Del esparto a la P.A.C.

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DEL ESPARTO A LA P. A. C.

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PRIMERAS JORNADAS AGRARIAS (LALUEZA, NOVIEMBRE-DICIEMBRE 1993)


DEL ESPARTO A LA P. A. C. PRIMERAS JORNADAS AGRARIAS (LALUEZA, NOVIEMBRE-DICIEMBRE 1993)



DEL ESPARTO A LA P. A. C. PRIMERAS JORNADAS AGRARIAS (LALUEZA, NOVIEMBRE-DICIEMBRE 1993)

EXCMO. AYUNTAMIENTO DE LALUEZA

INSTITUTO DE ESTUDIOS ALTOARAGONESES (DIPUTACIÓN DE HUESCA)


Del esparto a la P. A. C. Primeras Jornadas Agrarias (Lalueza, noviembre-diciembre 1993) Organizadas por el Centro de Estudios Técnicos Agrarios "Monegros"

Colección: «Cosas Nuestras», n.° 17. Director: Ignacio ALMUDÉVAR ZAMORA. Editan: Instituto de Estudios Altoaragoneses (Diputación de Huesca). Excmo. Ayuntamiento de Lalueza.

Foto cubierta: Lalueza (Huesca). I. S. B. N.: 84-8127-032-6.

Dep. Legal: Hu. 108/1995. Imprime: Gráficas Alós, S. A.-Huesca.


ÍNDICE Prólogo, por Marcelino Iglesias Ricou

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Presentación, por Juan Carlos Sampériz Viñas

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Poesía: ¿Qué pecados has cometido?, por Pedro Lafuente Pardina 11 Los esparteros, por Eugenio Monesma Moliner

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Oficios perdidos por desidia estatal, por Pedro Lafuente Pardina 17

NUESTRAS PRODUCCIONES La alfalfa. Producción y mejora genética, por Ignacio Delgado Enguita El arroz. Importancia del cultivo, por M.« Carmelo García Floría Ensayos de variedades de arroz, por Mariano Tolosa Zumeta Algas y malas hierbas en el cultivo del arroz, por Lorenzo Ortas Pont Plagas y enfermedades del arroz, por M.a Carmelo García Floría El maíz: una cosecha estratégica para Europa, por Agustín Mariné Importancia de la ganadería ovina en Aragón, por Pablo Ortilles Lobera y Julio Sopena Lalaguna Calidad comercial de la Rasa Aragonesa, por Clemente Castejón Ainoza Contexto y perspectivas actuales del sector ovino, por Enrique Fantova Puyalto

NUESTRAS ESTRUCTURAS Historia del regadío en Lalueza, por Jesús Périz Elbaile . Sobre los orígenes de Riegos del Alto Aragón, por Julio Abad Piracés

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Las tarifas de utilización del agua en Riegos del Alto Aragón y el canon de regulación de Mediano y El Grado, por César Trillo Guardia 79 Reflexiones sobre cooperativismo agrario. Génesis y formalización de una cooperativa de segundo grado en la provincia de Huesca, por Alejandro Almajano Contreras

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Cooperativa "Los Monegros" de Sariñena, por José Manuel Lasierra Arceiz

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La explotación familiar. Necesidad de reestructuración, por José Manuel Gómez Gracia Contexto sociopolítico de las explotaciones familiares agrarias, por Manuel M." Valles Ortiz El papel de la explotación familiar agraria en el medio rural, por Salvador Gros Gracia

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NUESTRO FUTURO Análisis de la situación de la mujer rural en la provincia de Huesca, por Nuria Gil Gil

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La mujer en el medio rural. Aspectos sociológicos, por Isabel Leguina Villa .......

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La reforma de la Política Agraria Común, por José Manuel Tabuenca Martínez

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El Comercio de la Comunidad Europea en 1991, por Agustín Mariné

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Todavía un interrogante: ¿P. A. C. = Desarrollo? por Jaime Dena Mateo

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La moderna agricultura y el medio ambiente, por Agustín Mariné

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Juventud y futuro, por Juan Carlos Sampériz Viñas Planteamiento de desarrollo rural, por Pedro A. Salas Parra

CONCLUSIONES

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PRÓLOGO Las Jornadas Agrarias organizadas por el grupo CETA de Monegros constituyen una buena iniciativa de reflexión en unos momentos de cambios en la agricultura europea y mundial, que, en algunos casos, están causando preocupación y zozobra entre los agricultores y la población del medio rural monegrino. España se ha incorporado a la Política Agraria Comunitaria justamente cuando acontecen las reformas derivadas de la mundialización del comercio como consecuencia del desarrollo de los transportes y las comunicaciones. Hemos pasado de tener los mercados de destino de los productos agrarios relativamente próximos a que cualquier punto del planeta pueda convertirse en el destino de nuestra producción y que, a la inversa, ese mismo punto también se constituya en nuestro competidor. Los cambios que se intuyen en el horizonte de las dos próximas décadas van a ser tan impresionantes e inabarcables para nuestra imaginación de hoy como lo habría sido para el agricultor de Lalueza, que en los años cincuenta dedicaba todo su esfuerzo en sacar adelante el cultivo del esparto, comprender la reforma de la Política Agraria Comunitaria, que, en algunos casos, está primando la reducción de la capacidad productiva. Entre ese tiempo —el de la mentalidad del esparto— y lo que hoy conocemos —la P. A. C.— media un abismo cubierto por un solo elemento: el agua. Monegros, Lalueza, no se pueden comprender sin la revolución que supuso la llegada del agua desde el Gállego y del Cinca a través del canal de Monegros y Cinca, décadas de riego que han cambiado los cultivos. A la tradicional explotación del trigo y la cebada se han unido el maíz —con unas producciones por hectárea envidiables—, el arroz y las forrajeras. Han cambiado las rentas familiares, la propiedad y la calidad de vida de los habitantes. Pero también ha cambiado el paisaje. Las modificaciones en la capa freática han dado un

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verdor increíble para un panorama desértico. No es ajeno a este hecho el que algunos pueblos se abastezcan de agua de manantial en pleno Monegros. El agua ha sido el motor y la base de la vida, por eso es tan importante regular su uso, hacer un aprovechamiento racional y óptimo de este recurso en todos los sitios donde beneficia, desde el consumo humano hasta el agrícola. Por eso es tan necesario regular los ríos que llevan al mar, ¡al mar! un recurso en el que nos va la vida, y quiero desde aquí requerir una vez más, insistentemente, los pasos necesarios para que las obras de regulación que prevé el Pacto del Agua alcanzado por las fuerzas políticas aragonesas se hagan realidad cuanto antes. Conocer dónde estamos es el principio inicial y primigenio para afrontar con éxito los cambios que se van a ir produciendo en el mundo rural, convencidos de que, introduciendo cuantas modificaciones y complementos sean necesarios, la agricultura va a seguir siendo el pilar fundamental de la economía de la comarca, pero sin la transformación in situ de los productos sólo habremos conseguido la mitad de los objetivos. Las I Jornadas Agrarias Del esparto a la P. A. C., organizadas por el CETA, cuyas actas se publican a continuación, contribuyen de una manera decisiva a este conocimiento. Marcelino Iglesias Ricou Presidente de la Diputación de Huesca

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PRESENTACIÓN Sirva la presente obra para dejar constancia a futuras generaciones de las raíces de un pueblo, LALUEZA, y permanezcan siempre vivos el carácter sacrificado y trabajador de sus gentes, la tolerancia y la unidad para el progreso social y económico; forjados desde el esparto, constituyen un legado cultural importante y necesario para el futuro desarrollo de nuestro pueblo y de sus habitantes. Del esparto a la Política Agraria Común median tres décadas donde el mundo desarrollado ha experimentado los mayores cambios de la historia. El esparto para Lalueza fue una cuestión de supervivencia asumida por todo un pueblo; las viñas fueron el preludio del desarrollo económico posterior, gracias a la llegada del regadío y la mecanización. La ganadería (vacuno y porcino fundamentalmente), sacada adelante por las mujeres, supuso el afianzamiento económico de las familias, fijando la base patrimonial de las actuales explotaciones agrarias. Estas jornadas han hecho recordar, a los más mayores, tiempos pasados, duros y difíciles, donde se trabajaba día y noche comiendo pan negro, tocino y farinetas; que muy pronto desembocaría en un progreso socio-económico gracias a la adaptación de sus gentes a las condiciones y situaciones de cada momento, evitando así la emigración hasta nuestros días. Para los más jóvenes han servido de reflexión sobre su futuro profesional, la necesaria reforma de estructuras y producciones ante una Política Agraria Común que exige nuevos planteamientos y orientaciones de la actividad agraria y rural. Un nuevo reto que los jóvenes estamos dispuestos a asumir permaneciendo arraigados a nuestra cultura y a nuestro pueblo. Juan Carlos Sampériz Viñas Presidente Federación Aragonesa de Grupos CETA

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¿QUÉ PECADO HAS COMETIDO, CAMPESINO? Pedro Lafuente Pardina

Con el sudor de la frente, tú trabajarás la tierra, con la angustia en el futuro, esperarás a que llueva, con el alma acongojada, aguantarás las tormentas y con el frío en los huesos, tendrás que empuñar la esteva. Ese mandato divino, tomado al pie de la letra, los campesinos cumplieron desde las remotas eras, cuando el mundo se hizo mundo, arañando la corteza para arrancarle los frutos que dona con sus cosechas. Hicisteis de vuestro oficio, con dedicación completa, un sacerdocio, un destino, para que todos pudieran llevar hasta sus hogares alimento y subsistencia que perpetuaran la especie, que le diesen trascendencia. De la noche de los tiempos arrancasteis la experiencia, mejorando los cultivos, consiguiendo especies nuevas, para llenar tantas bocas, para aplacar tantas penas, a fuerza de ilusionaros al llegar la primavera. Sin embargo, ralo pago tuvisteis por vuestra entrega; de siempre os consideraron, por las más altas esferas, gente ruda, irrelevante, poco amiga de las letras; a veces, cultivo fácil para las burlas más lerdas. Motivo de chascarrillos por llevar la boina prieta, que evitaba que los vientos arrastraran las ideas, cuando albergaba el cerebro y asentaba la cabeza de quien sin temor sus rayos, todo el día al sol se enfrenta.

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El fruto de estos desvelos, lo gozan las buenas mesas, sin apreciar quien lo gasta, sin pensar, porque no piensan, que esos pedazos de vida que hasta la boca se llevan son productos de otros hombres a los que tan poco aprecian. Ésta es justicia mundana. Desde luego, poco pesa, cuando tanto capitoste del labrador se aprovecha, destrozando, sin piedad, su economía modesta en nombre del modernismo, alegando oscuras cuentas. ¿Por qué cierran los caminos a quienes por nosotros velan? ¿Qué pecado han cometido quienes nos llenan la cesta? ¿Es que acaso hay sustituto para una verdura tierna, para una fruta madura y para unas rosas frescas? ¿Es que al parecer los hombres acotaron la miseria? ¿Es que el hambre no hace estragos allá por la periferia? La verdad, que no lo entienden estas buenas gentes nuestras, que teniendo por oficio el más digno que existiera, lo cercenan, por caduco, desde la corte europea. Será así o tal vez por mor de otras poderosas fuerzas, que quieren rendir el campo y una vez que ruina sea, caiga en sus fauces feroces, comprando por cuatro perras suelo que a nuestros mayores, tantos esfuerzos cumplieran. Atados sí, ciegos no, porque es de observar la venta con dolor, con rabia y penas a otras firmas extranjeras de aquellas obras que hicieran nuestras mejores empresas, mientras paran nuestras gentes, se quedan en la indigencia. Por eso, seguid luchando. Seguid luchando sin tregua, que en vuestro hacer no hay pecado. Si hay que pasarlas estrechas, aguantad en las paredes, como se aguanta la yedra, y que carguen los culpables, cada cual con su conciencia...

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LOS ESPARTEROS Eugenio Monesma Moliner El esparto es una planta gramínea de hasta 70 centímetros de altura, que florece en primavera sin sobrepasar los 700 metros de altitud. Se cultiva o cría espontáneamente en los cerros de yeso, eriales, terrenos yermos y secos propios de un clima duro de inviernos fríos y veranos calurosos. La fibra de esta planta silvestre ha sido una de las más trabajadas, desde la antigüedad, para la confección de aperos de labranza, cestos, cuerdas y calzados, como ha quedado plasmado en algunas pinturas rupestres. Plinio, en su Naturalis Historia nos habla ya de su cultivo y explotación en Hispania durante el primer siglo de nuestra era. El Norte de África y la mitad Sur de la Península Ibérica han sido zonas ricas en este tipo de planta de excepcional resistencia para su tejido. En la mitad norte peninsular son muy escasos los puntos donde se puede localizar masivamente el esparto, situándose en algunas zonas de Aragón como Sariñena, Fuentes de Ebro, Mediana, Callén y Lalueza. En este último pueblo, situado en el Somontano oscense, el esparto, que surge salvaje en sus montes, recibe el nombre de albardín, y su elaboración ha sido una de las actividades que ha ocupado principalmente a sus vecinos. Desde este pueblo se abastecía de soguetas de engavillar a comarcas enteras, hasta la desaparición de su uso en los años sesenta. En la mente de los habitantes de Lalueza todavía perdura esta actividad, que supuso una aportación económica suplementaria a la del campo. Todos los vecinos recuerdan los años duros que pasaron los habitantes de los pueblos cercanos al finalizar la guerra, que tuvieron que salir a trabajar fuera de sus casas. Los habitantes de Lalueza pudieron hacer frente a la crisis con la transformación en sogueta de todo esparto que les brindaban sus propios montes y los vecinos.

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El proceso de elaboración del esparto comenzaba por el arrancado de la mata en verde y a tirón en el mes de agosto. En esas fechas, varias familias se unían para arrendar la cosecha de esparto en los montes de los grandes propietarios de la comarca. Todos los miembros de cada familia se desplazaban a los montes vecinos de Lalueza (El Matizal, Montesusín, Monte San Juan, Las Negras, Tubo...), habilitando allí una paridera y dedicándose las jornadas completas a arrancar el esparto. Naturalmente, la rapidez en el trabajo daba mayor rentabilidad a la cosecha, pues el tajo no tenía fin y su calidad dependía de cada monte. Arrancado el esparto, se llevaba a un llano cercano donde hubiera rastrojo, tomillos u ontinas, y se extendía sobre una zona de piedras llamada tendedor. Se dejaba allí para secarse y blanquearse al sol, aislado de la tierra, durante los veinte días aproximadamente que duraba el proceso. Las repentinas tormentas contribuían a acelerar el blanqueado del esparto. Seco y dorado, se ataba en fajos y, mediante caballerías primero y en remolques después con la implantación del tractor, se trasladaba el esparto a los distintos pajares situados en las afueras del pueblo.

Mujeres de Lalueza trabajando el esparto en la calle El Sol

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Allí se almacenaba esta materia prima que, pocos meses después y una vez terminada la campaña de arrancado, sería convertida en sogueta. De octubre a marzo —entre el Pilar y San José, como dicen los vecinos de Lalueza— eran las mejores fechas para preparar y trabajar el esparto. Un cilindro de madera de carrasca, curado durante varios días debajo del fiemo para que no se partiera, era la principal herramienta para mallar o golpear contra una piedra u otra superficie dura el esparto previamente humedecido. De este modo, la fibra quedaba más fina y suave para ser trabajada. En los últimos arios de elaboración de sogueta, el mallo de madera fue sustituido por las ruedas de los carros. Siguiendo la idea de un espartero del vecino pueblo de Poleñino, se adoptó este nuevo sistema de mallar con carro, y que consistía en extender a lo largo de una calle dos hileras de esparto a la anchura de las ruedas. Tras el ir y venir del carro llevado por una caballería, las llantas de hierro de sus ruedas cumplían la función del mallo de madera. Un repaso con el mallo tradicional dejaba la fibra preparada para su transformación. Tardear llamaban los vecinos de Lalueza al hecho de quedarse por la noche a elaborar sogueta después de cenar. Entre las ocho y las doce de la noche, en la cuadra de la casa para recoger el calor de los animales en los fríos días invernales, y en las calles del pueblo en las tardes y noches más saludables, hombres, mujeres, niños y ancianos se reunían para esta labor de hacer trenceta, complementaria de las faenas agrícolas. Un pequeño cabo hecho con trenza doble y atado al llamador de la casa, a una piedra o a cualquier tipo de enganche, marcaba el principio de la tirada. Un manojo de esparto mallado, humedecido el día anterior y colocado entre las piernas, abastecía de materia prima al espartero mientras con un movimiento rítmico de sus manos trenzaba la fibra. La encallecida capa de piel de las palmas de las manos no podía resistir, algunas veces, la intensidad y dureza del trabajo. En un ambiente de grupo y alegría, cada espartero iba dejando tras de sí metros y metros de trenza ya hecha. Casi todos los vecinos, sobre todo las familias sin grandes propiedades, participaban de esta actividad dentro de una atmósfera cordial. Esta actividad productiva garantizaba el aceite, azúcar y otras necesidades primarias para la familia. La venta directa a los compra-

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dores o intermediarios, que luego distribuían por las comarcas vecinas el producto, o su entrega en las tiendas del pueblo a cambio de otros productos, eran los dos métodos más usuales para la comercialización de la sogueta elaborada. Las calidades de los fencejos estaban en relación directa con el peso del esparto utilizado en su confección; los niños y los más ancianos de cada casa elaboraban los de peor calidad, que requerían un menor esfuerzo físico. Terminada la jornada, cada uno recogía en fardos la sogueta hecha. Después había que cortarla a las distintas medidas de su demanda. Así pues, eran tres los tipos de fencejos que se elaboraban. Los más cortos, consistentes en una vuelta desde el pie hasta la rodilla, eran para la alfalfa; los medianos, medidos cuatro dedos encima del anterior, eran para atar las mieses en la tierra llana durante la siega; y los más largos, medidos un palmo por encima de la rodilla, eran para la recolección y el transporte de las mieses con caballería en la montaña. Tomando como eje el pie, se daban quince vueltas de sogueta hasta la altura deseada, guardándose atadas por su extremo. Cuando había varios fardos de quince vueltas, se cortaban por un extremo con una hoja de dallo fijada a la pared, y se unían de dos en dos para hacer los fascales que tenían 30 fencejos. Antes de atar los fascales, se añudaba cada una de sus puntas. Para ello, un miembro de la familia preparaba un montón de ramos o pequeños manojos de esparto húmedo sin mallar, que otro añudaba en las puntas de las soguetas. De treinta en treinta se ataban los fencejos entre sí formando un fascal, y se dejaban a secar tendidos al sol hasta que estuvieran secos y ventilados. Cada diez fascales se ataban entre sí con tres soguetas formando un fajo que era la más usual a medida de venta. El precio de los fajos se marcaba normalmente el día de la Ascensión en Monzón. La mecanización de la siega del cereal y del campo en general acabó progresivamente con la fuerte demanda de sogueta. Hoy, todavía se conservan en muchos parajes de Lalueza, fajos completos que no pudieron ser vendidos por falta de uso. Sea este trabajo un homenaje a todos esos hombres y mujeres que han hecho posible con su voluntad y memoria retroceder unas páginas de la historia popular del Alto Aragón.

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OFICIOS PERDIDOS POR LA DESIDIA ESTATAL Pedro Lafuente Pardina

En estos encuentros se han discutido asuntos candentes para las gentes rurales. Algunos, lacerantes, por la desidia con que han sido vistos y tratados por quienes, desde las altas esferas, tienen la obligación de prevenir el futuro de los pueblos. Estamos sufriendo las consecuencias de habernos hecho creer que éramos un pueblo de "nuevos ricos". Todos gentes de carrera, sólo para firmar y estar tras la mesa del despacho. Lo demás... que lo hicieran otros. Y así, de treinta años a esta parte, docenas de oficios artesanos de aquellos que ocupaban las manos y la mente y hacían agudizar el ingenio se han perdido por falta de savia nueva. A la juventud se le ha presentado como un desdoro social el embutirse en un mono de trabajo o coger el volante de un tractor. No sólo se le ha presentado, sino que prácticamente se lo han hecho imposible. Por culpa, no de ella, sino de esta sociedad actual, vacua y vana, que sólo pretende alardear de "titulitis", aunque los títulos tan sólo sean garantía de un saber que en muchísimos casos no tiene ninguna aplicación práctica por exceso de licenciados. Después llega la realidad de la vida, que es otra cosa muy distinta. Por eso, cultura, al máximo. Después, aprovechar todos los tajos. Por otra parte, una legislación redactada más para contentar a la "clientela" que para darle camino, sólo ha servido para cerrar futuro. Y así se fue perdiendo la figura del aprendiz y del maestro artesano. Es curioso constatar que, pongamos por caso, para aprender a escribir a máquina, el alumno debe pagar y el profesor, como es natural, cobrar. Sin embargo, hasta el momento, en cualquiera de los mil oficios manuales que el artesano pretendiese preparar en una nueva generación, el peso del Estado caía, desde el primer momento, con todo su rigor. El aprendiz no sólo debía ser soportado en toda la extensión de la soldada, sino que debía el maestro pagar su Seguridad Social, cargar con los destrozos en materiales que, naturalmente, el escolar en su

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noviciado provocaba, amén de las gratuitas horas de trabajo invertidas por el enseñante para su discípulo. Como cualquiera puede sopesar, algo realmente insoportable. Y así, de manera tan absurda, desapareció de la faz del mundo del trabajo la figura del aprendiz, futuro maestro. Toda una generación perdida. Ahora parece ser que algunos cerebros de alto copete, acuciados por la crisis, se han visto obligados a descender al nivel de calle. Ya era hora. Se trataba de recuperar trabajo a ras de pequeña empresa, de no romper la heredad de siglos de experiencia. En muchos casos, demasiado tarde, porque los maestros ya han desaparecido. Otro tanto ha ocurrido en el campo. O quizá peor. Nuestra Península cuenta con zonas de difícil liberación. Imposibles en regadío y rigurosas de clima. Sin embargo, en nuestra Depresión del Ebro, las posibilidades son enormes. Se cuenta con abundante agua, riqueza natural aún sin explotar debidamente en el terreno en que se recoge. Seguridad de cosechas variadas y oportunas según la demanda que estas aguas propician. Sus correspondientes industrias subsidiarias. Y, como complemento, un turismo de pie de Pirineos, con la ventaja de la doble temporada invierno-verano, faceta que no pueden presentar las costas. Pero, con todo esto, nos está fallando el factor humano. Por falta de capitanes vocacionales, los políticos de turno, pendientes de su ego e ignorando el mañana, han retorcido dos líneas tremendamente importantes para el futuro de nuestras gentes. La primera, crear un ambiente de repudio por el mundo empresarial y, por tanto, a los oficios del vivir diario, a la agricultura, al mundo rural entre la juventud. Muy pocos son los que quieren vivir en un pueblo, trabajar por su cuenta, poner horas y dinero, incertidumbre y acoso. El campo más seguro, las oposiciones al Estado. A la plaza fija y placentera. Para los demás, el "compóntelas como puedas" y cuenta que lo primero es mantener la burocracia multiplicada por mil, sobre todo en algunos aspectos realmente intolerables y risibles. Y así, poco a poco, han muerto las iniciativas, la alegría por establecerse, por crear, por transformar, abortando la mentalidad empresarial en los muchachos. Todo el mundo desea que le "den" un puesto de trabajo. Pero ¿quién los ha de crear? ¿El Estado? Es el peor administrador que jamás pudiera imaginarse. Por aquello de que "el dinero que no sudas pronto lo mudas". Aún más insensatez: algunos personajillos con ínfulas de salvadores, de verbo fácil y pintorescas conductas, han impactado a la juventud

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PĂŠrdida de oficios artesanales en el medio rural

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actual, presentando el mundo de las empresas como logreros y explotadores. Nada más lejos de la realidad. Porque una cosa son determinadas multinacionales que sólo se ubican allí donde su dinero es más rentable y otra muy distinta la empresa familiar, o pequeña y mediana, con entorno humano, en las que el primer y más sacrificado trabajador es el patrono. Y así estamos. La voracidad recaudadora para mantener ese mundo cuasi de farándula, como son las múltiples capas de la Administración, ha llegado a tales extremos que se han "comido la vaca en vez de ordeñarla" inteligentemente. El cansancio por edad, y en muchísimos casos por incomprensión, ha llegado a los viejos aurigas del campo y de la industria. Ninguno de sus hijos ha cogido el testigo del trabajo de sus mayores. Han preferido estar "al otro lado de la mesa". Y es que, viendo la desidia y el desprecio con que han sido tratados sus padres, no les han faltado razones. Los caminos naturales, tradicionales, se han roto. Tal vez no sea demasiado tarde y se consiga, de nuevo, ilusionar a la juventud con unos oficios rentables por su entrega y su empuje. Una juventud que, hoy por hoy, con sus títulos bajo el brazo, no sabe por dónde tirar y qué hacer. Porque lo que se dice hacer, hacer por la vida, nadie le ha enseñado. Y ese es un pecado imperdonable de aquellos que, oportunamente, no supieron salvaguardar el espíritu y el camino del trabajo. De todos los trabajos posibles y honrados que son los que en realidad les dan de comer. Los demás trabajos simplemente son cobijos. A ver si lo entendemos de una vez.

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NUESTRAS PRODUCCIONES • LA ALFALFA • EL ARROZ • EL MAÍZ • EL GANADO LANAR

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LA ALFALFA. PRODUCCIÓN Y MEJORA GENÉTICA Ignacio Delgado Enguita GENERALIDADES La alfalfa, mundialmente aceptada como la reina de las forrajeras, debe su reputación a su elevada capacidad de producción de forraje, elevado contenido en proteínas y respeto al medio ambiente. En Aragón es, asimismo, la especie forrajera más recomendada, dado que: • Alcanza producciones comparables a las gramíneas forrajeras. Su producción media anual oscila entre 12 y 15 Tm. de materia seca/Ha. aunque, en casos excepcionales, pueden superarse las 20 Tm./Ha. Esta producción se reparte en el tiempo mejor que con otras especies y el forraje puede aprovecharse regularmente entre abril y octubre. • El pH básico de los suelos y su alto contenido en carbonatos permite la implantación de bacterias nitrificantes en las raíces, que proveen de nitrógeno atmosférico a la planta, ahorrando al agricultor la aportación de abono nitrogenado en cantidades que superarían con otros forrajes las 400 unidades fertilizantes/Ha. El nitrógeno fijado por la planta no se pierde por lixiviación y, por tanto, no contamina las aguas subterráneas. • Su potente sistema radicular le permite profundizar en el subsuelo y captar agua donde otras especies herbáceas no llegan. Por ello, aunque es una especie típica de regadío, es la más productiva de las especies forrajeras perennes en nuestros secanos. • Se ha probado su uso polivalente: puede pastarse directamente en el campo siempre que se tenga la precaución de que el ganado no salga hambriento a pastar, su alimentación anterior

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sea de alimentos fibrosos, no de pienso, y que la alfalfa se pastoree ya desarrollada cuando ha iniciado la floración; si se prefiere, puede henificarse y utilizarse como reserva de forraje; finalmente, puede deshidratarse y ensacarse para su venta como pienso. Otro uso, ya desestimado por su coste pero que podría volverse a poner en práctica, es la extracción de proteínas para consumo humano.

DATOS ESTADÍSTICOS España, con 293.300 Has. sembradas en 1991, ocupa el 5° lugar de Europa en cuanto a superficie cultivada, siendo Aragón la 2.« de las Comunidades Autónomas en importancia con una superficie sembrada de 57.346 Has. y Huesca la provincia más productora con 29.940 Has. Este cultivo se encuentra en progresión en Aragón, estimándose en 70.000 Has. las sembradas durante 1993.

RECOMENDACIONES PARA MEJORAR LA PRODUCCIÓN, CALIDAD Y PERSISTENCIA DEL CULTIVO A continuación se resumen algunas recomendaciones que deberían tenerse en cuenta con el fin de mejorar la producción, calidad y duración de los alfalfares: • Abonado mineral La alfalfa extrae, por cada 15 Tm. de materia seca, las siguientes cantidades de minerales: nitrógeno, 450 Kg.; fósforo, 100 Kg.; potasio, 350 Kg.; magnesio, 75 Kg.; azufre, 250 Kg. y boro, en pequeñas cantidades. Es evidente que con la excepción de la fertilización nitrogenada que la planta toma del aire, el resto de los minerales se extrae del suelo y, aunque no en su totalidad, una parte de las mismas debe restituirse mediante abonados minerales para facilitar su extracción por el cultivo. Como fórmula genérica para la mayor parte de los campos, se recomienda aportar

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150 Kg. de fósforo y 200 Kg. de potasio por Ha., mejor en forma de un complejo que incluyera, a la vez, pequeñas cantidades de magnesio y boro.

• Riegos La alfalfa es una gran consumidora de agua. Se estima que consume entre 700 y 900 litros por cada Kg. de materia seca que produce. Sin embargo, cuando las condiciones de humedad y temperatura son elevadas, es muy sensible a las enfermedades de la raíz ocasionadas por hongos y bacterias. Se deben evitar por tanto los encharcamientos en verano, ya que acortan la vida del cultivo. La alfalfa tiene, por otra parte, un potente sistema radicular que explora gran cantidad de suelo, por lo que deberían ahorrarse riegos innecesarios cuando el crecimiento no es muy activo. • Herbicidas Las malas hierbas compiten por los nutrientes en los períodos en que la alfalfa está poco activa, contribuyendo a reducir la calidad del forraje. Su control es, por tanto, aconsejable. Si se emplean herbicidas químicos, ha de tenerse en cuenta que pueden afectar a la alfalfa durante el primer año de crecimiento y a la masa foliar cuando está establecido el cultivo. Conviene por ello usarlos con precaución, aplicándolos mejor en presiembra cuando se establece el alfalfar y en los campos ya establecidos durante el reposo invernal o después de un corte, para evitar su efecto sobre el follaje. Se recomienda consultar los Boletines Fitosanitarios de Avisos e Informaciones de la D. G. A., para conocer los productos comerciales recomendados. • Plagas y enfermedades La alfalfa en Aragón es bastante tolerante a plagas y enfermedades y, aunque los parásitos del cultivo son numerosos, ninguno ataca con la suficiente intensidad para hacer peligrar

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la permanencia del cultivo. Cuando el fin del alfalfar es mejorar el suelo y facilitar la rotación de cultivos, o bien se destina para pastoreo, pueden ahorrarse la mayoría de los tratamientos. Sin embargo, deben extremarse las precauciones si se desea la máxima producción y calidad del forraje, eligiendo para ello semillas que se hayan obtenido mediante un proceso de selección o variedades tolerantes, si las hay, y realizando un calendario de tratamientos riguroso y bien orientado. Se recomienda, asimismo, guiarse por los Boletines Fitosanitarios de la D. G. A. • Frecuencia de los cortes o aprovechamientos La mayor productividad y persistencia del alfalfar se consigue cuando se conoce el movimiento de las reservas de la raíz y se respeta su proceso, que es el siguiente: La alfalfa almacena en forma de azúcares el exceso de nutrientes que produce en las raíces y en la base de la planta. Cuando ésta se corta para su aprovechamiento, las reservas nutritivas almacenadas se movilizan y se inicia la brotación de las yemas. Los nuevos brotes van consumiendo las reservas durante su crecimiento, hasta que la planta alcanza los 30 cm. A partir de esta altura, la producción de nutrientes es superior al consumo y la planta comienza nuevamente a almacenar reservas, hasta el momento de la floración, estado en el que la planta se encuentra preparada para soportar un nuevo corte o aprovechamiento, y se inicia de nuevo el rebrote del cultivo. Cuando no se respeta este proceso y el alfalfar se explota tempranamente, la planta va agotando sus reservas hasta morir. Por ejemplo, un alfalfar cortado siempre a 20-30 cm. no persistirá más allá del tercer o cuarto corte.

VARIEDADES En el mundo se encuentran alfalfas de diferentes tipos, los cuales conviene conocer con el fin de poder elegir mejor las variedades a utilizar. La clasificación y características de los diferentes tipos son las siguientes:

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A. Alfalfa de crecimiento erecto I. Tipo africano: • No tienen parada invernal, realizándose 9-10 cortes. • Son sensibles a las bajas temperaturas. • No acusan las altas temperaturas. 2. Tipo flamenco o centroeuropeo: • Tienen parada invernal larga, realizándose 4-5 cortes. • No son sensibles a las bajas temperaturas. • Acusan las altas temperaturas. 3. Tipos intermedios: • Reúnen características intermedias a los anteriores tipos. Se realizan 6-7 cortes. • Soportan bien las temperaturas bajas y altas, si no son extremas. • Corresponden al ecotipo "Aragón" y similares.

B. Alfalfa de crecimiento rastrero 1. Tipo rizomatoso: • Emiten tallos subterráneos de 10-20 cm. que parten de la corona de la planta, formando macollas. • Tienen una larga parada invernal. • Son tolerantes al frío y al pastoreo. • Acusan las altas temperaturas. 2. Tipo estolotfero: • Emiten tallos aéreos que nacen de raíces laterales, a veces a varios metros de la planta madre. • Tienen larga parada invernal. • Son muy tolerantes al frío. • Acusan las altas temperaturas. En el mercado mundial existen variedades de todos los tipos anteriormente' citados. La siembra de una variedad en lugares o para usos que no son para los que se ha seleccionado, nos llevará al fracaso del cultivo. A veces ocurre que se desconoce su procedencia o ésta ha

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sido alterada indebidamente, entonces los malos resultados del cultivo pueden atribuirse erróneamente a otras causas, cuando en realidad se deben a que la variedad no era la adecuada para la zona. Es evidente —y así lo demuestran numerosos ensayos— que las variedades más adecuadas para los regadíos de Aragón son las alfalfas erectas de tipo intermedio, es decir, el ecotipo "Aragón" y aquellas variedades seleccionadas a partir del mismo (p. e., 'Victoria', `Capitana', 'San Isidro', `Campera', etc.). Siglos de un proceso de selección natural, llevado a cabo en este medio, lo avalan. Para las zonas de montaña serían más adecuadas las variedades que contengan mezcla o se aproximen a los tipos flamencos (p. e., `Alcoroches', `Verclal', etc.). En secano, parecen ser más tolerantes a la sequía las alfalfas erectas con algo de tipo flamenco (p. e., 'Tierra de Campos', `Ampurdán', etc.); también las mielgas, que son alfalfas silvestres rizomatosas, podrían utilizarse en secano cuando el cultivo se destine exclusivamente al pastoreo. Actualmente, las mielgas están en proceso de mejora y no se dispone de semilla comercial, pero el agricultor puede proveerse recolectándola directamente en el campo. Enormes esfuerzos se han realizado en mejora genética para obtener variedades más productivas, aunque hasta ahora los resultados son escasos. Por ello, no conviene adquirir variedades caras si no se tiene la certeza, mediante ensayos rigurosos, de que la producción es superior. Los mayores logros se han alcanzado en la obtención de variedades que se muestran menos sensibles a plagas y enfermedades. La elección de variedades tolerantes bien adaptadas a las condiciones en las que se va a cultivar, proporcionarían los mejores resultados.

Recolección mecanizada de la alfalfa

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EL ARROZ. IMPORTANCIA DEL CULTIVO M.° Carmelo García Floría

El arroz es uno de los principales cereales cultivados en el planeta. Con una superficie mundial de 145 millones de hectáreas, solamente es superado en producción por el trigo. En la C. E. E. se cultivan 350.000 Has. —el 0'24 % de la superficie mundial dedicada al arroz— representando un 0'42 % de la producción. Los países productores son: Italia (58 %), España (23 %), Portugal (8 %), Grecia (6 %) y Francia (5 %). La producción de arroz en la C. E. E. no cubre las necesidades de consumo y debe importar arroces de tipo Indica (de grano largo, preferidos por algunos países) y exportar los excedentes de arroz de grano redondo/medio. En España se cultivan alrededor de 80.000 Has., si bien en las últimas campañas, en la zona Sur (Andalucía y Extremadura) no se ha sembrado por falta de agua, lo que supone un 40 % menos de superficie. España, con 6.000 kg./Ha., es uno de los países con rendimientos medios más altos, superados solamente por Corea y Australia. En Aragón, el arroz ocupa una pequeña parte de la superficie de cultivo, siendo la provincia de Huesca la que concentra un mayor número de hectáreas, con el 80 %, localizadas en las zonas FlumenMonegros y Cinca. El 20 % restante corresponde a la comarca de las Cinco Villas, en la provincia de Zaragoza, donde comenzó su extensión en 1992. A pesar de ser un cultivo minoritario en la provincia de Huesca, en las zonas donde se cultiva representa un alto porcentaje de los ingresos de más de 400 agricultores. Esto adquiere mayor importancia si tenemos en cuenta que supone la utilización de unas tierras con una concentración de sales que las hace improductivas para cualquier otro cultivo y, si no se sembraran de arroz, estarían yermas. Aunque el arroz es una planta moderadamente sensible a la salinidad, al estar con agua todo el ciclo, contribuye a lavar las sales. Si el campo tiene un

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buen drenaje, siguiendo unas buenas prácticas agrícolas, después de unos años de cultivo se consigue una mejoría de las tierras y las hace aptas para otros cultivos. La evolución del número de hectáreas dedicadas al cultivo del arroz en la provincia de Huesca, en los últimos diez años, es la siguiente:

1984: 4.200 Has. 1985: 4.500 Has. 1986: 3.600 Has. 1987: 2.100 Has. 1988: 1.854 Has. 1989: 2.447 Has. 1990: 5.117 Has. 1991: 6.155 Has. 1992: 5.980 Has. 1993: 6.500 Has.

