ACTUALIDAD
Los catequistas volverán a reunirse en su encuentro diocesano
LA ORACIÓN EN LA VIDA DEL CRISTIANO «Recen por mí», pide el papa Francisco. Sin embargo, muchos cristianos no saben como rezar o en ocasiones se sienten desorientados a la hora de encontrar el modo más conveniente.
u El ENCADI 2014 será el 23 de agosto en Ameghino. Habrá talleres y tutoriales en los que podrán inscribirse los catequistas. El lema es Iglesia, Familia, Comunidad, Comunión. NUEVE DE JULIO
La familia del Carmelo prepara la celebración a la Virgen
u La fiesta de Nuestra Señora del Carmen será el 16 de julio.
Y ADEMAS... Carta del Obispo . Reflexiones de monseñor Martín de Elizalde acerca del sacerdocio bautismal y la liturgia (tercera parte).
Lo suyo, lo mio, lo nuestro .Contratapa. El padre Germán Loriente escribe sobre «La dimensión social de la eucaristía».
Visite la página web de nuestra diócesis: www.diocesis9dejulio.org.ar
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CARTA DEL OBISPO
Para ver más mensajes del obispo Martín http://www.diocesis9dejulio.org.ar/obispo.html
SACERDOCIO BA UTISMAL Y LITUR GIA (III) BAUTISMAL LITURGIA Queridos hermanos: Proseguimos con nuestra reflexión sobre la participación de los fieles en la liturgia de la Iglesia en virtud de su condición sacerdotal, recibida en el Bautismo. El culto ofrecido al Padre por la Iglesia, en Cristo por el Espíritu Santo, significa que el cristiano ejerce una función sacerdotal; así, las obras buenas, la oración y el sacrificio, se unen a la ofrenda del propio Hijo de Dios, y tienen en la liturgia su sostén y su guía. «Los bautizados, …, son consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo como casa espiritual y sacerdocio santo, para que, por medio de toda obra del hombre cristiano, ofrezcan sacrificios espirituales y anuncien el poder de Aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz (cfr. I Pe 2, 4-10). Por ello todos los discípulos de Cristo, perseverando en la oración y alabando juntos a Dios (cfr. Hech 2, 42–47), ofrézcanse a sí mismos como hostia viva, santa y grata a Dios (cfr. Rom 12, 1) y den testimonio por doquiera de Cristo, y a quienes lo pidan, den también razón de la esperanza de la vida eterna que hay en ellos (cfr. I Pe 3, 15)» (LG 10). Este solemne enunciado del Vaticano II, que se lee en la constitución Lumen gentium, se refiere a la condición fundamental del cristiano. La misión pastoral de la Iglesia es conducir al rebaño, que ha sido regenerado en el bautismo, a unirse a la obra de Cristo, y participando en los sacrificios espirituales por los sacramentos de la iniciación recibidos, acompañar y completar la redención con el anuncio de la fe, la respuesta de la fidelidad en la santidad y el testimonio. La liturgia une a los bautizados en este servicio espiritual, y se comprende que en el
comienzo de la Constitución sobre la sagrada Liturgia los pastores expresen su propósito de «acrecentar de día en día entre los fieles la vida cristiana, adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio, promover todo aquello que pueda contribuir a la unión de cuantos creen en Jesucristo y fortalecer lo que sirve para invitar a todos los hombres al seno de la Iglesia», y aseguren convencidamente que les corresponde «proveer a la reforma y al fomento de la liturgia» (SC 1). Al definir la deseada participación de los fieles «consciente, activa y fructuosa», expresa la motivación de la reforma y fomento de la liturgia: la misión de los pastores es llevar a los miembros de la Iglesia para que se unan entre sí por la celebración de los sacramentos, se alimenten con la Palabra y reciban la vida divina. Como dice el Concilio, los fieles deben estar persuadidos «que la principal manifestación de la Iglesia se realiza en la participación plena y activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas celebraciones litúrgicas, particularmente en la misma Eucaristía, en una misma oración, junto al único altar, donde preside el Obispo rodeado de su presbiterio y ministros» (SC 41). La raíz pastoral de la solicitud por la liturgia se convierte en la clave para interpretar las propuestas del Concilio, porque es por la celebración que el pueblo santo de Dios realiza su vocación y cumple su sacerdocio bautismal. Sin duda, el Concilio señala un progreso respecto de las posiciones hasta entonces enseñadas comúnmente. El acento puesto en el misterio pascual y en la condición del
INTENCIONES PARA ORAR JULIO 2014
a pedido del Santo Padre
GENERAL: Deporte Para que la práctica del deporte sea siempre ocasión de fraternidad y crecimiento humano. MISIONERA: Misioneros laicos Para que el Espíritu Santo sostenga el servicio de los laicos que anuncian el Evangelio en los países más pobres.
bautizado, amplía el concepto de lo que es la liturgia, con la llamada a una participación más comprometida y fructuosa, fortaleciendo la noción de comunión. Hay una mutua ordenación del sacerdocio bautismal y del sacerdocio ministerial, como enseña el Concilio, «pues ambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo. El sacerdocio ministerial, por la potestad sagrada de que goza, forma y dirige el pueblo sacerdotal, confecciona el sacrificio eucarístico en la persona de Cristo y lo ofrece en nombre de todo el pueblo a Dios. Los fieles, en cambio, en virtud de su sacerdocio regio, concurren a la ofrenda de la Eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testimonio de una vida santa, en la abnegación y caridad operante» (LG 10). Todo esto significa que la reforma litúrgica propuesta por el Concilio Vaticano II y constantemente ratificada y promovida por los Papas en estos últimos 50 años, es legítima por haber sido realizada por la autoridad de la Iglesia, responde a una necesidad pastoral y que fue advertida por el Papa y los obispos como un cometido urgente e insoslayable, y que invita a los fieles a una conversión en lo que hace a su modo de valorar y de participar en la liturgia, y a fortalecer los lazos de la comunión entre la vida sacramental y espiritual y la conducta y la acción de cada bautizado. En la próxima Carta vamos a señalar algunos de los aspectos de la liturgia que modificó la decisión del Concilio. Con mucho afecto, los saluda y bendice, + Martín, obispo de Nueve de Julio
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COMPARTIENDO NUESTRO TESORO LA ORACIÓN EN LA VIDA DEL CRISTIANO
Mi alma canta la grandeza del Señor El padre Facundo propone a nuestros lectores «algunas migajas del gran tesoro de sabiduría que la Iglesia ha reunido a lo largo de dos mil años respecto a la oración cristiana» y repasa los cuatro modos de rezar que resumen los estilos de oración de todos los tiempos y lugares.
