro... Oremos por la iglesia para que siempre ofrezca a sus hijos enfermos y maltratados por el dolor y el sufrimiento, la sanidad y la paz que viene del Dios misericordioso que nos reveló Jesús. Roguemos al Señor. Oremos por todos los pueblos de la tierra, para que se borre de la vida social y política las enfermedades enquistadas que matan a los pobres y a los más pequeños de nuestros pueblos. Roguemos al Señor. Oremos por nuestro hermano enfermo (aquí se dice el nombre del enfermo) para que el señor de la vida le restituya la salud, le conserve la vida y le permita experimentar su amor en medio de las tribulaciones de la historia. Roguemos al Señor Oremos por todos los que habitan esta casa, para que a ejemplo de Cristo, seamos testigos del amor, del servicio, la generosidad y la compasión, y podamos darle a nuestro hermano enfermo, tanto amor y tanta misericordia, que él encuentre en cada uno de nosotros vida abundante. Roguemos al Señor.

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escándalo, problema, interrogante sobre el sentido de la existencia humana. Lo importante en vida, es poder comprender que sentido tiene la existencia humana atravesada por el sufrimiento, la enfermedad y el dolor, y poder descubrir el rostro del Dios amor que se nos revela allí. El Dios verdadero, en el que creemos, es siempre un Dios que interviene en la vida sólo para salvarla, para liberarla, para potenciarla. Por eso el Dios que nos reveló Jesús, ese mismo Dios que queremos que usted conozca... y es en cuyo nombre hemos venido a visitarle, busca siempre el bien del ser humano y dice un no radical a todo lo que provoca su esclavitud y destrucción. Preces: Monición: Vamos a elevar nuestra oración a Dios, Él es el Padre del amor, que nos acompaña en el camino de la vida. Respondamos con fe a cada una de las peticiones: R/. Dios de la salud, restaura nuestra vida desde dentro... Oremos por la iglesia para que siempre ofrezca a sus hijos enfermos y maltratados por el dolor y el sufrimiento, la sanidad y la paz que viene del Dios misericordioso que nos reveló Jesús. Roguemos al Señor. Oremos por todos los pueblos de la tierra, para que se borre de la vida social y política las enfermedades enquistadas que matan a los pobres y a los más pequeños de nuestros pueblos. Roguemos al Señor. Oremos por nuestro hermano enfermo (aquí se dice el nombre del enfermo) para que el Señor de la vida le restituya la salud, le conserve la vida y le permita experimentar su amor en medio de las tribulaciones de la historia. Roguemos al Señor. Oremos por todos los que habitan esta casa, para que a ejemplo de Cristo, seamos testigos del amor, del servicio, la generosidad y la compasión y podamos darle a nuestro hermano enfermo, tanto amor y tanta misericordia, que el encuentre en cada uno de nosotros vida abundante. Roguemos al Señor. Se pueden añadir intenciones particulares Oremos: Tú quisiste Señor, que tu Hijo Unigénito soportara nuestras debilidades para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia. Escucha ahora las plegarias que te dirigimos y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, a las aflicción o a la enfermedad la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tú has llamado dichosos y de saberse unidos a la pasión de Cristo que vive y reina por los siglos de los siglos... Amén

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Monición: Reconozcamos que Dios es un Padre de misericordia y de bondad, que su plan para con nosotros es la vida en abundancia. Ahora, dirijámonos a ese buen Padre Dios, con confianza y amor, con las mismas palabras que Jesús lo hizo. “Padre nuestro…” Oración bendición final Te bendecimos y alabamos Padre, por Jesús tu Hijo. El, con la fuerza de su palabra y de sus gestos, Domino la enfermedad y la muerte, Vino a todos los enfermos del mundo Para conjurar la fiebre de los postrados, Levantarlos de sus lechos Y ayudarlos a que se dispusieran a servir con la fuerza del Evangelio. Mira a este nuestro enfermo N., Restáuralo desde adentro Y en su enfermedad y en su dolor, que es la miseria humana levanta un monumento a tu gloria. Por Jesucristo que vive y reina Por los siglos de los siglos… Amen. Momento mariano. Invoquemos a María, Madre de los Remedios, nuestra patrona, mujer probada en el dolor, fiel compañera en el sufrimiento humano y así como acompañó a su Hijo en el dolor de la Cruz, Pidámosle que nos acompañe hoy y siempre, diciéndole: Dios te salve María… (También puede cantarse “la Salve” u otro canto mariano) Bendición Final Nos bendiga y acompañe siempre la bendición de Dios nuestro padre que por la Encarnación de su hijo y el poder del Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

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ESQUEMA 2

VISITA EN LA CASA DEL ENFERMO POR UN DELEGADO DE LA COMUNIÓN “El dolor y el sufrimiento en la vida humana”

Saludo y motivación Al llegar a la casa, y estando en el lugar donde se encuentra el enfermo, se inicia el acto con la siguiente motivación: El Señor Jesús, Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, ha venido a esta casa hoy, y quiere que se le acoja y se le reciba con amor. Jesús es la fuerza que sana toda enfermedad y es la vida que expulsa la muerte y las señales que se oponen al plan de Dios. Que esta experiencia de oración, acreciente nuestra fe y fortalezca nuestra vida, frente al dolor y la debilidad. Seamos bienvenidos a este momento de intimidad con Dios. Se destina un lugar digno donde repose el Santísimo Sacramento durante la visita Antífona: (Mc 2,10-11) “Para que sepan que el Hijo del Hombre puede perdonar pecados, a ti te lo digo: levántate, toma la camilla y vete a tu casa”. Acto penitencia: Monición: El perdón nos viene de Dios. Dios quiere que todos los hombres y mujeres del mundo se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. Vamos a reconciliarnos en este momento con Dios. Hagamos un alto en el camino y pidamos al Señor del amor y de la vida, nos mire con ojos de misericordia y acepte el deseo sincero que tenemos de transformar nuestra vida para su gloria y el bien de la humanidad. • Pedimos perdón, Señor, por las veces en que hemos dejado que el egoísmo gobierne nuestra vida y las estructuras de la sociedad. Se entona el Señor ten piedad • Perdón, Padre bueno, porque hemos dejado que las tinieblas reinen en nuestra vida. Queremos comprometernos con la trasformación del mundo desde la solidaridad efectiva. Se entona el Señor ten piedad • Perdón, Señor, porque nos hemos encerrado en nosotros mismo y hemos pecado de la insolidaridad rija nuestra historia y nuestra acciones. Se entona el Señor ten piedad Invocación al Espíritu Santo. Monición: Vamos a dirigirnos al Dios bueno, pidiendo que nos haga capaces de entender su Palabra, para que en ella sepamos descubrir la voluntad infinita del Padre que nos ama,