ZONAS ARROCERAS

1994: 8.100 Has. Los rendimientos medios oscilan alrededor de 5.500 Kg./Ha. (a excepción del año 1984, que fueron de 1.800 a causa de la climatología adversa). Desde 1988 se observa un aumento de las hectáreas, debido principalmente al mantenimiento de los precios del arroz en el mercado y a la adaptación de variedades del ciclo más corto que las cultivadas tradicionalmente. Al ser un cultivo que no está incluido en la P. A. C., y si los precios se mantienen, es de prever que aumente el número de hectáreas actuales, pues todavía hay tierra no cultivada y solamente apta para sembrar arroz; además, se han comenzado a utilizar tierras que se dedicaban a otros cereales, hoy menos productivos.

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A pesar de estas buenas expectativas, dependemos de un importante factor que puede limitar el cultivo y su expansión: el agua. El consumo medio del cultivo es de 15.000 a 18.000 m3/Ha., no más que otros cultivos de verano, pero tenemos unas infraestructuras insuficientes y solamente se puede almacenar el agua que se consume en una campaña. De esta forma, el agricultor no puede planificar y está condicionado a las lluvias y nieves invernales que puedan llenar los pantanos y tener el agua suficiente para sembrar las hectáreas previstas. Si esto no sucede, hay restricciones y el agricultor debe reducir la superficie de siembra.

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ENSAYOS DE VARIEDADES DE ARROZ Mariano Tolosa Zumeta En 1985, al igual que en los demás cultivos extensivos, dentro de la Red Experimental de Cultivos Extensivos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Montes de la Diputación General de Aragón, se iniciaron, por parte del Servicio de Extensión Agraria de Sariñena (Huesca), ensayos sobre adaptación de nuevas variedades de arroz en la provincia, con los siguientes objetivos: A.— Encontrar variedades que pudiesen competir con la Balilla X Sollana en cuanto a: —Productividad en Kg./Ha. de arroz cáscara. —Disponer de un ciclo vegetativo más corto. — Obtener un producto de mejor aceptación comercial. B.— Encontrar la densidad de siembra más adecuada a nuestra situación. Los ensayos se ubicaron en la localidad de Castelflorite, geográficamente situada en el centro de la zona arrocera de la provincia (Cinca - Monegros - Hoya de Huesca), eligiéndose parcelas que ya se hubiesen cultivado de arroz como mínimo dos años. En principio, el planteamiento estadístico elegido fue el macroensayo; parcelas elementales de 90 a 100 m2 por variedad y repetidas tres veces en bloques al azar. La recolección se hizo con la maquinaria del agricultor colaborador. A partir de la campaña de 1987 y hasta 1991, se optó por los micro-ensayos, con parcelas elementales de 10 m2 por variedad y cuatro repeticiones por variedad y bloques al azar. En este caso, tanto la siembra como la recolección se hicieron a mano, segándose las parcelas a medida que iban madurando las distintas variedades. Las variedades ensayadas fueron de origen español e italiano, con ciclos vegetativos similares o más cortos a Balilla X Sollana. Ante

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el "boom" de las variedades de arroz tipo Indica, se fueron incluyendo en los ensayos. Con estos ensayos se pretende conocer el comportamiento de las distintas variedades sembradas en las condiciones agro-climáticas y culturales de la zona, por lo que las técnicas de cultivo utilizadas han sido las mismas que el agricultor colaborador ha usado en su explotación, a excepción de la siembra y recolección, como se ha indicado con anterioridad. En el cuadro siguiente se exponen los resultados de los microensayos establecidos entre 1987 y 1991 seleccionándose 11 variedades del total de 32 ensayadas. No figuran aquellas que sólo se probaron un año y otras que no aportaron nada interesante. Cuadro n.° 1 VARIEDADES Balilla X Sollana*

MEDIA

1987

1988

1989

1990

1991

100

100

100

100

100

100

50

81 102

95

94

96

107

76

106

96

Indio

86

Lido

86

Mareny

83

85

63

74

Niva

88

91

94

91

Senia

78

114

100

97

Miara

43

Start

89

Tainato Tebre

88

99

110

Vela Valor índice 100 a 14'5 % de humedad en Kg./Ha. arroz cáscara.

8204

8472

8376

103

96 99

98 90

88

5818

9074

89

(*) Variedad testigo

Las variedades en negrita pertenecen al tipo Indica. Como se puede observar, en el quinquenio 1987-1991 ninguna variedad superó a la Balilla X Sollana en cuanto a producción; sí las ha

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habido que puntualmente en alguna campaña la superaron, por lo que en la zona Cinca - Monegros es la mejor adaptada. En otros aspectos, como resistencia al encamado, grano más largo, etc., sí que ha sido superada. Las variedades de tipo Indica ensayadas siempre han quedado por debajo de la variedad testigo. De estos ensayos, en cada campaña se seleccionaron las variedades con mejores perspectivas en cuanto a producciones y otros aspectos técnicos de interés, y se sembraron en parcelas de 1.000 m2 de extensión en otras localidades arroceras de la provincia. Este método se conoce como Demostración de Variedades, ya que lo que se pretende es que el agricultor conozca y se familiarice con estas nuevas variedades y siga su cultivo. En todos los ensayos y demostraciones está presente la variedad de uso más frecuente en la zona, consideradsa como testigo que sirve de referencia. En La Hoya de Huesca se establecieron, durante los años 1989-1993, las correspondientes demostraciones, cuyos resultados se exponen a continuación, expresadas las producciones en Kg./Ha. de arroz cáscara a 14'5 % de humedad. La variedad considerada como testigo, Lido. Cuadro n.° 2 VARIEDADES

1989

1990

Balilla X Sollana Lido Tebre Veneria Nibio Alfa Alpe Ariete Baldo Cigalón Elvo Loto Smeraldo

5427 3537 5501 5281

4688 7300 7711 7826

1991

1992

1993

7962

5197

9070 6082

6476 7578 8711 5542 6317 90 7683 8074

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5929 5091

5634 5396 5232


Con los resultados obtenidos se llega a la conclusión de que las variedades a sembrar en la comarca de La Hoya de Huesca han de tener un ciclo vegetativo, desde la nascencia a la maduración, como máximo de 150 días, caso de la variedad Lido. En el cuadro anterior aparecen variedades de ciclos medio-largo, con producciones muy interesantes, a simple vista, como puede ser Tebre; en su contra hay que decir que la humedad medida en recolección estaba próxima al 30 %. Esto hace pensar en el alto riesgo existente para que esta variedad llegue a cumplir su ciclo, como es el caso de la Balilla X Sollana, más conocida y totalmente descartada en la zona. A partir de 1992, las variedades sembradas en las demostraciones han sido de origen italiano, de ciclo similar y más corto que la Lido y han aparecido variedades que en principio son interesantes, tanto en su aspecto productivo como en rendimiento en enteros, tipo comercial del grano elaborado, etc., como:

Loto.— Grano semilargo, vítreo y ciclo más corto. Alpe.— Grano semilargo, vítreo y ciclo similar. Ariete.— Grano semilargo, vítreo y ciclo similar. Elvo.— Grano redondo y ciclo más largo. Estas variedades necesitan ser constatadas mediante otras demostraciones, así como ser sembradas en superficies mayores por el agricultor. Como conclusión se puede decir que en La Hoya de Huesca la variedad más segura es Lido. En cuanto a la variedad Tainato, los problemas de nascencia que ha tenido en las dos últimas campañas están rebajando su superficie de cultivo. Sobre la densidad de siembra a utilizar, lo ideal es conseguir 150 plantas/m2 nacidas, lo que para la variedad Lido significa entre 150 y 160 Kg./Ha. de semilla, con un peso de 25 gr. las 1.000 semillas, en su época de siembra (finales de abril - primeros de mayo) y con semillas certificadas R-1 y R-2. En caso de semillas de inferior calidad y siembras más tardías será conveniente aumentar la dosis. NOTA: A título de recordatorio se incluyen los siguientes puntos: — La nivelación de las parcelas es fundamental para la nascencia uniforme, mejor manejo del agua, control de las malas hierbas, etc.

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—La edad de la semilla a utilizar debe ser igual o inferior a dos años. —La calidad de la semilla utilizada es directamente responsable de la calidad del producto obtenido en cuanto a la cantidad de cosecha, rendimiento en el molino, en contenido de granos rojos y también en la aparición del arroz silvestre, salvaje, borde, etc. — Que a medida que vaya repitiendo el cultivo en una misma parcela aumentan los problemas de nascencia, la aparición de algas y malas hierbas, insectos, tanto en el suelo como en el agua, proliferación de enfermedades criptogámicas, etc., lo que justifica el aumento, en un porcentaje moderado, de la dosis de siembra.

Cultivo de arroz en Monegros (E. Monesma)

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ALGAS Y MALAS HIERBAS EN EL CULTIVO DEL ARROZ Lorenzo Ortas Pont Entre los enemigos que tiene el cultivo del arroz, destacan por su importancia los parásitos vegetales, es decir, las algas y las malas hierbas. LAS ALGAS El agua contiene numerosas algas, tanto microscópicas como macroscópicas, que viven formando asociaciones diversas que van evolucionando según las condiciones en que se desarrollan y que, por su complejidad, son muy difíciles de identificar. Mucho más importante que su identificación es conocer los daños que causan y la manera de evitarlos o, en el mejor de los casos, de disminuirlos. Durante la germinación y primeras fases de crecimiento del arroz, las algas presentes en el cultivo dificultan el paso de la luz, lo que a su vez impide la fotosíntesis y el calentamiento del agua. Al mismo tiempo, las algas consumen oxígeno, disminuyendo el contenido de éste en el agua. Al mermar estos tres factores fundamentales en la germinación y desarrollo del arroz (luz, temperatura y oxígeno), la nascencia es peor, pudiendo incluso llegar a ser nula. Algunas algas se mantienen sobre el suelo formando una capa que impide el arraigo del arroz. En otras ocasiones, esta capa de algas, al ponerse a flote, provoca el arranque de las plántulas y su posterior arrastre a las orillas por el viento. Otras algas que se mantienen inicialmente a flote, formando una capa sobre la superficie del agua, producen el aplastamiento de las plántulas al desecar el arrozal cuando ponemos en práctica uno de los mejores métodos de eliminación de las algas, como se verá más adelante.

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Otro de los perjuicios que producen las algas es la dificultad que suponen para el correcto funcionamiento de algunos herbicidas, al formar las algas una capa de protección para las malas hierbas o, incluso, para la superficie del suelo en el caso de ciertos herbicidas de preemergencia. MÉTODOS DE LUCHA La eliminación de las algas es muy difícil, por lo que conviene hacer un control preventivo. La prevención comienza por la utilización de aguas limpias y libres de algas, lo cual, en la mayoría de los casos, no es posible. Niveles altos de agua en el arrozal, unido a grandes oscilaciones de temperatura (muy frecuentes en nuestra zona), favorecen la aparición de algas. Si a esto añadimos que la germinación del arroz en estas condiciones es más lenta, el factor "nivel de agua" es sobre el que es más fácil actuar para disminuir los daños causados por las algas. Las desecaciones del arrozal disminuyen e incluso impiden la formación de algas, aunque esta práctica es desaconsejada para el buen funcionamiento de ciertos herbicidas aplicados para el control de Echinochloa o Milleta (herbicidas conteniendo Dimepiperato o Molinato). La experiencia del arrocero es fundamental a la hora de tomar la decisión de secar, a pesar de perder la eficacia del herbicida aplicado. Los abonados inciden directamente en el desarrollo tanto de las algas como de las malas hierbas. En los arrozales donde es frecuente la aparición de algas, es aconsejable abonar antes de las labores de preparación con el fin de que quede incorporado. El fósforo aplicado en superficie favorece la aparición de las algas. Ya se ha comentado el secado del arrozal como un excelente método preventivo para las algas y lo volvemos a recomendar como el mejor método de lucha una vez aparecidas éstas en el arrozal. Si a la acción destructiva del sol sobre las algas añadimos el excelente efecto enraizador que tiene la oxigenación del suelo durante el secado, podemos afirmar que el secado constituye una de las mejores prácticas culturales en el cultivo del arroz. Siguiendo con los métodos de lucha contra las algas, llegamos a la lucha química mediante productos alguicidas, y aquí topamos con

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una importante limitación: no existen en estos momentos alguicidas específicos que nos resuelvan problemas medianamente graves, tan sólo podemos recurrir a los fungicidas por su acción alguicida. Así pues, como producto preventivo y medianamente curativo, está generalizado el uso de sulfato de cobre, más conocido como cobre en piedra, mediante su utilización en las canales de riego, boqueras (en sacos que permiten su gradual disolución), o esparciéndolo triturado sobre las algas, para lo cual se pueden utilizar otros fungicidas en espolvoreo. Menos utilizado es el tratamiento fungicida de la semilla, con el que se consigue, además de una cierta protección contra hongos en las primeras fases del desarrollo del arroz, una protección suplementaria contra las algas, aunque es posible que en infestaciones fuertes sea necesaria otra aplicación fungicida posterior. Por último, para cerrar este capítulo sobre las algas y a modo de resumen, hay que recalcar que cualquier práctica que favorezca la rápida germinación y emergencia del arroz (por ejemplo: bajos niveles de agua, variedades de germinación rápida, renovación y oxigenación del agua, eliminación de restos vegetales en superficie, etc.) hará que los daños producidos por las algas sean mucho menores y, por lo tanto, que el problema de la aparición de algas no repercuta en la cosecha final.

LAS MALAS HIERBAS Se consideran malas hierbas a todas aquellas plantas que se desarrollan en el cultivo del arroz, compitiendo con él y disputándole el abono, la luz y el espacio. Se caracterizan por un sistema radicular mucho más desarrollado que el arroz y por una velocidad de crecimiento mucho mayor, por lo que en casos de infestaciones graves, el arroz puede desaparecer prácticamente del campo. Hay numerosas malas hierbas en el cultivo del arroz, en su mayoría pertenecientes a las monocotiledóneas, que podemos agrupar en dos grandes grupos; las gramíneas y las de "hoja ancha". Como este artículo no pretende ser nada científico sino eminentemente práctico, no se va a entrar en detalles botánicos que, en opinión del autor, no vienen al caso, porque los estudiosos del tema ya

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tienen bibliografía abundante donde estudiar más profundamente este complejo mundo de la malherbología. Dentro de las gramíneas hay dos especies que destacan por su importancia: la Echinochloa (Milleta, Mil, Panisola...) y el Arroz Salvaje, Arroz Borde o Arroz Rojo. Menos importantes son el Carrizo (Phragmites sp.) y la Grama de Agua (Paspalum sp.). Dentro del grupo "Hoja Ancha" hay malas hierbas tan diferentes como la Thipha (Anea), el Scyrpus (Chufa, Juncia...) y otras Cyperaceas, la Alisma (Coleta) y una de reciente aparición que es la Heterantera reniformis. De cualquier forma, la identificación de las malas hierbas puede ser bastante difícil, por lo que se recomienda recurrir a un técnico experto en este cultivo. Las malas hierbas tienen, por regla general, varias soluciones; algunas pueden ser culturales y otras tienen que ser químicas. La limitación del espacio de este artículo va a hacer imposible detallar todas ellas y, mucho más, describir a todos los herbicidas existentes, pero sí que hay que dejar claros varios conceptos: —Es fundamental identificar cuál es el problema para aplicar la solución más conveniente. —El desarrollo del arroz, como el de cualquier cultivo, depende de un conjunto de factores que siempre están relacionados entre sí (variedades, manejo del agua, clima y meteorología, etc.). Todos estos factores influyen en el funcionamiento de las soluciones que aplicamos para el control de las malas hierbas y, en algunas ocasiones, son los causantes de que la eficacia no sea la deseada. —Toda acción que se haga sobre un cultivo ha de ser considerada como una inversión a la que se tiene que sacar una rentabilidad. —Todos los productos que estén bien formulados pueden ser eficaces si están bien aplicados y las condiciones ambientales son las idóneas, pero también todos los productos —incluido el mejor, si es que hay alguno que puede considerarse así— pueden fracasar estrepitosamente si son aplicados inadecuadamente. —Es preferible controlar las malas hierbas en los primeros estados de desarrollo, cuando es más fácil, más barato y la mala hierba todavía no ha perjudicado al cultivo.

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MÉTODOS CULTURALES Algunos problemas de malas hierbas se resuelven mediante prácticas culturales. Vamos a describir a continuación algunas de estas prácticas más usuales y sus aplicaciones. El fangueo consiste en el enterramiento de los restos de la cosecha mediante el pase de las ruedas especiales concebidas para esta labor. Esta práctica cultural, realizada tras la cosecha, es el mejor método para el control de la Anea (Thipha sp.). El Arroz Borde o Rojo, proveniente de una degeneración genética de las variedades cultivadas, se está convirtiendo en una mala hierba de muy difícil erradicación. Una buena solución es la inundación del arrozal para forzar la nascencia de este arroz y fangueo o aplicar un herbicida de contacto autorizado (atención a los residuos) previamente a la siembra. La alternativa de cultivo es otra de las soluciones culturales que da buenos resultados para el control de las malas hierbas cuando los herbicidas resultan insuficientes. En el caso de la mala hierba llamada Heterantera Reniformis, de reciente aparición en los arrozales de Huesca, el cambio de cultivo es la solución más recomendable.

MÉTODOS QUÍMICOS: HERBICIDAS En el cultivo del arroz está generalizado el uso de los herbicidas, siendo necesario, en arrozales muy infestados, dos o más tratamientos. Hay en el mercado numerosos herbicidas, muchos de ellos con unas características particulares que hay que considerar a la hora de la elección del más idóneo. Esta elección requiere, en primer lugar, una correcta identificación del problema, es decir, hacer un completo análisis de la situación del cultivo: — ¿Qué malas hierbas queremos eliminar o controlar? —¿En qué estado están estas malas hierbas? —¿En qué estado está el arroz? — ¿Qué manejo del agua podemos hacer? ¿Podemos retener el agua? ¿A qué niveles? ¿Podemos secar?... etc.

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HERBICIDAS MÁS UTILIZADOS EN EL ARROZ Herbicidas más utilizados para el control de Echinochloa sp. MATERIA ACTIVA

NOMBRE ESTADO COMERCIAL MALA HIERBA

ESTADO ARROZ

OBSERVACIONES

Dimepiperato

Yukamate

Hasta 1'5 hojas

Presiembra a 3 hojas

Baja solubilidad, se fija en el terreno

Molinato

Varios

Hasta 3 hojas

Presiembra a 3 hojas

Alta solubilidad, no se fija en el suelo

Tiobencarb + Molinato

Saturn S

Hasta 1'5 hojas

A partir de l'5 hojas

No aplicar con temperaturas superiores a 35 °C. Controla también Scirpus Mucronatus

Mefenacet + Molinato

Rancho MT

Post-emergencia A partir de precoz 3 hojas

Controla además algunas algas

Molinato + Bensulfuron

Único

Hasta 3 hojas

Propanil

Varios

Post-emergencia 3 hojas hasta 3 hojas a encañado

Aplicar con arrozal seco. No mezclar con insecticidas. No mezclar dosis altas de Propanil con MCPA porque es fitotóxico

Quinclorac

Facet

Hasta 3 ó 4 hojas 3 hojas a encañado

Fitotóxico y residual para el tomate. Mezclar con aceite o propanil

Pre-emergencia Controla también cipérahasta 4 hojas teas y otras malas hierbas

Herbicidas autorizados para el control de ciperáceas, alismatáceas y otras de hoja ancha Benzatona

Basagran L Zoom

3 a 5 hojas

3 hojas a encañado

Aplicar con el arrozal seco, es de contacto

Bensulfurón

Londax

Primeros estadios

3 hojas a encañado

Producto de acción lenta. Sulfonilurea

Cinosulfurón

Setoff

Primeros estadios

3 hojas a encañado

Producto de acción lenta. Sulfonilurea

Flurecol + MCPA + Propanil

Aniten arroz Post-emergencia

Ahijado a encañado

Aplicar con arrozal seco. No mezclar con insecticidas

Propanil + MCPA

Varios

Post-emergencia

Ahijado a encañado

Mezcla de ambos productos en tanque. Retrasa el arroz. No mezclar con insecticidas ni echar abono nitrogenado hasta 15 días después

Bentazón + MCPA

Basagran M

Post-emergencia

Ahijado a encañado

Ciperáceas y otras de hoja ancha. Producto de acción rápida Aplicar con arrozal seco

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Por supuesto, dentro del análisis tiene que figurar el precio del herbicida, aunque este factor de decisión no debe ser determinante y siempre tiene que prevalecer el concepto de la rentabilidad. Dentro del capítulo de los herbicidas, aunque tembién se podría considerar como una práctica cultural, hay que comentar la importancia que tiene la limpieza de las márgenes que, en muchas ocasiones, son una fuente de infestación de malas hierbas, sobre todo de Thipha o Anea, Carrizo y algún tipo de Echinoncloa o Milleta. Por último, recordar que un factor del que depende en gran medida la eficacia de los herbicidas y al que normalmente no se le da la importancia que tiene es la maquinaria. Antes de comenzar la campaña de tratamientos es recomendable repasar detenidamente el estado de la máquina, cambiar regularmente las boquillas, comprobar la presión, etc. Como siempre, acudir a un profesional para poner el equipo de aplicación a punto.

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PLAGAS Y ENFERMEDADES DEL ARROZ M.° Carmelo García Floría En el arrozal nos encontramos innumerables especies de animales, de las cuales muy pocas se pueden considerar perjudiciales para el cultivo. Durante las primeras fases del arroz, el principal problema que nos encontramos en la provincia de Huesca son las larvas de dípteros y los crustáceos. Entre las larvas de dípteros más abundantes son los quironómidos ("gusanos rojos"). Estos comen raicillas de las plántulas de arroz, produciendo retraso en su desarrollo y desprendimientos del suelo (favorecido por el viento u otros factores). Una forma sencilla de valorar el nivel de ataque consiste en arrancar cuidadosamente plántulas de arroz con sus raíces. En estas primeras fases de desarrollo, la parte subterránea debe tener la misma longitud que la parte aérea; si no es así, puede ser debido a ataques de gusanos rojos. El crustáceo más frecuente es el Triops cancriformis ("tortugueta"). Es una especie carnívora que produce daños al arroz porque desarraiga las plántulas con sus movimientos y no porque las coma. El agua se vuelve turbia, siendo éste un factor limitante de la actividad fotosintética de las plantitas de arroz. Para el control de las larvas de dípteros y crustáceos se recomienda el tratamiento sobre el agua estancada a nivel mínimo, con alguna de las siguientes materias activas: carbaril, fenitrotión, malatión y triclorfón. La dosis dependerá del nivel de agua existente en la parcela. CHILO Durante la fase de crecimiento, los daños más importantes son los causados por el toladro del arroz (Chilo suppressalis Walk), tanto por los efectos directos que ocasiona sobre la planta como por los indi-

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rectos, al favorecer la instalación y desarrollo de hongos patógenos. Este lepidóptero inverna en estado de oruga completamente desarrollada, refugiada en el tocón o caña del arroz o, en su caso, adventicia similar. Las orugas permanecen inmóviles durante todo este período, pasando a crisálida a la primavera siguiente. A los 6-8 días salen los adultos (primer vuelo). Esta salida de adultos se prolonga desde primeros de mayo hasta finales de junio. La mariposa mide de 7 a 11 mm. de largo y de 20 a 25 mm. de envergadura. Las alas en reposo tienen forma de tejado de color blanco amarillento, con puntos distribuidos irregularmente y 7 pequeños puntos negros en los bordes de las alas anteriores. Las alas de los machos son más oscuras que las de las hembras. La vida de las mariposas es muy breve (3-6 días) y son activas en las horas crepusculares. Depositan los huevos en la cara inferior de las hojas del arroz, agrupados en plastones. La capacidad media de puesta es de 200 huevos. Las larvas nacen al cabo de 6-8 días y el estado larvario dura entre 30-40 días. Se alimentan de hojas jóvenes y vainas foliares y seguidamente perforan la caña, penetrando en su interior. Si este ataque se produce en la segunda generación (agosto), supone que la planta no grane o grane mal, siendo este momento cuando se producen los mayores daños. El tratamiento de esta plaga se realiza a través de la ATRIA (Agrupación para Tratamientos Integrados en Agricultura), formada en 1987 y que actualmente cuenta con 326 socios, los cuales reúnen el 70 % de la superficie de arroz cultivado en la provincia. Para determinar el momento de la aplicación se hace un seguimiento con trampas de feromona sexual, con las que se obtienen capturas selectivas de machos y, a partir de éstas, se realizan las curvas de vuelo. De esta forma conocemos cuándo comienza y termina cada generación y el momento de máxima concentración de la plaga. Con estos datos, y apoyados por muestreo en campo de cañas de arroz, se fija la fecha de tratamiento. Un control definitivo del Chilo obligaría a realizar varios tratamientos; esto supondría un coste económico superior al daño ocasionado. En la zona de Lalueza y Grañén, una sola aplicación en la segunda generación (primera quincena de agosto) es suficiente para obtener un control aceptable. Si hay algún campo con mayor nivel de plaga, se

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hace una segunda aplicación a los diez días, o bien, dependiendo del momento en que aparezcan estos focos, se hace un tratamiento en la primera o tercera generación. Los productos utilizados son el fenitrotión y piridafentión, en formulación ULV (ultra bajo volumen), a dosis de 1'5-2 litros/Ha. y en aplicación aérea. Se recomienda mantener el aporte de unidades nitrogenadas totales por debajo de las 150, ya que se ha comprobado una relación directa entre el nivel de daños producidos por Chilo y la incorporación excesiva de abonos nitrogenados.

ENFERMEDADES Para que cualquier enfermedad se desarrolle ha de haber un número suficiente de esporas en el medio, una temperatura suave y humedad relativa elevada. Asimismo, tiene mucha influencia la variedad sembrada, el momento de desarrollo en que se encuentre la planta y el abono nitrogenado. El primer problema que nos encontramos es en el momento de la siembra, donde la pérdida de semilla a causa de diversas enfermedades —entre otros factores— es muy elevada. Para reducir estos daños se ha de utilizar semilla certificada y desinfectada. La podredumbre basal del tallo está producida por Sclerotium oryzae. Es la enfermedad que se encuentra con más frecuencia en esta provincia, con un 10-15 % de los arrozales afectados, produciendo los mayores daños al final del cultivo (septiembre). Se propaga a través de los esclerocios negruzcos, muy numerosos y visibles, que se encuentran en el interior del tallo. Una vez instalada la enfermedad es difícil de combatir, por lo que su control debe ser a base de medidas culturales preventivas: destruyendo las pajas y rastrojos infectados, evitando excesivos abonos nitrogenados y utilizando variedades resistentes y semilla desinfectada. Otra enfermedad que suele aparecer algunos años, dependiendo de la climatología, es Alternaria spp. Presenta una sintomatología muy aparatosa, con manchas oscuras en los granos, pero los daños que ocasiona son muy reducidos.

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Pyricularia oryzae y Helminthosporium oryzae son otros dos parásitos, detectados en la zona, que atacan al sistema foliar y la inflorescencia del arroz. Ambos tienen una sintomatología similar, con manchas ovaladas oscuras y decoloraciones amarillas en el exterior. En Pyricularia se observa un color gris-ceniza en el centro de la mancha que no se presenta en Helminthosporium. La más severa en cuanto a daños es Pyricularia, ya que si el ataque sobre las hojas es temprano, la rápida evolución de la enfermedad destruye completamente el cultivo, dando el aspecto de estar quemado ("quemado foliar"). En caso de infección temprana en el nudo, aparece la panícula completamente blanca, erecta y estéril ("fallada"). Esta enfermedad se presenta sólo algunos años y en zonas muy concretas, siendo en 1992, en el término de Grañén, cuando se produjeron los mayores daños con una superficie afectada de 300 Has. Este ataque se vio favorecido por diversos factores como siembras tardías, primavera lluviosa y excesos de abono nitrogenado. El tratamiento ha de ser de forma preventiva con fungicidas específicos, pero no se aconseja de forma generalizada por razones económicas, siendo más rentable el uso de medidas culturales preventivas. En resumen, para la prevención de enfermedades criptogámicas se recomienda no sobrepasar la dosis de 150 unidades de nitrógeno total, realizar abonados equilibrados en N-P-K, utilizar semilla certificada y desinfectada, no realizar siembras tardías y destruir la paja y rastrojos en parcelas desinfectadas.

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EL MAÍZ: UNA COSECHA ESTRATÉGICA PARA EUROPA Agustín Mariné

A medida que avanzan los años después de la incorporación a la U. E., la agricultura española va de mal en peor. Lejos quedan los tiempos aquellos cuando se le auguraba un glorioso futuro dentro de la Unión. En una visita a Madrid, el antiguo Presidente de Francia, Sr. Giscard d'Estaing, advertía del peligro de que fuera nuestra agricultura la gran beneficiada del ingreso en detrimento de la potente agricultura francesa. Algunos de nosotros ya contestamos en aquel momento, ante la incredibilidad de muchos, y pusimos al país en guardia: No sería la agricultura española de 1986 la que iba a conquistar Europa. Antes, al contrario, sería la potente máquina de la agricultura europea la que nos devolvería a nuestro lugar. Ahora, después de lo que hemos visto, estamos en condiciones de afirmar que la agricultura española se ha deteriorado. De una balanza de pagos "equilibrada" hemos pasado a un déficit creciente, que ya parece situado indefectiblemente entre 150.000 y 200.000 millones de pesetas (sin contar las materias primas de origen agrario que adquieren nuestras industrias no alimentarias). Ya importamos casi de todo: cereal, productos animales, girasol, tortas proteaginosas, residuos de industrias americanas, alimentos elaborados, pastas e incluso verduras y frutas. Mientras ello ocurre, nuestras fincas se deterioran cada vez más. Ya es raro observar fincas "que se transforman" o se mejoran. La maquinaria agrícola envejece. La población agraria no se renueva. Incluso el mismo regadío está sometido al "abandono obligatorio". Mientras desciende nuestra producción aumentan los subsidios que percibimos y las compras que hacemos en el extranjero. Pero esta situación tiene que cambiar. No podemos permitir que nuestro territorio se degrade, que nuestra actividad se paralice y que nuestro país dependa del subsidio internacional para su alimentación. En particular, el regadío de España, que tanto esfuerzo ha costado a

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varias generaciones, debe defenderse de las agresiones directas e indirectas que sufre. Tenemos una cosecha en España que puede ocupar precisamente una buena parte de nuestras superficies regables. Su cupo histórico es bastante bueno. De momento queda un margen de cultivo, cuando en casi ninguna otra cosecha lo tenemos. Además es una planta altamente productiva, la mejor, según las estadísticas disponibles en cualquier parte del mundo. A ninguna otra planta le han dedicado los científicos tanto estudio, tanto esfuerzo en la mejora genética, tanta determinación en su industrialización; nos referimos precisamente al maíz, planta que lleva ya 500 años cultivándose en Europa. Es la planta que más produce por litro de agua consumido; la que más dinero devuelve por caballo de potencia gastado en ella o por kg. de fertilizante aportado. Es una planta que elimina de la atmósfera más dióxido de carbono que ninguna otra, más del doble que el mismo bosque. En cuanto a sus aplicaciones después de la cosecha es también una campeona. Puede obtenerse de ella alimento excelente para los animales, además de extractos que luego sirven para toda la industria alimentaria y en las bebidas. Puede también utilizarse para el reciclaje del papel ya utilizado, para la producción de detergentes, de biocarburantes, de colas y pinturas. Este Primer Congreso del Maíz que hemos convocado en Zaragoza, y al que asisten nuestros compañeros de Francia, Portugal e Italia, tiene que marcar el inicio de la recuperación de nuestra actividad agraria. Tenemos que reaccionar y volver a producir en nuestros regadíos la máxima cantidad de bienes y servicios para nuestra sociedad. Tenemos que abastecer nuestro mercado interior y no podemos desatender la exportación. Gracias al sol que disfrutamos en verano, podemos obtener productos naturales de alta calidad y precoces, que pueden llegar a los mercados europeos en momentos clave y, por lo tanto, pueden ser bien acogidos. El mundo agrario debe reaccionar. Además del maíz existen otras alternativas de producción que tenemos que descubrir. No es posible que tengamos tierras improductivas y al mismo tiempo estemos acabando con las masas forestales del planeta. La biomasa que se puede producir en regadío colaborará a la conservación de la naturaleza en las áreas salvajes y selváticas que todavía quedan. El reto de la producción agraria es una cuestión vital. Los recursos alimentarios son

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limitados, y los recursos fósiles cada vez más escasos. No podemos dejar caer las áreas agrícolas tecnificadas que existen en el mundo, porque su producción, dígase lo que se diga, es estratégica. Este Congreso tiene que ser un primer paso. Después de él, el trabajo debe seguir tanto en el frente institucional como en el frente humano de nuestros pueblos, al lado de nuestros hombres del campo. Esta cosecha tiene futuro y tiene presente. Tenemos que descubrir además otras que sin tener todavía un presente van a tener un futuro. El reto está ante nosotros, y nosotros debemos responder como corresponde.

EL MAÍZ GRANO EN ESPAÑA El cultivo del maíz ocupa una tercera parte de las superficies de regadío dedicadas a cultivos herbáceos (Período 86/90: Superficie de referencia para maíz de 403.360 Has., sobre 1.123.521 totales) y es la base productiva de muchas comarcas agrícolas. En los secanos de la España húmeda tiene también un papel importante para el autoconsumo en las pequeñas explotaciones. Tras dos años de regresión, la situación actual refleja la lógica de una rápida recuperación de superficies (+20 % en 1994), una vez que remite el temporal de otros cultivos favorecidos por una coyuntura particular (ayudas P. A. C.) o por la escasez de agua de los regadíos del Sur. El futuro presenta grandes interrogantes: efectos de la entrada en vigor del GATT, modificaciones de la normativa P. A. C., evolución de las utilizaciones, competencia de los Productos de Sustitución de cereales (P. S. C.), etc., pero parece realista pensar que el maíz de regadío complete su cupo particular (403.360 Has. menos el abandono correspondiente) lo que supondría un incremento de un 50 % en las próximas campañas. A continuación ofrecemos algunos datos de interés que ilustran la situación actual y la evolución del maíz, cuestiones en las que insistiremos en próximas publicaciones. 1. Un mercado muy deficitario En España se produce solamente la mitad del maíz que se consume, ofreciendo un jugoso mercado para el maíz americano y de la

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U. E. El contingente de maíz USA, denunciado ante el Parlamento Europeo, que se posicionó a nuestro favor, viene a cubrir, de una forma un tanto peculiar, la mayor parte del déficit. En la entrada de Productos Sustitutivos de Cereales (P. S. C.) se han detectado numerosas irregularidades: mezclas fraudulentas, tarificación inadecuada, etc., influyendo notablemente en la inclusión de los cereales europeos en los piensos. No obstante, parece que el margen para la producción de maíz es todavía confortable, sobre todo si se compara con el de otros productos excedentarios: cebada, trigo... 2. Superficies y producciones En un análisis por zonas, cabe diferenciar el maíz de secano de la zona húmeda, dedicado principalmente para autoconsumo, y con unos rendimientos más bajos: en total, sobre 100.000 Has. que no suponen más de 300.000 T. Deducidas éstas, podemos comprobar cómo el maíz grano de regadíos mantiene unos rendimientos elevados (Media 90-93) (7'7 T/Ha) al nivel de las mejores zonas productoras del mundo: EE. UU. (7'2 T/Ha.), U. E. (7'3 T/Ha.), Francia (7'3 T/Ha.) o Italia (8 T/Ha.). Un argumento más para defender la competitividad técnica y económica de nuestra producción. Por regiones pueden distinguirse 5 grandes áreas, correspondientes a Galicia y los valles del Guadalquivir, Tajo, Ebro y Duero.

