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Hombres Tejedores

Moda y Actualidad

15 de Octubre de 2015

Apuntate a la moda del Crossfit

ohnny JDepp

Consejos

para elegir el ancho de corbata mรกs adecuado

Ante todo un

Apasionado 1


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Fundador María Camila Herrera S. Dirección General Jeimy J. Cano Martínez Consejo de Redacción Francisco Rueda F. Julio López M. María Esperanza Potes L. Gabriela Sánchez A. Manuel Dávila S. Andrés Ricardo Almanza J. Diego Fernando Marín S. Emir Hernando Pernet C. Fabio Augusto González O. Editor Técnico Emir Hernando Pernet Carrillo Editora Sara Gallardo M. Junta Directiva ACIS Directora Ejecutiva Beatriz E. Caicedo R.

Johnny Depp : Ante todo un apasionado

Nunca subestimes la importancia de los calcetines

Cortes de cabello de moda para hombres

Diseño y diagramación Bruce Garavito Calle 93 No.13-32 Of. 102

Apúntate a la moda del Crossfit

Consejos para elegir el anchro de corbata más adecuado

Hombres Tejedores

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Es quizás uno de los actores más versátiles de su época en Hollywood 6


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l cumplir doce años su madre le regaló una guitarra. Johnny encontró en ella tal obsesión que a los dieciséis años decidió dejar los estudios para dedicarse de lleno a la música. Formó parte de una banda, The Kids, que llegaron a ser teloneros de rockeros tan emblemáticos como Iggy Pop. El grupo se trasladó a Los Ángeles. Creyeron que allí sus ambiciones musicales tendrían más salidas. Sin embargo, no fue así. Todo pareció cambiar de rumbo cuando su primera mujer, Lori Allison, una maquilladora de estrellas, le presentó a Nicolas Cage. Aunque en un principio sus carácteres chocaron, terminaron haciéndose buenos amigos. Tanto que Nicolas Cage recomendó a Johnny iniciarse en el mundo del cine. Su primer cásting fue para el filme de Wes Craven, Pesadilla en Elm Street.

1990 a 1993, Winona Ryder. Desde ese momento, muchos de directores más personales de la industria cinematográfica vieron en él un actor serio y con tal carisma que traspasaba la pantalla. A John Waters y Tim Burton habría que añadir a Emir Kusturica, Jim Jarmush, Lasse Hallström o Terry Gilliam.

Versatil, mágico, amigo de No contento con polo minoritario, seductor nerse frente a la cámara, en 1997 dede mayorías, músico, estrella, cidió ponerse tras ella y filmó la más padre... Johnny Depp conquista que aceptable The Brave. En el celuloide siempre con una luz en ella contó con la mirada que habla del gusto por la la actuación de una de las pervida y sus lecciones. Un actor que sonas que más le han influido recomienza su carrera en cada dentro del Séptimo Arte, nada nuevo papel. Porque Johnny menos que el gran Marlon Brando. Depp ante todo es un En el amor, Johnny ha teapasionado.

FAquel primer papel no pareció satisfacerle pero, sin embargo, el camino estaba abierto. En 1990, seis años después de aquella primera incursión, el polémico y genial John Waters le dio una oportunidad con la disparatada Cry Baby en la que interpretaba a un adolescente apodado El Lágrima. Pero, tal vez, el gran trampolín que le hizo convertirse en una de las estrellas más respetadas de Hollywood se lo facilitó su amigo, el director Tim Burton. Eduardo Manostijeras se convirtió en una bella fábula de amor y amistad, en la que compartía protagonismo con la que sería su pareja de

nido sus encantos y tragedias. Se casó con apenas veinte años con Lori Allison; después mantuvo la ya citada relación con Winona Ryder y también con Kate Moss. En la actualidad ha encontrado la estabilidad junto a la cantante y actriz Vanessa Paradis. El 27 de mayo de 1999 nació su primera hija, Lily Depp.

