VIACRUCIS EUCARÌSTICO Omar Arturo Lopez, Pbro. Vicario de Evangelización En unión con María, la Madre de Dolores, vamos, oh Jesús, a recorrer la vía dolorosa que Tú anduviste antes de consumar nuestra Redención en el Calvario. Haz que la meditación de los principales misterios de tu sagrada Pasión nos llene el corazón de esperanza y agradecimiento por el infinito amor de Tu entrega en la Cruz. Nosotros, como cristianos, somos conscientes de que el vía crucis del Hijo de Dios no fue simplemente el camino hacia el lugar del suplicio. Creemos que cada paso, cada gesto o palabra suya, así como lo que vieron e hicieron todos aquellos que tomaron parte de ese momento, nos hablan continuamente. En su pasión y en su muerte, Cristo nos revela también la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Hoy queremos reflexionar con particular intensidad sobre el contenido de aquellos acontecimientos desde la Eucaristía para que nos hable al corazón, tu entrega, Tu sacrificio, tu donación que de igual forma se actualiza en todos los altares. Participar significa tener parte. Y ¿qué quiere decir tener parte en la cruz de Cristo? Quiere decir experimentar en el Espíritu Santo el amor que esconde tras de sí la cruz de Cristo. Quiere decir reconocer, a la luz de este amor, la propia cruz. Quiere decir cargarla sobre la propia espalda y, movidos cada vez más por este amor, caminar… Caminar a través de la vida, imitando a Aquel que «soportó la cruz sin miedo a la ignominia y está sentado a la diestra del trono de Dios» En el contexto de la opciòn de la Eucaristia como fundamento de la acciòn pastoral de nuestra arquidiocesis, al recorrer estas 14 estaciones vamos a ir poniendo, sobre ellas, nuestra realidad personal. Todos, al rezar este Víacrucis, vamos a ir formando la gran cruz que Jesús llevará hasta el final sobre sus hombros por nosotros. En esa cruz nos lleva a cada uno, a ti y a mí; tus pecados y los míos. En nuestro Vía Crucis, cada uno abrazará esa cruz, la llevará como Jesús. Éste será el gesto por el que aceptamos ser salvados: caminando al lado de Jesús...tenemos más oportunidades y más posibilidades de poder llegar hasta el Monte Gólgota.
RITOS INICIALES Por la señal de la santa cruz + de nuestros enemigos + líbranos, Señor, Dios nuestro + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo + ACTO PENITENCIAL Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor. Amén. CREDO PADRE NUESTRO OREMOS Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima sangre, pasión y muerte, y me daréis gracia para enmendarme, y perseverar en vuestro santo amor y servicio, hasta el fin de mi vida. Amén.
1ª ESTACIÓN: JESÚS ES ENTREGADO Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17, 1-2 "Padre, llegó la hora, glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique, según el poder que le diste sobre toda carne, para que a todos los que Tú le diste les dé Él la vida eterna". REFLEXIÓN: En todas las parroquias, en sus altares, y todos los días, se nos entrega Jesús para que nunca olvidemos que las palabras se quedan cortas, y el viento se las lleva, si no van acompañadas de amor. En la vida (a veces dificil, triste, desconcertante) la Eucaristía nos inyecta la fuerza necesaria para que nuestra entrega en favor de los ultimos, de los que sufren, nunca quede al borde del camino ni a la intemperie de los que piensan que no merece la pena darse por nada sino es por algo a cambio. La entrega de Jesùs compromete a nuestra Iglesia Eucaristica a ser un “hospital de guerra”, donde todas las personas heridas por las injusticias vengan a buscar el consuelo. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.
