“Démosle, pues, a este diciembre y a la Navidad 2020, el color, el sabor, la música, el mensaje, el regalo, el propósito y la espiritualidad de la esperanza. ”. † Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali
ISSN: 2462-9979
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De la Doctrina a la Vida: Diálogo y amistad social >> Detalles página 4
Que nuestro propósito común sea la vida >> Detalles página 12
AÑO XXIX
No 245
SANTIAGO DE CALI, DICIEMBRE DE 2020
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Editorial
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
¡Que nos inunde tu amor, Jesús! Reunámonos en los grupos que la bioseguridad tolera; motivémonos todos a levantar la moral, el ánimo colectivo. Sobre todo, a levantar, extendiéndole la mano, el brazo social, la mirada y el afecto del alma, al más débil, al más enfermo, al más afectado por los nervios, por la soledad, por la carencia, por el duelo, por la vejez, por sus errores, por la cárcel, por las injusticias y las violencias
Año 2020 No. 245 de Diciembre de 2020 Publicación Mensual ISSN: 2462-9979 Arzobispo de Cali Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía DEPARTAMENTO DE COMUNICACIONES Delegado Arzobispal Pbro. José Over Gallego Londoño Comunicador Social Periodista Oscar Andrés Orejuela Valero Diseño y Diagramación Bernardo Arcila Parra Impresión Casa Editorial El Tiempo ARQUIDIÓCESIS DE CALI Curia Arzobispal Cra. 4 No. 7-17 PBX: 889 0562 medios@arquicali.org www.arquicali.org
Los escritos de los colaboradores solo comprometen a quienes los firman.
E
l canto de los Ángeles de Navidad, “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los humanos, amados todos por el Señor”, anuncia que Dios entró en el mundo. Y con Él, con el Emmanuel, (Dios-con-nosotros), el mundo entra en la órbita de la esperanza. De un mundo en el que Dios se hace hombre, terrícola, encarnación e historia, quedan excluidos el absurdo y la desesperación, que causan el suicidio de la humanidad, hundida en la violencia y condenada a rendirle culto a los poderes intramundanos y a la muerte. Dios entró en el mundo para abrirlo a la esperanza del cielo y a la espera de una tierra en paz, desde la experiencia de sabernos amados. De esta esperanza y de esta espera amorosa, nacen la fe que guía la razón humana y el amor que transforma toda relación. En el tiempo de Adviento se unen la esperanza y la memoria, el futuro y el pasado de Cristo, que iluminan nuestro tiempo presente. Esperanza y futuro que brotan de la Pascua y nos ponen en la espera y el apresuramiento de su segunda venida gloriosa (los cuatro domingos de Adviento). Memoria y pasado que nos preparan para celebrar la primera venida, en el misterio de la Encarnación y el nacimiento del Hijo de Dios e Hijo del Hombre (Adviento cercano, del 17 de diciembre hasta la Noche Buena). Démosle, pues, a este diciembre y a la Navidad 2020, el color, el sabor, la música, el mensaje, el regalo, el propósito y la espiritualidad de la esperanza. Reunámonos en los grupos que la bioseguridad tolera; motivémonos todos a levantar la moral, el ánimo colectivo. Sobre todo, a levantar, extendiéndole la mano, el brazo social, la mirada y el afecto del alma, al más débil, al más enfermo, al más afectado por los nervios, por la soledad, por la carencia, por el duelo, por la vejez, por sus errores, por la cárcel, por las injusticias y las violencias. ¡Vivamos la Navidad 2020! ¡Demos razón de nuestra esperanza! Los niños, adolescentes y jóvenes se apropien de este tiempo, con su creatividad y su alegría, sus danzas, cantos, bullas y dramatizados. Representen ellos, a su modo, el coro de los Ángeles, los pastores del Belén, el hogar de María y José, la mula y el buey, la estrella de los magos, los dromedarios y camellos, los Melchor, Gaspar y Baltasar. Pero, sean también los signos del Adviento como futuro, de las esperanzas que anhelamos Por: † Monseñor Darío de Jesús se vuelvan realidades. ¿Cuáles? ¡Buen tema de Monsalve Mejía conversación bajo techo, en la sala, en la pantalla, Arzobispo de Cali en la Iglesia, en los grupos de oración! Antes eran sobre “el pedido al Niño Dios” o el aguinaldo. Hoy sean sobre nuestras esperas y esperanzas, anhelos y propósitos, propuestas y sugerencias para el año 2021: para mejorar la convivencia, el abastecimiento alimentario en el sector, el mejoramiento de las viviendas, la seguridad en las calles y casas, el acceso a salud, educación y trabajo, el cuidado ambiental, etc. Las crisis sanitaria, social, económica y ambiental, empiecen a superarse desde la salud anímica, espiritual y afectiva, familiar y vecinal, que son los dones del Niño Dios y de su hogar de Belén y Nazaret, los dones en las manos de los pastores en la noche del Nacimiento y en los cofres de los Magos de Oriente. El gesto de la adoración, que es el de Navidad, al rezar el Credo, en el “et homo factum est”, el artículo de fe sobre la Encarnación de Dios, hasta la adoración en la Epifanía o fiesta de Reyes, se una al de la Adoración Eucarística en cada hogar cristiano, para vivir la continuidad entre misterio de Encarnación y presencia del amor sacrificado. En una patria en la que la muerte nos acecha con tantos prójimos armados y violentos, con el dolor del odio y de las codicias inhumanas, bien valdría el grito colectivo, desde casas, pantallas, altavoces y emisoras, a “enterrar” la violencia y unir las voces, a cantar unidos a la esperanza, con el Himno de la Alegría: “Ven, canta, sueña cantando, vive cantando al nuevo sol (…)”. Que, en la noche de las velitas, en las novenas del aguinaldo, el 24 y 25, el 31 y el 6 de enero, resuene este himno coral en casas, balcones, terrazas, por doquiera. Una coral nacional a horas fijas, ojalá, para llegar a oídos y corazones de todos, especialmente de violentos, malhechores y agitadores del odio. “Gloria a Dios en el Cielo y paz en Colombia a la que tanto ama Dios”. Amén.
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
Papa Francisco invita a vivir el Adviento con esperanza y en oración
“La luz de Cristo ilumine nuestros caminos y disipe las tinieblas de nuestros corazones”
Por: ACI Prensa
A
l recordar que el próximo domingo 28 de noviembre comienza el tiempo de Adviento, el Papa Francisco exhortó a preparar la Navidad con momentos de oración para redescubrir la esperanza y la alegría de la venida del Hijo de Dios en el mundo. Así lo dijo el Santo Padre durante la Audiencia General de este miércoles 25 de noviembre que se llevó a cabo en la biblioteca del palacio apostólico vaticano, sin la presencia de fieles, debido a las restricciones sanitarias provocadas por el COVID-19. En su saludo a los fieles de lengua francesa, el Pontífice mencionó que el próximo domingo la Iglesia entrará en el tiempo de Adviento y alentó a estar “acompañados por la Madre de Jesús en el camino hacia la Navidad
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Para reflexionar
en estos tiempos difíciles para muchos” y a esforzarse por “redescubrir la gran esperanza y alegría que nos da la venida del Hijo de Dios al mundo”. Además, al dirigirse a las personas de lengua inglesa, el Papa alentó a que en este Adviento “la luz de Cristo ilumine nuestros caminos y disipe las tinieblas de nuestros corazones” por lo que invocó “el gozo y la paz del Señor Jesucristo”. Al saludar a los fieles de lengua española, el Papa Francisco animó a prepararse para la Navidad dedicando “momentos a la oración, meditando a la luz de la Palabra de Dios, para que el Espíritu Santo que la habita vaya iluminando el camino a seguir y transformando el corazón, en la espera del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo”. Por último, el Santo Padre deseó a los polacos “que la alegre espera de la venida del Salvador, que se hizo hombre, similar a nosotros, llene sus corazones de esperanza y paz”.
