Lbnd 97 abr2009

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divon::io y nMevill Mniói!u>. Son muchos los cristianos que viven esta realidad, q~1e los aflige profundamente al no poder participar en la vida sacramental de i<~ Iglesia. Sin embargo, como lo expresa el Cardenal Tettaman:d, de nin!Jinla maner<li están excluidos del amor de Cristo ni separados die la comunidad cristiai!Ul!. Estoy seguro que este llamad~:~, que hago mío como Pastor de la diócesis de Nuewe de Julio, llegará a los corazones de IU!estros hermanos y

herman¡¡¡s, para que

l:n.!St¡IJIEH"!

en s11.1 corazón hace~r la voh.<!'ltad ·de Dio!!>, sean sostenidos en la esperanza y permanezcan l.ll'lidos en la caridad de Cristo con

todos los qt~e profesan en la Iglesia su fe. Agradecemos profundamente al Carde111al TeUaman:zi la autorización para publicar el texto.

Mons. Martín de Elizalde OSill - Obispo de Nueve de .Julio

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EI Señor está cerca de quien tiene el corazón heridon Carta del Cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Milán, lOS ESPOSOS EN SITUACIÓN DE _SEPARACIÓN, DIVORCIO YNUEVA UNIÓN ueridos hermanos y hermanas: Desde mucho

de dirigirme a usdel modo más directo y pedirles permientrar en su casa como un hermano y pedirles que me concedan un poco de su tiempo.

confiarles los sentimientos y los deseos que alimento para ustedes en mi corazón. Esto es así: leyendo estas páginas, ustedes entreabren la puerta de su casa y me entrar. Pero yo también, al escribir estas páginas, me a ustedes con el deseo de una confianza recíproca.

Lo hago ahora con esta carta, que ser simple y familiar, como un pedido para que me permitan sentarme a ustedes que espero les y conti~ nuar en el tiempo.

Iglesia está cerca de ustedes

que son sienten que son mi<eml:mls reconocen en el Obispo a un padre y a un maestro. Y yo, como me considero muy cercano también de aquellos bautizados que, tal vez, ya no se consideran o piensan que están excluidos. por incomH"""'"'-·" o desilusiones, de la comunidad de los discípulos del Señor.

soiJ hermanos y hermay queridos. Mi deseo de dialogar con ustedes brota del afecto sincero y de la certeza que hay en ustedes necesi-

entonces encontrar

Es verdad que algunos de ustedes han tenido algunas expe-· riendas duras en la relación con la realidad eclesial: no se sintieron comprendidos en una situación dificil y dolorosa; no encontal vez a quien estuviera listo para escuchar y , han oído acaso pronunciar

a unos y otros, y abrk con uste-

des un diálogo para '-'"""''" un poco las y las penas de nuestro camino tando escuchar venoias cotidianas con ~·;•,u··~~ de sus cuestionamientos; para

En primer lugar les digo que no podemos considerarnos extraños los unos de los otros: ustedes, para la Iglesia y para mí, nas

dades y sufrimientos que les parece que son a menudo postergadas o ignoradas por la Iglesia. Les entonces que la comu-

nidad cristiana tiene en consideración la situación que ustedes viven.

que sonaban como un juicio sin misericordia o· una condena sin apelación. Y pudieron alimentar la impresión qu~ la Iglesia los abandonaba o los rechazaba. Lo primero que quiero decirles, sentado junto a ustedes, es: «¡La

Recuerdo las palabras de esperanza que dirigió Juan Pablo H a las familias procedentes de todo el mundo en ocasión de su Jubileo en 2000: «Frente a tantas familias deshechas, la Iglesia no se siente llamada a expresar un juicio severo y distante, sino más bien a introducir en los pliegues

de tantos dramas la luz de lapalabra de Dios, acompañada con el testimonio de su misericordia». Si han encontrado ustedes en su camino hombres o mujeres de la comunidad cristiana que los han herido de cualquier modo con su actitud o sus palabras, les y confiar quiero expresar mi a todos y a cada uno al juicio y a la misericordia del Señor. Como cristianos sentimos por ustedes un afecto particular, romo el de un padre que mira con más atención y cuidado al hijo que se encuentra en dificultad y o como el de los hermanos que se sostienen y apoyan con mayor delicadeza y profundidad, desque por mucho tiempo no pudieron y se abiertamente.

ser capaz ahora de el trabajo de los agricultores con cosechas abundantes, y sensibilice a !as naciones ricas frente al drama del hambre en el mundo.

Misionera: Para que los cristianos que trabajan en los

donde son más las condiciones de los pobres, de los débiles y de los niños, sean un signo de esperanza con su testimonio del de la solidaridad y del amor.

