Mantener vivo el ministerio
A medida que vamos recogiendo en estas páginas, y también a través de ElCatolicismo, el quehacer actual de la Arquidiócesis de Bogotá, pareciera que el mismo Espíritu de Dios se encargara de ir mostrando que se hace imperativo hacer nuevas todas las cosas. A los sacerdotes mayores, seguramente les parece un poco extraño el modo como se piensa y planea hoy la evangelización y la pastoral que la lleva a cabo.
Pero, siendo sinceros, también debe ser seguro que no pocos de ellos se dan cuen ta de que muchas de las viejas formas de evangelizar definitivamente caducaron. Y es muy posible que todas las generaciones sacerdotales y episcopales que hoy cum plen su misión en Bogotá, constaten sin posibilidad de ocultamiento, que de la sa bia innovación dependerá que el ministerio sacerdotal se conserve vivo y sea capaz de dar sentido a la vida de cada uno de los que ha recibido este santo sacramento.
Y es que hoy parece que el primer reto de la vida de los obispos y sacerdotes es darle pleno sentido a sus vidas, que son apostólicas. Si no surge en el diario evan gelizar ese contenido de sentido, sí surgirán inclinaciones a llenar la vida de uno u otro modo, incluso con una buena apariencia eclesiástica, pero en ámbitos margi nales como la administración, la construcción de edificios, la pulcritud de la con tabilidad, la concordancia con la ley civil. Ser apóstol es la esencia del ministerio y de ahí, no de otra parte, es de donde debe llegar la savia que lo mantenga vivo. Y es sabido de todo consagrado que apóstol significa enviado. El sentido y la vitalidad del ministerio sacerdotal tienen que encontrar su alegría en esa buena sensación de que ha sido enviado para hacer una tarea: anunciar el Reino, con palabras y hechos. Nadie ha sido enviado solo para cuidar edificios, recolectar dinero, dirigir empleados, pagar obligaciones. Todo esto es demasiado poco para quien entrega su vida al servicio de Dios. Si Jesús fue un eterno caminante, lo ha de ser su enviado. No se estaciona, no echa raíces paralizantes, no se conforma, no cree nunca haber llegado a la meta.
En este marco es que se debe situar todo el trabajo actual de la arquidiócesis de Bogotá, especialmente aquel que tiene que ver con el pensar, diseñar, reflexionar, conversar acerca de lo que debe ser hoy en día la evangelización. Todo este ingente trabajo, que, además merece el reconocimiento de todo el colegio sacerdotal, debe ser visto como una renovada invitación a mantener viva la actitud apostólica y con ella el ministerio. Hay que estar reflexionando continuamente sobre lo que se hace y la manera de hacerlo. Hay que pensar una y otra vez la forma y el fondo de las ocupaciones de los obispos y sacerdotes en la actualidad. No se puede dejar de lado la autocrítica de cada ministro sobre la altura con que está desempeñando su misión. Hay que estar siempre vigilantes para que nada distraiga a los apóstoles de aquello que Cristo les ha encomendado como tarea y servicio al pueblo santo. Nin gún sacerdote debería sentirse incómodo si la actual dinámica de la Arquidiócesis, especialmente lo referente al Plan E y al Gran Giro, le mueven sus seguridades y su zona de confort. De eso se trata: de que ninguno se apague por la rutina, por la costumbre, por la dificultad que en ocasiones afronta el apostolado.
Un ministerio sacerdotal vivido a cabalidad es una fuente de sentido de vida y de alegría que difícilmente se encuentra en otras ocupaciones humanas. Realmente los llamados a este servicio son, en esencia, unos privilegiados y unos bendecidos extraordinariamente por Dios. Pero la tarea es vivir a fondo el carisma recibido, no dejar marchitar la lozanía de la vocación al apostolado. Si bien los tiempos y las formas cambian, en últimas el bello ministerio sigue siendo llamado constante a entregarse al servicio del Reino y en él a las personas. En esta edición de Fraternidad traemos muchos testimonios de vida al servicio de Dios y al hombre sucedidos en la arquidiócesis de Bogotá. Que sean un estímulo para todos los obispos y sacerdotes que realizan su misión en esta porción del pueblo de Dios es nuestro mayor deseo.
P. Rafael de Brigard Merchán DirectorPárrocos
Señor presbítero Fidel Castro Roa, en Jesús Nazareno.
Señor presbítero Julio César Giraldo Giraldo, en Santo Tomás Apóstol.
Señor presbítero Daniel Rodrigo Bus tamante Goyeneche, en Santa Teresa de Ávila.
Señor presbítero Luis Alfonso Canedo Restrepo, en San Marcelino Champag nat.
Señor presbítero Rafael Gerardo Rojas Ríos, en San Josemaría Escrivá de Ba laguer.
Señor presbítero Feliciano Tejedor Te jedor, en Jesucristo Obrero.
Señor presbítero Jorge Armando Ruiz Ampudia, en San Pedro Claver.
Reverendo padre Fr. Juan Carlos Ul cuango Galarza, O. de M., en San Pedro Nolasco.
Administradores Parroquiales
Señor presbítero Rafael Gerardo Rojas Ríos, en Santa María de Caná.
Señor presbítero Édgar Emir Méndez Barrera, en San Pedro Fabro.
Ilustrísimo monseñor Alberto Forero Castro, en San Atanasio.
Vicarios Parroquiales
Señor presbítero Jhovannys Cano le Peñaranda, en Nuestra Señora del Carmen – Las Cruces.
Reverendo padre Fr. Blasco Rodrigo Gutiérrez Vásquez, O. de M., en San Pedro Nolasco.
Breves de la Curia
Desde La CancilleríaConsejo Presbiteral
A los señores presbíteros Carlos Ma rio Charry Rodríguez y Lucas Blanch Queral en representación de la Vicaría Episcopal Territorial Santa Isabel de Hungría.
Al señor presbítero William Arbey Zuleta Hincapié en representación de la Vicaría Episcopal Territorial de San Pablo.
Otros Cargos
Reverendo padre fray Jesús Orlando Ibarra Ochoa, O.S.A., Rector del Tem plo San Agustín.
Diácono transitorio Luis Francisco Ro dríguez Rosas. adscrito en la parroquia San Blas.
Diácono transitorio Óscar David Coy Leal, adscrito en la parroquia San Se bastián.
Señor presbítero Fidel Castro Roa, Ca pellán en el Centro Comercial Calima.
Admisión como candidatos al Sagrado Orden del Diaconado Permanente
A los señores Juvenal Aldana Bautista, Ovidio Arnaldo Díaz González, Nico lás Duque Martínez, Gustavo Adolfo Galindo Acosta, Nelson Alfonso Gui llén Peñuela, Germán Henao Fernán dez, Luis Hernán Mahecha González, Jorge Mateus Rojas, Luis Alfonso Men doza Muñoz, Guillermo Gustavo Olar te Páez, Rubén Darío Ossa Zuluaga, Julio César Rodríguez Rivera, Héctor Téllez Arias, Jhon Fredy Vargas Loza no y Luis Julián Villanueva Galicia.
Institución de Ministros Lectores en el Diaconado Permanente
A los señores Herley Aguilar Rueda, José Antonio Arcos Guevara, Luis En rique Chaparro Fonseca, Wilson Cha varro Garzón, Víctor Uriel González Ríos, Marco Alfredo Martínez Rodrí guez, Alejandro Nieto Martínez, Orlan do Antonio Rincón Martínez y Marco Antonio Rodríguez Cortés.
A los señores Hugo Hernando Acuña Puentes, Libardo Álvarez Sandoval, Ja vier Mauricio Arango Palacio, Franklin Lisandro Heredia Loaiza, Jorge Isaac Millán Ruiz, Luis Fernando Pérez Res trepo, Claudio Rodríguez Montañez y Luis Eduardo Ruiz Vega.
A los señores Héctor Alfonso Arévalo Barrera, Mauricio Castiblanco Beltrán, Juan Carlos Contreras Ramírez, Idig nael Alirio Linares Gómez, Santiago Manuel Martínez Petro, Luis Leonardo Peña García, Carlos Enrique Sánchez Ariza, Francisco Segura Alvarado y Carlos Hernán Suárez Dávila.
Bogotá, 18 de septiembre de 2018.
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Institución de Ministros Acólitos en el Diaconado Permanente
Admisión al Sagrado Orden del Diaconado Permanente
El señor cardenal Rubén Salazar Gómez, como presidente del celam, junto con los miembros de la Presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano se dieron cita en la Casa Internacional del Clero “Pablo VI”, en la Ciudad de Roma, para su visita oficial al papa Francisco y a algunos Dicasterios de la Santa Sede.
El cardenal Rubén se entrevista con el Papa, en Roma
La visita tuvo varios encuentros, empezando con el Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral, la cual empezó con una presentación histórica a partir del motu proprio que dio origen al Dicasterio con la unificación de cuatro Pontificios Consejos: Justicia y Paz, Cor Unum, Pastoral de los Migrantes e Itinerantes y el Con sejo de Pastoral de la Salud.
El CELAM, a través del Secretario General -monseñor Francisco Niño Súa- presen tó las actividades realizadas en el campo del servicio al Desarrollo Humano Integral y entregó al cardenal Turkson las últimas publicaciones de Dejusol (guías pastorales sobre Derechos Humanos y pastoral de la salud) y del Departamento de Cultura y Educación (sobre los pueblos afro e indígena). Otros temas tratados fueron el Sínodo sobre la Amazonía, el tercer aniversario de la Encíclica Laudato Si’, el proyecto de cooperación entre las Universidades Católicas de América Latina y el programa del
Cuidado de la “Casa Común” para los colegios católicos de América La tina y El Caribe.
Otro encuentro importante fue con el doctor Guzmán Carriquiry y Ofi ciales de la Pontificia Comisión para América Latina en la sede de la Co misión. Carriquiry agradeció la pre sencia de la Presidencia y subrayó los muy positivos ecos que ha recibido de la celebración del Congreso Eclesial “Medellín 50 años”.
En segundo lugar, presentó la pu blicación que sobre La Mujer recoge las intervenciones de la última reu nión plenaria de la Comisión para América Latina y manifestó que el Papa está muy interesado en que ahora se hagan reuniones de diálogo en las Conferencias Episcopales con líderes mujeres, católicas y no cató licas, para resaltar el papel sufrido y heroico de la mujer en la realidad social y eclesial de América Latina. Se acordó organizar un encuentro de mujeres que dialogarán con obispos y como posibilidad se propuso vincular este Encuentro con la Reunión de Se cretarios Generales de las Conferen cias Episcopales en el próximo mes de marzo.
Finalmente, el Señor Cardenal re cibió a representantes del cuerpo di plomático y periodistas, también a los Oficiales de la CAL, los Rectores de los Colegios Latinoamericanos en Roma y algunos sacerdotes latinoa mericanos que prestan su servicio en diversos organismos de la Santa Sede.
En el marco de estos encuentros con periodistas, el Cardenal respon dió varios interrogantes, Fraternidad reproduce algunos de éstos:
¿Cómo han tomado desde el Celam la convocatoria que ha hecho el Papa a los presidentes de las conferencias episcopales del mundo para debatir en febrero el tema de los abusos?
Es indudablemente una iniciativa que el Celam va a apoyar con todo cariño porque vemos que este es un campo de trabajo en el que tenemos
que crear una conciencia general en la Iglesia en cuanto a la protección de los menores y adolescentes y de evitar todo tipo de abuso contra ellos. No sotros, en la medida de nuestras po sibilidades, apoyaremos totalmente todas las decisiones que se tomen allí.
Con los jóvenes, el presente de la Iglesia
El cardenal Rubén se reunió con más de mil jóvenes de la Vicaría Episcopal Territorial de San José en las instalaciones del colegio Enrique Olaya Herrera, para compartir su experiencia vocacional y de vida, en el marco del encuentro de la estrate gia Renova +.
El evento Seven Lamps, del proce so Renova+, organizado por el padre Fredy Leonardo Herrera Fuentes, párroco de Nuestra Señora de Alta gracia, de la Vicaría Episcopal Terri torial de San José, convocó más de mil jóvenes.
