Mapuches: Semillas de Chile 2011

Page 1

Mapuche Seeds of Chile

Polonia / Poland

Finlandia / Finland

2011 - 2012

D I R A C

C

H

I

L

E

Chileno de Mapuche Museo Arte Precolombino Semillas de Chile



Chileno de Mapuche Museo Arte Precolombino Semillas de Chile

Mapuche Seeds of Chile

Contenido / Content

4 Presentación Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile / Presentation Ministry of Foreign Affairs of Chile

7 Presentación Museo Chileno de Arte Precolombino / Presentation Museo Chileno de Arte Precolombino

9 Mapuche: Semillas de Chile / Mapuche: Seeds of Chile

10 Canto XXXII La Araucana / Chant XXXII of the epic poem La Araucana 13 Introducción / Introduction 16 El escenario y el hombre / The mapuche and their land 30 Los antecesores / The forebears 41 Riqueza y guerra / Wealth and war 55 Organización política / Political organization 65 Familia y organización social / Family and social organization 83 La economía y las artes / The economy and the arts 102 Creencias y valores / Beliefs and values 121 El chamanismo / Shamanism 133 Bibliografía / Bibliography


Mujeres mapuche ataviadas de acuerdo a la evolución del arte de la platería. De izquierda a derecha, se representan los siglos XVIII, XIX y XX (dibujo: José Pérez de Arce).


Chileno de Mapuche Museo Arte Precolombino Semillas de Chile

Mapuche Seeds of Chile

Development of Mapuche women’s silver adornments. Left to right: women attired with silver costume jewelry from the 18th, 19th and 20th centuries (drawing: José Pérez de Arce)


Las primeras crónicas escritas por los conquistadores en el siglo XVI, señalan que el mapudungun o lengua mapuche, era hablada desde el río Choapa hasta Chiloé, abarcando casi la totalidad de lo que fue Chile tradicional durante muchas centurias. Este pueblo fue, por lo tanto, la base del mestizaje español-indígena que caracteriza a gran parte de la actual población chilena. De ahí el nombre Mapuche: Semillas de Chile, que hemos elegido para esta exhibición. La sociedad mapuche fue apreciada por su bravura y carácter indómito por los propios españoles que la combatían. La Araucana de Don Alonso Ercilla, primer poema épico americano y una de las obras cumbres de la literatura del Renacimiento español, es una alabanza a esta nación “que no ha sido por rey jamás regida ni a extranjero dominio sometida”, refiriéndose a su resistencia a la conquista Inka y a su ulterior rebelión constante a la invasión española. Recién a fines del siglo XIX, el gobierno de Chile incorporó definitivamente a este pueblo a la sociedad chilena. Esta exhibición trata de la prehistoria de este particular pueblo, su reacción ante la invasión europea y el posterior proceso de la República por ocupar sus tierras. Se rescatan aspectos de su sistema familiar, cosmología, la economía y sus artes, dentro de los que destacan la escultura en madera, los tejidos y sobre todo la extraordinaria platería con que se adornaban las mujeres y sus cabalgaduras. Como inicio de su gira europea, tenemos el orgullo de presentar en Polonia y Finlandia este homenaje a uno de los pueblos originarios más numerosos de América, que aún conserva su lengua y los aspectos más esenciales de su cultura vernácula. La ocasión no podía ser más apropiada. En el caso de Finlandia, este año conmemoramos los ochenta años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas y esta exhibición inaugura una semana de celebraciones dedicadas a Chile. En lo que se refiere a Polonia, Mapuche: Semillas de Chile representa un nuevo hito en el intenso y fructífero intercambio cultural entre nuestros países. Tenemos el firme convencimiento que la cultura es un vehículo ineludible de acercamiento entre las naciones y como tal tiende a fortalecer y a potenciar los vínculos de confianza y conocimiento mutuo. Consecuentemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de su Dirección de Asuntos Culturales, orienta sus esfuerzos a impulsar actividades que permitan crear nuevos y más estrechos lazos con países que, como Finlandia y Polonia, le otorgan un alto valor al conocimiento de manifestaciones culturales provenientes de otras latitudes. Agradecemos al Museo Chileno de Arte Precolombino, dueño de esta valiosa colección y a todas las personas e instituciones públicas y privadas de Chile, Finlandia y Polonia, que colaboraron para la realización de este proyecto. El rescate, la puesta en valor y la difusión de nuestro patrimonio, en especial la de los pueblos originarios, es un tema prioritario para el Gobierno. Mapuche: Semillas de Chile es una prueba de ello.

Alfredo Moreno Charme

Ministro de Relaciones Exteriores de Chile


The first chronicles written by the conquerors in the 16th century state that mapudungun or Mapuche language was spoken from the Choapa River down to Chiloé, covering nearly all what used to be the traditional Chile for many centuries. These people were, therefore, the basis of Spanish-indigenous miscegenation that characterizes a great deal of Chile’s current population. That is where the name we have chosen for this exhibition derives from: Mapuche: Semillas de Chile (Mapuche: Seeds of Chile). Mapuche people were highly appraised for their braveness and indomitable character by the very Spaniards who struggled with them. Alonso de Ercilla’s La Araucana, first American epic poem and one of the masterpieces of Spanish Renaissance literature is a praise to this nation “that has never been ruled by king or subject to foreign domination,” referring to their resistance to Inka conquest and their subsequent permanent rebellion to Spanish invasion. It was only by the end of the 19th century that the Chilean Government finally incorporated these people to the Chilean society. This exhibition deals with the prehistory of these particular people, their reaction towards European invasion and subsequent Republican process to occupy their lands. Some of the features of their family system are rescued here as well as some others like cosmology, economy and arts, standing out for their wood sculpting, fabrics and, above all, the extraordinary silver jewelry used to adorn women and their horse gear. As starting point on our tour of Europe, we are proud to introduce in Poland and Finland this tribute to one of the most numerous indigenous peoples in the Americas, who still keep their language and the most essential aspects of their vernacular culture. The occasion could not be more appropriate. In the case of Finland, this year we will celebrate the eightieth anniversary of uninterrupted diplomatic relations and this exhibition inaugurates a week of celebrations dedicated to Chile. As regards Poland, Mapuche: Semillas de Chile represents a new milestone in the fruitful and intensive cultural exchange between our countries. We have the strong conviction that culture is an inescapable means of rapprochement between nations and as such it tends to strengthen and enhance the bonds of trust and mutual knowledge. Consequently, the Ministry of Foreign Affairs, through its Directorate for Cultural Affairs, focuses its efforts to launch activities that permit to create new and closer ties with countries that like Finland and Poland, attach a great value to the knowledge of cultural demonstrations coming from other latitudes. We thank the Museo Chileno de Arte Precolombino, as the owner of this valuable collection and all those people and public and private institutions of Chile, Finland and Poland, who contributed to the conduct of this project. The rescue, enhancement and dissemination of our heritage, in particular of indigenous peoples, is a priority issue to the Government. Mapuche: Semillas de Chile bears witness of that.

Alfredo Moreno Charme Minister of Foreign Affairs of Chile


En este suelo habitan las estrellas En este cielo canta el agua de la imaginación Más allá de las nubes que surgen de estas aguas y estos suelos nos sueñan los antepasados Su espíritu -dicen- es la luna llena El silencio su corazón que late.

Stars inhabit in this land The water of imagination sings in this sky Over the clouds that emerge from these waters and these lands our Ancestors dream us Their spirit–they say–is the Full Moon Silence its beating heart.

Elicura Chihuailaf

Elicura Chihuailaf


Presentación

Presentation

El pueblo mapuche es una de las etnias más numerosas de América. Sus orígenes proceden de los antiguos cazadores que colonizaron este continente hace más de diez mil años, quienes fueron los primeros en habitar los bosques templados en la zona austral de Sudamérica. A la llegada de los conquistadores europeos, en el siglo XVI, ya eran horticultores que vivían dispersos en un hermoso paraje de bosques, lagos y volcanes. Entre sus conquistas culturales más importantes, se encuentra la domesticación de la papa, uno de cuyos centros de origen se encuentra precisamente en esta zona. La primera gallina doméstica americana también ha sido registrada en tierra mapuche.

The Mapuche people are one of the most numerous ethnic groups in the Americas. Their origins derive from ancient hunters who colonized this continent more than ten thousand years ago, being the first ones to settle in the temperate forests in the Austral zone of South America. Upon arrival of the European conquerors in the 16th century, they were already farmers living scattered in a beautiful landscape of forests, lakes and volcanoes. Domestication of potato stands as one of their most outstanding cultural conquests, where this zone is precisely said to be one of its major sources of origin. The first domestic hen in the Americas is also recorded to have emerged from Mapuche lands.

Los mapuche opusieron una larga y tenaz resistencia a diferentes avances conquistadores por espacio de varios siglos. Finalmente fueron dominados y sus tierras ocupadas a fines del siglo XIX por el Gobierno de Chile. Desde entonces, han seguido la suerte de casi todos los pueblos originarios de América, sufriendo problemas de discriminación y despojo de sus tierras. A pesar de ello, aún conservan su lengua, sus costumbres y luchan por recuperar las tierras ancestrales perdidas. Hoy sus voces son escuchadas por el Estado y por los chilenos de buena voluntad; su representación en la sociedad y en la política nacionales es cada día más relevante.

Mapuche people opposed a long and stubborn resistance to different conqueror advances for several centuries. They were finally dominated and their lands occupied by the Chilean Government near the end of the 19th century. Since then, they have shared the fate of almost all indigenous peoples in the Americas, suffering discrimination and deprivation of their lands. Despite that, they still keep their language, their customs, and fight for regaining their lost ancestral lands. Today, their voices are heard by the State and by good faith Chilean citizens, becoming increasingly relevant in national policy-making.

La exhibición que presentamos quiere mostrar las diferentes etapas de la historia de este pueblo, desde los primeros horticultores de hace 1.500 años atrás hasta hoy. Destacan aspectos estéticos como el arte textil y la extraordinaria platería, que surgió espontáneamente por la abundancia de monedas de plata que los indígenas manejaban, producto del contrabando de animales y la guerra fronteriza. También se quiere mostrar la poesía, que los mapuche cultivan hasta el día de hoy, el arte chamánico y la música.

This exhibition seeks to display the different steps in the history of these people since the first farmers, back to some 1500 years ago up to today’s times. Some aesthetic aspects are highlighted, such as textile art and extraordinary silver jewelry, which emerged spontaneously from the abundance of silver coins that the indigenous peoples used to handle as a result of smuggling and border scuffles. We also wish to show the poetry cultivated by Mapuche people up to these days, shamanic art and music.

La identificación de este pueblo con el pueblo chileno es estrecha. Hace medio milenio, la lengua mapuche o mapudungun se hablaba en la mayor parte del territorio chileno, entre el río Choapa y el Golfo de Reloncaví y los primeros estudiosos llamaron a este idioma “la lengua de Chile”. Además, los mapuche son el grupo étnico más numeroso del país y su fusión con otros grupos humanos que habitan este país forma la base de esta nación, mayoritariamente mestiza. Ello justifica el nombre de esta exhibición, Mapuche: Semillas de Chile, que tenemos el orgullo de presentar.

The identification of these people with the Chilean people is close. Half a millennium ago, Mapuche language or mapudungun was spoken in most part of the Chilean territory between the Choapa River down to the Gulf of Reloncaví, the first researchers of this language called it “the language of Chile.” Additionally, Mapuche people are the most numerous ethnic group in the country and their fusion with other human groups dwelling in this country form the basis of this nation, primarily crossbred. This justifies the name of this exhibition; Mapuche: Semillas de Chile, that we are proud to present.

Museo Chileno de Arte Precolombino

Museo Chileno de Arte Precolombino


8


Chileno de Mapuche Museo Arte Precolombino Semillas de Chile

Mapuche Seeds of Chile

Niña mapuche (fotografía: O. Heffer). Cortesía Museo Nacional de Historia Natural, Chile, publicado en Alvarado et al. 2001. Mapuche girl (photograph: O. Heffer). Courtesy: Museo Nacional de Historia Natural, Chile. Published in Alvarado et al. 2001.


Vi los indios y casas fabricadas de paredes humildes y techumbres, los árboles y plantas cultivadas, las frutas, las semillas y legumbres: noté en ellos las cosas señaladas, los ritos, ceremonias y costumbres, el trato y ejercicio que tenían, y la ley y obediencia en que vivían.

I saw the Indians, their houses with humble walls and roofs, the trees and plants were tilled, the fruits, the seeds, the greenery; important things in them I gathered rituals, ceremonies and manners, how they treated and exercised each other, the law and order under which they lived.

La sincera bondad y la caricia de la sencilla gente de estas tierras daban bien a entender que la codicia aún no había penetrado aquellas sierras ni la maldad, el robo y la injusticia, alimento ordinario de las guerras, entrada a esta parte habían hallado ni la ley natural inficionado.

The simple people of these lands with their honest kindness and endearments showed neatly that cupidity had not yet entered in those wilderness nor stealing, wickedness, injustice, the ordinary nourishment of wars, had gained an entrance to these sites, natural law had not been defiled.

Pero luego nosotros destruyendo todo lo que tocamos de pasada, con la usada insolencia el paso abriendo, les dimos lugar ancho y ancha entrada; y la antigua costumbre corrompiendo, de los nuevos insultos estragada, plantó aquí la codicia su estandarte con más seguridad que en otra parte.

But then ourselves destroying everything that we touched as we passed by with our usual insolence trespassing gave them roomy entrance and ample room corrupting ancient custom debased by new contempts, and here set its flag cupidity much more firmly than anywhere else.

Del poema épico La Araucana Don Alonso de Ercilla y Zúñiga (siglo XVI)

From the Chant XXXII of the epic poem La Araucana By Don Alonso de Ercilla y Zúñiga (16th century).

“Cacique Lloncón”, siglo XIX (fotografía: G. Milet). Cortesía Rijksmuseum voor Volkenkunde, Leiden, Países Bajos, publicado en Alvarado et al. 2001. Chief Lloncón, 19th century (photograph: G. Milet). Courtesy: Rijksmuseum voor Volkenkunde, Leiden, Nederland. Published in Alvarado et al. 2001.




13

Introducción

Introduction

Los mapuche son un pueblo originario del centro sur de Chile, hoy representado por más de 600.000 individuos que se encuentran en el campo y las ciudades de este país. En la época de la conquista española fueron célebres por la perseverante resistencia que opusieron a la invasión de sus territorios y, después, a los intentos de dominación de la República. Tras casi trescientos años de lucha, su sometimiento definitivo sólo se llevó a efecto a fines del siglo XIX. A pesar de la resistencia, durante esta época hubo un fuerte mestizaje y un inevitable contacto con la sociedad no indígena, a través del cual los mapuche adoptaron elementos europeos tan importantes como el caballo, indispensable para sus campañas bélicas. Además, la incorporación de este animal a la vida cotidiana les permitió aumentar su movilidad y extender su influencia, proclamando su prestigio entre los pueblos indígenas que habitaban las pampas argentinas. Así, en el siglo XIX se hablaba mapudungun o lengua mapuche en las tierras del norte de la Patagonia, desde el Pacífico hasta el Atlántico.

Today, the Mapuche–an Originary People initially inhabiting Chile’s mid-southern section–number more than 600,000, residing in the nation’s rural and urban zones. During the period of the Spanish Conquest, they were renowned for their fierce resistance to the invasion of their territories, and subsequently, to the attempts at domination by the Republic. Their final subjugation came only at the end of the 19th century, after almost three hundred years of fighting. Despite this protracted conflict, there was inevitable contact and strong mixing with the non-indigenous society, resulting in the Mapuche adopting important European elements, such as the horse–essential for their military campaigns. In addition, the integration of this animal into their daily life allowed them to increase their mobility and extend their influence, in effect elevating their prestige among the native societies occupying the Argentine pampas. Thus, in the 19th century, mapudungun, or the Mapuche language, was spoken in Northern Patagonia, from the Pacific to the Atlantic.

Durante los siglos XVIII y XIX, el poderío y la riqueza de los jefes mapuche se basaba en las campañas bélicas, en los botines de guerra y en el control del tráfico y comercio de animales que traían de las pampas argentinas. Su riqueza les permitía tener a su servicio orfebres que les fabricaban artefactos de plata, con los que adornaban a sus mujeres y cabalgaduras. Otro tanto ocurría con los tejidos fabricados por las numerosas mujeres de cada personaje importante, que eran vendidos a la sociedad colonial. Tejidos y platería eran reconocidos elementos de prestigio en el mundo indígena y mestizo de la época.

Mujer mapuche hacia 1890 (fotografía: G. Milet). Cortesía Rijksmuseum voor Volkenkunde, Leiden, Países Bajos, publicado en Alvarado et al. 2001. Mapuche woman, around 1890 (photograph: G. Milet). Courtesy: Rijksmuseum voor Volkenkunde, Leiden, Nederland. Published in Alvarado et al. 2001.

During the 18th and 19th centuries, the power and wealth of the Mapuche chiefs was based on warfare, the spoils of war, and control over the traffic and commerce of animals brought from the Argentine pampas. Through their riches, they were able to employ precious metalworkers, who made silver articles to adorn their wives and horse riding gear. Also, each personage’s numerous wives produced fine textiles, which were sold to the colonists. Silver articles and woven goods were well-known elements of prestige in the period’s indigenous and mestizo, or mixed-blood, world.


14

Mapuche contemporáneo (fotografía: N. Piwonka).

Mapuche contemporáneo (fotografía: F. Maldonado).

Contemporary Mapuche (photograph: N. Piwonka).

Contemporary Mapuche (photograph: F. Maldonado).

Mapuche contemporáneo (fotografía: N. Piwonka).

Mapuche contemporáneo (fotografía: N. Piwonka).

Contemporary Mapuche (photograph: N. Piwonka).

Contemporary Mapuche (photograph: N. Piwonka).

Mapuche contemporáneo (fotografía: N. Piwonka). Contemporary Mapuche (photograph: N. Piwonka).