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no por nuestros méritos, sino por pura bondad. Que Espíritu de Dios nos enseñe el camino que hemos de seguir para ser fieles al proyecto de vida, inaugurado por Jesús. Ven Espíritu Santo... Proclamación del Evangelio Monición: La Palabra de Dios siempre tiene un mensaje novedoso. Dios hoy nos quiere hablar y presentamos el plan de vida y de salud que nace del perdón de los pecados. Sólo cuando se estirpe el odio, el egoísmo y el poder de dominio de nuestra vida y de nuestro mundo, entonces la vida renacerá de una manera tal, que Dios se gloriará en la vida digna de la humanidad. Abrámonos al amor de Dios y dejémonos curar por su amor Del Santo Evangelio según San Marcos (1,29-31) Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les predicaba la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralitico. y como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralitico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralitico: - Hijo, tus pecados quedan perdonados. Unos escribas, que estaban allí sentados pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: - ¿Por qué piensan eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico “tus pecados quedan perdonados” o decirle “levántate, coge la camilla y echa a andar”? Pues para que vean que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados -entonces, le dijo al paralitico- contigo hablo; levántate, coge tu camilla y vete a tu casa. Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:-Nunca hemos visto una cosa igual. Palabra de Dios… Se hace un silencio de interiorización y reflexión de la Palabra escuchada. El dolor y el sufrimiento en la vida humana" Los Evangelios destacan como campo privilegiado de la actuación de Jesús la atención en los más pobres y sufridos: leprosos, inválidos y síquicos. La enfermedad en el tiempo de Jesús suponía una situación de desamparo muy grave. El enfermo quedaba condenado a vivir de los demás, de la mendicidad. La enfermedad era considerada como un castigo de Dios por los pecados. Era Dios mismo quien abandonaba y rechazada al enfermo. Esta concepción traía consecuencias muy graves: el enfermo era sospechoso de la infidelidad a Dios y esto suponía rechazo social y moral, Y por lo tanto era marginado. Jesús se acerca a los enfermos movido por un amor liberador. Quiere liberarnos del dolor, de la soledad, de la desesperanza, de la enfermedad, de la culpabilidad. Les hace sentir que no están solos ni abandonados de Dios.

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Jesús se acerca a los enfermos para quitar de sus mentes y de las mentes de la sociedad las falsas concepciones de la enfermedad. También se acerca a los enfermos para liberarlos de la marginación e integrarlos a la sociedad. Les reintegra a la convivencia. De nuevo pueden oír, ver, caminar, valerse por sí mismos. Es importante reconocer que su actuación es de forma gratuita. Es movido por el amor y la misericordia: se conmueve y se identifica con los que sufren. Jesús no solo anima y conforta a los enfermos; también anima y conforta a sus familiares y amigos. A Jairo le dice: “No temas, cree”. Hoy se nos vuelve a recordar la necesidad de acercarnos a nuestros enfermos para conocer sus necesidades y a obrar en consecuencia, sin prisas, con sumo respeto, sin paternalismo. También vayamos al enfermo con espíritu solidario, sintonizando con ellos, sin esperar nada a cambio, gratuitamente, movido por el amor, queriendo ser realmente presencia del amor misericordioso de Dios. Acerquémonos a nuestros hermanos vulnerados por el dolor y la enfermedad, para ayudarles en sus necesidades, para liberarles integralmente; para infundirles fe y esperanza. Al acercarnos a ellos con amor, aclararemos las falsas concepciones de la enfermedad (castigo de Dios...). Para ayudarles a encontrar sentido al sufrimiento, al dolor. Luchemos también contra las leyes y comportamientos sociales que marginan y pisotean la dignidad de los enfermos, para que se respeten sus derechos y los de sus familiares especialmente de los más abandonados y excluidos de nuestra sociedad. Nuestra tarea es ser posibilidad, para que nuestros hermanos que sufren la enfermedad en carne propia, se encuentren con el misterio del amor de Dios que los invita a la vida y a la dignificación de la experiencia humana. Preces: Monitor: Vamos a hacer nuestra oración comunitaria. Vamos a elevar nuestras suplicas al Dios de la vida. Estamos convencidos, que Él nos escucha por puro amor. A cada petición respondamos: R/. Dios del amor y de la paz, escucha nuestra oración. Te pedimos Señor por N., para que lo mires con misericordia y le permitas asumir la enfermedad como un camino espiritual para encontrarte a Ti y madurar en la vida. Oremos… Te pedimos Señor por la familia de N., para que fieles al amor, puedan seguir ayudando a nuestro hermano en la tarea de asumir la enfermedad y cooperen con Dios en la búsqueda de la felicidad de todo el género humano. Oremos Te pedimos Señor por todos los enfermos del mundo, para que siempre encuentren en sus familiares, un apoyo y una mano amiga en todas las realidades de la vida. Oremos Por todos los que participamos en este momento de oración, para que encontremos en Dios el apoyo necesario para asumir el sufrimiento y la enfermedad como una verdadera escuela de humanidad. Oremos...

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Se pueden añadir intenciones particulares Oremos: Dios amoroso, escucha la oración que te dirigimos en este día. Ten presente también, las intenciones particulares que tenemos en el fondo de nuestro corazón. Escucha nuestro clamor y ayúdanos a vivir en fidelidad a tu proyecto de vida y de amor Por Jesucristo Nuestro Señor... Amén Monición: El Espíritu coloca en nuestro corazón y en nuestros labios el deseo de llamar a Dios Padre. Dejemos que el Espíritu guíe nuestras palabras para decir con Jesús… “Padre nuestro...” Rito de Comunión: El Ministro muestra el Santísimo Sacramento, diciendo: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, Dichosos los llamados a la cena Señor. El enfermo, si puede, y los que van a comulgar dicen a la vez: Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El delegado se acerca al enfermo y, ofreciéndole el Sacramento, dice: El Cuerpo de Cristo. R/Amen. Oración y bendición final Momento mariano. Invoquemos a María, Madre de los Remedios, nuestra patrona, mujer probada en el dolor fiel compañera en el sufrimiento humano y así como acompañó a su Hijo en el dolor de la cruz, pidámosle que nos acompañe hoy y siempre, diciéndole: Dios te salve María… (También puede cantarse “la Salve” u otro canto mariano) Bendición Final Nos bendiga y acompañe siempre la bendición de Dios nuestro que por la Encarnación Hijo y el poder del Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

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ESQUEMA 3

PARA LA VISITA A UN NIÑO ENFERMO ¿Qué sentido tiene el sufrimiento humano?