Los jóvenes disfrutaron, en el pri mer momento de la jornada, de un concierto con el grupo Estación Cero. Luego un conversatorio con el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, quien compartió su experiencia con Jesu cristo vivo y resucitado a lo largo de su vida. Al finalizar, varios jóvenes le hicieron preguntas.
Renova + es una experiencia trans versal dentro de la Iglesia Católica. Es un Plan para renovar un laicado más comprometido que, habiendo descubierto una vocación, sea capaz de usar sus talentos y carismas en un servicio de misión permanente. Re nova + es para toda la Iglesia. Incor pora comunidades, movimientos, parroquias y diócesis.
La estrategia cuenta con cuatro etapas. La primera es el entrena miento del equipo local, la segunda el Evento Renova +SEVEN LAMPS, la tercera los cenáculos de liderazgo Renova + y la cuarta, inserción ecle sial ministerial.
La comunidad de la parroquia San jerónimo tendrá su templo
El padre John Fredy Morales Ama ya es un joven presbítero arquidio cesano que pastorea la comunidad de San Jerónimo, al sur de Bogotá y hace tres meses inició la construcción de un maravilloso proyecto arquitec tónico que abarca 700 metros cua drados, repartidos en tres pisos, en los que funcionará no sólo el templo, también los salones parroquiales, el despacho, parqueaderos y la vivienda del párroco.
El terreno fue adquirido hace unos años siendo vicario monseñor Fran cisco Niño, el valor de la construc ción lo asumirá la Arquidiócesis, más lo que ha recogido la comunidad a través de sus aportes.
En el barrio San Pedro, centro de la parroquia, se celebra la Eucaristía cada domingo, “al sol y al agua”, por eso la comunidad y su pastor esperan ansiosos que termine la construcción del edificio, cuya primera fase se en tregará a final del año y servirá a más de siete mil habitantes del sector, que habitan, en su mayoría, en nuevos edificios y conjuntos residenciales. F
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Conociendo la curia
La Curia arquidiocesana de Bogotá está conformada por una diversidad de oficinas que tienen por objeto servir, tanto a los fieles como a los presbíteros, comunidades religiosas y laicales.
La Curia arzobispal, a través de sus oficinas garantiza la protección social de los sacerdotes; la asistencia oportuna, disponibilidad de infraestructura adecuada, generación de la cultura de planeación, evaluación y mejoramiento continuo, centralización de la comunicación e información y unificación de trámites documentales.
Planeación e infraestructura
¡Quién no disfrutó del escenario cons truido para la misa campal del Papa en el Parque Simón Bolívar! Esa magnífica plataforma que albergó a los concele brantes, ministros, músicos y cantan tes; la gran Cruz, la sede y el ambón.
Ese es el botón de muestra del trabajo que dirige Katherine López Guerrero, la arquitecta a cargo de la Oficina de Pla neación e Infraestructura de la Curia.
Esta Oficina la conforman, además, David Moreno, ingeniero civil y Lau ra Carranza, quien está terminado sus estudios en esta misma rama.
La Oficina de Planeación e Infraes tructura también planea, asesora y estudia la creación de parroquias y, una vez aprobadas, la posibilidad de construcción de templos y su infraes tructura; es la encargada de legalizar las obras y exigir su adecuación a las normas públicas.
Hace más de tres años se conformó este dinámico equipo, que a nivel in terno atiende todo lo relacionado con el mantenimiento cuotidiano del edificio de la Casa Arzobispal que, debido a su complejidad, muchas veces necesita mantenimientos especiales en la in fraestructura, y las oficinas en cuanto a diseños, restauraciones y dotación.
Trabajo arduo pero eficaz
La Oficina de Planeación e Infraestruc tura presta un importante trabajo fuera de las paredes del palacio Arzobispal, pues atiende las consultas de las pa rroquias, en cuanto a mantenimiento y obras de restauración; los colegios, fun
daciones y comunidades religiosas que pertenecen a la arquidiócesis de Bogo tá son objeto de su atención, servicio y ayuda, los atiende y acompaña en los diseños, planos, remodelaciones, am pliaciones y todo lo relacionado en el ramo de obras civiles. Otra línea de tra bajo consiste en la asesoría de normas y consultoría de límites territoriales.
La Casa Papa Francisco es uno de los muchos logros que están a la vista y al servicio de la comunidad presbiteral.
Cuenta la arquitecta López que “noso tros realizamos una planeación sema nal en donde organizamos las diferen tes visitas a los proyectos que vamos a realizar; básicamente atendemos dos ramas: Una es toda la parte de obras civiles y mantenimientos de obras mínimas y, la otra que es asesorías y consultorías de normas sobre límites y consultorías macro. Estamos atentos a cualquier solicitud y a atender todos los proyectos y procesos que van que llegando para poderles dar la atención requerida”.
“Nosotros estuvimos apoyando todo el tema de los eventos, tanto acá en Cate dral para la oración de la Virgen de Chi quinquirá y tuvimos la oportunidad de hacer el diseño de la sede, el ambón y la restauración del altar. esta experien cia fue muy gratificante y realmente es una experiencia que, aunque no estaba proyectada -no estaba dentro de nues tro plan de trabajo inicial del año- nos llevó a darnos cuenta de la oportuni dad del trabajo en equipo, de poder lle gar a una conclusión y hacer algo muy, muy bonito y bueno”, concluyó.
Graciela Morales lleva diez y siete años dando respuesta a estas y otras muchas dudas.
Los archivos de la arquidiócesis de Bo gotá no son cajas de documentos, son historia viva. En los sótanos del edi ficio de la Curia hay una sección que guarda y protege la memoria históri ca, allí se encuentran los hermosos e invaluables libros de bautismos de las parroquias históricas como las Nieves
La memoria histórica de la Arquidiócesis
¿Usted necesita saber dónde fue bautizado, dónde contrajo matrimonio, dónde “arreglar” una partida?
o Santa Bárbara, en los cuales –como consecuencia de la separación socialhay un libro de bautismos para los es pañoles y otro para los indios. Deleite para algunos historiadores. La manera de escribir en ese entonces hace que en nuestros días sea necesario estudiar paleografía para traducir sin margen de duda los textos allí consignados.
También se custodian documentos recientes como los fallos sobre co rrección de partidas, nulidades ma trimoniales, separaciones y vetos. Los archivos de las Fundaciones Arquidio cesanas, diversas solicitudes y sus res puestas, las carpetas de los arzobispos metropolitanos…
En esta oficina, Graciela, que es la no taria auxiliar de la Delegación de Par tidas (en cabeza del padre Canciller, Ricardo Pulido) soluciona las dudas sobre diferentes documentos eclesiás ticos, en especial partidas de bautismo, que siguen siendo la principal fuente para probar identidad, ascendencia y descendencia, especialmente para acreditar derechos en procesos de su cesión, pensiones, uso de apellidos y nacionalidades.
Graciela Morales es una férrea san tandereana que no se da por vencida, amable y cordial ya no “come cuento” y sus fallos se dan después de investi gaciones precisas, a veces como Sher lock Holmes ha debido investigar más allá de lo habitual, ir a diferentes luga res, entrevistar testigos y sumergirse en intrincados procesos documentales para encontrar la verdad.
Con su sonrisa de siempre cuenta que hace poco tuvo una especial satisfac ción, pues una familia había solicitado la nacionalidad italiana, pero no en contraban la partida de bautismo del abuelo. Graciela lo tomó como propio cuando todos abandonaron derrota dos la búsqueda, los únicos datos no permitieron encontrar las partidas, tal vez no existían. Pero, con el olfato de sabueso que ha desarrollado en estos años y más allá de su deber, encontró la punta del ovillo y llegó hasta el an helado archivo parroquial.
La familia fue citada a la cancillería para entregar el documento con el cual pudo acreditar sus derechos F
Templete Eucarístico de Bogotá: Legado de historia y bendiciones
Reunidos en torno a la Eucaristía obispos, sacerdotes y feligreses celebra ron y recordaron los 50 años de la visita del papa Pablo VI a Colombia y la construcción del Templete Eucarístico, ubicado dentro del parque Simón Bolívar, en Bogotá.
La celebración comenzó con una intervención de la Banda Filarmónica Juvenil de Bogotá, contó con la presencia de algunos de los 200 sacerdotes –hoy tres obispos– que fueron ordenados por el papa Pablo VI, como mon señor Flavio Calle Zapata, arzobispo de Ibagué; monseñor Eulises González Sánchez, obispo emérito de San Andrés y monseñor Jorge Leonardo Gómez Serna, OP, obispo emérito de Magangué.
Así mismo, se hicieron presentes matrimonios que se casaron hace 50 años allí en el Templete. Parejas que fueron bendecidas nuevamente por monseñor Óscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), quien presidió la Eucaristía.
El ambiente en el Templete estuvo contagiado de alegría, de bellos recuer dos, de reencuentros, anécdotas, logros, y en general, de acogida y paz en este recinto sagrado y lleno de historia.
Durante la celebración, monseñor Urbina destacó el ministerio episcopal y sacerdotal como un encuentro con Dios que ofrece su riqueza en medio de las limitaciones del ser humano, también recordó al papa Pablo VI, quien durante su visita pidió a los consagrados salir de ellos mismos y entrar en la órbita divina para hacer de Cristo su vivir.
Cabe resaltar que el Templete, desde la rectoría del padre Luis Ángel Cuen ca Serrano, ha sido objeto de permanente remodelación y mantenimiento.
Los sótanos fueron recuperados y habilitados. Allí funcionan dos salones con capacidad para 250 personas cada uno, con todos los servicios técni cos para conferencias, conciertos, obras de teatro o retiros y convivencias. Otro salón para 50 personas, una capilla, cafetería, servicios sanitarios y un museo de fotografías de la historia del Templete Vínculo de Amor, desde su construcción. F
Notas arquidiocesanas
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 7Notas
La Fundación Caminos de libertad recibió a más de trescientos presbíteros el pasado 4 de septiembre en la Reunión General del Presbiterio.
Reunión general del presbiterio
El tema central estuvo a cargo de monseñor Jaime Mancera, vicario episco pal para la dimensión social de la evangelización, quien describió diferentes proyectos como Esperanza viva, Red Eclesial de la Cuenca del Río Bogotá -en conjunto con las diócesis de la provincia eclesiástica- y Humanización y acompañamiento de los habitantes de la calle.
El padre Wilfran Oyola, quien acompaña al Centro de la Dimensión Social en el departamento de la acción solidaria y hace parte de la junta directiva del FAMIG, explicó las acciones que se realizan desde la Fundación de Atención al Migrante, para tender la mano a los migrantes venezolanos que llegan a Bogotá.
Monseñor Pedro Salamanca, invitó a los presbíteros a realizar el balance ge neral del Nuevo Rumbo –NR-. El cual tiene como objetivo hacer un ejercicio de memoria y evaluación acerca de los grandes propósitos planteados para el NR y hacer los ajustes necesarios para proseguir de manera fructuosa el proceso de conversión misionera de la arquidiócesis durante la segunda etapa del Plan de Evangelización.
El padre Carlos Jiménez, coordinador arquidiocesano de diálogo con la cul tura, presentó las acciones realizadas desde su coordinación: Diálogo con la ciencia; diálogo con las etnias y el diálogo con los artistas que se hace desde dos frentes, los artistas confesionales quienes interpretan música y están com prometidos con la Iglesia y los artistas seculares.