EL MAÍZ Y SUS INDUSTRIAS El maíz: una materia prima para multitud de usos Casi 30 millones de toneladas de maíz se producen cada año en Europa, de ellas algo menos de un 10 % en España. El consumo interior de la Comunidad es ligeramente superior a la producción. Teniendo en cuenta las importaciones de maíz americano hacia España y Portugal (1'8 millones de T./año), el mercado se muestra equilibrado, con ligeros déficits o excedentes según las campañas. El sector de la alimentación animal es, con diferencia, el principal consumidor, con más del 70 % del total. No obstante, hay que tener en cuenta también los usos industriales: almidonería, semolería y destilerías, que han experimentado un avance espectacular en la última década: 20 % en almidón y 60 % en sémolas.

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El grano de maíz El grano de maíz se compone de tres partes principales: El pericarpio es la envuelta de celulosa que protege el grano. La coloración puede ser diferente según la variedad. El embrión o germen, donde se encuentran ya los rudimentos de la futura planta. Está compuesto principalmente por proteínas y lípidos. El albumen o endospermo constituye la parte más importante del grano y está compuesto principalmente de almidón (compuesto a base de glucosa). Se distingue en él la zona vítrea en la que los gránulos de almidón son pequeños y están organizados en una red de proteínas, y la zona harinosa, donde los granos de almidón son mayores y están menos ligados a las proteínas. La proporción de estas dos zonas es variable según el tipo de maíz; según esto, podemos diferenciar cuatro tipos: 1.—Los maíces dentados son los que se cultivan en España y todo el sur de Europa. Tienen una forma más aplanada y predomina la zona harinosa. 2.—Los maíces córneos, de forma más redondeada, son ricos en proteínas y predomina el endospermo vítreo. 3.—Los maíces corneo-dentados se cultivan en el norte de Europa y presentan características intermedias entre los dos anteriores.

4.—El maíz para palomitas es de grano más pequeño y extremadamente vítreo y duro, de tal forma que explota cuando se somete a temperaturas elevadas. La mejora genética permite variar la composición de los granos, dando lugar a los maíces especiales con alto contenido en algunos compuestos o bajo en otros, caso del maíz dulce, que no contiene almidón sino compuestos azucarados apreciados para alimentación humana, o el maíz waxy, cuyo almidón esta formado exclusivamente por amilopectina, lo que le confiere propiedades particulares.

EL MAÍZ GRANO EN LA U. E. El maíz grano representa, con 30 MT, casi el 20 % de la producción de cereales de la U. E. (165 MT en 1993). Los rendimientos aumen-

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tan a un ritmo de 100 kg./Ha. ario, pasando de 5.000 kg./Ha. en 1970 a los 7.540 kg./Ha. actuales. Las superficies se mantienen estables en torno a los 3'6-3'8 millones de hectáreas, acusando en los últimos años un ligero descenso, "gracias", principalmente, a la política de abandonos. 1.—Un mercado en equilibrio La producción y el consumo de las últimas campañas se sitúan en los 30 millones de toneladas anuales. Esencialmente equilibrado, el mercado de maíz no debería sufrir las restricciones impuestas por la nueva P. A. C., puesto que no es en absoluto excedentario, argumento fundamental para la puesta en práctica de la reforma en el sector de cereales. Para 1994, las estimaciones señalan un ligero descenso de superficies, pero un más grave descenso de producción (-3MT), lo que convierte efectivamente en una cosecha deficitaria: 27'1 MT de producción por 30'8 MT de consumo interior. 2.—Superficies y rendimientos En cuanto al reparto de la producción, el 90 % se concentra en el sur de la Unión Europea: Francia, Italia, España, Grecia y Portugal. Alemania produce sobre 350.000 Has. y 2.400.000 Tn., lo que supone el 10 % restante. Por países, Francia es con mucho el mayor productor, con la mitad de la cosecha europea. La zona de mayor importancia se sitúa en el Sudoeste: Aquitania, Poitou-Charentes y Midi Pyrénées, con elevados rendimientos gracias al alto porcentaje de superficies en regadío. Italia es el segundo productor, con una cuarta parte del total. Más del 80 % de la cosecha se concentra en la zona norte, sobre todo la llanura del Po, donde se obtienen además excelentes rendimientos (9.000 kg./Ha. en 1994).

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IMPORTANCIA DE LA GANADERÍA OVINA EN ARAGÓN Pablo Ortilles Lobera y Julio Sopena Lalaguna Valor social En estos momentos hay registradas en Aragón alrededor de 10.000 empresas ovinas. Estas empresas están formadas por ganadero y/o pastor. Podemos evaluar que sobre 15.000 familias agrarias tienen el ovino como principal fuente de ingresos. Es indudable el apoyo de la ganadería ovina a la fijación de la población humana a las zonas más difíciles (áridas y de montaña). Sin estas actividades, algunos de nuestros pueblos en Huesca y Teruel quedarían abandonados en pocos años, desertizándose aún más nuestro medio rural. Valor ecológico El ganado ovino tiene la ventaja sobre otros animales de abasto de aprovechar los pastos no compitiendo con el hombre. Esto se corresponde a una ganadería sostenible, ya que la vegetación consumida por la oveja sólo sirve para este fin y en las zonas en que se encuentra no es posible en ese momento otro tipo de cultivo. La acción de la oveja sobre el pasto hace que éste se regenere (rebrotes) y siga siendo fuente de alimento permanente. Asimismo, contribuye al mantenimiento de la pirámide ecológica, debido a los sistemas de pastoreo en que se explota el ovino en Aragón. Igualmente, hacen descender los riesgos de incendios en las zonas donde habitan al consumir la vegetación que, en caso de secarse sobre el lugar, constituye la mecha con la que se propaga el fuego. Producto bruto ovino El censo actual de ovejas en Aragón nos indica que hay alrede-

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dor de 2.400.000 ovejas reproductoras, repartidas entre las 10.000 explotaciones antes citadas. Si hacemos una estimación global de los resultados que se obtienen habitualmente y de los precios medios del año pasado obtendremos los siguientes datos: 2.400.000 ovejas x 1 '1 partos x 1 '1 corderos vendidos x 7.500 pts. nos dan un total de 21.780 millones de pesetas brutas anuales. De todas estas ovejas el 5 % están inscritas en el Consejo Regulador, aunque el nivel económico que ello supone es mayor de ese porcentaje, ya que el hecho de que el "T. A." sea un producto de calidad controlada permite mantener unas diferencias de precio entre 35 y 60 pts./kg. canal, según la época del año. Valor añadido Alrededor del sector ovino se mueve un número de personas muy difícil de cuantificar, ya que no se dedican en exclusiva a esta actividad. Entre ellos se pueden citar: —Mataderos, distribuidores y carniceros. — Manipuladores de pieles y lana (actividad marginal en estos momentos). Industrias colaboradoras — Industrias de productos zoosanitarios. —Fábricas de piensos. DENOMINACIÓN DE ORIGEN "TERNASCO DE ARAGÓN" La Denominación Específica "Ternasco de Aragón" surge como una necesidad de diferenciar un producto típico de nuestra región que, por sus especiales condiciones de producción y por proceder de unas razas determinadas, da lugar a una carne de gran calidad por su sabor, aroma y terneza. En este sentido es preciso destacar que desde antiguo era conocida y utilizada en Aragón la palabra "ternasco", aplicándola al tipo comercial de cordero más usual y característico de la región y que con-

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llevaba dos ideas básicas de calidad, juventud y terneza, unida a una "terminación" correcta de la canal. Precisamente en nuestra tierra esto ha hecho que la voz "ternasco" haya quedado incluida en el acervo semántico aragonés como calificativo de tierno y joven. Esto que puede parecer fuera de lugar, no es ni más ni menos que una confirmación más de la innegable calidad de esta pieza terminal del ciclo ovino, a partir de la sabiduría popular que raramente engaña. El reto del Mercado Único nos obliga a una disciplina en la producción y a una mayor competitividad en lo comercial. La defensa de la calidad y la promoción de las canales de "Ternasco de Aragón" es nuestro objetivo a corto plazo. Por ello, y para diferenciar el "Ternasco de Aragón" del resto de los productos ovinos nacionales y extranjeros que a remolque del nombre "ternasco" intentan colocar su cordero en el mercado, se consideró interesante protegerlo bajo una Denominación Específica. REGLAMENTO El B. O. E. publicado el 5 de octubre de 1989 ratifica el Reglamento de la Denominación Específica "Ternasco de Aragón" y de su Consejo Regulador, que ya regía en Aragón desde su publicación en el B. O. A. de 21 de julio de 1989. Este es el documento que marca las normas que nos ayudarán a hacer un producto con la calidad exigida, vigilará el posible fraude y el uso indebido del nombre "Ternasco de Aragón". Entre otras, podemos destacar las siguientes disposiciones: —El ámbito territorial de acción es la Comunidad Autónoma de Aragón. —Las razas ovinas productoras amparadas son: Rasa Aragonesa, Ojinegra de Teruel y Roya Bilbilitana en explotaciones de producción y cebo o selección. —El peso vivo al sacrificio debe estar entre 18 y 24 kg., y la edad del animal entre 70 y 90 días.

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—Período de lactancia natural mínima: 50 días. —El sacrificio se efectuará en los mataderos de la Comunidad Autónoma autorizados al efecto. — El peso de la canal estará entre 8'5 kg. y 11'5 kg., con la grasa externa de color blanco y consistencia firme, y la grasa cavitaria (del riñón) cubriendo al menos la mitad de éste, pero nunca su totalidad. DESARROLLO DE LAS ACTIVIDADES Para la realización del trabajo administrativo y de campo, el Consejo tiene contratadas dos personas con dedicación exclusiva en Zaragoza, una a tiempo parcial en Huesca y otra, también a tiempo parcial, en Teruel. Actualmente se siguen registrando nuevas ganaderías que solicitan ser productoras de "Ternasco de Aragón". Para ello, una vez recibida por el Consejo la correspondiente solicitud por parte del ganadero, los técnicos se personan en la explotación y, si sus condiciones son adecuadas, se procede a su calificación. En caso contrario, la ganadería queda pendiente de calificación hasta que reúna todos los requisitos necesarios. Con objeto de incentivar al ganadero en la mejora y selección de su ganado el Consejo Regulador de la Denominación Específica "Ternasco de Aragón" ha abierto un convenio en colaboración con la Dirección General de Producción Agraria y A. N. G. R. A. (Asociación de la Rasa Aragonesa) para suministrar sementales a las ganaderías que solicitan su inscripción en la Denominación, subvencionando el costo. El consejo también asesora a los productores por medio de sus técnicos en todos los problemas que se les presenten en la producción del "Ternasco de Aragón". La calificación de las canales se realiza en los distintos mataderos los días en que está asignada la matanza para la Denominación. Primero se procede a una evaluación del ganado in vivo y, a continuación, se examinan las canales obtenidas.

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Para que consten los datos sobre Productores y Comercializadores se han abierto los correspondientes Libros de Registro: —Libro de Explotaciones de Producción y/o cebo. —Libro de Explotaciones de Selección. —Libro Registro de Industrias (mataderos, salas de despiece, etc.). Además, el Consejo participa en las Ferias y reuniones que considera de interés para dar a conocer este producto. Situación actual de los registros (31 de marzo de 1994) HUESCA R

N.° de explotaciones N.° de ovejas Ovejas/explotación

RI

PD

CM

VV

Total Pendientes solicitudes recibidas

32

50

22

27

2

0

133

22.790

12.442

10.660

9.128

120

0

55.140

712

249

485

338

60

415

TERUEL R

N.° de explotaciones N.° de ovejas Ovejas/explotación

RI

PD

CM

VV

Total Pendientes solicitudes recibidas

42

34

25

21

1

0

123

22.160

6.706

9.450

5.690

360

0

44.366

528

197

378

271

360

361

ZARAGOZA R

N.° de explotaciones N.° de ovejas Ovejas/explotación

RI

PD

CM

VV

Total Pendientes solicitudes recibidas

144

139

112

33

2

1

431

71.940

41.702

49.241

15.128

630

0

178.641

500

300

440

458

315

414

ARAGÓN R

N.° de explotaciones N.° de ovejas Ovejas/explotación

Rl

PD

CM

VV

Total Pendientes solicitudes recibidas

218

223

159

81

5

1

687

116.890

60.850

69.351

29.946

1.110

0

278.147

536

273

436

370

222

R: Registrada

Rl: Rechazada inscripción

CM: Pendiente de cambio de sementales

58 Índice

PD: Por decidir VV: Volver a visitar

405


Índice

3'69

%

%

%

2'21

52

87

N.

3'48

82

%

1'44

34

%

N.°

Raza o crotal N°

Faenado

Aspecto

Recostra

Falta peso

7'51

%

177

4'03

%

69 2'15

16 0'47

15 0'71

11 0'29

1'59

51

1'37

47

45 2.13

3'03

2'86

3'60

2'97

71

2'05

2'97 49

4'81 97

3'65 98

2'27

71

76

48

0'63

1'67

63

4'43

167

2'86

108

154

20

1'79

57

3'43

109

5'57

177

125

1'17

28

0'62

20

1'67

57

1'37

29

I'96

74

29

0'91

9'86

236

I'97

50

0'71

18

40 1'95

4'29

109

4'72

120

2'82

58

3'46

71

1'35

40

0'94

22 32 1.08

3'11 2'20

4'17 73

4'40

98

1.70

40

8'09

190

65

130

0'85

37

25

I'45

25

1'22

13'73

406

I'28

30 0'85

25

12'58

320

11'92

303

1'91

69

2'30

83

3'82

138

1'13

41

7'25

262

1'91

69

5'17

187 4'13

97

7' I 0

6'77

139

3'36

69

3'26

78

10'68

342

3'34

107

10'84

371

6'49

222

10'88

230

9'18

194

11'08

418

7'58

286

10'22

210

260

4'63

5'22

95

5'78

125

5'20

185

2'41

178

3'66

11'96

380

3'09

98

95

N.

Exceso peso N.°

Flacos

5'48

5'89

23'49

51

138

174

139

%

1.217 23'41

24'20

1.265 31'56

47'86

497

658 27'50

1.025 32'01

1.114 32'55

Engrasados N°

1.044

0'65

211

1'67

567

3'15

1.071

3'89

1.322

1'29

439

10'22

3.471

4'64

1,576

5'42

1.839

30'94

10.506

69'06

688 32'54

33'52

32'87

666 28'24

849

550

933

23.450

76'51

76'59

68'44

75'80

72'50

67'46

66'48

Rechazados N.° %

67'13

52' 14

2.766

1.799

2.023

2.177 67'99

2.308 67'45

71'76

33.956

3.615

2.349

2.956

2.543 1326

2.054 1.557

2.393 1.735

3.202

3.422

2.114 1.426

2.132

2.509

3.176

2.358

1.692

N° %

Aptos

Presentados N °

3.774

ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC TOTAL

RESUMEN DE SACRIFICIOS 1993


CALIDAD COMERCIAL DE LA RASA ARAGONESA Clemente Castejón Ainoza La Denominación de Origen del "Ternasco de Aragón", cuyo cometido es la comercialización de canales de raza Rasa Aragonesa, tiene, en el desarrollo y consolidación de dicha raza, uno de los pilares más importantes de cara al futuro. La Rasa Aragonesa, autóctona de Aragón, ha sido mejorada con el paso del tiempo, sobre todo en cuanto a conformación de canales se refiere. También a nivel morfológico se ha llegado a la fijación de un estándar aceptado. Teniendo esto presente, no debería haber, en principio, ningún problema a la hora de producir canales de este tipo de raza. El mayor contratiempo del ganadero que desea hacer canales de Denominación de Origen surge a la hora de la calificación de los canales en el matadero, problema que radica en la falta de homogeneidad y fijación de la raza a nivel de CAMPO, tema de vital importnacia. La raza ha de estar al alcance del ganadero, por ello, creo hemos de comenzar por la creación de unos centros de relación donde se realice una mejora genética seria, enfocada a obtener un producto tipificado y rentable para el ganadero. Se han de fijar los caracteres genéticos de la raza, genes dominantes y sucesivos, y una vez se haya conseguido esto, hay que fomentar la inseminación artificial, para que puedan llegar al ganadero reproductores con la garantía de ser pura Rasa Aragonesa. Estos animales serán capaces de transmitir a su descendencia todos sus caracteres genético-morfológicos. Por otra parte, el precio del kilo de carne del "Ternasco de Aragón" debería ser sensiblemente más alto que el de otro tipo de ternasco. De este modo, el ganadero vería recompensado su esfuerzo de selección genética, que revestiría directamente en la obtención de más canales clasificadas como "Ternasco de Aragón'. Por último, hemos de tener en cuenta la ubicación de los rebaños productores de "Ternasco de Aragón". La Rasa Aragonesa es una raza que se adapta muy bien, por sus características actuales, a las zonas secas con condiciones climatológicas extremas, ya que es capaz de aprovechar recursos que otras razas no aprovechan. En las zonas de regadío, donde los pastos son más caros, el ganadero ha ido introduciendo razas más prolíficas y con mejores índices de transformación que la Rasa Aragonesa, para así mejorar los rendimientos. Creo, en definitiva, que muchos ganaderos verán difícil dedicarse a este tipo de producción, tanto por las características de la raza como por la ubicación de las explotaciones.

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CONTEXTO Y PERSPECTIVAS ACTUALES DEL SECTOR OVINO Enrique Fantova Puyalto Con el reconocimiento que me confiere mi trabajo, me voy a permitir realizar un análisis subjetivo de los aspectos, tanto positivos como negativos, que hoy en día siguen condicionando el desarrollo del sector. Positivamente: Hemos podido ver que la organización en A. D. S. de la mayoría de los ganaderos y el mayor cumplimiento de los programas sanitarios comunes han traído como resultado una mejora en las explotaciones de todos los índices sanitario-productivos. De igual forma, una tendencia generalizada a la homogeneización de la base madre (apuesta por las razas locales "fundamentalmente Rasa") ha combatido en gran medida el desmembramiento genético sufrido por nuestros rebaños en los años 70 con la introducción de múltiples razas foráneas que hicieron peligrar, en gran medida, las características de rusticidad y adaptabilidad que con nuestra base genética estaba asegurada. Ha sido general la mejora en la alimentación en todos los rebaños (suplementación en cría casi general), con la importantísima repercusión que conlleve en el resultado final. La mayor importancia dada a los manejos reproductivos, mayor uso de los métodos de desestacionalización, mayor capacitación de los propios ganaderos, han venido a complementar toda esta mejora. Toda esta confluencia de avances positivos se ha visto impulsada, acompañada y reforzada por el crecimiento importante y la diversificación de las Cooperativas de Comercialización, auténticas protagonistas, para acceder a mejorar el beneficio en el producto final y vertebrar el desarrollo futuro del sector. Negativamente: En estos momentos estamos sumidos en la incertidumbre creada por las asignaciones de cuotas y cobros de primas y, técnicamente, nos enfrentamos todavía mayoritariamente a:

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—Falta de ordenaciones reproductivas concretas. —A unas infraestructuras deficientes. —A un mantenimiento excesivo de los animales viejos y enfermos crónicos (situación que desaparecerá próximamente con la asignación de cuotas). —Ausencia de manejos de limpieza y desinfección. —Deficiente manejo de los animales en cebo. —Una todavía insuficiente formación técnica del sector. Socialmente existe una falta de organización de las propias explotaciones, que permitiría racionalizar la cantidad y calidad de este trabajo para poder combatir el problema fundamental con el que nos enfrentamos: la falta de sucesión de las explotaciones (combinación de despoblamiento rural y desprestigio de estas labores). Por todo lo expuesto, las mejoras globales en estos momentos pasan por: —Mayor participación del sector en las decisiones que condicionen su desarrollo (a nivel oficial). —Es fundamental la introducción de la gestión tecnico-económica en las explotaciones: "el ganadero tiene que saber el beneficio que obtiene y el veterinario tiene que saber qué aconsejar". —Incremento de las asesorías de todo tipo por parte de los técnicos (manejo, nutrición, reproducción, genética, comercialización, infraestructuras, información de ayudas y normativas, etc.). Buscar el valor añadido en el producto final: ir hacia una producción de calidad ("Ternasco de Aragón") o mejorar índices productivos mediante un cruce industrial bien dirigido, sin descartar la alternativa leche y transformación de la misma en determinadas zonas donde el acceso a alimentaciones completas y económicas sea viable. Todas estas salidas exigen ASOCIACIÓN Y MEJORAS TÉCNICAS.

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NUESTRAS ESTRUCTURAS • LA COMUNIDAD DE REGANTES • LA COOPERATIVA • LAS EXPLOTACIONES FAMILIARES

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HISTORIA DEL REGADÍO EN LALUEZA Jesús Périz Elbaile Como participante en las Jornadas Agrarias, que se celebraron en Lalueza desde el 12 de noviembre al 17 de diciembre, tituladas Del esparto a la P. A. C. y organizadas por el Grupo C. E. T. A., voy a tener el gusto de escribir estas páginas y así poder aportar este granito de arena a este memorial. Antes de entrar en el tema, quiero felicitar a este grupo por la buena organización, por el cartel de personas para dar las charlas, que fueron muy cualificadas y muy preparadas para exponer los temas y que obtuvieron unos resultados muy positivos y dignos de tener en cuenta para el progreso y futuro agrícola y ganadero, y, por extensión, el de las zonas rurales. Dicho este prólogo, y entrando en el tema de riegos —que es el de mi competencia—, comenzaré diciendo que en este pueblo regamos desde tiempos inmemoriales con una azud transversal sita en el río Flumen, a la cabecera alta del monte lindante con el término de Poleñino. De esta azud deriva una acequia denominada Molinar, de 7.000 metros de longitud y que da riego a 3.991 fanegas, equivalentes a 285 hectáreas. También había un molino que recibía las aguas sobrantes de esta acequia o, mejor dicho, sobrantes de este riego de la huerta. Este molino, que funcionó hasta el año 1943, molía para el pueblo de Lalueza y algunos pueblos de la comarca. También se utilizó el salto de la turbina para hacer luz eléctrica y traerla al pueblo, y así tener una lámpara en la cocina de cada casa, que lucía mejor que un candil. Todo esto de la luz fue antes de que las Eléctricas aparecieran por estas zonas rurales. Este riego de la huerta funcionó por propia voluntad de los regantes, que ya tendrían sus costumbres, pero las desconozco. Riegan

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así hasta 1888, que es cuando nace —o se hace— la Comunidad de Regantes de Lalueza. Que, reunidos los regantes, acuerdan hacer unas ordenanzas, con arreglo al artículo 228 de la Ley de 13 de junio de mil ochocientos ochenta y cuatro. Así queda constituida la Comunidad de Regantes de Lalueza, con las ordenanzas en toda regla, el día 20 de noviembre de 1888, con hombres de aquella época, como Antonio Buil, Pablo Vona, José Sora, Manuel Vizcarra y el secretario, Mariano Barranquero. Pues bien, con estas ordenanzas que ya tienen más de un siglo, los regantes de la Huerta Vieja seguimos regando y respetando al pie de la letra porque no es necesario renovar ningún artículo, puesto que las mismas ordenanzas nos han creado unas costumbres que ahora serían muy difíciles de cambiar. Con este regadío, muy escaso en agua y escaso también en hectáreas, —como reflejo de las ordenanzas— un poco de agricultura, la industria familiar del esparto y un poco de ganado ovino, somos capaces de subsistir. Mantener siempre el mismo número de habitantes, sin que nadie haya emigrado, es para Lalueza un honor, porque entonces la economía en España era muy pobre y en las zonas rurales la pobreza se dejaba notar, siendo la emigración un hecho constante hacia el extranjero, sobre todo a Francia y América del Sur y, con prioridad, Argentina Así, Lalueza no tienen ningún vecino afincado en América, y en Francia hay alguno, pero por circunstancias de la guerra civil. Por todo esto nos sentimos orgullosos, ya que somos un pueblo muy enganchado a nuestra tierra; nuestras costumbres y nuestra forma de vivir en sociedad para nosotros es la mejor, porque ha sido siempre muy democrática y muy liberal. Hay un caso muy curioso entre los años 1915 al 1950 que así lo considero, y es que en un pueblo pequeño como Lalueza hay siempre treinta y cincuenta obreros de fuera trabajando en la agricultura y en el ganado como pastores, según la época o campaña. Esto tiene mucha importancia, dado el nivel económico que había entonces en España. Así llegamos a los nuevos regadíos y transformaciones con un historial muy amplio y una cultura muy considerable que no voy a

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entrar en el tema ni va en el caso explicar. Todo esto cambia a partir de mediados de la década de los años cincuenta y a mitad de los sesenta; todo es distinto, y por consiguiente, nada es igual. Con este cambio de secano a regadío, aquí sí que hay un desequilibrio económico muy grande y, por supuesto, también lo hay social, al tener que hacer nivelaciones en la tierra, la puesta en riego, bastantes caminos y muchos paseos de acceso a las fincas. Con todo esto la tierra también se queda limpia de materia orgánica; de hecho, nos cuesta mucho hacerla volver a su estado orgánico para poder conseguir plenos rendimientos o grandes cosechas que, por supuesto, estamos consiguiendo. Este cambio —por llamarlo de alguna manera— que para el agricultor es muy radical, viene acompañado de otro que es la revolución del petróleo y tenemos que cambiar de la fuerza animal a fuerza por motor de explosión. Entonces los agricultores no estamos preparados para este cambio, no conocemos qué es un motor ni lo que conlleva en torno a éste, no tenemos dinero para afrontar este fenómeno, tenemos mucho temor a empeñarnos en créditos con los bancos porque el agricultor es muy responsable y paga siempre, etc. Hay que decir que todo este fenómeno ha costado toda una vida; es decir, una persona que en 1950 empezó a trabajar con veinte años ahora ya está jubilada. Este desequilibrio es tan duro que hay algunas familias que tienen miedo de seguir adelante y toman la decisión de marcharse a la ciudad. En aquella época, la vida estaba muy fácil trabajando en la industria, y, de esta forma, evadieron el cambio que tanto respeto nos causaba a los agricultores. Hablando ya de los nuevos regadíos, en primer lugar tengo que decir que hemos tenido una gran suerte porque, a pesar de haber pasado por muchas vicisitudes, no hemos tenido en Lalueza personas que hayan entorpecido la evolución del sistema. Esto es muy significativo y digno de tener en cuenta. El riego que tenemos está rozando la perfección, con una red arterial de brazales con canaletas de hormigón, muy extensa, y que dominan todo el monte del pueblo sin tener que utilizar brazales de tierra. También tenemos en el Sector VIII de Monegros dos embalses reguladores: uno, en la acequia M-37-7-14 de Confederación, de unos cien mil metros cúbicos de capacidad, agua que regula medio sector.

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El otro está situado en la acequia M-37-7, también de Confederación, con una capacidad de unos noventa mil metros cúbicos, y que regula otro medio sector. Estos embalses han sido subvencionados por la Diputación General de Aragón (40 % aproximadamente) y el 60 % ha sido de aportación de los regantes del sector. Con este complejo sí que nos queda el monte, como he dicho antes, casi perfecto, pero sólo en parte; la otra está en las canales de Confederación y en las acequias derivadas, que no llevan bastante cauce y esto sí que distorsiona la buena marcha del agricultor en regadío. Y ya terminando esta pequeña historia, debo ensalzar a todos los miembros de la Comunidad de Regantes de Lalueza por la unión que ha habido siempre y por el espíritu de apoyo y superación que hemos tenido siempre. Y ya para despedirme, quiero hacer resaltar por todo lo alto la importancia que ha tenido la mujer en todo este proceso, trabajando en el esparto, trabajando en el campo, ayudando en las explotaciones de todas las clases de ganado y, luego, haciendo las labores de la casa. Yo creo que sin esta ayuda que ha aportado la mujer en todas estas labores, Lalueza sería un poco o quizá bastante menos.

Canal del Cinca

(E. Monesma)

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SOBRE LOS ORÍGENES DE RIEGOS DEL ALTO ARAGÓN Julio Abad Piracés "Considerando que los pueblos que honran la memoria de sus bienhechores se honran a sí mismos" Acta de la sesión de 4 de enero de 1915 de la Diputación Provincial de Huesca, en la que proclamaron hijos adoptivos de la Provincia a D. Eduardo Dato, Presidente del Consejo de Gobierno, D. Francisco Javier Urgarte, Ministro de Fomento y D. Juan Soldevilla, Arzobispo de Zaragoza, por su decisivo apoyo a la aprobación de la Ley de Riegos del Alto Aragón.

Escribo este artículo con motivo de mi participación en una charla organizada a fines de 1993, en Lalueza, por el Centro de Estudios Técnicos Agrarios de Monegros, bajo el significativo título Del esparto a la P. A. C., que da idea del camino de evolución y superación que pueblos como Lalueza han realizado en unas pocas décadas de este siglo, gracias al regadío y a sus gentes. Por ello mismo, es interesante conocer alguna pincelada anecdótica de los comienzos de los que fueron conocidos en España como "Los grandes riegos", para no perder la perspectiva de nuestro devenir en el tiempo. Desde su mismo nacimiento, Riegos del Alto Aragón ha sido innovador, original, debiendo sortear obstáculos inmovilistas que, en no pocas ocasiones, fueron puestos por los propios beneficiarios. En pocos sitios como en Aragón cobra tanta pujanza el viejo aforismo de "nadie es profeta en su tierra", y en su refrendo tenemos grandes testi-

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monios en los escritos de Costa, Aznar de los Ríos, Ramón y Cajal, y tantos grandes hombres, como Ramón de Pignatelli que, en 1722, cuando le comentaban —como elogio— sus esfuerzos por llevar el Canal Imperial a Zaragoza, respondió: "Compadézcame Vm, no de lo que hago, sino de lo que no me dejan hacer, de lo mucho que me estorban y de lo que yo padezco y sufro con los que no me entienden...". Allí queda su monumento, la fuente de Casablanca, como referencia en la capital aragonesa de lo que digo, en la que todavía hoy se lee: "Incredulorum convictioni et viatorum comodo", o sea para convencimiento de los incrédulos y comodidad de los viajeros. Un monumento a cuantos carecen de convicciones y no tienen fe en sus propias empresas, para que mediten. En la segunda década de este siglo, el Sobrarbe, el Somontano y los Monegros habían llegado a una situación límite en su mísera subsistencia. En una zona de economía agraria, solamente la filoxera destruyó 34.000 Has. de viñedo en la provincia de Huesca, equivalentes a 1.280.000 jornales en poda y vendimia; la inseguridad de la cosecha en los secanos no permitía gastarse el importe de los fertilizantes minerales. La Primera Guerra Mundial devolvió muchos emigrantes del sur europeo y España; tras las pérdidas coloniales y sus fracasos bélicos en el norte de África, estaba sumida en una de sus peores crisis económicas. Si a ello se unían los problemas endémicos de paludismo, analfabetismo y "pobres limosneros" que los más mayores aún recordarán, nos daremos cuenta de la situación: eran los tiempos más crudos del "esparto". Hubo un gran movimiento regeneracionista liderado por hombres de la importancia de Joaquín Costa, Giner de los Ríos, Macías Picavea y tantos otros, que promovieron un cambio de mentalidad tremendo a finales del siglo XIX y principios del XX. En su desvanecimiento recobró auge; era la política de "despensa y cultura" y lo primero que había que hacer, si se querían evitar males mayores, era paliar el hambre, ocupar a las gentes, darles trabajo; éste y no otro es el verdadero origen de Riegos del Alto Aragón. Era una labor social, una razón de Estado y debía ser una Ley general votada en Cortes la que pusiera en marcha la transformación económica y social de un vasto territorio de nada menos que 3.000 km', con las posibilidades y sacrificios presupuestarios de la época.

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Probablemente, una de las peculiaridades de España hasta fechas muy recientes ha sido su ausencia voluntaria en los grandes trenes de la Historia, vergüenza para unos y rara habilidad para otros, pero a la postre no muy beneficiosa. Importantísimas transformaciones en riego habían llevado a cabo a finales de siglo los países del norte de Europa: Inglaterra, Holanda, Francia... en colonias como India, Ceilán, Egipto, sin despreocuparse de otras zonas en el sur francés o en el Piamonte italiano. El Turquestán ruso, el oeste de Estados Unidos, Australia, extendían sus regadíos, al igual que los países sudamericanos, continuando la tradición española en riegos, inauguraban sus más extensos planes de regadío en Argentina, Chile..., mientras que aquí, en España, se discutía sobre el acierto de las inversiones en obras públicas, la mejora del mundo rural y la conveniencia de las grandes reformas sanitarias y educativas, poniendo el énfasis en el Ministerio de la Guerra, cuyo simple nombre lo dice todo. En este panorama, la Federación Agraria Aragonesa, con gran acierto, convocó en Zaragoza, en el año 1913, el I Congreso Nacional de Riegos, en el que se reunieron muchos especialistas en ingeniería, agricultura, economía... y agricultores destacados, a fin de potenciar la transformación de secanos en regadío, con la siguiente y precisa filosofía: "El Congreso ha de ostentar por necesidad el carácter de Congreso de Propaganda. Otros Congresos vendrán que nos ayuden a estudiar extremos concretos, sin duda esos mismos detractores remisos a quienes esperamos con los brazos abiertos. A la postre, todos, nuestros contradictores y nosotros, somos hijos de una Patria árida, que queremos rica e ilustrada". En dicho Congreso, magnífico en presentación y contenido, D. Carmelo Benaiges, jefe agronómico de Huesca, defendió la necesidad de que el Estado ejecutara el proyecto ya divulgado de Riegos del Alto Aragón, defendiendo su utilidad con relación al fomento de la riqueza nacional. El proyecto no era nuevo. Muchas habían sido las ideas e iniciativas de regar nuestras estepas. El extraordinario ingeniero D. Rafael Izquierdo supo desarrollar los sugestivos estudios de D. Joaquín Cajal Lasala y junto a su ayudante D. Félix de los Ríos Martín, padre del único regante de honor de la Comunidad General, elaboraron un

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proyecto financiado por D. Francisco P. Romañá Suari, su propietario, a la sazón miembro de la Real Compañía de Canalización y Riegos del Ebro, el cual supo conectar perfectamente con las instituciones aragonesas y, quizá más transcendente, el caciquismo oscense, cuyo exponente era el liberal D. Manuel Camo Nogués, fundador del Diario de Huesca, senador vitalicio, fallecido en diciembre de 1911. Los senadores oscenses y Camo a la cabeza presentaron, en julio de 1910, una proposición de Ley sobre el Plan de Riegos del Alto Aragón que, tras el Dictamen de la Comisión, fue debatido en sesión de 14 de diciembre del mismo año y finalmente rechazado por una razón principal: "No debía otorgarse la concesión de aguas a un particular, pues debía reservársela el Estado". Fue el interés público, la razón del Estado, la que prevaleció, no admitiéndose que un empresario, el Barón de Romañá, pudiese adquirir la concesión y hacer negocio con la explotación de sus aguas. El anteproyecto de las obras suponía, en efecto, un esfuerzo presupuestario del Estado de 104 millones de ptas., de los que un 50 % sería subvención para el particular, más un 25 % en concepto de anticipo, y los otros 25 reintegrables a los 40 años, transcurridos 10 años de explotación al 2 % de interés, siendo el beneficio industrial del 16 %. Ello era muy gravoso para la economía nacional, si se tiene en cuenta que los Presupuestos Generales de entonces rondarían para toda España y el total de ministerios, los 1.200 millones de ptas. El empresario concesionario explotaría en tal caso las aguas, percibiendo unas tarifas de los regantes y beneficiándose del incremento de contribución que las fincas experimentarían. No prosperando la proposición de Ley se produjo un hito significativo en 1911, cuando las Cortes, sin apenas debate parlamentario, aprobaron la vigente Ley de 7 de julio, de Rafael Gasset, sobre Financiación de Obras Hidráulicas. El Barón de Romañá solicitó los auxilios que en ella se contemplan para ejecutar el proyecto de Riegos del Alto Aragón en redacción definitiva de 1 de octubre de dicho año. En su Memoria, documento histórico de excepción, se aportan muchos datos sobre la situación que padecía lo que ahora es el regadío. Actualmente se vierten críticas fáciles a la impresionante labor de colonización y transformación de los secanos en vergeles, a toro pasado, sin tener en cuenta las limitaciones propias de la época. Baste,

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como ejemplo, que uno de los objetivos del Plan era producir alimentos para llegar a consumir de 27 a 30 kilos de carne al año por habitante, como en Italia; o asentar 174.000 habitantes en una zona de 300.000 Has., cuando en 1.514.800 Has. de la provincia de Huesca solo existían 244.867 habitantes. Simplemente el incremento de valor de los terrenos y consiguiente contribución (hoy hablaríamos de valor añadido) suponía pasar de hectáreas de secano valoradas entre 80 y 100 pts., a 600 pts. si era regadío sin nivelar, 1.500 si era nivelado. Ello significaba incrementar un valor total de 102 millones a 555, una vez hecha la transformación. Sucedía parecido con las producciones a obtener, pues sólo en trigo podrían conseguirse de 15'1 a 24 hectolitros/Ha. a un precio de 20 ptas./hectolitro, lo que en aquel tiempo era todo un éxito. En 1913, tras fuertes discusiones en el Consejo de Obras Públicas, se aprobó técnica y económicamente el proyecto que ascendía a 160 millones de pesetas, y fue el propio Rafael Gasset, Ministro de Fomento, autor de la Ley de Financiación de Obras Hidráulicas, el que entendió que Riegos del Alto Aragón no encajaba en los moldes de dicha norma, y que debía ser el Parlamento el que decidiera su ejecución. El proyecto fue tasado por D. José Nicolau Sabater en 1.200.000 ptas. —de las de entonces— precio asumible si se tiene en cuenta que el Estado, al hacerse cargo de las obras del Canal de Aragón de Cataluña, pagó a la empresa concesionaria un millón de pesetas, para subrogarse en su lugar. No sólo influyó en la decisión del Sr. Gasset de enviar al Congreso el proyecto el alto presupuesto de ejecución por contrata, sino también los fracasos de compañías concesionarias en el Canal de Urgel, Delta del Ebro, Aragón y Cataluña que obligaban al Estado a continuas intervenciones para no abandonar obras ruinosas en perjuicio de los agricultores. El pueblo aragonés supo reaccionar y encontrar valedores notables en el Ministro de Fomento, Sr. Ugarte, y en los senadores y diputados por las provincias aragonesas. Aragón exigió que fuera el Estado el que asumiera la ejecución del proyecto, rompiendo con los viejos dogmas del liberalismo a ultranza, siendo un destacado triunfo de las tesis regeneracionistas. No sería ésta la única novedad.

