LA MISION, pasión y celo por llevar el Evangelio a todo el mundo
Al despedirse de sus discípulos, antes de la Ascensión, Jesús el Resucitado les encomienda – con un mandato que permanece vigente para toda la Iglesia hasta el fin de los tiempos -, que «vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva (el Evangelio) a toda la creación. COMPARTIENDO NUESTRO TESORO .Testimonio
de los Lobeto-Domínguez, jóvenes que se conocieron «en misión» y continúan haciéndolo desde el matrimonio y con sus hijos «felices de vivir la vocación misionera en y con la familia»
ACTUALIDAD DIOCESANA
Peregrinación anual a Luján u Hemos venido al santuario de la Madre de Dios para pedir su intercesión, es decir, unirnos a su oración y confiarle nuestra vida y nuestra realidad, en la adoración y la alabanza, rogar con ella para que Dios nos escuche, darle gracias por los beneficios recibidos e incluir en esta visita, en este sacrificio eucarístico, en nuestra plegaria, a todos nuestros hermanos», sostuvo el obispo Martín en su homilía del 07 de setiembre en la Basílica de Nuestra Señora de Luján con motivo de la Peregrinación Diocesana.
Carta del Obispo . Reflexiones acerca de LA MISIÓN Y LAS MISIONES: VOCACIÓN DE LA IGLESIA, TAREA DE LOS CRISTIANOS.
Lo suyo, lo mio, lo nuestro .Contratapa. «La dimensión social de la unción de los enfermos»
NUEVO MAIL PARA COMUNICARNOS: comunicaciones@diocesis9dejulio.org.ar
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CARTA DEL OBISPO
Para ver más mensajes del obispo Martín http://www.diocesis9dejulio.org.ar/obispo.html
LA MISIÓN Y LAS MISIONES: VOC ACIÓN DE LA IGLESIA AREA DE LLOS OS CRISTIANOS OCA IGLESIA,, TTAREA Queridos hermanos: Para cada mes del año, nuestro Santo Padre el Papa propone dos intenciones a todos los fieles católicos, para que se unan en la oración. Una de las intenciones es llamada «universal», porque se refiere a motivos generales, que se dirigen a objetivos que hacen, en general, a la Iglesia y al mundo; la otra es «misionera», y nos invita a tener presente, ante el Señor y con la intercesión de la Santísima Virgen y de los santos, el envío hecho por Jesús de sus apóstoles y discípulos a evangelizar en todo el mundo. Como, además, el segundo domingo de octubre es el día destinado a recoger las ayudas materiales y limosnas para las misiones, me parece muy oportuno reflexionar en este encuentro mensual sobre la importancia, la trascendencia verdaderamente significativa, de la vocación misionera de la Iglesia y del compromiso de todos los cristianos con la difusión del Evangelio.
Para este mes de octubre la intención propuesta por el Papa es la siguiente: «Para que el Día de las Misiones despierte en cada cristiano la pasión y el celo por llevar el Evangelio a todo el mundo»
cristianos salieron a llevar el Evangelio a sus hermanos, a los judíos, el pueblo de la Promesa, primero, y después expandiendo el mensaje por todo el mundo. En las circunstancias actuales ese mandato nos interpela. Y cada uno de nosotros es un misionero, anunciador de Jesucristo, propagador de la Vida eterna que nos es ofrecida en la Iglesia. En nuestro ámbito propio, en primer lugar, con el testimonio, con la fidelidad a las propuestas del Evangelio, hemos de indicar con nuestra vida y acciones que de verdad somos consecuentes con la fe recibida, y que estamos dispuestos a aplicarla en las circunstancias diversas de cada uno y de cada comunidad cristiana. Pero también debemos tomar conciencia del compromiso con la difusión del conocimiento de Jesucristo y de su Ley entre quienes aún permanecen ajenos o indiferentes a su Evangelio. Pensemos especialmente en este mes de octubre en aquellas culturas y sociedades que no han alcanzado conocimiento alguno de él, y permanecen ajenas y alejadas de la hermosa esperanza que nosotros sí hemos recibido, y que tenemos el deber de ofrecerles. La misión de anunciar a Jesucristo se expresa concretamente, después de la coherencia personal y familiar en las sociedades cristianas, en la gesta generosa de aquellos bautizados que escucharon la llamada a ser misioneros en tierras y culturas lejanas. Las misiones
La Misión Al despedirse de sus discípulos, antes de la Ascensión, Jesús el Resucitado les encomienda – con un mandato que permanece vigente para toda la Iglesia hasta el fin de los tiempos -, que «vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva (el Evangelio) a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará, el que se niegue a creer se condenará». Y los discípulos «salieron a predicar en todos los lugares. El Señor actuaba en ellos y confirmaba el mensaje con los milagros que lo acompañaban» (Mc 16, 15-16 y 20). Con generosidad y valentía los primeros
Nosotros mismos somos una Iglesia todavía nueva. Fueron los misioneros llegados de España después del descubrimiento de América, primero, y los que vinieron en los siglos posteriores, acompañando a los inmigrantes venidos de Europa, los que sembraron el Evangelio en nuestro continente. Fundaron Iglesias, construyeron templos, invitaron a la conversión a los naturales, sostuvieron la fe de quienes llegaban en busca de prosperidad y de trabajo, celebraron la liturgia y administraron los sacramentos, difundieron la doctrina, promovieron las vocaciones. Y ellos, que generosamente dejaron su patria y su familia, enfrentando
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INTENCIONES PARA ORAR a pedido del Santo Padre
GENERAL: Paz Para que el Señor conceda paz a las regiones del mundo más afectadas por la guerra y la violencia. MISIONERA: Día Mundial de las Misiones Para que el Día Mundial de las Misiones despierte en cada cristiano la pasión y el celo por llevar el Evangelio a todo el mundo.