Escribe: P. FACUNDO ECHANIZ, sacerdote diocesano
U
na de las frases que más hemos sentido pronunciar a nuestro papa Francisco ha sido «recen por mí». El Santo Padre manifiesta este deseo a cada persona que se le acerca, no como cliché que repite en manera mecánica sino como expresión propia de quien es muy consciente de la fuerza de la oración. Muchas veces los cristianos nos encontramos con personas que nos confían – con cierto dolor – que «no saben rezar», que cuando se encuentran delante de Dios no saben qué decir, o que escuchando a su alrededor tantas propuestas de oración (rosario, novenas, oración con la Biblia) se sienten desorientados a la hora de encontrar el modo más conveniente para ellos. Por eso, nos gustaría proponer a nuestros lectores algunas migajas del gran tesoro de sabiduría que la Iglesia ha reunido a lo largo de dos mil años respecto a la oración cristiana. Ante todo, rehusamos hablar de «métodos» de oración, ya que no se trata de una técnica (a la manera del yoga, o de la concentración mental), sino de una «actitud» frente a Dios. Las técnicas físicas y mentales pueden ayudar, pueden disponer, pero jamás reemplazar la oración. No se trata de métodos sino de «caminos» para encontrarnos con Dios: lo que importa, en definitiva, es el encuentro. Resultan interesantes, en este sentido, las definiciones de oración de dos grandes santas carmelitas. SANTA TERESA DE ÁVILA decía que la oración es un trato de amistad con quien sabemos que nos ama (Dios). De manera similar, SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS la descubría como un impulso del corazón. En ambos casos, no se trata de un manual de instrucciones, sino de una «toma de conciencia» de la presencia de Dios, de saber que Él está junto a nosotros: como aquel yo lo miro y Él me mira que res-
Es solamente integrando mis necesidades individuales con las necesidades de los demás, la madurez y la humildad de saber pedir perdón con la alegría de saber dar gracias, la capacidad de escuchar con la capacidad de responder, que la oración puede volverse realmente fecunda en mi camino de fe. pondía el humilde campesino cuando el cura de Ars le preguntaba curiosamente cómo rezaba cuando visitaba a Jesús en el Sagrario. Avanzando un poco más, resulta interesante – frente al problema del «qué decir» cuando nos encontramos en actitud de plegaria – la propuesta que nos hace el Catecismo de la Iglesia Católica. El Catecismo recuerda que hay básicamente cuatro modos de rezar, cuatro actitudes orantes frente a Dios, que resumen los estilos de oración de todos los tiempos y lugares: -La oración de petición (2629-2633): expresa nuestro ser «creaturas», con los límites que ello comporta. No somos autosuficientes y nos descubrimos necesitados de Dios tanto en el aspecto material (que nunca nos falte «el pan de cada día», o la salud, o los bienes para vivir dignamente) como espiritual (la paz, la unidad, el perdón, la justicia, etc.). Siempre tenemos un motivo para «pedir» algo a Dios. -La oración de intercesión (2634-2636): se trata de la oración que nos asemeja más a Jesús, porque su misma vida fue una gran intercesión por nosotros ante Dios. En la intercesión se muestra el perfil «desinteresa-
do» del orante: por un momento nos ponemos nosotros mismos a un costado y hacemos partícipe de la oración a alguien más. San Pedro en su primera carta dice que los cristianos son un «pueblo sacerdotal» (1Pe 2,9), es decir un «pueblo de intercesores», porque han sido puestos en el mundo para «mediar por el mundo», para ser ante Dios la voz de los que no tienen voz y ante los hombres la presencia de Dios y de su salvación. La intercesión, en este sentido, es una verdadera misión, un deber que todos los cristianos tenemos con Dios y con los demás. -La oración de acción de gracias (2637-2638): solo un corazón atento y optimista es capaz de agradecer. Dar gracias significa tener la sabiduría de mirar el propio pasado descubriendo la «huella de Dios» en las personas y acontecimientos – tanto importantes como insignificantes – que han formado parte de él. No por casualidad la «celebración cristiana» por excelencia es llamada «eucaristía» (acción de gracias), ya que los cristianos siempre encuentran en Dios un motivo para hacerlo. Esta actitud, lejos de ser un optimismo ingenuo que no quiere ver las dificultades reales de la vida, es una actitud de fe
que sabe ver más allá de la inmediatez de los eventos cotidianos. -La oración de alabanza (2639-2643): «La alabanza es la forma de orar que reconoce de la manera más directa que Dios es Dios. Le canta por Él mismo, le da gloria no por lo que hace, sino por lo que Él es» (2639). Con estas bellas palabras resume el Catecismo el significado del último estilo oracional. La alabanza es la oración eterna de los ángeles en la presencia de Dios, según nos cuenta el Apocalipsis (4,8-11), es la oración de Jesús cuando estalla de alegría al regresar los discípulos de su misión (Mt 11,25), es el canto del pueblo de Israel cuando experimenta la liberación de Dios luego de cruzar el Mar Rojo (Ex 15). Es la cumbre de la oración: cuando el corazón orante ya no se ve movido por algún motivo (reconocimiento, petición, arrepentimiento) sino que simplemente desea expresar a Dios su grandeza y su bondad. Ciertamente, los cuatro aspectos no suelen motivarnos de la misma manera cada vez que oramos: en ciertos días nuestro corazón sentirá el deseo de dar gracias por el paso de Dios en nuestra vida a través de una persona o de un hecho concreto. Otras veces sentiremos la nece-