Saludo y motivación El Hilo de Dios, nuestro Señor, cuando vinos al mundo, asumió la condición de niño, e iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres. Más tarde, recibió amorosamente a los niños y los bendijo, resaltó su dignidad, más aun, los puso como ejemplo para los que buscan la verdad del Reino de Dios. Invoquemos, pues, sobre este niño(a) la bendición divinas, para que nosotros atendamos con diligencia a su cuidado y formación. Antífona: Lc 9,46-48 “El que acoja a este niño en mi nombre, a mime acoge, y Aquel que me ha enviado. Pues el que sea más pequeño entre ustedes, ese es mayor”. Rito Aspersión: Monición: Jesús bendecía a los niños. Hoy recordamos con este gesto su presencia constante y santificadora en aquellos que son pequeños inocentes y portadores de las grandezas del reino. Bendición del agua: Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo que nos redimió con su muerte y su resurrección. Acto penitencial: Momento de silencio y se reza o canta “El Señor, ten piedad” u otro Canto apropiado. Invocación al espíritu santo Monición: Invoquemos al Espíritu de Dios que de manera especial ama a los pequeños, humildes y sencillos: Ven, Espíritu Santo… Proclamación del Evangelio Monición: La Palabra do Dios de manera permanente nos indica la opción que hace Dios por los vulnerables de la historia. Hoy como ayer los niños también siguen siendo pobre entre los pobres. Escuchemos. Del santo evangelio según San Marcos.10, 13-16 Le acercaban niños a Jesús para que los tocara, pero, los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: - “deja que los niños se acerquen a mí: no se lo impidan; de los que son como ellos es el reino de Dios. Les aseguro que él no acepte el reino de Dios. como un niño no entrará en él”

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Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos. Palabra de Dios. Aporte a la reflexión: “El sentido del sufrimiento” Dentro de cada sufrimiento experimentado por el hombre, y también en lo profundo del mundo del sufrimiento, aparece inevitablemente la pregunta: ¿por qué? Es una pregunta acerca de la causa, la razón; una pregunta acerca de la finalidad (para qué); en definitiva acerca del sentido. Esta no sólo acompaña el sufrimiento humano, sino que parece determinar incluso el contenido humano, eso por lo que el sufrimiento es propiamente sufrimiento humano. Sufrimiento que se torna más lacerante cuando quien lo padece es un niño inocente y que, según nuestro pensamiento, no debe padecer ni sufrir. Pero para poder percibir la verdadera respuesta al "por qué" del sufrimiento, tenemos que volver nuestra mirada a la revelación del amor divino, fuente última del sentido de todo lo existente. El amor es también la fuente más rica sobre el sentido del sufrimiento, que es siempre un misterio; somos conscientes de nuestra limitación para explicar el porqué del sufrimiento. Cristo nos hace darle sentido al sufrimiento y es así como somos capaces de comprender la grandeza del amor divino. Para hallar el sentido profundo del sufrimiento, siguiendo la Palabra revelada de Dios, hay que abrirse ampliamente al sujeto humano en sus múltiples potencialidades, sobre todo, hay que acoger la luz de la Revelación, no sólo en cuanto expresa el orden transcendente de la justicia, sino en cuanto ilumina este orden con el Amor como fuente definitiva de todo lo que existe. El Amor es también la fuente más plena de la respuesta a la pregunta sobre el sentido del sufrimiento. Esta respuesta ha sido dada por Dios al hombre en la cruz de Jesucristo que “me amó y se entregó por mi” Frente a la enfermedad de nuestros hermanos más pequeños, los niños, se vuelve a despertar en nosotros los sentimientos más nobles del amor humano para vivir la solidaridad efectiva con los infantes que padecen el sufrimiento. Reconocer que el plan de Dios para ellos es una vida signada por la redención y que podemos contribuir al alivio de su dolor con misericordia y sentido cristiano. Preces Monición: Invoquemos al Padre que, por las palabras y ejemplo de su Hijo, propuso a todos la sencillez y la docilidad de los niños como condición para entrar en el Reino de los cielos, y digámosle suplicantes: R/ Señor, que sepamos recibirte también en la persona de los niños. Padre, que por la encarnación de Jesús, santificaste también la edad infantil, haz que los niños, siguiendo su ejemplo, vayan creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia. R. Tú que, por medio de la familia y de la Iglesia, manifiestas tu amor a los niños, haz que todos los responsables de su cuidado tengan una verdadera dedicación a su trabajo. R. Tú que, por el bautismo, nos hiciste tus hijos abriéndonos las puertas de tu asa, haz, que con humilde sumisión, te sigamos por donde quieras llevarnos. R.

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Tú que, en Jesús siendo niño sufriste la persecución y el destierro, haz que todos los niños oprimidos por la maldad de los hombres o la dureza de la vida o la enfermedad encuentre ayuda y protección. R. Se puede añadir intercesiones particulares Oremos: Padre de infinito amor, tu mira a tu hijo nos a manifestado tu predilección por los mas débiles e indefensos, mira a tu iglesia suplicante unida en oración por este (a) pequeño (a). Monición: como los niños confiado en las manos del padre digamos: “Padre nuestro...” Rito de comunión Se sigue como se a indicado en la guía sobre la visita por un delegado. Oración y bendición final Señor. Dios nuestro, que de la boca de los niños has sacado la alabanza de tu Nombre, mira con bondad a este (a) niño (a) que la fe de la iglesia encomienda a tu providencia y, así como tu hijo, nacido de la virgen, al recibir con agrado a los niños, los abrazaba y los bendecía, y nos los puso como ejemplo, así también, padre, derrama sobre N. tu bendición para que con la fuerza del Espíritu Santo. sea testigo de Cristo ante el mundo. Por Jesucristo, nuestro señor… Amen. Momento mariano. Invoquemos a María, Madre de los Remedios, nuestra patrona, mujer probada en el dolor fiel compañera en el sufrimiento humano y así como acompañó a su Hijo en el dolor de la cruz, pidámosle que nos acompañe hoy y siempre, diciéndole: Dios te salve María… (También puede cantarse “la Salve” u otro canto mariano) Bendición Final Nos bendiga y acompañe siempre la bendición de Dios nuestro que por la Encarnación Hijo y el poder del Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

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ESQUEMA 4

PARA LA VISITA A UN(A) JOVEN ENFERMO (A) “Jesucristo, El sufrimiento vencido por el amor”

Saludo y motivación Hoy como ayer la iglesia, inspirada por el Santo Espíritu de Dios, sigue haciendo una opción preferencia por los y las jóvenes, y de manera más cercana por quienes pasan por circunstancia de dolor. Hoy hemos venido hasta aquí, recordando tal opción, para orar confiadamente pidiendo que, con el paso de Jesús por este lugar, la salud y la paz se hagan presentes. Antífona: Mt 17, m14-18 “Apenas vio Jesús, el espíritu sacudió violentamente al muchacho que, cayendo al suelo se revolcaba; Jesús ordeno al espíritu que saliera del muchacho y él quedo sano de inmediato” Rito Aspersión: Si se Cree oportuno se puede hacer haciendo una monición y diciendo la siguiente formula: “Que este agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo que nos redimió con su muerte y su resurrección” Acto penitencial: Se puede invitar a los jóvenes presentes al reconocimiento espontaneo de las limitaciones, fallas o carencias de compromiso en la sociedad y en su entorno. Vg. Falta de compromiso social, insensibilidad ante el dolor, carencia de valor para enfrentar las dificultades. Momento de silencio y se reza o canta “el señor, ten piedad” u otro canto apropiado. Invocación al Espíritu Santo Monición: invoquemos al Espíritu de Dios que de manera especial ha invitado a los jóvenes par que con su vigor y esperanza sean actores calificados en nuestra historia de salvación. ven. Espíritu Santo… Proclamación del evangelio Monición: la palabra de Dios que nos interpela, reclama una respuesta audaz y decidida de los jóvenes aun en los momentos más difíciles de su historia, escuchemos: Del santo Evangelio según Marcos. 10, 17-21 Cuando Jesús iba a seguir su viaje, llegó un hombre corriendo se puso de rodillas delante de él y le preguntó: Maestro bueno. ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. Ya sabes los mandamientos: ´No mates, no cometas adulterio, no robes, no mientas en perjuicio de nadie ni engañes, y honra a tu padre y a tu madre. 'el hombre le dijo: maestro todo eso le he cumplido desde joven. Jesús le miró con afecto y le contestó: Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego, ven y sígueme. Palabra del Dios.