necesidades y riesgos, contaban con el apoyo de las comunidades cristianas que, afianzadas en su fe, los animaron y sostuvieron espiritualmente con la oración y materialmente con su ayuda. Esto mismo es lo que se espera de nosotros: ser misioneros, apoyando a quienes escuchan la llamada del Señor, acompañándolos con la oración, con vocaciones apostólicas, con la ayuda material. ¿Podemos permanecer indiferentes a esta llamada? Ser misionero significa asumir el alejamiento y correr peligros, pues hay quienes se oponen a la difusión del mensaje de Cristo (y en nuestro tiempo esto es particularmente grave, conocido por todos, que sabemos las persecuciones de los fundamentalistas islámicos, por ejemplo). Ser misionero implica ceñirse a lo esencial, renunciando a muchas cosas que nos parecen tan necesarias, y que no lo son. Y cada uno de nosotros puede ser misionero, rezando y colaborando, con una generosidad que vaya más allá del cálculo egoísta y de la prudencia mesurada pero mezquina, de quien no comprende que la misión es el gran desafío de la Iglesia en nuestro tiempo. Vocación y tarea de los bautizados Tenemos una tarea permanente, que nos ha sido confiada: la MISIÓN. En este mes, la palabra del Papa nos lo recuerda, y nos confía una manera especial de cumplir con nuestra vocación, que es la contribuir, con la oración y con la generosidad material, al esfuerzo misionero de la Iglesia. Orar, siempre, cada día, unidos a la Iglesia; contribuir este año, el 12 de octubre, domingo de las misiones, con nuestra colaboración generosa, en las colectas de todas las parroquias y capillas, o haciendo llegar su ofrecimiento al Obispado de Nueve de Julio. Con mucho afecto, los saluda y bendice, + Martín, obispo de Nueve de Julio
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COMPARTIENDO NUESTRO TESORO GLORIA, PABLO, CANDELA, PEDRO, FACUNDO Y JOSÉ
Familia misionera, numerosa, feliz Testimonio de los Lobeto-Domínguez, jóvenes que se conocieron «en misión» y continúan haciéndolo desde el matrimonio y con sus hijos «felices de vivir la vocación misionera en y con la familia» Escriben: FAMILIA LOBETODOMINGUEZ General Villegas
A
nte todo Hola que tal, buen año, feliz primavera y… que lindo es ser familia. Nos presentamos nosotros ahora: la familia misionera Lobeto de General Villegas, compuesta por mamá Gloria traída de Trenque Lauquen (en su momento integrante del Grupo de Jóvenes y docente del Jardín Corazón, Parroquia de esa ciudad), papá Pablo exportado de Roberts (exalumno salesiano Don Bosco de Ferré), primer hija Candela de 7 años, los mellizos Facundo y Pedro de 6 años en noviembre y, el último hasta hoy, José de 2 años. Familia grande y numerosa, como siempre quisimos. Pero unos cuantos años atrás, en febrero de 2001, comenzó nuestra historia, que ya tenía preparada nuestro del Padre del Cielo. Nos conocimos yendo hacia una misión en el sur de nuestro país, invitados por el padre Yoni, querido amigo y testigo de nuestro camino. Así fue como luego de cinco meses de conocernos, justo el 9 de julio, nos pusimos de novios. Dejamos nuestra vida y noviazgo en manos de Dios: «Juntos por amor a Dios para ayudarnos a llegar al cielo» (recordamos en esa época una charla sobre el amor, en un retiro de jóvenes en Carlos Casares). El próximo verano fuimos a misionar otra vez al sur, a Mallín Ahogado, difícil de superar por lo lindo; y misionamos nuestro noviazgo. Fuimos a la Peregrinación de Luján; y misionamos nuestro noviazgo. Nos juntamos con amigos y misionamos nuestro noviazgo. Hasta que llegó el momento de estar juntos y compartir nuestra vida «para siempre». Por eso después de más de cuatro años de «compartir nuestro noviazgo» entre el estudio de alguna, el trabajo de otro, los amigos, los viajes, la vida… consagramos nuestro amor a Dios. Nos comprometimos el 21 de agosto y nuestro querido padre Pedro nos regaló
dos medallas de san José para qué sea nuestro guía y nos dio su bendición. Nos casamos el 17 de setiembre de 2005. «Espetacular» (diría mi suegro Alfredo Domínguez) la Iglesia; el Civil… con respeto, pero… «trámite municipal». Y arrancó ahora sí nuestra familia!, con todas las papeletas y aprobaciones, pero convencidos de lo más importante: la bendición de Dios en el sacramento del matrimonio, nuestro amor y consentimiento hacia Dios y nosotros. Y como queríamos muchos hijos y siempre creímos en la providencia de nuestro Dios tuvimos el regalo, en octubre de 2006, de embarazarnos de Candela. Y en el próximo verano volvimos a misionar. Fue la primer misión de Candela en el vientre de mamá, qué lindo fue! Y misionamos nuestro matrimonio y panza. No olvidamos, cuando quedamos embarazados por primera vez, y luego lo mismo con los demás embarazos, en vez de esperar a que «prendan» hasta los tres meses o similar… dijimos no no… mucho mejor que esperar será el: Gracias Dios de nuestra comadre la tía Marisa y dejarle a El todo en sus manos, que siempre para bien o para mal contaríamos con su ayuda. Entonces se armó la cadena de rezos comunitarios (cómo no iba andar, no?). Nunca olvidaremos tampoco lo que comentó al respecto nuestro amigo Yoni, jaja!. Y se armó la «caracatanga»: el 29 de julio nació Cande, nunca supimos si sería varón o nena, lo
que Dios nos mande criaremos… Así que sorprendidos y bendecidos ese verano fuimos a misionar con ese regalo de casi seis meses. Les parece? -nos decían- No es muy chiquita? al sur? dormir en el piso?. Y como nos dijo en aquel momento nuestra pediatra Vera: Con mamá, papá, la teta y Dios, hasta el fin del mundo. Como diría nuestro actual papa Francisco: «familia con olor a leche materna». Y misionamos nuestra paternidad. Cierto, como el casamiento lo organizamos «sobre la pata» en sólo un mes y todo el mundo ayudó, nuestra forma de agradecer y demostrar nuestra alegría fue el Bautismo «comunitario» de Cande. Vengansé todos al salón parroquial de Villegas. Y compartimos y misionamos nuestra emoción de devolverle a Dios nuestra primera criatura. Cuando Candela tenía diez meses, más bendiciones se acercaban. El doctor de la ecografía nos miró y nos dijo: se dan cuenta de lo que están viendo? Nos miramos, miramos la pantalla y la verdad no veíamos nada raro… Son mellizos!!! Y nos empezamos a reír, cuanta felicidad Señor!... Es el día de hoy que mientras escribimos esto, nos miramos nuevamente y no podemos creer el tremendo regalo y confianza de Dios de dárnoslos, que bendecidos somos. Y misionamos nuestra alegría y felicidad y dejarlo todo en manos de Él. En estos tiempos, recordamos, transcurrió el Seminario Catequístico Diocesano de Ame-
ghino, el cual lo comenzamos con Cande en panza y lo terminamos con los mellis ya nacidos! Muy pero muy bueno fue percibir que desde el vientre materno puedan vivir y descubrir la fe. Y misionamos nuestras panzas. Cuando Pedro (en honor al fundador de lo nuestro y a nuestro querido padre) y Facundo (que venía el nombre ya desde antes que la Cande) tenían 2 años, volvimos a ir a la misión del Sur. Qué bendición poder compartir nuestra fe en nuestra familia «numerosa» con aquella gente con la que nos conocimos antes de ser novios y que desde entonces están en nuestro corazón. Y misionamos nuestra familia numerosa. En estos otros tiempos, nuestros años transcurrieron entre «muchossss» pañales, pediatras, algunas dolencias físicas, y no sólo de los nenes, pero siempre con mucha mucha ayuda, de Dios, de nuestras familias, abuelos, tíos, amigos… Concurrimos como familia misionera a varios encuentros regionales y nacionales, los cuales nos ayudaron a mantener encendida nuestra vocación. En ellos conocimos a varias familias, que las hay a montones, con nuestros mismos sentimientos y «líos». Como diría Francisco, «hagan lío». Lo nuestro es eso, lío, pero con el mayor respeto a Dios y libertad posible hacia nuestros hijos; lo cual les permite, creemos, vivir y transmitir a Dios en ellos y verlo «vivo» en los demás.