15

A fines del siglo XIX, los mapuche fueron sometidos por las fuerzas militares de la República de Chile y sus territorios fueron repartidos por el Estado a colonos chilenos y extranjeros, dejándoles exiguos terrenos para sobrevivir. Con el aumento demográfico, se produjo un extremo minifundismo que afectó enormemente las condiciones económicas y sociales de este pueblo. En consecuencia, a mediados del siglo XX hubo un vertiginoso proceso de migración del campo a la ciudad, al punto que más de la mitad de los actuales mapuche viven en centros urbanos.

At the close of the 19th century, the Mapuche were subjugated by the Republic of Chile’s military forces, and their territories were divided up and distributed by the State to the nation’s colonists and to foreigners, leaving them only small tracts on which to subsist. With the population increase, the land became divided into tinier and tinier farm holdings, adversely affecting the economic and social conditions of this society. As a result, by the middle of the 20th century, migration became rapid from the country to the city. Today, more than half of the Mapuche live in urban centers.

A partir de la década de 1990 se ha establecido una política de “nuevo trato” del Estado frente a los diferentes pueblos indígenas que existen en territorio chileno. Siendo los mapuche el pueblo más numeroso, ellos se encuentran representados en las organizaciones indígenas y sus voces son más escuchadas por la sociedad nacional. Sin embargo el gran problema que actualmente afecta a esta población es la pobreza y la dificultad para recuperar las tierras que les fueron asignadas por el Estado y que después sufrieron procesos de usurpación. Sus voces también reclaman mayor participación y autonomía en tomas de decisiones que afectan a sus territorios ancestrales.

Beginning in the 1990s, the Chilean Government initiated a “new deal” policy with the nation’s various indigenous groups. Being the largest native ethnicity, the Mapuche are well represented in the country’s Indian organizations, and are most often heard by the nation’s citizens. Nevertheless, the biggest problems they currently face still remain poverty and the difficulty of recovering land once allocated to them by the Government that was later expropriated. Their voices clamor, too, for greater participation and autonomy in the decision-making process affecting their ancestral lands.

Mapuche contemporáneo (fotografía: F. Maldonado). Contemporary Mapuche (photograph: F. Maldonado).


16

El escenario y el hombre

The mapuche and their land

Araucaria (Araucaria araucana), conĂ­fera nativa (fotografĂ­a: N. Piwonka). Araucaria (Araucaria araucana; monkey puzzle tree), a native conifer (photograph: N. Piwonka).


17


18

Los antiguos mapuche tenían buenos conocimientos de las cosas. Nombraban las estrellas que brillan en la bóveda del cielo, los pájaros y aves que vuelan por el aire, los animales que caminan sobre la tierra y los insectos. Hasta los peces que nadan en los ríos y en el mar. Además conocían los árboles y los pastos. Hasta las piedras tenían un nombre. Pascual Coña en Mösbach 1930

Laguna Captrén, en el inapire mapu (fotografía: F. Maldonado). Captrén Lake, in the inapire mapu (photograph: F. Maldonado).


19

The ancient Mapuche were on intimate terms with all things. They had names for the stars that shone in the heavenly vault, the birds that flew through the air, the animals that walked on the land, and the insects. Even the fishes that swam in the rivers and the sea. They also knew all about the trees and the grasses. They even had names for the stones. Pascual CoĂąa in MĂśsbach 1930


20

Chile

Océano Pacífico The Pacific Ocean

Cordillera de los Andes

Constitución

Océano Pacífico The Pacific Ocean

Océano Atlántico The Atlantic Ocean

América del sur South America

Chillán Concepción

Los Ángeles

Angol

Argentina

Temuco

Villarrica

“Autorizada su circulación, por Resolución N° 73 del 15 de febrero de 2012 de la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado. La edición y circulación de mapas, cartas geográficas u otros impresos y documentos que se refieran o relacionen con los límites y fronteras de Chile, no comprometen, en modo alguno, al Estado de Chile, de acuerdo con el Art. 2°, letra g) del DFL. N° 83 de 1979 del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

Valdivia

Osorno

Puerto Montt

Ancud

Castro

Chiloé Mapa del territorio mapuche, en lo que hoy es el sur de Chile. Map of Mapuche territory in what is now Southern Chile.


21

Los primeros cronistas que describen el territorio recién conquistado de Chile, señalan que al sur del río Itata se produce un drástico cambio en el clima, flora y fauna, el que se veía acompañado de un aumento en la población nativa. En efecto, el bosque de robles –que ya se insinuaba en la cordillera de más al norte– pasado el Itata dominaba toda la región, desde las planicies del litoral marino a las montañas, donde limitaba con la franja de araucarias. Este bosque de robles (hualo, hualli, pellín, coigüe), era particularmente favorable para el establecimiento del hombre ya que estas especies y sus asociaciones de arbustos, hierbas y hongos, producen gran cantidad de bayas, frutos y otros recursos alimenticios silvestres. Además, que los robles pierdan las hojas durante las temporadas de otoño e invierno permite la insolación del suelo, impidiendo la formación de tierras húmedas pantanosas, difíciles de habitar, y favoreciendo lugares para asentamientos humanos. Al sur del río Cautín, las condiciones cambian y poco a poco comienza a dominar un bosque siempreverde, el que, sumado a mayores precipitaciones, hace la vida humana difícil, salvo en determinados nichos ecológicos, especialmente en el valle central y precordillera. Las condiciones del litoral son especialmente desfavorables para la ocupación del hombre por ser costas escarpadas dominadas por una densa e impenetrable vegetación que cubre la cordillera de la costa. Más al sur, la isla de Chiloé constituye el último lugar en que todavía viven pueblos que hablan mapudungun o la “lengua de la tierra”. Dentro de estos territorios, el mapuche concibe diferentes zonas que tienen un profundo significado cultural y que reciben designaciones especiales en su lengua.

The first chroniclers who described the recently conquered territory of Chile noted that south of the Itata River there was a drastic change in climate, flora and fauna, accompanied by an increase in the Indian population. The beech (Nothofagus) forests, which began in the mountainous regions further north, dominated the entire region south of the Itata, from the coastal plains to the mountains, where they yielded to the “araucarias” (native conifers). The beech forests (hualo, hualli, pellín and coigüe) created areas that were particularly favorable for human settlement. They and their associated shrubs, herbs and fungi produced great quantities of berries, fruits and other woodland food resources. In addition, as deciduous trees, they allowed the sun to heat the soil during the autumn and winter, thus impeding the formation of humid swampland–poor environments for human habitation. Proceeding south from the Río Cautín region (39° S) environmental conditions were not as beneficent. Human settlement became more difficult due to increasing evergreen (laurifoliate) forests and precipitation. As a result, sites were confined to certain ecological niches, particularly the central valley and the piedmont region. The coastal region, which includes a mountain range and a rugged shoreline, both covered with dense, impenetrable vegetation, was especially unfavorable for human occupation. Farther south, on the island of Chiloé is the last surviving enclave of people who speak mapudungun (the “language of the land”). For the Mapuche, these territories were divided into several culturally important zones, referred to with special names in their language.


22


23 Vista aérea de la desembocadura del lago Budi, en el lafken mapu (fotografía: N. Piwonka). Aerial view of Lake Budi’s outlet, in the lafken mapu (photograph: N. Piwonka).


24

Inapire mapu o tierra cercana a las nieves. Al fondo, el volcán Llaima (fotografía: F. Maldonado). Inapire mapu, or “land near the snow.” In the background, Llaima Volcano (photograph: F. Maldonado).

La araucaria (Araucaria araucana), cuyo fruto, el piñón, es muy apreciado por los mapuche. Se consumía fresco, seco, cocido, como harina o como bebida fermentada. Araucaria (Araucaria araucana) fruit, the ngülliw, or pine nut, is highly sought after by the Mapuche, who consume it fresh, dried, cooked, as flour, or as a fermented beverage.

La cordillera de los Andes (pire mapu) o “tierra de las nieves” es, en estas latitudes, de proporciones bastante más moderadas que las del centro o norte del país. Se caracteriza por tener numerosos pasos cordilleranos de muy fácil acceso, que comunican con la vertiente oriental de la cadena montañosa y las pampas adyacentes. Como ocurrió en otros casos en la América prehispánica, este macizo nevado, lejos de constituir una frontera que separa a los pueblos, fue el lugar de reunión entre las diversas etnias mapuche, pehuenche y puelche que habitaban las faldas orientales y occidentales de la cordillera. De este contacto, motivado por relaciones de intercambio de manufactura, animales y mujeres, nació un fuerte mestizaje y comenzó el proceso de difusión de la cultura mapuche hacia las pampas argentinas. Los espesos bosques naturales, donde dominaba el pewen (Araucaria araucana, conífera nativa), caracterizaban los faldeos occidentales de la cordillera (inapire mapu) o “tierra inmediata a las nieves”. El piñón, fruto de esta conífera, era el principal alimento del pehuenche o “gente de los pinos”, etnia cazadora y recolectora que recorría estos territorios gozando de la abundante fauna y flora de la región, pero sufriendo los rigores de su clima. Bajaban a los llanos durante el verano con animales, piñones, sal y rudimentarios artículos de cuero, los que intercambiaban por productos agrícolas, textiles y otros objetos manufacturados

The Andes Mountains, or Cordillera–pire mapu (“land of the snows”)–are lower in those latitudes than in the central or northern part of present-day Chile. Featuring numerous mountain passes, the Southern Andes can be easily crossed to reach the eastern slopes and the adjacent “pampas.” As in other parts of pre-Hispanic America, this snowy highland, far from constituting a barrier between peoples, was in fact a meeting place for the diverse Mapuche, Pehuenche and Puelche peoples who inhabited the eastern and western slopes of the Cordillera. From that contact, based upon an exchange of manufactured goods, animals and women, came a strong mixture of ethnic groups and the beginning of the diffusion of Mapuche culture toward the Argentine pampas. Dense natural forest dominated by pewen (Araucaria araucana, a native conifer), characterize the western slopes of the Cordillera–inapire mapu (“land close to the snows”). Pine cones from the pewen constituted the principal food of the Pehuenche (“pine people”), hunter-gatherers


25

que les proporcionaban los mapuche. En ocasiones, estas incursiones ocasionaban correrías bélicas o malones en los que el pehuenche obtenía mujeres y botines de guerra. Fue a través de esta etnia que se “araucanizó” la pampa argentina, de modo que al finalizar el siglo XIX, la lengua mapuche unificaba a la población aborigen que habitaba estas latitudes, entre los océanos Pacífico y Atlántico. Desaparecidos gran parte de los bosques de esta región, las escarpadas faldas de los Andes son utilizadas actualmente por los mapuche como campo de pastoreo y, en algunos casos, para actividades madereras. La recolección sigue jugando un papel primordial en la subsistencia de los grupos indígenas de esta zona y, dentro de ella, la cosecha anual del piñón, que guardan bajo tierra durante varios meses, les proporciona una insustituible materia prima para elaborar harinas, bebidas y otros productos alimenticios. El lelfun mapu o “tierra de los llanos” goza de una excelente potencialidad agrícola. Los asentamientos indígenas se ubican en las riberas de la innumerable red fluvial que entrecruza esta zona. Atraídos por tales condiciones, la mayor parte de los asentamientos indígenas se estableció en estos territorios. Colaboró a este hecho el agradable clima continental sin temperaturas extremas, producido por el encierro de esta faja entre las dos cordilleras. La espesa flora que cubría los llanos fue talada por el mapuche desde épocas prehispánicas para establecer su asentamiento: pequeñas huertas y rudimentos cultivos agrícolas. La extensión y riqueza de estos suelos determinaban una apreciable movilidad de los grupos que se trasladaban de un lugar a otro en busca de nuevos territorios que ocupar.

who roamed the territory living off the abundant flora and fauna of the region, braving the rigors of its climate and descending to the plains during the summer with animals, pine cones, salt and rough leather goods to exchange for agricultural, textile and manufactured articles provided by the Mapuche. At times such incursions occasioned raids and assaults during which the Pehuenche carried off women and other prizes of war. It was through the Pehuenche that the Argentine pampas became “Araucanized,”so that by the end of the 19th century, the Mapuche language unified the aboriginal population inhabiting those latitudes from the Pacific to the Atlantic Ocean. With a large portion of the natural forests having disappeared from the region, the Andean slopes are now used by the Mapuche as pasturage and, in some cases, for logging. Gathering continues to play a primary role in the subsistence of the indigenous groups of the area. The annual “piñón” or pine nut harvest falls into this category. The pine nuts, which are stored underground, provide the Mapuche with a vital raw material used in preparing flour, drinks and other food products. The lelfun mapu (“land of the plains”) has excellent agricultural potential. Indigenous settlements were established on the bank of the region’s innumerable streams and rivers. Attracted by the favorable conditions, most of the country’s Indians settled in this region. The temperate climate produced by the enclosure of the area between two mountain ranges was a contributing factor. The heavy vegetation which originally covered the plains was removed by the Mapuche beginning in pre-Hispanic times to establish their settlements, small orchards and rudimentary agricultural activities. The vastness and richness of the arable soils made it possible for groups to move from place to place in search of new territories to occupy.

El avellano (Gevuina avellana) o ngëfü en lengua mapuche es, junto a la araucaria, el árbol frutal por antonomasia para los mapuche. Su fruto asado, de agradable sabor, es aún hoy un producto muy demandado. The hazelnut tree (Gevuina avellana), or ngëfü in the language of the Mapuche, together with the araucaria, is the Mapuche’s favorite fruit tree. Due to their appetizing flavor, roasted hazelnuts remain in high demand.


26

Actualmente y desde fines del siglo XIX, el mapuche ocupa las tierras que le fueron concedidas por el Estado chileno a sus ascendientes. Estas reservaciones le han hecho perder la movilidad de su estilo de vida, determinando asentamientos fijos que se han vuelto estrechos para mantener la creciente población que los ocupa. Las tierras se han subdividido en unidades cada vez más pequeñas y los recursos disponibles se han utilizado hasta el límite. Separada por la cordillera de la Costa, que presenta su mayor magnitud en Nahuelbuta, se encuentra la costa, lafken mapu o “tierra marina”, cuyos suelos son de baja productividad agrícola, lo que causa problemas en el abastecimiento de los grupos indígenas que la habitan. Complemento insustituible de la dieta del lafkenche o costino son los productos de la recolección marina, a la cual es gran aficionado. La gran abundancia de peces, mariscos y algas provocó un intenso poblamiento de esta región en épocas prehistóricas, del que dan testimonio los numerosos y espesos conchales que se encuentran a lo largo del litoral. El puel mapu, “tierra del oriente” o waithif, tiene un lugar de extremada importancia en la concepción espacial mapuche, quien descubre estos territorios a través del poderoso vehículo del intercambio y el consiguiente proceso de mestizaje y aculturación. Las relaciones del

Since the end of the 19th century, the Mapuche have occupied land ceded to their ancestors by the Chilean State. These reservations caused them to lose their semi-mobile lifestyle and to establish fixed settlements. With the steady growth of these settlements, the land has been subdivided into smaller and smaller units, and available resources have been stretched to the limit. On the other side of the coastal range, which attains its greatest heights in the Nahuelbuta range, is the littoral–lafken mapu (“land by the sea”). Soils of poor agricultural quality cause food supply problems for the lafkenche (“coastal dweller”) aboriginal groups, who have turned to fishing and shellfish gathering to complement their diet. It was the great abundance of fish, shellfish and algae which attracted intense settlement in the region in prehistoric times, as evidenced by numerous and heavy shell middens found throughout the littoral. El dihueñe (Cyttaria spp.) es un hongo comestible que crece en la corteza del roble. De tradicional extracción, servían para la fabricación de una bebida fermentada; hoy es más común consumirlos frescos. The dihueñe (Cyttaria spp.) is an edible mushroom that grows on the bark of roble oak trees. It was traditionally harvested to produce a fermented drink; today, it is often consumed fresh.

El lelfun mapu o valle central tiene un excelente potencial agrícola. Trigales entre las comunas de Galvarino y Chol-chol (fotografía: C. Aldunate). The lelfun mapu, or “central valley,” is ideal for agriculture. Wheat fields between the communities of Galvarino and Chol-chol (photograph: C. Aldunate).


27

mapuche con las tierras orientales perduran hasta hoy y se materializan en estrechas relaciones de parentesco y amistad que provocan frecuentes visitas de los habitantes de uno y otro lado de la cordillera. Estas relaciones se hicieron más estrechas por las sucesivas migraciones que provocaron la pacificación de ambos territorios a fines del siglo XIX. Cualquier situación de peligro provocaba inmediatamente el traslado de grupos enteros de mapuche al otro lado de la cordillera, donde eran acogidos por sus vecinos que les brindaban hospitalidad y protección.

Of extreme importance to the Mapuche’s concept of space is puel mapu (“land of the east”) or waithif. The manner in which the indigenous peoples discovered this territory through the powerful vehicle of interchange has already been described, along with the resultant process of racial and cultural mixing. Today, the relation of the Mapuche with the eastern territory takes the form of close family ties and friendships which result in frequent visits by the inhabitants of both sides of the mountains. The ties were strengthened by the successive migrations which resulted from the military campaigns in both territories during the end of the immediate movement of entire groups of Mapuche from one side of the mountains to the other, where they were taken in by their neighbors, who offered them lodging and protection.

El collofe (Durvillea Antarctica), más conocido por su nombre quechua cochayuyo, es un alga que crece adherida a las rocas sumergidas en el mar. Los mapuche del lafken mapu lo recolectaban para complementar su dieta y extraer de sus tallos un colorante pardo para teñir los textiles. The collofe (Durvillea Antarctica)–more widely known by its Quechua (still living language of the Inka) name cochayuyo –is a seaweed that grows anchored to undersea rocks. The Mapuche inhabiting the lafken mapu harvest it to complement their main diet and to extract a colorant from the stipe to dye their textiles.

Vista del lafken mapu o litoral marino, en Alepué (“lugar distante” en lengua mapuche) (fotografía: C. Aldunate). View of the lafken mapu, or “land by the sea,” in Alepué–“distant place” (photograph: C. Aldunate).


28

Lafken mapu o litoral marino (fotografía: C. Aldunate). Lafken mapu, or “land by the sea” (photograph: C. Aldunate).


29


Los antecesores

The forebears


Primeras representaciones de indígenas “araucanos” en las crónicas de Fray Diego de Ocaña (1599-1605). First drawings of “Araucanians”–Mapuche–in the chronicles of Friar Diego de Ocaña (1599-1605).