También nosotros, hombres de Iglesia, sabemos que el fin de una relación matrimonial no ha sido para la mayoría de ustedes una decisión fácil, y mucho menos algo para ser tomado wn ligereza. Ha sido más bien un mo-

Iglesia no Jos ha olvidado! Y mucho menos los rechaza o considera ÍJJdignos». fl1ento de sufrimiento e11 la vida de ustedes, un hecho que los ha

La herida de ustedes es también nuestra

General: Para que el Señor

flexiones.

escuchar sus

y sus re-

cuestionado profundamente sobre la causa del fracaso de aquel proyecto en el cual habían creído y en el que habían puesto tantas

La decisión de dar este paso ciertamente heridas que se cierran con dificultad. Hasta puede insinuarse la duda sobre la posibilidad de llevar a término algo grande, que se había espe-rado con ansia realizar. Surge inevitablemente la pregunta sobre las evéntuales responsabili-dades de cada uno; se hace agudo el dolor por sentirse traiciona-dos en la conf1anza puesta en el compañero o la cómpañera da para toda la vida; se apodera de uno el sentimiento de insuficiencia respecto de los hijos comprometidos en un sufrimiento del cual ellos no son responsables. Conozco lo que son esas y les aseguro que expresan un dolor y una herida que tocan a toda la comunidad eclesiaL

El término de un matrimonio es también para la Iglesia motivo de sufrimiento y fuente de graves mterrog:am:es: permite el Señor que aquel vinculo que es la «gran señal» de su amor to-

sea

tal, fiel e indestructible? ¿Cómo debimos· o pudimos estar tal vez cerca de estos esposos? ¿Hemos cumplido junto a ellos un camino de verdadera preparación y de verdadera comprensión del significado del pacto cqnyugal con el cual están recíprocamente ligados? ¿Los hemos acompañado con delicadeza y atención en su itinerario de pareja y de familia,· antes y después del matrimonio? Estas preguntas y este dolor los compartimos con ustedes y nos "-"··'--"''" proflmdameJlle, porque tocan algo que nos resulta muy cercano: el amor, como el sueño y el valor más grande en la vida de todos y de cada uno.

Pienso que como esposos cristianos podTáll comprender en qué sentido todo esto nos toca profundamente. Ustedes pidieron celebrar su pacto nupcial en la comunidad cristiana, viviéndolo como un sacramento, el gran signo eficaz que hace pre-sente en el mundo al amor mismo de Dios. Un amor indesfiel y fecundo, como lo es el amor de Cristo por nosotros. Y al celebrar el matrimonio de ustedes la comunidad cristia-na ha reconocido esta nueva realidad y ha invocado la gracia de Dios para que este signo permaneciera como luz y anuncio gpzoso para los que se encuentran con ustedes. Cuando este vinculo se deshace !a se encuentra en

cierto sentido empobrecida, vada de un luminoso que debía ser para ella motivo de alegría y de consuelo. La Iglesia no los mira entonces a ustedes como a extraños que han fracasado en la conservación de lo pacsino que se siente partícipe de esa pena y de los cuestionamientos que los atañen tan íntimamente. entonces, junto a los sentimientos de cuales son los nuestros. (continuará)


ABRIL DE

. ACTUALIDAD es la Caminata Cáuritas de

-Es un kairós, un oportuno -de gracia y salvaCión para

las experiencias realizadas, corrigiendo defectos, dificultades, asumiendo los desafíos de nuestra historia. e ilnpulsando y generando nuevas res-

1

Nuestro LEMA

que, .. 1111 todos redescubramos que «Jesús está entre nosotros».

profundicemos el discernimiento sobre el sentido de nuestra a la luz de los signos de los tiempos, desde la realidad de la vida de nuestros barrios y comunidades. 1111

11'1 reflexionemos en comunidad sobre nuestra tarea raJ y,

«YO HE VENIDO PARA DAR VIDA A LOS HOMBRES Y PARA QUE LA TENGAN EN PlENITUD» {Tomado de Juan :10,:10 y Aparecida 33)

Una primera meditación para compartir el lema ... son las Palabras del mismo Estamos invitados a «contemplar» a jesús que es el Buen Pastor que da la Vida, y desde Él, contemplar toda la vida de los hombres, especialmente de los

Es una

del Nacional y Asamblea Federal que Fr"0 "'·'·nh·n

11'1

1

movilización y r-<> 11 "'~->""·"" que madura y consolida

una mística de haciendo Inás rica y fecunda nuestra tarea al servido de Ia 111 renovación personal, CO·· munitaria e a través de un recorrido que abarca: la memoria para actualizar nuestra acción de por el camino recorrido y la novedad para asumir, con audacia y crea-tividad, los nuevos escenarios y

1111 participación activa de los distintos niveles organizativos que fortalece el cido de institucional, señalando rumbos, lineas de acción comunes y propuestas que expresen el am.or preferencial por los

Es un proceso que nos permite ... 1111 Tomar condenda del camino andado, de crecimiento y un sentido histórico de nuestra identidad como Cáritas.

las Líneas de Acción que, desde la Asamblea an·orientaron nuestra vida institucionaL ¿Qué hemos logrado? nos falta? fallamos? podemos nos demanda nuestra realidad local? ¿Qué nos exige nuestra misión institucional?. 11'1

111 Definir las nuevas Líneas de Acción que guiarán la pastoral caritativa argentina del trienio siguiente: Recuperando

escuchar-. «las multitudes que [aiJtga!Jas y abatidas, como que no tienen pastor». Jesús es un caminante que de los hombres. va en sale al encuentro de todos y muchos se encuentran con ÉL Proclama el Reino y sana de diversos dolores y maJes. Se detiene, contempla y que la realidad na lo a la multitud con un rebaño de ovejas que están fatigadas y abatidas, también se podría traducir según las palabras originales: « ... están agobiadas, extenuadas, abandonadas, maltratadas, postradas, echadas por la palabra es a esquilmadas, nadie las ha cuidado, están sin pastor>>.