Opinión † Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali
Tips Pastorales
Navidad en pandemia
Con menos restricciones que la Semana Santa, pero también de forma atípica, nos toca vivir este tiempo de Adviento y Navidad 2020. Lo primero que hay que hacer, es acatar las disposiciones y recomendaciones orientadas a evitar la mayor propagación del virus COVID-19 y el consecuente contagio. La Iglesia las acoge con respeto, sobre todo en lo que tiene que ver con evitar las aglomeraciones y reuniones masivas en las casas y templos, y seguir acatando el uso del tapabocas, el lavado de manos, la desinfección de los zapatos y la toma de temperatura. En el caso de las novenas al Niño Dios, este año se harán especialmente en familia. En las casas, se pide que no se tengan reuniones con vecinos, ni con familiares que vengan de otros lugares. Si en las casas hay adultos mayores o personas con morbilidades especiales, deben evitarse las mencionadas reuniones para las novenas y mejor hacerlas de manera virtual. Estos tips pastorales, aparte de recordar estas disposiciones de los protocolos preventivos, quieren también invitarlos a vivir de la mejor manera estos días, que también son de gracia, y redescubrir los temas esenciales del Adviento y la Navidad: El Adviento nos habla de futuro. Es decir, nos trae al presente la dimensión que está tan afectada en nuestros días: la esperanza. Sí. Hemos de vivir y hacer las novenas de preparación para la venida del Niño Dios animados por la esperanza en los tiempos nuevos que vendrán. El profeta Isaías, transmite las palabras de Yavé Dios: “No recuerden las cosas pasadas, no
se pongan a considerar las cosas antiguas. Miren, yo realizo algo nuevo. Ya despunta ¿no lo notan? Abriré un camino en el desierto, torrentes de agua en la tierra árida” (Is. 43, 18 - 19). No nos quedemos en el lamento de la cuarentena y las restricciones que todavía tenemos. Ni tampoco nos quedemos añorando los tiempos pasados, que seguramente no van a volver. Para nosotros que tenemos fe, lo cierto es que después de la pandemia vendrán cosas nuevas, vendrá un mundo nuevo, en donde, con las lecciones aprendidas, tendremos la oportunidad de ser auténticamente hermanos y amigos, como es el sueño del Papa Francisco. Y es en la Navidad, donde se cumple la profecía: en Cristo, y con Cristo, nacido en Belén, se hace todo nuevo. En Él y por Él hemos sido recreados. El Niño en el pesebre, que muestra su fragilidad, descollará en la grandeza de su divinidad. Así nosotros, frágiles como nos hemos sentido a lo largo de esta pandemia, escucharemos que Jesús nació en nuestra tierra para hacer algo nuevo. Su nombre lo dice todo. El Arcángel Gabriel dijo a José, lo que dijo también a María: “Y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt., 1, 21). “Este será grande, será llamado Hijo del Altísimo… y su reino no tendrá fin” (Lc. 1, 32-33). Jesús es el Emmamuel, el Dios con nosotros. ¡Ánimo! A vivir alegres y agradecidos con el Señor estos días, con cuidado y responsabilidad. ¡Feliz Navidad! Y que el nuevo año 2021, sea mejor.
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Para reflexionar
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
De la Doctrina a la Vida Diálogo y amistad social
Por: † Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo de Pasto, Colombia y Secretario General del CELAM
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El diálogo… ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de lo que podamos darnos cuenta» (FT, 198). Fiel a su convicción de que en toda situación de conflicto que el ser humano deba superar el camino es el diálogo, el Papa Francisco propone en su tercera encíclica este camino para propiciar las condiciones de posibilidad de un clima colectivo que vaya llevando al ideal de la amistad social. Me permito proponer en cuatro momentos este camino que desde el diálogo puede ayudar la humanidad a progresar hacia el escenario querido de amistad social. Diálogo que genera encuentro El Papa afirma que el diálogo tiene como una de las características más importantes la capacidad de respetar el punto de vista del otro; y también que el verdadero espíritu dialogal «…alimenta la capacidad de comprender el sentido de lo que el otro dice y hace, aunque uno no pueda asumirlo como una convicción propia. Así se vuelve posible ser sinceros, no disimular lo que creemos, sin dejar de conversar, de buscar puntos de contacto, y sobre todo de trabajar y luchar juntos» (FT, 203). El partidor del camino hacia la amistad social está aquí, en desmontar los prejuicios y preconceptos condicionantes y que han puesto a la gente a basar sus conversaciones en el mero intercambio de opiniones, no sustentadas en argumentos respetuosos o convicciones sino alimentadas por la animosidad y las palabras cargadas de emociones descontroladas. Este tipo de actitudes levanta murallas que impiden abrirse a descubrir respetuosamente al otro y el vasto mundo de sus perspectivas, sin tener por ello que renunciar a las propias. Hay que
Para encontrarnos y ayudarnos mutuamente necesitamos dialogar
trabajar para sacar del diálogo las “descalificaciones humillantes” o las “manipulaciones motivadas por los egos y los interese personales” si se quiere llegar al encuentro. El auténtico diálogo tiende puentes para cultivar el encuentro, entendido como «un estilo de vida tendiente a conformar ese poliedro que tiene muchas facetas, muchísimos lados, pero todos formando una unidad cargada de matices» (FT, 215). Este ejercicio dialogante que va generando encuentros (antes que desencuentros) debe tener un criterio clave: «de todos se puede aprender algo, nadie es inservible, nadie es imprescindible» (FT, 215). Encuentro que genera cultura Cuando el encuentro se asume como “estilo de vida” que reconoce en la diversidad un valor que enriquece, este activa el siguiente movimiento: del encuentro a la cultura. El Papa Francisco llama justamente a esta apropiación personal y colectiva como “cultura del encuentro”. Y es cultura porque «ha penetrado en el pueblo, en sus convicciones más entrañables». Yendo más allá, el Santo Padre explica que «hablar de una “cultura del encuentro” significa que como pueblo nos apasiona intentar encontrarnos, buscar puntos de contacto, tener puentes, proyectar algo que incluya a todos» (FT, 216). Para que el encuentro llegue a ser un estilo de vida, una cultura, se necesita de la paciencia del artesano que poco a poco va tejiendo el entramado de relaciones que disponen, no a un sector aislado sino al colectivo en general a entrar en esta dinámica de relacionarse con todos, no sólo con aquellos con quienes encuentro muchos puntos de contacto y coincidencias religiosas, ideológicas, económicas, etc.
Cultura que se hace convivencia Dando un paso más en estos movimientos que van siempre más profundo en el tejido de relaciones humanas, la cultura del encuentro va generando las condiciones de posibilidad para otro nivel: la convivencia. Esta es también llamada “paz social”, y tiene como tarea la integración de todos, poniendo especial atención a las diferencias, asumiéndolas no como amenaza sino como oportunidad de crecimiento y una mayor riqueza colectiva. En este sentido, el Santo Padre aporta un criterio clave que ayude
a hacer de la cultura del encuentro un foco que genere sana convivencia social: «aun las personas que puedan ser cuestionadas por sus errores, tienen algo que aportar que no debe perderse» (FT, 217). Convivencia que construye amistad social Finalmente, cuando se va más allá y se trabaja con tesón por forjar una convivencia real, los elementos que antes eran motivación de sospecha, de temores, de separación, se van transformando en lazos más fuertes y profundos. Se van dando las condiciones para transitar de la convivencia a la amistad social. La amistad supone ver en el otro un bien para mí, un bien para la sociedad; se trata de reconocer que el otro tiene mucho que aportarme y en el intercambio de vidas, de experiencias, se crece. Y se llega a la amistad cultivando la amabilidad, que el Papa define así: «Es una manera de tratar a otros que se manifiesta de diversas formas: como amabilidad en el trato, como un cuidado para no herir con las palabras o gestos, como un intento de aliviar el peso de los demás» (FT, 222). A los hombres y mujeres de nuestro tiempo nos hará mucho bien entender esto y comprometer mucho de nuestras energías en detenernos a tratarnos bien. Así se forjan las más profundas amistades.
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Para reflexionar
Navidad: tiempo para encarnar el perdón, la unidad y la fraternidad en el hogar. Por: Diácono Charles Jamith Tobar Soto
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Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía… porque allí mandó el Señor la bendición, la vida para siempre.” Salmo 133,1-3 La Navidad es el tiempo del perdón y la reconciliación, Dios al enviar a su hijo al mundo se reconcilia con la humanidad que en muchas ocasiones y de muchas maneras le dio la espalda a su plan maravilloso y beneficioso de salvación, el nacimiento de Jesús es
Pongamos en práctica el perdón y la reconciliación
la materialización de la unidad de Dios con los hombres y mujeres de todos los tiempos, por eso la Navidad debe ser un tiempo para ejercer el perdón, la reconciliación y el
rencuentro en nuestras familias. Perdonar es la capacidad de dejar de mirar hacia atrás, arreglar nuestras relaciones y seguir adelante; en la familia no podemos seguir mi-
rando hacia atrás, si quieres sanar la familia para Navidad tienes que cortar esos lazos negativos con el pasado, solo así podrás disfrutar del fruto del perdón que es la convivencia en paz, alegría y amor, y la dicha de la bendición. Soy el Diácono Charles Jamith Tobar Soto, y en este tiempo de Navidad estaré en la parroquia de Santo Tomas en Terranova – Jamundí, prestando mi servicio pastoral y orando por todas las familias de ésta, mi Iglesia arquidiocesana.