Después, ahora sí de unos añitos, nació José… parece el último? (solo Dios sabe). Con éste de 9 meses y junto a nuestro párroco y amigo, ya desde hace unos cuantos años, padre Mariano, comenzó nuestra misión regional diocesana de verano hasta hoy. Este verano comenzó, gracias a Dios y junto al Grupo Cardenal Pironio de nuestra diócesis, una nueva misión en el barrio «La Trocha» de Villegas. Participamos como familia junto con otras más y se está tratando de continuar a modo de permanencia y presencia yendo al barrio «Los Cardales. También quedaron imágenes de María de Luján en manos de varios integrantes de nuestra comunidad, una de ellas con nuestros hijos. Y nos ocupamos de que pase por las familias del Jardín, de la Escuela IMI y otras instituciones, a modo de visita. No queremos olvidar, nuestra misión como cristianos, más aún como familia, que es lo que tratamos de vivir día a día. Encontrar y mostrar a Dios en las pequeñas cosas: oración, bendición de la mesa, participación parroquial, catequesis, sentir la casa de Dios como nuestra casa, compartir con los sacerdotes y familias amigas. Y seguimos misionando nuestra familia numerosa. Estamos convencidos, como familia, que desde la concepción humana el hombre está llamado a ser feliz con y para Dio, dado que es increíblemente natural la forma de relacionarse desde muy pequeños con estas cosas. No hemos podido superar aún la emoción que nos dio la primera vez que nuestros hijos agarraron en sus manos a «la María», virgencita de Luján misionera. Se la mostraron a todos y fueron a golpear ellos mismos la puerta de una casa. O cuando nos dan ellos la bendición de Dios a nosotros y a los demás. O cuando saludan y le hablan a Dios en el Sagrario. O cuando comentan de la bondad de Dios, Jesús, José y María. También muy felices de vivir la vocación misionera y comprobar que misionar en y con la familia es lo más lindo que nos pasó hasta hoy. Perdón por hacer de esto un relato de tipo cronológico. Así nos salió. Así somos. Jamás filtramos, ni calculamos. Creemos y dejamos que suceda. Que Dios haga. Gracias Dios y a todos por aguantarnos. Si nos preguntan que somos, siempre diremos: La familia, misionera, numerosa, Lobeto-Domínguez, de Villegas, feliz.
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LA IGLESIA HOY ACTU ALID AD DIOCESAN A CTUALID ALIDAD DIOCESANA EN LA ARGENTINA
MENSAJE DEL OBISPO MARTIN A LOS CATEQUISTAS - PARTE II de III La Argentina presentó ante la ONU el proyecto Scholas Occur Occurrr entes æLa presidenta argentina Cristina Fernández y el director mundial de Scholas Occurrentes, el docente argentino José María del Corral, quien acudió a la reunión con guardapolvo blanco, presentaron ante las Naciones Unidas la red educativa que promueve el papa Francisco en pos de un mundo sin excluidos y la cultura del encuentro y la paz. El Cor gentino Corrreo Ar Arg celebra el aniversario de Brochero Beato æEl Correo Argentino emitió un matasellos conmemorativo del primer aniversario de la beatificación del Cura Brochero. La marca postal conmemora el primer año transcurrido. De esta manera, todos los sobres enviados por la empresa evocarán la figura del «Cura Gaucho» y su aniversario de beatificación. Fue por iniciativa del obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera. La Pastoral Digital avanza hacia un ser vicio a la servicio comunión y la misión æEl martes 16 y el miércoles 17 de septiembre se realizó el primer encuentro nacional de Pastoral Digital, una actividad que logró congregar a agentes pastorales interesados en desarrollar la presencia evangelizadora de la Iglesia con y a través de las nuevas tecnologías. El tema central de la convocatoria fue "Los medios digitales al servicio de la comunión y la misión". La convocatoria ayudó a reflexionar sobre los medios de la comunicación en la Iglesia y las potencialidades que los sistemas informáticos y las nuevas tecnologías de la comunicación pueden dar a la misión evangelizadora. Fuente: Aica
ENCADI 2014: Iglesia, familia, comunidad, comunión Catequesis y fe Cuando los padres presentan un hijo suyo a la catequesis están demostrando que tienen una vivencia de la fe. Tal vez no sea tan profunda y desarrollada, incluso puede estar acompañada por motivaciones sociales y culturales y no llegue a provocar en los padres un acompañamiento más adecuado de sus hijos en el proceso catequístico, como tampoco se preocuparon por sentar las bases de una vida cristiana. Pero existe un principio, por débil que sea, que el catequista debe reconocer y esforzarse por fortalecer. En cierto modo, es como una evangelización dirigida a los padres, ontológicamente anterior a la catequesis, en cierto sentido, pero que se presenta con motivo de esta, y que la debe acompañar. El itinerario de la incorporación de los hijos en la Iglesia no puede hacerse sin el concurso de los padres y es además una oportunidad para estos, que podría no volver a presentarse. Abordar la acción catequística desde la fe es importante, para apreciar en su justa dimensión lo que significa la adhesión a la Iglesia y la participación en los sacramentos, y no quedar en una mera afiliación registral o un paso por ritos que pueden quedar en lo puramente exterior. La nueva evangelización requiere la audacia que tan bien expresaba san Juan Pablo II, recordándonos que debe ser nueva en su ardor, en sus métodos, en su contenido. Y volvemos siempre a ello: es el anuncio de la fe, confesada, orada, practicada, y la catequesis forma parte de ella. El resultado de la evangelización es vivir según las enseñanzas de Jesús, y la participación en la catequesis de niños y jóvenes es una ocasión para alcanzar a sus familias con el mensaje de Cristo, y llevarlas a que vivan su condición eclesial, como iglesia doméstica. Oración y actitudes cristianas Una de las expresiones de la eclesialidad de la familia es la práctica sincera y frecuente de la oración en el hogar. El catequista puede ayudar a las familias a rezar juntos, sugiriéndoles ocasiones y motivos, facilitándoles modos y fórmulas, con el protagonismo de todos los miembros. El sentido religioso, la adoración, la