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El Gobierno, asumiendo las aspiraciones, redactó un proyecto de Ley de Riegos del Alto Aragón, que empezó a debatirse en noviembre de 1914. El Presidente del Consejo de Ministros se había comprometido en el mes de junio ante una Comisión destacada y numerosa de aragoneses a que las obras comenzarían el 1 de enero de 1915, y además a que las obras se harían por administración; dos novedades más que suponían declarar la urgencia de las obras y romper con los cauces de contratación habituales. La defensa de esta excepcionalidad la hizo el propio Ministerio de Fomento, con palabras harto elocuentes, cuando sin embargo era acérrimo defensor de las obras por subasta: "Las obras por administración se imponen en determinados momentos. De haberme sometido a la normalidad de la legislación vigente, hubiera cometido un delito de lesa patria, no hubiera atendido a esos grandes núcleos de obreros que por diversas causas,..., se encuentran en la situación más dolorosa, más agobiante, más angustiosa que se puede presentar ante los ojos de un gobernante... He procurado conciliar el interés de las obras, con el interés de la clase obrera... porque de otra suerte hasta el orden público hubiera peligrado, porque no se pueden emplazar los cañones contra masas que piden pan porque sienten hambre". La obra era extraordinaria y exigía la financiación en exclusiva por el Estado. La minoría reformista defendió dicha tesis con el siguiente razonamiento: si al amparo del art. 5.° de la Ley de 1911 se financiasen las obras con auxilio de las localidades interesadas, "significaría que la Comunidad de Regantes quedaría como única propietaria, como entidad apta y capaz para disfrutar los rendimientos que ofrecerían esas obras en las que el Estado habría invertido 160 millones, cuando ella sólo contribuye con el 50 %...". Cuestión ésta que sigue estando de plena actualidad. Conviene recordarlo, a menudo, hasta la saciedad, porque no debe caer por transcurso de los años en la ignorancia. Los amplios regadíos de Freycinet en Francia; Tejas y Colorado en U. S. A.; Lombardía en Italia y los de India y Egipto se debían a la iniciativa

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pública y no privada. Y esto lo proponían, además, todos los ministros liberales, tanto Villanueva como Gasset y ligarte. No podía admitirse que empresarios extranjeros hiciesen inversiones en España con subvenciones públicas del Estado y que, obtenido el rendimiento perseguido, abandonasen las obras para que éste tuviera que hacerse cargo de sus problemas: ocurrió con el Aragón y Cataluña, con la red de ferrocarriles, con minas, con carreteras... y, pese a la lección que nos brinda la Historia, lo estamos volviendo a ver en nuestro tiempo. Forzoso es recordar que pese a los esfuerzos de tantos parlamentarios: Alvarado, Escuer, Soldevilla..., existían muchas cartas y telegramas de detractores al sistema que procedían de nuestra tierra. El Senador, Sr. Moles, de Cataluña, se hizo eco de algunas de ellas para oponerse al magno Plan. Así, el 11 de diciembre de 1914, dio lectura a la carta firmada por Melchor Lasierra, Jacinto A. Pitarque, Gaspar Torres Solanot, Vicente Susín y Agustín Ruata: "Dónde están los elementos para transformar tan rápidamente 300.000 Has. nada menos? ¿Ignoran acaso los que tal suponen que nuestra región es misérrima y una de las que tienen en España menos densidad de población?". El Senador Moles concluiría: "¿Es que vamos a creer en un milagro? ¡si no hay brazos! ¿por qué a unos se les atiende enseguida y a otros no, Sr. Ministro?". En defensa de su provincia, Lérida, añadiría: "Yo me felicito, y no quisiera molestar a nadie, de que a la provincia de Huesca le queda la suerte de haber tenido a su favor representantes que, por mayor influencia, por su mayor prestigio, le han llevado a un estado de protección oficial en el cual quisiéramos vernos los demás en nuestras respectivas provincias". Posteriormente, el 15 de diciembre, volvería a la carga el Sr. Moles, con otra carta, la que D. Mariano Sichar, ingeniero militar y aragonés, dirigió al conde de Romanones: "...Yo puedo demostrar que el proyecto de Riegos del Alto Aragón es falso en sus condiciones principales: 1.°— yo afirmo que no hay aguas disponibles de las llamadas en la ley aguas estiales, o sea, aquellas que representan el mínimo volumen de agua disponible. 2.°— yo afirmo que dentro de las premisas aceptadas y calculadas en dicho proyecto, tampoco hay aguas para los riegos que se presuponen".

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No le faltaba perspectiva de futuro al ingeniero, como demostraría el tiempo: Opinaba sobre Mediano: "Haría falta una capacidad de embalse de 678 Hm"', sobre la dotación calculada para la zona del Cinca, de 0'26 1/seg.: "¡ vaya dotación! porque es natural que se pierda cantidad de evaporación, filtraciones y derrames que los ingenieros han dictaminado en un 40 %. Jamás pasaría de 4 riegos ¡vaya unos cultivos de progreso!". Concluía Sichar: "Nada, queridos paisanos, que tendréis que ver y mirar una cosa sumamente graciosa: 1.° toda la riqueza actual aniquilada; 2.° la riqueza que se va a crear totalmente desnuda". A la torticera lectura del informe, respondieron brillantemente los senadores. El Arzobispo de Zaragoza, originario de Castilla la Vieja, reconociéndose aragonés de corazón, replicaría con oratoria eclesial: "Por un ingeniero aragonés en contra, yo le presentaría a seis que le contradicen...". Más divertida y con puntilla fue la contestación del Sr. Moral, Senador por Huesca y regante del Jarama: "...ha contribuido Ud. a desvanecer una leyenda que por ahí corre y que consiste en decir que la representación catalana, por regla general, nunca se ocupa más que de aquellos asuntos que se refieren particularmente a su región y ha demostrado Ud. con su elocuente discurso que esa leyenda no tiene fundamento alguno". A continuación, en un discurso impresionante en forma y fondo, desmontó una a una todas las argumentaciones vertidas en contra del Plan, recordando las inversiones públicas en Cataluña que nunca fueron mancas. Superadas las zancadillas, a finales de diciembre quedó aprobada la Ley que sancionaría el Rey Alfonso XIII el día 7 de enero de 1915. Como conclusión, quiero motivar por su transcendencia una de las últimas novedades de la Ley de 1915. Las obras se asumen por el Estado para su financiación por su cuenta exclusiva, reservándose las

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aguas del Gállego, Cinca, Guatizalema, Sotón, Astón y Vacas; debiendo ejecutarse, por administración, dentro del primer trimestre del año. Sin embargo, en su art. 2.° encomienda al Gobierno resolver qué proyecto adopta, de entre los existentes, para regar las zonas de Sobrarbe, Somontano y Monegros. La cuestión es sencilla. He explicado que el proyecto de Romañá fue valorado en 1.200.000 pts., equivalente, para que nos entendamos, al coste de unas 1.000 Has. de excelente riego. Dijo el propio Ministro, Sr. Ugarte: "...en el art. 2.° del proyecto incluí que se constituyera una Comisión Parlamentaria de Senadores y Diputados (para elegir proyecto), tuve que ceder porque se me dijo que el ejecutivo tiene una función, la de resolver los expedientes y éste se somete a la fiscalización de las Cortes...". O sea, las Cortes deben aprobar el Plan, el Presupuesto, pero el Consejo de Ministros realizar la labor administrativa relativa a la adopción de un proyecto de obra. Pero ¿por qué no se elegía directamente el proyecto que todos querían, el de Romañá? Lo explicó el Ministro: "Pido que se me deje en libertad, a fin de contratar con el dueño del proyecto en términos tales que no sea una imposición por su parte, lo que yo quiero que sea una negociación libre entre él y el Estado". Tuvo razón; las negociaciones fracasaron y, en 1917, fueron los Tribunales de Justicia los que determinaron el valor del proyecto, condenando al Estado a pagar la tasación. Las Cortes no le impusieron al Gobierno un proyecto que presumiblemente le hubiera costado más al erario público, si el empresario hubiera tenido la sartén por el mango desde el principio. Estamos en Europa y es de aplicación la Política Agraria Común, pero justo es recordar nuestros orígenes junto al esparto y reconocer que muchas generaciones han entregado su vocación a Riegos del Alto Aragón, dentro de las posibilidades sociales, técnicas y económicas que cada tiempo han permitido. Justo es. que se ahorren muchas críticas absurdas y se medite sobre el futuro. En 1951, en la Real Sociedad Económica Aragonesa

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de Amigos del País, el Director de la Confederación Hidrográfica del Ebro, D. Manuel Echevarría, quien siendo alumno de la Escuela de Ingenieros en Madrid ya estudió en 1911 el Plan de Riegos del Alto Aragón, manifestó: "Estamos en una primera etapa de regulación de los ríos, y no podemos pretender agotar en ella todas las posibilidades de dominar completamente su régimen, lo que no quiere decir que aquéllas sean desconocidas. A las generaciones futuras corresponderá realizarlas". Hora es de acometerlas y pensar, como tantos grandes hombres, en el futuro que se diseña para nuestros hijos. Si no nos acercamos a la Europa del norte, difícilmente podremos competir con ella. Hora es, en definitiva, que superada con creces la etapa del "esparto", sepamos competir y defendernos al afrontar una Política Agraria Común que va a condicionar los mercados agrarios. Una cosa está clara, la agricultura de las estepas, la de los tiempos del esparto, no nos hubiera permitido hablar ahora de la Política Agraria de la Comunidad Europea. No estaríamos ante el reto del futuro, sino ante la liquidación y finiquito de todo un mundo rural. Nos honramos a nosotros mismos honrando a nuestros bienhechores y su profunda visión de futuro que ha trascendido en el tiempo. A todos ellos, nuestro agradecimiento.

Construcción del Canal del Gállego en 1928

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LAS TARIFAS DE UTILIZACIÓN DEL AGUA EN RIEGOS DEL ALTO ARAGÓN Y EL CANON DE REGULACIÓN DE MEDIANO Y EL GRADO César Trillo Guardia

Tratar de explicar el régimen fiscal de las aguas es una tarea escabrosa, dada su complejidad, por lo que me propongo facilitar unas ideas claras que ayuden a los regantes a entender el cómo y el porqué de los pagos que realizan por el uso del sistema de riegos al que pertenecen sus tierras. El agua es un bien de dominio público hidráulico del Estado que es gestionado por los Organismos de cuenca. Así, las aguas de los ríos Cinca y Gállego, fuentes de alimentación de Riegos del Alto Aragón, son administradas por la Confederación Hidrográfica del Ebro. Y no sólo el líquido elemento, sino también los grandes canales, embalses y colectores, pues al ser el sistema de interés general de la nación y estar construido íntegramente por el Estado, corresponde a éste —y en su nombre, a la C. H. E.— su explotación. De entrada debe quedar sentado que el agua es inalienable y no está sujeta a un precio público por su uso. A Riegos del Alto Aragón no le cuesta dinero el agua que utiliza, nada paga al Estado por su aprovechamiento. En conclusión, en las tarifas y cánones que puntualmente abonan los regantes se tienen en cuenta otros factores, como son la amortización de las obras hidráulicas, los gastos de conservación y explotación de tales obras y de los generales de tipo administrativo que les son imputables, pero no —insisto— por el agua, que forma parte del ciclo hidrológico y se renueva periódicamente gracias a la Naturaleza. Son las tarifas de "utilización del agua" una tasa, un tributo desvinculado del principio de capacidad contributiva, ajeno pues al nivel de renta del que dispongan los usuarios, y con ellas se pretende resarcir al Estado por un gasto provocado o, como la Ley de Aguas señala,

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"compensar los costes de inversión y atender a los gastos de explotación y conversión de tales obras". Son tales costes los que anualmente hay que pagar a la Confederación Hidrográfica del Ebro y no otros, como vamos a examinar. Las obras de las tarifas se refieren únicamente a la red de canales, acequias derivadas con rango de principales y grandes colectores, no a los embalses de regulación de los ríos. Las tarifas se obtienen sumando las siguientes cantidades: a) El total previsto de gastos y funcionamiento y conservación de las obras realizadas, b) los gastos de administración del organismo gestor imputables a las obras y c) la amortización de las obras. A. TOTAL PREVISTO DE GASTOS DE FUNCIONAMIENTO Y CONSERVACIÓN DE LAS OBRAS REALIZADAS Nótese que se paga una previsión y no unos gastos ya realizados. La Junta de Explotación n.° 14 de la C. H. E., en la que están representadas las Comunidades de Regantes, elabora un Presupuesto para cada ejercicio con lo que se calcula se va a gastar en conservación y explotación de las obras, es decir: salarios del personal compuertero, de las brigadas de obras, materiales de conservación, vehículos, combustible, telefonía, electricidad, etc. Dicho importe lo deben pagar los usuarios del agua íntegramente, sin subvención del Estado. Al tratarse de una previsión pueden ocurrir dos circunstancias: que se haya gastado en conservación y explotación más de lo presupuestado o, por el contrario, que se haya gastado menos. En ambos casos, las diferencias en más o en menos se compensarán en las tarifas del ejercicio siguiente. Al no existir subvención alguna en este capítulo, es fácil entender que cuanto más se presupueste en gastos de conservación y explotación, mayor será la cantidad que proporcionalmente satisfagan los regantes imputable a su superficie regable. Por lo que al riego se refiere, los gastos se han realizado para la superficie en riego en cada ejercicio, y sólo ésta es la que debe sufragarlos, pues los compuerteros, por poner un ejemplo, habrán de percibir sus salarios de aquellos que realmente han generado el gasto.

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B. GASTOS DEL ORGANISMO GESTOR IMPUTABLES A LAS OBRAS La explotación de las obras requiere de medios humanos (funcionarios públicos, sobre todo) y mecánicos (informática, material de oficina, etc.). Del Presupuesto de Explotación de la Confederación Hidrográfica del Ebro se calcula el tanto por ciento imputable a Riegos del Alto Aragón, el cual habrán de abonar los usuarios sin subvención alguna.

C. AMORTIZACIÓN DE LAS OBRAS Al ser Riegos del Alto Aragón un sistema hidráulico anterior a la vigente Ley de Aguas de 1985, se mantiene el régimen específico que tiene regulado para aportación al coste de las obras en su Ley de 7 de enero de 1915, cuya vigencia ha reconocido recientemente el Tribunal Supremo. Todas las obras construidas por la Dirección General de Obras Hidráulicas tienen una subvención del 50 %. El resto debe ser reintegrado por los usuarios en 99 años, al 1'5 % de interés, en aplicación de la Ley de 1916. No sólo se tiene en cuenta a los usuarios actuales, sino también a los futuros, o sea en regadío 172.733 Has., en los hidroeléctricos al máximo turbinable según la potencia instalada, y en abastecimiento los Hm' que como máximo se calcula pueden llegar a consumir. Obtenido el cociente correspondiente, los usuarios actuales pagarán la parte que les corresponda. Conviene despejar algunas dudas en relación a este punto. En amortización de obras se tienen en cuenta las superfices que aún no riegan, por ejemplo Monegros II; ningún regante abona una sola peseta más de la que le corresponde. Es el Estado el que soporta el coste de amortización de las superficies que no se han expuesto en riego. Cuando entren en explotación pagarán exactamente lo mismo que las demás, con un régimen transitorio de 10 años tendente a favorecer su transformación en riego. Todo el sistema de Riegos del Alto Aragón es una unidad. Las hectáreas de Monegros II se tienen en cuenta a la hora de calcular las obras realizadas en el Flumen, o en Monegros por ejemplo, aun cuando no se han transformado todavía para el riego.

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La suma de estos tres apartados A, B y C arroja la cantidad total que debe abonar Riegos del Alto Aragón a la Confederación Hidrográfica del Ebro y, como es de comprender, a cada ejercicio aumenta sin guardar relación con el Índice de Precios al Consumidor (I. P. C.), puesto que la amortización de obras y gastos de conservación tienen poco que ver con el aumento del coste de la vida. El cálculo de las tarifas que examina la Junta de Explotación va acompañado del correspondiente estudio económico que se somete a información pública en el Boletín Oficial de la Provincia. Nos encontramos ante un tributo del Estado y no de una derrama de la Comunidad General que pueda aprobar su Junta General. Las tarifas las aprueba el Organismo de Cuenca, en nombre del Estado, y las reclamaciones que se produzcan deben ser examinadas por los Tribunales Económico-Administrativos. Digo esto porque procede aclarar que si suben o bajan las tarifas no dependen de la decisión que pueda tomar la Asamblea de la Comunidad General, como a veces se piensa. Son sujetos pasivos de las tarifas los beneficiarios de las obras y no las Comunidades de Regantes en que éstos se integran. La Comunidad General y sus Comunidades partícipes sólo realizan una gestión de cobro para la Confederación Hidrográfica del Ebro, por lo que si un usuario no paga, no lo hace en su lugar la Comunidad en que se integra, pues ello supondría en caso contrario que pagaran justos por pecadores. Es más, como las tarifas se producen por un gasto provocado, es indiferente que se riegue o no se riegue una finca en cuestión. El servicio se ha prestado y si alguien no lo ha utilizado, no es problema de los demás: los guardas cobran su nómina con independencia de si llueve o no lo hace, o si un señor quiere o no dejar su finca yerma o sembrar arroz. Consecuencia de que el agua no tiene precio es que no se responde de los ocasionales fallos producidos en el suministro por sequía o fuerza mayor. Se paga por las obras y el servicio con independencia de si el año es húmedo o seco, y la Administración no responde, lógicamente, del caudal disponible. Se puede pasar de un año de sequía a otro de bonanza sin que ello suponga exención o recargo sobre las tarifas. Los gastos son los que son y deben ser repercutidos entre los beneficiarios.

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Si los sujetos pasivos son los beneficiarios, debe calcularse el beneficio que teóricamente reporta el agua a cada grupo de usuarios: regantes, usuarios hidroeléctricos y abastecimientos de población. Estos beneficios teóricos, que sirven de base al reparto de las tarifas, son aprobados por la Dirección General de Obras Hidráulicas, a propuesta del Organismo de Cuenca, y es uno de los puntos en que no hay unanimidad de criterio. En efecto, mientras el regadío es tenido en cuenta por su superficie (hectáreas) y no por el agua que consume, los abastecimientos se consideran en función del consumo, y los hidroeléctricos por los kilovatios/hora producidos. Ello crea un notable foco de injusticia, pues al ser las tarifas el resultado de sumar los apartados A, B y C comentados, su importe es invariable, de donde se deduce que cuantos menos kilovatios/hora se produzcan, menos aportará el usuario hidroeléctrico, al igual que cuanta menos agua consuman los abastecimientos, menos pagarán, mientras que las hectáreas son inamovibles y habrán de contribuir con independencia de su consumo de agua. Dicho de otra forma, en un año de sequía, el regadío sufre importantes mermas, al igual que los hidroeléctricos, pero aquel habrá de contribuir proporcionalmente más que en un año húmedo, puesto que en el reparto de tarifas habrá de asumir la parte que proporcionalmente hubieran pagado los hidroeléctricos si hubieran turbinado. Sin embargo, en año húmedo sucede lo contrario: cuanto más turbine el hidroléctrico —en nuestro caso ENHER— menos pagará el regadío. Mención especial merecen las minicentrales de la Comunidad General, pues son consideradas como un aprovechamiento más, siendo usuaria obligada al pago la propia Comunidad General. Aunque parezca paradójico, a diferencia de los saltos comunes, cuanta más sequía hay más turbinan, puesto que al regarse y estar ubicadas en canales, sólo turbinan agua de riego. En 1993 han contribuido en tarifas con 46 millones de pesetas que, de no existir, hubieran sufragado el resto de usuarios. De aquí se extrae otra conclusión. Al ser el importe total de las tarifas una cantidad fija, cuantos más sean los usuarios a pagar, más barato se saldrá. Si una hectárea está oculta y no paga tarifas, está cargando su parte proporcional en las que realmente están de alta. De ahí que sea fundamental tener un Padrón de Superficies actualizado, para evitar que nadie pague más de lo que le corresponde pagar. Las tarifas son una "obligación", o sea que el beneficiario debe pagarlas con independencia del beneficio real que haya obtenido, aun-

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que éste sea nulo. Últimamente, algunos regantes han planteado no pagar tarifas porque sus fincas están en abandono de tierras, acogidas a la normativa de la P. A. C. La conclusión es evidente, tienen que pagar, porque de otro modo la parte que no asumieran se repercutiría en los que verdaderamente riegan, con el consiguiente encarecimiento. Vuelvo a repetir que en el cálculo de tarifas sólo se tienen en cuenta las hectáreas regables y no el consumo de agua. Obtenida la cantidad imputable al regadío, a las hectáreas, la Junta de Explotación n.° 14 y, con ella, la Comunidad General aprecian la oportunidad de que el que más gasta, pague más que el que usa menos. Es así que se decide que parte de las tarifas correspondiente al regadío se divida al 50 % entre las hectáreas dadas de alta en riego y la previsión de agua a consumir. De esta forma, si alguien cultiva arroz, paga más que el que cultiva cebada —con menos consumo— y, según algunos, se contribuye a desperdiciar menos el agua, pues al dar a ésta un valor económico se evitan en parte los abusos. Éste es otro de los puntos en los que no existe unanimidad de criterio, puesto que es cierto que los que más riegan pagan una parte proporcionalmente superior de lo que les correspondería por hectárea, o viceversa, los que menos riegan pagan menos de lo que les correspondería por superficie. Esta discusión recobra especial virulencia en épocas de sequía, en las que deben hacerse prorrateos en que pagan más, para que se les adjudiquen más caudales, mientras las Comunidades de menos consumo, bien sea por vocación de cereal de invierno o por mezclar caudales del canal con otros procedentes de desagüe o río, solicitan que se reparta por hectáreas. En cualquier caso la discusión es estéril, puesto que está prohibido el abuso del derecho y a nadie se le debe servir más agua que la estrictamente necesaria y que por su derecho corresponda. Estas cuestiones críticas que han comentado propician un cambio del régimen económico-administrativo de las tarifas de utilización que, en cualquier caso, será polémico. Por otra parte, existe el denominado CANON DE REGULACIÓN DE LOS RÍOS, que es una contribución especial que tiene por objeto las mejoras producidas por los embalses sobre los regadíos, abastecimientos de poblaciones, aprovechamientos industriales y cualesquiera otros que utilicen los caudales regulados, beneficiados o

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mejorados por los embalses. En Riegos del Alto Aragón sólo existe hasta el momento el canon de regulación de Mediano y El Grado. Su cálculo se obtiene, al igual que las tarifas sumando el total previsto de gastos de funcionamiento y conservación de las obras, los gastos de administración de la C. H. E. que le son imputables y la amortización. La diferencia radica principalmente en la fórmula de financiación, pues no se aplica la Ley de 1915, sino la de 7 de julio de 1911, según la cual se cuenta con un 50 % de subvención y el resto se amortiza en 25 anualidades con un bajo tipo de interés. Otra notable diferencia está en el número de beneficiarios, pues Mediano y El Grado no sólo mejoran el aprovechamiento de Riegos del Alto Aragón, sino de otros muchos que no están sujetos a las tarifas de utilización del agua, como los saltos hidroeléctricos de Mediano y El Grado, los de Arias de Hidronitro, y regadíos tradicionales en el río Cinca. Al igual que las tarifas, el canon acompañado de un estudio económico se examina por la Junta de Explotación, se somete a información pública en el Boletín Oficial de la Provincia y, finalmente, es aprobado por el Presidente del Organismo de Cuenca. El reparto se hace en función del beneficio teórico imputable a cada beneficiario, que es el mismo que en las tarifas. A los sujetos pasivos de las tarifas se les incluye en la liquidación anual el importe del canon de regulación. En Riegos del Alto Aragón, el importe atribuible al regadío en función de la superficie, se reparte a su vez al 50 % entre el agua estimada que se va a consumir y las hectáreas dadas de alta. La Comunidad General tiene consensuado el pago de las tarifas y el canon, con la C. H. E., en dos plazos, normalmente 1 de junio y 30 de noviembre, siendo cada uno del 50 % del importe total. Para concluir, debo explicar un último punto de incertidumbre que se aprecia entre los regantes. He dicho que el agua no tiene precio y ahora insisto en que en tarifas y canon no se paga el agua servida en el ejercicio anterior, como muchos creen. En tarifas y canon se tiene en cuenta para cada ejercicio una "previsión", una estimación de gastos de funcionamiento y de amortización, y sólo se tiene en cuenta la superficie del regadío. Ahora bien, como en la Comunidad General se reparte a su vez el importe así obtenido entre la superficie en riego y el agua consumida en partes iguales, deben hacerse nuevos cálculos complementarios.

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Las hectáreas en riego son fáciles de saber: las que están en alta en el Padrón de Superficies en el mes de enero de cada año. Pero... ¿cuál es el agua que se va a gastar en el ejercicio, ya que las tarifas y canon se suelen aprobar en el mes de marzo y la campaña de riegos acaba en octubre? Al ser imposible predecir cómo se va a desenvolver la climatología, se estima que el agua que se consumirá en la campaña es la misma que la servida en el ejercicio anterior, pues ésta sí que se conoce. Por este procedimiento se producen altibajos importantes en el "coste" del agua, de una Campaña a otra, pues variará mucho en función de si el año es húmedo o seco. A mayor sequía, mayor será el volumen de agua servida y más barata saldrá en la previsión del año siguiente. Por el contrario, si el año es húmedo se habrá servido poca agua, y en la previsión que se haga para el ejercicio siguiente, resultará más cara. En todo caso, vuelvo a incidir en que las tarifas se refieren al año natural y que ningún regante paga el agua del ejercicio anterior. He pretendido con esta charla facilitar aclaraciones pues, como he dicho, el tema es escabroso y difícil de entender. Agradezco sinceramente al grupo CETA de Lalueza la oportunidad que me ha concedido de dirigirme públicamente a los interesados y, especialmente, de poder intercambiar impresiones con los mismos.

Riego por aspersión (E. Monesma)

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REFLEXIONES SOBRE COOPERATIVISMO AGRARIO. GÉNESIS Y FORMALIZACIÓN DE UNA COOPERATIVA DE 2.° GRADO EN LA PROVINCIA DE HUESCA Alejandro Almajano Contreras Las fórmulas asociativas en la agricultura tienen su origen más remoto en la Edad Media, con ejemplos como La Mesta o las comunidades de regantes. El cooperativismo agrario como tal aparece en España a finales del siglo xix, con una influencia destacable de la Iglesia Católica, que crea e impulsa los sindicatos agrícolas con el objetivo de comercializar en común. Iniciado el siglo xx, se desarrolla el cooperativismo de inspiración socialista, comunista, anarquista e incluso social-católico. Cuando se indica que las asociaciones cooperativistas tienen naturaleza ideológica, queremos significar con ello que en dichas asociaciones siempre hay una base social; afirmar que hay ideología en una asociación no quiere decir necesariamente que tal ideología forma parte de sistemas ideológicos más amplios y que la correspondiente asociación se conecte o identifique con movimientos sociales o políticos concretos. Tras el paréntesis de la II República y la Guerra Civil, se asiste en España a un nuevo desarrollo del sector cooperativo a raíz de la promulgación de la Ley General de Cooperativas en 1942, sobre todo en los sectores del vino y del aceite de oliva. En la década de los setenta y, sobre todo, a partir de la incorporación de España a la Comunidad Europea, se produce un nuevo impulso: a la función de concentrar la oferta que habían tenido hasta entonces las cooperativas se suma su importancia como instrumentos reguladores del mercado. Diversas Organizaciones Comunes de Mercado (OCM), reglamentadas por la Política Agraria Comunitaria, reconocen a las cooperativas funciones de intervención, reservadas hasta ese momento al Estado. Este recono-

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cimiento de las cooperativas como reguladoras de los mercados agrarios ha sido determinante para el desarrollo económico del cooperativismo en la última década; las más de tres mil cooperativas agrarias existentes en España constituyen el mayor grupo agroalimentario del país, tanto en facturación como por cantidad de empleo, si bien esta importancia económica apenas es reconocida ni por la opinión pública ni por las instituciones del Estado y de las Comunidades Autonómas, debido a su dispersión geográfica y reducido nivel de coordinación entre sí. Las cooperativas destacan también en la producción de insumos agrarios, sobre todo en comercialización de fertilizantes y fabricación y venta de piensos compuestos. En los primeros, una cooperativa es la primera empresa del sector y, en el sector de piensos compuestos, cuatro entidades asociativas figuran entre las diez empresas más importantes de nuestro país. Hay que destacar que en España los agricultores se han orientado hacia el cooperativismo para la comercialización en común o para la transformación, manteniendo el individualismo en la producción, representando un porcentaje apenas apreciable el número de entidades de explotación en común de la tierra, y ni siquiera las cooperativas para el uso de maquinaria en común han adquirido en España la implantación que tienen en otros países comunitarios, provocando esta deficiencia estructural mayores gastos de producción e impidiendo un desarrollo armónico de nuestro sector agroalimentario. La presencia de las cooperativas se va diluyendo a medida que el producto se acerca al consumidor final, sobre todo en aquellos productos con demanda marquista o con un nivel de transformación más elevado. No se puede olvidar la vertiente social del cooperativismo: La propia composición de las cooperativas (un socio no puede tener más del 25 % del capital social de la entidad), su funcionamiento (un socio, un voto) y su objetivo (incrementar las rentas de sus asociados) hacen de ellas el instrumento más adecuado para defender la renta de los agricultores más desfavorecidos. El papel del cooperativismo agrario como instrumento de mejora de la renta agraria se ha centrado en dos aspectos: abaratamiento de los factores de producción y comercialización de los productos de sus socios. En el primer caso se trata de concentrar la demanda de los insumos consumidos por las explotaciones agrarias, acortando al mismo

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tiempo la cadena comercial tradicional, lo que provoca una disminución del precio. En la comercialización, la mera presencia de las cooperativas en el mercado ha provocado un incremento de los precios pagados por éste al tener una posición más fuerte la unión de producciones que la de cada uno de sus socios por separado. Las cooperativas han hecho posible la participación del productor en los beneficios que supone la exportación a mercados con precios más altos. Es cierto que el estancamiento empresarial y las reducidas dimensiones económicas de algunas cooperativas pueden originar un efecto sobre las rentas contrario al deseado al recaer sobre un producto muy limitado todos los gastos de estructura comercial. Este problema tiene solución y así se ha demostrado en múltiples casos con la integración cooperativa. La ubicación de la mayoría de las cooperativas en las zonas rurales añade un nuevo factor social a su actividad. Las cooperativas no se han limitado a servir de entidades comercializadoras de los productos de la zona sino que, a través de ellas, se han introducido en la agricultura española muchas de las nuevas tecnologías y de los modernos métodos de cultivo. Las entidades asociativas han sido el principal instrumento para promover cambios en los sistemas de producción y uno de los más utilizados por las instituciones para aplicar la política agraria. En numerosas comarcas, las cooperativas constituyen el mayor grupo empresarial, tanto por su nivel de facturación como por el empleo absorbido. La propia UE concede esta importancia en sus documentos, considerándolas elementos fundamentales tanto en su política de promoción de la diversificación de la economía de las explotaciones agrarias como en sus intentos para favorecer el desarrollo del mundo rural. Debemos analizar la problemática actual del cooperativismo agrario, generada tanto por el entorno comunitario e internacional, como por el entorno nacional y por problemas internos del sector. La agricultura europea está inmersa en una dinámica de cambios que está exigiendo la adaptación de la producción a los nuevos mercados. La reforma de la P. A. C. ha implicado cambios muy profundos en los comportamientos de los agricultores y de todos los agentes económicos, incluidas las cooperativas; la Ronda Uruguaya del GATT,

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donde está incluida la liberalización del comercio agrícola, supone mayores dificultades para la exportación y más facilidades para la importación de productos de países terceros. La mirada a países como Dinamarca, Bélgica, Holanda, Alemania, Francia o Italia indica que las explotaciones agrarias están más estructuradas y modernizadas y que los productores tienen una mejor formación profesional, a lo que se añade un mayor grado de asociacionismo que les permite optimizar recursos y mejorar la gestión de las explotaciones en la fase de producción, concentrar mayor volumen de productos para comercializar y transformar y, en definitiva, incidir de forma decisiva en la ordenación del mercado. La importancia creciente de fuertes grupos empresariales transnacionales en el comercio y la distribución son otro factor que influye en la actividad de las cooperativas; alrededor de una docena de empresas controlan más de la mitad del comercio minorista en la comunidad. A nivel nacional, la dificultad de competir se ve incrementada por el coste más elevado de la mayoría de los insumos y el peor tratamiento fiscal tanto de los agricultores como de las cooperativas, aunque tiene ventajas respecto a otros modelos de sociedades, en atención a su interés social, si bien el sector agrario español ha sido incapaz de despertar la sensibilidad social hacia sus problemas. Otros sectores con procesos de reconversión similares, e incluso menores, han logrado mayor eco y mayor repercusión en los medios de comunicación. Por otro lado, la falta de coordinación entre legislaciones de las distintas comunidades autónomas dificulta la integración entre cooperativas de distintas regiones, las asociaciones intercooperativas y las actuaciones de colaboración. Internamente el primer problema es el bajo nivel de producción cooperativizada en España en comparación con el resto de países comunitarios; incluso en los casos de mayor implantación, la falta de desarrollo de estrategias conjuntas hace escasa su influencia en el mercado. Una de las características esenciales de las cooperativas agrarias es que los propietarios son a la vez proveedores, por lo que el objetivo fundamental, sin descartar el beneficio empresarial, ha de ser elevar y defender la renta de los agricultores y es por ello que, en las cooperativas, los problemas de la producción repercuten en mayor medida que en cualquier otro modelo de empresa. Es lógico, por lo tanto, que surjan conflictos entre la necesidad de una buena situación empre-

