Ecos del Maule· Joaquín Rojas

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Ecos del MAULE

Introducción a la poesía Maulína 7 Reconocidos poetas Ilustración por Joaquín Rojas 3


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Stella Corvalán Novia del Viento

Ni yugos pesados, ni muro al acecho: he buscado esposo que me avive el paso: soy novia del viento. Ya elegí destino... soy novia del viento, trazará mis rutas con aliento fresco, me dirá la estrofa borracha de cielos y estaré a resguardo con su helado beso; siempre el rostro claro, dorado a sol nuevo. Ni yugos pesados, ni muro al acecho; soy libre y ligera, mi novio es el viento. Iré como brújula, peregrina eterna de nuevos senderos; no hay nada que me ate, ni palabra aireada, ni beso travieso.

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Pablo Neruda Soneto 22

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, en regiones contrarias, en un mediodía quemante: eras sólo el aroma de los cereales que amo. Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa en Angola, a la luz de la luna de Junio, o eras tú la cintura de aquella guitarra que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido. Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. Pero yo ya sabía cómo era. De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

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Mario Meléndez

LLévame

Llévame hacia el sur de tus caderas donde la humedad envuelve los árboles que brotan de tu cuerpo Llévame a la tierra profunda que asoma entre tus piernas a ese pequeño norte de tus senos Llévame al desierto frío que amenaza tu boca al desterrado oasis de tu ombligo Llévame al oeste de aquellos pies que fueron míos de aquellas manos que encerraron el mar y las montañas Llévame a otros pueblos con el primer beso a la región interminable de lengua y flores a ese camino genital a ese río de ceniza que derramas Llévame a todas partes, amor y a todas partes conduce mis dedos como si tú fueras la patria y yo, tu único habitante

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Pablo de Rokha Genio y figura

Yo soy como el fracaso total del mundo, ¡oh, Pueblos! El canto frente a frente al mismo Satanás, dialoga con la ciencia tremenda de los muertos, y mi dolor chorrea de sangre la ciudad. Aún mis días son restos de enormes muebles viejos, anoche «Dios» llevaba entre mundos que van así, mi niña, solos, y tú dices: «te quiero» cuando hablas con «tu» Pablo, sin oírle jamás. El hombre y la mujer tienen olor a tumba, El cuerpo se me cae sobre la tierra bruta Lo mismo que el ataúd rojo del infeliz. Enemigo total, aullo por los barrios, un espanto más bárbaro, más bárbaro, más bárbaro que el hipo de cien perros botados a morir.

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Max Jara Ojitos de pena

Ojitos de pena, Carita de luna, lloraba la niña sin causa ninguna. La madre cantaba, meciendo la cuna; “no llore sin pena carita de luna”. Ojitos de pena, carita de luna la niña lloraba amor sin fortuna. -“¡Que llanto de niña sin causa ninguna!” pensaba la madre como ante la cuna: -“¡Que sabe de pena; carita de luna!”

Ojitos de pena, carita de luna ya es madre la niña que amó sin fortuna; y al hijo consuela meciendo la cuna – “No llore mi niño “sin causa ninguna: “no ve que me apena “carita de luna”. Ojitos de pena carita de luna abuela es la niña que lloró en la cuna. Muriéndose llora su muerte importuna –”¿Por qué llora abuela sin causa ninguna?”. Llorando las propias ¿quién vió las ajenas? mas todas son penas carita de luna.

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Efraín Barquero fogón | Enjambre

Nunca apagaron el fogón donde hervía un agua oscura. Nuevos leños fueron arrojados por dos manos ocultas en la sombra. Ni supe cuántos eran : el humo Nuevos baldes se trajeron llenos de agua y de misterio. Un trozo de carne fue asado. un pan surgió de las cenizas. Un rito de azúcar quemada hizo más antiguo el silencio. Pero nadie se movió de la orilla. los envolvía como en sueños. No conocí sus rostros : el agua que hervía los hacía tan lejanos. Alguien irrumpió desde afuera, pero nadie se movió de su asiento. Seguía ardiendo el fuego, bullía el agua.

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Enrique Villa Blanca Ratas

Ratas roen mis nudos capitales que desatará la muerte ratonera. iQue temprano acuden los buitres a devorarme! A sosegar mi pie todavía callejero. Mi mano no merece llamarse izquierda, porque no cabe en los puntos cardinales. Hortensias funerarias, cielo vinagre, corren por mi río que corre por túneles amargos. Detén, rata, tu obra roedora. Carne soy. Ni tuyo ni mío. Sólo del viento que tiembla en los rosales.

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