Contribución al estudio de La Morisma de Aínsa

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CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA MORISMA DE AÍNSA


Fotografías: Francisco PARRA Composición: Charo MARTÍN RODRÍGUEZ Corrector de Estilo: MI. Teresa SAS BERNAD Depósito Legal: Z. 1808-88 I.S.B.N.: 84-86856-09-4 Imprime: COMETA, S.A. Ctra. de Castellón, km. 3,400. Zaragoza


María Pilar BENÍTEZ MARCO

CONTRIBUCIÓN AL ESTUDIO DE LA MORISMA DE AÍNSA

EXCMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL HUESCA



A Manolo y Encarna.


7•1


"La Morisma no es un espectáculo. Para mí es la vivencia de un pueblo que revive el pasado, que lo recuerda a través de un guión. La gente de Aínsa ve en La Morisma mucho más que un texto teatral. Es el hecho vital de la preparación de días anteriores en que todos los habitantes participan"1.

José Manuel, en SIERRA, Francisco, La línea de tradición no se ha roto nunca en La Morisma, "El Periódico de Huesca" (l3-IX-1985).

1 MURILLO,


La Marisma, vivencia de un pueblo y una tierra (Fot. Francisco PARRA).


ÍNDICE

Pág. PRÓLOGO, por M. Jesús LACARRA DUCAY

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1. INTRODUCCIÓN

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2.

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LA MORISMA: ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA

3 . LA MORISMA Y SU RITUAL

23

4.

ESTRUCTURA DE LA OBRA

31

5.

CARACTERIZACIÓN PSICOLÓGICA DE LOS PERSONAJES

57

6 . PASADO Y PRESENTE DE LA MORISMA

77

7.

CONCLUSIÓN FINAL

97

8.

BIBLIOGRAFÍA

99

9.

TEXTO

103


~+


PRÓLOGO

Hará ya más de diez años que empecé a sugerir a mis alumnos de Literatura medieval que recopilaran e investigaran, como trabajo de clase, sobre tradiciones orales. Con ello pretendía cubrir varios objetivos: contribuir mínimamente a la salvación de un patrimonio artístico en vías de extinción; interesarlos por la investigación folklórica; hacer más atractivos, con los ecos vivos, los temas dedicados a la lírica popular, al romancero, al teatro perdido, etc. Pero todos estos esfuerzos parecían completamente estériles. Las dificultades desanimaban rápidamente a los incipientes investigadores; cuando no, lo recopilado distaba mucho de resultar interesante. Por todo ello, resultó aún más gratificante la monografía que María Pilar BENÍTEZ preparó sobre el Dance de Aínsa. En ella se conjugaban, con una sorprendente madurez, el análisis del texto, con los pormenores de su puesta en escena y el transfondo histórico imprescindible para intuir su remoto origen. Ese estudio fue el germen del que hoy se publica, aderezado con erudición y actualizado en muchos de sus aspectos. En él, su autora,

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vinculada a la Universidad de Zaragoza a través de su Departamento de Lingüística General e Hispánica, sabe darnos las claves para discernir en este original dance la supervivencia de lo tradicional bajo la permanente innovación. María Jesús LACARRA DUCAY

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1. INTRODUCCIÓN'

Iniciar un estudio sobre La Morisma de Aínsa resulta apasionante, no sólo por la atracción que produce penetrar en la estructura y psicología de una de las piezas más importantes del teatro popular aragonés, sino también porque ello permite introducirnos en una de las manifestaciones más características de nuestro folklore: el dance. Son estos dos aspectos que acabamos de mencionar los ejes en torno a los cuales girará el presente libro: por un lado, se analizará la estructura y la caracterización psicológica de los personajes como apartados más relevantes a la hora de comprender La Morisma en todos sus ámbitos, y, por otro lado, se especificará en qué consiste la originalidad de la obra dentro del mundo del dance aragonés.

1 Quiero expresar mi agradecimiento a las gentes de Aínsa y a su Fundación Pública La Morisma por las facilidades prestadas para la realización de este

libro. 13


Con todo ello, esperamos conseguir un doble objetivo: 1. Llenar el vacío existente en lo que respecta al estudio de esta obra aragonesa. 2. Aclarar, aunque sea con ideas personales, puntos que han quedado confusos en lo poco que se ha escrito sobre el dance y, en concreto, sobre La Morisma, lo cual facilitará y estimulará —esperamos— la tarea de profundizar en la investigación de esta manifestación folklórica.

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2. LA MORISMA:

ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA

Ya se ha apuntado que el objeto principal de este libro es el de realizar un estudio, lo más detallado posible, sobre una de las piezas más importantes del teatro popular aragonés. Sin embargo, creemos que no sería oportuno iniciar directamente tal análisis sin hacer mención y sin tener en cuenta una serie de factores que han hecho posible el surgimiento de esta representación y que, de alguna manera, pueden ayudar a una mejor comprensión de la misma. De hecho, sería inútil intentar comprender el significado de la obra en todos sus aspectos si previamente no abordamos el trasfondo histórico que en ella se respira. Un trasfondo histórico que se encuentra íntimamente ligado a su geografía. El Sobrarbe está situado en el norte de la provincia de Huesca. Centro de esta comarca altoaragonesa es Aínsa. Ésta, con 589

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m de altitudl , en la confluencia de los ríos Ara y Cinca, cuenta con un emplazamiento de primer orden: enlaza con los valles de Broto-Ordesa, Bielsa-Pineta-Gistaín, Benasque, Alto Valle del Vero (por Arcusa) y poblaciones de Graus y Barbastro.

Ara y Cinca unen sus aguas en Aínsa, centro del Sobrarbe

(Fot. Francisco PARRA).

Es evidente que, con tal posición geográfica, la historia pusiera sus ojos en esta zona. No realizaremos, evidentemente, un recorrido exhaustivo

1 Seguimos la información proporcionada en Geografía de Aragón, bajo la dirección de Antonio HIGUERAS ARNAL, con la colaboración de Alfonso ASCASO (et al.), Guara, Zaragoza, 1981, p. 129.

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por su devenir histórico, sino que nos detendremos en una época determinada: la etapa de ocupación musulmana y su posterior reconquista. La invasión musulmana del 714 no modificó tanto, como podría pensarse, la vida del nordeste peninsular. En la zona pirenaica, la relación entre las gentes que allí vivían y el Islam se tradujo en un pacto, por el que éste último respetaba las propiedades, lengua, religión y libertades a cambio del pago de un tributo por parte de los indígenas. Aparte de las repercusiones económicas que ello pudiera ocasionar en la zona, el tributo se convirtió en una carga demasiado pesada, que, a menudo, intentó ser eludida. No obstante, sólo cuando la influencia franca comenzó a actuar en la zona, puede hablarse de una actitud de rebeldía de las gentes de los valles altos frente a los musulmanes. El COLECTIVO "PIRINEOS"2 supone que los tres núcleos del Pirineo central (Aragón, Sobrarbe y Ribagorza) seguirían un comportamiento parecido en este proceso. Sin embargo, sólo es posible confirmar esto para los territorios de Aragón y Ribagorza, ya que la documentación procedente de Sobrarbe es mínima. Se sabe que la ocupación musulmana llegó hasta Boltaña, quedando bajo control cristiano, por tanto, la Ribera de Fiscal, Broto y Gistaín. Según Antonio DURÁN3, el primer jefe indígena cristiano conocido del Altoaragón sería Galindo Belascotenes, que dominaría la parte de la Sartaniya correspondiente al condado de Sobrarbe. Es muy posible que este hombre pactara con el carolingio Aureolo, que también se estableció en este territorio. Al morir Aureolo, en el 809, los musulmanes volverían a 2 COLECTIVO "PIRINEOS", La cuenca del Ara, DGA, Zaragoza, 1985, pp. 46-47. 3 DURÁN GUDIOL, Antonio, De la Marca Superior de Al-Andalus al reino de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza,

CAZAR, Huesca, 1975, pp. 24-25. 17


apoderarse de la zona. En el 812, una expedición franca conseguiría restablecer la base militar de Sobrarbe y nombrar a Aznar Galíndez, de procedencia franca, sucesor del conde Aureolo. Los sobrarbenses no soportarían por mucho tiempo la presencia del ejército franco y acabarían por sublevarse contra Aznar Galíndez, favoreciendo al conde García de Sobrarbe, hijo de Galindo Belascotenes. José Á. SESMA, sin embargo, considera que "todo esto no son más que conjeturas sin posible comprobación a la luz de los documentos"4. Admite que la dominación franca en la región fue muy intensa y dejó una impronta mucho más marcada que en Aragón, pero considera que el condado de Sobrarbe no constituyó una unidad territorial tan fuerte como la de sus vecinos del este y del oeste. De hecho, los musulmanes, bien en expediciones de castigo o de objetivo indeterminado, recorren el valle cuando se lo proponen, y no hallan una resistencia organizada digna de mención. El COLECTIVO "PIRINEOS"5, a partir de este hecho, estima que probablemente esta facilidad de penetración, en comparación con los obstáculos naturales y humanos con los que se encontraban en los territorios vecinos, explique la pérdida de documentación. Por su parte, José M.! LACARRA, refiriéndose a esta falta de material documental en los siglos IX y X, lanza la sugestiva idea de que "si hubo una liberación anterior, habrá que atribuir a alguna reacción musulmana la destrucción de su documentación que, por absoluta, ya se hace sospechosa"6.

4 SESMA, José Ángel, Aragón en su historia, CAI, Zaragoza, 1980, p. 111. 5 COLECTIVO "PIRINEOS", op. cit., pp. 46-47. 6 LACARRA, José María, Aragón en el pasado, Espasa-Calpe, S.A., Madrid,

1982, p. 31. 18


Dejando aparte estas especulaciones, lo cierto es que la laguna existente en este período de historia sobrarbense ha estimulado la aparición de lo que expertos en la materia califican de "fantasías históricas". "Fantasías históricas" que, no obstante, han originado toda una corriente historiográfica, la cual hemos rastreado con cierta atención y minuciosidad por constituir el marco donde se inscribe La Morisma. La corriente historiográfica a la que aludimos defiende tres puntos principales: • Comienzo de la reconquista en Aragón en el año 724, con la batalla que tuvo lugar entre cristianos y musulmanes en Aínsa. • Existencia del reino de Sobrarbe, cuya monarquía fue acordada en San Juan de la Peña por el consejo de dos ermitaños: Voto y Félix. • Proclamación de Garci-Gimeno como primer rey de Sobrarbe. Según esta teoría, Garci-Gimeno, en el 724, se reunió en San Juan de la Peña con doscientos o trescientos caballeros cristianos y presentó batalla en el monte Arbe contra los musulmanes. Gracias a la aparición de una cruz sobre una encina del Arbe (de ahí el nombre de Sobrarbe), GarciGimeno consiguió la victoria y, como consecuencia de ello, fue proclamado primer rey de este territorio. Un texto de fray Lamberto de ZARAGOZA ilustra lo que acabamos de apuntar: Garci Jiménez (...) no fue denominado Rey de Aragón, ni de otra provincia, hasta que por haberlo alentado á embestirá los Moros el aparecimiento de una Cruz roxa Sobre una Encina del Monte Arbe, y ganada Ainsa con una prodigiosa victoria, fue proclamado Rey de Sobrarbe, y tomó por Armas la Cruz Sobre la Encina7.

7 ZARAGOZA, fray Lamben() de, Teatro histórico de las iglesias del reino de Aragón, Oficina de don Josef Miguel de Ezquerra, Pamplona, 1782, p. 13.

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Fragmentos similares al anterior y defensores de idénticos postulados hemos podido atestiguar en autores y obras diferentes: Jerónimo BLANCAS, Aragonesium rerum comentarii; Vicencio BLASCO DE LANUZA, Historias eclesiásticas y seculares de Aragón en que se continuan los Annales de Curita y tiempos de Carlos V; Roque ALBERTO FACI, Aragón. Reyno de Christo y dote de María Santísima; Bartolomé MARTÍNEZ HERRERO, Sobrarbe y Aragón; Gonzalo OLIVERA, Reino de Sobrarbe, en Linajes de Aragón, tomo I, n.05 2, 3, 4 y 58;

Es precisamente en los puntos suspensivos de esta larga lista donde debemos incluir, sin lugar a dudas, La Morisma, pues se erige en clara defensora de la victoria de Garci-Gimeno sobre los moros de Aínsa, gracias a la aparición de una cruz sobre una carrasca o encina, lo que daría origen al reino de Sobrarbe y a su escudo. Una Morisma que, mediante su representación, ha intentado desde antaño recordar y conmemorar cada 14 de setiembre tal acontecimiento. En este sentido, la documentación más antigua que se ha encontrado hasta el momento corresponde al siglo XVII. Se trata de un fuero por el que las Cortes de Aragón, reunidas en Zaragoza en 1678, conceden una subvención de diez libras jaquesas al año para esta representación. El venerable origen de este fidelísimo Reino, renovado anualmente en la fiesta que se hace a la Cruz en el sitio correspondiente a donde apareció tan saludable señal sobre la encina, cuyas ramas sirvieron del más glorioso timbre y blasón a este Reino, se han dilatado por toda la redondez de la tierra, obliga a solicitar que la memoria de tan glorioso acontecimiento se venere con la solemnidad que debe corresponderle. Por cuya causa S.M. y en su Real nombre el Excelentísimo Don Pedro Antonio de Aragón, de voluntad de las Cortes y cuatro Brazos de ellas, estatuye y ordena, que de aquí adelante en cada año se den a la villa de Aínsa, como cargo ordinario de las generalidades del Reino, las diez

8 La referencia completa de estas obras se encuentra especificada en la bibliografía. 20


libras jaquesas que ha representado bastarían para solemnizar más la dicha festividad, con la obligación de haber de dar cuenta del empleo de ellas a los Diputados.

La cruz y la carrasca, símbolos del reino de Sobrarbe y su escudo (Fot. Francisco PARRA).

Y, más tarde, cuando Aragón se incorporó a la Corona de España, Felipe V promulgó un real decreto el 29 de febrero de 1716 por el que se disponía que "se continuara la paga de diez libras jaquesas anuales para la celebridad de la fiesta que se hace en Aínsa en 14 de septiembre en memoria del milagro de haberse aparecido al señor Rey Don Garcí Ximénez la soberana Cruz de Sobrarbe".

Siguiendo en el tiempo, hemos constatado la representación de esta obra a principios del siglo XIX gracias a la obra de José MOR DE FUENTES; refiriéndose a Aínsa, comenta que allí "se dio una batalla decisiva, en cuya memoria se celebra de tres en tres años una especie de farsa o morisma con trajes y romances antiguos

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costeando el erario la fiesta o mojiganga, que acarrea siempre grandísima concurrencia"9.

Con el tiempo, estas subvenciones se perdieron y La Morisma pasó por épocas de olvido. Así, por ejemplo, si nos centramos en nuestro siglo, no se representó desde 1921 hasta 1970, cuando, bajo el estímulo e impulso constante de Pilar GARZÓN, personas como José GARZÓN, José Manuel MURILLO y Javier GALDEANO, con la colaboración del Patronato del Colegio Libre Adoptado, decidieron ponerla en escena nuevamente. Para ello contaban con la estimable aportación de Luis MUR, que fue profesor del Instituto de Huesca, y de Francisco PEÑUELAS, maestro nacional, quienes en 1930 lograron recopilar La Morisma, cuyos distintos papeles se hallaban dispersos. Será precisamente esta recopilación, cuyo texto fue publicado por la "Revista Aragón" bajo el título La Morisma o el triunfo de la Cruz en Alnsa entre julio y agosto de 1930, la que servirá de base a nuestro estudio.

9 MOR DE FUENTES, José, Bosquejillo de la vida y escritos de Mor de Fuentes,

ed. Manuel Alvar, Guara, Zaragoza, 1981, p. 86. 22


3. LA MORISMA Y

SU RITUAL

En el capítulo anterior, hemos intentado situar el origen de esta pieza teatral dentro del marco histórico que le corresponde. Es seguramente ahora un buen momento para preguntarnos en qué consiste La Morisma. El 14 de setiembre, el pueblo acudía en procesión a Cruz Cubierta. Allí tenía lugar una misa, así como unos simulacros de guerra entre moros y cristianos. El ritual era el siguiente: Por la mañana, tocaban las campanas y las tropas moras y cristianas, diferenciadas (al no disponer de un vestuario tan completo como el actual) por el color de la banda que se colocaban, se reunían en la plaza del Salvador para ir a Cruz Cubierta. Mientras los moros suben a la muralla, los cristianos bajan por la calle Mayor hasta llegar a la plaza Mayor, donde se colocan a la cabeza de la procesión. El primer encuentro se produce en el desvío del camino de Fontanella. Los moros van a una era y se burlan de la procesión. Esto da lugar a otra batalla. Los cristianos acampan en el camino de San Felices. Cuando la procesión llega a Cruz

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Cubierta 1 , se celebra la misa de campaña. Los moros continúan burlándose, ahora desde el campo de Labayo. Entre tanto, el diablo va separado, dando grandes gritos que espantan a los niños. Finalizado el acto religioso, toca el tambor moro y comienza propiamente la representación del texto que analizamos. Aparece hablando el pastor, pero se produce un disparo de los moros y el ejército cristiano toca llamada con su corneta. Es así como tiene lugar la tercera batalla. Seguidamente, intervienen el pueblo y los dos personajes alegóricos de la obra: el pecado y el diablo. A continuación, actúa el rey cristiano, pero los moros atacan y se apoderan de una bandera. Este incidente ocasiona el que el rey moro y el cristiano se citen para luchar por la tarde en la plaza Mayor. El ritual de la mañana termina con la procesión y con varias luchas que se producen en ella.

1 Para conmemorar la batalla de Aínsa y la aparición de la cruz, se construyó un monumento consistente en una cruz bajo una cubierta sostenida por cuatro columnas. En el s. XVII, la Diputación de Aragón decidió erigir uno más grandioso, parecido al que entonces existía en Zaragoza en la calle del Coso, frente a la puerta llamada Cineja. La contrata se realizó el 27 de julio de 1650 y Ramón Sanz fue el arquitecto. Cinco años después, estaba ya concluido. En 1765, el nuevo templete fue destruido por un huracán y fue Carlos III quien realizó el actual. Este presenta una forma circular; se sostiene por ocho columnas dóricas, en cuyo centro hay una encina labrada en piedra con una cruz sobre la copa. Todo el templete está rodeado por una verja de hierro. La inscripción que en él se conserva dice: ''En este puesto apareció milagrosamente la Cruz llamada de Sobrarbe, blasón de este Reino y (de) la villa de Aynsa. Se construyó por cuenta del Reino y acabóse esta obra el año 1655, siendo diputados don Francisco Iñigo, Abad del de San Victorián, Brito Español, el Conde de San Clemente, Don Iñigo Marín, Don Vicencio Nicolás, Las Salinas, el Doctor Don Jorge Lavoiyota, Manuel Rico Sánchez, Domingo Lázaro Gayán, Jerónimo de Naya, Raimundo Sanz, escultor me fecit... (aquí hay una palabra borrada)... y el señor Don Carlos III dio 500 doblones". 24


Cruz Cubierta, escenario central y primitivo del primer is) u, acto de La Morisma (Fot. Francisco PARRA).