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sarial y la de que los socios, como proveedores, obtengan buenos resultados. Esta característica de socios-proveedores dificulta grandemente la adaptación continua de la oferta a la demanda, ya que hay que dar salida a las producciones de todos los socios y, por tanto, hay que emprender dicha adaptación desde el escalón del productor y no en la fase de adquisición de materia prima como en otras empresas, siendo para ello necesario mentalizar a los socios sobre la necesidad de los cambios en la producción, pues los cambios en el consumo han impuesto una nueva forma de concebir el mercado que exige producir lo que se vende en lugar de vender lo que se produce, por lo que el obstáculo, además de en términos de cantidad, hay que hacerlo extensible a la calidad: la empresa necesita obtener los productos y calidades más demandados en el mercado, pero en el caso de las cooperativas tiene que asumir la producción de sus socios, trasladando nuevamente el esfuerzo a un escalón inferior. En definitiva, la solución radica en la optimización de la gestión de las explotaciones, incidiendo en la fase productiva. Quiero también reseñar, como factores negativos que afectan internamente al cooperativismo, el bajo nivel cultural de la población rural, así como la escasa formación e información, con una mentalidad más reacia a afrontar los cambios que el mercado y la sociedad imprimen; no soslayando que el crecimiento de la agricultura a tiempo parcial y el envejecimiento de la población agraria traen consigo un desinterés del socio por la empresa. Todo ello se traduce en resistencia a la implantación de políticas internas de calidad, a la modernización de las estructuras empresariales, a la profesionalización de la gerencia y la administración y a la definición de estrategias comerciales y de marketing, con el resultado de un atraso más acusado de las cooperativas respecto a otro tipo de empresas. A pesar de que la suma de todas las condiciones expuestas anteriormente no impulsen al optimismo, las situaciones de crisis han supuesto el mejor caldo de cultivo para el surgimiento de cooperativas; por suerte o por desgracia, los momentos difíciles son los que han convencido al agricultor de la necesidad de aunar esfuerzos y el cooperativismo se presenta como solución. Una de las asignaturas pendientes del cooperativismo es la integración y agrupación de cooperativas: el desarrollo de cooperativas de

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segundo grado se está produciendo a ritmo lento, siendo el proceso deseable comenzar en el ámbito autonómico para continuar con el interregional, estatal e internacional, complementando con la constitución de sociedades mercantiles o la adquisición de títulos con capital cooperativo, instrumentos que han empleado las cooperativas europeas para subir escalones en el canal comercial. Las cooperativas deben seguir una estrategia en un doble sentido: hacia el mercado, comunicando con el cliente y el consumidor y, hacia el interior, comunicando con los socios. Hay que pensar que el sentimiento de propiedad del socio hacia su cooperativa es mucho mayor que en otro tipo de sociedades, siendo éste un factor positivo siempre que no se malinterprete, en cuyo caso puede representar un nuevo obstáculo de desarrollo ya que en ocasiones asocia lo propio con lo cercano y se entiende que la proximidad física de la cooperativa con la explotación hace que haya más consciencia de los problemas y necesidades del socio y de ahí que la integración con otras cooperativas cause rechazo porque se interpreta como una pérdida de la influencia en la empresa o incluso porque supone un alejamiento de las instalaciones de la cooperativa del propio productor. Cuestiones como ésta, que entran en el terreno de lo emocional, pueden primar sobre la conveniencia racional de la integración por las exigencias del mercado. El abaratamiento de los costes de producción, las mejores posibilidades de inversión tecnológica, la capacidad de concentración de productos e influencia en el mercado, el aumento de la competitividad y, en definitiva, la mejora de la renta se infravaloran, en ocasiones, en función de otros factores. La apuesta por la cooperación supone, en mayor o menor medida, un sacrificio de lo personal a favor de lo colectivo; aunque al final el beneficio colectivo se traduce también en ventajas individuales. Pero este espíritu no se acaba en la constitución de una cooperativa, sino que debe ir más allá. Cuando su mayor competencia es otra cooperativa que opera en el mismo ámbito, quizá lo mejor es que ambas se unan. Cuando el peso de la cooperativa en el mercado sea reducido, quizá la integración en una estructura superior junto con otras cooperativas le permita aumentar su parcela de influencia. Cuando no pueda acometer determinadas actuaciones porque exigen inversiones despro-

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porcionadas y difícilmente amortizables, quizá los convenios de colaboración con otras entidades con problemas similares le puedan permitir su objetivo. En todos estos casos se repite la premisa inicial: el beneficio colectivo se traduce en ventajas individuales. No debe existir el temor de que la persona pase a segundo término. Al igual que toda cooperativa sabe que su base es la persona; cualquier otra entidad que surja del cooperativismo seguirá valorando ese factor como clave y orientación de su actividad. Indicábamos anteriormente los cambios que se están dando tanto en la producción como en el consumo, por lo que se está exigiendo un traslado de la estrategia empresarial hacia la producción, con la búsqueda de esquemas integrados que permitan adaptar el producto a la demanda y reducir costes. Por ello, la integración cooperativa se convierte en actuación estratégica de primera magnitud. Desde el punto de vista social es poco explicable, ante los principios cooperativos de unidad de esfuerzos, el constatar la existencia, en determinadas zonas, de cooperativas con fines y ámbitos idénticos, de dudosa rentabilidad empresarial por su escasa dimensión y que, además, crean problemas locales de coexistencia, imponiéndose, por lo tanto, una dinámica de fusiones, absorciones y acuerdos de integración que consolidan un tejido empresarial cooperativo con potencial de competencia y de diferenciación en el mercado. La cooperación empresarial sería otra alternativa en la estrategia de las cooperativas agrarias. El dominio de unas capacidades tecnológicas lleva a que las empresas se especialicen en unas determinadas actividades y su campo de acción puede extenderse hacia nuevos mercados en colaboración con otras empresas. La formación de alianzas cooperativas permite el aprovechamiento de tecnología, redes de distribución, contactos y conocimientos de los mercados. El desarrollo de una política de calidad que persiga la estandarización de los productos a fin de asegurar su permanencia en el mercado, el establecimiento de una política de suministros y servicios al cliente que permita la diferenciación del producto y la implantación en la logística de distribución constituyen algunas de las variables periféricas más importantes en la estrategia de la empresa. El cooperativismo, que a nivel de cooperativa local no puede ser sólo un fenómeno económico sino también un fenómeno social y

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una filosofía de vida, a nivel de desarrollo en escala debe seguir la misma línea, y en la misma escala debe aportar soluciones más ambiciosas tanto desde el punto de vista social como económico; por ello, son fáciles de entender las siguientes ventajas que aporta este cooperativismo de segundo grado: 1.° Complementar producciones, eliminando las dificultades creadas por el ámbito local o comarcal en el que se desarrolló cada cooperativa de primer grado. 2.° Concentrar la oferta, conducente a evitar la competencia entre entidades que están formadas por personas homólogas. 3.° Facilitar las relaciones intercooperativas, tanto a nivel social como técnico y económico, realizando un ágil y efectivo trasvase de experiencias en todos los sentidos, que se ha mostrado de gran utilidad. 4.° Facilitar la creación de nuevas cooperativas, aportándoles de entrada toda la experiencia e información obtenidas por las ya existentes y dándoles acceso a los servicios comunes que muchas veces son factor decisivo en su creación y posterior evolución. Así como dimensionarlas desde la perspectiva de la rentabilidad. 5.° Crear servicios que, por su envergadura, son de difícil acceso para entidades aisladas, que les permita mejores condiciones de información y defensa de sus productos. 6.° Planificar conjuntamente estudios y experiencias conducentes a modernizar técnicas y puesta al día de las necesidades que crea el consumo. 7.° Planificar, estudiar y ejecutar inversiones conjuntas con vistas a: aprovisionamiento de materiales y productos, aprovechamiento de subproductos, medios técnicos de utilización conjunta, plantas de transformación de alto nivel tecnológico, etc. Pensamos que cualquiera de las motivaciones expuestas, de forma aislada, justificaría el cooperativismo de segundo grado; todas las enumeradas, que no son limitativas, lo dejan perfectamente definido. Todo lo hasta ahora presentado y planteado puede parecer una utopía, pues siempre es más fácil estructurar teorías que llevarlas a la práctica. Las potencialidades que tienen las cooperativas, sus posiblidades de desarrollo y su importancia económica y social pueden pare-

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cer un puro enunciado si no se respaldan con hechos concretos. En los párrafos anteriores se han expuesto diversos problemas del sector cooperativo, sin eludir carencias en dimensiones y estructuras, e incluso se han planteado alternativas de futuro en varios sentidos, alternativas que ya han sido experimentadas con éxito en muchos casos que, día a día, están corroborando la viabilidad de un proyecto y que se ha entendido por distintas cooperativas de la provincia de Huesca, que han decidido agruparse en una de segundo grado denominada Cooperativa Oscense Agraria (C. O. P. A.) Soc. Coop. Ltda., iniciando en septiembre de 1993 el desarrollo de un proyecto común. Son conocidos los avatares recientes por los que ha pasado el cooperativismo en la provincia de Huesca, que han conducido al cierre de dos cooperativas con volúmenes de ventas importantes, aunque no es el momento más adecuado para analizar las causas que los originaron, sí quiero resaltar el descrédito general y el daño de imagen que ha proporcionado al sector cooperativo provincial. Los años 60 y 70 fueron de gran expansión del asociacionismo en la provincia de Huesca, si bien no todas las cooperativas o agrupaciones de otro tipo (antiguos Grupos Sindicales de Colonización) se formaron con criterios de viabilidad, primando más criterios políticos o personales. Todas las cooperativas se agruparon en UTECO (Unión Territorial de Cooperativas), que inicialmente fue representativa, con derivaciones comerciales posteriores y que en la actualidad sigue "viva", si bien debería haber sido liquidada cuando se constituyó FACA (Federación Aragonesa de Cooperativas Agrarias). La unidad de los años citados se rompió al inicio de la década de los años 80, surgiendo dos cooperativas de segundo grado (C. A. P. y SOCECO), con carácter comercial pero claramente enfrentadas; enfrentamiento que perjudicó a ambas entidades, agravándose la situación con la reforma de la P. A. C. al ser las últimas receptoras de la crisis que generó en las cooperativas socias de las mismas. A principios de los años 90 se llegó a tomar conciencia de lo negativo de los enfrentamientos y se generó un movimiento tendente a la unión provincial, respondiendo positivamente 21 de las cooperativas de primer grado, que directa o indirectamente estaban integradas en las de segundo grado citadas anteriormente, del total de 73 cooperativas censadas en esas fechas. El número total de socios que suponía el

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grupo de 21 entidades era de 8.879 socios (8.852 personas físicas y 27 personas jurídicas), lo que suponía un gran número de empresarios agrarios, implicando una gran incidencia social en la provincia. Tras reuniones mantenidas en la localidad de Panticosa se nombró una Comisión Gestora encargada de diseñar un modelo de integración de las empresas cooperativas agrarias de la provincia de Huesca, con la finalidad de buscar una mayor eficiencia y, por lo tanto, mejores resultados económicos; en dichas reuniones se llegó a la conclusión de proponer la disolución y liquidación de las dos entidades integradoras existentes (C. A. P. y SOCECO) para, posteriormente, onstituir una nueva fórmula que, tratando de eliminar la problemática anterior, diera adecuada respuesta a las necesidades existentes, pasando por la aplicación de un criterio puramente empresarial. Se comenzó por redactar un proyecto de integración con la creación de una sociedad cooperativa de segundo grado, con un estudio técnico y socio-económico previo sobre las entidades posiblemente integrantes, analizando la situción actual y la evolución de los últimos años, recomendando unas propuestas a corto plazo, realizado por la E. U. Politécnica de Huesca (Universidad de Zaragoza y la E. T. S. de Ingenieros Agrónomos de Lérida (U. P. C.), trabajando al mismo tiempo la Comisión Gestora creada en la redacción de los Estatutos y Reglamentos de la Entidad que se quería constituir. A mediados del ario 1992 se constituyó una sociedad cooperativa de segundo grado que no cubrió las expectativas creadas por lo cual, solamente se adhirieron tres cooperativas que fueron las constituyentes y que, debido a desviaciones del plan inicialmente marcado y a la adopción de una dinámica no cooperativa, desanimó al resto de las cooperativas a integrarse y condujo a la solicitud de la baja por las constituyentes. Superados los contratiempos anteriores se continuó en el empeño de conseguir una integración lo más amplia posible y que contase con la confianza y aprobación de todas las cooperativas que la constituyeran, inspirada en los principios generales expuestos anteriormente y, sobre todo, con criterio empresarial y actividad comercial; buscando mayor dimensión y, por ende, mejor eficiencia comercial, planificando mejor las campañas, accediendo a mercados donde las entidades asociativas de primer grado no pueden llegar, buscando la racionalidad y optimización de los recursos humanos y de instalaciones, plantean-

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do la obtención de valores añadidos a los productos mediante posteriores transformaciones y buscar un mayor grado de competitividad empresarial vía de reducción de coste; dejando la puerta abierta para materializar relaciones económicas y comerciales con entidades análogas del entorno territorial limítrofe o relativamente cercano. Pero si importantes son los puntos anteriores, ha habido tres premisas que se consideran prioritarias: —Evitar la competencia entre las entidades asociativas de primer grado, que ha sido uno de los factores fundamentales que incidieron en los fracasos anteriores, respetando cada una su zona de actuación. — Infraestructura mínima para la nueva entidad, aprovechando los recursos humanos de las cooperativas de primer grado. —Asunción de riesgos independientes mediante facturación de proveedores a consumidores personalizada. Una vez aceptadas todas las premisas se procedió a redactar un borrador de Estatutos que fueron aprobados por la Asamblea Constituyente, inscritos posteriormente en el Registro de Cooperativas, dando origen a una asociación de segundo grado formada por nueve cooperativas de primer grado y que, según los balances del año 1991 con los que se confeccionó el proyecto de integración, suman los siguientes valores: 1 953 millones de pts. Inmovilizado 210 Capital Social 668 Fondos de reserva 7 158 Ventas 6 289 Compras 71 Trabajadores fijos 47 Trabajadores eventuales . 4 711 Número de socios 44

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Los datos —considero— se comentan por sí solos, resaltando solamente que, en cuanto al número de socios, representa en estos momentos el 75 % de los que integran las distintas cooperativas de la provincia, lo que le proporciona un marcado carácter social. Finalizar comentando que en estos momentos se está recuperando la ilusión cooperativa en la provincia de Huesca y recuperando la imagen que siempre tuvo. Se han comenzado a realizar compras y

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ventas conjuntamente; son frecuentes las reuniones de trabajo de los gerentes de las cooperativas de base, intercambiando informaciones; se están centralizando, mediante la informatización homogeneizada, los datos estadísticos y de necesidades, etc. A nivel regional se están manteniendo contactos con el sector de las provincias de Teruel y Zaragoza al objeto de llegar a una integración total que redundaría grandemente en beneficio del campo aragonés. Por nuestra parte continuaremos trabajando por el sector cooperativo con toda la ilusión, capacidad y desinterés con que lo hemos venido haciendo.

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Almacenamiento de cereales en la cooperativa

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COOPERATIVA "LOS MONEGROS" DE SARIÑENA José Manuel Lasierra Arceiz Fundada en la década de los 60 con el nombre de Cooperativa "San Antolín", la andadura de nuestra Entidad es un reflejo de las dificultades y vicisitudes por las que ha atravesado el movimiento cooperativo estas tres últimas décadas. Actualmente ocupa el primer lugar del ranking en la provincia de Huesca y uno de los tres primeros de Aragón por: — Cifra de ventas. — Valor añadido. — Solidez financiera. Su área de actuación, un radio aproximado de 17 km. alrededor de Sariñena, comprende una comarca natural regada por los canales del Flumen y Cinca, con un enorme potencial productivo agropecuario. Posiblemente ninguna cooperativa de comercialización en España tenga una base territorial tan prometedora. Ese privilegiado puesto en el ranking al que hacíamos referencia... "sabe a poco". No hemos sabido estar a la altura de la zona; debemos sentirnos un tanto frustrados. El crecimiento, con los típicos "dientes de sierra", ha sido lento pero continuado. Se han realizado inversiones para dar servicio en todo el ámbito de actuación, se han ido incorporando nuevos socios y explorando nuevos campos de actividad. Su estructura de personal es ajustada, la distribución de instalaciones, racional (es más barato transportar albaranes o transmitir datos informáticos que mercancía entre centros de recepción) y su estructura de costes adecuada si se cuenta con un mínimo de cifras de ventas. Gestionada con contabilidad compartimentada por secciones, las actividades fundamentales son:

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—Prestación de servicios de todo tipo (solicitudes PAC, Sección de Crédito...). —Suministro de insumos (abonos, semillas, fitosanitarios, etc....) a los socios, contando con una pequeña seleccionadora de semillas, blending de abonos sólidos y reactor para complejos líquidos. — Recepción, almacenamiento y comercialización de cereales de invierno (trigo, cebada...). —Recepción, secado, almacenamiento y comercialización de: maíz, arroz, girasol, sorgo, colza. —Deshidratación de alfalfa. —Fabricación de piensos. Pueden considerarse cubiertas todas las necesidades básicas de los agricultores y ganaderos socios en la actualidad. No obstante, cualquier cambio de cultivos obligaría a potenciar nuevas actividades. Como puntos fuertes de esa extensa gama, podemos citar: —Suministro de abonos sólidos y líquidos. —Secado de maíz, arroz y girasol. —Deshidratadora de alfalfa. Como asignaturas pendientes: —Fabricación de piensos. —Suministro de fitosanitarios. —Captación de nuevos socios, incrementando la cifra de negocio y disminuyendo costes unitarios. —Elevados costes de financiación. Las posibilidades de expansión son importantes. Nuestra Cooperativa sigue siendo UNA PROMESA MÁS QUE UNA REALIDAD. ¿Cuáles pueden ser las líneas de actuación en un futuro próximo? — Potenciar las actividades actuales más débiles. — Atender nuevas necesidades básicas de los socios. —Incrementar la implantación en su zona de actuación. —Entrar en sectores más rentables y con mayor valor añadido, en colaboración con otras entidades. Es hora de que las cooperativas no sólo realicen los "negocios de pobres" y accedan a procesos de

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industrialización y comercialización, más arriesgados pero más lucrativos. Todo ello presidido por la reducción de costes y el incremento de beneficios. Una cooperativa es una empresa mercantil, no una asociación caritativa. ¿De qué depende ese futuro? Exclusivamente de nosotros mismos, de todos los socios. En una Entidad radicalmente democrática como es una cooperativa, QUERER ES PODER y NO QUERER ES NO PODER. Contando con el espíritu abierto y emprendedor de todos los que formamos la Empresa, la Cooperativa "Los Monegros" no ha hecho sino empezar a andar. Si nos dejamos llevar por el egoísmo individualista y el conservadurismo empresarial, estaremos al final del camino. La elección está en nuestras manos.

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LA EXPLOTACIÓN FAMILIAR. NECESIDAD DE REESTRUCTURACIÓN José Manuel Gómez Gracia 1.—Definición. Hasta ayer podíamos definir la explotación familiar como un patrimonio reducido que mediante el trabajo de los miembros de la familia permitía subsistir a la misma, donde el titular tomaba todas las decisiones y a su fallecimiento se dividía éste, impidiendo en la mayoría de las ocasiones su continuidad. Hoy se intenta definirla como conjunto de medios productivos que permiten el pleno empleo del titular, consiguiendo una empresa viable y una retribución digna por su trabajo. 2.—Reestructuración. Acometer la reestructuración de las explotaciones es necesario y parece ser que todos estamos de acuerdo (agricultores, políticos, técnicos, etc.). Las discrepancias pueden estar en la forma y ¿a costa de quién? Otro punto que debemos reflexionar los agricultores: el objetivo final de la reconversión ¿cuál es? mejorar nuestro nivel de renta o poner en el mercado productos más baratos. Todo el sacrificio que podamos hacer en producir más, mejor y más barato, puede resultar económicamente inútil si no somos capaces de crear un sistema cooperativo y sindical fuerte y eficaz que, con participación responsable de la mayoría de los agricultores, puedan diseñarse estrategias de mercado y de presión social y política que sitúen al agricultor y a las explotaciones en su lugar. Exigir que se reestructuren todos: las empresas de servicios de fertilizantes, agroquímicas, maquinaria, comercialización de productos, etc., también deben hacerlo. No sólo las explotaciones agrarias, como se pretende. Las diferencias entre los precios y márgenes de beneficio existentes entre la producción y el consumo son injustos y exageradamente desproporcionados.

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3.—Reina el descontento; nadie marca pautas y el agricultor que el año pasado se decidió por las hortalizas, piensa que tal vez con la ganadería podría andar mejor, mientras que el ganadero piensa ponerse el traje regional y dedicarse al turismo rural. 4.—No hay capacidad de respuesta ni valoración precisa de la situación. De una crisis que comenzó en el 86, el agricultor empieza a tomar conciencia en el 89, por el desconocimiento y falta de análisis de su propia situación económica. Se reducen las inversiones al mínimo, se reducen los gastos de cultivo, algunos agricultores buscan otras alternativas de producción (hortalizas, sojas, colza, girasol, etc.), con resultados poco satisfactorios, mientras aumentan las matanzas de cerdo —casi desaparecidas— y la siembra de patatas para el consumo familiar, en un intento por solucionar al menos la economía doméstica, ya que por el momento la de las explotaciones parece de difícil solución. 5.—La realidad por la que atraviesan las explotaciones familiares cuestionan su interés y futuro. Superficies reducidas frente a máquinas cada vez más eficaces y capaces de trabajar grandes extensiones de cultivo, imposibles de amortizar en pequeñas explotaciones. Son estos dos elementos (máquinas y superficies) quienes determinan la viabilidad de las explotaciones agrarias, condicionando y limitando las actividades productivas de las mismas. 6.—No pretendemos dar la receta para solucionar sus problemas, cada agricultor deberá descubrir su propia realidad, sus problemas y limitaciones, y luego emprender acciones para lograr sus objetivos; cada explotación es distinta y deber ser tratada de un modo muy particular. Lo que sí vamos a intentar es clarificar conceptos y marcar directrices generales que nos puedan ayudar a plantear la reestructuración de nuestras explotaciones. 7.—Es inútil que sigamos haciendo a mano lo que otros hacen con máquinas. Hay que rendirse al hecho de la mecanización, cada vez más sofisticada, que realiza trabajos de absoluta precisión incluso en horticultura y fruticultura, con el consiguiente aumento de la productividad. 8.—Adaptar las máquinas a la superficie o la superficie a las máquinas. Hasta ahora era la primera cuestión que se practicaba, pensamos que desde ahora debe ser la segunda cuestión la elegida.

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Continuando los razonamientos del punto anterior, pensamos que el agricultor deberá comprar las mejores máquinas del mercado, buscando las superficies de cultivo necesarias para una adecuada rentabilidad mediante una rápida amortización de las máquinas (3 ó 4 años), bien sea mediante arrendamiento o trabajos a terceros, además de las propias. 9.—Dedicarse a un número limitado de actividades o cultivos pensando que: —Dedicarse a demasiados cultivos no permite optimizar ninguno. —Diversificación de riesgos. —Complementariedad del trabajo e ingresos. —Mecanizar lo que nos sea rentable hacerlo. —Posibilidad de hacer trabajos con empresas de servicios o en forma asociativa con otros agricultores cuando la amortización sea dudosa. 10.—Racional aprovechamiento de la mano de obra disponible. El pleno empleo de la mano de obra disponible en actividades rentables puede ser la clave de la viabilidad de la explotación. Hay que tener en cuenta que una explotación familiar dedicada a cultivos tradicionales (maíz, alfalfa, cebada, trigo, etc.), con 20 Has. de superficie, no da más de 600 horas de trabajo productivo; horas que eran abosorbidas a principios de los años 60 por 3 Has. de maíz. 11.—La clave de la viabilidad está en saber conjugar y armonizar la superficie, la mecanización y la mano de obra. 12.—Las explotaciones ganaderas. Aunque serán tratadas más adelante por separado, hemos de decir que éstas generalmente absorben sobradamente la mano de obra y que la remuneración resultante de la hora trabajada suele ser inferior que en las actividades agrarias. 13.—Es interesante que trabajen dos personas como mínimo por explotación, e imprescindible cuando haya actividad ganadera. Ello permite un trabajo más racional y más humanizado. 14.—Arrendamientos justos y proporcionales con la rentabilidad de la tierra favorecerían el que las explotaciones alcanzasen la superficie óptima. Las primas de abandono marcan niveles de arrendamiento alto.

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15.—En cultivos extensivos de regadío, arrendar campos pequeños (de 1 Ha.) dispersos o muy parceládos puede ser una pérdida de tiempo que nos impedirá obtener una rentabilidad. Regar por demasiadas compuertas dificulta la planificación del trabajo: se invierten muchas más horas en regar. Crear áreas de producción lo más concentradas posible. 16.—Hay que estar abierto a todo tipo de iniciativas comunes que puedan mejorar la infraestructura de regadíos, desagües, caminos, concentración parcelaria, etc. 17.—Pensamos que la agricultura a tiempo parcial, que ejercen cada día más personas, trabajando sus tierras los fines de semana o dándolas a trabajar a medias, supone una cierta competencia desleal; se nos atribuyen unas rentas agrarias que no percibimos y paradójicamente estas personas suelen estar exentas de la tasa de corresponsabilidad, lo que a los agricultores de plena dedicación se nos suele negar. Este colectivo de personas, junto al de agricultores mayores, suelen ejercer oposiciones a la hora de realizar acciones comunes expuestas en el punto anterior. 18.—Estamos integrados en un sistema económico cuyo funcionamiento es similar al de una noria: hay actividades económicas cuyo ciclo de producción es de pocos días, que suelen ser los más rentables y que permiten evaluar resultados y tomar decisiones con rapidez. En la mayor parte de las actividades agrarias el ciclo de producción es casi de un año y, por si fuera poco, llega con escasos beneficios o incluso pérdidas. Acortar estos ciclos de producción es difícil, e imposible violar las leyes de la naturaleza, pero es muy importante tener conciencia de ello a la hora de tomar decisiones o de cambiar de planteamientos, pues las equivocaciones en este sentido se pagan muy caras. 19.—Utilizar siempre criterios económicamente razonables persiguiendo objetivos de calidad-productividad, eficiencia. Eliminar procesos improductivos tanto en las inversiones como en los ciclos de producción. Evitar endeudamientos excesivos es algo que el agricultor debiera practicar más, buscando las fuentes de financiación más adecuadas. 20.—Adquirir conocimientos en contabilidad y gestión de las explotaciones agrarias, y buscar buenos cauces de información y ase-

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soramiento es imprescindible si queremos conseguir la viabilidad de nuestras explotaciones estableciendo un sistema contable que, partiendo de una clara diferenciación entre la economía familiar y de la explotación, previa asignación de un sueldo, nos permita controlar la rentabilidad y aprovechamiento de cada máquina, así como las horas de trabajo productivo empleadas en cada actividad. Esto, unido a otros ratios derivados del análisis contable, nos mostrará claramente los puntos débiles de nuestra explotación; imprescindible punto de partida para acometer la reestructuración de la misma. 21.—Un factor decisivo en la rentabilidad de las explotaciones es el precio de los productos, determinado por una teórica economía de libre mercado, condicionada por las decisiones políticas y el poder de las multinacionales, que realizan importaciones y exportaciones, intercambios comerciales y pactos con otros países, subvenciones, etc., tomando en consideración intereses que en la mayoría de las ocasiones no favorecen a las explotaciones agrarias, viéndose impotente el agricultor y sus asociaciones, tanto sindicales como cooperativas, ante tal situación. 22.—Concluyendo podemos decir que la viabilidad de las explotaciones agrarias depende: a) De la profesionalidad del agricultor. b) De su capacidad de trabajo e iniciativa para desarrollar el asociacionismo agrario; que le facilite la funcionalidad de su explotación, adquiera un buen peso específico en el mercado y ejerza una reivindicación política y social. c) De las medidas políticas que se adopten tras conocer la realidad de las explotaciones y fijando objetivos atendiendo las necesidades socioeconómicas de una agricultura de futuro. La solución del problema agrario ha de pasar por unas medidas políticas, creando un marco adecuado de reestructuración del sector, y los profesionales puedan desarrollar su actividad sin excesivas limitaciones, a la vez que se incentivan nuevas profesiones rurales (turismo, industrias agroalimentarias, etc.) al objeto de mantener la población rural y descartando la pluriactividad del agricultor, que lo desprofesionaliza y, en el mejor de los casos, sólo se conseguirá continuar subsistiendo.

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OCHO MEDIDAS URGENTES 1.° Acceso de los jóvenes a la titularidad de la explotación. a) Exención de impuestos en las transmisiones patrimoniales hasta 15 millones de ptas. del valor patrimonial; a partir de ahí, el pago deberá ser en función del incremento del mismo. En caso de abandonar la actividad agraria, deberá abonar el impuesto correspondiente y actualizado. b) Aplicación urgente del Decreto 1887, con dotación de presupuesto y pago rápido. c) Exenciones fiscales durante los 5 primeros años de las instalación del joven. 2.° Pensión compensatoria a jubilados que carezcan de patrimonio por haberlo cedido a sus hijos y no perciban renta de otro tipo. Dicha pensión, en cada caso, deberá ser la diferencia entre el salario mínimo y la jubilación, más otras rentas percibidas. 3.° Jubilación anticipada a los 55 años en todas las zonas y siguiendo los criterios de los dos puntos anteriores. 4.° Indemnizaciones para los que deban abandonar la actividad agraria y trasladarse a la ciudad o a otras poblaciones por necesidad del nuevo trabajo. Formación gratuita para el reciclaje profesional. 5.° Subvencionar a empresas, cooperativas, iniciativas privadas, etc., locales y comarcales que estén dispuestas a absorber mano de obra procedente de la agricultura, principalmente femenina. Incentivar profesiones rurales apoyando a los centros de formación profesional rurales. 6.° Protección al agricultor profesional; la agricultura a tiempo parcial lo sitúa al profesional en desventaja, le impide la extensificación de su explotación y el desarrollo de actividades colectivas. Para ello, es necesario: a) Definir quién es agricultor profesional. b) Censo actualizado de agricultores profesionales. c) Que las subvenciones sólo vayan a los agricultores profesionales.

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d) No poner limitaciones que impidan la viabilidad de las explotaciones. e) Crear la Unidad Mínima Viable (UMV) y la Unidad Máxima Subvencionable (UMS) que deberán estar exentas de tasas fiscales. f) Perfilar el tipo de explotación por comarca, en cuanto a estructura, dimensiones, producciones, mecanización, etc. g) Crear un sistema de licencia de producción en función de la UMV y UMS, estableciendo baremos por el número de personas que trabajan en la explotación. h) Favorecer el rendimiento de las explotaciones, hasta conseguir el equilibrio entre máquinas, superficie y mano de obra. 7.° Crear un sistema de control del fraude, pues al aplicar estas medidas en las que el agricultor profesional es el único beneficiado de ayudas y subvenciones, es muy probable que crezca el número de agricultores ficticios (estudiantes, amas de casa, personal no laboral, etc.). 8.° Es necesario que el agricultor tenga una seguridad social adecuada y que se puedan evitar los posibles fraudes de aquellos que quieran aprovecharse de la situación del agricultor sin serlo realmente.

Explotación familiar de vacuno

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CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO DE LAS EXPLOTACIONES FAMILIARES AGRARIAS Manuel M.a Vallés Ortiz Deseo, en primer lugar, agradecer la amable invitación efectuada por CETA "MONEGROS" para participar, y hacerlo activamente, en estas Primeras Jornadas Agrarias. Tanto a la Organización Profesional Agraria ASAJA —que aquí represento—, como a mí personalmente, nos brindan la posibilidad de exponer nuestra opinión, y esto es siempre de agradecer. Ojalá que después de esta tarde, tras la exposición de todos los ponentes y el coloquio pcisterior, tengamos algo más de luz sobre el tema que nos convoca, y ojalá, también, que iniciativas como ésta sigan proliferando en nuestra provincia para mejora y aprovechamiento del sector agrario y de sus sufridos integrantes. Y dicho lo que antecede, a modo de preámbulo necesario, me gustaría iniciar directamente mi exposición sobre el tema de las EXPLOTACIONES FAMILIARES AGRARIAS. Los últimos años vividos han sido pródigos en una serie de acontecimientos verdaderamente extraordinarios. Estos hechos acaecidos, de muy diferente naturaleza, en diferentes lugares del mundo, han afectado directa o indirectamente, en mayor o menor medida, al desarrollo, situación actual y previsiones de futuro del SECTOR AGRARIO. Una breve, casi telegráfica, enumeración de los mismos podría ser la siguiente: • La caída del Muro de Berlín y la unificación alemana, que contribuyeron a la creación de una nueva Europa y que drenaron numerosos recursos de la República Federal (antes orientados a la C. E. E.) a su propio país en el lado más débil (República Democrática). • La apertura de los países del Este de Europa a la econo-

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mía de mercado, que obligó a iniciar con ellos unas relaciones comerciales en las que los intercambios de productos primarios eran fundamentales. • La más que posible ampliación de la Comunidad Europea en dirección a países nórdicos y centroeuropeos de economías consolidadas y elevado nivel de vida. Las conversaciones con Suecia, Noruega, Finlandia y Austria, que tienen todos los visos de acabar bien, introducen nuevas exigencias económicas y de calidad en el conjunto de los países de la C. E. E. y vuelven a bascular al norte su centro de gravedad, perdiendo con ello importancia los países mediterráneos y su agricultura. • Las diferentes situaciones bélicas o prebélicas, desatadas o latentes, que drenan recursos y energías en direcciones poco constructivas y que contribuyen a mantener un clima de falta de entendimiento entre diferentes países. • Las conversaciones del G. A. T. T. y sus propuestas para la finalización de la Ronda Uruguay, que influirán —de llevarse a cabo (cosa que nadie duda)— negativamente en el sector agrario español y en el conjunto de los intercambios comerciales agrarios de la C. E. E. • La situación de las materias primas agrícolas en el mundo, en muy pocas manos y con claras perspectivas monopolistas bajo una apariencia liberadora arancelaria. • La difícil situación económica mundial, que no tiene en estos momentos a EE. UU. en su mejor momento y que ha perdido a Alemania en su calidad de locomotora, con una incruenta guerra monetaria de tipos de interés que está afectando profundamente a la estabilidad del sistema monetario y a la paridad de muchas de sus monedas. • Las dificultades financieras y presupuestarias de la Comunidad Europea, fundamentalmente derivadas de la P. A. C., que quieren resolver, rápida y definitivamente, muchos de sus países miembros.

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• El Tratado de MAASTRICHT y la necesaria consolidación de la Unión Europea, que intenta recomponer el camino, bastante desvaído actualmente, que se inició con el Tratado de Roma. • La Reforma de la Política Agraria Común, que de un modo concreto gravita en la actuación y perspectivas de los agricultores y ganaderos europeos y que no cuenta con un horizonte estable de promesas. Esto que ahora he señalado, y un largo etcétera más, han sido y están siendo elementos para una profunda reflexión. Por ello, me ha parecido necesario remarcarlos, para situar en su contexto, nacional e internacional, la preocupación por la evolución y el futuro de nuestras EXPLOTACIONES FAMILIARES AGRARIAS y, en suma, de nuestra profesión. En el marco descrito, y tras un largo viaje de visitas y estudio en diversas cooperativas agrarias del sur de Francia organizado por la Diputación Provincial de Huesca, nuestra Asociación Empresarial Agropecuaria (A. E. A. - A. S. A. J. A.), elaboró en octubre de 1990 un extenso documento sobre la situación de las EXPLOTACIONES FAMILIARES AGRARIAS y el COOPERATIVISMO en nuestra provincia, que me gustaría ahora recordar. En aquellos momentos, en que buena parte de los condicionantes económicos, sociales, incluso geoestratégicos enunciados, estaban en plena ebullición, nos pareció oportuno y necesario reflexionar sobre ese tema. Hoy, al releer nuestro diagnóstico de entonces, nos parece que responde exacta y claramente a la situación y evolución del sector agrario y de nuestras explotaciones en los últimos años. Los condicionantes específicos y particulares de nuestra provincia y de nuestro mundo rural, que definían unas características propias de nuestro sector agrario, eran, a nuestro juicio, las siguientes: • La población agraria es, en general, una población envejecida, poco preparada cultural y profesionalmente, con escasa ductilidad y escasamente proclive a emprender acciones decisivas que supongan asumir riesgos.