sidad de solicitar a Dios algo que nos está faltando. En no pocas oportunidades vendrá a nuestra mente y a nuestro corazón la imagen de una persona – cercana o lejana – por la cual sentiremos el deber de interceder. Y por último, nos sucederá a menudo, que gozaremos por el solo hecho de estar en la presencia de Dios, alabándolo, diciéndole «cosas hermosas», como solemos hacer con las personas que amamos, sin que haya un motivo o interés concreto de por medio. Los cuatro modos de oración se encuentran, de modo pleno, en la oración litúrgica, que es la oración de la Iglesia por excelencia. En ella los cristianos nos encontramos con Dios como familia, en ella damos gracias, intercedemos, pedimos perdón, alabamos. En ella no solo nuestro espíritu reza sino también nuestro cuerpo: cantamos, escuchamos, nos arrodillamos, nos paramos, movemos las manos, comemos, limpiamos, ungimos, iluminamos, vestimos. En ella recordamos el pasado para descubrir a Dios en el presente y fortalecer nuestra esperanza en el futuro. Lo importante, en definitiva, es que estos cuatro aspectos se encuentren presentes en el conjunto de la propia vida de oración, que exista un equilibrio entre ellos. Si mi oración se basa siempre en «pedir» algo o por alguien, ésta se asimilará más a un intercambio comercial con Dios que a un encuentro desinteresado; si lo único que hago es «pedir perdón», la oración irá creando en mí un espíritu de escrúpulos, y dejará de ser un momento de gozo para convertirse en un peso tortuoso; si solo doy gracias o alabo a Dios por sus dones terminaré convirtiendo la oración en un encuentro individualista y narcisista que excluye totalmente a los demás del horizonte de mi vida cristiana. Es solamente integrando mis necesidades individuales con las necesidades de los demás, la madurez y la humildad de saber pedir perdón con la alegría de saber dar gracias, la capacidad de escuchar con la capacidad de responder, que la oración puede volverse realmente fecunda en mi camino de fe.
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LA IGLESIA HOY ACTU ALID AD DIOCESAN A CTUALID ALIDAD DIOCESANA EN LA ARGENTINA Los obispos, preocupados por la deuda, piden unidad y responsabilidad a los dirigentes æLa Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) difundió una reflexión ante la situación creada por el fallo de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. El episcopado manifestó, citando al papa Francisco, que la economía centrada sólo en la especulación financiera «debilita las relaciones, posterga el desarrollo de los pueblos y compromete la equidad del orden internacional» y pidió a la dirigencia nacional «una actitud madura de unidad y responsabilidad para responder a la situación generada». Com unión, amor Comunión, amor,, misión y esperanza, claves de la fiesta del Cor pus Corpus æLos obispos argentinos hicieron hincapié en la comunión, el amor, la misión y la esperanza en sus reflexiones durante la fiesta del Corpus Christi. Los prelados presidieron las misas solemnes y encabezaron las procesiones por las ciudades cabeceras de diócesis, además de impartir la bendición eucarística. La Pastoral Carcelaria denuncia abusos de autoridad y violaciones a los derechos humanos æAnte la difusión de imágenes de requisas vejatorias y maltratos a internos en el Centro Penitenciario de San Luis, la Pastoral Carcelaria Argentina denunció «abusos de autoridad y flagrantes violaciones de los derechos humanos y de la dignidad de las personas» en las cárceles argentinas, reclamó al Servicio Penitenciario «dar los pasos adecuados, para que el personal sea formado, capacitado y evaluado, sabiendo que debe respetar la dignidad del hermano preso». Fuente: Aica
MENSAJE DEL OBISPO MARTIN - Parte II de II
Trabajar por la paz en nuestra patria La cor corrr upción Parte final del mensaje de monseñor Los obispos señalan un heMartín de Elizalde con motivo de un cho que ha adquirido un desarrollo y una presencia sumamen- nuevo aniversario de la Revolución de te alarmante: «La corrupción, Mayo, en el que propone realizar, como tanto pública como privada, es sociedad y como ciudadanos, una un verdadero ‘cáncer social’ (EG reflexión sobre la Argentina que somos. 60), causante de injusticia y muerte ... Sólo si las leyes justas son respetadas, y quienes las cindible un compromiso de to- maltrato o la falta de respeto a violan son sancionados, podre- dos en el respeto de la ley ... Sólo la dignidad de los detenidos» mos reconstruir los lazos socia- si las leyes justas son respetadas, (7). les dañados por el delito, la im- y quienes las violan sancionapunidad y la falta de ejemplari- dos, podremos reconstruir los Una recuperación dad de quienes tenemos alguna lazos sociales dañados por el sostenida por la autoridad. La obediencia a la ley delito, la impunidad y la falta esperanza es algo virtuoso y deseable, que de ejemplaridad de quienes teNo debe abandonarnos la esennoblece y dignifica a la per- nemos alguna autoridad. La peranza, como expresa el mensasona. Esto vale también para los obediencia a la ley es algo vir- je del episcopado argentino: «Esreclamos por tuoso y desea- tos síntomas son graves. Sin emnuestros dereble, que enno- bargo, en el cuerpo de nuestra chos, que dey sociedad se encuentran también Todos estamos llamados a blece ben ser firmes dignifica a la los recursos para afrontar el papero pacíficos, la tarea de educarnos para persona» (6). ciente camino de la recuperala paz. sin amenazas Se reclama a ción. Todos estamos involuni restriccioveces un régi- crados en primera persona. Desnes injustas a men carcelario tacamos, ante todo, el profundo los derechos de los demás. Fren- severo, supuestamente eficaz. anhelo de paz que sigue animante al delito, deseamos ver jueces Pero, dicen los obispos «La cár- do el compromiso de tantos ciuy fiscales que actúen con diligen- cel genera en la sociedad la fal- dadanos. No hay aquí distinción cia, que tengan los medios para sa ilusión de encerrar el mal, entre