Apreciado lector:
Le invitamos a compartir sus opiniones, comentarios, aportes sobre este producto comunicativo arquidiocesano, a través del correo: fraternidad@arquibogota.org.co
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Editorial 2
Año Jubilar por el bicentenario de la consagración de la Catedral Primada de Bogotá 3
Inició la cuenta regresiva: Maratón 2022. ¡Porque la Fe es Acción! 17
Carrera 7ª No. 10 – 20 Tel.: (+57) 601350 55 11 Ext.: 1096
Revista de la O�cina Arquidiocesana de Comunicaciones
Año 5 No. 24 Issn: 2619-6352
Con autorización del arzobispo de Bogotá
DIRECTOR
Rafael De Brigard Merchán, Pbro. Correo electrónico: comunicaciones@arquibogota.org.co
EDICIÓN Y FOTOGRAFÍA
O�cina Arquidiocesana de Comunicaciones Colaboradores: Diana Álvarez, Doris Hernández y Nicolás Ruiz
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Juanita Isaza juanaisaza@gmail.com
Johan Mendoza comunicacionesgra�co@arquibogota.org.co
IMPRESIÓN
Printer Colombiana
Distribución gratuita
Derechos reservados de la O�cina Arquidiocesana de Comunicaciones
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Arquidiócesis de Bogotá en alianza con la Fundación Domus Colombia inaugura hogar para ancianos 33
IV Encuentro Arquidiocesano de Evangelización de la Familia 34 Columnistas
Otro horizonte Pbro. Tadeo Albarracín 11
Desde la Cancillería 35
Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús
“Corazón de la Iglesia de Bogotá”
“La Iglesia Primada de una Diócesis es siempre signo de la maternidad de la Iglesia, que nos acoge con brazos abiertos”
“Una valiosa experiencia pastoral”
El templo fue consagrado y dedicado a Santa Teresita el 5 de octubre de 1958, por monseñor Emilio De Brigard.
Se ha convertido en centro de fe, espiritualidad y formación en medio de uno de los principales sectores industriales y comerciales de Bogotá.
Coordinación arquidiocesana Evangelización en el mundo penitenciario
Los desafíos pastorales que plantea el suicidio médicamente asistido
Padre Rafael Darío Montes q.e.p.d
Por las Vicarías VET Padre Misericordioso VET Espíritu Santo
Santa Teresita del Niño Jesús
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis
Bogotá
Monseñor Pedro Manuel Salamanca, nuevo obispo de Facatativá Detrás Pastor EncuentrosEspecialmente alegres y fraternales resultaron las recientes asambleas del presbiterio de la Arquidiócesis de Bogotá realizadas en Girardot. Por una parte, el clero sintió la alegría del encuentro después de las épocas más duras de la pandemia Covid 19. Por otra, el tema propuesto: reconocer los frutos del trabajo pastoral, llenó de optimismo y fortaleció en todo sentido a los participantes.
Se renovó el sentido de fraternidad sacerdotal, se hizo aún más palpable que todos los obispos y sacerdotes, que realizan su misión en esta Arquidiócesis, están empeñados en la misma tarea de llevar el Evangelio a todas las gentes, santificarlas con la administración de los sacramentos, unirlas en la oración y hacerlas vivas en la caridad. Esto último resulta especialmente interesante. Dondequiera se encuentre un sacerdote de esta iglesia particular, bien sea en el sector rural, en las zonas residenciales o en las dedicadas al comercio y a la industria, en las capellanías de colegios, universidades, cárceles u hospitales, la claridad en la misión es absoluta y constante.
Puede sonar a veces hasta monótono, pero en realidad esa es la misión: anunciar, santificar, orar, promover la caridad. Y cada sacerdote dejó ver cómo en cada lugar hay un modo preciso de hacerlo, sin que por ello se nieguen las dificultades y obstáculos que a veces se presentan.
Para Bogotá es una muy buena noticia el encontrar a sus sacerdotes en su misión específica, con sencillez, dedicación, constancia.
Desde luego que, dadas las circunstancias actuales de la ciudad y de los municipios vecinos, es decir, la forma como transcurre la vida de hoy, la cultura imperante, los evangelizadores deben preguntarse una y otra vez cuál será la mejor manera de seguir haciendo la misión para que la cosecha crezca aún más.
La pandemia abrió con fuerza el trabajo a través de las redes sociales y los logros son notables en este campo. Podría decirse que la pastoral de modo virtual llegó para quedarse y hacer parte de las herramientas que tiene la Iglesia para llegar con el Evangelio a todas las personas.
Pero, si bien esta es una herramienta muy útil e imprescindible, la Iglesia sigue siendo asamblea, congregación, encuentro, caminar juntos. Y hacia eso hay que seguir dirigiendo todos los esfuerzos
Hoy en día, como lo manifiesta un párroco en esta edición de Fraternidad, en muchos lugares nuestras congregaciones han perdido personas y ya no son tan grandes como lo eran antes de la pandemia.
Quizás se va viendo en el horizonte lo apropiado de las pequeñas comunidades de vida cristiana como ámbito en el cual es posible hacer una evan gelización más profunda y continua, que marque realmente la vida de las personas. Para el evangelizador esto le implica mayor esfuerzo y le exige desplegar toda su fuerza e ingenio para que no deje de ser una tarea amplia que también congregue números importantes de personas.
Lo virtual, las pequeñas comunidades y otras iniciativas “nuevas” deben ser planteadas para que la cosecha, los frutos, del trabajo evangelizador nunca disminuyan, sino que, más bien, crezcan de forma notoria.
Como lo enseña el Evangelio, hay que saber sacar de la amplia experiencia misionera de la Arquidiócesis de Bogotá aquellos elementos que siempre le han permitido cumplir su misión a cabalidad y, quizás, con sabiduría, dejar atrás ciertas formas y modos que ya no atraen a las personas.
De igual manera, nunca debe faltar la creatividad pastoral que permita, no solo hacer presencia, sino, sobre todo, anunciar, a tiempo y a destiempo, a Jesucristo, Salvador y Redentor del mundo. Nos alegra, pues, la cosecha recogida hasta hora por todo el clero y los evangelizadores, a la vez que nos preguntamos cómo seguir realizando esta tarea en los tiempos que corren, no menos complejos que los descritos por los Hechos de los Apóstoles, pero que ellos convirtieron en tierra fértil para evangelizar.
Monseñor Rafael De Brigard Merchán Director‘Catedral de Bogotá, epicentro de la evangelización y la cultura’, es el lema que acompaña esta celebración, que inició el 17 de abril, tras la lectura del decreto de la Penitenciaría Apostólica, dado en Roma el 26 de febrero 2022, por parte del padre Jorge Marín, párroco de la Catedral.
Es un año de gozo y gratitud por los frutos pastorales, sociales y de evangelización en esta zona del territorio nacional.
También, un tiempo de perdón y encuentro con el amor misericordioso de Dios Padre, a través de la Indul gencia Plenaria, explicó el sacerdote al recordar las habituales condiciones para acceder a la indulgencia:
“La caridad, la confesión sacra mental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del romano pontífice, que pueden igual mente aplicarse a modo de sufragio por las almas del purgatorio, asistien do a la Catedral en peregrinación y cumpliendo devotamente los ritos jubilares; concediendo un tiempo conveniente a la meditación y con cluyendo con la oración dominical en símbolo de fe; y la invocación de la bienaventurada virgen María.
Los ancianos y los enfermos, que por una causa grave no puedan asis tir a la Catedral, pueden obtener la in dulgencia a través del arrepentimiento de sus pecados, del cumplimiento de las condiciones anteriormente dichas y la adhesión espiritual a las celebra ciones jubilares, ofreciendo a Dios misericordioso sus propios dolores e incomodidades”.
Para un fácil acceso al ministerio de la reconciliación, a través de las llaves de la Iglesia y en razón de la caridad pastoral, la Penitenciaría ruega al penitenciario diocesano, al clero de la Catedral, a los sacerdotes provis tos de facultades que, con ánimo
generoso y pronto, se dispongan a oír confesiones.
Como parte de las celebraciones por el Año Jubilar, que finaliza el 17 de abril 2023, el padre Marín, presentó esta obra musical, que recoge obras de seis siglos, interpretadas con el Órgano de la Catedral, compuestas para esta iglesia, como son: El Magní ficat de Gutierre Fernández Hidalgo, del siglo XVI; y las improvisaciones del maestro Juan de la Rubia, siglo XXI, organista de la Sagrada Familia de Barcelona – España.
El sacerdote explicó que esta es “la primera grabación de este tipo en el país – región, y hace parte de las cele braciones por el bicentenario, siendo iniciativa de Mario Fernando López, del Órgano de la Catedral”.
Agregó que, “se conformó un equi po multidisciplinario internacional compuesto por: Catedral Primada, Mario Fernando López Bogotá; ingeniero sonido Dinamarca; AMC Sue cia; diseños Noruega; traducción Reino Unido; fabricante Latvia, desde donde llegaron los CD; entre otros. Se logró un acuerdo con la disquera AMC Classics de Suecia y sus canales de distribución internacional”.
La historia de la Catedral Primada de Bogotá – San Pedro, se remonta a la fundación de Bogotá, el 6 de agosto de 1538, cuando Fray Domingo de las Ca sas, celebró en este lugar la primera misa oficial. Posteriormente, y lue go de tres reconstrucciones, en el año 1807, inició la edificación actual del templo, diseñado por Fray Domingo de Petrés, la cual fue consagrada el 19 de julio de 1823.
Ha sido referente de pastoral y acción solidaria; así como epicentro de arte y cultura.
Personajes ilustres han visitado este templo, entre ellos, tres pontífices, dos de estos santos: San Pablo VI, San Juan Pablo II. En el 2017, el papa Francisco.
Además, ha contado con un invaluable acompañamiento de sacerdotes, comunidades religiosas y fieles laicos.
Conozcamos algunas experiencias de este caminar en la fe, de la mano de quienes han sido párrocos en este templo madre.
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de Bogotá -
Vista de la nave central hacia el presbiterio.
*Por: Monseñor Álvaro Tiberio Vidales Bedoya.
Con inmensa alegría compartimos la celebración del Año Jubilar, con motivo del Bicentenario de nuestra Catedral.
Tuve la dicha de servirla, como párroco, durante dos años y medio, de mayo de 2016 a diciembre de 2018.
Recibí el legado de insignes hermanos en el sacerdocio: monseñor Juan Miguel Huertas Escallón, quien amó profundamente la Catedral y a quien debemos su bella restauración; el padre Astolfo Ricardo Moreno Sala manca, quien dinamizó su vida pastoral.
Capilla de Nuestra Señora del TopoVisita a Colombia del papa Francisco, en septiembre de 2017.