2ª ESTACIÓN: EL SEÑOR CON LA CRUZ A CUESTAS Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,3 "Esta es la vida eterna, que te conozcan a Ti, único Dios verdadero, y a tu enviado Jesucristo". REFLEXIÓN: En cada eucaristía, el Señor, asume nuestras fragilidades y torpezas. Con su Palabra nos ilumina y hace, que por la comunión de su cuerpo y de su sangre, nunca nos falten las fuerzas (no las cruces) para poder llevarlas no oprimiendo nuestras vidas sino sobre nuestros hombros. No es difícil mirar a Jesús, y sin preguntarle nada, nos interpela a tomar la cruz del dolor en nuestra sociedad. Tomemos de la Eucaristia la energia suficiente para tomar las cruces de este mundo y nuestras propias cruces que abrazamos por amor al anuncio del evangelio. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,4 "Yo te he glorificado sobre la tierra, Ilevando al cabo la obra que me encomendaste". REFLEXIÓN: También hoy, el hombre, sigue cayendo bajo el poder de tantas cosas que lo oprimen y le hacen doblar la rodilla en el suelo y clavar la vista en la tierra. Hoy, tal vez más que nunca, el ser humano va siendo aplastando bajo la gran cruz de muchas de sus decisiones desacertadas. ¡Cuántas cosas nos alejan de Dios y del Espíritu Evangélico! No es triste caer. Lo penoso es quedarnos hundidos. Que la fuerza de la oraciòn y comuniòn con Cristo nos ayude a seguir adelante a pesar de nuestras caidas, que su gloria sea nuestra vitalidad. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
4ª ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,4 "Y ahora Tú, Padre, glorifícame cerca de Ti mismo con la gloria que tuve, cerca de Ti, antes que el mundo existiese". REFLEXIÓN: La Madre, La mujer escogida que, durante nueve meses, llevó en su seno a Cristo llamado a ser eucaristía se encuentra, frente a frente con El, camino del calvario. También nosotros, cada vez que invocamos el nombre de María, podemos abrirnos al encuentro personal de Aquel que todo lo da para que aprendamos la lección de que, en el amor y en el perdón, se encuentra la mayor expresión de entrega. Ella mujer Eucaristica que supo estar cerca de su hijo en cada momento, nos permita tambien desear estar cerca de la Eucaristia en todos los momentos de nuestra vida. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
5ª ESTACIÓN: JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRINEO
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17, 6-7 "He manifestado tu nombre a los hombres que me has dado de este mundo. Tuyos eran, y Tú me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora saben que todo cuanto me diste viene de Ti". REFLEXIÓN: Para la Iglesia y en ella para todos los seguidores de Jesùs, la eucaristía se convierte en ayuda puntual y necesaria para ascender y poder llegar a la perfección cristiana. Jesús dejó que, parte del peso del gran madero, fuese compartido por Simón el de Cirene. Cristo, por su eucaristía, se convierte en nuestro personal Cirineo: Nos empuja. Nos anima. Nos levanta para que sea más fuerte el pan de los ángeles que las contrariedades y losas de los hombres. En el pan consagrado nos acemos cercanos al Maestro y compartirmos como creyentes su destino, su entrega, nos partimos y nos compartimos con los demas en la cena de Señor. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA SALE AL ENCUENTRO DEL SEÑOR
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17, 9-11 "Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que Tú me diste; porque son tuyos, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío, y yo he sido glorificado en ellos. Y yo ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a Ti". REFLEXIÓN: Participar en el modo de vida de Jesús sugiere andar por caminos nuevos y con una conciencia lúcida, limpia y recta. Salir al paso del Señor, entrar en comunión con El, supone hacer un pequeño esfuerzo para que, nuestro interior, quede tan limpio como su rostro quedó en el encuentro con la Verónica. Que la eucaristía deje en lo más hondo de nuestras entrañas el vivo retrato de un Jesús que sigue vivo y peregrino en medio de nosotros. La eucaristía blanquea todos los días, no el semblante del que la celebra, sino el alma y los corazones de aquellos que la frecuentan. En cada Eucaristia celebramos nuestra redenciòn, nuestra pureza y la vida de Dios que acontece en nosotros. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
7ª ESTACIÓN: CAE EL SEÑOR POR SEGUNDA VEZ