El Encuentro Catequístico Diocesano 2014 tuvo lugar el pasado 23 de agosto, en Ameghino. reverencia frente al misterio, aparecen en el niño a una edad muy temprana, generalmente antes de iniciar la catequesis sacramental formal; así perdemos muchas veces, si las familias no saben o no pueden descubrirlo y acompañarlo, el momento más adecuado para que ese despertar en el alma del niño se encamine hacia su meta propia, con los elementos y ayudas que necesita. Si a las familias en nuestras comunidades les pudiéramos trasmitir la importancia que tiene la oración, en sí misma, en primer lugar, como culto ofrecido a Dios, y su valor como causa y también resultado de la fe vivida, se fortalecería el crecimiento espiritual de los niños y ello repercutiría favorablemente en el clima de la familia toda. La práctica de la oración sostiene la actitud religiosa, forma para vivir en la presencia de Dios, alimenta la dimensión contemplativa, sostiene los esfuerzos de todos, con la confianza en el recurso a Dios y el recuerdo de la destinación sobrenatural de nuestras obras. Retengamos esto, entonces: hay que invitar a las familias que recen, y formarlos para ello; por eso, los catequistas deben ser, primero, testigos de una vida comprometida con la oración. Solicitud del catequista por llegar a las familias La catequesis no se limita a ocuparse del niño y del joven, para la iniciación en los sacramentos, como tampoco la formación religiosa se ciñe a los contenidos impartidos en el aula. La condi-
ción de bautizado se expresa en el compromiso por la presencia y la acción. Y ello debe comenzar en el seno del hogar, desde los comienzos de la instrucción en la fe. Por eso mismo, el catequista debe estar capacitado para incorporar a los niños en la vida de la Iglesia, y no solo como recipiendarios pasivos. Son muchos las aspectos para tener en cuenta: la participación y la colaboración en la evangelización, la caridad, el sacrificio que hace posible la limosna, el incorporarse a los puestos donde el testimonio del Evangelio se hace patente y da fruto. Señalemos las acciones más urgentes y significativas, que todo catequista, todo educador cristiano, deben realizar para trasmitir la fe: -Promover una participación en la liturgia que no sea exclusivamente exterior ni ocupada por acciones, muchas veces desprovistas de significado y de toda relación con el misterio que se celebra. La liturgia expresa en las palabras, los gestos y los cantos el mensaje de salvación; ella dirige a nosotros, los participantes, la palabra que viene de Dios con la seguridad de la promesa, nos hace vivir desde ya el encuentro y la presencia del misterio de Cristo. Es escuela de sensibilidad a esa presencia y nos conduce a expresar con gestos y palabras la respuesta a esa llamada, y así se convierte en diálogo. La importancia del silencio no necesita ser subrayada. Y tiene que haber una introducción del niño en el clima espiritual de la celebración, sin pretender llenarlo como si estu-
viera vacía, sin contenidos propios. El mejor ejemplo es el episodio de la Transfiguración, cuando los discípulos descubren quién es verdaderamente Jesús, con el testimonio de Moisés y Elías y la voz del Padre. -Complementar la trasmisión de conocimientos, afirmados en la celebración litúrgica y asumidos para fortalecer la fe profesada, con las acciones apostólicas, misioneras, caritativas, formativas, que se encuentran tan ligadas a la vida cristiana. Llevar a los grupos de catequesis a realizar acciones apostólicas y caritativas, a promover iniciativas de oración y de sacrificio para ayudar a los que sufren, ofrecer de lo propio, cuando aprendieron a abstenerse de gastar con egoísmo o con una actitud consumística, para entregarlo a la Iglesia y aplicarlo al servicio de la caridad, a las necesidades pastorales, a la evangelización, a la formación de seminaristas y de ministros. -Capacitarse para motivar a los niños y jóvenes y a sus familiares, para que se incorporen a estas actividades, atendiendo por supuesto al espíritu que debe animarlas. -Promover la presencia y colaboración de los padres en la catequesis misma, ya sea en los mismos encuentros, invitándolos a apoyar con su testimonio la introducción de sus hijos en la fe de la Iglesia, ya sea recurriendo a su ayuda para actividades complementarias, aunque no estén directamente vinculadas a la trasmisión catequística, por ejemplo, oración, caridad, misión, recreación.
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LA IGLESIA HOY ACTU ALID AD DIOCESAN A CTUALID ALIDAD DIOCESANA
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emos venido al santuario de la Madre de Dios para pedir su intercesión, es decir, unirnos a su oración y confiarle nuestra vida y nuestra realidad, en la adoración y la alabanza, rogar con ella para que Dios nos escuche, darle gracias por los beneficios recibidos e incluir en esta visita, en este sacrificio eucarístico, en nuestra plegaria, a todos nuestros hermanos», sostuvo el obispo Martín en su homilía del 07 de setiembre en la Basílica de Nuestra Señora de Luján con motivo de la Peregrinación Diocesana. Les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos. (Mt 18, 19-20). «El evangelio de este domingo – continuó monseñor Elizalde- nos recibe en la meta de nuestro viaje espiritual, la Basílica de Luján, con unas palabras sumamente consoladoras, cercanas, esperanzadoras. La promesa del Señor Jesús es que seremos escucha-
EN EL MUNDO
PEREGRINACIÓN DIOCESANA A LA BASILICA DE LUJÁN
«Venimos a Luján con fe»
dos, si, como fieles de su Iglesia, nos encontramos reunidos en su Nombre, y que el Padre celestial nos reconocerá. Venimos a Luján con fe, la fe que recibimos en el
Bautismo, la fe de la Iglesia, y ella nos permite esperar que la generosidad de Dios no se apartará de quienes lo invoquen confiadamente».