Así como fueron nuestros abuelos y nuestros padres, seremos en nuestra vida.

Just as our grandparents were, And our fathers, We shall be in our life.

Augusta 1934

Augusta 1934

Familia mapuche (fotografía: Valck). Cortesía Museo Histórico y Antropológico Mauricio van de Maele, Valdivia, Chile, publicado en Alvarado et al. 2001. Mapuche family (photograph: Valck). Courtesy: Museo Histórico y Antropológico Mauricio van de Maele, Valdivia, Chile. Published in Alvarado et al. 2001.


33


34

El problema de los orígenes del pueblo mapuche interesó vivamente a los investigadores de comienzos del siglo XX. Algunos, basándose en argumentos etnográficos, sostenían que el “araucano” era un producto del mestizaje surgido como consecuencia de la irrupción de un grupo étnico conocido como moluche, grandes guerreros y cazadores que habitaban las extensas pampas argentinas, quienes habrían conquistado los territorios ubicados entre los ríos Bío-Bío y Toltén. Al mezclarse con la población autóctona, de costumbres sedentarias y agrícolas, este grupo habría quebrado la homogeneidad racial que existía entre el río Choapa y la isla de Chiloé. Se creaban así tres grupos: los picunches, habitantes del norte del Bío-Bío; los araucanos, población mestiza entre el Bío-Bío y el Toltén, y los huilliches, ubicados al sur de este último río. Otros investigadores rechazan este mestizaje y abogan a favor de la unidad étnica del mapuche y su parentesco con las culturas septentrionales. Los trabajos arqueológicos y etnográficos de estas últimas décadas han puesto más énfasis en la historia cultural de los pueblos que habitaron en el sur de Chile, que en sus orígenes.

The origin of the Mapuche people was of great interest to the researchers of the beginning of the 20th century. Some held that the “Araucanian” was a mixture arising as a consequence of the irruption of an ethnic group known as Moluche, warriors and hunters who inhabited the extensive Argentine Pampas and conquered the territory between the Bío-Bío and Toltén rivers in what is now Chile. Mixing with the more sedentary and agricultural inhabitants of the area, the Moluche were supposed to have destroyed the racial homogeneity which had extended from the Choapa River to Chiloé island, resulting in the creation of three groups: the Picunche, north of the Bío-Bío; the “Araucanos” (a mixed population between the Bío-Bío and Toltén rivers); and the Huilliche, south of the Toltén. Other researchers rejected such a mixture and argued for the ethnic unity of the Mapuche and their kinship with the northern cultures. Archeological and ethnographic works in recent decades have placed more emphasis on the cultural history of these peoples than on their origins.

Mortero antropomorfo (fotografía: F. Maldonado). Anthropomorphic mortar (photograph: F. Maldonado).

Cántaro bicromo (N° 3067), estilo Valdivia, siglos XVII-XIX. Bichrome pitcher (N° 3067), Valdivia style, 17th-19th century.


35

Figura antropomorfa bifronte (N° 1923) (fotografía: F. Maldonado). Bi-faced anthropomorphic figure (N° 1923) (photograph: F. Maldonado).

Jarro o metawe (N° 1481), cultura Pitrén, siglo VII (fotografía: F. Maldonado). Metawe, or jug (N° 1481), Pitrén culture, 7th century (photograph: F. Maldonado).

De esta manera, se ha comenzado a develar un panorama muchísimo más rico, variado y dinámico que el propuesto en épocas anteriores. Sabemos que desde hace varios milenios el hombre ocupó los ricos ambientes del litoral, aprovechando los inagotables recursos que ofrecía el mar, complementado con la recolección de vegetales y caza de aves y fauna de la región. A mediados del primer milenio de nuestra era, llegaron poblaciones que ya conocían el arte de la cerámica y cultivaban algunos productos agrícolas en pequeños huertos, para lo cual despejaban los bosques y aprovechaban las lluvias de temporada. Los arqueólogos han dado el nombre de Pitrén a estos pueblos por haber sido detectados primeramente en este sitio, cerca del lago Calafquén. Estas agrupaciones se establecieron principalmente en las orillas de los lagos precordilleranos de la región, lo que permite sugerir una economía basada en la recolección. Enterraban a sus muertos con ofrendas, de las cuales han permanecido cántaros de cerámica muy bien facturada y cocida, con decoraciones incisas y modelados, a menudo de formas antropomorfas o zoomorfas, los que a veces conservan restos de pintura resistente en su superficie.

Thus a beginning has been made in uncovering a panorama which is richer, more varied and dynamic than was previously thought. We now know that man occupied the rich environments of the littoral for several millennia, making use of the inexhaustible resources of the sea, complementing them by gathering vegetables and hunting the birds and animals of the region. Toward the middle of the first millennium of the present era, peoples already acquainted with the ceramic arts arrived. They cultivated some agricultural products in small gardens, cleared forests and took advantage of seasonal rains. Archeologists have named those peoples Pitrén due to the site where they were first detected. These groups primarily established themselves along the banks of the region’s various piedmont lakes, which suggests an economy based on gathering activities. They buried their dead with offerings, such as some well-constructed, well-fired ceramic pitchers, generally in anthropomorphic or zoomorphic shapes, with modellings and incisions and occasionally the remnants of a resistant surface painting.

Olla bicroma (N° 1429), estilo Valdivia, siglos XVII-XIX. Bichrome pot (N° 1429), Valdivia style, 17th-19th century.


36

Cántaro antropomorfo (N° 1425) (fotografía: F. Maldonado). Anthropomorphic pitcher (N° 1425) (photograph: F. Maldonado).


37

Ilustración de un entierro El Vergel, siglos XI-XVI. (Instituto Juan Ignacio Molina). El Vergel burial illustration, 11th-16th century (Instituto Juan Ignacio Molina).

Alrededor de cinco siglos más tarde, al sur del río Bío-Bío aparecen asentamientos humanos que dejaron allí sus cementerios con enterramientos de párvulos y adultos en grandes urnas de cerámica, acompañados de ofertorios con cerámica pintada con líneas negras o rojas sobre engobe blanco y a veces con restos de adornos de cobre. Estos sitios funerarios se encuentran generalmente ocupando el valle central al lado de los ríos, con una notable concentración en la zona de Angol y específicamente en la localidad de El Vergel, sitio cuyo nombre también alude a estos antiguos habitantes. Muy probablemente estos pueblos ya cultivaban maíz, porotos, quínoa (o dawe, pequeño grano indígena), ají y calabazas en las riberas y lugares húmedos y hacían incipientes canalizaciones para regadío. Este énfasis agrícola de las agrupaciones El Vergel es sugerido por la ubicación de los cementerios en lo que ha sido hasta hoy uno de los centros agrícolas más importantes de la zona, por la calidad de su tierra y la protección de la cordillera de Nahuelbuta, que le da condiciones de mayor continentalidad. El Vergel debe haber tenido contactos con Pitrén, pues se ha demostrado la coexistencia de ambas agrupaciones ocupando lugares diferentes. Por otra parte, también está documentada para esta época la presencia de grupos cazadores y recolectores en la cordillera pertenecientes a otra tradición cultural.

About five centuries later, human settlements appeared south of the Bío-Bío, as evidenced by the burial of children and adults in large ceramic urns accompanied by ceramic offerings painted with red or black lines over a slip–an opaque white finish coating applied to the clay. Sometimes the remains of copper adornments were found as well. These funeral sites occupy river banks in the central valley, and are particularly concentrated in the Angol area, on the Pacific coast. The ancient inhabitants are referred to as El Vergel, due to the site where their remains where first discovered. El Vergel people cultivated corn, beans, dawe (a small, indigenous grain), chili peppers and pumpkins along the rivers and in swamps, constructing primitive ditches for irrigation. Agricultural specialization by the El Vergel groups is suggested by the location of the cemeteries in what is still one of the most important centers of agriculture in the area, where soils are of superior quality and the Nahuelbuta coastal range provides a kind of protective barrier, inducing a more continental climate.

Jarro anular monocromo (N° 1467), cultura El Vergel, siglos XI-XVI. Ring-shaped monochrome vessel (N° 1467), El Vergel culture, 11th-16th century.


38

Pipas de piedra, o quitra, siglos X-XVIII (fotografía: F. Maldonado). Quitra, or stone pipe, 10th-18th century (photograph: F. Maldonado).

El impacto de la conquista hispana de estos territorios produce un fuerte y súbito trastorno en la vida de las poblaciones autóctonas, las que responden a la presión conquistadora con una fuerte cohesión. Una explicación viable para este proceso es que los diferentes pueblos que habitaban estos territorios se unen, incorporando elementos étnicos y culturales serranos, transcordilleranos y también hispanos. Este verdadero proceso de homogeneización cultural, ha llegado hasta nuestros días bajo el nombre de cultura mapuche. Es así como hoy se advierten en el pueblo mapuche elementos de los primeros pueblos andinos que domesticaban los animales y las plantas, provenientes de su ancestro Pitrén. La tradición horticultora y la cerámica decorada, conocida hoy como Valdivia, seguramente le llegó a través de los pueblos El Vergel que también formaron parte de su acervo genético. Por último, la economía ganadera y la tradición ecuestre sin duda provienen de elementos hispanos, que también se advierten en el mestizaje racial.

Pipa de piedra, o quitra (N° 1630). Quitra, or stone pipe (N° 1630).

El Vergel must have had contact with Pitrén, since it has been demonstrated that the two groups existed at the same time, occupying different locations. Also documented is the coexistence in the mountains of hunter and gatherer groups with different cultural traditions.


39

Queda, sin embargo, mucho camino que recorrer en estos campos. Se deben intensificar los estudios de los escasos restos humanos exhumados en cementerios, poner más énfasis en excavaciones estratigráficas y hacer trabajos comparativos en los distintos nichos ecológicos para contribuir a despejar las incógnitas que aún persisten. Desgraciadamente, las condiciones climáticas de la región conspiran contra la labor de los científicos, impidiendo la conservación de los restos orgánicos con lo que se pierde gran parte de las escasas fuentes de interpretación disponibles para dilucidar el pasado prehistórico del mapuche. Como contrapartida, sin embargo, el especialista cuenta con la presencia viva de la población actual, la que, a pesar de las influencias foráneas recibidas, conserva gran parte de su acervo cultural tradicional. El estudio de este material etnográfico, bien aprovechado, debería suplir con creces la falta de antecedentes arqueológicos.

Cabeza de maza con representaciones zoomorfas (N° 0215). Mace head with zoomorphic representations (N° 0215).

The impact of the Spanish conquest on these territories produced a sudden and dramatic upheaval in the life of the autochthonous populations which responded to the pressure of conquest with fierce solidarity. One plausible description of the process is that the different peoples who had inhabited the territories united, incorporating ethnic and cultural elements from the mountains and beyond, even from the Spaniards. This process of real cultural homogenization has come in modern times to be called the Mapuche culture. Thus, the modern Mapuche people feature a blend of cultural characteristics. Probably their knowledge of how to domesticate plants as well as their ceramic tradition came from Pitrén, the first Andean peoples with this expertise; their farming tradition and the incipient animal domestication, most likely came from El Vergel; and their herding customs and equestrian culture, as well as some physical traits, are traceable to the Spaniards. However, there is still much to learn about the Mapuche’s past. Studies of the scant human remains exhumed from ancient cemeteries must be intensified, with more emphasis placed on making stratigraphic excavations and conducting comparative works in the different ecologic niches to assist in casting light on the mysteries that still remain. Unfortunately, the climate in the area is relatively unstable, which has impeded the natural conservation of organic remains. As a result, a large part of the scarce resources so vital for unraveling the prehistoric past of the Mapuche is being lost. On the other hand, researchers have access to the present day descendents who, in spite of foreign influences, still conserve most of their true heritage. A thorough study of their lore and other ethnographic elements ought to more than make up for the lack of archeological information.


40


Riqueza y guerra

Wealth and war

Batalla de las Cangrejeras (F. Núñez de Pineda y Bascuñán 1673). Cortesía Biblioteca Nacional de Chile. Battle of Las Cangrejeras (F. Núñez de Pineda y Bascuñán 1673). Courtesy: Biblioteca Nacional de Chile.


42 “Entierro del cacique Cathiji en Guanegue”, mayo 1835. Grabado de C. Gay (1854). Cortesía Biblioteca Nacional de Chile. Burial ceremony for Chief Cathiji at Guanegue, May 1835. (Engraving: C. Gay; 1854). Courtesy: Biblioteca Nacional de Chile.


43

Ha llegado noticia de los caciques. De los caciques de la región celeste. ¡Ensíllame el caballo! ¡Despiértense los mocetones! Escojan los mejores caballos, vamos a parlamentar, a saludar muchos caciques. ¡Pues bien, poderosos señores! ¡Montemos nuestros caballos! ¡Capitán, toma el mando de tu tropa!

Word has come from the chiefs. From the chiefs of the celestial region. Saddle my horse! Wake the braves! Choose the best horses! we are going to parley, greet many chiefs. Now then, powerful lords! Mount your steeds! Captain, take charge of your troops!

Augusta 1934

Augusta 1934


44

Durante la segunda mitad del siglo XV de nuestra era, el inka incorpora a su extenso imperio los territorios meridionales, que pasan a formar parte del Kolla Suyu o “reino del sur”. El control efectivo del imperio, sin embargo, al parecer sólo llega hasta el río Maipo, extendiéndose hacia el sur de este límite solamente en enclaves militares que deben haber cumplido la función de resguardar la frontera de los territorios dominados. Al sur del Maule, la conquista es resistida tenazmente por grupos indígenas que, aprovechando los densos bosques favorables para la defensa, mantenían replegadas a las tropas invasoras, impidiendo su avance hacia el sur. Estos indígenas fueron llamados aukas o purun aukas que, en la lengua del inka, el quechua, significa enemigo, rebelde o salvaje. De este modo, el inka allanó el camino a la conquista española. Ésta, al dominar el Cusco, centro administrativo y político del imperio, y someter a su cabeza, sustituyó el núcleo de la rígida organización jerárquica del imperio y facilitó el avance del europeo por todos los territorios que lo integraban. Los adelantados iberos llegan a Chile con dignatarios de la corte sometida que facilitan el paso a los nuevos conquistadores. Es, precisamente, en los confines meridionales del imperio donde son detenidos por los mismos aukas o rebeldes que el inka no había logrado someter.

During the second half of the 15th century AD, the Inka incorporated into their extensive empire the meridional territories which became known as Kolla Suyu (“Southern Kingdom”). Effective control, however, appears to have extended only as far south as the Maipo River. Isolated military enclaves beyond that line may have served the function of safeguarding the frontier of the subjugated territories. South of the Maule River, the conquest met fierce resistance from indigenous groups who, taking advantage of the dense forest cover, halted the invading troops and impeded their advance southward. The members of these local groups were called aukas or purun aukas, which is a Quechua word (the language of the Inka) meaning enemy, rebel or savage. The Inka thus paved the way for Spanish domination. After the conquest of Cuzco, the Inkan administrative and political center, and the submission of its leadership, the empire’s nucleus and hierarchical organization facilitated the advance of the Spaniards through all of the controlled territories. The first Spaniards arrived in Chile accompanied by dignitaries of the Inka court to facilitate the transfer of power to the new conquerors. It was precisely on the southern frontier of the empire that they were stopped by the same aukas or rebels that the Inka had never been able to conquer.


45

Combate entre mapuche y soldados chilenos, en las crónicas del viajero alemán P. Treutler (1882). Cortesía Biblioteca Nacional de Chile. Skirmish between the Mapuche and Chilean soldiers, in the chronicles of P. Treutler (1882), a German traveler. Courtesy: Biblioteca Nacional de Chile.

Al mando de don Pedro de Valdivia, las tropas españolas vencen esta resistencia, llegan hasta la Isla Grande de Chiloé, pero no logran afianzar el dominio de estas tierras, y los sucesivos ataques y alzamientos indígenas culminan con el desastre de Curalaba, la destrucción de siete ciudades españolas y el repliegue de las fuerzas hispanas a la margen norte del Bío-Bío. Esta frontera es consagrada jurídicamente en el Parlamento de Quillín, celebrado el 6 de enero de 1641. Aquí se reconoce la autonomía de los indígenas ubicados al sur de este río y la independencia de estos territorios, situación que se mantiene por espacio de todo el período colonial y casi un siglo después de instaurada la República. Este período de permanentes luchas, conocido como la Guerra de Arauco, obliga a España a fortificar las fronteras y a mantener un ejército profesional para defenderlas, hecho inusitado en las colonias americanas.

Jefes guerreros mapuche en conversaciones con el general Cornelio Saavedra, representante del gobierno de Chile (1880). Mapuche war chieftains in parley with General Cornelio Saavedra, a representative of the Chilean Government (1880).

Spanish troops commanded by Pedro de Valdivia overcame that resistance and reached the large island of Chiloé in the far south. But they were never able to dominate the land. Successive attacks and indigenous uprisings culminated in the disaster of Curalaba, the destruction of seven southern Spanish cities and the retreat of Spanish forces to the north bank of the Bío-Bío. That boundary was legally recognized during the entire colonial period and for almost a century after the establishment of the Republic. That period of ongoing hostilities was known as the Arauco War. Spain was obliged to fortify the frontiers and maintain a professional army to defend them, a situation unheard of in the American colonies.


46

Si bien el español renuncia a la conquista de los territorios ubicados al sur del río Bío-Bío, debido a la pertinaz resistencia indígena, no toda esta región se comporta de la misma manera ante la invasión conquistadora. Mientras los mapuche que habitan entre el Bío-Bío y el Toltén mantienen celosamente su independencia y no admiten penetración alguna, los del sur de Toltén, menos en número y poco cohesionados, admiten la instalación de enclaves militares y misionales a partir de la segunda mitad del siglo XVII. Estos establecimientos, si bien no alcanzaron a facilitar una colonización de los territorios en que estaban ubicados, fueron fuente de transformaciones en el modo de vida de aquellos grupos indígenas que vivían en sus cercanías. En consecuencia, mientras en la región de la Araucanía se mantiene con notable vigor la vigencia de las instituciones tradicionales mapuche, en Valdivia se configura otro esquema sociocultural, similar al existente al norte del Bío-Bío, y que se caracteriza por la creación de vías y medios de contacto entre el indígena y el español.