Caminos y campos desde la plaza Mayor hasta Cruz Cubierta componen el complejo sistema escĂŠnico del primer acto (Fot. Francisco PARRA).


Llega la tarde. Ahora el escenario ya no es Cruz Cubierta, sino la plaza Mayor2. Aquí tiene lugar el diálogo entre los embajadores, así como la entrañable parte de los dichos pronunciados por representantes de ambos bandos. Pronto conocen los cristianos que la victoria va a ser suya, ya que de la carrasca colocada en el centro de la plaza surge una cruz. En efecto, degollan al rey moro, tras lo cual cantan un himno; hace su aparición la reina mora pidiendo perdón, al tiempo que se convierte. A continuación, se alaba a la cruz. La representación finaliza con la intervención del pastor que realiza la despedida.

Plaza Mayor de Aínsa, escenario primitivo del segundo acto de La Morisma y marco único de la actual representación (Fot. Francisco PARRA).

2 La plaza Mayor de Aínsa, de carácter medieval, parece datar de los siglos XII y XIII. Separada del castillo por una explanada, es de planta trapezoidal y se halla rodeada por viviendas adosadas de tres plantas, tejado a dos vertientes y soportales en la planta inferior formados por arcadas de distinto tipo (medio punto, ojivales,...) que descansan sobre pilares rectangulares. Los arcos formeros de estos porches suelen ser apuntados y en ellos se apoyan grandes vigas de madera. 26


El ceremonial, no obstante, no terminaba aún, sino que se prolongaba durante ese día y el siguiente -con una serie de actividades que a continuación vamos a describir. La fiesta de los mozos no es sino una manifestación más del culto al árbol, tan íntimamente vinculado a las viejas costumbres pirenaicas (el mayo, los rituales de la noche de San Juan, algunos ingredientes del dance altoaragonés, la enramada,...). Era costumbre que, después de haber rondado con la gaita a las autoridades y cacas del pueblo (rezando un Padre nuestro y un Ave María a las familias donde había ocurrido alguna defunción durante el año), se arrancara una carrasca y se llevara al centro de la plaza Mayor, para colocarla sobre un agujero practicado en una piedra de gran espesor. La carrera de las cucharas podía celebrarse antes del inicio de la representación teatral a la que hemos aludido, ya que, según la tradición, constituía el primer acto dentro del guión. La leyenda cuenta que esta carrera la efectuó un cristiano para comunicar a la reina el resultado de la batalla que había tenido lugar en Aínsa, tras lo que la soberana entregó al mensajero una cuchara como obsequio. Otras versiones, sin embargo, hablan de que la corrida fue realizada por un andarín encargado de comunicar las noticias de la guerra a los cristianos de otras regiones. Era costumbre, por otra parte, dar la señal del comienzo del acto con la campana mayor y el último aviso con un disparo producido por un arma de fuego. Hay que hacer constar que la carrera de las cucharas nunca ha dejado de celebrarse, siendo acto fijo de las fiestas de Aínsa, incluso en épocas en que la representación de La Morisma no se llevó a cabo. A continuación, se celebraba el bautizo de los moros. Los reyes cristianos apadrinaban a los musulmanes y tenía lugar una fiesta popular en la que se obsequiaba a todo el mundo con torta (o rosquillas) y vino, para lo cual ambos ejércitos pasaban previamente la bandeja por las casas del lugar. 27


El simbolismo de la carrera de las cucharas, constante en las fiestas de AĂ­nsa (Fot. Francisco PARRA).

El bautizo de los moros, recuperado como fiesta popular (Fot. Francisco PARRA).

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El ceremonial concluía con el baile de los zapatos, que era una invitación a que todo el pueblo participara en la fiesta conmemorativa de la victoria cristiana. Consiste en un sarao a la antigua y al son de la gaita, en el que compiten varias parejas por espacio de una hora, premiándose al bailador con un sombrero y a la bailarina con un par de zapatos, por haber demostrado más destreza que los demás.

Un sombrero y un par de zapatos serán los premios para el bailador y la bailarina que demuestren más destreza en el baile de los zapatos, último ritual de La Morisma (Fot. Francisco PARRA).

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En 1970, cuando La Morisma volvió a ponerse en escena tras un largo período de olvido, todo este complejo montaje se redujo prácticamente a la representación del texto objeto de nuestro libro. Dejaron de celebrarse los dos actos en escenarios y tiempos distintos y, para hacerla más accesible al público, ambos tenían lugar por la tarde en la plaza Mayor, donde se disponía una sencilla escenografía: los reyes, uno a cada lado de la plaza, y en la zona cristiana una carrasca, de la que surgirá la cruz iluminada. De ahí que, al adaptarla a los tiempos modernos y despojarla de su ritual, La Morisma perdiera algo de su encanto; un encanto que poco a poco ha ido recuperando. Así, en 1985, Aínsa volvió a presenciar el ritual del bautizo de los moros, y, en 1987, se ha intentado rehabilitar el baile de los zapatos. El resto del ritual será de difícil recuperación, por la complejidad técnica y humana que supone representar La Morisma en espacios diferentes.

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4. ESTRUCTURA DE LA OBRA

No obstante, el hechizo que La Morisma ejerce sobre el espectador no procede sólo, como podría pensarse a simple vista, del complejo ritual que anteriormente hemos descrito. Hay algo más. Y en ese algo más, una buena parte de mérito le corresponde a la perfecta estructura a la que obedece la obra. Veámoslo. La pieza teatral representa, como ya se ha señalado, la batalla entre las tropas cristianas, al mando de Garci-Gimeno, y las musulmanas. Durante este enfrentamiento tuvo lugar la aparición de una cruz (íntimamente ligada a la Cruz de Constantino) sobre una carrasca, lo que provocó la rendición de los moros y su posterior conversión. Tan sencillo tema está organizado y estructurado hasta el último detalle. Datos significativos al respecto son los siguientes: • La obra se inicia y termina con la intervención de un mismo personaje, el pastor, que sirve así de presentación y despedida de la misma. • Creación de subestructuras cerradas y paralelísticas.

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Alternancia del esquema diálogo-monólogo, sobre todo en el primer acto. Los monólogos corresponden, en gran parte, al rey cristiano y presentan una misma estructura interna. Aparición del gracioso en los momentos de tensión.

Para analizar estos hechos, creemos que lo más conveniente será ir analizando el texto poco a poco. En este sentido, la primera división que debe ser tenida en cuenta en el mismo es la fragmentación de la obra en dos actos, en torno a los cuales se organiza ésta última: 1. Versos 1-611. 2. Versos 612-1.656.

4.1. Primer acto. Antiguamente, se celebraba en Cruz Cubierta. En él, se sientan las bases para el desarrollo del segundo acto. Tras el anuncio, por parte de un pastor, de la llegada al Sobrarbe de las tropas cristianas, al mando de Garci-Gimeno, que vienen a luchar contra las moras, comienzan las conversaciones entre ambos monarcas para conseguir un acuerdo pacífico. No hablan directamente, sino por medio de embajadores. Como ninguno de ellos está dispuesto a acceder a los propósitos del otro, es decir, a rendirse y a aceptar la religión enemiga, se convidan a pelear en la plaza por la tarde. Hagamos un estudio de las escenas de este acto.

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1.4 Versos 1-72. El pastor se dirige al pueblo cristiano (v. 1)1 y anuncia que Garci-Gimeno ha sido coronado y viene a expulsar al elemento musulmán de la villa (vv. 18-19), para terminar animando a los espíritus (vv. 61-63). 2.' Versos 73-100. Tras la noticia, los comentarios. Las frases que intercambian un moro y un cristiano son breves, rápidas, paralelísticas, y sirven para introducir a dos personajes alegóricos: el demonio y el pecado (vv. 89-90, 93-96). 3.' Versos 101-133. Nuevo diálogo, ahora entre los dos personajes alegóricos a los que se ha hecho mención en los versos anteriores. La conversación se inicia con una larga serie de vocativos (vv. 101105), para continuar con tres preguntas a cada una de las cuales corresponde una negación, con lo que se retorna a la estructura paralelística (vv. 114-119). La escena concluye con el sorprendente mandato del pecado. Desde aquí te mando al punto que a los infiernos desciendas y pues dejarás en paz a todas las almas buenas porque todas van vestidas de muchas hermosas hierbas (vv. 128-133).

4.' Versos 134-318. Monólogo del rey cristiano, que puede estructurarse en tres apartados, según a quién se dirija: A Dios (vv. 134-253). Al pueblo (vv. 254-306). Al embajador (vv. 307-318). 1 Por motivos de extensión, no copiamos los fragmentos correspondientes, sino que citamos tan sólo los versos más representativos de los hechos que mencionamos. 33


El pastor, uno de los elementos estructuradores de la obra, sirve de presentaciรณn y despedida de la misma (Fot. Francisco PARRA).

El demonio y el pecado, los dos personajes alegรณricos de La Morisma (Fot. Francisco PARRA). 34


Si analizamos minuciosamente cada una de estas tres partes, obtendremos una serie de datos dignos de tener en cuenta. Para no extendernos y evitar un comentario demasiado técnico, resumiremos a continuación las conclusiones más interesantes. En la primera parte, llaman la atención cuatro hechos fundamentalmente: •

Aparece dividida, por medio de dos intervenciones del rey moro, en tres subapartados, que cuentan con una extensión casi idéntica: 1. Versos 134-165. 2. Versos 170-209. 3. Versos 216-253.

Las dos intervenciones del rey musulmán, que sirven de pauta para fragmentar el discurso del cristiano, comienzan con una interrogación como elemento creador de ritmo (vv. 166, 210).

El principio y el final del fragmento son paralelos: el monólogo comienza con la exposición de la situación en que se encuentra el pueblo cristiano y termina aportando nuevamente explicaciones de las razones que empujan a la guerra. Con ello se consigue crear una estructura cerrada y circular. Mirad, pues, a vuestros hijos derramados por el yermo, a impulsos y hostilidad del imperio sarraceno (vv. 138-141). al ver las hostilidades que ejecutan en el reino contra todos vuestros hijos, reliquias y santos templos (vv. 236-239).

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A la formación de esta estructura contribuye también el ritmo nocional reiterativo que presenta cada uno de los tres subapartados mencionados. Así, la idea de que la victoria está en manos de Dios es lugar común de los tres (vid. vv. 154-161, 174-177 y 216-231), y en el primero y segundo de los subapartados va seguida de otras dos que, desde el punto de vista de la forma y del contenido, resultan paralelas: Primer subapartado: Victoria depende de Dios Dios es el amo universal Tuyo es el cielo y la tierra tuyo es, Señor, este reino; tuya será la victoria, pues tuyo es todo mi ejército (vv. 162-165).

Segundo subapartado: Victoria depende de Dios Dios es Todopoderoso Por ti consiguen victorias, por ti se alcanzan los reinos, por Ti se logran coronas, (vv. 178-180).

Observemos que, además de la similitud nocional de uno y otro grupo de versos, formalmente en ambos se hace uso de la anáfora. Podemos resumir la estructura anteriormente descrita en el siguiente esquema:

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MONÓLOGO (Primer apartado, vv. 134-253)

rey moro 7-r rey moro—n—

1 Invo- Si- Vic- Dios

Vic- Dios

Vic- Situa-

ca- tua- to- amo

to- To-

to- ción

ción ción ria uni-

ria do-

ria

versal

podeTOSO

Las partes segunda y tercera del monólogo del rey cristiano van dirigidas al pueblo y al embajador, respectivamente. En ellas, se repiten las mismas ideas, incluso con idénticos ejemplos2, pero la actitud del hablante cambia. Ya no existe tanta humildad, ni tanto miedo en el rey, sino que, por el contrario, la agresividad aumenta. Si antes esperaba obtener algo, ahora afirma que lo conseguirá. Véase en los versos siguientes el contraste entre una y otra actitud. DIOS

Señor, en Ti toda mi esperanza, en Ti la tengo, y espero la victoria en la batalla (vv. 220-222).

PUEBLO

pues defendiendo su causa, seguro está el vencimiento; (vv. 277-278).

EMBAJADOR le dirás que estoy resuelto antes a perder la vida que a desistir de mi empeño de traerlo a mi poder o convertido, o muerto (vv. 314-318).

2 Vid. relato de la escena del derribo de los judíos en el huerto (vv. 260-263). 37


La identidad de la estructura interna de los monólogos del rey cristiano, pieza clave en la organización de La Morisma (Fot. Francisco PARRA).

En resumen, puede afirmarse que las tres partes repiten idénticas ideas, lo cual confiere al conjunto una organización paralelística y cerrada, si bien la tensión crece progresivamente a medida que cambian las personas objeto de las palabras del rey. S.' Versos 319-388. Diálogo entre el rey moro y el embajador cristiano para evitar la lucha. El rey musulmán no está de acuerdo con las condiciones impuestas por los cristianos, puesto que aceptarlas supondría rendirse. Acto seguido, despacha al embajador con malos modos.

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6.' Versos 389-444. Diálogo entre el rey moro y su embajador. El musulmán comprende que ha actuado de forma imprudente. Para enmendar esta precipitación, decide enviar a su embajador al rey cristiano para que exponga cortésmente los motivos que le impiden rendirse. 7.' Versos 445-467. Diálogo entre el embajador moro y Garci-Gimeno. La verdad es que el embajador no le da muchas razones, sino que tajantemente le insinúa que se rinda.

Lo importante de estas tres últimas escenas comentadas es el hecho de que las intervenciones de los dos embajadores resultan simétricas, pues responden a un mismo esquema: 1. Presentación ante la corte contraria. Embajador cristiano (vv. 319-322). Embajador moro (vv. 445-446). 2. Mención del yerro cometido por España. Embajador moro3: Ya has oído lo que ha dicho (v. 456). Embajador cristiano (vv. 336-343). 3. Peticiones. Embajador moro (vv. 458-459). Embajador cristiano (vv. 365-367).

3 Aunque en esta escena no se aluda a ello directamente, se sobreentiende, ya que hay que tener en cuenta que en la obra se juega con el espacio, y los personajes, a pesar de que se supone tienen que estar en distintos sitios, muchas veces oyen lo que otros dicen y comentan algo al respecto. En el caso que nos ocupa ahora, el rey moro había ya mencionado ese yerro (vv. 414-422), de ahí que el embajador musulmán considere que el rey cristiano ya lo ha oído y no lo repita. 39


Las intervenciones de los embajadores cristiano y moro, modelos de simetrĂ­a estructural (Fot. Francisco PARRA).

40


8.4 Versos 468-525. Tras estas escenas de diálogo y acción, nos encontramos con una nueva intervención de Garci-Gimeno. Por otra parte, es la escena donde aparece el elemento esencial de la obra: la cruz.

La aparición de la Cruz en la carrasca constituye el momento culminante de La Morisma (Fot. Francisco PARRA).

La estructura es muy similar a la que hemos estudiado anteriormente: Nos encontramos de nuevo con una organización tripartita, pues el rey se dirige: —A Dios. — Al pueblo. —Al clero. 41


Una organización tripartita que resulta ser, como en el monólogo anterior, paralelística y cerrada. Véanse, como simple muestra de ello, los versos 470-473, en que aparece el ya tan repetido motivo de que la victoria se halla en manos de Dios. •

Otro paralelismo entre la cuarta y la octava escena es que, en aquélla, el rey solicitaba algo a alguien concreto (embajador). Ahora sucede lo mismo: pide al clero que haga oraciones públicas y sacrificios incruentos a fin de que el mahometano se convierta luego, luego, (vv. 520-523).

9.1 Versos 526-603. Diálogo entre Garci-Gimeno y el soldado gracioso. La tensión acumulada por los acontecimientos encuentra su momento de escape con la aparición del gracioso. Que vengan los sacerdotes o que saquen el dinero para comprar las vituallas que yo de hambre me muero. Y si no, tomar las armas, (...) ¿Todo ha de ser buena vida, comiéndose el buen carnero, (vv. 528-537).

No obstante, su intervención es censurada por el rey, que no está dispuesto a aceptar las protestas contra el clero. Calla, calla, y no hables más (v. 552).

Esta censura da pie para que el rey señale una serie de ejemplos donde ha valido más la oración que cualquier otra cosa. Todos ellos

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comienzan de la misma manera: "¿No has oído (...)", con lo que se retorna a la estructura paralelística, al tiempo que se dota a la composición de un cierto ritmo. 10.4 Versos 604-611. Llegamos a la última escena del primer acto, en la cual ambos reyes se convidan a luchar en la plaza antes de ponerse el sol.

El convite del rey cristiano y el moro para luchar antes de ponerse el sol pone punto final al primer acto (Fot. Francisco PARRA).

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Con todos estos datos que hemos comentado, la estructura del primer acto quedaría así: 1 1 1 PASTOR CHUSMA DIABLO G. GIMENO PECADO

Dios it

ii

INTRODUCCIÓN

DIÁLOGO

1 1 REY MORO REY XNO. EMBAJ.MORO EMBAJ.MORO Dios II L030

EMBAJ. XNO. REY MORO

se dirige

Pueblo

Embaj. ti D I Á-

NO451CXX)

1 G.GIMENO

REY XNO.

se dirige

GRACIOSO

Pueblo NOODDID

Clero I

D I Á-

REY XNO. REY MORO

LOCO

4.2. Segundo acto. El acto se inicia con el apartado correspondiente a los dichos, en el que representantes moros y cristianos llegan ante sus respectivos monarcas 44


a ofrecer lo que tienen. Tras ello, se iniciará la batalla. Los cristianos, con la ayuda de la cruz, conseguirán la victoria. Se entonan inmediatamente cánticos, dando gracias por el hecho ocurrido, y la reina mora hace su aparición pidiendo clemencia para ella y los suyos. Aunque, en un principio, los musulmanes no están dispuestos a seguir los pasos de su reina, un moro gracioso romperá la tensión que se estaba creando y, al final, todos accederán a la conversión. La obra termina con la Loa a la cruz, la intervención del galán y la reina cristiana, alabando ambos los prodigios de la cruz y la grandeza de Aínsa, y la despedida del pastor. Veamos ahora las escenas. 1' y 2.'. Versos 612-1.017. El acto da comienzo con los dichos que moros y cristianos pronuncian ante sus respectivos reyes. Éstos constituyen la parte satírica de la obra. Además, es el momento en el que el pueblo interviene. La lengua utilizada resulta mucho más coloquial; no existe el tono elevado que encontramos en otros fragmentos de la obra. Por otra parte, todos ellos responden a un esquema similar, que presenta muy pocas variaciones, por lo que no será necesario estudiar las dos escenas por separado. En concreto, constan de dos partes: 1. Presentación. 2. Ofrecimiento. Con frecuencia, se alude en esta parte a la valentía o cobardía de la persona en cuestión o del grupo de gentes a que representa. En ocasiones, el ofrecimiento conlleva una condición. Transcribiremos tan sólo un ejemplo de tal estructura y señalaremos, en los restantes dichos, los versos que corresponden a cada parte. Dicho de uno que representa a los infanzones Presentación

El Regidor de Infanzones de esta villa coronada, cabeza de todo el Reino

45


y blasón de las montañas, viene en nombre del Colegio a ofrecer hoy sus armas, que es muy justo el pelear cuando lo hace su monarca. Ahí veréis el valor de sus valientes espadas, que como hijos de San Jorge saben ganar las batallas. Díganlo a voces en Huesca, publíquelo también Jaca, donde cortaron cervices de muchas testas granadas. Y así, esclarecido Rey, valor y grande esperanza, que hoy ha de vencer San Jorge la más sangrienta batalla que se cuenta en los anales de las historias de España; que esto os anuncia la Cruz que aparece en la carrasca (vv. 670-693).