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Aporte a la reflexión: “Jesucristo, El sufrimiento vencido por el amor” Encontramos aquí la dualidad de naturaleza de un único sujeto personal del sufrimiento redentor. Aquél que con su pasión y muerte en la cruz realiza la Redención, es el Hijo unigénito que Dios hizo sacrificio redentor por amor: "Tanto amó Dios al mundo, que envió a su propio Hijo": Y al mismo tiempo este Hijo, de la misma naturaleza que el Padre, sufre como hombre: Cristo sufre voluntariamente y sufre inocentemente. Acoge con su sufrimiento aquel interrogante que, puesto muchas veces por los hombres, ha sido expresado, en un cierto sentido, de manera radical en el Libro de Job. El sufrimiento humano ha alcanzado su culmen en la pasión de Cristo; y a la vez, éste ha entrado en una dimensión completamente nueva y en un orden nuevo; ha sido unido al amor, a aquel amor que crea el bien, sacándolo incluso del mal, así como el bien supremo de la redención del mundo ha sido sacado de la cruz de Cristo. ¿Quién es mi prójimo? ¿Qué es la vida eterna y cómo alcanzarla? Jesús propone el modelo ideal en el que siempre aparece el ser humano como medio imprescindible para confrontar nuestra vida con las propuestas de Dios. Preces Monición: Sabiéndonos acompañados de Jesús el Señor, nos dirigimos a Él con confianza diciendo con cada oración: R/. Señor Jesús escúchanos. • Te rogamos, Señor, por nuestros hermanos enfermos, haz que, animados por tu amor puedan llevar serenamente su cruz por la redención de la humanidad. R/ • Señor Jesús, que durante tu vida terrena pasaste haciendo el bien y curando enfermedad, sostén y consuela a este joven enfermo, para que puedan llevar la cruz de la enfermedad bajo la luz de tu designio universal de salvación. R/ • Jesús, varón de dolores y sabedor de dolencias, reconforta a los enfermos y une sus toda sufrimientos a los tuyos, para la salvación de todos los hombres. R/ • Señor Jesús, modelo de los que sufren, haz que nuestros enfermos encuentren alivio y consuelo en la promesa de tu salvación. R/

Se pueden añadir intenciones particulares Oremos Oh Dios, que has concedido a los jóvenes el valor de la audacia y la entrega sin límites, concede por el poder del Espíritu a toda nuestra juventud la decisión firme de trabajar esforzadamente por la extensión de tu Reino entre los Hombres. Amén. Monición: En la juventud creemos que solo nuestras fuerzas pueden lograrlo todo, hoy confiemos nuestra vida a la providencia divina e invoquemos a nuestro Dios diciendo:

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“Padre nuestro...” Rito de comunión Se sigue como se ha indicado en la guía anterior. Oración y bendición final Señor Jesús, creemos que estás vivo y resucitado. Creemos que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de nosotros. Te alabamos y te adoramos por venir hasta nosotros como pan vivo bajado del cielo. Tú eres la plenitud de la vida. Tu eres la resurrección y la vida. Tú eres, Señor, la salud de los enfermos. Hoy queremos presentarte a todos los jóvenes enfermos, Porque para Ti no hay distancia ni en el tiempo ni en el espacio. Tú eres el eterno presente y Tú los conoces. para que todos reconozcan que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve su fe y su confianza en ti; te lo suplicamos, Jesús. Momento mariano. Invoquemos a María, Madre de los Remedios, nuestra patrona, mujer probada en el dolor, fiel acompañó a su Hijo en el dolor de la Cruz, pidámosle que nos acompañe hoy y siempre, diciéndole: Dios te salve María… (También puede cantarse “la Salve” u otro canto mariano) Bendición Final Nos bendiga y acompañe siempre la bendición de Dios nuestro que por la Encarnación Hijo y el poder del Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

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ESQUEMA 5

PARA UNA VISITA A UN ADULTO MAYOR “Participes en el sufrimiento de Cristo”

Saludo y motivación La Pascua sacramental nos llena de alegrías, gozos y esperanzas y el mundo parece que cobra nueva vida. La presencia del Señor resucitado nos anima a quitar las cruces del mundo, aliviando el sufrimiento y proclamando el triunfo de la verdad y de la vida. Pero no siempre es fácil la tarea y no acabamos de hacerla nuestra, no acabamos de hacer una opción decidida y visible por la liberación del ser humano, en particular de quienes más sufren, de quienes más lo necesitan. La celebración gozosa de la Pascua del Enfermo nos reúne en torno a Cristo resucitado. Antífona: Rom 8,18 “Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros” Bendición del agua: “Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo que nos redimió con su muerte y su resurrección” Rito Aspersión Acto penitencial Monición: Nuestra liberación no se logra sino a base de amor y perdón, tolerancia y libertad, respeto a la dignidad de la persona, servicio a la verdad y a la vida, promoción del pobre y desvalido, fraternidad y solidaridad, especialmente con los más humildes. Jesús, “que pasó haciendo el bien”, encarna y realiza con su vida y su muerte la AUTÉNTICA LIBERACIÓN. En el silencio nos reconocemos pequeños y limitados, pero llamados por Padre a la inmensa grandeza de ser sus hijos, pedimos al Padre su perdón: • Cuando olvidamos el amor y el servicio a las personas, y creamos normas que a nadie ayudan. Tú, que eres la Palabra eterna del Padre. Se entona el Señor ten piedad • Cuando olvidamos el compromiso y la entrega para hacer un mundo nuevo, y nos encerramos en nuestros pequeños "paraísos¨. Tú, que vives para siempre y estás presente en nosotros. Se entona el Señor ten piedad • Cuando no vivimos como resucitados y cargamos cruces sobre los demás, en lugar de ayudar a superarías. Tú que nos haces miembros de tu iglesia. Se entona el Señor ten piedad Invocación al Espíritu Santo Monición: Invoquemos al Espíritu de Dios que de manera especial ama a los pequeños, humilde y sencillo:

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Ven, Espíritu Santo... Proclamación del Evangelio Monición: La obra redentora de Jesús, enviado del Padre, sigue siendo actual pues su compasión ante dolor no concluye; el Evangelio presenta la cercanía del Hijo de Dios con los que sufren. Del santo Evangelio según San Lucas. 7,21 “En aquel momento curó a muchos de sus enfermedades y dolencias, y de malos espíritus, y dio vista a muchos ciegos” Palabra de Dios. Aporte a la reflexión: “Participes en los sufrimientos de Cristo” En el Antiguo Testamento, el Poema del Siervo doliente del libro de Isaías, suscita en nosotros no pocos interrogantes ante el dolor y el sufrimiento. La respuesta final asumida por Cristo despeja nuestras dudas y nos da la esperanza cierta: Jesús se compadece de nuestro dolor y el mismo asume su sacrificio como obra redentora. “Ofreciendo su vida en sacrificio por el pecado, verá descendencia que prolongará sus días y el deseo de Yavé prosperará en sus manos. Por la fatiga de su alma verá y se saciará de su conocimiento. El justo, mi siervo, justificará a mucho y cargará con las iniquidades de ellos. Por eso yo le daré por parte suya muchedumbre, y dividirá la presa con los poderosos por haberse entregado a la muerte y haber sido contado entra los pecadores, llevando sobre si los pecados muchos e intercediendo por los pecadores”. Su Santidad Juan Pablo Il afirma, que junto con la pasión de Cristo todo sufrimiento humano se ha encontrado en una nueva situación. Y expone “En la segunda carta a los Corintios escribe el Apóstol: « En todo apremiados, pero no acosados; perplejos, pero no desconcertado; perseguidos, pero no abandonados; abatidos; pero no aniquilados, llevando siempre en el cuerpo la muerte de Cristo, para que la vida de Jesús se manifieste en nuestro tiempo. Mientras vivimos estamos siempre entregados a la muerte por amor de Jesús, pare que la vida de Jesús se manifieste también en nuestra carne mortal... sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús, también con Jesús nos resucitara…”. Se concluye así que, si un hombre se hace partícipe de los sufrimientos de Cristo, es porque el mismo en su sufrimiento redentor se ha hecho partícipe de todos los sufrimientos humanos. Por lo anterior san Pablo expresó tan bellas palabras: "Estoy crucificado con Cristo y ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Y aunque al presente vivo en carne, vivo en la fe del hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí. Preces Monición: Presentamos nuestra oración confiada pidiendo al Señor que el regalo de la Paz anide en todas las personas y en todos los pueblos; decimos: R/ ¡Señor, danos tu Paz!

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• Para que en medio de la vida los cristianos sepamos escoger y perdonar, ver en todos a un hermano querido. Oremos. R/ • Para que la tarea evangelizadora de la Iglesia nunca se detenga por miedo a la apertura o la confrontación. Oremos. R/ • Para que sepamos confiar en el Espíritu y ser creativos y evangélicos a la hora de encontrar respuestas para los problemas y desafíos de nuestro tiempo. Oremos. R/ • Para que nuestra comunidad (parroquial) se prepare para acoger el don del Espíritu Santo y su fuerza nos haga testigos del Evangelio y signo de esperanza para los que sufren. Oremos R/Se pueden añadir intenciones particulares. Oremos: Señor, danos tu Paz que nos ayude a vivir y construir la paz de cada día para evidenciar junto a los enfermos y sus familias el valor insustituible de la esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor. Monición: “Padre nuestro...” Rito de Comunión Se sigue como se ha indicado en la guía para la visita por un delegado. Oración y bendición final Ti, Señor que pasaste por este mundo ¨sanando toda dolencia y toda enfermedad¨, levanto mis gritos y gemidos, yo, pobre árbol azotado por el dolor, Hijo de David, ten compasión de mí. Mi salud se deshace como una estatua de arena. Estoy encerrado en un círculo fatal: El hospital, la cama, los análisis, el alcohol, el algodón, el médico, la enfermera… no salgo de ese círculo. Con siento tristeza y a veces tristeza de muerte Necesito paz, Señor Jesús, esa paz que sólo Tú la puedes dar. Dame esa paz hecha de consolación, esa paz que es fruto de un abandono confiado. Dejo, pues, mi salud en manos de la medicina, haré de mi parte todo lo posible para recuperar la salud. lo dejo en tus manos. A partir de este momento suelto los remos, y dejo mi barca a la deriva de las corrientes divinas Llévame a donde quieras, Señor.

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Dame salud y vida larga pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieras Tú. Sé que esta noche me consolarás. Lléname de tu serenidad, y eso me basta. Amén Momento mariano. a María, Madre de los Remedios, nuestra patrona, mujer probada en el dolor, fiel acompañó a su Hijo en el dolor de la Cruz, pidámosle que nos acompañe hoy y siempre, diciéndole: Dios te salve María… (También puede cantarse “la Salve” u otro canto mariano) Bendición Final Nos bendiga y acompañe siempre la bendición de Dios nuestro que por la Encarnación Hijo y el poder del Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

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ESQUEMA 6

PARA UNA VISITA Y PEDIR UNA BUENA MUERTE “Para alcanzar la misericordia divina: "el evangelio del sufrimiento”

Saludo y motivación Monición: La existencia humana se resiste a morir, es la lucha por la vida. Pero inexorablemente el final de nuestra naturaleza es la muerte, no obstante y sólo desde la fe sabemos: "la vida de los creemos en ti, Señor, no termina, se transforma¨. Entonces la muerte, como tributo del pecado, solo puede ser vencida por Aquel que la sometió: Jesús, el Señor! Hoy y en este lugar oramos con mayor insistencia al dueño de la Vida que no nos prive del gozo de poderle contemplar vivos en El que es el Dios de la esperanza eterna. Oración de san Agustín Señor mío Jesucristo, que por la redención del mundo quisiste nacer, ser circuncidado, despreciado de los judíos, vendido por el traidor Judas con beso de falsa paz, atado y llevado para ser crucificado como inocente cordero, presentado ante los tribunales de Anas y Caifás, Herodes y Pilatos, acusado con falsos testimonios, lastimado con afrentas y azotes, y escupido y coronado con espinas; que quisiste ser herido con caña, cubierto el rostro, desnudo y clavado en la Cruz, levantado en ella y puesto entre ladrones; que quisiste que te diesen a beber hiel y vinagre, y ser herido con una lanza: por estas tus santísimas penas, que yo, aunque indigno, he traído a mi memoria, y por tu Santísima Cruz muerte, líbrame de las penas del infierno y llévame adonde levaste al buen ladrón crucificado contigo, que con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén Antífona: Rom. 14, 8 “En la vida y en la muerte somos del Señor” Rito Aspersión Monición: “Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo, que nos redimió con su muerte y su resurrección” Acto penitencial: (Se pueden emplear otros esquemas) PTE. SEÑOR TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS RTA. PORQUE HEMOS PECADO CONTRA TI. PTE. MUÉSTRANOS SEÑOR TU MISERICORDIA. RTA. Y DANOS TU SALVACIÓN. Momento de silencio y se reza o canta “el Señor, ten piedad”. Invocación al Espíritu Santo Monición: Invoquemos al Espíritu de Dios que de manera especial ama a los pequeños, humildes y sencillos: ven, Espíritu Santo…