Jefes guerreros a caballo (fotografía: O. Heffer, 1910). War chiefs (photograph: O. Heffer; 1910).

Although the Spaniards were unable to conquer the territories south of the Bío-Bío River because of the stubborn indigenous resistance, the entire regions did not react in the same manner toward the invasion. While the Mapuche living between the Bío-Bío and the Toltén defended their independence jealously and did not allow any penetration whatsoever, those south of the Toltén, fewer in number and more divided, allowed the installation of military and missionary enclaves during the second half of the 17th century. While those establishments did not result in the colonization of the territories in which they were located, they did bring about changes in the way of life of the indigenous groups living in their proximity. Consequently, while the region of Araucanía maintained traditional Mapuche institutions in effect with notable vigor, in Valdivia another social and cultural situation developed, more similar to that existing north of the Bío-Bío, characterized by the creation of pacific ways and means of contact between the indigenous peoples and the Spaniards.


47

Paz entre españoles e indios (1641). Cortesía Biblioteca Nacional de Chile. Peace between the Spaniards and the Mapuche (1641). Courtesy: Biblioteca Nacional de Chile.

Los fuertes de las fronteras y las misiones jesuitas y franciscanas adyacentes permitían el desarrollo de una variada gama de relaciones económicas y de cooperación bélica. Los caciques de los grupos cercanos a estos establecimientos eran nombrados funcionarios oficiales de la Corona, recibían bastón de mando en su calidad de gobernadores y cooperaban con el español en la guerra contra los rebeldes, al tiempo que eran protegidos de las incursiones y “malones” de estos últimos. Eran denominados “indios amigos” y formaban tropas comandadas por capitanes. Otra institución de más tardía creación y que sobrevivió a la Colonia fue la de los “comisarios de naciones”. Estos plenipotenciarios e intérpretes eran verdaderos embajadores destacados ante los grupos indígenas. Su presencia era indispensable en los parlamentos o juntas que se celebraban periódicamente y cuyos acuerdos o resoluciones rara vez eran cumplidos. Uno de los aportes españoles que mayor impacto tuvo en la transformación del modo de vida mapuche y en la mantención de la secular Guerra de Arauco, fue el caballo. Este elemento que los indígenas obtuvieron primeramente y con gran dificultad de los conquistadores y después en grandes cantidades por medio del intercambio con las etnias transcordilleranas, fue incorporado a su modo de vida con extrema facilidad, convirtiéndose en la mejor arma para la mantención del estado de guerra y otorgando a este pueblo una movilidad sin precedentes.

In these territories, frontier forts and adjacent Jesuit and Franciscan missions allowed the development of a broad range of economic relationships and martial cooperation. Chieftains of groups near the establishments were named officials of the crown, received their staff of office as governors and cooperated with the Spaniards against the northern Mapuche. In turn they were protected from the incursions and mischief of the rebels. Referred to as “Indian Friends,” they formed troops commanded by captains. Another institution created later and which survived the Colonial period was that of the “Commissars of Nations,” plenipotentiaries and interpreters who acted as virtual ambassadors and emissaries to the indigenous groups. Their presence was instrumental to the conduct of periodic parleys (“juntas”) which celebrated accords or resolutions which were seldom kept. One of the Spanish contributions having the greatest impact on the Mapuche way of life and on the continuance of the Arauco War was the horse. Obtained at first with great difficulty from the Spaniards, and later in great numbers through trade with ethnic groups across the Andes, the horse was rapidly incorporated into the indigenous way of life. It became the Mapuche’s primary military asset in times of war and gave them unprecedented mobility.


48

Chañuntuko (N° 2560), pelero utilizado en la montura, cuya función es más ornamental que utilitaria (fotografía: F. Maldonado). Chañuntuko (N° 2560), a textile saddle that was more decorative than functional (photograph: F. Maldonado).


49

El mapuche hace de la guerra un sistema de vida. A través de ella obtiene prestigio, sustento y mujeres. Destacan como guerreros por sus excepcionales aptitudes, modo de vida y completa dedicación, los denominados “fronterizos”, que habitaban al sur del Bío-Bío. Los “imperiales” en cambio, ocupaban la región del Cautín y vivían en forma más sedentaria y tranquila, pero cooperaban a la guerra con soldados y armas. Son frecuentes las alianzas guerreras, y en este sentido, es de gran importancia el papel que juega el pehuenche o habitante de las faldas cordilleranas que, dedicado a actividades cazadoras y recolectoras y con un sistema de asentamientos no permanentes, caracteriza a un pueblo de excepcionales aptitudes bélicas. Este indígena tuvo un papel preponderante en la defensa de la frontera del Bío-Bío. La Guerra de Arauco obliga al mapuche a organizarse de manera eficaz, tanto para defenderse de los continuos ataques del español, como para tomar ofensivas. La cohesión indígena en cuanto a las empresas bélicas está representada por la institución del toki o jefe guerrero, elegido por sus aptitudes de líder y destreza táctica cada vez que surge un conflicto de proporciones. Este personaje aúna a varios grupos y a veces a regiones enteras bajo su mando y es obedecido ciegamente. Una vez desaparecido el peligro, cesaba la actividad y autoridad de este líder y retomaban vigencia las instituciones de tiempos de paz.

Warfare became the Mapuche’s way of life. Through warfare the males obtained prestige, wealth and women. Outstanding warriors due to their abilities, manner of living and complete dedication–were the so-called “Fronterizos” south of the Bío-Bío River. The “Imperiales,” on the other hand, occupying the Cautín region, were more sedentary and pacific, although they assisted the war effort by contributing soldiers and arms. Military alliances were frequent and the role played by the Pehuenche, who inhabited the Andean slopes, was extremely important. Dedicated to hunting and gathering, the Pehuenche were semi-nomadic, with only temporary settlements as befits an extremely warlike people. The Pehuenche played the preponderant role in defending the Bío-Bío frontier. The Arauco War forced the Mapuche to organize efficiently, not only for offense, but for defense against continual attacks by the Spaniards. The election of a warrior chief (toki) on the basis of leadership and tactical abilities provided the necessary martial cohesion when a significant conflict developed. The toki, bringing various groups, and at times whole regions, under his war banner, commanded blind obedience. Once the danger disappeared, however, the toki’s authority ceased and peacetime institutions reassumed control.

Elementos del arte ecuestre mapuche (fotografía: N. Piwonka). Mapuche equestrian art elements (photograph: N. Piwonka).


50 Joven arriero mapuche (fotografĂ­a: N. Piwonka). Young Mapuche cattle herder (photograph: N. Piwonka).


51

Las empresas bélicas indígenas que asombraron al español por su organización, no pueden entenderse sin este importante elemento. Esta cohesión circunstancial para la guerra se materializa en los fuertes construidos por los indígenas, tan bien descritos por los cronistas de los siglos XVI y XVII, en cuyo interior se refugiaban cientos de guerreros y sus familias en los momentos de peligro.

Mapuche martial enterprises, so startling to the Spaniards because of the organization involved, cannot be understood without an appreciation of the toki. Circumstantial solidarity in time of war materialized in the construction of forts by the Mapuche described by the chroniclers of the 16th and 17th centuries as accommodating hundreds of warriors and their families in times of danger.

Invariablemente, terminado un conflicto, se convocaba a una junta o parlamento, donde acudían representantes españoles e indígenas y se llegaba a acuerdos de paz, estableciendo condiciones de tráfico, de intercambio y determinando fronteras. Estas reuniones, que se celebraban con gran ostentación y daban lugar a festividades en las que se intercambiaban obsequios, terminaban con la suscripción de documentos que daban fe de los acuerdos alcanzados. Era de extrema utopía el creer que los representantes de los indígenas tendrían algún poder coercitivo sobre su gente como para exigir el respeto de tales compromisos. En tiempos de paz, los lonko o caciques no representaban a sus grupos y tenían sobre ellos una influencia muy limitada, circunstancia que producía nuevos roces y motivaba otros enfrentamientos.

Invariably, when a conflict ended, a parley was conducted, attended by representatives of the Spaniards and the Mapuche. Peace agreements were reached, travel and trade conditions and specific boundaries established. Celebrated with great pomp and circumstance, accompanied by festivities and the exchange of gifts, the meetings ended in the signing of documents faithfully embodying the agreements reached. It was unrealistic, however, to believe that the representatives of the indigenous peoples had coercive power over their people to impose respect for such commitments. In times of peace the chiefs (lonko) no longer represented their groups and had very limited influence over them, a circumstance which produced new frictions and motivated new confrontations.

De esta forma se mantiene la encarnizada Guerra de Arauco, por espacio de casi tres siglos, resultando inútiles los esfuerzos para sojuzgar al mapuche. Sacerdotes, militares y administradores de la Corona española envían periódicos informes a la península tratando de justificar la mantención del ejército de Arauco. Se escriben varios libros en que el español trata de explicar la tenaz resistencia del mapuche y diseña estrategias y tácticas para doblegarlo. El más famoso fue La Araucana de Alonso de Ercilla y Zúñiga, publicado en tres ediciones a partir de 1574. Recién a fines del siglo XIX, el gobierno republicano logra pacificar por completo a este pueblo e incorporar plenamente a la soberanía nacional el territorio, hasta entonces insurrecto, que se extendía entre los ríos Bío-Bío y Toltén. La actual Región de los Lagos había sufrido un proceso diferente: a partir de las buenas relaciones existentes con los indígenas de esos territorios y la existencia pacífica de los enclaves militares y misionales, se comienza a gestar un proceso de ocupación y colonización, que culmina con la llegada de los inmigrantes extranjeros a mediados del siglo XIX.

Thus the bloody confrontations of the Arauco War continued for a period of almost three centuries. Efforts to subjugate the Mapuche were useless. Priests, military men and representatives of the Spanish crown sent periodic reports to the homeland attempting to justify maintenance of the Arauco army. They wrote many books in which attempts were made to explain the tenacious Mapuche resistance and to design strategies and tactics to overcome it. The most famous was La Araucana, by Alonso de Ercilla y Zúñiga, published in three editions beginning in 1574. It was only toward the end of the 19th century that the republican government of Chile managed to completely pacify the Mapuche and extend national sovereignty to fully incorporate the rebellious territory between the Bío-Bío and Toltén rivers. The area now known as the Lake Region (south of Araucanía) underwent a different process. After relations with the indigenous peoples in those territories and the presence of established military and missionary enclaves, a process of European occupation and colonization began, ending with the arrival of foreign immigrants in the mid-19th century.


52

Con la “pacificación de la Araucanía” se inicia el proceso de colonización y concesión de las tierras indígenas. A las familias mapuche se les conceden mercedes en los territorios sobrantes. El aumento demográfico ocurrido durante el siglo pasado ha incidido en una exagerada división de las tierras dentro de cada comunidad, produciéndose un extremo minifundismo, con los problemas económicos y sociales consiguientes.


53

With the completion of the “conquest of Araucanía,” the process of colonizing and ceding title to the indigenous lands began. Mapuche families were settled on surplus lands. The rise in population of the Mapuche in the 20th century caused an exaggerated division of the land within each community, producing extremely small farm holdings and consequently, economic and social problems.

“Valiente cacique Catrileo y su familia” (1863). Brave Chief Catrileo and his family (1863).


54

Clava cefalomorfa (N° 1397), símbolo de poder (fotografía: F. Maldonado). Cephalic club head (N° 1397), symbol of power (photograph: F. Maldonado).


Organizaci贸n pol铆tica

Political organization


56


En su altanera cabeza, como el león, todavía tiene fuerza. Su cara es limpia y sin barbas y su suave pelo es negro. Así es la figura de un gran jefe, ay, mamita, mamita.

His head, arrogant like the lion’s still has strength. His face is clean and beardless, his hair is soft and black. Such is the countenance of a great chief, oh mother, my mother!

Augusta 1934

Augusta 1934

Retrato de un jefe guerrero hacia 1910 (fotografía: O. Heffer). A war chief, ca. 1910 (photograph: O. Heffer).


58

Makuñ (N° 3556) o manta (fotografía: N. Piwonka). Makuñ (N° 3556), or manta (photograph: N. Piwonka).


59

El mapuche concibe una organización patriarcal de la familia. El jefe indiscutido de ella es el hombre y sus opiniones y decisiones son aceptadas sin discusión. Es el representante de los intereses de la familia dentro del grupo.

The Mapuche conceive of family organization as patriarchal–the patriarch, of course, being the man, the head of the family. His opinions and decisions are accepted without discussion. He represents the interests of the family in the clan.

En épocas prehispánicas, la base de la autoridad dentro de la extendida familia que componía el grupo local, era el lonko o cabeza, representado por el miembro masculino de más prestigio y, generalmente, el ülmen, hombre más rico de la comunidad. Entre los demás miembros del grupo, la autoridad y ascendiente de este personaje se basaba en su riqueza, buen criterio y elocuencia. Aparte de su mejor nivel económico, que se refleja en la ruka de grandes proporciones y un mayor número de mujeres que los demás miembros, llevaba una vida en todo semejante a éstos.

In pre-Hispanic eras, the basic authority within the extended family or clan which made up local grouping was held by the lonko (head), the most prestigious male. The lonko was also usually the ülmen (richest man). The authority and ascendence of the lonko over the members of the group was based on his riches, good judgment and eloquence.

La prudencia del jefe en su relación con los subordinados era fundamental. Para toda resolución que afectara a la comunidad debía consultar con los demás jefes de familia y no se le aceptaban actitudes de autócrata. En la siembra y cosecha de sus campos y la construcción de su casa, era ayudado por todo el grupo, mediante la institución del lof kudau, ocasión que aprovechaba para festejar espléndidamente a su gente, reafirmando de esta forma su prestigio dentro del grupo y redistribuyendo sus riquezas.

Sobremakuñ (N° 1915) o manta. Sobremakuñ (N° 1915), or manta.

Other than the economic advantages of being the ülmen–reflected in a larger ruka and a greater number of wives–the chief’s life was very similar to that of the other members of the family. His prudence as lonko in relating to subordinates was fundamental. Any decision affecting the community was subject to acceptance by the other heads of households. Autocratic attitudes were not accepted. In the planting and harvesting of his fields, the lonko was assisted by the entire group, an occasion called lof kudau, when he lavished his people with entertainment, reaffirming his prestige within the group and redistributing his riches.


60

Manta de un jefe mapuche (fotografía: F. Maldonado). A Mapuche chief’s manta (photograph: F. Maldonado).


61

Sañitrarinmakuñ (N° 1720) o poncho de un paño, tejido en telar vertical y teñido con técnica de amarras. Sañitrarinmakuñ (N° 1720), a one-piece poncho woven on a vertical loom and tie-dyed.

La cohesión social, en consecuencia, no giraba solamente en torno a este jefe, sino, principalmente, a los estrechos vínculos de parentesco que unían a los miembros del grupo y a las relaciones de solidaridad y cooperación que allí se producían. El patrón disperso de poblamiento, la gran movilidad de los grupos y la posibilidad de que los que disentían de la autoridad del jefe formaran otro grupo y se establecieran en otro lugar, cooperaban a la debilidad del vínculo de subordinación al lonko. La conquista española introduce modificaciones a la organización social mapuche. En los territorios dominados, los conquistadores, para afianzar su imperio, imponen un régimen de mayor estratificación social. La Corona hispana incluso nombra a los caciques gobernadores y funcionarios administrativos, dándoles bastón de mando, en nombre del rey. Esta situación también se da en algunos grupos del sur del río Toltén, donde los españoles establecen sus enclaves militares y misionales.

Social cohesion, then, was not merely dependent upon the chief, but, principally, upon the close family ties which united the clan and to the solidarity and cooperation growing out of those links. The pattern of dispersed population, the great mobility of the groups and the possibility that they might disagree with the chief’s authority, form another group and move away, combined to weaken subordination to the lonko. The Spanish conquest introduced modifications in the Mapuche social organization. The conquistadors, to strengthen the empire they were establishing, imposed greater social stratification on conquered territories. The Spanish crown even named chiefs governors and administrators, giving them scepters as symbols of authority in the name of the King. That situation also applied to some regions south of the Toltén River, where the Spaniards established military and missionary enclaves.

Trutruka, instrumento de viento fabricado a partir de un colihue ahuecado, con un cuerno de vacuno en el extremo (fotografía: F. Maldonado). Trutruka, a Mapuche trumpet made from hollowed-out colihue (a kind of bamboo), with a cow horn to amplify its sound (photograph: F. Maldonado).


62

Toqui-Cura, hacha de piedra, pectoral del jefe guerrero (fotografía: F. Maldonado). Toqui-kura–stone ax–pendant of a war chief (photograph: F. Maldonado).


63

El impacto de la guerra en la Araucanía obliga al indígena a establecer un sistema de fuerte cohesión para la guerra: el toki o jefe guerrero, que no duraba más allá que el conflicto bélico para el cual era elegido. El sistema de reducciones que el Estado chileno establece una vez pacificados totalmente los territorios indígenas, produce una mayor dependencia de los miembros respecto a la autoridad del cacique, pues se le reserva a éste el derecho a repartir las tierras a los integrantes de cada comunidad. A pesar de esto, el sistema tradicional no ha sufrido mayores modificaciones, pues las decisiones fundamentales que afectan los intereses de la comunidad se siguen tomando con la participación de todos los miembros de mayor prestigio del grupo. En cada comunidad hay distintos grupos de presión, lo que hace muy difícil la unión de los mapuche y la puesta en marcha de planes de desarrollo en sus territorios. La reciente política de dividir las tierras comunes entre las familias de cada reducción, contribuirá a una mayor desintegración social y política de la sociedad mapuche. Actualmente, las autoridades chilenas están estudiando una nueva ley destinada a proteger la tradición mapuche en el marco de una economía nacional moderna.

Insignia de mando (N° 1117) (fotografía: F. Maldonado). Symbol of power (N° 1117) (photograph: F. Maldonado).