En esta ocasión, numerosos fieles de distintos puntos del territorio diocesano se congregaron confiados a los pies de la madre de Luján. «Hemos venido hasta aquí y nuestra actitud primera es la adoración, a la que nos invita este hermoso templo, el clima que se respira en él, la celebración piadosa y recogida. Este primer paso nos pone en la presencia de Dios, nos congrega como familia de Jesús, nuestro Mediador, y nos lleva a la adoración en humildad y verdad. No venimos a reclamar otro derecho que el del pobre que suplica, con el privilegio de la elección que hizo el mismo Hijo de Dios, y que nos constituye bajo su Nombre, para ser reconocidos por el Padre. Llegamos sin otra pretensión que la del pecador arrepentido, del enfermo deseoso de ser sanado, del hijo que retorna a la casa del Padre», reflexionó el obispo en otro tramo de la homilía.
ACCION CATÓLICA
Propuesta programática «en clave misionera»
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a campaña anual «En familia nuestra vida es más» está en marcha, con el foco puesto en proponer a cada persona el valor de la familia y la posibilidad de hacer de la propia un espacio donde vivir el perdón, la alegría y la solidaridad. Todos conocemos las múltiples dificultades que atraviesan hoy las familias: las diversas conformaciones, situaciones de exclusión y de vulnerabilidad, innumerables flagelos como la droga, la violencia de género, la falta de posibilidades de desarrollo que hagan posible una vida digna. La acción de nuestra campaña será una misión. Respondiendo a la consigna del papa Francisco a la Acción Católica sobre nuestra propia razón de ser todo en clave misionera, nos proponemos poner en marcha una misión programática que abarcará desde agosto a octubre de este año. La primera etapa será de preparación de nuestros grupos parroquiales y del Consejo Diocesano encargado de animar la misión y de proyectarla a los ámbitos sociales de la diócesis. La oración y la «salida» a escu-
char a las familias será el foco de estos meses (agosto-septiembre) que enriquecerán el momento misionero propiamente dicho. En la segunda etapa toda la Acción Católica junto a todos los hermanos de otros movimientos que quieran participar salgamos a la calle, a golpear las puertas de cada casa, a compartir el tiempo en las plazas, centros comerciales, terminales de ómnibus, lugares donde se concentran los jóvenes, espacios de recreación. Octubre es el tiempo elegido para realizar esta intervención pública, ya que en ese mes celebramos el Día de la Madre, la fiesta de la familia en las escuelas y la Iglesia universal llevará adelante el Sínodo de los Obispos. Para cerrar este tiempo de misión, que ha de continuarse en cada comunidad como una acción evangelizadora permanente, durante el mes de noviembre evaluaremos y celebraremos lo realizado en la fiesta de Cristo Rey. Tres son los valores sobre los que queremos hacer hincapié: perdón, alegría y solidaridad y tres son las preocupaciones que exponen a las familias a vivir sin dignidad: adicciones, violencia, trata de personas.
En este tiempo de nuestra campaña, como tiempo de misión, queremos proponer la belleza de ser familia, de recuperar y poten-
ciar la alegría de serlo, más allá de las dificultades propias de la vida, de la que nadie está exento.
CARITAS DIOCESANA
Encuentros vicariales
Participantes del Encuentro Vicarial en Trenque Lauquen.
æEn los meses de agosto y setiembre se desarrollaron dos encuentros vicariales de Cáritas. Del primero, en la ciudad de Bragado, participaron representantes de las Cáritas Parroquiales de 9 de Julio, 25 de Mayo, Los Toldos, Dudignac y Bragado. En tanto que al segundo, en Trenque Lauquen, concurrieron voluntarios de las Cáritas de Trenque Lauquen, Pellegrini, 30 de Agosto, Tres Lomas, América, Fortín Olavarría y Beruti. Ambas jornadas se desarrolló en el marco de la Caminata 2014/2015, evaluando las acciones que se organizan en las comunidades y analizando las nuevas realidades que nos interpelan y nos animan a buscar nuevas respuestas.