Ofrecimiento y alusión a la valentía

Dichos cristianos:

dichos

1.0 parte

2.0 parte

cobardía (C) valentía (V)

Boltaila

612-619

620-631

624 (V)

Aínsa

632-635

636-655

648-649 (V)

Infanzones

670-674

675-693

678-679 (V)

46


Labuerda y San Vicente

694-698

699-715

El Pueyo

716-717

718-739

Sacristán

740-743

744-765

La Fueva

802-803

804-831

S obrarbe

832-833

834-851

Banastón

852-859

860-865

866

867-869

870-871

872-881 (ofrece con condición)

Araguás Montpellier

718-719 (C)

841-843

La Cagigosa Se trata de una pequeña aldea, como también lo es su dicho. No pueden distinguirse las partes señaladas para los otros. Labayo

894

895-904

Antes de realizar el esquema correspondiente a los dichos moros, es preciso apuntar dos observaciones, de las que nos volveremos a ocupar al tratar de la psicología de los personajes.

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Entre los dichos cristianos, encontramos la intervención del embajador moro, que recuerda el yerro cometido por sus adversarios y las consecuencias que puede conllevar el no cumplir la ley divina (vid. vv. 767780). Tal intervención debe ser interpretada como la existencia de una voz anónima que actúa a lo largo de toda la obra. En el estudio sobre los personajes de la obra, se alude a la presencia de rivalidades entre los pueblos cristianos. Es significativo, a este respecto, que se pongan en boca de los hombres de Aínsa tres dichos; que a los de Boltafia (población cercana y unida en intereses a Aínsa) se les concedan dos, y que a los restantes se les permita un solo dicho. Dichos moros: dichos

1.g parte

2.g parte

cobardía (C) valentía (V)

Morazo 1.º

905-909

910-913 (ofrece con condición)

Morazo 2?

914-915

916-919

Morito

920-921

922-926

922-923 (V)

Witaman

927-938

939-950

939 (V)

Mauran

951-952

953-971

964-971 (C)

Belcebú

972-975

976-991

982-983 (V)

Abderrhaman

992-997

998-1.003 (ofrece con condición)

1.004-1.005

1.006-1.017

Sin-Sin-Sin

48

1.016


Los dichos moros y cristianos constituyen la parte satĂ­rica de la obra

(Fot. Francisco PARRA).

49


3.' Versos 1.018-1.079. Monólogo de Garci-Gimeno, en el que alternativamente se dirige a sus hombres y a la cruz (vv. 1.018-1.029, 1.048-1.053 y 1.030-1.047, 1.054-1.065, respectivamente), para terminar solicitando a Dios la victoria (vv. 1.066-1.079), con lo que, de nuevo, se retorna a la estructura tripartita. 4.' Versos 1.080-1.091. Según el orden estructural que se observa a lo •largo de la obra, es lógico que a la escena anterior, dominada por el estatismo, le suceda otra en la que la acción se convierta en la protagonista. De hecho, es el momento de iniciar la batalla. Tanto el rey moro como el cristiano envían a sus hombres a las armas (vv. 1.082 y 1.088, respectivamente), si bien hay que tener en cuenta que Garci-Gimeno, antes de mandarlos, termina su oración de petición de ayuda a Dios, que se inició en la escena anterior. La lucha concluye con la victoria de los cristianos.

Tras el estatismo que producen sus monólogos, Garci-Gimeno pone a sus hombres en movimiento para iniciar la lucha (Fot. Francisco PARRA).

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La lucha entre moros y cristianos y la posterior derrota de los primeros constituye uno de los momentos mรกs espectaculares de la representaciรณn (Fot. Francisco PARRA).

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5.' Versos 1.092-1.100. Nueva oración (en este caso, de gracias) de Garci-Gimeno, dirigida ahora a la Santísima Trinidad.

La oración de Garci-Gimeno retorna el motivo del número tres, ahora de forma simbólica (Fot. Francisco PARRA).

6.' Versos 1.101-1.110. El pueblo cristiano entona un cántico a la cruz, agradeciendo la victoria. Lo esencial de estas dos últimas escenas se cifra en dos hechos fundamentales: 1. Ambas forman un conjunto compacto, ya que oración y cántico de gracias retornan al monólogo y permiten a la obra recuperar su estatismo.

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2. Hasta el momento, todos los monólogos de Garci-Gimeno presentaban una estructura tripartita. En este sentido, es significativo que su oración vaya dirigida en esta ocasión a la Santísima Trinidad, ya que con ello volvemos a encontrar el motivo del número tres, ahora de forma simbólica. 7.' Versos 1.111-1.284. La reina mora, al ver el estrago, sale a pedir al rey cristiano por su vida y por la de los demás moros. Garci-Gimeno accede gustoso, pues ése era su mayor deseo. No obstante, la reina se ve obligada a enfrentarse dialécticamente con los demás musulmanes, que siguen fieles a sus ideales. Al final, la intervención del moro gracioso terminará con la tensión originada.

La desolación de la reina mora ante el cadáver del rey musulmán inicia el proceso de conversión de los infieles (Fot. Francisco PARRA).

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8.4 Versos 1.285-1.391. Con la loa a la cruz se inicia un grupo de tres escenas que forman un todo completamente estructurado. Sin embargo, fijando nuestra atención en ésta, digamos que la loa se encuentra dividida internamente en tres partes: 1. Alabanza de la cruz (vv. 1.285-1.367). 2. Petición de alabanza de la misma por distintos medios (vv. 1.368-1.383). 3. Disculpa al público por los posibles errores cometidos en la representación (vv. 1.384-1.391). 9.' Versos 1.392-1.455. Es ahora un galán el que manifiesta su alegría y satisfacción por la victoria. 10.4 Versos 1.456-1.547. Aparece la reina cristiana pidiendo al galán que le conceda a ella el honor de hablar de Aínsa. En sus palabras, encontramos elementos comunes con la loa y con la intervención del galán: • Alusión a la cruz. • Alabanza de Aínsa. • Petición de perdón al público. Como puede observarse, la organización de las tres escenas responde a un intento de ir aumentando progresivamente la categoría social del protagonista de la escena (pueblo, galán, reina) e ir disminuyendo el tiempo empleado en tratar de la cruz, para conseguir que sea Aínsa la que se eleve, como auténtica protagonista, al final de la obra.

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La intervención de la reina cristiana forma parte de un conjunto compacto de tres escenas que intentan, al final de la obra, ensalzar el papel histórico de Aínsa (Fot. Francisco PARRA).

11.1 Versos 1.548-1.656. La obra se cierra con la intervención del personaje que la inició: el pastor. Se consigue de este modo la estructura circular, cerrada y paralelística de la que se ha pretendido dotar a la obra en todo momento.

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El esquema del segundo acto sería óste, en el cual, como se aprecia, se sigue el ritmo y la organización creados en el primero. 1 1 XNOS. EMB.

1 1 XNOS. MOROS

1 G.GIMENO se dirige

MORO

Pueblo

Cruz

Dios

II DICHOS

MONÓLOGO

BATALLA G.GIMENO CÁNTICO REINA MORA LOA se dirige a la REY XNO. CRUZ MORO GRACIOSO Santísima 'Trinidad II II MONÓLOGO

LÁN

REINA XNA.

DIÁLOGO

PASTOR II

NÓLOCO

56

FINAL

MO-

GA-


5. CARACTERIZACIÓN PSICOLÓGICA DE LOS PERSONAJES

Al finalizar el apartado anterior, aludíamos al hecho de que la organización estructural de las últimas escenas tendía a exaltar el papel de Aínsa. En este sentido, creemos que La Morisma es una obra realizada por y para esta villa, que pretende poner de manifiesto sus virtudes. De ahí los versos: Alto. ¿Qué es lo que dices? Mira, yo soy de Boltaña, que siempre, después de Aínsa, llevó su primera fama (vv. 656-659).

Y para realzar virtudes, un procedimiento adecuado puede ser el rebajar o disminuir las de los pueblos vecinos. Resulta curioso que, incluso a la hora de unir esfuerzos para luchar contra un enemigo común, estos hombres sustituyan las tópicas palabras de solidaridad por otras que dejan entrever rencillas y defectos.

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Allí hace muy buen fresco por la tarde y la mañana, no son como los de Olsón, que os hicieron olsonadas dandoos de aire caliente una grande boticada (vv. 710-715). Allí, todos son cobardes; para trebajar, muy buenos, pero para las batallas, fuyen como los conellos, (vv. 722-725).

No obstante, el proceso de devaluación de cualidades va mucho más allá, ya que, ante todo, lo que se intenta es colocar las virtudes de los musulmanes por debajo de las de los cristianos. Con ello, no se hace sino establecer una jerarquización (Aínsa-otros pueblos cristianos-musulmanes) que, de nuevo, alza a Aínsa a un primer plano. Teniendo en cuenta lo que acabamos de indicar, puede observarse que los distintos moros y cristianos que intervienen en la obra no son otra cosa que parte de dos hombres, el musulmán y el cristiano, vistos naturalmente desde la perspectiva del segundo. De ahí que no haya complicaciones psicológicas y nos encontremos ante una serie de personajes planos. No es difícil hallar el bueno y el malo, ya que el contraste entre ambos personajes está a la vista. Así, si el cristiano es todo humildad (vid. vv. 232-235), el musulmán aparece dominado por el orgullo (vid. vv. 212213, 168-169); mientras el cristiano hace gala de prudencia, tacto y buenas intenciones (vid. vv. 279-288), el moro queda caracterizado por cualidades opuestas a éstas (vid. vv. 380-387); si el cristiano habla con mesura y moderación (vid. vv. 844-851), el musulmán lo hace con tosquedad, grosería y engreimiento (vid. vv. 927-942). Y, de esta manera, podríamos seguir indicando casos de oposición absoluta entre uno y otro tipo. Pero, para no extendernos en exceso, estudiaremos a continuación dos ejemplos en los que se aprecia claramente el desnivel que la obra quiere establecer entre el moro y el cristiano. 58


Los distintos moros y cristianos que intervienen en la obra son parte de dos tipos humanos: el musulmรกn y el cristiano, vistos desde la perspectiva del segundo (Fot. Francisco PARRA).

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5.1. Contraste entre los dos embajadores. En el apartado anterior, veíamos cómo las intervenciones de ambos embajadores resultan simétricas, puesto que responden a un mismo esquema: • Presentación ante la corte contraria. • Mención del yerro cometido por España. • Peticiones. Lo que la obra intenta es que los tipos moro y cristiano marquen la distancia psicológica que existe entre ellos, en función del distinto comportamiento que uno y otro adoptan ante una misma situación estructural. Veámoslo. En la presentación ante la corte contraria, mientras el embajador cristiano hace gala de cortesía y buenos modales, el musulmán no se molesta en derrochar buenas palabras. Embajador cristiano. ¡Oh, gran rey Abderramán!: de parte del rey Gimeno vengo a daros su embajada con debido acatamiento. Si me permitís que hable, luego os diré su intento (vv. 319-324). Embajador moro. ¿En dónde está vuestro rey? Llamadle, que aquí le espero, pues he de desengañarle lo que pretende su empeño (vv. 445-448).

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A la hora de mencionar el yerro cometido por España, naturalmente uno adopta el papel de culpable, y el otro, el de acusador. Sin embargo, incluso en este momento, los argumentos cristianos aparecen como más razonables (puesto que es más lógico el que Dios perdone a un pueblo arrepentido, que el que siga permitiendo que su nombre sea profanado), y la personalidad del cristiano, superior a la del musulmán (ya que, mientras el primero se presenta con gran dominio de sí mismo, el moro se muestra tosco, descortés y con poco control de sus impulsos). Embajador cristiano. Bien sabrás que Don Julián tuvo mucha parte en esto. (• • • ) al África pasó soberbio y juntando gran armada fue a la ciudad de Toledo, subyugando a toda España en la forma que hoy la veo; y aunque el príncipe Pelayo quiso hacer frente a su ejército, nunca pudo remediarlo, (• • • ) Lo guardó Dios a este tiempo porque, aunque tarde, no olvida dar al que pide consuelo. Deja en paz, pues, a estos pueblos, no nos robes el derecho, que quien reina sin justicia con justicia pierde el Reino (vv. 336-355). Embajador moro. pero son vuestros delitos los que os han puesto en mis manos castigados y afligidos. (• • • ) Yo os he de afligir con un castigo inaudito, hasta que alba diga basta, que ya es mi pueblo contrito (vv. 767-781). 61


En el momento de las peticiones, si bien ambos dan a elegir dos alternativas, mientras el cristiano actúa de una manera amable, gastanto y gastando palabras, el musulmán es mucho más seco y sus palabras se convierten en blasfemias. Asimismo, es curioso observar que, para acentuar más la oposición moro/cristiano, se haga que éste último diserte más largamente de lo beneficioso que resultaría firmar la paz y el moro hable de lo cruel que sería hacer la guerra. Embajador cristiano. que entreguéis la plaza luego, pues de otro modo, repito, que se entrará a sangre y fuego. (• • • ) que si os queréis convertir, os abrazará contento; para que viváis con honra pondrá tributo a su reino. Mirad cuán grande es su alma, y a dónde llega su afecto (vv. 365-375). Embajador moro. deja esto por tu vida, y levanta luego el cerco; pues si no, de lo contrario, se entrará a sangre y fuego, sin perdonar la inocencia, ni siquiera esos templos de ese Dios que veneráis crucificado en un leño, (vv. 458-465).

5.2. Personalidad del rey moro. El monarca musulmán es uno de los personajes que deben analizarse en virtud de la influencia que posee sobre él esa voz anónima que constantemente está actuando en la obra y a la que ya hemos aludido. Afirmamos

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esto porque, al abordar su caracterización psicológica, nos encontramos con que no es tan importante analizar sus rasgos como estudiar el papel que éstos desempeñan en relación con el rey cristiano. En este sentido, digamos que el conjunto de las cualidades del musulmán configura un concepto negativo de su personalidad, que contribuye a reafirmar el carácter positivo de la del rey Garci-Gimeno. De este modo, si el rey musulmán aparece en la obra como engreído (vid. vv. 212-213), descortés (vid. vv. 166-167), indeciso (vid. vv. 402-403), imprudente (vid. vv. 411-413), irrespetuoso (vid. vv. 451-454), etc., es para realzar más la figura de su rival y desnivelar la balanza a la hora de decidir quién merece ganar la batalla. No obstante, este sencillo esquema se complica, ya que, si bien al leer o presenciar la obra lo primero que se percibe es todo lo anteriormente comentado (oposición moro/cristiano), también es verdad que, si prestamos una mayor atención, nos damos cuenta de otro aspecto muy interesante, como es la existencia de otros dos mundos opuestos: •

Por un lado, un mundo representado por una serie de personajes, que reflejan una ideología en torno a la cual gira la sociedad (pastor, rey cristiano, galán, reina mora).

Por otro lado, un mundo formado por gentes del pueblo, que se limitan a vivir la vida que les dan y sólo en contadas ocasiones se atreven a realizar alguna pequeña crítica.

Es decir, la psicología de los personajes de la obra gira en torno a dos coordenadas, que es preciso tener en cuenta en el momento de estudiar su caracterización y que podemos representar del siguiente modo:

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CLASE DOMINANTE

CRISTIANO

MORD

CLASE DOMINADA

Analizado el eje de abscisas anteriormente, parece oportuno estudiar a continuación los personajes que se agrupan a uno y otro extremo del eje de ordenadas.

5.3. Personajes que pertenecen a la clase e ideología dominante. a) Pastor. El pastor que inicia y termina la obra cumple, por un lado, la misión de ser ese narrador que con pocas palabras nos introduce en el ambiente en que van a desarrollarse los hechos, y, por otro, es esa persona bajo cuyo disfraz, Disfrazado de pastor me enviaron los usías para no ser conocido (vv. 1.583-1.585), se esconde la ideología de una época y de unas instituciones. 64


y viva Dios en los cielos, (v. 1.563) viva el invicto Gimeno, vivan los grandes de Aínsa (vv. 1.567-1.568). Vivan todos los cristianos con su noble jerarquía, (vv. 1.571-1.572).

Tras estos versos, aparece en nuestra mente la idea de una sociedad jerarquizada, que se apoya en la religión y en el gobierno de los fuertes. Jerarquización y teocentrismo que se unen al patriotismo, que hoy se gana en España lo que se perdió Witiza (vv. 1.573-1.574).

Al llegar a este punto, nos asalta la duda de si estas tres ideas se hallan presentes en la obra como reliquia de un tiempo pasado, si han sido introducidas por la voz anónima que actúa en la obra o si, por el contrario, se han conservado porque siempre han interesado. b) Rey Garci-Gimeno. Nos encontramos ante otro personaje sin contradicciones, al servicio de la obra y sin una personalidad propia, ya que lo que cuenta en él es la persona de Dios. Oh, Dios inmenso y supremo. Piedad y clemencia os pido para este vuestro Reino (vv. 135-137). Tuyo es el cielo y la tierra; tuyo es, Señor, este Reino; tuya será la victoria, pues tuyo es todo mi ejército (vv. 162-165).

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Hasta tal punto esto es así que no tiene ningún reparo en reconocer que es una marioneta de Dios. Poderoso sois, Señor, pero muy débil mi ejército. Y en el caso de victoria será el vencimiento vuestro; porque en mí nada confío, sino en tu poder inmenso (vv. 470-474).

Una marioneta pasiva, convencida de que Dios está ahí, muy cerca, para mover sus cuerdas. que aunque el mundo no me oiga ya me oirá el Rey Supremo (vv. 450-451).