Mi servicio se caracterizó por una actitud permanen te de acogida, de escucha, de disponibilidad, dado que son múltiples las solicitudes de atención, en el orden de las celebraciones litúrgicas; de los eventos culturales; las visitas guiadas; las investigaciones en el archivo histórico, artístico y musical.
Me correspondió recibir la restauración del Órgano, verdadera joya de la Catedral, tarea adelantada con gran diligencia durante el servicio pastoral de monseñor Jorge Alberto Ayala López.
Inmediatamente se sucedieron numerosos conciertos, con la participación de maestros como Juan de la Rubia y cuantos acudieron invitados, a lo largo de año y medio, al ciclo en homenaje a Juan Sebastián Bach, todo gracias al auspicio del Ministerio de Cultura y con la asesoría de monseñor Mauro Serrano Díaz, canónigo, maestro de Capilla.
Por bondad de Dios, acogí como párroco, al santo pa dre Francisco, en su visita a la Catedral, el jueves 7 de septiembre de 2017, como peregrino de paz y de espe ranza, para orar ante el lienzo de la Patrona de Colom bia, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, y para
saludar a los enfermos que allí se congregaron para reci bir su palabra de consuelo y su bendición.
Me acompañaron mis hermanos del capítulo Cate dralicio, el actual Deán, José Orlando Cruz Báez, Mauro Serrano Díaz, Jorge Alberto Ayala López, Carlos Arturo Leal Barrera, Rodrigo Sánchez García, Sergio Raúl Pu lido Gutiérrez; y los ya llamados a la Casa del Padre: Juan Miguel Huertas Escallón y Pedro Vicente Rueda Alvarado.
Como canónigo, he sido el encargado del culto a Nuestra Señora del Carmen y a Nuestra Señora del Topo -patrona del Capítulo-, brindando toda mi de dicación al proceso de la celebración y al brillo de las ce remonias, respaldando así a las señoras Carmen López de Díez y Teresita Posada de Rueda, celosas animadoras de las festividades.
Desde Santa María Goretti, en donde sirvo como párroco actualmente, los invito a visitar la Catedral, testigo de las alegrías y esperanzas, de las tristezas y angustias de la ciudad y de Colombia, a lo largo de los últimos 200 años.
Ciclo de conciertos en homenaje a Juan Sebastián Bach, tras restauración del Órgano de la Catedral unaTienda de la Catedral, ubicada al interior del templo, margen derecho, próxima a la entrada principal.
Afirmó el padre Astolfo Ricardo Moreno Salamanca, al recordar su experiencia pastoral en la Catedral Primada de Bogotá, entre 2005 y 2011.
Al dar una mirada, en el marco de la conmemoración de los 200 años de la catedral, el sacerdote manifestó gratitud ante la posibilidad de haber acompañado a esta comunidad inserta en el corazón de la capital colom biana, en un contexto multiforme, de grandes desafíos sociales y de evangelización.
“Recuerdo que el cardenal Pedro Rubiano, quien en su momento era el arzobispo, me dijo que había dos desa fíos: uno material: construir la casa cural y el segundo: darle vida pastoral a la Catedral”.
Con esta consigna el padre Astolfo inició su caminar pastoral, del que destaca: la construcción de la casa cural; la tienda de la Catedral; las visitas guiadas; el acompa ñamiento espiritual y pastoral; el fortalecimiento de los grupos pastorales, la catequesis y la vida sacramental; la vida litúrgica; las iniciativas sociales en beneficio de po blación vulnerable; y la dinámica cultural, que se impulsó en articulación con las autoridades locales.
“La Iglesia Primada de una Diócesis es siempre signo de la maternidad de la Iglesia, que nos acoge con brazos abiertos”Padre Astolfo Ricardo Moreno Salamanca
Llevando solidaridad y fraternidad a los más necesitados, en el centro de la ciudad.
‘El Caldo’, una obra pastoral impulsada por el padre Astolfo que se mantiene vigente desde hace 15 años.
“Es muy gratificante ver una iglesia de puertas abier tas, que la Catedral no es ni un museo ni solamente un edificio solemne, sino que acoge a todos como una ver dadera madre, camina con ellos en la fe, y los instruye en lo que contiene de historia, de patrimonio”.
Una de las grandes iniciativas, que después de más de 15 años perdura, es ‘El Caldo’, acción en beneficio de pobla ción habitante de la calle, liderada por jóvenes, quienes, vi viendo su fe en comunidad y acción, brindan un momento de acogida y solidaridad a los más necesitados.
“Esta es una ocasión para visitar nuestra Catedral, para conocerla y para recibir la indulgencia, que la Iglesia, a través de la peregrinación está ofreciendo con ocasión de este bicentenario, que recoge nuestra tradición católica y nos proyecta a anunciar el Evangelio en el tiempo que vivimos”.
Actualmente, el padre Astolfo Moreno es párroco en Jesucristo Redentor, en el barrio Mazurén, y presidente de la Fundación Pontificia ‘Ayuda a la Iglesia que Sufre’.
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis BogotáSu arquitectura neoclásica, monumento nacional, es el símbolo de la fe católica del pueblo de Dios peregrinante en nuestra gran ciudad capital y en nuestro país. En este tiempo estamos viviendo un Año Jubilar que conme mora su consagración, con ocasión de la reconstrucción diseñada por el capuchino Fray Domingo de Petrés y concluida por su discípulo Nicolás León.
Por bondad de Dios y deseo del señor cardenal Rubén Salazar Gómez fui nombrado párroco en la Ca tedral, oficio que desempeñé desde julio de 2011 hasta el año 2015.
En desarrollo de mi ministerio como párroco se cosecharon numerosos logros pastorales y se alcanzaron ricas y variadas experiencias. En este escrito compartiré algunos significativos, pues las tareas parroquiales en la Catedral se adelantaron de muy diversas formas.
Para iniciar, quiero anotar que este sector de la ciu dad, muy complejo, por cierto, se asume como un ver dadero desafío evangelizador, dadas sus condiciones sociológicas heterogéneas.
Asiento de los poderes del estado colombiano, nacio nal y local, el exuberante comercio, la multiplicidad de ofertas culturales de música y expresiones artísticas, la tradición de antiguas épocas y, en la actualidad, con una población proveniente de muchas partes, en constante movilidad y de paso, hacen difícil, pero al mismo tiempo muy interesante, el ejercicio pastoral, constituyendo un marco de trabajo en continua búsqueda de novedosas formas ante los permanentes cambios y, sobre todo, frente a la indiferencia religiosa de personas capitalinas y de quienes provienen de distintos lugares del país, como también de extranjeros que visitan la ciudad.
En este acompañamiento pastoral fue fundamental la acogida y el continuo diálogo con los residentes, tran seúntes y peregrinos.
Las homilías de quienes presidían en la Catedral eran preparadas cuidadosamente para incrementar la fe per sonal y el compromiso en la formación de discípulos más conscientes de su condición de bautizados.
Monseñor Jorge Alberto Ayala López Fachada de la Catedral reformada por el arquitecto Alfredo Rodriguez O., entre 1943 y 1948.Como prolongación de las actividades espirituales, en la Capilla del Sagrario se continuó el fortalecimiento de la oración Eucarística abierta a todos los fieles.
Un reto evangelizador fue la Semana Santa que, tanto por medio de boletines escritos y catequesis en el templo, como con la preparación de las ceremonias, pretendía despertar la fe incipiente para fortalecerla en las multi tudes que participaban en la liturgia y en las procesiones por las calles, no sólo del Viacrucis, sino también del Santo Sepulcro y del Señor Resucitado.
Con la valiosa colaboración de las religiosas Hijas de la Iglesia, que atienden la hermosa Capilla del Sagra rio, se proporcionaron las catequesis de adultos para la celebración del sacramento de la Confirmación. Fue una experiencia alentadora y eficaz.
De igual forma, con un excelente equipo de matrimo nios, se impartía la preparación para los novios que ini ciarían su vida de esposos, con el propósito de conformar un hogar bendecido por Dios.
Los niños fueron iniciados en el conocimiento de Dios para que pudieran recibir la primera confesión y la primera comunión. Catequesis éstas en la que también participaron los padres de familia.
El movimiento neocatecumenal, presente en la parro quia, profundizó semanalmente sus compromisos de fe y caridad con la evangelización y la catequesis bajo la guía del párroco.
La Catedral Primada, también, se destacó como expresión de caridad con las personas habitantes de calle, siendo ejemplo vivo de la dimensión caritativa del mensaje salvador del Señor, proporcionándoles a esos hermanos un plato de comida caliente, actividad que se denominó “El Caldo”.
En las instalaciones de la casa cural un grupo de laicos jóvenes, profesionales comprometidos con los pobres, preparaban este alimento, que luego lo servían a los in digentes con profunda bondad y cariño.
Adicionalmente, algunas familias muy pobres de los barrios circunvecinos a la Catedral eran auxiliadas con bolsas de productos de primera necesidad para contri buir a solventar su escaso sustento diario.
A mediados del año 2015 tuvo lugar la visita a la Cate dral Primada de la reliquia de San Juan Pablo II, traída desde Roma por monseñor Slawomir Oder.
Una obra de especial importancia, que se llevó a cabo con toda responsabilidad y dedicación, fue la restaura ción y ampliación del órgano tubular de la Catedral. Cabe señalar que era necesaria su restauración pues, siendo un órgano Amezúa de 1891, aunque, había sido intervenido en varias ocasiones, merecía ser actualizado y modernizado.
La empresa Binder-Grenzing desarrolló su obra de organería montando en una de las capillas de la Catedral un taller especializado y completo que proporcionaba todos los elementos necesarios para realizar su trabajo a la perfección.
En la realización de este proyecto, eficazmente pla neado por la empresa alemana-española, intervinieron distintos especialistas que ejecutaron su labor específica con dedicación y mística.
Esta magnífica obra se llevó a feliz término con la va liosa colaboración del Ministerio de Cultura, el Fondo Nacional de Turismo (Fontur) y la Arquidiócesis de Bogotá.
Por otra parte, se fundó la Schola Cantorum de la Catedral con un grupo de niños y niñas, rigurosamente
La reliquia de San Juan Pablo II, empotrada en un relicario en forma de Biblia, portaba un mensaje de paz y de reconciliación. Órgano tubular restaurado. Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de Bogotá - 9seleccionados bajo la dirección y acompañamiento for mativo, en sus inicios, del maestro Alejandro Zuleta y, luego, de la maestra Bárbara De Marttis. Esta estupenda tarea es hoy una realidad que continúa formando, con una sólida pedagogía musical y vocal, a muchos niños y pre-adolescentes de la ciudad. Es un aporte invaluable que embellece la liturgia catedralicia y engrandece la eje cución de la música sagrada.
