Carlos a. Flórez lópez Carlos Mario Correa Cadavid (compilAdores)
MIRADAS TRANSVERSALES
Aportes de investigAción en plAneAción y desArrollo sociAl
Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Miradas transversales : aportes de investigación en planeación y desarrollo social / compiladores, Carlos A. Flórez López, Carlos Mario Correa Cadavid -- Bogotá: Grupo Editorial Ibáñez, 2022
232 páginas; 15x23 cm
Incluye referencias bibliográficas -- Texto en español con resúmenes en inglés
ISBN: 978-958-791-579-2
1. Desarrollo social - Investigaciones 2. Planificación social - Investigaciones 3. Desarrollo sostenible - Investigaciones I. Flórez López, Carlos Alirio, compilador II. Correa Cadavid, Carlos Mario, compilador
CDD: 303.44 ed. 23
CO-BoBN - a1098096
© Grupo de investigación Planeación, Desarrollo y Educación Facultad de Ciencias Sociales Institución universitaria Colegio Mayor de Antioquia
© (compilAdores) cArlos A. Flórez lópez cArlos mArio correA cAdAvid
© grupo editoriAl ibáñez imprentA: Carrera 69 Bis No. 36-20 Sur Tels: 601-2300731 – 601-2386035 libreríA cAFé lA soledAd pArkwAy: Calle 37 No. 19-07 Tels: 601-7025760 – 601-7025835 libreríA: Calle 12 B No. 7-12. L. 1 Tels: 601-2847524 – 601-2835194 Bogotá, D.C. – Colombia www.grupoeditorialibanez.com
Queda prohibida la reproducción parcial o total de este libro por cualquier proceso reprográfico o fónico, especialmente por fotocopia, microfilme, offset o mimeógrafo.
Ley 23 de 1982
ISBN:
Diagramación electrónica: Luisa Barrera A. Diseño de portada: Vanessa Peña A.
Alirio
innovación social como estrategia
de
Diana María Lopera Montoya (C) Ms. Jazmín Andrea Gallego Castaño Ms. Claudia Milena Arias Arciniegas Ms. Carlos Mario Correa Cadavid Ms. Liliana Patricia Restrepo Medina
Capítulo
Fernanda
APUESTA TEÓRICA
Aníbal Quintero Hernández
Guzmán
mirada a la percepción
ODS
las comunidades en la ciudad
Inés Vivanco Julio Carlos Mario Correa Cadavid Carlos Alirio Flórez López Alejandra Milena Zapata Jairo David Garcés Lozano
Elizabeth Colorado Rendón Cristina Buitrago Bedoya Daniela Sánchez
Berrio
Natalia Meneses Carvajal Diana María Lopera Montoya Alejandro Arango Correa Juliana María Ramírez Monsalve Maria Tatiana Giraldo Morales
Presentación
Este libro producto de investigación, liderado por el Grupo de Investigación en Planeación, Desarrollo y Educación PLAND+E, es el resultado del trabajo de docentes investigadores comprometidos con el aporte en diversas temáticas y objetos de estudio, y ofrece a la comunidad académica una mirada interdisciplinar sobre el objeto de formación del pregrado en Planeación y Desarrollo Social y la Tecnología en Gestión Comunitaria de la Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.
El Grupo de Investigación PLAND+E, surgido en 2019, tiene como misión, generar conocimiento reflexivo y analítico, sobre objetos relacionados con la planeación, el desarrollo, la educación, la innovación social y la gestión comunitaria mediante la coordinación, gestión y desarrollo de actividades de carácter académico, investigativo, extensión y proyección social. Actualmente, cuenta con cuatro líneas de Investigación: 1. Planeación Territorial y Políticas Públicas para el Desarrollo; 2. Desarrollo, sociedad y naturaleza; 3. Prácticas pedagógicas y procesos sociales; 4. Innovación social y gestión de conocimiento, y el grupo se encuentra en Categoría C otorgada por MInciencias, según la Convocatoria 894 de 2021 de medición de grupos de investigación
Este libro, Miradas Transversales. Aportes de investigación en planeación y desarrollo social, surge de su contexto para aportar a las problemáticas que abordan las líneas de investigación señaladas anteriormente, y se encuentra dividido en tres apartados. En primer lugar, una reflexión conceptual desde las ciencias sociales a propósito de la planeación para el desarrollo social. En segundo lugar, una mirada a las organizaciones desde una perspectiva social. En tercer lugar, aportes para comprender Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ciudadanía juvenil y cultura emprendedora.
Esperamos con esta iniciativa académica, abrir espacios de diálogo y reflexión en el marco de las ciencias sociales, para enriquecer el ejercicio profesional de los egresados y egresadas de los programas de planeación y desarrollo social, la tecnología en gestión comunitaria de la Facultad de Ciencias Sociales y Educación, con el fin de contribuir en la construcción y consolidación de una comunidad académica y un enfoque disciplinar en el desarrollo social, junto al aporte social y organizacional, para quienes están en formación o ya se encuentran liderando procesos.
Una mirada desde las ciencias sociales Aportes disciplinares
Capítulo 1
Analítica en ciencias sociales y grandes volúmenes de datos
¿Ciencias Sociales Digitales?:
Retos y desafíos / alcances y limitaciones
Carlos Alirio Flórez López1 Jazmín Andrea Gallego2 Alejandra Milena Zapata3 Carlos Mario Correa Cadavid4
Resumen
Las redes sociales, las tecnologías de la información y la comunicación, el internet de las cosas y en general las relaciones sociales en medios virtuales o electrónicos, vienen produciendo
1 PhD. Historia. Coordinador del grupo de Investigación Plan D+E. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. carlos.florez@colmayor.edu.co.
2 Ms (C) en Estudios de Ciencia, Tecnología, Sociedad (CTS). Instituto Tecnológico Metropolitano – ITM -; Profesional en Planeación y Desarrollo Social. Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Profesora. Facultad de Ciencias Sociales, Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Email: jazmin. gallego@ colmayor.edu.co
3 Maestrante en Gestión de Organizaciones. Administradora de Empresas. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. alejandra.zapata@colmayor.edu.co.
4 Doctorando en Estudios Organizacionales. Magister en Desarrollo énfasis Organizacional y Gerencial. Administrador de Empresas. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Miembro de la Red RISES. dec.cienciasociales@colmayor.edu.co
una gran cantidad de información, sea de forma voluntaria en las interacciones o en consultas rápidas efectuadas a través de link, Hashtag o formularios, aflorando sensaciones, discursos, creencias y opiniones que brindan información en relación a la cultura a nivel regional o mundial. Algunos investigadores sociales han empezado a encontrar en dicha información una fuente importante de datos para reconocer situaciones o problemáticas sociales, sin embargo, ello implica, por un lado, reconocer el potencial que generan las herramientas tecnológicas para la investigación social, y de otro, adaptar e innovar en métodos y estrategias de investigación para aprovechar dichos datos o para complementar procesos investigativos cualitativos o mixtos en ciencias sociales. El capítulo presenta un acercamiento en tal sentido, y en especial de las posibilidades que tienen los investigadores sociales que se interesan por los problemas del desarrollo social, las comunidades y la gestión del territorio.
Palabras Clave: Analítica en ciencias sociales, grandes datos, herramientas digitales.
Abstract
Social networks, information and communication technologies, the Internet of things and, in general, social relations in virtual or electronic media, have been producing a great amount of information, either voluntarily in interactions or in quick consultations made through links, hashtag or forms, bringing out sensations, speeches, beliefs and opinions that provide information in relation to culture at a regional or global level. Some social researchers have begun to find in such information an important source of data for recognizing social situations or problems. However, this implies, on the one hand, recognizing the potential that technological tools generate for social research, and on the other hand, adapting and innovating in research methods and strategies to take advantage of such data or to complement qualitative or mixed research processes in the social sciences. The chapter presents an approach in this sense, and especially the possibilities that social researchers interested in the problems of social development, communities and territorial management have.
Keywords: Social science analytics, large data, digital tools.
Introducción
La investigación en ciencias sociales es de vital importancia para comprender las diversas problemáticas que subyacen en la sociedad contemporánea. Desde el impacto social de la actual pandemia del Covid 19, hasta temas recurrentes como las desigualdades sociales, la discriminación, el acceso a educación y salud, entre otros, permite dilucidar el abanico de posibilidades de acercamiento a su objeto de estudio.
El orden epistemológico de las Ciencias Sociales implica desplegar tres ámbitos. Un ámbito teórico, que desde lo conceptual da cuenta de escuelas y enfoques para comprender los fenómenos sociales. Un ámbito metodológico, que defina la ruta y proceso de los métodos, la metodología y las técnicas a emplear, al igual que el uso de las fuentes. Un ámbito objetual, que orienta el problema a investigar y apunta a la formulación de iniciativas para coadyuvar a la solución de los mismos. Lo anterior se puede graficar así:
Cuadro No. 1 orden epistemológico
Ámbitos
Teórico
Orden
Epistemológico
Metodológico
Objetual
CaraCterístiCas
Enfoques conceptuales
Nociones
Categorías
Escuelas de pensamiento
Métodos
Metodologías
Técnicas
Instrumentos
Sociedad
Procesos
Problemáticas
Ser humano
Fuente: Elaboración propia
No obstante, la frontera del uso de los métodos y el acercamiento a los objetos de estudio han cambiado de acuerdo con las necesidades del mundo actual. En las últimas décadas, con el auge de la era digital se ha centrado la atención en el uso y manejo del dato para comprender problemáticas de tipo social. Como sostiene Pérez:
“Con el desarrollo e innovación de las computadoras y el nacimiento de herramientas como Big Data, ya es posible predecir sucesos que afectan a la Ciencia Social. La posibilidad de recopilar cientos de datos y analizarlos, mediante algoritmos matemáticos como desde el punto de vista de los expertos, da como resultado la posibilidad de predecir el comportamiento del grupo humano sometido a estudio”. (Pérez, 2018)
Al asumir el Big Data como herramienta para comprender fenómenos sociales a escalas antes imaginadas, sugiere un cambio en la forma como se aborda el objeto de estudio de las mismas, pues aporta a la comprensión de problemáticas que contemplan su acercamiento en torno al dato y el contenido del mismo. Siguiendo a Pérez:
¨Las Ciencias Sociales y sus ramas específicas no solo se beneficiarán del análisis de datos a gran escala para predecir situaciones y comportamientos en las organizaciones, sino que, a partir del conocimiento de estos, se podrán implementar medidas y eliminar otras para provocar reacciones controladas que beneficien al conjunto de la sociedad¨. (Pérez, 2018)
No obstante, este cambio de paradigma suscita una reflexión en términos de los alcances y limitaciones que puede tener esta iniciativa. ¿Acaso se está desplazando al sentido y ser de lo humano por la dura frialdad y fiabilidad del dato?, en otras palabras ¿asistimos al desplazamiento de la investigación social cualitativa, que privilegia la voz y la participación in situ, por el manejo de megadatos marcados por software sofisticados?, o, por el contrario, ¿de cara a las nuevas realidades digitales, es inevitable el uso de dichas herramientas para comprender las dinámicas sociales de sociedades masificadas? Responder a estos y otros interrogantes más, es el interés de este capítulo.
Esta reflexión sitúa de telón de fondo el punto crucial de la aplicación del Big data en Ciencias Sociales. ¿La sociedad estaría en función del dato, o el dato en función de la sociedad? Desde luego, la oportunidad recae en acercarse al Biga Data y las posibilidades
académicas para comprender fenómenos complejos, donde lo digital es pieza clave en dicho entramado investigativo, pero, con la respectiva distancia y crítica social, para no caer en la dictadura del dato o en el determinismo social. En este sentido, identificados con Becerra, cuestiona los alcances del Big data en lo social. Este autor, citando a Kitchin (2014) plantea:
¨En un sugerente trabajo que abre el número inicial de Big data & Society, Kitchin (2014) ha señalado varios de estos mitos –de clara raíz empirista–, entre los cuales destacamos:
1. en big data se trabaja con un volumen de datos sin precedentes en las ciencias, lo que obligaría a repensar la relación entre casuística e investigación;
2. el uso de algoritmos y rutinas estandarizadas para el análisis de los datos evita los riesgos de interpretaciones tendenciosas y cargadas de la subjetividad del intérprete;
3. las técnicas de data mining permiten descubrir patrones y relaciones directamente en los datos, de modo que no se necesitan teorías, modelos e hipótesis;
4. los análisis trascienden los dominios de conocimientos específicos, de modo que cualquier persona (con un cierto conocimiento de estadística, visualización de datos y programación) puede llevar adelante los análisis e interpretar los resultados¨. (Becerra, 2017)
Esta crítica sobre el uso del Big data, remite al tema de la búsqueda de objetividad en ciencias sociales, es decir, en la relación Sujeto (cognoscente) y Objeto (cognoscible) prevalece la comprensión de la realidad social desde marcos de interpretación teóricos, dejando de lado la realidad que subyace en lo empírico. Por ello, más que el dato, más que el número, debe prevalecer la razón:
¨...se ha centrado en el análisis de la supuesta objetividad de los datos para el análisis de lo social y en el valor que los grandes datos aportan a la investigación de fenómenos sociales. La relevancia de este tipo de ensamblaje para las ciencias sociales no estaría dada por atributos relacionados con el tamaño y especificidades técnicas, sino por la forma en que se generan, en las relaciones con otros datos, por las conexiones de un individuo, de un individuo con otros, de grupos sociales, o bien, de la propia información. (Meneses, 2018)
1. APROXIMACIONES TEÓRICAS
En el nuevo siglo, las ciencias sociales han pretendido transformarse en el marco de procesos y dinámicas globales que implican el uso de herramientas tecnológicas y digitales como posibilitadores de nuevas formas investigativas, esto sin duda, lleva a la consolidación de diversos métodos de investigación y paulatinos cambios, que implican un reto para la investigación social. Desde esta perspectiva, el capítulo abordará algunos conceptos clave para entender la analítica de datos en ciencias sociales.
1.1. Big Data
Big Data se refiere principalmente al conjunto de datos cuyo tamaño excede la capacidad de almacenamiento con la que cuentan los sistemas de información y hardware convencionales, este término proviene originalmente de las ciencias de la computación y habla de grandes sets de datos que se pueden capturar, almacenar y analizar. (Rodríguez, Palomino y Moncada, 2017).
El término “grandes datos” fue acuñado originalmente para describir conjuntos de datos tan grandes que desafiaban el almacenamiento y el análisis computacional convencional, sin embargo, el término ahora abarca una gama de otras cualidades inmanentes en los rastros digitales de las actividades rutinarias –por ejemplo, cuando consumimos servicios públicos, navegamos por la Web o publicamos en los medios sociales– sin olvidar su variedad y velocidad. Estos datos ofrecen una visión de la vida cotidiana de millones de personas, en tiempo real y a lo largo del tiempo, y han generado un gran interés en la investigación social en toda la academia y, especialmente, en el comercio. (Halford y Savage, 2017, p. 1133)
Los expertos en el tema plantean que permite trabajar con grandes bases de datos a partir de la recolección, extracción, procesamiento y comprensión del dato; para ello, se ha llegado al consenso que la utilización de dicha herramienta puede ser definida, a “partir de tres “V”: volumen (haciendo referencia a grandes cantidades de datos), variedad (pues puede implicar varios tipos de datos), y velocidad (en la medida en la que los datos se acumulan progresivamente) (Berman, 2013).
Para Tabares y Hernández (2014), Big Data no solo se comprende en estas tres V y necesariamente no las involucra, pues esta puede darse solo con una de ellas, también argumentan que para algunos autores que han estudiado el tema, puede darse sin la aplicación de ninguna de ellas; es así como se entiende por Big Data en cuanto “requiere de técnicas o tecnologías diferentes a las tradicionales para resolverlo de una forma más adecuada, ya sea porque sus datos son complejos (3 Vs) o, simplemente, las técnicas y métodos tradicionales no son suficientes para dar una solución efectiva”. (Tabares y Hernández, 2014, p. 3)
Estudios más recientes han propuesto incorporar una cuarta V: Veracidad (Jagadish, 2015)”. (Becerra, 2017), mientras que otros, incluyen la V de Valor donde la veracidad está incluida, adicionando Validez y Volatilidad (Tabares y Hernández, 2014), es así como V: Valor ha sido incluida por autores que buscan más un análisis cualitativo, pues la generación de datos por sí mismos no garantiza que lo tengan. Es así como se pretende obtener información que realmente sea valiosa para su procesamiento a partir de formas estructuradas y no estructuradas, con técnicas computacionales, matemáticas, estadísticas y de visualización.
La naturaleza y procedencia de Big Data hace que los datos contengan ruido, el cual no garantiza la obtención de valor en dichos datos. La eliminación de este ruido proporciona Veracidad y, por ende, se facilita la Validez de los mismos, de acuerdo con el propósito específico para el que son utilizados. Al mismo tiempo, cuando se genera valor es necesario conocer la Volatilidad de los datos para efectos de conocer los diferentes métodos de análisis a aplicar. (Tabares y Hernández, 2014, p. 3)
Sí Big Data se aplica como herramienta que provee datos para comprender las complejas dinámicas sociales actuales, Becerra apoyado en el enfoque reciente Critical Data Studies plantea los siguientes ejes-problema, al momento de ser utilizada. Según, este autor, al referenciar a (Kitchin y Laurialt, 2014; Dalton y Thatcher, 2014; Illiadis y Russo, 2016): existen siete mandatos de dicho enfoque, a saber:
¨1. Sitúa el big data en el tiempo y espacio;
2. Expone que los datos son inherentemente políticos (y a qué intereses sirven);
3. Problematiza la compleja e indeterminada relación entre datos y sociedad;
4. Ilustra de qué formas el dato nunca es neutral;
5. Denuncia la falacia de que los datos “hablan por sí mismos” y que big data reemplazará a la investigación actual (con pocos datos);
6. Explora de qué manera este nuevo régimen de datos puede utilizarse al servicio de proyectos socialmente progresivos;
7. Examina de qué manera la academia se acerca a este nuevo régimen de datos y explora las oportunidades de dicho acercamiento”. (Becerra, 2017).
Una vez esbozados los ejes problemas, se articulan a un análisis que trasciende la herramienta de la Big Data (BD), es decir, la ciencia encargada de ello se aborda a través de la Analítica de Datos (AD) con sus respectivas aplicaciones en diferentes campos de conocimiento y comunidades científicas que la usan para complementar los métodos o en definiciones metodológicas con alto uso de datos.
2. ANALÍTICA DE DATOS
La analítica de datos, es la acción de dar tratamiento a datos de diversa procedencia, cantidad y tipo, y que, aplicada a las ciencias sociales contribuye a la investigación, el análisis de problemas y a la toma de decisiones en relación a comunidades, territorios y grupos poblacionales en diversas escalas.
Los datos y su tratamiento pueden ser cualitativos y/o cuantitativos, y pueden proceder de datos estructurados que se han recopilado a partir de acciones conscientes en los procesos sociales; o tener como fuente las redes sociales como Twitter, Facebook, o navegadores de bases de datos científicas o Google, es decir, fuentes que no fueron preparadas y tramitadas por investigadores o profesionales sociales, sin embargo, empiezan a constituirse como una opción para la investigación social, en relación a conocer emociones, sentimientos y opiniones en cuanto a temas o situaciones sociales.
La analítica puede tratarse de pequeños volúmenes de datos, tramitados con herramientas desde manuales o básicas de sistematización, pasando por software de análisis estadísticos, herramientas de cálculo, software
cualitativo o altamente sofisticados que se constituyen en herramientas de Big Data, soportando en ocasiones altos volúmenes de información, por tanto, la analítica está presente en todos los momentos, tanto de organizaciones como de las personas y los investigadores.
A pesar de la generación de gran cantidad de información que se presenta cada minuto, y que confluye en la nube a través de herramientas de Big Data, se generan grandes problemas para encontrarle productividad a ésta, ahora, lo difícil no es obtener datos, sino analizarlos de una forma eficiente encontrando información asertiva y valiosa.
Para Caldevilla (2012), la sociedad se encuentra frente a un problema de sobreinformación e infoxicación, con una alta sobreexposición de información, que no puede ser decodificada y aprovechada al máximo, aspecto que no es ajeno a las organizaciones y a los procesos de investigación, por ello toma relevancia la Analítica de Datos (Data Analysis), que permite la examinación de datos para la toma de decisiones, es decir los datos captados, almacenados y debidamente procesados permiten elaboraciones de conocimiento que se traducen en procesos investigativos o de toma de decisiones con mayor número de argumentos.
Según Vaz, Souza y Viegas (2020), el análisis de grandes datos permite extraer valor respectivo, con lo que el análisis de datos:
Implica el análisis e interpretaciones de todo tipo de información digital y surge de las principales fuentes, incluyendo los sistemas de empresas a gran escala, los gráficos sociales en línea, los dispositivos móviles, la internet de las cosas y los datos abiertos. Toma prestada técnicas basadas en la estadística, el aprendizaje automático y la econometría, entre otras. (Vaz, Souza y Viegas, 2020, p. 1209)
Es así como a partir del análisis de datos, se pueden descubrir información oculta que es útil, identificando patrones y correlaciones; en muchas ocasiones, respondiendo a preguntas que ni siquiera se habían formulado (Grover et al, 2018), los grandes datos simplemente ocurren a diferencia de la recolección de datos estructurada, con instrumentos que han sido validados previamente. (Muller et al, 2016).
Según Lugo y López (2018), existen cuatro técnicas que son utilizadas para el proceso de analítica de datos, las dos primeras analizan el comportamiento de datos en retrospectiva; una es la descriptiva que
se encarga de describir los datos históricos identificando qué ocurrió, y la otra, diagnóstica que permite conocer por qué ocurrieron las cosas y la correlación de variables a través de la probabilidad; es así como las dos siguientes, pretenden analizar datos a futuro, pues la predictiva, como su nombre lo indica, predice eventos futuros con estos datos históricos, y la prescriptiva, descubre tendencias y relaciones e indica cómo actuar frente a estas, obsérvese el siguiente gráfico y cuadro:
Gráfico No. 1 Retrospectiva y predictiva
Cuadro No. 2 Técnicas de análisis
téCniCas tipo DesCripCión
Descriptiva Retrospectiva Examina los datos de acontecimientos pasados a través de la estadística descriptiva
Diagnóstica Retrospectiva Ayuda a descubrir la relación y tendencia entre variables a través del análisis probabilístico.
Predictiva Predictiva Predice eventos futuros analizando datos históricos.
Prescriptiva Predictiva ¿Identifica qué se debe hacer?, ¿qué va a suceder?, cuándo y por qué?
Fuente: Elaboración propia (2020)
3. CIENCIAS SOCIALES COMPUTACIONALES (CSC)
La aplicación de las ciencias computacionales en las ciencias sociales emerge como discurso y práctica, para aportar a la comprensión de nuevos métodos y paradigmas en el marco de la investigación social, de allí, es posible comprender fenómenos relacionados a la interacción de grandes datos y el eco, que esto genera en el contexto real. Squazzoni (2012), citado por Rodríguez y Roggero (2015) afirma que el concepto incentivó “el empleo intensivo (y sistemático) de métodos computacionales para modelar fenómenos sociales” (p. 4), es decir, nuevas formas de control frente a las dinámicas individuales y colectivas que emergen en una sociedad.
El concepto es acuñado por el académico Robert Axelrod, quien, desde experimentos multidisciplinares, consolidó el modelo de simulación de agentes y lo confronta con diversos fenómenos de carácter social, de allí, la posibilidad de interpretar o modelar comportamientos humanos con el uso de herramientas tecnológicas e inteligencia artificial.
La simulación de agentes y sus interacciones se conoce por diversos nombres, entre ellos: modelado basado en los agentes (agent-based modeling), modelado “de abajo hacia arriba” (bottom-up modeling) y sistemas sociales artificiales. Cualquiera que sea el nombre empleado, el propósito del modelado basado en los agentes es comprender las propiedades de los sistemas sociales complejos a través del análisis de simulaciones (Axelrod, 2003, p. 15)
Por su parte Villota (2019), define las CSC como ...
...una revolución tecnológica muy importante en el campo de la Ciencia en general, especialmente para las Ciencias Naturales y Exactas, dados los beneficios al implementar esta herramienta en la solución o cómputo de problemas que para la mente humana le es imposible solucionar, o cuya búsqueda de una solución tomaría mucho tiempo. (p. 2)
Las CSC, logran consolidar modelos de gestión de conocimiento basados en los datos, análisis de inteligencia artificial y grandes plataformas tecnológicas que le posibilitan al investigador otras
formas de interactuar con un fenómeno de estudio, identificar tendencias, reconocer conductas humanas desde lo individual y colectivo, y finalmente incorporar nuevos paradigmas y métodos de investigación a las ciencias sociales tradicionales.
3.1. Gestión de Conocimiento: Aprovechando grandes volúmenes de datos
Un reto para las organizaciones, siempre ha sido consolidar modelos de transferencia y Gestión de Conocimiento (GC) que permitan una circulación constante de los datos, que van desde procesos administrativos, hasta la generación de nuevo conocimiento. Davenport y Prusak, (2001), citados por Nagles (2007), afirman que:
La gestión del conocimiento es un proceso lógico, organizado y sistemático para producir, transferir y aplicar en situaciones concretas una combinación armónica de saberes, “experiencias, valores, información contextual y apreciaciones expertas que proporcionan un marco para su evaluación e incorporación de nuevas experiencias e información”. (p. 77).
Los grandes datos y los modelos de GC basados en las herramientas digitales permiten consolidar información sistemática y en tiempo real de las interacciones sociales en plataformas como Facebook y Twitter, lo que posibilita al investigador la optimización de los datos en ciencias sociales. Nonaka et al. (1999), citado por Farfán y Garzón (2006), argumenta que la GC posibilita una...
búsqueda, codificación, sistematización y difusión de las experiencias individuales y colectivas, para convertirlas en conocimiento globalizado, de común entendimiento y útil en la realización de todas las actividades de la misma, en la medida que permita generar ventajas sustentables y competitivas en un entorno dinámico. (p. 8)
La GC, permite consolidar espacios, que, desde un análisis disruptivo de los datos, intenta resolver problemas en el marco social y político, aprovechando las técnicas y herramientas suministradas por las ciencias sociales computacionales y digitales, para comprender el comportamiento humano y las necesidades que subyacen a estas nuevas dinámicas.
Los investigadores y científicos sociales, tradicionalmente han trabajado, o con datos cualitativos o con alguna cantidad de datos cuantitativos, sobre los cuales se hacen interpretaciones; sin embargo, hoy se ha abierto un sendero atractivo para los investigadores sociales, y éste se encuentra en el gran volumen de datos que se generan en las redes sociales y en las interacciones que arroja la virtualidad.
Es así como “Los científicos sociales se interesan por la forma en la que las personas se comunican. Si bien las metodologías de investigación más cualitativas son un medio vital para responder a preguntas importantes sobre ese proceso, el análisis de los datos también puede revelar hallazgos importantes”.
En la revisión teórica realizada, se identificó avance en la relación de la GC con analítica en ciencias sociales, las ciencias sociales computacionales y las ciencias sociales digitales, lo que establece un punto de partida para lo que será en un futuro cercano las posibilidades que brindan las diversas herramientas para el manejo, no solo de grandes volúmenes de datos e información estructurada, sino también de las reacciones, emociones y sentimientos, alrededor de sucesos de la vida diaria.
En la analítica en las ciencias sociales, se identifica que los datos “pueden transformar el proceso de descubrimiento. Cuantos más datos haya, más descubrimientos se pueden hacer”, y es así como en la “literatura reciente de investigación de grandes datos, se dedica una sección cada vez mayor a la capacidad de los grandes datos para apoyar la investigación en las ciencias sociales”.
Típicamente el método científico ha planteado que un enfoque de investigación parte de supuestos e interrogantes, sin embargo los retos que están poniendo sobre la mesa las ciencias sociales digitales hacen que “gran parte de los datos y el análisis de Big Data parecen generarse sin preguntas específicas en mente, o el enfoque está impulsado por la aplicación de un método o el contenido del conjunto de datos en lugar de una pregunta en particular”, o a su vez, el cúmulo de datos permite “dar respuesta a una pregunta que nunca fue diseñada para responder en primer lugar”, lo que favorece en gran medida las técnicas y herramientas basadas en la Teoría Fundada, que utilizan los software de análisis cualitativo en ciencias sociales.
Los estudios en analítica en ciencias sociales y la GC, han ido derrumbando ideas preconcebidas de la lejanía del investigador social en relación al manejo de grandes volúmenes de datos, tal como indica Halford y Savage “a pesar de toda la retórica sobre los grandes datos, son en realidad los científicos sociales los que han tomado la delantera al mostrar cómo se pueden desplegar nuevos ensamblajes de datos para hacer argumentos poderosos sobre la vida social y el cambio social que dan forma al debate académico y público”, sin embargo vale la pena anotar que el uso de los datos y el análisis de los mismos en ciencias sociales, requieren de la participación de “muchos científicos de diferentes disciplinas, están involucrados en la elaboración de bases de datos para adquirir, analizar, modelar y visualizar datos”.
Lo que se vislumbra entonces es el potencial en la generación de nuevos conocimientos en la tríada analítica en las ciencias sociales, las ciencias sociales computacionales y las ciencias sociales digitales, dado que los límites que hasta ahora se tenían en abordar grandes volúmenes de datos e información con métodos tradicionales de ciencias sociales cualitativas; sin embargo, es preciso decir que no se pretende desvirtuar o desvalorizar el acumulado científico hasta ahora aportado en las técnicas, metodologías y herramientas que han utilizado los investigadores sociales a través del análisis cualitativo, por el contrario, se vislumbra como una posibilidad de desarrollo en tal sentido, dado que las personas ponen sus sentimientos y pensamientos en la internet, o se dispone de herramientas para el análisis de volúmenes altos y combinados de datos.
A su vez, sectores que han adolecido de mayor aporte de los científicos sociales, tales como la agricultura y la ruralidad, el desarrollo de ciudades, la movilidad, entre otras, están encontrando gran apoyo en estos científicos.
4. INVESTIGACIÓN BASADA EN DATOS: UNA MIRADA DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES
El siglo XXI, inicia la consolidación de sistemas tecnológicos complejos e imaginados para su aplicación en la investigación social, pero la sociedad de la información y el conocimiento ha posibilitado pensarse las dinámicas espaciales y temporales como elementos que pueden ser modificados desde la implementación de herramientas
digitales y computacionales, además de la rapidez con la que se pueden recopilar los datos. De modo semejante, Murillo (1999) indica que...
el mundo virtual que discurre por nuestro monitor al navegar por Internet, no sólo nos acerca a los centros de documentación o nos facilita la comunicación con otros investigadores, sino que nos abre un amplio abanico de posibilidades que, sin duda, modificará nuestro ritual investigador (p. 498).
Desde esta postura, es posible afirmar que los modelos de investigación basados en datos, han transformado las estructuras de investigación tradicional, al proponer nuevos métodos, técnicas, herramientas, enfoques y paradigmas para la investigación social, que conllevan a la transformación de las comunidades académicas y su inmersión en el dato como fuente posibilitadora de información. Para Orellana y Sánchez (2006) la “digitalización de las fuentes documentales y el acceso a Internet permiten que el investigador, desde su mesa de trabajo, tenga acceso a grandes fuentes bibliográficas en tiempo real y a costos muy bajos, situaciones impensables tan sólo hace unos años” (p. 207).
La investigación basada en datos, supone una oportunidad para el investigador social, pero se enfrenta a un debate social, político y ético, frente a la utilización y fines de los datos, la privacidad y la manipulación ejercida por agentes de control. Este capítulo, propone revisar la importancia de la analítica de datos en ciencias sociales y a su vez, generar algunas reflexiones axiológicas frente a los datos.
5. HERRAMIENTAS Y SUS USOS
Si bien hasta ahora se empiezan a conocer un sin número de herramientas, métodos y aplicaciones, no sólo para la interacción, recopilación, análisis y almacenamiento de información, de forma intencionada o muchas veces sin que se hagan preguntas para procesos de investigación social, o se pretenda conocer algún tema de tendencia social, se está constituyendo a nivel global nuevas tendencias que influyen en la forma de hacer investigación social, en la combinación de métodos y el decidido papel del científico que hasta ahora tenían preferencia por los métodos cualitativos.
En la introducción e inmersión de investigadores sociales en la combinación de grandes volúmenes de datos con técnicas cualitativas, emerge una clasificación que considera, según Roger (2008),
Cuando los investigadores intentan utilizar métodos de análisis establecidos creando o utilizando medios digitales, están digitalizando sus esfuerzos. Sin embargo, cuando los métodos de análisis se adaptan para tener en cuenta el clima natural de la plataforma que “proporciona acceso a los datos, entonces el investigador está utilizando métodos digitales”... o lo que es lo mismo llama métodos “digitalizados” y métodos “nativamente digitales”.
Ya se ha dicho, el dato por sí sólo no basta en el proceso investigativo, la herramienta por sí sola puede recopilar información pero ésta puede volverse un mar de confusiones para el investigador. Es por ello, que el camino que se abre a los pies del investigador social requiere de un mayor esfuerzo en la comprensión de métodos, técnicas y herramientas de investigación social, a la par, con una importante comprensión de las redes y herramientas tecnológicas y digitales que se encuentran a disposición.
Por ejemplo, es de suma importancia el análisis de discurso o de sentimientos que puede emerger de Tweets, sin embargo, al utilizar un primer barrido de la información descargada de las plataformas puede clasificarse por códigos o palabras claves, o codificarse libremente en Atlas Ti, sin embargo, luego debe someterse a un trabajo de expertos sociales que revisen lo que se quiso expresar en la información. En otras ocasiones, el volumen de información amerita ser confinada por grandes lotes de datos a plataformas de microtareas, tales como imágenes, mensajes de voz o de texto que se hayan generado a raíz de una pregunta o en forma abierta por reacciones a un fenómeno social, la cual es dividida en pequeñas tareas que analizará una cantidad de personas en todo el mundo, para luego ser recogida y ensamblada según lo requiera el investigador.
A continuación se presenta un cuadro que resume algunas herramientas y métodos que favorecen la analítica de datos en las ciencias sociales:
Cuadro No. 3. Herramientas y métodos
nombre tipo DesCripCión
Twitter Only
Herramienta / Red
Imágenes de superficies o Capturas textuales de Twits
Facebook Herramienta / Red Herramientas para análisis de sentimientos.
Microtareas/ Múltiple Platforms
Plataformas/ Herramienta/ Método
Análisis del discurso, etnográfico y cualitativo. Revisión de imágenes de superficie o capturas textuales en redes sociales, a través de métodos “digitalizados” y “ métodos “nativamente digitales” (Rogers, 2008)
DMI-TCAT Método
Generan visualizaciones producidas en las herramientas, y son informativas de los datos que representan y también son puntos de entrada efectivos para investigaciones cualitativas posteriores. Herramientas de iniciativa de Métodos digitales.
API Twappaer Keeper Herramienta
API Nodel XL
Weibo Only
Análisis de datos / Analysis Toolset (DMITCAT) / Herramientas de código abierto (GitHub)
Storify
Herramienta de código abierto. Recopila y analiza gran cantidad de tweets (multilingües), a través de enlaces # o hashtag.
Herramienta / Red Consultas especializadas, descarga de datos, análisis masivos por plataformas de microtareas.
Herramienta / Método
Herramienta / Método
API para análisis de Herramientas de twitter. API DE Facebook
API para análisis de Herramientas de twitter. API DE Facebook
Método/ Herramientas
Combinados con enfoques cualitativos como etnografías, entrevistas, grupos de discusión y observación de los participantes, con posturas críticas para reconstruir el régimen discursivo que acompaña a las iniciativas basadas en datos.
Herramienta
Herramienta para curar publicaciones seleccionadas de medios sociales que luego pueden ser incrustadas en páginas de medios y sitios web comerciales. Toma datos visuales. Gratuita y más cercana a investigadores que no posean altos volúmenes de macro datos.
Archivos CSV Método
Netlytic
Herramienta
Archivos planos exportados a excel para análisis de datos
Herramienta de análisis en red, creada por Social Media Lab por la Universidad de Ryeson.
Gephi Herramienta Herramienta de análisis en red
Análisis de series cronológicas y de sentimientos
Análisis de contenido asistido por computadora
Investigaciones etnográficas y cualitativas de análisis de discurso
Atlas ti / MaxQDA
Método
Método
Método
Herramienta
Metodologías cualitativas de análisis. Pueden ser complementadas con software de análisis cualitativo.
Modelaciones de sistemas complejos, basados en parámetros de grandes volúmenes de datos cuanti y cuali
Herramienta de análisis etnográfico y cualitativo
Basada en Teoría Fundada y análisis cualitativo, códigos emergentes, códigos previamente definidos.
Fuente: Elaboración propia (2020)
A continuación se puede observar una descripción más detallada de algunas de las herramientas que permiten desarrollar investigación social basada en grandes volúmenes de datos:
• YourTwapperKeeper: Es una herramienta de código abierto (software libre) que permite la recopilación de datos en diferentes redes sociales, entre ellas, Twitter. Para utilizarse, se debe tener conocimientos básicos en programación informática.
• Storify: Se utiliza para la minería de datos, extrayendo los datos para incrustarlos en otros sitios web. Ésta recoge los datos y los visualiza, tal y como está en la plataforma.
• Netlytic: es una herramienta fácil de usar para quien no tiene conocimientos avanzados en manejo de software, extrae datos de Twitter, Facebook, Instagram y datos importados por el investigador. Además, cuenta con una versión gratuita que permite analizar pequeñas cantidades de datos, y dos versiones pagas que incluye mas funcionalidades.
• DMI-TCAT: Siendo una de las herramientas gratuitas mas funcional para el análisis de datos, permitiendo extraer y analizar información de las redes Amazon, Pinterest, Google, Instagram, Facebook, Tumblr, Wikipedia, YouTube, y otros. A pesar de su amplia funcionalidad, esta solo permite usuarios nuevos que tengan relación con la Universidad de Ámsterdam. Sin embargo, a partir del código fuente disponible en GitHub se
pueden descargar los datos y alojarlos en un servidor anfitrión. Es importante aclarar que para ello, se debe tener conocimientos de programación informática.
6. APLICACIÓN DE LA ANALÍTICA A PROBLEMAS DEL DESARROLLO SOCIAL Y COMUNITARIO
Los campos disciplinares que abordan los problemas del desarrollo social, o del territorio desde las dimensiones humanas y los aspectos de gestión comunitaria, desde la perspectiva de las organizaciones sociales y de la comunidad, poco a poco han ido reconociendo la importancia de los datos para los procesos sociales y comunitarios, pues en gran medida las acciones profesionales en tal sentido requieren interacciones que en algunos momentos ameritan mayor oportunidad, mayores coberturas y dispositivos de manejo y tratamiento de información.
A continuación se describen aspectos en los cuales un profesional social, que aborda problemas del desarrollo y la comunidad, con mirada interdisciplinaria y crítica, puede utilizar herramientas y métodos tecnológicos y de las redes sociales:
Cuadro No. 4. Métodos tecnológicos y redes sociales
Área De aCCión
Políticas públicas.
Planes de desarrollo, Presupuesto participativo y planeación local
Mapeos y caracterizaciones de organizaciones y/o personas
Censos.
Conflictos comunitarios
Innovación social
requerimientos De Datos
Grandes volúmenes de datos para priorizar y estructurar políticas públicas.
Identificación de necesidades, reacciones de grupos sociales y análisis de corresponsabilidad. Comprensión y reacción a la planeación local.
Herramientas SIG, herramientas Google, Redes sociales para difusión, aplicación de formularios, entre otras.
Incrementa la capacidad para conocer mayores características por grupos y subgrupos poblacionales (diferencial).
Identificación de emociones, sensaciones y discursos, alrededor del poder y los conflictos comunitarios. Percepciones y miradas.
Identificación de soluciones, ideación, prototipados, normas y políticas públicas.
Desarrollo rural
Población y migraciones
Análisis de distribución de población rural, producción y comercio alternativo de bienes y servicios, entre otros.
Análisis de redes sociales. Análisis SIG de ubicación en tiempo real de las personas.
Niños y Jóvenes
Percepciones y reacciones en relación a las violencias de género. Mapas de riesgo.
Ideación de tendencias suicidas. Percepción de la juventud frente al trabajo y las oportunidades. Género y riesgos para las mujeres
Ahora bien, es de gran importancia reconocer el análisis estadístico y de grandes volúmenes de datos, para armonizarlos y/o complementarlos en diversas vías, a través de las herramientas de análisis cualitativo, desde los análisis en herramientas propias del investigador, hasta el trabajo de volúmenes de información cuantitativa y cualitativa, en Atlas ti, MaxQDA y otras más desde las redes sociales, que en muchas ocasiones están disponibles para investigadores sociales.
7. ÉTICA EN EL MANEJO DE LOS DATOS Y LOS INVESTIGADORES SOCIALES
Un primer planteamiento al respecto, se relaciona con el volumen de los datos, quién los usa y las brechas entre académicos y grandes empresas; es así como algunos investigadores de las ciencias sociales buscan reducir o evitar una brecha digital en tal sentido, mientras “otros son críticos con los “grandes datos”, cuestionando la ética de esas investigaciones”, al igual que se ponen en duda la garantía de uso para todos de los grandes datos, es decir, se transita hacia otra gran brecha entre “los que tienen datos y los que no los tienen” (Boyd y Crawford, 2012).
A su vez, en estudio realizado por Wiseman et al (2019) se evidencian problemas relacionados con “una falta de transparencia y claridad en temas como la propiedad, portabilidad, privacidad, confianza y responsabilidad de los datos”, esto referido a la relación entre la data social aplicada a la agricultura digital, pero que es inherente a todos los campos de aplicación. El problema central, para el caso aplicado al agro y lo rural, se centra en “las preocupaciones de los agricultores, en la falta de confianza entre los contribuyentes de datos y los terceros que recopilan, agregan y comparten datos”.
Además, las discusiones y el alcance de uso de los datos, es decir las fronteras de lo permitido y lo no permitido, hacen que “los datos públicos recopilados de las API están sujetos a reglas que son interpretadas de manera diferente por investigadores y científicos”, aspectos que generan brechas y que se propone a menudo “una compensación entre la integridad de los datos y el comportamiento ético”, y es así como en la relación grandes datos, uso e impacto social de los mismos, “se ha documentado varias preocupaciones , relacionadas sobre todo con la confianza, la privacidad y la protección de las personalidades en el ámbito de los servicios y aplicaciones impulsados por la nueva tecnología”.
De todo ello, se desprende la preocupación por los investigadores en relación a la sostenibilidad del uso de grandes datos, en la medida que los usuarios sienten “preocupaciones o sienten ambigüedad o peligro en términos de confianza o privacidad”; y de otro lado, la posibilidad de sesgo de los académicos y los investigadores, en la medida “que probablemente no son usuarios medios de las grandes aplicaciones de datos”.
Dado que es un campo demasiado joven, se presentan varios retos, uno de ellos es la constante evolución, “lo que plantea problemas de accesibilidad a muchos que no tienen formación en informática” o en relación a los conocimientos básicos requeridos, por decir un ejemplo, quienes estructuran investigaciones basados en la netnografías, en la medida que “hasta ahora, los sitios de redes sociales (SNS) son estudiados por científicos sociales, que carecían de los instrumentos y conocimientos necesarios para realizar investigaciones sobre conjuntos de datos a gran escala, o por físicos que carecían de los objetivos de investigación científicos sociales en la exploración del SNS para realizar investigaciones sobre fenómenos sociales”.
El investigador social requiere comprender la forma en que se acopian y consolidan los datos en las redes, herramientas y bases de datos, y de la forma en que “participen en el análisis de los datos así como en otros métodos establecidos para proporcionar una postura reflexiva sobre el uso de los medios sociales”, esto implica un enfoque crítico que según Kitchin y Lauriault, teniendo en cuenta algunas de las consideraciones identificadas por los autores, entre ellas “situar el BD en el tiempo y el espacio, desempaquetar la compleja relación no determinante entre los datos y la sociedad, exponer las falacias
de que los datos pueden hablar por sí mismo y que los grandes datos sustituirán a los pequeños, explorar los nuevos regímenes de datos de manera socialmente progresiva y la forma en que los círculos académicos se comprometen con los nuevos regímenes de datos y las oportunidades de ese compromiso”.
Por último, los intereses de los científicos sociales se centran en la “forma en que las personas se comunican” es decir, se ha puesto un foco en las metodologías cualitativas que brinda mayores elementos para responder las preguntas significativas, sin embargo “el análisis de los datos también puede revelar hallazgos importantes”.
8. DISCUSIÓN
Son múltiples los beneficios del dato en los procesos de investigación social, estos permiten consolidar grandes volúmenes de datos en sociedades cada vez más masificadas, donde predominan grandes comunidades urbanas, que concentran la mayor cantidad de población, en comparación con poblaciones y territorios rurales. En este sentido, los datos aportan a la toma de decisiones para la intervención social desde aspectos asociados al bienestar, que posibilita la formulación de programas, proyectos y políticas públicas más eficientes y eficaces, que, a su vez, contribuyen a la focalización de segmentos poblacionales y de esta manera mejoran la articulación entre Estado, Sociedad y Empresa.
Sin embargo, las limitaciones que trae consigo el manejo del dato, develan procesos de manipulación política y económica, que alteran la dinámica del dato, privilegian intereses de sectores económicos poderosos y el detrimento de poblaciones vulnerables que no “caben” en el marco de esas lógicas de poder. Desde la perspectiva política, se ejerce el poder en la toma de decisiones que no son democráticas, en tanto no se vincula la participación ciudadana de los actores. Desde lo económico, se instrumentaliza el dato, como una forma de promover la mercantilización de bienes y servicios, por encima de las necesidades humanas.
El presente capítulo de ninguna manera pretende insinuar el cambio de técnicas y metodologías de investigación en ciencias sociales, en especial el papel preponderante que ha tenido las técnicas
cualitativas en el desarrollo de las mismas, lo que sí se espera es que se reconozcan las potencialidades de las redes sociales y las herramientas que generan grandes volúmenes de datos en reacción a situaciones y fenómenos sociales, que pueden ser aprovechados para interpretar discursos, emociones y sensaciones.
Las acciones en función del desarrollo requieren que los investigadores sociales reconozcan técnicas, herramientas, metodologías y tecnologías de la información y la comunicación, que capitalicen la información disponible, no sólo la captada de forma estructurada definida en el proceso de investigación y análisis, también el variado y gran volumen de datos generados en las redes, con lo cual se pueden agilizar acciones investigativas y reconocer mayor cantidad de grupos poblacionales, problemas diversos o reacciones sociales.
9. CONCLUSIONES
Las CSC, ponen a prueba los dilemas éticos a los que se enfrenta el investigador, es posible que la evolución de los métodos, técnicas y herramientas de la investigación social, ahora basadas en datos, pueda replantear los valores ontológicos y axiológicos que tradicionalmente se han abordado en la investigación cualitativa. González (2002), expositor de los elementos bioéticos más importantes que deben tener las investigaciones de corte cualitativo, plantea nueve consideraciones al respecto: valor social científico, validez científica, selección equitativa de los sujetos, proporción favorable del riesgobeneficio, condiciones de diálogo auténtico, evaluación independiente, consentimiento informado y respeto a los sujetos inscritos. Desde esta perspectiva, es pertinente preguntar ¿cuáles son los dilemas éticos que emergen en la evolución de la investigación social? ¿Se conserva la privacidad de los datos? ¿es el dato fuente verídica de información? ¿se analiza objetivamente el dato o hay juicios de valor en su interpretación?