Pero, ¿es realmente un títere o intenta tan sólo aparentarlo?; ¿no será Dios la marioneta que él emplea para sus propios fines? Los siguientes versos apuntan algo al respecto. y que nuestros enemigos lleguen a ser vuestros siervos, (vv. 204-205). y confiado os suplico que me habéis de dar remedio y convirtiendo al pagano, o apocándole su esfuerzo, porque con fuerzas humanas es imposible vencerlo; y así fío en las divinas para rescatar el reino (vv. 224-231). pues defendiendo su causa seguro está el vencimiento; (vv. 277-278). Y para atenderle con honra impondré un tributo al reino (vv. 289-290).

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Tras estos fragmentos podemos pensar que los términos han quedado invertidos. No es Dios quien mueve las cuerdas del hombre (Garci-Gimeno), sino éste último el que trata de mover las de Dios ("que me habéis de dar remedio"); se desea la victoria, tal vez no para que "nuestros enemigos" lleguen a ser "vuestros siervos", sino para "rescatar el reino" en un sentido material y no espiritual; de ahí esas palabras finales: "impondré un tributo al reino". En este mismo sentido, la frase "defendiendo su causa seguro está el vencimiento" cumple una función propagandística, ya que aquí el defender "su causa" no se refiere sólo a Dios, sino a todo el sistema eclesiástico establecido. De ahí que, cuando un hombre del pueblo critique levemente éste, el rey lo haga callar rápidamente. Calla, calla, y no hables más en este asunto tan serio; más harán sus oraciones que las armas del ejército (vv. 552-555).

En definitiva, lo que se está haciendo es establecer la equivalencia entre Dios y el sistema eclesiástico terrenal, como se refleja en estos versos. También humilde suplico, al muy venerable clero, haga oraciones públicas y sacrificios incruentos, a fin de que el mahometano se convierta luego, luego, o que rinda por mis armas, culto al Dios verdadero (vv. 518-525).

La conclusión a la que llegamos, como ya se ha apuntado anteriormente, es que el rey, al igual que el pastor, es el representante de una ideología y de unas instituciones, Tras esa imagen de hombre valiente, religioso, humilde, mesurado, generoso, comprensivo, que guarda mucha relación con la de cualquier héroe, existe toda una serie de intereses parti67


culares. No obstante, el personaje parece haber adivinado nuestros pensamientos y enseguida responde para evitar erróneas interpretaciones. Es cierto, Dios y Señor, que al haceros este ruego no es porque quiera reinar, sino que reinen tus siervos, (vv. 232-235).

c) Sacristán. Sería lógico pensar que, si un pastor, representante del poder establecido, y un rey, cabeza visible del mismo, defienden en sus intervenciones una ideología caracterizada por el teocentrismo, la jerarquización y el patriotismo, tendría que existir también un personaje perteneciente al clero que hiciera lo propio, puesto que monarquía, nobleza y clero son los pilares que sustentan esos valores. Este personaje sí aparece: se trata del sacristán. Pero lo curioso es que, en primer lugar, esas tres ideas no están tan claramente expresadas como en los dos anteriores y, en segundo lugar, el tono de sus palabras se halla muy por debajo del suyo; incluso el lenguaje utilizado no da al discurso la talla que se observa en el del pastor y en el del rey. Todo esto hace que el sacristán, en lugar de constituir un punto de apoyo a la hora de introducir unas determinadas ideas en el pueblo, se convierta en todo lo contrario. y traigo la caldereta pa espergiar al enemigo, y como todos son malos no quedará un maldito. No piensen que yo me burlo, (vv. 744-748). Salid luego a la batalla, que yo me voy a un bautizo porque dan buenas rosquillas, de "fulana" que ha parido, (vv. 794-797).

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Es normal que, ante esta postura tan cómoda del sacristán, el pueblo reaccione, y que empuñen los aceros, que en punto de religión deben ser los primeros. ¿Todo ha de ser buena vida, comiéndose el buen carnero, las perdices y capones, (vv. 533-538).

La pregunta que nos formulamos es por qué ocurre esto; por qué la obra no pone al servicio de esa ideología a un representante del clero. Tenemos que tener en cuenta que la intervención del sacristán se halla dentro de los dichos. Éstos constituyen el capítulo satírico de la obra; la parte, por otro lado, que más modificaciones ha sufrido, por ser netamente popular y ser reelaborada cada año a gusto de cada intérprete. Es completamente lógico, por lo tanto, que este personaje aparezca como lo que el pueblo cree que es y no como lo que el poder establecido quiere que sea.

d) Galán y reina cristiana. Estudiamos juntos a estos dos personajes, porque funcionan en la obra como uno solo. De hecho, el monólogo de la reina no es sino continuación del comenzado por el galán. Nuevamente, el tono alto del discurso, el lenguaje depurado y las expresiones precisas al servicio de la religión y del patriotismo, reducido, en este caso, a un ámbito concreto, Aínsa, son los elementos que los caracterizan (vid. vv. 1.392-1.397, 1.424-1.426, 1.428-1.439, 1.452-1.455, 1.480-1.483, 1.503-1.507, 1.518-1.522).

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Galán y reina cristiana son ejemplos de personajes al servicio de la clase e ideología dominantes (Fot. Francisco PARRA).

e) Reina mora. Pensamos que es uno de los personajes más interesantes de la obra y tal vez el más astuto. ¿Por qué afirmamos esto? Sencillamente porque, aunque ensalza, como todos los anteriores, la religión cristiana, en su mente sólo hay una idea fija: todo está perdido y hay que salvarse;

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La psicología de la reina mora rompe de alguna manera con los modelos de personajes planos que dominan en La Morisma (Fot. Francisco PARRA).

Mirad allí a vuestro rey siendo ya cadáver frío; su ejército destrozado, y su orgullo ya vencido (vv. 1.163-1.166).

De ahí que exclame: Temed, temed la venganza, temed, temed el castigo (vv. 1.181-1.182).

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Y, aunque después la oigamos decir: Abrid, abrid, pues, los ojos, no caigáis en los abismos, mirad que el Rey os convida a recibir el bautismo con que se lavan las manchas de todos los desatinos (vv. 1.199-1.204),

podemos preguntarnos por qué tienen que abrir los ojos: ¿para salvar su alma o su cuerpo? De hecho, aunque incluimos en este apartado la psicología de la reina mora, ésta no es tan sólo un personaje al servicio de la ideología dominante. Bien es verdad que, en ocasiones, como hemos señalado, su discurso se halla dentro de los moldes típicos de los anteriores personajes (vid. vv. 1.131-1.136). Sin embargo, sorprende en cierto modo su alusión a la libertad, ya que éste es un factor al que no han aludido los demás (vid. vv. 1.111-1.114).

5.4. Personajes que pertenecen a la clase e ideología dominada. Aparte de todos estos personajes, que de una u otra manera repre-

sentan a los estamentos sociales más altos, nos encontramos con una serie bastante amplia de hombres del pueblo. En la obra, este grupo aparece como un conjunto compacto, en el que no es oportuno individualizar a las distintas personas, puesto que cada una de ellas es como un granito de la gran masa: la masa popular.

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En La Morisma, estos hombres del pueblo quedan caracterizados como pequeños muñecos que sólo se ponen en marcha al darles cuerda; una cuerda que suele equivaler a comida y bebida. que como me fartes bien, ya podrán venir soldados (vv. 912-913). Si quieres que peleemos pondrás magra en la sartén. Con buen pan y buena carne se vencerá todo Argel. Soldado sin comer ni beber, tampoco puede vencer, y sin un penique de aguardiente, ¿qué será de él? (vv. 874-881).

Esta imperiosa necesidad del pueblo de satisfacer sus necesidades primarias explica el que los ideales defendidos por los altos personajes no sólo no sean objeto primero de su preocupación, sino que religión, jerarquía y patriotismo adquieran un significado particular. La guerra de religión se transforma así en una cuestión económica: y tengo que suplicaros que matéis los sarracenos, que pues no comen tocino ni despachamos un puerco (vv. 806-809).

La jerarquía se rechaza de antemano, aunque bien es verdad que esta crítica sólo afecta al estamento eclesiástico. Que vengan los sacerdotes o que saquen el dinero (• • ) Ellos tienen buena renta, nosotros muy corto el sueldo, y que nosotros saquemos las castañas de lo fuego. Carrascas, guarda, Pablo, entre bobos anda el juego (vv. 528-545).

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Y el patriotismo queda reducido a una exaltación de lo suyo. Es curioso que ninguno de estos hombres mencione el nombre de España, ni siquiera el de Sobrarbe. y si acaso faltan armas no falta hierro en Aínsa, como son: espadas, chuzos, puñales, lanzas y picas, (vv. 650-653). Tenemos muy buenas uvas, figas, pansas y ciruelos; y buenas cubas de vino: (vv. 860-862).

La ideología dominante, no sólo posee distinto significado para el pueblo, sino que incluso llega a quedar satirizada en sus manos, como puede observarse en el siguiente ejemplo. El rey cristiano, la reina mora o el galán defendían que la guerra había sido ganada gracias a la intervención de la cruz. Es cierto que a lo largo de La Morisma no se niega este hecho. Sin embargo, es curioso que, en un momento dado, un moro, un hombre del pueblo, afirme: hace ya catorce años que te defiendo la guerra y aun no he podido encontrar el glu, glu, de la puchera. Cuida bien de tus soldados, si quieres que te defiendan, (• • • ) pues si el ánimo está flojo mala guerra, mala guerra (vv. 994-1.004).

Y, tras la batalla, vuelve a reconocerse este estado de miseria de los soldados moros. Así lo juramos todos, aquí nos tenéis rendidos; prevengan nuestra merienda, pues estamos mal comidos, (vv. 1.265-1.268). 74


Si uno lee entre líneas estos versos, observa que se está apuntando al mal gobierno de un soberano como causa de la derrota en la guerra. En relación con esta sátira que el pueblo realiza de la ideología dominante, debe situarse el hecho de que, en general, no haya en ellos un tono elevado, ni nada que los asemeje a los héroes: ¿Dónde esconderme podré? (v. 73). No obstante, en esta cuestión es preciso ser precavido, pues no hay que olvidar que, en la obra, un hombre será más o menos héroe en virtud del lugar de donde proceda. Ya hemos aludido anteriormente a ello, al mencionar el contraste moro/cristiano y las rivalidades entre los pueblos cristianos. Citaremos aquí tan sólo un ejemplo. Mientras las gentes de Boltana, unidas a Aínsa en proximidad e intereses, son calificadas como valientes (vid. vv. 624-625), las de El Pueyo son consideradas cobardes (vid. vv. 722). Mencionaremos finalmente a dos personajes, pertenecientes también al pueblo, que la misma obra califica como graciosos. Habría que aludir al antecedente o consecuente del gracioso del teatro del Siglo de Oro, según se sitúe la remodelación del texto, basado en una leyenda medieval, antes o después de dicho siglo. No obstante, lo que aquí interesa es observar que estos personajes de La Morisma poseen rasgos propios del gracioso, como es el de romper la tensión de la obra en un momento determinado. Así, durante el enfrentamiento dialéctico entre los musulmanes y la reina mora, se llega a unos breves instantes de tensión que rápidamente son eliminados con la intervención del moro gracioso. Tiene razón nuestra reina; habla como un agustino; todos seremos cristianos y comeremos tocino, 75


y echaremos buenos tragos con títulos de cautivos; y si llegamos al Pueyo no nos faltará buen vino, a menos que nos engañen como a Canción, o vecino que o fallaban de vinada y decía: "guapo vino". (...) y, en fin, todos nos darán, viéndonos ya convertidos (vv. 1.211-1.236).

Hay, además, otra posibilidad de interpretación de estos personajes. Es la que apunta Mercedes PUEYO1: el soldado gracioso se corresponde con la figura del rabadán, que aparece en numerosos dances. De hecho, ambos presentan similitudes entre sí, como es la ligereza con que abordan los temas o su preocupación exclusiva por comer y beber. Otro aspecto interesante de los graciosos es que sobre ellos recae el papel de criticar levemente el poder establecido. Y decimos levemente porque acompañan sus críticas de un humor que impide que sienten mal a nadie (vid., como ejemplo, los ya conocidos versos 528-551).

1 PUEYO, Mercedes, El dance en Aragón, Heraldo de Aragón, Zaragoza, 1973, pp. 128-129.

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6. PASADO Y PRESENTE DE

LA MORISMA

Es tal vez éste uno de los puntos más delicados de este libro. Tras leer o presenciar la representación de La Morisma, afirmar que ésta posee una clara raigambre con el teatro medieval puede parecer a unos evidente y a otros ingenuo. Ni una postura ni la otra creemos que es acertada. Más adecuado sería, en principio, tener en cuenta factores tales como el drama medieval, el dance aragonés, la actualización y medievalización del texto y la presencia del tema de la obra en la tradición oral, ya que serán estos puntos los que ayudarán a comprender el significado de la misma. Abordaremos a continuación cada uno de ellos. Realizando un rápido repaso por el teatro y sus orígenes en la Edad Media, pueden obtenerse entre otras las siguientes conclusionesl: •

Los diferentes tipos de tradición culta (teatro clásico, comedias elegíacas, comedias humanísticas) que encontramos en la Edad

1 Seguimos para ello básicamente la exposición que lleva a cabo Femando LÁZARO CARRETER en Teatro medieval, Castalia, Valencia, 1958. 77


Media se desarrollaron fundamentalmente en círculos universitarios y no presentan ninguna conexión con nuestra obra. •

El factor litúrgico va a tener una importancia decisiva en la aparición del teatro medieval: los tropos, textos breves que amplifican los litúrgicos, surgen como un intento de la Iglesia de hacer más clara la liturgia. Naturalmente, La Morisma no es un tropo, pero ambos presentan elementos que responden a un fondo común. Como apunta Fernando LÁZARO, siempre quiso convertirse el templo en algo divertido; lo material y lo espiritual se entremezclaban. Éste es un rasgo que puede aplicarse, en cierto modo, a La Morisma. En ella, un hecho profano, como es la batalla entre dos pueblos, se mezcla con la aparición de una cruz que actúa a favor de la causa justa, en este caso, la cristiana. Año tras año, la Iglesia quiere hacer comprender a las gentes que, defendiendo su causa, se consigue lo que uno quiere o desea. Y para inculcar esa idea en el pueblo, un medio excelente es la representación de esta obra. Llega un momento en el que se introducen en el teatro religioso los pastores sayagueses, para amenizar, en la mayoría de los casos, las representaciones con el habla divertida de los campesinos. Recordemos que una parte muy importante de La Morisma es la constituida por los dichos, que corresponden a intervenciones de las gentes del pueblo, las cuales emplean una lengua popular y divertida.

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Este teatro religioso se vio frenado, en parte, por el desarrollo de espectáculos populares2. Nos referiremos fundamentalmente a dos de ellos: •

No se conoce con seguridad en qué consistían los juegos de escarnio. Se habla de danzas, pantomimas, elementos líricos de escarnio,... Se sabe, por ejemplo, que en Inglaterra y en el Continente se celebraba la morris dance, cuyos participantes se disfrazaban de moros.

Desde el s. VII, los juglares recitaban poemas épicos y líricos y dramatizaban elementos dialogados. Posteriormente, estudiaremos la influencia que la épica y la lírica han podido ejercer sobre esta representación.

Éste es, en pocas palabras, el panorama general del teatro europeo durante la Edad Media. Pero, ¿qué sucedía en Aragón concretamente? Veámoslo. Después de la Reconquista, Aragón fue uno de los primeros territorios donde surgió el teatro: funciones en las iglesias, teatro satírico y antiquísimas danzas. El dance, en su origen, se halla enraizado con estas representaciones. Ha aparecido ya la palabra dance, a la que La Morisma ha estado unida desde antiguo. De hecho, cuando la "Revista Aragón" se dispuso a publicar por primera vez La Morisma, lo hizo junto a otros tex-

2 No nos extenderemos en este punto, porque sería salirse del tema. Enumeraremos sólo algunos de ellos: entremeses, momos, teatro político (Égloga). 79


tos representativos del dance aragonés3, lo cual no dejaba de ser significativo. Pero, ¿qué es el dance? Como muy bien indica Antonio BELTRÁN4, se trata de una compleja manifestación, mezcla de elementos antiguos y modernos, con fondo e inspiración religiosas, en la que se unen baile y música; representaciones dialogadas de sucesos entre pastores; entre moros y cristianos; luchas entre el bien y el mal; romances y dichos; danzas de palos y espadas, de arcos y cintas. Estas pequeñas obras de teatro popular, que poseen rasgos propios del teatro primitivo (representaciones al aire libre y participación del canto y la danza), constituyen, en el fondo, según señala Arcadio de LARREA5, ritos medicinales. Se distinguen, según Mercedes PUEY06, dos tipos de dance: —Con lucha. —Sin lucha. No obstante, un dance ideal debe incluir: —Baile de palos y espadas. —Diálogo de pastores. —Lucha del bien y del mal. —Lucha de moros y cristianos7.

3 La "Revista Aragón" publicó en sus números de marzo y abril de 1987 el dance de Robres y, en el último de ellos, anunció que daría a conocer en números sucesivos el de Sariñena, Barluenga y La Morisma de Aínsa. 4 BELTRÁN, Antonio, Introducción al folklore aragonés, Guara, Zaragoza, 1980, p. 171. 5 LARREA PALACfN, Arcadio de, El dance aragonés y las representaciones de moros y cristianos. Contribución al estudio del teatro popular, Editora Marroquí, Tetuán, 1952, p. 23. 6 PUEYO, Mercedes, op. cit., p. 15. 7 Ibídem, p. 113. 80


Estos cuatro elementos han ido superponiéndose paulatinamente a lo largo de distintas épocas8:

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Baile de palos y espadas. El baile es la forma más primitiva de que el hombre se ha servido para expresar sus estados anímicos. Esta parte del dance es, por consiguiente, anterior a la Edad Media.

Diálogo de pastores. Los diálogos entre un mayoral y un rabadán están influenciados por la lírica religiosa, vidas de santos y moralidades de los siglos XII y XIII. Es, por lo tanto, una poesía religiosa y satírica a la vez. ¿Cómo se unen estos diálogos con el baile? Es fácil imaginar que el canto evolucionó a poesía. Encontramos, de este modo, el primer germen del teatro.

Lucha del Bien y del Mal, personificados en el ángel y el diablo, respectivamente. La incorporación de este tema guarda relación con los Misterios y Autos Sacramentales. Por otro lado, fue un asunto de gran actualidad en la Edad Media y en los siglos posteriores. ¿Cómo se suma la lucha del Bien y del Mal a los anteriores elementos? Tampoco es difícil suponer lo que sucedió. El diablo, con sus malas artes, intentará que aquella pastorada dedicada a un santo no se celebre; entonces, aparecerá el ángel, que, con la ayuda del santo, restablecerá el orden.

Lucha de moros y cristianos9. Es una continuación de la anterior: el diablo se convierte en aliado de los moros, y el ángel, de los cristianos. Al final, triunfará el Bien y los moros se convertirán.