Para finalizar la asamblea general, el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, llamó a todos los sacerdotes a tomar en serio la situación de los venezolanos en Bogotá: “Yo quiero inculcarles la necesidad de acoger a todos los venezo lanos como hermanos. Quiero pedirles que en cada parroquia hagamos el esfuerzo de visibilizar a los venezolanos que están allí y tratar de darles la mano”. Además, subrayó las palabras del papa Francisco en su visita de 2017 al CELAM, “América Latina es esencialmente mestiza”. Esto quiere decir, según el Señor Cardenal, que hay que aceptarnos, respetarnos, ayudarnos y enrique cernos mutuamente desde la cultura de cada raza. F
Arriba, los presbíteros siguen la programación del Festival de Música Sacra. Abajo, la hermana Sabrina explica el programa de la Fazenda de La Esperanza.VET Espíritu Santo
Luis Augusto Campos Flores, el vicario
Luis Augusto Campos Flores, el Vicario: Nació en Bogotá, el 23 de agosto de 1958, en el hogar conformado por don Justiniano y doña Isabel; es el menor de cinco hermanos. Bachiller del Seminario Menor de Bogotá. Estudió Filosofía y Teología, en el Seminario Mayor de San José de Bogotá. Fue ordenado presbítero para el servicio de la arquidiócesis de Bogotá, el 8 de diciembre de 1982, por el eminentísimo señor cardenal Aníbal Muñoz Duque. Es licenciado en Filosofía, con especialización en Filosofía Cristiana, de la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma. Adelantó estudios de doctorado en Filosofía en el Instituto Católico de París.Inició su ministerio como vicario parroquial en San Bernardino de Soacha, en 1983. Fue administrador parroquial en San Francisco de Paula, en 1984. Se desempeñó como miembro del Equipo de Formadores del Seminario Mayor de San José y como rector del mismo entre el 2004 y 2010. Fue párroco de San Tarsicio (diciembre 2010 – marzo 2011). Desde marzo de 2011 es vicario episcopal de la Vicaría Episcopal Territorial de Espíritu Santo y vicario general de la arquidiócesis de Bogotá. En junio del 2007, es designado capellán de su santidad Benedicto XVI. Es miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores.
Por las vicarías episcopales Historia
Parroquias
Inmaculado Corazón de María Jesucristo, Nuestra Pascua
La Sagrada Familia
La Visitación de Nuestra Señora
Nuestra Señora de la Paz Nuestra Señora de la Sabiduría Nuestra Señora de la Valvanera Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
Nuestra Señora del Rosario de Fátima
San Antonio de Padua San Bernardo Abad
San Esteban Protomártir San Ignacio de Loyola
San Ireneo
San Luis Gonzaga
San Pablo
San Sebastián
San Vicente Ferrer
Santa Cecilia
Santa Isabel de Hungría Santa Magdalena Sofía Barat
Santa Rosa de Lima
Santo Cura de Ars
Tiene una larga tradición dentro de la arquidiócesis de Bogotá, pues su origen se remonta a la “Unión Parroquial del Sur” que se constituyó para realizar un tra bajo eclesial conjunto que diera respuesta a las realidades de pobreza y exclusión de este sector de la ciudad.
“Tenemos una responsabilidad muy grande desde la historia arquidiocesana pues es la Zona Pastoral con mayores y más largos antecedentes que surgió como res puesta a la problemática de la marginalidad e inconformidad que estalló en el ‘Bo gotazo’”.
Los padres Eustacio Hoyos, José Gabriel Calderón, Joaquín García Ordóñez, Juan Bernardo Sánchez y Helcías Ángel, entre otros, se organizaron y busca ron respuestas concretas ante la extrema pobreza de los barrios del sur. Surge La Unión Parroquial del Sur en el año de 1958, erigida canónicamente el 26 de agosto de 1959 y liderada, entre otros sacerdotes, por los padres Hernán Jiménez, Teófilo Tovar y Joaquín Castro.
Posteriormente fue nombrada Vicaría Episcopal Territorial creada por el carde nal Muñoz Duque en 1971, dirigida por el padre Cándido López como su primer Vicario y por los monseñores Víctor López, Enrique Sarmiento, Fabio Suescún, Jesús María Rincón, como Vicarios Territoriales, y desde el 3 de mayo de 1996 Zona Pastoral Episcopal por voluntad del arzobispo, el señor cardenal Pedro Ru biano Sáenz, acompañados por monseñor Fernando Sabogal, Roberto Ospina y Francisco Nieto Súa, actualmente monseñor Luis Augusto Campos Flórez.
En todo este camino, la vicaría se ha caracterizado por ser movilizadora de mu chos procesos de evangelización, y también por construir procesos comunitarios y de desarrollo humano y social encaminados a la población más vulnerable de la ciudad. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 9
El padre Humberto Silva nació en Garzón, Huila, el 13 de agosto de 1940; acababa de cumplir 78 años. El cardenal Mario Revollo lo ordenó presbítero en 1985 para el servicio del Oratorio de San Felipe Neri y durante treinta y tres años sirvió de manera especial en la educación de los fieles laicos.
La historia del padre Humberto es larga y prolífica como su vida. Se destacó por ser un estudiante brillante, con una gran habilidad social y literaria. Con seguridad puso en aprietos, más de una vez, a sus profesores porque, además de saber todo antes que los demás, hacía gala de su sentido del humor y del apunte irreverente.
Sus primeros estudios superiores fueron en Derecho. Terminando la universidad conoció a la que pensó era la mujer de su vida, se enamoró y tomó la decisión de casarse. Sin embargo, el ala de la Tragedia tocó su vida. La joven enfermó mortal mente días antes de la ceremonia y al joven Humberto se le cayó el mundo a peda zos. Peleado con la vida, con Dios y hasta con la ciencia se fue del país.
Como siempre había sido un voraz lector y un aplicado estudiante se refugió en la academia, y según él mismo contaba, estudió Psicología con el ánimo de enten derse. Y lo logró, encontró paz y consuelo, se reconcilió y entró al Oratorio de San Felipe Neri; estudió Filosofía y Teología y pidió ser ordenado presbítero. El 23 de noviembre de 1985, a los 45 años, en la Catedral de Bogotá, el cardenal Mario Re vollo Bravo lo ordenó presbítero.
Una de sus grandes preocupaciones fue formar a los católicos en su verdadera fe. Sabía de cuantos vacíos hay en su formación, de la fragilidad de su adhesión a Jesús, compañero de camino; de los mitos y miedos que acompañan históricamente a los cristianos. Decidió dedicar su vida a enseñar, desde los escenarios más diver sos. Fundó una seria escuela, a la que llamó Kyrios (el nombre del Señor, pero no cualquier nombre: el soberano absoluto de todo lo que existe) y se convirtió en el motor de su existencia. Por allí han pasado laicos creyentes y no tanto; presbíteros, religiosos, todos cuantos han querido conocer y madurar su fe.
Era generoso, tan generoso que “mantenía una extensa familia” formada por cuantos necesitaran su ayuda, así se encargó de la educación y formación de jóvenes huérfanos. Este proyecto creció y se convirtió en un proceso permanente dentro de Kyrios como una muestra del servicio por amor a los demás, especialmente a los más necesitados como concreción eficaz de los compromisos y exigencias que implica la fe católica.
También se ocupó de planear, asesorar y realizar proyectos sociales y de desa rrollo a través de programas de promoción integral de las personas, las familias y la sociedad en general. Fue profesor en varias instituciones como la universidad Agustiniana, el Diaconado Permanente y, por supuesto, Kyrios. Fue rector encar gado del Santuario del Señor de Monserrate, capellán de la Clínica El Bosque y ya emérito, adscrito en San Ambrosio.
Hace poco dijo “voy a pedirle Jesús, que me permita quedarme a la entrada del cielo, hasta que haya entrado el último de mis hijos espirituales”. F
Silenciar el profetismo en nuestra predicación es ignorar el valor que tiene el Evangelio para transformar la vida de los discípulos de Jesús y por ello el mundo
¿Una imagen vale más que mil palabras?
La ´realidad´ creada por los medios tecnológicos de infor mación ha dado al traste con la sentencia de Confucio, porque las nuevas tecnologías han cambiado la manera como las per sonas nos relacionamos con la información; las redes sociales han privilegiado la imagen y con ello vienen desplazando la comunicación al ámbito del espectáculo, los contenidos que debemos trasmitir tienen que ser ‘espectaculares’ si no quere mos que pasen inadvertidos y en el terreno de lo espectacular se privilegia el contenido dramático sobre el argumental Quizá el homo faber, tratando de huir de rutinas deshumanizantes y embrutecedoras, busca divertirse y en esta huida la industria del entretenimiento le ofrece productos light: cabe hacer un viaje de miles de kilómetros y hacerse una selfie para testimoniar que se estuvo allí, pero poco importan los personajes y la historia vivida en esos lugares; lo importante de la vida no es vivirla sino representarla. En el proverbio de Confucio al otro lado de una imagen estaban mil palabras, pero ahora pareciera que en con traste con la imagen no hubiese palabra permanente.
Esta forma de situarse en el mundo ya entrado el siglo XXI la notifica Mario Vargas Llosa en La civilización del espectáculo (Alfaguara 2012), hay un nuevo sentido de cultura en donde el afán de ampliar audiencias nos pone a transitar por los caminos de la frivolidad. Este nuevo sentido de cultura nos viene sitian do con una tentación que intenta seducirnos como ministros para hacer de la celebración cristiana una puesta en escena que debiera producir en quien asiste al culto de la religión cristiana los mismos efectos que deja una experiencia lúdica y relajante como una interpretación de Paul McCartney o un concierto de la exuberante Lady Gaga. O quizá, de manera más sutil, esta mos siendo atraídos a hacer una presentación complaciente del mensaje evangélico sin profundizar en el sentido de los textos bíblicos y las exigencias de la moral cristiana. Una experiencia meramente lúdica es efímera, solo permanece hasta cuando los sentidos hallan una nueva emoción; silenciar el profetismo en nuestra predicación es ignorar el valor que tiene el Evangelio para transformar la vida de los discípulos de Jesús y por ello el mundo (cf. Rm 1, 16).
Se adentraba occidente en la cristiandad cuando el tema de la imagen ingresó en la reflexión teológica sobre nuestras cele braciones de la mano de san Agustín al equiparar el sacramento
con una palabra visible: «Se junta la palabra al elemento y se hace el sacramento, que es como una palabra visible» (Tratados sobre el Evangelio según san Juan, 80, 3). Comentando el texto de Jn 15, 3: «Ustedes están ya limpios a causa de la palabra que les he dicho», san Agustín se extraña de que Jesús no les haya dicho en esta ocasión a los discípulos que están limpios a cau sa del bautismo, sino que han sido lavados por la palabra que él les ha dicho. Para el santo africano la palabra limpia con el agua, pero «Quita la palabra ¿qué es el agua sino agua? (…) ¿Y de dónde le viene al agua tanta virtud, que con el contacto con el cuerpo lave el corazón, sino de la eficiencia de la palabra?» De modo que el signo en la celebración –la visibilización del misterio que acontece en la liturgia– es, por poner por obra lo que dice la palabra. Pero ¿cuál es la palabra que hace eficaz el sa cramento? Alguno puede pensar aquí en las llamadas ‘fórmulas sacramentales’ necesarias para la validez del rito; san Agustín piensa algo diferente, se trata: «no de la palabra pronunciada, sino de la palabra creída». Reconoce el obispo de Hipona que en la palabra hay que reconocer sonus y virtus (sonido y fuerza). La palabra pronunciada es sonido y en cuanto tal es efímera, pero en cuanto palabra creída permanece y de ahí su eficacia. La palabra creída es la palabra acogida con la obediencia de la fe y esta es la que hace eficaz el signo sacramental.
Tomemos un ejemplo que nos suelen enrostrar: la eficacia de nuestras celebraciones. Se puede uno encontrar con alguien que afirme que se alejó de la misa porque algunos que par ticipan del banquete de la Eucaristía luego no actúan como discípulos y de allí concluye que no es real la eficacia de la participación en la mesa del Señor. Es ingenuo pensar que el mayor obstáculo a la eficacia sacramental está en el rito mismo; desde esta ingenuidad uno pensaría que la solución estaría en mejorar la celebración para llegar a una ‘Eucaristía espectacu lar’, eso podría asegurar domingo a domingo la fidelidad de un auditorio emotivo, pero no resuelve el problema de fondo.