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a un hospital de ni単os en

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aracterizado como el pirata Jack Sparrow, el actor se fotografió junto a los pequeños que allí permanecen internados

Johnny Depp se encuentra en Australia filmando la quinta entrega de la saga Piratas del Caribe. Y, en uno de los ratos libres que le dejó el rodaje, decidió llevar adelante una acción solidaria: visitar un hospital de niños caracterizado como Jack Sparrow. El actor, de 52 años, fue recibido con sorpresa y enormes sonrisas por los chicos que están internados en el Lady Cilento Children’s Hospital de Queensland. Lo acompañó Stephen Graham -quien interpreta al pirata Scrum en las películas-, y juntos recorrieron las distintas salas y habitaciones, se tomaron fotografías con los pequeños, repartieron monedas de oro de juguete y conversaron con padres y con el personal de la clínica.

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Mientras la crítica aclama su actuación en “Pacto Criminal”, sus declaraciones polémicas despiertan la ira de quienes sienten la tragedia cercana

El mundo ya conocía su potencial, pero necesitaba reafirmar que continuaba allí, entumecido por una seguidilla de malas películas y aún peores reseñas. Para Johnny Depp, las peores experiencias respondían al nombre de Mortdecai, Trascendence y El llanero solitario, pero entre esa mezcla también relucían interpretaciones reiterativas, que creaban el mismo personaje una y otra vez, con diferentes sombreros y títulos. Ahora, de la mano de una historia real, la mala racha parece haber terminado, sustituida, incluso, por expectativas de que Depp comparta sitial con otros de los actores más destacados del año en los próximos premios Oscar. El filme responsable de este viraje en la opinión del público y críticos

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es Pacto criminal, que se presentará en Uruguay en el marco del 14º Festival de Cine de Montevideo, que se extenderá del 8 al 18 de octubre. Basada en una historia real, la película acompaña al mafioso irlandés Whitey Bulger en su desempeño como informante del FBI en Boston y enemigo letal de la agrupación criminal de los italianos. Más allá de la transformación física de Depp, que debió adoptar la gélida imagen de Bulger, los críticos alaban su despliegue actoral profundo y complejo, que contrasta con las mil caras de Jack Sparrow a las que el actor parecía acostumbrado. Incluso para él, Pacto criminal revivió su carrera. Empero, no todo lo que rodea a este thriller criminal han sido loas. En la premiere de la película, en Estados


Unidos, Depp se refirió a su personaje afirmando que, aunque habitaba un mundo de violencia, también tenía un lado más suave. “Hay un corazón gentil ahí. Hay un corazón frío ahí. Hay un hombre que ama. Hay un hombre que llora”, sostuvo. Esto se sumó a comentarios anteriores manifestados por el actor a la agencia Associated Press, en donde afirmaba que parte de sí se alegraba de que Bulger (hoy en cadena perpetua por 11 asesinatos) hubiese logrado eludir a la Justicia durante tantos años. Como era de esperarse, las declaraciones pronto desataron la rabia de los familiares de las víctimas de Bulger. “Me pregunto cómo se sentiría Johnny Depp si su hermana fuese estrangulada y enterrada en un sótano con otros dos cuerpos? No hay nada humano en Jimmy Bulger. Le debería dar vergüenza. Fue un comentario estúpido e insensible”, comentó Bill St Croix, hermano de Deborah Hussey, asesinada en 1985. Por su parte, la esposa de otra víctima, Patricia Donahue, consideró que Depp debería haber conversado con los familiares de las víctimas antes de embarcarse en el proyecto. “Esto no es Hollywood, esto es la vida real. ¿Cómo puedes sentir compasión hacia esa persona, sabiendo lo que hizo?”. De la mano de estas críticas resurge el debate por el glamour cinematográfico de asesinos y torturadores, aunque las voces de rechazo se azuzan con la ceguera de un artista claramente enamorado de su rol redentor.