Es por eso que siente un movimiento interior: «la compasión», que lejos de ser un senties algo que miento de viene de las entrañas, de lo más profundo de su ser y que lo mueve a actuar, a hacer algo, con máxima ternura. La compasión es una «conmoción de las entraüas». En el centro de su afectividad hay un movimiento que lo impulsa a hacer algo por esa multitud. que hacer para aiiviar, para dar cuidar! nosotros preque nos ponen en camies que nos desafían a vivir con los mismos sentimientos de Cristo actuar como comunidad "'-'·"'·3·''"'• como lo haría mismo aquí y

ahora. En esto consiste la "'"''"'"·'"" 1 intentar como tener palabras y gestos, mente y sentimientos y manos, similares a los de jesús el Pastor que la vida.

1

1 1

La Caminata fue un «tiempo oportuno» para intentar responde nuestra der desde el Iglesia las preguntas, que nos inquietan y al mismo tiempo desafían y movilizan. Nos toca la responsabilidad de buscar tratar de discernir cuál es la de Dios nosotros. es lo que que ha!~an1os por Su Reino ? ¡ Y por

Nos animó y nos dio mucha

desde Cáritas Diocesana, compartimos con gusto y alegria esta meditación de la Palabra, pero pretendemos que muchas otras meditaciones, a fin· de seguir comprometiéndonos totalmente con la Vida. Deseamos que esas riCas meditaciones ·iluminen e impulsen nuevas pastorales, o fortalezcan las que hacemos bien y purifiquen o cambien las que venimos haciendo .no tan bien. Sentimos de que ésta misma Caminata fue un no y una realidad de Su Vida Plena que se entrega con sencillez por nosotros. · De la mano de los agentes de Caritas de todos los niveles, recorrimos tres pasos para sobre nuestra tarea pastoral: .::> la vida para ... descubrir la vida amenaabandonada, y asumir los rostros, las personas, los nuevos escenarios de la

.::> Caminar al servido de la vida para .... revisando nuestras

lliB Estas desorientado: el camino es sinuoso pero no abandones la

las tareas que """·u'·""'"-"' de las personas. la vida en para ... reconocer la presencia de entere nosotros, escuchar su Palabra y ei de la

. lliB Estás cansado: ten en cuenta que has recorrido un trecho. ~Se te van acabando !as fuerzas: es porque estás la cuesta.

repone tus y

de nuestros hermanos el rostros de cristo que nos llama a servir-

~

tu marcha.

Tú sabes que a !a meta solo los valientes que encaran con constancia el desafío del camino.


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,

DE 2009 ___, · · - - - · - - - - - - - - - - , · - - ' ABRIL --·----·-

de Santo Domingo en limina del primer g de obispos este

la diócesis:

que por tradición y como hacen todos Hemos los Pastores celebrado la Eucaristía y rezado en las bas:íHca.s donde se veneran los restos de San Pedro y de San se honra a la SantísiMaria y tiene su cáte'-'"'''A"""' el sucesor de Peallí de hemos confirmado la fe recibida y la comunión de los que nos une con ·el XVL por los hermanos y hermanas que nos han sido confiados en cada una y en este gesto de timos en la y profundización del servido de veren la unidad Tuvimos la oportunidad de encontrar personal-mente al Santo Padre y recibir de él sus orientaciones y su bendifieción. En nombre de les le expresamos nuestra ad.heswn y cercanía y presentarle la situación de nuestras diócesis. También nos hem.os reunido con los responsables de los dkasterios o congrel':"'--'v'"";;' que asisten al en conducción de la Iglesia dando a conocer la vida y las metas de la acción pastoral en nuestras comunidades, y acerca de

y los modos para alcanzarlos. Este la comunión con el centro de la

mos cada vez que nos encontramos en los santos y esdel Santo cuchamos la nos da ánimo y refuerza nuestra servidores y todos fleles, y para con renovado entusiasmo nuestra llamada, invitana todos los hombres de bue-

namron»

mos nuestra la para que crezca y se aflrme la entre los miembros de la Iglesia, en la caridad y en. la verdad, en la Palabra y los sacramentos la vida que nos ha dado el

correr el camino con una fidellgenerosa y creativa, abierta a todos los consoli·· dando en J.as buenas obras el testimonio de la esperanza que está en nosotros (1 Pe 3, en la celebración en U'JHHHf;V,

na voluntad a conocer y amar a

EE encuentro con el Benito XVI Como miembros de la Iglesia, bautizados en el nombre de la Trinidad y confesando al Señor Jesucristo como Salvador, de acuerdo a la enseñanza trasn1itida por los apóstoles, estamos en estrecha unión con el Santo Padre, La realizada de esta manera conjunta, oficial, nos renovar un vínculo que, en la perspectiva de la fe, es fundarnental. Ella nos ha permitido manifestar al Papa, en nombre de toda la comunidad, de cada diócesis y de la Iglesia toda que peregrina en la nuestra adhesión sincera y nuestro afee., to, agradecer su magisterio y su conducción expresarle solidaridad, y conde este tiempo, y por la unidad, por la y por la que son la cmW.l,cmn de la venia-

El encuentro Papa y su el Año Sacerdotal~ la Celebración de la r"'m:::n.•u•"'• la Misión Continenai y la situación de nuestra patria, son algunos de los temas desarroUados por el obispo Martin en su Mensaje rii:l;~~~~,;;uo:l!

para todos ellos hace el Papa su bendición afectuosa. Será nuestra oración por el Santo Padre la que habrá de continuar, a pesar de la distancia, este encuentro, en el cual de verdad se cumple la misión que Jesús le conf1ó al apóstol Pedro:

2009.