Parafraseando a san Agustín, la imagen o el signo en la li turgia, sin la palabra creída es simplemente una imagen. La civilización del espectáculo, con su imperativo de aumentar la audiencia, aunque sea sacrificando la profundidad, prueba transformar los ministros del culto en personajes de farándula. Una sólida formación teológica y una auténtica preocupación por que los hombres participen del misterio pascual de Jesu cristo pueden hacernos comprender que el sacramento es una palabra visible. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 11
Tadeo Albarracín, Pbro. Doctor en LiturgiaPerfiles
Daniel, el maestro
Su vocación no es el resultado de un hecho determinante sino de una vida, una confluencia de una cantidad de factores en su historia personal y familiar, que le marcaron desde su hogar, los valores, la piedad de los padres, el que fueran tan unidos a la Iglesia fueron las cosas que le acercaron, cada vez más, al punto de tomar la determinación de ser sacerdote. Pero no todo fue ni fácil ni rápido.
Monseñor Daniel Arturo Delgado Guana nació en la dulce Nocaima, tierra de cañaduzales, trapiches y moliendas.
Es el noveno hijo de una familia de trece, de los que sobreviven once; crecieron en un ambiente sencillo y humilde, sin extravagancias ni lujos, pero con lo necesario. Dice monseñor que “nada nos sobró, tampoco nada nos faltó pero, claro, tuvieron que es forzarse mucho nuestros papás para darnos la posibilidad de salir adelante y los hermanos mayores fueron tam bién tomando cuenta de los hermanos menores”. En la familia fueron solo dos mujeres, una de ellas religiosa. Su primera vocación fue la de maestro. Estudió en la Normal de su tierra y empezó su trabajo vinculando el
ejercicio de su profesión con la pro moción social de comunidades muy pobres y sencillas a las que les trans mitió el Catecismo, de manera empí rica; su párroco de entonces lo ayudó con alguna cartilla. Y se dio cuenta de que necesitaba estudiar para entregar una mejor formación a su comuni dad. Ahí fortaleció su idea de ser sa cerdote. Entendió que a eso lo llama ba el Señor y encontró la plenitud de su vida.
Pero llegar al seminario tendría su propia novela, no fue tan expedito como él hubiera querido.
Trabajaba en Quebradanegra, un municipio de Cundinamarca, y el párroco lo puso en contacto con el obispo Hernando Velásquez Lotero, quien muy amable lo recomendó con el padre encargado del proceso vocacional. Pero al cabo de un año, el diligente padre no lo había llama do. De nuevo se presentó a la oficina del Obispo y se repitió el mismo diá logo… con el mismo resultado. Pasó otro año y no le llamaron.
Lejos de amilanarse, el joven Da niel visitó a su hermana religiosa y le contó, no solo lo que deseaba sino sus problemas. La hermana se puso feliz y, como buena monja, le solucionó el problema: lo puso en contacto con el rector del Seminario Mayor, monse ñor Gabriel Romero Franco.
Y cuenta monseñor Daniel que “al siguiente día estaba yo sentado con monseñor Gabriel Romero en una salita, en el colegio Santa Clara, de
sayunando. Monseñor Gabriel habló conmigo dos horas, escuchándome; me miraba, me medía de arriba aba jo… bueno, el muchacho campesino estaba ahí sentado al frente suyo… sí y él me escuchaba, no sé qué le ha blé y qué tantas cosas le dije, pero al cabo de quince días me llegó a Villeta, a la oficina de correos, -en esa épo ca era oficina de correos- una carta en donde decía que me convocaban a una convivencia que había para las personas que querían ingresar al se minario; que estaba invitado. Asistí feliz, porque creyeron en mí”.
Ese día lo entrevistaron dos sacer dotes, hablaron con él muy largamen te el padre Gabriel Pérez, biblista que luego fue su maestro, y, el entonces padre Héctor Gutiérrez Pabón. Final mente, a las dos semanas, le avisaron que ¡había sido admitido!
Y Daniel, el maestro, no desapa reció, se fortaleció en su sacerdocio. Tiene la “Cátedra del Vicario”; una reunión mensual con los diáconos permanentes de su vicaría; es el direc tor del Observatorio; dirige la revista Faro, en fin…
Monseñor Daniel dice que la voca ción de enseñar viene por el ejemplo de su padre, quien a través de las Es cuelas Radiofónicas de Acción Cultu ral Popular, que tuvieron un gran im pacto en toda Colombia, sobre todo en los medios rurales, convocaba a la comunidad para que, en el único re ceptor que había en la vereda El Ca ñutal y estaba en su casa, y como si de
una caja mágica se tratara, salieran las ondas sonoras con mensajes para un mejor vivir, educó a la comunidad. “Y había una serie de cartillas a través de las cuales la gente se formaba, apren día a leer y a contar, además la gente aprendía cómo cualificar su vida de campesinos, la vida en el campo era de una calidad muy baja, los campos carecían de muchas de las comodi dades que hoy se tienen; no había luz eléctrica, los acueductos no llegaban a las casas; todo esto de la higiene, del orden, eso no existía. Este plan de for mación para los campesinos, de cua lificación de su vida, fue promovido por la Iglesia de una manera fantásti ca. Mi papá fue maestro en ese campo y yo veía a mi papá con grupos gran des de jóvenes, de niños enseñándo les en las noches sin que mi papá hu biera sido un hombre salido de una normal, pero eso motivó a mi familia, pues varios somos maestros”.
Monseñor Daniel ha entendido a la perfección que al compartir la función episcopal de enseñar, que por delegación le corresponde, pue de combinar su vocación y su deber, entonces no pierde oportunidad de hacerlo. Al constituir el Consejo Vi carial, conformado por laicos, se dio cuenta de la necesidad de formarlos, entonces nació la Cátedra el Vicario, que fue creciendo en audiencia hasta hacer necesario pedir prestado un sa lón en la parroquia vecina.
Con su equipo ha desarrollado dos acciones muy importantes, el Obser vatorio y su vocero, la revista Faro, la cual es un impreso de altísima cali dad, que además puede ser consulta do en su página de internet.
Monseñor Daniel, además, culti va la música y tiene un dúo con uno de sus hermanos, a veces también se ha reunido con otros sacerdotes para tocar y compartir; hace deporte, coci na y pinta. Visita parroquias, atiende pastoralmente a cuantos a él acuden y en su tiempo libre visita a su mamá, para que lo consienta y recargue ener gías para todo su quehacer. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá -Durante el 2018 seguimos desarrollando los proyectos fundamentales del nuevo rumbo que son como los engranajes que permitirán la revitalización del dinamismo evangelizador de la arquidiócesis de Bogotá.
Al finalizar el año central del nuevo rumbo
Tema de reflexión para la reunión de arciprestazgo Meses de noviembre-diciembre
Recordemos brevemente estos engranajes: el retiro kerig mático para los animadores de la evangelización y su pro yección hacia las acciones de primer anuncio; la renovación de la iniciación cristiana; la escuela de animadores laicos de la evangelización; la renovación parroquial; la renova ción de la dimensión social de la evangelización, mediante la trasformación de la pastoral social parroquial, los gestos de reconciliación y perdón y el cuidado de la casa común y, finalmente, la renovación de las estructuras diocesanas, mediante el fortalecimiento de la dirección arquidiocesana de comunicaciones, y la conversión misionera de los orga nismos e instancias arquidiocesanas en su mutua interre lación.
Todo esto apareció como indispensable para poner en marcha la renovación, hasta el punto de considerar que la falla de uno de estos engranajes podría entorpecer la mar cha del proceso.
Sin embargo, algunos han tenido la sensación de que el desarrollo de estos proyectos ha implicado un cúmulo de actividades, cuya articulación no se percibe, y para las cua les no se cuenta con el número suficiente de animadores.
En cuanto a la impresión acerca de la sobreabundancia de tareas habría que recordar la necesidad de priorizarlas. No se trata de hacerlo todo al tiempo; cada parroquia de berá ver cómo, de acuerdo con sus posibilidades, puede ir implementando progresivamente los proyectos en su con texto. Esto no significa que haya parroquias que se pon gan al margen del proceso, sino que, en orden a su cabal desarrollo, las actividades se pueden escalonar de manera diversa en el tiempo.
Al respecto, vale la pena también subrayar que el desa rrollo de los proyectos no debe ser visto como algo que se sobreimpone o añade a la vida habitual de una parroquia, sino que toca los aspectos neurálgicos de la tarea que una parroquia debe realizar para ser fiel a su misión. En este sentido, las distintas acciones propuestas y sus correspon
dientes subsidios han de ser acogidos como una ayuda y no como una carga gravosa.
Además, no debemos poner en duda que una auténtica renovación en estos tiempos de cambio exige de todos los animadores de la evangelización mayor celo y entrega.
Se dice, además, que estas acciones parecen desarticula das. En realidad, responden a las líneas prioritarias discer nidas sobre la base de las consultas y de los clamores más sentidos durante la fase de elaboración del Plan de Evange lización.
Esta impresión de desarticulación parece más fuerte en quienes quisieran un proceso más lineal, en el que inicial mente todos nos dedicáramos a las acciones de primer anuncio, luego, en un segundo momento a la catequesis y, finalmente, a la formación permanente de la fe y a la minis terialidad.
La verdad es que en la Arquidiócesis tomamos, por varias razones, la opción de una renovación simultánea de las di versas acciones evangelizadoras. En primer lugar, porque es imposible e injusto en una ciudad como la nuestra, preten der que todo el mundo se sitúe en un mismo punto de par tida: en nuestra Iglesia hay gente que se está iniciando en la fe, hay personas que viven con gran madurez su opción por Cristo, hay quienes con lucidez evangélica viven su com promiso evangelizador en el mundo o prestan su concurso en la vida de nuestras comunidades, hay también quienes apenas comienzan a inquietarse por Cristo o quienes viven en medio de lo que Benedicto XVI llamaba el gris pragma tismo de la vida cotidiana, sin que su fe sea realmente el centro vital de la existencia.
Se trata, más bien, de abrir diferentes puertas de entrada al proceso o, si se prefiere, abrir un menú que ofrezca posi bilidades variadas de acuerdo con la situación de cada uno. Por otra parte, estos procesos básicos de la evangelización están tan íntimamente relacionados que resulta imposible escindirlos. Pensemos, por ejemplo, en la estrecha relación que hay entre el primer anuncio y la dimensión social de la evangelización, ya que la vida de caridad de la comunidad y el testimonio de la solidaridad misericordiosa es el signo que más puede atraer hacia Cristo. Así mismo, si hacemos pri mer anuncio, debemos simultáneamente pensar la iniciación cristiana, pues este es el camino que debemos disponer para
Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo auxiliarquienes acogen el primer anuncio y es la oferta para quienes ya no están en condición de alejados. No hay campos de la acción evangelizadora de la Iglesia que puedan ser puestos en hibernación, mientras nos dedicamos a otros.
Existe también la preocupación por el número reducido de animadores de la evangelización. Esto nos plantea el tema de la necesidad de convocar nuevos animadores, pues es eviden te que unos pocos no pueden hacerlo todo, ni tendría sentido que cada uno de ellos se vea obligado a llevar, como dice el Señor Cardenal, seis cintas o camisetas.
Pautas para la reflexión y el diálogo
Dialogar sobre el concepto subyacente que aparece en la llamada de algunos a una mayor articulación.
Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo auxiliar
Es evidente que la sola convocación a través de los avisos parroquiales resulta insuficiente. Es necesario, en primer lugar, tener en mente que parte constitutiva del ministerio presbiteral es la formación de una comunidad en la que la di versidad ministerial y carismática de la Iglesia se pueda ma nifestar; esto supone evitar el clericalismo y aprender a con fiar más en los laicos. El papa Francisco nos ha llamado no tanto a valernos de los laicos, sino a confiar en su capacidad de iniciativa y en su capacidad de compromiso y, por supues to, a acompañarlos sin ceder a la tentación de infantilizarlos.