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Proclamación del Evangelio Monición: La actividad de Jesús solo termina en el Reino de la paz. Es el único momento en el que todos seremos para siempre felices. Escuchemos la Palabra de Dios. Del santo Evangelio según Juan. 14, 2-3 Dice el Señor Jesús: “voy a prepararles sitio, les llevaré conmigo”. Palabra de Dios. Aporte a la reflexión: “Alcanzar la misericordia divina” La iglesia Santa de Dios fiel testigo de la cruz, vela incesantemente por sus fieles en los momentos de dolor, nos invita a llevar los mismos, con las virtudes de nuestro Redentor, así no lo enseña el Papa Juan pablo II, cuando afirma que ¨El mismo Redentor ha escrito el Evangelio con el propio sufrimiento asumido por amor, para que el hombre el » no perezca, sino que tenga la vida eterna ».(SD 21) Esta enseñanza es fuente de vida para todos aquellos enfermos que con sus dolor se asocian a los padecimientos de Cristo Nuestro señor. Esta experiencia de vida, es una experiencia de consolación en donde el hombre aprende a vivir una doble entrega de Dios. Por una parte experimenta el llamado de Dios a ser su testigo y a ofrendar, desde su lecho de enfermo, todo el amor. En segundo lugar se hace sujeto paciente del amor de los demás miembros de la comunidad, que entorno del enfermo se entregan en un servicio generoso para presentar las mejores condiciones de vida y atención, de esta manera reconocemos como, así lo hace Su Santidad Juan Pablo Il ante la Santísima Virgen María... Muy destacado lugar junto a Él está siempre su Madre Santísima por el testimonio ejemplar que con su vida entera da a este particular Evangelio del sufrimiento. En Ella los numerosos e intensos sufrimientos se acumularon en una tal conexión y relación, que si bien fueron prueba de su fe inquebrantable, fueron también una contribución a la redención de todos (SD 23) Destaca la experiencia del calvario como el ´lugar donde el sufrimiento de María Santísima, junto al de Jesús alcanza un vértice ya difícilmente imaginable en su profundidad desde el punto de vista humano´. (SD 24) se presenta así la entrega generosa de la mujer al servicio del amor, al servicio de lo humano, al servicio de lo débil. María asume en su carne y corazón todo el sufrimiento de su hijo amado. María nos llama hoy a presentarnos con las mismas virtudes para salir al encuentro del que sufre y en compañía fraterna alcanzar la santificación de nuestras limitaciones y debilidades. Preces Monición: Oremos querida familia por nuestro hermano(a) para que en paz se pueda presentar ante al Dios justo y bueno que nos acoge con amor. R/ Dios de amor y de esperanza escúchanos. • Para que sepamos a amar y a perdonar. Oremos. • Para que la Iglesia, comunidad de amor, asista con solicitud a los enfermos. Oremos.

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• Para que nuestro hermano(a) venza el temor y se abra con ilusión y esperanza al amor del Padre misericordioso, Oremos. • Para que sepamos confiar en el Espíritu del amor que el Padre nos envió y el perdón que nos regaló, Oremos. Se pueden añadir intenciones particulares Oremos: Señor, Dios nuestro, gloria de los fieles y vidas de los justos, nosotros, los redimidos por la muerte y resurrección de tu Hijo, te pedimos que confortes en la esperanza que no defrauda a tu siervo (a) que hecho hijo tuyo en el bautismo espera alcanzar los gozos de la eterna bienaventuranza Monición: “Padre nuestro” Rito de Comunión Se sigue como se ha indicado en la guía anterior. Oración y bendición final PARA PEDIR LA GRACIA DE BIEN MORIR ¡Oh Dios, mío! ante el trono de tu adorable Majestad me postro pidiéndote la última de todas las gracias: una feliz hora de muerte. Muchas veces, en verdad, hice mal uso de la vida que me diste; pero a pesar de ello te ruego, me concedas la gracia de terminarla bien y de morir en tu gracia. Déjame morir como los santos patriarcas, abandonado en este valle de lágrimas sin queja, para disfrutar del descanso eterno en mi verdadera patria. Déjame morir como San José, en los brazos de Jesús y María, e invocando estos dulcísimos nombres que espero bendecir por toda la eternidad. Déjame morir como la Virgen María, encendido de amor e inflamado por el santo deseo de unirme con el único objeto de todo mi amor. Déjame morir como Jesús en la cruz, con los sentimientos más vivos del aborrecimiento del pecado, del amor más filial y de la plena resignación en medio de todos mis dolores. Padre eterno, en tus manos encomiendo mi espíritu; muestra en mi tu misericordia. Oh Jesús, que has muerto por mi amor, dame la gracia de morir en tu amor. Oh María, Madre de mi Jesús, ruega por ml ahora y en la hora de mi muerte. santo ángel de mi guarda, fiel custodio do mi alma, no me abandones en la hora de mi muerte. San José, por tu poderosa intercesión alcánzame la gracia de morir la muerte de los justos. Amén.

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Momento mariano. Invoquemos a María, Madre de los Remedios, nuestra patrona, mujer probada en el dolor, fiel acompañó a su Hijo en el dolor de la Cruz, pidámosle que nos acompañe hoy y siempre, diciéndole: Dios te salve María… (También puede cantarse “la Salve” u otro canto mariano) Bendición Final Nos bendiga y acompañe siempre la bendición de Dios nuestro que por la Encarnación Hijo y el poder del Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

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ESQUEMA 7

PARA LA VISITA DE UN ENFERMO EN UNIDAD HOSPITALARIA Jesús, el buen samaritano, pasa por nuestro Camino y se queda con nosotros

Saludo y motivación La parábola del buen Samaritano nos muestra cuál debe ser la relación de cada uno de nosotros con el prójimo que sufre. El Señor pasa en este día por este lugar y no es indiferente ante el dolor y la enfermedad, sino que se detiene y nos brinda toda su atención. Antífona: Lc 10 “Lo vio y tuvo compasión... se acercó, le vendó las heridas, le condujo al mesón y cuido del él ». Rito Aspersión: Si se cree oportuno se puede hacer haciendo una monición y diciendo la siguiente formula: Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo, que pasó por el mundo haciendo el bien, y en cuya muerte nos hemos sumergido para resucitar con El. Acto penitencial: Tú, que te acercas a nuestra vida como buen Samaritano, Señor ten piedad. R/Señor, ten piedad. Tú, que curas nuestras heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza, Cristo ten piedad. R/ Cristo, ten piedad. Tú, que pasaste por el mundo curando a los oprimidos por el mal. Señor ten Piedad. R/ Señor, ten piedad Invocación al Espíritu Santo Monición: Invoquemos al Espíritu de Dios que de manera especial ama a los pequeños humildes y sencillos: Ven, Espíritu Santo… Proclamación del Evangelio Monición: La verdadera caridad cristiana va más allá de las palabras y los deseos; tiene que vencer la indiferencia ante el dolor que a veces de quienes decimos creer. Obras son amores y no buenas razones, se suele decir. La parábola del Buen Samaritano creación de Jesús mismo, es el mayor reclamo para el ejercicio eficaz de la misericordia a favor del necesitado no importando su condición social, raza, ni siquiera credo.