Quisimos también ratificar nuestra participación y nuestro compromiso con sus intenciones, que fueron en días recientes mal interpretadas. El mismo dirigió a los de la Iglesia una carta, sincera y profunda, fechada ellO de marzo último, para expresar sus verdadeinspirados en la mien la búsqueda de la unidad en Iglesia, al disponer el levantamiento de las excomu-niones que afectaban a cuatro obispos ordenados mente por Monseñor Lefebvre en. 1988. En dicha carta ratifica

dera y la expresión anticipada del Reino que e! Redentor, la visita no es una formalidad o una costumbre arraigada, y nada sino la ocasión para expresar cuanto sentimos, y que nuestras comunidades comparten. Así en el saludo personal y la conversación que siguió con cada uno y en nombre del Episcopado arF.~''""'V en su conjunto lo expresó el Presidente de la Conferenel manera, con toda la representación de nuestros sacerdotes, religiosos y religiosas, y f1eles, y

«Confirma a tus bermarws» (Le 32).

«llevar hombres hacia llacia el Dios que babia Biblia, es la su-prema y f!.mdamental de la Iglesia y del Sucesor de en

ex-

presamos esta fe y renovamos nuestro alimentándolo en esa fuente de y de santidad. A este en .. cuentro con el Señor Kesw:m¡ao sigue necesariamente la dón de sus enseñanzas, que se resumen en el mandamiento de !a caridad. La caridad solo busca el bien, y este es inseparable de la verdad. Lo recordamos siempre frente a las sugerencias oportunistas de tienen una visión y parcial de la vocación de su finalidad y objetivos, de sus au .. ténticas riquezas y dones, y quieren imponer actitudes cas, económicas, · sociales, que apartan al hombre su destino y de su La Iglesia, experta de humanidad. maestra de vida, confirma su compromiso con los más hmnildes y pequeños, y con el Papa, nosotros, los obispos,. queremos seguir su Hamado y aplicar su ejemplo.

En su mensaje leído a los obispos del primer grupo el 14 de marzo, el resumió las condiciones de una acción pastoral, que centrada en lo esencial, es expresión fiel del mandato de Jesucristo. El marco está dado por el servido de la uniuna invitación a la ~n·n"''n~·· dad y a la para que a todos los hombres de buena voluntad se el llamado, y a sosteniendo en Ia co-


ABRIL DE 2009

munión las

dif~~rencias.

Es tarea consolidar la

Sigue ei de los «que emi-quecen (a ta actividad evancon la

y fortalecer los vínculos de la unidad con los demás n?dnwf~< manos. en la Universal. Cada sacerdote, como pastor de su comunicada y guía de un sector o de un miento o acción edesi.al, tiene que tener esa misma preocupaatendiendo a las necesidade todos, fordes y mándolos en la estimulándolos para obrar siempre el y

en tan un valioso servido pe"'""""'"' catequístico, pero es su testimonio de la irradiación de su compromiso personal y comunitario, lo que expresa la mayor el de Cristo por la radicalidad del Evangelio. En nuestra diócesis -es recordarlo tenemos mu·· chas comunidades religiosas, tanto masculinas como femeninas, cuyo testimonio ,,._,,,.,u.uR'" y que mucho en la oración y y dan un maravillode castidad

se si se sostiene y alimenta en el interior de cada de cada sa-· de cada miembro comde la con la y com.critica y

carismas.

adelante su misión de colabora· en el ministerio asistiéndolos con recursos y aquellas ayudas humanas que son necesarias para mantener vivos e1 entusiasmo y la ya que es a través de ellos y su ministerio que se forman comuse en el testimonio y la misión" Esta misma consideración es la que ha llevado al Santo Padre apropo·· ner para el corriente ano 20092010 un «año sacerdotal», con el lema: «Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote»; sobre esta iniciativa nos extenderemos luego. Con gratitud y mucho afecto recordamos a los hermanos sacerdotes, y los encomendamos a la oración y el cuidado de Ios fieles; estos reciben de los presbíteros y diáconos la riqueza de la Palabra y de los sacramentos, el acompañamiento para la vida comunitaria, el estímulo para el servicio y el anuncio, y deben retribuirles con un afecto sincero, que respete su identidad :inc tegramente, y con su oración y su colaboración, especialmente en las tareas pastorales. Las vocaciones son también motivo de la preocupación del Papa, y lo propone de una manera novedosa, abarcando el conde la vida cristiana: los ministros sagrados y los testigos de una vida modelada el Evangelio, son necesarios en to· das las comunidades, ellos aportan su servicio y su ejemplo,

recibido la

y los invita a ser perseverantes en la dedi·· cándose a ella con seriedad y a formarse en la doctrina y el conochniento de las cosas de de su

enel servímisionero y catequístico cada parroquia y de cada movimiento.

más cerca. comunl.dad diocesana te-· nemos que tomamos muy en serio oración por las vocaciones, y a considerar y a ei sentido de su pre·· senda entre nosotros. Por

se dirige a

sino

vocación y en del ministerio y una ocasión para que los fieles y valoren ese nn""lmPt'm en la y se por ellos y en la colaboración y asistencia que es de los a !os ministros orde·

zar en su

Como

Cristo.