En muchas ocasiones la Catedral fue un recinto pro picio para realizar conciertos de música sacra, abierto a toda la ciudad, ejecutados por agrupaciones destacadas en este género de interpretaciones.
La presencia de agrupaciones de renombre fue un gran aporte a la cultura de la ciudad y una gran oportunidad para escuchar distintos grupos vocales e instrumentales, entre los que se destacan la Sociedad Coral Santa Cecilia y la Fundación Nacional Batuta, que fueron el deleite y admiración para los numerosos asistentes a las presentaciones por sus soberbias interpretaciones de música religiosa.
En las navidades se construyó, en ocasiones, el pesebre de la Catedral en el exterior del templo, como parte del ornato general, que, para la época decembrina, programa la Plaza de Bolívar.
En noviembre del año 2012 fui llamado a integrar el Capítulo Metropolitano de la Catedral, junto con ocho sacerdotes más, designación hecha por el señor cardenal Rubén Salazar Gómez, quien presidió la ceremonia de in vestidura en la Capilla del Topo de la Catedral Primada.
Durante mi ejercicio pastoral en la Catedral me des empeñé como canónigo penitenciario, misión que me ha llenado de inmensa alegría ministerial, en especial, por
tener la oportunidad de reconciliar a muchos penitentes de casos especiales.
Este ministerio me fortaleció la vocación sacerdotal y me llenó el corazón de pastor con una especial compren sión y compasión para con los penitentes arrepentidos de sus culpas, que se acercaban al sacramento con el fin de volver sus pasos a Dios, experimentando la misericordia y el perdón del Señor.
Recordar en este año jubilar la consagración de la Catedral Primada es una oportunidad para reconocer y afirmar que es el símbolo de la fe de los católicos de Colombia.
Este templo, ubicado en el centro de la ciudad capital y del país, es testigo excepcional de las plegarias eleva das a Dios con ocasión de tan variados acontecimientos ocurridos en los dos últimos siglos de nuestra historia nacional.
Vale la pena apreciar con especial cariño a nuestra Catedral Primada, visitarla, conocerla de cerca y conser varla con admiración, como un signo de nuestra adhesión a Jesucristo y de amor a la Santísima Virgen Inmaculada, bajo cuyo patrocinio fue dedicada.
Grupo de niños y niñas de la Schola Cantorum de la Catedral Religiosas Hijas de la Iglesia, dedicadas a la atención de la Capilla del Sagrario.En el mundo, cada vez más indiferente ante el Evangelio, los ministros ordenados estamos expuestos a la tentación de quedarnos con el consuelo de ‘hacer presencia’. Los llamados medios y las redes nos atraen para opinar sobre lo divino y humano; como lo primero poco eco tiene, entonces más sobre lo segundo.
Caí. Confieso que caí ante el estímulo de sentirme útil y atendí a la invitación para asistir a lo que me dijeron era la ben dición de una casa en el territorio de la parroquia. Cumplida la hora me apersoné en el lugar. Era la casa de una sede electoral que las campañas políticas alquilan en este vecindario.
Pero el tiempo de los congresistas no viene con tanta prisa como el de los electores, así que sentarse a esperar al ‘doctor’ para bendecir el local y así las cosas de la campaña las lleve Dios. Esta espera me devolvió a la realidad de sentir que en las reuniones sociales en las que las invitadas llevan traje de fiesta los curas somos un encarte; en esos casos el resguardo suele ser el grupo de algunas señoras piadosas que le puedan mantener una conversación conveniente al sacerdote. Pues allí me asiló el amable anfitrión, mientras llega el doctor «que tarda unos minutos debido a los problemas de movi lidad de la ciudad».
Como si se tratara de una página selecta del Martirologio las damas comienzan a exponer sus vivencias espirituales y testimonios de los grupos a los que asisten. Una de ellas comparte que, en lo referente a Dios, ella solo bendiciones: «Diosito se ha portado muy bien conmigo, una larga rela ción de pareja en matrimonio por la Iglesia; un apartamento dúplex en un sector exclusivo de la ciudad. Una casita para los fines de semana en la vereda de un pueblito de la Sabana. La hija mayor haciendo una especialización en Alemania, el hijo menor terminando las materias de pregrado en Los Andes. Yo, con mi Diosito solo bendiciones. Él se ha portado muy bien conmigo».
Yo aún no me aclaro si inspirado por un buen o por un mal espíritu le contrasté: «Y la empleada por días que viene a ‘colaborarle’ en los asuntos de casa, que se tuvo que levan tar a las cuatro de la mañana, a fin de dejarles preparado el almuerzo al ‘padre de sus hijos’ y a los niños y luego servirles el desayuno, para luego atravesar la ciudad en dos horas de transporte público y hacia las cuatro de la tarde, cuando ter mina su horario de trabajo, regresar al barrio donde vive al cabo de otras dos horas de trancón… ¿A ella Dios no la ha bendecido?».
La descristianización es un trance que nos tiene que hacer mirar la función del Dios de la revelación cristiana en la so ciedad del bienestar y como consecuencia lo que se entiende por fe.
Testimonios como el de la tertuliana del improvisado grupo de gente de Iglesia hacen pensar que estamos más cerca de una religión natural con sus prácticas rituales que del seguimiento del Evangelio, como si nuestras propuestas devocionales no lograran despegarse de una arcaica doctri na de la retribución que los biblistas aprecian como criterio para datar la antigüedad de las tradiciones veterotestamen tarias. Cuando la cristiandad está de salida hay una buena presencia de apologética de la fe en los nuevos areópagos —así se suele nombrar a las redes sociales— y a quienes pro ponen que la salvación es la obra que Dios está realizando en la historia de las comunidades y en la historia personal de cada ser humano se los aproxima a teologías marxistas.
En tiempos en los que la religión y las formas de sociedad coincidían, probablemente, era válido exponer la fe como una conexión con Dios para tener éxito en aquel mundo que todo lo explicaba desde Dios, pero cuando la ciencia y la técnica van desacralizando el mundo no podemos seguir in sistiendo en el ideal cristiano de tener éxito en una realidad que en muchos casos es atea y por consiguiente deshumani zadora. No es suficiente con ‘hacer presencia’ para tratar de impregnar con lo sagrado realidades en las que Dios no es verdaderamente importante.
No estamos diciendo nada que no sepamos, ya las conclu siones del sínodo arquidiocesano de los años 90 afirmaban que el Evangelio no está dando forma a la Iglesia ni a la vida de los católicos en Bogotá, y lo ratifica el genial párrafo del problema focal al decir que el Pueblo de Dios que conforma nuestra iglesia arquidiocesana «muestra una débil adhesión a la persona de Jesucristo y a su proyecto del Reino que le impide leer e interpretar los signos de la presencia salvadora de Dios» (Documento 6).
En la medida en que nos vayamos liberando del ideal de cris tiandad, estaremos desatados para centrar nuestro trabajo en valorar el valor de la historia de cada persona y allí mismo lle varla a descubrir la presencia de Dios. Esto quiere decir ahondar en el misterio de la Encarnación que nos permite comprender que Jesucristo pone en lo humano, que hay en cada uno de no sotros, el inicio del camino hacia la comunión total en el amor con el Padre, verdadero horizonte de la fe cristiana.
La descristianización es un trance que nos tiene que hacer mirar la función del Dios de la revelación cristiana en la sociedad del bienestar y como consecuencia lo que se entiende por feFraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis Bogotá
Durante la jornada, realizada por grupos de vicarías, se hizo especial énfasis en la valoración de los frutos pastorales y de la acción evangelizadora en los últimos 10 años.
Bajo la dinámica de reconocer y recoger los frutos; compartir y gustar de estos; y reconocer el terreno para la nueva siembra, los sacerdotes recorrieron las huellas de la acción y compromiso de la Iglesia local, y del testimonio de fe de consagrados y laicos comprometidos con la misión de llevar el Evangelio a todos los rincones, ser presencia de Dios misericordioso y apoyar la transfor mación de la sociedad.
El lema escogido en esta ocasión fue ¡La cosecha es cierta!, que enmarca la exhortación del papa Francisco a ser una Iglesia en comunión, participación y misión, capaz de reconocer sus frutos y desafíos, de proyectarse y continuar caminando juntos.
“A veces la crisis social, eclesial, no nos permite reconocer que en medio de estas realidades nuestro Señor ha sido fiel sosteniéndonos; y una manera de valorar es identificar y agradecer los frutos (…) Por ello, parte de estos encuen tros consiste en poner en común y buscar juntos nuevas respuestas frente a los desafíos que la realidad compleja de la ciudad nos presenta”, explicó monseñor Germán Medina, obispo auxiliar y vicario de evangelización de la Arquidióce sis.
Finalmente, se refirió al planteamiento pastoral de este año, en el que se avanzó en el proceso de escucha. Señaló que, tras los encuentros vicariales, se desarrollarán ejercicios de evaluación en las parroquias y se tendrá el momento de discernimiento y oración para trazar los próximos pasos, en un horizonte de
Después de dos años de pandemia, el presbiterio arquidiocesano participó en un espacio de compartir fraterno, oración, diálogo, reflexión y proyección pastoral
Tras la elección de la nueva directiva del episcopado colombiano, monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, junto al vicepresidente y arzobispo de Popayán, Omar Alberto Sánchez Cubillos; y el secretario general, Luis Manuel Alí Herrera, fueron recibidos en audiencia por el santo padre.
Durante el encuentro, desarrollado a finales de marzo, se habló sobre los desafíos y proyección de la Iglesia en Colombia, el proceso sinodal; y se abordaron distintas realidades sociales que afronta esta población como: la pobreza e inequidad, la violencia, el narcotráfico, la insurgencia.
También, se refirieron a los esfuerzos por la reconciliación y la paz y a los retos en este año de cambio de gobierno.
Los obispos destacaron la capacidad de escucha de Francisco durante la reunión y aseguraron que el pontífice tendrá en cuenta todo lo conversado cuando se refiera a Colombia en alguna situación.
En un ambiente de alegría, compartir fraterno y oración, alrededor de 600 jóvenes se encontraron en los muni cipios de Choachí, Chipaque y en el Seminario Mayor de Bogotá, para celebrar, en espíritu sinodal, la expe riencia de Cristo resucitado.
En desarrollo de la jornada, orga nizada por la Pastoral Vocacional y Puente J, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá afirmó que “la Arquidiócesis está muy cerca de los jóvenes; ellos son un signo de esperanza, son amados por el Señor Jesús y son llamados”.
Recordó que “lo mejor que le puede pasar en la vida a un joven es que en su juventud conozca y entable una relación de amistad con Cristo Jesús”.