Ibídem, pp. 114-121. Los turcos que aparecen en numerosos dances son equivalentes a los

moros.

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Al llegar a este "último elemento" incorporado al dance, enlazamos sin querer con otro de los puntos que estudiaremos más adelante. Nos referimos al problema de la datación del dance. Para M. PUEYO, aunque la Reconquista gozó de un gran eco en el pueblo y pudo introducir elementos en estas representaciones, lo que más influyó en ellas fue la hostilidad surgida posteriormente entre la población cristiana y los moros conversos que permanecieron en España. Otra explicación puede ser la que expone Arcadio de LARREA10. Este autor se pregunta por qué la lucha se desarrolla entre moros y cristianos, por qué el moro es el enemigo, ya que, según él, esto no atiende a motivos de índole histórica. La hipótesis de LARREA es la siguiente: el moro es el no bautizado, el último pagano contra el que hay que luchar y al que hay que convertir. De esta forma, el moro se convierte en un personaje símbolo y, por tanto, ahistórico. Aplicaremos, a continuación, a La Morisma este esquema del dance descrito por Mercedes PUEYO. •

No hay baile de palos y espadas, ni de ningún otro elemento, como arcos o broqueles.

Para Mercedes PUEYO, tanto el rabadán como el mayoral están disfrazados en La Morisma de soldado gracioso y pastor, respectivamente. No obstante, creemos que este punto no resulta tan evidente. A su favor puede argumentarse que el gracioso sí presenta las mismas cualidades que el rabadán: persona graciosa que toma las cosas a la ligera y que tan sólo se preocupa por comer y beber bien. Sin embargo, no encontramos por ninguna parte que el pastor posea los rasgos que caracterizan al mayoral. De hecho, no existe reproche alguno del primero hacia el gracioso. La única amonestación que

10 LARREA PALACÍN,

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Arcadio, op. cit., pp. 29-35.


éste último recibe proviene del rey Garci-Gimeno, pero tampoco cumple éste la función de mayoral. •

Lucha del Bien y del Mal. En La Morisma, el pecado no está representado por el diablo, pues son dos personajes distintos. Es más, nos encontramos con este sorprendente mandato. PECADO Desde aquí te mando al punto que a los inflemos desciendas y pues dejarás en paz a todas las almas buenas (vv. 128-131).

El pecado, en La Morisma, no está representado por el diablo, a diferencia del resto del dance aragonés (Fot. Francisco PARRA). 83


Por otro lado, el ángel no aparece en la obra, aunque sí una misteriosa cruz. •

Lucha de moros y cristianos. Aínsa también es, en este punto, una excepción. Si anteriormente comentábamos que a la hora de surgir una representación de este tipo ejerció más influencia la hostilidad entre cristianos y moriscos que la Reconquista, o incluso el hecho de convertir al musulmán en un personaje simbólico y ahistórico, pensamos que en La Morisma los términos se invierten. En nuestra opinión, la lucha de moros y cristianos no supone un añadido posterior, sino que constituye el principal y central motivo en que se inspiró la obra. No obstante, no descartamos la posibilidad de que las dificultades de convivencia entre morisco's y cristianos influyeran y estimularan tal motivo central; la lectura del verso 630 puede resultar interesante en este sentido.

Como conclusión de todo lo comentado, y a propósito de la relación de La Morisma con alguna de las manifestaciones existentes en la Edad Media, puede afirmarse que ésta no guarda parentesco con la corriente culta, pero sí con la religiosa, que tendía a mezclar lo profano y lo religioso, de manera que la liturgia fuera asimilada por el pueblo. Por otro lado, recordemos el paralelismo con los pastores sayagueses, anteriormente señalado. No obstante, a pesar del influjo eclesiástico, creemos que La Morisma debe ser incluida dentro de las distintas manifestaciones dramáticas populares que tuvieron lugar en la Edad Media. Aparte de las actividades juglarescas, los entremeses y los momos, Fernando LÁZARO señala la existencia de ciertas pantomimas y danzas que tenían lugar en todo el Continente. En Aragón, en concreto, encontramos una serie de manifestaciones folklóricas que se conocen con el nombre de dance. De los dos elementos principales de que se compone éste (danza y representación dra84


mática), La Morisma sólo presenta el último de ellos, enlazando con otras fiestas de moros y cristianos que se celebran fuera de nuestra región, tanto en España (Carboneras —Almería—, Benamahona —Cádiz—, Juviles —Granada—, Benalauria, Benamocarra, Alfarnate, Benadalid —Málaga—, Alcoy — Alicante—, etc.11), como en el extranjero (Bélgica, Italia, Escocia, México). Según Arcadio de LARREA12, danza y drama son una misma cosa: un combate simulado. La representación dramática constituye una mera versión literaria de la dinámica de la danza de espadas, ya que en ambas aparecen los mismos símbolos, e idéntico proceso tiene lugar en su desarrollo13. En cierta manera, puede incluirse La Morisma dentro de este contexto, pero de un modo muy especial. ¿Por qué? Porque constituye realmente un islote dentro del dance aragonés. Si bien presenta puntos de conexión con él, posee una personalidad propia y definida, que —nos atreveríamos a afirmar— la convierte en el origen de otras manifestaciones del dance. Para defender esto, puede traerse a colación un hecho señalado ya por Mercedes PUEYO: el dance comenzó probablemente por el norte; después, llegaría al valle y a la ribera del Ebro, y, por último, a una pequeña zona de Teruel. Pudo existir en este recorrido imitación y trasplante. Las representaciones irían transmitiéndose debido a relaciones comerciales, matrimoniales, así como a las visitas a las fiestas de los pueblos vecinos. Y ya nos podemos imaginar la importancia que tuvieron en estos trasplantes los clérigos, debido a la finalidad religiosa del dance. 11 Vid. al respecto:

GARCfA FIGUERAS, Tomás, La fiesta de "Moros y Cristianos" en Benamahona (Cádiz), "África" (junio 1933) y Las fiestas de "Moros y Cristianos" en Alcoy, "Mauritania" (agosto 1940); DfAZ DE VILLEGAS, José, Otra fiesta de "Moros y Cristiarfos" en la Villa de Carboneras (Almería), " África" (abril 1936). 12 LARREA PALACÍN, Arcadio de, op. cit., pp. 24-29. 13 Resulta interesante, en este sentido, la obra de SCHENEIDER, V. Marius, La danza de espadas y la tarantela, Instituto Español de Musicología, Barcelona,

1948. 85


Prueba de la originalidad de La Morisma es que, si en otros dances a ese núcleo central y primitivo que es la pastorada se han añadido posteriormente episodios referentes a luchas entre el Bien y el Mal, moros y cristianos, turcos y cristianos, en La Morisma se invierten los términos. En ella, dentro del núcleo central de la obra, constituido por la lucha entre moros y cristianos, se encuentran una serie de elementos que conectan con los otros dances: gracioso, parte satírica, intervención divina. No obstante, un lector o espectador que no conozca La Morisma originaria (recordemos el complejo ceremonial descrito al comienzo de este libro) y sea ajeno al contexto dramático dentro del cual debe ser analizada puede pensar, con todo derecho, que la obra ha constituido una invención reciente. A ello contribuye, y con esto nos adentramos en otro de los puntos ya señalados, la actualización que se ha llevado a cabo en la obra. Actualización que, si a algunos puede parecer negativa, resulta sumamente positiva para el pueblo de Aínsa y, en concreto, para sus organizadores. Según ellos, no sólo es positivo, sino que querrían que La Morisma fuera una obra netamente popular; movidos por la idea de que "el folklore no es algo estático y los textos no pueden ser fósiles"14, desearían que año tras año fuera lo que sus actores quisieran, es decir, un ejercicio de improvisación con referencias textuales. De hecho, esto ya sucede, puesto que ha ido introduciéndose en el texto a lo largo de los años una serie de variantes, que responden, bien a exigencias técnicas, relacionadas con el drama y su representación, bien a criterios de acomodación del mismo a los tiempos actuales. Nos parece interesante presentar a continuación las innovaciones que han tenido lugar en La Morisma en los últimos años, si bien queremos

14 Palabras de M.' Carmen CHÉLIZ, recogidas por Francisco PARRA en Este año habrá Morisma en Aínsa, "El Día" (Zaragoza, 15-IV-1985). 86


puntualizar que algunas de ellas no representan un intento de actualización de la obra, sino todo lo contrario: una recuperación de la antigua tradición. En 1983, se incorpora al espectáculo una danza árabe, la cual desaparecerá en 1987. En 1985, se producen cuatro innovaciones: •

Actualización del papel correspondiente al galán, por considerarlo demasiado cargado de contenido.

Creación de dos nuevos dichos, el de Plan y el de Jánovas, atendiendo a las inquietudes de los pueblos pirenaicos en ese año. Hay que resaltar el hecho de que el dicho de Plan se pone en boca de una mujer, lo cual supone una gran novedad. Tradicionalmente, La Morisma era una representación masculina; incluso los papeles de las reinas eran interpretados por hombres. A partir de 1970, varía este planteamiento y los personajes femeninos (reinas y damas) son representados por mujeres. Con la incorporación del elemento femenino a los dichos en 1985, la mujer se introduce plenamente en el espectáculo. Recordemos, no obstante, que en 1987 desaparecen estos dos dichos y, por consiguiente, esta parte satírica de la obra aparece nuevamente como netamente masculina.

Se introducen jotas y paloteado, con coreografía de Carlos VIDAL e interpretación del grupo Estirpe de Aragonia. Con ello no se intenta sino recuperar la tradición, ya que, según las referencias textuales y el testimonio de los ancianos que recuerdan representaciones anteriores a la guerra civil, la jota era antiguamente parte integrante de La Morisma.

87


Bautizo de los moros15. En 1987, la fiesta popular se vio amenizada por el grupo "Os mosicos del Sobrarbe".

En 1987, se emplea como texto-base para la representación una versión refundida por José Miguel CHÉLIZ, que presenta dos novedades principales respecto a la de Luis MUR. •

Aparece la figura del cómico-relator. Desde él punto de vista técnico, el nuevo personaje cumple la triple función de aportar unidad a la obra, enmarcarla dentro de un contexto adecuado y concreto y llenar el vacío entre una y otra escena.

La creación de la figura del cómico-relator en la obra ha estado basada en necesidades técnicas (Fot. Francisco PARRA). 15 Vid. capítulo 3.

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Se introduce música medieval en vivo a lo largo de toda la obra. Los instrumentos usados son percusión, laúd, chirimía o dulzaina y gaita aragonesa. Comienza la obra, de esta manera, no con la intervención del pastor, sino con música, para dar paso a la canción de bienvenida interpretada por los propios músicos, algún corista y por el cómico-relator.

La introducción de música medieval en vivo a lo largo de La Morisma fue una innovación en 1987 (Fot. Francisco PARRA). 89


La incorporación de la canción de bienvenida a la representación supuso una leve modificación de la estructura de la obra (Fot. Francisco PARRA).

A todas estas innovaciones producidas año tras año, podemos sumar las numerosas citas de personajes y situaciones conocidos por todos los habitantes del entorno geográfico de Aínsa que se han incorporado al texto y que constituyen un claro intento de aportar mayor vigencia y actualidad al mismo. Veamos seguidamente algunas de ellas. Allá todos somos probes no tenemos un dinero, menos que el señor Coronas, que es un grande pecetero (vv. 730-733).

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Señor, yo soy de a Fueva, (• • • ) Es tierra muy miserable; no se crían, sino cerdos, (• • • ) Si en ez de menester Vos, buena manada en tiengo, que en feria de Tierrantona correba poco el dinero pero a truca de mentiras todo se despachó luego, (vv. 802-825). Irás a La Cagigosa, preguntarás por Ramón; ese Ramón que te digo, no creas que es el de Sanz porque era camas crudas que se quería prestar. ¿Qué prestamen será ese? ¿de Capitán general? y ahora se ha quedado barrendero de hospital (vv. 884-893).

Y así podríamos ir enumerando otros muchos versos (vid., al respecto, vv. 929-934, 947-950, 852-857, etc.). Pero, al lado de esta actualización de la obra, se observa una leve medievalización de la misma. Al acabar de leerla o escucharla, La Morisma parece remitirnos a otros textos medievales. Se aprecia un intento de otorgar al texto una antigüedad que, tal como se conserva hoy, no la tiene. Veamos ahora los posibles rasgos medievales.

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El primer hecho que llama la atención es la relación que guarda nuestra obra con la épica y el romancero. •

En cuanto a la forma, se utiliza, como en los cantares de gesta, una serie indefinida de versos; aunque existe alguna irregularidad, en general, se usa el octosílabo16 con rima asonante en los pares, estructura métrica característica del romance.

En La Morisma, encontramos una poesía narrativa que, como la épica, exalta un momento de la historia en el que ha habido luchas heroicas y que posee la capacidad de avivar el espíritu nacional.

Como los cantares de gesta y los romances, La Morisma es anónima y se ha transmitido oralmente17. Los diversos papeles han ido pasando de padres a hijos hasta convertirse, en algunos casos, en propiedad de determinadas familias, es decir, son siempre miembros de ellas las que interpretan un personaje dado, porque ha sido costumbre generación tras generación el hacerlo. Realmente, la línea de tradición no se ha roto nunca en La Morisma; incluso cuando en 1970 vuelve a ponerse en marcha el espectáculo, tras 50 años de olvido total, fue posible revitalizarla gracias a tres personas, que repitieron el papel que habían representado medio siglo antes.

• A la hora de fechar los dances, nos encontramos con problemas similares a los que se plantean para la épica. Nuevamente, individualismo y tradicionalismo no se ponen de acuerdo. Mercedes PUEYO, en este asunto, es partidaria de adoptar una posición ecléptica. 16 Queremos puntualizar, no obstante, que el uso del octosílabo no es exactamente un dato medievalizante, ya que, al ser el más adecuado a nuestra lengua, se ha convertido en el más popular en cualquier época. 17 Nos hemos inspirado, a la hora de apuntar estas ideas (anonimato y transmisión oral), en la tesis tradicionalista. 92


Según el tradicionalismo, el poema surge inmediatamente después de los hechos; el individualismo, por el contrario, considera que nace mucho más tarde. A favor de la tesis individualista pueden esgrimirse dos razones: a) La mayor parte de los dances surgen siglos después del suceso narrado. De ahí que los hechos se hallen totalmente alterados y que incluso no se correspondan con la realidad histórica. b) Los textos conservados no pertenecen a la época medieval. Apoyan, por el contrario, la tesis tradicionalista otros dos hechos: a) El tema, al transmitirse oralmente, ha podido sufrir continuas variaciones y refundiciones. b) Aunque la mayor parte de los textos daten de los siglos XVII y XVIII, hasta entonces han podido transmitirse de forma oral. La solución que Mercedes PUEYO encuentra es pensar que la reconquista hizo que los dances quedaran muertos. Sólo sobrevivieron algunos vestigios. En el siglo XVI, al renacer la literatura, los autores se fijaron en ellos y los reconstruyeron, proporcionándoles un sabor arcaico. En lo que respecta a La Morisma, creemos que ésta no fue fruto de una invención, como lo pudieron ser otros muchos dances. Tras ella existe un fondo histórico que no encontramos en alguno de ellos. Es cierto que el texto es reciente, pero somos partidarios de considerar que anteriormente hubo una tradición oral que mantuvo, tanto el complejo ceremonial, como el argumento y la estructura de la obra. 93


Dos rasgos característicos de los textos medievales son las alusiones bíblicas y la simbología numérica. •

El primero de ellos puede ser abundantemente documentado a lo largo de la obra (vid. vv. 182-185, 1.309-1.312, etc.). En cuanto al segundo, creemos que existe en La Morisma un intento de estructurar la obra en torno al número tres, rasgo, por otro lado, típicamente folklórico. A las ya comentadas estructuras tripartitas que suelen presentar los monólogos, podemos añadir otra serie de hechos igualmente significativos: a) División de los contenidos nocionales en tres partes. Por ejemplo, para anunciar que el pueblo cristiano ha ganado se emplean tres frases: Ya han triunfado los cristianos, ya el sarraceno suspira, ya la iglesia militante canta con grande alegría; (vv. 1.359-1.362).

b) En la loa, se usan tres palabras para dirigirse a la cruz: cruz, madero, árbol (vid. vv. 1.285, 1.317, 1.321). c) En el enfrentamiento dialéctico reina mora-musulmanes, éstos últimos contestan tres veces con las mismas palabras. 41)

La despedida de la obra es llevada a cabo por tres personajes: galán, reina cristiana y pastor.

Muchos de los temas que aparecen a lo largo de La Morisma son lugares comunes de los textos medievales. 94


Conversión de los infieles a la religión cristiana. Puede verse, como simple ejemplo de ello, el paralelismo entre la Partida Séptima, Título XXIV, Ley VI de Alfonso X y los versos 204-209, 1.1431.146 de La Morisma.

Impotencia del hombre frente al poder y voluntad de Dios. Aquí podrían servir de muestra el exemplo XVIII de El Conde Lucanor, de don Juan Manuel, y algunos fragmentos de La Morisma donde se deja la victoria en manos de Dios, como los versos 470-474.

Existencia de tesoros árabes en lugares ocultos. Los versos 1.2431.248 aluden a ellos, al igual que el exemplo XXIV de El Conde Lucanor, entre otras muchas muestras.

Relación existente entre el color moreno de la piel y el trabajo. La correspondencia que existe entre estos dos elementos, puesta de manifiesto en los versos 840-841 de La Morisma, es tema recurrente en las cancioncillas de lírica tradicional.

Todos estos rasgos medievales han podido ser inventados perfectamente por un hombre ilustrado, que trataba de dotar al texto de una antigüedad de la que carecía. Sin embargo, algunos de ellos (métrica, alusiones a una época heroica, transmisión oral, autor anónimo, simbología numérica) creemos que son herencia medieval. De los puntos que enumeramos al principio del capítulo, nos resta el referente a la presencia del tema de La Morisma en la tradición oral. Apuntemos, al respecto, que grupos folklóricos del Sobrarbe, como el de Viello Sobrarbe de L'Aínsa, recogen en sus danzas y romances el Canto a la cruz que está incorporado a la representación, lo cual resulta bien significativo. 95


El Cรกntico a la Cruz ejemplifica la presencia de La Morisma en la tradiciรณn oral (Fot. Francisco PARRA).