Además, habría que revisar nuestra forma de convocar; quizás no se trate de hacerlo sólo masivamente al final de las eucaristías, sino más bien, de manera personal y como fruto del encuentro. O, por ejemplo, a través de cartas o mensajes directamente dirigidos a los interesados.
Que el Señor nos conceda la gracia de consolidar el proceso que hemos iniciado y de convocar a muchos más para, que se sumen con mística evangelizadora al proceso de renovación misionera de nuestra Arquidiócesis.
Si la preocupación por la articulación del proceso ha estado presente en la mente de todos ¿por qué no siempre se percibe?
A la luz de estas consideraciones, compartir las modalidades diversas de escalonamiento de las acciones propuestas para la puesta en marcha de los proyectos fundamentales.
De las actitudes propuestas al inicio del año ¿Cuáles hemos adoptado y cuáles han sido de mayor utilidad? Discernir y priorizar, unirse arciprestalmente; motivar nuevos animadores; buscar apoyo en la vicaría episcopal territorial; orar el Espíritu Santo. Compartir experiencias de convocación de laicos para la animación de la evangelización. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 15 BienestarApasionados por las familias, nuestra principal fuente de inspiración en la búsqueda de una mejor sociedad.
Esta Escuela está hecha para todos, por eso llega hasta su casa
Ahora, que estamos con la experiencia de los laicos yo noto un deseo muy grande de los fieles, en su mayoría, de querer aprender más del Señor, de la Iglesia, de quererse comprometer más, de aprender más de su fe y de llevarla a todo lugar, a su familia, a su trabajo, a su contexto, hay como una gran ansia. Claro que no falta quien de repente dice que es demasiado exigente o les parece de mucha formación o simplemente se quedan con lo básico, con la misa de los domingos.
Uno de los nueve grupos de la parroquia Santa Beatriz empezó el segundo módulo y compartió su testimonio. La coordinadora es la señora Nancy Mendoza de Ramírez y recibió a este medio en su casa.
Fraternidad: Padre, Usted fue hace algunos años formador en el Semi nario Mayor, formó a gran parte del clero joven que está ahora trabajando en nuestras parroquias, ahora forma, a través de la Escuela a nosotros los laicos. Cuéntenos cómo es esa expe riencia de las dos caras de la moneda, la formación del clero y de los laicos.
Padre Juan Álvaro Zapata: Formar los seminaristas es una experiencia de construir ese futuro de Iglesia que uno añora, y desea que respondan esos futuros pastores del pueblo de Dios y puedan cumplir con la mi sión que el Señor nos encomienda de ser testigos de Él, evangelizadores misioneros, otros cristos, otros após toles. Allí yo veía como es ese deseo, esa ansia de ese gran sueño de poder ser llamados al ministerio sacerdotal y de dejarse muchos de ellos -por que también hay sus excepciones- de dejarse configurar por la persona de Cristo. Había una maleabilidad muy fácil, muy llevadera; estaban ahí; está el producto ahí todo el tiempo, en tonces es muy muy fácil porque hay muchos espacios de formación, per manentes seguimientos.
Ahora, que estamos con la expe riencia de los laicos, yo noto un deseo muy grande de los fieles, en su mayo ría, de querer aprender más del Señor, de la Iglesia, de quererse comprome ter más, de aprender más de su fe y de llevarla a todo lugar, a su familia, a su trabajo, a su contexto, hay como una gran ansia. Claro que no falta quien
de repente dice que es demasiado exi gente o les parece de mucha forma ción o simplemente se quedan con lo básico, con la misa de los domingos. Sin embargo, hay un buen porcentaje de fieles que quieren mucho más; que quieren algo más en su vida cristiana, en su vida de fe, pues hay una buena receptividad.
F: Uno de los clamores de los fieles, cuando empezó el proceso del Plan E, fue la necesidad de formación, de eso hace unos ocho años. ¿Es esta Escuela parte de la respuesta?
PJZ: El pueblo de Dios presente en la ciudad región de Bogotá manifestó la necesidad de una mayor capacita ción, de mayor argumento, de ma yor formación para asumir su propia vida cristiana y para poder ser más activos, no solamente receptores sino agentes de transformación y de evan gelización; entonces ahora, que les hemos ofrecido esta propuesta, que es una de las acciones que responde a todo este camino del Plan de Evange lización, hemos notado la alegría de los grupos, de las personas que van comprendiendo más elementos que para nosotros podrían ser esencia les, comunes, entendibles fácilmente, pero que no eran claros para el pue blo de Dios.
F: La mayoría de los laicos nos asus tamos un poco con la palabra evange lizar, pensamos que es una cosa que le toca a los “curas y monjas”. ¿Cuál es la reacción de los miembros de la Escue la ante esta realidad?
PJZ: La mayoría dice, “padre, yo no sabía que evangelizar era esto, era lo otro, era hacer esta acción, era com prometerme en esta tarea”. Ha sido para ellos un redescubrimiento sor prendente y nuestra escuela ha lle gado con un lenguaje sencillo, pero a la vez claro y profundo a todas las personas de todos los estratos, de to dos los niveles de educación, de tal manera que la gente dice que se sien te identificada con la propuesta y con esta respuesta que ha permitido for marse sencillamente en sus casas o en sus parroquias con un material que sale de aquí, de nuestra arquidiócesis.
F: Una de las cosas más interesan tes de la Escuela, es que no es la típica academia en la que tiene que matri cularse y desplazarse y, además no es para recibir ningún título, es para aprender a cristianizar la vida.
PJZ: Creo que lo compleja que es nuestra ciudad, las distancias, las di versas realidades que viven nuestros fieles no permite muchas veces fo calizar todo en un punto, porque lo reduce a un pequeño grupo, hace una cierta selectividad por transporte, por recursos y por procesos. Lo que se pensó es que la escuela llegue a su casa, llegue a su parroquia, llegue donde las personas no tengan que movilizarse grandes distancias y don de los costos sean casi mínimos. Así ha sido desde que se construyó este proyecto, ya que no es para formar un académico sino para alimentar la experiencia de ser testigos. No nece sitamos intelectuales de la fe, nece sitamos obreros de la fe que vayan a evangelizar, que sean testigos de Cris to en su casa, en su trabajo, siempre.
Nuestra ciudad tiene tantas realida des que nos confrontan día a día, de injusticia de deshonestidad, de mal dad, que esto pretende ir cambiando corazones; de ir fermentando la vida de cada cristiano, para que él sea a su vez fermento, para que empiece a actuar siendo como Cristo, que sea
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evangelizador y misionero cuando hace una fila, cuando es respetuoso en su casa, cuando cumple los debe res, cuando es una persona recta.
F: Y, ¿cambiar esos conceptos ha sido difícil?
PJZ: Sí, yo creo que en la mayoría de nuestros fieles laicos hay la idea de que ellos son receptores simplemente. Simplemente escuchan, simplemente reciben cosas, pero muy pocos tienen la claridad de lo que, desde el bautis mo recibimos, que es ser profetas y el profeta sale a anunciar lo que cree, lo que vive. Ser profetas no es pararse en un púlpito. Es en su casa, con sus hi jos, con su esposo, en su oficina, en la calle con su testimonio, con una pala bra, con una cercanía, con una acción concreta. Eso ha sido para muchos una gran novedad, la gran panacea.
F: La mayoría de quienes ya ini ciaron este proceso han terminado el primer módulo. ¿Se puede hacer un balance y qué expectativas hay sobre el segundo?
PJZ: Yo tengo que decirlo: agrade cer realmente a cada uno de los sacer dotes de la arquidiócesis de Bogotá, porque ellos se la han jugado por la Escuela; se han comprometido. Hay una preocupación generalizada de los sacerdotes y hay algunos que incluso se han puesto la camiseta de lleno y han liderado a un montón de grupos
ellos mismos, pero en general ha ha bido una gran respuesta; ha habido un gran compromiso.
La sorpresa para todos nosotros fue la velocidad con que creció la Escue la, que no esperábamos una bola de nieve que iba creciendo tan rápido. Creíamos que se iba a comprometer mucha gente, pero no de la manera como sucedió, y yo creo que es por dos factores: uno, el material es de masiado cercano al pueblo, no es una cosa compleja; su metodología y pe dagogía es demasiado atrayente, ya que el hecho de que la hayamos lle vado a la casa, a la parroquia misma, facilitó las cosas.
Además, el interés de los sacerdo tes, el apoyo de ellos ha jugado un pa pel muy importante y entonces nues tra Escuela llegó a niveles donde en el primer módulo ya tenemos -más o menos- más de 5.000 personas ins critas de toda la ciudad, y son más o menos 202 parroquias que están par ticipando de nuestra Escuela y ya la mayoría han concluido el módulo número uno.
También ya muchos grupos han hecho el retiro, eso ha sido otro hit; por eso el grupo no es más de vein te personas, para crear una pequeña comunidad y se van compartiendo y van viviendo la vida juntos cada ocho días cada quince días y van a un retiro
y como que se sienten hermanos, se sienten en familia.
En cuanto a las expectativas, se han superado las más optimistas: ya mu chas parroquias han empezado el se gundo módulo: Dinamismos y actitu des del evangelizador. Incluso algunos grupos ya lo están terminando, están esperando que salga el tercer módulo, que confiamos, finales de octubre ya lo tengan las distintas parroquias en sus manos.
F: Padre, en un momento como el que vive la Arquidiócesis, de gran ac tividad, con tantas propuestas de ac ciones misioneras: ¿se espera que es tos animadores de la evangelización sean la mano derecha de los presbí teros?
PJZ: Al principio, hay que decirlo, algunos consideraron esto como un curso más. ¡Ay! más formación… pero en el camino se han venido dan do cuenta que están es ganando una serie de líderes, que mañana pueden abanderarse de ciertas acciones de la parroquia o acompañar procesos que hasta el día de hoy no se han podido realizar por falta de personas prepa radas. Los sacerdotes se están dan do cuenta que están adquiriendo un gran potencial humano, del cual se pueden valer para delegarle tareas de mayor responsabilidad. F
Difundir la fe a través de los medios de comunicación
Alianzas estratégicas, multiplicadores de la fe, evangelizadores y trabajo conjunto con formación eclesial, fueron algunas de las conclusiones dadas en el conversatorio que se realizó el pasado sábado 25 de agosto, en el auditorio principal de la parroquia Cristo Rey.
Conversatorio que estuvo organizado por la Dirección de la Oficina de Co municaciones de la arquidiócesis de Bogotá, dirigido específicamente a los animadores de la comunicación de las ocho vicarías episcopales territoriales arquidiocesanas.
El encuentro giró en torno al tema: “Manejo de las noticias de la Iglesia en radio y televisión”, con la participación de directores y periodistas de medios de comunicación como: Ramón Zambrano, director del canal de televisión católico Cristovisión. Daniel Londoño, jefe de programación de emisora Mariana; Juan Camilo Díaz, docente de la Universidad de la Sabana y quien estuvo como jefe de prensa en la Conferencia Episcopal de Colombia para la venida del papa Francisco; Víctor Coba, director de programación de Radio María.
El conversatorio se desarrolló con un panorama general del manejo de las noticias eclesiales dentro de los diferentes medios aquí representados. Los crite rios que se tienen en cuenta en el momento de realizar una parrilla de progra mación y las experiencias del manejo de las noticias de la Iglesia enfrentadas a las noticias de los canales o emisoras comerciales.
Posteriormente, fue abierto el conversatorio para que el auditorio formulara preguntas sobre el tema. F
El Divino Rostro consagró su altar Notas arquidiocesanas
La parroquia arquidiocesana del Di vino Rostro, que atiende los barrios Abraham Lincoln, El Socorro, El Con suelo y Tunjuelito, al sur de Bogotá, celebró gozosa la consagración de su altar.
Domingo de fiesta, la comunidad ale gre, preparada, amable y participa tiva, bellos cantos, respeto y cono cimiento de la ceremonia fueron las características de la celebración de la consagración del altar, presidida por el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzo bispo de Bogotá.
Aunque la parroquia fue creada en octubre de 1959 y su templo es casi contemporáneo, el presbiterio, con el templo, el ambón y el Sagrario fueron remozados y consagrados el domingo 5 de agosto pasado.