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Si crees que no se ven, te equivocas

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ué sucede con los calcetines Y no nos referimos a su tendencia a desparejarse, a deambular viudos por el cajón, ni a su corta esperanza de vida. Tampoco a su habilidad para desaparecer en el tambor de la lavadora (se cree que van a parar a un raro pliegue del espacio-tiempo). Ni de su triste destino como materia prima para hacer marionetas caseras o sacar brillo a los zapatos. Nunca son invitados (o no debieran serlo) a participar del acto sexual: son el gran tabú en la cama, nadie folgaría con ellos puestos. La vida del calcetín es muy jodida, y suelen terminar sus días a manos de su gran depredador: el dedo gordo del pie. Einstein los despreciaba. Dijo que la vida es muy corta para andar emparejando calcetines. No sin impotencia constató que el dedo gordo siempre les infligía un vergonzoso agujero y por dicha razón

dejó de usarlos. Su secretaria, Helen Dukas, cuenta cómo el físico ni siquiera se los puso cuando fue invitado por Roosevelt a la Casa Blanca. Este desaliño puede pasarse por alto cuando dedicas tu vida a formular la teoría de la relatividad, pero en el caso de nuestros mediocres e inanes días será mucho más recomendable prestarle un poquito de atención a los calcetines, esos grandes olvidados del outfit. No podemos obviar el auge de la tendencia sockless, ya sabes, el rollo ese de ir por ahí sin calcetines, hecho un adán. No estamos en contra, de hecho el único requisito es atesorar unos tobillos bonitos. En realidad cuanto más expongas tu cuerpo, más sujeto estarás a la evaluación de sus imperfecciones. Si tienes unos tobillos que parecen botillos del Bierzo o la cabeza de Bruce Willis, mejor abstente de ir en-

señándolos por ahí. Además hay otro hándicap nada desdeñable: en verano los pies sudan y si quieres evitar rozaduras necesitarás al menos unos pinkies. Si ya el nombre provoca espasmos, la sola idea de verte a ti mismo pidiendo en la mercería, con un tartamudeo, unos pinkies, debería disuadirte. Suelen moverse dentro del zapato, con lo cual no te sirven para evitar raspones en el talón o ampollas en el meñique. Y además son de ese presunto color carne al cual, salvo en el caso de Andrés Iniesta, no se parece ninguna epidermis del planeta. Imagina además que tienes suerte en alguno de tus escarceos románticos y a la hora de desnudarte tu ligue constata que llevas pinkies. Nada mejor para ahogar la libido, una invitación a salir corriendo. Del calcetín tobillero mejor ni hablamos, ese despreciable “sí pero no”, esa equidistancia entre la comodidad y la estética nunca funciona del todo.

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sí que vamos a tener que prestar atención a los calcetines, queramos o no. Los bajos del pantalón se elevan (afortunadamente: es un horror ir por ahí con un fuelle de acordeón en las perneras) y los calcetines asoman por su confín. ¿Qué hacer? Si el zapato debe entendérselas con el cinturón, el calcetín debe conjuntar con el pantalón con objeto de estilizar la pierna y hacer nuestra figura más esbelta. Imagina un pantalón azul con unos zapatos marrones y calcetines ídem. Parecerás piernicorto y un poco fuera de lugar. Por dicha razón debes descartar también la idea de que el color negro es una baza ganadora en toda ocasión: no siempre funciona. Están expresamente desaconsejados los rombos, son un estampado viejuno, old school, salvo que quieras apostar por un look muy pérezreverte, con mucha pana, jerseys verdes de montería con hombreras y chalecos de pesca con mil bolsillos y quieras parecerte a un maniquí del escaparate de una armería.