creyentes y quienes no lo cumplir su función, y que gocen pero ofrece pocos resultados. El son. Todos estamos llamados a de la independencia, la estabi- sistema carcelario debe cumplir la tarea de educarnos para la lidad y la tranquilidad necesa- su función sin violar los derechos paz. Nosotros creemos que Dios rias. La lentitud de la Justicia fundamentales de todos los pre- es «fuente de toda razón y justideteriora la confianza de los sos, cuidando su salud, promo- cia» y que los peores males brociudadanos en su eficacia» (5). viendo su reeduca-ción y recu- tan del propio corazón humano. peración. Nos duele y preocupa El vínculo de amor con Jesús Legalidad y justicia que casi la mitad de los presos vivo cura nuestra violencia más Frente a la falta de acción por no tenga sentencia. La mayoría profunda y es el camino para parte de las instituciones públi- de ellos son jóvenes pobres y sin avanzar en la amistad social y cas, se apela a la represalia y a la posibilidades para contratar en la cultura del encuentro. A venganza: «Para construir una abogados que defiendan sus esto se refiere el Papa Francissociedad saludable es impres- causas. Ningún delito justifica el co cuando nos invita a «cuidar-
nos unos a otros». Jesús nos enseñó que «Dios hace salir el sol sobre buenos y malos y hace llover sobre justos e injustos» (Mt 5, 45). No hay persona que esté fuera de su corazón. En su proyecto de amor la humanidad entera está llamada a la plenitud. No hay una vida que valga más y otras menos: la del niño y el adulto, varón o mujer, trabajador o empresario, rico o pobre. Toda vida debe ser cuidada y ayudada en su desarrollo desde la concepción hasta la muerte natural, en todas sus etapas y dimensiones. Jesús es nuestra Paz, en él encontramos Vida y Vida abundante. A Él volvemos nuestra mirada y en Él ponemos nuestra esperanza para renovar nuestro compromiso en favor de la vida, la paz y la salud integral de nuestra querida Patria. Jesús nos dice: «Felices los que trabajan por la paz…» (Mt 5,9)» (9-10). Concluyo con las palabras finales de la Declaración episcopal: «La Virgen de Luján, presente en el corazón creyente de tantos argentinos y argentinas, nos anima y acompaña en nuestro empeño «…porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes...(EG 288)» (11).
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LA IGLESIA HOY ACTU ALID AD DIOCESAN A CTUALID ALIDAD DIOCESANA
EN EL MUNDO
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El Carmelo se prepara para celebrar a la Virgen
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l Carmelo de Nueve de Julio ha comenzado ya los preparativos para celebrar a Nuestra Señora del Carmen, cuya fiesta será el miércoles 16 de julio. Ese día, a partir de las 14:30 horas comenzará la procesión con la imagen de la Virgen y luego Misa en la capilla, en donde se podrá recibir el Escapulario como signo de protección de María, de pertenencia a la familia del Carmelo y de compromiso de seguimiento a Jesús. Para prepararse mejor, las hermanas carmelitas han diagramado la siguiente novena: Nos prepararemos Desde el viernes 4 hasta el 16 de julio: ¡La Virgen visitará nuestras casas! Los que quieran recibirla serán visitados por misioneros que irán casa por casa llevando a la Virgen, recogiendo sus necesidades, alegrías y sufrimientos; rezando con ustedes y contándoles el significado y oportunidad
Invitación desde el Car melo Carmelo
de recibir el signo del Escapulario de la Virgen. Nos reuniremos Desde el lunes 7 al 15 de julio: ¡Participando algún día o todos los días de la Misa a las 18.30 hs! Nos acompañará el padre Roberto Peña, monje benedictino de Los Toldos. Aquí en nuestra capilla del Carmelo junto con toda la Comunidad de Monjas Carmelitas. Los que deseen reconciliarse con Dios, con su historia, con sus hermanos, podrán venir en
esos días, una hora antes de la Misa, es decir a las 17.30, y recibir el sacramento de la confesión. El padre Roberto estará disponible para confesarlos en ese horario. Rezar emos por zaremos por:: Lunes 7: la Iglesia; martes 8: la paz, miércoles 9: la patria; jueves 10: los pobres; viernes 11: las familias; sábado 12: los enfermos y ancianos. Podrán recibir la Unción; domingo 13: los consagrados; lunes 14: los niños y jóvenes; martes 15: las vocaciones sacerdotales y religiosas.
æ En preparación a los 500 años del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, los invitamos a beber de esta Fuente de Espiritualidad. Tendremos un primer Encuentro el Viernes 18 de julio, aquí en la Capilla del Carmelo, A. Frondizi 1783 desde las 18.30 a las 20.30 hs. El primer tema será: «Todos invitados a llegar a beber de la Fuente y a vivir una particular amistad con Dios», a cargo del p. Pablo Ureta, carmelita descalzo y actual Delegado General de los Carmelitas en la Argentina. Los esperamos, Hermanas Carmelitas Nueve de Julio
Reunión diocesana de Cáritas
æ Previo a la Colecta Anual 2014 de Cáritas, «Compartir es amar», que se realizó los días el 7 y 8 de junio, 120 representantes de 31 Cáritas de la diócesis se reunieron el 17 de mayo un encuentro preparatorio en
las instalaciones del Instituto Juan XXIII de Carlos Casares. La reunión se inició con una exposición del monseñor Martín de Elizalde acerca del cuidado de la familia y de la realización del Sínodo de Obispos convocado por el papa Francisco del 5 al 19
de octubre próximos. Además, se contó con la presencia de dos comunicadores de la ciudad, quienes debatieron acerca de nuevas formas de difusión de la colecta. Por otro lado, los asistentes se abocaron a la revisión de lo
realizado el año anterior y a las actividades a realizar antes y durante la Colecta. El encuentro finalizó con la celebración de la Santa Misa presidida por el Obispo.