La magia de La Morisma, un camino abierto para todos (Fot. Francisco PARRA). 96


7. CONCLUSIÓN FINAL

La Morisma, al igual que las distintas manifestaciones del dance aragonés, guarda relación con el teatro medieval. Sus conexiones con las Moralidades del siglo XIV, los Autos Sacramentales o los simulacros de luchas, victorias de reyes y representaciones de tipo religioso fechados en los siglos XIII y XIV son claras. Las objeciones que puedan plantearse al respecto parecen tener su razón de ser para el dance, en general, pero no tanto para el caso particular de nuestra obra, porque ésta es, sin lugar a dudas, una excepción de dicha manifestación folklórica. Hasta tal punto esto es así que ya hemos apuntado la idea de que La Morisma puede constituir el origen total o parcial de otros dances. No es el objeto de este libro el investigar tal hecho, pero creemos que sería interesante hacerlo, mediante un estudio comparativo, no sólo de los distintos dances de Aragón, sino también de otras representaciones similares que tienen lugar fuera de nuestra región. No obstante, creemos que, aunque los distintos estudios que puedan llevarse a cabo sobre La Morisma nos acerquen a situarla dentro de un

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contexto socio-cultural y literario cada vez más preciso, ésta nunca llegará a ser explicada ni completa ni definitivamente, porque, como aseguraba José Manuel MURILLO en las palabras que introducen este libro, La Morisma es mucho más que un texto teatral: es la experiencia vital de un pueblo que revive su pasado. De ahí que la relación actor-espectador en nuestra obra sea la ideal en el mundo escénico, y de ahí también que uno sienta La Morisma como un pedazo de su propio yo histórico. Quien recita un texto está respondiendo a lo que el público le pide en aquel momento, porque los habitantes de Aínsa conocen el texto de memoria y les gusta escucharlo y citarlo en sus conversaciones como algo asimilado. Los días posteriores y aun durante el año, es frecuente el uso de frases, expresiones o palabras que aparecen en determinado momento de la representación. Esto es señal viva de que el espectador se ha fusionado plenamente con el actor en el punto de encuentro que es el texto que se recita (José Manuel MURILLO).

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8. BIBLIOGRAFÍA

ARCO, Ricardo del, Notas de folklore altoaragonés, C.S.I.C., Madrid, 1943. ARNAL, José Carlos, La fiesta recobrada, "Andalán" (Zaragoza, 18-24-IX1985). BELTRÁN, Antonio, Introducción al folklore aragonés, Guara, Zaragoza, 1980. BRIOSO Y MAIRAL, Julio V., L'Aínsa, el árbol de Sobrarbe y el culto a la Cruz, "El periódico de Huesca" (Huesca, 14-IX-1984). COLECTIVO "PIRINEOS", La cuenca del Ara, D.G.A., Zaragoza, 1985. DÍAZ DE VILLEGAS, José, Otra fiesta de «Moros y cristianos» en la villa de Carboneras (Almería), "África" (abril 1936). DURÁN GUDIOL, Antonio, De la marca superior de Al-Andalus al reino de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, CAZAR, Huesca, 1975. E.C., Moros en Aínsa, "Semanal El Día" (Zaragoza, 18-IX-1983). FACI, Roque Alberto, Aragón. Reyno de Christo y dote de María Santísima, Joseph Fort, Zaragoza, 1739.

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GARCÍA FIGUERAS, Tomás, La fiesta de «Moros y cristianos» en Benamahona (Cádiz), "África" (junio 1933). GARCÍA FIGUERAS, Tomás, Las fiestas de "Moros y cristianos" en Alcoy, "Mauritania" (agosto 1940). GEOGRAFÍA DE ARAGÓN, bajo la dirección de Antonio HIGUERAS ARNAL, con la colaboración de Alfonso ASCASO (et al.), Guara, Zaragoza, 1981. LACARRA, José María, Aragón en el pasado, Espasa-Calpe, S.A., Madrid, 1972. LANUZA, Blasco de, Historias eclesiásticas y seculares de Aragón en que se continuan los Annales de Curita y tiempos de Carlos V, Juan de Lanaja, Zaragoza, 1622. LARREA PALACÍN, Arcadio de, El dance aragonés y las representaciones de moros y cristianos. Contribución al estudio del teatro popular, Editora Marroquí, Tetuán, 1952. LÁZARO CARRETER, Fernando, Teatro medieval, Castalia, Valencia, 1958. MARTÍNEZ HERRERO, Bartolomé, Sobrarbe y Aragón, La Perseverancia, Zaragoza, 1866-1868. MOR DE FUENTES, José, Bosquejillo de la vida y escritos de Mor de Fuentes, ed. Manuel Alvar, Guara, Zaragoza, 1981. MUR, Luis, Aínsa la Mora, "Revista Aragón" (julio 1930). OLIVERA, Gonzalo, Reino de Sobrarbe, en Linajes de Aragón, tomo I, n.os 2, 3, 4 y 5, 1910. PARRA, Francisco, Este año habrá Morisma en Aínsa, "El Día" (Zaragoza, 15-IV-1985). PARRA, Francisco, La Morisma hace arrimar el hombro, "El Día" (Zaragoza, 23-VII-1985). PARRA, Francisco, Sobrarbe. En agosto todo es distinto, "El Día" (Zaragoza, 16-VIII-1985).

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PAZ, Rosa, La plaza Mayor de Aínsa sirvió el domingo de escenario para conmemorar la victoria de Garci-Gimeno sobre los sarracenos, "Nueva España" (Huesca, 13-IX-1983). PUEYO, Mercedes, El dance en Aragón, Heraldo de Aragón, Zaragoza, 1973. RAS, Quinto aniversario de la reposición de La Morisma de Aínsa, "El Periódico de Huesca" (Huesca, 15-IX-1985). SÁNCHEZ, M.1 Ángeles, Moros, cristianos y romería, "Época" (8-IX1985). SCHENEIDER, V. Marius, La danza de espadas y la tarantela, Instituto Español de Musicología, Barcelona, 1948. SESMA, José Ángel, Aragón en su historia, CAL Zaragoza, 1980. SIERRA, Francisco, Confirmada la representación de La Morisma de Aínsa para el 15 de Septiembre, "El Periódico de Huesca" (Huesca, 11-IV1985). SIERRA, Francisco, La línea de tradición no se ha roto nunca en La Morisma, "El Periódico de Huesca" (Huesca, 13-IX-1985). UBIETO ARTETA, Antonio, Historia de Aragón, vols. 3 y 4, Anubar, Zaragoza, 1981-1983. ZARAGOZA, fray Lamberlo de, Teatro histórico de las iglesias del reino de Aragón, Oficina de don Josef de Ezquerra, Pamplona, 1782.

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15.-•


9. TEXT01

1 Transcrito según la recopilación efectuada por Luis MUR y Francisco PEÑUELAS, que fue publicada por la "Revista Aragón" entre julio y agosto de 1930. 103


LA MORISMA O EL TRIUNFO DE LA CRUZ EN AÍNSA Drama histórico que se representa desde tiempo inmemorial, cambiando a veces el lenguaje, en Misa, conmemorando el triunfo de la Cruz de Sobrarbe.

Recogidos los varios papeles hasta integrar la unidad de la obra literaria por DON LUIS MUR VENTURA, Profesor del Instituto de Huesca

PASTOR

Cristianos nobles de Ainsa: mirad que vengo en secreto, no quisiera que algún moro desbaratara mi juego. 5 Y si hay aquí alguno juro al diablo y le prometo si no huye del concurso, he de crismarle o tozuelo: ¿Acaso éste lo sería? (Tocando a uno) 10 Bien lo parece en o pelo y el color aceitunado: Alcalde, cogedlo preso. De las montañas de Jaca, saltando y corriendo vengo 15 a traeros la noticia, que los grandes coronaron por rey a Garci-Gimeno para tomar esta villa y expulsar al sarraceno; 20 que tiene muy subyugado

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todo este cristiano Reino de Aragón y de Sobrarbe hasta los más altos puertos. Jaca está ya ganada, 25 con ella, todo el terreno, y Ainsa se ganará como nos asista o cielo. Animo, nobles cristianos, aliéntense vuestros pechos, 30 que si esta villa ganamos a Dios, figas al mal tiempo. Mirad que ya está en camino nuestro invicto rey Gimeno, y muy luego llegará 35 con un ejército grueso, compuesto de labradores, pelaires... y alpargateros, de tejedores y sastres, y de algunos zapateros; 40 plaga que en los años malos arruinaron a los pueblos. El diablo que los llevase. Bien lo saben mis bodiellos. Las nubes asistirán, 45 que batallas con pan tierno siempre se suelen ganar como no falten chumiellos. En fin; todos a una cara; prevenir armas y aceros, 50 la batalla va a ser luego. Diréis que soy un pastor, y que mi anuncio no es cierto, 105


pues aunque guardo ganado y de guerrero no entiendo, 55 lo que digo es verdadero, y cumplido vais a verlo. (Levanta el cayado, se separa y suenan dos o tres tiros fuera de la población, y vuelve para decir:) ¿Qué es esto que estoy oyendo con inauditos estruendos? Sin duda tiene lugar 60 lo que ahora estaba diciendo. Animáos, pues, cristianos, fe en la religión, y espero saldréis pronto victoriosos con rey tan fuerte y experto, 65 elegido y coronado allá en San Juan de la Peña, con solemnidad grandiosa de fieles la iglesia llena. Ea, abrir ya las puertas 70 y pues os proteje o cielo, pelead y venceréis hoy al yugo sarraceno. (Se retira un poco y calla hasta terminar los dichos) CHUSMA (Dicen alternativamente un moro y un cristiano).

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CRISTIANO ¿Dónde esconderme podré? MORO ¿En dónde podré ocultarme? CRISTIANO 75 Que no me alcancen las iras. MORO Que las iras no me alcancen. CRISTIANO De esos moros tan gigantes. MORO De ese infame cristianillo. CRISTIANO Que embisten como unos perros.

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MORO Que aterran como unos canes. CRISTIANO Por ahí la boca abren. MORO Aaaaaaaahhhhhhh... CRISTIANO Más, para mi tragar... MORO Y mas, para mi tragarme. 107


CRISTIANO 85 Háblame claro, morillo. MORO Cristianillo, claro hablarte. CRISTIANO Qué, ¿eres por dicha gallina? MORO Qué, ¿acaso me hallas cobarde? CRISTIANO ¿A qué vienes a esconderte? MORO 90 ¿A qué vienes ocultarte? CRISTIANO Si tú me dices que sí, te diré que sí al instante. MORO Y yo tengo que acabar con el demonio esta tarde. CRISTIANO 95 Y yo tengo que acabar con el pecado al instante. MORO Dejémonos, pues, de voces, y entremos en amistad, que yo me voy a espulgar

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100 debajo de aquel altar. (Huye el moro delante y el cristiano le persigue) EL PECADO Oh, astro infeliz, extremo del lucero, luz perdida, sol eclipsado, 105 Planeta infortunado, en tí se hiela Marte, vencido guerrero, guerrero. Capitán de milicia, Capitán de nonada. 110 ¿Quién se inflama? Como duerme, despierta. (Sale el Diablo, que está escondido, y dice) DIABLO ¿Quién... ¿quién me llama? PECADO ¿Cómo duermes...? DIABLO 115 Jamás he dormido. PECADO ¿Cómo sosiegas?

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DIABLO Jamás he sosegado. PECADO ¡Qué inquietud! DIABLO Jamás en mí la ha habido. PECADO 120 Ahora sí que te portas como un buen soldado; y asombrarás a un caudillo acobardado. Entre flores de un jardín 125 te escupí, para que fueras asombro de los cristianos y compañía de fieras. Desde aquí te mando al punto que a los infiernos desciendas 130 y pues dejarás en paz a todas las almas buenas porque todas van vestidas de muchas hermosas hierbas. (Así concluye el pecado y corre al diablo hasta que desaparece)

EL REY GARCI-GIMÉNEZ Oh, gran Rey de los ejércitos. 135 Oh Dios inmenso y supremo. Piedad y clemencia os pido para este vuestro Reino. Mirad, pues, a vuestros hijos

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derramados por el yermo, 140 a impulsos y hostilidad del imperio sarraceno. Compadeceos, Señor, y mirad que en un madero disteis gustoso la vida 145 por la redención del pueblo. Esta es tu viña, Señor, no desmerezca mi ruego. Alcance de ti clemencia, que compungida la veo 150 por los delitos pasados cometidos en el Reino. Si de soberbia pecó, humilde os pide remedio. ¡Oh Rey Todopoderoso!, 155 que con tu poder inmenso ensalzas a los humildes y abates a los soberbios; en vuestra mano está, pues, la victoria y vencimiento, 160 viendo ya tan humillado a quien te ofendió soberbio. Tuyo es el cielo y la tierra; tuyo es, Señor, este Reino; tuya será la victoria, 165 pues tuyo es todo mi ejército. REY MORO ¿Qué es eso de tuyo? Tuyo será un cuerno,

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porque mía es la corona y mío es todo el Reino. REY CRISTIANO 170 Sabe que no hablas conmigo, sino con el Rey Supremo; y suya ha de ser la España aunque se oponga el Infierno. En tu mano está, Señor, 175 la victoria que pretendo, y si ha de ser de tu gloria, consiga, Señor, mi empeño. Por Ti consiguen victorias, por Ti se alcanzan los reinos, 180 por Ti se logran coronas, por Ti se empuñan los cetros. Poderoso sois, Señor, dígalo a voces San Pedro, pues solo con un mirarle 185 se levantó de su yerro. Y sólo con tu palabra derribaste por el suelo a los inicuos soldados que os prendieron en el huerto. 190 Con una voz, sólo, a Pablo echaste luego en el suelo, y siendo vuestro enemigo le hicisteis vaso selecto; pues sólo con tu querer 195 criaste la tierra y cielo, y criaste los abismos y a los ángeles perversos

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por querer prevalecer a vuestro poder supremo 200 sin atención a las leyes e inexcrutables decretos. En ésta atención, Señor, os suplico por el Reino, y que nuestros enemigos 205 lleguen a ser vuestros siervos, convirtiéndose a la fe dejando su secta y yerros, y vivan como cristianos y no profanen tus templos.

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215

220

225

REY MORO ¿Habrá mayor disparate? Todo será menos eso. ¿Te pensarás que soy yo algún simple reyezuelo? ¡Vive Dios que has de morir como Rodrigo en Toledo! REY CRISTIANO No dejes al afligido llegar al último extremo, para que el que en Ti confíe conozca es tuyo el consuelo; Señor, en Ti toda mi esperanza, en Ti la tengo, y espero la victoria en la batalla que he de dar al sarraceno; y confiado os suplico que me habéis de dar remedio

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y convirtiendo al pagano, o apocándole su esfuerzo, porque con fuerzas humanas es imposible vencerlo; 230 y así fío en las divinas para rescatar el reino. Es cierto, Dios y Señor, que al haceros este ruego no es porque quiera reinar, 235 sino que reinen tus siervos, al ver las hostilidades que ejecutan en el reino contra todos vuestros hijos, reliquias y santos templos. 240 Pues vos, a quien no se ocultan los mínimos pensamientos, sabes que si yo soy rey, que lo soy a mi despecho, y sólo por complacer 245 a los nobles de mi reino, y ver que tu santa ley se atropella con desprecio, me dió alientos de valor para empuñar el real cetro 250 en defensa de tu ley y libertad de este reino. Este es, Señor, mi designio; este, Señor, es mi empeño. ¡Ea, pues, hijos, buen ánimo, 255 hasta morir en el cerco! Elevemos nuestros ruegos hasta Jesús Nazareno, 114


que quien murió por nosotros, no nos negará consuelo. 260 Ya sabéis que los judíos cuando quisieron prenderlo en el huerto, con su voz todos cayeron al suelo. Esto mismo espero hoy 265 hacer con el sarraceno, reprimiéndole su orgullo y aniquilando su esfuerzo. Que justo será que muera el que despreció su ley 270 y ha profanado los templos; y así pelead en su nombre, que aunque se junte el infierno ha de morir a mis manos hoy el yugo sarraceno; 275 porque fío en el Señor nos dará auxilio del cielo, pues defendiendo su causa, seguro está el vencimiento; y antes de dar la batalla 280 al rey Abderramán, quiero mandarle un embajador para que sepa mi intento; y es que si se da a mi ley, que es la de un Dios verdadero, 285 y deja su idolatría él y todo su ejército, no sentirán mis rigores, sino un entrañable afecto. Y para atenderle con honra 115


impondré un tributo al reino, sin que me lo lleve a mal como esto surta su efecto, porque así lo prometí en aquel Real Monasterio 295 allá en San Juan de la Peña, en donde fuí rey electo por los grandes y señores de este Reino y Pirineos; y de lo contrario, sepa quién es García Gimeno, 300 quién el Dios de los cristianos, quién el falso Mahometo, pues lo dejaré burlado a la vista de su ejército. 305 ¿Mas, qué mucho, si sus dogmas no contienen sino yerros? Mira, tú irás en mi nombre

290

(Señalando a su Embajador)

310

315

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y le dirás de mi acuerdo, a qué estoy determinado si no se rinde a mis ruegos; exponle algunas razones para poder convencerlo, y si lo ves repugnante, le dirás que estoy resuelto antes a perder la vida que a desistir de mi empeño de traerlo a mi poder o convertido, o muerto.


EMBAJADOR CRISTIANO (Dirigiéndose al rey moro)

320

325

¡Oh, gran rey Abderramán!; de parte del rey Gimeno vengo a daros su embajada con debido acatamiento. Si me permitís que hable, luego os diré su intento. REY MORO Hablad y decid, que yo escucharé muy atento.

EMBAJADOR CRISTIANO Pues escuchad, que ya empiezo. No ignora vuestra alteza que estos Reinos no son nuestros, 330 pues el rey Rodrigo, y otros, han legítimos derechos hasta que la Providencia por inexcrutables secretos, permitió caer a España 335 de su antiguo valimiento. Bien sabrás que Don Julián tuvo mucha parte en esto, pues para vengar su agravio al Africa pasó soberbio, 340 y juntando gran armada fué a la ciudad de Toledo, subyugando a toda España en la forma que hoy la veo; y aunque el príncipe Pelayo 117


quiso hacer frente a su ejército, nunca pudo remediarlo, buscando muchos remedios. Y ya no será así ahora. Lo guardó Dios a este tiempo 350 porque, aunque tarde, no olvida dar al que pide consuelo. Deja en paz, pues, a estos pueblos, no nos robes el derecho, que quien reina sin justicia 355 con justicia pierde el Reino. Y mira que mi monarca es el invicto Gimeno, rey que según sus partidas parece lo escogió el cielo. 360 Tiene de su parte a Jaca, otros infinitos pueblos, y ha de ganar esta villa con el favor de los cielos. Y así, de su parte os digo 365 que entreguéis la plaza luego, pues de otro modo, repito, que se entrará a sangre y fuego. También os hago saber, de parte del rey Gimeno. 370 que si os queréis convertir, os abrazará contento; para que viváis con honra pondrá tributo a su reino. Mirad cuán grande es su alma, 375 y a dónde llega su afecto, y si a esto estáis remitente,

345

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en fe noble, os advierto no habrá de parar hasta veras en sus manos vivo o muerto.