A su turno, el padre Andrés Pérez, coordinador arquidiocesano para la evangelización de la juventud se refirió al reto misionero de salir al encuentro de los jóvenes, propiciar su cercanía con Jesús y animar la respuesta generosa y confiada a su llamado. Señaló que la Iglesia está comprometida con esta misión.
Finalmente, los participantes mani festaron alegría por “poder compartir su fe” y fortalecerla caminando juntos. Hicieron un llamado a quienes siente inquietud vocacional: “No tengan miedo a decirle sí al Señor, a apos tarle a la santidad, a esa búsqueda de lo que nos hace plenamente felices”, afirmó María Cristina Cano, perte neciente a la Comunidad Franciscana de María Inmaculada.
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de BogotáLa acústica dentro de los templos es compleja. Esto sucede debido a los elevados tiempos de reverberación dentro de los recintos, ya que al momento de su construcción no se tienen en cuenta las correcciones que se deben realizar para ofrecer un confort acústico dentro de las instalaciones.
Ignacio Ángel, fundador del grupo One y la marca Audionics, se ha desempeñado como ingeniero electrónico especiali zado en acústica. Su trayectoria de más de 22 años en el sector del audio le permitió crear un departamento para la solución acústica de las iglesias.
En el año 2012, el grupo One y la marca Audionics conforman el departamento para la asesoría, diseño e implementación de sistemas electro-acústicos (sistemas de audio combinado con la acústica) enfocado en la corrección auditiva de los templos. Con el objetivo de brindar soluciones sólidas para la correcta reproducción de la palabra dentro de los templos de la mano del equipo I+D (investigación + desarrollo).
Durante años, se han desarrollado sistemas de altavoz que ofrecen un nivel de inteligi bilidad de la palabra, superior al 92% en espacios acústicamente complejos.
Han sido 10 años de trabajo en los que hemos cosechado importantes logros, entre ellos, la asesoría y servicio a 52 iglesias, todos casos exitosos: La Catedral Primada de Bogotá, Catedral Basílica Metropolitana Santiago de Tunja, Parro quia de Santa Marta, Basílica de Nuestra Señora de Lourdes, Parroquia del Espíritu Santo, entre otras.
“Nosotrospodemoshacermilagroscongenerosidad”
Papa Francisco
En su segunda versión, la jornada de solidaridad en apoyo a las obras socia les y de evangelización de la Arquidiócesis se extenderá por tres días.
17,18 y 19 de noviembre son los días elegidos para reunir a la comunidad católica, anunciar la labor de la Iglesia con alegría y esperanza e invitar a todas las personas a ayudar y participar a través de su solidaridad y generosidad.
Se contará con una transmisión permanente a través del canal aliado Telea miga y las redes sociales institucionales.
Gracias a la colaboración y generosidad de miles de personas, con los frutos de la en la primera Maratón, durante el 2021, se logró:
Impactar a miles de personas que necesitaron de nuestra mano amiga, entre ellos, más de 860 migrantes;
Contribuir para que 50 sacerdotes eméritos gozaran del pago de su salud y otros auxilios;
Apoyar la construcción de 24 parroquias en la Arquidiócesis de Bogotá;
Compartir más de 2.600 desayunos con habitantes de calle, vendedores in formales y mujeres en condición de prostitución;
Entregar 3.280 kits de aseo personal, en los barrios de Las Cruces, Santa Librada, San Bernardo y en el municipio de Facatativá.
¡Esteaño,contamoscontigoparaseguirayudando!
Informes: www.accionyparticipacion.org
Monseñor Pedro tomó posesión canónica el 16 de junio 2022, en una solemne eucaristía, marcada por la alegría de una comunidad que viene fortaleciéndose en la fe.
Posesión Canónica de monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla, el 16 de junio 2022.
Tras diez meses de acompañamiento como administrador apostólico en la Diócesis de Facatativá, servicio que alternó con su rol de obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Pedro Salamanca recibió la noticia de su nombramiento el 2 1 de abril del año en curso.
“Recibí este servicio con alegría, me apoyaría en la frase de monseñor Gabriel Romero, quien también fue obispo auxiliar de Bogotá y luego obispo de Facatativá, él decía que mientras había sido auxiliar era el amigo del novio, cuando llegó a ser titular se convirtió en el esposo de esa Iglesia”, afirmó.
El obispo, también, se refirió a su camino pastoral en estos 36 años de servicio a la Iglesia católica y a los desafíos y expectativas en su primera diócesis.
(MRDB): Monseñor, usted ha ser vido a la Arquidiócesis de Bogotá por 36 años, ¿cuáles cargos ocupó en este tiempo?
(MPMS): Recién ordenado fui vicario parroquial en la parroquia del barrio Olaya, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro; después, fui pá rroco en el barrio Diana Turbay; luego, presté mi primer servicio como formador en el Seminario, en cargado del año propedéutico; luego, adelanté los estudios de licenciatura en Teología. A mi regreso permanecí
8 años en el Seminario; después fui a hacer los estudios doctorales en Francia; y regresé de nuevo al Semi nario. El cardenal Rubén Salazar me pidió encargarme de la formación permanente del presbiterio.
Luego de un tiempo en el Semi nario y en la formación, llegué a la parroquia de San Norberto y estan do allí fui nombrado obispo auxiliar y vicario de evangelización, en este servicio permanecí cerca de 6 años.
(MRDB): Ya lleva varios meses al frente de la Diócesis de Facatativá, ¿cuál ha sido su impresión al llegar a esta iglesia tan cercana a Bogotá?
(MPMS): Me he sentido en familia, en casa. Yo conocía a la mayoría de los sacerdotes, porque buena parte del clero del Facatativá se formó en el Seminario de Bogotá, cuando no sotros éramos formadores.
Fui profesor del 70 por ciento de ellos, entonces los conocía, al igual que al entorno geográfico.
(MRDB): Esta Diócesis tiene una combinación de ruralidad y ur banismo, sobre todo en las pobla ciones cercanas a Bogotá: Madrid, Funza, Mosquera, ¿cuál es la reali dad de la zona?
(MPMS): Sí, esos tres municipios ya se unieron y forman una única mancha urbana que va llegando a los 400 mil habitantes, es tener una ciu dad intermedia en el borde oriental de la ciudad y, a su vez, esa marcha urbana se une con Bogotá, con Fon tibón y Engativá.
Entonces, cada vez es más claro que lo de la ciudad-región no es solo una creación política, de organiza ción del país, sino que es una reali dad demográfica, social y cultural, muy fuerte.
(MRDB): ¿Cómo percibe la com prensión y acción pastoral y evan gelizadora de sus sacerdotes en esta realidad?
(MPMS): Creo que es uno de los temas en los que tenemos que tra bajar juntos, tomar conciencia del carácter cada vez más urbano de la Diócesis; tomar conciencia, también, de que estamos en una situación de transición y que por lo tanto las res puestas pastorales deben adecuarse a esa nueva situación.
Los obispos anteriores no habían sido ajenos al tema, pero creo que en este momento el fenómeno se ha desbordado de tal forma que se con vierte en una de las prioridades de la Diócesis el comenzar a repensar la pastoral en función de esa transfor mación urbana.
(MRDB): Unos datos numéricos de la diócesis de Facatativá, año de creación, número de obispos, sa cerdotes, parroquias:
(MPMS): La Diócesis fue creada en 1962, por eso estamos celebrando el jubileo con motivo de sus 60 años.
Sus obispos han sido: monseñor Raúl Zambrano Camader, quien fue el obispo fundador, duró más o menos 10 años, murió trágicamen te entrando a la Sabana de Bogotá.
La comunidad de Facatativá recibe a su obispo. La comunidad obispo.
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de BogotáÉl marcó la Diócesis con una sensibi lidad social muy grande; fue hombre de confianza del doctor Carlos Lle ras en el tema de la reforma agraria.
Después, vino monseñor Hernando Velásquez Lotero, quien duró un poco más de 12 años y fue un gran misione ro; además, trabajó mucho la pastoral familiar.
Luego, vino monseñor Gabriel Romero, quien sumando todos estos periodos llegó a los 27 años de per manencia en la Diócesis y la marcó definitivamente en dos temas: En la creación e implementación del plan de pastoral, que todavía hoy está vi gente, y en la formación de un clero con una identidad muy propia. Le dedicó mucho tiempo al Seminario y al clero.
Después, estuvo monseñor José Antonio Nova, quien duró solamente dos años, a él lo querían, era muy sencillo, del pueblo, de Facatativá.
Luego vino monseñor José Miguel Gómez, quien estuvo 6 años y tra bajó, especialmente, el tema de la iniciación cristiana y dejó subsidios para seguir trabajando en ese campo.
Número de parroquias: 59.
Número de sacerdotes: 64, curio samente tenemos pocos eméritos, hay 4 únicamente.
(MRDB): Monseñor Pedro, en un trabajo reciente que hicimos en la oficina de comunicaciones de la Arquidiócesis con los obispos de Cundinamarca, mencionaron un fe nómeno que se está presentando en esta zona: mucha población ha emi grado, sobre todo, hacia Bogotá y que en cierta medida hay un despo blamiento del campo, ¿usted ha per cibido esto en su Diócesis nueva?
(MPMS): Sí, pero es un movimien to de doble vía, es decir, los campesi nos jóvenes salen a temprana edad del campo porque no encuentran marco de vida digno, las oportunidades de formación, de emprendimiento, son escasas; entonces, salen a Bogotá y
terminan engrosando cinturones de miseria.
Pero el otro fenómeno es que los bogotanos se están yendo a vivir a los municipios del occidente de Cundinamarca, especialmente a San Francisco, a La Vega, porque quedan muy cerca de Bogotá; la gente que se fue en pandemia se dio cuenta que en esos lugares había una vida posi ble, mucho más tranquila, y si tienen su trabajo a distancia, el tema de la virtualidad, se quedan allá; entonces, a mí me pasa a veces que voy a las veredas y no encuentro campesinos caminando a misa sino bogotanos en pantalonetas buscando piscina.
Es un fenómeno muy curioso, los párrocos dicen: si quiere encontrar realmente campesinos debe aden
trarse mucho pues los pueblos están llenos de los llamados finqueros.
La gente no se está empleando ahora en las labores del campo, sino para el servicio doméstico de estas personas.
Quienes todavía tienen cultivos no encuentran mano de obra, la que hay o es extranjera o gente muy mayor, esto realmente plantea interrogantes muy graves a cerca del futuro del campo en nuestro país.
(MRDB): ¿Qué tan profunda per cibe la evangelización que hay en la población de su Diócesis?