Amor Esponsal
La sexualidad al servicio del matrimonio Por: Diego Fernando Benítez Diacono Permanente Vicaría para la Familia y Cultura
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urante este semestre hemos venido abordando algunas reflexiones sobre el Sacramento del Matrimonio y sus virtudes. Hoy trataremos de comprender el valor de la sexualidad conyugal como servicio a la vida matrimonial. El Valor de la Sexualidad Conyugal Podríamos iniciar comprendiendo que la sexualidad comporta dos aspectos intrínsecamente unidos: La biológica que está orientada a la procreación para la expansión de la vida y la humana orientada al encuentro interpersonal para el crecimiento del ser. Para que estos aspectos se ejerciten en la vida conyugal se requiere de un ambiente donde predomine el amor, donde se manifieste la capacidad de amar y ser amado. No hay amor entre cuerpos, hay amor entre personas, ya que el cuerpo es como el lenguaje de la persona; Eso hace la gran diferencia. La sexualidad humana tiene pleno sentido cuando está al servicio de un amor interpersonal abierto a nuevas vidas. Por eso su lugar propio es el matrimonio. Si falta cualquiera de esos dos aspectos la unión sexual se hace incompleta y a la larga frustrante. El verdadero amor permite ver al otro como persona y no como simple instrumento de placer. “No hay
verdadera sexualidad humana sin amor; no hay amor sin respeto mutuo; no hay respeto sin Don de Sí”. (Medellín I3-l4). Una Sexualidad que fecunda el Amor Por el gesto de amor que es la procreación, el matrimonio está llamado a colaborar activamente con el Creador. Nacer con un cuerpo sexuado significa necesitar uno del otro para realizarse como varón y como mujer llevando a cabo la misión de fecundar el amor. En el proyecto de Dios, el cuerpo es el instrumento del amor entre los esposos, pero cuando lo usamos mal, cuando convertimos el placer egoísta en principal objetivo de la sexualidad; cuando tratamos a las personas como si fueran cosas, el cuerpo, por el contrario, se hace instrumento de corrupción y esclavitud. Solo en un marco de amor profundo, que supone la búsqueda de la felicidad del ser querido, la entrega de sí mismo al otro, más que la simple búsqueda de satisfacción egoísta, alcanzan su pleno sentido la ternura, la caricia, el beso, la misma unión sexual. El acto sexual tiene su pleno sentido en el matrimonio: unión permanente de dos seres que se entregan mutuamente y se comprometen, por amor, a compartir la vida para siempre. El acto sexual da gloria a Dios La plenitud sexual se alcanza cuando los esposos se unen íntimamente en tres planos: El placer en el cuerpo, la ternura en los sentimientos y la conexión del espíritu. La unión sexual se convierte en “Signo Humano” donde se expresa
plenamente el amor Divino (Amor de Cristo). No hay egoísmo, por el contrario, se realiza una entrega total y desinteresada que busca la felicidad del otro antes que la propia. Amar como Dios ama, es la única condición para el encuentro de dos seres únicos que al hacer la voluntad del Señor encuentran la manera de glorificarlo. Dios se hace presente haciendo sagrado el encuentro íntimo de los esposos de la misma manera que se hace presente en la eucaristía cuando el cuerpo de Cristo es ofrendado a su iglesia.
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Santiago de Cali, Diciembre de 2020
Opción Jesucristo en tiempos de pandemia
La Iglesia nos invita a estar a la vanguardia de la evangelización
Por: Comunidad Opción Jesucristo Renovación Carismática Católica
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a pandemia que vivimos este 2020 fue un acontecimiento que ha marcado la historia de la humanidad, nadie está preparado para esta clase de situaciones, la pandemia ha causado un vuelco en las diferentes áreas de nuestra sociedad, a nivel político, nivel económico, nivel social y también a nivel religioso. Nuestras comunidades se vieron afectadas por las políticas de aislamiento donde se nos limitó el contacto físico, la capacidad de relación es un aspecto esencial en la vida de los seres humanos, por eso para muchos el haber limitado esta capacidad de relación (física y tangible) fue un gran golpe durante los meses que estuvo vigente la medida de aislamiento. Pero, se abrió una nueva puerta a un mundo conocido, pero poco explorado como
lo son los medios sociales digitales, donde se permite la interacción de una manera diferente y donde el contacto físico no es el protagonista. Ante esta realidad se empezó a innovar a la hora de organizar encuentros, reuniones, obligaciones laborales y académicas. También esta realidad permeo la dimensión religiosa, donde la Iglesia y las diferentes comunidades empezaron a celebrar de manera virtual. La Iglesia nos ha invitado a estar a la vanguardia de la evangelización, el papa Benedicto XVI hizo una invitación a evangelizar el continente digital donde se nos pedía que implementáramos estrategias digitales dentro de los planes de pastoral. De igual manera, el papa francisco en la JMJ panamá 2019 hizo alocución sobre la Virgen María, donde decía que ella era la influencer de Dios, igualmente invitaba a todos los jóvenes a ser testimonio en los diferentes escenarios virtuales. Al analizar todo esto nos dimos cuenta que es urgente desarrollar planes pastorales que alcancen la esfera de lo digital. Los seres humanos somos integrales, todas nuestras dimen-
siones trabajan para el mismo fin, por eso la dimensión espiritual estaba siendo tocada por la parte humana, muchos jóvenes empezaron a tener problemas de ansiedad o depresión por lo cual su área espiritual estaba siendo afectada. Como comunidad ‘Opción Jesucristo’, hicimos un paralelo en el momento de Pentecostés donde los discípulos se encontraban encerrados por miedo a que los capturaran y los asesinaran, así mismo en esa misma realidad nos encontrábamos; encerrados por miedo de que un virus pudiera acabar con nuestras vidas. La fuerza del Espíritu Santo llega como respuesta para el temor de los discípulos, por esa razón y fundamentado en el tipo de espiritualidad carismática que vivimos, fue la fuerza del Espíritu Santo quien nos acompañó (y nos acompaña) durante la época del aislamiento. Desarrollando estrategias donde los primeros momentos de encuentros virtuales que tuvimos se trabajaron temas en relación con estas realidades de depresión y ansiedad siempre enfocado desde una mirada humano-espiritual. La virtualidad
permitió el acercamiento a grandes predicadores que probablemente en lo presencial sería más complicado compartir con ellos, se generaron espacios de foros donde se respondían preguntas, se realizó el acompañamiento a diferentes jóvenes de la comunidad, se logró innovar en algunas áreas al interior de la comunidad como lo fue, el teatro virtual, las formaciones juveniles y hasta se realizaron dos jornadas de tardes juveniles virtuales, que sin duda alguna para nosotros fue de gran sorpresa ver tanta participación. Cuando miramos la pedagogía de Dios a través de la sagrada escritura nos damos cuenta que siempre después de un suceso negativo viene una gran bendición para el pueblo de Dios, siempre después de la tormenta viene la calma y sin desierto no hay tierra prometida, por eso en la comunidad se hace un llamado a la prudencia, a prevalecer el bienestar por encima de todo, esperando que este tiempo de pandemia acabe, para ver cómo Dios se va a glorificar en la vida de todos nosotros. Dios los bendiga.
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Lo que celebramos
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
Novena de Navidad 2020 Por: Pbro. Germán Martínez R. Vicario Episcopal de Educación
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omunicaciones de la Arquidiócesis de Cali, siguiendo la recomendación de Monseñor Darío de Jesús Monsalve, presenta a todas las parroquias y a todos los feligreses la tradicional y clásica novena de Navidad para que en familia, en torno al pesebre (el gran signo admirable, como escribió hace un año el Papa Francisco en su Carta sobre el pesebre del 1 de diciembre del 2019, invitando a recuperarlo en las casas para adorar a Jesús que se hace carne para salvarnos a todos), oremos, celebremos, adoremos y vivamos una navidad llena de aprendizajes que estos nueve meses de pandemia nos han dejado. se trata de leer desde la fe el acontecimiento que nos sigue marcando y que no se ha ido todavía. se trata de crecer en la esperanza y en la comunión como creyentes al orar unos por otros y contemplar desde el pesebre la voluntad salvífica de Dios para con toda la humanidad. En la oración para todos los días, que incluso quedó grabada desde niños en nuestras mentes, se dice: “Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio…”. Ahí está el punto y la clave de la Navidad de este año 2020: descubrir a Dios que nos habla siempre, pero de manera especial a través de los acontecimientos dolorosos que nos cuesta vivir y comprender. Cada día, junto a las oraciones propias, los gozos y los villancicos, hay un texto bíblico y una consideración que es como un llamado a saber leer desde la fe este acontecimiento. Oremos juntos, animémonos juntos, crezcamos juntos, nuestra fe no es una visión individualista de la vida, nuestra fe es una fe eclesial, es decir, comunitaria, soli-
Benignísimo Dios de infinita caridad
daria, peregrina hacia el Dios de la Vida que en Cristo ha vencido a la muerte. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. Se reza el Gloria. ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera
para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento de tu adorable Hijo. ¡Oh dulcísima madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le agradaste tú para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. Se reza el Avemaría. ORACIÓN A SAN JOSÉ ¡Oh Santísimo José! Esposo de María y padre putativo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego por el amor que le tuviste al divino niño, me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. Se reza el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria. ORACIÓN AL NIÑO JESÚS Acuérdate ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos
tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”. Llenos de confianza en Ti ¡Oh Jesús, que eres la misma verdad! venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti ¡Oh Niño omnipotente! seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén. Se reza el Gloria. GOZOS
Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh Niño divino, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!