380

385

REY MORO Callad, bastante habéis dicho. Decidle que aquí le espero. Muchos reyes tengo muertos. ¿Qué hará ese reyezuelo? Yo he de profesar mi ley. Mi ejército, nada menos, y he de reinar en Sobrarbe aunque le pese su acero. ¿Dónde está mi embajador?

EMBAJADOR MORO Aquí está, a vuestros pies puesto. 390 ¿Qué me manda vuestra alteza, que serviros es mi intento? REY MORO Escuchad, pues, y decid aquí vuestro pensamiento. EMBAJADOR MORO Enhorabuena, señor.

395

REY MORO Ya has visto que el rey Gimeno, por su propio embajador, me convida a dos extremos, que son: Hacerme cristiano, o deje luego su reino;

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de lo contrario, en sus manos ponerme hoy vivo o muerto. ¿Qué haremos en este trance? Discurre tú el mejor medio, que siempre el escoger es 405 difícil en dos extremos. Su embajador ya se ha ido. Como respondí severo, temo que saldrá de esto algunos malos efectos. 410 Yo lo he hecho muy mal; ahora conozco mi yerro, porque siempre la imprudencia ocasionó los excesos. Ve, de mi parte, al rey, 415 y dile que yo le aprecio infinito su atención; pero que dejar el cetro, no lo puedo consentir aunque se lo ordene el cielo. 420 Pues no ignoro que las culpas que cometió este Reino lo pusieron en mis manos hasta que purgue su yerro. Expondrásle otras razones 425 que sean de mucho peso, y si con esto resiste, al arma... al arma, soldados, al arma todo mi ejército.

400

EMBAJADOR MORO En todo tenéis razón. 120


430

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440

Buen ánimo, fuerte pecho. Vaya lo dicho por dicho, y nada menos el hecho. Yo iré de buena gana a hablar al rey Gimeno, a que reporte su orgullo y no venga al matadero, que ya sabe cómo ha ido a los reyes de Toledo, de Castilla y Aragón, víctimas de nuestro acero. REY MORO Id, pues, luego sin tardanza, y no perdamos el tiempo; llamadlo, que él está orando, pidiendo socorro al cielo. EMBAJADOR MORO (Dirigiéndose al rey cristiano)

445

450

¿En dónde está vuestro rey? Llamadle, que aquí le espero, pues he de desengañarle lo que pretende su empeño. REY GIMENO ¿Qué queréis? Decidlo presto, que aunque el mundo no me oiga ya me oirá el Rey Supremo. REY MORO Ja... ja... ja... ¡Qué delirio!

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455

Dile que está durmiendo, y no hará caso a sus ruegos.

EMBAJADOR MORO Ya has oído lo que ha dicho mi rey muy amado dueño; deja esto por tu vida, y levanta luego el cerco; 460 pues si no, de lo contrario, se entrará a sangre y fuego, sin perdonar la inocencia, ni siquiera esos templos de ese Dios que veneráis 465 crucificado en un leño, en quien fiáis la victoria, pero no os valdrá el cielo. REY GIMENO Válgame Dios, qué blasfemia. ¡Quién puede tolerar esto! 470 Poderoso sois, Señor, pero muy débil mi ejército. Y en el caso de victoria será el vencimiento vuestro; porque en mí nada confío, 475 sino en tu poder inmenso. Cúmplase tu voluntad en la tierra y en el cielo, y conformado con ella, pelee todo mi ejército 480 hasta dar por Ti la vida, defendiendo el Evangelio

122


que tanto costó a la Iglesia establecerlo en mis reinos. Y así, amados sobrarbenses, 485 vuestra virtud me da alientos de conseguir la victoria. Clamemos todos al cielo. (Pónense todos de rodillas y entonan la Letanía) Kyrie-eleyson. Christe-eleyson. 490 Kyrie-eleyson. Christe audi nos. Christe exaudi nos. (Hace la burla el rey moro y se comienza la batalla) Pater de coelis Deus. Fili redemptor mundi Deus. 495 Spiritus Sancte Deus. Sancta Trinitas unus Deus. Sancta Maria. Ora pro nobis. Sancta Dei genitrix. Ora pro nobis. Omnes sancti et sancte Dei. 500 Intercedite pro nobis. Sancte Victoriane. Ora pro nobis. (Contesta todo el ejército cristiano y los asistentes. Eri este momento aparece la Cruz sobre la encina) REY GIMENO ¡Ah! ¿Qué novedad es esta? Esa es la señal del cielo, 123


cierta, según San Mateo 505 nos dice en el Evangelio. ¡Buena señal, hijos míos, que Dios está de por medio! La victoria está segura, y a esa señal venceremos. 510 Y así a todos los cristianos por mi edicto les prevengo se incorporen a mi escuadra contra el cruel sarraceno; pena de mi indignación 515 y doscientos mil talentos al que no tome las armas en defensa de este reino. También humilde suplico, al muy venerable clero, 520 haga oraciones públicas y sacrificios incruentos, a fin de que el mahometano se convierta luego, luego, o que rinda por mis armas, 525 culto al Dios verdadero. EL SOLDADO GRACIOSO Oigame Su Majestad: Le daré un consejo bueno. Que vengan los sacerdotes o que saquen el dinero 530 para comprar las vituallas, que yo de hambre me muero. Y si no, tomar las armas, y que empuñen los aceros, 124


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que en punto de religión deben de ser los primeros. ¿Todo ha de ser buena vida, comiéndose el buen carnero, las perdices y capones, y los mejores conejos? Ellos tienen buena renta, nosotros muy corto el sueldo, y que nosotros saquemos las castañas de lo fuego. Carrascas, guarda, Pablo, entre bobos anda el juego. Juro al diablo, si vencemos y entramos en el saqueo, les he de sacar la bolsa aunque la tengan de fierro. Y he de llenar el bandullo, pillándoles o cazuelo. REY GIMENO Calla, calla, y no hables más en este asunto tan serio; más harán sus oraciones que las armas del ejército. ¿No has visto que están orando debajo esa cruz del cielo, por la que Dios nos anuncia con nuestra oración el premio? ¿No has oído a Moisés cuando luchaba su ejército que cuando él estaba orando era suyo el vencimiento? 125


¿No has oído de David 565 que en los choques más hambrientos él estaba siempre orando, cantando salmos y versos en alabanza del Dios, Rey de todos los ejércitos, 570 y con esto subyugó a todos los filisteos? ¿No has oído de Josué que hizo parar al momento tres horas al sol, orando 575 por poder salir venciendo? ¿No has oído que Israel, con su arca del testamento, aseguró las victorias de innumerables pueblos? 580 Pues bien, si esto es así, ¿por qué pelear el clero? Bástanme sus oraciones para asegurar el cetro. EL SOLDADO GRACIOSO

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Señor, siquiera que lleven el arca de San Victorian, como hicieron los levitas yendo el rey a pelear. Y con esto que discurro, vendrá aquí recado y pan, que todo esto nunca falta donde están os capellans. Y si logramos victoria, gracias mil se habrán de dar,


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y luego a ganar con vino, perdón de San Victorián. Porque aquí en esta tierra perdones no han de faltar, y cuanto mejor es el vino, mejor se suelen ganar. REY GIMENO Que calles, por Dios, te digo, y vamos juntando gente, porque tenemos al frente nuestros fieros enemigos. (Van viniendo soldados, y dice cada uno su dicho) REY GIMENO A la tarde te convido a pelear en la plaza, donde veré tu valor y su astucia dónde para. REY MORO Yo te juro, por Mahoma, que antes de ponerse el sol, han de ser tuyos o míos, o yo no he de ser quien soy. (Aquí terminan los actos de la "Cruz cubierta", y por la tarde, en la plaza Mayor, continúan) DICHO I. (Uno que representa la villa de Boltaña) 127


Cuan pasaba vuestra alteza por la villa de Boltaña, estaban todos en junta 615 discurriendo con gran maña, qué obsequios ofrecería para inmortalizar su fama en defensa del cristiano y cimiento de tu armas. 620 Y acordes determinaron asistiros con cien almas y con todos sus pertrechos, mientras dure la campaña, siendo todos tan valientes 625 como publica la fama, pues ya todo el mundo sabe que son gente acostumbrada, y yo, que soy uno de ellos, vengo a danos la embajada, 630 y he de matar más moriscos que pulgas tiene esa dama.

DICHO 2.º (Uno que representa la villa de Ainsa)

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Oh invicto rey Gimeno, rey coronado de Ainsa, gloria de todo Sobrarbe, lustre de tu jerarquía. Vengo, pues, a ofrecerte, en nombre dicha villa, sus personas e intereses, tesoros, campos y viñas, que gustosos se te ofrecen


para la grande conquista contra el cruel sarraceno que tanto nos mortifica; para salir victoriosos 645 con tu cristiana milicia, subyugando al africano, borrando su idolatría. Y yo tomaré las armas con demasiada osadía, 650 y si acaso faltan armas no falta hierro en Ainsa, como son: espadas, chuzos, puñales, lanzas y picas, y en un caso necesario, 655 también calzas de fuina. (Alude a buen calzado para correr). SEGUNDO DICHO DE BOLTAÑA

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Alto. ¿Qué es lo que dices? Mira, yo soy de Boltaña, que siempre, después de Ainsa, llevó su primera fama, y venga a mí la bandera; bien sabe nuestro monarca que con públicos pregones esta villa fué ensalzada; allí se hospedó Gimeno, en ella aumentó sus armas, en ella todo el castillo quedó vencido a sus plantas, y ahora, por privilegio, a todos cardan la lana. 129


DICHO 3.9 (Uno que representa a los Infanzones)

El Regidor de Infanzones de esta villa coronada, cabeza de todo el Reino y blasón de las montañas, viene en nombre del Colegio 675 a ofrecer hoy sus armas, que es muy justo el pelear cuando lo hace su monarca. Ahí veréis el valor de sus valientes espadas, 680 que como hijos de San Jorge saben ganar las batallas. Díganlo a voces en Huesca, publíquelo también Jaca, donde cortaron cervices 685 de muchas testas granadas. Y así, esclarecido Rey, valor y grande esperanza, que hoy ha de vencer San Jorge la más sangrienta batalla 690 que se cuenta en los anales de las historias de España; que esto os anuncia la Cruz que aparece en la carrasca. 670

DICHO 4.9 (Uno que representa a Labuerda y San Vicente)

695

130

Hoy Labuerda y San Vicente, a vuestras plantas postrada,


como vecinos de Irisa, aunque ya distinta patria, viene buena y muy gustosa a ofrecer hombres y casas, 700 igual para la conquista, que en caso de retirada; que no es la primera vez que estuvo allí acuartelada la gente del real servicio, 705 para ganar esta plaza; que como es país ameno y de casas bien labradas, vienen como los gorriones a disfrutar de sus granjas. 710 Allí hace muy buen fresco por la tarde y la mañana, no son como los de 0195n, que os hicieron olsonadas dándoos de aire caliente 715 una grande boticada.

720

DICHO 5.º (El Regidor de El Pueyo) A vuestros pies, gran señor, viene el Regidor del Pueyo; pero en esto de batallas tengo yo muy fuerte miedo, porque una vez as polseras me arrancaron de o tozuelo. Allí, todos son cobardes; para trebajar, muy buenos, pero para las batallas, 131


725

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fuyen como los conellos, en encararles a escopeta callan como los borregos; si no, que lo digan as truchas dalli salto do reguero. Allá todos somos probes, no tenemos un dinero, menos que el señor Coronas, que es un grande pecetero. Como bebemos vinada, nada de fuerza tenemos. Y así, perdonad, señor. Mandad algo, si valemos: Si es cosa que vale poco, en todo le serviremos. DICHO 6.º (El sacristán de la villa de Ainsa) Desde la iglesia me vengo en nombre de mi capítulo, que allí está pidiendo a Dios la victoria y feliz éxito, y traigo la caldereta pa espergiar al enemigo, y como todos son malos no quedará un maldito. No piensen que yo me burlo, que traigo un rico exorcismo; no es como aquel que se cuenta que dice el cura de Murillo: Fugite partes que hay berzas fugites maledictinos


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fugite moros y moras fugites gabachos finos.

Válgame Dios lo que huyen sin son brujos todos finos; hasta "fulano" se escapa, yo no lo hubiera creído. Perdida tenéis la guerra, si no recibís bautismo, porque son supersticiosos y creen en los hechizos, que ninguna fuerza tienen ante los cristianos ritos. EMBAJADOR MORO

En todo tenéis razón, pero son vuestros delitos los que os han puesto en mis manos castigados y afligidos. 770 ¿En dónde está vuestra ley? ¿Qué noción tenéis de Cristo? Parece que se ha perdido y sólo os queda el bautismo. Y si la ley se guardara 775 como se guardó al principio, todos fuéramos iguales, y no habría mahometismo. Yo os he de afligir con un castigo inaudito, 780 hasta que alba diga basta, que ya es mi pueblo contrito.

133


EL SACRISTÁN DE AINSA

Si más claro lo queréis, miraros ese prodigio de la Cruz, que hoy aparece 785 para su pueblo afligido, y deja de castigarlo, suspende luego el castigo. Traedme la caldereta, veréis qué tal le bautizo; 790 si no huye como un diablo, yo me doy por muy vencido. Mira, mira, qué tal huye, por nosotros está Cristo. Salid luego a la batalla, 795 que yo me voy a un bautizo porque dan buenas rosquillas, de "fulana" que ha parido, y si fuera menester, dareisme luego el aviso, 800 que volveré a conjurarlos con hisopo de cajigo. (Alude a una estaca). DICHO 7.º

805

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(Uno que representa a la Fueva) Señor, yo soy de a Fueva, que está bajo de o pedero, y vengo muy obediente a ejecutar tus decretos, y tengo que suplicaros que matéis los sarracenos, que pues no comen tocino


ni despachamos un puerco. Que no ignore vuestra Alteza que todo nuestro comercio es o trato de os lotons y no tocamos un sueldo. Es tierra muy miserable; 815 no se crían, sino cerdos, y os que son de a mía ley, se fan muy grandes y buenos y de a manada que vendo, un rial más por lo menos. 820 Si en ez de menester Vos, buena manada en tiengo, que en feria de Tierrantona correba poco el dinero pero a truca de mentiras 825 todo se despachó luego, porque éstas nunca faltan en ser pobre o terreno. Miráis si dais las batallas que si no me entorno presto 830 a recullir os ganoz para pan en este invierno.

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DICHO 8.° (Uno que representa a todo Sobrarbe)

835

Desde el centro de Sobrarbe, este soldado os viene con la noticia agradable de que vendrá mucha gente para empezar la conquista 135


que tanto a todos os conviene. Ya están pasando revista para que todo se acierte; 840 es gente un poco tostada, pero de gran garbo y aire que a banderas esplegadas no hay quien los puje e iguale. Ellos saben embidar, 845 y en triunfos echan el resto y en esto de carabinas, el que menos es maestro; y así, puede vuestra alteza fiar en su gran primor 850 porque con tanta destreza creo saldrá vencedor. DICHO DE BANASTON Señor, soy de Banaston, que es lugar muy placentero, pues entiendo que es más ancho 855 que la Ciudad de Toledo. Somos todos labradores un tejedor y un herrero, y si más de éstos hubiera, pobre frutos de o viñero. 860 Tenemos muy buenas uvas, figas, pansas y ciruelos; y buenas cubas de vino: Todo esto te ofrecemos; de esto podéis disponer, 865 que de guerra no entendemos.

136


DICHO DE ARAGUÁS Yo soy perdeu de Araguás, traigo una cesta de peras, y os vengo a pedir, Señor, me escuséis de estas refriegas. DICHO DE MONTPELLER 870 Noticioso de esta guerra yo vengo de Montpeller a ganar esta batalla, bien comer y bien beber. Si quieres que peleemos 875 pondrás magra en la sartén. Con buen pan y buena carne se vencerá todo Argel. Soldado sin comer ni beber, tampoco puede vencer, 880 y sin un penique de aguardiente, ¿qué será de él? DICHO DE LA CAGIGOSA En limpio se lo diré, sin ninguna apelación: Irás a La Cagigosa, 885 preguntarás por Ramón; este Ramón que te digo, no creas que es el de Sanz porque era camas crudas que se quería prestar. 890 ¿Qué prestamen será ese? ¿de Capitán general?

137


y ahora se ha quedado barrendero de hospital. DICHO DE LABAYO De Castilla a Cocullón, vengo; 895 he dejado mis castillos por saliros al encuentro; vamos a la guerra todos, viejos, grandes y pequeños. Que si a batalla ganamos, 900 estos castillos son nuestros; sino, dígalo Labayo que es un grande consejero, y pues le gusta la caza él rabia por ese pelo. (Ahora empiezan los soldados moros a recitar sus poesías, delante de su Rey, que estará a caballo) DICHO DEL MORAZO I. 905 Yo soy un grande morazo que desde muy pequeñito me llaman el Roe gado, porque bebo vino en bota al uso de los cristianos. 910 No te olvidaré, mi Rey, ni te dejaré burlado, que como me fartes bien, ya podrán venir soldados. DICHO DEL MORAZO 2.Q Yo soy un grande morazo, 915 tengo el oficio de herrero; 138


si necesitáis de lanzas, aquí las tendréis muy luego para matar al cristiano, y que viva el sarraceno. DICHO DEL MORITO ¡Oh, mi Rey! vengo a deciros que soy un pobre morito, que tengo muy pocas chichas, pero soy de mucho brío. Con solo hacer una prueba 925 a los cristianos de allá, los mataré en un soplido.

920

WITAMAN Aquí sale Witaman, moro galán y de bríos, que con solo mi barriga, 930 adiós, vino de Murillo. Y si no basta con yo, ya me buscaré un amigo descendiente de Araguás que le llaman Periquito; 935 y si los dos nos juntamos no habrá ya bastante vino en toda la Ribagorza ni en todos estos distritos... Veréis mi valiente brazo 940 Mirad mi turbante fino que con solo verme aquí, moriréis como tocinos. Yo he muerto en esta conquista

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más de veinte cristianillos, y no he de ser como esos que dejan sus grandes ritos. Y ahora yo me iré a beber y no es esto un desatino a casa de Seño Antonio donde se vende buen vino. EL MORO MAURAN Aquí se llega Mauran que se postra a vuestros pies; traigo este burro cargado, por si acaso es menester. Cuatrocientas carabinas, espingardas, más de cien, para matar al cristiano y defender a Mahomet. Y si con esto no basta, me pasaré a la Turquía iré a verme con mi tío, me dará dos mil soldados y os apretaré el ombligo. Conmigo, no tengais cuenta, porque aquí no estaré, me pasaré a los cristianos y a tí te abandonaré, porque me importa muy poco cambiar de Dios y de ley, porque tengo una barriga que todo lo sienta bien...