(MPMS): En general, uno puede decir que la evangelización inicial, hecha desde los tiempos de la colo nia, definitivamente, arraigó y pren dió en todas esas zonas y, todavía, permanece.
Encuentro con los seminaristas de su Diócesis, en el que les animó a seguir trabajando unidos y a cultivar una vida vocacional siempre activa para servir y amar al Señor.
Encuentro de líderes y coordinadores de ministerios y movimientos apostólicos laicales de la Diócesis de Facatativá.
De hecho, hay algunos municipios con un catolicismo tradicional muy fuerte, por ejemplo, en Villeta, Ma drid, uno encuentra gente mayor muy afecta a su fe, con un sentido de perte nencia a la Iglesia muy claro, pero ya entre los jóvenes la situación cambia notoriamente y no solamente en la ciu dad, sino incluso en los campos, por ese fenómeno de urbanismo que se va extendiendo a toda la ciudad-región y al departamento de Cundinamarca.
Uno ve ya jóvenes con unas pro blemáticas muy complicadas, como drogadicción, esto está avanzando tremendamente en muchos de los pueblos de Cundinamarca.
También, el sentido religioso se ha ido debilitando. A pesar de los es fuerzos que se han hecho por perfec cionar la catequesis, por evangelizar a los jóvenes, uno nota cierto clima de indiferencia en algunas regiones.
(MRDB): ¿Alguna acción pasto ral de misericordia notable en la Diócesis?
(MPMS): Hay un servicio que se atiende muy bien, que es el de la población de adultos mayores, por que ese es otro fenómeno que está apareciendo en todas partes: ancia nos que se quedan solos y hay varias casas, entre ellas, de San Vicente de Paul, que prestan un gran servicio.
También, en el área de la pastoral de la salud, pero estamos viendo qué prioridad favorecemos, porque hay muchas realidades difíciles.
En otro tiempo funcionaron las granjas del padre Luna, pero por toda la situación del marco legal en relación a los internados, nos va a tocar buscar de qué otra manera ayudar a los jóvenes campesinos y también a los jóvenes de los munici pios de la Sabana.
Entonces, más que un proyecto en marcha es algo que estamos mirando. Creo que nos toca dedi carnos a la educación de los jóvenes y actualmente existen 4 colegios pa rroquiales, diocesanos, que prestan un servicio importante en la edu cación, pero hay que fortalecer ese frente.
(MRDB): ¿Cómo es la presencia religiosa?
Son casi 20 comunidades religiosas las que hacen presencia en la Diócesis. Una bendición muy grande es que hay 4 comunidades monásticas, contem plativas. Creo que pocas Diócesis en el país tienen ese número de monas terios y son espacios que se van con virtiendo en centros de espiritualidad, que benefician a toda la jurisdicción.
Monseñor, le agradecemos y de seamos éxito en su misión pastoral. Cuente siempre con Bogotá, su igle sia de origen, que lo sigue acogiendo.
Diócesis de Facatitivá
Capital eclesiástica
Cabecera municipal
Monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla nació en Bucara manga el 4 de junio de 1961. Curso sus estudios de filosofía y teolo gía en el Seminario Conciliar de Bogotá.
En la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma obtuvo la licen ciatura en Teología Dogmática. Del 2000 al 2004 adelantó sus estudios doctorales en el Instituto Católico de París. Su título de doctor en teología lo alcanzó en el año 2020 en la Pontificia Uni versidad Javeriana de Bogotá.
Fue ordenado sacerdote el 30 de noviembre de 1986, para la Arqui diócesis de Bogotá. Ha sido párroco en Santo Toribio de Mogrovejo y San Norberto, formador del Seminario Conciliar de Bogotá y de legado arzobispal para la formación permanente del clero.
El 12 de diciembre de 2015 fue ordenado obispo auxiliar de la Ar quidiócesis de Bogotá. Desde su ordenación episcopal, fue el vica rio de evangelización y director del centro estratégico de anuncio, formación en la fe y diálogo con la cultura.
El 21 de abril del 2022, fue nombrado por el papa Francisco obispo de Facatativá.
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Tras conocer la designación, el sacerdote manifestó alegría y compromiso con la misión encomendada: “La recibo con el espíritu de los sacerdotes de Bogotá, que fuimos claramente formados para el servicio de la Iglesia en sus diversas misiones y con sencillez, pues hay mucho por aprender en esta nueva tarea”.
“No deja de sorprender el ser tenido en cuenta para una responsabilidad como esta. Genera, también, mucha gratitud con el señor arzobispo, monseñor Luis José Rueda Aparicio”, agregó.
Al ser consultado sobre sus primeros pasos en la vicaría y su perspectiva a partir de lo observado y visitado en estos cerca de dos meses, monseñor Rafael destacó la importancia de “conocer y escuchar, como los sugiere el Sínodo”.
“La vicaría es amplia en todo sentido y creo prudente mirarla primero con calma, escuchar con paciencia y percibir su espíritu interior para involucrarme en ella plenamente”, afirmó.
Consecuente con este propósito, el también director de la Oficina Arqui diocesana de Comunicaciones y del Centro de Estudios Pastorales ‘Cardenal Aníbal Muñoz Duque’ – CEPCAM, ha visitado varias parroquias de la vicaría, acompañado las comunidades con celebraciones eucarísticas y numerosas confirmaciones; y se ha encontrado con religiosas y religiosos.
“He recorrido varios barrios e inmensos conjuntos de apartamentos, que son todo un reto para hacer presencia en tantos lugares que son cerrados. He podido conversar ampliamente con los arciprestes y algunos párrocos y la conclusión primera es que se está haciendo mucho y hay que incrementar la acción evangelizadora todavía más.
Bajo comunicado número 009 del 2022, monseñor Rafael María De Brigard Merchán fue nombrado vicario episcopal territorial en Padre Misericordioso, con funciones de vicario general en su territorio.
Fraternidad
julio
También, tuve un primer encuentro con algunos diáconos permanentes que realizan su servicio en esta vicaria y que son una fuerza grande, a la cual hay que congregar más y aprovechar mejor. He visitado varios colegios y me llama la atención su acogida cor dial a la tarea de la Iglesia”, manifestó.
Finalmente, invitó a los sacerdo tes, “a ser, sobre todo, buenos curas de almas, centrados en eso, felices de serlo, activos en el cuidado de las almas a ellos encomendadas. A tener una vida sencilla, austera, servicial, de muy buenas relaciones con todas las personas y alegres en todo lo que hacen dentro de su misión”.
La Vicaría Episcopal Territorial Padre Misericordioso fue erigida ca nónicamente por el cardenal Rubén Salazar Gómez, mediante decreto N°1111 del 7 de junio de 2017. Surge para dar mayor atención pastoral ante el crecimiento urbanístico y demo gráfico de la zona norte de Bogotá.
Comprende 33 parroquias y está atendida por algo más de 35 sacer dotes, incluyendo varios religiosos, que tienen a su cargo algunas de estas parroquias.
Esta vicaría comprende la zona no roriental de Bogotá, desde la calle 100 hasta el cerro de Torca y desde la auto pista norte hasta los cerros orientales, con límites con La Calera.
En estos cinco años ha sido acom pañada pastoralmente por monse ñor Alberto Ojalvo y monseñor Juan Álvaro Zapata. La sede operativa de la vicaría está en el parque de Usaquén, al lado de la parroquia de Santa Bárbara.
¿Cuál es la realidad social y pasto ral en la zona?
Esta zona de Bogotá está confor mada, en su mayoría, por barrios de estrato medio y alto, pero también se encuentran sectores con amplias necesidades básicas no satisfechas, especialmente en los cerros noro rientales.
La vicaría, con las parroquias, está desplegada en todas las zonas, y se evidencia una actividad pastoral intensa y constante. “Hay una gran integración a través del trabajo de los arciprestazgos, y el equipo sacerdotal lo conforman personas de amplia experiencia pastoral y algunos jóve nes”, comenta monseñor De Brigard.
Creo que el servicio del vicario consiste básicamente en estar a la orden de todo el que lo requiera como acompañante de camino, especialmente de los sacerdotes, pero también de las comunidades”.
Se cuenta, además, con un amplio trabajo de comunidades religiosas femeninas, especialmente, en el área educativa; y numerosos movimientos apostólicos de laicos. “Pastoralmen te, esta porción de la Arquidiócesis, es en realidad una iglesia muy viva y muy activa”.
¿Qué aspectos sociales y de evan gelización considera primordiales en la zona?
Les he propuesto a los diáconos que ellos, por la naturaleza de su misión y su experiencia profesio nal, generen una acción social de la iglesia en Bogotá en este sector de la ciudad, que sea de alto impacto y también un signo de nuestra cerca nía con los más necesitados.
Quiero, también, insistir tanto a los sacerdotes, como a los diáconos, a las religiosas y a los catequistas, que nuestra tarea primordial es la evangelización. Que allí concentre mos todas nuestras fuerzas, nuestro tiempo, nuestros recursos.
Que revisemos todo lo que hacemos y dejemos a un lado, en la medida de lo posible, lo que nos pueda apartar de esa misión primordial. La iglesia exis te para evangelizar, dijo Pablo VI.
Nuestra tarea primordial es la evangelización, concentremos en esto nuestra fuerza, tiempo y recursos
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de BogotáEl 3 de junio se realizó el acto de inauguración y bendición de las nuevas instalaciones de la Vicaría Episcopal Territorial Espíritu Santo de la Arquidiócesis de Bogotá, ubicada al sur de la ciudad.
Acompañaron la ceremonia los párrocos que hacen parte de esta zona pastoral; vicarios territoriales; monseñor Germán Medina, obispo auxiliar de Bogotá; monseñor Pedro Salamanca, obispo de la Diócesis de Facatativá; monseñor Luis Augusto Campos, actual obispo de la Diócesis de Socorro y San Gil, quien fue vicario episcopal de este territorio desde el 2011 hasta el 2019; y monseñor Yoani Cupitra, actual vicario; además, se contó con la presencia especial del señor cardenal Rubén Salazar Gómez”.
La jornada inició con la bendición de las instalaciones de la vicaría y su capilla, por parte del cardenal Sala zar, quien destacó que “en la Arqui diócesis de Bogotá, la experiencia ha sido muy clara en relación a las vicarías, que son una estructura esencial, que no solo facilita, sino que hace posible que se sirva al pue blo de Dios, para que pueda ser sal de la tierra y luz del mundo”.
También, recalcó la importancia de esta vicaría al servicio de toda la comunidad: “La vicaría del Espíritu Santo, que comprende una parte tan importante de la ciudad, hoy tiene una sede en donde va a cumplir to das las tareas y servicios que le son propios, y de esta manera, va a con tribuir eficazmente a que la Arquidiócesis de Bogotá sea de verdad evangelizada y evangelizadora, para ir transformando el tejido social y haciendo posible que el mundo pueda encontrar los caminos de la solidaridad y la paz”.