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Lo que celebramos ¡Oh, Adonaí potente que a Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte brazo. ¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño que has sido llamado lirio de los valles, bella flor del campo! Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas del regio palacio! ¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado! ¡Oh lumbre de oriente, Sol de eternos rayos, que entre las tinieblas, tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. Espejo sin mancha, Santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano. Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño da al mísero, amparo. Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. ¡Niño que apacientas, con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso! ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto, bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven, hermoso Niño, ven, Dios humanado! ¡luce, hermosa estrella! ¡brota, flor del campo! Ven, que ya María, previene sus brazos, do su Niño vean en tiempo cercano. Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario. ¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado. Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! ¡Véante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! Bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aun más que mis frases, te dice mi llanto. ¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos; ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
DÍA PRIMERO Miércoles 16 de diciembre. Día primero: una pandemia cuestiona nuestra vida. Texto: Marcos 4, 35-40: Jesús Calma la tempestad “¿Por qué son tan cobardes? ¿Aún no tienen fe?” Consideración. El viernes 27 de marzo, en la plaza de san Pedro de Roma, lluviosa y vacía, el Papa Francisco, comenzó su reflexión dirigida al mundo entero con este pasaje evangélico: “Desde hace algunas semanas parece que todo se ha oscurecido. Densas nieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpita en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos. Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprende una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente. En esta barca estamos todos”. Comenzó hace nueve meses y esa escena no se borra de nuestras mentes. En este primer día de la novena, en preparación para conmemorar el nacimiento de Jesús para nuestra salvación y remedio (como dice la oración para todos los días) recogemos los momentos vividos desde marzo: incredulidad al principio, negación de la pandemia, miedo y rebelión contra ella, estadísticas mundiales y nacionales incalculables, muertes, ausencia de funerales, duelos que no han cerrado todavía, perplejidad, desconcierto, aceptación lenta de la dura verdad, convivencia con el virus. La “mirada creyente” de la realidad no es una mirada evasiva, no es un enterrar la cabeza en la arena, no es desconocer lo que pasa. La “mirada creyente” arranca de un grito como el de los discípulos: ¿No te importa que nos hundamos? (evangelio que hemos leído en este primer día). Pero también la “mirada creyente” la provoca el reproche de Jesús a los discípulos: ¿Aún no tienen fe?
Contemplemos el pesebre al comenzar esta novena de navidad, pidamos al niño Jesús, a san José (el que no rechazó a su mujer), a María (la que confió en la Palabra del ángel): aumenten nuestra fe, líbrennos del miedo, regálennos la paz interior. (Se puede hacer un momento de silencio o según los participantes se puede también compartir las vivencias del mes de marzo). Siguen las oraciones y los gozos propios de la novena. DÍA SEGUNDO Jueves 17 de diciembre. Día Segundo: abril, una Semana Santa encerrados. Texto: Lucas 2, 33-35: Los padres del niño estaban asombrados de las cosas que de Él se decían. “y dijo a María, su madre: Mira: éste está puesto para que todos en Israel caigan o se levanten” Consideración. El nombre Simeón significa “Dios ha escuchado”. San Lucas presenta a este personaje como “justo y piadoso, aguardaba el consuelo de Israel y el Espíritu Santo estaba sobre él”. (2, 25). Este anciano habla de luz y de paz (Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz porque mis ojos han visto tu salvación), de espada y de sufrimiento. El pasaje proclamado en este segundo día es como un resumen de lo que representa el niño Jesús: será un Mesía sufriente y su madre tendrá parte en sus sufrimientos. Además, ante ese Jesús cada uno tomará una postura: o lo aceptará o lo rechazará. Creyentes y no creyentes hacemos planes en Semana Santa: unos salen a descansar otros prefieren quedarse y vivir en sus parroquias los oficios religiosos, las procesiones, el viacrucis, la visita a los monumentos, la gran Vigilia Pascual. Nada de eso se hizo en la Semana Santa pasada: ni aviones, ni sitios de recreo, ni visita a las tres cruces, ni procesiones, nada es nada. Sin embargo, muchas personas, como el anciano Simeón esperaban el consuelo salvador y el Espíritu Santo los impulsó a orar, a salir a las ventanas al paso de sacerdotes que en vehículos bendecían los ramos, exponían el santísimo,
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salían a las calles a consolar a la gente. Fue una Semana Santa de encierro, pero también hizo pensar mucho. Las celebraciones vía internet transmitían una palabra, un mensaje, nos uníamos virtualmente al sacramento, contemplábamos la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Tal vez, muchos vivieron la mejor Semana Santa de sus vidas, en duro silencio, encerrados, con miedo, con grandes temores, pensando muchos que Dios castigaba a su pueblo. No se puede afirmar esto último, Dios no nos envía castigos, dios no nos infunde miedo, dios nos habla por medio de los acontecimientos. Hagamos un momento de silencio, pensemos ¿Qué nos quiere decir Dios a través de lo que ha pasado? ¿Sí escuchamos rectamente a Dios? Siguen las oraciones y los gozos. DÍA TERCERO Viernes 18 de diciembre. Día Tercero: mayo, un día de la madre raro, con ley seca, sin comercio. Texto: Lucas 11, 27-28: Los que en verdad son bienaventurados
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“Pero él repuso: Mejor: Dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen.” Consideración. En varios pasajes de la Biblia la maternidad indica la dignidad y la razón de ser de una mujer. Así se entiende el elogio de esta mujer anónima del evangelio de Lucas que hemos escuchado en el pasaje de este tercer día de la novena. La enseñanza sustancial del texto está en que Jesús, da un paso adelante: Está bien que me felicites por la madre, pero hay otra bienaventuranza que completa la primera: escuchar la Palabra de Dios, la Palabra que ilumina, la Palabra que orienta, la Palabra que trae la paz y el sentido de la vida. En algunas Biblias se lee aquí guardar la Palabra. Ésa es la actitud de María de Nazaret que el mismo Evangelio de Lucas transmite: “Ella conservaba estas cosas, meditándolas en su corazón” (2,19). “Su madre conservaba en su interior el recuerdo de todo aquello” (2,51). Guardar la Palabra es hacerla crecer, hacerla producir, mantenerla viva. El corazón de aquella mujer anónima que felicita a Jesús por su mamá y la existencia misma de María de Nazaret enseñan que las mujeres madres ven algo del mundo invisible.
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Lo que celebramos Mayo, mes de María, mes de la Madre, todas esas celebraciones se vieron opacadas por la pandemia. Para bien o para mal. Muchas veces no sabemos celebrar, en Cali está la fama de que el “día de la madre es el día más violento del año”. Hay otra lectura: todas las madres nos enseñaron las primeras oraciones, nos llevaron a misa, nos educaron en la fe. La madre de Jesús tuvo la dicha de llevar en su seno a su hijo y luego lo alimentó. Las mujeres y los hombres que escuchan y guardan la Palabra de Dios se le parecen, ya que se convierten a su vez en “cristóforos” = portadores, comunicadores de Cristo. La Virgen María no fue solamente la madre de Jesús, fue también una creyente, una bienaventurada por creer. Durante la pandemia muchas madres sostuvieron la fe de sus hijos y esposos, oraron, buscaron la Eucaristía, confiaron en Dios. En este tercer día de la novena, contemplando a María, pidamos por todas las madres que han mantenido viva la fe de sus hijos, por las que murieron, Dios las tenga en su Bienaventuranza. Un momento de silencio. Si alguno quiere compartir su recuerdo del mes de mayo brevemente puede hacerlo. Siguen las oraciones y los gozos propios de este día. DÍA CUARTO Sábado 19 de diciembre. Día cuarto: junio, los miedos de cada día. Texto: Lucas 2, 8-12: Los pastores y los ángeles “Y les doy esta señal: Encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.” Consideración. En el pasaje que acabamos de escuchar la “palabra clave” es hoy. Esa palabra marca el cumplimiento y la actualidad del actuar de Dios. Esa breve palabra aparece cuatro veces a lo largo de todo el Evangelio de Lucas: La primera vez en este pasaje sobre el nacimiento de Jesús, la segunda vez cuando Jesús comienza su actividad pública en la sinagoga: “Hoy se cumple este pasaje entre ustedes que me escuchan” (4, 21). La tercera vez cuando Jesús invita a Zaqueo a bajar del árbol y luego dice: “Hoy ha
llegado la salvación a esta casa; pues también él es hijo de Abrahán” (19, 9). Y la cuarta vez, en la cruz, cuando Jesús le dice al buen ladrón: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (23,43). Durante la pandemia cada día, cada hoy, era un tiempo de miedo, de angustia, de dolor: Tantos contagiados, tantos muertos, y para empeorar, la imposibilidad de un entierro digno, porque las Iglesias estaban cerradas, por los protocolos, por las disposiciones sanitarias, por el miedo al contagio, etc. En muchas partes, entre nosotros, surgió el miedo a las enfermeras, a los médicos, se les señaló, se les amenazó, todo ello fue fruto del miedo a la muerte. Así somos los seres humanos, el miedo nos paraliza, nos aturde, nos vuelve agresivos, nos descompone. En este cuarto día de la novena pidamos perdón por el miedo vivido, sentido, experimentado, significa ese miedo la poca fe, la ausencia de la palabra de dios que nos repliega sobre nosotros mismos, que nos impide leer los acontecimientos, que nos incapacita para comprender incluso los designios misteriosos de dios que no son designios de castigo o de venganza. Decía el pasaje con el que comenzamos este día: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. El que nació pobre y humilde es el salvador del pecado, de la muerte, del miedo, de todo aquello que nos incapacita para ver la profundidad de la realidad, el milagro de una vida que es continua lucha entre salud y enfermedad, entrega y egoísmo, reconocimiento o rechazo. La pandemia no tiene una justificación religiosa, la pandemia está ahí, nos toca saber leer ese signo duro de la historia de hoy. Tal vez la buena noticia del nacimiento de Jesús aporte una luz a tantos interrogantes. Se hace un breve tiempo de silencio. Siguen las oraciones de todos los días. DÍA QUINTO Domingo 20 de diciembre. Día quinto, julio: la desesperación de una cuarentena interminable. Texto: Mateo 2, 1-2: Los magos visitan a Jesús “¿Dónde está ese rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a rendirle homenaje.”