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Nunca, por supuestísimo, los deportivos con rayas azul y roja, salvo que seas Björn Borg o un impersonator chiflado de John McEnroe montando un pollo a la cajera del supermercado. Ten mucho cuidado de no ir enseñando una porción de espinillas al sentarte, es un shock visual para tus congéneres. Y nunca, aunque tu vida dependa de ello, uses calcetines con sandalias. Elegirlos dependerá de tu buen gusto, de lo que quieras arriesgar decantándote por colores locos, rayas, lunares u osados prints. Afortunadamente la oferta se ha ampliado considerablemente y las grandes firmas de moda tienen un catálogo de calcetines muy atractivos. Están empezando a ganar justo protagonismo y son uno de los pocos elementos donde la coquetería masculina es admisible. Hemos dejado para el final la madre de todas las batallas, el asunto


que aglutina todas las disputas: calcetines blancos, ¿sí o no? En GQ rompemos moldes, nos va el follón, somos pura transgresión y decimos que POR SUPUESTO QUE SÍ. Más allá de su pertinencia cuando se lleva un pantalón claro, o de lo bien que quedan con vaqueros y zapatos robustos, estamos muy a favor del blanco incluso fuera de la ortodoxia rockabilly. A veces dan un poco ese efecto de pie escayolado, claro, pero la historia ha dejado imágenes de aura magnética y poderosa estética con el calcetín blanco como protagonista.

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Tipos mucho mejores que tú no les hicieron ascos: recuerda a Michael Jackson haciendo moonwalking y petándolo mazo con calcetines blancos en su paseo lunar. Los han llevado Dean Martin, el gran borracho y entertainer mediático universal de la edad dorada de Las Vegas; Sinatra, el crooner total; el camaleónico Bowie inaugurando el culto al glam. Cary Grant llevaba calcetines blancos el día que dejó impresas sus huellas en el Paseo de la Fama. Steve McQueen, el rey absolutista del sport americano, era adepto al blanco. El súperelegante Dirk Bogarde, el tipo que le dijo que no a Madonna, recibía con calcetines blancos en su apartamento de Chelsea. Bryan Ferry, caracoleando sobre la caballuna Jerry Hall o haciendo carantoñas a la neumática Anna Nicole Smith, compaginaba smoking con calcetines blancos. Todos ellos se atrevieron, así que ¿por qué no?

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La manera más facil de decribir este estilo es: peinado corto a los lados y largo de arriba. La belleza del undercut esta en la simplicidad y las posibilidades de variación

Es cuando el pelo esta hacia atrás desde la frente atado justo en el centro de la cabeza. Pueden quedarse algunos pelos fuera si es lo que quieres

También conocido como undercu bun, en top knot es una mezcla de los peinados más de moda de 2014 el undercut y el man bun. Es extremadamente dificil de ligrar este estilo hibrido, pero si puedes, queda genial.

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El estilo de raya a un lado es ese que seguramente tu abuelo llevĂł en algĂşn momento de su vida. Es un estilo muy conservador y limpio, engominado y ajustado en cada mecha de pelo . Es un corte de pelo perfecto para lucir profesional

El corte de pelo fade suele ir acompaĂąado de peinado corto en largura, pero ahora estamos viendo pelos mĂĄs largos con un desfilado que llega a las tendencias masculinas de cortes de pelo

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ApĂşntate a la moda del

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l mundo del fitness cambia de una manera vertiginosa.

Hace unos años los gimnasios estaban llenos de hombres machacándose los músculos a base de levantar kilos y kilos de pesas mientras destrozaban nuestros ojos con sus camisetas color fluor y nuestros oídos con sus gritos de esfuerzo. Eso ya pasó a mejor vida. Al comienzo de la década del 2000 el crossfit irumpió en el universo del fitness. Esta actividad comenzó a extenderse con fuerza en USA y desde ahí se ha ido expandiendo por el resto del planeta a un ritmo tan frenético como los ejercicios que propone esta actividad. El crossfit es una actividad deportiva transversal, es decir, el objetivo principal es conseguir una forma física global en el individuo en la que se desarrollen todas sus capacidades atléticas como la fuerza, la resistencia o la agilidad. Para potenciar un desarrollo completo se utilizan varios tipos de ejercicios como los movimientos halterófilos (arrancada, cargada o envión), atléticos (correr o saltar) y de musculación (remos, mancuernas y barras, fondos y abdominales, etc.). El número de seguidores del crossfit no deja de aumentar y a ello contribuye un componente de superación que se hace tangible en la mejoría en el rendimiento físico en los circuitos estándar de entrenamiento. No dejes pasar tu oportunidad, el crossfit te garantiza es de mens sana in corpore sano.