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,21 "Padre santo, guarda en tu nombre a éstos, que me has dado, para que sean uno como nosotros". Pero ahora yo vengo a Ti, y hablo estas cosas en el mundo para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos". REFLEXIÓN: La cena de Señor es fuente y cumbre de vida cristiana. En ella recogemos los mejores deseos y el aliento del Espíritu para calcar nuestra vida en la de Jesús Maestro. Con ella damos gracias a Dios por tantas cosas que alcanzamos y que son signo elocuente de su presencia. Sucumbimos en nuestros propósitos; a veces es difícil seguir adelante en aquello que prometimos pero, la eucaristía, camino hacia la Pascua definitiva, nos ayuda siempre a mirar –no tanto hacia atrás- cuanto al horizonte que nos espera: el triunfo con Jesús. Santo Tomàs la va llamar el pan de los fuertes, porque necesitamos ese alimento que es fuerza para enfrentar la rudeza de una vida entregada por el anuncio del evangelio. El pan que se convierte en poder para el que cree. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
8ª ESTACIÓN: JESÚS HABLA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,14 "Yo les he dado tu palabra, y el mundo les aborreció; porque no eran del mundo, como yo no soy del mundo". REFLEXIÓN: El silencio de algunos en un mundo que cabalga entre el bien y el mal, que es tensado entre la injusticia y la injusticia o interpelado por la falsedad y la verdad, es roto por la voz valiente y decidida de aquellos que saben escuchar una Palabra desciende del cielo. La Eucaristía, es la propuesta del Señor animándonos a llorar y a ser solidarios con tantos hermanos nuestros que gritan sin ser escuchados y gimen sin ser consolados. La Eucaristia es una cena donde todos caben, los tristes, los ùltimos, los fragiles, es la mesa donde cada uno puede tener un espacio de consuelo de esperanza. Una mesa donde alcanza para todos y la comunidad que alienta a ser pan partido para todos los que tienen hambre y sed de justicia. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,15 "No pido que los tomes del mundo, sino que los guardes del mal". Como Tú me enviaste al mundo, así yo los envié a ellos al mundo. Y yo por ellos me santifico, para que ellos sean santificados por la verdad". REFLEXIÓN: Las caidas son parte de nuestras vidas, el caer no significa falta de fe o lejania. Cien veces que nos proponemos los seres humanos no caer…cien veces que caemos bajo el peso de nuestras propias contradicciones. El Señor, con el leño sobre sus hombros, en cada eucaristía nos hace una transfusión de vida divina. No son las caídas continuas del discípulo de Cristo las que nos alejan de El, sino el acostumbrarnos, como tantas veces lo hacemos, a vivir bajo la pesada cruz de la mediocridad, la oscuridad y la tibieza. Que hermoso poder sentir la cercania de Jesùs que nos hace cercano a su dolor con nuestro dolor y en su fuerza nosotros somos fuertes para seguir adelante. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
10ª ESTACIÓN: JESÚS DESPOJADO DE SUS VESTIDOS
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,6 "Ellos no son del mundo, como no soy del mundo yo. Santifícalos, en la verdad, pues tu palabra es verdad". REFLEXIÓN: Vivir, en toda su intensidad la Eucaristía, es compartir la suerte de Aquel que en obediencia a Dios todo lo dio (sufriendo) y de todo fue arrancado. Atender su Palabra es abandonar caminos equivocados, desprendernos de aquellos disfraces que distorsionan la grandeza que llevamos dentro. Contemplar y vivir la eucaristía es ver a un Señor que, antes de subir a la cruz, es presentado como vino en Belén por primera vez al mundo: desnudo y despojado de toda riqueza. Nos hemos declarado en misiòn permanente en nuestra arquidiocesis y llevar el mensaje de la buena noticia significa tambien llevar la justicia, la solidaridad, poder saciar el hambre fisica y de justicia de tantos desprotegidos que viven en las periferias de nuestra vida, que la Eucaristìa sea nuestro alimento para arrojar a todos los despojados. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