Consideración. El pasaje del Evangelio de san Mateo que acabamos de escuchar narra uno de los acontecimientos que más han impactado a los creyentes de todos los tiempos: la visita de unos Reyes Magos que buscan, peregrinan, se dejan guiar por una estrella y terminan de rodillas ante un niño a quien reconocen y adoran. La enseñanza principal está en ese gesto final: “Al entrar en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas le rindieron homenaje; luego abrieron sus cofres y como regalos le ofrecieron oro, incienso y mirra” (2, 11). La Iglesia siempre ha interpretado este pasaje como el encuentro de los paganos con Cristo, luz verdadera que guía a las personas. Paganos porque venían de muy lejos, tenían otros dioses, pero la luz de Cristo, la estrella, despeja sus tinieblas, ilumina sus vidas. Hacia el mes de julio el confinamiento era ya pesado y demasiado largo para todos. Un virus nos cambió la forma de vivir, nos envolvió como en una nube oscura. Para aprender a leer este acontecimiento, el Papa Francisco, hablando del pesebre nos puede ayudar un poco a comprender, dice él: “Pensemos en cuantas veces la noche envuelve nuestras vidas. Pues bien, incluso en esos instantes, Dios no nos deja solos, sino que se hace presente para responder a las preguntas decisivas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué nací en este momento? ¿Por qué amo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué moriré? Para responder a estas preguntas, Dios se hizo hombre. Su cercanía trae luz donde hay oscuridad e ilumina a cuantos atraviesan las tinieblas del sufrimiento (n. 4 de la carta sobre el pesebre, Admirabile signum). Un momento de reflexión. Siguen luego las oraciones y gozos propios. DÍA SEXTO Lunes 21 de diciembre. Día sexto: agosto, el pico de la pandemia Texto: Lucas 1, 17: Preparará el camino del Señor. “Él irá por delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías.” Consideración. El pasaje evangélico se refiere a la misión de Juan el Bautista al cual la tradi-
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Lo que celebramos
ción de la Iglesia llama el precursor, es decir, el que va por delante, el que prepara un camino para que Dios se manifieste, se haga presente, actúe de modo definitivo. La tarea pues de este personaje bíblico es abrir camino, preparar para dios un pueblo bien dispuesto. Para el mes de agosto nos dijeron que se terminaba el confinamiento, lo cierto, es que cada quince días extendían, y extendían y volvían a extender el “quédate en casa”, frase chocante y fastidiosa. Los expertos en virus hablaban también del “pico de la pandemia”, tal vez nos querían hacer entender que se alcanzaba una montaña y luego se descendía de ella. Los más optimistas nos decían que estábamos mejor que Europa y Estados Unidos, que por haber empezado tan temprano el confinamiento habíamos evitado mayores contagios y muertes. Los más pesimistas alertaban, no aflojen las medidas, cuidado, viene lo peor. Experimentamos el desconcierto, la confusión, tantas lecturas sobres este virus, tanta desinformación hicieron mucho daño. El reto para todos será en todo momento saber leer los acontecimientos, el desafío para los creyentes será preguntarse seriamente ¿Qué nos quiere decir Dios con estos acontecimientos? La Palabra de Dios nos interpela, nos cuestiona, nos mueve el piso. Juan el Bautista desempeño ese papel en la época de Jesús, ayudó a reflexionar, invitó a un cambio de vida. ¿Sí nos ha cuestionado la pandemia? ¿Qué preguntas nos surgieron en medio del virus? En este sexto día de la novena pensemos un momento si de verdad nos hemos “preparado” para asumir los grandes interrogantes de la vida. Preguntémonos también con serenidad ¿cómo hemos actuado ante el sufrimiento de los demás? ¿Nos importaron los demás? ¿Sólo pensamos cada uno en sí mismo? Un momento de reflexión y si es conveniente un breve diálogo sobre estas preguntas. Siguen los gozos y las oraciones de cada día. DÍA SÉPTIMO Martes 22 de diciembre. Día séptimo: septiembre, fiestas clandestinas Texto: Lucas 1, 39-42: María visita a su prima Isabel.
“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. Consideración. En la Biblia “ponerse en camino” significa responder a la acción de Dios. El pasaje de este día séptimo de la novena narra un encuentro festivo ente dos mujeres: María, la madre de Jesús, e Isabel, la madre de Juan Bautista. Es un encuentro alegre porque ambas mujeres son bendecidas por Dios. Ambas mujeres se alegran, celebran su fe en dios, e incluso en el vientre de Isabel festeja también el niño Juan. Existen muchos modos de celebrar, muchas maneras de hacer fiesta. Podemos perder la razón por el licor, agredir, dañar a otros por una celebración (en Cali, cuando gana uno de los dos equipos conocidos hay destro- zos alrededor del estadio, en las calles, en las estaciones del mío). No sabemos celebrar debidamente. En plena pandemia, a pesar de las diarias campañas de protección, de cuidarnos unos a otros, de ser sensatos y prudentes, se hicieron las famosas fiestas clandestinas. ¿Desesperación? ¿Necedad? ¿Imprudencia? ¿Negación de la pandemia? ¿Rebeldía ante unas normas? Es extraño el comportamiento del ser humano, con razón decimos: el sentido común es el menos común de los sentidos. Volvamos al sentido celebrativo del pasaje evangélico que hemos escuchado en este día séptimo: hay otra manera de celebrar la vida, proteger la vida, respetar la vida. Sin duda que la pandemia nos impuso unos límites, nos distanció, nos aisló, nos impidió festejar día de la madre, día del padre, día del amor y la amistad, cumpleaños, aniversarios, etc. Los mismos creyentes nos vimos privados de la celebración de la Eucaristía. ¿Hemos aprendido algo de todo esto? ¿añoramos de verdad una celebración creyente y respetuosa de la vida? ¿Añoramos la eucaristía, fiesta de todas las
fiestas? Decía san Pablo a los creyentes de Éfeso: “Tampoco se emborrachen con vino, que esconde libertinaje; eso sí, llénense de Espíritu, exprésense entre ustedes con salmos, himnos y cánticos inspirados, cantando y tocando con toda el alma para el Señor” (Efesios 5, 18-19). Hay otra manera de celebrar y hacer fiestas. Un momento de silencio. Siguen los gozos y oraciones. DÍA OCTAVO Miércoles 23 de diciembre. Día octavo: octubre, acostumbrados al tapabocas. Texto: Lucas 1, 67-72: Profecía de Zacarías. “Bendito el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.” Consideración. Este pasaje bíblico es conocido como Cántico del Benedictus, lo pronuncia Zacarías, el padre de Juan Bautista, es una acción de gracias que se abre con una bendición (muchos de ustedes lo conocen porque es el himno que cada día se reza al recitar los laudes, la oración de cada mañana). El motivo de la alabanza es la visita de Dios, la liberación que Dios trae a su pueblo, su promesa, su pacto, su alianza, todo ello significa presencia salvadora, protección, cuidado especial de Dios para con todos. Con dificultad nos acostumbramos en esta pandemia a usar el tapabocas. Duro ejercicio, se nos olvidaba, nos asfixiaba, empañaba las gafas, nos hacía sentir raros, no reconocíamos a los demás, en fin, nos planteó más problemas que otra cosa. Con la fe sucede algo parecido: no nos acostumbramos fácilmente a reconocer a dios en los acontecimientos cotidianos, nos cuesta escuchar su Palabra, nos acordamos de Dios en los momentos de apuro, nos cuesta acostumbrarnos al ejercicio cotidiano del silencio, de la alabanza, de la oración de
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gratitud. Mucho más nos cuesta descubrir a Dios en los demás, somos mil veces indiferentes ante el dolor de otros: “allá Él, yo ya tengo bastante con mis problemas”. Si a pesar de todo nos acostumbramos al tapabocas, hemos también de acostumbrarnos a vivir en presencia de Dios. Él está ahí, perceptible a veces, callado muchas veces, escondido en tantos que sufren. En vísperas ya del nacimiento del niño Jesús, aprendamos las lecciones de esta dura pandemia, los cambios inesperados, las maneras nuevas de saludarnos y de relacionarnos. Tal vez esta pandemia, con todo el dolor que ha traído, nos ayude a acostumbrarnos a las cosas esenciales. Un momento de silencio o de reflexión compartida. Siguen las oraciones y los gozos. DÍA NOVENO Jueves 24 de diciembre. Día noveno: noviembre y diciembre, lecciones de una pandemia. Texto: Lucas 2, 4-7: Nacimiento de Jesús. “Estando allí, le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada.” Consideración. Santa Navidad decimos esta noche los creyentes. Atención, Santa Navidad. La frase feliz navidad te la dice el banco, el operador de celular, el centro comercial, es una frase de cajón, porque toca, porque siempre ha sido así. No, nada de eso, santa navidad significa que quien nace es el Santo de Dios, el hijo de Dios, el Salvador, el que da sentido a nuestras vidas. Hemos hecho una lectura de fe a lo largo de estos nueve días de una pandemia que todavía no termina. Sin la fe, sólo encontraremos desesperación, resentimiento, ausencia de paz. ¿Qué has aprendido de esta pandemia? ¿Te has desesperado? ¿Has vuelto tu mirada a Dios? Hoy nace entre nosotros, hoy despeja tus tinieblas, hoy te trae la paz, hoy te reconcilia. Deseémonos todos con sinceridad y convicción una santa navidad. Cantemos el ‘Noche de Paz’, sintamos realmente la cercanía de Dios que nace entre nosotros para que seamos mejores hijos, mejores hermanos, mejores esposos, mejores amigos.