El análisis planteado en este capítulo, reconoce la importancia de los datos en las ciencias sociales y las diversas formas de investigación que se dinamizan desde la analítica, la BigData (BD), las ciencias digitales, las herramientas tecnológicas y bibliométricas, pero también, abre un espacio de reflexión frente al uso de los datos y las decisiones que se pueden tomar desde su lectura. Es un reto importante
trazar límites éticos en el marco de las CSC, para garantizar el rigor científico en la investigación social.
¿Cómo las universidades / agencias de desarrollo aúnan esfuerzos para que se mantenga una analítica de datos fuerte?, y ¿cómo hacer viable este modelo en este tipo de sociedades, donde los recursos son escasos, con la integración de diferentes sectores?.
Plantea un reto para la formación en ciencias sociales, que incluya en los componentes curriculares aspectos de las tecnologías de la información, el manejo de datos y la analítica en función de procesos investigativos y de comprensión de las dinámicas sociales, y que el dato, la estadística y las tecnologías sean algo alejado y marginal en el campo de las ciencias sociales.
Referencias
Axelrod, R. La complejidad de la cooperación: modelos de cooperación y colaboración basados en los agentes. Buenos Aires Argentina: F.C.E, 2003, p. 15.
Caldevilla, D. “Efectos actuales de la ’sobreinformación’ y la ’infoxicación’ a través de la experiencia de las bitácoras y del proyecto I+D Avanza ’Radiofriends’.” Revista de Comunicación de la SEECI, 30, 2013, pp. 34–56.
Farfán, D. y Garzón, M. La gestión del conocimiento. Documento de Investigación. No. 29, ISSN: 0124-8219. 2006.
González, M. Aspectos éticos en investigación cualitativa. Revista Iberoamericana de Educación. No. 029, 2002, pp. 85-103.
Grover, V., Chiang, R. H., Liang, T. P., y Zhang, D. Creating strategic business value from big data analytics: A research framework. Journal of Management Information Systems, 35(2), 2018, pp. 388-423.
Halford, S., y Savage, M. Speaking Sociologically with Big Data: Symphonic Social Science and the Future for Big Data Research. Sociology, 51(6), 2017, pp. 1132–1148. https://doi. org/10.1177/00380 38517698639
Lugo, C., y López, J. Analítica de Datos con Aplicación en un Caso Práctico, Mediante el Uso de una Herramienta Libre. (Trabajo de grado pregrado). Universidad Tecnológica de Pereira, Pereira, Colombia, 2018.
Muller, O., Junglas, I., Brocke, J. y Debortoli, S. Utilizando grandes análisis de datos para la investigación de sistemas de información: Desafíos, promesas y directrices. European Journal of Information Systems, 25 (4), 2016, pp. 289-302.
Murillo, J. Internet: Nuevas herramientas para la Investigación Educativa. Revista de Investigación Educativa, 17, 1999, pp. 495-499.
Nagles, N. La gestión del conocimiento como fuente de innovación. Revista Escuela de Administración de Negocios. ISSN: 01208160, 2007.
Orellana, D y Sánchez, C. Técnicas de recolección de datos en entornos virtuales más usadas en la investigación cualitativa. RIE, vol. 24-1, 2006.
Rodríguez, L. y Roggero, P. Modelos basados en agentes: aportes epistemológicos y teóricos para la investigación social. Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Nacional Autónoma de México Nueva Época, Año LX, núm. 225, 2015, pp. 227-262. ISSN-0185-1918
Rodríguez, P., Palomino, N., y Moncada, J. El uso de datos masivos y sus técnicas analíticas para el diseño e implementación de políticas públicas en Latinoamérica y el Caribe. Banco Interaméricano de Desarrollo. 2017. http://dx.doi.org/10.18235/0000893
Tabares, L. F., y Hernández, J. F. Big Data Analytics: Oportunidades, Retos y Tendencias. Universidad de San Buenaventura, 2014. 20.
Vaz, A., Souza, F., y Viegas, M. Big Data Analytics: Achievements, Challenges, and Research Trends. Independent Journal of Management & Production. 11, 2020, pp. 1201-1222. https://dx.doi. org/10.14807/ijmp.v11i4.1085.
Villota, R. La Inteligencia Artificial para las Ciencias Sociales y las Ciencias Sociales para la Inteligencia Artificial en las “Ciencias Sociales Computacionales”, para la construcción y consolidación de un proceso de “Paz” estable y duradero, en el marco del conflicto armado colombiano. Congreso Colombiano de Computación (14CCC). 2019.
Ms. Diana María Lopera Montoya1
(C) Ms. Jazmín Andrea Gallego Castaño2
Ms. Claudia Milena Arias Arciniegas3
Ms. Carlos Mario Correa Cadavid4
Ms. Liliana Patricia Restrepo Medina5
Resumen
El capítulo aborda una de las relaciones que emergieron en el proceso de análisis de datos de la investigación: Mapeo de la innovación social en Medellín, proyecto avalado desde el grupo de investigación Plan D+E, del Colegio Mayor de Antioquia, el cual
1 Ms. Diana María Lopera Montoya. Profesora de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia – Colmayor – Medellín. Colombia. diana.lopera@colmayor.edu.co
2 (C) Ms. Jazmín Andrea Gallego Castaño. Profesora de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia – Colmayor – Medellín. Colombia. jazmin.gallego@ colmayor.edu.co
3 Ms. Claudia Milena Arias Arciniegas. Profesora de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia – Colmayor – Medellín. Colombia. claudia.arias@ colmayor.edu.co
4 Ms. Carlos Mario Correa Cadavid. Decano Facultad de Ciencias Sociales y Educación. Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia – Colmayor – Medellín. Colombia. dec.cienciasociales@colmayor.edu.co
5 Ms. Liliana Patricia Restrepo Medina. Profesora del Instituto Tecnológico Metropolitano–ITM – Medellín. Colombia. lilianarestrepo@itm.edu.co Investigación a la que se encuentra vinculado el capítulo: Apropiación territorial y fortalecimiento de la subjetividad política a través de procesos de formación
Capítulo 2 La innovación social como estrategia para el desarrollo de iniciativas de economía social y solidaria
pretendió reconocer el concepto de innovación social desde las organizaciones sociales y comunitarias.
La relación emergente que surge de la investigación, es la economía social, solidaria y la innovación social, desde sus concepciones teóricas, hasta los testimonios brindados por las organizaciones, dan por hecho, que en tal relación se evidencia una apuesta por la transformación de los territorios, el bien común, la generación de capacidades, entre otros.
Desde dos estrategias metodológicas se aborda el texto, la Bibliometría y la etnografía, permitiendo evidenciar desde la primera estrategia, la producción de conocimiento desde estas relaciones conceptuales y con la segunda, los testimonios de las personas que hacen posible respaldar y comprobar, cómo la innovación social en el marco de la economía social y solidaria, encuentra posibilidades de materialización.
Palabras Clave: Innovación social, economía social y solidaria, organización social.
Abstract
The chapter addresses one of the relationships that emerged in the process of analyzing the research data: Mapping of Social Innovation in Medellín, a project supported by the Plan D+E research group of the Colegio Mayor de Antioquia, which sought to recognize the concept of social innovation from social and community organizations.
The emerging relationship that emerges from the research is the social and solidarity economy and social innovation, where from their theoretical conceptions, to the testimonies given by the organizations, they take for granted, that in such a relationship there is a bet for the transformation of the territories, the common good, the generation of capacities, among others.
The text is approached from two methodological strategies, Bibliometrics and ethnography, allowing to evidence from the first strategy, the production of knowledge from these conceptual relationships and with the second, the testimonies of people who make it possible to support and verify, as social innovation in the framework of social and solidarity economy, finds possibilities of materialization.
Keywords: social innovation, social and solidarity economy, social organization.
Introducción
El presente capítulo es derivado del proyecto de investigación “Mapeo de Iniciativas de Innovación Social en Medellín”, del Grupo de Investigación en Planeación, Desarrollo y Educación (PlanD+E) y el Laboratorio de Innovación Social de la Facultad de Ciencias Sociales, cuyo propósito es identificar iniciativas de Innovación Social en la ciudad que posibilite su valoración y caracterización en función de los procesos de gestión de conocimiento y de fortalecimiento.
La innovación social (IS) es un concepto que particularmente en Colombia viene haciendo eco desde hace aproximadamente veinte años, y desde entonces se ha tornado como un concepto complejo de definir, en tanto que este entraña particularidades, pero también diversidades, así entonces, en los últimos desarrollos se argumenta que la innovación social puede leerse y comprenderse, no como una fórmula o una receta, sino más bien, como un concepto que se construye desde los territorios y por ende desde las comunidades que lo posibilitan o lo desarrollan.
Así entonces, el objetivo de este capítulo es abordar cómo la innovación social se torna en una estrategia idónea para el desarrollo de iniciativas de economía social y solidaría, o dicho de otro modo, cómo a partir de iniciativas de economía social y solidaria, se gestan procesos de innovación social, tal relación fue posible evidenciarla desde dos estrategias metodológicas utilizadas en la investigación: Mapeo de innovación social en Medellín. Una desde un rastreo bibliométrico y la otra desde un componente etnográfico, donde se ubicaron una serie de organizaciones que han definido que en su hacer tienen incorporado prácticas de innovación social.
1. APROXIMACIONES TEÓRICAS
El término de innovación social es entendido como un concepto complejo e interdisciplinar que en ocasiones genera ambigüedades interpretativas, y en las últimas décadas el concepto de innovación social, no solo toma fuerza en los estudios bibliométricos que
soportan sus significados desde las corrientes de investigación en ciencias sociales, sino, que, además, soporta procesos de desarrollo y gestión territorial.
Para Weeks (1940), citado por Hernández (2016) “La innovación social se refiere a nuevas formas, técnicas, procedimientos, leyes y acuerdos, llevados a planes en educación, justicia, profesiones, economía, comercio y negocios internacionales que propenden por órdenes sociales más equitativos y justos”, desde esta perspectiva, se entiende la innovación social, como un conjunto de estrategias y acciones, que de manera articulada entre actores posibilita la intervención social y la ideación de soluciones colaborativas en la resolución de un problema estructural.
Por su parte el modelo RESINDEX (2013), concibe la innovación social como “nuevas soluciones a problemas sociales especialmente complejos en este tiempo de crisis. Problemas globales que encuentran soluciones locales, que pueden ser transferidas a otros contextos y, por tanto, a otras sociedades”, en este sentido, se entienden los procesos de innovación social, como acciones escalables, replicables y sostenibles, que a través de la articulación de actores y el trabajo colaborativo y en red posibilita la consolidación de herramientas para el logro de objetivos y capacidad instalada en espacio y temporalidad.
Para Moulaert (1982) citado Schachter (2015)
las claves de la innovación social pasan por entender el papel de la comunidad y los grupos sociales en el desarrollo en sentido amplio, donde existe una relación dialógica entre las instituciones económicas y las dinámicas de gobernanza, la sociedad, los modelos de desarrollo territorial y la planificación del territorio. (p. 4)
De otro lado, Novy y Leubolt (2005) sostiene que la IS debe ser abordada desde políticas locales, enfocadas en experimentos de empoderamiento con nuevo público y formas democráticas del Estado local, accesibles a la sociedad civil, que permitan consolidar laboratorios ciudadanos, que aporten al diseño e implementación de políticas públicas en el marco del desarrollo.
Es importante destacar, que algunas Organizaciones que promueven el Desarrollo en la región, como la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), describen la IS como: “nuevas formas de gestión, de administración, de ejecución, nuevos instrumentos o herramientas, nuevas combinaciones de factores orientadas a mejorar las condiciones sociales y de vida en general de la población de la región”, para la CEPAL, la innovación emerge como una respuesta alternativa a la solución de problemáticas estructurales en el continente y que no se han podido mitigar desde los modelos de desarrollo tradicionales. Agregando, una relación importante para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible-ODS-.
Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), consolida estrategias de intervención social en América Latina y el Caribe, a través del Innovation Lab (I-Lab) que, desde herramientas tecnológicas, promueve una relación bidireccional entre los procesos de ciencia, tecnología y sociedad, en función de priorizar necesidades territoriales y posibilitar sinergias entre actores que pueden mitigar un problema determinado.
Teniendo en cuenta lo anterior, hay rasgos similares en las concepciones de la innovación social, es posible que estas semejanzas posibiliten nuevas interacciones entre las comunidades académicas y las comunidades sociales, con el fin de dar solvencia a nuevas estructuras territoriales, formas de participación ciudadana e inclusión social, centradas en las características territoriales.
En cuanto a la economía social y solidaria Coraggio (2011), plantea:
Esta economía es social porque produce sociedad y no sólo utilidades económicas, porque genera valores de uso para satisfacer necesidades de los mismos productores o de sus comunidades –generalmente de base territorial, étnica, social o cultural– y no está orientada por la ganancia y la acumulación de capital sin límites. (p. 46)
Y continúa diciendo el autor que las organizaciones que hacen parte de esta economía social:
Son empresas capitalistas “con rostro social o humano”.
Su lógica es otra: contribuir a asegurar la reproducción con calidad creciente de la vida de sus miembros y sus comunidades de pertenencia o, por extensión, de toda la humanidad. Su gobierno interno se basa en la deliberación entre miembros que tienen cada
uno un voto, pero admite la división del trabajo y los sistemas de representación y control de las responsabilidades. No están exentas, sin embargo, de desarrollar prácticas que conspiren contra los valores trascendentes o los objetivos prácticos declarados, pero desde el inicio se autodefinen como “sin fines de lucro”, lo que no las vuelve anticapitalistas, pero sí las hace no-capitalistas. (p. 47)
Por su parte Sánchez (2012), hace una distinción entre la economía social y solidaria, que vale la pena comprender, en tanto, se puede apreciar la relación de ambas con la innovación social, solo que nos ratifica la importancia del contexto a la hora de hablar de dichos conceptos. En cuanto la economía social, el autor hace alusión que esta surge en el contexto europeo y la define como:
La economía social está compuesta por organizaciones económicas cuya ética traduce los siguientes principios: finalidad de servicio a los miembros o a la colectividad más que de beneficio, autonomía de gestión, procesos de decisión democrática, primacía de las personas y del trabajo sobre el capital en el reparto de beneficios (p. 192)
Y continúa argumentando que la economía solidaria surge en el contexto latinoamericano:
Las empresas de economía solidaria se caracterizan por la actividad económica basada en la asociación voluntaria, la propiedad común de los medios de producción, la gestión colectiva, el poder ejercido por la comunidad de trabajadores y en el esfuerzo mutuo, en pro de intereses comunes (p. 192)
Si bien ambos conceptos se dan en contextos diferentes, guardan relación en sus definiciones, colectividad, relevancia en las personas y no en el capital, y si en el bien común. Así mismo Sánchez (2012), plantea que la economía social y solidaria, tiene dos enfoques teóricos, los cuales vale la pena traer a colación, en cuanto guardan estrecha concordancia con los postulados nombrados en lo que se ha definido por innovación social:
En un primer enfoque se entiende como una solución dentro del sistema capitalista, englobando tres propuestas: (i) políticas y programas de alivio a la pobreza; (ii) sistema de garantías con el objetivo de reconstruir espacios propios del Estado de Bienestar, y (iii) fomento y conformación de cooperativas. En el caso del
segundo enfoque se considera la función transformadora, que es la forma alternativa al sistema capitalista. (p. 193)
La relación que se pretende resaltar entre la innovación social y la economía social y solidaria, es que ambas buscan dar una respuesta a necesidades y problemas latentes en la sociedad, tales como: la desigualdad, la pobreza, la falta de oportunidades para acceder a derechos básicos, entre otros.
2. DESARROLLO Y DISCUSIÓN
En la primer parte de esta discusión se mostrará una de las estrategias metodológicas utilizadas en el transcurso de la investigación y es lo que tiene que ver con los estudios bibliométricos, los cuales son caracterizados por:
Los estudios bibliométricos tienen por objeto el tratamiento y análisis cuantitativo de las publicaciones científicas, constituyendo en la actualidad la herramienta esencial para el conocimiento de la actividad investigadora, aportando datos sobre la situación científica de un país o tema de investigación, permitiendo evaluar el rendimiento de la actividad científica y su impacto en la comunidad. (...) Estos estudios complementan de manera eficaz las opiniones y los juicios emitidos por los expertos de cada área proporcionando herramientas útiles y objetivas en los procesos de evaluación de los resultados de la actividad científica. (Tomás-Górriz y Tomás-Casterá, 2018, p. 147)
Esta estrategia metodológica, permite visualizar cómo los conceptos o categorías de análisis en la investigación, se han venido trabajando y quiénes, además, cuáles son esos aportes científicos, de cara a revisar avances o trabajos similares a nuestro contexto local.
Así es como, la investigación evidencia una serie de categorías que emergen y otras posibles relaciones conceptuales, como es la que se desarrolla en estas líneas: innovación social-economía social y solidaria, por ello surge la intención de revisar, qué tanto material científico se ha recopilado en los últimos diez años.
Se elige la base de datos Scopus, por ser una de las bases de datos que recopila diversas bases de datos interdisciplinarias y facilita herramientas para gestionar la información requerida para un análisis bibliométrico. Así entonces, las fórmulas elegidas para la búsqueda fueron:
(“social
(social
TITLE-ABS-
La búsqueda arrojó un total de 107 documentos producidos en los últimos 10 años, se hicieron los cruces necesarios, en cuanto a decantar los documentos que aparecen repetidos en cada ecuación de búsqueda quedando un total de 72 textos que tomaban en cuenta la relación de términos de economía social y solidaria con la innovación social. El primer análisis realizado, alude a la producción de documentos por año:
1: Producción de textos por año
Elaboración
Como se puede observar en el gráfico, la mayor producción se tiene en los últimos cinco años, siendo el año 2020 el que cuenta con el número más alto de producción académica, seguido del año 2019. Ello indica cómo el término de innovación social, a su vez que gana claridad conceptual, se articula con una perspectiva económica, como lo es la economía social y solidaria. También, puede ser un indicativo que el sistema económico “imperante”, cada vez presenta una crisis que ha fracturado el bienestar y la calidad de vida de las personas, dando cabida a pensarse otras formas de habitar y gestionar la economía y por ende otras formas de organización.
Por otro lado, se presentan los documentos publicados de acuerdo con el país de origen, en primer lugar, se encuentra España con 13 documentos en relación a los tópicos señalados en la búsqueda, seguido de Canadá con nueve documentos publicados, Reino Unido con ocho, Francia con seis documentos, Italia y Portugal con cinco documentos respectivamente y finalmente, Australia, Austria, China, Corea del Sur y Estados Unidos con cuatro documentos cada uno.
Gráfico 2. Publicaciones por País
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos descargados de Scopus. 2020
Ahora bien, es importante analizar la cooperación entre países en la publicación científica asociada a Innovación Social, y Economía Social y Solidaria. En el siguiente gráfico se observa una red de colaboración
identificada a través de análisis en la herramienta VOSviewer; por un lado, se encuentran Canadá, España, Italia y Francia, este último, presenta mayores niveles de relacionamiento con otros países, adicional a los anteriores, también ha publicado con Alemania y Países Bajos.
Mapa 1. Redes bibliométricas o Análisis de Redes Sociales
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos descargados de Scopus, a través de VOSviewer 2020
Por otro lado, en el siguiente gráfico se observa la citación por países, se destacan los índices de citación en Estados Unidos con 190 documentos, seguido por Reino Unido con 115 documentos y Canadá con 73 documentos.
Gráfico 3. Citaciones por Países
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos descargados de Scopus. 2020
En cuanto al tipo de producción, se encuentra que la publicación de artículos científicos en el tema, es el que tiene mayor cantidad, a continuación, se muestra:
Gráfico 4: Tipo de Publicación
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos descargados de Scopus. 2020
Dicho resultado conversa con las apuestas que actualmente se tiene frente a la producción académica, donde la publicación de artículos científicos es una responsabilidad para la divulgación de los resultados de investigación, ello desde el ámbito académico, como también desde los postulados éticos del investigador.
El artículo que cuenta con mayor número de citaciones, 179: The history and current applications of the circular economy concept, de los autores: K. Winans, A. Kendall, H. Deng (2017). El texto hace un recuento de lo que ha significado la economía circular y su articulación con otras categorías, como lo es, la innovación social, se resalta lo siguiente: “Las innovaciones sociales permiten la participación comunitaria, amplia la educación pública y una cobertura mediática más amplia, esenciales para el éxito de una iniciativa que aplica el concepto economía circular” (Winans et al., 2017, p. 830)
El texto culmina con varias conclusiones, se destaca la siguiente, la cual tiene mucho que ver con lo que se requiere para la implementación de la innovación social:
El cuerpo de la literatura y los casos de éxitos y fracasos del mundo real del concepto de economía circular CE, muestran que las iniciativas relacionadas con CE requieren enfoques de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, para la implementación y evaluación. Instrumentos de política (instrumentos económicos y regulatorios) ya que los subsidios y los incentivos fiscales funcionan cuando los gobiernos tienen claros objetivos para los procesos de políticas que se evalúan y regulan, para lograr metas a corto y largo plazo. (Winans et al., 2017, p. 830)
El otro texto más citado, con 96, es: Commercial orientation in grassroots social innovation: Insights from the sharing economy, de los autores: Martin C.J., Upham P., Budd L., el texto resulta relevante, en tanto abordan: “las formas de consumo colaborativo, vistas como innovaciones sociales con el potencial de desempeñar un papel en la transición hacia una sociedad más sostenible” (Martin et al., 2015, p. 241).
Le sigue el texto: Social economy-based local initiatives and social innovation: A montreal case study, con 25, de los autores Klein J.-L., Tremblay D.-G., Bussiéres D, los cuales analizan un estudio de caso, para considerar el papel que juegan las organizaciones de desarrollo económico comunitario y su incidencia en la reconversión económica y urbana de la ciudad, argumentando que:
Abordar la innovación social desde un punto de vista local. Demostramos que bajo los imperativos de la nueva economía global, la reconversión de los espacios locales se apoya en la capacidad innovadora de los sectores productivos y actores locales tomados en su conjunto. Por lo tanto, esa innovación no es el campo de juego exclusivo de los sectores de alta tecnología, como suele plantearse la hipótesis. Todos los sectores deben contribuir al proceso de construcción de una sociedad innovadora. (Klein et al., 2010, p. 122)
Vale la pena resaltar del texto en mención una de las conclusiones que guarda total relación con lo encontrado en el momento metodológico del trabajo de campo: “la economía social permite que las iniciativas locales ofrezcan soluciones a largo plazo a las comunidades locales al
tiempo que contribuyen a construir una economía global y pluralista más justa y equitativa”. (Klein et al., 2010, p. 135)
Frente al trabajo etnográfico, la investigación llevó a cabo un momento denominado “identificación”, que a través de un formulario en google, enviado a aproximadamente 500 organizaciones sociales y comunitarias, se buscaba que evidenciaran en su quehacer, elementos de innovación social. La respuesta fue de por lo menos 50 organizaciones, que luego de unos filtros realizados por el equipo investigador, se llegó a la caracterización de 27 organizaciones sociales o comunitarias, que responden a los criterios planteados. Así entonces, encontramos, que la gran mayoría en su conformación jurídica estaban planteadas desde la economía social y solidaria, es decir, que estaban constituidas como corporaciones, asociaciones o fundaciones, este tipo de formalización jurídica se enmarca en lo que se ha denominado el tercer sector, el cual es definido como:
Organizaciones de la sociedad civil que tienen su origen en el medio comunitario, motivadas (según Cahián) “en el ideario del bien general”. Su desarrollo se ha dado en diferentes contextos que trascienden su accionar más allá de la filantropía, la beneficencia, la asistencia y la caridad, convirtiéndose en organizaciones con un alto nivel de protagonismo y trayectoria en diferentes ámbitos asociados especialmente a temáticas sociales, ambientales, comunitarias y políticas. (Grosso R., 2013, p. 149)
Estas organizaciones que son catalogadas como organizaciones no gubernamentales, ONG, entidades sin ánimo de lucro, ESAL, organizaciones de la sociedad civil, OSC, organizaciones solidarias de desarrollo, OSD, todas independiente de su denominación están relacionadas al tercer sector, en consecuencia vale traer a colación lo que se define como ONG, según Gómez-Quintero (2014):
En Colombia las ONG se definen como organizaciones dotadas de estructuras formales de decisión y funcionamiento que gozan de cierta estabilidad. Tienen la posibilidad jurídica de contraer compromisos legales con el Estado, con empleados y con destinatarios de la acción. Su reconocimiento está implícitamente recogido en la Constitución Política de 1991 (Fernández, 2004).
Su objetivo radica, desde la perspectiva de la CCONG, en la construcción de bienes públicos; asimismo, trabaja con distintos énfasis en la promoción de un desarrollo humano sostenible, en el
combate a la pobreza y la exclusión en cualquiera de sus formas, en torno a la promoción, seguimiento o realización concreta de los derechos humanos y por el fortalecimiento de la democracia en sus distintos niveles. (p. 368)
Es así como la innovación social, vista a grandes rasgos como esa forma de generar transformaciones desde lo territorial y de instalar capacidades, guarda estrecha relación con las intencionalidades que encargan las organizaciones sociales para impactar su contexto, así se evidencia en el siguiente testimonio:
Yo considero que es una innovación porque yo pudiera decir que es casi el único lugar donde las personas vienen y se sienten disipadas de toda la problemática que traen. Aquí puede usted empezar por pensar que hay salud mental, porque aquí, lo que se hace a este tipo de gente que trae esta problemática le ayuda mucho, hay recuperación de motricidades finas y gruesas, hay desarrollo mental, hay desarrollo económico, la gente adquiere destrezas para hacer muchas cosas desde su casa. (Patiño, comunicación personal, diciembre 2019)
El anterior testimonio, se da por parte de la líder de la corporación: Desarrollo Social para la Familia y la Mujer, la cual lleva diez años de funcionamiento en la comuna 3 de la ciudad de Medellín, y la cual ha buscado desde sus procesos, aportar a la familia y a las mujeres oportunidades para que sus entornos sociales y económicos sean más favorables, es decir, hay una apuesta por el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y su contexto.
Otro de los testimonios que hacen que la Innovación Social esté ligada a los procesos de economía social y solidaria, es el realizado por uno de los integrantes de la corporación: CorpoLEA:
Al hablar de innovación social, estamos diciendo hay otras formas no necesariamente que se quedan en lo existencialista, sino que hay otras formas de transformar territorio, hay otras formas de fortalecer el tejido social, hay otras formas de hacerlo, hay que encontrar esas nuevas formas y esas nuevas formas que se van buscando que se salen de lo común, de lo que tradicionalmente se ha vivido, que puede empezar a hablar de innovación social, fortalecer al ser humano y sus formas de relacionamiento a través de otros lenguajes, a través de otras estrategias. (Cardeño, comunicación personal, diciembre 2019)
Esta organización, genera un impacto social en el corregimiento de Santa Elena, municipio de Medellín, CorpoLEA, reconoce:
...que las artes escénicas permiten unos procesos de fortalecimiento del tejido social, entonces lo que inicialmente se empezó a ver como una oportunidad de ingresos, una oportunidad de bienestar para las personas que hacíamos parte de la corporación, luego fue llegar a un tema más exógeno, más de pensar en otra, en las artes escénicas para la transformación social. (Cardeño, comunicación personal, diciembre 2019)
Corporación Pallay, también hace parte del corregimiento de Santa Elena, es otro grupo de personas que ha encontrado por medio de sus valores como organización social, una forma de hacer innovación social e impactar su territorio:
El cuidado comunitario –que rompe con la mirada hegemónica biomédica, en la que se fragmenta, se simplifica e invisibiliza al sujeto– poniendo énfasis en las capacidades y potencialidades de las comunidades y las personas para resistir con dignidad ante las diversas formas de dominación y sufrimiento. Buscando transformaciones no sólo individuales, sino, además colectivas y sociales, donde la creación y reparación de lazos sociales y la búsqueda de sentidos compartidos en la experiencia común de vida, ha sido el propósito que anuda los diferentes proyectos. (...) Nuestro proyecto está basado en políticas de comercio justo y amigables con el medio ambiente; donde el consumidor se ve motivado a considerar desde los agentes locales, los encargados de la producción, los materiales con que se realiza, el impacto ambiental, en contenido social, entre otros; es un consumidor que piensa en la personalización en un mundo rico en información y retroalimentación. (Jaramillo, comunicación personal, junio de 2020)
Y así como la corporación Desarrollo Social para la Familia y la Mujer, Corporación Pallay, CorpoLEA, y demás organizaciones que hicieron parte del proceso de la investigación, en general, ven una estrecha relación entre los planteamientos y principios jurídicos y sociales de sus organizaciones, como parte de la economía social y solidaria, con lo que se ha venido definiendo como innovación social y lo que aporta al desarrollo de los territorios.
3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La IS si bien es un término complejo de definir, o al menos es lo que la gran mayoría de autores manifiestan, generando una especie de imaginario sobre el concepto, se puede entrar a debatir tal imaginario, cuando dicho concepto se articula con el de economía social y solidaria, pues lo que sucede, es que la materialización del concepto de IS se vuelve mucho más palpable, que cuando solo se deja plasmado en un papel, con una cantidad de características que no necesariamente obedecen a lo que está pasando en los territorios, y que finalmente no dejan de ser una innovación social.
Sin lugar a dudas, las organizaciones de economía social y solidaria, desde su quehacer y sus fines, aportan al desarrollo de acciones que impactan a los territorios, muchas de ellas con características y postulados propios de la innovación social y que se vuelven en prácticas replicables, por el significativo impacto que causan, tanto a la población beneficiada, como a la economía en general.
Visibilizar los procesos que llevan a cabo las comunidades de base, desde sus saberes, sus recursos, sus experiencias, sus prácticas, seguirá siendo un acierto para la generación de conocimiento, porque desde allí hay mucho por aprender y por replicar, en tanto nos enseñan que existen otras formas de hacer economía, otras formas de generar desarrollo y sobre todo, otras formas de habitar el mundo.
Los procesos de innovación social, aportan grandes elementos a la reducción de algunas desigualdades de género y otras disparidades entre hombres y mujeres, una característica común en las iniciativas que abordan el concepto desde elementos asociados a economía social y solidaria, es su compromiso con el desarrollo humano y económico que permitan el empoderamiento de la mujer en las diversas dimensiones del desarrollo.
La investigación Mapeo de Iniciativas de Innovación Social en Medellín, ha permitido identificar organizaciones de base social que, desde tópicos como la economía social y solidaria, impulsan el desarrollo territorial en la ciudad, además que se insertan en dinámicas globales, a través del trabajo colaborativo para el cumplimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, encontrando grandes aportes comunitarios a la mitigación de brechas sociales,
disminución de las desigualdades de género, empoderamiento político y económico de las mujeres, economías alternativas para la dignificación del empleo, sostenibilidad ambiental y la consolidación de alianzas público-privadas para el logro de objetivos.
Referencias
Banco Interamericano de Desarrollo. Innovation Lab, Ideas que Transforman, 2016. Recuperado de: http://www.bidinnovacion.org/es/ Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Acerca de innovación social. CEPAL, 2004. Recuperado de: https://www.cepal.org/es/temas/innovacion-social/acercainnovac ionsocial#:~:text=La%20CEPAL%20defini%C3%B3%20 la%20 innovaci%C3%B3n,la%20poblaci%C3%B3n%20de%20 la%20 regi%C3%B3n.
Edwards-Schachter, M. ¿Qué es la Innovación Social? Research · August 2015.
Gómez-Quintero. Organizaciones no gubernamentales y entidades sin ánimo de lucro en Colombia Despolitización de la sociedad civil y tercerización del Estado. Gestión y Política Pública. Vol. 23. No 2, 2014, pp. 359-384.
Grosso Rincón, C. A. La economía social desde tres perspectivas: tercer sector, organizaciones no gubernamentales y entidades sin ánimo de lucro. Tendencias & Retos, 18 (1), 2013, pp. 143-158.
Hernández, J, Tirado, P y Ariza, A. El concepto de innovación social: ámbitos, definiciones y alcances teóricos. CIRIEC-España, revista de economía pública, social y cooperativa, 2016.
Klein, J. L., Tremblay, D. G., y Bussieres, D. R. Social economybased local initiatives and social innovation: a Montreal case study. International Journal of Technology Management, 51(1), 2010. p. 121. https://doi.org/10.1504/ijtm.2010.033132
Martin, C. J., Upham, P., & Budd, L. Commercial orientation in grassroots social innovation: Insights from the sharing economy. Ecological Economics, 118, 2015. pp. 240-251. https://doi.org/10.1016/j. ecolecon.2015.08.001
Novy, A. y Leubolt, B. Participatory Budgeting in Porto Alegre: Social Innovation and the Dialectical Relationship of State and Civil Society. Urban Studies, 42 (11), 2005, pp. 2023-2036.
Regional Social Innovation Index-Resindex. Un índice regional para medir la innovación social. Innobasque, 2013.
Sánchez Álvarez, C. Economía social y solidaria en el espacio eurolatinoamericano. Innovación social para la internacionalización de cooperativas. Revista Cooperativismo & Desarrollo, 20(101), 2012, pp. 190-212.
Tomás-Górriz, V., & Tomás-Casterá, V. La Bibliometría en la evaluación de la actividad científica. Hospital a Domicilio, 2(4), 2018, p. 145. https://doi.org/10.22585/hospdomic.v2i4.51
Winans, K., Kendall, A., & Deng, H. The history and current applications of the circular economy concept. Renewable and Sustainable Energy Reviews, 68, 2017. pp. 825-833. https://doi. org/10.1016/j.rser.2016.09.123
Tendencias y retos del desarrollo social. A propósito de los programas de planeación y desarrollo social y tecnología en gestión comunitaria de la institución universitaria colegio mayor de antioquia
Luisa Fernanda Cadavid Jaramillo
Gleidy Alexandra Urrego Estrada2 Mónica Marcela Duque Vásquez
Gilma Yuliana Ríos Ruiz
Tatiana Loaiza Londoño
Resumen
Este capítulo se centra en identificar y enunciar las tendencias y retos del desarrollo social en los informes de prácticas profesionales
1 Administradora de Empresas, Trabajadora Social. Especialista en Gerencia Social. Magíster en Intervención Social. En proceso de doctorado Ciudad, Territorio y Planificación Sostenible. Docente Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, luisa.cadavid@colmayor.edu.co
2 Administradora Pública. Magister en Hábitat. Candidata a doctora en Ciencias Humanas y Sociales. Docente Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. gleidy.urrego@colmayor.edu.co
3 Profesional en Planeación y Desarrollo Social, Especialista en Educación Ambiental. Magister en Educación. Docente Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, monica.duque@colmayor.edu.co
4 Profesional en Planeación y Desarrollo Social, Especialista. Magíster en Responsabilidad Social Empresarial, actualmente cursa Maestría de Economía Solidaria para el Desarrollo Territorial. Docente Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, yuliana.rios@colmayor.edu.co
5 Profesional en Planeación y Desarrollo Social. Egresada Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, tatiana.londono@colmayor.edu.co
de los programas formativos de Planeación y Desarrollo Social y la Tecnología en Gestión Comunitaria de la facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. El enfoque es cualitativo, de nivel exploratorio documental a partir de los informes de prácticas de ambos programas, para el período 2014-2018. La discusión y las conclusiones se centran en las relaciones teórico metodológicas entre ambos programas alrededor del desarrollo como categoría en construcción, la cual considera como asuntos clave para su comprensión el tejido social, las relaciones urbano rurales sostenibles y el fortalecimiento de espacios democráticos y participativos a escala de ciudad, región y país.
Palabras Clave: Desarrollo social, procesos comunitarios, planeación, dinámicas comunitarias.
Introducción
La Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor –Colmayor– ofrece dos programas formativos, el programa profesional de Planeación y Desarrollo Social PDS lleva alrededor de 24 años construyendo alternativas de acción para el desarrollo social, desde la dirección de planes, programas y proyectos públicos en beneficio del bienestar colectivo y social en territorios marcados por la desigualdad y la exclusión. El otro programa formativo, la Tecnología en Gestión Comunitaria TGC –con seis años de creación– aparece como apuesta académica pertinente para dar respuesta a la creciente activación y participación comunitaria en escenarios democráticos locales y en la toma de decisiones en los procesos de desarrollo barrial-comunal-veredal de la ciudad.
La presencia de ambos programas y la inexistencia de ofertas académicas similares en otras instituciones universitarias de la ciudad asigna un peso significativo a la responsabilidad que tiene Colmayor de generar reflexiones teóricas y marcos interpretativos y de intervención ante las múltiples demandas culturales, políticas, sociales e institucionales de las comunidades y los grupos humanos. Es entonces que desde las prácticas profesionales contempladas en el plan curricular de ambos programas formativos se inicia un horizonte de disertación a partir de los puntos de encuentro y desencuentro, con el fin de fortalecer el encuentro, la discusión disciplinar y profesional.
En este sentido, el Área de prácticas profesionales de la facultad facilita el abordaje de las experiencias de práctica de cada programa, a través de los informes de práctica, a fin de revisar y proponer preguntas problematizadoras en relación con procesos comunitarios, participativos, ambientales, de derechos, entre otros, y con ello aportar a la discusión teórica, conceptual, metodológica e instrumental de ambos programas, al mismo tiempo que hace presencia académica en escenarios comunes a ambos programas y las particularidades que aporta cada uno desde su objeto de estudio. De igual manera, dicha área académica-administrativa reconoce lo social como un asunto histórico y cambiante y, por tanto, considera necesaria la reflexión sobre la pertinencia de ambos programas para la ciudad, la región y el país, a su vez, proponer escenarios de intervención a las realidades sociales en las que están inmersos, en especial, cuando los discursos relacionados con el desarrollo demandan una revisión conceptual, metodológica y política.
De modo que, el enfoque investigativo de este producto escrito es cualitativo, explora la información contenida en los informes de práctica de cada programa formativo del año 2014 al 2018; estos informes son el punto de partida para abordar lo siguiente: ¿Cuál es el concepto de desarrollo que efectivamente predomina en el escenario profesional y actual en la sociedad? ¿Qué asuntos del análisis e intervención social son considerados por ambos programas y cuál es su discusión conceptual y metodológica? y, por último, ¿Cuáles son las tendencias y los retos que ambos programas plantean y hacia dónde debe direccionarse la formación en PDS y TGC a fin de aportar efectivamente en la transformación social? Así pues, este documento tiene en un primer momento la discusión teórica sobre el desarrollo social, en un segundo momento, la ruta metodología implementada, en un tercer momento las tendencias y los retos que desde los informes de prácticas se identificaron. En un último momento, las principales conclusiones giran en torno a los horizontes de encuentro y de discusión en ambos programas.
1. DESARROLLO SOCIAL: UNA APUESTA TEÓRICA
El desarrollo social inscribe su discusión en la práctica discursiva gubernamental del desarrollo, que desde 1940 apareció en la agenda
mundial como la ruta orientadora del proceso civilizatorio moderno. El desarrollo tuvo su condición de posibilidad en la teoría del crecimiento económico como progreso industrial en el que es posible el bienestar social. No obstante, esta concepción del desarrollo, por cierto, homogénea, dio como resultado la desigualdad entre los ritmos de crecimiento del producto interno bruto PIB entre países industrializados y aquellos que apenas incursionan en esta lógica capitalista (Amar, 1998).
De hecho, el problema de este desarrollo radica en que no distinguió entre... crecimiento y bienestar, entre las décadas del cincuenta al setenta del siglo XX. El crecimiento como sinónimo de desarrollo se asoció al incremento de indicadores económicos como el PIB y el ingreso nacional per-cápita sin considerar las tasas de crecimiento de la población que demandan políticas sociales de bienestar. Esto devino en tensiones entre, por un lado, la acelerada urbanización cuyo efecto colateral fue, no solo desocupación rural, sino la disminución de la agricultura y, por otro lado, una industrialización tardía, especialmente en América Latina (AL), en la medida que no se tenía una infraestructura tecnológica que ampliará la producción industrial y políticas para incursionar en el mercado global naciente (Streeten, 1998). Con el fin de aliviar estas tensiones, se establecieron estrategias gubernamentales internacionales para acelerar la industrialización y en especial, la necesaria intervención del Estado a través de la planificación de economía y de la agenda social que garantizara el bienestar.
Esta tensión dio lugar a la discusión sobre los avances de la implementación de esta práctica discursiva gubernamental, toda vez que los resultados de la industrialización y el mejoramiento de la calidad de vida de la población fueron dispares. De igual manera, esto plantea interrogantes y alternativas sobre la implementación de la agenda de crecimiento económico, en especial para América Latina, a través de establecer relaciones y ayudas de cooperación a través de organismos como la CEPAL (CEPAL, 2016). En especial, el desarrollo, después de la década del setenta se problematiza como concepto que comprende el bienestar de la población, más que un asunto de renta, de hecho, en garantizar condiciones de vida que permita superar condiciones de desigualdad resultado de una industrialización y desocupación rural.
Para finales de la década del noventa, en América Latina, la discusión del desarrollo tomó fuerza en la superación de la pobreza, producto de las fallidas políticas intervencionistas. del Estado para alcanzar la plena industrialización y lograr mejorar condiciones de vida de la población, a su vez, afrontar las crisis económicas. Con los Objetivos de Desarrollo del Milenio ODM propuestos en la Declaración del Milenio de 2000 aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas (DNP, 2017) se da otro horizonte a la agenda gubernamental para afrontar el desarrollar como una ruta social, política y económica que implica alianzas del Estado y los organismos internacionales con el propósito de lograr el acceso de la población pobre a bienes y servicios, realizar reformas agrarias, mejorar la prestación de servicios de educación y salud y lograr una distribución equitativa del ingreso.
No obstante, el paradigma del mercado se estableció como el garante del bienestar económico, desde la eficacia financiera, es decir, que la circulación del capital financiero, la liberalización del mercado y la inversión privada, sin intervención del Estado, permiten alcanzar estabilidad política económica. Para el bienestar social, el focalizar los subsidios a la población más pobre contribuye a disminuir el déficit fiscal, es decir, a equilibrar los presupuestos fiscales del Estado para mejorar la inversión social, a través de la planificación local, esto es, mediante los planes de desarrollo que sectorizan la inversión social; esta implementación de políticas estatales tiene como ruta la estrategia de privatización de los servicios sociales la cual garantice mejorar su acceso y cobertura. Para el 2015, con los Objetivos del Desarrollo Sostenible ODS (DNP, 2017), el desarrollo se comprende como el alcance del bienestar social, político y económico mediante planes y alianzas en materia de reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria, políticas de desarrollo agrícolas, el cambio climático y el control de los cambios demográficos: tasa de natalidad, mortalidad y salubridad.
En este sentido, el desarrollo es posible abordarlo como una apuesta práctica que se precisa en lo local, a partir de concepciones y acuerdos comunitarios, sociales, políticos e institucionales que dan a conocer procesos participativos, comunitarios y de planificación con el propósito de definir problemas específicos de cada localidad y con ello las estrategias público-comunitarias y sociales para solucionarlas (gráfica 1). Desde luego, el desarrollo social reposa en lo local que
es construido y definido por comunidades, sujetos individuales y colectivos que comparten y establecen horizontes de sentido compartidos (Múnera, 2007), necesidades y tensiones. Por otro lado, el desarrollo social tiene una intención colectiva transformadora de situaciones actuales que atraviesan las comunidades y a los sujetos, y tiene dimensiones ambientales, culturales, tecnológicas, políticas y económicas, en especial, las comunidades y los sujetos asumen el desarrollo, entendido como procesos de transformación de sus condiciones de vida, como un imperativo que busca equilibrar la desigualdad no solo económica, sino social y cultural.
Gráfica 1. Sinergia de PDS y TGC para el desarrollo social
Fuente: Elaboración propia
Para el caso del programa en PDS el desarrollo social es el eje articulador epistemológico de su quehacer profesional, desde luego, se sustenta en la planificación organizacional-comunitario como proceso político-económico-social que considera métodos, técnicas e instrumentos, procedimientos, planes y proyectos, al igual que, territorio, contexto y actores. De modo que, la planeación como proceso alude a la secuencia de competencias, roles y actores estatales y sociales que da cuenta de la construcción de escenarios, objetivos y acciones ideales. La planificación en especial la ha asumido el Estado para lograr objetivos económicos y sociales, tales como estimular el crecimiento de indicadores como el Producto Interno Bruto PIB y
el ingreso Per Cápita, además de controlar y generar condiciones aceptables de vida a través de generar estrategias sociales focalizadas que controlen el aumento de la pobreza y la desigualdad.
A saber, la planeación es construir o trazar un devenir deseable, con objetivos, tiempos y acciones que lo hacen posible, en esa medida, la planificación es la operatividad de ese trazado en el que se detalla cómo hacerlo. Para Escudero (2014) “la planificación es una actividad y un proceso cuyas herramientas actúan por lo general de manera indirecta sobre el objetivo de intervención, lo que genera un conjunto de condiciones” (p. 19). Desde luego, abordar la planeación como proceso implica, partir del año 2000, no solo establecer agendas locales, regionales y nacionales de desarrollo, sino, incorporar a las comunidades y a los mismos sujetos en la elaboración e implementación –planificación– de estrategias que procuren la transformación de sus condiciones poco favorables. De modo que, la planeación es idear posibilidades y la planificación es el cómo construirlas; esto se comprende como proceso que considera las relaciones casuales y colaterales de las intervenciones institucionales sociales y sus efectos. También, se consideran las particularidades políticas, culturales y económicas de cada localidad y población, al tiempo que se reflexiona otros factores endógenos y los intereses, incentivos, disensos y consensos de los actores comunitarios, privados y estatales la definición de horizontes comunes y acciones para lograrlos.
En el caso de la TGC el eje articulador epistemológico es el desarrollo social comunitario, esto es, la horizontalidad en la planificación y las acciones reposan y tiene mayor protagonismo en la intervención de un colectivo social y sujetos en un territorio para y en su transformación, a fin de hacer posible sus condiciones de vida, no solo materiales, sino afectivas y simbólicas, mediante acciones coordinadas y sostenibles en el tiempo. Esta intervención se lleva a cabo desde el proceso comunitario. Para Marchioni (2016) es una idea, en tanto que:
(...) se quiere expresar la necesidad de poner en marcha algo que va a desarrollarse, a través de fases o etapas, de manera indefinida e inespecífica (puesto que fines y objetivos no están predeterminados).
A esta dimensión teórica y operativa de ‘proceso’ hay que asegurarle sostenibilidad y continuidad; una condición de ‘normalidad’ y de repetitividad en otras realidades. (p. 66)
Dentro del proceso comunitario se promueve la articulación y acercamiento entre los diferentes actores presentes en las intervenciones colectivas en las cuales hay intereses, percepciones, necesidades y recursos de lo público, lo privado y lo comunitario. Esta articulación da como resultado la conformación de alianzas comunitarias que facilitan el diálogo y consenso de los intereses que se presentan en el planteamiento de estrategias posibles para mejorar unas condiciones actuales. Es de considerar que el desarrollo social como eje articulador epistemológico en los programas PDS y TGC considera categorías tales como territorio, contexto, actores, métodos, técnicas e instrumentos y dinámicas comunitarias. El alcance analítico de estas categorías está acorde a la manera en la que cada programa establece el alcance de su acción profesional y disciplinar.