El Año sacerdotai El Año que está transcurriendo nos ha he·· cho más familiares de San mejores conocedores de su docim.itadores suyos en la disen. la

nos hace una nueva proque se encuentra, me pa-

""'"'""""'"' a

la soHdtud por los sa!levar para que

los comliclón miembros

rece, en continuidad con los fru·· tos en el año de San Pablo. Comenzando ell9

solemnidad del ""'"''"~'.r~'"' la Iglesia ha de dedicar estos meses, la n1isma fecha de a sus sacerdotes. pu¡·ami.eníte exterior, como una recordación que deseara honi·arlos y pnmllcanus,

nr<'""""'""'

y espero también que nuestros fieles nos y crezcan en la valoración y estima del ca-· risma. Dentro de tendremos la para cuando realicemos los sacerdotes de la dlócesis nuestro retiro La ceh:~bración de la Pascua !a Visita a I<oma hemoe> tenido Jos una """''"·""'·'· da de comunión visible y de esperanza y po~:.ieilllOS llamar de trasmitir a todos

y cada sacer-

manera hacerlo asumiendo el desafio de una renovación interior por la grada de reconciliados para presencon tes ante el mundo con nuevo ary entusiasmo?

La misión continental Somos tUstí!JiUl!lS comunión de ia Evangelio, que el presentado nuevamente ante nosotros; estemos dispuestos a vivir como misioneros, dando testimonio en el que nos ro-dea. Esta llamada que la Iglesia de América, reunida en Bra· sH, el año gió a todos la queremos recibir y car, como comenzaremos a en nuestra dióce·· sis de Nueve de partir de la de la comunidad diocesana

al


San Siena,

1 1 La situación en nuestra Patria

situación que estamos viviendo en la La Resurrección de nuevo, edificado sobre el arnor y la la y la ver-· la misericordia y el compromiso por el bien. Cuanto el Resucitado nos es nuestro

anunciarlo con convicción y para que la realidad de este mundo sea cada vez mas fiel a su el cielo . mievo y la tierra nueva, por los y hada donde que nos dirigirnos. leesperar que dos mil las enseñanlos

Sin nos encontrade haberlo alcanmos muy zado. Existen causas que parecen que Uevan a odios y enltreiltalnie~nt(lS,

Y en nuestra mos sin superar las antinomias e Incom· en oara la paz ~~ bien de todos. No se trata solo de una diver¡.;vuu'""'~ económicas; se ha convertido en un debate que divide y enfrenta a la o.u'""''"'"'-'· y que pone en la paz y el desarrollo ordenado y sereno de la vida nacional. Por l~ crisis estos hechos se vuelven aún mas graves, y ya se <~.wt.lu¡;at que los más per¡uoícados serán los que tienen menos recursos, menos capacidad para resistir la dureza de una

situación prolongada, menos para adaptarse a sinuevas y delicadas. Como creyentes, debemos con insistencia a Dios de la que se anrme un espíritu de fraternidad y soli-· para que finalmente se arbitren las medidas sabias y útiles que nos traigan las soludo-

nes que el precisa. Como argentinos, debemos nuestra sidad y des:prendiJmiento. buyendo a la "paz y ,,.,,,,.t,,,.,i, las soluciones a nuestro alcance, con actitudes que afirmen la justicia y conduzcan a I<i. reconpara llegar a ser esa Nación que y como lo en la Oración por la Patria.

****** La

que de la

cruz, asiste a su de moral y de sufrimiento y nos sostiene en la esperanza, para concon inmensa el alba de la Hesurrección

A

hermanos

y hermanas, el deseo de muy santas y felices Pascuas, con mi bendición en el del del HJjo y del Espíritu Santo. Nueve de julio, 1 de abril de

2009 Mons. Martín de Elizalde OSB Obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio

Nace en 1347 en Siena, Italia, la menor de un total de 25 hijos de don Jacobo Benincasa, y de dm1a Lapa Piagenti, pertenecientes a la clase media-b~ja de aquel entonces. A los seis años, se le apa·· y le pide que rece dedique su vida a amarlo a El y a hacerlo conocer y amar por los demás. su hermamas na muere al dar a luz

y sobrenatural. Es lo que eHa llamará su «conversión». Se corta su cabellera. de adornarse y se retira fre· solitaria del solar de su casa, a orar, meditar y hacer Pero sus y hermanos que desean para ella un brillante matrímonio se dedican a hacerle La le esa vida de que ese modo de vivir es una locura. Pero Catalina no cede. Las Comunidades tienen unas de seglares. que se proponen vivir las enseñanzas del santo fundador de la Comúnidad, pero en su dedicándose a labores materiales. Esto es 1o que se llama la Tercera Dominicos Orden. Catalina es admitida con loscuando tan solo tenía 15 aüos. Sus primeros cuatro aflos de Terciaria Dominica son de intensos sufrimientos, persecuciones de los uu•uudl calumnias e incomprensiones de la gente. Se suceden con frecuencia celestiales. En una de ellas Jesucristo le que se dedique a atender a los pobres, a tratar de convertir pecadores y a dar buenos consejos a los que lo necesiten. A los 24 años Catalina comienza a tener actividad sobre diversas ciudades de manera notable. Escribe cartas a hombres y mujeres de todas las condiciones, manteniendo correspondencia con las principales autoridades de los repúblicas de territorios de Italia, rogando por la paz entre Italia y el del papado a Roma. de 1376 Catalina fue enviada a A viñón como embajadora de la norenct:ina. con el fin de la paz. La que causó significó el retorno de la administración de Catalina en el éste aRoma. Catalina que no había tenido una educación formal a los 30 m'ios aprende a leer. Hasta ese entonces toda su ciencia la había aprendido oyendo a Dios y escuchando sermones y dases de catecismo «Mi maestro ha sido el Espíritu Santo», deda.