El cardenal Parolin anima a las personas de fe a condenar los actos ter terrroristas æAl intervenir en el debate sobre el terrorismo que se celebró el pasado miércoles 24 de setiembre en el Consejo de Seguridad de la ONU, el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, recordó a las personas de fe que «tienen la gran responsabilidad de condenar a aquellos que tratan de separar la fe de la razón y de instrumentalizarla para justificar la violencia» y pidió tener en cuenta que «para poner fin al nuevo fenómeno del terrorismo, el objetivo es lograr el entendimiento cultural entre los pueblos y países, y que la justicia social es esencial para todos´´. El Papa en Albania æ«La religión auténtica es fuente de paz y no de violencia. Nadie puede usar el nombre de Dios para cometer violencia. Matar en nombre de Dios es un gran sacrilegio. Discriminar en nombre de Dios es inhumano», dijo el papa Francisco a los jefes de otras religiones y denominaciones cristianas, en el encuentro interreligioso, celebrado en la Universidad Católica Nuestra Señora del Buen Consejo, en el marco de su visita apostólica a Albania. Una radiografía de lo que estudiará el Sínodo de la Familia æDel 5 al 19 de octubre obispos de todo el mundo se reunirán en el Vaticano para celebrar la Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Familia. Durante la presentación del Instrumento de trabajo, se anunció la promoción de una «pastoral de misericordia» para los que están en situaciones de irregularidad canónica, como los que conviven, los divorciados, los separados, los divorciados vueltos a casar, las madres solteras o las parejas del mismo sexo y sus eventuales hijos. Fuente: Aica
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EN EL CAMINO DE EMAUS La Biblia y nosotros
No es de los nuestros
Escribe: Pbro. Carlos Mateos
Leer Mar cos 9, 38-4 1 Marcos 38-41
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espacito… varias veces. Imaginemos bien la esce na. Los apóstoles se sienten ya bien comprometidos con Jesús. Lo han dejado todo para estar con Él. No es poco. Lo han visto hacer milagros, lo han oído predicar la cercanía del Reino de Dios. La necesidad de aceptarlo, convertirse, cambiar de vida. ¿Pensarían que hay que estar cerca del Maestro como ellos? De todos modos, ya se sienten responsables. Y, sin darse cuenta, de alguna manera, dueños, sabedores de lo que hay que hacer. Se han sentido con autoridad. ¿Cómo imaginar que el Espíritu sopla donde quiere? En el fondo, ¿no han obrado con un autoritarismo parecido al de los escribas y fariseos? De todos modos, Jesús los corrige, les abre el horizonte, la cabeza. Todavía no lo han entendido del todo. El Reino es algo mucho
más ancho y largo que un grupo, por devoto, fervoroso y generoso que sea. No es de «los nuestros». ¿De quién es entonces? ¿Quiénes son los nuestros? ¿Qué podía significar para Juan «los nuestros»? ¿Y nosotros? ¿Decimos también «los nuestros»? ¿Qué: los de mi grupo, el movimiento, la capilla? ¿Los de la misa del domingo? ¿Los bautizados? El que no está contra nosotros, está con nosotros. No está contra nosotros el que participa de actividades buenas, artísticas, deportivas, solidarias, enriquecedoras del bien común. El de la cooperadora de la escuela, de la comisión del club o del barrio, o enseña un instrumento en el conservatorio, o le hace los mandados a una anciana que vive sola… ¡Cuántas personas y
actividades no están contra nosotros. Aunque no vayan a la Iglesia. Aunque digan que no creen en nada. Donde se hace algo bueno, justo, bello, generoso, desinteresado, favorable a otros o al bien común no se está «contra». ¿Y los alejados, los que el papa Francisco llama «de las periferias»? ¿Están lejos porque quieren? ¿O porque nadie de «los nuestros» nunca fue a ofrecerles las puertas abiertas de la Iglesia y la alegría del evangelio? Nos congratulamos porque el papa Francisco se acerca a todos. Recibe a todos, aún a las personas que nosotros creemos conocer como de mala conducta. Y que a veces usan la entrevista para vanagloriarse, ufanarse. Pero él les abrió la puerta, la posibilidad. Y nosotros, nuestras parroquias, nuestros grupos ¿intentan, al menos, imitarlo?
¿O seguimos como siempre, haciendo lo mismo, con los mismos? Total, siempre nos dio resultado. A veces nos damos cuenta que las sociedades modernas no se interesan por lo religioso. No les importa lo que piensa u opina la Iglesia. Y nos lamentamos y criticamos. Y nos tentamos de «encerrarnos, refugiarnos, protegernos» de los males del mundo. Lejos, más lejos de los que están lejos. No son de «los nuestros». Si nos abrimos al Espíritu, si miramos con sinceridad y humildad nuestra realidad, puede ser que tengamos una sorpresa… una gran sorpresa. Una agradable sorpresa. ¿Y nosotros? ¿Decimos también «los nuestros»? ¿Qué: los de mi grupo, el movimiento, la capilla? ¿Los de la misa del domingo? ¿Los bautizados?
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PASTORAL ENCADI VOCACIONAL 2012
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odos los días nos vemos inundados por ca taratas de noticias, tanto en la televisión como en los diarios y revistas. Pero estas noticias no duran más de una semana, o dos a lo sumo. Todas las noticias son impactantes, imágenes duras, pero que pasan tan rápido como aparecieron. Pasan, impactan, golpean y se van. No hay profundidad, sólo llegan a lo superficial de nuestra vida. No tocan las raíces del corazón. Tocan la piel, los ojos, sin mover verdaderamente nuestras vidas. Pasan, impactan pero sin profundizar, nos quedamos mirando la más llana realidad horizontal, ¡si por lo menos fuera una profunda realidad horizontal! Pero paradójicamente la gran noticia prácticamente no aparece en los medios masivos de comunicación. Existe una persona que hace más de dos mil años continúa siendo novedad para todos: Jesús. El mismo Dios, hecho hombre, encarnado, sigue siendo la eterna novedad. Novedad que día a día, noche tras noche, nos invita a buscarlo y a vivirlo. Profundizar en su amor que nunca se acaba, que no tiene
LA NOVEDAD DE JESÚS VIVO Y RESUCITADO
La Iglesia vive para evangelizar fin. Amor que llega hasta dar la vida, no sólo por los suyos, sino por aquellos que están en contra de Él mismo: «Padre, perdonálos porque no saben lo que hacen» (Lc. 23, 34). Pero, ¿cuál es el centro de esta eterna novedad de Jesucristo? «Dios manifestó su amor inmenso en Cristo muerto y resucitado» (Evangelii Gaudium Nº 11). Cristo es el Evangelio eterno (Apocalipsis 14, 6), pero su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es joven y fuente constante de novedad (Evangelii Gaudium Nº 11). Pero, ¿es solo una diferencia en el tema tratado lo que diferencia estas dos novedades? ¿Será que una y otra no son tan diferentes al final del túnel? Las noticias que podemos ver en los medios masivos de comunicación, no hacen más que informar; la gran noticia de Jesucristo Vivo y Resucitado no es información, es una relación personal con Él mismo, es una relación vital
Existe una persona que hace más de dos mil años continúa siendo novedad para todos: Jesús. El mismo Dios, hecho hombre, encarnado, sigue siendo la eterna novedad.