En cuanto a territorio, este se comprende como una construcción social e histórica, es decir, un resultado de acciones y relaciones de poder estatales y sociales que lo hacen posible. De igual manera, este es una materialidad, es un espacio geográfico de escalas: micro, meso y macro, en el cual hay sistemas de acciones y de objetos (Rengifo, 2012), que dan como resultado relaciones políticas, económicas, culturales y sociales en permanente transformación (Bozzano, 2009). De hecho, el territorio como espacio social es resultado de relaciones de poder, códigos simbólicos, materialidades, es decir, es un ensamblaje físico, social y político de lugares y prácticas que hace posible un habitar urbano y rural. En este sentido, el territorio como espacio habitado es un palimpsesto de ocupación y apropiación cultural y sociopolítica.
Indica Montoya (2009):
El territorio nos remite a la expresión del poder sobre el espacio, siendo entonces el resultado de los ejercicios humanos de apropiación, simbolización y significación, en los cuales el poder despliega como potencia para delimitar, definir y demarcar. El territorio aparece como aquel espacio adecuado en el que una comunidad ha desenvuelto su manera particular de ver y construir el mundo, actuando, así como forma de inscripción temporal sobre el espacio en el que se articulan el pasado, el presente y el futuro social. (p. 118)
Por otro lado, el territorio no solo es materialidad y límites políticos, esto es posible toda vez que hay construcciones de sentido que lo hacen
posible. Santos citado por Mancano (2009) afirma: “El Territorio es el lugar en el que desembocan todas las acciones, todas las pasiones, todos los poderes, todas las fuerzas, todas las flaquezas, esto es donde la historia del hombre plenamente se realiza desde las manifestaciones de su existencia” (p. 9). En este sentido, el territorio es una red, un tejido que articula materialidades, pero también de procesos ecológicos y procesos sociales históricos, códigos y relaciones de vecindad, proximidad, identidad, poder, dependencia, información, intereses, participación, bienestar, progreso, que hacen que se configuren.
En cuanto al contexto, este es una composición de situaciones o hechos jurídicos, económicos, políticos y sociales que rodean las prácticas socioculturales, políticas y económicas de una sociedad y comunidad. Está constituido por actores, como aquellos involucrados (beneficiarios y agentes) que hacen parte de la interacción social, además, en este hay instrumentos y técnicas que hacen posibles la concreción de acciones intencionadas al cambio social, es decir, al desarrollo. En este sentido, tiene un lugar y unas condiciones particulares que permiten entenderlo, ubicarlo y explicarlo: “además un espacio físico, una zona o una región geográfica que posee unas condiciones particulares en las cuales las personas y los eventos tienen lugar. Es un escenario no solo físico y geográfico sino también temporal, histórico, cultural, estético, en el cual una acción tiene lugar (Giraldo, 2019, p. 1). También, el contexto requiere de una comprensión situacional de las causas que llevaron a la configuración de un fenómeno. Aquel entorno que une de manera directa o indirecta los hechos pasados, presentes y futuros en un territorio.
Otra categoría de análisis son los actores, es decir, sujetos, organizaciones o movimientos institucionales, sociales, culturales, políticos y económicos “que intervienen en la vida social en aras de conseguir determinados objetivos particulares, sectoriales, propios sin que ello suponga necesariamente una continuidad de su actividad como actor social, ya sea respecto a sus propios intereses como a apoyar las intervenciones de otros actores sociales” (Rauber, 2006, p. 3). Los actores son aquellos que configuran y se configuran en prácticas motivadas por percepciones, concepciones y vivencias que les mueven a crear vínculos políticos, sociales, culturales y ambientales (Pirez, 1995), en ellos hay una acción transformadora que dan significado y materialidad al territorio, a su vez, están mediados por el contexto.
Es entonces que, en cuanto a métodos, técnicas e instrumentos se inscriben en el quehacer investigativo, no solo es generación y transferencia de conocimiento, sino que permite buscar y dar cuenta de propuestas disciplinares para el abordaje de un contexto, comprender el territorio y los actores. Considerarlos parte del interés que se cierne a la hora de enfocar el aporte tecnológico y científico de la academia en las intervenciones y configuraciones territoriales. Ahora bien, los métodos tienden a mediar entre componentes cualitativos y cuantitativos, poseen la capacidad “descriptiva, explicativa, predictiva y, también, generativa” (Volpentesta, 2017). En Tello (2019) las técnicas e instrumentos hacen parte de las metodologías con los cuales se perfila los saberes que deben guiar la investigación e intervención social, institucional y política en la comunidad o un grupo social.
En este sentido, las técnicas se derivan de la estrategia metodológica y son un procedimiento puntual, empleado en un sector o fase específica de un proceso investigativo y de intervención. Por otro lado, el instrumento es una herramienta que aporta al alcance de los objetivos propuestos y se diseñan acorde a la técnica con la que se relacionan. Ambos posibilitan argumentos y criterios para ordenar y sistematizar las etapas de investigación e intervención mencionadas, con el propósito de contribuir para que los planes, políticas o programas establecidos en temas sobre desarrollo territorial que generen impacto, en si, que hagan... posible la consecución del desarrollo social.
Para el caso de la Planeación y el Desarrollo Social (PDS), las técnicas e instrumentos hacen posible los procedimientos, planes y proyectos. En primera instancia, el procedimiento direcciona el proceso de planeación en clave del desarrollo social a partir de indicar las acciones para alcanzar los objetivos y los horizontes comunes acordados, y obliga a una revisión coherente entre técnicas e instrumentos, tal como menciona (Matus, 1972) citado por (Viedma, 2018). En segunda instancia, los planes por su parte, articulan las decisiones y lineamientos fundantes de la intervención social, políticas, económica y cultura en un territorio, además obliga a la revisión de los métodos toda vez que está en relación con un análisis interno y externo y en tiempo determinado: “Al plan lo podemos ubicar en diferentes contextos ya sean nacionales o internacionales y a su vez a situaciones específicas como son los económicos, sociales, de salud, de educación, estatales, regionales, agrícolas, industriales, energéticos, militares de marina, etc.” (Luna, 2016, pp. 40-41).
Y como tercera y última instancia, el proyecto se entiende como el esfuerzo organizado y enfocado a cumplir las actividades operativas mediante la materialización y ejecución de los planes. Según Ander Egg y Aguilar, (2009), para un buen diseño del proyecto, es necesario que los productos que se mencionan cumplan algunos requisitos, como tiempo, objetivo y recursos. Desde luego, a través de los procedimientos, planes y proyectos, la planeación toma forma como acción política, en cuanto articula los esfuerzos e intereses públicos, privados y sociales para la búsqueda del desarrollo, pero como proceso administrativo: planear, hacer, verificar y actuar; como instrumento en cuanto favorece la organización de las acciones y recursos: plan de acción o cronograma, que hacen parte de la acción transformadora del territorio. Aunque los procedimientos, planes y proyectos, son características distintivas de la PDS, para el caso de la TGC, estos se presentan como elemento instrumental en la ordenación del proceso comunitario y la consecuente intervención comunitaria que se propone para el desarrollo social de la comunidad y como aspecto conceptual, en cuanto toda intervención requiere de una comprensión en el manejo y articulación de las políticas, programas y proyectos y cómo éstos se direccionan hacia el bienestar del colectivo social.
No obstante, para la Tecnología en Gestión Comunitaria, todo lo anterior adquiere una fuerza académica que posibilita la comprensión e intervención comunitaria que esta procura, toda vez que las dinámicas comunitarias son, quizás, una de las categorías de análisis que perfila su intencionalidad formativa, en tanto que consideran potentes los aspectos de las relaciones de poder, como capacidad que reposa en la comunidad, para la toma de decisiones en pro del bien colectivo. Estas relaciones que son horizontales dan paso a las acciones colectivas en la construcción de una fuerza común que activa los movimientos y las posibles resistencias. Las acciones de apropiación y autonomía que se desarrollan desde la gestión y la autogestión son formas y manifestaciones de la participación de los procesos democráticos, al igual que los estilos de liderazgo que favorecen el trabajo comunitario y la articulación de esfuerzos con otras entidades y organizaciones sociales a través de redes y alianzas institucionales-comunitarias, que aportan sostenibilidad y autonomía a los procesos comunitarios transformadores.
En este sentido, las dinámicas comunitarias permiten identificar los escenarios, las formas y prácticas en las cuales los sujetos de una
comunidad se relacionan, por tanto, esto favorece la organización, movilización social, además de reconocer y comprender el cómo se gestan y desarrollan las interacciones entre los actores del territorio. De este modo, las dinámicas comunitarias cumplen una función en el proceso comunitario, tal como lo expresa Bedoya (2009):
Se habla de dinámicas porque dan la posibilidad de mirar los procesos sociales como un entramado de elementos organizativos y comunicativos en constante movimiento, cambio y transformación; además de abordarlos no sólo desde una mirada de armonía y equilibrio, sino desde ámbitos de interacción donde también existen relaciones de poder, conflictos, diferencias, juego de intereses, identidades, entre otras dinámicas relacionales. (p. 10)
Si bien, las dinámicas comunitarias son un elemento predominante de la Tecnología en Gestión Comunitaria TGC, no la hace exclusiva de ésta, en cuanto al programa en PDS también posibilita interpretar y abordar las interacciones entre los actores con y en el territorio en el ejercicio transformador de un contexto. Por tanto, es ineluctable, para el desarrollo social, la interacción material y simbólica entre los actores que inciden en cada territorio, al igual que los intereses que se activan en las dinámicas comunitarias a la hora de definir las representaciones y bienes colectivos. Sumado a ello, los procesos de gestión y autogestión para la sostenibilidad de la iniciativa comunitaria permiten la consecución de un cambio social posible, mediante la participación deliberativa en los procedimientos, planes y proyectos que promueven la toma de decisiones políticas necesarias para la transformación social. Por último, es de considerar que estas categorías tienen mayor o menor problematización de acuerdo con el abordaje epistemológico y la especificidad, la delimitación del alcance y objeto de acción profesional y disciplinar de los programas formativos.
2. METODOLOGÍA
La presente investigación tiene como enfoque el cualitativo, de nivel exploratorio documental que se desarrolla en tres momentos.
En un primer momento se sistematizaron los informes de prácticas de la TGC y la profesionalización en PDS desde el año 2014-2018, en una matriz de impacto cruzado en el que se consideró, a partir de
una lectura de estos trabajos, conceptos reiterativos como contexto, actores, territorio, instrumentos-métodos, dinámicas comunitarias y aportes en relación con categorías como procesos de planeación, procesos comunitarios y desarrollo. En un segundo momento, se realizó el procesamiento y análisis de la información de esta matriz en la que se identificó tendencias y retos tanto de la TGC como PDS. Por último, en un tercer momento, a partir de la información obtenida y sistematizada se establecieron como horizontes de sentido para la escritura: enunciados, retos y tendencias convergentes, a su vez, aportes propios de la formación que genera tanto la tecnología como la profesionalización.
3. RESULTADOS
En este apartado se abordan las tendencias y los retos a la luz de las particularidades de cada programa –TCG y PDS– en relación con las categorías antes enunciadas, lo que permite dar cuenta de una especie de cartografía que identifica la ruta de discusión disciplinar. En primera instancia, las tendencias se constituyen de alguna manera en retos para la facultad y para cada programa en particular, en cuanto requerirá cubrir aspectos teóricos, conceptuales y metodológicos que permitan resolver y dar frente a problematizaciones que demanda la intervención profesional.
3.1. Tendencias del programa de Planeación y Desarrollo Social
Abordar el territorio permite transitar por reflexiones que generen sentido crítico sobre lo que sucede en el propio espacio, tanto desde la esfera ciudadana como desde la comprensión de la vida, de las relaciones y de los imaginarios en los cuales está incluida la naturaleza. El territorio emerge como construcción social, cultural y política que se hace posible en el ejercicio y tensión entre los discursos del desarrollo convencional y el situacional como imperativo para edificar nuevos valores, derechos y responsabilidades en los cuales participan los actores y escenarios proyectados por la planeación. En relación con el contexto de la práctica, se logran identificar grupos vulnerables como comunidad carcelaria, personas en situación de calle, infancia,
adolescencia, juventud, familia, comunidades académicas y mujeres, lo que se traduce en el reconocimiento de la diversidad que, a su vez genera cambios y reflexiones que se encaminan a una comprensión de los conceptos de desarrollo social desde un enfoque poblacional6 .
Los informes de práctica dan cuenta de la importancia de direccionar procedimentalmente la intervención social para reconocer las realidades desde sus actores y actuar en ellas con enfoque poblacional y participativo. Dicho direccionamiento se apoya en los niveles estratégico, táctico y operativo sugeridos por la gestión administrativa, gerencial y empresarial, con el fin de alcanzar la eficiencia y eficacia de los procesos de planeación por preferencia estratégica, prospectiva y urbana. Los métodos de la planeación además se apoyan en el Proceso Estratégico Participativo (PEP) y el análisis de escenarios como métodos para entender el presente de los territorios y las empresas en contextos urbanos y rurales para diseñar estrategias que les permitan enfrentar exitosamente el futuro (Sepúlveda, 2008).
Entre los instrumentos más utilizados en planeación se relacionan a continuación:
• Excel o SPSS para gestionar información censal de población
• Sistemas de información geográfica (SIG)
• EL Atlas Ti.
• Técnicas de recolección, almacenamiento y análisis de la información, entre las que se encuentran de enfoque cualitativo y cuantitativo
En cuanto a la implementación de instrumentos de la planeación: planes, programas y proyectos que acompañan la toma de decisiones de las distintas comunidades intervenidas antes, durante y después de los megaproyectos que influyen en las dinámicas de ciudad,
6 Este enfoque reconoce los derechos humanos como referente fundamental del Desarrollo Humano Integral en clave de las características y particularidades identitarias de la población, sean estas etarias, socio-culturales, políticas, por situaciones, condiciones o búsquedas sociales compartidas, que implican potencialidades, necesidades o desigualdades particulares económicas, sociales, culturales y políticas que establecen barreras para un acceso, en condiciones de equidad, a las dinámicas y beneficios.
como la DOFA, los cronogramas de GANT, árbol de problemas y objetivos, que hacen posible la acción colectiva y la participación como elemento recurrente en las prácticas profesionales, a su vez, vinculan las comunidades como sujetos de participación en la definición y consecución de sus objetivos comunes. En este sentido, la planeación prospectiva, emerge como disciplina que articula la configuración de escenarios posibles que abarca desde lo social hasta lo ambiental. Se comparte con otras disciplinas el uso de metodologías como el ciclo de Deming, también conocido como ciclo PDCA o PHVA. Además, se consideran como instrumentos de consulta y formulación: el Plan de Ordenamiento Territorial POT, Plan de Desarrollo Local (PDL) y todos los que demarcan una ruta a las organizaciones y comunidades en la gestión de su desarrollo.
En cuanto a los actores, las alianzas público-privada-comunitaria emergieron como aquellas que posibilitan las decisiones entre los sujetos sociales, comunitarios, institucionales y económicos, y el profesional en PDS acompaña la toma de decisiones en los niveles estratégicos y tácticos de los planes, programas y proyectos gubernamentales. Los actores y sus prácticas de asociación reafirman un desarrollo vinculado a la consecución de un bienestar local, a través de potenciar un tejido y redes sociales orientadas al bien común, no entendiéndolo como crecimiento económico, sino como construcción de un bien propio, es decir, contextual, desde lo local y lo endógeno, que considera lo cultural. De igual modo, lo normativo como eje articulador en el diálogo entre comunidades e institucionalidad, genera condiciones de posibilidad al accionar profesional, toda vez que facilita la toma de decisiones tanto a escala de ciudad, como ruralidad o barrial.
Los informes de prácticas coinciden en la importancia de reconocer las realidades desde sus actores y sus prácticas. De hecho, la formulación de procesos de intervención social apropiados son aquellos que consideran métodos de investigación cualitativos para describir lo que se va a hacer a través del uso de técnicas participativas, en las cuales se identifican instrumentos y protocolos que permiten registrar modos de vida social y comunitaria. En este sentido, se nombran instrumentos como entrevistas, mapas parlantes, observaciones participantes, etnografía, técnicas de observación, cartografía social, grupo focal, historia de vida, estudio de caso. Lo que predomina en los ejercicios investigativos, es una mayor utilización de métodos
cualitativos y pocas herramientas cuantitativas que, desde la mirada de la planeación para la toma de decisiones en relación con las acciones estratégicas para el logro del desarrollo, son las más apropiadas para facilitar la compresión de la realidad y la toma de decisiones en la ejecución de los planes, programas o proyectos.
En los informes de práctica en PDS se reconoce la importancia del trabajo interdisciplinario y la implementación de métodos, técnicas e instrumentos de otras disciplinas como las ciencias exactas, administrativas y contables en el abordaje conceptual y práctico de procesos administrados que están presentes en escenarios empresariales, privados y sociales, en clave de lograr los objetivos y metas propuestas por la organización. Esto de igual manera abre un escenario administrativo-gubernamental en materia de gestión de calidad y en la construcción de mecanismos de medición –indicadores–, que faciliten la ejecución y el seguimiento de los planes institucionales, comunitarios y sociales.
3.2. Retos del programa de Planeación y Desarrollo Social
Los retos que enfrenta el profesional en PDS están inscritos en uso y análisis de datos en sistemas de gestión de la información administrativa y territorial, asociado al enfoque de derechos, poblacional y de participación ciudadana, a fin de fortalecer el perfil para la gestión con entidades internacionales a través de los instrumentos de planeación como el método de escenarios, talleres de prospectiva estratégica, establecer diagnósticos frente al entorno con el árbol de competencia, el análisis estratégico, la identificación de variables clave con el análisis estructural. De igual manera, analizarla y, por último, el método multipol7. Todos estos metodos con el fin de aportar a la resolución de problemáticas y tensiones sociales que impactan los actores grupos poblacionales basado en la reflexión que este perfil interviene en múltiples entornos.
En este mismo orden, es importante mencionar el desarrollo rural como un enfoque territorial8 necesario para la comprensión
7
“Pretende comparar diferentes acciones o soluciones a un problema en función de criterios y de políticas múltiples” (Godet, 2000, p. 92)
8 Da cuenta de una perspectiva heurística o sistémica que contempla al territorio como socialmente construido y en cual es posible y acontece lo histórico,
de las nuevas ruralidades9 que exigen actualizar las políticas gubernamentales al momento de direccionar las acciones comunitarias, políticas e institucionales-estatales para la transformación social. A partir de la prospectiva, como método en el accionar profesional de la PDS, debe revisarse la forma como se articula en mira de lograr el desarrollo social. De igual manera, el territorio como la categoría de mayor protagonismo tiene el reto de pensarse a partir de concebir y vivenciar desde relaciones ecológicas y comunitarias con otras formas de saber y poder deliberativo que potencie códigos culturales y ambientales.
Entender que el territorio no es adjetivo en los planes gubernamentales para su aplicabilidad administrativa, sino, por el contrario, es de escalas y de multiplicidades que establecen una cohesión entre un lenguaje meramente instrumental: los planes de desarrollo y los planes de ordenamiento territorial, con los dinámicas que ha propiciado los actores, de modo tal que lo urbano, lo rural, lo local, lo regional, lo nacional y lo global configuran, no por separado, sino que están presente, de manera simultánea, en su configuración. De igual manera, las técnicas y herramientas deben incorporar narrativas sobre el territorio que tienen los actores a través de generar espacios de diálogo sobre las problemáticas que ellos tienen identificadas, es decir, se hace referencia a una planeación deliberativa. También, un profesional en PDS tiene como reto vincular el proceso de planeación con el desarrollo social (ver gráfica 2) mediante la toma de decisiones participativas que procuran no solo identificar problemáticas y soluciones, sino la autogestión de los recursos para alcanzar objetivos y horizontes de vida compartidos por los actores.
social, económico, político y ambiental. Ver Alvarado Sánchez, Meylin y Flores Abogabir, Marlene Lizette (2012). El enfoque territorial en proyectos de extensión universitaria: casos de proyectos en turismo rural comunitario. Revista Geográfica de América Central, 2, pp .213-230. [fecha de Consulta 23 de agosto de 2020]. ISSN: 1011-484X. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo. oa?id=4517/451744686007
9 Dan cuenta de un enfoque que está adquiriendo el reconocimiento institucional, en especial, social y cultural sobre quien habita y mora en lo rural, procesos de conversación medioambiental, actividades productivas agrícolas no industriales, sino comunitarias y de circuitos cortos, además de considerar la presión urbana sobre la ocupación del suelo. Ver Márquez Fernández, Dominga coord. (2002). Nuevos horizontes en el desarrollo rural. Akal. Madrid.
Gráfica 2. Retos y tendencias de Planeación y Desarrollo Social
Fuente: Elaboración propia
3.3. Tendencias del programa de la Tecnología en Gestión Comunitaria
Los escenarios donde se lleva a cabo tradicionalmente la intervención profesional de la TGC se ubican en territorios barriales y comunitarios, en los cuales los actores se insertan con sus acciones e iniciativas para la construcción de escenarios de transformación, con estrategias que se sugieren desde el desarrollo local –plan barrial, plan zonal, plan municipal–. Además de lo territorial, se abre la posibilidad de acción del tecnólogo en TGC en las empresas, en cuanto se sitúa en la capacidad de gestionar no solo posibilidades de solución y recursos, sino de lograr articular los intereses particulares de las empresas, desde acciones que benefician la comunidad laboral y la comunidad circundante a la empresa.
Los contextos en los cuales se llevan a cabo las acciones del TGC se caracterizan por evidenciar situaciones de desequilibrio y desigualdad social, por lo que en su accionar profesional predomina la identificación y sistematización de las necesidades de las comunidades, tales como el acceso a los servicios básicos, el equipamiento y dotación de los espacios urbanos, que son regularmente satisfechos por acciones de presupuestos públicos mediante la ejecución de planes, programas y
proyectos gubernamentales, e incluso se logran gracias a las gestiones propias de las comunidades ante organismos internacionales o prácticas tradicionales comunitarias como el convite.
En los procesos de intervención comunitaria. dirigidos a la base social comunitaria, es frecuente el aporte al fortalecimiento de las organizaciones de base, como una forma de garantizar la sostenibilidad del proceso social y comunitario en el tiempo, la premisa de empoderamiento del colectivo social es el imperativo político que hace posible la participación de los actores y de la misma comunidad en el diagnóstico de sus realidades, la dinamización social de su comunidad e incidir en la toma de decisiones que tienen que ver con su propio desarrollo. El fenómeno político-social del desplazamiento por violencia, conflicto, mega obras civiles, configura las formas de apropiación y ocupación del territorio, por cuanto la población que los habita trae consigo costumbres, generalmente de campesinos desplazados, relacionadas con prácticas agrícolas como el cultivo de la tierra, de modo que esto genera una tensión entre lo urbano rural, pero al mismo tiempo crea prácticas agroecológicas urbanas como las huertas, el reciclaje y paisajismo, expresiones estéticas de las comunidades desplazadas campesinas y afro.
El liderazgo es un elemento importante para la activación de los procesos de intervención comunitaria; así las organizaciones sociales y las entidades privadas ponen en este asunto, el esfuerzo para garantizar la sostenibilidad de éstos y por ello dedican esfuerzo y recursos para procesos de fortalecimiento de sus líderes. En los escenarios de organizaciones sociales y comunitarias, la gestión se delega al líder o al profesional que los acompaña, en cuanto asumen que éste sabe cómo gestionar recursos ante las instituciones públicas o la cooperación internacional, pero la gestión no le es fácil y no puede ser llevada a cabo sin la ayuda externa de una organización o un profesional. Solo se identifica capacidad de decisión comunitaria en organizaciones fortalecidas, con gran recorrido social y con miembros profesionales, como: Convivamos, DECCA y Pastoral.
En cuanto al territorio, las transformaciones culturales exigen la presencia del tecnólogo en Gestión Comunitaria desde su capacidad de análisis contextual y de mediación entre los actores para la búsqueda de acuerdos y puestas en común que incluya las diferentes formas de concepción de bienes y demandas, pero que aporten a la construcción
conjunta del desarrollo. También, la activación y reconocimiento de los espacios rurales, como lugares por excelencia de construcción comunitaria, toman importancia para la intervención del TGC en la organización de base social y con ello se vigorice la apropiación social y defensa de prácticas rurales y campesinas. De igual manera, esto se sitúa como tendencia toda vez que el enfoque de género, juventud y ruralidad destacan su presencia en el territorio.
Las organizaciones sociales y de base como las JAC, JAL y Asocomunales son las organizaciones políticas sociales de base territorial que por excelencia el TGC aporta en materia administrativa y de gestión, al fortalecer y orientar las acciones para dinamizar y movilizar intervenciones comunitarias, al igual que para el diseño de diagnósticos sociales, mediante el acompañamiento en la elaboración de planes de desarrollo barriales, insumo clave para el plan de desarrollo local. La recurrencia de la acción profesional de la TGC en temáticas como: construcción de paz, Derechos Humanos, política pública, mujeres y jóvenes rurales, acompañamiento organizacional, fortalecimiento de la participación, procesos de gestión social y resolución de tensiones y conflictos entre líderes, trae consigo la necesidad de la participación como ruta en los procesos comunitarios, tradicionalmente constituido por personas adultas y con predominancia masculina.
Lo anterior, también evidencia como tendencia, la necesidad de facilitar procesos de intercambio o relevo generacional en los diferentes espacios sociales y comunitarios de participación política, dado que se presenta desinterés y apatía frente a la presencia de jóvenes y mujeres, toda vez que no se les reconoce experiencia en el ámbito de la toma de decisiones de beneficio común. Desde el espíritu sociocrítico de la intervención profesional en Gestión Comunitaria, el acercamiento a los líderes de los procesos comunitarios y su fortalecimiento genera y promueve nuevos estilos de liderazgo, lo cual posibilita una mayor participación y dinamización autónoma de las acciones colectivas y toma de decisiones a favor de la comunidad.
Los actores involucrados en los escenarios de intervención del tecnólogo en gestión comunitaria son organizaciones de base social comunitaria, ONG y en menor medida, los representantes de los entes territoriales. En particular, el imaginario sobre el campo de acción del profesional se centra en las entidades públicas, mientras el ejercicio
profesional indica una mayor incidencia en la intervención comunitaria desde las ONG, las organizaciones y colectivos comunitarios. El profesional en TGC es aquel facilitador de relaciones sociales y políticas entre los actores comunitarios, los actores gubernamentales y las ONG, en cuanto posibilita espacios deliberativos en los cuales se establecen acuerdos y con ello se atenúan las tensiones comunicativas que hay entre ellos.
Las redes y alianzas se han constituido en un tema recurrente de la intervención del tecnólogo, en la medida que favorece la sostenibilidad de las acciones comunitarias y coincide con el hecho de que las organizaciones de base y los colectivos sociales de los territorios, reconocen en la necesidad de realizar un trabajo articulado con otros actores que no necesariamente están en el territorio. Desde luego, la posibilidad de potenciar las acciones comunitarias en beneficio de la comunidad, sin depender de recursos públicos o privados, es aún un reto social y político. De modo que, las redes y alianzas comunitarias-institucionales no se reducen a un tema en particular, por lo que es una acción transversal a cualquier intención de mejora de las condiciones de vida de la comunidad, toda vez que permite autonomía para ejecutar propuestas transformadoras.
En general, en los informes de práctica se identifica que las organizaciones sociales y comunitarias realizan trabajo en conjunto a través de redes y alianzas, con entidades similares: ONG y organizaciones sociales, además con entidades públicas y en algunas ocasiones con empresa privada que se accede desde la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Muy pocas organizaciones no trabajan en red, pues supone competencias institucionales de negociación que creen no tener, no obstante, esto da entrada al reconocimiento del tecnólogo en gestión comunitaria para el acompañamiento académico propositivo en la conformación de estas. No obstante, se disminuye la capacidad de decisión en las organizaciones sociales y comunitarias que, si bien cuentan con participación y liderazgo, no se insertan en escenarios de decisión política que les atañen.
En cuanto a instrumentos que emplea la TGC se consolida el diagnóstico social, comunitario y participativo como la herramienta clave para comprender el escenario de intervención y hacer una adecuada lectura del contexto. En este sentido, la lectura territorial como técnica permite identificar y sistematizar información sobre condiciones y
contextos socioespaciales, políticos y económicos que demandan intervención institucional y social. Por otro lado, los instrumentos que acompañan los procesos de planeación local como las guías de planes barriales, los gráficos de Gantt y las herramientas dialógicasparticipativas como el mapeo de actores y la cartografía social, no solo son fuentes para identificar el contexto y el análisis situacional, sino que surgen como estrategias de intervención profesional en la que los sujetos se auto reconocen y apropian de su territorio. De igual modo, estos instrumentos aportan a la configuración de una ruta para la movilización social, en cuanto dinamizan estrategias para promover la participación comunitaria y la interacción entre actores y agentes presentes en toda apuesta de desarrollo.
Los proyectos sociales representan dos posibilidades de acción del profesional en TGC. Por un lado, pueden apoyar la formulación de proyectos sociales, en la medida que posibilita la gestión de recursos de las organizaciones sociales u ONG. De otra manera, la ejecución de éstos requiere de la disposición de los actores y el diálogo entre ellos, además de aportar a la dinamización de la participación de la comunidad en establecer una ruta de desarrollo social a largo plazo. Por último, la investigación como escenario de acción profesional del TGC se presenta como ruta para concretar la postura sociocrítica, retomando la Investigación Acción Participación (IAP) como medio y estrategia para comprender y aportar a la transformación de la realidad que se acompaña. Si bien, no predominan las prácticas investigativas, la investigación está presente en todos los ejercicios de práctica, en cuanto se concibe el diagnóstico social como elemento previo necesario para toda intervención comunitaria.
3.4. Retos del programa de la Tecnología en Gestión Comunitaria
La RSE como nuevo escenario posible para la acción profesional del TGC pone de manifiesto la inclusión de estos temas en su proceso formativo y en la ampliación del concepto de comunidad que pueda incluir la relación política, institucional y social empresainstitucionalidad-comunidad. Por otro lado, el componente gestión del programa debe ajustarse a comprender el cómo, desde lo privado, se accede a los recursos público comunitarios y se hace seguimiento a
dicha gestión –la relación con indicadores sociales–. El fortalecimiento de las organizaciones sociales de base apuntan al incremento de la autonomía, reflejada en un mayor desarrollo de la capacidad de gestión y autogestión de los recursos, requiriendo entonces mejorar estas habilidades de gestión, no solo como articulación de actores, asuntos y procesos, sino también, la gestión pensada como el acceso no tradicionales –presupuestos públicos y proyectos ejecutados desde ONG– y sobre los que puedan tener mayor control para la transformación social.
Las nuevas formas de apropiación del territorio se cruzan con diversas prácticas culturales rurales, campesinas, indígenas y afros– que requiere darle mayor fuerza a la inclusión de esos elementos culturales toda vez que las manifestaciones y aspectos diferenciadores permitirán una mejor comprensión del contexto y la definición de estrategias más acordes a una intervención local. La reconfiguración social del territorio requiere de la construcción de nuevos equilibrios en las relaciones físico-espaciales y en las formas en que se apropia y ocupa este, así como buscar el equilibrio entre los aspectos socioculturales, las demandas de equipamientos urbanos –escenarios deportivos, centros comunitarios─ y reconocer saberes y prácticas ancestrales asociadas con la agricultura, que las nuevas generaciones han perdido y que solo los habitantes de esa ruralidad precariamente conservan.
La presencia profesional en los contextos y territorios rurales implica el abordaje de la normativa en temas de disposición y ordenamiento del suelo rural y asuntos de medio ambiente, género y juventud en relación con lo rural. La ruralidad plantea retos en la configuración de los roles de género, el relevo generacional, las prácticas agrícolas, ambientales y en la defensa del territorio, lo que exige la apropiación de metodologías como la cartografía social, el mapeo de actores y recursos y la IAP, como facilitadoras de la intervención comunitaria. El fortalecimiento de la investigación desde la apropiación de las técnicas y herramientas que son de utilidad para la comprensión y descripción de los fenómenos sociales a ser intervenidos, no solo lo instrumental de lo cualitativo, sino también de la apropiación y uso de técnicas cuantitativas: matrices de actores, impactos, bases de datos y líneas base que permitan conversaciones y escenarios de liberación entre los diferentes actores y agentes del desarrollo que se intervienen.
Otro reto, apunta a fortalecer la apropiación en las comunidades de las agendas públicas de paz, derechos humanos, política pública, huertas comunitarias, acompañamiento organizacional, planeación, TIC, responsabilidad social, participación deliberativa, resolución de tensiones y conflictos entre líderes, entre otros. El reto es facilitar para la intervención comunitaria un proceso pedagógico y participativo que favorezca la activación de la población y los actores, desde procesos formativos e integradores, en los cuales estos se asuman como agentes responsables de su propio cambio (ver gráfica 3).
Gráfica 3. Retos y tendencias de la Tecnología en Gestión Comunitaria
Fuente: Elaboración propia
4. CONCLUSIONES
El punto de encuentro entre los programas formativos de PDS y TGC se ubica en la acción transformadora que busca el desarrollo de las comunidades que intervienen. Es una relación de complementariedad y cohesión teórica y metodológica, toda vez que el programa en PDS aporta a la comprensión de las directrices y rutas para la gestión del desarrollo social, mientras que la TGC se encarga de movilizar la participación social de las comunidades a escala barrial, comunal y veredal. En cuanto la ejecución de políticas gubernamentales y la puesta
en marcha de proyectos resultado de actores privados en beneficio de la comunidad, no se pueden llevar a cabo sin la organización, motivación y dinamización social de las comunidades.
La construcción del tejido social entre habitantes antiguos y recientes en un territorio reconfiguran sus prácticas políticas y sociales, contexto e historia, no sólo desde lo físico-espacial, sino también desde las expresiones y significados que le dan a las distintas oportunidades y movimientos sociales que los representan. Es allí, donde la planeación facilita escenarios y condiciones institucionales y sociales a fin de lograr la apropiación, cohesión social y política necesaria para alcanzar el mejoramiento de las condiciones de vida.
Las movilizaciones humanas como el desplazamiento forzado, los reasentamientos humanos, traslados habitacionales de lo rural a lo urbano y viceversa, construyen un territorio multicultural que requiere de una mayor capacidad política, institucional y teórica de comprensión de sus lógicas de ocupación y apropiación y de los sujetos que las hacen posible. Esto significa entonces que la lectura territorial contextual es cambiante, y la formulación e implementación de políticas gubernamentales se complejiza, por ejemplo, el tema de ruralidad y el campesinado se incluyen acciones y enfoques en relación con el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Desde luego, la concepción del territorio es sistémica, comunitaria y ecológica, en la cual los procesos de planeación y comunitarios deben estar en sintonía con la naturaleza, como sujeto de derechos que garantiza la sostenibilidad, el equilibrio natural y la vida misma.
Los egresados de la Facultad –dentro de los límites de sus objetos de estudio– tienen como reto: facilitar y direccionar el acompañamiento en la toma de decisiones organizacionales y sociales y estimular la participación como asunto clave de la vida comunitaria. En especial, el profesional en PDS y TGC (ver gráfica 4) centra su formación teórico práctica en el reconocimiento de la relación territorial urbano-rural, alrededor del bienestar de las comunidades, en la cual la ejecución de actividades e iniciativas institucionales y sociales están inscritas en un plan. De este modo, el desarrollo social como eje epistemológico de los programas formativos de la facultad asume las transformaciones sociales del territorio como un devenir político, toda vez que reconoce las iniciativas colectivas que se dan a escala barrial-veredal como un asunto transformador de las condiciones de vida. En este sentido, el
desarrollo es un asunto de lo local, al estar inscrito en la aplicación de planes barriales, zonales y de ciudad. De igual manera, este desarrollo es social, por cuanto la implementación de programas y proyectos derivados de las políticas públicas son agendas público-comunitarias privadas que tienen como horizonte la inclusión, el bienestar afectivo, psicosocial y no solo material de las comunidades.
Gráfica 4. Relación disciplinar entre Planeación y Desarrollo Social y la Tecnología en Gestión Comunitaria
Fuente: Elaboración propia
Con el propósito de favorecer mayores diálogos entre los dos programas formativos de la facultad (ver gráfica 5) en torno al desarrollo social es pertinente y abre la discusión sobre la complementariedad disciplinar de ambos, toda vez que sus objetos de estudio tienen asuntos problemáticos en común como comprender y aportar en la transformación social de ciudad, región y país, alrededor de agendas globales y locales como: gobernanza territorial, nuevas ruralidades, soberanía alimentaria, territorios sostenible, pobreza, la movilización social y el mismo desarrollo pero no desde una mirada tradicional, es decir, de progreso económico, sino como un escenario socialmente construido.
Gráfica 5. Complementariedad entre Planeación y Desarrollo Social y la Tecnología en Gestión Comunitaria
Fuente: Elaboración propia
De igual manera y en clave de generar relaciones teórico metodológicas entre ambos programas formativos, los profesionales y los estudiantes tiene como principal reto evocar el desarrollo como aquel bienestar territorial y contextual, el cual es posible, a través del fortalecimiento del tejido social, relaciones urbano-rurales de sostenibilidad y el fortalecimiento de espacios democráticos y participativos. Sin embargo, este reto es no sólo un asunto de los profesionales y los estudiantes, sino de la misma facultad, toda vez que sus procesos investigativos y de docencia se direccionen en la discusión del desarrollo como categoría en construcción.
Referencias
Amar, J. J. Una conceptualización comprensiva del Desarrollo Humano. Publicado en Desarrollo Humano: Perspectivas para el siglo XXI. Bogotá: Ediciones Uninorte, 1998.
Ander Egg, E. y Aguilar , M. C ómo elaborar un Proyecto. Asunción, Paraguay: Servilibro, 2009.
Bedoya, M. Dinámicas De Participación Comunitaria En Áreas Naturales Protegidas: Un Estudio De Caso En El Parque Municipal Natural Planes De San Rafael. Municipio De Santuario – Risaralda, 2008–2009. Universidad Tecnológica de Pereira, 2009. Recuperado de: http://repositorio.utp.edu.co/dspace/ handle/11059/1593
Bozzano, H. Territorios posibles. Procesos, lugares y actores. Buenos Aires: Editorial Lumiere, 2009, p. 146.
CEPAL. Desarrollo social inclusivo. Una nueva generación de políticas para superar la pobreza y reducir las desigualdades en América Latina y el Caribe. Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe. Lima, 2016. Recuperado en: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/39100/4/ S1600099_es.pdf
CEPAL. Pensamiento y práctica a la planificación en América Latina. Samtiago de Chile, Chile, 2012. https://repositorio.cepal. org/bitstream/handle/11362/7332/1/S1200060_es.pdf
Departamento Nacional de Planeación. Objetivos de Desarrollo del Milenio. 2017. Recuperado de: https://www.dnp.gov.co/programas/ desarrollo-social/pol%C3%ADticas-sociales-transversales/ Paginas/objetivos-de-desarrollo-del-milenio.aspx
Escudero, C. S. Métodos y aplicaciones de la planificación regional y local en América Latina. Santiago de Chile: Naciones Unidas, 2014.
Giraldo, E. Documento de apoyo acerca de la lectura del contexto. Universidad de Antioquia. Facultad de Educación, 2019. Recuperado de: https://aprende.colombiaaprende.edu.co/ckfinder/ userfiles/files/Lectura%20de%20Contexto.pdf
Godet, M. La caja de herramientas de la prospectiva estratégica. Cuadernos de LIPS, 2000. Tomado de: http://es.laprospective.fr/ dyn/espagnol/bo-lips-esp.pdf
Luna, A. Plan Estratégico De Negocios. 1st ed. México: Grupo Editorial Patria, 2016, pp. 40-41.
Mançano, B. Territorios, teoría y política. Las configuraciones de los territorios rurales en el siglo XXI. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2009. Tomado de: https://drive. google.com/file/d/1IAEuFV5aPf3ZDor6fUGlGXmzycTuD7Ds/ view?usp=drive_web
Marchioni, M., Ramírez, M., y Álamo, J. Metodología de la intervención comunitaria. Los procesos comunitarios. Hagamos de nuestro barrio un lugar habitable, 2013, p. 58.
Montoya, J. V. La cartografía social como instrumento para otras geografías. Apuntes para un diálogo de saberes territoriales. Universos Socioespaciales. Procedencias y Destinos. Siglo Del Hombre Editores, 2009, pp. 113-136.
Munera, M. Resignificar el desarrollo. Medellín. Escuela del Hábitat- CEHAP, Facultad de Arquitectura. Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín, 2007.
Pírez, P. Actores sociales y gestión de la ciudad. Revista Ciudades, 28, 1995, pp. 1-12.
Rauber , I. Luchas y organizaciones sociales y políticas: desarticulaciones y articulaciones. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Sociales, 2006. Recuperado de: http://conceptos.sociales.unam.mx/conceptos_ final/461trabajo.pdf
Rengifo, J. A. Evolución de la planificación regional en Colombia " tendencias y perspectivas del desarrollo ". Bogotá: XII Coloquio Internacional de Geocrítica, 2012.
Sepúlveda , S. Gestión del desarrollo sostenible territorios rurales:métodos para la planificación. Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), 2008. Recuperado de: http://repiica.iica.int/docs/B0712E/B0712E.pdf
Streeten, P. Globalización y competitividad ¿cuáles son las implicaciones para la teoría y práctica del desarrollo? Publicado en el desarrollo económico y social en los umbrales del siglo XXI. Banco Interamericano de Desarrollo Washington, 1998.
Tello, N. Trabajo Social, disciplina del conocimiento. Apuntes de trabajo social. Universidad Nacional Autónoma de México, 2019, pp. 1-47. Recuperado de:https://d1wqtxts1xzle7. cloudfront. net/49723110/apuntes-sobre-intervencion-social.
Viedma, M. C. Apuntes para una lectura de Carlos Matus desde los debates sobre “estilos de desarrollo”. Sociohistórica (41), 2018. Recuperado de: :https://www.sociohistorica.fahce.unlp.edu.ar/ article/download/SHe047/9423?inline=1
Una mirada a las organizaciones
Diálogos interdisciplinarios
Capítulo 4
Perspectiva organizacional para los ODS
El rol de las organizaciones en el cumplimiento de la agenda 2030
Carlos Mario Correa Cadavid1
Jairo David Garcés Lozano2
Carlos Alirio Flórez López3
Resumen
Con la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030 se pretende integrar a todos los actores sociales en el logro de las metas de desarrollo sostenible por medio de la generación de alianzas público-privadas. Como resultado de las transformaciones sociales y económicas generadas por la implementación de los ODS, las empresas comienzan a identificar la importancia de unirse a la lucha contra la desigualdad, la pobreza y el cuidado del medio ambiente para lograr unos mínimos de bienestar y prosperidad. Las empresas son llamadas a ser protagonistas en la búsqueda y desarrollo de soluciones sociales, tecnológicamente
1 Doctorando en Estudios Organizacionales. Magister en Desarrollo énfasis Organizacional y Gerencial. Administrador de Empresas. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.
2 Maestrante en Gestión de Organizaciones. Psicólogo. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.
3 PhD. Historia. Coordinador del grupo de Investigación Plan D+E. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.
innovadoras para mitigar los impactos negativos de nuestro actual sistema productivo. Los ODS establecen un marco común para que las empresas puedan desarrollar nuevas estrategias que permitan alcanzar objetivos relacionados con las dimensiones sociales y ambientales del desarrollo sostenible, que les permitan acceder a un nuevo “mercado verde” por medio del cual logren cambiar los métodos tradicionales de producción y salvaguardar los recursos naturales y la biodiversidad y, que a su vez, logren alcanzar ventajas competitivas y comerciales por el desarrollo de tecnologías limpias y eficientes que mejoren los sistemas de producción.
Palabras Clave: ODS, Organizacional, desarrollo, alianzas.
Introducción
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) fueron establecidos en el año 2000 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Declaración del Milenio aprobada en Nueva York. La Declaración define ocho (8) objetivos que establecía una ruta a los 189 estados miembros para unir esfuerzos en la lucha contra el hambre, la pobreza, las enfermedades, las desigualdades por causa del género, la falta de educación, acceso al agua, saneamiento y la degradación del medio ambiente (CEPAL, s.f.); estos objetivos deberían cumplirse para el año 2015.
Los ODS se presentan como una propuesta internacional para ampliar el alcance de los ODM y abarcando una gama de temas más amplia, todos interconectados e interdependientes buscan promover un desarrollo equitativo y sostenible generando impactos y transformaciones en las dimensiones humanas, económicas, sociales y ambientales (Compass, 2019).
Esta agenda busca integrar a todos los actores de la sociedad en pro del logro de las metas de desarrollo4, no limita como único responsable a los gobiernos nacionales, sino que pretende articular al sector privado, académico y a la sociedad civil para generar alianzas que permitan aunar esfuerzos en la búsqueda del cumplimiento de
4
La Agenda 2030 ha sido diseñada bajo un enfoque multiactor, abierto e inclusivo que involucra la participación activa de los estamentos gubernamentales, el sector privado, el sector educativo-investigativo, y la sociedad civil (CONPES 3918).
las metas (Departamento Nacional de Planeación–DNP, 2018). Esta intención se refleja en el objetivo 17 denominado “Alianzas para lograr los objetivos” en el cuál se expresa que “los Objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden lograr con el compromiso decidido a favor de alianzas mundiales y de cooperación” e incita a “mejorar el acceso a la tecnología y los conocimientos” como una forma de “intercambiar ideas y propiciar la innovación”.
La agenda 2030 pretende eliminar las limitaciones que se presentaron con la implementación de los ODM en cuanto al grado de involucramiento exigido al sector privado y a la población civil, tanto en su formulación, como en la implementación de acciones, y en el monitoreo de las iniciativas gubernamentales (Departamento Nacional de Planeación–DNP, 2018).
Estos objetivos buscan reducir las brechas de desigualdad entre y al interior de las naciones, generando un efecto global (Compass, 2019) en el desarrollo del planeta en todas las esferas, tomando como principio rector “no dejar a nadie atrás” (Departamento Nacional de Planeación–DNP, 2018). Con estos objetivos, las naciones propenden por alcanzar unos niveles mínimos de bienestar en las personas y prosperidad, considerando la necesidad de cuidar el medio ambiente.
Los ODS, desde su enfoque de desarrollo sostenible se posicionan como un marco de referencia sobre el “deber ser” de la sociedad, en este sentido, se configuran en la guía de las naciones para lograr una sociedad próspera en términos económicos, sin dejar de lado aspectos como la inclusión social, la equidad de género o la sostenibilidad del medio ambiente.
Buscan proteger el derecho humano a gozar de un medio ambiente sano; John Knox, Relator Especial para las NNUU5 sostiene que “un medio ambiente seguro, sano y sostenible es necesario para el pleno disfrute de un gran número de derechos humanos, incluidos el derecho a la vida, a la salud, a los alimentos, al agua y al desarrollo. Al mismo tiempo, el ejercicio de los derechos humanos, incluidos los de información, participación y reparación, son esenciales para la protección del medio ambiente” (Parejo Navajas, 2019). Lo anterior, apunta a la obligación del Estado en establecer políticas públicas
dirigidas a la protección del medio ambiente que permitan lograr un desarrollo sostenible, reducir los impactos ambientales negativos y otras externalidades, y fortalecer las políticas, acciones o programas de protección ambiental a nivel nacional, regional o departamental y local (Parejo Navajas, 2019). En este sentido, es necesario que las instituciones, tanto de carácter público como privado trabajen en la identificación de los efectos que tendrán sus políticas, planes y procesos en la garantía de los derechos ambientales (Parejo Navajas, 2019).