The impact of war on Araucanía obliged the indigenous inhabitants of the land to establish a stronger, more cohesive social system to wage war: the toki (war chief), an institution which lasted no longer then the duration of the conflict for which the toki was elected. The system of reservation settlements imposed by the Chilean State after “pacifying” the indigenous territories produced a greater dependence on the chief, who was given the authority to divide the land among the members of his community. The traditional social system, however, did not change greatly. Decisions which affect the interests of the community are still taken in consultation with all of the more prestigious members of the group. This reservation system has made each community into a unit and established different pressure groups in each, making unity among Mapuche, as well as the development of their territories, more difficult. Recent policies of dividing common territories among the families of each reservation will contribute to a greater social and political disintegration of Mapuche society. Today, the Chilean authorities are studying a new law aimed at protecting Mapuche traditions within the framework of a modern national economy.


64

RebaĂąos acorralados hasta el amanecer (fotografĂ­a: N. Piwonka). Flocks penned until daybreak (photograph: N. Piwonka).


65

Familia y organizaci贸n social

Family and social organization


“Haz una cuna, Pangui”, vino a decirme Amoiante. ¿Cómo tendremos más niños? ¿De qué va a vivir nuestra guagua? Arregla un cuerno para tocar, Maril’uan. Para que tengamos niños. Es hombre, dicen. Es mujer, dicen. El ser que vamos a tener; es hombre, es mujer. El ser que vamos a tener.

Augusta 1934

Asentamiento mapuche en el valle central (fotografía: N. Piwonka). Mapuche settlement in the lelfun mapu (photograph: N. Piwonka).


“Make a cradle, Pangui,” Amoiante came to tell me. How can we have more children? What’s our baby going to live on? Fix a horn to blow, Maril’uan. So we can have children. It’s a boy, they say. It’s a girl, they say. The one we’re going to have; It’s a boy; it’s a girl The one we’re going to have.

Augusta 1934


68

Mujer pelando maíz (fotografía: C. Aldunate). Shucking corn (photograph: C. Aldunate).

Niños pelando piñones. La recolección y almacenamiento de este fruto es una actividad que involucra a toda la familia. Children peeling pine nuts. The entire family participates in the gathering and storage of this fruit.


69

Cuando el visitante se aproxima a la ruka o vivienda mapuche, el ladrido de los perros anuncia su llegada. Salen los niños curiosos a investigar la presencia del extraño y corren a llevar noticias a su madre, quien invita a pasar al interior de la casa y ofrece asiento y bebida al viajero cerca del fuego que arde incesantemente. En verano, preparan asiento e instalan una mesa a la sombra de un manzano, donde el visitante tendrá oportunidad de saborear la fresca y picante chicha de manzana. Aquel que no conozca las costumbres mapuche, quedará asombrado por el orden y la limpieza que reina en el hogar, la educación y la obediencia de los pequeños y la manera fácil y tranquila en que transcurre la vida familiar. La mujer está en constante movimiento cuidando de sus hijos, preparando alimentos y en otras labores domésticas. Cuida la pequeña huerta, los animales menores y las aves. En sus horas más apacibles se sienta con su huso y tortera a hilar la lana de la esquila con la cual después tejerá coloridos ponchos, frazadas, cobertores, fajas y otros textiles. La cerámica y la cestería son, asimismo, labores femeninas que se realizan dentro de la casa en invierno y fuera de ella en las estaciones cálidas. En todas estas labores, la dueña de casa es ayudada por sus hijos menores e hijas solteras, que de esta manera reciben un adiestramiento de primera calidad para cuando llegue el momento de su matrimonio, en que abandonarán su hogar y formarán una nueva familia en la residencia de su marido. El jefe del hogar es el hombre, que realiza sus labores cotidianas fuera de la casa. Estas se relacionan con la agricultura y el cuidado del ganado mayor y caballar. El mapuche, además, es un gran tallador de madera y poseedor de muy buenas técnicas para la industria del cuero. En el verano, la vida familiar se desarrolla al aire libre, los pequeños juegan cerca de la ruka, los adolescentes cuidan de los animales y el padre y la madre están dedicados a sus diarias tareas. En el invierno, mientras la lluvia cae persistente sobre el techo de paja, la familia se reúne en torno al fogón y, haciendo caso omiso del humo que inunda el recinto y ennegrece las paredes, se lleva a cabo, en la intimidad de la casa, un proceso cultural de fundamental importancia: mientras las mujeres trabajan afanosamente en las labores

When a visitor approaches a ruka (Mapuche dwelling), barking dogs announce his arrival. Curious children come out to investigate the presence of the stranger and run to carry the news to their mother. The visitor is invited in, offered a drink and a place by the constantly burning fire. In summer, a place is set at a table in the shade of an apple tree, where he may savor the fresh and biting taste of apple cider. Those unacquainted with Mapuche customs are astonished by the order and cleanliness which rules the household, the manners and obedience of the small children and the easy, smooth manner in which family life takes place. The woman is in constant motion, caring for her children, preparing food, engaged in other domestic tasks. She must care for her garden and several kinds of small animals (i.e., rabbits, chicken, and geese). In quiet moments, she uses a distaff to spin wool from sheep shearings or to weave the yarn into colorful ponchos, blankets, sashes and other textiles. Ceramics and basketweaving are also feminine responsibilities, accomplished inside the house during the winter and outside in warmer months. In all these tasks the mistress of the household is assisted by her youngest children as well as her unmarried daughters, who receive a valuable education in preparation for the time when they marry, leave their home and begin a new family in their husband’s ruka. The head of the household is the man. His day-today work is outside the house, related to farming and caring for his cattle and horses. The Mapuche men also excel in woodcarving and in producing leather crafts. In summer, family life takes place in the open air. The small ones play near the ruka. The adolescents take care of animals. The father and mother work at their day-to-day tasks. In the winter, while the rain falls incessantly on the straw roof, the family gathers around the fire and, ignoring the smoke that fills the ruka and blackens its walls, carry out, in the intimacy of the home, a cultural process of fundamental importance: while the women work unceasingly at domestic tasks, the older members of the family entertain themselves with long conversations and discourses about their oral history, their ancestors and the deeds attributed to them.


70

Mujer tejiendo en witral o telar mapuche (fotografĂ­a: C. Aldunate). Mapuche woman weaving on a witral, or vertical loom (photograph: C. Aldunate).


71

domésticas, los miembros mayores se entretienen en largas conversaciones y discursos acerca de sus recuerdos, sus antepasados y las hazañas que se les atribuyen. Los niños, que observan silenciosa y atentamente esta escena cotidiana, van absorbiendo, de esta forma, la cultura de su pueblo. Se aprovecha de estos momentos para instruir a los pequeños en las normas de etiqueta, moral y buenas costumbres. Para una familia mapuche, los hijos varones representan su perpetuidad. Se casan y establecen su hogar en las tierras paternas donde ayudan a sus padres hasta el fin de sus días, heredando, entonces, las tierras. Las mujeres, en cambio, sólo vivirán con sus padres mientras permanezcan solteras. Al contraer matrimonio, abandonan su sitio natal y establecen residencia en casa de su marido. Sus hijos pertenecerán al grupo de éste y perderán vinculación con las tierras maternas.

Thus the children, who silently and attentively observe this scene on a daily basis, absorb their cultural heritage. These moments provide instruction for the small ones in Mapuche standards of etiquette, morality and manners. For a Mapuche family, sons represent continuance. They marry and establish homesteads on their father’s lands; they assist their parents as long as they live, and then inherit the land. Daughters, on the other hand, live with their parents only until they marry. They then leave their parents’ home and establish residence in the home of their husband. Their children belong to their husband’s lineage and lose all claim to maternal land.

Retrato de mujer mapuche tejiendo a telar, hacia 1910. Cortesía Museo Histórico Nacional. Mapuche woman weaving on a loom, ca. 1910. Courtesy: Museo Histórico Nacional.


72

Anciano aventando trigo en un llepu (fotografĂ­a: M. Thomas). Winnowing wheat in a llepu (photograph: M. Thomas).


73

El parentesco corre por línea varonil. Es así como un joven, llamará “hermano” o “hermana” a los hijos del hermano de su padre, y le estará vedado el matrimonio con esta última, a riesgo de incurrir en una relación incestuosa. Por el contrario, el matrimonio entre primos cruzados (la hija del hermano con el hijo de la hermana) es un vínculo preferido por el sistema familiar y seguramente constituyó un matrimonio obligatorio en tiempos pretéritos. Como los miembros solteros de un grupo de residencia están ligados entre sí por vínculos patrilineales, los jóvenes deben buscar pareja fuera de la comunidad. Esta forma de matrimonio es calificada como exogámica.

Kinship ties are in accordance with the male lineage. Thus, a young man calls the children of his father’s brother “brothers” or “sisters” and marriage to such a “sister” is forbidden an incestuous. Marriage between crossed cousins (daughter of the brother with the son of the sister), however, is a tie to be sought and, in earlier times, an obligatory alliance. As the unmarried members of a residential group are linked among themselves by paternal lineage, young men must seek mates outside the community. This type of marriage is called exogamic.

Mapuche arando la tierra, en la comunidad de Trapa-Trapa, Alto Bío-Bío (fotografía: F. Maldonado). Tilling a field, in the community of Trapa-Trapa, Alto Bío-Bío (photograph: F. Maldonado).


74

Los niños mapuche eran transportados en el kupulhue o cuna vertical, siempre de pie y contemplando la naturaleza (fotografía: M. Thomas). Mapuche children were carried in a kupulhue, or “vertical cradle,” which kept them in an upright position observing their surroundings (photograph: M. Thomas).


75

Kupulhue, cuna vertical. Kupulhue, or “vertical cradle”.

Encontrada la pareja y una vez transcurrido el período de cortejo –que consiste en visitas periódicas al asentamiento de la novia efectuadas a iniciativa del futuro marido o con ocasión de fiestas sociales o rituales– el padre del novio, impuesto de los deseos de su hijo y una vez aprobada la elección, mandará un emisario o werken a casa de los padres de la novia, a fin de preparar el compromiso. Aceptado éste por los afines, los parientes y amigos del novio visitan en un día prefijado la casa de la futura esposa llevando dinero, animales, adornos y platería. Si los dueños de casa se sienten satisfechos con el monto y calidad de los obsequios, la pareja contrae matrimonio en una solemne ceremonia que da lugar a una fiesta. El padre de la mujer la llenará de obsequios, que pueden incluir su mejor caballo. Transcurridos algunos días, el flamante matrimonio recibirá la visita de los padres de la novia, quienes llevarán pan y harina. Después de algún tiempo, una nueva casa será construida para el matrimonio, vecina a la ruka paterna. El matrimonio por rapto era una forma tradicional que hoy está en desuso. El novio, sus parientes y amigos, robaban a la mujer elegida de la casa de sus padres y, consumado el matrimonio, se hacían las ofrendas sacramentales. Este hecho a veces era simulado, pero en otras era efectuado sin anuencia de los progenitores de la novia y menos con el consentimiento de ésta, lo que daba origen a verdaderas batallas.

Once the intended spouse has been located, and the courting, which consists of periodic visits by the boy to the girl’s settlement–particularly during social or ritual occasions–has taken place, the boy’s father, having been impressed with his son’s desires, and approving his choice, will send a werken (messenger) to the girl’s home to negotiate a commitment. The terms settled, the bridegroom’s family and friends visit the bride’s home on a pre-established date, bringing money, animals, adornments and silverware. If the owners of the home are satisfied with the amount and quality of the gifts, the couple contract matrimony in a solemn ceremony which evolves into a party. The father of the bride showers her with gifts, which may include his best horse. After a few days, the new couple will receive a visit from the parents of the bride, who bring bread and flour. After some time, a new house is constructed for the couple, close by the home of the bridegroom’s father. In the old form of marriage by abduction, which is no longer practiced, the bridegroom, his parents and friends would steal the selected woman from the home of her parents and, after the marriage was consummated, make sacramental offerings to her parents. At times the abduction was simulated, but it was often carried out without the consent of the bride’s parents and brothers, and even without the bride’s consent, which sometimes sparked a true battle.

Familia mapuche hacia 1930. Cortesía Museo Histórico Nacional. Mapuche family, ca. 1930. Courtesy: Museo Histórico Nacional.


76

Joven pewenche y su hijo, calzado según la tradición (fotografía: F. Maldonado). Young Pewenche father and son wearing traditional shoes (photograph: F. Maldonado).


77

La poligamia o matrimonio compuesto de un hombre con varias mujeres fue ampliamente conocido en la familia mapuche. Hasta hoy, los indígenas hablan con orgullo de sus antepasados que tenían muchas esposas y lo consideran símbolo de poder y riqueza. Corrientemente un hombre se casaba con hermanas de su primera mujer, lo que aseguraba un mejor entendimiento entre ellas. De todas formas, rigurosas reglas de etiqueta y organización impedían los roces a que dan origen este tipo de matrimonios. Cada mujer ocupaba un espacio determinado de la casa y tenía su propio fogón, donde cocinaba sus alimentos para ella y su prole. Sembraba una chacra distinta y criaba sus propios animales. La primera mujer gozaba de un mayor status y las demás debían obedecer sus órdenes. Muchas veces era ella la que pedía a su marido que llevara una nueva mujer a la casa por considerarse vieja y cansada y necesitar ayuda para el mantenimiento del hogar. La estrechez económica del indígena actual y las influencias de las costumbres occidentales, en especial del cristianismo, han determinado el desuso de esta costumbre.

Polygamy, the marriage of one man with various women, was common among earlier Mapuche families. Even today there is talk of ancestors with many wives who are considered a symbol of power and wealth. Usually a man would marry the sisters of his first wife, which allowed for greater understanding among them. Rigorous rules of etiquette and organization impeded the frictions which could arise in polygamous marriages. Each woman was assigned a specified part of the house and had her own fireplace where she cooked for herself and her progeny. She had a separate garden and raised her own animals. The first wife had the greatest status and the others had to obey her orders. Often it was the first wife who would ask the husband to bring home a younger woman because she felt too old and tired and needed assistance in running the household. Economic pressure on modern Mapuche and the influence of Western customs, particularly Christianity, caused polygamy to die out.

Ruka (hogar mapuche). Ruka (Mapuche’s home).


78

Juego de la chueca hacia 1713, en las cr贸nicas del franc茅s M. Frezier (1716). Game of palin, or chueca, ca. 1713, in the chronicles of M. Frezier, of France.


79

“Juego de chueca entre los araucanos”. Grabado de C. Gay (1854). Game of chueca being played by the Araucanians (engraving: C. Gay; 1854).

Hombres jugando chueca, siglo XX. Cortesía Museo Histórico Nacional. Men playing chueca, 20th century. Courtesy: Museo Histórico Nacional.


80

Grupo familiar al interior de su ruka, hacia 1920. Cortesía Vicariato Apostólico de la Araucanía, Villarrica, Chile, publicado en Alvarado et al. 2001. Mapuche family inside their ruka, ca. 1920. Courtesy: Vicariato Apostólico de la Araucanía, Villarrica, Chile. Published in Alvarado et al. 2001.

La agrupación de varias familias ligadas por vínculos de parentesco patrilineales forma una comunidad que generalmente vive en un territorio de propiedad común. Espacialmente, sin embargo, los asentamientos mapuche no forman aldeas aglutinadas, sino que más bien son dispersos. Cada familia vive en su casa o ruka y en su derredor tiene los corrales, la chacra y las tierras que utiliza. Al parecer esta forma de ocupar la tierra, o patrón de asentamiento, es de raigambre prehispánica, pues los primeros conquistadores la describen como característica de esta región. Relaciones de parentesco, proximidad espacial y lazos de cooperación y lealtad mantienen unidas a las familias que forman un grupo local. Son de vital importancia también para relacionar a los miembros de una comunidad, las creencias religiosas, que elevan a categorías divinas a los ascendientes y fundadores de los linajes a

A grouping of various families connected by paternal lineage form a community which generally inhabits a commonly-owned territory. Spatially, however, Mapuche settlements do not form village clusters, as they are more or less disperse. Each family lives in its own ruka surrounded by its own corrals, gardens and lands that it utilizes. It appears that this manner of land use pre-dates the Spanish conquest, as it was described by the first conquistadors as characteristic of the region. Family relationships, spatial proximity and ties of cooperation and loyalty keep the families who form a local group united. Religious beliefs also are of vital importance to the relationship of the members of each community. Ancestors and founders of paternal lineages are elevated to divinities and rendered religious homage that is shared closely by all the families of a clan.


81

los que se les rinde culto que es compartido estrechamente por todas las familias de cada agrupación. El intercambio de mujeres, dentro del sistema de matrimonio exógamo, es uno de los vehículos más importantes para integrar a varias comunidades mapuche entre sí y forma un elemento de básica importancia para comprender la sociedad mapuche. Las relaciones matrilaterales dan origen a vínculos de orden económico, como trabajos agrícolas, construcción de casas, eventos de tipo lúdico o deportivo, como la chueca o palín (juego indígena similar al hockey). También, dentro de este nivel de integración social y cultural de la sociedad mapuche, se debe destacar la vital importancia que desempeñan las instituciones religiosas, las normas y valores, que mantienen la cohesión social.

The exchange of women, necessitated by the exogenous matrimonial system, is one of the most powerful vehicles linking the various Mapuche clans and an element of basic importance for understanding Mapuche society. Such economic activities as agricultural works and the construction of houses, as well as the organization of inter-clan competitions and sporting events including chueca or palin (an indigenous game similar to field hockey), are based upon maternal lineage relationships. Vitally important, too, at this level of social and cultural integration of Mapuche society, is the role played by religious institutions, standards and values, in maintaining social cohesion.


82

Sequil de cadenas (N° 1200), pectoral femenino, siglo XX (fotografía: F. Maldonado). Chain Sequil (N° 1200), a silver chest ornament worn by women, 20th century (photograph: F. Maldonado).


83

La economĂ­a y las artes

The economy and the arts


84


85

“Después de casados trabajamos los dos, yo barbechaba y sembraba de todo un poco. Ella se quedaba en la casa, preparaba muy variadas comidas y trabajaba también en tejidos”.

“After we were married we both worked. I plowed and sowed a little bit of everything. She stayed at home, made all kinds of food, and also devoted time to spinning and weaving.”