con la misma Liberación, Sanación y Salvación, para todos los hombres. ¿Quién después de haber encontrado esta Novedad no quiere seguirla y vivirla, profundizando día a día en su Amor? Retiro de mujeres en Beruti La localidad de Beruti fue testigo de cómo un grupo de veinte jóvenes mujeres de nuestra diócesis participaron en un retiro los días 29 al 31 de agosto, en el cual intentaron verse reflejadas en esta eterna novedad de Jesucristo. Como en una película, de las que ellas son protagonistas prin-
cipales junto con el Señor Resucitado, intentaron buscar la trama entretejida, el sueño, ¡no pesadilla!, que Dios tiene pensado para cada una de ellas. Sueño de felicidad, aunque muchas veces nos veamos inmersos en un enloquecedor silencio en el que Dios parece mirar de lejos ¿No será que se esconde y hace silencios para que lo busquemos con mayor intensidad? Los caminos de Dios son a veces tan extraños, pero tan perfectos, con esa eterna costumbre de sendas misteriosas pero llenas de Vida ¡Qué difícil se hace ver cuando no sintonizamos bien el canal! ¡Qué difícil se hace ver, entender, seguir el camino de Dios cuando no sintonizamos con Él y su Amor salvador! Es por eso que estas jóvenes rompieron con la rutina, salieron de lo cotidiano, se retiraron para volver a sintonizar con el Señor y su plan de felicidad, para ver cuál es la historia de salvación que Dios les quiere rega-
lar. Días intensos, fructíferos, que llevan a reflexionar y a dar un salto de fe, en esta película que todos tenemos que construir. Nuestra vocación es la felicidad. Nosotros tenemos que poner todas nuestras capacidades para encontrar cuál es el camino de amor que el que es la Novedad eterna nos quiere regalar. No hay verdadera felicidad si no es con el Señor Jesús. Y no es la verdadera película pensada por Él si nos encerramos en nosotros mismos y no damos a conocer al resto esta eterna novedad que nos llena de gozo y alegría: el Evangelio eterno, Jesucristo. Desde el bautismo, todos somos Iglesia. Con razón nos dijo Pablo VI en la Evengelii Nuntiandi en el número 14, «la Iglesia vive para evangelizar». Que estas jóvenes sean para nosotros ejemplo de vida, ejemplo de que podemos, no sin esfuerzo, cumplir la voluntad de Dios, cumplir el sueño de amor y salvación que tiene pensado para todos nosotros. «Nosotros», no «yo». Somos Iglesia, y vivimos para dar a conocer la eterna novedad de Jesús Vivo y Resucitado.
FIEST AS P ATR ON ALES DE OCTUBRE FIESTAS PA TRON ONALES
ESPACIO JOVEN «¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de ‘sentido’, de verdad y amor, de alegría y de esperanza!». (Documento de Aparecida 548)
æSalir, dar un paso, acer-
carnos. Tomar la iniciativa de encontrarnos con el otro como lo hace Jesús. Estamos llamados a imitar ese amor misionero de Dios que no se cansa de buscarnos y no guarda nada para sí. Desde que nos creó, Dios imprimió en nuestro corazón ese gen inquieto, la vocación más desafiante, la aventura de ser misionero. ¿Dónde está tu hermano? Nos pregunta a cada uno, y así nos levanta la mirada hacia el otro, nos corre el eje para estar atentos a los que nos rodean, los que conocemos y los que no.
La misión Todo nace del encuentro con Jesús que hace que el corazón desborde. Tanta alegría, tanto amor recibido gratuitamente nos pone en camino. Nacen las ganas de contarlo a otros, de que todos puedan conocerlo, de que nadie se pierda esto. Es tan fuerte la buena noticia, tan linda la vida con Él, que no podemos guardarla. Estamos llamados a dar testimonio del amor de Jesús que quiere llegar a todos, con nuestras obras, nuestras actitudes y nuestras palabras. Es un regalo que Jesús nos envíe, que nos confíe la misión que Él mismo empezó. Más de 2000 años después el llamado se sigue renovando. Hoy el Papa Francisco nos invita con fuerza a salir, a hacer lío, a ir a las periferias. Jóvenes, adultos, todos, «Echen las redes». Ser misioneros es ser pescadores de hombres, abandonar la tranquilidad de la orilla y navegar mar adentro. Dejar de lado
miedos, barreras y comodidades, para poner a Jesús y a los demás en el centro. Misionar es animarnos a ser una Iglesia con el corazón abierto, inquieta, que golpea la puerta de aquellos a los que nadie llega para que así, en cada casa haya un encuentro con Jesús y la experiencia de que junto a Él hay vida en abundancia. «La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás. Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión» (Documento de Aparecida 360)». Belén Zimmermann
En las Parroquias y Capillas de nuestra Diócesis 1. Santa Ter esita del eresita Niño Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia
7. Nuestra Señora del Rosario
-Parroquia Santa Teresita, HENDERSON -Capilla Santa Teresita, SANTA ELEODORA (E. V. Bunge) -Capilla Santa Teresita, IRIARTE (General Pinto) -Capilla Santa Teresita, EL TRIUNFO (Lincoln) -Capilla Santa Teresita, PEHUAJÓ
Rosario, J. J. PASO -Parroquia Ntra. Sra. del Rosario, VEINTICINCO DE MAYO -Capilla N. Sra. del Rosario (Hospital), CARLOS CASARES -Capilla N. Sra. del Rosario, COLONIA SERÉ (Carlos Tejedor) -Capilla Nuestra Señora del Rosario, TRENQUE LAUQUEN
4. San Francisco de Asís -Parroquia San Francisco de Asís, BANDERALÓ -Capilla San Francisco de Asís, AMÉRICA -Capilla San Francisco de Asís, LA PORTEÑA (Treinta de Agosto) -Capilla San Francisco de Asís, SAN FRANCISCO (Monasterio Benedictino de Los Toldos)
- Parroquia Ntra. Sra. del
12. Nuestra Señora del Pilar - Parroquia N. Sra. del Pilar,
LOS TOLDOS
15. Aniversario de la Dedicación del templo par parrroquial San Juan Nepomuceno, Emilio V. Bung e Bunge
OCTUBRE 2014
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LO SUYO, LO MIO, LO NUESTRO (VIII)
La dimensión social de la Unción de los Enfermos
A
migos lectores: desde inicio de año estamos considerando la dimensión social de la gracia y las exigencias que al respecto brotan en particular desde cada uno de los sacramentos. En efecto, los sacramentos implican un compromiso para la vida, y hacen de la vida un compromiso para el sacramento. Estos compromisos, en su dimensión más social, y tal como los formula la Encíclica escrita por san Juan Pablo II Christifideles Laici, son los siguientes: ser testigos y dar testimonio en la Iglesia y en el mundo de palabra y obra (nn 15 – 17), cumplir con la vocación y obligación al apostolado y la santidad (nn. 16 – 17, 28); ser fermento y levadura, luz y sal del mundo (n. 15); asumir y ejercer el propio carisma o ministerio en la comunión y para el bien común (nn. 20, 21, 23, 51..); unir la fe en la vida y el culto con el compromiso (n. 55, 57); ofrecerse a sí mismos y todas las actividades como sacrificio (n. 14), especialmente en la evangelización de los pobres y la liberación de los oprimidos (n. 13). Pienso de manera particular este último punto al considerar el
mundo de los enfermos y afligidos que celebran en nuestras comunidades el Sacramento de la Reconciliación. Es verdad que la conciencia hacia el Sacramento de la Unción ha cambiado paulatinamente: la acción de los sacerdotes en clínicas y hospitales; la celebración de dicho sacramento de manera comunitaria unida casi siempre a la celebración eucarística, con motivo de novena de Fiesta Patronal o Jornada de Oración por los Enfermos (que celebraremos el mes próximo); la asistencia a geriátricos; o la oportuna petición que cualquier miembro de la comunidad realiza del sacramento antes de una intervención quirúrgica han desnudado del sacramento de la mortaja (o sombra) que traía su celebración únicamente en riesgo de muerte. Considerar la dimensión social de este sacramento es profundizar y avanzar en la reflexión adecuada del mismo para provecho, sobre todo de aquellos que le requieren. Dos afirmaciones ya dichas están en el horizonte de la misma: «ofrecerse a sí mismos y todas las actividades como sacrificio»
P. Luis Diehl
PENSAMIENTOS BREVES X Al Señor le agrada que, por convicción, hagamos el bien y nos apartemos del mal. X La vida cristiana se presenta como una gran paradoja: si queremos ser grandes debemos hacernos servidores, y si queremos ser los primeros debemos hacernos los últimos. X Vivamos asombrados con la bondad de Dios, repitiendo constantemente: ¡Qué deseables son tus obras, Señor, apenas chispas de tu grandeza!