Continuando con la jornada mon señor Cupitra dio la bienvenida y compartió unas palabras: “Este espa cio habitado por nosotros renueva el compromiso en la misión evangeli
zadora y como discípulos del Señor nos ponemos al servicio de esta porción de la Arquidiócesis. Que la vicaría episcopal, continúe su reno vación y que juntos, como hermanos en la fe, seamos audaces misioneros para dar testimonio con nuestra vi da de Cristo resucitado. Que el Espí ritu Santo nos asista hoy y siempre”.
La nueva vicaría cuenta con va rios espacios administrativos, de atención a la comunidad y sociales, como salones y un auditorio, por su puesto, una capilla dedicada al Espí ritu Santo.
“El proceso de diseño inició sien do vicario monseñor Luis Augusto Campos y comenzó con la demolición en noviembre del 2019, pero desafor tunadamente por temas de cuarentena no pudimos continuar con la obra, la cual se reinició en enero del 2021, y hoy, junio de 2022, 18 meses des pués podemos decirle a monseñor Cupitra y a sus colaboradores que ya se encuentra su espacio listo”, indicó Katherine López, asesora de planeación de la Arquidiócesis de Bogotá.
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de BogotáEn su misión de llevar el Evange lio a los confines y ser presencia del amor misericordioso del Padre, en todo lugar y tiempo, la Iglesia católica en Bogotá continúa fortaleciendo su servicio pastoral en el mundo peni tenciario.
Actualmente, cuenta con seis sacer dotes que acompañan la capellanía en los cuatro centros penitenciarios y carcelarios de la ciudad: La cárcel Modelo; La Picota; La cárcel Distrital; y El Buen Pastor. A este servicio se suman más de 90 voluntarios de la pastoral penitenciaria.
“La pastoral penitenciaria tiene co mo misión llevar el Evangelio a todos los hombres y mujeres privados de libertad (…). Dignificar a estos hom bres y a estas mujeres que llegan a un lugar de reclusión. Se trata de ayudar a levantar su dignidad de persona,
Animadores de la pastoral penitenciaria en la Cárcel Modelo, en Bogotá.
Tras dos años de pandemia en los que el ejercicio de esta pastoral se vio limitado por las restricciones de ingreso a los centros penitenciarios, pero con el deseo intacto de continuar siendo luz y esperanza para esta población, en mayo se concretó uno de los frutos de este acompañamiento con la celebración de dos matrimonios.
su dignidad de ser hijo de Dios, más allá del delito por el que debe pagar”, explica el padre Edgar Galeano, capellán en la Cárcel y Penitenciaría de Media Seguridad de Bogotá - ‘La Modelo’.
Este acompañamiento se extiende a la parte administrativa y al cuerpo uniformado: guardia y custodia. Así como a personas en condición de casa por cárcel y a familiares de pri vados de la libertad.
“Cuando una persona llega a una cárcel no llega solo, llega con su nú cleo familiar: con su esposa, hijos, llegan con su papá y su mamá… Uno se encuentra con una familia y la familia dice: yo estoy recluida en la cárcel, porque mi hijo cometió un delito”, agrega el sacerdote.
La realidad de los centros peniten ciarios a nivel nacional, que según la base de datos del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), a corte mayo 2022 registra una sobrepoblación de 16.587 personas, pues las cárceles del país tienen capacidad de 80.922 detenidos y en el quinto mes del año se registraban 97.509, demanda urgente atención a nivel estatal, pero también a nivel comunitario.
Si bien, en estos centros muchas per sonas pagan por sus culpas, también
otras enfrentan largos procesos en medio de su inocencia. El dolor es para ellos y sus familias, por esto pi den perdón, solidaridad y una nueva oportunidad.
Así es conocida la capilla en el cen tro penitenciario La Modelo, en el que, respetando la libertad de culto, se cuenta con un espacio de oración y encuentro con la Palabra de Dios, desde la fe católica.
Internos, personal administrativo y guardianes valoran y respetan este lugar de culto.
“Con referencia a los otros espacios es muy diferente, es una tranquilidad, una paz es ver a la Iglesia desde otro punto de vista. A pesar del encierro en los cuatro muros, este es un espa cio que nos permite estar tranquilos”, asegura Gerardo Muñoz, interno de la cárcel Modelo.
“En la capilla uno se siente emocio nalmente, psicológicamente, diferen te”, agrega Juan David Lozano.
Finalmente, el dragoniante Marcos Suasa precisó: “Ya lo decía Víctor Frank, es determinante la parte espi ritual en la conducta del ser humano, no puede faltar esta área y este acom pañamiento. La prisión no puede ser únicamente ese sitio donde ellos vienen a pagar su pena, deben influir otros factores para hacer cada día mejor a estas personas”.
Capellán de la reclusión de mujeres de Bogotá, cárcel El Buen
Pastor: padre Yamir González.
Capellán de la cárcel de Mediana seguridad la Modelo: padre Edgar Alberto Galeano Pérez, coordinador arquidiocesano del mundo penitenciario.
Capellán Cárcel Distrital: padre Arnulfo Guaracas Narváez.
Complejo Carcelario y Penitenciario Metropolitano de Bogotá - ‘La Picota’: padre Over Rafael Tovar Galindo, padre Edison Alfredo Cadena Bustos, y padre Juan Carlos Carballo.
Capellán general del INPEC: padre Eliecer Montañés.
Coordinador de la Fundación Caminos de Libertad: padre Andrés Fernández.
Instituciones que apoyan y hacen parte del voluntariado
Pastoral Católica
Movimientos de Juan XXIII
Lazos de Amor Mariano
María Santificadora
Los servidores de Emaús de las diferentes parroquias de la Arquidiócesis
Movimientos carismáticos
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de BogotáAunque aún no se conoce el fallo oficial, el pasado 11 de mayo la Corte Constitucional decidió la legalización del suicidio médicamente asistido (en adelante SMA) contemplado como delito en el artículo 107 del actual Código Penal colombiano.
Los argumentos que propone la Corte para dicha despenalización son sofismas de distracción: el “derecho a la vida digna” y la “autonomía de la persona que busca poner fin a su propia vida” y han sido tratados como tales en una reciente publicación del Departamento de Doctrina titulada: “Para que tengamos vida en abun dancia (cf. Jn 10,10)”. Al respecto, la posición de la Iglesia es perenne en considerar que las prácticas que atentan contra la vida humana son “en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador” (Gaudium et spes, 27). El Concilio Vaticano II, en
el magisterio citado, incluye el “suici dio deliberado” como una de aquellas prácticas.
San Juan Pablo II, haciendo suyas las palabras del Concilio, reafirmó en Evangelium Vitae (1995) el intrinsece malum que es, objetivamente hablan do, el suicidio voluntario como acto en sí, aunque considerando la anulación o atenuación de la responsabilidad subjetiva (cf. EV, 66) en razón de “determinados condicionamientos psicológicos, culturales y sociales”. Particularmente, sobre el suicidio asis tido, el mismo pontífice declara allí mismo que es “una injusticia que no tiene justificación” y, recientemente, la Congregación para la Doctrina de la Fe en Samaritanus Bonus (2020) ha recalcado que, junto con la eutanasia “son siempre un fracaso de quienes los teorizan, de quienes los deciden y de quienes los practican” (SB, V,1).
Esta es la enseñanza perenne de la Iglesia, y aunque algunos Medios y parte de la opinión pública la considera
retrógrada, sin embargo el Magisterio al respecto no puede cambiar por que rer estar a tono con el espíritu liberta rio, subjetivista y utilitarista de nuestro tiempo, que Benedicto XVI también ha evidenciado al sostener que, detrás de esta realidad, subyace una respuesta equivocada a la cuestión sobre quién es el hombre, pues se le considera un producto, resultado de sí mismo, y no un don de Dios (cf. La vera Europa. Identità e missione, 2021).
De todos modos, la advertencia de la Iglesia no es gratuita y busca defender la vida humana de la tiranía del utilitarismo cuando expresa que “los ordenamientos jurídicos que han legitimado el suicidio asistido y la eutanasia muestran, además, una evidente degeneración de este fenó meno social” (SB, V, 1); evidencia de esto son las noticias que llegan desde Canadá sobre la relación entre la solicitud del suicidio médicamente asistido y la motivación por razones de pobreza económica.
Director de los Dptos. de Doctrina y de Promoción de la Unidad y del Diálogo – PUD – del SPEC
Incentivar la formación inicial y permanente a los agentes de pastoral para la atención a los enfer mos, a través de la oración y los sacramentos; a propósito, “la parábola del Buen Samaritano indica cuál debe ser la relación con el prójimo que sufre, qué actitudes hay que evitar - indiferencia, apatía, prejuicio, miedo a mancharse las manos, encerrarse en sus propias preocupaciones - y cuáles hay que poner en práctica - atención, escucha, comprensión, compasión, discreción-” (SB, V, 10).
Ampliar la formación espiritual y moral de los agentes sanitarios, de modo que se les brinde herra mientas para ejercer su derecho a la objeción de conciencia.
Reafirmar que, aunque las “instituciones sanitarias católicas” en Colombia no pueden hacer uso del derecho a la objeción de conciencia, reservado únicamente a las personas naturales (cf. sentencia C-355 de 2006), sí pueden alegar la defensa de su proceder en favor de la promoción y defensa de la vida conforme a su constitución, estatutos e identidad.
Seguir promoviendo el cuidado integral: cuidados paliativos de la medicina, cuidados afectivos de la familia y amigos, cuidados espirituales de los agentes de pastoral.
Es necesario que todos los sacerdotes hayamos leído y comprendido el apartado V, 11 de SamaritanusBonus sobre “El discernimiento pastoral hacia quien pide la eutanasia o el suicidio asistido”. A propósito:
Los sacerdotes tenemos la obligación moral de acudir a quienes piden un auxilio espiritual, aunque se sepa que han solicitado el SMA.
¿Por qué? En primer lugar, porque la atención de la Iglesia puede dar frutos de disuasión para evi tar la comisión del acto previsto. Segundo, en el caso de que quien haya solicitado el SMA pida la confesión sacramental, esta se convierte en un medio para que el sacerdote invite expresamente al penitente a la contrición, por ser fundamental para la validez del sacramento, pues conlleva a un propósito de “no pecar en adelante”.
Se debe tener presente la diferencia entre el pecado grave cometido y la intención de cometer un pecado grave.