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varias ciudades poniendo la paz entre los bandos que se:' --·---L-•'· ~· La gente la considera una gran santa. peste, el tifo negro, y mueren miles y miles de personas. Ella va de enfermo en día y noche. el 29 de abril de día er¡ que la Iglesia celebra su memoria. Pío U la dedaró santa en 1461, y en 1970 se convirtió y Santa Teresita del res elevadas por la bajo el de Pablo VI. en de la esta ocasil'in por la comunidad de Norberto de la Riestra que de esta a su para que el Señor por gran le conceda su bendición y la an;mnaiíe miento de la fe.

tú que

a santa Catalina de !'JJ.ena la

·ouma'idnid de tu amor y .tu sabídurfa, haz que la Iglesia encuentre en ella una y que le per111ita w"lirse más a tí y a tus lmsefianzas divim1s. Amén.


ABRIL DE 2009

ad en una familia cristiana. La fe, el testimonio y la oración d y mi abuela materna fueron los pilares de mi vocación. Ale las cosas de Dios. Siempre Sacerdote, aunque no por Hasta que entré al Seminario participé en una quia en el grupo scout, y entre reuniones y campamentos fui descubriendo caminos de Dios y madurando el llamado. A los 16 años conocí al P. Lorenzo Esteva -un santo y sabio Director Espiritual-, una gracia grande que me ayudó a conocer me:jor qué quería Dios de mí, y el Señor me iba confirmando gradualmente que me llamaba al sacerdocio. Un día me enamoré de laPalabra: «Cuando encontraba tus palabras las devoraba, tus palabras eran mi gozo y la de mi corazón» Oer: 15,16). Experimenté que «había en mi corazón un fuego abrasador, encerrado en mis huesos: me esforzaba por contenerlo pero no podía» ... (Jer. La Palabra es como un pan recién horneado, cuando se lo parte la costra parece dura, pero la miga es suave y tibia. Desde ese momento se de mí como una pasión por anunciar y vivir el Evangelio, aunque confieso que hasta ahora no lo he llegado a vivir en plenitud. La siguiente experiencia que me decidió a querer ser cura fueron las peregrinaciones a Luján. Al ver a los sacerdotes sentía cierta «envidia». Me descubrían el misterio de Cristo, que a través de la reconciliación me santificaba y curaba heridas de nuestros pecados,

con su propia sa11gre. En el Seminario fui profundizando el amor a la Eucaristía celebrada y adorada. Un día me encontré con escritos espirituales del ahora beato Carlos de Foucauld, que me llenaron de entusiasmo por la Adoración Eucarística. Reconozco que Jesús Eucaristía fue mi compañía en los de crisis y dificultad.

Ese como dice me llené del gozo del Espíritu Santo. El Señor había confirmado mi voca· ción y me había confiado a sus ovejas. ¡Cuántos laicos, sos, sobre todo las habrán rezado para que ese bendito día! Estoy tan agradecido a esas personas, ... ,.,.u..·~~ anónimas, que permitieron que llegara a ser Sacerdote. Los recuerdos se amontonan: las conlas misas, ir enamorándome cada vez más del misterio de Jesús. También la presencia de María -con sus cuidados maternales- fue creciendo cada vez más en mi vida y llenando mi corazón. Después los estudios para la Licenciatura, dictar clases en los seminarios, las parroquias, los viajes. los cursos, los retiros en distintos lugares. Mi sostén en esas actividades era el que me llevaba a entregarme a la oración. Todo lo he vivido desde una dimensión sacerdotal, que transformaba y hada fecundo ei ministerio.

··un

mudo.:·

Sin embargo, unos meses antes de mis Bodas de Plata sacerdotales - hace tres m1osme y quedé totalmente paralizado y sin voz. jesús me invitaba a vivir el ministerio de una manera nueva y debía a vivirlo así. Tenía que ser como dice Ezequiel: «un profeta mudo» (Ez. 3,22-27). Era imprescindible que viviera lo esencial: anunciar la Palabra con mis gestos, mis miradas y mis sonrisas. Era necesario imitar a en sus sufrimientos. Sólo concelebrar la el sacrificio por la salvación de los hombres y ofrecerme a mi mismo como dice San Pablo: «Ofrézcanse a ustedes mismos como una santa y a

Espero que

apóstoles>>) y es la visita a Roma. Esta visita a la Santa Sede la realiza cada del mundo cada cinco años para dar cuenta del estado de su diócesis. El Código de Derecho Canónico habla de esta visita en los cánones 399 y 400. El objeto de esta visita no es simplemente la peregrinación hacia las tumbas de los apóstoles, sino, por encima de mostrar una adecuada reverenda hacia el sucesor de san Pedro, para reconocer de una manera palpable su jurisdicción universal, dando también cuenta de la disposición de las iglesias particulares de recibir consejos y advertencias y de esta manera estar estrechamente unidas a los miembros de la Iglesia Universal con su cabeza visible. La actual normativa de las visitas ad limina se encuentra en el Decreto de la Sagrada Congregación, publicada según la orden de Pío X 31 de diciembre de 1909). Este decreto declara que cada obispo debe dar al una relación completa estado de su diócesis una vez cada cinco años. Este de tiempo en 1911. En el primer año del ""'"n"•~·"'" el informe debe ser enviado por los obispos de Italia y de las islas de Córcega, Cerdeüa,