Mösbach 1930

Mösbach 1930

Mapuche arando la tierra (fotografía: N. Piwonka). Tilling a field (photograph: N. Piwonka).


86

Mujer mapuche recolectando plantas (fotografĂ­a: N. Piwonka). Mapuche woman gathering plants (photograph: N. Piwonka).


87

Antes de la llegada del español, la actividad fundamental de subsistencia mapuche se relacionaba con la recolección de productos de la amplia y variada gama existente en la flora y fauna de la región. Probablemente, el hombre hacía expediciones de caza, junto con sus parientes masculinos, en busca de manadas de guanacos, venados pequeños u otros animales. Las mujeres, acompañadas de sus hijos, se dirigían a los bosques en procura de frutas silvestres de maqui, boldo, murta, frutilla y cóguil, con los que preparaba frescas bebidas fermentadas, o de yerbas tales como yuyos, cardos, nalcas y helechos para cocinar caldos que sazonaban con ají y grasa. En la precordillera, la actividad económica principal, junto con la caza, era la recolección del piñón, fuente alimenticia de los indígenas de aquella región. El lafkenche o “habitante de la costa”, se internaba en el mar, aprovechando las bajas mareas, para extraer erizos, choros y machas o cazar jaibas y pancoras. Las mujeres recolectaban el cochayuyo y sus raíces o huilte, el luche (lechuga marina) y la lúa. Objeto de trabajo comunitario era la pesca que se practicaba mediante la técnica del arrastre usando redes fabricadas con fibras vegetales. Para la pesca individual se utilizó el arpón y tridente de coligüe (caña indígena). La llama o weke (Lama glama) –llamada posteriormente chiliweke, para diferenciarlo del ovino europeo– fue domesticada por el mapuche, al parecer en reducidas proporciones, sobre todo si se compara con la ganadería de los Andes Centrales. La posesión del weke era símbolo de alcurnia y riqueza y la lana de estos camélidos era muy apreciada por constituir la única fibra que existía para la elaboración de textiles. No hay constancia de que el weke haya sido utilizado por el indígena mapuche como medio de transporte. El cultivo de la tierra se limitaba a la mantención de pequeñas huertas familiares de porotos, habas, quínoa, calabazas, ají y papas y a la preparación de reducidos campos para el cultivo de maíz o wa, mediante la tala y roce de los bosques que tapizaban el territorio.

In pre-Hispanic times, the Mapuche subsisted by hunting, fishing and collecting shellfish, as well as by gathering a rich variety of plant items. Most likely the man, in the company of his male relatives, hunted guanacos, small deer and other animals. The women, accompanied by their children, went to the woods in search of wild fruit such as maqui, boldo, “murta”, strawberries and cóguil, from which they prepared fresh and fermented beverages, and wild herbs, including yuyos, thistles, nalcas and different ferns, to make soups seasoned with red peppers and grease. In the foothills of the Andes, the main economic activity, after hunting, was the collection of pine nuts, the principal source of food for the indigenous peoples of that region. The lafkenche (“inhabitant of the coast”) turned to the sea at low tide to gather sea urchins, mussels, razor clams and crabs. The women collected collof (a brown alga) and its roots (known as huilte), luche (sea lettuce) and lúa. Fishing was a community effort practiced by dragging large nets woven of vegetable fiber. Individual fishermen used harpoons and tridents made of coligüe (an indigenous cane).

La papa (Solanum tuberosum) es un tubérculo oriundo de América. Uno de sus orígenes se encuentra en el territorio mapuche. The potato, the tuber of the perennial plant Solanum tuberosum, is native to South America. One of its origins is found in Mapuche territory.

The weke (llama or Lama glama), later called chiliweke to distinguish it from European sheep, was domesticated by the Mapuche, although in reduced numbers, as compared with the herds of the Central Andes. The possession of wekes was a symbol of wealth and aristocracy among the Mapuche, and their wool, the only fiber available for making textiles, much appreciated. There is no indication that wekes were used by indigenous Mapuche for transportation.


88

Recolecci贸n de pi帽ones en Icalma. Gathering pine nuts near Icalma.

Recolecci贸n de cochayuyo. Gathering cochayuyo.


89

Estas labores de subsistencia determinaron que el asentamiento mapuche no fuera totalmente sedentario y fijo, sino que los grupos se fueran trasladando de un lugar a otro en busca de mejores tierras para procurar una óptima subsistencia. Esta movilidad favorecía las relaciones de intercambio entre los grupos que habitaban diversos nichos ecológicos. Los lelfunche o “habitantes de los llanos” acudían a la costa en procura de productos marinos que los costinos intercambiaban por granos. La sal y el fruto del pewen que bajaban los pehuenches de las faldas de la cordillera eran elementos que gozaban de mucho aprecio en el valle. Mediante el proceso de conquista y colonización, el europeo introduce extrañas especies vegetales y animales que se adaptan y son adoptadas por los indígenas con extrema facilidad. Dentro de ellas, ocupan un lugar preponderante el trigo y la cebada, entre los cultígenos, y la oveja, caballo y vacuno como animales domésticos. El manzano se adapta de tal manera al suelo y clima de la Araucanía, que en pocos años forma verdaderos bosques naturales, y sus frutos, llamados manshana, llegan a formar parte de los productos de recolección silvestre. Mientras la población aborigen de las regiones pacificadas, en un acelerado proceso de mestizaje (mezcla racial y cultural), adopta un nuevo modo de vida determinado por las encomiendas agrícolas, el indígena de los indómitos territorios australes continúa con su tradicional asentamiento móvil, el que resulta exacerbado por la Guerra de Arauco y la introducción del caballo. La actividad agrícola, en consecuencia, no se desarrolla más allá de la adopción de nuevas especies. No ocurre lo mismo con la ganadería, la que sí se compadece con la movilidad de los grupos y que también se beneficia con la introducción de caprinos, ovinos, caballares y vacunos. Durante el período colonial, estas dos últimas especies llegaban de las pampas trasandinas a través del

The cultivation of land was limited to the maintenance of small family gardens with beans, lime beans, dawe (a cereal), pumpkins, peppers and potatoes. Small fields were laboriously cleared in the forests to cultivate wa (corn). The subsistence nature of these tasks caused Mapuche groups to move from place to place in search of better lands with more plentiful food resources. This mobility favored interaction between the groups inhabiting the different ecological niches. Those occupying the plains (lelfunche) traveled to the coast to exchange their grains for marine products. Salt and pewen nuts gathered by the Pehuenche in the foothills of the cordillera were highly valued commodities in the valley. By the process of conquest and colonization, Europeans introduced exotic vegetable and animal species which adapted to the new world and were readily adopted by the indigenous peoples. Outstanding among them were wheat and barley as cultivated crops and sheep, horses and cattle as domestic animals. Apple trees adapted so well to the climate of Araucanía that in few years they formed veritable forests. Called manshana by the indigenous peoples, the apple took its place as a staple gathered in the forest. While the aboriginal population of the pacified regions, in an accelerated process of “mestizaje” (racial and cultural mixing), adopted a new mode of life dictated by the demands of agriculture, the non-pacified natives of the southern regions retained their traditional mobility, accelerated now by the Araucanian War and the introduction of the horse. The development of agricultural activities was limited to the adoption of new species. On the other hand, herding activities, as befitted their nomadic life style, increased with the introduction of goats, sheep, horses and cattle. During the Colonial period, horses and cattle crossed the Andes with the Pehuenche and became an important trade item with Spanish merchants who


90

Transporte de cochayuyo. Transporting cochayuyo.

Carretas transportando paja para techar rukas, Nahuelbuta, 1977 (fotografĂ­a: H. Niemeyer). Carts loaded with straw for thatching ruka roofs, Nahuelbuta, 1977 (photograph: H. Niemeyer).


91

pehuenche y constituían un importante bien de intercambio con los españoles, los que entraban más allá de las fronteras en busca de ganado para después venderlo en los mercados de ciudades como Chillán y Los Ángeles. Después de la pacificación de la Araucanía, reducidos los indígenas a las tierras concedidas por el Estado, se crea un vínculo de mayor permanencia entre el mapuche y el suelo. Paulatinamente disminuyen las labores de recolección de productos silvestres y se acrecientan, en cambio, las actividades agrícolas. Recién en este momento y a partir del siglo XX se puede hablar con propiedad de una economía agrícola entre los mapuche. Aunque limitados por sus condiciones económicas, adquieren técnicas de cultivo, rotación de suelos y uso de animales de arado a través del contacto con los campesinos. Los fertilizantes y la maquinaria de cultivo y cosecha, son, por esta misma razón, accesibles sólo a un número muy limitado de comunidades. Por otra parte, las técnicas de siembra y cosecha no son siempre las más adecuadas a la conservación del suelo y el mejoramiento de la producción.

went into Araucanía looking for cattle to sell in the markets of cities such as Chillán and Los Angeles. After the “pacification” of Araucanía, with the indigenous peoples restricted to the reservations granted them by the Chilean State, a closer, more permanent tie was created between the Mapuche and the land. The gathering of forest products was gradually replaced by agricultural activities. Only since the early part of the 20th century did the Mapuche have what could be properly called an agricultural economy. Although limited by their economic condition, they have absorbed the techniques of cultivation, crop rotation, and managing draft animals used by their peasant counterparts. Fertilizers and farm machinery are accessible only to a very limited number of communities. Sowing and harvesting techniques are not always appropriate for soil conservation and increased production.

Viajando hacia el este. Traveling eastward.


92

Sequil (N° 2669), pectoral femenino, siglo XIX (fotografía: F. Maldonado). Sequil (N° 2669), a silver pectoral ornament worn by women, 19th century (photograph: F. Maldonado).

Punzón acucha (N° 1258), siglo XIX. Punzón acucha, a silver decorative pin with a spherical head (N° 1258), 19th century.

Tralal-Tralal (N° 1236), broche ornamental de plata, siglo XIX (fotografía: F. Maldonado). Tralal-Tralal (N° 1236), a silver ornamental brooch, 19th century (photograph: F. Maldonado).


93

Topu (N° 1251), alfiler o punzón, siglo XVIII.

Collar de plata, siglos XVIII-XIX (fotografía: D. James Dee).

Topu (N° 1251), a large, silver, decorative pin or brooch, 18th century.

Silver necklace, 18th-19th century (photograph: D. James Dee).

Ngutroe (N° 1283) o tocado femenino, siglos XIX-XX. (fotografía: F. Maldonado). Ngutroe (N° 1283), a female headband, 19th-20th century (photograph: F. Maldonado).


94

Sobremakuñ (N° 2870) o manta (fotografía: F. Maldonado). Sobremakuñ (N° 2870), or manta (photograph: F. Maldonado).

Gran parte del terreno otorgado a las comunidades mapuche tiene un relieve de lomajes, los que debieran ser aterrazados o arados en círculos para sembrarlos, aunque lo ideal sería conservarlos como recursos forestales. El mapuche que debe trabajar intensamente estos suelos para subsistir, desconoce estas técnicas y es agente involuntario de una acelerada erosión de los campos, la que adquiere los caracteres de una verdadera catástrofe en las tierras pertenecientes a las comunidades de la costa. Aún se conservan los lof kudau o trabajos de grupo para ciertas labores agrícolas como la siembra o cosecha en las tierras de algún personaje importante de la comunidad, el que convoca a parientes y amigos a las faenas, recompensándolos con festejos. Antiguamente, la trilla de trigo, principal cultivo mapuche del período poshispánico, se practicaba en un gran baile en que las parejas danzaban sobre las espigas a fin de desgranarlas, al son de tambores (kultrun) y pitos (pifillka). Hasta hoy, la época de la cosecha es considerada como un período festivo y da origen a un incremento de visitas entre los parientes así como a un mejoramiento en la calidad de las comidas y el consumo de grandes cantidades de carne. Otras labores en las que aún se emplea el lof kudau o mingaco, son aquellas que se hacen en beneficio de toda la comunidad, tales como la limpia de canales, construcción y reparación de caminos y puentes y la preparación del campo, ritual donde se celebran las rogativas de fertilidad.

A large part of the land ceded to Mapuche communities is hilly and should be terraced or contour plowed before planting. The ideal use for this land would be to cultivate forestry resources. Mapuche, however, who must work this land intensively for subsistence, are unaware of these techniques and have accidentally caused accelerated erosion, which has progressed to a disastrous state in the case of lands belonging to coastal communities. The tradition of lof kudau (group labor) persists for certain agricultural tasks such as sowing and harvesting on the lands of some prominent personage of the community, who convokes his relatives and friends to work his lands during times of special needs, and rewards them with festivities. Earlier, during the harvesting of wheat, the major Mapuche crop during the postHispanic period, threshing was accomplished by staging a large dance during which couples danced on the wheat stalks to the sounds of the kultrun (drums) and pifillka (whistles). Even today harvest time is cause for celebration and an increase in the visits among relatives as well as an improvement in the quality of foods and the consumption of great quantities of meat. Other tasks employing lof kudau or mingaco (communal labor) are those that benefit the entire community, such as the cleaning of canals, construction and repair of roads and bridges and the preparation of the fields, a ritual celebrated with fertility rites. Less frequent is the rukan or house raising, an occasion for long, colorful “fiestas”.


95

Sobremakuñ (N° 2870) o manta (fotografía: F. Maldonado). Sobremakuñ (N° 2870), or manta (photograph: F. Maldonado).


96

Menos frecuente es el rukan o celebración en la construcción de la casa de paja, que daba origen a fiestas de larga duración y hermoso colorido. La ruka mapuche que primitivamente parece haber sido de grandes dimensiones, con superficies que variaban entre los 120 y 240 metros cuadrados, y albergaba a un grupo familiar extenso, compuesto por una gran cantidad de parientes, era construida por todos los vecinos de la localidad, los que ayudaban a cortar los robles, arrancar ramas y paja y trenzarlas con enredaderas para levantar los muros, que posteriormente eran recubiertos por manojos de hierba “ratonera”. Preparado el terreno, se excavaban los huecos de los postes y se diseñaba el contorno de la habitación. El revestimiento de los muros y techos con vegetales servía como un aislante de primera calidad contra las inclemencias de la temperatura exterior. Aún se conserva este tipo de construcciones, las que son preferidas en algunos lugares como habitaciones por ser frescas en verano y abrigadas en las temporadas frías. Entrando a la ruka, se distinguen varias secciones. En la interior, opuesta a la entrada, se guardan los cántaros de chicha (jugo de fruta fermentado) y mudai (licor de maíz), junto a los sacos de granos y bultos o baúles con ropas y utensilios. En la parte central se encuentra el fuego, a los lados de éste, las camas y colgando del techo, ristras de ají y maíz. La entrada de la casa está orientada generalmente hacia el este y es en esa parte donde la mujer instala su telar para tejer en invierno. En ambos extremos del techo existen orificios de ventilación o ullon-ruka por donde escapa el humo del fogón. En este escenario transcurre la vida de la mujer mapuche. Aquí se muele la arcilla que mezcla con uku para darle consistencia; humedece y amasa la mezcla con la que modelará cántaros, tazas, ollas y platos a partir de una larga cinta de greda que se va enrollando sobre una base hasta que la alfarera logra la forma requerida. Se alisa la superficie y se calcina el modelado en el fuego.

The ruka of earlier times appears to have been of enormous dimensions, covering 120 to 240 square meters (1300 to 2600 square feet), sheltering an extended family group which included a large number of relatives, and was constructed by all the residents of a community. Once the ground was prepared, the post holes were dug and the shape of the ruka outlined. The neighbors then cut beech beams, pulled up saplings and straw and wove them together with vines to raise the walls which were then covered with rattan wickerwork. Thick vegetation covering the walls and roof provided first class insulation against inclement weather. This type of construction, cool in summer and easy to heat in winter, is still preferred in some localities. Entering the ruka, one distinguishes various sections. Inside, opposite the entrance, is a storage area for pitchers of chicha (fermented fruit juice) and mudai (corn liquor), sacks of grain and trunks with clothes and utensils. In the central area is the open fireplace, with beds to each side and strings of pepper and corn hanging from the rafters. The entrance is generally oriented toward the east and tit is there that the woman installs her witral (loom) for weaving during the winter. Vent holes–ullon ruka–at each end of the roof allow the smoke from the fire to escape. The ruka is the setting for most of the Mapuche woman’s daily activities. This is where she makes her household pottery–pots, cups and dishes–grinding up clay and mixing it with uku to give it consistency, dampening and kneading the resultant mixture to produce a long modeling strip, coiling the strip over a base to fashion the desired piece, and finally, burnishing and firing the article to achieve the final product. In her spare time, she spins yarn from sheep’s wool. With her spindle and distaff, she produces yarns of various thicknesses, depending on the cloth to be manufactured. In the dyeing process, she uses relvun to obtain different shades of red, maqui or mud for blacks, and collof alga or radal for browns, in addition to store-bought, artificial dyes. To weave


97

Poncho ñiminnekermakuñ (fotografía: F. Maldonado). Ñiminnekermakuñ poncho (photograph: F. Maldonado).


98

Diferentes fajas mapuche (fotografĂ­a: F. Maldonado). Different Mapuche strips (photograph: F. Maldonado).


99

El hilado de los vellones de lana es ocupación de toda mujer mapuche en sus momentos de ocio. Con su huso girando en torno a la tortera van produciendo hilos de distinto grosor dependiendo de la prenda que piensan fabricar. En el proceso del teñido usarán nalca o relvun para los tonos rojos, maqui o barro para los negros, cochayuyo o radal para los pardos, fuera de las tinturas artificiales que comprarán en los mercados urbanos. Para tejer las frazadas, mantas, choapinos y alfombras usarán el telar vertical, en que distribuirán los complicados diseños y símbolos que se han transmitido de generación en generación. Las fajas de hombres y mujeres, de textura y tejido más finos, se tejerán en telares horizontales, tendidos en el suelo, como los usados en los Andes Centrales. Las actividades masculinas, por el contrario, se desarrollan generalmente fuera de la ruka. El hombre es un gran trabajador de la madera, la que labra con azuela, fabricando tejas, instrumentos de todo tipo y toda clase de artefactos de uso doméstico, tales como bancos, platos y recipientes. La estatuaria mapuche es principalmente de madera y se distinguen en este arte los rewes o escalas ceremoniales de los chamanes, los nguillatué o figuras antropomorfas que representan a las deidades y presiden las rogativas, y los mamulche o estatuas funerarias que representan figuras humanas. Con cuernos y madera elaboran elementos musicales, entre los que destacan la pifillka (pito), el kultrun (tambor) y la trutruka (trompeta). Son escasos los que se han especializado en la metalurgia y merecen especial mención por su destreza y creatividad los plateros, que fabricaban las joyas femeninas, anillos, pulseras, tocados, pectorales y prendedores, así como los aderezos para monturas y aperos de jinete, que constituían el mayor orgullo de un cacique u hombre poderoso de Arauco.