El sacerdote puede proceder a administrar los sacramentos de la Penitencia con absolución, la un ción y el viático, solo si concluye, con buen juicio, que el penitente ha modificado su decisión con res pecto a su decisión ante el SMA. De lo contrario, debe abstenerse de administrar estos sacramentos, pero no de ofrecer alivio y consuelo a través de la oración, el buen trato y la cercanía con el paciente y la familia.
En el contexto de la Confesión sacramental el sacerdote puede posponer la absolución sin que esto implique un juicio sobre la imputabilidad de la culpa, porque la responsabilidad personal podría es tar disminuida o incluso no existir (resulta, al respecto, muy iluminador el documento Iura et Bona, II de la CDF).
“En el caso en el que el paciente estuviese desprovisto de conciencia, el sacerdote podría administrar los sacramentos sub conditione si se puede presumir el arrepentimiento a partir de cualquier signo dado con anterioridad por la persona enferma” (SB, V, 11).
En el trato con quien haya decidido el SMA y su grupo familiar jamás se utilice un lenguaje y com portamiento fuerte que incremente el agobio moral.
No se debe perder de vista el numeral 2283 del Catecismo de la Iglesia Católica: “No se debe desespe rar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facili tado por caminos que Él solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida”.
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis BogotáDesde que uno quiera abrir la puerta a nuestro Señor, Él entra y hace milagros Esta fue una de las grandes convicciones que animó la vida de fe y entrega del padre Rafael Darío Montes, quien partió a la Casa del Padre el pasado 28 de mayo.
El padre Rafael nació en Pam plona, Norte de Santander, el 14 de septiembre de 1934, en el hogar conformado por Luis María Montes e Isabel Duque Rangel, una familia campesina y piadosa. Cuando ingre só a la escuela primaria ya contaba con diversos conocimientos avan zados para su edad, pues sus padres le había preparado, incluso, para la Primera Comunión.
“Mi papá me había enseñado a leer, escribir, y las operaciones fun damentales. Mi mamá me enseñó el catecismo”, recordó con gratitud el padre Montes, en una entrevista rea lizada en el año 2018.
Siempre fue un excelente alumno, él mismo decía que siempre fue muy inteligente, pero díscolo.
Inquieto por el juego y la música, aprendió a tocar guitarra, cuatro y acordeón, entre otros instrumentos.
Descubrió su vocación el día de su Primera Comunión, fue un senti miento avasallador, que no pudo ex plicar, sin embargo, tuvo que luchar con su padre, un militar de carácter fuerte que no quería ver a su hijo en el Seminario.
Terminó sus estudios de secun daria en el Seminario Menor de Pamplona, en 1950; filosofía en el Se minario Mayor de la misma ciudad, en 1953; y teología en la Universidad Javeriana de Bogotá, en 1958. Fue ordenado presbítero por monseñor Bernardo Botero Álvarez, el 8 de diciembre de 1958, para el servicio de la Arquidiócesis de Pamplona.
Siendo un joven sacerdote estuvo como párroco en algunos pueblos de Santander. Por situaciones de sa lud viajó a Bogotá y aquí se quedó. Su trabajo pastoral fue confesar, y confesar para que la gente pudiera volver a ser feliz. “Lo que he hecho toda la vida es confesar y ser sacer dote, inclusive confesar cuando los otros no querían hacerlo”, indicó el padre Montes.
Inició su servicio pastoral en Bo gotá como vicario cooperador en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en 1979; colaborador de la parroquia Cristo Rey en 1987; colaborador en San Juan Crisóstomo en 1987; vicario parroquial en San Juan Cri sóstomo en el año 2000; y sacerdote emérito desde el año 2016. Vivió en la casa de las hermanas Oblatas de Betania en Bogotá.
Fue incardinado para la Arquidió cesis de Bogotá mediante el decreto número 1.206 el 11 de septiembre de 2006 y falleció el pasado 28 de mayo.
Siempre mostró su cariño hacia la Arquidiócesis de Bogotá: “Quiero expresar mi gratitud con la Arqui diócesis que me escogió. Tengo 60 años de sacerdote, 20 años estuve en mi tierra en Pamplona y los otros 40 ha sido aquí en Bogotá; de esos 40 años, la mayor parte estuve en la pa rroquia San Juan Crisóstomo”.
Desde que uno quiera abrir la puerta a nuestro Señor, Él entra y hace milagros.
Su trabajo pastoral fue confesar para que la gente pudiera volver a ser feliz
La parroquia Santa Teresita del Niño Jesús se encuentra ubicada en el sector de Ricaurte y hace parte de la Vicaría Episcopal Territorial Inmaculada Concepción.
Fue creada en 1929, por monseñor Ismael Perdomo, arzobispo de Bogo tá en aquella época. Antes de iniciar la construcción del templo, frente a la plaza de mercado del barrio Ricaur te, existía una capilla pequeña que congregaba a los fieles. Este espacio resultado insuficiente para acoger a las personas que deseaban asistir a la santa misa y participar de la vivencia de la fe en comunidad.
El templo inició su construcción en el año 1941 y fue consagrado y dedi
cado a Santa Teresita el 5 de octubre de 1958, por monseñor Emilio De Brigard, según se cuenta en una carta dejada por el sacerdote Juan Antonio Garzón, párroco del momento.
Antiguamente, el sector del Ricaurte era residencial y congregó a muchos fieles, pero se ha convertido en un sector netamente industrial y co mercial. Son pocas las familias que habitan; sin embargo, con el trabajo y esfuerzo de cada párroco se ha mantenido la vida parroquial, con mucha fe y amor a Cristo. Acoge comunidad de los barrios Ricaurte, Pensilvania y Los Ejidos.
Desde el 2019, el sacerdote Gui llermo Andrés Rodríguez Giraldo es el párroco. Señala que, si bien se tra ta de una comunidad pequeña, en la que la parte residencial es reducida, al ser un barrio comercial e industrial, se cuenta con grupos parroquiales y el deseo de mantener y fortalecer la
dinámica pastoral y evangelizadora en la zona.
“Están los lectores, algunos minis tros de la comunión, los del coro y algunas personas que prestan ser vicios desde la pastoral salud y la catequesis”.
Gracias a la virtualidad la parro quia Santa Teresita del Niño Jesús logró mantenerse activa. “A través del servicio de las eucaristías transmiti das por el Facebook de la parroquia logramos abrirnos a otro tipo de co munidad, una virtual, no regida por lo territorial”.
Además, realizaron una especie de altar con el Santísimo en la entrada del templo para que las personas pudieran pasar, visitarlo y orar: “La gente agradeció muchísimo que el Santísimo estuviera allí y pudieran acercarse”.
La parroquia cuenta con el Liceo Parroquial San Gregorio Magno, que brinda formación en los niveles: básica primaria y básica secundaria a niños y jóvenes del sector y zonas ale dañas. Fue fundado por el sacerdote Juan Antonio Garzón de la Torre, en el año 1952, como respuesta a la nece sidad educativa en el sector del barrio el Ricaurte.
El colegio pertenece al Sistema Edu cativo de la Arquidiócesis de Bogotá (SEAB) y este año cuenta con 358 alumnos, desde preescolar hasta gra do once; el padre Guillermo Rodríguez ejerce como su rector.
El sacerdote se encuentra feliz y tranquilo en estos tres años que lleva al frente de esta comunidad:
“Realmente me encuentro tranqui lo, es una comunidad muy especial que responde. Aunque, no es una asistencia masiva, realmente hay un trabajo muy bonito, hay unos deseos muy especiales de buscar a Jesús y realmente le ofrecemos esto a las personas, a través de la oración, de la Lectio Divina, y a través del acompa ñamiento espiritual”
Acogiendo el llamado del papa Francisco a ir a las periferias, trabajar con los más vulnerables, y manifestar la misericordia de Dios, se dio apertura al Centro Pastoral para el Cuidado de la Tercera Edad ‘Hermano Ettore’, en el barrio Las Cruces, ubicado en el centro de la capital.
En este lugar, inicialmente, reciben acompañamiento nutricional y pas toral. “Lo que queremos es que estos ancianos se sientan acompañados, cuidados por la Iglesia, que es madre y que siempre está pendiente de sus hijos, sobre todo, de los más vulnerables”, explicó monseñor Ricar do Pulido, director del Servicio para el Desarrollo Humano Integral de la Arquidiócesis de Bogotá.
A su turno, el padre Jorge Eliécer Arias Toro, director de la Fundación Domus Colombia y animador de la coordinación arquidiocesana del ‘Cui dado de la Dignidad Humana’, destacó “la alegría y compromiso de los ser vidores; así como la gratitud de quienes se benefician con la obra al contar con un lugar acogedor y un alimento digno”.
El sacerdote, también se refirió a los desafíos para el sostenimiento y proyección de la misma: “Se necesitan mercados, donaciones para el man tenimiento de la casa, vinculación de voluntarios para la atención y de pro fesionales voluntarios en las áreas de fisioterapia, enfermería, psicología, trabajo social”, que aporten al acompañamiento integral de estas personas, y apoyen la proyección de atención, que contempla: servicio diario diur no y acogida permanente de 20 mujeres de la tercera edad, en condición de vulnerabilidad.
En su primer mes de funcionamiento el Centro Pastoral ‘Hermano Ettore’ brindó atención a más de 150 adultos mayores de la zona.
Donaciones: Carrera 8 #1F-25, barrio Las Cruces, o en la carrera 56 #1744, Puente Aranda.
Informes: 321 9499271.
En el marco del Año de las Familias, que finalizó el 26 de junio de 2022, con el décimo Encuentro Mundial de las Familias en Roma, la Arquidió cesis de Bogotá vivió una jornada de encuentro, fraternidad y formación en torno a “El amor familiar: voca ción y camino de santidad”.
Más de 500 personas acudieron a esta invitación que la coordinación arquidiocesana de la evangelización de la familia realizó, a través de todos los equipos vicariales y parroquiales que trabajan con y por las familias.
Durante el encuentro, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, animó a hacer de la Pala bra de Dios el centro de sus vidas y de su hogar. Señaló que: “Una familia que acoge la Palabra, que la ora, que la profundiza, que la convierte en vida, es una familia que le pone el corazón a lo que Juan dice: El verbo eterno se
hizo carne y puso su morada entre nosotros”.
En esta línea, señaló que Jesús Re sucitado da tres valiosos regalos a las familias:
La Palabra de Dios, que significa la semilla del Reino en el hogar.
El don del Espíritu Santo, con la sabiduría y la fortaleza para encon trar la verdad de la familia y la verdad de Dios entre nosotros.
La paz, que produce en las familias serenidad y valentía.