El sentido de la esperanza y el próximo Congreso Eucarístico Inter naInternacional æ¨Jesús en nosotros, la esperanza de la gloria¨ será el lema elegido para el 51º Congreso Eucarístico Internacional que se celebrará en Cebú, Filipinas, en enero de 2016. ¨Nosotros sólo esperamos en una persona. Esperamos en Dios¨, afirmó el arzobispo de Manila, cardenal Luis Antonio Tagle, al explicar, en una conferencia de prensa, el sentido del lema. Francisco, contundente: «No podemos tolerar que los mercados gobiernen la suer te de los suerte pueblos» æ«Es importante que la ética reencuentre su espacio en las finanzas y que los mercados se pongan al servicio de los intereses de los pueblos y del bien común de la humanidad. No podemos tolerar más que los mercados financieros gobiernen la suerte de los pueblos», expresó el papa Francisco al recibir, a los participantes al Congreso «La inversión de impacto para los pobres» (Impact Investing for the Poor), promovido por el Pontificio Consejo Justicia y Paz. Francisco tíf ice ancisco,, ar artíf tífice de un histórico rezo por la paz æEl papa Francisco, el presidente israelí Shimon Peres, el primer mandatario palestino Mahmud Abás y el patriarca Bartolomé de Constantinopla celebraron en los jardines del Vaticano una oración por la paz, convocada por el Santo Padre en su viaje a Tierra Santa. Al concluir la ceremonia, en la que cada una de las delegaciones rezó según su creencia religiosa, Francisco recordó que para conseguir la paz ¨se necesita mucho más valor que para hacer la guerra¨. Señaló la necesidad de encuentro, diálogo, negociación, respeto de los pactos, sinceridad y ¨una gran fuerza de ánimo¨. Fuente: Aica
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EN EL CAMINO DE EMAUS La Biblia y nosotros
Pent ecostés ¿también para noso tr os? entecostés nosotr tros? (Hechos 2, 1-11) - Parte II de II Segunda pastilla: los miedos y el coraje (Leer Hechos 4,18-20 y Juan 20,19) Eso es lo que podemos pedir al Espíritu en nuestro Pentecostés: coraje, valentía. Que lo que hemos visto con lucidez en el horizonte ancho y profundo, no nos lleve al desaliento, al miedo; al contrario, que nos dé coraje para enfrentar esa realidad del mundo y de la Iglesia. Como los Apóstoles ante las autoridades, las mismas que habían condenado a Jesús: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. Esa tentación de desaliento y miedo ante lo malo, no suele ser una tentación contra la fe. Más vale surge del miedo a perderla. Se busca seguridad para ella; y entonces se va a alguna institución o grupo, dentro de la Iglesia. «Con las puertas cerradas», como dice el Evangelio de Juan. Y ese encierro- desde el que se critica y condena lo malo, pero siempre
«adentro»- puede llegar a veces al fanatismo («fundamentalismo», como se dice ahora) y transformar la vida cristiana en algo sin alegría y libertad. Y, en el fondo, aislada del resto de la Iglesia, la parroquia o lo que fuere. ¿No es que el Padre ama al mundo y quiere salvarlo; que para eso envía a su Hijo y permite el sacrificio de su vida? ¿No es que para eso, para salvar al mundo, envía a sus discípulos constituidos en Iglesia? ¿»La alegría del Evangelio», se esconde «adentro» o se trata de mostrar y ofrecer afuera, al mundo? Que, claro, más de una vez se va a reír y a burlar (lo hizo con Jesús), atacar y perseguir (ya lo hizo con Jesús y los suyos). Como ahora. Pero ¿no enseñó Él que no hay que temer a los que matan el cuerpo? En la exhortación del papa Francisco, «Evangelii gaudium» –La alegría del Evangelio- enseña muy claro sobre esto, sin ocultar los desafíos y tentaciones. Pero que nunca nos autorizan al encierro amargado y criticón.
Escribe: Pbro. Carlos Mateos
¿No fue Jesús quien dijo: Vayan hasta los confines de la tierra…y yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo? ¿Cómo soy en mi parroquia, en mis ambientes cristianos, en mi grupo o movimiento? Revisar esto con sinceridad y humildad, para que sea Pentecostés. Ter cer a pastilla: J esús ercer cera Jesús Esa seguridad que buscamos ante la indiferencia, la burla o la persecución del mundo ¿me la va a dar un grupo de personas que tiene miedo como yo? ¿O me la va a dar Él, que tantas, pero tantas veces dijo: No teman? El Espíritu de Pentecostés hizo que los discípulos vieran las cosas que no habían comprendido de Jesús. Que lo conocieran mejor, lo amaran más y trataran de imitarlo cada vez más y mejor. El Espíritu de Pentecostés revela, muestra, ilumina a Jesús, centro de la vida de la Iglesia, de cada cristiano. No temas pequeño rebaño.
¿Qué presencia tiene el Señor en nuestras comunidades, en nuestras actividades parroquiales y pastorales, en nuestras vidas personales? ¿Lo sentimos, como los discípulos, estando con nosotros, andando con nosotros, escuchándonos, hablándonos? Sí, también ahora ese Pentecostés puede ser para nosotros: revelación, luz y la segura presencia del Señor resucitado. Pidámoslo, deseémoslo, pongámonos disponibles, abiertos, sin excusas o explicaciones. Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, señor de la historia, te necesitamos. Amén.
Espíritu Santo, muéstranos a Jesús en este nuestro Pentecostés.