Es una publicación de la diócesis de Santo Domingo en Nueve de Julio
Escribe: Pbro Germán Loriente
Es verdad que la conciencia hacia el Sacramento de la Unción ha cambiado paulatinamente: la acción de los sacerdotes en clínicas y hospitales; la celebración de dicho sacramento de manera comunitaria unida casi siempre a la celebración eucarística, con motivo de novena de Fiesta Patronal o Jornada de Oración por los Enfermos (que celebraremos el mes próximo); la asistencia a geriátricos; o la oportuna petición que cualquier miembro de la comunidad realiza del sacramento antes de una intervención quirúrgica han desnudado del sacramento de la mortaja (o sombra) que traía su celebración únicamente en riesgo de muerte. y «los sacramentos implican un compromiso para la vida, y hacen de la vida un compromiso para el sacramento». La dimensión sacrificial que lleva a una entrega por los demás
Año XV - N° 152 OCTUBRE de 2014
marcada por la Eucaristía celebrada, tiene su aspecto de «pascua continua» en el estilo sacramental que compromete la celebración de la Unción de los enfermos. Celebrar la pascua al recibir la Unción, es asumir toda la profundidad humana e histórica que implica la lucha por el hombre nuevo. También aquí hay una liberación que celebrar por paradójico que se entienda cuando se está sumergido en la fragilidad y la enfermedad, aún en cuadros que no se vislumbra la sanación tan esperada: lo que realmente actualiza la Pasión de Cristo (principio de nuestra liberación) no es sólo el fruto «espiritual» que trasciende los siglos del Misterio de la cruz, sino también el «acontecimiento histórico» por el que tal redención se realiza, y que promueve nuestro compromiso en la historia, en el «hoy» de una enfermedad concreta. La pasión de Cristo se transforma así en estímulo y esperanza para los que sufren en su carne y «completan lo que falta a la Pasión de Cristo en el Cuerpo de la Iglesia» Así la liturgia del hombre nuevo es una liturgia nueva, en la que el centro ya no se pone en los actos rituales-cultuales, sino en la misma vida que nace de Cristo y del Espíritu, y llena de sentido lo que se está celebrando. «Lo decisivo no es el servicio al altar, sino el servicio a los hombres a partir del altar. La auténtica liturgia de la comunidad cristiana es si diakonía» (de L. Coenen, en «Diccionario teológico del Nuevo Testamento», pág. 221). Es decir, el verdadero culto es el que brota como servicio desde la celebración del sacramento. A este punto un par de preguntas para seguir reflexionando: ¿De qué manera el enfermo puede ayudar al otro desde su enfermedad?; ¿Puede ejercer el enfermo en la Iglesia un bien, estando limitado y postrado?; ¿No tendría que ser ayudado él?. La comunidad primitiva de cristianos en el NT, expresa la DIRECTOR Pbro. Germán Loriente
solidaridad por medio de la visita, el ánimo y el consuelo, la oración y la unción (Carta de Santiago 5, 13 – 17), consciente de que así continúa el ministerio y el mandato del mismo Cristo en relación a los enfermos (Mc 6,13; 16, 17 – 18), sobre el que también serán juzgados (Mt 25, 36.44). Todo ello lo entienden unido a una asistencia y ayuda más general a los necesitados o «servicio de las mesas» (Hch 6, 1 – 6; Rm 12, 8 – 13, 15, 26) que, junto con la visita y el servicio a los «huérfanos y a los viudos en su tribulación» constituye la «religión pura e intachable» (Sant 1,27). ¿Puede ejercer el enfermo en la Iglesia un bien, estando limitado y postrado? San Pablo, en el Nuevo Testamento, dice que su entrega a la evangelización, su sacrificio por las comunidades, y la caridad que estas demuestran unas con otras con l ayuda de las colectas (Rm 15, 16 – 27, Fil 2,17; 2 Co 9,12) es una verdadera «leiturgía». Más aún, para Pablo el sacrificio comienza por la ofrenda de la propia vida, de las alegrías y los sufrimientos del propio cuerpo que, como «hostia viva» y «culto espiritual» es ofrecido a Dios: «Los exhorto pues hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcan sus cuerpos como un víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será su culto espiritual» (Rm 12,1). Esta liturgia y este sacrificio de la vida, nos dirá el autor de los Hebreos, están unidos al único sacrificio de Cristo quien, como verdadero y único sacerdote, ofrece por nosotros el sacrificio de alabanza a Dios Padre (Heb 10, 19 – 22; 13, 15 – 16). La Jornada de Oración por los Enfermos del mes que viene nos compromete a todos: de un lado u otro en el misterio de la enfermedad a ejercer nuestra cuota social por el bien del cuerpo, asistiendo u ofreciendo el dolor de cada día.
EDICION INTEGRAL Fabricio O’Dwyer
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