¿Qué no conoces el crossfit? Pues tienes que ponerte las pilas puesto que la nueva forma de tonificar tu cuerpo está llamando a tu puerta 25


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a elecci贸n del ancho de la corbata tiene mucho que ver con el ambiente que visitemos o la expresi贸n de nuestra personalidad que queramos mostrar al resto.

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i ya es difícil combinar los colores de nuestras prendas con las corbatas que utilizamos en nuestro día a día, no re gustará saber que también hay que tener cuidado con el ancho de las palas que usamos en cada ocasión. No obstante, te aseguramos que una vez conozcas las diferencias entre los distintos anchos de corbata verás que se utiliza de manera progresiva, de la más estrecha a la más ancha, según la importancia y el protocolo asociados al evento al que acudamos. Aquí tienes un claro y conciso esquema para ayudarte a elegir el ancho adecuado para cada ocasión.

Hasta 4 centímetros (1’5 pulgadas) de ancho

Esta es la corbata que utilizarás para las reuniones más informales. La corbata con menos de 4 centímetros de anchura se asocia al movimiento rock, por lo que podrás cobinarla con jeans, camisas de fantasía y elementos retro, como hebillas o zapatos decorados. Entre 4 centímetros y 6 y medio (Entre 1,5 y 2,5 pulgadas) Las corbatas con este ancho han

sido popularizadas en los terrenos profesionales gracias al éxito de la moda recuperada de series como ‘Mad Men’. Su estilo también es vintage, pero más moderado que las anteriores. Esta corbata la puedes usar tanto en el trabajo como en una reunión afterwork. Entre 6,5 centímetros y 8 (Entre 2,5 y 3 pulgadas) Este tipo de corbata es el más clásico y extendido en los entornos laborales, pero cada día pierde presencia en círculos informales y/o vespertinos. A pesar de que mucha gente la ve algo anticuada, será la elección perfecta para una entrevista de trabajo, por ejemplo. A partir de 9 centímetros (Más de 3,5 pulgadas) Estas corbatas sólo están recomendadas en situaciones donde el protocolo requiera vestir un traje de gala. Este ancho, también conocido como ‘’italiano’’, ha de evitarse en el día a día por su fastuosidad, pero aporta un elemento de alta distinción en, por ejemplo, una recepción institucional.

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Tejer ya no es un asunto de mujeres. Mientras en Londres y Nueva York hay hombres que se reúnen en torno a tiendas y blogs de tejido, y los actores Russel Crowe y Ryan Gosling confiesan que son adictos a sus palillos y ovillos, en Chile también hay exponentes de esta tendencia. Aquí, seis hombres cuentan por qué tejen y por qué no piensan en parar. En enero el diario inglés The Telegraph dio cuenta de la tendencia en Gran Bretaña y describió al tejido como “el nuevo yoga masculino”, con casos de hombres urbanos, provenientes de distintos ámbitos laborales que habían hecho de ovillos y palillos sus aliados para liberarse del estrés, dado el relajo que produce el ejercicio de esta manualidad. Pero el interés de los hombres por experimentar, con una actividad comúnmente relacionada con las mujeres, trasciende los terrenos de la relajación. A fines de 2013, también en Inglaterra, la marca de artículos de decoración, vestuario y materiales para manualidades John Lewis, ubicada en la céntrica Oxford Street, abrió un curso de tejido a palillos exclusivo para hombres. Y hace unos meses la marca de prendas tejidas Wool and The Gang estrenó una campaña para derribar el prejuicio de que el tejido es asunto exclusivo de mujeres.