A LA ESCUCHA EN BETANIA La catequesis en nuestra diócesis
Para prepararnos al ENCADI 2014 - 23 de agosto en Ameghino
Iglesia - FFamilia amilia - Comunidad - Comunión Amigos catequista, Cristo nos elige y nos invita una vez más. Te esperamos el sábado 23 de agosto para celebrar juntos nuestro Encuentro Diocesano en la Parroquia Inmaculada Concepción de F. Ameghino. Compartimos con ustedes el cronograma del día y las distintas actividades:
09:00 hs. RECEPCIÓN - BIENVENIDA INSCRIPCIÓN EN TALLERES-TUTORÍAS Te anunciamos los temas de los talleres y/o tutoriales para que puedan pensar en cual se inscribirán: • Educación para la paz • Educación para la vida • Catequesis y vínculos • Catequesis en comunidad • Catequesis familiar • Catequesis y coordinadores • Catequesis familia y Kerygma • Diálogo y catequistas • Comunidad de catequistas • Familia, colegio y catequesis 09:30 hs. CELEBRACIÓN 10:00 hs. ILUMINACIÓN. Padre Alberto Bustamante 12:00 hs. ALMUERZO. Para los que lo requieran habrá un servicio de comida que deberán comprar en la recepción. 13:00 - 15:00 hs. TALLERES-TUTORÍAS 16:00 hs. MISA Y DESPEDIDA Cada niño que nace y crece es diagnóstico que nos permite verificar el estado de salud de nuestra familia, nuestra comunidad, nuestra nación, nuestra comunión con Dios. Así, cada niño es signo de esperanza y de vida. (Papa Francisco. Plaza del Pesebre, en Belén. Mayo 2014).
María, madre de Dios. Tú que has recibido, enséñame a recibir. Tú que has adorado, enséñame a adorar. Tú que has seguido, enséñame a seguir.
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PASTORAL ENCADI VOCACIONAL 2012
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os dijo el papa Francisco en una ocasión: «Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades». Y dos de los grandes pilares de las primeras comunidades de la Iglesia supieron ya en aquella época que eso era lo que Jesús Resucitado les pedía. Hablamos de dos grandes santos: San Pedro y San Pablo. ¿Pero qué hizo la diferencia en ellos? ¿Por qué pudieron seguir a Jesús de una manera tan fuerte? Porque tuvieron un encuentro personal con Jesús, y Jesús Resucitado. Pedro, a la orilla del mar de Tiberíades. Luego de haber negado al Señor en su Pasión, no una, sino tres veces, abre su corazón herido a la misericordia de Dios y se encuentra con Jesús Resucitado que le dice: «Pedro, ¿me amas?», a lo que el mismo Pedro responde: «Señor, tú lo sabes todo, sabes que te quiero». Podríamos quedarnos aquí
COMO LOS SANTOS PEDRO Y PABLO
Al encuentro de Jesús resucitado pero nos perderíamos algo esencial del mensaje de Jesús que le vuelve a dirigir su palabra amorosa diciéndole: «Apacienta mis ovejas» (cf. Jn. 21, 15-17), enviándolo así a salir de sí mismo y darse a los demás por Jesucristo. Pablo, antes de conocer a Jesús, perseguía a la Iglesia. Cuando menos lo esperaba, camino a Damasco, adonde iba a encadenar a los cristianos que encontrara, Jesús Resucitado sale a su paso diciéndole: «Saulo, ¿por qué me persigues? Yo soy Jesús, a quien tú persigues.» Luego de esto Pablo salió a anunciar que Jesús es el Hijo de Dios. Si hemos tenido un encuentro con el Resucitado, el corazón enamorado sale a anunciar a todos la Buena Noticia de la salvación. Y aquí se pone en juego toda nuestra vida: si tuvimos un encuentro vivo con Jesús, no podemos callar lo que vimos y
oímos. Esta es nuestra vocación: la santidad en el encuentro con los demás, donde vive el Señor, y el anuncio del Reino ¿Qué es la misión más que dar la vida por los otros anunciando a Jesucristo? «Ojalá el mundo actual –que busca a veces con angustia, a veces con esperanza- pueda recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo» (Evangelii Gaudim Nº 10). No esperemos hacer cosas enormes, sino hacer todo lo que está a nuestro alcance con amor y comprometiéndonos con la realidad de los demás. Necesitamos saber encontrarnos. Necesitamos saber crear, construir, edificar una cultura del encuentro. Salir a en-
contrarnos… Me encuentro con Jesús y después salgo a encontrarme con los demás. Hacer todo comprometiéndonos con la realidad del hermano que tenemos al lado, encontrándonos. Podemos preguntarnos en cada momento de nuestra vida si nos encontramos con el otro, pero un caso particular puede iluminar mucho: la limosna. ¿Cuándo damos limosna miramos a los ojos de la gente que le damos la limosna? «Ah, no sé, no me di cuenta.» ¿Tocamos la mano de la persona o tiramos la moneda? «Tiro la moneda» ¡Si no tocamos la mano, si no miramos a los ojos entonces no nos encontramos! Tiramos la moneda y nos vamos. ¡No dimos limosna! Calmamos nuestra conciencia. Lo que Jesús nos enseña es primero encontrarnos, y en el encuentro ayudar. Vayamos, busquemos y encontremos con el que más nece-
sita, pero solos no, con Jesús. Esta es nuestra gran vocación, y es a lo que la Iglesia nos está llamando. Nos llama a encontrarnos con Jesús, nosotros que somos necesitados de su Amor. Y cuando nos encontramos, nosotros los necesitados, salir al encuentro de los más necesitados. Busquemos comprometernos como lo hicieron Pedro y Pablo, haciendo todo lo que tenemos a nuestro alcance con amor porque tuvimos un encuentro personal con Jesús Resucitado ¡Cuánto cambiarían las cosas si nos encontráramos con el hermano necesitado en cada momento de nuestra vida! Las medias son para los pies, no para la vida de un cristiano. Cristiano a medias, no es cristiano. Cristiano no comprometido, es sinónimo de cristiano enfermo. Tenemos vocación de encuentro en el servicio y anuncio. Pecadores somos todos, pero con Jesús podemos salir al encuentro de los más necesitados, así como lo hicieron Pedro y Pablo. Bendiciones de la mano del Resucitado.