Aunque los ODS se enfocan a dirigir las acciones de los gobiernos nacionales, establecen a su vez un marco común en el cual las empresas juegan un papel fundamental tanto en el cumplimiento de los ODS y en la generación de transformaciones significativas, como para el logro de objetivos orientados al desarrollo humano y social, y a los objetivos enfocados en el cuidado del medio ambiente, desarrollo sostenible o producción limpia.
En los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos, la ONU resalta “el papel de las empresas como órganos especializados de la sociedad que desempeñan funciones especializadas y que deben cumplir todas las leyes aplicables y respetar los derechos humanos”. En la misma declaración señala que este compromiso aplica a las empresas independientemente de su tamaño, sector, ubicación, propietarios o estructura (Naciones Unidas, 2011)
Por otra parte, los “Diez Principios del Pacto Mundial” indican el rol de las empresas en materia de derechos humanos, laborales, medio ambiente y lucha contra la corrupción. Estos principios dictan que las empresas, incluyendo a sus empleados y colaboradores, tienen el deber de apoyar y respetar los derechos humanos, erradicar las prácticas discriminatorias y el empleo infantil, combatir la corrupción y cuidar el medio ambiente (Naciones Unidas, 2011).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Declaración sobre las Empresas Multinacionales (Declaración EMN) brinda lineamientos a las empresas sobre política social, inclusión, responsabilidad social y sostenibilidad ambiental. Subraya, además, el papel preponderante que tienen las empresas en la economía de las naciones y los aportes que pueden brindar para lograr un desarrollo sostenible, promover el bienestar económico y social, mejorar la calidad de vida, y generar empleos dignos bien remunerados (Oficina Internacional del Trabajo, 2001).
Actualmente, se espera que las empresas eviten infringir los derechos humanos y tomen acciones para remediar cualquier vulneración en la que se encuentren involucradas de forma directa o indirecta, ya sea, por resultado de sus operaciones productivas o por las relaciones comerciales establecidas, dando prioridad a la mitigación de estos efectos sobre sus propios intereses financieros (Compass, 2019). Sin embargo, se han identificado una serie de ventajas que pueden beneficiar a las empresas al optar por apropiar un sistema de producción y consumo sostenible, enfocado en el respeto de los derechos humanos y del medio ambiente. Aunque estas ventajas son más fácilmente reconocibles por las empresas más grandes y posicionadas, estas pueden beneficiar de igual manera, a las MIPYMES6 (Minambiente, 2010).
En el marco de los ODS, las empresas son llamadas como protagonistas en la búsqueda de soluciones creativas e innovadoras para resolver los retos que propone lograr un desarrollo sostenible (Compass, 2019). Los recursos de inversión, los desarrollos tecnológicos y los cambios hacia prácticas corporativas amigables con el medio ambiente, son aportes fundamentales para el cumplimiento de la agenda 2030 y para la reducción de los impactos negativos de nuestro actual sistema productivo.
El término Desarrollo Sostenible, entendido como la capacidad de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de que las generaciones futuras para que satisfagan las propias; es introducido en la agenda global por el Club de Roma y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en Inglés) en primera instancia y, posteriormente, en el Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo titulado “Nuestro futuro común” presentado a la ONU en el año 1987 en cabeza de la Doctora Harlem Bruntland, quién se desempeñaba como primera ministra de Noruega. El informe reflejaba una gran preocupación por los impactos negativos a nivel global por la falta de interés de los estados en el cuidado del medio ambiente:
“La crisis del medio ambiente, cada vez más profunda y más amplia, presenta una amenaza contra la seguridad nacional –y aún
6
Se profundizará en los beneficios que obtienen las empresas al integrar un modelo de ODS en su estructura organizacional más adelante en el capítulo.
contra la supervivencia–, amenaza que puede ser mayor que la que plantean vecinos bien armados y mal dispuestos y alianzas poco amistosas. En varias partes de América Latina, Asia y el Oriente Medio, el deterioro del medio ambiente ya se está convirtiendo en una fuente de inquietud política y de tensión internacional. La reciente destrucción de buena parte de la producción agrícola de África tuvo consecuencias más graves que las que hubiera causado la política de tierra arrasada de un ejército invasor. Y sin embargo, la mayoría de los gobiernos afectados siguen gastando mucho más dinero para proteger a sus pueblos contra la invasión de ejércitos que contra la invasión del desierto” (Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo).
En la actualidad, la definición de Desarrollo Sostenible ha evolucionado hacia una comprensión holística de la interacción entre tres sistemas complejos: La economía mundial, la sociedad global y el medio ambiente físico de la tierra (Munévar, 2019). La integración de estas dimensiones es la apuesta de la agenda 2030 para garantizar la sostenibilidad de las acciones de los estados para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y el entorno natural (Departamento Nacional de Planeación–DNP, 2018).
Para Colombia, en la Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible (Minambiente, 2010) se define el desarrollo sostenible como
“el desarrollo que conduce al crecimiento económico, a la elevación de la calidad de vida y al bienestar social, sin agotar la base de recursos naturales renovables sobre la que se sustenta, ni deteriorar el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de las propias necesidades” (República de Colombia, Artículo 3, Ley 99 de 1993).
Esta política refleja, como en el año 20107 el país toma acciones en pro de un desarrollo sostenible desde una mirada holística e integradora. Además, de una marcada preocupación por modificar patrones de producción y consumo no sostenibles, buscando reducir la contaminación, conservar los recursos naturales y salvaguardar
7 Considerando que los ODS entran a conformar la agenda internacional a partir de su adopción por los 193 países miembros en el año 2015, sin embargo, las discusiones sobre el cuidado del medio ambiente y la evolución hacia un desarrollo sostenible data desde 1987.
la biodiversidad, señalando estas acciones como “fuentes de la competitividad8 empresarial y de la calidad de vida” y posicionando al capital natural como el patrimonio heredable a las futuras generaciones y la “fuente de desarrollo del país” (Minambiente, 2010).
Esta política comienza a dar indicios sobre la necesidad de integrar el sector público y privado en la búsqueda de soluciones significativas a los retos en desarrollo sostenible que enfrenta el país. Señala el desafío que representa generar cambios de comportamiento en todos los actores de la sociedad para que en conjunto se logre avanzar hacia una producción y consumo sostenible (Minambiente, 2010), involucrando tanto a los funcionarios de gobierno, las autoridades ambientales, las empresas y la sociedad civil. Señala, además, que la falta de recursos y capacidades de las MIPYMES9 para aplicar sistemas de gestión ambiental representan un gran riesgo para la sostenibilidad ambiental, por lo cual es necesario brindar apoyos para que puedan implementar estos programas, pues por sus limitaciones es poco probable que logren generar programas de producción sostenible con sus propios recursos (Minambiente, 2010).
Son muchos los retos que se propone afrontar la agenda 2030 para lograr ese desarrollo sostenible desde una perspectiva holística. Las empresas están siendo llamadas a generar aportes y transformaciones que permitan lograr el cumplimiento de la agenda, el Estado y el sector privado deben generar alianzas que permitan fortalecer las capacidades y articular acciones que permitan generar transformaciones sociales de fondo en pro del desarrollo. Las condiciones de vida actuales demandan que las empresas se involucren y comprometan con el cumplimiento de las metas de la agenda 2030 y este escenario debe iniciar con el reconocimiento de las posibilidades que tienen estas para generar impactos positivos sobre los retos de desarrollo sostenible.
El sector privado debe ser un socio con un papel complementario para el desarrollo, sin eximir de la responsabilidad que le corresponde al estado como actor fundamental. Los aportes de las empresas en
8
La Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible define la competitividad como “el valor agregado que entrega la empresa a sus partes interesadas, a saber: los inversionistas, los clientes, la comunidad y los empleados, entre otros”.
9
Las MIPYMES en Colombia representan el 90% del sector productivo y el 80% de empleabilidad (DANE).
la erradicación de la pobreza, la mejora de la salud y el bienestar, la educación con cobertura y calidad y el cuidado del medio ambiente, son algunos ejemplos de lo que se puede alcanzar con la articulación empresa-estado. De igual manera, el apoyo del Estado para desarrollar tecnologías que permitan producción más limpia y sostenible ayuda a que las empresas que no cuentan con los recursos para alcanzar estos desarrollos logren cambiar los métodos tradicionales de producción y salvaguardar los recursos naturales y la biodiversidad que, a su vez, se traduce en ventajas competitivas al mejorar sus sistemas de producción.
Un obstáculo del desarrollo es el desconocimiento por parte del sector privado de los beneficios económicos que puede traer la inversión en sistemas de producción sostenibles, en términos generales, las empresas se limitan a cumplir con las regulaciones ambientales con el fin de evitar sanciones pecuniarias, sin dimensionar que migrar a tecnologías verdes y a una gestión ambiental eficiente le puede permitir, no solamente mejorar su relacionamiento con las autoridades ambientales y la comunidad, sino que logra mejorar la imagen de la empresa y abre nuevas posibilidades de mercado (Minambiente, 2010).
Un ejemplo de nuevas perspectivas de mercado se materializa en el desarrollo de tecnologías que permitan disminuir el consumo energético, el aprovechamiento de fuentes de energía renovable y otras acciones “verdes” que permitan a la empresa: reducir el uso de recursos y materias primas en la línea de producción; generar nuevos ingresos con la comercialización de los desarrollos tecnológicos logrados en esta línea, que además, es una línea de creciente interés comercial a nivel mundial; evitar multas producto del incumplimiento de las regulaciones ambientales en el país; tener acceso a nuevos mercados a nivel internacional como efecto del cumplimiento de condiciones de producción sostenible, reducción de emisiones y residuos.
En Colombia, aún se tienen fuertes limitaciones en este aspecto, el sistema de investigación y desarrollo tecnológico es aún incipiente y no genera los impactos esperados en el desarrollo de tecnologías que cumplan con criterios de sostenibilidad ambiental, aprovechamiento de recursos, reducción de emisiones, vertimientos y residuos (Minambiente, 2010).
Y con relación al producto final, es necesario que el país fortalezca los procesos de información y sensibilización de los consumidores
(Minambiente, 2010), en primer lugar, facilitando la identificación de los productos amigables con el medio ambiente y, en segundo lugar, incentivando a los consumidores a optar por estos productos como parte de la responsabilidad ambiental del usuario final con el medio ambiente. Estas acciones permitirán aumentar el nicho de mercado para estos productos, aumentando el interés de inversión por parte de capitales privados.
Uno de los desafíos a nivel nacional con relación a los ODS es el aumento del empleo formal y la disminución de la informalidad, el CONPES 3918 indica que en Colombia no se ha cumplido con la meta del 45% establecida para este indicador, en el cuál sólo se ha logrado una disminución del 54,5% al 48,1% (Departamento Nacional de Planeación–DNP, 2018). Esta meta requiere la articulación de las políticas gubernamentales para la formalización del empleo con las iniciativas privadas para incentivar la contratación, especialmente de personas jóvenes y mujeres con el fin de reducir las brechas de desigualdad e inequidad.
En este aspecto, encontramos una fuerte incidencia del sector privado en el cumplimiento de los ODS: 01 fin de la pobreza; 02 hambre cero; 03 salud y bienestar; 04 educación de calidad y; 05 igualdad de género. La generación de empleo formal y justamente remunerado implica de forma directa mejora en las condiciones de vida de las comunidades, asegurar un ingreso mínimo superior a la línea de pobreza extrema, y acceso a servicios de salud con estándares mínimos de calidad; por otra parte, la implementación de políticas de selección de personal bajo principios de equidad social y de género, permitiría reducir las brechas de desempleo entre los grupos poblacionales más vulnerados a razón de su raza, credo, orientación sexual o sexo10 .
Sin embargo, ha sido poco común que las empresas establezcan objetivos relacionados con las dimensiones sociales del desarrollo sostenible, y han centrado sus esfuerzos a conectar sus estrategias de negocio con las necesidades ambientales, como la reducción de
10
Esto es un aporte directo a garantizar los derechos humanos de poblaciones vulnerables, el CONPES 3918 señala que en Colombia se tiene el reto de alcanzar la equidad de género y el empoderamiento de la mujer, para lo que se requiere articular acciones en pro de reducir las desigualdades económicas, sociales y políticas entre hombres y mujeres (CONPES 3918).
emisiones de carbono, reducción del aprovechamiento de los recursos naturales, entre otros (Compass, 2019). Esta falta de iniciativa por aspectos sociales del desarrollo puede deberse a las dificultades que representa realizar control y medición del impacto de estas variables (Compass, 2019) y cuantificar los beneficios que puede traer para las empresas. Una estrategia gubernamental para incentivar la inversión privada en este sentido, debe reflejar de manera clara y detallada los incentivos que puede generar para las empresas considerando variables como el sector productivo, el sector geográfico o el tamaño de la empresa.
Por su parte, las empresas tienen la posibilidad de realizar acciones independientes, llamadas a la filantropía y a la responsabilidad social empresarial, para aportar al cumplimiento de los ODS. Aunque este tipo de acciones, no en todos los casos representa una ganancia económica directa, de forma indirecta logra traducirse en beneficios a su reputación e imagen, lo cual abre nuevas posibilidades comerciales.
La invitación es a que las empresas, independiente de su sector económico o tamaño, mude su estructura hacia un enfoque estratégico para los ODS (Compass, 2019). Aunque este proceso puede resultar complejo y a la vez confuso para las organizaciones, debido a la complejidad que implica tanto en la implementación, como en el seguimiento y monitoreo o la evaluación de resultados considerando que no todos logran ser medidos en términos de ingresos brutos, un enfoque para los ODS puede generar una serie de beneficios que, al ser implementados sistemática y estratégicamente, logran ser dimensionados por las organizaciones en sus evaluaciones de desempeño.
Esta migración a un enfoque estratégico para ODS permitirá a las empresas diseñar acciones que promuevan el cumplimiento de la agenda 2030, a la vez que genera importantes beneficios cuantificables en términos financieros, como en términos de mejorar la imagen de la empresa con la sociedad, los socios, stakeholders o competidores, como en abrir nuevas perspectivas de negocio al articularse con las tendencias actuales del mercado a nivel global. Estas acciones y beneficios se pueden ver representadas en:
Identificar cuáles son sus aportes al cumplimiento de la agenda 2030, lo cual permitiría generar estrategias de medición del impacto generado
por las acciones en pro de las variables sociales del desarrollo, en las cuales se presentan actualmente dificultades para lograr mediciones precisas del cumplimiento de los indicadores. Esto podrá traducirse en línea base para el levantamiento de indicadores que alimenten el diseño de políticas públicas precisas al permitir la identificación de los problemas focales y sus dimensiones reales en el país.
Generar nuevas oportunidades comerciales que permitan satisfacer necesidades de productos y servicios innovadores en temas como los servicios de salud, saneamiento, educación, vivienda, producción y consumo sostenible, soluciones energéticas no contaminantes, entre otros.
Mejorar la imagen empresarial a nivel social, generando una mayor aceptación por parte de las comunidades, atracción del cliente por sus productos o servicios. Las empresas pueden generar acciones de impacto social para combatir la pobreza11, las desigualdades, los problemas de acceso a formación académica o formación para el trabajo. Cristina Sánchez (citado por Parrondo & Pérez, 2020) señala que “«El sector privado tiene en su poder el potencial de crear puestos de trabajo, de fomentar la actividad económica a través de su cadena de valor y de aportar ingresos fiscales que redunden en una oferta de servicios públicos más eficaces y mejores infraestructuras» [...] «sin olvidar su capacidad para crear modelos empresariales inclusivos que proporcionen empoderamiento a los grupos en riesgo de exclusión»” (Parrondo & Pérez, 2020. p. 148).
La implementación de procesos internos transparentes e incluyentes, que apunten a evitar la corrupción o la evasión del pago de los compromisos fiscales; la selección y promoción de personal por razón de su experiencia, habilidades y capacidades; la generación de una cultura organizacional que promueva la igualdad y la inclusión de todas las personas a razón de sus condiciones sociales como por discapacidades; ajustes salariales justos, que permitan a la empresa
11
La pobreza representa una amenaza a los mercados, para sostener el sistema económico actual, se requiere de un flujo constante del capital, esto se ve favorecido cuando más personas hacen parte de este proceso de circulación, el aumento en la demanda de bienes y servicios se ve retribuido en un aumento en las ventas por parte de las empresas. Además, al permitir el acceso a formación, las empresas dispondrán de mayor mano de obra calificada para reducir, por ejemplo, los costos de rotación de personal.
sostener su equilibrio financiero, a la vez que permite a sus empleados mejorar sus condiciones de vida.
Invertir recursos para el desarrollo de productos innovadores que potencien las capacidades de su sector productivo; estos desarrollos tecnológicos permitirán generar beneficios financieros a las empresas, tanto por la reducción de los costos en la producción, mejora en la eficiencia operacional, como por la comercialización de estas tecnologías a nivel nacional o internacional y la atracción de capital de inversión extranjero.
Además, la reducción de emisiones y vertimientos, reducción en el uso de materias primas, reutilización, reciclaje, uso de energías limpias, entre otros. Permitiría a la empresa categorizarse como “empresa verde”. En el caso de Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Minambiente) valida el Sello Ambiental Colombiano, otorgado por instituciones independientes acreditadas por el ONAC12 y autorizado por la ANLA13, a las empresas que lo solicitan de manera voluntaria, el cual, “debe ser considerado por los productores o prestadores de servicios como una estrategia comercial y una ventaja competitiva; y por los consumidores como un valor agregado frente a otros bienes o servicios que no cuentan con este instrumento” (Minambiente, n.d.). Esto permitiría a las empresas atraer nuevos talentos interesados en hacer parte de la organización sino, además, atraer y retener nuevos clientes interesados en la conservación del medio ambiente.
En este aspecto es importante que el gobierno genere incentivos y los socialice de forma adecuada para apoyar a las empresas que no cuentan con las capacidades para transformar las formas tradicionales de producción, y para reducir la incertidumbre que genera la inversión en estas tecnologías por parte de empresas más consolidadas.
1. ANÁLISIS BIBLIOMÉTRICO
Se realiza una búsqueda en la base de datos Scopus14, con el objetivo de identificar las relaciones entre conceptos clave. Se obtienen en total
Organismo Nacional de Acreditación de Colombia.
Autoridad Nacional de Licencias Ambientales.
Scopus® is a registered trademark of Elsevier B.V.
340 documentos correspondientes a las palabras clave: SDG (AND) Business. Sobre estos documentos se identificaron en total 2.653 palabras clave. Se realiza una depuración de los resultados de la cual se excluyen palabras por no encontrarse relacionadas directamente con el objeto de búsqueda o por no tener relación de co-ocurrencia con las palabras de búsqueda, el resultado final son 65 palabras con 752 relaciones.
El tiempo de búsqueda corresponde al lapso de tiempo entre los años 2000 y 2020, se selecciona como año base el 2000 debido a que en éste se implementan los ocho ODM por la ONU. Es importante tener en cuenta que en el año 2015 los ODM son sustituidos por los ODS.
Se realiza un análisis de co-ocurrencia de palabras clave por medio del software libre VOSviewer, el cual, es una herramienta para la construcción y análisis de redes bibliométricas. Este análisis nos permite identificar las relaciones entre las palabras clave utilizadas en esta área de investigación basados en la cercanía o fuerza de relación entre ellas. De esta manera podemos visualizar de manera práctica y gráfica las metodologías, unidades de análisis o conceptos emergentes en el desarrollo investigativo del campo.
Ilustración 1. Total publicaciones por año
Fuente: Elaboración propia
Se puede identificar que es un campo relativamente reciente, la relación ODS-Organizaciones no despertó mayor interés a los investigadores con la implementación de los ODM en el año 2000, sin
embargo, a partir del año 2015 comienza a aumentar el interés en el tema, en el año 2020 ya se contaba con 100 documentos relacionados. Es posible que este interés surja a razón de la implementación de los ODS en 2015, por ser esta una propuesta más internacional, amplia y al proponer una marcada interrelación e interdependencia entre los objetivos.
Ilustración 2. Publicaciones por país
Fuente: Elaboración propia
Ilustración 3. Mapa de calor. Publicaciones por país
}
Fuente: Elaboración propia
En este gráfico podemos evidenciar el interés global por investigar la relación ODS-Organizaciones. Reino Unido y Estados Unidos concentran la mayor cantidad de publicaciones. En América Latina la mayor producción proviene de Brasil, en los países hispanoamericanos el interés es aún ínfimo, siendo Colombia el país más representativo alcanza a registrar únicamente seis (6) publicaciones.
Ilustración 4. Visualización de redes SDG and Business
Fuente: Elaboración propia
Encontramos que los temas en los que se centra la investigación de ODS y organizaciones son el desarrollo sostenible, la sostenibilidad, la planeación y el cumplimiento de las metas de desarrollo sostenible. La relación de conexión entre palabras refleja la marcada interrelación e interdependencia de los objetivos, su abordaje requiere analizar una amplia gama de variables. Tal como lo hemos discutido en el apartado anterior, el impacto que pueden tener las organizaciones en el cumplimiento de los ODS no se limita exclusivamente a la producción y consumo sostenible, la relación de la gráfica muestra que
los investigadores han identificado que se pueden generar impactos en: la protección de la biodiversidad, el desarrollo económico de los individuos y de las naciones, en el respeto y defensa de los derechos humanos, y en la generación de impacto social por medio de políticas de RSE bajo un enfoque articulado de ODS.
Se evidencia también la importancia de que los gobiernos generen condiciones propicias para incentivar la articulación con el sector empresarial por medio de la implementación de políticas que promuevan la competitividad, la RSE y la innovación, pues esta última se posiciona como un factor clave en el logro de un desarrollo sostenible, como se muestra en la relación específica de este concepto:
Ilustración 5. Visualización de redes concepto de innovación
Fuente: Elaboración propia
En conclusión, los ODS establecen un marco común al sector empresarial en términos de desarrollo sostenible, bajo este, las
empresas son invitadas a asumir un rol activo y preponderante, tanto en el cumplimiento de las metas de los ODS, como en el logro de los objetivos bajo una perspectiva que incluya el desarrollo y crecimiento de la organización, como el desarrollo social y humano. Más allá del cumplimiento de las obligaciones asociadas a la responsabilidad social empresarial, las empresas están siendo llamadas a cambiar las lógicas extractivistas para transformarse en dirección a la filantropía y al cuidado del medio ambiente por medio de la adopción de sistemas de producción y consumo sostenibles.
Para lograr el cumplimiento de los ODS en el año 2030, es perentorio que las empresas aumenten los recursos de inversión en la generación de innovaciones sociales y tecnológicas. Sin embargo, se requiere establecer un marco normativo en el país que facilite la articulación Estado-Empresa-Universidad, para asegurar que las MYPIMES puedan generar capacidades de innovación aún con las limitaciones económicas; recibir apoyo por parte del Estado para el desarrollo de productos innovadores e innovaciones sociales y, finalmente, identificar los beneficios que puede acarrear transformarse en una empresa social y ambientalmente responsable.
Referencias
Compass, S. La guía para la acción empresarial en los ODS. 29, 2019. www.sdgcompass.org
Departamento Nacional de Planeación–DNP. Conpes 3918 Estrategia Para La Implementación De Los Objetivos De Desarrollo Sostenible (ODS) En Colombia. Documento Conpes 3918, 2018, p. 74. https:// colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Conpes/Económicos/3918.pdf
Minambiente. (n.d.). Sello Ambiental Colombiano. Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. https://www.minambiente. gov.co/index.php/component/content/article/366-plantillaasuntosambientales-y-sectorial-y-urbana-19
Minambiente. (2010). Política Nacional de Producción y Consumo. Hacia una cultura de consumo sostenible y transformación productiva. 2010. http://www.minambiente.gov.co/documentos/ normativa/ambiente/politica/polit_nal_produccion_consumo_ sostenible.pdf
Munévar, Á. S. Las fundaciones empresariales en el cumplimiento de los ODS: una mirada desde los sectores de minería e hidrocarburos. Opera , 26 , 2019, pp. 173–194. https://doi. org/10.18601/16578651.n26.09
Naciones Unidas. Principios rectores sobre las empresas y los derechos humanos. 2011.
Oficina Internacional del Trabajo. Declaración tripartita de principios sobre las empresas multinacionales y la politica social. 32. 2001. http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/ documents/normativeinstrument/kd00121es.pdf
Parejo Navajas, T. El Pacto Mundial por el Medio Ambiente: marco jurídico para el cumplimiento de los ODS. Tiempo de Paz, 48(132), 2019, pp. 78-87.
Parrondo, J. R., & Pérez, C. REPORTAJE ODS 10 : el protagonismo de las empresas en la reducción de las desigualdades, 2020, pp. 147-164.
Capítulo 5 Organizaciones sociales y territorios agroalimentarios
José Aníbal Quintero Hernández
Marcela Jaimes González
Resumen
Este artículo hace parte de un proyecto en marcha sobre las territorialidades dulces y, de manera particular pretende analizar los elementos que contribuyen a su fortalecimiento, considerando las experiencias asociativas de la población campesina organizada que se dedica a la producción del dulce a partir de la caña panelera y el territorio, donde también se han generado una serie de circunstancias relacionadas con el conflicto armado y el desarrollo de megaproyectos minero-energéticos. La investigación se sustenta en un abordaje etnográfico que se centra en organizaciones sociales ubicadas en las subregiones de mayor producción panelera del departamento de Antioquia; partiendo desde una perspectiva orientada al actor e identificando en un primer momento los componentes ligados con procesos de reterritorialización; el reconocimiento de las multiplicidades y la caracterización del relacionamiento de las organizaciones sociales paneleras, para finalmente destacar, las materialidades activas, las intersubjetividades en las relaciones, los vínculos que se entrelazan
1 Dr. en Desarrollo Rural, Docente en la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, jose.quintero@colmayor.edu.co.
2 Estudiante de Planeación y Desarrollo Social en la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, majagopds@gmail.com.
en el departamento
desde las organizaciones en estos contextos rurales en Antioquia, pero de manera particular como la producción de los alimentos contribuye a la soberanía alimentaria en estos territorios.
Palabras Clave: Organizaciones sociales rurales, acción colectiva, territorios, ensamblajes, panela.
Introducción
En Antioquia se tienen formas locales en la producción y comercialización de alimentos, uno de carácter exportador y otro de subsistencia, se ubica en terrenos con pendientes altas por estar sobre las montañas de los Andes, sobre las cuales se encuentran parches de bosques. El café, los cultivos de pancoger y la producción de caña de azúcar son las actividades principales en la región. Es particularmente importante la producción de panela3 mediante un proceso semi industrial que se realiza en la “ramada”. Surgiendo en este contexto el interés en indagar sobre las relaciones que se han construido alrededor de esta producción, especialmente el papel de las organizaciones sociales paneleras y su contribución en la emergencia de territorios dulces agroalimentarios en Antioquia, bajo la percepción de que la panela ha sido uno de los pretextos del campesino para permanecer en su territorio, dada la importancia para su alimentación.
La producción agrícola es el mayor referente de economía campesina, población que habita en zonas rurales y que han padecido diversas problemáticas determinantes de la situación alimentaria y nutricional en Colombia, algunos aspectos que caracterizaron la década de los 80:
en el caso del sector agrícola, las reformas afianzaron la concentración de la tenencia de la tierra y del poder político tradicional, privilegiando a los poseedores de la tierra, perpetuando así, las brechas sociales. De esta manera los rentistas, las transnacionales y los actores ilegales han sido los beneficiarios de los pocos avances que el país ha tenido en el sector agrario (...). El gobierno ha firmado 14 acuerdos comerciales, sin tener en cuenta los efectos adversos de
3
Es llamado panela un dulce que se obtiene del jugo de la caña de azúcar después de hervirse, moldearse y enfriarse. Es un dulce típico para la gastronomía, especialmente en países de América del sur.
estos para la producción interna, debido a las precarias condiciones de la agricultura nacional. De esta manera, cada vez somos más susceptibles a la volatilidad internacional de los precios de alimentos. La disponibilidad y el acceso a los alimentos en el territorio nacional es más difícil porque tenemos una precaria infraestructura vial, no contamos con medios de transporte adecuados para trasladar alimentos(...), el 10% de la población ha sufrido desplazamiento forzado y se utilizan tierras aptas para la agricultura en cultivos ilícitos. Todo esto se ha traducido en menor producción, pérdidas para pequeños agricultores y altos precios de los alimentos para los consumidores en las zonas del país en las que no se producen. (Álvarez y Pérez, 2013, párr. 14,18-19).
Tales argumentos van dando cuenta de una crisis estructural y permanente del sector agrícola en el país, además complementando el panorama con datos más recientes, a partir del acuerdo de paz donde se esperaba una reforma agraria aún sin concretar, y reconociendo los vacíos en términos de comprender la alimentación como un derecho, el Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional- Universidad Nacional y Centro Internacional de Pensamiento Social y Económico (CISOE) relacionan datos para comprobar que:
La brecha rural-urbana no se restringe a lo económico, sino que comprende dimensiones de calidad de vida. El índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) es sistemáticamente mayor en el campo que en la ciudad, para Antioquia la brecha es cercana al 40% (...). Es importante resaltar la deuda que tiene el país en asumir y abordar la soberanía alimentaria como un componente fundamental para la garantía del derecho a la alimentación, este concepto debe ser complementario al de la seguridad alimentaria y nutricional, ya que permitiría al país asumir una postura frente a políticas de libre comercio, empresas transnacionales, entre otras, las cuales han venido desestimulando la producción nacional y debilitando los pequeños productores, eje fundamental y base de la estrategia central del desarrollo rural propuesto en el acuerdo de paz. Así mismo, afecta la implementación de la agricultura familiar como base de la producción y abastecimiento local de alimentos (Castro, et. al, 2017, p. 2,4).
Otros informes a nivel regional relacionan problemáticas permanentes recientemente diagnosticadas para abordar la producción de alimentos con los conflictos socioeconómicos en el departamento, es así como
en el Perfil Alimentario y Nutricional de Antioquia, (2019) se hallaron otros elementos que suman al presente análisis:
el deterioro de ecosistemas estratégicos a causa de la minería y por implantación de megaproyectos hidroeléctricos (...), donde se desconocen las condiciones culturales y agroecológicas de los territorios por privilegiar el apoyo estatal a la agroindustria (...), las cadenas largas de distribución de alimentos, la precaria conectividad terrestre y marítima (...), la limitada información a los productores, la escasa o nula regulación por parte del Estado, la poca promoción de circuitos cortos, la incipiente infraestructura para acopio y transformación de cosechas y productos primarios con escaso valor agregado(...), la disminución de la producción local de alimentos, el auge de la comercialización de ultra procesados en las localidades, el declive de las plazas de mercados, el manejo insostenible y de altos costos de las basuras derivadas del turismo (...); el enfoque diferencial que parece un discurso que no logra materializarse plenamente en los territorios. Donde las capacidades institucionales para la seguridad alimentaria y nutricional presentan limitaciones para trascender el formalismo institucional (p. 57-58-59).
Paralelamente a la producción alimentaria se encuentra que el conflicto armado ha marcado la historia del departamento de Antioquia y del país. Es así como las “formas de organización territorial vienen siendo invisibilizadas por la llegada de dinámicas socio–espaciales ligadas a economías en expansión/invasión. Los derechos económicos, sociales y culturales de estas poblaciones se ven infringidos por el accionar del Estado y el capital” (Betancourt, Hurtado & PortoGonçalves, 2015, p. 63). El modelo de desarrollo parece no llegar a beneficiar los pobladores rurales, presentándose situaciones adversas como amenazas para la conformación de dichas zonas:
Violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario de los pobladores campesinos; compra masiva de tierras en el proceso de acumulación de riquezas, causando el desplazamiento paulatino del campesinado; la persecución, estigmatización, judicialización y criminalización de los líderes campesinos articulados a procesos organizativos o iniciativas de desarrollo alternativas; asistencialismo estatal, presencia e implementación de megaproyectos a través de la entrada de empresas multinacionales y transnacionales, que no respetan la autonomía y el ordenamiento territorial campesino. (Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, 2011).
Todo este contexto para ubicar la complejidad de las dinámicas territoriales que se presentan de forma pronunciada en las zonas rurales de Antioquia, territorio que ha padecido todas estas formas de despojo, violencia e injusticia social, hechos que se confirmaron no sólo en la revisión documental, sino en la voz de los participantes de la investigación, quienes viven y enfrentan diariamente estas circunstancias difíciles, pero aun así permanecen firmes, bajo estrategias como la organización comunitaria, donde se reflejan también los otros fenómenos a raíz de las adversidades anteriormente descritas y que se confirman desde otros análisis expuestos en la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, (2010) citado por Millán, (2019):
Resulta importante establecer que, bajo estas circunstancias, la constitución de movimientos sociales resulta compleja en sí misma, precisamente por los conflictos regionales y locales de órdenes muy plurales, las alianzas temporales, y en muchos casos por las contradicciones en su estructura y en su dinámica. Por otro lado, la constante criminalización de sus representantes, y de las organizaciones a las que representan, y el despojo indiscriminado al que son víctimas comunidades en todo el territorio nacional, resultan elementos que no dejan de resultar tensos en sí mismos.
Por lo tanto, se recopila desde diferentes fuentes, conclusiones que vinculan deficiencias a la productividad del sector agrícola, argumentando desde el Plan Integral de Desarrollo Agropecuario y Rural con Enfoque Territorial, (2019) causas como: “insuficientes medidas de protección a la producción nacional frente a los tratados de libre comercio (...), grandes amenazas como son la persistencia del conflicto armado, desarrollo de macro proyectos e ingreso de multinacionales, (...), la producción de energía hidroeléctrica” entre otros aspectos. Además, otros documentos que propician el estudio del sector panelero a nivel nacional, encuentran problemáticas que confluyen con los planteamientos anteriormente descritos y que formulan problemas específicos en la producción de este alimento, así lo describe el proyecto de ley de incentivos a la producción y comercialización de panela, mieles paneleras y sus derivados en Colombia, (2017): “las características del mercado y su estructura de precios, así como problemas relacionados con tecnificación, diversificación, competencia ilegal, falta de fondos, presentación,
uniformidad, calidad del producto y apertura de nuevos mercados, tienen al sector inmerso en profundas dificultades”. (2017).
A pesar de que estas situaciones no tan favorables para la producción panelera, es determinante mencionar que este alimento es un eje no solo de gran importancia económica y social, también por su tradición cultural es un referente en la forma de vida y subsistencia del campesinado, siendo la panela uno de los productos más queridos y consumidos por los hogares colombianos. Por este motivo se encuentran trapiches en casi todo el territorio, incluso son foco de diagnósticos desde el gobierno nacional, donde también exponen planteamientos sobre las adversidades que afrontan las organizaciones sociales paneleras como se observó en un árbol de problemas encontrado en un informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP, 2018, p. 13):
Se presenta escasa asociatividad entre los productores, en parte debido a su informalidad, pues la producción se genera a escala individual en espacios domésticos y por tanto se compite entre los mismos productores por el mercado local. El desconocimiento de las bondades de las figuras de asociación productiva impide que estos actores individuales se sumen para tecnificar su producción, buscar financiación y lograr participación en mercados de mayor escala. Siendo los principales motivos de la débil asociatividad: El predominio de la producción por unidades familiares individuales, bajos incentivos a la integración en esquemas asociativos, desconocimiento en formas y beneficios de modelos de asociación y productores paneleros sin vocación empresarial.
Así mismo, según informe del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural que relaciona datos de La Federación Nacional de Paneleros Fedepanela, confirman percances afrontados por el gremio panelero:
La organización empresarial es muy precaria, sólo algunas cooperativas y empresas han logrado posicionarse en el mercado nacional y pocas en el mercado internacional. Aunque se han presentado dificultades para lograr la asociación de los productores en torno a proyectos de producción y comercialización de la panela y su sostenibilidad en el tiempo. La debilidad de la cultura organizacional y de trabajo asociativo, en un esquema productivo de propiedad parcelaria con economía campesina, dificulta el otorgamiento de subsidios directos (2006, p. 9).
Este panorama nacional en donde confluyen dinámicas sociales, económicas, culturales y políticas que son determinantes para configurar la realidad de la población, representan factores adversos para la garantía de derechos y el desarrollo social de las comunidades, afectando de manera directa al campesinado y por ende a las organizaciones sociales paneleras, puesto que estas características contextuales se dan en el territorio de forma muy similar en las distintas subregiones de Antioquia y hacen parte de la cotidianidad que deben sobrellevar las organizaciones, además de las problemáticas generadas a nivel gremial y organizativo, siendo este componente base de la reproducción social de los productores y lo que propició el interés por indagar en las estrategias y decisiones con las cuales las organizaciones sociales paneleras enfrentan su día a día desde su aporte y arraigo a la producción de panela.
Este escrito analiza los elementos que contribuyen al fortalecimiento de los territorios dulces agroalimentarios en Antioquia por medio de las experiencias asociativas de las organizaciones sociales dedicadas a la producción panelera en Antioquia, destacando sus potencialidades en tres momentos, inicialmente describe cómo las organizaciones sociales paneleras construyen territorios agroalimentarios, la segunda parte relaciona antecedentes de desterritorialización y reterritorialización agroalimentaria desde las organizaciones sociales, para finalmente resaltar las alianzas y vínculos constituyentes del fortalecimiento de las organizaciones sociales paneleras.
De esta manera, el resultado de la investigación pretende entregar una mirada holística y diferencial sobre las organizaciones sociales paneleras en Antioquia, puesto que en la revisión documental se encuentran estudios institucionales más dirigidos a ampliar conocimientos técnicos para mejorar la productividad, otras disciplinas intentan aportar al análisis en la línea administrativa desde la formulación de planes para la exportación de panela, también se encontró el análisis de una experiencia organizativa en el libro: De abajo hacia Arriba: Experiencia solidaria en el área rural de FrontinoAntioquia. Es así como se han encontrado datos desde muy generales a muy específicos sobre las organizaciones sociales paneleras, reconociendo que hacen falta estudios que den a conocer los aportes, logros, luchas y potencialidades de las organizaciones en las diferentes subregiones del departamento de Antioquia.
Igualmente, reconocer las experiencias organizativas en Antioquia intenta complementar los estudios sobre la producción panelera, aportando a la construcción de un enfoque multidimensional, donde el componente socio-organizativo puede ser central para análisis de alternativas que configuren la elaboración de planes consistentes y consecuentes con los procesos de las comunidades e instituciones nacionales, departamentales y municipales, que tengan relación con programas educativos, de desarrollo y de planificación territorial, que favorezcan la permanencia de las comunidades campesinas en sus territorios, con un énfasis especial en la producción alimentaria campesina, reconociendo su rol protagónico en el equilibrio ambiental y social del territorio.
1. ORGANIZACIONES SOCIALES PANELERAS CONSTRUYENDO TERRITORIOS AGROALIMENTARIOS
Las organizaciones sociales que interactúan con la producción de dulce en las subregiones, Occidente, Norte, Nordeste, Oriente y Suroeste del departamento de Antioquia, permiten reconocer unas formas de ser y hacer diversas. Dar cuenta de estas diferencias y singularidades permitió distinguir las incidencias de las organizaciones sociales en sus territorios, generando otras aristas de análisis para la comprensión de lo que reafirma la “emergencia de territorios dulces agroalimentarios” propuesta por Quintero, (2019).
Uno de los referentes de los territorios dulces, corresponde a la ubicación geográfica donde están las organizaciones, en relación con el cultivo de la caña y la producción panelera; esta ubicación corresponde a valles interandinos atravesados por importantes ríos con lo cual hoy se plantea una relación socio-ambiental que es reconocida y valorada por las organizaciones sociales. Inicialmente se mencionará la caracterización en la zona del Occidente Antioqueño, en el municipio de Frontino, el Valle de Musinga, donde se encuentran las organizaciones con mayor reconocimiento de esta subregión; le sigue en el Norte, el valle que se forma en el Cañón de San Pablo en Guadalupe; posteriormente en la subregión del nordeste en el municipio de Yolombó principalmente con el Valle del Río Nus, donde se encuentra más fortalecido el gremio panelero, con una de las mayores producciones en Antioquia, luego hablaremos de las experiencias en las veredas, La Peña, El Coco y San Lorenzo del municipio de Cocorná, en el Oriente de Antioquia, para finalizar con el Valle del Penderisco
del Municipio de Urrao en la subregión del suroeste Antioqueño, donde visitamos el único trapiche comunitario de esta región.
Históricamente, el valle del Río Musinga ha estado vinculado al cultivo de caña, la ganadería y siembra del cultivo del café, constituye una de las zonas más ricas en caña, que ha dado lugar a diversas organizaciones sociales productoras de panela en la Subregión del Occidente de Antioquia. En el territorio es reconocida la finca que inicialmente perteneció a una de las familias más prestigiosas e influyentes en la región, los Vélez White, entre otras víctimas del conflicto armado, como lo describe una de las productoras de panela:
Es que los de acá fueron secuestrados y asesinados, primero secuestraron a Don Félix el hijo, luego lo largaron al año y luego vinieron y la secuestraron a ella, a doña Gabriela, y a ella se la llevaron y como a los 8 o 6 meses la asesinaron, por allá por los laos de la blanquita, y luego lo secuestraron a él otra vez, y él se voló y luego yendo pa’ Medellín lo mataron. (Sepúlveda, A, comunicación personal, 16 de septiembre de 2019).
Ya en el 2000, entre trabajadores y habitantes se avizora la posibilidad de acceder a estas tierras abandonadas por sus primeros dueños, conformando una de las organizaciones sociales más representativas, ECA-GANAGRO el Tablazo; con 53 integrantes iniciaron un proceso de adquirir la tierra con el apoyo en este entonces del Instituto Nacional Colombiano para la Reforma Agraria (INCORA), siendo este uno de los elementos que caracterizan este territorio como es expresado en los testimonios: “En Frontino hay calidad de vida, porque los campesinos no cumplen sólo un rol en el trabajo, sino que además son copropietarios”. (Úsuga. N, comunicación personal, 13 de diciembre de 2019). Aunque en el 2010 la Empresa Comunitaria Agrícola enfrentó una crisis financiera, dándose cambios administrativos, entre ellos que algunos de los socios conformaran otra organización llamada Agrotablaito, la cual integran otros miembros de la organización inicial. Esta se destaca por la preservación de semillas de caña y su venta para otras organizaciones en Antioquia y en Colombia. Uno de sus integrantes expone otra de las causas de separación de la organización:
Nosotros pertenecemos a la reforma agraria del 2003 con el INCODER, somos 53 socios y estuvimos hasta el 2014, y nos
separamos porque vimos que los otros socios, no tenían la visión de sacar panelas con valor agregado como de buscar otros mercados, esa era la discusión, entonces decidimos la familia y un señor que no hacía parte de la familia armamos el trapiche, actualmente somos 5 y ellos 48, pero sacamos más producción que ellos y nuestra panela tienen un valor agregado, que es lo que nos ha sostenido en las crisis paneleras, hemos renovado los cultivos y tenemos un trapichito más moderno (Restrepo. F, comunicación personal, 12 de diciembre de 2019).
De esta crisis financiera en la década del 2010, surge también en el año 2013 Asopaneleche, es una organización más reciente, constituida únicamente por mujeres que decidieron dar un valor agregado a la panela. Este grupo de mujeres han decidido crear alianzas con instituciones del gobierno que han fortalecido su proceso considerando poder comercializar un producto con mayor valor en el mercado, de esta manera han logrado diseñar su propia marca, así lo relata la líder política y productora panelera, promotora de este proyecto: “21 Brix (su marca), opera desde hace 6 meses, tenemos 11 sabores chocolate con leche y sin leche, café con leche y sin leche, limón, naranja, maracuyá, frutos rojos, manzanilla, citronela, natural, todas tienen registro INVIMA y sacamos agua panela con leche en polvo, usted solo le hecha agua y queda listo” (Londoño. A, comunicación personal, 12 de diciembre de 2019).
También en el Valle de Musinga al igual que la Eca- Ganagro, surge en condiciones similares, la Cooperativa Agropecuaria de Guaduales (Coopaguaduales), a finales de los noventa, trabaja en la producción de panela, actualmente cuenta con 15 familias, la tierra la han adquirido con el proyecto del INCORA la cual fue comprada a otra familia prestigiosa de la región del occidente como fue la familia Elejalde Gaviria. Esta tierra se ha convertido en una de las mayores motivaciones para iniciar con su proceso organizativo, así lo expresa uno de sus líderes: “Esta finca era de un hacendado Elejalde Gaviria, ellos dejaron la finca y la vendieron al gobierno, esto fue una reforma agraria, en los primeros meses del 99 registramos la cooperativa, en ese momento entramos 41 familias” (Zapata. F, comunicación personal, 16 de septiembre de 2019); Además una de las socias de este proyecto recuerda sus inicios y nos cuenta: “Todo inició de convites porque nadie tenía con que empezar, como no había con que pagar el jornal, un día semanal se hacían los convites”. (Sepúlveda. A, comunicación personal, 16 de septiembre de 2019).
También en el municipio de Frontino y cerca de la zona urbana existe la presencia de tres comunidades indígenas: Nusidó, Rio Verde y Loma de los Indios, los cuales pertenecen al resguardo de Nusidó. Uno de sus líderes, relata los antecedentes de su instalación en esta zona: “Llevamos 30 años, comenzamos a organizar a los indígenas de ahí para acá como 10 años. La tierra mejor está casi en caña todo, nosotros este trapiche lo llamamos madre de nosotros porque si no está moliendo no hay nada”. (Bailarín. M, comunicación personal, diciembre de 2019).
En el caso de estas asociaciones del Valle de Musinga, se destaca el reencuentro con la tierra, como propietarios los productores paneleros han logrado demostrar procesos importantes en la organización comunitaria y la acción colectiva. Así diferentes zonas se han convertido en territorios colectivos, que han incentivado a los campesinos a generar innovación y emprendimiento alrededor de la transformación de la caña, fruto de este proceso de titulación, los productores han logrado un empoderamiento admirable que se dimensiona en la superación de diferentes crisis y en la ratificación de encontrar en la organización social la solución a sus dificultades y la potencialización de su labor como productores paneleros.
En la subregión del norte de Antioquia, se destacan las organizaciones sociales paneleras en los municipios de Campamento, Angostura, y Guadalupe, desde donde se identificó el valle de la panela que une a la Vereda San Juan del Municipio de Guadalupe con los municipios de Campamento y Angostura. Confirmando este hecho la alcaldía de Guadalupe, menciona: “Hacia los valles angostos, vereda San Juan y cañadas de menor pendiente, los San Basilio cordilleras pequeñas, los sauces y alrededores se dio la agricultura de vertiente, esencialmente café y caña panelera” (Alcaldía de Guadalupe, 2018). Además, uno de los productores con historia en esta región, y con una gran trayectoria familiar en la producción panelera nos dice: “La comunidad lleva 100 años viviendo de esta panela que hay en la región, pero personalmente yo, llevo aparte viviendo 20 años solo de ella”. (Vélez. G, comunicación personal, 12 de septiembre de 2019).