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Plan Pastoral
Al que llama se le abrirá (Lc. 11, 9-13) Tema 2 - Quinto manual de Casa Católica 2020
Por: Pbro. Omar Arturo López P. Vicario Episcopal de Evangelización
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MBIENTACIÓN Para orar como familia le invitamos a preparar un altar, con la Imagen de la Virgen, un Cristo, un cirio y si es posible las fotos de algunos seres queridos que nos motiven a la oración. Será importante si tenemos la Biblia. PEQUEÑO RITUAL DE INICIO Encendemos el cirio, nos hacemos la señal de la cruz, le pedimos espontáneamente al Espíritu Santo que nos acompañe en este encuentro y entramos en actitud de contemplación y cantamos “PIDE Y SE TE DARÁ (Hna Glenda)” LEAMOS EL TEXTO BÍBLICO EN VOZ ALTA (LC 11, 9-13) PARA REFLEXIONAR “Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama, se le abrirá’. Pero se necesita, buscar y tocar a la puerta. Nosotros, ¿nos involucramos en la oración? ¿Sabemos tocar el corazón de Dios? En el caso de la oración, no se trata de una relación entre hombres más o menos buenos o, más o menos justos. Se trata de un diálogo con Dios, con ese Padre y Amigo que me ama, que es infinitamente
Encontrémonos con Jesús por medio de su Palabra
bueno y que me espera siempre con los brazos abiertos. ¡Cuánta fe y cuánta confianza necesitamos a la hora de rezar! ¡Qué fácil es desanimarse a la primera! ¡Cómo nos cuesta intentarlo de nuevo, una y mil veces! Y, sin embargo, los grandes hombres de la historia, han sufrido cientos de rechazos antes de ser reconocidos como tales. Ojalá que nuestra oración como cristianos esté marcada por la constancia, por la perseverancia con la cual pedimos las cosas. Dios quiere darnos, desea que hallemos, anhela abrirnos... pero ha querido necesitar de nosotros, ha querido respetar nuestra libertad. Pidamos, busquemos, llamemos, las veces que haga falta, no quedaremos defraudados si lo hacemos con fe y confianza.
Dios nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Colaboremos con Él. ¡Vale la pena!” PROFUNDICEMOS EN NUESTRO HOGAR Estamos aquí reunidos como familia porque creemos profundamente en el amor de Jesucristo, y sabemos que al encontrarnos con El por medio de su palabra y de la oración podemos experimentar toda esa fuerza, esa alegría y esperanza que solo El nos puede dar. Este momento no es solo una reunión para leer y hacer unos ritos, es decirle a nuestro Señor Jesucristo que entre en nuestro hogar y venga a bendecirnos. Como El mismo dice en su palabra ““Mira que estoy a la puerta y llamo: si alguno escucha mi voz y me abre, entraré en su casa y comeré con él y él conmigo.” (Ap 3,20). COMPARTAMOS Los invitamos a compartir un espacio de diálogo con las siguientes preguntas. Lo ideal sería que cada uno de los participantes pueda aportar su respuesta. 1. ¿Cuándo oramos sentimos esa presencia de Dios que nos anima a vivir en Fe? 2. Al orar ¿Sólo pedimos, o también damos gracias y queremos aprender de Él? 3. ¿Cómo familia oramos lo suficiente o nos falta más compromiso con nuestro Señor? 4. ¿Cuál es la oración que más nos gusta y por qué?
ESPACIO PARA LA ORACIÓN Los invitamos a que un miembro de la familia haga esta oración: “Jesús, María y José en ustedes contemplamos el esplendor del verdadero amor, a ustedes, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén. Padre Nuestro….. Dios te Salve Maria…. Gloria. Si tenemos algunas intenciones particulares que podamos hacer, intercediendo por nuestros familiares o amigos que están en dificultad, pidiendo alguna bendición especial lo podemos hacer en este momento respondiendo a cada una de ellas: Dios de amor Escúchanos. Terminamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
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Región
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
Que nuestro propósito común sea la vida
Démosle paso a la expresividad de las juntanzas.
Por: Luis Fernando Henao Vásquez Observatorio de Realidades Sociales
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iempre que se llega a este momento del año se habla de las bondades que supone el ejercicio de examinar lo que ha devenido en el transcurso del periodo que culmina: los triunfos, los infortunios, las coyunturas, los proyectos emprendidos, las metas cumplidas, las mejoras realizadas, los sueños alcanzados, lo que dejamos de hacer y lo que, definitivamente, no pudimos hacer, todo como parte de esa dinámica en la que el ser humano busca responder de manera constante al llamado interior de superación y trascendencia. En las particulares circunstancias de este momento histórico, caracterizado por una sentida crisis global de salud pública, se nos convoca a la continuidad de muchos de esos postulados y compromisos, pero bajo una idea que, más que invitación, se convierte en todo un imperativo: la necesaria mirada y valoración de lo colectivo, entendiendo que las transformaciones significativas se alcanzan, no por los méritos aislados de las individualidades, sino por la suma de voluntades, suma en la que se confluya hacia un propósito común, unificador y superior a cualquier otra empresa o logro particular e intimista. Esto aplica de manera muy especial para Colombia. En efecto, en una sociedad como la nuestra, que le
urge superar las barreras de los odios para transitar a la amistad social, la necesidad de caudillos debe darle paso a la expresividad de las juntanzas. Lo anterior nos implica una decisión basada en el cambio de nuestras formas de relacionamiento, particularmente con la vida y su cuidado. Cuando revisamos este año y los retos que todavía nos desbordan como sociedad, nos damos cuenta sobre lo necesario de repensar nuestras relaciones, sobre todo con nuestras comunidades étnicas sometidas muchas veces a la estigmatización y al abandono; con las mujeres que han llevado sobre ellas la pesada carga de la pobreza monetaria y multidimensional; con los niños y niñas, también los ancianos, cuyos cuidados, debemos reconocerlo, no han sido suficientes; con el trabajador informal, quien todavía no cuenta con la garantía institucional; con el campesinado, tratado muchas veces como una ciudadanía de segunda categoría; con las familias devastadas por la inclemencia de la naturaleza y los efectos, óigase bien, cada vez más contundentes del cambio climático, realidades muchas de estas que, por cierto, se ponían de relieve en la Semana Arquidiocesana de los Pobres, realizada en el mes de noviembre por la Arquidiócesis de Cali. Parte de este cambio, sin duda, pasa por reconstruir las confianzas entre ciudadanías, institucionalidad y expresiones diversas de la sociedad, sobre todo cuando muchas veces nos hemos visto afectados por el abuso de autoridad, por las injusticias o por la falta de verdad. Para ello necesitamos recono-
cer qué se ha hecho bien y qué se ha hecho mal, asumiendo, como es debido, las responsabilidades individuales y colectivas. Haciendo eco de la verdad, como primer paso para el perdón y la reconciliación, se han de dar los otros pasos en función del cumplimiento de los compromisos pactados, de la reparación del daño causado y de la búsqueda decidida de una convivencia basada en el respeto y el cuidado de la vida. Lo más importante, como propósito fundamental a enarbolar y continuar,
cuidar la vida humana y natural. Esperemos que el 2021 sea el año de los encuentros y convergencias, del diálogo precedido por la escucha respetuosa del otro y de la otra. Que las tensiones estériles, que nos han anegado por años, den paso a las propuestas conjuntas para empezar a construir otros mundos posibles y soñados para Cali, el Valle del Cauca y Colombia entera. Feliz Navidad y un año nuevo cargado de frutos colectivos de paz y vida digna.