ESPACIO JOVEN
JMJ Río 2014 - Un año después
P
ara llegar a la tan ansiada Jornada de la Juventud en Río de Janeiro, y ya a un año de esta experiencia, pasamos 4 días viajando en colectivo. Durante el viaje, Mariano, el párroco de mi ciudad General Villegas, nos dio la gran noticia, el papa Francisco iba a reunirse con los argentinos en la Catedral de San Pedro. Nos llenamos de ilusión, y emocionados empezamos a rezar para que se haga la voluntad de Dios. Todos queríamos encontrarnos con Francisco pero sólo 5.000, de 30.000 argentinos iban a poder estar dentro de la catedral. Después de muchos rosarios y oraciones, llegó el día. El jueves 25 de julio, después de tres días en Brasil, salimos de las casas a las 5 am. llenos de expectativas, para formar parte de la interminable fila celeste y blanca que se desplegó por las calles de Río. Para nuestra sorpresa, no se podía entrar con absolutamente nada, y así despojados de todo, estuvimos a la espera de poder entrar y escuchar lo que Francisco tenía para decirnos. Durante esa larga espera que duró aproximadamente unas 6 horas, pude experimentar la hermandad de una Iglesia
universal a la espera de Pedro, nuestro guía y pastor. La emoción siempre estuvo presente, pero en el momento de entrar fue tanta la alegría que todos llorábamos sin parar, sabiendo que era un regalo inmenso de Dios tener esa gran oportunidad. Todos los argentinos recibimos al Papa con euforia, ansiosos por escuchar su mensaje. Su primera palabra fue GRACIAS. Su primer gesto fue la humildad. Después nos comunicó tres consecuencias que él esperaba de la JMJ. En primer lugar, que haya lío en las diócesis, que la Iglesia salga a la calle, que salgamos de nosotros mismos. El objetivo es claro, el Papa nos impulsó a ser una Iglesia misionera, y durante este año que pasó la frase «hagan lio» ha acompañado cada proyecto y cada actividad evangelizadora en nuestras ciudades. Por otro lado, Francisco nos pidió que cuidemos los extremos de la sociedad, que no se excluya a los jóvenes, que debemos luchar por los valores; ni a los ancianos, que nos deben enseñar la sabiduría de los pueblos. Este mensaje con un fuerte contenido político nos impulsó a ser una Iglesia comprometida e
inclusiva. En lo personal, me movilizó mucho poder escuchar las palabras de un Papa que impulsa la participación social de la Iglesia. Por último, se refirió al amor de Jesús, a su muerte en la cruz, como un escándalo; y nos pidió que no «licuemos» la fe en Jesucristo, porque la fe es entera. Concluyó pidiendo que leamos las bienaventuranzas y Mateo 25, porque ahí vamos a encontrar el programa necesario para la acción. Siempre tan cercano, simple, tan argentino. Nos agradeció nuevamente y pidió que recemos por él. El último gesto del encuentro con los argentinos, la humildad. Esta experiencia para mí fue un encuentro directo con Dios vivo y cercano en medio de la Iglesia, con un mensaje personal para cada uno de nosotros, que el papa Francisco supo transmitir como un real instrumento de Dios. JOSEFINA LICERA Gral. Villegas
FIEST AS P ATR ON ALES DE JULIO FIESTAS PA TRON ONALES En las Parroquias y Capillas de nuestra Diócesis 6. Sta Ma. Goretti, Vir gen y Már tir irg Mártir Capilla, IRALA (O’Brien) 9. Nuestra Señora de Itatí Capilla, PELLEGRINI Capilla, TRENQUE LAUQUEN 13. San Enrique, Emperador Capilla, SAN ENRIQUE (Veinticinco de Mayo) 16. Nuestra Señora del Car men Carmen Parroquia,CARLOS CASARES Parroquia, F. QUIROGA Parroquia, GENERAL VILLEGAS Parroquia, PELLEGRINI
Capilla, CURARÚ (Carlos Tejedor) Capilla, VILLA SABOYA (E. V. Bunge) Capilla, LOS TOLDOS Capilla, DENNEHY (Catedral, Nueve de Julio) Capilla, PASTEUR (Roberts) Capilla, VEINTICINCO DE MAYO Capilla, VALDÉS (Veinticinco de Mayo) 26. Santa Ana, Madre de la Santísima Virgen Capilla, Trongé (Treinta de Agosto) 29. Santa Mar ta Marta Capilla Santa Marta, DE BARY (Pellegrini)
JULIO 2014
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LO SUYO, LO MIO, LO NUESTRO (V)
La dimensión social de la eucaristía
Q
ueridos lectores: hemos vivido el mes pasado un acontecimiento que tiene repercusión a nivel Nacional: la Colecta de Cáritas. Esfuerzos y trabajos en cada comunidad que me gustaría destacar ya que, sigue siendo dentro de nuestras comunidades, uno de los signos más fuertes y comprometidos para con los pobres. Quisiera partir de este acontecimiento para compartir la reflexión de este mes. Detalle al respecto – que desconozco si lo tuvieron en cuenta – la Colecta siempre coincide con la Fiesta de Corpus. Otro detalle que no quiero dejar pasar (pero es particular de aquellas comunidades donde los niños toman la Primera Comunión en tiempo pascual), es que a los niños para el día que participan por primera vez de la Eucaristía se les suele pedir que acerquen un alimento para Cáritas, o tengan algún gesto de carácter social. ¿Por qué esto? ¿Queda lindo? ¿Es un detalle más? Lo que puede parecer un detalle lindo es algo más: ambos gestos son iniciación social que brota del mismo misterio que celebramos. La eucaristía supone la comunión en el mismo pan, y la fraternidad en un solo corazón y una sola alma: «Todos se reunían asiduamente para escuchar las enseñanzas de los Apóstoles y par-
ticipar de la vida en común, en la fracción del pan y en las oraciones» (cf. Hch 2,42), «La multitud de los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos» (Hch 4,32); de modo que no se puede comulgar con Cristo sin comprometerse con la caridad, ya que el «vínculo sacramental» y el vínculo social de la caridad son inseparables: «Quien se nutre de la eucaristía debe, por esto mismo, comprender que su vocación a la caridad para con el prójimo, debe dilatar el espacio de caridad, que lo incorpora vitalmente a Cristo, con el vínculo social de la caridad, mediante el cual debe unir la propia vida a la vida de los demás hombres, transformados virtualmente en hermanos suyos» (Pablo VI, Evangelii Nuntiandi nº 406). El que la eucaristía sea signo de unidad y vínculo de caridad quiere decir que los que participan en ella deben sentirse impulsados a ejercer la verdadera y fraterna caridad que ciertamente «no es un indefinido efecto de humanidad, sino la participación de la caridad de Cristo, que nos amó y se entregó a Dios por nosotros como oblación y hostia. Esta caridad exige deseo de entrega, renuncia voluntaria al tiempo y a las cosas, aceptación de
P. Luis Diehl
PENSAMIENTOS BREVES XNo dejemos de lado el camino del Señor por seguir la tradición de los hombres. XLa Bondad y la Verdad solo obedecen al criterio de Dios, y no al nuestro. XJesús nos ha mostrado que la humildad es la puerta por donde la salvación entra en nuestro corazón.