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Del santo evangelio san Lucas. 10,29-37 Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta:¨¿ y quién es mi prójimo? Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió. "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente baja por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovido. entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue diciéndole: “Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver”. ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”, “El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo. “Ve, y procede tú de la misma manera”. Palabra del Dios Aporte a la reflexión: “Jesucristo, El sufrimiento vencido por el amor” Buen Samaritano es todo hombre, que se para junto al sufrimiento de otros hombres de cualquier género que sea, y no lo hace por curiosidad, sino más bien por pura disponibilidad. Buen Samaritano es todo hombre sensible al sufrimiento ajeno, el hombre “conmueve” ante la desgracia del prójimo.

que se

Buen Samaritano es aquel que socorre sin miramientos, aún a sus propios enemigos, siguiendo el ejemplo de Jesús Jesús es el Buen samaritano, que con toda su disponibilidad y sensible a nuestro sufrimiento, carga sobre su cabalgadura con cada uno de nosotros y nos lleva para prestarnos sus auxilios y velar porque nos den la mejor de las atenciones. Y nosotros, familiares y amigos, agentes pastorales, personal de servicio médicos, sigue siendo su ejemplo, estamos llamados a revivir, en contextos distintos y siempre nuevos, La parábola del buen samaritano escuchando la voz de Jesús que nos dice: “ve y haz tu lo mismo” (Lc 10, 37). Preces: Monición: En unidad de fe y esperanza oremos diciendo: R/ Tú que pasaste por el mundo haciendo el bien, escúchanos. • Te rogamos, Señor. Por nuestros hermanos enfermos, haz que animados por tu amor, puedan llevar serenamente su cruz por la redención de la humanidad. • Señor Jesús, sostén y consuela a nuestros hermanos enfermos, para que puedan llevar la cruz de la enfermedad bajo la luz de tu designio universal de salvación.

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• Jesús, varón de dolores y sabedor de dolencias, reconforta a nuestro(a) hermano(a) N. y une sus sufrimientos a los tuyos, para la salvación de todos los hombres. • Señor Jesús, modelo de los que sufren, haz que nuestros enfermos encuentren alivio y consuelo en la promesa de tu salvación. • Señor Jesús, da la calma y el sosiego a los familiares de este hermano(a) nuestro para que sepan esperar en Ti. Se pueden añadir intenciones particulares Oremos: Oh Dios, que eres amor, y nos has enseñado en tu Hijo el valor de la reconciliación y el perdón fortalece nuestro espíritu para acudir, como bueno Samaritano, en ayuda de todos aquellos que sufren. Te lo pedimos el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén Monición: Sólo quienes creemos en el perdón, siguiendo el ejemplo de nuestro Padre Dios, podemos recitar con piedad y unción la plegaria que Jesús mismo nos enseñó: “Padre nuestro...” Rito de Comunión Se sigue como se ha indicado en la guía anterior Oración y bendición final Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, que con tu bendición levantas y fortaleces nuestras frágil condición, míranos con bondad y por la fe que tenemos en ti devuélvele la salud a N. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen. Momento mariano Invoquemos a María, Madre de los Remedios, nuestra patrona, mujer probada en el dolor fiel compañera en el sufrimiento humano y así como acompañó a su Hijo en el dolor de la Cruz, pidámosle que nos acompañe hoy y siempre, diciéndole: Dios te salve María.. (También puede cantarse “la Salve” u otro canto mariano) Bendición Final

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Nos bendiga y acompañe siempre la bendición de Dios nuestro que por la Encarnación Hijo y el poder del Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.

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ESQUEMA 8

JESUCRISTO NOS MUESTRA EL SENTIDO SALVADOR DEL DOLOR (Guía para un ministro ordenado y administración de la Unción de los enfermos)

Saludo La paz del Señor a esta casa (habitación, centro hospitalario, etc.)y a todos los aquí presentes. Luego, si es oportuno, rocía con agua bendita al enfermo y a la habitación, diciendo esta fórmula: Que esta agua nos recuerde nuestro bautismo en Cristo, que nos redimió con su muerte y resurrección. Seguidamente puede decir la siguiente oración: Señor, Dios nuestro, que por medio de tu apóstol Santiago nos has dicho: “¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, y que recen sobre él, después de ungirlo con óleo, en nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo curará y, si ha cometido pecado, lo perdonará”. Escucha la oración de quienes nos hemos reunido en tu nombre y protege misericordiosamente a N., nuestro hermano enfermo (y a todos los otros enfermos de esta casa). Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén. Si es necesario, escuche el sacerdote la confesión sacramental del enfermo. Pero cuando no se celebra dentro del Rito la confesión sacramente del enfermo por las diversas circunstancias el sacerdote invita a todos al acto penitencial. ACTO PENITENCIAL. El sacerdote invita a los fieles a la penitencia: Hermanos: para participar con fruto en esta celebración comencemos por reconocer nuestros pecados. Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos juntos, hacen la confesión: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. golpes de pecho, añaden: Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Y a continuación: Por eso ruego a Santa María siempre virgen, ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro señor. El sacerdote concluye: V. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amen.

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Recuérdese que se puede usar también la fórmula “Señor ten misericordia de Nosotros”, o también la fórmula litánica. LITURGIA DE LA PALABRA Escuchen ahora, hermanos, las palabras del santo Evangelio según San Marcos (14. 32-36) Llegaron a una propiedad llamada Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos. "Quédense aquí mientras yo voy a orar" Después llevo con El a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y a angustiarse. Entonces les dijo: "Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí velando". Y adelantándose un poco, se postro en tierra y rogaba que, de ser posible, no tuviera que pasar por esa hora. Y decía: "Abba Padre - todo te es posible: aleja de mi este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya" Palabra del Señor R/ Gloria a ti Señor Jesús. Aporte a la reflexión: “DOLOR: MISTERIO Y SALVACIÓN” Es claro que el ser humano está llamado a la alegría y a la vida feliz, pero experimenta diariamente muchas formas de dolor, y la enfermedad es la expresión más frecuente y más común del sufrir humano. Por eso, como se reflexionó en una de los esquemas anteriores, aparecen preguntas: ¿Por qué sufrimos? ¿Para qué sufrimos? ¿Tiene un significado que las personas sufran? ¿Puede ser positiva la experiencia del dolor físico o moral? Pero para los cristianos éstos no son interrogantes sin respuesta. El cristiano sabe que el dolor es un misterio, muchas veces inescrutable para la razón. Forma parte del misterio de la persona humana, que sólo se esclarece en Jesucristo, que es quien revela al hombre su propia identidad. Solo desde Cristo, Varón de dolores, podremos encontrar el sentido a todo lo humano y en especial al misterio del dolor como ya lo expresó el siervo de Dios Juan Pablo Il en la Carta apostólica Salvifici Doloris (N" 26) • El sufrimiento “no puede ser transformado y cambiado con una gracia exterior sin Interior” • Pero este proceso interior no se desarrolla siempre de igual manera […] Cristo no responde directamente ni en abstracto a esta pregunta humana sobre el sentido del sufrimiento. • El hombre percibe su respuesta salvífica a medida que el mismo se convierte en partícipe de los sufrimientos de Cristo. • La respuesta que llega mediante esta participación es…una llamada: ´sígueme´, Ven', toma parte con tu sufrimiento en esta obra de salvación del mundo que se realiza a través de mi sufrimiento. Por medio de mi cruz” Por eso, ante el enigma del dolor, los cristianos podemos decir un decidido “hágase, señor, tu voluntad” y repetir con Jesús: “Abba –padre- todo te es posible: aleja de mi este cáliz, pero no se haga mi voluntad, si no la tuya”. (Mc 14,36). Escucha a el señor anunciar sus sufrimientos y, acto seguido, invitar a caminar detrás de Él