El padre Carlos Ánderson Acevedo Me dina, que pastorea esta comunidad hace dos años, preparó amorosamente la ceremonia. La comunidad sabía qué estaba pasando y participó con gran conocimiento y piedad.
En la homilía, el Señor Arzobispo ex plicó cuidadosamente cada paso de la ceremonia y la importancia de cada sitio, desde lo litúrgico, celebrativo y la teología. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 19
Jubileos sacerdotales 2018
Yo soy educador La Navidad del año ’68 fue especial para la familia Pulido Aguilar, pues no solo recibieron al Niño Dios, también al niño Ricardo Alon so. Creció en su seno y vivió cercanamente la presencia de varios presbíteros que le ayudaron a descubrir su vocación y la pasión de servir y formar a los jóvenes, por eso toma la decisión de entrar al Seminario Mayor en el año 1987.
El padre Ricardo estudió Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar; el 4 de diciembre de 1993 fue ordenado presbítero por su excelencia Enrique Sarmiento Angulo.
Entonces fue destinado a la parroquia El Inmaculado Corazón de María, como vicario; en el ’96 es párroco en San Juan Evangelista (hoy diócesis de Engativá) y en el 2001 es rector del colegio parroquial San Agustín y miembro del equipo de formadores del Seminario Mayor. Desde allí a la fecha sus servicios han sido, entre otros, ecónomo y secretario académico del Seminario; representante del señor Arzobispo en diversas fundaciones; secretario del consejo presbiteral, del consejo episcopal y del colegio de consultores. Actualmente es rector de la iglesia San Juan de Dios, director general del SEAB; rector en la Fundación Universitaria Monserrate; canciller de la arquidiócesis de Bogotá; delegado arzobispal para la causa de partidas; director de la Oficina de Personas Jurídicas; promotor de justicia para la causa de los clérigos…
Su larga historia de servicios solo se ha interrumpido por, su también larga, historia académica: Universidad Pontificia Salesiana – Roma, doctor en Ciencias de la Educación (2006); Universidad Gregoriana
– Roma, maestría en Filosofía (2006); Universidad Regina Apostolurum –Roma, maestría en Psicología (2006); Universidad Pontificia Salesiana – Roma, maestría en Ciencias de la Educación (2004); Universidad Católica de Colombia
– Bogotá, especialización en Psicología Educativa (1999); Pontificia Universidad Javeriana – Bogotá, maestría en Educación (1996); Instituto de Estudios Superiores de Psicología – Barcelona, postgrado en Mediación.
Y, ¿cuál es el secreto para poder hacer todo y cumplir con calidad? Con una amplia sonrisa el padre Ricardo responde que saber hacer un equipo es esencial, estar lejos del juzgar y cerca del enseñar es parte del secreto.
Una gracia divina
para mí El padre William Casas celebra sus 25 años de ordenación.Nació en la ciudad de Bogotá hace 51 años, desde su infancia sintió el llamado de Dios a ser sacerdote, siguiendo el ejemplo del párroco de su comunidad en esa época, el padre José Vicente Muñoz. “Era un sacerdote español que marcó la vida de la comunidad. Él se presentó como un gran ejemplo y desde niño quise ser como él”.
Después de una formación en el Seminario Mayor de Bogotá, fue ordenado sacerdote el 4 de diciembre de 1993, por monseñor Enrique Sarmiento Angulo. Desde entonces ha desempeñado varios cargos pastorales, entre los que sobresalen: párroco en San Antonio (Fosca), en el Espíritu Santo, miembro de la junta directiva de la Fundación Instituto Tecnológico del Sur, de la Comisión de Formación Permanente del Clero y actualmente se encuentra como párroco en Santa Isabel de Hungría y rector en el colegio parroquial del mismo nombre.
Considera que estos 25 años de vida pastoral han sido una gracia divina para él “Creo que todo ha sido con la gracia de Dios, en muchos momentos de plenitud sacerdotal y en otros momentos difíciles. Pero de la mano de Dios, Él nos va ayudando y confortando”.
El padre Adolfo Vera López es el párroco en Santa Clara, al norte de la ciudad, también es el capellán del colegio Nueva Granada desde hace 20 años y, desde hace 25, Dios guía su camino, a quien agra dece todos los días, por estar siempre a su lado.
Es bogotano y proviene de una familia católica conformada por 7 hermanos, 4 hombres y 3 mujeres, él fue el único con vocación religiosa. Desde pequeño participó en la Iglesia; fue monaguillo, luego estuvo en el coro parroquial y siempre dispuesto a ayudar y a colaborar en algún oficio requerido o pastoral. Sin embargo, ya en su juventud, optó por estudiar Ingeniería Civil en la Universidad La Gran Colombia, donde se graduó. Profesión que ejerció durante 5 años antes de ini ciar su proceso de formación en el Seminario Mayor. Aunque lo tenía “todo”, Dios lo seguía llamando, y un día optó final mente por el sacerdocio descartando otras opciones de vida.
Su primera experiencia como párroco fue en Nuestra Se ñora de Egipto, en el centro, donde permaneció por 7 años, parroquia que se caracteriza, entre otras cosas, por las ce lebraciones tradicionales del 6 de Reyes. Oficio eclesiástico que marcó el inicio de su trabajo como párroco: “Allí, en esa parroquia, aprendí y me formé como párroco, me encontré con muchas realidades fuertes y una comunidad difícil, pero Dios nos ayudó y logramos salir adelante”, afirma el padre Adolfo. Desde entonces, hasta el 2015, que fue asigna do como párroco en Santa Clara, ya son seis comunidades parroquiales que ha pastoreado, la mayoría con advocación mariana: Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora del Buen Consejo, Nuestro Señora del Campo y Nuestra Señora de Egipto. También ha sido administrador parroquial en Nuestra Señora del Líbano y vicario en Apóstol San Mateo.
Aunque la Ingeniería Civil es otro amor que lo llena, el sacerdocio es más grande que todo y colma su existencia. A sus 57 años de vida se siente pleno y feliz con esta decisión tomada hace 25 años para servirle a Dios y a la Iglesia.
El padre Vera fue ordenado por el obispo Enrique Sarmiento Angulo, el 4 de diciembre de 1993. Además de la Ingeniería Civil, es especialista en conservación y restau ración del patrimonio ar quitectónico, también de la Gran Colombia. Cur só estudios de maestría en estudios políticos y una especialización en resolución de con flictos, en la Univer sidad Javeriana.
la pena!
En su oficina, desde donde dirige a sus seguidores en redes los mensajes sobre Doctrina Social de la Iglesia, habló para Fraternidad con motivo de sus Bodas de Diamante presbiterales.
Monseñor Enrique es un hombre convencido y feliz de su vocación presbiteral. Nació el 1 de junio de 1934 y fue ordenado presbítero el 24 de octubre de 1958; el 13 de junio de 1986 fue ordenado obispo, como titular de Crepédula y auxiliar de Bogotá, en donde se desempeñó, entre muchos encargos pastorales, como Administrador Apostólico, entre agosto y diciembre de 1994. En ese periodo ordenó a algunos de los presbíteros que ahora celebras sus Bodas de Plata. El 6 de agosto de 2003 fue nombrado como primer obispo de la diócesis de Fontibón.
El 25 de noviembre de 2011 a los 77 años es aceptada su re nuncia. Sin embargo, no ha dejado de trabajar y ahora tiene un blog en el diario El Tiempo: Paz y desarrollo y Docsocia liglesia publicación permanente en videos (vimeo) y en Fa cebook. Se muestra realmente interesado en estas formas muy contemporáneas para llegar a públicos jóvenes.
¡La fidelidad a Jesús vale
¡Gracias Señor, por estar a mi lado estos 25 años!Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 21una revista para el clero de la arquidiócesis de
Jubileos sacerdotales
Me siento feliz de haber podido ser vir a Dios
Monseñor Santiago Miranda Talero, cumple 60 años de haber sido ordenado. Se siente satisfecho por todos estos años de vida pastoral. Nació en Bogotá en el año 1935, durante siete años vivió en una hacienda ubicada en la vereda Poveda de Tenjo (Cundi namarca). Posteriormente, ingresó al Seminario Mayor de Bogotá y fue ordenado presbítero el 1 de noviembre de 1958 en la Catedral Primada de Bogotá. Su primera experiencia presbiteral fue en Nuestra Señora de la Paz, luego pasó a Fómeque (Cundinamarca). Después fue nombrado capellán del hospital San Juan de Dios, párroco en San Bernardo, San José Obrero y Nuestra Señora del Rosario de Cota donde estuvo casi diez años.
Monseñor Santiago recuerda gratamente su labor en Nuestra Señora del Rosario de Cota. Allí trabajó incansablemente en todos los campos pastorales. Fundó en 1976 el Colegio Departamental Enrique Pardo Parra, del cual fue su primer rector hasta 1984. En 1985 viajó a Roma (Italia), con el fin de estudiar derecho canónico en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, allí obtuvo el diploma de licenciado y años más tarde recibió el título de doctor, también, en derecho canónico en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Varios años se desempeñó como canónigo del capítulo metropolitano y como capellán de la Universidad Católica de Colombia. Actualmente reside en Tenjo donde colabora en varias casas hogar para adultos mayores, además es capellán en el hospital del municipio.
Después de 60 años de vida pastoral se siente feliz de haber sido ministro de Dios “me siento alegre y feliz por haber podido servir a Dios y ser su ministro, ayudando a tantas personas. Me siento completo al haber respondido a mi vocación”.
Doy gracias a Dios por su llamado Monseñor Luis Gabriel Romero, obispo emérito de la diócesis de Facatativá, cumple 60 años de vida pastoral. Se siente feliz y agradece a Dios por todas las bendiciones recibidas. Nació en Bogotá, el 19 de marzo de 1935. Realizó sus estudios en el Seminario Mayor de San José, de Bogotá. Fue ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1958 por monseñor Pablo Correa, obispo auxiliar, en ese entonces, de la arquidiócesis de Bogotá. Continuó sus estudios en el Instituto Católico de Lyon de Francia, donde obtuvo su licenciatura en humanidades clásicas.
En el ejercicio de su ministerio sacerdotal desempeñó varios cargos entre ellos: Miembro del Equipo de Formadores del Seminario Menor de Bogotá (1959-1960), vicario parroquial de Las Nieves (1960-1961), vicario parroquial de Nuestra Señora de Lourdes (1961-1962), rector del Seminario Menor de Bogotá, canciller de la arquidiócesis de Bogotá, (1969 – 1977).
El 16 de mayo de 1977 Pablo VI lo nombró obispo titular de Maturba y auxiliar de Bogotá. Y, el 22 de abril de 1986 fue nombrado obispo de Facatativá. Como obispo de Facatativá su preocupación fue lograr una pastoral activa y global para la cual impulsó el Proceso diocesano de Renovación y Evangelización (PDR/E) de tal manera que la Diócesis entera se vio involucrada en este proceso pastoral. Así mismo, fundó el Seminario Mayor Diocesano de Santiago Apóstol, con el principal objetivo de que el presbiterio fuera autóctono, suficiente y capacitado para las labores pastorales. Siempre estuvo trabajando por mejorar el nivel académico de los seminaristas y por la capacitación pastoral del presbiterio. Buscó una mayor cercanía a los fieles y para ello creó una cantidad considerable de parroquias. Además, ordenó 44 sacerdotes para diócesis de Facatativá.
Su constante preocupación por la dignidad de la Liturgia, el decoro de los templos y los elementos del culto, al igual que las celebraciones solemnes en la Catedral, son su gran legado. Fue nombrado por el papa Benedicto XVI como obispo emérito de Facatativá y administrador apostólico de la misma en el año 2011.
A los jóvenes que sienten el llamado al sacerdocio les dice que no tengan miedo “si sienten el llamado de Dios den la respuesta, porque la vida sacerdotal y el servicio a los demás por medio del ministerio es muy hermoso”, indicó monseñor Romero.