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• Se trata de una población a la que el presente que vive y el futuro que adivina ha colocado en una tesitura de desánimo no exenta de amargura que le lleva, casi siempre, a la inacción. Han comprobado que su proyecto vital (poder vivir trabajando sus tierras) cada vez se hace más difícil de cumplir y experimentan además la frustración de no poder solventar el porvenir de sus hijos (ya que ven cada día más difícil la posibilidad de vivir dignamente en ese sector). • Las explotaciones agrícolas familiares, o tienen una dimensión insuficiente, o una productividad escasa para generar recursos con que vivir, dado el descenso de los precios agrícolas, o bien no quieren o no pueden enfrentarse a los nuevos retos que significan cambiar las producciones tradicionales e incorporarse a los modernos métodos de cultivo y de gestión. La población agraria ha tenido en el secano excesivo tiempo • libre que no ha ocupado con trabajos alternativos relacionados con sus tierras. Y así, la dedicación ganadera, que pudiera significar en muchas ocasiones un complemento adecuado para los ingresos familiares, no ha estado extendida con la generalidad que hubiera sido deseable. • La producción agraria ha tenido como objetivo, casi exclusivo hasta ahora en nuestra tierra, alcanzar el máximo rendimiento en Kg./Ha. y ha olvidado conceptos tan elementales como productividad, eficiencia económica y rentabilidad. No hemos sabido restringir gastos, ni eliminar procesos de producción inadecuados, ni ponernos de acuerdo para evitar el maquinismo excesivo (a todas luces desproporcionado), ni alterar la rutina de hacer siempre lo mismo, como lo hicieran nuestros antepasados. Pero sobre todo hemos ignorado, un poco todos los protagonistas del sector primario, que hoy en día hay que producir para el mercado, que se vende mejor lo que tiene mayor demanda y que quien incorpora mayor valor añadido al producto que comercializa obtiene normalmente una mejor ren= tabilidad diferencial. • Por ello, determinadas tierras potencialmente feraces han sido infrautilizadas al ser dedicadas a producciones tradicio-

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nales, evitando asumir el riesgo y las preocupaciones de intentar nuevos productos y localizar más y mejores mercados. • Los agricultores y los ganaderos han sido también, en muchas ocasiones, injustamente tratados, reservando para ellos la sociedad uno de sus últimos lugares, aquilatando al máximo la consideración que se les debía, despreocupándose porque tuvieran un vivir digno, en un lugar digno, con unos servicios dignos. • Olvidada ya la perentoria necesidad de productos alimenticios básicos, cuya satisfacción se pidió al campo en condiciones difíciles (y que contribuyó a la roturación de tierras potencialmente poco aptas), hoy se exigen productos más elaborados, fabricados por una floreciente industria agroalimentaria en la cual, desgraciadamente, ni las cooperativas agrícolas ni otras entidades asociativas del sector estamos muy presentes. • Pero tampoco sería objetivo ignorar que ha sido muchas veces nuestra independencia proverbial, nuestra escasa tendencia al asociacionismo y a la colaboración en común, la que ha posibilitado la escasa entidad representativa de un sector y de unos sindicatos y la no participación de los agricultores y ganaderos en los foros de decisión de aquellas cuestiones básicas que han afectado profundamente a nuestra profesión. En mi opinión, estas connotaciones siguen estando vigentes para reflexionar sobre ellas y tratar de construir un nuevo futuro. Sin embargo, la exposición se quedaría un poco coja si no señalara la existencia de un factor decisivo que está motivando innumerables quebraderos de cabeza: LA INCERTIDUMBRE. El agricultor no estaba acostumbrado a trabajar con esta variable. Él, en su quehacer, sabía con mucho tiempo las cosas y mantenía una regularidad —no exenta de rutina— que hacía aparecer como inalterable su actividad. Ha debido, pues, incorporar este factor a sus decisiones y ha debido incorporarlo después de valorarlo adecuadamente, porque la incertidumbre genera RIESGO y demanda, en consecuencia, estudio de las decisiones y valoración de sus consecuencias.

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Estamos, por tanto, en presencia de un factor, la incertidumbre, típicamente empresarial, que está contribuyendo seria y definitivamente a introducir en el sector agrario el modo de gestión normal y habitual en otros sectores de la actividad productiva. Y esto, en su conjunto, es bueno. No quiero de momento extenderme más. De lo dicho, de los problemas existentes, deberíamos extraer las conclusiones más adecuadas. Y éstas, al menos a título de enunciado, pasarían,bajo mi punto de vista, por los siguientes aspectos: 1) NECESIDAD, por parte de los agricultores y de las explotaciones familiares agrarias, de una BUENA FORMACIÓN e INFORMACIÓN. Conocer y participar en el sistema existente y la afiliación a una organización profesional agraria. 2) CONVENCIMIENTO DE QUE ES POSIBLE ACTUALMENTE VIVIR DE LA AGRICULTURA Y GANADERÍA. Significa que debemos huir del pesimismo estéril que todo lo ve negro y aplicarnos decididamente y con imaginación a nuestro trabajo. Y si, razonablemente, no es rentable nuestra explotación familiar agraria, buscar rápidamente soluciones alternativas y/o complementarias. 3) INTENTAR NUEVAS FÓRMULAS DE PRODUCCIÓN Y/0 NUEVOS CULTIVOS QUE PERMITAN AHORRAR TIEMPO Y DINERO. 4) PRODUCIR PRODUCTOS PARA EL MERCADO Y CONTAR CON CANALES DE COMERCIALIZACIÓN ADECUADOS. Importancia decisiva de las cooperativas agrarias y necesidad de reorientación profesional al mercado y al valor añadido. Es verdad que se debe vender lo que se produce, pero es más razonable, y sin duda más eficaz, producir lo que sabemos se puede vender mejor. 5) DEBIERA EXISTIR UNA MAYOR Y MEJOR INTEGRACIÓN ENTRE AGRICULTURA Y GANADERÍA EN LAS EXPLOTACIONES AGRARIAS.

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No sólo como actividades complementarias, sino como un modo eficaz de aprovechar al máximo la capacidad de trabajo existente. 6) CONCEDER LA IMPORTANCIA QUE TIENE (y es mucha ahora) A LA GESTIÓN ECONÓMICO-FINANCIERA DE LA EXPLOTACIÓN AGRARIA. 7) MAYOR PARTICIPACIÓN DE NUESTRAS EXPLOTACIONES AGRARIAS EN LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA. Actuación vinculada necesariamente, en la mayoría de los casos, a unas cooperativas modernas y eficaces. 8) INCREMENTAR NUESTRA UNIÓN Y NUESTRO PODER DE CONVOCATORIA POTENCIANDO LA EXISTENCIA Y LA ACTUACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES PROFESIONALES AGRARIAS. Son nuestras y debemos ayudarles para que cumplan su misión. Sin ellas, aunque nos cueste reconocerlo, hubiéramos conseguido muchas menos cosas.

Explotación cerealista de los Monegros

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EL PAPEL DE LA EXPLOTACIÓN FAMILIAR AGRARIA EN EL MEDIO RURAL Salvador Gros Gracia En la agricultura española, el modelo basado en la explotación familiar agraria tiene un tremendo peso, entendiendo por explotación familiar aquella en la que el titular ejerce directamente las labores de la explotación y cuenta con la colaboración significativa en los trabajos del cónyuge o de otros miembros de la familia, sin una participación importante de la mano de obra ajena. Para ilustrar la importancia y la problemática de la explotación familiar agraria, podemos ver a continuación algunos datos (ver cuadros): • Un 98'6 % de las explotaciones agrupan un 47'1 % de la superficie, mientras el 1'4 % restante tiene en su poder el 52'9 % de la superficie total. • Si excluimos las grandes explotaciones, la superficie media es de tan sólo 8'9 Has. • La aportación de la mano de obra familiar en las explotaciones españolas alcanza un 75'9 %, frente a un 8'4 % de asalariados fijos y un 15'7 % de asalariados eventuales. • Sólo el 10'2 % de los titulares de explotaciones agrarias tienen menos de 40 años y un 34'2 % tiene más de 60 años. • La renta agraria en 1992 se sitúa al 50 % de la renta media nacional. Los datos expuestos reflejan la realidad de un medio rural envejecido, con bajos niveles de rentas, deficiente formación y, en general, un bajo nivel de calidad de vida. Las profundas diferencias entre la población agraria y el resto debieran ser motivo suficiente, en una sociedad que se tilda a sí misma de "moderna y solidaria", para poner todos los medios posibles para reducirlas. Más allá de razones de solidaridad o de cohesión social, el papel protagonista de la explotación familiar agraria en la gestión 116

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y ordenación del medio rural obliga a un tratamiento diferenciado respecto a otras explotaciones que no tienen un vínculo tan estrecho con el medio: grandes explotaciones, absentistas, especuladores, etc. A medida que se ha ido extendiendo en los últimos años, en la sociedad en general, una mayor preocupación hacia los temas medioambientales, se ha sido más consciente de la unión ineludible entre Medio Rural, Agricultura y Medio Ambiente. En la mayor parte de los casos, esta toma de conciencia se ha centrado en acusaciones hacia una agricultura agresiva hacia el medio ambiente por la intensificación y el incremento de la utilización de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes. Sin embargo, se está comenzando a reconocer que las explotaciones familiares han sido por lo general más respetuosas en la gestión de sus recursos y que cualquier iniciativa relacionada con la conservación de la naturaleza en el medio rural: lucha contra incendios, reforestación, lucha contra la erosión, labores de mantenimiento, etc., necesita de la participación activa de las familias del campo. Este cambio de orientación requiere un proceso de adaptación y de concienciación por todas las partes, que están llamadas a entenderse en favor del interés general.

LA EXPLOTACIÓN FAMILIAR AGRARIA EN EL MARCO DE LA POLÍTICA AGRARIA COMUNITARIA Y NACIONAL La nueva Política Agraria Común (P. A. C.) impone una serie de restricciones a la producción alegando problemas de excedentes y compromisos adquiridos con terceros países, cuestiones éstas que quedan fuera de los márgenes de actuación de las explotaciones agrarias y mucho más de las explotaciones familiares. Aunque se ha tenido en cuenta una cierta diferenciación (las pequeñas explotaciones no están obligadas a abandonar superficies), tras dos años de aplicación se ha demostrado que las explotaciones familiares han salido claramente perjudicadas frente a las grandes explotaciones, que han acaparado las ayudas, reduciendo gastos en mano de obra y otros consumos y ejerciendo en buena medida de especuladores. En cuanto a la política nacional, parece detectarse un cierto cambio de mentalidad que se plasma en la llamada Ley de Modernización de las Estructuras Agrarias, de próxima aprobación.

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Desde Jóvenes Agricultores apoyamos los objetivos marcados y esperamos, con ilusión y espíritu de colaboración, que se concrete en aspectos concretos. La mencionada Ley de Modernización tiene por objetivos lograr explotaciones de dimensiones más adecuadas, favorecer la instalación de agricultores jóvenes, fomentar el asociacionismo y la cualificación profesional de los titulares de explotaciones agrarias. Para la consecución de estos fines, propone ayudas a planes de mejora, beneficios fiscales, reducciones en los impuestos de transmisiones patrimoniales, exención de impuestos para las permutas voluntarias y para las transmisiones hacia agricultores jóvenes y modificaciones en la Ley de Arrendamientos Rústicos y en la Ley de Reforma y Desarrollo Agrario, disposiciones para evitar la división de las fincas, etc. Las explotaciones familiares se consideran prioritarias para acceder a las ayudas y beneficios fiscales, siempre que tengan una dimensión mínima y el titular sea agricultor a título principal. De confirmarse todo esto, puede suponer exenciones de impuestos de transmisiones de padres a hijos, posibilidades de aumentar las explotaciones con menos gastos, ayudas para inversiones, etc.; en la práctica, habrá que esperar a la redacción definitiva de la Ley y, lo que es más importante, a la voluntad política y presupuestaria de las Administraciones para desarrollarla en condiciones satisfactorias.

CONCLUSIONES El modelo español de agricultura está basado en la explotación familiar agraria, por lo que las políticas agrarias deben ir encaminadas, con carácter prioritario, a mantener y reforzar las condiciones de competitividad de estas explotaciones y de los profesionales cuyos ingresos dependen fundamentalmente del sector. Debe favorecerse el mantenimiento de la población en el medio rural, acudiendo, si es necesario y viable, al concurso de otras actividades económicas, sobre todo en el sector forestal. Respecto al agroturismo, la aplicación queda restringida a zonas muy determinadas de las áreas rurales por lo que no puede valorarse como una herramienta útil para frenar la crisis del medio rural a nivel general.

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La población rural, y las explotaciones agrícolas familiares en particular, deben jugar un papel protagonista en el ámbito de la conservación y mejora del medio ambiente bajo el principio de la remuneración de las actividades medioambientales y de la compensación a la población rural de las mermas productivas o de ingresos que puedan derivarse de las limitaciones impuestas por este motivo. La nueva Ley de Modernización Agraria responde a la necesidad de apoyar a la explotación familiar agraria, que queda en mala situación en el marco de las políticas agrarias internacionales (P. A. C., G. A. T. T.). Respecto a sus contenidos, Jóvenes Agricultores coincide en los objetivos propuestos aunque considera que existe poca claridad en la definición de los beneficiarios y de las ayudas y beneficiarios fiscales a percibir, y que en todo caso el éxito de su aplicación dependerá de las partidas presupuestarias que se comprometen y de la voluntad de las distintas Administraciones para llevarlas a cabo.

PRODUCTO INTERIOR BRUTO AL COSTE DE LOS FACTORES POR OCUPADO (Millones de pesetas de 1970) Rama Agraria (2)

(2) / (1) %

Años

Media Nacional (1)

1982

2.387.209

781.105

32 '72

1983

2.448.607

827.120

33 '78

1984

2.566.266

934.622

36 '42

1985

2.650.327

982.417

37 '07

1986

2.686.639

1.040.625

38 '73

1987

2.705.705

1.184.792

43 '79

1988

2.749.678

1.249.219

45 '43

1989

2.765.629

1.235.897

44 '69

1990

2.807.313

1.366.615

48 '68

1991

2.858.733

1.467.834

51 '35

1992

3.017.980

1.597.333

52 '93

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NUESTRO FUTURO • LA MUJER EN EL MEDIO RURAL • LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN • PLANTEAMIENTOS DE DESARROLLO RURAL

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ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE LA MUJER RURAL EN LA PROVINCIA DE HUESCA Nuria Gil Gil Este breve análisis se desprende de un estudio bastante más amplio que fue realizado en 1992 acerca de la problemática de la mujer que vive en el medio rural de la provincia de Huesca. A través de información de tipo estadístico, entrevistas y cuestionarios, junto a una extensa bibliografía, hemos podido conocer más a fondo las características y la situación del sector femenino, inmerso, cómo no, en las profundas transformaciones que están afectando actualmente al medio rural aragonés y que no distan mucho de las producidas en otras zonas rurales españolas. A partir de ahí nos atrevemos a señalar unas posibles vías de actuación, con el fin de evitar una despoblación mayor y dejar de ser "ciudadanas de segunda" en muchos casos, especialmente en los pequeños núcleos del Pirineo, Prepirineo y zonas llanas. Hasta hace no muchas décadas, la actividad agropecuaria era el centro en torno al que se desarrollaba la socidad rural. La mujer colaboraba en las tareas que tenía asignadas, que variaban dependiendo de las zonas. Actualmente, las profundas transformaciones del medio rural han causado en la mujer una pérdida de importancia funcional dentro de la economía de autoconsumo familiar. Una característica importante es la falta de consideración social de la mujer rural, siendo el ámbito doméstico el que reclama su mayor dedicación y constituye en muchos casos un obstáculo para su incorporación a la vida laboral activa, o incluso para su formación y su integración social. La migración selectiva femenina, que afecta a las más jóvenes, ha originado graves repercusiones sociales, como son el descenso de la natalidad, el envejecimiento de la población y la masculinización de la juventud.

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La población rural femenina está influenciada por la dinámica general de estas áreas, que han estado sometidas a una fuerte despoblación, durante las últimas décadas de este siglo, generada por el éxodo rural. La natalidad también ha ido disminuyendo, con lo que el crecimiento vegetativo es negativo en casi todos los núcleos oscenses, a excepción de la capital y las ciudades (Barbastro, Monzón, Jaca, Fraga...). Mientras en la sociedad española la presencia de la mujer cada vez crece más (traspasando esa barrera que tradicionalmente la había relegado al ámbito doméstico), la mujer del medio rural todavía sigue estando marginada en muchos aspectos, como veremos a continuación. Respecto a la estructura biológica, existe un fuerte envejecimiento de la población rural, y todavía más de la mujer, debido a dos causas: la emigración de las jóvenes, en busca de una mejor forma y calidad de vida, y la mayor esperanza de vida de la mujer sobre el hombre. Por otro lado, especialmente en Sobrarbe y Ribagorza, las tasas de masculinidad son bastante elevadas, produciéndose una masculinización de los núcleos que genera una gran problemática social y económica: prácticamente no se producen matrimonios, está cayendo en picado la natalidad y, por ello, en pocos años no habrá un relevo generacional para estos pueblos. Los servicios disminuyen respondiendo a una menor demanda poblacional y se van abandonando poco a poco los campos y las actividades tradicionales sin que haya hijos que las continúen. En este marco, encontramos a una mujer aislada y sola, con muy pocas posibilidades de comunicación con su entorno. Si profundizamos en el nivel educativo, actualmente no se dan diferencias en cuanto al acceso a los distintos niveles de estudios, pero en la mujer adulta existe una gran falta de preparación cultural y profesional debido a las dificultades de tipo socioeconómico que se daban en épocas pasadas. La mayoría de las mujeres afirman que desearían saber más y haber podido estudiar más tiempo, y son conscientes de que la preparación es necesaria hoy en día para participar en el entramado sociolaboral. Por eso, afirman que son las primeras que animan o han animado a sus hijas para que estudien lo máximo que puedan, y no les ha importado sacrificarse un poco para que tuvieran una buena formación. En cuanto a la composición socioprofesional, las tasas de actividad de la mujer rural son muy bajas debido a varios factores. La

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Algunos oficios desarrollados por la mujer en el medio rural

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ausencia de puestos de trabajo remunerados, la falta de preparación y, muchas veces, escasez de tiempo en aquellas zonas donde trabajan más horas en la explotación familiar son los principales. En el resto de las comarcas, cada vez ayudan menos en el campo, debido a la mecanización actual. En Litera, Bajo Cinca y Barbastro-Monzón lo hacen en época de recolección de los frutos, ya que es una tarea que requiere bastante mano de obra. Los sectores que ocupan mayor porcentaje de mujeres activas son el de servicios para La Hoya de Huesca (Administración) y en las tres del Pirineo (Turismo); en el resto existe además bastante número de mujeres que trabajan en la industria de transformación (Bajo Cinca) o textil (Barbastro-Monzón). Respecto a la participación social de la mujer del medio rural en Huesca, no existen demasiados datos al respecto, pero analizando las asociaciones existentes, podemos hacernos una idea de la situación. En Aragón, el asociacionismo es bastante bajo, predominando la presencia de hombres sobre la de mujeres. En el medio rural predominan las de tipo agrario, y hay que destacar que la mujer prácticamente es inexistente, a no ser que sea titular de la explotación por viudedad. No obstante, en los últimos años se ha producido un gran aumento de asociaciones específicamente femeninas (de amas de casa, de viudas, de consumidores, culturales...). La distribución de las mismas se encuentra polarizada en las ciudades y en las comarcas del llano oscense. En la montaña y somontanos hay muy pocas. Las causas pueden ser varias: menor disponibilidad para viajar, núcleos más pequeños y mujeres más envejecidas. Aquellas mujeres que pertenecen o participan en asociaciones o actividades recreativas y culturales suelen mostrarse muy contentas con ellas, ya que les permite relacionarse con otra gente fuera del entorno familiar, aprenden cosas nuevas y les ayuda en su propio crecimiento personal. El espacio de la asociación es uno de los lugares donde se puede ir creando una dinámica de desarrollo rural, que puede convertirse en una instancia crítica que llegue a dinamizar en la propia comunidad y sus participantes, en este caso mujeres, se implican y se sienten representadas. Este hecho se ha comprobado en aquellos municipios donde existe un movimiento de este tipo.

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Desarrollar y hacer que prospere el estado actual de las mujeres del mundo rural oscense y, en definitiva, de toda la Comunidad Autónoma es una labor necesaria en nuestra provincia, porque ya hemos visto las características generales de su situación, y constituye un problema bastante grave para el campo aragonés, siempre con diferencias entre comarcas, o dependiendo del tamaño de los núcleos. La propuesta de actuciones en ese sentido se concentraría en la puesta en marcha de cinco objetivos que son fundamentales: 1. Elevar las rentas: la mujer rural posee un menor poder adquisitivo, hecho que se deriva de una serie de circunstancias, como son el alto grado de dependencia del marido o del núcleo familiar en general; las bajas tasas de actividad laboral femenina que se producen en los núcleos rurales, como ya hemos dicho anteriormente, por prejuicios, demasiadas responsabilidades familiares, entre otras; inseguridad ante los ingresos de los productos agrícolas (climatología, abaratamiento progresivo de la cosecha, mantenimiento a base de subvenciones, etc.) y la menor oferta de puestos de trabajo para mujeres. Por ello, es necesario en primer lugar el conocimiento previo de la situación de cada zona, comarca, etc., y pasar a la acción. Hay que fomentar el empleo femenino, apoyando cualquier actividad empresarial y cooperativa, dando a conocer las medidas de fomento al empleo, y crear los medios necesarios para que la actividad laboral sea compatible con la maternidad/paternidad. Un aspecto muy importante es el de la formación de aquella mujer que tenga problemas para incorporarse a la vida laboral de su entorno: deberá fomentarse la formación laboral que responda a las nuevas necesidades del sistema productivo que se pretenda desarrollar en cada área. 2. Conseguir una mayor y mejor formación: ya que el sistema educativo es uno de los mejores sistemas para corregir las desigualdades sociales, debe usarse en el medio rural para: —Garantizar en los niños una igualdad de oportunidades en el acceso a todas las formas de enseñanza y a todos los tipos de formación. —Conseguir que las mujeres adultas tengan acceso a la educación y formación necesaria para poder acceder al mercado de trabajo o simplemente para su propio desarrollo personal, ya que existe un gran porcentaje que no tuvieron oportunidad de estudiar lo suficiente. Hay

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que apoyar y extender al máximo posible los actuales Planes de Educación Permanente de Adultos. 3. Establecer más y mejores servicios: los existentes en determinadas áreas rurales no pueden compararse en adecuación y calidad a los que hay en otras zonas más desarrolladas o en las ciudades. Deberá conseguirse una mejora de las viviendas, más accesibilidad a los servicios comerciales y mayor cercanía de los sanitarios y sociales, para que su vida sea más fácil y exista una verdadera igualdad respecto al resto de ciudadanos. 4. Combatir los desequilibrios demográficos y territoriales: ya que los vacíos territoriales perjudican al medio y al conjunto de la población que habita en esa comarca o zona concreta. Los desequilibrios demográficos nos muestran una población envejecida y, sobre todo, en el Pirineo, bastante masculinizada. Estos dos hechos generan una serie de problemas de tipo social que perjudican al conjunto del medio rural. 5. Conseguir una mayor igualdad social, poniendo en práctica el principio constitucional de "igualdad sin discriminación por razón de sexo". Con él se podrán conseguir unos mayores niveles de información, formación y cultura; un reparto más equilibrado de las responsabilidades y una mejora de los niveles de empleo femeninos y de las condiciones de trabajo de las mujeres ocupadas. Hay que conseguir un cambio de actitud entre la población (tanto masculina como femenina) del medio rural, que tiende a infravalorar sus capacidades y las actividades que realiza habitualmente. En los últimos años, se están poniendo en marcha iniciativas empresariales que, a pequeña escala, intentan ser una alternativa a la agricultura (pequeños talleres de artesanía, hospedaje de turistas, actividades de ocio y montaña, etc.), en las que la mujer tiene un lugar donde ejercer su trabajo. Pero este tipo de iniciativas orientadas al turismo no son aptas para todas las comarcas de nuestra provincia; al contrario, aquellas cuya actividad principal es la agricultura, bien cerealística o bien hortofrutícola, deben poder seguir desarrollándola para que la población que vive de ella siga adelante, por lo que es necesaria una política más clara respecto al futuro del sector, y donde el papel de la mujer en la explotación familiar tenga una cabida digna y sea reconocido.

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MUJERES DE LA PROVINCIA DE HUESCA DISTRIBUCIÓN POR COMARCAS 11,09%

13,19%

9,50%

❑ ▪ ❑ o o ❑ ❑ O

JACETANIA SOBRARBE RIBAGORZA HOYA DE HUESCA BARBASTRO-MONZÓN LA LITERA MONEGROS BAJO CINCA

FUENTE: CENSO DE 1991

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POBLACIÓN DE LA PROVINCIA DE HUESCA DISTRIBUCIÓN POR COMARCAS

9.48%

o JACETANIA ▪ SOBRARBE ❑ RIBAGORZA a HOYA DE HUESCA o BARBASTRO-MONZÓN ❑ LA LITERA ❑ MONEGROS El BAJO CINCA

FUENTE: CENSO DE 1991

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LA MUJER EN LA COMARCA DE MONEGROS POR GRUPOS DE EDAD

1000 -

N UM ERODEM UJERES

800 -

600 -

400 -

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1 Z Z FECHA DE NACIMIENTO

FUENTE: I.N.E., CENSO ELECTORAL

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LA MUJER EN EL MEDIO RURAL. ASPECTOS SOCIOLÓGICOS Isabel Leguina Villa En primer lugar, expreso mi agradecimiento a quienes me invitaron a participar, con mi modesta aportación, en las exitosas jornadas y me invitan ahora a elaborar este resumen. Me atrevo a presentarme ante ustedes para tratar sobre la mujer en el mundo rural porque por una parte soy mujer y por otra soy una persona preocupada por lo que sucede en mi entorno y, como socióloga, no puedo evitar analizar, aunque sea someramente, la realidad de la mujer en el mundo rural. Ambos hechos suponen un punto de partida importante para aproximarme a la cuestión. Aunque es tentador, no querría caer en el tópico de la simple denuncia de discriminación. Sobrarían razones para ello, porque es una realidad que la mujer en el mundo rural está doblemente discriminada: primero, por ser mujer —con lo que conlleva esta condición en todas las sociedades, rurales o no— y segundo, porque en el mundo rural la mujer no tiene casi posibilidades de acceder a una actividad económica (a un puesto de trabajo) distinta a la doméstica. Esta última dificultad es clave, ya que generalmente se considera como factor fundamental para la igualdad de la mujer con el hombre, trabajar fuera de la casa y, por lo tanto, disponer de cierta independencia económica. Además, esta independencia supone también una contribución económica por parte de la mujer al sostenimiento de la casa o de los gastos comunes de la familia, en plano de igualdad con el hombre. Esta situación descrita, que es cada vez más habitual en las ciudades, sin embargo, sigue siendo casi excepcional en el medio rural. Las estadísticas señalan que el 85 % de las mujeres en el medio rural sólo se dedican a labores del hogar.

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Así, la Ley dice que somos iguales, pero se puede afirmar tajantemente que muchas veces la realidad —desde el punto de vista ya explicado— se encarga de desmentir los textos jurídicos y nos muestra que existe una desigualdad de las mujeres tanto hacia los hombres como entre ellas mismas en función de su lugar de residencia. Para andar ese trecho entre legalidad y realidad deberían variar, por un lado, la mentalidad de todos y, por otro, el propio sistema económico, ya que hoy en los ámbitos rurales hay pocas actividades laborales distintas a la agricultura. Sin embargo, a pesar de ser ésta —la agricultura— casi la única actividad distinta de la doméstica, la mujer apenas se ha incorporado a la misma. Este hecho requeriría un análisis profundo (incluso psicológico-social), ya que —paradójicamente— la mujer hoy conduce autobuses, es piloto, militar, etcétera,pero se pueden contar con los dedos de la mano las mujeres que conducen un tractor o dirigen explotaciones agrarias. En consecuencia, estamos ante un reto de mentalidad: no se trata de que la mujer no pueda conducir tractores, pero esta mentalidad que debe cambiar nos dice que no está bien visto que las mujeres se incorporen en igualdad a esas tareas agrícolas o ganaderas que, hoy por hoy, parecen reservadas para hombres. Y no sólo es la mentalidad de la sociedad en general la que debe cambiar, sino la propia mentalidad de las mujeres, que deben ganar la autoestima y valorarse. En mi trabajo profesional, realizando encuestas en el Instituto Nacional de Estadística, me he encontrado con muchísimas mujeres que consideran que sus tareas son simplemente labores del hogar, y sin embargo lo cierto es que realizan parte de su trabajo, varias horas diarias, en tareas agrícolas. Pero como esas tareas agrícolas que realizan las mujeres son catalogadas como de menor importancia, queda la falsa impresión general de que no hacen nada extraordinario. Sin embargo, esas mujeres deberían valorar su propio trabajo, todo su trabajo. Todo el que hacen y esas tareas en especial, porque significan una importante colaboración para la casa. El secreto es valorarse. Pero ese secreto, en verdad, no es nada misterioso. Lo importante es que las mujeres se sientan realizadas, contentas con lo que hacen, con su medio de vida, y busquen —incluso exijan— alguna actividad complementaria, si ello es posible. De esta manera, enlazando con el asunto de la mentalidad, deben conse-

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guir mediante la autoestima del trabajo propio, de la actividad diaria, que los hombres, que todos, las consideren en su justa valía. Así comenzará a cambiar la mentalidad. Al mismo tiempo, esa nueva actitud combatirá la parcialidad de los mensajes que constantemente envían los medios de comunicación, al presentar una sociedad casi exclusivamente urbana. Un aspecto que deseo destacar es que el hecho positivo que significa el acceso —casi universal— a la cultura y a la enseñanza, acarrea, por contra, un abandono progresivo de sus pueblos de origen por parte de las mujeres jóvenes. Las niñas y jóvenes que marchan a otros lugares —a veces durante años— para proseguir sus estudios medios y superiores, raramente progresan porque no tienen oportunidades de ejercer laboralmente los conocimientos que han adquirido. Mientras los hombres retornan a hacerse cargo del patrimonio familiar, las mujeres deben buscar lejos su medio de vida. Esta emigración supone un grave problema para el desarrollo y el futuro de muchas localidades rurales, ya que los pueblos pierden el principal recurso, el humano, la juventud. Retomando el hilo de las propuestas para variar la situación de discriminación, ciertamente, pese a las dificultades, la mujer en el medio rural tiene muchas posibilidades para desarrollarse como persona —en ocasiones, ya lo hace—. Puede y debe participar más en tareas y colectivos sociales, en asociaciones vecinales o de otro tipo e incluso, por qué no, en la política, directamente en el ayuntamiento o de otra forma, realizar actividades de ocio, culturales, etc. Todas estas posibilidades y propuestas se pueden concretar y aplicar, en cada caso, las soluciones que se tengan a mano (autoestima, el cambio de mentalidad, la actividad en otros ámbitos, etc.) y otras añadidas. Junto a ello, es inexcusable exigir ante las instituciones públicas, que están obligadas por la ley a lo que dice la Constitución: "Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan y dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social" (artículo 9.2) y "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opi-

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nión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social" (artículo 14). Las instituciones también están obligadas a lo que dicen otras muchas leyes, y la mujer debe unirse y trabajar ante los poderes públicos para conseguir estos objetivos. Como consecuencia de todo lo que acabo de explicar, hay que decir que buena parte de la lucha por la igualdad y por la mejora del medio rural depende de las propias mujeres. Y a ellas les corresponde la responsabilidad de cara al futuro.

M. Trini

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M. Trini. Son pocas las mujeres que asumen la gestiรณn y riesgo empresarial de la explotaciรณn

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LA REFORMA DE LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN José Manuel Tabuenca Martínez INTRODUCCIÓN GENERAL AL TEMA Con la firma de los acuerdos del G. A. T. T., estamos asistiendo a un movimiento político-económico importante que va a afectar a las relaciones comerciales de todo el mundo, pero del que van a beneficiarse más los países más ricos y a perjudicarse más los países más pobres. Se pretende, con la firma de esos acuerdos, que el comercio internacional fluya sin las trabas jurídico-técnico-arancelarias que hoy existen o, al menos, que esas trabas sean pocas y suaves. Ello quiere decir que toda la filosofía que animó la primera construcción europea —autarquía alimentaria e industrial, preferencia a todo lo europeo sobre lo foráneo, etc., etc.— ha quedado, en estos momentos, fuera de esquema. La reforma de la P. A. C. (reformista, si consideramos lo dicho), de la que seguidamente vamos a ocuparnos, también está, como consecuencia, en cuestión, y hay autorizadas voces que anuncian una próxima (y consecuentemente profunda) reforma de la reformada P. A. C. No obstante, la realidad a la que nos enfrentamos AHORA es esta P. A. C. que tenemos por delante para esta campaña próxima, y a ella nos vamos a ceñir en estas líneas.

LOS COMIENZOS DE LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN Los seis países que constituían la C. E. E. en el año 1962 (Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo) decidieron la puesta en marcha de una Política Agraria Común, uno de cuyos objetivos fundamentales era el de lograr un importante aumento de la

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producción de alimentos para conseguir, en la mayor medida posible, una razonable autosuficiencia alimentaria. Esta concepción estratégica de la autosuficiencia en materia alimentaria estaba muy presente en aquellos momentos, entre los gobernantes de la Europa Occidental y venía avalada, en buena medida, por las tensiones que generaba la vecindad con los países del otro lado del telón de acero y por la existencia de la guerra fría. Ello justificaba la creación de una agricultura muy protegida; primaba fuertemente el hecho económico de producir por medio de una decidida política de intervención de los mercados en los que se actuaba, no sólo controlando las cantidades que fluían en el proceso de oferta-demanda, sino también por la vía directa de los precios, política que, en algunas (bastantes) ocasiones, era poco coherente la realidad del comercio mundial. En otras áreas geográficas (EE. UU., Canadá, Australia, etc.) y aún dentro de Europa (Reino Unido, por entonces fuera de la C. E. E.), la agricultura funcionaba mediante un régimen de protección que no implicaba intervenciones directas en los precios del mercado, sino que iba dirigida a complementar las posibles insuficientes rentas de los agricultores como consecuencia de la coyuntural mala marcha de los precios de los mercados. Como se observa, el abordaje de los objetivos de política agraria era bastante diferente en la forma pero muy similar en el fondo y, de hecho, constituía una bomba de relojería, cuyo estallido (problemas y negociaciones con el G. A. T. T.) se cantaba ya desde el principio. No obstante, la aplicación de aquella Política Agraria Común que diseñó la C. E. E. logró, efectivamente, unas importantes tasas de autosuficiencia alimentaria, tanta que los excedentes de productos agrarios de carácter continental (leche, cereales y carne de vacuno, principalmente) han sido un fenómeno estructural continuo y cotidiano que obligó (sin éxito) a implantar mecanismos correctos (estabilizadores, tasas de corresponsabilidad, etc.) a partir de 1987. Las piezas maestras para el logro de la Vieja Política Agraria Común fueron las normas que se fueron creando a través de las diferentes Organizaciones Comunes de Mercado (las O. C. M.).

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La otra gran pieza maestra fue la creación del Fondo de Orientación y Garantía Agrícola (F. E. O. G. A.), que es el órgano ejecutor de toda la política de intervención de mercados a través de su sección de Garantía. MECANISMOS DE ACTUACIÓN DE LA VIEJA P. A. C. Esencialmente, y con las variantes propias de cada tipo de O. C. M., todo consistía en fijar tres precios diferentes para cada producto de esa O. C. M., a saber: 1. Precio de intervención: fija cual debe ser la percepción mínima que debe obtener un productor europeo por un determinado producto, previamente definido mediante normas de calidad. 2. Precio de referencia de consumo: establece cuál debe ser el precio razonable que debe pagar el consumidor por ese mismo producto. 3. Precio de entrada: indica, para el producto en cuestión (cuando procede de países ajenos a los que constituyen la C. E. E.), el precio a que debe entrar ese producto dentro del cinturón aduanero de la C. E. E. Para que así suceda se le impone una tasa arancelaria (el antiguo prelevement), que es recaudada por el Estado miembro por el que se produce la entrada, con destino a las arcas comunitarias, y cuya cuantía unitaria viene dada por la diferencia entre el precio de ENTRADA (fijado para ese producto y para ese día en toda la C. E. E. por la Comisión) y el precio real del producto en frontera. Los mecanismos de actuación de la P. A. C. eran los siguientes: 1.—Que los productos contemplados en esa O. C. M. puedan fluir libremente de las C. E. E. sin ninguna restricción que no sea de tipo técnico (normas de calidad, problemas sanitarios, fitosanitarios, etc.). 2.—Dispongamos de unos buenos sensores de cómo están funcionando los mercados. 3.—En el momento en que los precios de mercado fluyan por debajo de los de INTERVENCIÓN: que aparezcan primas al almacenamiento, que se creen restituciones a las explotaciones, que haya compras desde los órganos de intervención, etc.