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BELCEBÚ Aquí sale Belcebú, a vuestras plantas postrado, que así se debe portar aquel que es fino soldado. Traigo armas y dinero, gran Señor, para serviros, un ejército de herreros para poder repartirlos, para matar al cristiano y que viva el Mahometismo. Antes moriremos todos que abrazar el cristianismo. Sacrificaré mi vida, que así hace el buen soldado cumpliendo con su deber antes que a su Rey dejarlo. No será la vez primera que luché con el cristiano, y pudo apreciar mis fuerzas, pues le dejé bien burlado.

ABDERRHAMAN Señor Redamen, señor diablo, en mi tierra no se almuerza; hace ya catorce años 995 que te defiendo la guerra y aun no he podido encontrar el glu, glu, de la puchera. Cuida bien de tus soldados, si quieren que te defiendan, 1.000 y si no, dame algo bueno

141


para marcharme a mi tierra, pues si el ánimo está flojo mala guerra, mala guerra. SIN-SIN-SIN Aquí sale Sin-Sin-Sin, 1.005 hijo del gran Mustafá, que viene de aventurero a ayudarte a pelear. Si tú quieres permitirme al cristiano desafiar, 1.010 antes de la media hora, yo mismo lo iré a encontrar con el valiente Gonzalvo, señor Capitán general. Oh, ya verás tú, gran Muza, 1.015 esta espada, y sin hablar con qué garbo y con qué brío sabe cabezas cortar. REY GIMEN° Si la gente está ya pronta, ármese de gran valor; 1.020 y dé toda su esperanza al amado Redentor. Mientras que yo, con gran celo, a esa sacrosanta Cruz, que hoy en Ainsa aparece 1.025 anunciando vida y luz a todos los que siguieren las banderas de Jesús, les doy repetidas gracias

142


por el árbol de la Cruz. (Se arrodilla)

1.030 Dios te salve, Cruz, refugio, auxilio y amparo nuestro, pues por ti nos redimió Jesús nuestro buen Maestro. Oh, Sacro madero santo; 1.035 oh luz de la vida propia que en los términos de Ainsa apareces prodigiosa. Oh, imán de los corazones; oh, vida la más dichosa. 1.040 ¿Es posible que esta villa te robe el corazón sola? No por cierto; toda España quiere para sí la gloria. Ganada Ainsa, ya abraza 1.045 todo el reino la victoria. Pues ya con mudas palabras nos lo dice eso Cruz roja. (A sus soldados) Entrad luego en la batalla. Vuestra será la victoria. 1.050 Vuestra será toda España. Vuestra será toda Europa, y toda será cristiana y acabará la ley mora. Oh, Cruz brillante y hermosa, 1.055 oh, causa del buen Jesús, si yo logro la victoria, mis armas serán la Cruz, para que en todos los siglos 143


están a la expectativa, contemplando la carnicería. En tanto, los cristianos cantan triunfos de victoria).

REINA MORA Cantad, cristianos, cantad, y dad alivio a mis penas, que no es eso cosa ajena del que busca libertad. 1.115 Cantad, amigos, cantad, y contemplad mi dolor, no el valor, sino el temor, que tengo a Su Majestad. Hoy tiembla mi pundonor, 1.120 porque en llegando a temer, no hay valor en la mujer como el no tener valor. A mi rey veo ya muerto, a mi ejército por tierra, 1.125 y yo en un gran desconsuelo si en ti no hallo clemencia. Mirad que soy inocente, y sabe muy bien tu Alteza que consejos de mujeres 1.130 no se admiten en la guerra. Dos veces les persuadí que dejasen esa empresa, y mucho más cuando vi esa Cruz hermosa y bella, 1.135 por cuya causa inferí ser injusta nuestra guerra. Y aunque todo lo perdí, 146


siquiera el alma no pierda, pues yo me convertiré 1.140 a los ritos de tu Iglesia, que esa Cruz me dió el aviso de que es tu ley verdadera. REY GIMENO A buen sagrado te acoges; sea todo enhorabuena, 1.145 que no es justo se desprecie a quien se acoge a la Iglesia. Mañana te instruirán

en la doctrina evangélica; recibirás el bautismo 1.150 con la gente que te queda. LOS DEMÁS MOROS Nani, todo menos eso; no queremos otra secta; sigamos, pues, a Mahoma, aunque la reina se pierda. REINA MORA Oh, infelices sarracenos que en la cima de los vicios estáis; Jesús, qué desgracia, profundamente dormidos, sin que puedan despertaros 1.160 los admirables prodigios que hoy obra Dios con la Cruz para con sus finos hijos. Mirad allí a vuestro rey

1.155

147


siendo ya cadáver frío; 1.165 su ejército destrozado, y su orgullo ya vencido. Atended, pues, a esa Cruz, en que Jesús nos redimió, y veréis que para el cielo 1.170 ella sola es el camino. LOS DEMÁS MOROS Nani, todo menos eso; no queremos otra secta: sigamos, pues, a Mahoma, aunque la reina se pierda. REINA MORA Atender a los prudentes evangélicos ministros, cómo celosos pretenden libraros del precipicio al que sin remedio os llevan 1.180 vuestras culpas y delirios. Temed, temed la venganza, temed, temed el castigo de Dios, que a esgrimir empieza ya la espada de dos filos, 1.185 castigando nuestras fuerzas y aniquilando sus bríos. Mas ¿qué mucho que así sea? Si estáis de ambición movidos, de la lujuria llevados, 1.190 de la ira poseídos; en fin, de todos los vicios

1.175

148


de que el mundo se halla lleno con un total desenfreno, miserablemente cautivos, 1.195 menospreciando las leyes y los preceptos divinos por abrazar de las culpas los engaños y delirios? Abrid, abrid, pues, los ojos, 1.200 no caigais en los abismos, mirad que el Rey os convida a recibir el bautismo con que se lavan las manchas de todos los desatinos 1.205 hechos contra los cristianos y los preceptos divinos. LOS DEMÁS MOROS Nani, todo menos eso; no queremos otra secta, sigamos, pues, a Mahoma, 1.210 aunque la Reina se pierda. MORO GRACIOSO Tiene razón vuestra reina; habla como un agustino; todos seremos cristianos y comeremos tocino, 1.215 y echaremos buenos tragos con títulos de cautivos; y si llegamos al Pueyo no nos faltará buen vino, a menos que nos engañen

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1.220 como a Chanclón, o vecino que o fartaban de vinada y decía: "guapo vino". Si vamos a Banastón, nos pondrán como boticos, 1.225 y a fe que si no van buenos, que lo paguen los cagigos. Si vamos también a Gerbe, no nos faltarán barbicos, buenas magras en sartén, 1.230 que allí no faltan tocinos. Y ¡qué diremos de Guaso? Allí tendremos crespillos, remollones en sartén, porque son muy relamidos, 1.235 y, en fin, todos nos darán, viéndonos ya convertidos. Pues todos saben que somos muy malos para enemigos, y así, con esto tendremos 1.240 por todas partes amigos; mandaremos los tesoros que dejamos escondidos. En la Torre Castellar y en la Torre de Panillo 1.245 que dicen algunos tontos que han quedado allí escondidos, y otros dirán que encantados y no pueden descubrirlos. Los buenos trebajadores, 1.250 los tesoros escondidos hallan trabajando bien 150


sin pereza en sus oficios; y regularmente hablando, caen en estos delirios 1.255 los malos trabajadores, viciosos y catavinos. REY GIMENO Basta ya, y no digas más, que perderás los amigos, pues al que dice verdades 1.260 no le faltan enemigos; lo que ahora importa, es abrazar el cristianismo y jurar de ser católico, dejando el mahometismo. MORO GRACIOSO Así lo juramos todos, aquí nos tenéis rendidos; prevengan nuestra merienda, pues estamos mal comidos. Mañana les convidamos, 1.270 que estaremos de bautizo. Prevengan buenas rosquillas las padrinas y padrinos, y alégrate, sacristán, tocarás buenos realicos, 1.275 pero los has de emplear en convidar a buen vino. Y con esto ceso, y digo que refieran los prodigios de la Cruz que hoy aparece

1.265

151


1.280 y vence a los enemigos, corrobora a los cristianos y confunde los abismos, para valemos de ella en semejantes conflictos. LOA A LA CRUZ Oh, Cruz siempre sacrosanta, fuente de divino amor en que por damos vida murió nuestro Redentor. No sé si por la virtud 1.290 del invicto rey Gimeno o por la de aquellos súbditos que formaban este Reino, es lo cierto, aunque os asombre que se obró la maravilla 1.295 de bajar la Cruz del cielo en términos de esta villa, en la que Cristo convida al bien, cuando en trance fuerte paga con la vida muerte 1.300 dando con su muerte vida. Dígalo a voces Sobrarbe; también publíquelo Ainsa, que del trance de la muerte fué librada en este día. 1.305 En ti fué crucificado a impulsos de clavo y lanza, manan fuentes de esperanza de su divino costado. David dijo a boca llena 1.285

152


1.310 con el salmo que cantó, que Dios triunfante reinó desde el madero de pena, árbol fecundo y sagrado resplandeciente y hermoso 1.315 de la púrpura adornado del que es nuestro Rey glorioso. Madero electo sin par, cuán grande dicha tuviste, pues de Cristo mereciste 1.320 los santos miembros tocar; árbol bienaventurado, de cuyos brazos pendió aquel que en precio se dió por redención del pecado; 1.325 donde hecho una balanza el cuerpo del Rey eterno, quitó poder al infierno dándonos fe y esperanza. En épocas de invasión, 1.330 concede, a los justos, gracia; da al delincuente perdón. A esta cristiana milicia que ha peleado en Ainsa, concédele paz y gracia, 1.335 bienestar y eterna dicha; que la secta mahometana con su yugo y tiranía se someta al cristianismo, siendo siempre fiel a España; 1.340 victoria la más plausible que se cuenta en las historias, 153


y el milagro más sublime de la Cruz que aquí se adora y árbol de cuyos brazos 1.345 más encumbrados y hermosos perdióse el fruto que fué nuestra redención preciosa, espada contra el infierno que a todo enemigo asombra, 1.350 pues empuñándola Dios a ellos destruye y corta hasta cabezas de reyes con su innumerable tropa, todo sumergido en sangre 1.355 encontró aquí su derrota, y bien se puede decir que esta plaza quedó roja por la sangre derramada en tan sangrienta victoria. 1.360 Porque sola mereció el vincularse esta gloria y sólo por este triunfo merece eterna memoria. Sois el escudo de Ainsa, 1.365 y de Sobrarbe las armas, y una de las maravillas que se halla en estas montañas. Redóblense, pues, los triunfos, los dichos, bailes y danzas 1.370 con repetidos elogios y continuas alabanzas. En obsequio de la Cruz y esta villa que la ensalza 154


que viva felices años 1.375 de todo el mundo aclamada, dándole mil parabienes y mil repetidas gracias por los triunfos de la Cruz y otras heroicas hazañas 1.380 que hizo en remotos tiempos, como publica su fama, que siempre será inmortal mientras que subsista España. Y perdone el auditorio 1.385 todos los yerros y faltas que esta alegre comitiva haya hecho con sus palabras. Y si hubo alguna malicia, ello no pasó de chanza, 1.390 y si alguien lo lleva a mal que no muestre su venganza. GALÁN Oh, qué día tan dichoso logra hoy toda la España; viva mil veces mi Dios, 1.395 díganlo todos con alma. Hoy, pues, de la esclavitud la libertó por su gracia apareciendo la Cruz en esta noble comarca. 1.400 Y ya con tiernos aplausos muy obligados proclama con gustos y condiciones todos los afectos causa; 155


y con el anhelo ardiente 1.405 que califica las ansias a la voz de la voz viva y para alivio del alma viva Dios, vuelvo a decir, y esa Santa Cruz sagrada, 1.410 que ese fué el instrumento que nos ganó la batalla. Con ella redimió el mundo; con ella libertó a España; díganlo, si no, los triunfos 1.415 que con ella se alcanzaron: venció en ella Constantino una sangrienta batalla, según cuentan las historias de los anales de España. 1.420 Con ella se vence siempre, con ella se alcanza palma, con ella vence al infierno quien con ella bien se arma. El que huye de la Cruz, 1.425 cruz tendrá siempre doblada en esta vida y la otra si Dios de él no se apiada. Oh, sacratísima Cruz, nunca bastante ensalzada; 1.430 brillas cual la luz del sol y haces más que el alba clara; sois más brillante que el oro, más luciente que la plata, aun más excelsa que el cedro, 1.435 más esbelta que la palma. 156


Eres como de Moisés rica y misteriosa vara; cuantos a ella acudían, a todos los remediaba. 1.440 ¿Y pues, qué, si hoy Ainsa con la Cruz en la carrasca logre triunfos y victorias se extasía al admirarla? Por ti mitigan su ira 1.445 los embravecidos moros, por ti se goza en la gloria de los dones celestiales. Mas ¿quién puede enumerar las grandezas y excelencias 1.450 de la Cruz? Mi pequeñez reconozco, y mi impotencia. Ahora voy a hablar de Ainsa, pues es razón que algo diga de ella, ya que por el cielo 1.455 se ve tan favorecida. REINA CRISTIANA Perdone el señor Galán, permítaseme esta dicha, que aunque sea improvisada soy mujer muy expedita.

1.460

GALÁN Accedo más que gustoso a lo que se solicita; comenzad, pues, ya, señora; no os quedéis corta, de Ainsa.

157


REINA CRISTIANA Desconsuelos en España 1.465 y aflicciones en Ainsa, hoy vino a calmar la Cruz que se ostenta en esa encina. Lo acaecido aquí hoy tiene tan grande importancia, 1.470 que nunca se borrará de los anales de España. Y si España conmemora con tal placer la conquista, ¿con cuánto ardor y entusiasmo 1.475 la celebrará esta villa? Pues que en ella apareció con admiración y envidia, y aunque al cielo se volvió su efigie quedó en Ainsa. 1.480 La aparición de esa Cruz a esta villa dió tal fama que la historia la coloca entre las nobles de España. Este estandarte que ve 1.485 volar el mundo en tu gloria porque eterna envidia dé, papel será de tu fe, lienzo será de tu historia. Experiencias muy notorias 1.490 claman con ecos seguros que son tantas tus victorias, que para aclamar tus glorias abren sus bocas los muros. Esas monedas que vemos, 158


1.495 clamando van tu memoria, y aunque le pese al Averno clarín será de tu historia. Gimeno venció a la Parca, grita su noble milicia, 1.500 pero es tu honor de tal marca que al decir viva el monarca todos dicen viva Ainsa. Es por las antigüedades la más famosa ciudad, 1.505 y ajustadas sus edades excede en eternidades a la misma antigüedad. Esta plaza que se ve con sus calles y castillos, 1.510 dicen lo que antes fué, y aunque no sé decir qué, lo publican sus vestigios. Quinientas casas tenía esta villa en sus principios, 1.515 y si la historia no miente, para fundar el castillo derribaron treinta y siete; mas siempre en ella quedó la distinguida nobleza 1.520 conque ilustraron a España hombres de naturaleza, cual lo publica la fama. En ella habitaron reyes, aquél era su palacio, 1.525 en que se formaron leyes y se otorgaron mercedes 159


de que hoy gozan los hidalgos para todo este terreno. Hubo público mercado, 1.530 esta plaza lo revela rodeada toda de amos. Esa torre y sus campanas anuncian su fe y su celo pregonando su gran fama 1.535 que se remonta hasta el cielo. Interminable me hiciera si hubiera de detallar de esta villa la nobleza y su gran antigüedad. 1.540 Réstame solo pediros vuestro perdón e indulgencia por las faltas cometidas en esta histórica fiesta. Por esa Cruz que admiramos 1.545 aparecida en la encina pido a Dios conceda a todos gozar la mansión divina. PASTOR Gracias a Dios rey Gimeno, que habéis entrado en Ainsa, 1.550 pues ami me lo debéis, ya que traje la noticia de que vendrían sin falta, con una gran comitiva de soldados y otras gentes 1.555 para ocupar esta villa que es cabeza de Sobrarbe, 160


del sarraceno librada con la mayor valentía. Ya han triunfado los cristianos, 1.560 ya el sarraceno suspira, ya la iglesia militante canta con grande alegría; y viva Dios en los cielos, la paz en la tierra viva, 1.565 muera el yugo sarraceno con su chusma y su malicia; viva el invicto Gimeno vivan los grandes de Ainsa. Para ganar la batalla 1.570 vino toda la primicia. Vivan todos los cristianos con su noble jerarquía, que hoy se gana en España lo que se perdió Witiza. 1.575 Alegraos, pues, cristianos, que habéis entrado en Ainsa, trofeo de vuestros triunfos en la primera conquista. Con esto, y no digo más, 1.580 me voy a dar las noticias hacia San Juan de la Peña a Jaca y sus cercanías. Disfrazado de pastor me enviaron los usías 1.585 para no ser conocido de los infames espías. He logrado ya mi intento, y me ha costado tres días 161


para atraer a las gentes 1.590 a tan cristiana milicia. Ya triunfó la cristiandad, ya se abatió el sarraceno, ya se ocupa ese palacio por el invicto Gimeno. 1.595 Ahora ya me vuelvo a Jaca, terminada mi misiva. Adiós, nobles y plebeyos, Regidores y Justicias; adiós las autoridades; 1.600 adiós, casadas y viudas; adiós, todos los vecinos de esta antiquísima villa; adiós, pueblos del Sobrarbe, respetad siempre esta villa 1.605 como Corte de este Reino, del cielo favorecida; adiós, los mozos valientes que habéis hecho la comida en memoria de lo que hizo 1.610 Gimeno cuando venía; adiós también, bailarines y demás que en este día han venido a honrar las fiestas de la famosa conquista. 1.615 Qué contentos que se irán, unos con plata bruñida, otros con un gran sombrero, y zapatos la heroína; adiós, todos los demás, 1.620 y también a las mocitas, 162


que entre todas las que veo a fe que las hay polidas. Ni las de Guaso se igualan, y eso que son relamidas, 1.625 pero calzan con abarcas y zapatos sin hebillas; y me vuelvo hacia Boltaña, para Biescas y otras villas a contar el buen suceso 1.630 y la gran carnicería, que hemos hecho con los moros y sus banderas perdidas, libertando a los cristianos sin perderse una familia. 1.635 Oh, qué gozo tendrán en Jaca, y allá, en San Juan, qué alegría; que gozo en todo Aragón, y en toda la Monarquía. Gócense ya los cristianos, 1.640 perezca la morería, suenen clarines y flautas, las gaitas y chirimías; llénense bien las alforjas, miren que no me den migas, 1.645 yen vez de darme chanfaina pónganme buenas costillas, abundante pan y vino, con tocino y longaniza para convidar pelaires 1.650 cuando pase por sus villas, porque ellos no son aguados, sino gente muy bravía 163


que si no se les convida luego al punto se convidan; 1.655 mala peste lleve a todos sin dejar rafa ni rifa.

164


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1/15Excma. Diputaciรณn Provincial HUESCA


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