2005 creó el blog brooklyntweed.com para compartir su interés. Después abrió la tienda en Brooklyn que hoy es un referente. “Creo que desde siempre ha habido hombres tejedores, pero el estigma social que significaba realizar una actividad aceptada como femenina, los tenía relegados a lo privado. Internet y las redes sociales permiten que compartamos públicamente esta pasión. Los hombres estamos perdiendo el miedo a decir que nos gusta tejer”, explica Flood desde Nueva York. Hollywood ha sido fundamental en el desarrollo de este creciente movimiento con los actores Ryan Gosling, Ryan Reynolds y Russell Crowe como máximos exponentes. Mientras Gosling contó en marzo de 2013 a la revista GQ Australia que su día perfecto tenía largas jornadas de tejido a palillos; durante la promoción de X-Men, el origen de Wolverine, Reynolds dijo que si tuviera que elegir un súper poder, le gustaría ser un virtuoso tejedor para mostrarse calmo frente a sus adversarios. Crowe, con fama de rudo, ha reconocido que el tejido lo ayuda a combatir sus ataques de rabia. En Chile, el tejido también tiene sus adeptos.

En su cuenta de instagram, con cerca de 21 mil seguidores, se ven los retratos de varios hombres concentrados en puntos y corridas. En Nueva York el panorama es el mismo. Un ejemplo es la tienda de vestuario, patrones y materiales Brooklyn Tweed, del fotógrafo y tejedor estadounidense Jared Flood. Aficionado al tejido desde niño debido a la influencia de su madre, en

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TEJER

COMO

ACTO

DE

LIBERTAD

Además de mantas, chalecos, bufandas y cuellos, Daniel Pino (izq) y Francisco Pérez tejen a crochet e hilo de algodón –con la técnica frivolité–, aros, collares y anillos. Hace cinco años que los diseñadores gráficos Francisco Pérez (40) y Daniel Pino (33) crearon Le Lush, marca de chalecos, mantas, bufandas y cuellos hechos por ellos mismos a palillos y crochet, con lanas de Temuco, que venden a través de facebook y en la tienda Porquetevistes. | Ambos llegaron al tejido por la misma razón: para desconectarse y romper con la rutina de sus trabajos. “Es una terapia llegar a la casa después de ocho horas de oficina, tomar los palillos y la lana, y tejer

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viendo televisión o en compañía de los amigos. Me permite dejar el día atrás”, explica Daniel, quien comenzó a tejer hace seis años. Francisco aprendió de niño mirando a su madre, pero retomó los palillos en 2007, cuando después de buscar incansablemente en tiendas un chaleco que tenía en mente, desistió y se lo tejió él mismo. “Hacer tu propio chaleco, tu propia bufanda, te produce una satisfacción enorme. Muchas mujeres han dejado este tipo de oficios porque creen que están vinculados a la fi-

gura de la dueña de casa que quieren dejar atrás. Pero para nosotros los hombres tejer no tiene ninguna carga social o de género. Es más, diseñar y tejer nuestros propios objetos de consumo nos permite no estar sometidos a las tendencias del mercado. Tejer nos da libertad”, concluye Francisco.