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4.—Si los precios de mercado fluyen por encima de los de ORIENTACIÓN AL CONSUMO: libremos productos almacenados, bajemos los PRECIOS DE ENTRADA y anulemos todas las restituciones a las exportaciones en trámite. 5.—Dejemos estas funciones en manos de F. E. O. G. A.Garantía, en calidad de órgano ejecutor.

LOS RESULTADOS DE LA VIEJA P. A. C. Tras muchos años de aplicación de la vieja P. A. C., se ha constatado lo siguiente: a.—E1 volumen de producción agraria de la C. E. E. aumentó anualmente, entre 1973 y 1988, a razón de un 2 % anual. b.—E1 consumo en ese mismo período ascendió a un ritmo anual medio del 0'5 % anual. c.—Los stocks alimentarios presentes en la C. E. E. (presupuesto de 1991) suponían un valor de 3.700 millones de ECUs, es decir, unos 550.000 millones de ptas. d.—El 6 % de las explotaciones cerealistas europeas manejan el 50 % de la superficie cerealista europea y el 60 % de la producción, y el 80 % de las ayudas globales de F. E. O. G. A.-Garantía se destina a sólo el 20 % de las explotaciones. e.—El poder adquisitivo de los agricultores ha mejorado escasamente entre 1975 y 1989, y ello a pesar de que su número ha disminuido, en ese período, en un 35 %. f.—En 1975, el presupuesto de F. E. O. G. A.-Garantía fue de 4.500 millones de ECUs. En 1991 ascendió a 31.500 millones de ECUs. Por otra parte, los indicadores socioeconómicos más patentes dicen que: 1.—La población activa agraria ha disminuido en un 35 % entre 1975 y 1989, y ha perdido un importante peso relativo frente al total de la población activa, habiendo pasado a representar el 7'1 % frente al 11'2 % del total. 2.—La participación del Producto Interior Bruto Agrario (P. I. B. A.) en el P. I. B. total de la C. E. E. ha pasado de representar el 19 %, en 1965, a apenas el 3'5 % en 1991.

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3.—Como consecuencia, el voto agrario ha perdido poder, en general, en todos los países de la C. E. E. y en las elecciones nacionales lo agrario tiene un menor peso relativo que en el pasado. 4.—Más de la mitad de los agricultores de la C. E. E. tienen más de 55 arios. 5.—Las diferencias de rentas entre los agricultores de los diferentes Estados-miembros se han acentuado, y en este momento son mayores de 3: 1 entre los países de mayor y menor renta por familia agraria, respectivamente. 6.—Un agricultor de cada tres lo es a tiempo parcial. De lo dicho se desprende que la P. A. C. que se diseñó no contemplaba suficientemente en sus objetivos la mejora de las estructuras agrarias europeas y fio, con un excesivo simplismo inexplicable, en la política de intervención de mercados las grandes y pequeñas reformas estructurales que había que emprender. ...Y es que existen todavía (cuando existen) —y más en la Europa del sur— unas inadecuadas políticas nacionales de Ordenación del Territorio que son, a la postre, la causa principal que está condicionando la evolución del medio rural. ...Porque, sin duda, lo agrario no puede ser ya, en casi ningún caso, el elemento y motor fundamental del desarrollo rural. Un somero seguimiento del peso relativo y absoluto de los presupuestos de F. E. O. G. A.-Garantía (Intervenciones en mercados) frente a los de F. E. O. G. A.-Orientación (Actuaciones estructurales), situados históricamente en una relación de 10 a 1, basta para ver ese grave defecto. La C. E. E.,consciente de las insuficiencias de la vieja concepción desarrollista basada en las intervenciones y en las cláusulas de protección ante el exterior, ha emprendido, mediante una importante reforma de los fondos estructurales, un nuevo y más inteligente camino, que por ahora es insuficiente como motor del desarrollo.

OTROS ASPECTOS DE LA VIEJA P. A. C. El F. E. O. G. A.-Garantía abosorbió el 65 % de los recursos globales de la Comunidad Económica Europea durante el ejercicio 1989. Representó, por tanto, la parte del león del presupuesto comunitario.

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...Pues bien, el análisis del cuadro que seguidamente se presenta da importantes pistas acerca de qué países perciben más o menos millones de ECUs de F. E. O. G. A.-Garantía, y en qué medida se ha venido ejerciendo realmente una solidaridad eficaz entre países ricos y pobres en la C. E. E. GASTOS DE F. E. O. G. A.-GARANTÍA DURANTE 1989 (Datos en millones de ECUs) RESTITUCIONES Mill. ECUs

%

INTERVENCIONES Mill. ECUs

%

TOTA1, Mill. ECUs

%

Bélgica

198 '10

2 '03

395 '60

2 '42

593 '70

2 '28

Dinamarca

710 '60

7 '31

304 '10

1 '86

1.014 '70

3 '90

1.635 '90

16 '84

2.581 '70

15 '84

4.217 '60

16'21

Grecia

97'50

1 '00

1.591 '20

9 '76

1.688 '70

6 '49

España

322'00

3 '31

1.580;50

9 '69

1.902 '50

7 '31

Francia

2.156'10

22'19

2.742 '90

16 '82

4.899 '00

18 '83

Irlanda

540 '50

5 '56

702 '40

4 '30

1.242 '90

4 '77

Italia

615 '80

6 '33

4.087 '40

25 '07

4.703 '20

18 '08

1 '50

0 '01

0 '30

0'00

Holanda

2.774 '80

28 '56

976 '40

5 '99

3.751 '20

14 '42

Portugal

5 '00

0 '05

169 '30

1 '03

174 '30

0 '67

656 '00

6 '81

1.166 '20

7 '22

1.822 '20

7 '04

9.713 '80

100

16.298 '00

100

26.011 '80

100

Alemania

Luxemburgo

Reino Unido C. E. E.-12

l' 80

0 '00

Globalmente es Francia la que con su 18'38 % de los fondos de F. E. O. G. A.-Garantía salió ganadora en el reparto global, y Luxemburgo y Portugal los que menos fondos obtuvieron. Se observa que Holanda es el país miembro que más dinero obtuvo de F. E. O. G. A.-Garantía en concepto de primas a la exportación, y que Luxemburgo y Portugal fueron los que menos, lo cual se explica en el caso de Luxemburgo por su escasa dimensión, pero no resulta tan explicable en el caso de Portugal.

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Italia es la que más subvenciones obtuvo por la vía de las intervenciones de mercado y las que menos obtuvieron, además de Luxemburgo, fueron Portugal y Dinamarca.

LA CRISIS DE LA VIEJA P. A. C. El Comisario de Agricultura de la C. E. E. hasta 1993, el irlandés Mr. Ray McSharry, en un famoso y polémico documento de reflexión, publicado en 1990, ponía en tela de juicio las posibilidades de la vieja P. A. C. para cubrir los objetivos que de ella se esperaban. En aquel documento se decía en un momento dado, y con un amargo tono: "Parece evidente que los agricultores económica y estructuralmente más débiles (un número importante, aunque casi marginales desde el punto de vista de la producción), no pueden contar con un apoyo realmente significativo en el contexto de un marco reglamentario que repartió lo esencial de los recursos disponibles en función del volumen de la producción de cada beneficiario". Por otra parte, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (G. A. T. T.), en su Ronda de Uruguay, celebrada a partir de mediados de 1990, demandó oficialmente a la C. E. E., por primera vez en su historia, en diciembre de 1990, para que cesara en su política de creación "del artificioso espacio comercial agrario que es Europa" y, seguidamente, pidió una rebaja del 70 % en los fondos comunitarios dedicados a sostener los mercados agrarios. La Comisión de las Comunidades Europeas trabajaba a toda presión para tratar de ir definiendo y fijando, de acuerdo con las orientaciones del Consejo y del Parlamento, una nueva filosofía general de por dónde debería ir discurriendo lo agrario dentro de lo rural y lo rural dentro de la sociedad europea. La vieja P. A. C. estaba en crisis; muchos de los valores que contribuyeron a su creación estaban desfasados, si no obsoletos, y por otra parte, la nueva situación de la sociedad y de los mercados pedían cambios. Se avecinaba una urgente y, al parecer, profunda reforma de la Vieja Política Agraria Común.

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LA REFORMA DE LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN El Consejo de Ministros de Agricultura de la C. E. E., en sus sesiones celebradas en Bruselas entre los días 18 a 21 de mayo de 1992, aprobó una propuesta de reforma de la P. A. C. (que presentó reglamentariamente la Comisión), introduciendo en el texto original importantes modificaciones. La reforma afecta a los sectores de cultivos herbáceos (cereales, oleaginosas y proteaginosas) al tabaco, vacuno, ovino, leche y productos lácteos. Dicha reforma contiene, además, unas medidas de acompañamiento dirigidas a: —Fomento de métodos de producción agraria compatibles con la protección del medio ambiente. — Medidas forestales. —Jubilación anticipada de agricultores. No se ha modificado, en el marco de esta reforma, las normas de las Organizaciones Comunes de Mercado que afectan al arroz, azúcar, aceite de oliva, frutas y hortalizas frescas y transformadas. En el sector de forrajes y vitivinícola, la Comisión está emplazada por el Consejo a presentar de inmediato propuestas de reforma de esas aéreas productivas. Ya hay en circulación borradores de esas propuestas (caso de la reforma del sector vitivinícola) con el propósito de que los diferentes Comités incorporen sus puntos de vista, sus objeciones y sus observaciones. La reforma se inscribe en una supuesta nueva forma de entender el desarrollo rural, que parte de la premisa de que el medio rural no puede desarrollarse, en la mayor parte de los casos, con el exclusivo empuje de una política estrictamente agraria. Como consecuencia se crea, en el caso de los cultivos herbáceos, una nueva manera de entender los problemas de los agricultores, tendiendo a que los precios de mercado fluyan en un próximo futuro sin la tradicional intervención de la vieja "P. A. C.", y encomendando a un mecanismo compensador la función de dar al agricultor, en forma de prima directa transitoria, es decir, limitada en el tiempo (que no de subvención sobre el precio), las rentas que pierde debido al deterioro que tendrán los precios de venta de sus productos.

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El DESARROLLO RURAL, con mayúscula, se va a encomendar más, a partir de ahora, a las actuaciones de los Fondos Estructurales y menos a la propia acción de la P. A. C.

... YENDO AL GRANO Para esta próxima campaña, Aragón, a efectos de la percepción de las primas compensatorias por cultivos herbáceos, queda clasificado (atendiendo al rendimiento equivalente por hectárea de grano asignado a sus hectáreas) como el pasado año. Si el valor del ECU verde se mantuviera en la misma cotización que en la presente campaña, es decir a 182, 74 pts.TECU, las percepciones por hectárea cultivada pasarían a ser: 2.1 Secano aragonés (1 ECU = 182'74 pts.). Tm/Ha

Cereal

Girasol

Colza

Abandono

Jacetania I Jacetania II Sobrarbe Ribagorza Hoya Huesca I Hoya Huesca II Hoya Huesca III Somontano Monegros La Litera I La Litera II Bajo Cinca

2'5 2'7 2'7 2'7 1'8 2'2 2'5 2'0 1'2 1'8 2'2 1'5

15.990 17.269 17.269 17.269 11.513 14.071 15.990 12.792 7.675 11.513 14.071 2.594

56.832 61.379 61.379 61.379 40.919 50.012 56.832 45.466 27.279 40.919 50.012 34.099

37.509 40.510 40.510 40.510 27.007 33.008 37.509 30.007 18.004 27.007 33.008 22.506

26.040 28.124 28.124 28.124 18.749 22.916 26.040 20.832 12.499 18.749 22.916 15.624

C. Jiloca I C. Jiloca II S. Montalbán Bajo Aragón S. Albarracín Hoya Teruel Maestrazgo

2'5 2'0 1'8 1'8 1'8 1'8 1'8

15.990 12.792 11.513 11.513 11.513 11.513 11.513

56.832 45.466 40.919 40.919 40.919 40.919 40.919

37.509 30.007 27.007 27.007 27.007 27.007 27.007

26.040 20.832 18.749 18.749 18.749 18.749 18.749

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Ejea C. I. Ejea C. II Ejea C. III Borja I Borja II Calatayud I Calatayud II La Almunia 1 La Almunia II Zaragoza I Zaragoza II Daroca I Daroca II Caspe I Caspe II

Tm/Ha

Cereal

Girasol

Colza

Abandono

l'5 1'8 2'5 2'0 l'5 2'0 1'8 1'8 1'2 1'2 1'8 2'0 2'5 1'5 1'2

9.594 11.513 15.990 12.792 9.594 12.792 11.513 11.513 7.675 7.675 11.513 12.792 15.990 9.594 7.675

34.099 40.919 56.832 45.466 34.099 45.466 40.919 40.919 27.279 27.279 40.919 45.466 56.832 34.099 27.279

22.506 27.007 37.509 30.007 22.506 30.007 27.007 27.007 18.004 18.004 27.007 30.007 37.509 22.506 18.004

15.624 18.749 26.040 20.832 15.624 20.832 18.749 18.749 12.499 12.499 18.749 20.832 26.040 15.624 12.499

Pero, ¡ATENCIÓN! no toda la superficie de secano de Aragón puede sembrarse; hay que mantener una superficie mínima de rastrojo, diferente para cada comarca aragonesa (Barbecho Histórico, lo llama la normativa del M. A. P. A.), superficie por la que no se percibe ninguna prima y cuyo porcentaje, diferente para cada comarca, aparece en la O. M. del M. A. P. A. de 29 de noviembre de 1993, no diferiendo del que rigió en la pasada campaña. 2.2 Regadío aragonés Producción equivalente en Tm. de grano/Ha.

Jacetania Sobrarbe Ribagorza Hoya Huesca N. Hoya Huesca S. Somontano Monegros La Litera Bajo Cinca

MEDIA Tm/Ha

CEREAL Tm/Ha

MAÍZ Tm/Ha

4'1 4'1 4'1 4'1 4'7 4'7 4'7 4'7 4'7

3'5 3'5 3'5 3'5 4'0 4'0 4'0 4'0 4'0

6'4 6'4 6'4 6'4 7'8 7'8 7'8 7'8 7'8

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Media Tm/Ha

Cereal Tm/Ha

Maíz Tm/Ha

C. Jiloca S. Montalbán Bajo Aragón S. Albarracín Hoya Teruel Maestrazgo

4'6 4'3 5'4 4'3 4'6 4'3

4'0 3'5 4'5 3'5 4'0 3'5

6'4 6'4 7'8 6'4 6'4 6'4

Ejea Cab. Borja N Borja S Calatayud La Almunia Zaragoza Daroca Caspe

6'4 6'4 6'1 5'2 6'1 6'4 5'2 6'1

5'0 5'0 4'5 4'0 4'5 5'0 4'0 4'5

7'8 7'8 7'8 6'4 7'8 7'8 6'4 7'8

Pesetas por Ha. (ECU = 182'74 pts.) Cereal

Girasol

Soja

Proteag.

Maíz

Jacetania Sobrarbe Ribagorza Hoya Huesca N. Hoya Huesca S. Somontano Monegros La Litera Bajo Cinca

22.386 22.386 22.386 22.386 25.584 25.584 25.584 25.584 25.584

93.205 93.205 93.205 93.205 106.844 106.844 106.844 106.844 106.844

61.515 61.515 61.515 61.515 70.517 70.517 70.517 70.517 70.517

42.706 42.706 42.706 42.706 48.956 48.956 48.956 48.956 48.956

40.934 40.934 40.934 40.934 49.888 49.888 49.888 49.888 49.888

C. Jiloca S. Montalbán Bajo Aragón S. Albarracín Hoya Teruel Maestrazgo

25.584 22.386 28.782 22.386 25.584 22.386

104.571 97.751 122.757 97.751 104.571 97.751

69.017 64.516 81.020 64.516 69.017 64.516

47.914 44.790 56.247 44.790 47.914 44.790

40.934 40.934 49.888 40.934 40.934 40.934

Ejea Cab. Borja N.

31.980 31.980

145.490 145.490

96.024 96.024

66.664 66.664

49.888 49.888

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Borja S. Calatayud La Almunia Zaragoza Daroca Caspe

Cereal

Girasol

Soja

Proteag.

Maíz

28.782 25.584 28.782 31.980 25.584 28.782

138.670 118.211 138.670 145.490 118.211 138.670

91.522 78.019 91.522 96.024 78.019 91.522

63.539 54.164 63.539 66.664 54.164 63.539

49.888 40.934 49.888 49.888 40.934 49.888

2.3 Trigo duro En la provincia de Zaragoza que, como es sabido, es la única de las tres aragonesas que se puede acoger a esta sustancial ayuda europea, se va a mantener, para los cultivadores históricos, es decir, para los que adquirieron sus derechos con los trigos duros recolectados en los veranos de 1988, 1989, 1990 ó 1991, la prima de 297 ECUs/Ha. (54.273 pts./Ha. con ECU a 182'74 pts.). Los cultivadores que adquirieron su derecho a prima de trigo duro con las superficies cosechadas en el verano de 1992, pero no con las de años anteriores, percibirán también por cada hectárea CON DERECHO, la misma prima específica (297 ECUs/Ha.), pero las superficies con DERECHO A PRIMA sufrirán una importante reducción, que en principio se ha calculado se quede en el 25 % de la superficie de ese último año. 2.4 Atención al girasol El girasol tiene previstas las primas que se han expuesto en los cuadros precedentes. ... Pero ¡ATENCIÓN! Para las siembras que se van a realizar en esta campaña que se avecina, a España le ha concedido la C. E. E. (Hoy ya UNIÓN EUROPEA) una superficie máxima contingentada de girasol de: 1.411.000 Has. De esta superficie deben descontarse las retiradas específicas que corresponden al girasol, con lo que la superficie máxima atendible con prima desde Bruselas difícilmente exceda de las 1.210.000 Has. para toda España. Un dato adicional: Según datos de la C. E. E. la superficie de girasol acogida a la P. A. C. en España en la actual campaña ha sido de 2.140.000 Has.

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Cultivo del girasol (E. Monesma)

De mantenerse una tendencia de siembra similar a la del pasado año, se incurriría en las cláusulas de penalización previstas por Bruselas, de forma tal que las primas reales a percibir por hectárea realmente cultivada serían ridículas, y harían que el cultivo del girasol, que en esta campaña ha sido una importante parte de la renta agraria aragonesa, fuera, en la próxima, una posible fuente de importantes números rojos. En consecuncia y para evitar incurrir en penalizaciones, el M. A. P. A. español ha promulgado la O. M. de 26 de noviembre 1993 en la que se establecen las siguientes más importantes cuestiones: 1.—Quedarán excluídas de los pagos compensatorios específicos para oleaginosas, para esta próxima campaña, las superficies situadas en zonas con rendimientos IGUALES o INFERIORES a 2'0 Tm/Ha. establecidas en el Plan de Regionalización Productiva de España, salvo demostración FEHACIENTE del agricultor de que ha sido cultivador de oleaginosas en el período 89-91. 2.—La necesidad de cultivar las oleaginosas usando semilla certificada y en la dosis que se fijan. 3.—Excluir de los pagos compensatorios por oleaginosas las parcelas que en la campaña anterior percibieron prima por haberse cul-

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tivado en ellas oleaginosas, invocando, para ello, razones de tipo agronómico (rotación de cultivos). 4.—La superficie para la que se solicite la ayuda específica de oleaginosas no podrá ser superior, en todo caso, a la mitad de la superficie realmente sembrable de cultivos herbáceos. En Aragón, y en la última campaña, se han cultivado en regadío unas 79.000 Has. de girasol y unas 47.000 Has. en secano. Con la O. M. de 26 de noviembre de 1993 sólo se podrán cultivar oleaginosas de secano en las siguientes comarcas agrarias aragonesas: HUESCA: Jacetania, Sobrarbe, Ribagorza, Hoya Huesca II, Hoya Huesca III y La Litera II. TERUEL: C. Jiloca I. ZARAGOZA: Ejea C. III y Daroca II. Si esta norma hubiera funcionado en el presente año, no habrían percibido prima de oleaginosas 26.000 de las 47.000 Has. cultivadas en el secano. Para este año, esas 26.000 Has. de oleaginosas de secano serán, previsiblemente, de cebada, y las 79.000 Has. de oleaginosas del regadío se verán reducidas a no más de 50.000, ocupando la diferencia el maíz y cereal de invierno a partes casi iguales. Los ingresos por primas compensatorias en Aragón se reducirán de forma importante, ya que en el secano se van a pasar a percibir 124'4 - 35 = 89'4 ECUs/Tm. menos de lo que se tenía previsto (en el supuesto de que se hubieran sembrado las mismas superficies del pasado año) y, en el regadío (promediando maíz y resto de cereales), unos 80 ECUs/Tm. menos de lo previsto. Evaluando en 1'8 las Tm./Has. medias en secano y en 5'1 las Tm./Ha. medias en regadío, y asignando al ECU un valor similar al de la actual campaña (182'74 pts.), las mermas de ingresos se pueden establecer en unos 4.600.000 a 4.700.000 de ECUs, equivalentes a unos 8.400 a 8.600 millones de pts. 2.5 La retirada de tierras o "set-asside" En la reforma de la P. A. C. se ha apostado por reducir la producción física de productos.

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Coherente con esta idea fue la obligación en la pasada campaña, de retirar el 15 % de la superficie acogible a la P. A. C., si se rebasaban las 92 Tm. de producción equivalente en grano, pudiendo, quien así lo deseara, acogerse también a esta fórmula, aun siendo pequeño productor de menos de 92 Tm. equivalentes a grano. Aquella retirada tenía que ser rotacional, es decir, lo que se dejó en abandono el pasado año no podía volver a ser objeto de abandono hasta pasados 5 años. En esta campaña se va a permitir optar por la fórmula del pasado año (abandono rotacional del 15 %) o por un abandono fijo, por 5 años del 20 % de la superficie acogible. La prima a percibir, que el pasado año año fue de 45 ECUs/Tm. equivalente de grano abandonada, pasa a ser este año de 57 ECUs/Tm. abandonada.

¿CUÁNTO VA A AFECTAR LA NUEVA P. A. C. A LAS FAMILIAS AGRARIAS ARAGONESAS? Medir el impacto de una reforma tan profunda como la que se esboza e inicia con la nueva P. A. C., es muy aventurado. El riesgo de incurrir en demagógicas descalificaciones generales a la reforma de la P. A. C. es patente, y esa descalificación global no sería coherente con la nueva realidad que viven las relaciones de los hombres de nuestro planeta en los años actuales. En todo caso, la agricultura que va a emerger tras esta reforma va a depender más de las actuaciones más o menos acertadas e intensas de los FONDOS ESTRUCTURALES europeos que de la mera reforma de la P. A. C. y de los fondos que ella moviliza. Europa ha apostado por un nuevo modelo rural en el que lo agrario sigue siendo necesario, pero menos necesario que antaño. Esperemos que la decisión haya sido acertada y que se vaya construyendo el futuro con lógica, con justicia, y haciendo que la reestructuración del sector pueda ser hecha, no mediante la autofagia del mismo, sino con el apoyo de los otros sectores.

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A menores, se ofrece seguidamente un apretado balance de lo que representaron económicamente la agricultura, la ganadería y los montes en Aragón en 1992 y un avance de lo que van a representar en 1993. A remarcar que el mercado de cereales ha estado en 1993 con precios por encima de los previsibles desde la óptica de la P. A. C. y que la fruta se ha comportado bastante bien, lo cual da motivos de preocupación para la próxima campaña. Sin el objetivo de llegar a ningún tipo de conclusión, sino aportándolo como un simple dato más, en 1992 las subvenciones percibidas por el sector agrario aragonés fueron algo más de 28.500 millones de pts. y, según las últimas estimaciones, para el actual año 1993 van a ser superiores a los 49.300 millones de pts. El próximo año es previsible que las primas compensatorias a percibir no experimenten la subida de este año (comentado en el problema de las oleaginosas).

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LA PRODUCCIÓN AGRARIA ARAGONESA EN 1992 Valor prodcc. mili. pts.

Importe primas mili. pts.

Producción bruta mili. pts.

% primas / P. bruta

Cereales Leguminosas Tubérculos Oleaginosas Forrajeras Hortícolas Frutales Vid Olivo Otras prod.

38.135'16 190'07 1.501'89 2.386'90 6.079'00 9.258'10 20.920'41 4.036'70 2.033'10 5.770'84

4.441'30 235'53 0'00 2.602'17 0'00 0'00 0'00 0'00 441'25 0'00

42.576'46 425'60 1.501'89 4.989'07 6.079'00 9.258'10 20.920'41 4.036'70 2.474'35 5.770'84

10 '43 55 '34 0`00 52 '16 0 '00 0 '00 0 '00 0 '00 17`83 0 '00

Tot. subs. agric.

90.312'17

7.720'25

98.032'42

7 '88

Ovino Vacuno Porcino Otras prod.

17.834'30 22.414'15 43.605'30 26.562'30

8.670'86 394'84 288'80 57'00

26.505'16 22.808'99 43.894'10 26.619'30

32 '71 I '73 '66 '21

Tot. subs. ganad. 110.416'05

9.411'50

119.827'55

7 '85

2.924'15 11.387'56

0'00 0'00

2.924'15 11.387'56

0 '00 0 '00

215.039'93

17.131'75

232.171'68

7 '38

243.637'33

11 '74

Tot. subs. flores. Otras producc. Suma parcial

A añadir otras primas y subvenciones D. G. P. A. + M. A. P. A. Frutales Z Desf. + Otr. Gasóleo Enesa + D. G. A.

11.465'65

Otra suma Gran Total

2.183'46 1.235'38 1.632'02 3.327'52 3.087'27

215.039'93

28.597'40

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LA PRODUCCIÓN FINAL AGRARIA ARAGONESA EN 1993 Valor prodcc. mili. pts.

Importe primas mili. pts.

Producción bruta mili. pts.

% primas / P. bruta

Cereales Leguminosas Tubérculos Oleaginosas Forrajeras Hortícolas Frutales Vid Olivo Otras prod.

40.515'60 264'25 1.170'12 5.091'28 7.442'25 7.981'44 24.564'86 3.990'00 2.202'00 5.770'84

15.792'00 52'70 0'00 11.371'00 0'00 0'00 0'00 0'00 447'00 0'00

56.307'60 316'95 1.170'12 16.462'28 7.442'25 7.981'44 24.564'86 3.990'00 2.649'00 5.770'84

28 '05 16 '63 0 '00 69 '07 0 '00 0 '00 0 '00 0 '00 16 '87 0 '00

Tot. subs. agric.

98.992'64

27.662'70

126.655'34

21 '84

Ovino Vacuno Porcino Otras prod.

17.900'00 21.600'00 44.200'00 26.900

9.474'65 440'60 288'80 57'00

27.374'65 22.040'60 44.488'80 26.957'00

34 '61 2 '00 '65 ,21

Tot. subs. ganad.

110.600'00

10.261'05

120.861'05

8 '49

Tot. subs. flores. Otras producc.

2.980'00 11.500'00

0'()0 0'00

2.980'00 11.500'00

0 '00 0 '00

224.072'64

37.923'75

261.996'39

14 '47

273.462'04

18 '06

Suma parcial

A añadir otras primas y subvenciones D. G. P. A. + M. A. P. A. Frutales 2 Desf. + Otr. Gasóleo Enesa + D. G. A. Otra suma Gran Total

2.183'46 1.235'38 1.632'02 3.327'52 3.087'27 11.465'65

224.072'64

49.389'40

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EL COMERCIO DE LA COMUNIDAD EUROPEA EN 1991 Agustín Mariné Por diferentes causas, el comercio de la C. E. E. con el resto del mundo presenta un saldo negativo. Según los datos de Eurostat, el déficit fue de 98.700 millones de dólares en 1991. No es que esta cantidad sea muy grande respecto del P. I. B. de los doce, pero la preocupación existe si no se corrigen las causas que lo originan, y, sobre todo, si la línea política adoptada en las negociaciones internacionales futuras tiende a agravar dicho déficit en lugar de corregirlo. Recuerdo ahora que al iniciar la negociación agraria en el marco del G. A. T. T., la Comunidad exigía de los EE. UU. un cierto reequilibrio; es decir, una visión más acorde con el principio del intercambio: Ya que se le compra a EE. UU. mucho más producto agrario del que se le vende, por lo menos lleguemos a un orden sostenible a ambos lado del Atlántico. EE. UU. no quiso en ningún momento entrar a este pacto de caballeros que la Comunidad proponía y, de esta forma, la negociación agraria del G. A. T. T. se ha parecido cada vez más a una imposición. Evidentemente, los países agrarios de la C. E. E. han reaccionado y no quieren entregar la agricultura europea al desguace, como se hace con alguna industria obsoleta, que ha cumplido sus fines en el pasado y ha quedado amortizada. La producción agraria no se se amortiza como una instalación cualquiera; igual que el sol y las estrellas, forma parte de la naturaleza que se nos ha dado y debemos preservarla con el mismo ímpetu que ponemos en preservar el medio ambiente. La energía del sol la captan los océanos, que producen biomasa para iniciar la cadena trófica y dejan evaporar agua que se condensa en nubes para dar lluvias, las cuales promueven la vida terrestre además de proporcionar energía hidráulica. La misma energía luminosa es captada en los continentes, y son las plantas las encargadas de hacerlo. Cuanto más importante sea la cubierta vegetal conseguida, mejor va a captarse la energía solar y mayor utilidad podrá dársela en beneficio de todos. Promover la producción vegetal es, pues, una cuestión capital.

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En realidad, todos los políticos tienden a resolver los problemas que en cada momento están sobre la mesa. Europa —como ya hemos dicho— presenta un déficit comercial serio. Parece que los esfuerzos deberían dirigirse a su corrección: deberíamos promover la producción de aquello que nos hace falta para no ser tan dependientes, o bien, deberíamos aumentar nuestras ventas en otros capítulos en los que somos muy eficaces. Cualquiera de las dos políticas podría ser buena. Por el contrario, difícilmente va a ser buena una política que pretenda aumentar todavía más nuestra dependencia. Valdría la pena saber qué capítulos causan mayor déficit en el comercio comunitario para actuar en consecuencia. Según Eurostat son los siguientes: 1. Petróleo. Déficit: 67.500 millones $. 2. Productos agrarios. Déficit: 24.000 millones $. 3. Aparatos de informática. Déficit: 20.300 millones $. 4. Vestidos. Déficit: 20.000 millones $. 5. Metales no férricos. Déficit: 18.600 millones $. 6. Papel y pasta de papel. Déficit: 16.800 millones $. 7. Aparatos de telecomunicación. Déficit: 13. 500 millones $. 8. Madera. Déficit: 11.500 millones $. 9. Pescado comestible. Déficit: 8.000 millones $. 10. Hullas y similares. Déficit: 7.000 millones $. Estos diez capítulos sumados arrojan un total de 207.200 millones de dólares, cifra muy superior al déficit final de la balanza de intercambios; evidentemente, en otros capítulos, como es la química o la maquinaria, la C. E. E. presenta saldos positivos, que vienen en nuestra ayuda para compensar. Tal vez a un lector no especializado le sorprenda comprobar que el segundo problema de nuestra balanza de pagos sea causado precisamente por los productos agrarios. Tanto hemos oído en los últimos tiempos que la agricultura era excedentaria, que se nos hace muy duro admitir que no sólo es excedentaria, sino que es la causa del segundo problema de nuestra balanza de pagos. Justo detrás del petróleo. En realidad, si sumamos el déficit por alimentos con el déficit por uso industrial (ciertos granos oleaginosos, más la madera y la pasta de papel, que son también productos naturales obtenidos del campo,

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encontramos una contribución total del sector agrario al déficit general europeo de 52.300 millones de dólares, cifra que empieza a ser respetable y que no anda muy lejos de la del petróleo. Un político responsable propondría en este momento un serio plan de PROMOCIÓN AGROFORESTAL. ¿Por qué no lanzar un plan de adecuación de la oferta y la demanda en el sector agrario? ¿Por qué no promocionar mediante las correspondientes facilidades fiscales las producciones que tanta falta nos hacen y que podemos obtener de nuestro territorio, y además dando trabajo a nuestros hombres? Pero los políticos responsables de los departamentos de Bruselas parece que han decidido todo lo contrario: A saber, reducir la producción agraria, congelando el 15 % de las superficies útiles de la C. E. E., sean secano o regadío (que da igual), y lanzar la insensata idea de la producción extensiva —o sea, menos productos para iguales superficies cultivadas—. El objetivo buscado es una reducción lineal de la producción, que no sea selectiva, como harían en un plan serio de adecuación de la oferta y la demanda. Bueno, pues las consecuencias puede imaginarlas cualquier estudiante de económicas: disminución de la producción que significará automáticamente aumento de las importaciones y deterioro de la balanza de pagos. En lugar de los 52.300 millones de dólares de déficit del sector agroforestal europeo, pasaremos rápidamente a 65.000 ó 70.000, sólo poniendo en marcha la insensata política de extensificación (menos rendimientos en igual superficie) y la política de congelación (dejar yermos un 15 % de nuestras áreas productivas, incluso regadíos). Es casi seguro que, en el futuro, la agricultura será el problema número uno del comercio de la C. E. E., desbancando incluso al mismísimo petróleo del ranking. Acabamos de vivir unas elecciones en España. ¿No les parecería oportuno escribir en los programas de los partidos políticos alguna cosa acerca de tan preocupante problema? El sector agrario está preparado para producir y para hacerlo económicamente si se le dan las oportunidades necesarias, es decir, si las reglas de juego que se le ofrecen son las adecuadas. Tampoco estaría de más una cierta firmeza de los partidos políticos españoles ante las pretensiones de Bruselas. ¿Es qué tenemos que tragar todo lo que nos echen? Un poco de seriedad y valor serían muy convenientes en los tiempos que corremos.

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BALANZA COMERCIAL EUROPEA-12 Millones de ECUs 1988

1989

1991

1992

(hasta agosto) Importaciones

387.521

440.946

493.990

490.125

Exportaciones

362.794

407.790

423.497

432.022

SALDO

-24.727

-33.156

-70.493

-58.103

No es conveniente en Europa trabajar menos ni vivir de rentas

BALANZA COMERCIAL EUROPEA DE PRODUCTOS AGRARIOS BÁSICOS. SECTOR INDUSTRIAL, TRANSFORMACIÓN DE MATERIAS PRIMAS % de autoaprovisionamiento: 1960 — 45 % 1975 — 44 % 1990 — 45 % Importaciones anuales en M. de Tm.: 1960 — 46 1975 — 48 1990 — 52 Gastos de divisas por este concepto: 1990 — 19.000 millones de ECUs

POSICIONES ARANCELARIAS MÁS DEFICITARIAS DEL COMERCIO EXTRACOMUNITARIO (12). (1991: Millones de ECUs) Ranking

Código Aranc.

Producto

Déficit

I 2 3 4 5 6 7 8 9 10

33 05-07-08-22 84 75 68 25-64 76 24-63 03 32

Petróleo Vegetales Vestido Computadores Metales no férricos Papel y pasta Telecomunicación Madera Pescado Hullas, cookes

50.000 18.000 15.000 15.000 13.000 12.500 10.000 8.500 6.000 5.300

TOTAL

153.300

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IMPORTANCIA DE LOS PRODUCTOS AGRARIOS EN EL DÉFICIT C. E. E. 12 (1991: Millones de ECUs) Déficit

Producto

Código Arancelario

8.000** 3.300 3.300** 3.200* 4.200** 8.300* 6.300* 2.200* 6.000

Leguminosas, frutos Café, té, cacao Alimentos ganado, PSC Granos, frutos oleaginosos Pasta, papel y residuos Papel, cartón, celulosa Madera Madera trabajada (exc. muebles) Pescado

05 07 08 22 25 64 24 63 03

Déficit total por causa de sectores con importaciones muy superiores a las exportaciones

44.800

a) Se acerca mucho al déficit petrolero. b) Representa un 25 % del producto bruto del sector C. E. E.-12. c) *, **, posibilidad de producir parcial o total en la C. E. E. (30.000 M. ECUs. Podrían ahorrarse) (Toda la P. A. C.-F. E. O. G. A.) unos 25 millones de hectáreas en nuevos cultivos.