Faja ñimintraruwe (N° 1775). Ñimintraruwe sash (N° 1775).

blankets, mantas, mats and rugs, she employs a vertical loom, carefully distributing the complicated designs and symbols handed down from generation to generation. Finer weaves, including textured cloths and men’s and women’s sashes, are woven on a horizontal loom, set on the ground, similar to the kind used in the Central Andes. Masculine activities, on the other hand, are generally outside the ruka. The man works with wood, utilizing the adze, making tiles, various kinds of instruments and all types of artifacts for domestic use, such as benches, plates and receptacles. Mapuche statuary is principally of wood and includes the rewe, ceremonial stairs used by the shamans, the anthropomorphic nguillatue which represent deities and preside over fertility rites, and mamulche, funeral statues which may represent the deceased. Musical instruments fashioned from horns and wood are the pifillka (whistle), kultrun (drum) and trutruka (trumpet). There are very few metal workers, but those who work in silver merit special mention for their ability and creativity in the fabrication of women’s jewelry, including rings, bracelets, headbands, combs, chest pieces and brooches, as well as saddle decorations and riding gear, the main pride of a chieftain or powerful man in Araucanía.


100

Wirikapontro (N° 1765) o frazada. Wirikapontro (N° 1765), or blanket.

Estas artesanías han sufrido un menoscabo con el acceso mapuche a los mercados urbanos, por ejemplo en la ciudad de Temuco, que les proporcionan sustitutos de cómoda y fácil obtención. Es así como los chamal y chiripa masculinos y los kepam o prenda de vestir femenina, que consistían en paños tejidos en telar, fueron rápidamente reemplazados por productos de procedencia industrial urbana.

These handicrafts have suffered a decline with the access of the Mapuche to urban markets, such as in the modern city of Temuco, which provide easy to obtain substitutes. Thus, such products as the mans’ chamal and chiripa, and the woman’s kepan (distinctive Mapuche clothing which consisted of hand loomed cloth) were rapidly replaced by the products of urban industry.


101

El efecto imitador influyó no sólo sobre la vestimenta mapuche, sino también en la adopción de nuevos utensilios de uso doméstico, que implican la desaparición de los tradicionales. Persiste, sin embargo, el arte textil mapuche, pues las mantas, frazadas, lamas y choapinos representan productos artesanales cuya calidad la industria no ha podido superar y que continúan llenando una necesidad de actual vigencia dentro de la vida doméstica. La desmedrada situación económica de las familias mapuche las ha obligado a recurrir a la venta de sus joyas de plata tradicionales, las que son requeridas por coleccionistas.

The urge to imitate has not only influenced Mapuche dress but resulted in the adoption of new utensils for domestic use as well, causing the disappearance of traditional artifacts. Mapuche textile arts, however, persist, as hand-woven mantas, blankets, lama (fringed cloths) and small mats offer quality which has not been matched by industrial production. Due to economic strife, many Mapuche families have had to the sell off their traditional silver jewelry–highly sought–after by collectors.

El chañuntuko representa una síntesis del arte textil y ecuestre, ambos aspectos fundamentales en la vida del mapuche (fotografía: F. Maldonado). The chañuntuko represents a synthesis of Mapuche textile art and equestrian culture, both a fundamental part of the everyday life of this people (photograph: F. Maldonado).


102

Creencias y valores

Beliefs and values


103

Kollon o mĂĄscaras rituales (fotografĂ­a: F. Maldonado). Kollon, or ritual masks (photograph: F. Maldonado).


Del Norte, así dicen, vino el demonio. Por debajo del suelo pasó, por los aires pasó.

Augusta 1934

Mapuche con máscaras y atuendos ceremoniales en la provincia de Cautín, hacia 1930. Mapuche wearing ceremonial masks and attire in the Province of Cautín, ca. 1930.


From the North, they say, came the demon. Under the ground he passed, Through the air he passed.

Augusta 1934


106


107

En la necesidad de explicar su mundo, formular juicios y jerarquizar valores, la cultura mapuche está dotada de un rico bagaje de creencias, así como de una variedad de ritos que permiten al hombre ponerse en contacto con las fuerzas de la naturaleza y las sobrenaturales. El machi o chamán, que pone en contacto y media entre estos dos mundos, juega un papel fundamental en este sistema cosmológico. La región celeste o wenu mapu está poblada de una pléyade de dioses que ocupan distintos lugares en una jerarquía bien establecida. En la cúspide del panteón se encuentra un personaje que actualmente designan con el nombre de Ngenemapun, “dueño de la tierra”, o Ngenechen, “dueño de los hombres”. Este rey o principal es poseedor de dos pares de atributos opuestos: sexo masculino-sexo femenino y juventud-ancianidad, los que dan origen a cuatro personajes: El Anciano, La Anciana, El Joven y La Muchacha. Este ser supremo llevó al pueblo mapuche al lugar que hoy habita y vela eternamente por su bienestar. Vive en un lugar indeterminado de las regiones superiores del cielo.

Chemamull, esculturas antropomorfas en madera, usadas en los cementerios mapuche (fotografía: F. Maldonado). Chemamüll, anthropomorphic wood sculptures used in Mapuche cemeteries (photograph: F. Maldonado).

To explain itself and its World, formulate judgments and order its values, Mapuche culture carries a rich load of beliefs, as well as a variety of rites which allow man to put himself in contact with the forces of nature and supernatural. The machi (shaman) who contacts and mediates between these two worlds plays a basic role in this cosmological system. The celestial region (wenu mapu) holds a plenitude of gods who occupy distinct positions in a wellestablished hierarchy. At the apex of the pantheon is a personage now designated with the name of Ngemapun (“owner of the land”) or Ngechen (“master of men”). This king of gods possesses two pairs of opposing attributes: masculinefeminine sex and youth-old age, which give rise to his four personalities: The Old Man, The Old Woman, The Youth and The Girl. This supreme being led the Mapuche to the place they now inhabit and eternally oversees their well-being. He lives in an indeterminate place in the upper regions of the sky.


108

Ceremonia del nguillatun en lelfun mapu o valle central. Nguillatun ceremony in the lelfun mapu, or “central valley.”

Rogativa del nguillatun en Cañicú, inapire mapu. Nguillatun–community prayer ceremony–in Cañicú, inapire mapu.


109

Algunos cuerpos celestiales como la luna (killén), el lucero del alba (wuñelfe) y las estrellas (wanglén), también están deificados, y su influencia se hará sentir directamente sobre el chamán, cuyas dotes premonitorias y de taumaturgia dependen de estos seres astrales. En las rogativas se solicita la intercesión de seres ya fallecidos que han alcanzado alturas míticas. De este modo, se invoca a los guerreros, caciques y antiguos machi. Los antecesores y fundadores de los linajes también han pasado a tener un lugar en el cielo o wenu mapu y de ellos se espera que continúen velando por la seguridad y prosperidad de sus descendientes, de la misma manera como lo hicieran en vida. A menudo, estos espíritus también presentan ambos pares de oposiciones que se describieron para el ser supremo, de modo que es frecuente en la plegaria la invocación a, El Anciano Machi, La Anciana Machi, El Joven Machi y La Joven Machi. Lo mismo se repite con los demás seres míticos y los antepasados.

Some celestial bodies, such as the moon (killen), the morning star (Wuñelf) and the stars (Wanglen) are deified as well and bring their influence to bear directly on the machi (shaman), whose gifts of foresight and magic depend on these astral beings. Ceremonial prayers solicit the intercession of fallen heroes who have reached mythic heights. Thus, they invoke the spirits of past warriors, chieftains and revered machi. Ancestors and the founders of lineages have also come to occupy a place in wenu mapu, the celestial world, and are expected to continue to oversee the safety and prosperity their descendents, just as they did in life. These spirits often present the same pair of opposing aspects as described for the supreme being, so that, in prayer, it is customary to invoke The Old Machi Man, The Old Machi Woman, The Young Machi Male and The Young Machi Female. The same is done with the other mythic beings, as well as with the ancestors.

Los espíritus de los gloriosos antepasados de un linaje se personifican en el Pillán, que vive detrás de las montañas, en el oriente o puel mapu. Es considerado como aquel de los seres sobrenaturales que está más cerca del hombre, por lo que su invocación constituye el primer peldaño en el ascenso hacia el mundo sagrado.

The spirits of glorified ancestors are personified in the Pillan, who lives behind the mountains, in the East, or puel mapu. Invocation of the Pillan, the supernatural being closest to man, constitutes the first rung on the ascent toward the sacred world.

Las fuerzas naturales, íntimamente ligadas a las creencias, han dado una connotación mítica a las partes de la tierra. Dos puntos cardinales están relacionados con el Bien: el sur, portador de buenos vientos que traerán bonanza, suerte y abundancia, y el oriente que es el lugar más cargado de sentido religioso. De este modo, por lo general, la ruka mapuche tiene su entrada hacia el este, los nguillatué o figuras de madera antropomorfas que presiden el nguillatun o rogativa, también están orientados hacia la cordillera, sitio que debe mantenerse despejado mientras dure la ceremonia. El machi instala su rewe hacia este mismo punto de manera que al mirarlo, dirija hacia el Oriente sus plegarias.

Bailarines del nguillatun (fotografía: Cl. M. Janvier). Photothèque du Musée de l’Homme, Paris, France, publicado en Alvarado et al. 2001. Nguillatun dancers (photograph: C. M. Janvier). Photothèque du Musée de l’Homme, Paris, France, published in Alvarado et al. 2001.


110

Los colores del cielo, azul y blanco, están cargados de valoraciones positivas y se relacionan con los objetos sagrados. Las banderas o estandartes de los machi sólo mezclan estos colores. La estatuaria sagrada es decorada con dos líneas paralelas, azul y blanco, que pintan bajo los ojos y sobre la nariz de las figuras. De esta misma forma pintan la cara de los participantes del baile en el nguillatun, oportunidad en que es considerado de buen gusto vestir con prendas que lleven estos colores.

El canelo (Drimys winteri) es el árbol sagrado de los mapuche (fotografía: N. Piwonka). The canelo tree (Drimys winteri) is sacred to the Mapuche (photograph: N. Piwonka).

Natural forces, intimately linked to beliefs, have given mythic connotation to the land’s various parts. Two points of the compass are related to Good: the South, the keeper of good winds which bring fair weather, good fortune and abundance; and the East, abode of the Pillan, the place most charged with religious significance. That is why the ruka usually faces East. The nguillatue (anthropomorphic figures), which preside over nguillatun (prayer ceremonies), are also oriented toward the eastern mountains; their line of sight must remain unobstructed during the entire ceremony. The machi installs her rewe (ladder to heaven) in such a manner that, while looking at the statues, she directs her prayers to the East. The colors of the sky–blue and white–are charged with positive values and are related to sacred objects. Machi banners or flags only feature these colors. Sacred statues are decorated with two parallel lines, blue and white, painted below the eyes and across the nose. Participants in the nguillatun dance paint their faces in the same manner. At such times it is considered good taste to dress in clothing which has the same colors. The folie, or cinnamon tree, is worshipped as the embodiment of divine attributes and messenger of peace. The maqui (a shrub with sweet, edible berries), the laurel and the apple tree also assume these characteristics, and their use is frequent in the decoration of religious places and objects, in machi rites and prayers. With the influence of Christianity, much of the diversity and dualistic nature of Mapuche deities has been lost, causing the religious system to become more monotheistic. At the present time, the supreme being is referred to as Chau Dios (a combination of Mapuche and Spanish meaning “God the Father”), creator or master of man and the Earth. The customary paired oppositions of attributes are still found, however, in the songs and prayers of the machi, ritual elements which as a result of being handed down from generation to generation, remain largely unchanged in structure as well as content.


111 Esculturas de madera que presiden la plaza ritual del nguillatun (fotografĂ­a: B. Borowicz). Wood sculptures presiding over the nguillatun ceremonial plaza (photograph: B. Borowicz).


112

“Un machitún, modo de curar los enfermos”. Grabado de C. Gay (1854). A machitún, healing ceremony for the sick (engraving: C. Gay; 1854).


113


114


115

El folie o canelo es el árbol sagrado por excelencia, portador de atributos divinos y mensajero de la paz. El maqui (arbusto con pequeños frutos comestibles), el laurel y el manzano también asumen estas características y su uso es frecuente en la decoración de lugares y elementos religiosos, ritos chamánicos y plegarias. Con la influencia del cristianismo, se ha perdido mucho de la concepción dual de las deidades mapuche, generándose una nueva, más cercana al monoteísmo. Es así como actualmente se designa al ser supremo como el Padre Dios o Chau Dios, creador o dueño de los hombres y de la tierra. Las tradicionales oposiciones dobles de atributos para las deidades aún se encuentran, sin embargo, en los cantos y plegarias de los machi, elementos rituales que, por ser transmitidos de generación en generación, conservan un marcado tradicionalismo tanto en su estructura como en contenido. Estas mismas influencias extrañas han producido una confusión dentro de los mismos mapuche respecto al Pillán, al cual algunos conciben como una deidad y otros como demonio, presumiblemente caracterizado como tal por los misioneros, debido a que reside en la región de los volcanes y a su atributo de gobernar y hacerse representar en erupciones, rayos, truenos y otros elementos catastróficos. El mundo del mal, de las fuerzas ocultas y demoníacas, se encuentra bajo la tierra, en el nag mapu, lugar donde habitan seres y animales monstruosos que se alimentan de carne o sangre humana. El color asociado a este elemento es el negro y las fuerzas que en él predominan son la desgracia, enfermedad, muerte, mala suerte y miseria.

These same outside influences have produced confusion among the Mapuche themselves with respect to the Pillan, which some conceive of as a deity and others as a demon. The Pillan was presumably characterized as a demon by the missionaries because of his abode in a region of volcanoes and his attributes of governing and being represented by eruptions, lightning, thunder and other catastrophic elements. The world of evil, of occult and demonic forces, is found below the earth (nag mapu), a region inhabited by monstrous beings and animals which feed upon human flesh or blood. The color associated with nag mapu is black, and the forces which predominate are disgrace, sickness, death, bad luck and misery. The geographic location associated with nag mapu is the North, the source of the evil wind which ruins harvests. The West, where the sun hides and the souls of the dead abide, is also viewed with fear and distrust. This world of evil is populated by a series of mythical anthropological and zoomorphic beings (wekufu) who visit the world of the Mapuche to sow misfortune, calamity and death. Witranalwe, represented as a tall, skeletal man presaging misfortune, gallops through fields by night dressed in a long, black manta, attacking men. Anyone who associates with Witranalwe becomes rich with ease, but is condemned to stay with him forever. Witranalwe is greatly feared and often seen in the darkness of the fields.

Homenaje a mi pueblo (1978), grabado del renombrado artista mapuche, Santos Chávez. Representa los antepasados mapuche a través del color azul, o kallfu, considerado el color sagrado por excelencia. Homage to my people (1978), engraving by the late, renowned Mapuche artist, Santos Chávez. Represents the Mapuche ancestors and features the color blue, or kallfu, considered a sacred color par excellence.


116

Cementerio mapuche, siglo XIX (fotografía: G. Milet). Mapuche cemetery, 19th century (photograph: G. Milet).

El lugar geográfico que corresponde a ese mundo es el norte, de donde proviene el viento portador de mal tiempo, que arruina las cosechas. El oeste, donde se esconde el sol y moran las almas de los muertos, también es objeto de temor y recelo. Este mundo maléfico está poblado de los wekufu, una serie de seres míticos que, en representaciones zoo-antropomorfas, recorren la tierra mapuche sembrando desgracias, calamidad y muerte. El Witranalwe, espíritu de un hombre muy alto y esquelético, que galopa de noche por los campos vestido de una larga manta negra, asalta a los hombres y es presagio de desgracias. Aquel que se asocia a él, se hace rico fácilmente, pero se condena a vivir y a mantenerlo consigo para siempre. Es objeto de gran temor y su presencia es detectada a menudo en la oscuridad de los campos. El espíritu intranquilo de una muchacha muerta, si es despertado por una bruja, surge de su tumba y se convierte en su aliado y cómplice. Es el Anchimallén, que tiene los ojos incandescentes como dos brasas encendidas.

The restless spirit of a dead girl, if awakened by a witch, may rise from her grave and become the witch’s ally and accomplice. This Anchimallen may be recognized by its incandescent eyes, which glow like coals. The Ñakin (infant), a ghost which attracts travelers into a swamp with his cry, and the Chon-chon (a winged witch’s head) are other figures in this group of human-faced monsters. Mythological animals that people the world include the Piwichen (a feathered serpent), Ngurru vilu (a serpent-tailed fox), Wallipeñ (a deformed sheep) and others, all of which suck the blood or breathe from human beings, causing them to die by consumption. The Cherrufe is a type of meteorite which crosses the heavens announcing impending catastrophes.


117

El Ñakin o infante que atrae a los viajeros a los pantanos con su llanto y el Chon-chon, cabeza de bruja alada, son otras figuras que integran esta pléyade de monstruos con figuras humanas. Animales mitológicos que también pueblan este mundo, son el Piwichén o serpiente alada, el Ngurru vilu o zorro con cola de culebra, el Wallipeñ u oveja deforme y otros, todos los cuales chupan la sangre o la respiración de los seres humanos, causándoles la muerte por consunción. El Cherrufe es una especie de aerolito o luz fugaz que atraviesa el cielo y anuncia calamidades. Hay personas que se relacionan con el lugar subterráneo donde moran las fuerzas del mal, ellas son las kalku o brujas y tienen poder para invocar la ayuda de los wekufu en sus empresas demoníacas. Por lo general, son de sexo femenino y viven alejadas de sus grupos, en medio de los bosques y preferentemente en cuevas (renu). El mapuche manifiesta mucho temor y repulsión ante el poder de estos personajes, pero, en casos extremos, acude secretamente a ellos solicitando su cooperación.