11ª ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17, 20-21 "Pero no ruego solamente por éstos, sino por cuantos crean en mi por su palabra, para que todos sean uno, como Tú, Padre, estás en mí y yo en Ti, para que también ellos sean en nosotros, y el mundo crea que Tú me has enviado". REFLEXIÓN: Ascender al calvario acompañando al Señor, es intentar componer un acorde lo más perfecto posible en nuestra existencia con las notas que El nos marca en el Evangelio. Celebrar la eucaristía es hacer memoria de aquellas horas santas e históricas de Jesús. Fue clavado para que el hombre entendiese la gran locura de Dios: el amor de Dios por el hombre es capaz de cualquier cosa. La eucaristía nos anima y nos educa a ver la cruz, no como un adorno cincelado en oro o plata, sino el árbol desde donde nos cae gratuitamente a todos el fruto de la redención. Nuestra redenciòn, nuestra salvaciòn, cada Eucaristia es una prueba del maximo amor que Dios nos ha mostrado. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17, 21-23 "Yo les he dado a conocer la gloria que Tú me diste, a fin de que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos, y Tú en mí, para que sean consumados en la unidad, y conozca el mundo que Tú me enviaste y amaste a éstos como Tú me amaste". REFLEXIÓN: El amor exige entrega, y no hay triunfo sin esfuerzo, ni herida sin dolor. El calvario era y sigue siendo un monte para todo aquel que quiera entender, mirar y comprender la salvación de Dios: la Palabra clavada nos habla escandalosamente, como en Belén también un día lo hizo, del amor que Dios nos tiene. Nos descoloca. Nació en la soledad de una noche y murió solitario en la hora de nona. La eucaristía es presencia real y misteriosa de un Jesús que muere y resucita, que habla y se presenta con la misma actualidad con la que lo hizo en aquellos que vivieron codo con codo sus días de pasión y de gloria. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
13ª ESTACIÓN: JESÚS PUESTO EN LOS BRAZOS DE LA MADRE
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,24 "Padre, lo que Tú me has dado quiero que donde yo esté, estén ellos también conmigo, para que vean mi gloria, que Tú me has dado, porque me amaste antes de la creación del mundo". REFLEXIÓN: Subir para bajar y bajar para subir. Es el doble movimiento de la Pascua. Subió Jesús al madero y, con él, nos abrió la puerta a la Resurrección. La eucaristía, día tras día, nos enseña que el Señor sigue bajando para hacernos escalar a las más altas cotas de generosidad y de entrega, de perdón y de sacrificio, de humildad y de reconciliación, de fe y de esperanza ¿Seremos capaces de ver la otra cara de la cruz o nos quedaremos enganchados en la simple astilla de madera que produce sufrimiento y llanto? La Eucaristia se convierte tambien en consuelo para aquellos que como Maria buscan sentido al dolor, perdida y angustia que genera la realidad de injusticia de esta sociedad. Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
14ª ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO
Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos porque por tu santa Cruz redimiste al mundo LECTURA DEL EVANGELIO: JN 17,25 "Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te conocí, y éstos conocieron que Tú me has enviado, y yo les di a conocer tu nombre, y se lo haré conocer, para que el amor con que Tú me has amado esté en ellos y yo en ellos". REFLEXIÓN: Hay que morir para vivir y, aunque muchos se empeñen en lo contrario, hay que vivir para aprender a morir. Es la gran lección que, magistralmente, Jesús nos enseña en este vía crucis. Por Dios y por el hombre ¡todo! Sin Dios y sin el hombre ¡nada! La eucaristía es el sacramento de la presencia de un Dios que en la aparente debilidad de la especie del pan y del vino nos ayuda a fructificar y a prepararnos para el auténtico banquete que nos espera: el cielo En cada eucaristía quedan sepultados millones de granos de fe, que como la mostaza, serán un día grandes árboles en los que anidarán para siempre y felizmente los hijos que creyeron y esperaron en las promesas de Jesús en la tierra. ¿Vivimos cada eucaristía como un aperitivo de aquello que nos espera por gustar en compañía de Dios el día de mañana?
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.
ORACION DE PABLO VI Creemos que con este drama tuyo, Cristo, no sólo se ha desarrollado una escena de dolor y de deshonra sino que se ha cumplido algo más profundo. Parece que precisamente allí donde se tocan los brazos de tu cruz están las grandes abscisas, las grandes paralelas, las grandes líneas constituyentes de los destinos humanos. Hay una ley de justicia que desde las profundidades de Dios se precipita sobre Tí, Cristo víctima, hay una condena que desde los abismos del mal te obliga a morir. Las dos leyes se cruzan y en vez de neutralizarse entre sí conspiran en precipitarse sobre Tí, Cristo, y en hacer de Tí un cordero inmolado por los pecados del mundo. Y Tú, Cristo crucificado, tienes los brazos abiertos porque en la cruz se encuentran no sólo la justicia y el pecado, sino también el amor. "Por nosotros y por nuestra salvación bajó sobre esta tierra"; es la apertura del cielo que fulgura con amor sobre el mundo, lo ama y llega allí. Amén