En el municipio de Guadalupe una de las organizaciones comunitarias es la Agroindustria Panelera Asociación de Paneleros y Cañicultores San Pablo el Caney, (Asocap). Esta inició en la década del 2000 como apoyo de las instituciones como FEDEPANELA
y La Secretaría de Agricultura del departamento de Antioquia; está conformada en su mayoría por familiares, y se destaca por aprovechamiento del trapiche comunitario para beneficio de los habitantes de la vereda, uno de sus líderes y representante legal don Humberto Grisales, ha estado involucrado con la panela desde niño, tiene su propio trapiche con el que inició desde joven y el cual construyó con sus propias manos, ya que es un experto en hornos y ni el accidente que le inmovilizó su brazo lo detiene, posee gran entusiasmo para hablar de la panela, su marca “La Campamenteña”, es reconocida en el Municipio de Campamento y en zonas de la costa atlántica, además lleva sus propias cuentas frente a la producción panelera de la zona: “Aquí en este cañón, puede haber unos 25 o 28 entables, el cañón completo puede tener unos 40 o 50 trapiches que traen la panela para Guadalupe” (Grisales. H, comunicación personal, 12 de septiembre de 2019).
En el norte de Antioquia se pueden encontrar muchas otras experiencias asociativas que se configuran de acuerdo a sus propias vivencias, quedando pendiente en este análisis algunas otras organizaciones sociales paneleras con las cuales logramos establecer un primer contacto como la Asociación Agroindustrial Sambasileña de San Basilio Medio, en la vereda San Basilio Medio en Guadalupe, la Asociación Agropecuaria de Productores y productoras de panela trapiche las Delicias en la vereda la Sirena del corregimiento Alegrías y en la vereda el Naranjal el trapiche comunitario Prosabanal, estas dos últimas en el municipio de Caramanta, donde faltó datos importantes sobre su trayectoria para lograr describir sus procesos organizativos.
De igual manera, la subregión del Nordeste de Antioquia ofrece un escenario con gran riqueza de organizaciones productoras de panela, especialmente en el municipio de Yolombó donde se encuentra una diversidad de procesos agroindustriales grandes y pequeños, encontrándose en el Municipio de Cisneros la planta de mieles del Nordeste, un proyecto que pretendía beneficiar los municipios cercanos, así lo describe la prensa regional de este entonces: “200 familias de Cisneros, Santo Domingo y San Roque, trabajan aliados con la central de mieles del Nordeste. La Central inició en 2009, hace dos años arrancaron las exportaciones y hoy superan las 80 toneladas por mes”. (Arias, 2018). Esta planta de mieles, aunque en sus inicios era esperanzadora para los municipios, ha enfrenado dificultades
administrativas, a pesar de que funciona actualmente enfrenta una serie de demandas que no han podido superarse hasta el momento.
Una de las organizaciones más representativa es la Asociación de Paneleros y Agropecuarios de Yolombó (Asopagroy) Con 74 socios en promedio, la organización funciona desde un centro de acopio donde también se comercializa la panela, su gestión les ha permitido beneficiarse de proyectos y mantenerse en su lucha como organización, sin embargo, consideran que los productores requieren mejores condiciones para aumentar la producción. También en Yolombó se encuentra la Empresa Comunitaria de Productores de Panela la Ceiba, en adelante Ecopace, ubicada en el corregimiento la Floresta, la cual surge en el 2008 como resultado del apoyo de las instituciones como Fedepanela y la Secretaría de Agricultura de Antioquia con el proyecto de adjudicación de 40 trapiches comunitarios para Antioquia, de los cuales se destinaron para Yolombó 4 de ellos. La asociación en el transcurso de su historia ha tenido que enfrentar también dificultades, y actualmente algunos de los socios que fueron los beneficiarios del proyecto en sus inicios, han cambiado de actividades y hoy día están desvinculados de la producción, por esta situación la asociación se encuentra a la espera de solucionar este hecho, posiblemente liquidando la actual empresa, para que quienes actualmente puedan iniciar con una nueva razón social, hecho que demuestra las dificultades particulares que deben enfrentar el trabajo colectivo.
Presentar este panorama tan diverso de experiencias asociativas, que surgen de diferentes procesos pero en contextos semejantes, donde las organizaciones sociales presentan sus rasgos singulares, permite dar cuenta de las múltiples capacidades y estrategias desarrolladas por los productores paneleros en Antioquia, contribuyendo a la construcción colectiva de los territorios agroalimentarios paneleros, como eje estructurante de su labor y su tenacidad, ya que unirse para generar procesos de asociatividad en ningún caso son luchas fáciles de librar, son procesos en los que deben llegar a acuerdos, en los que ganan y pierden, también confían, fracasan, renacen o no, pero donde permanece la certeza de que unidos podrán continuar buscando soluciones a la distintas adversidades que enfrentan en su cotidianidad.
La subregión del Oriente Antioqueño, Cocorná, se destaca como productor en alta calidad de la panela, entre las organizaciones más representativas de esta zona se reconoce, La Asociación de Paneleros de Cocorná, en adelante Asopaco, la cual cumplió 25 años
de trayectoria, siendo una proveedora estable en municipios aledaños como Guarne, La Ceja, Marinilla, El Carmen y Medellín. Asocia alrededor de 122 productores, entre ellos 5 trapiches comunitarios, esta asociación recibe la producción panelera de sus asociados y desarrolló una marca propia con la que ha logrado un reconocimiento a nivel nacional, se destacan aquí las capacidades que le han imprimido en su proceso administrativo sus representantes que a la vez son matrimonio, Luci Martínez, administradora de la entidad y Fabio Zapata, quienes han establecido relaciones con las fuerzas políticas para consolidar la organización. (Quintero, 2019, p. 90-91).
Recorrimos varias de las organizaciones que hacen parte de Asopaco, uno de esos encuentros fue una “gira panelera” en la Asociación Productores de Panela Trapiche los Recuerdos (Asopatrar), donde se posibilitó la interacción y el diálogo de saberes entre productores, quienes comparaban las distintas formas en que hacen su labor y particularmente se observó, que no se resistían a colaborar, unos cogían las herramientas y otros pareaban la panela, con una conexión tan estrecha en la que se podía reconocer el ensamblaje panela-productor; también admirados por la infraestructura añoraban llegar a tener así su entable. Además de saborear de los clásicos dulces en molienda, como el subido y el conejo que se elaboran cuando aún los jugos están en las calderas en forma de miel, una tradición que logramos disfrutar en cada estancia, por ser esta una práctica de los productores paneleros.
También en Cocorná, los productores del Trapiche Comunitario el Coco y La Asociación Renacer Panelero, nos deleitaron con sus historias, sus paisajes y nos endulzaron con la panela que producen. En Ambas organizaciones se logra identificar que para la comunidad los trapiches paneleros representan posibilidades de empleo para muchas personas de la vereda, lo que les ha motivado a seguir produciendo, ya que con el apoyo de Asopaco han logrado contribuir al desarrollo de su vereda, con su gestión han logrado beneficios como mejoramiento de la vía, hacer un ramal interno dentro de los cañaduzales, mejorar el espacio para acopiar la caña. También así lo considera la profesora Esleny Aristizábal de la Institución Educativa Eva Tulia Quintero, sede Jesús Pascual Henao quien, en comunicación personal, nos expresó su visión sobre los trapiches en esta vereda:
Yo ya he tenido la oportunidad de visitar la mayoría de los trapiches paneleros, son súper bien elaborados, utilizan el material adecuado,
todo ese proceso uno ve que ya está muy avanzado, han recibido muchas ayudas y especialmente el Renacer Panelero, que es la organización más importante y es una microempresa diría uno, porque favorece a muchas familias. Las ramadas le traen muchas fortalezas a la comunidad, no sólo a los que pertenecen ahí, sino a las mujeres, a los niños porque por ejemplo el joven trabaja allá y recibe un salario digno, les da razones para quedarse y para ver en la vereda oportunidades de empleo y de salir adelante. (05 de septiembre de 2019).
En el Trapiche Comunitario el Refugio Panelero en la vereda San Lorenzo, también asociado a Asopaco, compartimos con esta familia de tradición panelera, donde la mayoría de sus miembros son mujeres, su unidad, solidaridad, pujanza y amor por un saber heredado del abuelo, quien desde pequeños les enseñó a trabajar en la ramada. Así lo recuerdan sus hijos Argiro y Olinda, también sus nietas, quienes nos expresaron su vínculo con la panela, todas sus historias y conocimientos tienen una profunda relación con su quehacer, hasta los niños querían ser entrevistados para hablar de la panela. También resaltan la importancia de la colectividad: “Cuando don Argiro no está que es el pailero, entonces yo lo remplazo, porque de todas maneras hay que ayudarles porque uno solo o dos personas solas no muelen, siempre es en grupo” (Zuluaga. N, comunicación personal, septiembre 30 de 2019).
En suma, Asopaco ha contribuido a la organización de muchas familias paneleras de Cocorná apoyando su reterritorialización, consolidándose como un referente de producción panelera en el oriente antioqueño, logrando avanzar en un proyecto común que los une, potencializándose como industria panelera a través de sus capacidades colectivas para acceder a beneficios comunes como organizaciones sociales, no sólo de carácter económico, también desde sus aspiraciones sociales, culturales, políticas y ambientales.
En la región del Suroeste del departamento de Antioquia se desataca la Cooperativa Multiactiva Dulce Sabor del Campo en adelante Codulsac, en la vereda Orobugo Medio, único trapiche comunitario de la zona que inició en el año 2004; conformada por 10 socios, aprovechan esta infraestructura hasta 70 familias de las veredas cercanas. Esta organización debió enfrentar un conflicto armado intenso dada la ubicación de la vereda que limita con el departamento de El Chocó y se ha convertido en uno de los corredores estratégicos de la insurgencia, a pesar de causar muertes selectivas,
masacres y desapariciones para los miembros de la cooperativa, siempre ha sido motivo de orgullo el que ninguno de sus miembros, ha sufrido estos embates, y su motivación resuena en su slogan, “Porque unidos la paz florecerá”. Otra de las dificultades que los ha marcado se relaciona con la mala administración de los recursos económicos, sin embargo también han logrado superar estos impases y así Codulsac se ha convertido con los años en una de las experiencias asociativas más representativas del gremio panelero en este territorio y de manera específica en el Cañón del Rio Penderisco, afirman su éxito en la unión como organización, al afirmar: “La infraestructura no es tan valiosa, lo más valioso es la organización que la haga funcionar, porque hay muchas infraestructuras de esas por ahí abandonadas” (Martínez. E, Comunicación Personal,15 de julio de 2019).
Otras de las organizaciones sociales paneleras que se encuentran en la zona Suroeste, están ubicadas en el resguardo Karmata Rúa, donde habitan desde hace más de 130 años indígenas del grupo étnico Emberá Chamí, “esta comunidad se ha dedicado, a lo largo de su historia, a jornalear y trabajar la tierra. Los cultivos de caña ahora los aprovechan con un trapiche panelero que recientemente se construyó” (Trujillo, 2016). La Asociación de Productores Indígenas de Café Karmata Rúa-Asopick es la organización principal que vincula a los diferentes grupos de productores y artesanas del Resguardo, allí tuvimos la oportunidad de compartir con la Asociación Imaginando con las Manos, con mayor trayectoria en la elaboración de artesanías, que reúne alrededor de 70 mujeres.
Esta iniciativa desarrollado en alianza entre la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Jardín y Fedepanela, algunas de las mujeres del grupo “imaginando con las manos”, se motivaron a participar, así decidieron adscribirse al proyecto de caña 20 mujeres entre otros grupos de hombres, que son los que tiene experiencia en el cultivo y elaboración de la panela en el resguardo. Estas mujeres con la asesoría y acompañamiento de Fedepanela pusieron en marcha el proyecto, logrando ejecutar la siembra entre mayo a diciembre de 2017, posteriormente sacaron su primera producción y actualmente están a la espera de hacer un segundo corte para enero de 2021, entre sus proyecciones dicen “La idea es que tengamos propiedad y poner una tienda para vender el producto y todo lo de cañas, estamos en eso y somos Doce grupos” (Painchi. G, comunicación personal,
octubre 11 de 2019); además Rosa Edith González Tascon, productora panelera en comunicación personal cuenta su sentir en esta nueva experiencia asociativa:
Me he sentido muy orgullosa porque aprendía a trabajar, aprendía a coger un machete, como voliar el machete, el azadón, el palín y son experiencias muy bonitas porque uno con las compañeras en el momento de uno trabajar, uno conversa, comparte las cosas, hablamos experiencias bonitas, inclusive lloramos cuando hablamos algunas historias tristes, nos llorábamos un ratico ahí en el lote y trabajábamos, nos reíamos, muchas cosas, a mí me encantaba trabajar todos los días, porque yo compartía mucho con las muchachas, cosas, sus diferencias, sus problemas, nosotras mismas nos ayudábamos mutuamente (10 de octubre de 2019).
2. RETERRITORIALIZACIÓN AGROALIMENTARIA DESDE LAS ORGANIZACIONES SOCIALES
Para comprender y definir la reterritorialización agroalimentaria que se presenta en los diferentes territorios paneleros en Antioquia, fue necesario interpelar los motivos por los cuales en dichos territorios las familias productoras han padecido procesos de desterritorialización; coincidiendo en muchos casos con el conflicto armado que se ha vivido en el país, puesto que en todas las subregiones los líderes de las organizaciones, reconocen la presencia de los actores armados que coexisten en sus territorios y que en diferentes momentos han incrementado su accionar militar, obligando a muchos de ellos a tener que abandonar sus fincas a causa de estos periodos de violencia que debieron afrontar de manera particular en las subregiones donde tienen presencia las organizaciones sociales que se dedican a la producción de panela.
Entre los casos conocidos, resulta importante mencionar como en el municipio de Urrao, en el suroeste de Antioquia se encontró que algunos campesinos afirman haber vivido este periodo de violencia inmóviles, en sus tierras y procurando sobrellevar dicha situación, incluso algunos de los participantes también expuso que, los grupos armados no representaron un peligro inminente en su territorio, expresando que: “El conflicto armado para nosotros tuvo ventajas y desventajas, si había mucha violencia, pero no estaba sino un solo grupo, si usted era derechito no tenía problemas, y derechito era,
no tenga problemas con el vecino, ni con nadie”. (Martínez. E, comunicación personal, 15 de julio de 2019).
En otro caso en el suroeste antioqueño, en el Municipio de Caramanta, una de las mujeres líder panelera, relata la experiencia de su familia, donde además de muertes cercanas por el conflicto, en esta región se presentaron otras dinámicas de desterritorialización por medio de la compra de grandes extensiones de tierras, afectando de forma directa la producción alimentaria, la economía y cambiando la forma de vida de sus habitantes. Paralelamente en el occidente antioqueño, en el municipio de Frontino también se encuentran casos similares donde el campesino asocia los periodos de violencia a dinámicas de compra y venta de tierras, situaciones que evidentemente generaron cambios en el territorio, donde desde la percepción del director de cultura y juventudes menciona:
La violencia atrasó a Frontino 20 años, se dio mucha especulación de tierras, pero hubo gente, que a pesar de todo siguió, se fueron algunas multinacionales, pero la caña siempre estuvo aquí y la mina también, entonces la gente seguía trabajando porque es lo que sabíamos hacer. (Gómez. M, comunicación personal, 11 de diciembre de 2019).
Existiendo entonces múltiples causas de desterritorialización que pueden ser tanto positivas como negativas, que a su vez impulsan e influyen directamente en nuevas formas de reterritorialización de los productores paneleros en Antioquia, que se territorializan por medio de la configuración de organizaciones sociales paneleras, posibilitando más que una expresión de clase, ofreciendo un conjunto de experiencias y oportunidades, que han logrado anclarse al territorio para su reproducción social. La violencia, los desplazamientos, el asesinato de sus líderes, las crisis y problemas en los que está inmerso el sector panelero, no han sido impedimentos para que los campesinos y sus diferentes organizaciones traten de unificar criterios políticos y de acción para continuar cultivando la caña y transformándola en diversos dulces para alimentar la población.
Las organizaciones sociales paneleras han logrado unir a los campesinos para proyectarse tanto de forma individual como colectiva, teniendo en cuenta que la producción de panela es un proceso que requiere mucha mano de obra, y que generan empleo no
sólo a los asociados, sino también a la comunidad que está alrededor de la ramada. Algunos productores consideran este espacio, más que un lugar de trabajo y producción, un motivo para la integración y la posibilidad de alimento para las comunidades, por lo que para los productores tiene un significado y su vínculo a esta actividad representa un elemento clave en la persistencia de los productores en no dejarse derrotar de las adversidades, sino por el contrario encontrar como excusa, que la vocación de su territorio está en la producción panelera, y su saber en dicha práctica, por lo cual las organizaciones sociales constituyen una estrategia que les permite insistir en generar cierta incidencia territorial y beneficios dentro de un contexto de desarrollo rural y agrario de gran inestabilidad.
Otra característica que territorializa a las familias productoras de panela, es la solidaridad, poderse ayudar en las labores, aunque no solo se trata de la panela sino además de otras actividades, lo que corresponden a un criterio de “reciprocidad demorada” que no corresponde al cálculo estricto de crédito o a una deuda. Es más bien con respecto a los objetos y productos que se prestan o donan en asuntos que los unen. Se podría decir que la capacidad vital de una comunidad de hacer producir sus tierras con la panela es una expresión de poder común y la relación con sus familias y comunidad. En el municipio de Frontino se reflejan estas prácticas, las cuales logran materializarse en la consolidación y permanencia de diversas organizaciones como Agrotabladito, Copaguaduales, Asopaneleche, Eca-Ganagro, que mediante una reforma agraria lograron constituirse y pasar de ser empleados a propietarios, así lo argumenta uno de los beneficiarios:
Volvimos a la finca después del desplazamiento, sin patrones y con los cultivos perdidos, entonces hubo una idea de que nos organizáramos y formáramos una asociación y nos dejaron trabajar en esta finca, nos organizamos y como a los dos años que ya teníamos la finca ahí montada en caña, el gobierno no la entregó porque les mostramos que si éramos capaces de producir. Por medio del INCODER nos titularon la finca a 53 socios que somos ahora, de las 90 familias 53 permanecimos como propietarios de este terreno, eso fue en el 2003 y eso hace que estemos acá produciendo como propietarios (Restrepo. J, comunicación personal, 12 de diciembre de 2019).
De la misma manera, se pueden identificar otras contribuciones de las organizaciones sociales, como son la posibilidad de gestión de
recursos que permiten el mejoramiento de sus condiciones de vida, tanto desde las condiciones físicas de las instalaciones, como desde la capacidad de agencia de sus socios y colaboradores para innovar con productos y presentaciones diversas, la creación de empresas, las alianzas entre productores, la cualificación de sus saberes, el acceso a crédito empresarial y los relacionamientos en la cadena productiva que permiten el intercambio de saberes.
En las cinco subregiones de Antioquia; Norte, Nordeste, Oriente, Suroeste y Occidente, ha existido un contexto de violencia que ha influido en las dinámicas de organizaciones sociales, algunas no han logrado permanecer por diversos motivos, otras se han reactivado después de largos periodos de encontrarse inactivas. Existen casos en los que las organizaciones se vieron obligadas a conformarse por el hecho de poder recibir algunos recursos provenientes de instituciones, que los destinaban a organizaciones colectivas. Muchos de estos proyectos en algunos casos fueron insuficientes y en otros no alcanzaron a aportar a sus realidades. Uno de los líderes en el municipio de Frontino que además de ser productor, es el representante departamental ante Fedepanela argumenta que:
Organizaciones si hay, lo que pasa es que las organizaciones requieren acompañamiento, muchas organizaciones se dan porque aparece la posibilidad de recibir un apoyo o beneficio que son mediáticos y puntuales, se ejecutan y dejan las organizaciones solas y la gente nunca ha tenido formación para el tema, entonces las organizaciones fracasan y se revientan por su bajo nivel académico y no hay un liderazgo definido, no hay participación de profesionales en esas organizaciones, terminan deteriorándose, pero hay mucha organización. (Úsuga. N, comunicación personal, 13 de diciembre de 2019).
Esta enorme heterogeneidad de vivencias entre los productores y la diversidad de expresiones locales y regionales que se dan en los distintos territorios agroalimentarios paneleros presentándose una relación con la afirmación de Long, (2007) citado por Quintero, (2019) donde las “realidades múltiples, construidas y confirmadas sobre todo mediante la experiencia (...) en el estudio detallado de la vida cotidiana en que los actores se esfuerzan por aprender cognitiva, organizacional y emocionalmente las situaciones problemáticas que enfrentan” (p. 45). Las formas de desterritorialización experimentada
por los productores de panela en Antioquia, los lleva a buscar reterritorializarse por el vínculo que desarrollan con el territorio y su saber hacer, generando agencias al encontrar los medios para formar parte de las organizaciones sociales como una posibilidad de reestablecerse, de permanecer en sus mundos de vida, de esquivar las adversidades y concentrarse en lo que realmente tiene significado para ellos.
Como lo sugiere Quintero, 2019: “Emerge un territorio dulce” que se consolida con la contribución de las organizaciones sociales ya que, aunque existe múltiples dinámicas asociadas al territorio, entre ellas las disputas territoriales como procesos de desterritorialización, al mismo tiempo se identifican en las distintas subregiones, la fuerza y motivación que aportan las organizaciones sociales, que como una especie de estrategia o desde la metáfora de rizoma de Deleuze busca salidas o alternativas para crecer, en este caso a través de la acción colectiva, puesto que la pertenencia a dichas organizaciones respalda los procesos de reterritorialización; potenciando las capacidades de los productores, ofreciendo alternativas para enfrentar las diversas dificultades que afrontan a nivel personal y colectivo, es así como mantienen su esperanza y deseo de conservar esta dulce tradición que hace parte de sus mundos de vida.
3. ALIANZAS Y VÍNCULOS EN EL FORTALECIMIENTO DE LAS ORGANIZACIONES SOCIALES PANELERAS
En esta última parte se estructura una caracterización de los relacionamientos de las organizaciones sociales paneleras, como una base fundamental de su accionar, pues permite develar los múltiples agenciamientos y ensamblajes que se dan en la cotidianidad de las organizaciones sociales paneleras en Antioquia, identificando algunas de sus decisiones, alianzas, vínculos y oportunidades, experimentadas bajo sus relaciones internas y externas ya que proporcionan alternativas para continuar, permanecer, reconstituirse, renacer o reconfigurarse con tal de seguir haciendo lo que saben hacer, panela.
Se ha encontrado que, las diferentes relaciones que pretendieron ser entendidas en el recorrido de la presente investigación, aportan de forma significativa al fortalecimiento de los territorios agroalimentarios ya que los relacionamientos entre organizaciones, o con la comunidad,
entre productores y con las distintas materialidades, hacen parte de su cotidianidad e impulsan su funcionamiento, definiéndolas como, las que son de tipo interinstitucional, las que se dan a partir de alianzas entre productores, las que son de tipo intraorganizacional, las relaciones comunales y para terminar los vínculos productivos.
Las relaciones interinstitucionales que más reconocen las organizaciones sociales son, algunas ONGs, los gobiernos locales y departamentales, la Federación Nacional de Productores de Panela (Fedepanela), que ha acompañado algunos procesos en las diferentes organizaciones sociales a través de la asistencia técnica y el apoyo con proyectos para mejorar las condiciones de trabajo en el proceso de producción panelera. Desde la Coordinación departamental en comunicación personal con Dinora Bedoya, nos cuentan cómo se estructura esta red de participación gremial para incidir y escalar la voz de las organizaciones sociales paneleras a su mayor representación organizativa:
Ellos (los productores paneleros) pues ahora tienen representación pues a nivel gremial tanto municipal, departamental y nacional, en los municipios a través del comité municipal de paneleros, donde eligen un productor que los represente a nivel departamental, que en Urrao por ejemplo es Elkin. Esos comités pertenecen a Fedepanela, ellos son la base de Fedepanela, de esos comités municipales que en Antioquia tenemos conformados 23 pues porque hay que cumplir unos requisitos para poder tener un comité, tenemos 23 municipios, de esos 23 presidentes municipales nombran un presidente departamental que ahorita es el de Frontino pues que también lo van a poder conocer, que ese representa todos los paneleros de Antioquia, y él hace parte de la junta nacional de Fedepanela. (15 de julio de 2019).
En la subregión Oriente se da una tendencia entre los entrevistados; algunos productores y líderes de las organizaciones recalcan el apoyo y gestión de PRODEPAZ que ha acompañado diferentes procesos de las organizaciones sociales, también Asopaco es un referente de gestión ante el Gobierno Municipal de Cocorná y la Cámara de Comercio. En la subregión de Occidente especialmente Asopaneleche comenta su relación con diversas entidades que han apoyado la consolidación de este emprendimiento de mujeres, entre ellas la Alcaldía y la Gobernación de Antioquia, La Umata, el SENA, la Agencia de Desarrollo Rural, en Frontino, Agrotablaito mencionan
otras organizaciones aliadas que han aportado a sus procesos como CORPOICA, la Universidad Nacional, CENICAÑA y AGROSAVIA. En el Nordeste Asopagroy es beneficiario de un proyecto a partir de la alianza PNUD-EPM y en la subregión Suroeste mencionan la FAO.
Se puede concluir de este primer sistema de relacionamientos que, en las cinco subregiones de Antioquia, las y los socio(a)s de las distintas organizaciones paneleras de estas zonas, expresan de forma espontánea como entes institucionales, han hecho presencia en estos territorios y han ofrecido alternativas de paz, de mejoramiento en infraestructura, de impulso y apoyo para el fortalecimiento de las organizaciones, mostrando cómo la articulación interinstitucional es aceptada y valorada por las organizaciones sociales paneleras, constituyendo una apertura para la construcción colectiva y sentando un precedente que se aleja de la idea de tensión y resistencia como única expresión de los movimientos sociales.
La alianza entre productores es una práctica de relacionamiento de las organizaciones sociales paneleras. Se identificó con mayor claridad la alianza entre productores en la Subregión del Nordeste Antioqueño precisamente en el municipio de Yolombó, donde La Siberia, trapiche que ha logrado niveles importantes de tecnificación en diferentes procesos, a partir de la marca Alipa, que significa alianza panelera, se abastece de 20 productores cercanos a los que además de comprarle la panela, les articulan a su sistema de producción y constituyen una red de apoyo entre ellos, como lo expresa el señor Guillermo Cano de Ecopace en comunicación personal: “Nosotros por eso no sufrimos porque tenemos la Siberia, pero hay mucha gente que no tiene un aliado, entonces si les va muy mal porque venderles a los intermediarios es muy difícil”. (7 de diciembre de 2019).
Otra forma de relacionamiento que se da entre los productores es cuando participan de eventos del gremio como los promovidos por el Fondo de Fomento Panelero llamados giras paneleras; estas iniciativas se replican a nivel local entre los socios de las organizaciones, realizando encuentros a veredas aledañas en ramadas de compañeros asociados o también a otras zonas con productores de otras asociaciones. Propiciando el encuentro, el diálogo de saberes, el compartir experiencias y capacitarse en temas de interés, así cuenta un productor que recibió otros colegas en sus instalaciones: “La primera vez vino una gira de San Luis y San Carlos y la semana pasada vino
una gira de Granada, que está por venir otra, la semana pasada vinieron 53 personas vinieron de San Carlos y se fueron contentos” (López. B, comunicación personal, 05 de septiembre de 2019).
Fedepanela reúne esfuerzos para promover este relacionamiento entre productores, en 2019, iniciaron varios encuentros dirigidos a los jóvenes: “Red de Jóvenes Emprendedores Paneleros” y mujeres: “Red de Mujeres Productoras Emprendedoras Paneleras” del departamento de Antioquia, promoviendo espacios de encuentro para motivar estas poblaciones menos visibilizadas entre los productores, logrando la socialización de sus experiencias y propiciándoles participación, conocimiento de la oferta de servicios estatales a los que pueden acceder para gestionar beneficios individuales y colectivos. Estas posibilidades de relacionamiento entre productores, les permite generar confianza y potencializar las capacidades de estas poblaciones que empiezan a generar estadísticas representativas de participación y gestión en procesos de producción panelera en Antioquia. Así mismo, las alianzas productivas como una opción ante la frecuente problemática de comercialización expresada principalmente por los pequeños productores.
La relación intraorganizacional, hace referencia a los encuentros al interior de las organizaciones sociales paneleras, configurada en el establecimiento de liderazgos y roles. Se encontraron asociaciones en las que a lo largo de su historia los líderes permanecen; en cambio otras en las que se generan nuevos liderazgos, nacen otras organizaciones y se dan también relevos generacionales, complementando algo que se ha tratado de reconocer a lo largo de este proyecto y es, la heterogeneidad, las singularidades como principal agenciamiento entre los productores de las distintas subregiones, esto hace que cada uno de los aportes presentados muestren las distintas experiencias de las organizaciones sociales paneleras, lo confirma el testimonio de uno de los productores que reconoce la base del éxito de la organización que precede: “La cooperativa parte de dos principios; trasparencia de quienes la hemos manejado y otra es el sentido de pertenencia de todos nosotros. (Zapata. F, comunicación personal, 16 de septiembre de 2019).
El campesino ha sido muy unido (...) mire que acá con lo del desfalco, al trapiche le tocó dar como quince millones o veinte millones de pesos, y a los campesinos les tocó dar como de a 200 o
300, y a pesar de todo eso la gente todavía cree en nosotros (16 de julio de 2019), testimonio de solidaridad entre socios de Codulsac en el Suroeste, aunque también los productores paneleros reconocen algunas de las dificultades que afrontan a nivel interno en las organizaciones. Así lo considera el representante de los paneleros en Antioquia ante el comité nacional de productores: “Frontino tiene fuerza asociativa, lo que pasa es que le falta acompañamiento para poder que esa asociatividad pueda dar un paso más allá que le permita la capacidad de ahorro y ambicionar unos proyectos más importantes”. (Úsuga. N, comunicación personal, 13 de diciembre de 2019).
Por lo tanto, las organizaciones sociales representan para muchos productores esa alternativa para lograr sus intereses, para consolidar y diversificar el gremio panelero, para conservar su tradición, para seguir contribuyendo a alimentación del pueblo, para reterritorializarse, para impulsar al mejoramiento de sus condiciones de vida, para liderar y hacer escuchar la voz de sus colegas, creando sus propios discursos para defender lo que aman, como lo hizo don Norberto, que disfrutando de los paisajes de Frontino, nos compartió apasionadamente sus emprendimientos, sus instalaciones, su jardín con casi 17 variedades de caña, sus experiencias, todas relacionadas con la caña y la panela y también su convicción:
Yo me he involucrado en muchos procesos asociativos acá en Frontino y en el departamento y le puedo decir algo con certeza: No hay ninguna otra posibilidad para el pequeño productor en Antioquia y en Colombia sino es trabajando asociativamente, no hay ninguna otra posibilidad de acceder a tecnología, recibir apoyo estatal, recibir formación, tener otras posibilidades. No hay otro camino sino la asociatividad. (Úsuga. N, comunicación personal, 13 de diciembre de 2019).
En las relaciones comunales se encontró que entre las organizaciones paneleras es muy fuerte la relación de la ramada con la comunidad, con su contexto, con sus vecinos. Así lo expresa un productor privado que, aunque decidió no continuar en la organización en la que estaba asociado y explorar sus capacidades empresariales y comerciales. Actualmente en su trapiche sólo produce panela pulverizada, en una finca con más de 100 años de tradición panelera y por supuesto, independientemente de su carácter privado nos acogió en su casa, nos acompañó en el recorrido, nos contó de su profundo amor por la
tierra y la panela, porque de su padre heredó ese arraigo al campo y nos mostró la esencia del pensamiento colectivo de los productores paneleros: “Mi papá siempre piensa en la comunidad, me decía que no tenía que pensar en mí, hay que pensar en ese fogoncito, en la comunidad, en colectivo exactamente”. (Vélez. G, comunicación personal, 12 de septiembre de 2019).
Las ontologías de los cultivos y alimentos adquieren importancia al “interior” de las redes de las comunidades sociales y de los comunes, donde emergen espacios que van más allá de las delimitaciones geográficas para situarse en las intensidades de los afectos y valores (Paredes, Sherwood y Arce. 2016). Así mismo se reconocen en la producción panelera prácticas tradicionales entre los productores como al finalizar cada molienda, que además del salario acordado, entregan a cada uno de los participantes en la producción “la panela para el gasto”, este hecho hace parte de los significados que interpretamos como sostén de la seguridad alimentaria comunal. Como no mencionar que también disfrutamos de las dulces preparaciones realizadas durante la cocción de la miel, donde se reconoce el inmenso orgullo con el que comparten sus saberes y nos endulzaron con el “Conejo” o el “tirado”, momentos inolvidables que dan cuenta de que esta labor productiva es más que una simple necesidad económica, tiene un sentido y valor para sus involucrados.
Los vínculos productivos dan cuenta especialmente, del vínculo entre los productores y las materialidades activas que hacen parte de sus dulces mundos de vida, donde la panela tiene un lugar en su lenguaje y sentimientos, mostrando en sus relatos y experiencias, una profunda relación con sus saberes y sabores, con sus prácticas, arraigos, cotidianidades y contingencias. Varias de las expresiones que dan cuenta de lo que se quiere dar a conocer en este momento, lo relatan mujeres que hacen parte de asociaciones paneleras en diferentes veredas del municipio de Cocorná, una de ellas, abuela de tradición panelera: “Toda mi vida amor a la panela, amor a la cañita, a la finca... de aquí para el cielo” (Salazar. I, comunicación personal, 5 de septiembre de 2019); También en Cocorná, en la vereda San Lorenzo expresan: “Siento algo especial con la caña y todo el proceso de la molienda, porque me recuerda a mi abuelito, porque él fue el que le enseño a mis tíos a trabajarla” (Gómez. K, comunicación personal, 6 de septiembre de 2019) y en la vereda el Coco, también una productora
panelera, da cuenta de estas emociones que le genera la caña: “La panelita nos duele mucho, cuando se entran los animales a dañarla, o que viene gente que es ociosa a mocharla, le decimos con buen modo, cuidamos la panelita, siempre ha sido la rentica, la panelita” (Gallego. M, comunicación personal, 30 de septiembre de 2019).
Para resumir, son diversas las expresiones de vínculo entre el campesino y su quehacer, presentándose este tipo de relacionamiento en todos los extremos del territorio. En la zona del suroeste describen esta relación incluso, como una razón de vida, así lo relatan en el municipio de Caramanta, en comunicación personal con Judith Abello, líder y productora panelera: “Esta hermosa caña y esta dulce panela nos ha dado el rigor de vivir” (29 de septiembre de 2019). De igual manera lo expresan desde la zona occidental, exponiendo: “Yo trabajo la panela desde que me conozco (risas), siempre he vivido en fincas de caña, de trapiches, entonces toda la vida he estado relacionado con la caña y con la panela” (Restrepo. J, comunicación personal, 12 de diciembre de 2019). Desde el Nordeste relatan este vínculo resaltando su carácter alimentario, con la certeza de que esta producción les garantiza su seguridad alimentaria a partir de la vocación del suelo: “Todo por acá es cultivo de caña, todos vivimos de la caña, la caña representa mucho pa’ nosotros es el pan de cada día, hay que valorarla mucho” (Londoño. O, comunicación personal, 06 de diciembre de 2019). Volviendo al oriente, la profunda relación entre campesino y tierra es determinante: “Venimos de otras veredas, pero ya nos enamoramos de aquí, y de la tierrita” (Sepúlveda. A, comunicación personal, 16 de septiembre de 2019). Para terminar con dos palabras determinantes que hacen parte del repertorio de uno de los exponentes paneleros más antiguos en Antioquia: “Es una tradición y apego” (Cadavid. F, comunicación personal, 8 de octubre de 2019).
Reconociendo los límites en extensión, resumimos el sinnúmero de relatos que dan cuenta de este vínculo, que recoge un entramado de relaciones campesino-productividad, donde el territorio, su vocación agrícola y sus saberes, responden a la particularidad, que es difícil reducir a conceptos y técnicas, proporcionando en este último aparte la profunda heterogeneidad reconocida desde la relación territorio y organizaciones sociales, más aún este vínculo tan estrecho entre productor y las materialidades alrededor de la producción del dulce (Panela, tierra, animales, paisaje), pero también desde las alianzas y
las relaciones comunales, intraorganizacionales e interinstitucionales, constituyen una motivación del campesino a no dejarse intimidar de las problemáticas que enfrentan en el territorio, a generar estrategias y en este caso múltiples relacionamientos configurados a partir de la organización social, dando lugar a posibles ensamblajes.
4. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El recorrido por las cinco subregiones de Antioquia: occidente, norte, oriente, suroeste y nordeste, permitió el contacto con diversas organizaciones sociales paneleras, logrando presentar algunas descripciones sobre su contexto y trayectoria, lo cual facilitó entender la importancia que tiene para el campesino esta tradición, pues a pesar de la ardua labor que conlleva este proceso, representa mucho más que su modo de subsistencia. Así mismo se logró reconocer el enorme potencial de las organizaciones sociales paneleras, su heterogeneidad y su contribución a la emergencia de los territorios agroalimentarios, entendiendo la necesidad de una compresión diferenciada, no totalizante que ponga en debate el reconocimiento las propias características de las organizaciones, para reconocer y visibilizar sus acciones, luchas y perseverancia por mantener su tradición, su saberes, prácticas, disposición para aprender y adaptarse a cuantas dinámicas y novedades deban enfrentar, con la seguridad de que juntos lo pueden alcanzar.
Comprender los procesos de desterritorialización y reterritorialización que confrontan los productores paneleros, posibilitó reconocer que los ensamblajes entre productores y panela, también entre productores con el territorio, y cómo a partir de la conformación de las organizaciones sociales paneleras en las diferentes subregiones del departamento de Antioquia, se enmarcan nuevos horizontes para comprender su accionar, que no siempre se da desde las concepciones tradicionales de los movimientos sociales, definida desde escenarios únicos como: la resistencia, la identidad, la movilización de recursos o expresiones de clase; además de esto, las organizaciones sociales paneleras nos muestran sus formas de agencia, las capacidades que desarrollan para permanecer en contextos problemáticos y adversos, pero además la certeza de que su mayor motivación para no desfallecer en este difícil contexto de la agroindustria panelera en sus territorios, es conservar sus
tradiciones, porque la producción del dulce va más allá de una labor con razones económicas; la panela hace parte de su realidad, de su pasado y presente, de su medio para garantizar seguridad alimentaria, pero además, constituye una forma de vida de la cual no están dispuestos a renunciar fácilmente, ya que hace parte de su vocación, de su historia, de lo que aman y por lo que están dispuestos a luchar cada día para seguir moliendo en su trapiche y endulzar sus vidas y las de quienes los conozcamos.
Sin lugar a dudas para entender el territorio y las organizaciones paneleras, ha sido determinante comprender las relaciones sociales que se entretejen en esta labor, este sistema interinstitucional, intraorganizacional, de alianzas entre productores, con sus comunidades, además de sus vínculos con la productividad, dan cuenta de su complejidad social, donde estas formas de relacionamiento son la base de la territorialización de las organizaciones sociales paneleras, la estrategia para las oportunidades y la posibilidad de desarrollar sus capacidades.
En consecuencia, este recorrido investigativo permitió reconocer como las organizaciones sociales paneleras fortalecen los territorios agroalimentarios en Antioquia, aportando empleo, alimento e ingresos no sólo para sus afiliados, sino para la comunidad, representando una razón de ser y hacer para muchas familias rurales, presentando diversos ensamblajes que se dan en la producción panelera, que se postulan como formas de vida rural expresadas desde cada localidad, determinando formas de desarrollo desde el accionar de las organizaciones sociales paneleras logrando avances que se dan desde la construcción colectiva de las comunidades.
Referencias
Álvarez Castaño, L. & Pérez Isaza, E. Situación alimentaria y nutricional en Colombia desde la perspectiva de los determinantes sociales de la salud. Perspectivas en Nutrición Humana, 15(2), 2013. p.203-214. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S0124-41082013000200007&lng= en&tlng=es
Alcaldía Municipal de Guadalupe en Antioquia. (febrero 13 de 2018) recuperado de: http://www.guadalupe-antioquia.gov.co/ municipio/ ecologia
Arias Jiménez, F. Panela del Nordeste antioqueño llega a consumidores en Europa. (20 de abril de 2018). El Colombiano. Recuperado de: https://www.elcolombiano.com/negocios/panela-alimentoquecrece-en-exportaciones-AB8571750
Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina 2011. “Cartilla Pedagógica Zonas de Reserva Campesina en Colombia”. Recuperado de: http://issuu.com/anzorc/docs/cartillazonasdereservacampesina
Betancourt, M.; Hurtado, L & Porto- Gonçalves, C. Tensiones territoriales y políticas públicas de desarrollo en la Amazonía.–1ª ed.–Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2015. Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/ becas/20150416052755/ Betancourt-Hurtado-Porto-G.pdf
De Castro, J. & et. al. Una Colombia en Paz sin pobreza y sin hambre. Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional – OBSAN UN; Centro Internacional de Pensamiento Social y Económico –CISOE, 2017. Recuperado de: https://docs.wfp.org/api/documents/ WFP-0000040088/download/
Departamento Nacional de Planeación. Proyectos Tipo. Soluciones ágiles para un nuevo país: Construcción de trapiches paneleros.
Gobierno de Colombia. 2018. Disponible en: https://proyectostipo. dnp.gov.co/images/pdf/Trapiches/PTtrapiches.pdf
Perfil Alimentario y Nutricional de Antioquia. Resumen ejecutivo. Gobernación de Antioquia, 2019. Disponible en: http://www. udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/ba8c4eac-c8ad-43aa9a6f7f9f143d28a0/resumen_ejecutivo_perfil_alimentario_ FINAL. pdf?MOD=AJPERES&CVID=n3658bg
Congreso de Colombia. Proyecto de ley de incentivos a la producción y comercialización de panela, mieles paneleras y sus derivados en Colombia, 2017. Recuperado de: http://leyes.senado. gov.co/proyectos/ images/documentos/Textos%20Radicados/ proyectos%20de%20 ley/2018%20-%202019/PL%20156-18%20S%20113-2017C%20 Incentivos%20Produccion%20Paneleros.pdf
Millán, G. El Congreso de los Pueblos, acción colectiva intercultural y subjetividades políticas emergentes (tesis de doctorado). Universidade Federal do Rio Grande do Sul, Porto Alegre, Brasil, 2019. Recuperado de: https://bdigital.uexternado.edu.co/ handle/001/1670
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura Agencia de Desarrollo Rural. Plan integral de desarrollo agropecuario y rural con enfoque territorial–Departamento de Antioquia. Medellín, Antioquia: Agencia de Desarrollo Rural – ADR, 2019. Disponible en: https://www.adr. gov.co/servicios/ pidaret/ANTIOQUIA%20TOMO%20II.pdf
Quintero, J. Cañas y Ramadas, Ensamblando el Territorio Dulce en el Oriente de Antioquia–Colombia (tesis de doctorado). Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia. 2019.
Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. El sector panelero colombiano. Gobierno de Colombia. 2006. Disponible en: http:// www.panelamonitor.org/media/docrepo/document/files/elsectorpanelero-colombiano.pdf
Trujillo Villa, C. Resguardo indígena de Cristianía quiere desarrollo bajo su tradición. (17 de julio de 2016). El Colombiano. Recuperado de: https://www.elcolombiano.com/antioquia/cristiania-quieredesarrollobajo-su-tradicion-JJ4579579
Organizaciones de mujeres
(re)
Hernández
Guzmán
Resumen
En el departamento de Antioquia los megaproyectos mineroenergéticos, y el conflicto armado han generado grandes efectos socioeconómicos, políticos, ambientales, y culturales que provocaron la desterritorialización de la población campesina, en este caso de quienes se dedican al cultivo de la caña y la producción de la panela; proceso en el que la participación de la mujer ha sido invisibilizada. Este trabajo tiene un abordaje etnográfico en cinco de las subregiones de mayor producción panelera; donde el enfoque de los ensamblajes permite identificar procesos de reterritorialización, intersubjetividades, materialidades activas y vínculos entre las mujeres rurales y la producción panelera. El objetivo es identificar y analizar el papel de las mujeres en la transformación de los territorios agroalimentarios, por medio de la producción de la caña panelera. Como resultado se encontró que las mujeres, logran establecer estrategias en relación
1 Dr. Desarrollo rural, Docente Investigador, Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, jose.quintero@colmayor.edu.co
2 Planeación y Desarrollo social, Estudiante – Aux. de Investigación, Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.
a la producción del dulce de caña; que incluyen la emergencia de subjetividades, arraigos y pertenencias, generando cambios en los roles. Como conclusión se identifica que a pesar de invisibilización de la mujer y de las condiciones marginales, es justamente la mujer la que da existencia y vitalidad en los territorios productores de alimentos endulzados en el departamento.
Palabras Claves: Territorio, género, mujer rural, panela, Antioquia.
Introducción
Esta investigación hace parte del proyecto de investigación “Territorios Dulces Agroalimentarios en el departamento de Antioquia- Colombia y su aporte a la seguridad alimentaria. El caso de la producción panelera”. Está motivada por la reiterada invisibilización de la producción alimentaria en relación con el territorio, y como este se integra a pesar de múltiples políticas públicas, y proyectos privados que favorecen otras formas de apropiación de los territorios rurales, como la explotación minero-energética tal como ocurre en el departamento de Antioquia. En este contexto, es central lograr mayor visibilidad para el campesinado, especialmente en la mujer rural; sus aportes como agentes de transformación, su relevancia para el abastecimiento alimentario, su incidencia política y su relación con la complejidad de elementos presentes en los territorios, todo esto con la intención de reconocer procesos de reterritorialización, y los vínculos entre las mujeres rurales con la producción panelera.
Plantear la situación actual de las mujeres rurales en Antioquia, es evidenciar una persistente brecha de género en temas relacionados a la autonomía económica, la propiedad de la tierra, el acceso a la educación y la participación de los diferentes espacios políticos, sociales, culturales y económicos, que determinan el futuro de los territorios que habitan.
En la revisión de literatura sobre la ruralidad y las mujeres rurales en Antioquia, se identificó que ha estado en relación con el conflicto armado, el control territorial y la vida campesina; con lo que la producción académica tiene una tendencia con la lucha de clases, con las políticas de representación que evidencian la división entre las mismas comunidades campesinas y la discriminación y violencia contra la mujer. Estos abordajes son fundamentales, pero en algunos
casos esconden muchas de las realidades de las mujeres, delimitando el ejercicio de sus derechos, el desarrollo de sus libertades y capacidades en relación con el desarrollo social del territorio.
La continua invisibilización de la participación de la mujer en las actividades productivas de la ruralidad, ha dado a entender que ellas solo se dedican al cuidado del hogar, la huerta y los animales de corral, sin embargo, la realidad es bastante distante, como lo indica (Lastarria, 2008). En las últimas décadas, las mujeres han ampliado y profundizado su participación en la producción agrícola dado que, cada vez con mayor frecuencia, recae sobre sus hombros la responsabilidad del sustento familiar.
De esta manera se logra evidenciar varias problemáticas que atañen a la mujer rural, pero una de las tensiones interesantes, tiene que ver con la tendencia a homogenizar social, cultural, económica y políticamente la producción de alimentos como ocurre con la producción de panela y de manera particular a invisibilizar el papel que cumple la mujer. Sin embargo, en medio de este panorama las mujeres logran gestar alternativas, y agenciar trasformaciones en sus modos de vida; a partir de los vínculos, materialidades dinámicas y subjetividades que emergen de su relación con la producción de dulces a partir de la caña panelera, asegurando la preservación del alimento, la tradición, la cultura panelera y la permanencia en sus territorios. Poder abordar las experiencias de las mujeres rurales frente a la producción alimentaria en relación con el territorio, permite reconocer el rol protagónico que cumplen frente a la seguridad alimentaria y nutricional, visibilizar sus aportes en la transformación de sus territorios, en el cuidado medioambiental, la autonomía económica y desarrollo social, el cual incide en la generación de nuevas dinámicas y roles frente a la relaciones de poder, basados en una perspectiva de género en la que se incluye la participación de sus compañeros.