There are persons linked to the subterranean world of evil: kalku (witches) who have the power to invoke the assistance of the wekufu in their nefarious undertakings. In general they are female and live far from their clans, in the midst of woods, preferably in caves (renu). Mapuche show great fear and loathing for kalku but, on occasion, secretly consort with them to solicit their cooperation. These black magic professionals inherit their art from their ancestors or acquire it through long periods of apprenticeship. Old women, widowed or unmarried, who live apart and behave strangely are considered kalku by their neighbors. It is believed that they meet secretly to celebrate strange and macabre rites in certain deep, dark renu.

Cementerio mapuche hacia 1910 (fotografía O. Heffer). Mapuche cemetery, ca. 1910 (photograph: O. Heffer).


118

Cuando el mapuche muere, su espíritu reposa en la isla Mocha, comiendo papas amargas (fotografía: N. Piwonka). When the Mapuche die, they believe that their spirit goes to Moche Island, to rest and eat bitter potatoes (photograph: N. Piwonka).

Estos profesionales de la magia negra han heredado estas artes de sus antepasados, o bien adquieren su especialidad después de un largo período de entrenamiento. De este modo, las mujeres ancianas viudas o solteras que viven en lugares retirados y tienen raro comportamiento, son consideradas brujas por los vecinos. Se cree que se juntan para la celebración de extraños y macabros ritos en ciertas cuevas profundas y oscuras. El mapuche considera que la enfermedad o muerte no tienen causas naturales, sino que provienen de la acción de las fuerzas maléficas sobre una persona. Normalmente se culpa a un wekufu o a una kalku de provocarlas. En el

For the Mapuche, death and sickness do not have natural causes. They are the result of the action of evil forces acting upon a person. Normally, a wekufu or kalku is blamed for provoking such evil forces. Should it be a wekufu, the machi will exorcise the demon from the victim’s body. If a kalku, the evil witch must be discovered and accused. In ancient times a person accused of witchcraft was condemned to die on the grounds that she constituted a danger to the survival of the community. Today such persons are shunned and must migrate to new groups or live in isolation.


119

primer caso, el machi sacará del cuerpo del afectado al demonio, y en el segundo, deberá descubrir al brujo que causó el mal y delatarlo. En épocas remotas, la persona acusada de artes de brujería era condenada a morir por ser peligrosa para la supervivencia de la comunidad. Hoy son segregadas de los grupos y deben migrar o vivir aisladas. Muerta una bruja, su alma no reposará en paz en las montañas o no irá a comer papas negras al otro lado del mar, sino que pasará a integrar el grupo de demonios, encarnándose en cualquiera de los seres ya descritos, especialmente el Chon-chon, para finalmente, radicarse en el cuerpo de otra kalku que será su sucesora.

When a kalku dies, her soul does not rest peacefully in the mountains or journey to the other side of the sea to eat black potatoes with the other dead souls. Instead it becomes a member of a band of demons, assuming the role of one of the beings described earlier, usually the chon-chon, until, finally, taking root in another kalku which will become its successor.


120 Diferentes diseños de kultrun (dibujo: José Pérez de Arce). Different kultrun drumhead designs (drawing: José Pérez de Arce).


121

El chamanismo

Shamanism


122


Toda estaba cubierta de remedios de flores cuando fueron a buscarme en el monte. De sagradas ramas de canelo estaba cubierta, cuando fueron a buscarme en el monte. Estaba cubierta de ramas de laurel.

Augusta 1934

I was all covered with flower medicine when they went to look for me on the mountain. I was covered with the sacred branches of the cinnamon tree, when they went to look for me on the mountain. I was covered with the branches of laurel.

Augusta 1934

Detalle de la parte superior de un rewe (fotografĂ­a: B. Borowicz). Upper part of a rewe (photograph: B. Borowicz).


124

Machi junto a su rewe, tocando el kultrun y la kashkawilla (fotografĂ­a: M. Thomas). Machi near her rewe beating a kultrun, with kashkawilla, or cascabels, in her hand (photograph: M. Thomas).


125

El machi o fileu es el intermediario entre el pueblo mapuche y el wenu mapu o “tierra de los dioses”. A través de su mediación, las divinidades otorgan salud, bienestar, tranquilidad y abundancia al indígena. El machi está encargado principalmente de la representación divina en la lucha diaria entre el bien y el mal, cuyo campo de batalla es la tierra. Es así como está dotado de facultades adivinatorias, terapéuticas y rituales.

The machi, or fileu, is the intermediary between the Mapuche people and the wenu mapu (land of the gods). Through on his meditation, the divinities grant health, well-being, tranquility and abundance. The machi is principally charged with divine representation in the daily struggle between good and evil that takes place on the earth. Thus, she or he is imbued with powers to divine, to cure and to conduct rituals.

De acuerdo a los relatos de cronistas y viajeros, en tiempos pasados ejercían estas labores solamente hombres, que estaban dotados de una duplicidad de atributos sexuales que caracterizan a las deidades. En la actualidad, sin embargo, a través de la influencia europea y cristiana, esta función es ejercida principalmente por mujeres, en las que no se encuentra la duplicidad de atributos referida.

According to the early chroniclers and travelers, this profession was exercised only by men endowed with sexual ambiguity, a characteristic of the gods. At the present, due to European and Christian influences, this role is mainly played by women, without any bisexual attributes.

Hay una serie de señales que dan a entender a un mapuche que ha sido elegido para desempeñarse como chamán. Tiene sueños y visiones premonitorias que se relacionan con ciertos animales de color blanco, después de los cuales contrae una enfermedad “incurable”, que sólo puede aliviar por su consagración como machi. Decidido a hacerlo, el candidato conviene con un machi de experiencia su entrenamiento, y se traslada a vivir con él en calidad de pupilo y aprendiz. Construirá una ruka y vivirá solo, iniciándose en los secretos de las plantas medicinales y en la ciencia de los complicados ritos y ceremonias de invocación, todo bajo la estrecha vigilancia de su maestro. Transcurridos algunos años de aprendizaje, se preparará para el gran día de su iniciación, en que se celebrará una solemne ceremonia, el machi-lawun, con la asistencia de afamados chamanes de la localidad que le prestarán su ayuda en el difícil trance. Previamente, el aspirante a machi habrá mandado a fabricar o tallará él mismo el rewe, escalera ceremonial, símbolo de su estado y que representa el poder de comunicarse con el wenu mapu. Lo mismo deberá hacer con el kultrun, tambor ceremonial al son del cual cantará y bailará toda su vida invocando a los dioses y antepasados en beneficio de su pueblo.

There are a series of signs indicating that a Mapuche has been chosen to serve as a machi. She has visions or premonitory dreams related to certain animals that are white in color. Later she contracts an “incurable” disease which can only be alleviated by her consecration as a machi. Once having decided to be a machi, she enters into an agreement with an experienced machi for training as a student apprentice. She then constructs her ruka and lives alone, initiating herself into the secrets of medicinal plants and the science of the complicated rituals and ceremonies of invocation, closely supervised by her teacher. After some years of apprenticeship, she prepares for the great day of her initiation, celebrated with the solemn ceremony of machiluwun attended by the all well-known machi of the area, who will help her at this time. The machi-to-be would have already carved her ceremonial rewe stair, symbol of her status and ability to communicate with the wenu mapu. She would also have prepared a kultrun, the ceremonial drum to whose sound she will sing and dance the rest of her life invoking the gods and ancestors to assist her people.


126

Kultrun (N° 2607) o tambor ceremonial de la machi (fotografía: F. Maldonado). Kultrun (N° 2607), the machi’s ceremonial drum (photograph: F. Maldonado).

Enterrado el rewe al oriente de su casa, sobre antiguas monedas de plata, todos los machi que asistan a la ceremonia cantarán al wuñelfe o lucero del alba para que concurran en ayuda del iniciado los pillanes de Oriente, las Antiguas Machis y Guerreros, el Anciano Rey y la Anciana Reina, el Joven y la Muchacha, los antiguos y poderosos caciques y, sobre todo, la Luna y las Estrellas. Se decorará el rewe con ramas de los árboles sagrados y a cada lado de éste, se clavarán los emblemas o banderas que el machi ha elegido como sus estandartes. Estos, que llevan sólo colores blanco y azul, o celeste, consisten en símbolos astrales, representaciones de lunas y estrellas. Los asistentes prepararán también el cuerpo del iniciado mediante un complicado rito que tiende a dejarlo inmune contra las fuerzas del mal.

With the rewe planted in the earth to the East of her house, over ancient silver coins, all the machi in attendance sing to the Wuñelfe (morning star) invoking the Pillan of the East, the Old Machi and Warriors, the Old King, the Old Queen, the Young Warrior, the Young Maiden, the ancient and powerful Chiefs and, above all, the Moon and the Stars, to assist the new machi. The rewe is decorated with branches of sacred kinds of trees. To each side are fixed the flags that the new machi has chosen as her standards, with astral symbols and representations of moons and stars in white and blue (the colors of the heavens). The attendants also prepare the body of the initiate in a complicated rite designed to make her immune to the forces of evil.


127

La ceremonia culmina con el baile y el canto del iniciado, que asciende por primera vez los peldaños sagrados del rewe, al son del kultrun que toca con su mano derecha, ataviada de cascabeles. El clímax llega en el momento en que el machi cae en trance, se mueve en agitadas convulsiones que tratan de calmar sus asistentes y comienza a transmitir los mensajes de los dioses, que son repetidos por el machidungun o intérprete.

The machiluwun ceremony culminates with the dance and song of the initiate, who ascends for the first time the sacred steps of the rewe, to the sound of the kultrun, which she beats with her right hand, covered with bells. The climax arrives when the machi falls into a trance, moves with agitated convulsions with her assistants attempt to restrain, and begins to transmit the messages of the gods, which are then repeated by the machidungun.

En el uso de este poder de comunicación con los seres celestiales, el flamante machi expulsará a los malos espíritus que causan daño a los hombres y administrará medicinas en el machitun. En el nguillatun, o rogativa de la comunidad mapuche en que se solicita a las deidades la fertilidad de los campos, la reproducción de los animales y el bienestar de la colectividad, el chamán elevará su mirada hacia el oriente y, entre los sones acompasados de su kultrun cantará:

Utilizing this power of communication with the celestial beings, the new machi will exorcise the evil spirits which cause injuries and administer medicines in the machitun. During the nguillatun, when asking the deities for the fertility of the fields, increases in the number of animals and the wellbeing of the community, the machi will lift her eyes to the East and, to the beat of the kultrun, sing:

Machi o chamán presidiendo una rogativa.

Machi junto a su rewe (fotografía: C. Aldunate).

Machi, or shaman, leading a prayer ceremony.

Machi next to her rewe (photograph: C. Aldunate).


Una machi y sus asistentes tocando instrumentos (fotografĂ­a: M. Thomas). A machi and her assistants playing musical instruments (photograph: M. Thomas).


“Te rogamos que llueva para que produzcan las siembras, para que tengamos animales, ‘Que llueva’, diga usted Hombre Grande, cabeza de oro y usted Mujer Grande, rogamos a las dos grandes y antiguas personas…”

We pray for rain to produce the harvests, to multiply our animals. Great Man with the Golden Head, and you, Great Woman, say: “Let it rain!” We pray to the two Great, Old Persons…


130


131



Bibliografía / Bibliography

ALDUNATE, Carlos, 1989. Estadio alfarero en el sur de Chile (ca. 500 a.C.–1800 d.C.). Culturas de Chile: Prehistoria, Hidalgo et al. Eds., pp. 329-348. Santiago: Editorial Andrés Bello. ALVARADO, Margarita; Pedro MEGE & Christian BÁEZ (editores), 2001. Mapuche. fotografías Siglos XIX y XX. Construcción y montaje de un imaginario. Santiago: Editorial Pehuén. AUGUSTA, Padre Félix de, 1934. Lecturas araucanas. Santiago: Editorial San Francisco. BERDICHEWSKY, Bernardo, 1971. Fases culturales en la prehistoria de los araucanos de Chile. Revista Chilena de Historia y Geografía 139: 105-112, Santiago. COOPER, John, 1946. The Araucanians. Handbook of South American Indians, Vol. 2, Julian Steward, Ed., pp. 687-760, Washington. DILLEHAY, Tom, 1976. Observaciones y consideraciones sobre prehistoria y la temprana época histórica de la región centro-sur de Chile. Estudios Antropológicos sobre los mapuches de Chile sur-central, pp. 1-40. Temuco: Universidad Católica de Temuco. ERCILLA Y ZÚÑIGA, Alonso de, 1888. La Araucana. Santiago: Imprenta Cervantes. FARON, Louis, 1961. Mapuche social structure. Urbana: University of Illinois Press. 1964. Hawks of the sun: Mapuche morality and its ritual attributes. Pittsburg: University of Pittsburg Press. 1968. The Mapuche Indians of Chile. New York: State University of New York. FREZIER, Amadée François, 1716. Relation du voyage de la mer du sud aux cotes du Chili, du Pérou et du Brésil fait pendant les années 1712, 1713 & 1714. Amsterdam: Chez Pierre Humbert. GAY, Claudio, 1854. Atlas de la historia física y política de Chile. Paris: E. Thunot & Cia. GREBE, María Ester, 1973. Cosmovisión mapuche. Cuadernos de la Realidad Nacional 14: 46-73, Santiago. GUEVARA, Tomás, 1908. Psicología del pueblo araucano. Santiago: Imprenta Cervantes. 1911. Folklore araucano. Santiago: Imprenta Cervantes. 1913. Las últimas familias y costumbres araucanas. Santiago: Imprenta Cervantes. 1929. Chile prehispano, Vol. 1 & 2. Santiago: Establecimientos Gráficos Balcells & Co. HILGER, Inez, 1957. Araucanian child life and its cultural background. Washington: Smithsonian Institution. LATCHAM, Ricardo, 1928. La prehistoria chilena. Santiago: Sociedad Imprenta y Litografía Universo. MENGHIN, Osvaldo, 1962. Estudios de prehistoria araucana. Acta Prehistórica III-IV: 49-120, Buenos Aires. METRAUX, Alfred, 1967. Le chamanisme araucan. Religions et magies indiennes d’Amérique du sud, pp. 179-235. Paris: Editions Gallimard. MÖSBACH, Ernesto Wilhelm de, 1930. Vida y costumbres de los indígenas araucanos en la segunda mitad del siglo XIX. Santiago: Imprenta Cervantes. 1992. Botánica indígena de Chile. Santiago: Museo Chileno de Arte Precolombino Editorial Andrés Bello. MOSTNY, Grete, 1971. Prehistoria de Chile. Santiago: Editorial Universitaria. NÚÑEZ DE PINEDA Y BASCUÑÁN, Francisco, 1861 [1673]. Cautiverio feliz y razón individual de las guerras dilatadas del Reino de Chile. Colección de historiadores de Chile y de documentos relativos a la historia nacional. Santiago: Imprenta del Ferrocarril. OCAÑA, Fray Diego de, 1969. Un viaje fascinante por la América hispana del siglo XVI (1599-1605). Julio Guerrero, Ed. Madrid: Stadium Ediciones. OVALLE, Alonso de, 1646. Histórica relación del Reyno de Chile y de las missiones y ministerios que exercita en el la Compañía de Jesús. Roma: Por Francisco Cavallo. ROBLES, Eulogio, 1942. Costumbres y creencias araucanas. Santiago: Ediciones de la Universidad de chile. ROSALES, Diego de, 1877. Historia general del Reino de Chile. Valparaíso: Imprenta de El Mercurio. STUCHLIK, Milan, 1974. Rasgos de la sociedad mapuche contemporánea. Santiago: Editorial Nueva Universidad. TITIEV, Misha, 1969. Araucanian shamanism. Boletín del Museo de Historia Natural XXX: 299-312, Santiago. TREUTLER, Paul, 1882. Fünfzehn jahre in Süd-Amerika an den ufern des stillen oceans. Leipzig: Welt post.



Chileno de Mapuche Museo Arte Precolombino Semillas de Chile

Mapuche Seeds of Chile

Organizan / Organizers Dirección de Asuntos Culturales, Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile Embajada de Chile en Finlandia Museo Helinä Rautavaara, Finlandia Municipalidad de Espoo, Finlandia Embajada de Chile en Polonia Museo Nacional de Etnografía de Varsovia Museo Chileno de Arte Precolombino

Patrocinan / Sponsors Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile Alfredo Moreno Charme, Ministro de Relaciones Exteriores Horacio del Valle Yrarrázabal, Ministro Consejero Director, Dirección de Asuntos Culturales Alejandra Chacoff Ricci, Encargada de Literatura y Patrimonio, Dirección de Asuntos Culturales Eduardo Tapia Riepel, Embajador de Chile en Finlandia José Manuel Silva Vidaurre, Embajador de Chile en Polonia Carlos Gajardo Gallardo, Cónsul de Chile en Finlandia Marina Teitelboim Farías, Segundo Secretario, Embajada de Chile en Polonia Consejo Nacional de la Cultura y las Artes Luciano Cruz-Coke Carvallo Ministro Presidente Consejo Nacional de la Cultura y las Artes

Exhibición / Exhibition

Curador:

Carlos Aldunate del Solar

Manejo de colecciones:

Pilar Alliende Estévez Luis Solar Labra Erica Ramírez Rosales Andrés Rosales Zbinden Varinia Varela Guarda

Sonido:

José Pérez de Arce Antoncich

Audiovisual:

Claudio Mercado Muñoz

Catálogo / Catalogue

Edición y texto principal:

Asistente editorial y producción:

Diseño gráfico:

Adaptación diseño gráfico:

Carlos Aldunate del Solar Andrea Torres Vergara Fernando Maldonado Roi Dirección de Asuntos Culturales





Organizan / Organizers

Espoo / Esbo

The State Ethnographic Museum in Warsaw

Patrocinan / Sponsors

Auspician / Published under the auspices of

Ley de Donaciones Culturales



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.