TEJEDOR POR ACCIDENTE En octubre de 2013 el historiador de arte, orfebre y dueño del Café Ofelia, de Providencia, Sebastián Vera (30), sufrió un accidente en bicicleta y se fracturó la cadera. Estuvo tres meses en cama, sin poder sentarse y ni mover más que las manos. Después de consumir horas de series de televisión y de terminar todos los libros pendientes, llegó el aburrimiento. Fue entonces que les pidió a su hermana y a una amiga, que a diario lo acompañaban mientras tejían a palillos, que le enseñaran. Se demoró dos semanas en dominar el punto cadeneta. “Partí con crochet que, dicen, sirve para soltar la mano. Lo primero que hice fueron seis cuadrados para una mantita. Luego me pasé a palillos”. Hoy, sobre su cama, puede verse una funda de almohadón azul marino que tejió cuando no podía levantarse y ahora, que está dando sus primeros pasos, está por terminar su tercer chaleco, uno negro de lana merino

“exquisita” para el invierno. “Mi abuela, mi madre y mi hermana son fanáticas del tejido, y me acuerdo de haber mirado con curiosidad a un grupo de tejedoras que se instalan todos los fines de semana en mi café. Pero antes de mi accidente consideraba que era algo de mujeres. Ahora creo que tejer fue fundamental para no deprimirme, porque pese a tener prácticamente todo el cuerpo inmovilizado, me permitió sentir que hacía algo productivo”, dice. Vera le dedica dos sagradas horas diarias al tejido. Teje mientras toma desayuno y antes de dormir. Teje, incluso, mientras recibe visitas. “Al principio mis amigos se reían de mí. Encontraban divertido ver a un tipo de un metro 85 de alto y barba tejiendo. Les daba la sensación de estar frente a un leñador que en vez de hacha usaba palillos. Ahora que conocen mis tejidos, tengo una larga lista de pedidos de chalecos y bufandas”.

“Desde que puedo salir de la casa, hace un mes, estoy yendo a comprar lanas. Es más, me hice amigo de la mujer que atiende en una tienda de la calle 21 de mayo. Llego y me quedo horas hablando de lanas y tejidos. Ella me recomendó cambiar los palillos 5 1/2 que usaba por unos 8 1/2, acorde al tamaño de mis manos”.

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TEJEDOR DE LA TRADICIÓN Y LA MODA Juan González (34), diseñador y fundador en 2000 de la marca Martin J, proviene de una familia de mujeres tejedoras y desde 2010 ha hecho del tejido el sello de buena parte de las 21 colecciones que ha lanzado. Llevando el oficio a los terrenos de la moda y la experimentación, González ha trabajado con crochet, palillos y para esta temporada otoño-invierno 2014 está reemplazando estos últimos por palos de escoba y, junto a la lana, ha incorporado piel, cuero y retazos de seda.

Juan González comenzó a tejer en 2007, cuando vivía en Madrid, como una forma de sentirse cerca de su madre, eximia tejedora. Hoy trabajan juntos. “Tejo porque me interesa sentirme parte de una comunidad que valora la tradición del oficio. Estas técnicas no pueden perderse, ya que además de ser un patrimonio cultural, contienen algo muy sencillo y humano que le dan un valor enorme a cada prenda. Lo hecho a mano es el nuevo lujo”, dice el diseñador. Agrega que “cuando recorres ferias y pueblos de Chile, te das cuenta de

que hay un montón de hombres tejedores que no se preguntan si esta es una actividad de hombres o de mujeres. Simplemente, tejen. Más que razones para no hacerlo ven que están haciendo algo sumamente singular y una oportunidad para desarrollarse”. A diario, González teje junto a su madre, de quien aprendió y ha sido

su inspiración, en la casa familiar de la zona rural de Águila Norte, en Paine. Tejen los patrones de Martin J o por el puro gusto. “Si bien el tejido es parte fundamental de mis diseños, cuando tejo no siento que esté trabajando. Suena cliché, pero para mí es una catarsis. Cuando tejo, las preocupaciones quedan a un lado y no pienso en nada más que el bienestar que siento”.