De esta manera, el objetivo de este capítulo se centrará en identificar y analizar el papel de las mujeres rurales en la transformación de los territorios agroalimentarios, por medio de la producción del dulce a partir de la caña panelera en el departamento de Antioquia. Tomando como referentes la mujer rural que tiene en cuenta el debate de género y feminismo y el territorio en relación con los procesos de la desterritorialización, la reterritorialización en relación con la teoría de los ensamblajes (Deleuze y Guattari, 1994; De Landa, 2006;
Haesbaert, 2016), también se aborda Perspectiva Orientada al Actor con el concepto de agenciamiento (Arce & Long, 2000).
Al adentrarnos en el tema de la mujer rural se ha encontrado que existe un amplio repertorio de literatura, en algunos casos más desde las instituciones que han decidido apoyar el proceso de la mujer rural y en otros casos de estudiosos del tema que han pretendido reivindicar el papel de la mujer en estos escenarios. Es clave indicar que la diversidad rural, proporciona una amplia gama de conceptos dentro de los que surge la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO en 2017:
La denominación mujeres rurales se viene desarrollando como una forma de darles visibilidad a estas mujeres, sus similitudes y diversidades. Esta diversidad puede expresarse, de una parte, por las actividades que desarrollan: agricultoras, recolectoras, pescadoras, asalariadas, participantes incluso en actividades no agrícolas que tienen lugar en el medio rural; y de otra parte por las interrelaciones culturales y territoriales que las definen como tales (FAO, 2017)3 .
A nivel de Latinoamérica encontramos el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA); que aborda el concepto de mujer rural como una amplia categoría referida a las mujeres que viven en el campo y que recoge la pluralidad, la definición de un espacio geográfico que comprende la variedad de los territorios rurales, y la relación con un ambiente que está asociado a los recursos naturales (tierra, agua, selvas, etc.). Deben pensarse como contribuyentes permanentes de los diferentes procesos de desarrollo agrícola y rural, desde diversos grupos y clases sociales, edades, etnias, sistemas de producción, formas de relación laboral y espacios agroecológicos. (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura–IICA, 2018, p. 11).
Para el contexto colombiano, la mujer rural se concibe desde la ley 731, Artículo 2 como:
Toda aquella que sin distingo de ninguna naturaleza e independientemente del lugar donde viva, su actividad productiva
3
Atlas de las mujeres rurales de América Latina y el caribe. Disponible en: http://www. fao.org/3/a-i7916s.pdf
está relacionada directamente con lo rural, incluso si dicha actividad no es reconocida por los sistemas de información y medición del Estado o no es remunerada (Ley 731, 2002).
Estos abordajes si bien pueden resultar ser importantes, pueden ser insuficientes en el contexto rural, puesto que existen variables que deben ser tenidas en cuenta sobre lo que significa ser mujer rural, lo que implica además considerar la perspectiva del feminismo y el género.
El concepto de feminismo adquiere importancia ya que nos permite evidenciar los procesos de luchas feministas por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y la participación en la transformación cultural, social, económica, y ambiental de los territorios, además de proporcionarnos una mirada frente a las relaciones de poder que se establecen en la ruralidad. En este sentido se resaltan aportes como la obra de Poullain de la Barre, “La igualdad de los dos sexos (1673)” en esta se concibe a la mujer como sujeto epistemológico, planteando el derecho a una educación de calidad que abriera las puertas para las mujeres, y la igualdad de privilegios, razón por lo que es considerada por muchos como el origen de la primera ola del feminismo, por otro lado Olimpia de Gouges, dramaturga, escritora, filósofa política y panfletista con su obra literaria la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana fue el punto de partida para que muchas mujeres se movilizaran e iniciaran los procesos de cambio frente a la participación y el reconocimiento de la mujer, como sujeto de derechos. Para el año 1792; encontramos el aporte de Mary Wollstonecraft, quien retoma algunas teorías del s. XX con la obra literaria “Vindicación de los derechos de la mujer (1792)”, donde plantea que las diferencias sociales entre el hombre y la mujer no derivan de la naturaleza biológica sino de la desigualdad en la educación y los derechos, esta mujer es reconocida por ser una de las primeras mujeres en poder vivir de forma independiente gracias a su trabajo y mérito propio4 .
Durante este periodo se originan movimientos colectivos que apoyan a las mujeres y sus ideales; Gamba señala, “En general éstos surgieron y se desarrollaron en el marco de la lucha contra gobiernos autoritarios, o en los inicios de procesos democráticos postdictatoriales, con el énfasis y las certezas de los setenta” (Gamba, 2008) resultado
de ello es “La Declaración de Sentimientos y Resoluciones de Seneca Falls” (1848), que tuvo como finalidad estudiar las condiciones y derechos sociales, civiles y religiosos de la mujer. El modelo de declaración de Seneca era la declaración de Independencia, consta de doce decisiones e incluye dos grandes apartados: de un lado las exigencias para alcanzar la ciudadanía civil para las mujeres y de otro, los principios que deben modificar las costumbres y la moral.
Estos hechos dan inicio a la segunda Ola, que; para muchos autores, comienza en los años 70, a partir de “La Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadanía” y para otros estudiosos inicia entre los años 60 y los 90. Durante este periodo aparecen dos ramas principales: el feminismo de la diferencia y el de la igualdad. La primera conocida como Feminismo de la igualdad que tiene como objetivo que las mujeres puedan llegar a acceder al mismo estatus que ocupan solo los hombres. La segunda trata del feminismo de la diferencia cuyo objetivo de terminar con la opresión hacia las mujeres sin tomar como referencia el estatus masculino5. En medio del desarrollo de estas dos ramas el movimiento sufragista, motivó las nuevas alternativas de participación política para las mujeres excluidas de estos espacios; sin embargo, estos derechos no se logran consagrar sino después de aproximadamente tres décadas de lucha.
Sin embargo, ha sido el proceso de revolución industrial el que logró visibilizar la destreza de la mujer para trabajar en las industrias ya que hasta ese momento la participación de la mujer siempre ha estado reservada a tareas del cuidado del espacio privado, servicios domésticos y de los miembros del núcleo familiar en tanto que para los hombres estaba reservado de manera mayoritaria al espacio público.
La inserción de nuevos cambios frente a la libertad, la sexualidad, las costumbres y la moral es lo que ha conllevado a que el feminismo emerja en América Latina con la presencia de movimientos colectivos de mujeres indígenas, campesinas y rurales, donde los discursos comienzan a centrarse en el desarrollo de las subjetividades, y la lucha frontal al sistema patriarcal que tradicionalmente ha moldeado la vida de las mujeres especialmente en el ámbito rural, donde toman importancia los estudios con enfoque de género, y la reivindicación de
en Red. El periódico feminista. Disponible en: http://www.mujeresenred.
los derechos de las mujeres. Según Sonia Montecino, en introducción del concepto género, facilitó una nueva comprensión de la posición de las mujeres en las diversas sociedades humanas, en la medida en que el género es una construcción social de las diferencia sexuales, el género refiere a distinciones entre lo femenino y lo masculino y sus interrelaciones, hace emerger la gran variedad de elementos que configuran la identidad del sujeto toda vez que el género será experimentado y definido personalmente de acuerdo con otras pertenencias como la etnia, la raza, la clase, la edad, entre otras. (En Hernández García, 2006).
En Colombia, la política pública de equidad de género para las mujeres, está consagrada en el plan de desarrollo (PND 2010), en los artículos 177 y 179 donde se establecen las directrices para la implementación de la misma, buscando la superación de brechas y la transformación cultural, contribuyendo al goce efectivo de los derechos de las mujeres. En Antioquia la política pública contempla nueve líneas de acción: Transformación Cultural; Autonomía Económica y Accesos Activos; Salud, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos; Educación con Enfoque de Género; Participación en Escenarios de Poder y Toma de Decisiones; Mujeres en la Construcción de Paz; Vida Libre de Violencias; Mujeres Rurales y Transversalidad del Enfoque de Género. Su finalidad es ser garante del ejercicio y protección de los derechos humanos de las mujeres, y el empoderamiento de ellas.
Estos ejercicios de reconocimiento propician el desarrollo de las capacidades de las mujeres urbanas y rurales y por ello es necesario involucrar la teoría de las “capacidades” de Amartya Sen. Esta perspectiva soporta el análisis que incorpora varios aspectos de las relaciones humanas, en las que el desarrollo se aparta exclusivamente de una visión centrada en la renta. Privilegiando el elemento básico de las libertades de los individuos las cuales pueden ser variables y la libertad individual es esencialmente un producto social, y existe en relación entre las posiciones sociales que permiten expandir las libertades individuales (Sen, 2000). De esta manera la dimensión de género puede ser entendida si se utiliza la noción de intitulamiento (entitlements) y capacidades. Sen (1983,1990) define el intitulamiento como la sumatoria de bienes sobre las cuales las personas son capaces de establecer derechos por medio de la producción y comercialización
usando sus propios medios de producción, y está asociado a capacidades de obtener medios materiales para el bienestar. Por ejemplo, en el caso de la población rural es extremadamente importante para las mujeres tener el acceso a la propiedad de la tierra y a su uso, también al crédito y a otros insumos que faciliten a la generación de renta.
Complementando lo anterior, la autora Colombiana, María Adelaida Farah Q. (2008), traslada el concepto de género al análisis rural; donde aduce que es necesario tener en cuenta la heterogeneidad de las mujeres, sus intereses, y el contexto de las estructuras sociales en las que se desenvuelven, todo ello no solo en relación exclusiva de la mujer sino también con la participación del hombre, por lo cual propone que: Desde una perspectiva de género, el examen de las relaciones entre los hombres y las mujeres en la sociedad a diferentes niveles (micro, meso y macro) es crucial para analizar muchas estructuras y prácticas sociales en los territorios rurales, vale la pena estudiar los intereses estratégicos y prácticos de hombres y mujeres de diferentes edades y cómo estos son definidos y satisfechos en distintos contextos rurales, sus interrelaciones dinámicas con las zonas urbanas y sus procesos sociales y económicos (Farah Quijano, 2008, pp. 81-82).
Considerando las anteriores posturas, en los años más recientes, los debates se han ampliado en temas que se vinculan con la renta, la propiedad, la disminución de desigualdades sociales, la aplicación de derechos, la participación, la igualdad de género, desde un enfoque del estructuralismo, pero muy poco orientados hacia la relación de la mujer, la alimentación y el territorio desde enfoques diferentes a este.
De este modo el concepto de territorio, es definido, como lo que emerge de una combinación de discursos, tecnologías, alianzas y modos originales, no preexistente, un plano de ensamblaje de elementos heterogéneos que se vinculan mutuamente, constituyendo una trama contingente de recorridos, usos, conflictos y efectos (Deleuze & Guattari, 1994) y (De Landa, 2006). En esta perspectiva, para De Landa los procesos de territorialización constituyen ensamblajes, es decir la articulación de totalidades (organizaciones o instituciones sociales, pero también el sustrato material que permite su existencia) que tienen relaciones de interioridad entre sus componentes y relaciones de exterioridad con otras totalidades. Es en esta articulación donde el ensamblaje se constituye como una continuidad del territorio, sin embargo, para comprender las dinámicas que lo transforman se debe
abordar el concepto de desterritorialización, y reterritorialización, donde autores como Haesbaert (2016), exponen que la noción de (des) territorialización, (siempre dialéctica), debe ser aplicada a fenómenos de efectiva inestabilidad o fragilidad territorial, principalmente entre grupos sociales más excluidos y/o profundamente segregados y como tal, de hecho, imposibilitados de construir o ejercer control sobre sus territorios, sea en el sentido de dominación político-económica o sea en el sentido de apropiación simbólico cultural. (Haesbaert, 2016).
La desterritorialización se da por la inserción de nuevos actores que cambian los contextos y dinámicas, produciendo desplazamientos de los residentes antiguos al no poder hacer nada frente a los cambios generados, tal es el caso del impacto que generan los megaproyectos; ya que estos alteran no solo los ecosistemas, sino los modos de vida que tienen los campesinos afectando su economía, salud, tradiciones y de manera especial el estrecho vínculo que tienen con la naturaleza y las actividades agrícolas que realizan en ella, llevándolos a situaciones en las cuales deben salir de los territorios y en muchos casos cambiar su vocación económica, para lograr suplir sus necesidades. En este sentido se produce una ruptura con la identidad, con el arraigo, y el significado que tiene el territorio con quienes lo habitan, y se puede presentar de varias formas, para Haesbaert (2006) Se puede tener una (des)territorialización basada en una lectura económica (desplazamiento), cartográfica (superación de las distancias), técnico informacional (desmaterialización de las conexiones), política (superación de las fronteras políticas) y cultural (desenraizamiento simbólico territorial). (Haesbaert, 2006).
Frente al concepto de reterritorialización De Landa (2006), lo define como procesos que contribuyen a volver más rígida la identidad de los ensamblajes. Estos procesos constituyen una estabilización de los sistemas sociales, lo cual puede ocurrir a través de una serie de mecanismos tales como la legitimidad proporcionada por jerarquías institucionales o la codificación de realidades sociales, promovida por políticas gubernamentales. Por otro lado, la desterritorialización representa procesos que rompen con esta rigidez y constituyen otros procesos de recodificación o desestabilización de significados (En Quintero, 2019, p. 59). Los mecanismos expuestos en esta definición nos acercan a las estrategias de agenciamiento, empoderamiento y todo tipo de alternativas que pueden ser generadas por la población
de manera general, frente a estas estrategias Arce y Long, señalan que, las innovaciones externas son, internalizadas y reinterpretadas por los diversos actores, hasta que cada uno les da sus propios usos y significados. Los diversos actores sociales van creando sus espacios sociales locales, sus redes sociales en un determinado ambiente institucional, en continua relación y negociación con él (Arce & Long, 2000).
1. METODOLOGÍA
El abordaje metodológico de esta investigación considera la diversidad de los mundos de vida de las mujeres rurales en relación con la producción de panela y las transformaciones del territorio. La confrontación para nuestro caso desde la visión estructuralista, es dejada de lado y se da importancia las prácticas sociales de las mujeres en sus construcciones, especialmente con la producción de los alimentos y la existencia de ensamblajes en los territorios. De este modo se asume un enfoque crítico, esta investigación tiene en cuenta la relación de las mujeres integradas a la alimentación y de manera particular a la producción del dulce a partir de la caña y su relación con el territorio en el que se encuentran dinámicas impredecibles. En este caso el abordaje está orientado al reconocimiento constructivo de las experiencias de las mujeres.
Esta investigación buscó describir, comprender y analizar las prácticas de las mujeres rurales dedicadas a la producción de panela en el departamento de Antioquia. Para lo cual se utilizó como estrategia metodológica una aproximación etnográfica; que citando a Rocha y Eckert contribuye en la percepción de la realidad construida de los investigados de forma que se pueda reconocer las diversidades y singularidades de los fenómenos sociales para además de sus formas institucionales y definiciones oficializadas por discursos previamente legitimados por estructuras de poder (Rocha & Eckert, 2008) y que en relación con los ensamblajes, corresponde a la posibilidad de identificar la relación de entidades humanas con los objetos, teniendo en cuenta como los procesos de desarrollo crean interacciones entre diferentes actores sociales y sus respectivos modos de vida, haciendo emerger una trama sociocultural y material, donde se puede identificar la generación de territorios agroalimentarios y el surgimiento de
significados, conocimientos y creatividades que parecen crear condiciones para la vida misma en la zona.
Para la recopilación de información se procedió a las bases de datos, prensa, artículos académicos, libros y planes de desarrollo en centros de documentación local y regional; además de 62 entrevistas semiestructuradas con siete organizaciones de mujeres en cinco subregiones del departamento de Antioquia, por lo que los criterios de participación tuvieron en cuenta a las mujeres que hacen parte de las asociaciones de productores de panela y los trapiches. En este panorama se logró conocer y comprender las dinámicas y procesos productivos de las mujeres en torno a la panela, las configuraciones territoriales y su vínculo con la población.
2. RESULTADOS
A lo largo de esta investigación, el encuentro con las mujeres rurales, pero de manera particular con las organizaciones de mujeres en algunas regiones del departamento de Antioquia; permitió dar cuenta que la alimentación y en concreto la producción de panela y sus derivados, se ha convertido en un eje central que logra ensamblar distintos elementos que hacen parte de la vida cotidiana de las mujeres, generando vínculos sobre los cuales se transforma el territorio, brindando nuevas oportunidades para la permanencia en los mismos y preservación de la vocación panelera. De esta manera los resultados abordados tienen en cuenta las organizaciones de mujeres en el proceso de reterritorialización a partir del dulce como elemento que integra todas las experiencias, para después centrarnos en el rol de los saberes alimentarios en relación con el dulce.
2.1. Organizaciones de mujeres que reterritorializan
Las organizaciones sociales rurales históricamente han tratado de avanzar en un trabajo colectivo que les permita el fortalecimiento de procesos productivos y el mejoramiento de sus condiciones de vida. En el caso de las organizaciones de mujeres asociadas a los productos alimentarios y en especial con la producción del dulce, no ha sido reconocido y se puede decir que está emergiendo de manera importante, en especial desde algunos procesos de desterritorialización. En este
panorama trataremos de dar a conocer algunas de las organizaciones con las que hemos logrado interactuar en el departamento de Antioquia.
Una primera organización corresponde a las mujeres que integran el “trapiche refugio panelero” ubicado en el Municipio de Cocorná en el Oriente Antioqueño. Esta organización está ubicada cerca de la autopista Medellín-Bogotá, una de las zonas con mayor presencia de actores armados en el departamento de Antioquia que se disputaban el control armado de la vía especialmente a principios de la década del 2000. Esta organización está conformada por 12 personas de las cuales 10 son mujeres, y fue precisamente el conflicto armado que se desencadenó allí en esta subregión, lo que propició la participación de las mujeres, dado que la guerra se empecinó contra los hombres por considerarlos como agentes principales en el conflicto armado; con lo que muchas de las familias fueron comprendiendo en medio del conflicto, que las mujeres debían asumir ciertas tareas, en especial las de salir a los centros urbanos para abastecerse de mercado, y continuar el proceso de gestión frente a las instituciones que inicialmente hacían su esposos para obtener recursos con las instituciones en el mejoramiento de sus trapiches. Esta situación, sin embargo, continuaba representando un alto riesgo en las vidas de las mujeres que quedaban expuestas ante los actores armados que hacían retenes.
A pesar de la magnitud de los desastres generados, las mujeres de la asociación encuentran una fortaleza interna que las mueve, les hace llenarse de valor y salir a buscar alternativas para defender sus vidas, como lo reflejan los siguientes testimonios:
La realidad del conflicto, fue poner en riesgo a la mujer, no fue por darle la oportunidad a la mujer, sino, es que la mujer siempre ha sido protectora, y de ahí pues fueron surgiendo liderazgos, pero fue utilizada como carne de cañón, como escudo, y en muchas veredas decían es que nosotros necesitamos a “X” persona, a las reuniones que tenían y teníamos que venir aquí, porque si no en el camino los mataban a ellos (Los hombres), entonces tenía que ir ella en representación. (Mujeres, Entrevista, 2019).
Como se evidencia en los testimonios anteriores el conflicto armado marcó la vida de las mujeres rurales, pero paradójicamente, se convirtió en la ventana de oportunidad para la emergencia de los procesos de liderazgo, impulsados por la fuerza encontrada y el reconocimiento
que surgió en medio de la guerra, donde no se tenía miedo de hablar, de proponer, de exigir o de atreverse a cambiar de roles, donde el reconocimiento no se hizo esperar, y quizás fue una forma de mitigar los daños que dejó el conflicto, como lo cita Veena Das, de esta manera el sufrimiento y dolor causado por el conflicto se ha trasformado en un detonante de inconformidad con el sistema y ha permitido la apropiación y autonomía de sus modos de vida, para autores como Das, la descripción de una experiencia de sufrimiento necesariamente constituye una apropiación del sufrimiento para usos políticos, usos determinados por discusiones locales y globales (2008). A través de la vida de las mujeres de esta organización, permite entender como la panela como alimento ha potenciado el desarrollo de las capacidades, el auto reconocimiento y el liderazgo de las mujeres, gestando procesos emergentes frente a la participación en los procesos de transformación de sus territorios, en la toma de decisiones, en la inclusión.
Otra de las organizaciones que ha movido esta investigación corresponde a la experiencia de la Asociación Productoras Indígena de café Karmanta – Rua (ASOPIC) del resguardo indígena Karmanta Rua ubicada en el Municipio de Jardín en el suroeste Antioqueño. En este resguardo habitan desde hace más de 130 años, indígenas del grupo étnico Emberá Chamí, quienes durante varias décadas sufrieron un proceso de lucha por lograr la autonomía administrativa y de justicia en su territorio. Esta comunidad es una de las más grandes de Antioquia, desde 1976 Cristianía se convirtió en unidad político administrativa, reconocida por el Estado colombiano, respetando las costumbres y la tradición ancestral. A partir de 1992 se inició el proceso de participación en los planes de desarrollo, siendo ajustados a los planes que la comunidad tenía en ese momento y que ahora conocemos como “Plan de Vida y política pública indígena” (El Colombiano, 2016).6 La población del resguardo indígena para el año 2015 era de 1.634 personas del grupo Emberá Chamí. (Karmantarua, 2015) El resguardo conserva las prácticas agrícolas, donde el cultivo que más sobresale es el café, seguido del plátano, el banano, el guineo, caña panelera y algunos árboles frutales. Los Emberá Chamí conservan su lengua nativa, pero también hablan español con las personas que no pertenecen a su comunidad. (Organización Nacional Indígena de Colombia, 2020).
6
Prensa Nacional, Julio 17 de 2016.Disponible en https://www.elcolombiano.com/ antioquia/cristiania-quiere-desarrollo-bajo-su-tradicion-JJ4579579
El origen del grupo de mujeres productoras de panela se da en la Asociación de Productores indígenas de café Karmata Rua (ASOPIC), constituida como organización de economía solidaria en 1981. Inicialmente se dedica a la producción de cafés especiales, y para el año 2010, inicia con la comercialización de manera directa, en esta época la producción de panela solo se hacía para el autoconsumo, y tenía un total de 3 hectáreas trabajadas por una sola familia. Fue con la Gobernación de Antioquia que en el año 2017 se impulsó en el resguardo el proyecto de caña panelera, creando el comité de caña dentro de la asociación, a partir de esta surge la iniciativa de incrementar el cultivo de caña panelera acompañado de la Federación Nacional de Paneleros- FEDEPANELA.
La propuesta considera la producción de panela totalmente orgánica, teniendo en cuenta el diagnóstico del plan de vida, donde ellos logran evidenciar que el monocultivo de café y el inadecuado manejo de la producción agrícola que se realiza en el territorio, comienza a generar impactos negativos, ante lo cual cita: agrava la situación a futuro; la pérdida de las prácticas tradicionales de producción para la subsistencia y la ausencia de una política dirigida a incentivar la producción agroalimentaria y a generar otras alternativas económicas con destino a la subsistencia de las familias (Karmantarua, 2015). Esta iniciativa encontró gran aceptación especialmente por las mujeres de la comunidad, quienes asumieron el reto e integraron cuatro grupos de mujeres y nueve grupos de hombres, el proceso no fue sencillo, ya que no tenían conocimientos, pero decidieron evidenciar sus capacidades como lo expresa el siguiente testimonio:
Nosotras nos metimos de una, le cogimos velocidad al tema y los dejamos sorprendidos (a la comunidad), nosotras no estábamos compitiendo con nadie, pero un día en una reunión nos dimos cuenta de que a muchos hombres les faltaba terminar de cultivar, mientras que nosotras ya habíamos acabado y estábamos descansando, entonces ellos decían vean nos dejamos coger ventaja de las mujeres, ahí empezaron a hablar bonito a las mujeres, que vergüenza con las mujeres, bueno un montón de cosas que nos sentimos berracas, fuertes, organizadas, con actividad, porque usted sabe que nosotras como mujeres con la familia, los hijos, la casa, y montón de actividades y tantos cuentos se pudo sacar el producto adelante. (González. Entrevista, 2019).
La emergencia de este proceso logró potenciar en las mujeres el desarrollo de distintas habilidades, ejemplo de ello lo expresa Gilma P. integrante de uno de los grupos de mujeres:
Del proceso de la panela me parece que para nosotras las mujeres lo más difícil es lo de la molienda, porque yo se meter caña, empacar la panela y me falta aprender lo de la miel y pesar bien la panela solo me falta aprender bien eso. (Painchi G. Entrevista, 2019).
De manera adicional estas mujeres han demostrado una fuerte tendencia al trabajo por lo común, de esta manera han logrado ajustar las prácticas al aumento de la calidad en la producción y a su vez el cuidado del medio ambiente, que para esta comunidad trasciende lo subjetivo y es un vínculo directo con su ser, sus saberes, su cosmogonía y el respeto por la Madre Tierra, que en el caso de las mujeres ha sido una oportunidad, como lo manifiesta Amanda G. lideresa del grupo de cañas: “Mostrar que la producción a través de nuestra madre tierra nos puede dar la oportunidad de incrementar o cambiar el sistema de la mujer ayudando a su economía y mejorando su calidad de vida, esto beneficiara mucho en un futuro” (González A. Entrevista, de 2019).
Aunque este proceso de esta organización de mujeres indígenas surge recientemente, ha logrado generar en las mujeres un fuerte arraigo por la producción panelera, estimulando el desarrollo de todas sus capacidades y permitiendo que ellas sean partícipes y gestoras de los cambios que se producen en sus territorios a la par con la panela, demostrando que este alimento no solo nutre el cuerpo sino el alma, produciendo la fuerza suficiente para enfrentar los nuevos retos, tal y como lo expresa Rosa.
Trabajamos duro, pues yo casi volie machete como los hombres y ahí fue que aprendía a trabajar, nunca ni siquiera mi esposo me llevaba a desyerbar el café ni nada, yo ahí me metí sola, porque mi esposo no estaba en la comunidad, ... pues al ver a las muchachas que estaban animadas, entonces yo me dije si ellas son capaces, yo que voy a hacer, yo no soy mocha, yo no soy discapacitada para quedarme ahí y nos quedamos, claro que no trabajamos todo el día, sino de a raticos y pudimos desyerbar todo esa hectárea, después de eso empezamos a rayarle, un trabajo pues duro, hay compañeros que nos colaboraron y ya cuando empezamos a sembrar, ya pensamos: ¡Muchachas ya lo tenemos!, ya pasó lo duro, ¡Esto ya es de nosotros¡, no podemos ya ir pa’tras (González R. Entrevista, 2019).
La producción panelera incide en la vida de las mujeres y las personas que la producen, y de manera especial cuando el trabajo es común, que de acuerdo con Christian Laval y Pierre Dardot (2015), se puede entender como todo aquello que genera responsabilidad compartida, sentido de co-obligación política respecto de una misma actividad o del uso de un bien, esta aproximación enfatiza el actuar en conjunto (commoning, comunalización) que, en su devenir, genera sentido, simbolismo, valores, pensamiento, afectos, deliberación, reglas, institucionalidad compartida y, consecuentemente, alguna forma de comunidad que lo resguarda del lucro individual y se sitúa por fuera del régimen privado de propiedad (En: Vega, 2019), lo cual se refleja dentro de la asociación ASOPIC, no solo por estar inmersa ya en una comunidad donde el valor agregado es el respeto por sus costumbres, su cosmogonía y la estrecha relación con la madre tierra, sino por el actuar en comunidad, y el significado que esto tiene para ellos.
Mujeres de la Asociación Productoras Indígena de café
Karmanta – Rua (ASOPIC) cuidando el cultivo de la caña
Fuente: Deicy GuzmanUna tercera organización que emerge corresponde a la Asociación de productoras de panela y leche- PANELECHE, ubicada en el municipio de Frontino al occidente del departamento de Antioquia. Esta nace en 2013 por medio de un programa de la Gobernación de Antioquia denominado “Mujeres Emprendedoras, Mujeres
ahorradoras”, en esa capacitación generaron el proyecto de la panela saborizada, pulverizada e instantánea. Con la gestión de una de sus líderesas Adriana Londoño, y la iniciativa de conformar una nueva asociación en la que se dinamizara e involucrara un grupo de mujeres, que permitiera un proceso transformador, pues su pensamiento ahora estaría orientado a trascender el dulce, el cual debería estar integrado a otro producto importante en su economía como la leche; de este modo es que se desprende el nombre de la asociación, tal como no lo hace saber ella misma : “La asociación se llama PANELECHE, porque la visión de nosotras no era quedarnos más en los productos que tiene la caña, sino también los que tienen la leche, que aquí son las dos cosas más fundamentales, si esto funciona vamos a seguir con lo otro” (Londoño A. Entrevista, 2019).
El proceso, aunque gratificante, no ha sido fácil, y así lo expresa María Eugenia, socia de PANELECHE:
Ha sido muy difícil, hemos tenido muchos contratiempos, porque somos mujeres cabeza de hogar la mayoría, y no tenemos como un sueldo o una manera de subsistir, pero sin embargo hay vamos poco a poco... al principio la gente nos veía y decía están locas que van a ser capaz de hacer algo con eso, eso no les va a servir, pero con el transcurso del tiempo les hemos demostrado que somos capaz (Cardona M.A. Entrevista, 2020).
Estas circunstancias en muchos casos logran reafirmar y establecer relaciones de cariño, por lo que se hace, lo que se produce y lo que apasiona; en este sentido muchas mujeres se mantienen firmes y otras ceden a la presión, por lo que muchas de ellas no continuaron el proceso. Como lo manifiesta Adriana incluso sus esposos fueron tomando una actitud de cambio con la nueva iniciativa de la organización asumiendo con el tiempo el apoyo a la propuesta. Así lo describen:
A uno cuando le gusta, le sabe; mi esposo me dice, ¡se va a volver a ir! Y yo ay mijo que más vamos a hacer, y la suerte es que he contado con mucho apoyo, él era de esos hombres cerraos y de ver la pasión que siento yo por muchas cosas antes me colabora, es uno de los que más me ha ayudado con este proyecto, me deja dañar panela, antes me regaña porque las muchachas porque como que lo ven... y entonces él... dígame sino van a trabajar entonces yo le ayudo, antes el como que se ha enamorado del proyecto. (Londoño A. Entrevista, 2019).
El vínculo que estas mujeres lograron establecer con la panela les ha permitido desarrollar sus libertades y transformar su realidad, en este sentido, aunque anteriormente en su tradición de liderazgo han podido impulsar proyectos importantes, el integrarse como mujeres les ha permitido tomar la iniciativa en la transformación de su propio destino, dejando de ser un sujeto pasivo para convertirse en un colectivo que toma sus propias iniciativas. Muestra de ello se plasma en el siguiente testimonio: “Con este proyecto nos superamos como mujeres, aprendimos a trabajar en comunidad, a compartir, a cogerle amor a lo que tenemos a nuestro alrededor”. (Cardona M.A. Entrevista, 2020).
Esta experiencia ha logrado evidenciar que cuando las mujeres trabajan de manera mancomunada, generan cambios e innovaciones, que para este caso han incidido en la forma como se produce y se diversifica la panela, incluyendo procesos de capacitación, pero también de creatividad y de visión hacia el futuro. Uno de los primeros caminos emprendidos por la asociación era buscar alternativas a la transformación de la panela, es decir que no se sentían a gusto con la panela tradicional, y en cambio veían que; transformando estas presentaciones podrían mejorar las condiciones económicas y beneficiar a sus familias, con lo que inicia la gestión con las instituciones departamentales en búsqueda de un proceso de formación.
La asociación Paneleche desde su origen ha pretendido el cuidado de los alimentos como uno de los retos emprendidos, durante las entrevistas con algunas de sus integrantes es evidente que se ha presentado un proceso de transformación en sus vidas y la de sus familias, no solo desde su aspecto económico, el cual, todavía continúan pretendiendo fortalecer, sino, además en las capacidades que este proceso ha generado. Esto se refleja en el testimonio de Neidy:
Ha sido una experiencia muy hermosa, ya que uno como mujer sueña con cosas que a veces por no tener empleo no las puede obtener, es un proceso que aún seguimos madurando y creo que la panela merece un mejor reconocimiento, por la cantidad de empleos que aporta y cuando uno como mujer tienen empleo en el hogar se siente mejor y en la vereda ven una esperanza de vender la panela a un mejor precio ( Neidy. Entrevista, 2020).
A pesar de que tradicionalmente la producción de panela ha sido un proceso realizado por los hombres, debido a la exigencia física que se
requiere en el proceso de siembra, corte, recolección y transformación, en el municipio de Frontino se ha presentado un cambio de roles, con lo que en las últimas décadas las mujeres han pasado a ocupar un papel protagónico en la producción de panela y en procesos de gestión comunitaria tal como ocurre con la Asociación PANELECHE.
Panela pulverizada instantánea con adición de maracuyá elaborada por la asociación de Mujeres productoras de panela y Leche -PANELECHE en el Municipio de Frontino
Fuente: Paneleche
Frente a la emergencia de estos procesos es clave que el empoderamiento de las mujeres haya jalonado cambios, y permitido la construcción de relaciones familiares y sociales más equitativas, el manejo de un ingreso propio y el reconocimiento, como lo indica Haugh y Tawlar (2016). El empoderamiento permite demandar cambios culturales, económicos y políticos radicales, requiere renegociar los patrones de toma de decisiones, uso de recursos, e inclusión de los hombres para el logro de este proceso (En Robinson D. T, 2019).
La cuarta experiencia que hemos encontrado en el departamento de Antioquia ha sido la Asociación de Paneleros Agropecuarios de Yolombó- ASOPAGROY; liderada por Doña Olga, como es conocida en el municipio; quien es reconocida como una líder, emprendedora
y una panelera; puesto que creció y ha estado asociada al cultivo de la caña toda su vida en compañía de su familia. Para esta asociación y de manera especial para ella la incursión de las mujeres y el apoyo brindado en los trapiches les ha permitido no solo ser empacadoras como tradicionalmente han sido reconocidas las mujeres, sino adquirir destrezas y conocimientos en otros procesos, como lo expresa el siguiente testimonio:
Hay atizadoras, hay contra horneras, entonces no ha sido tan difícil, porque el gremio está muy mezclado, y estamos viendo que el trapiche funciona mejor cuando hay mujeres cabeza de hogar, porque la juventud emigró, acá en Yolombó con el fenómeno de los paga diarios, tenemos veredas donde se han ido más de 200 jóvenes, a trabajar paga diario y el campo quedó solo, con mujeres que quedaron solas con la violencia del año 97/2000 o 2005, y que no tienen un apoyo masculino, entonces ellas ofrecen su mano de obra en el trapiche, se saca la producción y queda hasta mejor por que la mujer cuando gabetea es más pulida y en el termo empaque busca que el sello le quede bien centrado (O.V. Gómez. Entrevista, 2019).
Esta condición hace que el gremio panelero y de manera especial esta asociación promueva la vinculación de las mujeres, incluso ellos mismos se encargan de capacitarlas, tal y como lo expresa el siguiente testimonio:
Cuando las niñas llegan, somos muy cuidadosos de que tengan mínimo 16 años, y un permiso de trabajo de la comisaría de familia, y se les da la oportunidad de enseñarles y se empieza por lo más fácil, que es el termo encogido, y cuando ya esta práctica se le pasa a otra máquina, para que ellas aprendan y sean un buen revuele... Tenemos mucha presencia Venezolana, son personas que no se levantaron en la caña, pero tienen un deseo de aprender, y que acá se les paga lo que gana otro del pueblo y son mujeres que han llegado con sus 2, 3 hijos, que sus esposos se quedaron en otra parte y que mientras se vuelven a encontrar están en las máquinas, y cumplen una buena función... La mujer tiene más sentido de responsabilidad y más sentido de pertenencia con lo que hace, el hombre es más charlatán, más brusco y la mujer por sus hijos es más constante (O.V. Gómez. Entrevista, 2019).
En esta fase de las organizaciones sociales de mujeres, siguen enfrentado muchos de los elementos de desterritorialización en parte por la disputa de los grupos armados y por la llegada de nuevos
megaproyectos en las subregiones del departamento, las normas sanitarias alimentarias que se imponen y nuevas propuestas de patentes de los alimentos como se está proponiendo desde grandes empresas alimentarias para la panela que surge mientras escribíamos este artículo. Otra cosa cuando hablamos de la trasformación de productos, nosotros como la sirena en el trapiche las delicias, nos capacitamos para hacer bombones, hacer tortas, hacer muchas cosas, estábamos muy felices, pero llegó el INVIMA y dijo que no podíamos hacer eso, porque no contábamos con una cocina, con una cocina que cumpliera con todos los requisitos, entonces uno aprende una cosa, se alegra y le cortan las alas. (Abello, J. Entrevista, 2019); sin embargo, es evidente la existencia de un mundo de creatividad donde se integran lo social con lo natural, con lo que el concepto de territorio gana fuerza al constatar que se trata de fuerzas creadoras de las mujeres rurales con lo que el afecto es fundamental. De esta manera surgen aspectos de la territorialidad, de territorialidades ensambladas, puesto que las mujeres están integradas a los alimentos y a partir de estos construyen sus propios territorios, su propia realidad económica, social, cultural y política.
2.2. Saberes que reterritorializan
Los vínculos y subjetividades que se han logrado con la panela, han propiciado la emergencia de empoderamientos, la protección y preservación de los saberes ancestrales en la producción de dulces a partir de la caña, y la trasformación de los territorios; en los cuales las mujeres juegan un papel clave frente a la reterritorialización, la recuperación del territorio y de sus vidas, especialmente después de los desastres generados por el conflicto armado; en este sentido las mujeres encuentran una fortaleza interna que las mueve, les hace llenarse de valor y salir a buscar alternativas para defender sus vidas, y parte de esa fortaleza está en la producción de panela, ya que esta dinamiza no solo la economía para el sustento propio sino que por medio de las asociaciones y trapiches comunitarios incide de manera positiva en el desarrollo social, cultural y económico de sus comunidades.
En esta relación con los alimentos, existen vínculos de afecto, subjetividades y materialidades activas entre las mujeres y la panela,
pero también revela preocupación por la continuidad de la vocación y el relevo generacional en el campo, motivo por el cual muchas mujeres han decidido recuperar y trasmitir la tradición en la elaboración de los dulces tradicionales; se comienzan a retomar dulces como el Conejo, el tirao, el bobo, el blanquiao, el tostao o el subido, ponche; que requieren en su elaboración gran destreza en las manos, saber manejar las altas temperaturas, lo que se logra con la práctica, y con la suavidad de las manos de las mujeres y el amor con el que hacen cada una de sus preparaciones. En algunas de las recetas se evidencia el uso de esencias de vainilla, demostrando una combinación culinaria a través de la mezcla de ingredientes foráneos y autóctonos, aportando un mejor sabor. Así lo relata Inés, una de las productoras de Cocorná:
Antes de tirar la saca usted lleva una tasita o una totumita, una coquita, que no sea de plástico porque se derrite, tiene que ser una ollita o una tasa y le echan un poquito de miel y le echa un poquito de bicarbonato y la sube, la bate y sube y eso se llama ponche. O si la quiere que se llama subido, tiene que esperar que se cocine un poquito más y también le echa bicarbonato, mantequilla, chocolate, lo que usted quiera, esa si se sube, luego se explota y vuelve y se baja y queda así como arenosita, los tostaos o conejos que llaman también hay que sacarlos cuando se esté tirando la última ya de lo último del guando en una olla con agua, también, si ahí puede ser un balde y echa un poquito ahí en el balde y uno lo saca, lo estira y lo pone a parar agua ahí en el chorro y queda tostadito y come pedacitos. (Salazar I. Entrevista, 2019).
La variedad de sabores y preparaciones que se hace con la panela, revela una de las grandes bondades de este producto no solo como alimento, sino como ejemplo vivo de un legado de costumbres, tradiciones y del compartir en familia y en comunidad, más allá de ser un producto alimentario para la venta, es un alimento que no solo nutre el cuerpo sino el alma, y las relaciones, fortaleciendo los vínculos existentes y generando unos nuevos entre quienes se reúnen en torno a ella. El dulce establece una conexión con su tradición, es un vínculo casi hereditario, como lo expresa Nubia, una de las mujeres productoras: Yo le decía abuelita enséñeme a hacer esos dulces o esas hojaldras que uno hace también de huevo y se les echa panela o azúcar, entonces dijo bueno yo le voy a enseñar y un día de estos usted va a hacerlo por su propia cuenta, entonces ya aprendí y me dijo ¡si le quedó bueno! (Zuluaga. Entrevista, 2019).
Quintero, (2019) en su trabajo de cañas, campesinos y panela, considera que son estos saberes y sabores que están presentes en la movilización de cuerpos y alimentos son los que contribuyen a la conciencia de que las relaciones internas y externas no deben verse creando ordenes diferentes, sino que juntas están involucradas en reconstituir fragmentos y partes, que modifican la subjetividad y la fisonomía de un actor, ambos humanos y no humanos, el productor y la caña. (Quintero, 2019).
Esta interrelación entre experiencia, y saberes logra conformar relaciones que inician en el seno familiar, como lo plantea (Aristizábal, 2019). A ellas se les asigna el rol de guardianas de la tradición rural, en tanto son las que acompañan y apoyan con mayor dedicación el desarrollo familiar y de sus comunidades. Son consideradas como mujeres laboriosas, creativas y multifuncionales por el cúmulo de funciones y responsabilidades que como mujeres rurales desempeñan (p. 52). Esto conlleva a que en ellas nazca el mismo sentimiento que expresan; amor por la panela que endulza sus vidas. Los siguientes testimonios dan cuenta de este vínculo, de esa materialidad dinámica, de los afectos, y el cariño: “Toda mi vida amor a la panela, amor a la cañita, a la finca...de aquí para el cielo”. (Salazar I. Entrevista, 2019)
El reconocimiento de estas prácticas culinarias incluso ha generado en los mismos campesinos una reflexión por sus hábitos alimenticios y el autorreconocimiento, donde incluso con su humildad característica desean enseñarle a los demás que los malos hábitos de consumo se pueden cambiar por alimentos naturales y nutritivos: Qué bueno enseñar a la gente, yo el domingo le dije a la mona, a mi esposa olvidémonos de esa azúcar y seguí tomando mi aguadulce... imagínese uno panelero, en crisis de panela y tomado azúcar. (Henry. Entrevista, 2019).
De este modo el dulce que generan las mujeres, está cargado de una materialidad dinámica en estos territorios, es posible que en la actualidad estén surgiendo nuevos procesos de desterritorialización, pero al tiempo emergen elementos de reterritorialización que se reflejan en el afecto que se tienen por los dulces desde su seducción para elaborarlos como para su consumo. Se puede identificar que existe relación estrecha entre las mujeres y los dulces que surgen de sus manos y que pueden ser consumidos en una diversidad de formas que llevan su propia huella, porque nunca los dulces serán los mismos.
3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
• Los procesos de empoderamiento de las mujeres que emergen en el proceso productivo y alimentario desde la caña, han generado transformaciones en la ruralidad, así como a la construcción y la dinamización de las territorialidades agroalimentarias.
• La emergencia de las organizaciones de mujeres en torno a la producción de panela, ha generado empoderamiento en las mujeres rurales y un acumulado de afectos que se expresan en el cuidado de la producción y el procesamiento de los alimentos, permitiendo el autorreconocimiento de las mujeres y brindándoles la oportunidad de participar en los espacios sociales, económicos, y políticos que antes les eran negados.
• Las Asociaciones y organizaciones han permitido que el trabajo y aporte de la mujer logre ser visibilizado y reconocido como gestoras de cambio en beneficio de su vocación como cañicultoras y productoras de la panela, asegurando su permanencia en los territorios y la continuidad de su actividad.
• La panela y los dulces que se derivan de ella representan no solo una alternativa de ingreso para las familias rurales, sino un legado y herencia que los ata al territorio y genera arraigos, sentimientos y potencia alternativas para su conservación.
• En el proceso de producción de la panela y sus derivados, surgen vínculos y materialidades activas que sirven como ensamblaje para la emergencia de cambios en algunos de los elementos políticos, sociales, culturales y económicos de las comunidades campesinas; lo cual conlleva a la transformación de sus territorios y a convertirse en una ventana de oportunidades en especial para las mujeres rurales.
Referencias
Arce, A., & Long, N. Antropology, development and modernities. Exploring discourses, counter-tendencies and violence. London and New Cork Routledge: Routledge, 2000.
Aristizábal, V. M. Vida cotidiana y mujer rural: inclusión, equidad y desarrollo como herramientas de transformación. Equidad y Desarrollo, 2019, p. 43-61.
Congreso de Colombia. (14 de 01 de 2002). Ley 731. Normas para favorecer a las mujeres rurales. Colombia.
De Landa, M. (2006). A new philosophy of society, Assemblage theory and social complexity. New York: Continuum, 2006.
Deleuze, G., & Guattari, F. Mil mesetas: Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pre-Textos, 1994.
El Colombiano, P. (17 de 07 de 2016). Resguardo Indigene de Cristiania quiere desarrollo bajo su tradición.
El Espectador, P. (24 de 06 de 2014). Vino de panela, una alternativa para productores del país.
En Hernández García, Y. Acerca del género como categoría analítica. Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences, vol. 13, núm. 1, 2006.
En Robinson D. T, D. C. Empoderamiento de la mujer rural e indígena en México a través de grupos productivos y microempresas sociales. Retos, 2019.
En: Vega, S. C. Reproducción social y cuidados en la reinvención de lo común. Aportes conceptuales y analíticos desde los feminismos. Revista de Estudios Sociales, 2019, p. 48-63.
FAO. Atlas de las mujeres Rurales de America Latina y el caribe: tiempo de la vida y los hechos. Santiago de Chile: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 2017.
Farah Quijano, M. A. (2008). Cambios en las relaciones de género en los territorios rurales: aportes teóricos para su análisis y. Cuadernos de Desarrollo Rural, vol. 5, núm. 61, 2008, pp. 71-91. Gamba, S. (03 de 2008). Feminismo: historia y corrientes. Mujeres en Red. El periódico feminista, p. 8.
Haesbaert, R. Territórios alternativos. São Paulo: Contexto, 2006.
Haesbaert, R. O mito da desterritorialização: do “fim” dos territórios à multiterritorialidade. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil, 2016.
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura–IICA. Género y Mujeres Rurales en el Desarrollo agricola de los territorios Rurales. San Jose de Costarica: mujeresrurales.iica.int. 2018.
Karmantarua, R. I. (11 de 2015). Plan Integral de Vida. Construyendo el Tambo para Nuestros Hijos. Jardin, Antioquia: Gerencia Indigena- Gob. de Antioquia.
Lastarria, C. Feminización de la agricultura en América Latina y África: Tendencias y fuerzas impulsoras. Debates y temas rurales N. 11, 2008, pp. 3-25.
Organizacion Nacional Indígena de Colombia. (2020). onic.org.co/ onic. Obtenido de https://www.onic.org.co/onic
PADEMER y el Municipio de Granada. (noviembre de 1999). MANEJO AGRONOMICO Y BENEFICIO DE LA CAÑA PANELERA. PROYECTO FORTALECIMIENTO Y CAPACITACIÓN TÉCNICO EMPRESARIAL PARA CUATRO MICROEMPRESAS AGROINDUSTRIALES DEL MUNICIPIO DE GRANADA. Granada, Antioquia.