Mirar hacia atrás y poder
recoger
El padre Rubén Darío nació en Bogotá, el 8 de enero de 1969, el próximo año cumplirá 50 años. Desde muy pequeño, a los 11, supo que sería sacerdote, viene de una familia bogotana muy piadosa, practicante y llena de fe, lo que afianzó su decisión de servirle al Señor. Luego de su ingreso a los 17 años al Seminario Mayor de Bogotá, a la edad de 24, fue ordenado sacerdote el 4 de diciembre de 1993, por monseñor Enrique Sarmiento Angulo.
Desde entonces ha desempeñado más de 9 cargos eclesiásticos, entre ellos capellán en los colegios La Presentación Sans Façon y Helvetia. Párroco en San Juan Bautista de la Salle, María Auxilio de los Cristianos, María Estrella de la Evangelización, Ad Tempus en El Santo Cristo y en San Juan Nepomuceno.
Ha sido Miembro del Consejo presbiteral, del equipo de pastoral vocacional y del equipo de formadores del Seminario Mayor. Y arcipreste.
En cada etapa de su servicio siente que la Iglesia le ha dado lo mejor. Por ejemplo, en la actualidad es el párroco en Santos Timoteo y Tito, miembro principal en la junta directiva de la Fundación Protección de la Joven-Amparo de Niñas. También es el capellán General del Sistema Educativo de la Arquidiócesis de Bogotá (SEAB).
Su amor por el deporte como el fútbol, el tenis, la bicicleta o los 17 kilómetros que se recorre trotando desde su parroquia hasta el parque Simón Bolívar, lo caracterizan por ser un hombre saludable pero también muy competitivo, lo que le ha traído grandes triunfos, pero también algunas decepciones. Es una persona disciplinada, la que adquirió como Boy Scout, por eso también es muy recursivo, emprendedor, amistoso, comprometido y muy feliz. Es un hombre que sonríe con facilidad y un apasionado además por la academia.
El padre Rubén tiene una licenciatura en Ciencias sociales del Instituto Católico de París. También es Magister en Evaluación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación de la Universidad Externado de Colombia. Una maestría en Derecho Canónico y una Licenciatura en Teología, de la Universidad Javeriana. También, una especialización en Educación sexual de la Universidad Antonio Nariño.
El padre Rubén Darío Hernández Perdomo tiene claro que lo importante en la vida es “Mirar hacia atrás y poder recoger”.
En la enfermedad encontré el amor de Jesucristo
El padre Rafael Darío Montes nació en Pamplona, el 14 de septiembre de 1934, y fue ordenado por monseñor Bernardo Botero Álvarez el 8 de diciembre de 1958. Este año celebra sesenta años de vida presbiteral, cuarenta de ellos los ha entregado al servicio de esta Arquidiócesis. Nació en una familia campesina y piadosa de la campiña santandereana, cuando entró a la escuela primaria ya se sabía todo, pues entre sus padres le habían preparado, incluso para la Primera Comunión.
Siempre fue un excelente alumno, él mismo dice que siempre fue muy inteligente, pero díscolo, molestaba mucho y era muy inquieto. Descubrió su vocación el día de su Primera Comunión, fue un sentimiento avasallador, que aún ahora no puede explicar, sin embargo, tuvo que luchar con el papá, un militar de carácter fuerte que no quería ver a su hijo en el seminario. Siendo un joven sacerdote estuvo como párroco en algunos pueblos de Santander, en uno tuvo que reemplazar al cura, porque lo iban a matar y lo cuenta con gran sentido del humor. Por una enfermedad vino a Bogotá, y aquí se quedó. Su trabajo pastoral fue confesar y confesar para que la gente pudiera volver a ser feliz. Pero no como el cura de Ars “¡porque yo sí como y duermo bien!”.
Ahora, ya un poco impedido por la edad, vive en la casa de las hermanas Oblatas de Betania, y sigue tocando acordeón y melódica, instrumentos que aprendió a tocar “viendo a los que sabían”.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 23Estamos en la Radio
La Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones está presente en la ra dio desde hace años con un programa en la Emisora Minuto de Dios, el cual se emite los martes de 7 a 8 de la noche por el dial 107. 9 F.M. Éste se ha mantenido y ha evolucionado como fruto de diferentes es fuerzos, aportes e ideas de sacerdotes y laicos que han colaborado en diferentes etapas. Sus comienzos se dieron en el año 2002 cuando la emisora concedió un espacio a la entonces Zona Pastoral Episco pal del Espíritu Santo, siendo Vicario monseñor Francisco Nieto. En el año del 2013, con ocasión a los preparativos de los 450 años de la arquidiócesis de Bogotá, nace la Red de Animadores de la Comunica ción, conformada por laicos colaboradores de diferentes parroquias. Entre los grupos de interés que se crearon estaba el de radio, el cual comenzó a apoyar generando notas sobre el cubrimiento de aconte cimientos parroquiales y creando audios para alimentar el programa.
Actualmente, el programa de los primeros martes de cada mes se de dica al tema vocacional y se encuentra bajo la conducción del padre Yarolt Contreras. Las otras emisiones se realizan con la participación de miembros voluntarios de la RED de Animadores y de otros laicos colaboradores.
Generación E se preocupa por dar a co nocer y apoyar las iniciativas y noticias de nuestra Iglesia, comenzando desde las pa rroquias y sus circunstancias particulares. Está al día en el acontecer del Plan E, infor ma de temas como familia, eventos cultura les, tendencias sociales, actualidad nacional e internacional, entre otros. Para ayudar a su difusión cuenta con una Fan Page, el perfil en Twitter@SoyGeneracionE y publi ca los programas de radio como podcast en Ivoox, permitiendo así la escucha de acuer do con las necesidades de los oyentes.
De otro lado, en Emisora Mariana, de la comunidad de los padres agustinos, emiso ra de tradición en la frecuencia AM que este año llega a los 60 años, estamos también los martes, pero en la mañana entre las 8 y las 9.
Este programa, en forma de magacín, se caracteriza por la participación del equipo completo de la Oficina de Comunicaciones. En él se oye, en directo, el editorial semanal en la voz del padre De Brigard; la agenda arquidiocesana, entrevistas y siempre hay dos invitados, uno en cabina para una en trevista en directo y otro telefónico, gene ralmente testimonial.
En el Programa –Magacín en Familiahan estado como invitados los padres Ri cardo Pulido; Nelson Ortiz; Freddy Herre ra; Wilfran Oyola; Fray Alejandro Acevedo, prior del convento San Agustín; la hermana Teresinha, del Famig; el diácono perma nente Alirio Cáceres, Fabio Camacho, del CLAB, por nombrar algunos.
Los temas culturales, los conciertos de ór gano en la Catedral, las iglesias coloniales, los santuarios marianos han estado en las voces del equipo. Desde el programa se han hecho invitaciones a los diferentes eventos arquidiocesanos, se han incentivado cam pañas y se han compartido logros. De ma nera especial, siempre han estado presentes la música y los músicos, los que hacen la música católica de alabanza y nos hacen fe lices con la belleza. oímos!
Fotografía: VerushkaSon pocos los testimonios de primera mano que se pueden conseguir de la historia del Seminario entre los años 1890 y 1954, sin embargo, este es uno de ellos, un libro de fotos y textos en máquina Remington.
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá -
Y a pesar de las distancias y de la ajetreada existencia cotidiana del clero, siempre habrá una plegaria ante las diversas pruebas a las que hoy nos vemos sometidos como un solo cuerpo.
El hermano que se va
Hace años conozco a un escritor y traductor que fue sacerdote hasta los años 70, una década de fuertes tensiones, cuando pidió dejar el ministerio sin mayo res explicaciones. Siempre me han llamado la atención su extensa cultura, su capacidad de largas y profundas amistades, el amor a sus hijos y su veneración por las le tras. Conserva una vida austera, una mirada limpia y un temperamento algo volátil. En nuestros encuentros no he dejado de sentirme, en todo caso, en compañía de un colega. Eso del sacramento que imprime carácter parece tener varias consecuencias.
Él dejó también la fe pero algo sigue uniéndonos. Inex plicable. Una comunión más allá del tiempo y de las con vicciones permanece en algunos gestos que nos herma nan. Hasta el simple saludo nos pone en un círculo común y estrecho. Nunca podrá ser para mí indiferente la vida de este hermano que decidió partir, incluso llego a sentir su suerte como la mía propia y estoy al tanto, aunque desde lejos, de su vejez, solitaria como la de todos.
En esta época de graves contradicciones, esto sucede con triste frecuencia. Por diversos motivos, algunos de nuestros sacerdotes ya no están. No ejercerán el ministe rio y recorrerán otros rumbos con otras responsabilida des. Y es un dolor muy grande. Pero siguen siendo nues tros, porque la historia compartida no puede borrarse, la amistad no puede esfumarse sin más y las caídas hu manas no pueden negar el afecto de años. Está a prueba aquí el mero cristianismo como ética y valor de amor incondicional. Nuestra civilización se sostiene, en buena medida, en la memoria. La amnesia es barbarie.
Me aparto cuanto más puedo del amarillismo, la in sana curiosidad o la fácil condena, para entrar en el si
lencio ante el único Juez, nuestro Señor, que sostiene en su gracia nuestra común flaqueza, sin excepción. Más que nunca profeso con humildad que el ministerio re cibido es una realidad de gracia inmerecida. “Llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de noso tros” (2Cor 4,7). Nada puede apoyar nuestra soberbia o nuestra presunción de infalibilidad. Las faltas de uno son siempre, en diversa medida, las debilidades de todos. Siempre resuena en mi mente la frase a David: “Tú eres ese hombre” (2Sam 12,7).
Los medios de comunicación buscan la noticia llama tiva y la excitación de la voluble opinión pública. A noso tros nos corresponde la sabia aceptación de la naturaleza humana y la piadosa reforma de nuestras vidas, porque nuestra mirada frente a todas estas situaciones tiene que beneficiarse de la secular experiencia de la Iglesia frente a las caídas de sus hijos. Nada podemos mirar desde la barrera, pues en la comunidad cristiana todo nos per tenece, la gracia y el pecado, la bendición y el oprobio. Nadie puede presumir de ser su propio redentor.
Con el mayor respeto a la intimidad y la libertad de conciencia, a la buena fama y a los debidos procesos, pienso en mis hermanos sacerdotes que ya no ejerce rán. Siempre los pensaré y encontraré con la alegría del hermano y me sentiré solidario con su destino. Son y serán mis hermanos. Valoro lo que soy ahora y pido la misericordia para mis propios pecados. Y a pesar de las distancias y de la ajetreada existencia cotidiana del clero, siempre habrá una plegaria ante las diversas pruebas a las que hoy nos vemos sometidos como un solo cuerpo.
Soy del mismo barro y más frágil. F
Martín Gil, Pbro. Párroco en Santa Gema GalganiBalance del Nuevo Rumbo
La Vicaría de Evangelización se plan tea un nuevo reto: el balance del Nuevo Rumbo.
En primer lugar, ha hecho un ejercicio de memoria sobre los grandes propósitos planteados desde el inicio el Nuevo Rum bo y plantea una evaluación con el fin de hacer los ajustes necesarios para omitir aquello que haya obstaculizado la realiza ción del querer de Dios para nuestra Igle sia y, en cambio, fortalecer las actitudes que lo hayan favorecido y pronunciarse acerca de los correctivos que es necesario introducir en las estrategias y procedi mientos de la puesta en marcha del Plan de Evangelización.
Parte de este ejercicio fue la realización de un video para reconocer agradeci dos lo que Dios ha venido obrando en nuestra Iglesia y las llamadas que nos ha hecho en orden a la trasformación misionera de la Arquidiócesis.
De igual manera ha invitado a la comunidad arquidiocesana a participar en los grupos de evaluación del Nuevo Rumbo.
El video puede verse en el canal de YouTube de la arquidiócesis de Bogotá.
Equipo logístico para la Asamblea Arquidiocesana
La próxima Asamblea Arquidiocesana ya tiene su propio equipo logístico.