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TEJEDOR RADICAL

El diseñador gráfico Sebastián Plaza (23) cursaba cuarto año de universidad cuando tomó un electivo de Vestuario Teatral que le abrió el apetito por tejer. Compró palillos, crochet y lana en una paquetería y se puso a ver tutoriales en internet. Navegando conoció el vestuario radical, corriente entre la moda y el arte que experimenta con las siluetas, con el fallecido Alexander McQueen como uno de los íconos creativos. “Hay dos aristas clave en mi interés por el tejido en el contexto del vestuario radical: el italiano Aldo Lanzini, que hace unas máscaras tejidas, y la performista transexual japonesa Pyuupiru, que hace unos trajes de lana e hilo”, dice Plaza. Ambos fueron parte de la exposición Arrrgh! Monster in Fashion, que contó también con piezas de Issey Miyake, Viktor & Rolf y Maison Martin Margiela, que se montó en

París, Atenas y Ultrecht (Holanda) entre 2011 y 2013. Para su examen final del ramo, el diseñador presentó un traje tejido a mano compuesto por una máscara, un chaleco y unos pantalones de lanas naturales y sintéticas en colores flúor. “Mi trabajo combina la tradición propia del oficio del tejido con una reflexión sobre la identidad y el cuerpo, ubicándose en entre la artesanía, la moda y el arte”, explica. Plaza teje a diario, no solo para sus proyectos de vestuario radical. Hace mochilas, sombreros, calcetines a palillos y crochet, mezclando lanas con plásticos, géneros e hilos, entre otros. “En este proceso de creación he descubierto dos aristas fascinantes: por un lado, un lenguaje cercano y conocido por todos como es el tejido, y por otro, una actividad sumamente relajante. Cuando tejo, no pienso en nada más”, dice.

“Trabajo fundamentalmente con lanas naturales, porque tienen una textura irregular que es placentero sentir en los dedos al momento de tejer, pero además, le da un volumen muy especial a cada pieza. Tejo indistintamente a palillos o a crochet”, dice Plaza.

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EL CAMPEÓN DE SNOWBOARD QUE TEJE

“Pascal no tiene televisión, ni wii ni play station. En la educación que ha recibido, su aliados para entretenerse son el tejido, el dibujo y la carpintería”, dice su madre.

Campeón nacional de snowboard de la categoría pulga, fanático del skate y alumno de séptimo básico del liceo Amanda Labarca, Pascal Uranga Alcalde tiene 12 años y hace cuatro que teje a palillos sus bufandas y gorros que usa en Valle Nevado, donde en invierno va mínimo dos veces por semana a entrenar y competir. Pascal dibuja a lápiz sus diseños, elige los colores de las lanas de su canasto de tejido y, tirado en un sillón o arriba de su cama, se larga con los palillos y los puntos elástico, jersey y correteado. Sabe urdir y juntar hebras para lograr el volu-

men deseado. “No me demoro más de dos días en hacer algo. Ya tengo diez gorros y tres bufandas que me encantan porque son únicos. Nadie más puede tener o hacer lo que yo hago. Soy el único de mis amigos que sabe tejer y ya decidí que este invierno voy a comenzar a vender mis tejidos en la nieve”, cuenta. Su interés nació viendo a su madre, la diseñadora de vestuario Inés Alcalde, tejer los chalecos para él y los vestidos para sus hermanas Mila (9) y Blanca (4). Primero solo miraba, hasta que a los 8 años le pidió que le enseñara. Hasta ahora, es el único de los hermanos que teje.

“Pascal sabe que el tejido ha estado generalmente vinculado a las mujeres, pero nuestras conversaciones no pasan por ahí, sino por el trabajo textil de culturas ancestrales como la aimara, en las que el género es irrelevante. Cuando le han comentado sobre lo raro que es ver a un hombre tejiendo, él ha preguntado por qué. Lo que él no entiende es por qué no hay más hombres tejiendo. Los amigos lo admiran y cuando ven sus bufandas y gorros no lo pueden creer. A estas alturas creer que los hombres no pueden tejer es lo mismo que pensar que las mujeres no pueden manejar”, dice Inés.

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