Quintero, H. J. Cañas y ramadas, ensamblando el territorio dulce en el oriente de antioquia- colombia. Porto Alegre, Brasil, 2019.
Rocha, A., & Eckert, C. Etnografia: saberes e práticas. In: Pinto, C.R.J.; Guazzelli, C.A.B. Ciências humanas: pesquisa e método. Porto Alegre:: UFRGS, 2008.
Saborit V. K, R. A. Mirada crítica al liderazgo femenino en el sector agropecuario. En D. A. A.M., Género y ruralidades En el agro Latinoamericano. Buenos Aires: Ciccus. 2019, pp. 161-138.
Sen, A. Desarrollo y Libertad. Buenos Aires: Planeta, 2000.
Una mirada a la ciudad
ODS. Ciudadanía Juvenil. Cultura emprendedora
Mitos y realidades de los ODS en Medellín, Colombia
Una mirada a la percepción de las comunidades en la ciudad
Dora Inés Vivanco Julio1
Carlos Mario Correa Cadavid2
Carlos Alirio Flórez López3
Alejandra Milena Zapata4
Jairo David Garcés Lozano5
Resumen
El presente capítulo centra su atención en el análisis de resultados de la estrategia piloto de participación ciudadana HáblameD realizado
1 Dora Inés Vivanco Julio. Magister en Gerencia para el Desarrollo. Psicóloga. Administradora en Salud. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Coordinadora del Proyecto de Investigación HáblameD. dora.vivanco@colmayor.edu.co. Cel. (+57) 3146831853.
2 Doctorando en Estudios Organizacionales. Magister en Desarrollo énfasis Organizacional y Gerencial. Administrador de Empresas. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Miembro de la Red RISES. dec.cienciasociales@colmayor.edu.co. Cel. (+57) 3122530374.
3 PhD. Historia. Coordinador del grupo de Investigación Plan D+E. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. carlos.florez@colmayor.edu.co. Cel. (+57) 3148858932.
4 Maestrante en Gestión de Organizaciones. Administradora de Empresas. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. alejandra.zapata@colmayor.edu.co. Cel. (+57) 3105248629.
5 Maestrante en Gestión de Organizaciones. Psicólogo. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. jairo. garces@colmayor.edu.co. Cel. (+57) 3105086108.
en la ciudad de Medellín por la Personería a través del instrumento de inteligencia artificial ECHO con la asistencia técnica del Fondo de Población de las Naciones Unidas -UNFPA. El estudio desplegado por el Grupo de Investigación Planeación, Desarrollo y Educación -Plan D+ E de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia6 se da a partir de los resultados de estudio, la causalidad de las respuestas de los participantes en el piloto que se orientó a la identificación de las problemáticas principales en la ciudad, para definir las prioridades de intervención en articulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles -ODS, a partir del ejercicio de participación en las comunas e identificar desde allí, alternativas de solución innovadoras a las problemáticas priorizadas por los habitantes de la ciudad como un llamado a la acción.
Palabras Clave: ODS, Participación ciudadana, Planeación, Desarrollo, Innovación Social.
Abstract
This chapter focuses on the analysis of the results of the pilot strategy for citizen participation HáblameD carried out in the city of Medellín by the Personería through the artificial intelligence instrument ECHO with technical assistance from the United Nations Population Fund -UNFPA. The study deployed by the Planning, Development and Education Research Group -D + E Plan of the Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia is given from the study results, the causality of the responses of the participants in the pilot that was oriented to the identification of the main problems in the city, to define the intervention priorities in articulation of the Sustainable Development Goals -ODS, from the exercise of participation in the communes and identify from there, innovative alternative solutions to the problems prioritized by city dwellers as a call to action.
Keywords: Sustainable Development Goals, Citizen Participation, Planning, Development, Social Innovation.
6 Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Cra 78 Nº 65-46 Medellín, Antioquia, Colombia.
Introducción
La agenda 2030 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha marcado una ruta importante para la materialización de acciones que redunden en el mejoramiento de la calidad de vida de esta generación y las futuras, promoviendo eliminar la pobreza extrema, reducir la desigualdad y proteger el planeta. Colombia como país miembro de Naciones Unidas, ha adoptado la agenda y desplegado acciones en el marco de su Plan Nacional de Desarrollo, y orientado su despliegue a escala regional en los departamentos y municipios.
En el caso de Medellín, el Plan de Desarrollo Medellín Futuro hace una relación de sus líneas programáticas de cara a los ODS, y desde la Personería de Medellín se implementó una estrategia de participación ciudadana con más de 5200 personas de las diferentes comunas, corregimientos y veredas para identificar las principales problemáticas asociadas a estos objetivos, a través de la herramienta de inteligencia artificial ECHO, desarrollada por UNFPA y materializada en HáblameD. Con base a los resultados, el presente proyecto de investigación desarrollado desde ColMayor tiene como propósito ahondar en el análisis cualitativo de las respuestas para definir las prioridades de intervención en articulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles -ODS, y con las mismas comunidades, identificar alternativas de solución innovadoras a las problemáticas priorizadas por los habitantes de la ciudad como un llamado a la acción.
En esta línea, el presente capítulo aborda inicialmente los antecedentes y un balance de la Agenda 2030 en Medellín, Colombia. Posteriormente se describe la propuesta metodológica que se está implementando, que durante la escritura de este capítulo avanza en la fase dos de trabajo con actores; se realiza además una relación del rol de las organizaciones en el cumplimiento de la Agenda 2030 a partir de la caracterización de actores que han venido participando en la investigación y finalmente, dado que la investigación aún se encuentra en curso y no se tienen conclusiones del estudio, se aborda el análisis de hallazgos que han empezado a identificarse, que se han denominado mitos y realidades de los ODS en Medellín, a partir de las percepciones de la ciudadanía frente a las problemáticas identificadas y las propuestas que surgen para dar respuesta a las mismas en clave de los ODS.
1. DESARROLLO Y DISCUSIÓN
1.1. Antecedentes de la agenda global
Las políticas públicas de los Estados que promueven la búsqueda de un desarrollo sostenible se han centrado en reducir las brechas existentes en las múltiples desigualdades sociales, la seguridad, el empleo, la preservación del medio ambiente, sistemas de salud con cobertura, educación, en otros aspectos, orientando grandes esfuerzos políticos y económicos dirigidos a impactar en dichas problemáticas.
En este sentido, en el marco de la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, los países asumieron el compromiso de una conjunta orientada a reducir la pobreza extrema y se establecieron ocho objetivos con horizonte de cumplimiento a 2015 desde el interés de establecer alianza entre los países y unificar criterios de carácter global, a partir de la cual se definieron los Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM (PNUD), a saber:
Para el contexto latinoamericano, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL, planteaba que la forma de articular tales objetivos debía desplegarse a partir de tres estrategias:
(1) una política social de largo plazo, destinada a incrementar la equidad y garantizar la inclusión; (2) un crecimiento económico
estable que genere un volumen adecuado de empleos de calidad y un ambiente favorable para el progreso de las pequeñas empresas; y (3) una reducción del dualismo interno de los sectores productivos, que reduzca las brechas productivas entre distintas actividades económicas y entre distintos agentes productivos. (CEPAL, 2007. p. 9).
El plazo establecido para la puesta en marcha de esta iniciativa fue 2015. A modo de balance, los ODM, según Naciones Unidas, permitieron:
(...) el progreso en varias esferas importantes: reducir la pobreza económica, suministrar acceso al agua y el saneamiento tan necesarios, disminuir la mortalidad infantil y mejorar de manera importante la salud materna. También iniciaron un movimiento mundial destinado a la educación primaria universal, inspirando a los países a invertir en sus generaciones futuras. Los ODM lograron enormes avances en la lucha contra el VIH/SIDA y otras enfermedades tratables, como la malaria y la tuberculosis (PNUD, 2015).
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, realizada en Río de Janeiro en 2012, empieza a gestarse una nueva agenda, que daba continuidad al pacto global y tenía como propósito crear un conjunto de objetivos mundiales relacionados con los desafíos ambientales, políticos y económicos de cara a las dinámicas actuales. Así, los ODM se transformaron en los ODS, aprobados en 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas, destinados a superar la visión de los anteriores objetivos y con miras a establecer un repertorio de objetivos mundiales relacionados con las problemáticas cruciales del mundo actual, como el tema del cambio climático que se discutía el mismo año en la Conferencia de Paris (COP21), poner fin a la pobreza y hace frente a la desigualdad, desde el principio de no dejar a nadie atrás.
En pro de la preservación, el mantenimiento, la gobernanza y la financiación de los bienes públicos mundiales, los países miembros de la ONU, suscribieron dicha alianza por el desarrollo, entre los cuales se destaca Colombia, que en 2016 inició una serie de acciones para implementar los ODS tanto a nivel de política pública como la ejecución en los planes de desarrollo:
Un año después de la adopción de la Agenda 2030, Colombia tenía iniciativas y experiencias para compartir con los demás países,
particularmente en la etapa de alistamiento. La incorporación temprana de los ODS en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2014-2018 y en los Planes de Desarrollo Territoriales 2016-2019, la creación de una institucionalidad intersectorial orientada a liderar la implementación de los ODS en el país, y la alineación entre las negociaciones de paz y la Agenda 2030 fueron los principales hitos (Naciones Unidas, s.f.).
Con estos antecedentes y en medio del proceso de paz entre el gobierno nacional con las FARC, se aprobó en marzo de 2018 la política nacional por medio del documento CONPES 3918, denominado “Estrategia para la Implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en Colombia”. Este marco de acción definió el panorama de la implementación de tales objetivos, definiendo líneas de acción estratégicas acordes con las metas establecidas en la agenda 2030. Entre otros aspectos se puede destacar lo siguiente:
Tabla No. 1. Estrategias Conpes 3918
líneas estratégiCas
Esquema de seguimiento
Priorización y regionalización
Plan de fortalecimiento estadístico
Estrategia territorial
Estrategia de alianzas con actores no gubernamentales
líneas De aCCión
Construcción de Indicadores nacionales, metas cuantificables y responsabilidades institucionales.
Definición de conjunto de “metas trazadoras” con la capacidad de impulsar avances en las demás metas de cada ODS.
Maximizar la apropiación y utilidad de los ODS.
Reconocimiento de la autonomía y prioridades definidas por los gobiernos locales.
Institucionalización del diálogo y consolidación de la Agenda 2030 como un propósito de país.
Fuente: Elaboración propia, a partir de Naciones Unidas (s.f.).
Este contexto normativo marca una ruta para poder materializar la agenda 2030, y generar los mecanismos de articulación entre actores de diferentes sectores para avanzar en la materia. Así, a cinco años de la
agenda de los ODS, el presente año 2020, ha marcado una coyuntura por los impactos de la pandemia COVID19 a nivel global, que han conllevado a redireccionar las estrategias para el desarrollo en los países, siendo inevitable relacionar el despliegue de las acciones para el cumplimiento de la agenda 2030 con las posibles desaceleraciones o retrocesos de las metas de los ODS, y que particularmente en la ciudad de Medellín, se analizan en este estudio a la luz de los procesos de planeación local en la ciudad.
Es importante retomar entonces como antecedente del presente estudio, el despliegue de la estrategia de participación ciudadana HáblameD por parte de la Personería de Medellín y la asistencia técnica de UNFPA con la herramienta ECHO, cuyos resultados dan cuenta de las principales problemáticas que las y los habitantes de la ciudad han priorizado en relación con los ODS. Retomando el enfoque de derechos que aborda la agenda 2030, esta estrategia HáblameD reconoce unas particularidades desde la desagregación de la información por género y ciclo de vida. La participación de UNFPA ha sido clave dado que, como agencia de Naciones Unidas, es la responsable de direccionar la materialización de la agenda de los ODS, y en Colombia ha venido acompañando a diferentes actores en el proceso, como el gobierno nacional, alcaldías, academia, y en el caso de Medellín se ha consolidado la alianza con la Personería de Medellín y ColMayor.
1.2. La Agenda 2030 en Medellín, Colombia
En la ciudad de Medellín, la agenda de los ODS ha sido incorporada al actual Plan de Desarrollo Medellín Futuro 2020-2023. Como antesala a ese proceso, durante 2019 se realizó la estrategia de participación ciudadana desde la Personería de Medellín con la herramienta ECHO, creada por el equipo de innovación del Fondo de Población de las Naciones Unidas- UNFPA – Colombia para traducir la voz de la comunidad en el lenguaje de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-.
ECHO tiene la capacidad de establecer un puente entre las comunidades y los tomadores de decisiones, contribuyendo a construir confianza y fortaleciendo la participación ciudadana, al escuchar su visión de ciudad través de debates en tiempo real. Además, ayuda a que la población se familiarice con los ODS (UNFPA, 2019).
Así, HáblameD es el nombre que recibe la implementación de la herramienta ECHO en Medellín a través de la estrategia de participación ciudadana desplegada por la Personería, y traduce el modismo paisa para referirse al diálogo, que este caso convoca a diferentes actores de la ciudad; en congruencia con el ODS 17 que invita a la articulación y las alianzas estratégicas para el despliegue de la agenda 2030 con gobiernos, comunicad internacional, empresas privadas, sociedad civil, entre otros. HáblameD es el primer piloto que se despliega en Colombia de ECHO y en ella participaron más de 5.200 personas de todas las comunas, corregimientos y veredas de Medellín (Personería, 2019).
En este sentido, los resultados entregados a la ciudad a través del Concejo de Medellín se convierten en un insumo importante para la toma de decisiones y la articulación con los planes locales de desarrollo y el plan de desarrollo municipal.
En esta perspectiva y para dar continuidad al proceso, la Personería de Medellín invitó a ColMayor a realizar una investigación con el propósito de analizar los resultados del piloto HáblameD para indagar la causalidad de estos, a partir del ejercicio de participación en las comunas de la ciudad e identificar desde allí, alternativas innovadoras de solución a las problemáticas priorizadas por los habitantes de la ciudad. Esta investigación se ha desarrollado en cabeza el Grupo de Investigación Planeación, Desarrollo y Educación PlanD+E de la Facultad de Ciencias Sociales.
1.3. ¿Cómo ha sido el proceso metodológico?
En este sentido, metodológicamente se ha organizado en tres fases o momentos:
Fase 1: Revisión y análisis de resultados HáblameD. En esta fase se realizó una revisión de los resultados de HáblameD. Se retomaron además, los documentos obtenidos del proceso de formación de ciudad implementado por la Personería sobre los ODS y Enfoque Basado en Derechos Humanos -EBDH, implementado con la Universidad Autónoma Latinoamericana, que posibilitó realizar una triangulación de la información con las líneas que conversan con los Planes de Desarrollo Locales, realizado por los estudiantes del Semillero de investigación Plan D+E de la Facultad de Ciencias Sociales de ColMayor.
Complementariamente se hizo una Revisión Sistemática de Literatura (RSL) que consistió en búsqueda de artículos resultados de investigación relacionados con el avance de los ODS en Latinoamérica y a nivel nacional, que posibilitó contextualizar el análisis de a nivel de las comunas de Medellín.
Fuente: Elaboración propia
Fase 2: Trabajo con actores. A partir de la información analizada, se puso en diálogo los resultados de HáblameD con diferentes actores de la ciudad, como comunidad académica, organizaciones locales, instituciones públicas, reconociendo la interseccionalidad de los enfoques en los diálogos. Durante este proceso contempló el desarrollo de diferentes actividades:
Se consolidaron diferentes bases de datos de actores de la ciudad de Medellín a partir de referenciación de organizaciones sociales, estudiantes de la Tecnología y Gestión Comunitaria, así como de Planeación y Desarrollo Social, dado el conocimiento que tienen de
las realidades de las comunas, líderes y lideresas sociales, de diferentes sectores de intervención.
Se diseñó una propuesta metodológica desplegada virtualmente, dadas las condiciones de seguridad implementadas en la ciudad para la prevención del COVID 19. Así, se elaboraron formularios para la recolección de percepciones de resultados de HáblameD y propuestas de solución por parte de quienes participen desde las comunas. Para ello se diseñó un protocolo de participación de los estudiantes y las organizaciones.
Uno de los formularios en Google que fue enviado aproximadamente a 1.050 estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la IU Colegio Mayor de Antioquia, de los programas Planeación y Desarrollo Social y Tecnología en Gestión Comunitaria con el fin de identificar su percepción en del cumplimiento de los ODS en la ciudad de Medellín y en cada una de las comunas. Se obtuvieron en total 97 respuestas. Es importante mencionar que cada una de las personas que respondieron el instrumento podían mencionar más de una problemática, lo que generó que para algunos casos de diferentes ODS un total de 142 clasificaciones para la ciudad de Medellín y 148 para las comunas.
Fase 3: Análisis de información y consolidación de propuestas. A partir de la consolidación de información de percepción de resultados y propuestas de solución desde los diferentes actores, tanto en la problemática en la ciudad como en barrio o vereda, a su vez, estas últimas fueron agrupadas por comunas; se realiza un análisis cualitativo en el software Atlas Ti y un análisis cuantitativo a partir de la clasificación de las problemáticas en lenguaje de metas de los 17 ODS en la base de datos en Excel y la visualización de datos en Flourish.
Con la participación del Laboratorio de Innovación Social de la FCS, se hace un análisis de las alternativas planteadas por los diversos grupos que han participado, clasificando algunas de ellas como innovadoras, para acompañar posibles soluciones.
Los resultados finales se consolidan en la publicación electrónica del libro que recoge los principales hallazgos y lecciones aprendidas que proponen los actores participantes durante todo el proceso, y que se pone a disposición de la ciudad a través de nuestros aliados:
Personería de Medellín, UNFPA, y demás actores públicos. ¿Cómo pueden contribuir las organizaciones?
Fuente: Elaboración propia
Los ODS solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación. Para que un programa de desarrollo se cumpla satisfactoriamente, es necesario establecer asociaciones inclusivas (a nivel mundial, regional, nacional y local) sobre principios y valores, así como sobre una visión y unos objetivos compartidos que se centren primero en las personas y el planeta. (Naciones Unidas, s.f.).
Este postulado que plantea el ODS 17 sobre las alianzas para lograr los objetivos, no solo es en sí mismo un llamado a la acción, sino a la articulación entre actores para lograr cumplir la agenda. En este sentido, la responsabilidad en el despliegue de la agenda 2030 implica la suma de voluntades para hacer realidad las metas propuestas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y reconociendo la importancia de los Estados como principales responsables de los planes de acción para su materialización, de manera articulada otros tipos de organizaciones también juegan un papel fundamental, como
entidades internacionales, empresas privadas y la sociedad civil desde la diversidad de organizaciones que le integran, como la academia, diferentes expresiones organizativas, colectivos, entre otros.
Y es que comprender las organizaciones implica adentrarse a las formas específicas de actuación de los agentes y sus efectos prácticos más inmediatos en los escenarios institucionales producidos desde el flujo constante de tales acciones y efectos. Las estrategias y programas ocupan un lugar muy relevante, pues delinean los modos de regulación desde los que son conducidas las poblaciones normalizando sus conductas (Ibarra, 2001).
Desde esta perspectiva, el horizonte de la agenda 2030 trasciende la lógica de una declaración de buenas intenciones entre los países de Naciones Unidas, para aterrizar desde el carácter urgente, acciones conjuntas por el planeta con la capacidad de operacionalización hasta los niveles de planeación local que pueda implicar, para poder alcanzar dichos objetivos. En este sentido, cobra importancia poner la lupa sobre el rol de las organizaciones, toda vez que son estas desde el nivel macro, meso y micro, las responsables de agenciar los comportamientos en las personas y de regular la forma en que se generen los cambios que se necesitan para dinamizar las trasformaciones en las personas y en el planeta.
Y es que la Teoría de las Organizaciones (TO) brinda elementos de análisis importantes para esta comprensión y que las estrategias que se implementen sean intencionadas, más allá de los objetivos misionales propios, y que desde esa intencionalidad, se propicien los espacios y canales de crear y/o fortalecer las alianzas que movilicen dicha acción. La TO como disciplina científica, estudia las organizaciones, sus estructuras, desde tres ejes a saber: sus contextos, sus decisiones y su comportamiento, proporcionando instrumentos de observación y análisis aplicables a todo tipo de organizaciones, sean estas orientadas a la producción económica como es el caso de las empresas, las de fines políticos como los organismos gubernamentales, las organizaciones de integración como los partidos políticos, o las de mantenimientos de normas, como iglesias y centros de enseñanza (Ibarra, 2001).
En esta línea, la presente investigación sobre el análisis de problemáticas y alternativas de solución innovadora a las problemáticas de Medellín en Lenguaje de ODS, ha conllevado a la identificación de diferentes actores, entre ellos, organizaciones desde sus diversas
configuraciones, que en la Fase 3 de Análisis de información y consolidación de propuestas, se profundizará en la los roles y posibles alianzas de las mismas, como actores clave para la materialización de las metas de los ODS, contemplando el análisis de contextos, como por ejemplo los cambios que emergieron dado los impactos de la pandemia por el COVID19, las decisiones de las organizaciones ante la desaceleración y retroceso de los avances en las metas, así como las acciones propuestas de manera articulada. Los resultados de este análisis se relacionarán en la publicación final de la investigación.
1.4. Mitos y realidades de los ODS en Medellín
A partir del análisis de resultados de HáblameD y de los resultados preliminares de la investigación que ha conllevado ejercicios de diálogos con diferentes actores en las comunas de Medellín, empiezan a vislumbrarse una serie de mitos y realidades frente a las percepciones de los ODS y su incorporación en los instrumentos de planeación en la ciudad, así como en la comprensión de la ciudadanía frente a la pertinencia y el rol que como ciudadanas y ciudadanos, pueden jugar en el cumplimiento de la agenda 2030 de cara a la realidad de los territorios.
Por ejemplo, un mito comúnmente encontrado en la percepción de que la agenda 2030 suscrita por el gobierno nacional, no se evidencia en el compromiso que se asume desde los entes territoriales para desplegar los planes de desarrollo en lógica de ODS. Así, en los ejercicios de diálogo con diferentes actores de la ciudad, miembros de las organizaciones expresaron sus inquietudes frente a la comprensión de una agenda global que les parece lejana, distante, competencia del gobierno nacional, y cuyo despliegue a nivel territorial pareciese distante de las realidades locales. Así, la correlación de las problemáticas de la ciudad en lenguaje ODS implica más que la correlación entre temas y títulos de cada objetivo de desarrollo sostenible, como se ha leído en muchos de los Planes de Desarrollo Local, y en el mismo Plan de Desarrollo Municipal Medellín Futuro, y amerita la incorporación de principios de la agenda: la universalidad, no dejar a nadie atrás, la interconexión e indivisibilidad, la inclusión y la cooperación entre las múltiples partes interesadas. Si bien es una realidad que los planes de desarrollo obedecen a la materialización de un programa de gobierno y que prioriza estrategias, la mirada sistémica es fundamental
para materializar las propuestas de articulación y alianzas entre los diferentes tipos de actores involucrados desde lo público, lo privado y lo social (Correa & Vivanco, 2020).
Otro de los mitos está asociado a las percepciones de la ciudadanía con relación a la eficacia del seguimiento, monitoreo y evaluación a las metas de los programas contemplados en diferentes instrumentos de planificación, como los Planes Locales, los Planes de Ordenamiento Territorial POT y el mismo Plan de Desarrollo Municipal, en tanto los resultados correspondan a indicadores que den cuenta del impacto de los programas y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, más allá de metas de cobertura y gestión presupuestal. Fue reiterativo el sentir de diferentes actores frente a la percepción de respuestas contingentes, que se exacerbó en el marco de la pandemia COVID19 (durante la cual se mantuvieron diálogos virtuales con las comunidades en pro de salvaguardar la seguridad de todos los y las participantes), y que generó percepciones distintas frente a las problemáticas de la ciudad en lenguaje ODS, algunas de ellas diferentes a las ya reconocidas mediante la herramienta ECHO durante 2019.
El COVID19 empezó a develar la existencia de brechas estructurales en la población asociadas a condiciones históricas de inequidad y falta de articulación entre actores a nivel local, y la necesidad de contar con sistemas de seguimiento monitoreo o evaluación a las medidas implementadas durante la pandemia, que, según la ciudadanía, pese a los esfuerzos institucionales de contar con un sistema de big data a través de la plataforma “Medellín Me Cuida”, la correlación entre la captura de información y la oferta institucional aún parecía distante, con problemas de focalización de la población beneficiaria de las ayudas de emergencia humanitaria y el despliegue de medidas a largo plazo.
La realidad es que la pandemia ha conllevado al reto para hacer seguimiento a los impactos de esta a escala global, nacional y local, a fortalecer los sistema de seguimiento y monitoreo, a desplegar acciones de contingencia e invertir mayores recursos para hacer frente a la desaceleración económica y los impactos negativos a nivel social, a diseñar indicadores que posibiliten una lectura más acertada de estas realidades en diferentes sectores, y a movilizar mecanismos para la participación ciudadana en el desarrollo de los ODS.
Adicionalmente, la meta 17.9 del ODS de Alianzas para el cumplimiento de la agenda destaca que “de aquí a 2030, aprovechar
las iniciativas existentes para elaborar indicadores que permitan medir los progresos en materia de desarrollo sostenible y complementen el producto interno bruto, y apoyar la creación de capacidad estadística en los países en desarrollo”, gestión que a escala nacional viene dinamizando el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, y que es importante desplegar a nivel departamental y municipal. En Medellín por ejemplo, sistemas de monitoreo como la de Medellín como vamos aportarían desde una lectura sistémica y los principios rectores de los ODS.
Por otra parte, dentro de las problemáticas que más sobresalieron en los resultados de la estrategia de participación ciudadana 2019 HáblameD se encuentran las asociadas a la seguridad, en relación con el ODS 16 Paz, Justicia e Instituciones Sólidas con un porcentaje del 33% de las problemáticas encontradas, relacionadas principalmente a metas como “reducir todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad”, “fortalecer las instituciones nacionales para prevenir la violencia y combatir el terrorismo y el crimen”, “luchar contra todas las formas de delincuencia organizada”, “poner fin a todas las formas de violencia y tortura contra los niños”, entre otras. (Personería & UNFPA, 2019).
Ahondando en las causalidades de estos resultados en los conversatorios de ciudad realizados en la fase 2 del presente proyecto de investigación, uno de los mitos identificados es que estas problemáticas de seguridad obedecen a hechos aislados de vandalismo y delincuencia común, que no tienen nada que ver con las dinámicas de conflicto armado que vive el país, en las que problemáticas aún presentes en el marco del COVID19 como el desplazamiento intraurbano7, la recepción de población víctima de desplazamiento forzado desde otros territorios a la ciudad de Medellín, las dinámicas de microtráfico que se acrecientan en muchas comunas, son eventos aislados en la ciudad.
7 Medellín es una de las ciudades con mayor desplazamiento intraurbano en Colombia (Naranjo, 2004). El Sistema de Información de la Personería (SIP) registra que los primeros meses del 2019, la cifra de desplazados intraurbanos fue de 4.300. a junio de 2020, ya se habían registrado 1.145 personas, aún con cuarentena obligatoria por el COVID19. Las comunas más afectadas por este fenómeno son: Villa Hermosa (comuna 8), San Javier (comuna 13), Manrique (comuna 3) y Robledo (comuna 7). Les siguen Popular (comuna 1) y el corregimiento San Cristóbal (comuna 60). (Personería 2020).
Muchas de estas problemáticas fueron invisibles en los conversatorios, y negadas al ser preguntadas. Lo que conlleva a plantar algunas hipótesis: 1. Las personas participantes (la mayoría de ellas conocedoras de las realidades de sus comunas por ser miembros de organizaciones con presencia histórica en el territorio, miembros de Juntas de Acción comunal, líderes y lideresas, miembros de corporaciones), en realidad creen que estos eventos son aislados y tienen una percepción distorsionada de la realidad de la que dan cuenta múltiples investigaciones sobre las dinámicas e impactos del conflicto armado en la ciudad de Medellín; 2. Los medios de comunicación virtual en las que fueron desarrollados los conversatorios limitan o coartan la confianza para que las personas expresen lo que en verdad están viviendo y observando en sus territorios.
Ahora, si bien la ciudad cuenta hoy con sofisticados mecanismos de monitoreo de seguridad, aún la realidad es que persiste la precepción ciudadana de una brecha frente al impacto positivo en la convivencia y construcción de seguridad duradera en función de esas otras dinámicas descritas que parecen invisibles en la ciudad innovadora, denominada actualmente como ciudad región dadas las dinámicas de sociales y laborales que se tejen al interior del área metropolitana Valle de Aburrá, y en la que las problemáticas de seguridad siguen impactando de manera determinante en los temas de desarrollo. Entonces, la pregunta que se abre, y que seguiremos ahondando en el análisis de resultados, es ¿Desarrollo para quién?
La comprensión de estas problemáticas de seguridad no puede ser aislada, como sucede en sí misma con la agenda de los ODS. Por ejemplo, asociada a las problemáticas relacionadas a la pobreza ODS 1, los participantes de los conversatorios con quienes analizamos los resultados expresaron su preocupación frente a como se está incrementando este problema, dados los impactos de la pandemia en la economía, y con ello la disminución y pérdida del empleo (ODS 8), la disminución de la capacidad de solventar la canasta familiar y hacer frente al hambre (ODS 2), la forma como se ha afectado la salud y el bienestar (ODS 3). La interrelación en las lecturas de los resultados preliminares, enciende las alarmas frente a la desaceleración de los ODS, los posibles retrocesos en el cumplimiento de las metas, pero más allá de eso, la evidencia de las brechas estructurales que con la pandemia ha develado problemáticas sociales que se creían superadas en la ciudad de Medellín y que hoy ameritan reorientar la atención en
el marco de las estrategias de intervención que conllevó así mismo a reorientar las líneas estratégicas en el Plan de Desarrollo Municipal.
En este contexto, se considera necesario garantizar la trazabilidad y la continuidad en las agendas de las administraciones locales de cara a las realidades de los territorios, generando en el caso de Medellín, los mecanismos de articulación y armonización entre los planes de desarrollo local y el plan de desarrollo municipal dado la periodicidad de cambio cada cuatro años, movilizando estos procesos de planeación, monitoreo y evaluación en clave de los ODS. En esta línea, el ODS 17 de alianzas para lograr los objetivos, brinda una serie de elementos a materializar en las metas, que para efectos del presente análisis se destaca, en materia de Cuestiones Sistémicas, las alianzas entre múltiples interesados, y de manera específica “Fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, públicoprivada y de la sociedad civil, aprovechando la experiencia y las estrategias de obtención de recursos de las alianzas”.
La Personería de Medellín viene dinamizando mecanismos de participación ciudadana sobre la agenda 2030, movilizando en paralelo alianzas con la academia para fortalecer espacios de formación e investigación como el presente estudio, que redunden en la toma de decisiones de las entidades gubernamentales para dar cumplimiento a la agenda desde el orden local, y adicionalmente, generando procesos de concientización y apropiación de la misma, para movilizar a la acción desde la corresponsabilidad de la ciudadanía. Ahora, como se planteó anteriormente, será importante seguir ahondando en cómo se da la relación y las alianzas público-privadas para impulsar la agenda 2030, tanto en los temas que han surgido como prioritarios como la educación y la superación de la pobreza, como en otros menos visibles pero igual de importantes desde la visión sistémica de los ODS, como la producción y consumo responsables, la igualdad de género, la sostenibilidad, industria, innovación e infraestructura, trabajo decente y el crecimiento económico. Medellín tiene una agenda de ciudad, la pregunta que surge es ¿responde esa agenda a los cambios estructurales que ha conllevado la pandemia y garantizar el bienestar y la sostenibilidad, en clave de ODS? Seguiremos en el análisis de estas perspectivas.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL]. (2007) Los objetivos de desarrollo del milenio y los desafíos para América Latina y el Caribe para avanzar en mayor bienestar, mejor capital humano y más igualdad de oportunidades. https:// www. cepal.org/es/publicaciones/3600-objetivos-desarrollomileniodesafios-america-latina-caribe-avanzar-mayor.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL]. (2019). Informe de avance cuatrienal sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe. https://repositorio.cepal.org/bitstream/ handle/11362/44551/S1900433_es.pdf?sequence=7&isAllowed=y
Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL]. (2020). La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en el nuevo contexto mundial y regional: escenarios y proyecciones en la presente crisis. https://www.cepal.org/es/publicaciones/45336la-agenda-2030desarrollo-sostenible-nuevo-contexto-mundialregional-escenarios
Correa, C. & Vivanco, D. Las organizaciones en la gestión de políticas públicas para el desarrollo de la agenda 2030 en Colombia, en Memoria del IX Congreso Internacional de Investigación Social 2020. Universidad Autónoma de Estado de Hidalgo. 2020.
Ibarra Colado, E. La universidad en México hoy: gubernamentalidad y modernización. UAM. 2001.
Ibarra, E. & Montaño, L. Mito y poder en las organizaciones: Un análisis crítico a la teoría de la organización. Trillas, 1987.
Naciones Unidas. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G.2681-P/Rev.3). CEPAL, 2018. https://repositorio.cepal.org/ bitstream/handle/11362/40155/24/S1801141_es.pdf
Naciones Unidas. Los ODS en América Latina y el Caribe: Centro de gestión del conocimiento estadístico: Monitoreo estadístico nacional, Perfil estadístico ODS Colombia. https://agenda2030lac. org/estadisticas/perfil-estadistico-ods.html?pais=col.
Naciones Unidas. (s.f.). Hacer de los ODS una realidad. https:// sustainabledevelopment.un.org
Naciones Unidas. (s.f.) Objetivo 17: Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible. https://www.un.org/ sustainabledevelopment/ es/globalpartnerships/.
Personería de Medellín & Fondo de Población de las Naciones Unidas [UNFPA]. (2019). HáblameD. https://whatevercamps.github.io/ echo_vis/.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD]. 2015. Objetivos de Desarrollo del Milenio. https://www.undp.org/ content/undp/es/home/sdgoverview/mdg_goals.html
Resolución 70/1 de 2015. [Naciones Unidas]. Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. 25 de septiembre de 2015. https://unctad.org/meetings/es/ SessionalDocuments/ ares70d1_es.pdf.
El
Sandra Elizabeth Colorado Rendón
Cristina Buitrago Bedoya
Daniela Sánchez
Camila Berrio
Resumen
El presente artículo propone trabajar el tema sobre el derecho a la ciudad desde el ejercicio de la ciudadanía juvenil, una discusión que se moviliza entre el estado y sociedad en la cual la juventud es quien desarrolla elementos novedosos para establecer la relación con los gobiernos locales y las dinámicas que se generan en el territorio a través del uso de sus ciudadanías. El artículo como resultado de
1
Este artículo es resultado de la investigación: Apropiación territorial y fortalecimiento de la subjetividad política a través de procesos de formación, la cual fue avalada en la convocatoria interna de proyectos de investigación del Colegio Mayor de Antioquia vigencia 2018. La investigación hace parte del grupo de investigación Plan D+E en la línea de educación y desarrollo
2 Socióloga, Magister en Educación y Desarrollo Humano. Investigadora y docente ocasional. Colegio Mayor de Antioquia. Correo electrónico: sandra.colorado@ colmayor.edu.co
3 Licenciada en Ciencias Sociales, Magister en Educación y Desarrollo Humano. Coinvestigadora y docente del Colegio Mayor de Antioquia. Correo electrónico: cristina. buitrago@colmayor.edu.co
4 Auxiliar de la investigación. Estudiante del programa de Planeación y Desarrollo Social del Colegio Mayor de Antioquia
5 Auxiliar de investigación. Estudiante del programa de Planeación y Desarrollo Social del Colegio Mayor de Antioquia
ejercicio
la investigación, espera ampliar las comprensiones que se vienen tejiendo sobre las nuevas generaciones de ciudadanos/as que se están articulando desde procesos educativos en el ámbito social para la acción política, sociocultural y ambiental.
Palabras Claves: Territorio, Derechos, Ciudad, ciudadanías juveniles, gobiernos locales.
Introducción
El artículo el derecho a la ciudad y el ejercicio de la ciudadanía juvenil, hace parte de la investigación Apropiación territorial y fortalecimiento de la subjetividad política juvenil a través de procesos de formación. La cual se encuentra en su fase de análisis. El artículo responde a los resultados iniciales de la investigación, en el cual se hizo evidente como desde los procesos de formación ciudadana el (la) joven aprende a ver la ciudad como un territorio para habitar, no solo para consumir y para acceder a servicios, este territorio también es para acceder a derechos básicos y sociales.
Para el desarrollo de este artículo se acogieron algunos autores latinoamericanos, miradas que se han gestado desde Colombia, Ecuador, Argentina y México, que han profundizado sobre la ciudad, los derechos y sobre la apropiación del territorio desde las diferentes poblaciones que la habitan; igualmente se asumen posturas epistémicas desde Lefebvre, con él se comprende el concepto del derecho a la ciudad y la capacidad de construir y transformar territorios desde los sujetos que la habitan; con el autor Ortega Valcarcel, se trabajó el concepto de lugar como una construcción humana, que es dotada de sentido por la población juvenil a través de los recorridos que se realizaban en el desarrollo de los proyectos y finalmente con los autores Echeverría & Rincón, se comprenderá el territorio como ese espacio que se demarca a través de las acciones que permiten los acontecimientos sociales, permitiendo la generación del vínculo, a través de procesos de recordación.
El artículo evidenciará los hallazgos que surgieron en el trabajo de campo sobre las categorías del derecho a la ciudad y las ciudadanías juveniles, a través de los procesos de apropiación del territorio por medio de las estrategias pedagógicas que se realizaron en los procesos que desde la educación social hicieron parte del objeto de estudio:
Medellín en la cabeza, programa de la secretaria de juventud de la Alcaldía de Medellín y Reto 9 que hace parte de la comunidad de hermanas Salesianas, por lo tanto se contará con los relatos, comprensiones y reflexiones de los participantes que dan cuenta de sus aprendizajes por medio de estos programas y de los cambios generados que se evidenciaron por medio de esta investigación, igualmente se expondrá el análisis que se realizó a través del cruce de las categorías y de la reducción de ellas mismas para interpretar este fenómeno como tal y poder escribir a la luz de la ciencia las dinámicas que se generan en el territorio y que impacta a la juventud de nuestra ciudad.
El derecho
vivir
Las ciencias sociales permiten investigar sobre las dinámicas sociales y como estas van transformando con el cambio de las generaciones y de las condiciones territoriales, políticas y culturales en una población; la ciudad como categoría ha sido objeto de estudio desde
6 Recorrido en el centro de la ciudad. Programa Medellín en la cabeza. Octubre de 2019. (Se participa en el recorrido como parte del trabajo de campo realizado en el marco de la investigación).
la modernidad definiendo de acuerdo con las condiciones sociopolíticas los fenómenos que allí se establecen y deben ser estudiados.
En la investigación apropiación territorial y fortalecimiento de la subjetividad política juvenil a través de los procesos de formación, el escenario escogido fue la ciudad, teniendo en cuenta que en esta se configura lo rural y lo urbano y es dentro de ella que los habitantes y transeúntes viven, se relacionan, se movilizan, y generan vínculos, dependencias e interdependencias con actores e instituciones los cuales les permiten establecer condiciones de vida que se desarrollan de manera diversa en ese territorio habitado.
A través de los años se ha observado como Medellín por medio de los procesos de planificación se ha venido gestando como una ciudad de servicios, en la cual priman los negocios y las relaciones internacionales como su mayor fuente de empleo; esta tendencia ha generado que Medellín cada día tenga más presencia de actores internacionales que ven en esta ciudad el lugar para generar su empresa y establecer relaciones que les permita crecer económicamente, no en vano, en la planificación de la ciudad y del valle de Aburrá cuenta con dos zonas francas, que posibilitan garantías arancelarias a las empresas que se asienten en estos lugares.
Con estas tendencias económicas, la ciudad se ha convertido en un espacio de acceso a servicios, posibilitando que en cada comuna se dispongan de lugares a los cuales se puede acceder para realizar reclamaciones, acceder a programas, eventos, adquirir bienes y generar contacto con otras organizaciones. La vida orgánica como tal se ha ido perdiendo, lo que ha generado un distanciamiento entre los habitantes de los diferentes barrios y comunas y un extrañamiento con aquel que no pertenece al mismo espacio en el cual habita. Así lo expone Fátima Anastasia en su texto para el PNUD (2007).
“En América Latina, en las décadas precedentes y fundamentalmente en la de los noventa, el Estado se trasformó ajustándose a la supremacía del principio económico, en una modalidad específica y singular de economía de mercado alrededor de la cual democracia y estado 90 se construyó una fuerte hegemonía política. El rasgo particular de ese proceso estuvo dado por la instauración de un relato social de legitimación que ubicaba la operación hegemónica en el plano del conocimiento técnico. La consecuencia fue la autonomización del mundo económico de la esfera de la política.
O lo que es lo mismo, la extirpación de la economía del campo de la política democrática”. (p. 89-90).
De acuerdo a estudios realizados por la secretaria de juventud, un joven no recorre más de 2 kilómetros cuadrados, es decir solo conoce su barrio, y entorno más cercano. Las condiciones socio-territoriales como el acceso a ciertos servicios y las fronteras invisibles han obstaculizado la posibilidad de que la población juvenil se movilice más allá de su barrio.
Las condiciones de vida que tienen actualmente los y las jóvenes de la ciudad, limitan su capacidad para generar largos recorridos, ya que esta población debe responder a sus estudios, ejercer acciones laborales que les permitan su sostenimiento y realizar actividades que le permitan desarrollar su vida en lugares que sean confiables para ellos mismos y para sus familias. Como nos lo plantea... PeñafielMora, M., Peralta-Peñaloza, C. Y Salazar-Guamán, X. (2019):
“Al momento de hablar del derecho es necesario considerar la significativa carga ética que lo acompaña. Dentro de un marco territorial y de ciudad, este planteamiento se convierte en un presupuesto rector del mismo. El “Estado social y democrático de derecho, asume compromisos explícitos en su pacto político y social con la ciudadanía y lo juridifica” (Jiménez, 2018: 6). El derecho a la ciudad, desde un enfoque eminentemente ético, es la integración normativa de las relaciones humanas dentro del contexto social, en búsqueda de soluciones contra los impactos negativos que dificultan el progreso adecuado de los territorios (HIC-AL, 2008). Supone, de esta manera, un derecho colectivo encaminado a satisfacer necesidades humanas. Para lograrlo, es necesario desarrollar una planificación, regulación y gestión urbano ambiental que garanticen la gestión democrática y la participación de la ciudadanía”. (p. 65).
Hablar de la ciudad como derecho tiene una carga simbólica y es además una construcción que desde lo político y lo constitucional tiene unas demandas en el estado social de derecho como tal, estableciendo elementos que permiten entre ciudadanos y entes administrativos construir territorio, una construcción que es demandada por los jóvenes, quienes no asumen la pasividad como vida política, todo lo contrario, esperan a través de acciones poder determinar los cambios socio-administrativos que se pueden generar en la ciudad, por ende se permiten la construcción de subjetividades que inciden en el desarrollo de sus espacios y lugares donde pueden hacer y pueden ser.
El programa Medellín en la Cabeza de la secretaría de juventud, le ha permitido a la población juvenil aventurarse a recorrer a la ciudad, aprendiendo a usar los medios comunes de transporte para poder llegar a lugares que ellos no se imaginaban que podían caminar, este programa les ha permitido conocer la ciudad desde otras miradas y otros discursos que no han pasado por un programa de televisión, identificando actores y organizaciones que han construido el territorio desde la historia y desde la generación de articulaciones que les ha permitido establecer relaciones, rompiendo con el temor y reconociendo la existencia del otro. Así lo evidencia uno de los jóvenes entrevistados participantes del programa:
“Luis Miguel: yo empecé a encontrar en Medellín en la cabeza la posibilidad de empezar a romper barreras en la cabeza frente a la ciudad, yo no he sido miedoso frente a la ciudad a mí el centro me gustaba, pero es que ahora me gusta mucho más; pero sí fue chévere poder visitar barrios que yo nunca hubiera visitado de otra manera, yo creo que yo por mi voluntad nunca me había metido a la Sierra o nunca me hubiera ido a los barrios altos de la comuna 13, pues como que no tenía ningún interés en ir por allá, no tenía razones para ir y luego entonces uno va y va con un grupo de personas y esas personas te empiezan a mostrar los procesos sociales y comunitarios que hay en esas comunidades” (grupo focal 2019).
Los jóvenes a través de estos recorridos empezaron a identificar rostros, historias, personas, que al ir tejiendo con ellos sus relatos pudieron generar vínculos, lo que permitió sentir los lugares y los territorios no desde el sentimiento del miedo, sino desde la pertenencia, de que ese lugar hace parte de la vida colectiva, de la identidad del ser de un lugar y de cómo se construye a partir de la vinculación emocional y social. El programa gestó posibilidades para que los participantes pudieran reconocerse en espacios diferentes a los que ya habitan y examinar las construcciones sociales que otros personajes también vienen liderando en cada uno de los lugares que hacen parte de la ciudad.
De esta manera los participantes hablaron en la investigación sobre el derecho a la ciudad, aquella que no solo les brinda el acceso a unos servicios, que además no son los suficientes para una vida con dignidad, por ejemplo hay barrios sin acceso al agua, o a la energía eléctrica, o a un sistema de transporte que posibilite la movilidad, tampoco tienen cerca un centro de salud o una escuela, y estas faltas dejaron la evidencia de que Medellín está constituida por muchas realidades, no por una
sola, y que sus habitantes de acuerdo al sector al cual pertenecen, viven situaciones muy diferentes. (de Mattos C y Link F, 2015).
Los recorridos permitieron a muchos jóvenes tener el sentimiento de que la ciudad les pertenece, con todas sus inconformidades, temores, con todos sus conflictos, con los sueños que se generan para la transformación de la esquina, del barrio, de la cuadra, Medellín con cada uno de sus callejones les es propia y este tipo de sentimiento no solo cambia la percepción del territorio, también cambia la condición para actuar en pro del territorio y de las poblaciones que hacen parte de ella.
“El territorio adquiere sentido propio, como espacio significado, socializado, culturizado, por las diversas expresiones, apropiaciones y defensas culturales, sociales, políticas, económicas que se hacen de él; y, a su vez lo adquiere en las diversas lecturas que se le hacen, al ser registrado en la memoria y valorado e imaginado de múltiples maneras, ritualizado o mitificado, constituyéndose en mapa mental y marcador simbólico. Además de incorporar intrínsecamente el substrato espacial necesario de toda relación humana, el territorio es un signo cuyo significado se construye desde dos lugares: desde los códigos socio-culturales en los que se inscribe y desde los códigos de quienes lo interpretan. Esta es una diferencia conceptual con quienes le asignan al espacio un significado absoluto y objetivo que supondría una relación directa, constante y estática entre signo y significado o entre forma y contenido, y con quienes lo ven como mero hecho nominal o administrativo (región, ciudad o municipio). (Echeverría y Rincon,2000, p. 16).
Los jóvenes participantes del programa comprendieron que esas comunas que veían lejanas hacían parte de su mismo territorio, las fronteras se desvanecieron en la medida que ellos accedían a lugares inhóspitos de la ciudad y que ese acceso no era como turistas, sino como actores que podían comunicarse con otros ciudadanos, reconociendo aquellas historias cotidianas que hacen de la vida de Medellín un lugar para vivir en el mundo:
“Yo creo que es uno de los efectos más grandes, que si tiene mayor nivel de confianza en el territorio y pierden ese susto de ir a ciertos lugares, que empiezan a tener más iniciativa de visitar lugares e ir, se les amplía su territorio habitado, porque ya no es tan asustador ir a un barrio, ¿cierto?, empiezan a entender que la comuna es todo Medellín y que todos vivimos en comunas, esa categoría comuna con ella arriba la periferia se tumba y entienden que todo Medellín tiene su comuna y que no es tan distinta esta es la otra (Olga, p. 5) EG”.