RESPONSABILIDAD DEL SECTOR AGRARIO EN LA BALANZA EUROPEA-12 (1991: M. ECUs) Cód. Aduanero O

Producto Productos alimenticios Animales vivos Bebidas, tabaco

21-22 24-26 29 4 63-64

Importación

Exportación

Saldo

35.039

22.946

-12.093

3.097

8.200

5.103

21.626

4.785

-16.841

1.684

1.332

-352

16.993

6.556

-10.437

Materias brutas no comestibles (cueros, maderas, fibras, granos)

Aceites, grasas, ceras (*) Obras madera, papel, cartón, celulosa (exc. muebles)

(5) Incluye un cierto valor añadido no directamente agrario. (Este déficit no incluye el caucho)

78.439 16% de las compras totales C. E. E.

43.819 10% de las ventas totales C. E. E.

-34.620 Representa el 49'11 % del déficit total de la C. E. E.-12

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IMPORTACIONES DE P. S. C. SIN PAGO DE ARANCEL (Millones de Tm.) Mandioca (cupos pactados) Corn gluten feed (sin limitación) Germen de maíz (fraudes de epígrafe) Pulpa de remolacha Residuos naranja Residuos industria alimentaria (EE. UU.)

7 5 '6 2 5 '5 1 '8 3 '2

TOTAL

80-

25 '1

PORCENTAJE DE CEREALES EN LOS PIENSOS DE LA C. E. E.

70605040Cereales

3020-

10 —

o

11

No cereales

FRAUDES ARANCELARIOS COMPROBADOS (Comisión de encuesta de Bruselas: DG I, DG VI, DG XXI) 1.Germen de maíz: Producción total EE. UU.: 1'2 M. Tm. Ventas a la C. E. E.: 2'4 M. Tm. 2. Corn Gluten Feed: a) Mezclado hasta e140 % con germen de maíz: 1 M. de Tm. b) Adulterado hasta el 50 % con maíz partido: 1'5 M. de Tm. FRAUDE TOTAL COMPROBADO ENTRE 3 y 4 M. de Tm. PERJUICIO ECONÓMICO PARA LA C. E. E.: 300 M. de ECUs

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TODAVÍA UN INTERROGANTE: ¿P. A. C. = DESARROLLO? Jaime Dena Mateo Tras más de veinte años de sindicalismo agrario, uno no deja de sorprenderse cuando oye cómo desde la Comunidad Europea se nos dirige con políticas y medidas destinadas a favorecer el desarrollo del medio rural, cuando no la conservación del medio ambiente (no sólo como necesidad social sino también como fuente de desarrollo del medio rural), o el sector agrícola e industrial artesanal agroalimentaria e incluso, en ocasiones, es el turismo rural (que no agroturismo) el que viene a desarrollarnos por doquier. Resulta en cualquier caso paradójico que esto se proponga desde la concepción de un medio urbano y que se argumente la necesidad de reestructuración de un sector que configura el auténtico medio rural, destruyendo las pequeñas y medianas explotaciones —verdadero tejido social de nuestros pueblos— y que a nosotros, los agricultores, se nos vea como los futuros guardianes de la naturaleza. ¿Es que acaso no lo hemos venido siendo hasta ahora? Frente a esto, las consabidas fórmulas que la perversa Política Agraria Comunitaria ha ideado para ¿evitar? que desaparezcan los agricultores y ganaderos de nuestro país: entre ellas, unos Planes de Reforestación que, además de los retrasos en su aplicación, debido a que desde Bruselas se dio marcha atrás en la asignación inicial de presupuestos a nuestro país (y otros que necesitan esta reforestación) y que a todo el mundo se le ha olvidado considerar que lo que se reforestaba era suelo agrario, o unas medidas de jubilación anticipada (60 a 65 años) que en un principio en nada favorecían la transmisión de la explotación familiar agraria —recordaré que la C. O. A. G. luchó para que fuese posible la cesión de padres a hijos de la explotación, consiguiéndose finalmente, aunque en condiciones difíciles— y porqué no

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contemplar las medidas de acompañamiento referidas a prácticas agroambientales, todavía sin aplicación práctica en nuestro país. El objetivo que la P. A. C. persigue a través de la aplicación de estas medidas de acompañamiento nos dicen que es "el de compensar la pérdida de rentas agrarias". La realidad es que lo que persigue no es otra cosa que la reducción de suelo agrario. Y las dificultades para transmitir la explotación familiar y la imposibilidad de articular una serie de medidas que sean compatibles con el medio ambiente o el acusar a los agricultores de los fallos de la Política Comunitaria no son más que intentos de desembarazarse de un medio rural que, no obstante, todo el mundo manifiesta su intención de proteger. A modo de análisis final, diré que entiendo que los objetivos propuestos por esta P. A. C. no resisten una mínima comparación con la realidad —esto es, con nuestra realidad, la que vivimos en los pueblos, día a día y en el campo aragonés y español—. Entiendo, por otra parte, que una política hecha por la terna mayoritaria de países conservadores que componen nuestra C. E. E. no puede responder más que a objetivos conservadores, y así, los más favorecidos por la aplicación de la misma son los grandes propietarios, mientras que la reconversión necesaria —según dicen— para rentabilizar el sector, únicamente la sufren las pequeñas y medianas explotaciones, a las que no se les da otra opción más que la de abandonar o posponer su abandono con una diversificación de su actividad. El porqué de esta realidad no es tan difícil de entender si observamos en uno de los sectores más significativos de los reformados por la P. A. C. cómo el reparto de las Ayudas Compensatorias a las Rentas Agrarias se efectúa de forma muy desigual —me estoy refiriendo al sector de cultivos herbáceos (cereales, oleaginosas, proteaginosas)—. Si atendemos a las estadísticas del C. O. P. A.-C. O. G. E. C. A. y de nuestras propias Administraciones, Estatal y Autonómica, podremos ver cómo alrededor de un 80 % de las ayudas van a parar en la C. E. E. a manos de un 20 % de los propietarios, y en nuestra Comunidad Autónoma el 93 % de solicitantes estarían percibiendo el 57 % de las ayudas repartidas en Aragón, mientras que al 7 % de los propietarios le correspondería el 43 % del total de estas ayudas (unos 10.000 millones de pesetas), percibiendo 17 de estos propietarios cantidades que oscilan entre los 25 y los 100 millones de pesetas: Con-

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sidero que para el lector estas cifras serán harto significativas y servirán para explicar la postura de la U. A. G. A./C. O. A. G. al solicitar en todas las negociaciones la URGENTE MODULACIÓN DE ESTAS AYUDAS COMPENSATORIAS. La conclusión final es obvia y, espero, compartida por la mayoría. En una C. E. E. gobernada por una mayoría de tendencias conservadoras, el sector agrario y el medio rural en general no tienen quien les quiera.

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LA MODERNA AGRICULTURA Y EL MEDIO AMBIENTE Agustín Mariné

Los tecnócratas que han decidido desmantelar la agricultura europea andan buscando la razón decisiva. Al igual que en el proceso de Santa Juan de Arco, o en los de la K. G. B., hay que encontrar un pretexto. Tienen, para empezar, las razones económicas y presupuestarias. La agricultura es demasiado cara. No interesa. Pero, acto seguido, surge la duda acerca del abastecimiento exterior. ¿Será operativo? ¿No hipotecará otras decisiones —si existe una dependencia tan fuerte—, como ya ocurrió en el pasado con el petróleo? Los suizos (que no son gente atrasada ni desinformada), no consienten en desmantelar su agricultura, aunque resulte más cara que la del extranjero. En el fondo, todos los sectores económicos de una sociedad avanzada guardan una relación interna. Cualquier cosa producida en un lugar tiene un costo interdependiente con el resto de la economía, de manera que no basta con decir que la libre competencia va a arreglar las cosas. Para que exista una competencia leal y aceptable, el punto de partida de todos los contendientes debe ser el mismo, y también las reglas del juego. El agricultor trabaja según parámetros dados (tipos de interés, fiscalidad, obligaciones sociales) que no puede cambiar y, en base a ellos, produce. Si desean que su producción resulte más barata (para competir con la de otras áreas económicas) deben crear las condiciones previas en el ámbito de los inputs, cargas y financiación. Por todo ello, la sola razón económica y presupuestaria no es del todo satisfactoria para los que desean eliminar a los campesinos. Pues bien, ahora han encontrado otra razón que viene en su ayuda. Se trata de la ecología o el medio ambiente. Según los tecnócratas de Bruselas, los agricultores hemos destruido el medio ambiente. Hay que dejar las tierras yermas para que la naturaleza se recomponga. Hay que producir extensivo en lugar de intensivo, para que

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la actividad agraria sea sostenible. Ante estos razonamientos, el agricultor está herido de muerte. Nadie va a defenderle, e incluso le pueden declarar enemigo público. Pero la contaminación del medio es un fenómeno complejo. Para empezar, tenemos la contaminación del aire: están las emisiones de CO2 a la atmósfera producidas por la combustión (industrias, calefacciones, automóviles). Poco tiene el agricultor que ver con este problema. Pero se trata de un asunto capital: es el que está causando el efecto invernadero, que amenaza con cambiar el clima —según afirman— y sumir el planeta en la destrucción total. Están también las emisiones de plomo a la atmósfera (causadas por los aditivos de la gasolina, fundamentalmente); además tenemos las fugas de los CFC, usados en la moderna maquinaria, que liberan átomos de cloro en la troposfera (devoradores de ozono) con imprevisibles efectos sobre la vida. Ni el plomo ni los CFC proceden de la agricultura. Queda el azufre. Además de ser perjudicial para el ozono, origina la lluvia ácida, que mata nuestros bosques. Sintiéndolo mucho, tampoco son los agricultores quienes lanzan el azufre a la atmósfera. Mejor buscamos en las calefacciones de las ciudades, en las centrales térmicas, en los tubos de escape de los automóviles y en las chimeneas de las industrias. En realidad, los agricultores no sólo no contaminan el aire, sino que son los que mejor pueden limpiarlo y, así, los que un mayor servicio pueden prestar a la sociedad: gracias a las plantas cultivadas puede recuperarse carbono del aire y liberar oxígeno (mecanismo de la fotosíntesis). Cuanto más produce un campo, mayor cantidad de carbono se retira de la atmósfera. Así, por ejemplo, plantas como el maíz o la remolacha pueden eliminar del aire hasta 25 toneladas de carbono por hectárea y año, mucho más que los bosques y, por supuesto, infinitamente más que las cosechas extensificadas que Bruselas pretende imponer. Sólo el maíz europeo, por ejemplo, retira de la atmósfera más de un kilo de carbono por habitante de la Comunidad y por día. Por lo tanto, la sustitución de plantas muy productivas por otras menos eficaces, lejos de mejorar el medio ambiente, va a agravar el efecto invernadero, sin que tengamos ninguna solución alternativa. La contaminación de las aguas proviene, sobre todo, de los vertidos industriales o urbanos. Se ha comprobado que en el Mediterráneo la situación es grave cerca de las ciudades o en la desembocadura de los ríos que se usan como colectores. El agricultor tan sólo contribuye a la contaminación de las aguas con algunos insecticidas o herbicidas

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solubles, que tal vez puedan —por infiltración en el suelo— llegar a los acuíferos. Gracias a Dios, en el mundo de la agroquímica hemos avanzado enormemente. Hoy en día, se usan productos tan eficaces que 100 gramos por hectárea bastan para el control de la plaga que nos interesa. Muchos de ellos son biodegradables, por lo que no contaminan. Las toxicidades para la fauna se han reducido enormemente. Podemos afirmar, pues, que la moderna agricultura ha dejado de contaminar químicamente las aguas. Queda el tema de los abonos y la posible contaminación por nitratos de las aguas infiltradas. Lo primero que debemos saber es que hoy se ha llegado a un extraordinario ajuste entre la oferta (abonos gastados) y la demanda (abonos integrados por la planta en la cadena viva). Apenas existen residuos que puedan perderse en el medio y contaminarlo. Además, en países como España, donde la evaporación es importante, resulta difícil encontrar nitratos infiltrados en las áreas rurales. Resumiendo: el nitrógeno se maneja cada vez mejor, se asi-

La moderna agricultura no está reñida con el medio ambiente

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mila más por las plantas y se pierde menos; el fósforo y el potasio son minerales poco solubles y normalmente, o son captados por las plantas o permanecen en los campos como reservas. En realidad, el problema de la contaminación de los acuíferos por nitratos se presenta sobre todo en los países lluviosos del norte y en las áreas superpobladas. Es el exceso de población en una superficie dada y no el agricultor lo que está en la base del problema. Ultimamente mueren muchos árboles por intoxicación de la raíz, y no sólo por la lluvia ácida. Parece ser que en las áreas de fuerte carga ganadera (Holanda, norte de Francia, Alemania o Dinamarca) existe dificultad para reciclar en el medio los excrementos de los animales. En las grandes concentraciones de producción de carne (lo que han llamado engorde "fuera del medio rural", o en francés "ateliers") se produce una infiltración en el suelo de determinados ácidos orgánicos que causan la muerte de los árboles. En Holanda se estima que han muerto por esta causa un 33 % de los árboles. En Alemania ocurre algo parecido en algunas zonas. En Francia existe un debate nacional, con pleito en el Tribunal Supremo, por la denegación de un permiso para criar en una finca del norte del país tres millones de gallinas. Este problema de contaminación por residuos ha sido generada por sociedades urbanas que han pretendido hacer negocio con el engorde del ganado al margen de las fincas agrícolas. Decía el Libro del Génesis que Dios hizo los animales y les dio las plantas para su sustento. Actualmente, engordan los animales con residuos industriales de importación, fuera de las fincas, sin ver el sol ni tomar el aire —y en condiciones sumamente discutibles desde el punto de vista del buen trato y el respeto que les debemos incluso siendo animales—. El animal ligado al medio nunca ha producido contaminación del subsuelo y nunca ha matado árbol alguno por culpa de sus ácidos orgánicos. Bruselas haría bien en estudiar una norma que, de una vez por todas, prohibiera el engorde de animales fuera de las fincas y obligara a alimentarlos con productos naturales (cereales y forrajes) sin residuos, ni hormonas, ni extrañas mezclas en cuya composición entran a veces incluso excrementos de otros animales. En cuanto a la vida salvaje y a la conservación de hábitats, puede encontrarse un equilibrio entre su existencia y el trabajo agrícola. En Noruega tienen un programa de evaluación de las pérdidas ocu-

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rridas en la agricultura por culpa de la fauna salvaje, y no son tan elevadas que no puedan asumirse. Todo es cuestión de estudiarlo y es posible proponer soluciones sensatas. Como conclusión, podemos afirmar que la agricultura moderna no causa ninguna de las graves contaminaciones observadas en el medio. Antes, al contrario, contribuye a aliviar el efecto invernadero y podría ayudar a corregir la infiltración de ácidos orgánicos causados por los engordes intensivos. Un buen programa consistiría en recuperar la producción animal ligada al medio natural, valorando otra vez la tradicional calidad de las carnes y otros productos ganaderos. Estoy seguro que los consumidores lo agradecerían y, además, las fincas recuperarían su antigua función. DESTINOS NO ALIMENTARIOS DE LAS COSECHAS AGRARIAS 1. Energía: a) Biomasa para combustión (programa de Suecia). — Efecto medioambiental neutro. Equilibrio de CO2. b) Cereal: Remolacha para alcohol... Etanol (programa EE. UU.). —Efecto mediambiental positivo. Eliminación Plomo. c) Colza para gasóleo (programa de Alemania). —Efecto medioambiental positivo. Eliminación azufres.

2. Pasta de papel y aglomerado. Maderas de crecimiento rápido. Plantas enteras de fibra, celulosa, biomasa. —Efecto medioambiental positivo. Conservación de bosques. 3. Química de síntesis: a) Plástico biodegradable (programa de Italia). b) Termoplástico (programa de Ferruzzi). c) Biotécnica. Obtención de cualquier producto desde bases renovables. Siglo XXI. (Siglo XX = petróleo; siglo xix = hullas y carbonos). 4. Muebles y embalajes. Maderas de crecimiento lento. — Efecto medioambiental positivo. Ritmo de explotación lento. 5. Pintura, cola, esmaltes, esencias, lubricantes, caucho.

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COSECHAS ALTERNATIVAS DE REGADÍOS Árboles de crecimiento rápido: —Eucalipto (suelo ácido y tibio). —Chopo (suelo básico y frío). Otros árboles: —Olmos, sequoias, pinos americanos, criptómeros de Japón, nogales y castaños, robles. Cañas de provenza. Kenaf. Miscantus. Cáñamo. Cynara.

COSECHAS ALTERNATIVAS SECANOS ÁRIDOS Guayula: Para la producción de caucho. Producto estratégico. Jojoba: Plantación fija arbustiva para aceites especiales. Producto de gran valor. Árboles adaptados: Plantación a muy largo plazo.

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JUVENTUD Y FUTURO Juan Carlos Sampériz Viñas Sin juventud no hay futuro. Los jóvenes son garantía de continuidad y progreso en todos los campos y aspectos de la vida (sociales, profesionales, económicos, familiares, humanos, etc.). La sociedad rural está perdiendo la savia nueva, padeciendo un auténtico cáncer con el abandono masivo de jóvenes, condenando a nuestros pueblos a un progresivo deterioro y una muerte segura, si no ponemos remedio. Detrás queda la frustración de los más mayores del lugar, que sacrificaron toda una vida, destinando el fruto de su trabajo a mecanizarse, a poner en regadío sus fincas, instalaciones, etc., a costa de renunciar a vacaciones, bienes de consumo, ocio y cultura, pensando que sus hijos hoy podrían vivir mejor de la tierra llevando una vida más holgada. Pero la realidad actual es bien distinta: el 50 % de aquellas fincas que tanto costó poner en regadío se encuentran yermas, y el otro 50 % de girasol mal criado, que el fin de semana vendrá a regar el hijo que tuvo que ir a la ciudad porque el campo ya no le daba para vivir, eso sí, vendiendo antes la mejor finca para la entrada del piso, ya que la tierra no es aceptada ni como aval bancario. Los que fueron labrando detrás de las mulas, gentes nobles y de sentido común, han vivido grandes cambios pero todos hacia delante, para mejor. La actual situación de abandono de tierras y de jóvenes, de desprofesionalización, destrucción de estructuras (cooperativas, explotaciones familiares, empresas relacionadas con el sector agrario, etc.), pérdidas de servicio (escuela, médico, veterinario, oficios artesanales, tiendas, talleres, etc., etc.), es un paso hacia atrás, digan lo que digan los de Bruselas y por más limosnas que manden a través de la P. A. C. Una Política Agraria totalmente condicionada a acuerdos internacionales (G. A. T. T.), basada en la reducción de las producciones cuan-

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do hay un déficit en la balanza comercial europea de 24.000 millones de dólares en productos agrarios y, por otro lado, se establecen unas ayudas para compensar la pérdida de renta de los agricultores europeos que cuesta 27.000 millones de ECUs, una situación que la economía europea no podrá soportar por mucho tiempo. La salvación ha de pasar, entre otras medidas, por establecer un nuevo orden laboral en el medio rural que vaya más allá de proponer iniciativas de turismo rural o artesanía inviables en la mayoría de los pueblos, fomentando alternativas laborales fundamentalmente femeninas, contemplando la agricultura como necesaria y motor principal de la economía rural, partiendo de una profunda reestructuración laboral encaminada a facilitar el redimensionamiento de las explotaciones a los agricultores profesionales, legislando en favor de éstos y evitar así el alto grado de intrusismo que supone en el ejercicio de la actividad agraria un colectivo mayoritario de propietarios y agricultores de fin de semana a quienes está beneficiando realmente la actual política de subvenciones. Produciéndose una gran dispersión de la renta agraria y un alejamiento reinversor del mundo rural y agrario, debilitando fuertemente sus estructuras y las perspectivas de progreso. La actividad agraria debe quedar en manos de agricultores jóvenes y profesionales que puedan obtener unas rentas dignas que les permitan vivir y mantener el tejido rural siendo garantía de futuro y progreso para el sector. Es necesaria una legislación que defina los distintos tipos de agricultor, así como las bases para constituir una explotación agraria que facilite los arrendamientos y dé mayor fluidez al mercado de la tierra reduciendo impuestos cuando las trasmisiones patrimoniales sean de padres agricultores a hijos agricultores y también en la compraventa, hasta llegar a un límite o Unidad Viable. En definitiva, se trata de mejorar la estructura de la explotación familiar en cuanto a dimensión se refiere, punto de partida esencial para su viabilidad, que haga posible el asentamiento de un mínimo de población rural joven estable que dinamice la economía y la vida de nuestros pueblos.

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Sin juventud no hay futuro

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Ă?ndice


PLANTEAMIENTO DE DESARROLLO RURAL Pedro A. Salas Parra La Mancomunidad de Flumen-Monegros la componen 23 municipios de la zona suroeste de la provincia, en la cuenca media del río Flumen y con la comarca natural de Monegros como centro. Su población —19.727 habitantes en 1991, un 22 % menos que en 1960— se organiza en 42 pueblos y abarca una extensa superficie de casi 2.000 km2. En este extenso terreno monegrino se cultiva la práctica totalidad de la superficie agraria útil (140.448 Has.) y sólo hay 8.212 Has. de superficie maderable. Las superficies cultivadas se reparten casi mitad por mitad entre el secano y el regadío. Tiene una agricultura muy mecanizada, ya que en 1991 disponía de 2.744 tractores, uno por cada 51 Has., y de 403 cosechadoras, una por cada 348 Has. La ganadería predominante es el porcino y el ovino. Se trata, pues, de una comarca netamente agraria que, sin embargo, está sufriendo rápidamente un proceso de terciarización sin tener apenas una franja industrial. Existen 66 empresas censadas con una media que no alcanza a los 9 empleados por industria. El número de licencias fiscales industriales descendió, entre 1989 y 1991, en un 5 %. El número de éstas se mantiene en las manufacturas, en los servicios pasa de 885 a 1.487 en esos dos años y se incrementa en un 20 % en la construcción. En el año 1991, la superficie comercial media era de 186 m2 para un total de 176 comercios censados. Existe un reducido número de alojamientos para los visitantes puesto que el total de plazas hoteleras en este extenso territorio es de 60, concentradas fundamentalmente en Sariñena. Los plantéamientos para su desarrollo deben estar orientados, en primer y fundamental lugar, hacia el mejor aprovechamiento de los recursos agrícolas y ganaderos, para lo cual es imprescindible que se produzcan las reformas estructurales en comercialización necesarias.

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Existe sin embargo, una opción hasta la fecha, rara vez contemplada, sobre la que sustentar uno de los pies del desarrollo de Monegros: el turismo. El resto de mi intervención va a estar orientada a discernir cuáles son los recursos turísticos y qué modelo de turismo puede convertirse en elemento complementario del desarrollo monegrino. El paisaje constituye el principal recurso turístico de esta extensa comarca. Paradójicamente, las amplias extensiones abiertas y resecas donde el agua escasea, sus vivos contrastes con los campos de cultivo de regadío y, mayormente, las sierras, con la de Alcubierre como punto más característico, constituyen un conjunto de paisajes anómalos en la cultura visual centroeuropea, de extensiones cubiertas de bosque, montañas y nieve. La peculiar característica de este paisaje, unida a la proximidad de la sierra de Guara y del Pirineo, hacen que la visita a la provincia de Huesca pueda contener un amplio fresco de contrastes que, ofertados en conjunto y adecuadamente, se verían muy bien complementados. En este sentido, la declaración de la zona de protección a lo más significativo de las estepas monegrinas, ya sea Parque Nacional o Natural, constituiría un paso muy importante en esa dirección. Con dicha declaración no sólo se introducirían unas normas de uso en un espacio por ahora poco deteriorado, sino que además irían acompañadas de las necesarias inversiones para un mejor aprovechamiento de sus recursos y la difusión y promoción nacional e internacional que conlleva la simple declaración. Así pues, queda clara la necesidad de que todas las instituciones políticas y sociales de esta comarca realicen una profunda labor en dos sentidos. Uno, en el de apoyar decididamente ante las instancias administrativas pertinentes la creación del espacio protegido: el otro, el iniciar una tarea de concienciación entre la población de la comarca de que tal declaración no sólo es posible, está justificada y es necesaria, sino que además será beneficiosa y de que el paisaje, tantas veces duro y cruel para dar sus frutos al labrador, tiene importantes valores positivos desde el punto de vista turístico. Este cambio de actitud frente a algo que tradicionalmente ha sido hostil para los habitantes de Monegros debe combinarse con un modelo turístico que responda a los siguientes patrones, ya experimentados con éxito en otros puntos de la provincia.

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Ha de ser éste un modelo turístico de nulo o escaso impacto sobre el urbanismo y la cultura tradicional en la forma de construir en la zona: se trata de construir sobre lo ya existente, evitando actuaciones aisladas de la población y ajenas a ella. Se trata, también, de construir o rehabilitar por parte de los que ya están aquí, de manera que —inicialmente al menos— sean los propios habitantes de la zona los que tengan la oportunidad de obtener los beneficios que esto produzca. La dimensión de las actuaciones debe ser planteada como un elemento puramente complementario, sin perspectiva de que suponga un cambio de actividad. Y, por último, se trata de que el turismo se emplee como motor para cambiar —en una pequeña parte— la forma de practicar la agricultura y la ganadería y el destino de la producción. Este modelo debe permitir que algunas tierras se destinen a cultivar los productos que luego son de consumo turístico y hacerlo con las características que permitirán que dichos productos sean apreciados y mejor pagados por el turista. La creación de empresas que ofrezcan al turista servicios complementarios para el uso y disfrute del paisaje (paseos a caballo, observación de pájaros, caza, excursiones, visitas guiadas...) y de la cultura gastronómica (restauración y artesanías alimentarias) completarían el modelo en lo que a infraestructuras y servicios se refiere. Lógicamente esto sólo tiene posibilidades de ser promocionado si se hace conjuntamente, constituyendo los propietarios una misma red, y, ya desde el punto de vista de la provincia, si se ofrecen dentro de un amplio abanico de contrastes: Pirineo, Sierras Prepirenaicas y Monegros. Así pues, en mi opinión, el desarrollo de Monegros está fundamentalmente relacionado con las mejoras en la obtención de rentas directas de la agricultura y la ganadería, pero es inevitable un lento pero continuado declive hacia la sociedad de servicios y ocio, y Monegros debe prepararse para arrancar a su paisaje también el valor añadido que el turismo le posibilita. Para ello, un modelo equilibrado de promoción del turismo en el espacio rural y el establecimiento de una figura de protección del paisaje monegrino constituirían dos importantes pasos adelante.

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CONCLUSIONES ASPECTOS SOCIOLÓGICOS Estas jornadas han puesto de relieve la complejidad y situación de un sector duramente castigado por la Política Agraria Común, que propicia el abandono masivo de jóvenes ante un futuro incierto, sin alternativas laborales, con una continuada pérdida de población y servicios que conduce a la desaparición de muchos pueblos con graves consecuencias socioeconómicas, desequilibrio territorial e irreparables perjuicios ecológicos.

1) LA CULTURA RURAL La sociedad de consumo propicia el asentamiento de la población en las grandes urbes. Es en la ciudad donde ponen los ojos la mayoría de los ciudadanos para alcanzar sus éxitos y conquistas en todos los terrenos (sociales, económicos, profesionales, políticos, deportivos, etc.). Aunque luego la mayoría alcanza el estrés que conlleva la vida dinámica de la ciudad y la frustración por no alcanzar todo aquello que ésta le ofrecía en principio. No se trata de analizar si es mejor la cultura rural o la urbana; ambas ofrecen distintas posibilidades de desarrollo para el individuo, siempre y cuando los poderes públicos propicien el acceso a la educación, cultura, sanidad, ocio, etc., junto a la equiparación de rentas; el vivir en un pueblo o en una ciudad será cada día más una cuestión secundaria. Los propios habitantes del medio rural nos convertimos en ocasiones en los principales detractores de nuestra cultura, animando a nuestros hijos a que abandonen el pueblo, cuando deberíamos sentirnos orgullosos y potenciarla.

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Deberían concederse becas especiales para enseñanzas medias y superiores a los habitantes del medio rural, al objeto de compensar la gran diferencia de costes que existe entre el que habita en un pueblo y en una ciudad.

2) MANTENER LA POBLACIÓN Mantener el número de habitantes y evitar que las pirámides de edad se inviertan es el gran reto de nuestros pueblos para impedir la pérdida de servicios y su deterioro. Cuando en un pueblo empieza a marcharse gente, se crea el ambiente propicio para que se vayan los que no pensaban irse. La vivienda en un pueblo es calidad de vida; ofrece intimidad, independencia, amplitud de espacio, libertad de juego y esparcimiento para los niños y es más barata que en la ciudad. Aunque el trabajo esté en la ciudad, es conveniente potenciar la residencia rural. Las residencias de ancianos constituyen un trauma, sobre todo para los del medio rural, por su desarraigo e inadaptación a la ciudad. Para evitarlo es necesario crear centros de asistencia rurales (comedor, lavandería, asistencia a incapacitados y enfermos, etc.).

El envejecimiento de la población, un freno al desarrollo rural

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Incentivar que regresen a jubilarse a los pueblos los que un día se fueron; construyen viviendas, en vacaciones y fines de semana son visitados por sus hijos y nietos, aumentando la población temporal y contribuyendo así al mantenimiento de los servicios. La mujer del medio rural ha perdido su papel funcional; las más jóvenes optan por marcharse a la ciudad en busca de trabajo y emancipación, se produce la masculinización de la sociedad rural y un desarraigo con el medio que hace presagiar una elevación del nivel de soltería y que los escasos matrimonios vayan asentándose en la ciudad. La mujer es el principal factor de desarrollo de cualquier sociedad, el mundo rural no puede prescindir de ella. Por tanto, es necesario emprender acciones encaminadas a conseguir una mayor igualdad social, mayor oferta de empleo rural y formación específicamente vinculada a profesiones rurales, acceso a la titularidad de explotaciones agrarias y ejercicio de la actividad asumiendo la gestión y el riesgo empresarial de manera que puedan conseguir unas rentas dignas que les permitan emanciparse o contribuir a la economía familiar, consiguiendo el nivel de independencia de la ciudad.

3) EL PATRIMONIO FAMILIAR La mejora de rentas de los agricultores pasa por una renovación de estructuras (cooperativas, regadíos, explotaciones, etc.), cuya eficacia dependerá de un pilar fundamental que es la formación y la capacidad social, asociativa y profesional de los agricultores, verdaderos protagonistas de su propio desarrollo. Tener un buen patrimonio, es decir, suficiente extensión de tierra propia para vivir, es algo muy deseado por cualquier agricultor, aunque cada día es menos determinante en la viabilidad de las explotaciones más progresistas, donde la formación y capacidad de gestión del agricultor se convierten en el principal valor patrimonial que le permite obtener la máxima rentabilidad a los escasos medios disponibles, buscando otras alternativas de producción, utilizando modernas tecnologías y criterios empresariales, llegando en ocasiones a prescindir del capital tierra. Proliferan las sociedades familiares y cada día se divide menos el patrimonio familiar. Padres e hijos o entre hermanos forman comu-

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nidades de bienes y sociedades civiles, constituyendo empresas con buena rentabilidad, que sería imposible de alcanzar de forma individual. Además de la ventajas laborales que supone el trabajo en equipo en cuanto a eficiencia y productividad, facilita el tiempo libre y vacaciones consiguiendo un trabajo más llevadero y humanizado. Este tipo de asociaciones necesitan ser legisladas, dándoles una forma jurídica propia y dotación de ayudas y exenciones fiscales.

4) LA POLÍTICA AGRARIA COMÚN La Política Agraria Común, condicionada por los acuerdos del G. A. T. T., se ve obligada a disminuir las superficies de cultivo, intenta con buen fin a través de ayudas compensar la pérdida de rentas de los agricultores, para ello establece unos mecanismos de aplicación, subvencionando las hectáreas, la comarcalización de las producciones, entrando ya en arbitrariedades e injusticias debido a los grandes contrastes de nuestra región, que continúan al no quedar definido quién es agricultor y qué es una explotación familiar, saliendo beneficiadas las grandes explotaciones, al no quedar establecida la unidad máxima subvencionable (U. M. S.) en función del número de trabajadores. La agricultura a tiempo parcial que obtiene fácilmente una renta complementaria al sueldo obtenido en otros sectores, y los propietarios de tierra, que cultivándola en aparcería con otros agricultores obtienen unas rentas fáciles. Los perjudicados, los agricultores profesionales, que trabajan y viven exclusivamente de la tierra y auténticos destinatarios de las ayudas, encuentran grandes dificultades para redimensionar sus explotaciones e iniciar una necesaria reestructuración, que pasa por adaptar las máquinas a la superficie, mejor aprovechamiento de la mano de obra, desarrollando el asociacionismo y amparado todo ello en un marco político adecuado a partir de una buena base de información que permita conocer la realidad agraria, comarca por comarca.

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5) EL COOPERATIVISMO El c000perativismo, elemento clave en el desarrollo agrario, perdió su oportunidad en los años 70, al no desarrollar la ganadería industrial (aves, porcino, fundamentalmente) aprovechando la producción cerealista. La Política Agraria Común ha puesto de manifiesto su fragilidad, acabando con las cooperativas más importantes de nuestra provincia que, condicionadas por localismos, cuestiones de intereses personales e influencias políticas, no han sabido dar una respuesta al sector que hoy exige eficacia y resultados económicos, dejando a un lado ideologías, espíritu cooperativo y otras filosofías que no tienen razón de ser. El agua —elemento cada día más codiciado— es factor esencial de desarrollo; necesita de nuevos planteamientos e infraestructuras para su mejor aprovechamiento. Las organizaciones agrarias, enfrentadas e impotentes ante la situación, necesitan más participación del agricultor a todos los niveles en aras de una mayor independencia y eficacia reivindicativa. Un futuro bastante incierto para el medio rural, cuyo desarrollo va a depender de la capacidad de iniciativa de sus habitantes para cubrir los vacíos profesionales y potenciar todos los factores anteriormente expuestos. Todo ello amparado en acciones políticas que acometan con decisión actuaciones prioritarias, sin olvidar que la actividad agraria debe seguir siendo el motor de la economía rural..

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LA COMISIÓN ORGANIZADORA — Agricultores del C. E. T. A. "Monegros": Jaime Pociello Calvet José Manuel Viñas Malo Cristóbal Périz Peralta Francisco Loscertales Rota Julio Sampériz Corvinos José Víctor Nogués Barraguer Juan Carlos Villellas Périz Javier Peralta Gavín Juan Carlos Sampériz Viñas Josué Elbaile Boltaina

— En representación del Ayuntamiento de Lalueza: Ernesto Corvinos Santolaria Martín Malo Corvinos Máximo Peralta Gavín

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AGRADECEMOS LA COLABORACIÓN A:

Excmo. Ayuntamiento de Lalueza Excma. Diputación Provincial de Huesca Instituto de Estudios Altoaragoneses Caja Rural de Huesca Ibercaja Agropirineos Ayerbe Albeitar III Alquiler de Maquinaria / Julio Sampériz Aplicaciones Terrestres J. Vizcarra Arasa "New Holland". Sariñena Asesoría Laguna Conte C. B. Comunidad de Regantes Lalueza Hnos. Badules Hnos. Viñas Malo Inamosa Isidro Javier Peralta Gavín Talleres Rosendo Sanz Agroquímica Monegros, S. L. Banco Bilbao Vizcaya Barrio, Máquinas Hidráulicas Cámara Agraria Local Central Hispano Cooperativa de los Monegros Ganavic, S. A. Sariñena Hnos. Gazol Cambra Juan Carlos Villellas Mario Mir Laborda Sarimóvil, S. A. L. Sariñena Talleres Cogasal, S. L. Grañén Talleres García Grañón Talleres Hnos. Palacín Vidal Peralta Pisa Casa de Juventud de Lalueza Asociación de Amas de Casa de Lalueza

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AYUNTAMIENTO DE LALUEZA

INSTITUTO DE ESTUDIOS ALTOARAGONESES (DIPUTACIÓN DE HUESCA)

9 788481 270327


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