A través de diversas convocatorias se reunió un buen grupo de vo luntarios procedentes de parroquias, grupos juveniles y parroquia les, diaconado permanente, etc. para conformar el equipo de apoyo logístico con el fin de acompañar la próxima Asamblea.
La certificación para quienes tomaron los cursos la avala Logística 911 Producción de Eventos, por lo tanto, es una certificación que va más allá de la sola Asamblea y podrán prestar sus servicios en even
Notas arquidiocesanas
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 27Nuestros hermanos mayores
Teófilo Tobar, hermano, amigo, formador
Monseñor Teófilo ha vivido las experiencias más ricas que puede tener un presbítero: ha sido párroco, maestro, director del Famig, formó parte de la Unión Parroquial del Sur, estudió y vivió en París, bebió en las fuentes del Concilio Vaticano II, hace parte de la Comisión de la Formación Permanente del Clero, fue Vicario Episcopal de San Pedro y de la Inmaculada Concepción.
Monseñor Teófilo nació en Guatavita, en marzo de 1931, sus padres, Benito y Josefa, se trasladaron a Bogotá cuando monseñor Tobar era muy niño, y su entrada al seminario se demoró por ser muy joven. Sin embargo, al terminar sus estudios de Filosofía y Teología, el señor cardenal Crisanto Luque lo ordenó en el año 1957, en febrero. Así que tiene 62 años de ser presbítero.
Monseñor Teófilo es un hombre feliz, siempre recibe con los brazos abiertos y una gran sonrisa, así no sepa quién lo saluda. Es que mucha gente lo quiere, ya porque lo conoció en alguna parroquia, en el Famig, son sus vecinos o fueron alumnos.
Tiene fama de gran confesor, como lo atestiguan sus parroquianos de Santo Domingo Savio, su última parroquia, tal vez porque siendo un hombre culto y muy preparado, no ha dejado de ser cálido y sencillo, es una persona que inspira confianza. Su vida presbiteral podría ser inspiración para escribir un tramo de la historia arquidiocesana, pues vivió uno de
los momentos más recordados, como fue la atención pastoral de las parroquias nacientes en sur de Bogotá, conocida como la Unión Parroquial del Sur, hecho que marcó el rumbo pastoral de la Bogotá de los años 50 y 60. Estos padres vivieron juntos y estuvieron hombro a hombro con sus fieles en la construcción de una nueva ciudad. De allí nacieron varias parroquias de las que hoy se han desprendido casi la totalidad de las nuevas –y no tanto- de las Vicarías de San José, Espíritu Santo, Santa Isabel de Hungría y San Pablo. Como espíritu libre que se respete, su vida y sus actitudes no fueron bien entendidas algunas veces, su compromiso social y sus innovaciones educativas, por solo hacer referencia a dos de las muchas actividades de su amplia trayectoria, lo llevaron a hacer un alto en la arquidiócesis y viajar; incluso tuvo su parroquia en París, ¿qué más pedir?. Pero su corazón y su responsabilidad lo devolvieron a Bogotá. Su sensibilidad social hacía falta y el cardenal Pedro Rubiano le entregó
el Famig. Con la hermanas escalabrinianas logró consolidar la atención a los migrantes internos, dentro de uno de los episodios más dolorosos de nuestra historia, fueron más de cuatro millones de desplazados, por lo menos uno llegó a Bogotá y muchos de ellos encontraron la ayuda oportuna, la mano generosa o hombro para llorar y encontrar consuelo. Ahora, como presbítero emérito, hace parte de la Comisión Permanente para Formación del Clero y su ejemplo, sabiduría, su experiencia, anécdotas y hasta su sentido del humor hacen parte fundamental de las reuniones y acciones de esta comisión. F
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 29
Sistema Educativo de la A rquidiócesis de Bogotá
La cita ya está pactada. Cada año los jóvenes estudiantes del SEAB se dan cita para mostrar el trabajo que han preparado durante el año; en todos los frentes: música, danza, bandas, coros, afiches, pintura, caricatura… desarrollo del pensamiento, la cultura ciudadana, la crítica y el ensayo. Estos jóvenes sostienen importantes conversatorios y debates, escriben ensayos, publican en importantes revistas, sus escritos divinamente argumentados son indicio de su seguridad y de un sistema que favorece la formación, más allá de la simple información académica, que valga la pena mencionar, está siendo calificada, en casi todos los colegios como A+
Yo quiero a mi familia y la cuido
En el liceo Sara Zapata, uno de los más pequeños, que atiende sólo educa ción de básica primaria, se llevó a cabo un conversatorio entre padres de familia y estudiantes. Allí, se habló sobre el concepto de cuidado mutuo. Algunos de los padres invitados tienen niños con algún tipo de discapaci dad y explicaron cómo el Colegio ha sido un oasis que les permite el cuida do permanente y la motivación de los niños.
En el Sara Zapata no existen diferencias sino acercamientos y respeto. Los padres creen que el cuidado no es estar persiguiendo a los pequeños sino ayudarles y enseñarles a ser autónomos, para eso los preparan, no sólo en lo académico, sino como reza el lema del SEAB, los quieren prime ro excelentes seres humanos, lo demás vendrá por añadidura.
Los niños, que solo son de preescolar y básica primaria, se mostraron muy seguros de sí mismos y dieron testimonio de que esto es obra de sus padres y maestros a quienes llaman por igual familia, ya que son quienes les cui dan, fortalecen y enseñan.
Fraternidad estuvo presente y habló con algunos de los padres participan tes en el conversatorio, quienes sienten una gran seguridad al tener a sus hijos en este colegio, pues han visto cómo la institución también se ocupa de ellos y ayuda a resolver su vida y sus problemas:
“Yo traje a mis hijos acá porque, después de pasar una crisis económica y tener los niños en un colegio público, vine aquí y obviamente se ve la diferencia. Cuando yo vine aquí mi hijo era un niño súper hiperactivo, era un niño, digamos que no tenía como valores, y una cosa que yo busqué en el colegio es que le enseñaran valores, que le enseñaran a ser buen ser humano, porque eso es como mi meta a futuro: enseñarle a mis hijos a ser buenos seres humanos porque profesionales hay muchos, buenos seres humanos no” (Elvia Téllez).
Construyendo hoy la Colombia del mañana
Dentro del marco del VII Encuentro Interinstitucional de Derechos Hu manos en el Colegio Parroquial San Carlos, se llevó a cabo el foro final, después de haber trabajado diversos temas durante el año.
Para esta ocasión se invitaron como participantes a tres universidades: Monserrate, Santo Tomás y Gran Colombia, los diez y nueve colegios del SEAB, algunos distritales y privados, como los Liceos del Ejército; los asis tentes fueron más de trescientos. Las ponencias que se socializaron trata ron temas alrededor de Latinoamérica como espacio vital y el influjo de las políticas de paz o la migración venezolana en los demás países del área.
Temas como ética, ciencia y poder en Latinoamérica; medio ambiente latinoamericano y caribeño desglosados en mesas de trabajo y trabajos grupales alrededor de temáticas como la colonialidad del pensamiento en el ámbito escolar de Colombia; Alerta verde: progreso o destrucción; el reggaetón como medio de manipulación y consumismo en Puerto Rico y América Latina, y un largo e interesante etcétera.
El invitado para en foro fue el filósofo caleño Carlos Andrés Duque Acos ta, candidato al doctorado en la Universidad de Campinhas, Brasil. Luego de su disertación fue bombardeado por los estudiantes, algunos muy co nocedores del tema, con quienes debatió de tú a tú.
La exposición de Duque giró en torno al “buen vivir y vivir bien” desde la óp tica de los filósofos latinoamericanos, pero lo más llamativo y original, des de el conocimiento y relación de los pueblos indígenas con la “Madre Tierra”.
Las ponencias de los estudiantes serán publicadas en varias publicacio nes como Nuevas búsquedas, de la Monserrate y Ayni.
El profesor Edwin Ramírez fue el coordinador de toda esta muestra del pensamiento de los jóvenes del SEAB. F
El CLAB, en comunión y participación
El Consejo de Laicos de la Arqui diócesis de Bogotá-CLAB, tuvo su cuarto encuentro fraterno y de for mación en el auditorio María San tificadora.
La reunión congregó a más de 400 participantes, todos miembros de comunidades laicales y religio sas, grupos, asociaciones y congre gaciones, alegres y comprometidos con la misión evangelizadora. Fue un encuentro de comunión, re flexión y participación activa, bajo el tema central que fue la Santidad.
Esta reflexión se hizo en torno a la exhortación apostólica Gaude te et Exsultate, del papa Francisco, sobre la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo.
La santidad se basa en poder anunciar, llevar, fortalecernos y vi vir a Cristo en nuestra vida cotidia na: “La Iglesia necesita de muchos santos y santas. Debemos esforzar nos para conseguir la santidad. De bemos ser los santos de la puerta de al lado, la del vecino”, enfatizó mon señor Luis Manuel Alí, en torno a la exhortación Gaudete et Exsultate, en este encuentro laical. F
Notas arquidiocesanas
Fraternidad, una revista para el clero de la arquidiócesis de Bogotá - 31Notas arquidiocesanas Nos acompañamos de forma permanente
El Equipo de Animación de la Formación Permanente del Clero, que pertenece al Centro de Comunión y Partici pación, tiene entre sus propósitos el acompañar de manera integral a los sacerdotes desde su ordenación hasta su vejez.
Para empezar, podemos decir que los inicios de este equipo, que ha tenido varios nombres, se dan hacia el año 2005 ante la sensibilidad de que había que hacer algo para no dejar a los sacerdotes solos después de su ordenación y acompañarlos es su caminar por su vida pastoral, espiritual y emocional hasta la muerte. El proyecto se fue enrique ciendo e incluso se pensó en crear una vicaría para la for mación permanente del clero. Al ir tomando forma se creó, en el año 2007 una Comisión integrada por un sacerdote como coordinador, un miembro de cada una de las vicarías de entonces, un representante de los eméritos, de los reli giosos y de los jóvenes.
Los presbíteros integrantes de este equipo son: Edwin Vanegas, animador; monseñor Teófilo Tobar, por los sacerdotes eméritos; monseñor Darío Álvarez, VET Cristo Sacerdote; Edwin Romero, VET San Pablo; Fabio Sepúlveda, VET Inmaculada Concepción; Lucca Mani, por los presbíteros jóvenes; Mauricio Cuéllar, VET Espíritu Santo; Orlando Romero, VET San Pedro; Elkin Guevara, VET San José; Carlos Mario Charry, VET Santa Isabel de Hungría; Héctor Miguel Martínez, SDS, por los religiosos; Nelson Torres, formador del Seminario Mayor
Se buscó un sacerdote que tuviera cierta ascendencia sobre el presbiterado, que su vida fuera reconocida por su buena fama… se buscaba un perfil evocador de la vida sacerdotal.
Ahora se llama Equipo de Animación de la Formación Permanente, según el decreto.
Aunque los miembros de este equipo no sienten estar por una obligación, sienten sí solidaridad con sus herma nos sacerdotes. Creen que el primer formador es el sacer dote mismo, apoyado por el Espíritu. En su quehacer está el oír a los sacerdotes y sus problemáticas, irradiar y reci bir la luz del presbiterado.
Monseñor Teófilo Tobar, miembro desde el inicio en el año 2005, ha dicho que su experiencia en el presbiterado ha sido de felicidad, nunca se ha sentido aburrido o sin esperanza, pero que esto se debe a que le ha encontrado sentido a su vida: el sentir que lo que se hace es el bien; vivir como Cristo quiere y contar con quien hacerlo, es decir, el sacerdote y el laico; y una cosa muy importante, crear lazos de amistad.
Para el padre Nelson Torres el presbiterado es un estilo de vida para el cual hay que crear un ecosistema, sin el cual, esa vida se acaba; por lo tanto una de las labores de este grupo de sacerdotes es ayudar a la preservación del ecosistema para ayudar a los demás sacerdotes en su existencia. F