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(Lc 9,22ss) es descubrir la íntima relación entre la Cruz de Jesús –símbolo del dolor supremo y precio de nuestra verdadera libertad- y nuestros dolores, sufrimientos, aflicciones, penas y tormentos que pueden pesar sobre nuestras almas o echar raíces en nuestros cuerpos. Es descubrir la cercanía y solidaridad del Dios con nosotros como nos lo recuerda el Papa Benedicto XVl en el mensaje para la XVII JORNADA MUNDIAL DEL ENFERMO: “En el misterio de su pasión, muerte y resurrección, el sufrimiento humano encuentra sentido y la plenitud de la luz. En la carta apostólica Salvifici doloris, el siervo de Dios Juan Pablo Il tiene palabras iluminadoras al respecto: “El sufrimiento humano-escribió-ha alcanzado su culmen en la pasión de Cristo. Y a la vez ha entrado en una dimensión completamente nueva y en un orden nuevo: ha sido unido al amor (...), a aquel amor que crea el bien, sacándolo incluso del mal, sacándolo por medio del sufrimiento, así como el bien supremo de la redención del mundo ha sido sacado de la cruz de Cristo, y de ella toma constantemente su origen. La cruz de Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan ríos de agua viva” (n. 18). Vistos así, el dolor, la enfermedad y los momentos oscuros de la existencia humana, adquieren una dimensión profunda e, incluso esperanzada. Nunca se está solo frente al misterio del sufrimiento: se está con Cristo, que da sentido a toda la vida. Si el sacerdote ha de bendecir el óleo dentro del rito, procederá así: Señor Dios, Padre de todo consuelo, que has querido sanar las dolencias de los enfermos por medio de tu Hijo: escucha con amor la oración de nuestra fe y derrama desde el cielo tu Espíritu Santo Defensor sobre este óleo. Tu que has hecho que el leño verde del olivo produzca aceite abundante para vigor de nuestro cuerpo, enriquece con tu bendición + este óleo, para que cuantos sean ungidos con él sientan en el cuerpo y en el alma tu divina protección y experimenten alivio en sus enfermedades y dolores. Que por tu acción, Señor, este aceite sea para nosotros oleo santo, en nombre de Jesucristo, nuestro, Señor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén. Si el óleo esta ya bendecido, dice sobre él una oración de acción de gracias: V. Bendito seas Dios, Padre todopoderoso, que por nosotros y por nuestra salvación enviaste tú Hijo al mundo. R. Bendito seas por siempre, Señor. R. Bendito seas, Dios, Hijo unigénito, que te has rebajado haciéndote hombre, como nosotros para curar nuestras enfermedades. V. bendito seas por siempre, Señor. V. Bendito seas Dios, Espíritu Santo Defensor, que con tu poder fortaleces la debilidad de nuestro cuerpo. R. Bendito seas por siempre, Señor. V. Mitiga, Señor, los dolores de este hijo tuyo, a quien ahora, llenos de fe, vamos a ungir con el óleo santo; haz que se sienta confortado en su enfermedad y aliviado en sus sufrimientos. Por Jesucristo, nuestro señor. R. Amen. El sacerdote toma el santo óleo y unge al enfermo en la frente y en las manos, diciendo una sola vez: POR ESTA SANTA UNCIÓN Y POR SU BONDADOSA MISERICORDIA

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TE AYUDE EL SEÑOR CON LA GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO R. AMÉN. PARA QUE, LIBRE DE TUS PECADOS, TE CONCEDA LA SALVACIÓN Y TE CONFORTE EN LA ENFERMEDAD. R. AMÉN. Después dice esta oración: Oremos: Te rogamos, redentor nuestro, que por la gracia del Espíritu Santo, cures el dolor de este enfermo, sanes sus heridas, perdones sus pecados, ahuyentes todo sufrimiento de su cuerpo y de su alma le devuelvas la salud espiritual y corporal, para que, restablecido por tu misericordia, Se incorpore de nuevo a los quehaceres de su vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén. VIATICO El sacerdote inicia la oración con estas u otras palabras. Y ahora, todos juntos, invoquemos la oración que el mismo Cristo nos enseñó: Todos: padre nuestro, que estas en el cielo… El ministro muestra el santísimo sacramento, diciendo: Este el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los llamados a la cena del señor. El enfermo, si puede, y los que van a comulgar dicen a la vez: no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El sacerdote se acerca al enfermo y, ofreciéndole el sacramento, dice: El cuerpo de Cristo (o la sangre de Cristo) Y ahora después de la comunión, añade el sacerdote: El mismo te guarde y te lleve a la vida eterna. CONCLUSIÓN DEL RITO Dios todopoderoso, cuyo Hijo es para nosotros el camino, la verdad y la vida, mira con piedad a tu siervo (a) N., y concédele que, confiado en tus promesas y fortalecido (a) con el cuerpo y la sangre de tu Hijo, llegue en paz a tu Reino. BENDICIÓN FINAL

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Que Dios Padre te bendiga. R/ Amén. Que el Hijo de Dios te devuelva la salud. R/ Amén. Que el Espíritu Santo te ilumine R/Amén. Y a todos ustedes que están aquí presentes, les bendiga Dios todopoderoso Espíritu Santo. R. Amén.

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ORACIÓN POR LA ARQUIDIÓCESIS DE CALI

Padre nuestro de los cielos, te bendecimos porque nos ha hecho tus hijos mediante el bautismo y nos has convocado en la Santa Iglesia. Te damos gracias por nuestra Arquidiócesis de Cali y te pedimos que derrames sobre ella los dones de Tu Santo Espíritu. Ayuda a las parejas a permanecer estables en el amor, cumplir abnegadamente sus deberes de padres de familia y a santificar su unión mediante el sacramento del Matrimonio. Concede a los jóvenes mantener la fe que da sentido a la vida y a conservar la esperanza para trabajar por un mundo más justo y humano. Bendice el quehacer de quienes laboran en los centros educativos y haz que nos preocupemos siempre por servir eficazmente a los más desprotegidos de nuestros hermanos. Que sintamos la alegría de nuestra salvación y el amor profundo a nuestra Santa Iglesia Católica. Danos la coherencia profunda entre nuestra fe y nuestra vida, para que seamos de veras discípulos de Jesús, a imitación de María y lleguemos a ser misioneros suyos entre los hombres, a fin de que todos en Él tengan vida abundante. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo tu hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo... Amén.


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