Recorrido por la ciudad
Fuente elaboración propia
7
Medellín en la Cabeza, un programa que fue pensando en un formato juvenil el cual ha sido liderado por jóvenes, ya que ellos mismos son los que proponen los recorridos y la secretaría de juventud con un grupo de profesionales, deciden las temáticas que se abordarán en cada uno de ellos, lo que permite que el programa no sea solo un espacio para hacer turismo comunitario sino para conocer los tejidos que constituyen la historia, las relaciones y las dinámicas organizacionales en cada uno de los territorios, por ellos los “ponentes” de cada uno de estos recorridos no son académicos que han estudiado la ciudad sino personas que han vivido la ciudad, han pensado y proyectado ese lugar que habitan y por lo tanto pueden contar al otro el devenir de su lugar al interior de la ciudad.
Pensarse la ciudad como derecho, les ha permitido a estos jóvenes soñarse con proyectos, ideas y movimientos que permiten definir su incidencia en el territorio, posibilitando la generación de ciudadanías que no dependen de las condiciones del gobierno local, sino que generan alternativas de desarrollo, de acuerdo a sus principios, posibilidades, intereses políticos, culturales y sociales que definen
su forma de actuar en los espacios a los cuales ellos se apropian. De acuerdo a Ortega; Valcarcel, quien cita a Tuan (1997).
“El lugar es un concepto clave de la explicación humanista. Es único y complejo, por constituir un conjunto especial que se caracteriza por estar arraigado en el pasado y desarrollarse hacia el futuro (Tuan, 1977). Está dotado de historia y significado. El lugar adquiere un valor que deriva de la percepción que de él tienen sus habitantes y del significado que le han atribuido: el lugar presenta la encarnación de las experiencias y aspiraciones de la gente. Desborda, como concepto geográfico la mera acepción espacial, deviene una realidad a comprender desde las perspectivas de quienes lo han construido”. (2000, p. 302)
Este tipo de apropiaciones permite generar una ciudadanía alterna que puede proyectarse, ser más empática y generar estrategias para mejorar las condiciones de la ciudad. El municipio de Medellín que se ha pensado desde el tema del emprendimiento y la generación de empresa debe mirar lo social, no como una opción de gasto sino como una opción de oportunidades en la que los jóvenes pueden desarrollar futuros próximos, a corto plazo que posibiliten dimensionar a Medellín no solo como la ciudad de bienes y servicios sino como una ciudad en la cual se puede ejercer el derecho a transitar y construir colectivamente el territorio.
Las ciudadanías juveniles y su interacción con el gobierno local
Cuando se habla de ciudadanías juveniles es necesario definir este concepto, ya que este deviene de una construcción epistémica e histórica que se ha ido transformando con los cambios que ha tenido el estado como instrumento administrativo y político de una nación desde su idea clásica. Desde esta percepción la ciudadanía no es estática, es un concepto que varía de acuerdo a las condiciones sociales que van estableciendo las dinámicas actuantes del ser ciudadano/a. Rengillo en su texto de ciudadanías juveniles amplía el concepto desde una construcción epistémica que permite comprender para dimensionar las condiciones actuales de la población juvenil con relación al ejercicio de ser ciudadanos. Rengillo (2003) plantea lo siguiente:
Tres modelos de ciudadanía han venido rigiendo en la historia contemporánea del siglo XX, en términos laxos: la ciudadanía civil, bajo la que quedan englobados o definidos todos los habitantes dentro del territorio del Estado-nación; la ciudadanía política que establece otras definiciones, al elevar a la condición ciudadana a los individuos que pueden participar plenamente en la esfera de las decisiones políticas o «públicas» y que de acuerdo a regulaciones específica se restringe sólo a aquellos que reúnen ciertas características, por ejemplo: la edad o un «expediente» limpio;1 y, finalmente, la ciudadanía social, que aparece en la fase del Estado de bienestar y que, vinculada a la dimensión civil, otorga a todos los miembros del Estado nacional, un conjunto de beneficios sociales como el acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, etc (p. 13).
Este tipo de ciudadanías expuestas por Rengillo evidencian logros de las luchas y de los procesos democráticos que han permitido la generación de ambientes para las personas que se identifican desde la relación estado-territorio, sin embargo y a la luz de estas miradas, ¿Qué tipo de ciudadanías se vienen tejiendo en Medellín? ¿Qué concepciones han construido los y las jóvenes frente su actuar y hacer como seres humanos y sujetos políticos? ¿Qué comprensiones han generado frente a la política y a las formas de actuar y de administrar de los gobiernos locales? Estas preguntas no serán respondidas en este artículo, pero dejan abierta la discusión sobre las configuraciones que viene desarrollando una población que enfrenta nuevos desafíos, los cuales no son solo locales, también responden a una dimensión de la globalidad, por ende, los paradigmas establecidos sobre la juventud no corresponden a los contextos que actualmente se movilizan en
esta población. “... esto implica un cambio de paradigma sobre la concepción que tenemos acerca de la juventud, pues hay que entender que por el simple hecho de haber nacido, se es un sujeto con dignidad humana al cual se le deben garantizar sus derechos y esto convierte a los jóvenes en ciudadanos con capacidad de pensar, decidir y actuar” (MELC 2015-2018.p. 30) Este tipo de planteamientos fueron establecidos en Medellín en la Cabeza en su documento técnico, en el que se permite entrever como los programas dirigidos hacia esta población deben realizar lecturas actualizadas para poder desarrollar propuestas que vayan acordes a los imaginarios de ellos.
Dentro de las dinámicas de ciudad se proyectan las necesidades de cada población que interactúa en el territorio, es así como las diferentes administraciones gubernamentales de Medellín se han venido pensando desde sus planes de desarrollo para resolver las necesidades de la niñez, la juventud, los adultos y de otras poblaciones. En el plan de gobierno de Gaviria (2012-2015) se instauró en el Plan de Desarrollo el concepto curso de vida, en el cual los planes de gobierno y los programas debían estar pensados para atender a la población desde el momento de su nacimiento hasta la vejez, garantizando la atención durante el ciclo de vida de los medellinenses, esta concepción también garantizó que la ciudad fuera pensada como un ecosistema, en el que sus instituciones estaban interconectadas y establecían relaciones que permitían de una manera más fluida la atención y el acompañamiento al ciudadano.
Esta nueva concepción sobre la planificación de la ciudad permitió a las secretarías que ejecutan los programas y proyectos, pensarse como centralidad el ciudadano y desde ahí la dinámica de conocerlo, saber quién es el sujeto para ofrecer programas acordes a las necesidades y condiciones que de quienes habitan la ciudad. Esta mirada también permitió pensarse los proyectos con enfoque poblacional, dando más fuerza a las secretarías y unidades como la de niñez, juventud, mujer las cuales han tomado mayor fuerza en las últimas administraciones.
“El 90% de nuestro tiempo lo pasamos encerrados, 5% en vehículos y el 5% restante al aire libre. Las pantallas de televisores, computadores y celulares son nuestro principal medio para consumir cultura... para conocer historias. Encontrarse en la calle con otros y conversar con ellos también hace que buenas historias ocurran: las historias propias” (Documento Técnico Medellín en la Cabeza 2015, p. 104).
La secretaría de Juventud de Medellín en la Administración de Aníbal Gaviria (2012-2015), se permitió una mirada que no solo bordea la lógica de costo – beneficio, además de que generara a través del programa de Medellín en la Cabeza, la posibilidad de que los jóvenes puedan romper barreras invisibles, no solo son aquellas que configuran los actores armados sino aquellas que también desde los imaginarios sociales se instauran en la población juvenil. El programa se diseñó para todos los jóvenes independientemente de su estrato socioeconómico, su nivel cultural, gustos o posturas políticas; fue pensado para que los jóvenes de los diferentes lugares y comunas de Medellín pudieran acceder desde otra perspectiva a la ciudad.
“A mí lo que me hizo quedar en Medellín en la cabeza es eso, como ir a esos lugares, cambiar imaginarios y también sentirme segura, porque eso generaba, los recorridos generaban eso, sentirse segura, sentirse como “estoy de paseo pero a la vez no” porque es que no era una simple guianza, “ay! aquí murió y vivió tal persona” no, sino como que realmente uno conocía de cierta forma la forma de vida de ese barrio, la esencia de ese barrio”. [(Entrevista a Yésica Ruiz, participante de Medellín en la Cabeza. Nov 2019).
Aunque desde los años 90 del siglo pasado se han venido consolidando procesos en los cuales la participación juvenil ha tenido el territorio como su escenario, es claro que las dinámicas del conflicto y las intervenciones de los grupos armados han generado fragmentaciones en la ciudad, dejando que las generaciones juveniles solo vean su barrio o su comuna como lugar para su actuación cuando no han sido silenciados por los mismos grupos. Cada generación ha dejado una historia en el territorio, historias que se han venido cruzando, y que han posibilitado abrir caminos a las generaciones actuales. No en vano los mediadores que participan en Medellín en la Cabeza fueron jóvenes que lideraron procesos sociales, comunitarios, artísticos y políticos hace 20 años y que ahora como adultos desarrollan trabajos que permiten la cercanía de los jóvenes a las temáticas y a las problemáticas que no son ajenas a sus realidades. (Cortés M. 2015):
De lo anterior parece entonces emerger un panorama político y público que integra las nuevas ciudadanías, que parecen trascender las tradicionales demandas socioeconómicas, e instalarse en nuevas formas de organización social que pretenden promover la implementación de un proyecto de construcción democrática
y de transformación social que integre las dimensiones política y cultural, que incorpore nuevas características en las subjetividades sociales, así como nuevos tipos de derechos, dentro de los que aparecen la diferencia y la equidad (Dagnino, 2005). (p. 222).
Es así como las generaciones precedentes abren caminos, pero son las juventudes actuales quienes trazan otras formas de relacionamiento con el estado, la sociedad y las organizaciones que la componen, definiendo sus formas de interactuar y de aparecer o retraerse de la vida pública, permitiendo la diferenciación entre los límites de lo privado, lo público y lo íntimo. Las ciudanías actuales no buscan el reconocimiento del estado o la protección de este, ellos se establecen en otra condición que les permite ponerse en actitud diferencial, rompiendo con algunos límites que se tenían establecidos en la relación ciudadano-estado y creando otras conversaciones en las cuales el mundo de la cotidianidad, lo privado y lo efímero hace parte de estas ciudadanías que se construyen en el día a día. (p. 16. Jiménez G; ML 2016).
Es importante resaltar como la generación de los 90 del siglo pasado, establece una ruta diferencial para trabajar con la población juvenil, la cual está referenciada ante una escucha más abierta para comprender las nuevas generaciones, esto ha posibilitado como ya se ha planteado anteriormente, que los programas para la juventud sean construidos con ellos generando un diálogo intergeneracional y más horizontal. Finalmente, el encuentro entre institucionalidad y mundo juvenil devela como las institucionalidades son construidas por sujetos actuantes que desarrollan estilos de pensamiento que inciden en la manera de proyectar desde lo público el quehacer en la ciudad.
1. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Realizar estudios que permitan evidenciar la relación sociedadestado son pertinentes para comprender las dinámicas que se generan al interior de un territorio, teniendo en cuenta que de acuerdo a la constitución de 1991, la base principal para el ejercicio de los derechos es la municipalidad y desde ahí la importancia que la población interactúe con los gobiernos locales para generar alternativas de desarrollo adecuadas que permitan tanto el ejercicio de la soberanía individual como colectiva.
Es innegable como lo afirma Bolis (2016) que cada día el estado pierde legitimidad entre los ciudadanos/as y que esta pérdida conllevará cambios sustanciales de esta figura y de la distribución de sus poderes, sin embargo son las ciudadanías quienes con otros actores deberán asumir acciones frente a los cambios que se presenten, para seguir sosteniendo o reinventando el contrato social como carta de navegación al interior de la sociedad, y de ahí lo más importante es sostener la condición de soberanía la cual no se puede seguir desvaneciendo bajo los intereses privados o de las multinacionales.
De ahí la importancia de la formación juvenil en el ámbito de la política y de la apropiación territorial, como posibilidad para seguir generando un tejido comunitario que posibilite el cuidado desde la colectividad y no se sigan generando fragmentaciones que solo llevarían a condiciones caóticas dentro del territorio.
La posibilidad de generar estrategias que permitan el reconocimiento entre los habitantes y la capacidad de conjurar acciones que posibiliten cada vez más una responsabilidad con lo público, fortaleciendo los mecanismos democráticos con los cuales se hace una apuesta más definida desde el año de 1991, reconociendo a Colombia como un estado social de derecho y por lo tanto a la sociedad, la familia y al estado como las instituciones que sustentan este modelo.
Generar programas desde la gobernabilidad que permitan la reflexión sobre la ciudad, el encuentro con la diversidad y la posibilidad de reestablecer tejidos son procesos esperanzadores que permiten la generación de canales entre el estado y la sociedad, permitiendo acortar brechas para mejorar las condiciones de vida desde los procesos que generen dignidad en sus habitantes y transeúntes.
Así lo afirma la secretaría de juventud en su documento técnico de Medellín en la cabeza (2015): “No nos cansaremos de repetir que un joven que conoce su territorio adquiere herramientas para transformar su realidad y la de su contexto. El reto, entonces, que tenemos como sociedad es salir a callejear, ampliar sus universos de posibilidades para la toma de decisiones, promover nuevas formas para su relacionamiento con el entorno, con otros espacios y personas. (p. 16-17).
Invertir en procesos de formación ciudadana desde lo público, son decisiones políticas que evidencian la soberanía de los sujetos que
administran el territorio, este tipo de procesos que generan capital social garantizan avances en la formación de nuevos liderazgos que comprendan las dinámicas territoriales y por ende pueden tomar decisiones acertadas para la administración de lo público, lo que es de todos. Es necesario insistir que el estado no es una propiedad de unos pocos y que las condiciones en las cuales se encuentra la ciudad recaen sobre las decisiones políticas que ha tomado cada servidor público y por ende en las ciudadanías que eligen a estos representantes.
Las tensiones entre sociedad y estado hacen parte de la dinámica democrática, pero estas son más asertivas para este cuando se cuenta con ciudadanos formados que no se movilizan desde el estado de opinión sino desde la argumentación crítica, permitiendo establecer diferentes estrategias para llegar a nuevos acuerdos y relacionamientos.
Finalmente la investigación deja puertas abiertas para que se pueda seguir profundizado frente a este tipo de relaciones: estado, sociedad y juventud y para que se pueda seguir identificando y comprendiendo las posibilidades que genera la educación desde espacios no formales sino alternativos en los cuales los temas que no hacen parte de un currículo son los que posibilitan el encuentro con el otro, aprender desde el sentido, el cuerpo y la movilidad en la cual la ciudad es un escenario para el aprendizaje y la enseñanza.
Referencias
Alcaldía de Medellín. Secretaria de Juventud. Medellín en la cabeza. Documento Técnico 2015.
Alcaldía de Medellín. Secretaria de Juventud. Documento síntesis MELC 2015-2018.
Bolis, Josefina. Jóvenes y soberanía hegemonía, discursos y trayectorias hacia la emancipación / Josefina Bolis; dirigido por Andrea Varela y Rodrigo Aramendi.–1a ed.–La Plata: Universidad Nacional de La Plata, 2015.
Cortés Millán, G.A. La emergencia de la ciudadanía juvenil. Resistencias, paradojas y tensiones en contextos urbanos contemporáneos. Hallazgos, 13(25), 2016, pp. 217-232 (doi: http:// dx.doi.org/10.15332/s1794-3841.2016.0025.10).
De Mattos, Carlos A. y Link, Felipe D Lefebvre revisitado: capitalismo, vida cotidiana y el derecho a la ciudad / Editores: Carlos A. de Mattos y Felipe Link –– Santiago: RIL editores–Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC, 2015.
Echeverría Ramírez, M. C. y Rincón Patiño, A. Ciudad de Territorialidades–Polémicas de Medellín / María Clara Echeverría R. y Análida Rincón P. – Medellín: Centro de Estudios del Hábitat Popular; Universidad Nacional de Colombia, 2000.
Jiménez Guzmán; M L (coord.). Jóvenes en movimiento en el mundo globalizado /. —Primera edición. México, D.F.: D.R. Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, delegación Coyoacán, 04510, 2016.
Mariani R. Democracia/Estado/Ciudadanía: Hacia un Estado de y para la Democracia en América Latina / Coordinado por– Lima: Sede PNUD Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo–PNUD, 2007, Lima 18, Perú, 2007. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Estados Unidos de América. Copias electrónicas de esta publicación pueden accederse en: www. democracia.undp.org
Mouffe, C. En torno a lo político. Buenos Aires: FCE, 2007.
Ortega Valcarcel, J. Los Horizontes de la Geografia: Teoría De La Geografia. Barcelona: Ariel, 2000.
Peñafiel-Mora, M., Peralta-Peñaloza, C. y Salazar-Guamán, X. “Lectura espacial del derecho a la ciudad. El caso de Cuenca, Ecuador”. La Nueva Agenda Urbana”. Bitácora Urbano Territorial, 30 (1), 2019, pp. 61-74 https://doi.org/10.15446/bitacora. v30n1.82583.
Reguillo, R. Revista Ultima Década Nº 19, Cidpa Viña Del Mar, Noviembre 2003, pp. 11-30.
Diagnóstico de la cultura emprendedora e innovadora de la Institución
Colegio Mayor de Antioquia
Natalia Meneses Carvajal1
Diana María Lopera Montoya2
Alejandro Arango Correa3
Juliana María R amírez Monsalve4 Maria Tatiana Giraldo Morales5
Resumen
Revisarse, auto-conocerse, reflexionarse, identificar fortalezas y oportunidades de mejora, permite establecer rutas, planes, métodos y alternativas de solución para lograr el objetivo propuesto, que para el caso de este resultado de investigación, en la Institución
1 Magíster en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos, Docente Ocasional Tiempo Completo, Facultad de Ciencias Sociales, Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. natalia.meneses@colmayor.edu.co.
2 Magíster, docente de planta adscrita a la facultad de ciencias sociales Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. diana.lopera@colmayor.edu.co.
3 Magíster en gestión de la innovación tecnológica, cooperación y desarrollo regional, docente ocasional coordinador de innovación y transferencia tecnológica de la facultad de ciencias de la salud en el programa de Biotecnología. alejandro. arango@colmayor.edu.co
4 Magíster en ingeniería agroindustrial, docente ocasional, coordinadora de la unidad de emprendimiento, Facultad de administración. Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. juliana.ramirez@colmayor.edu.co
5 Profesional en planeación y desarrollo social de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, auxiliar de investigación del proyecto. mariatatianagirmor@ gmail.com
Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, en adelante, IUMA, es el fortalecimiento de los procesos académicos de enseñanza aprendizaje a través del desarrollo formativo en temas como el emprendimiento y la innovación.
Por lo tanto, en este escrito se evidencia la voz de la comunidad académica en esta área temática, de tal forma, que como actores involucrados en los procesos misionales de docencia, investigación, extensión y proyección social, perciben y reconocen las acciones adelantadas en la institución, relacionadas con el emprendimiento y la innovación. Igualmente se presenta un acercamiento a las instituciones de educación superior adscritas al municipio de Medellín desde una perspectiva comparativa y complementaria al ejercicio investigativo en estrategias enmarcadas bajo la Ley de Emprendimiento 1014 de 2006.
Palabras clave: emprendimiento, innovación, desarrollo, educación.
Introducción
La sociedad a lo largo de la historia, ha estado en la búsqueda permanente de generar desarrollo; concepto que ha pasado por perspectivas enfocadas al crecimiento económico, hasta hablarse de un desarrollo que tiene en cuenta aspectos como el ser humano, lo ambiental, la sostenibilidad, entre otros. Colombia, y específicamente la ciudad de Medellín, no escapa a esas intenciones de generar desarrollo en su territorio, buscando estrategias que minimicen sus índices de desigualdad, pobreza y desempleo (Vicens y Grullón, 2011).
Desde el año 2004 aproximadamente, las administraciones municipales empezaron a promover programas y proyectos de emprendimiento, y dos años más tarde se crea la Ley 1014 de fomento a la cultura emprendedora, la cual pretende implementarse en los modelos educativos de las instituciones educativas del país. En el año 2010, el término de innovación social toma fuerza con la Agencia Nacional de la Extrema Pobreza (ANSPE). Así entonces, Medellín, por sus iniciativas frente a la idea de progreso, viene siendo reconocida a nivel nacional y mundial, como una ciudad innovadora y emprendedora, sin embargo, también en su contraste, es una de las ciudades identificadas por sus índices de desigualdad, pobreza y violencia, y es ahí que esas disparidades, son el foco y la oportunidad para que la innovación
social aporte a la mitigación de dicha problemática (Lagunes, Solano, Herrera, San Martín y González, 2014).
Por lo tanto, Medellín en los últimos años a través de sus planes de desarrollo municipal, ejecuta estrategias enmarcadas en el emprendimiento y la innovación con el fin de generar desarrollo socioeconómico que impacte diferentes sectores de la región e incluso del país. Es así que, en el año 2014, la IUCMA construye de manera colectiva la política de innovación y emprendimiento, la cual continúa en su proceso de implementación liderado por Ruta N, y es ahí donde el sector académico, desde sus postulados misionales, deben aportar a generar desarrollo y sobre todo mejores condiciones para la sociedad (Ruta N, 2014).
Dado lo anterior y en concordancia con lo estipulado en la Ley 1014 de 2006, la IUCMA plantea en su Proyecto Educativo Institucional, PEI. (p. 19), lo siguiente:
Medellín es una ciudad reconocida por promover desde los planes de desarrollo y las políticas públicas, procesos de emprendimiento, innovación, estrategia clúster y acceso a la educación superior, a través de las instituciones públicas adscritas al municipio, entre ellas IUCMA, que se adhiere, incorporando en su misión tales elementos en pro de mejorar los procesos formativos y atender la demanda del sector productivo y la sociedad (Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, 2017).
En consecuencia, al interior de la Institución se identifican algunas acciones relacionadas con el emprendimiento y la innovación, que pretenden generar en la comunidad académica interés y competencias en este tema, sin embargo, existe desarticulación entre ellas e incluso falta de formalización y difusión, tales como, lineamientos en las prácticas de emprendimiento, unidad de emprendimiento, grupos de investigación o equipos de trabajo que profundicen y lideren estos procesos, eventos y alianzas estratégicas, cátedras abiertas o de los planes de estudio de los programas académicos ofrecidos.
En este sentido, el objeto de estudio de la investigación, fue analizar la cultura emprendedora e innovadora de la IUCMA, desde la mirada de sus ejes misionales: docencia; investigación; extensión y proyección social, bajo una perspectiva metodológica cualitativa, descriptiva y exploratoria. Para la recolección de información se implementaron
las siguientes técnicas: revisión documental, observación participante, encuestas a la comunidad académica, entrevistas semiestructuradas a los líderes de emprendimiento e innovación de las instituciones adscritas al municipio de Medellín, la IUCMA, Institución Universitaria Pascual Bravo, en adelante IUPB y el Instituto Tecnológico Metropolitano, en adelante ITM.
1. DESARROLLO Y DISCUSIÓN
En el marco de este capítulo y por ende en la investigación desarrollada, se abordaron los conceptos de emprendimiento e innovación, como categorías relevantes para contrastar y reflexionar los resultados del trabajo de campo.
Según la Ley 1014/2006 se contemplan las siguientes definiciones al respecto:
• Emprendedor: Es una persona con capacidad de innovar; entendida esta como la capacidad de generar bienes y servicios de una forma creativa, metódica, ética, responsable y efectiva.
• Emprendimiento: Una manera de pensar y actuar orientada hacia la creación de riqueza. Es una forma de pensar, razonar y actuar centrada en las oportunidades, planteada con visión global y llevada a cabo mediante un liderazgo equilibrado y la gestión de un riesgo calculado, su resultado es la creación de valor que beneficia a la empresa, la economía y la sociedad.
• Empresarialidad: Despliegue de la capacidad creativa de la persona sobre la realidad que le rodea. Es la capacidad que posee todo ser humano para percibir e interrelacionarse con su entorno, mediando para ello las competencias empresariales.
• Formación para el emprendimiento. La formación para el emprendimiento busca el desarrollo de la cultura del emprendimiento con acciones que buscan entre otros la formación en competencias básicas, competencias laborales, competencias ciudadanas y competencias empresariales dentro del sistema educativo formal y no formal y su articulación con el sector productivo (p. 1).
Como lo indican las definiciones y las apuestas de país, no es gratuito que actualmente se afirme que Colombia y especialmente Medellín sea catalogada como una de las ciudades impulsoras del emprendimiento y de la innovación.
Buitrago (2014) en su artículo, Emprendimiento en Colombia, afirma:
El emprendimiento se convierte en la ruta del desarrollo y el progreso de cualquier sociedad. Qué sería de una sociedad en el mundo actual, si no se crean empresas y negocios; pero, lo más importante es hacer que las ideas emprendedoras se desarrollen, crezcan en el tiempo y se les garantice una viabilidad y un crecimiento en el futuro. Mantener una idea de negocio, requiere de grandes inversiones, de tiempo, de paciencia, de trabajo arduo, de búsqueda de oportunidades y de fortalecimiento, tanto como emprendedores como personas. Todo empieza con un sueño que no se debe quedar en eso: un simple y llano sueño, sino que se debe materializar (p. 9).
El autor enfatiza en lo relevante que resulta que la sociedad en general tenga ideas para emprender, a ello se debe unir la creación de políticas públicas para el fomento y consolidación de los emprendimientos. Así entonces, el emprendimiento, sea social o que abarque otras características busca que las personas gestionen sus iniciativas en pro de un bienestar colectivo o individual, logrando que las sociedades sean más justas y equitativas.
Ahora pasando al concepto de innovación, este ha tenido diversas comprensiones a través de los años como resultado de acontecimientos importantes en la construcción de las sociedades, lo que ha permitido catalogar en la actualidad diferentes tipos de innovación, entre ellas la social. Esto significa que dicho término ha evolucionado y no solo se limita a entender la innovación como un producto tangible en el marco de lo económico, tecnológico y científico, sino que adiciona otra serie de factores que amplían su panorama desde el análisis de los procesos sociales y sus efectos (Howaldt, 2016).
Para Howaldt (2016) la innovación:
Tiene sus inicios y referencia hasta el día de hoy en la publicación de Schumpeter del año 1912 titulada: Theorie der wirtschaftlichen
Entwicklung [Teoría del desarrollo económico] (Schumpeter, 1964), donde se introduce una definición del concepto de innovación. De acuerdo con dicho trabajo, el desarrollo económico se presenta como un proceso permanente de “destrucción creativa”, y lo que estimula esta dinámica, es decir, el origen e impulso de la fluctuación económica, es la innovación en el sentido de la “ejecución de nuevas combinaciones” y del “establecimiento de una nueva función de producción”. (p. 46).
Igualmente Howaldt (2016) afirma que, la investigación sobre innovación en las ciencias sociales está dedicada a:
La relevancia de las condiciones del marco social y al proceso de la innovación, observando esta desde diferentes perspectivas y con diferentes énfasis. El enfoque central está en las precondiciones sociales y en los factores que influyen en pro (predominantemente) de las innovaciones tecnológicas; la correlación entre lo tecnológico y lo social; las innovaciones tecnológicas y sociales; las innovaciones y el desarrollo de las sociedades, y el contexto institucional, y la interacción entre las partes interesadas en el proceso de innovación. (p. 47).
Asimismo, Bonilla y Rojas (2012) coinciden en la referenciación de Schumpeter como precursor del concepto de innovación, entendido como “una secuencia holística e integral en la cual los aspectos económicos y sociales, son más importantes, si cabe, que los científico-tecnológicos” (p. 4). A esto se añade que el proceso y/o producto innovador debe insertarse de manera efectiva en el mercado y en el tejido social a través de procesos productivos y métodos de organización que conlleven a la satisfacción de las necesidades de la sociedad.
Sumado a lo anterior, ambos autores, consideran que la innovación entre los años 1940 y 2012, ha tenido principalmente dos tendencias de abordaje: 1. La innovación centrada en la investigación técnicacientífica como forma de ayudar a la sociedad y 2. La sociedad como objeto de estudio y fuente misma de innovación. Esta premisa es propuesta por los autores a partir del estudio de diferentes hechos históricos que han sido clave para la innovación social; entre ellos la primera revolución industrial y el periodo de posguerra, los cuales ocasionaron la reorganización del medio político, económico y social, a la vez de potenciar la investigación científica, tecnológica y social.
Ahora bien, en este punto es conveniente distinguir que aunque el concepto de innovación social ha tenido variaciones en su noción teórica y no tiene una definición generalizada, distintos autores (Bonilla y Rojas, 2012; Quintero y Cruz, 2011; Hernández, Tirado y Ariza, 2016) coinciden en comprenderla como “las actividades y servicios innovadores que están determinados con el objetivo de satisfacer una necesidad social y que son en su mayoría difundidos a través de organizaciones cuyos objetivos principales son sociales” (Mulgan, 2016, citado por Bonilla y Rojas, 2012, p. 8).
Bajo una corriente similar, Holwaldt (2016), refiere que la innovación social “es una nueva combinación y/o nueva configuración de prácticas sociales en ciertas áreas de acción o de contextos sociales suscitadas por ciertos actores o constelaciones de actores” (p. 5051), donde la intención se centra en responder de la mejor manera a las necesidades y problemas con base en las prácticas establecidas y aquellas que incluyen los procesos innovadores.
Las apreciaciones que brindan Hubert (2011) y Holwaldt (2016) acerca de la innovación, destacan como una de sus principales características es el interés por la satisfacción de las necesidades y problemáticas de la sociedad, y cómo desde allí se pueden generar mejores condiciones de vida y desarrollo en distintas esferas. Ello implica tener en cuenta qué actores intervendrán el proceso, en qué medio u ecosistema se desarrollará, con qué recursos se cuenta y qué rasgos innovadores ofrece la propuesta a ejecutarse.
En este sentido, una breve relación entre emprendimiento e innovación, puede reflejarse en el texto: El Global Entrepreneurship Monitor (GEM) (2010):
La mayoría de los políticos y académicos coinciden en que el espíritu emprendedor es fundamental para el desarrollo y el bienestar de la sociedad. Los emprendedores crean puestos de trabajo. Conducen y le dan forma a la innovación, acelerando los cambios estructurales en la economía. Al introducir nueva competencia, contribuyen indirectamente a la productividad. El espíritu empresarial es pues, un catalizador del crecimiento económico y la competitividad nacional (p. 13).
Así las cosas, las definiciones muestran cómo los procesos de emprendimiento e innovación son necesarios y urgentes en una
sociedad como la nuestra, donde los índices de desigualdad y desempleo son bastante significativos y donde se requiere incentivar y promover ideas que puedan generar cambios reales, por ello la academia cumple un papel protagónico, en tanto, desde sus funciones sustantivas puede canalizar y acercarse a esas problemáticas y propiciar o aportar a la transformación de la sociedad.
Ahora bien, en consecuencia con lo establecido conceptualmente, se traen a colación los hallazgos a partir de las entrevistas realizadas en la institución a algunos docentes que orientan cátedras de emprendimiento, al vicerrector académico, director de extensión y proyección social, la coordinadora de emprendimiento y coordinador de transferencia tecnológica y de conocimiento, donde se pretendía evidenciar factores, prácticas, estrategias y casos desde la docencia, investigación, extensión y proyección social de la Institución, las cuales se relacionan a continuación:
• Desde la Dirección de Investigaciones se trabaja en temas de innovación y transferencia tecnológica de conocimiento, su propósito es que los docentes principalmente los investigadores, aprendan a desenvolverse en los asuntos de propiedad intelectual y creatividad y en la transformación de resultados de investigación en productos y servicios.
• Se ha presentado la oportunidad a estudiantes, semilleristas y docentes investigadores de las diferentes facultades para participar en talleres de sensibilización en Innovación y emprendimiento en alianza con Ruta N.
• Existen buenas relaciones con el ecosistema emprendedor en Latinoamérica, logrando participar de PRODEM (Programa de desarrollo emprendedor), pasantías internacionales de docentes de emprendimiento, participación en eventos académicos nacionales e internacionales de estudiantes y docentes investigadores.
• El 50% de los programas académicos de IUCMA, cuenta con una asignatura enfocada al emprendimiento y la innovación, y para los programas que no cuentan con la asignatura dentro de los pensum académicos, los estudiantes pueden elegir la materia electiva de emprendimiento e innovación en modalidad virtual o presencial como parte de la oferta institucional.
• Tres de las cuatro facultades han tenido experiencias de práctica profesional bajo la modalidad de práctica de emprendimiento, con algunos casos exitosos de productos mínimo viables y modelos de negocios.
• La adjudicación de los locales comerciales al interior de la IUCMA, se realiza bajo un concurso abierto de emprendimiento a toda la comunidad académica para apoyar las iniciativas especialmente de los estudiantes.
• Desde extensión y proyección social, existen programas que fomentan la cultura del emprendimiento, por ejemplo, el contrato víctimas tiene un componente de auto sostenibilidad, el cual ha arrojado algunos emprendimientos de seguridad alimentaria en las comunidades beneficiadas del mismo. También el proyecto de mujeres víctimas del conflicto armado, quienes se han presentado, en diferentes eventos, entre ellos, Colombiamoda, Colombiatex y otras. Cabe resaltar que, en el año 2018, en colaboración con la Agencia de Educación Superior Sapiencia– se firmó un convenio interadministrativo para formar a estudiantes becados de Medellín en Emprendimiento e innovación en modalidad virtual. La iniciativa permitió formar a más de 1.000 estudiantes de las Instituciones de Educación Superior adscritas al Municipio de Medellín.
• Se cuenta con dos docentes ocasionales, que orientan a estudiantes y egresados en temas de emprendimiento, innovación y transferencia tecnológica.
Sin embargo, frente a las acciones anteriormente ilustradas, estas aún son pocas para fomentar la cultura emprendedora e innovadora esperada por la comunidad académica, por tanto los entrevistados encuentran algunas falencias, que se enuncian a continuación:
• No se tienen constituidos grupos o semilleros de investigación encaminados a la generación conocimiento en temas relacionados con el emprendimiento e innovación, y en este sentido, la universidad tiene un compromiso ineludible con sus estudiantes.
• Para el acompañamiento de los procesos de prácticas en la modalidad de emprendimiento, es necesario el apoyo de más
personal docente experto en el tema específico a desarrollar en la idea de negocio.
• Se requiere un conjunto de acciones colectivas que involucran a los docentes como parte esencial de este proceso formativo, ya que son multiplicadores y promotores de la cultura emprendedora e innovadora y por ende se precisa de su participación activa, en ese sentido.
• Es importante generar espacios donde se fomenten proyectos y se asignen recursos para promoverlos o materializarlos, como ideas de negocio o emprendimientos, en vista de que son pocos los casos o experiencias exitosas y hasta el momento no se cuenta con un presupuesto destinado específicamente para estas funciones.
• En cuanto a extensión y proyección social, desde el área de convenios y contratos, se halla que existen limitaciones a la hora de apoyar iniciativas de emprendimiento e innovación, ya que el tema de la contratación es limitado y no atiende a las necesidades de las comunidades beneficiarias.
Se resalta entre este mismo grupo de entrevistados, la importancia de llevar a cabo la ejecución del acuerdo institucional sobre emprendimiento e innovación (Consejo Directivo, acuerdo 010 de 2015), donde se expresa la necesidad de contar con una unidad de emprendimiento bajo la orientación de personal especializado en orientar las diferentes actividades que puedan desarrollarse a partir de la oferta académica desde los diferentes ejes misionales.
• Diseñar una estrategia de retos de innovación y emprendimiento dentro de la universidad, donde la comunidad académica conformada por estudiantes, docentes, administrativos, sean quienes solucionen el día a día para mejorar la competitividad de la institución.
• Caracterizar y segmentar los emprendimientos que la comunidad académica presenta, motivando la realización de convocatorias internas o en vínculo con aliados, además para formar parte de un club de emprendimiento, donde confluyan las ideas y se direccionen los acompañamientos requeridos
para el fortalecimiento permanente, entre ellos formación que aborde cómo superar la frustración, los fracasos y el manejo financiero del negocio.
• Conformar un grupo de docentes asesores-consultores con relación permanente con el sector productivo, fortaleciendo la relación universidad-empresa-sociedad a partir de los emprendimientos e innovaciones de la comunidad académica, articulando además los procesos académicos con las agendas de emprendimiento de la ciudad y el país. Sumado a esto, proyectar la realización de estudios prospectivos de conocimiento en esta área y en esa medida, crear grupos y/o líneas de investigación con este enfoque.
• Del mismo modo, para ampliar los resultados del diagnóstico anterior, se realiza una encuesta en la institución entre el 03 y 16 de febrero del año 2020, con la participación de 119 integrantes de la comunidad académica, donde el 95% son estudiantes, el 3% egresados, el 1% de docentes y 1% de personal administrativo, que contó con doce (12) preguntas cerradas y tres (3) preguntas abiertas para profundizar en el análisis de la importancia del emprendimiento y la innovación en los programas académicos y la trayectoria a futuro del profesional de la IUCMA.
Dentro de los principales hallazgos relevantes de la encuesta se encuentra que el 64.7% de los estudiantes, consideran que los docentes de la Institución tienen el conocimiento teórico y práctico sobre emprendimiento e innovación, esto a pesar de que en la Institución falta una unidad fortalecida y personal que acompañe y capacite constantemente a los emprendedores.
Se identifica que en la IUCMA las actividades en emprendimiento e innovación, son poco reconocidas por la comunidad académica, según lo que demuestra el 39.5 % de las personas que afirman sentirse indiferentes ante las mismas y un 31.9 % que dice sentirse relativamente satisfechos.
Con respecto a las estrategias de promoción de la cultura emprendedora e innovadora que implementa la Institución, se observa
en la siguiente figura que el 39.5 % de las personas señalan que éstas son regulares y el 31.9 % indica que es buena.
Gráfico 1: Promoción de la cultura emprendedora e innovadora
Fuente: elaboración propia
En ese orden de ideas, también existe un desconocimiento generalizado acerca de la política de emprendimiento que actualmente tiene en la institución, dado que un 77.3 % de los encuestados dice no conocerla y un 22.7 % dice que sí, por tanto, se hace necesario llevar a cabo procesos de visibilización de dicha política a través de los espacios hoy existentes en la oferta académica y en los canales de comunicación hacia diferentes actores de la comunidad.
Frente a lo anterior, es de anotar que el 59.7% de los estudiantes, exponen que en el transcurso de su carrera han recibido algún tipo de información sobre emprendimiento e innovación, en su gran mayoría a través de alguna asignatura del pensum, seguido de eventos académicos cortos, materias electivas, cátedra abierta o asesorías ofertadas, por lo cual se requiere intencionar fuertemente estas y otras acciones formativas y de ciudad que fortalezcan la visibilización de las ideas emprendedoras e innovadoras en la institución. En el siguiente gráfico se muestran los resultados relacionados con las acciones descritas.
Gráfico 2: Acciones en emprendimiento e innovación
Fuente: elaboración propia
Asimismo, el 60.5% opina que el currículo académico promueve en los estudiantes una cultura emprendedora e innovadora por medio de los docentes que a su vez son emprendedores y a través de su experiencia validan y orientan sus ideas, además resaltan que existen algunas asignaturas diferentes a las de emprendimiento, que permiten desarrollar ideas innovadoras y de negocio. Sin embargo, este mismo grupo de personas, sugieren más proyectos de aula, metodologías, actividades, ferias y eventos para que se inicie un desarrollo de la cultura emprendedora desde los primeros niveles en los diferentes programas académicos con el fin de ir madurando su proyecto en el proceso formativo.
En este sentido, la siguiente figura, evidencia que el 53.8% de las personas dicen que el programa al que está inscrito, debería realizar mejoras o modificaciones en las renovaciones curriculares para incorporar temas de emprendimiento e innovación y desde las estrategias pedagógicas de enseñanza-aprendizaje incorporar acciones relacionadas con este tema tales como foros, conversatorios, talleres, cursos, diplomados, proyectos de investigación, ferias, exposiciones que pueden ser una oportunidad de negocio, participación en eventos de ciudad y en redes de emprendimiento en diferentes escalas territoriales.
Gráfico 3: Cambios en el currículo
Fuente: Elaboración propia
Lo anterior, porque expresan que tienen una idea de emprendimiento en diferentes sectores productivos como: turismo, alimentos, gestión y procesos ambientales, corporaciones sin ánimo de lucro, desarrollos tecnológicos, servicios arquitectónicos y de construcción, servicios de salud y/o biotecnológicos, bioinsumos para el sector agro, entre otros. Además, el 96.6% consideran que, al generar ciertas competencias empresariales, como lo es el pensamiento lógico, la creatividad, la lectura y el pensamiento crítico, la orientación hacia la oportunidad y temas de emprendimiento en general, lograrán fortalecer su vida profesional y académica.
Es de recordar, que al final de la encuesta se dejó la posibilidad de dar opiniones y/o aportes para consolidar estrategias y actividades para fomentar una cultura emprendedora e innovadora. La siguiente figura, presenta dichos resultados donde se resaltan propuestas como: promover en los miembros de la comunidad académica actitudes emprendedoras; generar espacios de coworking; incentivar a la pequeña y mediana empresa con talleres y asesorías; seminarios y ferias Institucionales, charlas, capacitaciones y bazares; constituir una unidad y un club de emprendimiento; asignación de tutores expertos en temas de emprendimiento para acompañamiento permanente en las ideas de negocio de los estudiantes; visitar emprendimientos que ya han emergido en el mercado para motivar y fomentar dicha cultura; gestionar ayuda gubernamental de inversión y lograr un mayor acercamiento docente-estudiante.
2. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Se evidencia la necesidad inminente de la IUCMA, de alcanzar una transformación en las estrategias, acciones y herramientas llevadas a cabo para fomentar la cultura emprendedora e innovadora en la comunidad académica, en tanto, que ésta es indispensable para enfrentar las demandas y necesidades que actualmente se encuentran en los diferentes contextos a nivel local, nacional e internacional.
La innovación y el emprendimiento son procesos que deben ser prioritarios en las políticas, planes y proyectos, tanto de la ciudad como de la academia, así como del sector productivo, una triada que se debe seguir promoviendo de cara a la urgencia de impactar a las problemáticas reales de la sociedad.
La academia como responsable de la formación de la sociedad, tendrá que abrir sus puertas, en el sentido de generar un diálogo horizontal y permanente con las comunidades donde se requieren aportes significativos a sus necesidades y problemáticas, la academia hoy requiere de pertinencia social, y solo la logrará, si es capaz de aportar a la resolución de problemas, para ello la innovación y el emprendimiento juegan un papel fundamental.
El ejercicio de autodiagnosticarnos como institución, nos permite identificar debilidades que desde las funciones sustantivas en términos de la formación y promoción del emprendimiento se tienen, pero a su vez, se resalta la importancia, el reto y la oportunidad que los resultados nos muestran para incorporar estrategias propias y en alianza con otros actores locales con el fin de ser parte de la tendencia mundial con la oferta de programas innovadores, alternativos y de calidad.
Los datos suministrados por los encuestados no tienen una representación estadística de la comunidad académica. Sin embargo, se puede utilizar de nuevo el diagnóstico para capturar mayor información y realizar un análisis estadístico de las respuestas. Para esta investigación la información fue pertinente y se relaciona con lo descrito en las entrevistas.
A partir de los hallazgos evidenciados en la información recolectada en la IUCMA, se puede construir una ruta de estrategias a corto, mediano y largo plazo mediante la metodología ágiles como el Roadmap, inclusive, se puede diseñar estrategias y programas en
concordancia con el Proyecto Educativo Institucional, el Plan de Desarrollo del Municipio de Medellín, Las Instituciones de Educación Superior adscritas al Municipio de Medellín y la Agencia para la Educación Superior- SAPIENCIA-.
Referencias
Bluckland, H y Murillo, D. Conceptos y tendencias de la innovación social. La innovación social en América Latina. Instituto de Innovación Social de ESADE y Fondo Multilateral de Inversiones (Banco Interamericano de Desarrollo), 2014, pp. 6-34.
Bonilla, R. y Rojas, A. Una revisión de las tendencias en investigación sobre la innovación social: 1940 – 2012 (Tesis de especialización, Universidad Militar Nueva Granada). 2012. Recuperado de https:// goo.gl/vTZTM9
Buitrago, J. Emprendimiento en Colombia, Administración y Desarrollo, vol. 43, No 59, 2014.
Howaldt, J. La innovación social: hacia un nuevo paradigma de innovación. En Domanski, Monge, Quitiaquez y Rocha. (Ed). Innovación social en América Latina. Bogotá, Colombia: Centro Editorial UNIMINUTO, 2016, pp. 43-69.
Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Proyecto Educativo Institucional . 2017, pp. 8-90. Http://Www. Colmayor.Edu.Co/Archivos/Proyecto_educativo_ institucion_ h4kndst.Pdf, 8–90.
Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia. Acuerdo 010 de 2015. Política de emprendimiento IUCMA. 2015.
Lagunes, L. A., Solano, F. R. E., Herrera, M., San Martín, J. M., & González, L. A. Innovación y emprendimiento a la luz del contexto Latinoamericano. Guía de mejores prácticas para el impulso de la actividad emprendedora basada en la innovación. Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración–CLADEA. 2014.
Quintero, J. y Cruz, J. Innovación social: un análisis de conceptos, etapas y modelos. 2011. Recuperado de https://goo.gl/gs2tdy
Ruta N. Qué es Innovación y cuál es su Impacto Socio-Económico. Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación de Medellín (Plan CT+i). 2014. Retrieved from https://www.rutanmedellin.org//images/ programas/documentos/anexo1_Innovacion_e_impacto_socio_ economico.pdf
Senado de la República de Colombia. LEY 1014 DE 2006: Ley del Empresarismo. De fomento a la cultura del emprendimiento.
Vicens, L., & Grullón, S. Innovación y emprendimiento: Un modelo basado en el desarrollo del emprendedor. V Foro de Competitividad de Las Américas Para El Banco Interamericano de Desarrollo y El Compete Caribbean, 29. 2011.
Esta obra se terminó de imprimir en el mes de septiembre de 2022 en los talleres gráficos de Grupo Editorial Ibáñez Cra. 69 Bis No. 36-20 Sur Tels: 2300731 - 2386035 Bogotá D.C. - Colombia
libro
ofrece a la
interdisciplinar sobre
el objeto de formación del pregrado en Planeación y desarrollo social de la facultad de Ciencias Sociales y Educación de la Institución Universitaria Colegio mayor
En primer lugar,
desde las ciencias sociales
para el desarrollo social. En segundo lugar,
a propósito de
las organizaciones desde una perspectivasocial.Entercerlugar,aportesparacomprender Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), Ciudadanía juvenil y cultura emprendedora. Esperamos con esta iniciativa académica liderada por el Grupo de Investigación en Planeación, Desarrollo y Educación PLAND + E, abrir espacios de diálogo y reflexión en el marco de las cienciassociales, paraenriquecerelejercicioprofesionalde losegresadosdelprogramaseñaladoanteriormente.