coda, y Irlanda: en el tercer año, por los de los

enia y Nueve de Julio,

de nuestra Diócesis de

y alemanes y el resto de Europa; en el cuarto por los en obispos de toda el por los obispos de África, Austray las islas "Ñ'"~•·nnt"'" A este decreto de la Congregación se le añade un «elenchus» el cual contiene los puntos de la información que debe ser suministrada mediante una relación a fa Santa Sede. Brevemente puede ser resumido asi: El nombre, edad, y patria del ordinario; el nmübre de su orden si es que a una; cuándo comenzó a gobernar su diócesis; y cuando fue Una declaración general acerca de la condición y moral de su didcesis y un in"forme sobre el progreso de la fe desde la última visita ad

liroJna. En su

informe, los están llamados a del contestar cada pero en las sirelaciones deberán nuevos datos desde la visita anterior e informar de las realizaciones y conclusiones de los consey advertencias dadas la Congregación en su respuesta a la última visita.

muchos

La ordenación Así llegó mi

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29.

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de la Iglesia ·Parroquia Santa Catalina de Siena, f\J. DE I_A

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~PARA CONOCERLA Y PARTICIPAR MEJ

LA SANl MISA (IX) La- piE!garia eucarística · {CO:Utinuadón) Contenidos

La misma Instrucción Gene-

ral del Misal Romano detalla «los principales e.lementos de .la Plegaria eucarística: a) Acción de· gradás (qüe se expresa principalmente en el Prefacio), en la cual eisacer~ote, en nombre de todo el pueblo santo, glorifica a Dios 'Padre y le da gracias por la. obpi: ~e la salvación o por algún aspecto par-ticular de misroa~ según los diversos días, flesta,s o tiempos. ij Adam,aclón: con ella toda la comunidad, uniéndose a los coro.~ <;elestiales, canta. el Santo. Esta aclamación, quE¡'for-ma parte Ae la Plegariá eucá~ rística, es proferida por todo el pueblo junto con el sacerdote. e) Epídesis: con ella la Iglesia, por medio de invocaciones peculiares, implora la fuerza del Espíritu Santo, para que los doúes ofrecidos por los hombres sean_ consagrados; es decir; se conviertan en el Cuerpo· y la" Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir enla Comunión, sea para salvación de quienes van a participar en ella. · d) Narración de la institución y consagración: por las palabras y acciones de Cristo, se realiza el sacrificio que el mismo Cristo instituyó en la última Cena, cuando ofreció su Cuerpo y Sangre b~jo ias especies de pan y vino, y lo dio a los Apóstoles. como comida y bebida y les dejo elrnandato de perpetuar .el misterio. e) Anámnesis: con ella la Iglesia, cumpliendo el mandato que recibió de Cristo por medio de los Apóstoles; .realiza el memorial del mismo Cristo recordando su bienaventurada pa·sión, su gloriosa resurrección y · su ascensión al cielo. f) Oblación: por ella, en este memorial la Iglesia, y principalmente la que éstá aquí y ahora congregada, ofrece al Padre en el Espíritu Santo la víctima inmaculada. g) Intercesiones: por las que se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia del cielo y de la

la

tierra, y que la ofrenda se hace por ella misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos, que han sido llamados a participar de la redención y de la salvación adquirida por el Cuerpo y la Sangre de Cristo. h) Doxo.logfa final: en ella se expresa la glorificación de Dios, y se confirma y concluye co11 la aclamación: Amé11 del pueblo.» (IGMR, 79) «En particular, la espiritualidad eucarística y la reflexión teológica se iluminan al contemplar la profunda unidad de la anáfora, entre la invocación del Espíritu Santo y el relato de la institución>' (Benito XVI: Sacram. Caritatís, 48)

1. El Prefacio La liturgia eucarística es introducida por el Prefacio, que hace la memoria o anámnesis del misterio de Cristo Salvador. El sacerdote que preside la celebración, después de la Oración sobre las ofrendas, saluda a la asamblea e invita a los fieles a «elevar Jos corazones al Señor en la oración y acción de gracias» (lb., 78). Los fieles responden adamando, y este diálogo los incorpora a laJ~.l'il.!l' oración eucarística, invitándolos a estar atentos, a unirse a ella es~ piritualmente y también con su voz, asintiendo desde la fe. A este propósito el Cardenal Ratzínger escribía: «Cuando se ve lo que es el rezo comunitario de_ la anáfora enuna iglesia, se,experimeJJta de verdad lo que significa un silencio lleno de contenido, el cual se puede convertir en un poderoso clamor hacia Dios, en una p.legaria llena de espkitu. En tal situación todos rezan en comunidad lfl anáfora, aunque cadá uno sabe que se halla vinculado a la acción especial del servicio sacerdotal. Todos son uno y se hal.lan poseídos por e.! propio Cristo, inducidos por el Espíritu Santo a elt~var una plegaria única al Padre. Ella es el verdadero sacrificio, que se ofrece en un amor capaz de reconciliar .Y unir a Dios con el mundo» (Ratzinger, Card. j.: Intr. a.l espíritu de la liturgia. Bogotá, San Pablo, 2001, p.l78)