www.camposantometropolitano.com
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Región
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
Un diciembre distinto
Vivamos una Navidad libre de egoísmos y materialismos
Por: Adriana Lozada Dirección de Reconciliación y Paz
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stamos finalizando el año 2020, un año que no se olvidará por tantos acontecimientos que marcaron la vida de muchas personas a lo largo y ancho de este suelo colombiano. Un año marcado por el miedo causado por la pandemia del COVID-19 y las diversas violencias agudizadas en los últimos meses, pero también por la esperanza y el deseo de salir adelante. No podemos ocultar el sol con un dedo, como nos lo recuerda el papa Francisco en su documento sobre la fraternidad y la amistad social, en el que nos muestra un mundo dividido, resquebrajado, lleno de odio y sin un horizonte, donde los derechos y la dignidad humana no son tenidos en cuenta “en el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre. Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o
pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados” (No. 22). No vayamos tan lejos, en nuestro país se sigue perpetuando masacres en los poblados y municipios más alejados, cuya comunidad está abandonada por el estado, el asesinato de los líderes sociales, el incremento de la violencia hacia las mujeres por el hecho de serlo, el abandono a los menores de edad y la desescolarización de los niños, las niñas y los adolescentes debido a la pandemia y a la falta de acceso a la tecnología, esto nos muestra un país hundido en la desigualdad social y en la pobreza. Terminamos un año con damnificados por fenómenos naturales, con un aumento significativo de contagios y muertes por el COVID-19, y muchísimas familias viviendo la pobreza por la pérdida de sus trabajos. Una luz se asoma en el horizonte Cualquiera podría pensar que ante este panorama, “¿Para qué seguir? ¿Vale la pena vivir?” y es precisamente Dios quien nos habla en medio de la tormenta, a través del amor como el vehículo para transformar estas realidades, un amor que viene de Dios, así lo dice Francisco en su último documento Fratteli Tutti: “Desde la intimidad de cada corazón, el amor crea vínculos y amplía la existencia cuando saca a
la persona de sí misma hacia el otro” (No. 88). Por eso nos interpela y nos insiste en que en cualquier caso el hombre tiene que llevar a cabo esta empresa: salir de sí mismo. La Navidad de este 2020 es precisamente salir de nosotros, de los egoísmos, del materialismo, buscar a pesar de las circunstancias, el amor de Jesús hecho hombre, nacido de un humilde pesebre
y ponerle bajo sus pies este país herido, maltrecho y sufrido, para que renazca en su pueblo lo mejor, construir un 2021 bajo las líneas del perdón y la reconciliación, de la esperanza a una posibilidad de erradicar el coronavirus, el cese de todo tipo de violencias, que cada uno de los habitantes de este país, tenga la esperanza de que su dignidad no será nunca más
mancillada y sus derechos respetados. Abracemos con el corazón y la oración, a todas las familias que han perdido sus seres queridos por el COVID-19 y por hechos de violencia, recordemos que la fraternidad humana que abraza a todos los hombres, los une y los hace iguales. La Dirección de Reconciliación y Paz, les desea una feliz Navidad y un esperanzador año 2021.
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Vicariato Apostólico de Guapi
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
La cuarentena del Gobierno con el Pacífico parece no tener fin Se espera que el Gobierno pueda mirar y actuar más de cerca con estas comunidades a través de inversiones significativas
Pbro. Ariel Viáfara Hurtado Párroco San Miguel Arcángel - López de Micay
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ara nadie es un secreto el impacto de la pandemia de COVID-19 en este 2020. Las pérdidas de más de un millón de vidas humanas, las afectaciones en la salud de más de 50 millones, los traumas psicológicos en la población y los millares de sueños truncados. Muchos perdieron sus trabajos, la economía se afectó en diversos sectores, las actividades pedagógicas de las instituciones educativas sufrieron cambios drásticos y la crisis en los hogares no se hizo esperar. Son muchas las problemáticas causadas por la pandemia este año, además de los que propició la naturaleza con ola invernal, el Huracán IOTA y los generados por la inconciencia humana como la violencia sigue desplazando, acabando con la paz y las vidas de muchas personas.
Al finalizar este año, conviene evaluar las implicaciones de esta crisis a las comunidades, el rol del Gobierno, pero también las enseñanzas y ganancias que ha generado esta crisis en la vida personal, familiar, corporativa, política, en las comunidades, entre otras. Ante semejante crisis, el papel del Gobierno es fundamental y las expectativas crecen en las comunidades como las de la Costa Pacífica en cuanto a la asistencia integral que se podría dar en estos momentos tan difíciles. Se esperaba que el servicio de salud mejorara en estos pueblos que históricamente han sufrido por las precarias condiciones en que están los centros asistenciales. El panorama sigue igual y hasta peor. Los hospitales siguen con infraestructura deteriorada y reducida para la atención a los usuarios. Las zonas rurales continúan sin centros de salud y sin presencia de enfermeras para, al menos, brindar primeros auxilios, los insumos médicos son deficientes para la atención oportuna a los pacientes.
Se espera una asistencia integral
Las inversiones en materia social para los municipios del Pacífico parecen ser más remotas que nunca. Pareciera que la pandemia condenara a esta zona a seguir sumergidos en la pobreza y el abandono estatal, porque no hay ningún anuncio esperanzador para esta zona en la que su gente vive con necesidades básicas insatisfechas. El Gobierno ha entrado en una cuarentena eterna que no le permite acercarse a estos pueblos que claman ser atendidos. Los pueblos de la Costa Pacífica
esperan que el próximo año sea prometedor y permita que se gesten grandes cambios que impacten en el desarrollo de sus poblaciones. Se espera que el Gobierno pueda mirar y actuar más de cerca con estas comunidades a través de inversiones significativas que posibiliten mejor calidad de vida en aspectos como la educación, el deporte, el emprendimiento, la cultura y la salud. Se requiere que el proceso de paz sea implementado para que el vacío institucional que se siente hoy y el miedo en el que vive la gente no se siga apoderando de estos pueblos merecedores de mejores oportunidades. Este año tan difícil que la humanidad ha vivido no queda más que contemplarlo con ojos de fe; como un mensaje que Dios envía para identificar las fallas del ser humano y lo que realmente es importante en la vida. El 2021 hay que enfrentarlo con espíritu resiliente y con voluntad espiritual para que la luz de la alegría nunca se apague y, ojalá, el Gobierno por fin, levante la cuarentena social en el Pacífico.
Catequesis
Catequesis y Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Cali NUMERAL 59. 62: 69: Todos involucrados en el Plan
Por: Pedro Antonio Ortiz C. Catequista
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oce numerales del Plan Pastoral de la Arquidiócesis de Cali nos llevan a pensar en la gran necesidad que tiene la Iglesia de una catequesis comprometida, celebrativa e inculturada que haga su gran aporte a la Misión Permanente en la que estamos como Iglesia local. En el siguiente cuadro encontrará los numerales
y el compromiso que nos propone el Plan Pastoral a catequistas, grupos, comunidades, movimientos parroquias, pastorales especializadas, para que en una lectura comunitaria podamos generar planes de trabajo que nos muestren el camino Evangelizador desde la catequesis. ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo lo vamos a hacer? ¿Dónde lo vamos a hacer? ¿Quién lo va a hacer? ¿Cuánto se ha a hacer? Queda así planteada la tarea, para que de manera personal y comunitaria podamos aportar al cumplimento de este Plan Pastoral.