Es una publicación de la diócesis de Santo Domingo en Nueve de Julio
Escribe: Pbro Germán Loriente
«...No se puede comulgar con Cristo sin comprometerse con la caridad, ya que el «vínculo sacramental» y el vínculo social de la caridad son inseparables: «Quien se nutre de la eucaristía debe, por esto mismo, comprender que su vocación a la caridad para con el prójimo, debe dilatar el espacio de caridad, que lo incorpora vitalmente a Cristo, con el vínculo social de la caridad, mediante el cual debe unir la propia vida a la vida de los demás hombres, transformados virtualmente en hermanos suyos» (Pablo VI, Evangelii Nuntiandi nº 406)». incomodidades, para aliviar a los hermanos afectados por el hambre, oprimidos por los dolores y afligidos por la desgracia… Ella resuelve en no pequeñas parte los gravísimos problemas sociales que tanto afectan a nuestros tiempos» (ibíd., nº 213). Se trata por tanto de una caridad encarnada, socialmente comprometida, que no excluye a ninguno, que atiende de modo especial a los más necesitados y marginados de nuestro mundo: «Por eso, el amor que procede de la eucaristía es un amor irradiante: tiene un refle-
Año XV - N° 149 JULIO de 2014
jo en la fusión de los corazones, en la amistad, en la unión, en el perdón; nos da a entender que es preciso gastarse por las necesidades ajenas, por los pequeños, por los pobres, por los enfermos, por los prisioneros, por los exiliados, por los que sufren. Esta caridad se refiere también a los hermanos alejados…» (ibíd., nº 437). El libro de Hechos de los Apóstoles, refiere un gesto social concreto que brota profundamente del misterio de comunión que sella y alimenta la Eucaristía: «Ninguno padecía necesidad, porque todos los que poseían casas o tierras las vendían y ponían el dinero a disposición de los Apóstoles, para que lo distribuyera a cada uno según sus necesidades, Y así José, llamado por los Apóstoles Bernabé – que quiere decir hijo del consuelo – un levita nacido en Chipre que poseía un campo, lo vendió, y puso el dinero a disposición de los Apóstoles» (Hch 5,34 – 37) Por tanto, la eucaristía contribuye de modo especial a la «sociabilidad temporal de los hombres». Es creadora de conciencia social y solidaria entre quienes se esfuerzan por construir la ciudad terrena: «Porque el dinamismo que emana de la eucaristía y el compromiso que ella impone corrobora la misma colaboración humana, forma en la rectitud moral, en la conciencia social, incluso a costa de sacrificios con miras al bien común: abre un ansia más grande de fraternidad; dilata el corazón ecuménicamente, sin que por ello se confunda la debilidad con bondad, ni la indiferencia con la verdad» (EN 398). Al discípulo de Cristo le preocupa y afecta todo lo humano, tanto se encuentre en su trabajo de cada día, cuanto se encuentre con otros hermanos a orar y celebrar. La realidad de la vida, con sus «gozos y esperanzas, sus tristezas y angustias», la comparte el creyente con sus hermanos ofreciendo a Dios su actividad entera, consciente de que encuentra su culmen de perfección DIRECTOR Pbro. Germán Loriente germanloriente@gmail.com
en el misterio pascual, preludio de la realidad futura, «cuando la propia humanidad se convertirá en oblación acepta a Dios». Para vivir sin cansancio esta actividad oblativa (entregándonos cada día) y transformadora de la tierra, Dios nos ha dejado el alimento y la fuerza en la eucaristía: «El Señor dejó a los suyos, la prenda de tal esperanza y el alimento para el camino en aquel sacramento de la fe en el que los elementos de la naturaleza, cultivados por el hombre, se convierten en el cuerpo y la sangre gloriosos con la cena de la comunión fraterna y la degustación del banquete celestial»(Gaudium et Spes, nº 38). La eucaristía genera en el creyente, que participa de ella, una actitud «eucaristizada»: «El culto eucarístico no es tanto un culto de la trascendencia inaccesible, cuanto de la divina condescendencia, y es a su vez transformación misericordiosa y redentora del mundo en el corazón del hombre» («El misterio y el culto de la eucaristía», Carta de Juan Pablo II a los obispos, nº 7) «Si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que Él mismo ha querido identificarse» (MNI 49). La eucaristía es el símbolo perfecto y la fuente viva de este misterio de comunión y relación. Porque así como en la Eucaristía Cristo se ha abajado y queda oculto en la pobreza de los signos de pan y vino; así también Cristo se identifica con el pobre y humillado: «Lo que hicieron a uno de mis hermanos más pequeños a mí me lo hicieron» (Mt 25, 40). Por eso decía con tanta fuerza San Juan Crisóstomo: «¿Quieren en verdad honrar el cuerpo de Cristo? No consientan que esté desnudo. No lo honren en el templo con manteles de seda mientras afuera lo dejan pasar hambre y desnudez» (Homilía 50 sobre Mateo). Hasta la próxima.
EDICION INTEGRAL Fabricio O’Dwyer fabricio1969@gmail.com