Dentro de los asistentes a este encuentro realizado el cuarto domingo de mayo, en la sede Unión Social de la Fundación Universi taria Monserrate, se encuentran los movimientos: Equipos de Nuestra Señora; Encuentro Católico de Novios; Familia Misionera de las Obras Misionales Pontificias de Colombia; Movimiento Familiar Cristiano; Encuentro Matrimonial Mundial; Movimiento Apostólico de Schoenstatt; Lazos de Amor Mariano; Encuentro Familiar de Colombia; Talleres de Oración y Vida; y Retrouvaille.
También, participaron parejas que están siendo acompañadas por es tos equipos, para que puedan vivir adecuadamente su vocación al ma trimonio y su misión como comuni dad de vida y amor, en sus diferentes tiempos y situaciones de familia.
El bien de la familia es decisivo para el futuro del mundo y de la IglesiaPapa Francisco
Al señor presbítero Edgar Enrique Ri vera García, capellán en el Gimnasio Moderno, vicaría episcopal territorial de Cristo Sacerdote.
COMUNICADO No. 009/2022
Al Ilustrísimo monseñor Rafael María De Brigard Merchán, de la vicaría episcopal territorial Padre Misericordioso, con funciones de Vicario General en su territorio.
Al Reverendo padre Arnoldo Fernán dez Castañeda, SS. CC., en la parroquia San Damián de Molokai, vicaría episcopal territorial de San José.
Al Ilustrísimo monseñor Rafael Cotri no Badillo, en la parroquia Cristo Rey, vicaría episcopal territorial Cristo Sa cerdote.
Al señor presbítero Jorge Gustavo Camargo Navarro, en Santa Marta, vicaría episcopal territorial de Cristo Sacerdote.
Al señor presbítero Eduardo Andrés Ávila Antonio, en la parroquia La Ve racruz, vicaría episcopal territorial de la inmaculada concepción.
Al reverendo padre Oney Amaya Ga llegos, O.M.D., en la parroquia Beato Miguel Rúa, vicaría episcopal territo rial Padre Misericordioso.
Al señor presbítero Ramón Alexis Rojas Araújo, en la parroquia San Pablo, con territorio asignado sector Torremolinos y Capellán en el colegio parroquial monseñor Emilio de Brigard – SEAB, vicaría episcopal territorial del Espíritu Santo.
Al señor presbítero Ángel David Agudelo Mesa, adscrito en la parroquia Santa María de la Libertad, vicaría episcopal territorial de La Inmaculada Concepción.
A la señora Vilma Díaz Sanabria, No taria Auxiliar de la Vicaría Episcopal Territorial de Cristo Sacerdote, exclu sivamente para autenticaciones para un periodo de tres (3) años.
Al reverendo padre Fray Aldemar Va lencia Hernández, O.P., presidente de CONACED Bogotá – Cundinamarca, para un período de tres (3) años.
Al ilustrísimo monseñor Yoany Víctor Cupitra Díaz, director y representante Legal del Diaconado Permanente de la Arquidiócesis de Bogotá.
Al ilustrísimo monseñor Rafael María De Brigard Merchán, director y Repre sentante Legal del Centro de Estudios Pastorales Cardenal Aníbal Muñoz Duque – CEPCAM.
Al reverendo padre Milton David López Mora, C.J.M., arcipreste para la Vida Consagrada de la vicaría episco pal territorial Santa Isabel de Hungría, por el tiempo que resta del periodo es tatutario.
Al señor presbítero Orlando Alfonso Aguilar Barrios, capellán en el Liceo Parroquial San José – SEAB, Vicaría Episcopal Territorial de San Pablo.
A los señores presbíteros Eugenio Fernández Herrera y Carlos Mario Sánchez Mejía, capellanes para la atención de la Línea Blanca - Centro, que comprende los Hospitales de la Hortúa, Hospital Materno Infantil, Hospital Cancerológico y Hospital del Guavio.
Al reverendo padre Isaías Ramírez Acosta, O. Carm., capellán para la atención de la Línea Blanca – Norte, que comprende la Clínica de la Mujer y las Clínicas del corredor de la Calle 100.
Al reverendo padre Douglas Rafael Mendivil Martelo, O. Carm., capellán para la atención de la Línea Blanca – Nororiental, que comprende el Hos pital Simón Bolívar y la Fundación Cardioinfantil.
Al señor presbítero Gabriel Enrique Méndez Álvarez, capellán para la aten ción de la Línea Blanca – Sur Oriental, que comprende el Hospital San Blas, Hospital de la Victoria y Otros.
Al diácono Carlos Andrés Patio Var gas, M.I., capellán para la atención de la Línea Blanca – Suroccidental, que comprende el Hospital Tunal, Hospital de Meissen y Otros
Al Ilustrísimo monseñor Juan Álvaro Zapata Torres, por un (1) año.
Comisión de Patrimonio de la Arquidiócesis de Bogotá
Al ilustrísimo monseñor Alberto Forero Castro, al Ilustrísimo monseñor Ricar do Pulido Aguilar, al señor presbiterio Nicolás Francisco Garzón Reyes y al señor presbítero Hernán Javier Hernández Ruíz.
Institución Ministros Lectores “Seminario Misionero Arquidiocesano Redemptoris Mater”
A los seminaristas José Yamid Ra mírez Galíndez, Erick Joseph Mtey, Diego Otero Espinel, Jefferson Echeve rry Giraldo y Miguel Arias Mejía.
Admisión al rito de candidatura al Sacramento del Orden “Seminario San Juan de Ávila
A los seminaristas Jesús Daniel Gordillo Perera, Carlos Alberto Tostado Martí nez y Andrés David Urvina Anchala.
Al diácono permanente Víctor Edgar Arcila Cruz, adscrito en la parroquia San Isidoro de Sevilla, vicaría episco pal territorial Padre Misericordioso.
Al diácono permanente Fabio Salazar Otero, adscrito en la parroquia San Maximiliano Kolbe, vicaría episcopal territorial de San Pedro.
Al diácono permanente Israel Beltrán Beltrán, adscrito en la parroquia San Ambrosio, vicaría episcopal territorial de San Pedro.
Al diácono permanente Manuel Antonio Poveda Bernal, adscrito en la parroquia Nuestra Señora del Campo, vicaría episcopal territorial Padre Mi sericordioso.
Ratificar al ilustrísimo monseñor Pedro Fernando Mercado Cepeda, co mo vicario judicial de la Arquidiócesis de Bogotá y presidente del Tribunal Eclesiástico Arquidiocesano, para un periodo de tres años.
Fraternidad, una revista para el clero de la Arquidiócesis de Bogotá - 35
Ratificar como vicarios judiciales adjuntos, para un periodo de tres años:
Al reverendo padre Carlos Alberto Ro dríguez Laitón, M.S.A.
Al señor presbítero Octavio Soler Espi nosa.
Ratificar defensores del vínculo, para un periodo de tres años:
Al doctor Jaime Rafael Cubillos Peña.
Al doctor Daniel Fernando Gómez Tamayo.
Al reverendo padre Luis Bernardo Mur Malagón, S.D.B.
Ratificar como jueces, para un periodo de tres años:
Al señor presbítero Jorge Gonzalo Ma rín García.
Al señor presbítero Padre Mario Rodrí guez Venegas.
Al señor presbítero Carlos Mauricio Uribe Blanco.
Al doctor Carlos Francisco Rojas Rojas
A la doctora Martha Clemencia Tamayo.
Nombrar a la doctora Ana María Cór doba Ruiz, juez, para un periodo de tres años.
Renovar la debida licencia por un (1) año para que en la capilla de la Hacien da La Maruja, ubicada en la Carrera
7 No. 237 – 04, jurisdicción de la pa rroquia San Juan Diego, se celebre el sacramento del matrimonio exclusi vamente para el culto católico.
Renovar la debida licencia por un (1) año para que en la capilla de la Ha cienda Absolut, ubicada en la Carrera
7 No. 235 – 46 Torca, jurisdicción de la parroquia San Juan Diego, se celebre el sacramento del matrimonio exclusi vamente para el culto católico.
Conceder la debida licencia por un (1) año para que, en el oratorio del Ins tituto Religioso Clerical de Derecho Diocesano Misioneros de la Anunciación, ubicada en la Calle 45 No. 21 – 10 barrio Palermo, vicaría episcopal terri torial de Cristo Sacerdote, se mantenga la Reserva del Santísimo Sacramento,
sin embargo, en esta capilla no se autoriza la celebración de los demás sacramentos y no habrá culto público, sino exclusivamente privado.
Renovar la debida licencia por un (1) año para que, en la capilla de la Ha cienda Villa Sara, ubicada en la Calle 246 No. 7 – 17, jurisdicción de la parro quia San Luis de Tolosa, se celebre el sacramento del matrimonio exclusivamente para el culto católico.
Conceder la debida licencia por un (1) año para que, en la capilla de la Hacien da Rincón de Teusacá, ubicada en la Vía a la Calera, 1 Km después del peaje, jurisdicción de la parroquia Nuestra Señora del Rosario – La Calera, se ce lebre el sacramento del matrimonio exclusivamente para el culto católico.
Renovar la licencia por un (1) año para que, en la capilla de la Fundación Comunidad de Laicos Eucarísticos Marianos, ubicada en la Calle 62 No. 103 – 14, vicaría episcopal territorial de San Pedro, se mantenga la Reserva del Santísimo Sacramento; sin embargo, en esta capilla no se autoriza la cele bración de los demás sacramentos y no habrá culto público, sino exclusivamente privado.
Conceder la debida licencia por un (1) año para que, en el oratorio del Mo vimiento Apostólico de Schoenstatt, ubicado en la Calle 127D No. 71 – 54 Barrio Niza Norte, vicaría episcopal territorial de San Pedro, se mantenga la Reserva del Santísimo Sacramen to, sin embargo, en esta capilla no se autoriza la celebración de los demás sacramentos y no habrá culto público, sino exclusivamente privado.
Renovar la debida licencia por un (1) año para que, en la capilla de la Hacienda Casa Blanca, ubicada en la Carrera 76 No. 150 – 26, jurisdicción de la parroquia Santísimo Redentor, se celebre el sacramento del matrimonio exclusivamente para el culto católico.
Renovar la licencia por un (1) año para que, en la capilla de la Fundación Grupo Social, Edificio Caja Social de Bogotá, ubicada en la Carrera 7 No. 77 – 83, vicaría episcopal territorial de Cristo Sacerdote, se mantenga la Reserva del Santísimo Sacramento; sin embargo, en esta capilla no se autoriza la celebración de los demás sacramentos y no habrá culto público, sino exclusivamente privado.
Bogotá, 31 de mayo de 2022
El templo fue consagrado y dedicado a Santa Teresita el 5 de octubre de 1958, por monseñor Emilio De Brigard. Se ha convertido en centro de fe, espiritualidad y formación en medio de uno de los principales sectores industriales y comerciales de Bogotá.