El Misal. contiene numerosos epidética es extensa: abarca Prefacios: a) los que son propios desde el comienzo de la Plegaria, incluyendo la intercesión por los para cada tiempo, para los dovivos, hasta la fórmula consemingos y días ordinarios, o para cratoria (Bendice y santifica, oh las categoría1i de santos; b) los Padre, esta ofrenda, haciéndola que integran algunas de las plegarias eucarísticas (por ejemplo, perfecta, espiritual y digna de ti, de mq.nera que sea para.. nola segunda y la cuarta, las que soti._os' Ct!e:tpo y Sangre de tu se emple(ln en las cuatro Misas por diversas necesidades, en las Hijo amadtJ, Jesm;risto;Imestro Señolj. La Pleg(lria II ruega por dos Misas para la Reconciliala venida del Espíritu santifica~ ción y en las tres Misas con niños); e) lós que son propios de dor para transformar los dones; algúnas solemnidades y fiestas la m lo hace de modo semejante; la IV tiedel año litúrgico, con una refe-rencia particular al misterio que ne ,una · formulación más comse celebra; d) los que se encuentran én los formularios de las mi- pleja, después de una extensa sas rituales para la administraanámnesis: ción de algunos sacramentos, Los Prefacios, especialmente los - Por eso, Padre, te rogadel tiempo, los santos y la admf~ nistración de los sacramento§, mos que este con su rica variedad, subrayan mismo Espí: el misterio celebrado, aplicando ritu santifiteológica y espiritualmente con · que estas ofrehdás, para que seí#l ((uer~ oportunas referencias a cada po y Sangre de Jesuciisto, IJuesoportunidad las Plegarias eucatro Señor, y así celebremos el rísticas, que no pueden ser mogran misterio que nos dejo dificadas. · como alianza· eterna..· La invocación dirigida a Dios para recibir 2. El Santo, Santo, la ·gracia infinita de la préseticia Sant~ {Sanctus) de su Hijo en su Cuerpo y en su El canto del Santo por toda Sangre, conduce al relato de la la asamblea es una aclamación institución. que la muestra en comunión con lo~ ~spírítus · celestiales, y conduce 'al desarrollo solemne, con 4. Institución y la sola voz del sacerdote, de la consagración Todas Ias Plegarias contiePlegaria eucarística. nen el relato de la. institución de la E:Ucaristía, tomado de los Del mismo modo que la invoEvángelios y de la versión cación litánica Señor, ten piedad paulina de I Cor 11, con algunas (Kyrie eleíson), el himno Gloria a modificaciones redaccionales. Dios en las alturas, el Aleluya anTodo ello . acompañado por los tes de la proclamación del Evangegestos, que las rúbricas detallan. lio, y el Cordero de Dios, el Santo, De esta manera se subrayá la Santo, Santo, que canta la asamverdad de cuanto acontece en la blea después del Prefacio, es un celebración, siguiendo el mandatexto venerable, de raíz bíblica, que miento de Jesús, de hacerlo en no puede ser modificado o reemplaconmemoración suya. Hay pez-ado por un cántico con un conteniqueftas diferencias entre las Pledo semejante; porque «forma parte garias en· uso, que confirman la de la Plegaria eucarística)) (IGMR, identidad de la acción litúrgica, 79, b). Hay que respetar el tenor mostrando que no se trata solaliteral, como en tantos otros textos mente de una fórmula, sino de de la liturgia, por su misma dignidad una ·accián, relacionándola con y carácter tradicional. Algunos cánlas características de cada una ticos, aunque inCluyan los términos de las anáforas. Después de las Santo, Aleluya, Gloria, no son appalabras de la institudón, el sa~ tos para su empleo en las celebracerdote adama: Este es e.! misteciones litúrgicas. rio (sacramento) de la fe, a lo que contesta la asamblea con 3. Epíclesis una expresión de alabanza a En la Plegaria I la sección

Es una publicación de la Diócesis de Santo Domingp

AñoX- N°97

en Nueve de Julio

ABRll/2009

DIRECTOR Pbro. Germán Loriente Iglesia Catedral de Nueve de Julio. Teléfono: (02317) 422163

Cristo. Es de lamentar que por lo general se emplea uno solo de los textos ,propuestos - que son tres. -

5.-6. Anámnesis y Oblación Se hace seguidamente memoria de la muerte y resurrección de Jesucristo, del cual este sacrificio es memorial, y se implora para que sea una ofrenda grata a Dios. Él recibe con agrado .el ofrecimiento de su Hije, al cual se une la oblación de sus servidores. En la Plegaria I (Canon romano), se recuerdan los sacrificios de Abel, de Abrahán y de Melquisedec, .que fueron agradables a Dios, y se pidepor eso que las man9s delángel acerquen. esta ofrenda ala ·presénda' divina, SI:) pide en todas las Plegarias que la oblación eucarís-tica santifique y una a la Iglesia, que por ella acoja su . oración y la constituya en pue~lo suyo elegido. Es el momento .donde los fieles, en comunión intedor con·las palabras del_sacerdc.lte, elevan su propia ofrenda espiritual, con el compromiso de su fe y de su vida.

7. Intercesiones Todas las plegarias contienen la súplica por los fieles vivos y difuntos, encomendándolos a. la misericordia divina, por la intercesión de la Virgen Santísima y de los santos. En la Plegaria I se encuentra una larga enumeración de los ~póstoles y los mártires, en dos oporrunida~ des, mientras que en las demás se sugiere nombrar a los patronos del lugar o ei santo del día: 8. Doxologia final La doxología concluye la Plegaria eucarística. Es idéntica en todos los formularios, y se dirige a Dios por Cristo, con Él y en Él, atribuyéndole honor y gloria al Padre todopoderoso juntaménte con el Espíritu Santo. Concluye la Plegaria con el Amén del pueblo, que se une así a la doxología pronunciada por el celebrante.

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