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RETO DEL PLAN PASTORAL Acompañar a la Juventud Formar en el cuidado de la Casa Común Fomentar la cultura del Encuentro Una catequesis de la Esperanza Perseverar en la Catequesis en Comunidad Formación de Discipulado: Conocer, Amar, Seguir, Anunciar Asumir, Purificar y recrear la religiosidad Popular Crecer en la Fe (Eucaristía, Palabra, Comunidad) Promover la Iniciación Cristiana como camino con Jesús pan de Vida Dimensión Sacramental de la familia (Vida Sacramental) Formación doctrinal solida del laicado Escuela Parroquial de Servidores
COMPROMISO PARROQUIAL
COMPROMISO DEL CATEQUISTA
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
Educación
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Profesor de Unicatólica recibe Mención de Honor en los Premios Nacionales Alejandro Ángel Escobar 2020
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arlos Andrés Duque Acosta es matemático y filósofo, magíster en Filosofía de la Universidad del Valle y hace poco llegó a Colombia con una maleta cargada de sueños y una tesis que recibió grandes elogios de un jurado internacional riguroso y excepcional, producto del Doctorado en Filosofía Política que realizó en la Universidad Estadual de Campinas, en São Paulo, Brasil. Con un profundo acento caleño y una pasión desbordante, este profesor, adscrito al Departamento de Humanidades de la Facultad de Teología, Filosofía y Humanidades de Unicatólica e investigador del Grupo de Investigación Yeshúa, nos contó su experiencia sobre la Mención de Honor que obtuvo en la Categoría Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de los Premios Nacionales en Ciencias y Solidaridad de la Fundación Alejandro Ángel Escobar 2020, precisamente, por su investigación doctoral “La ampliación ontológico-política del buen vivir/vivir bien como praxis transmoderna”. Para entender el contexto, la investigación del profesor Duque participó en los premios que otorga la Fundación Alejandro Ángel Escobar en Ciencias y Solidaridad desde hace 65 años a investigadores e integrantes de la comunidad científica colombiana. Este galardón es reconocido como el premio más importante que se entrega en el país, no solo por la excelencia de quienes los han recibido, sino por el rigor de los jurados encargados de adjudicarlos en tres categorías: Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; Ciencias Sociales y Humanas y Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Se espera que en los próximos meses la Universidad Icesi en coedición con la Universidad del Cauca realicen la publicación de esta innovadora investigación que, sin lugar a dudas, abre el diálogo de saberes y prácticas desde una perspectiva decolonial e intercultural crítica, con las sabidurías ancestrales de los pueblos indígenas y afros. Cuéntenos, ¿cómo se animó a participar en esta convocatoria? Bueno, yo defendí mi tesis doctoral en noviembre de 2019 y recibió extraordinarios elogios del jurado que recomendó la publicación de la tesis como libro. Como ya había un elemento de excelencia en ese trabajo, en febrero de 2020, llegó, a través de Colciencias, una invitación para que nos presentáramos a estos premios nacionales, que exigían que una investigadora o investigador reconocido te presentará, así que le pregunté a la maestra Ana Patricia Noguera,
Carlos Andrés Duque Acosta
una de las juradas de mi tesis, que si consideraba que mi trabajo era digno de participar en estos premios y que si podía hacer la carta dando los elementos de justificación necesarios, ella aceptó generosamente, y me dijo: “Carlitos, por supuesto, y te lo vas a ganar”, entonces, hizo una carta muy bonita con toda su altura intelectual. Competimos con muchos trabajos a nivel nacional, hasta con libros ya publicados, y, bueno, nos llegó la noticia, cuando le conté a ella, me dijo: “Yo sabía Carlitos, yo sabía que usted se iba a ganar eso, te admiramos mucho y para adelante”. ¿Usted qué pretende de manera personal con este reconocimiento? Este es un logro colectivo porque es una historia de investigaciones de muchos años, es un trabajo que tiene que ver con las comunidades y en mi tesis agradezco profundamente todo el acompañamiento que me hicieron algunos mayores y taitas, estuve, incluso, relacionado con la medicina ancestral que también muestro en este trabajo. Es que no solamente se trata de encerrarse en una biblioteca a leer de filosofía, sino que uno pone el cuerpo cuando va a las comunidades, y es confrontado. En esa visión, digamos que ahora vamos a desarrollar una idea menos clásica y tradicional de lo Occidental. Esto abre puertas a otros intelectuales y estudiantes para decirles algo muy sencillo: podemos y creo que necesitamos dialogar con la sabiduría ancestral de nuestros pueblos. No se trata solamente de ver a los indígenas como una exterioridad, sino también de reconocer en nosotros esa ancestralidad profunda, como en el caso mío que soy mestizo. Es poder abrir toda esa tradición que nos informa con toda esa profunda riqueza de los más de 80 pueblos o naciones indígenas de Colombia, desde luego, con todo el respeto. También es necesario abrir un proceso de descolonización del mestizaje para dejar de estar viendo hacia el Norte Global a esos símbolos extranjerizantes, y empezar a ver al Cauca, al Chocó, al Amazonas y toda la profundidad que hay, que no solamente es escrita si no
oral. Nosotros los que trabajamos en estos caminos reivindicamos el sentir, pensar y habitar de la Madre Tierra, y recordamos que la Madre Tierra es la interconexión profunda de lo que somos y de la vida que somos. ¿Qué le aporta su investigación al mundo, a la sociedad? Cuando hablo de la ampliación ontológico-política, se puede traducir en la ampliación de un nivel de conciencia o en una ampliación de nuestra identidad, es decir, pasar de considerarnos sujetos egocentrados a considerarnos parte de una totalidad, a considerarnos desde una dimensión cósmica, como decía, parte de la Madre Tierra y parte de la interconexión profunda que somos, ahí está incluida la espiritualidad que es entendida como interconexión profunda. Por otro lado, ampliar lo que llamamos la visión eurocéntrica que, finalmente, se basa en los saberes de países, como Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, Holanda y España más Estados Unidos, para abrir todos esos conocimientos en diálogo de saberes y prácticas con toda la sabiduría ancestral de nuestros pueblos indígenas y afros. No se trata de excluir, sino de ampliar. Y
lo otro, en términos de la ontología dual, es cuestionar el que somos sujetos antropocéntricos que conocen la naturaleza como algo exterior. La ampliación ontológica habla de que esa es una ontología dual que puede ser ampliada desde la relacionalidad, donde comprendemos que no somos sujetos separados del todo, sino que hay una interrelación profunda, una interconexión profunda y hacemos parte de esa totalidad. Para estudiarla no basta ser objetivo, sino sumergirse en toda esa profundidad, por eso este trabajo tuvo que ver también con la experiencia y la sabiduría que agradezco y que aprendí en las comunidades. Yo quiero transformar esta sociedad, esa es como la manera de colocar un granito de arena para la transición colectiva hacia otros mundos posibles y más aún, en un país tan violento y desigual como el nuestro. Esta pandemia nos ha enseñado que necesitamos replantear ciertas respuestas que nos habíamos dado y hacernos nuevas preguntas, porque estamos en este momento en un camino de autoextinción y necesitamos recuperar esa sabiduría de los pueblos que han cuidado la vida.
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Actualidad
Santiago de Cali, Diciembre de 2020
Santos del Mes San Francisco Javier
03 de diciembre
Nació en el castillo de Javier (Navarra) el año 1506. Cuando estudiaba en París, se unió al grupo de san Ignacio. Fue ordenado sacerdote en Roma el año 1537, y se dedicó a obras de caridad. El año 1541 marchó al Oriente. Evangelizó incansablemente la India y el Japón durante diez años, y convirtió muchos a la fe. Murió el año 1552 en la isla de Sanchón Sancián, a las puertas de China.
San Nicolás Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama “San Nikolaus”, lo empezaron a llamar Santa Claus, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños. De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes santos, pero su biografía fue escrita por el Arzobispo de Constantinopla, San Metodio. Según la tradición, en la ciudad de Mira, en Turquía, los obispos y sacerdotes se encontraban en el templo reunidos para la elección del nuevo obispo, ya que el anterior había muerto. Al fin dijeron: “elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo”. En ese momento sin saber lo que ocurría, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Fue muy querido por la cantidad de milagros que concedió a los fieles. El santo murió el 6 de diciembre del año 345.
06 de diciembre
Inmaculada Concepción de Santísima Virgen María
08 de diciembre
La Concepción Inmaculada de María es para los católicos un dogma de fe, definido el 8 de diciembre de l854 por Su Santidad el Papa Pío IX con estas palabras: “Para honor de la santa e individua Trinidad, para gloria y ornamento de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y acrecentamiento de la religión cristiana, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles “.
Nuestra Señora de Guadalupe Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a asistir a sus clases de catecismo y a oír la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó una voz que lo llamaba por su nombre. Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: “Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo”. Pio X la proclamó como “Patrona de toda la América Latina”, Pio XI de todas las “Américas”, Pio XII la llamó “Emperatriz de las Américas” y Juan XXIII “La Misionera Celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”.
12 de diciembre
San Juan Evangelista
27 de diciembre
SAN JUAN el Evangelista, a quien se distingue como “el discípulo amado de Jesús” y a quien a menudo le llaman “el divino” (es decir, el “Teólogo”) sobre todo entre los griegos y en Inglaterra, era un judío de Galilea, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, con quien desempeñaba el oficio de pescador.