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EL FUTURO DEL TECHNO-TURISMO
from DJ Mag ES #116
¿CUÁL Las grandes ciudades han sido durante mucho tiempo el centro de la música dance, en parte gracias a ES EL su atractivo para los DJs y fans que viajan. Con el impacto masivo del coronavirus en el turismo, los clubs podrían enfrentarse FUTURO a una reducción severa de su aforo y sus ingresos incluso cuando abran de nuevo. DJ Mag habla con investigadores DEL y expertos de la industria musical sobre lo que esto podría significar para el futuro de los clubes de las ciudades. TECHNOTURISMO?
Autor: MARTIN GUTTRIDGE-HEWITT Traducción: HELENA BRICIO
Qué diferencia suponen 12 meses. En esta época del año pasado podrías estar haciendo planes para viajar al Amsterdam Dance Event (ADE), aprovechando las últimas fechas de un verano de festivales, o en un viaje a Ibiza. Los tiempos cambian. Detener la industria de los eventos globales es más complejo que perderse un fin de semana en Berlín, y asumir el riesgo de perder el sustento de tantos resulta devastador. Este lado de la catástrofe del COVID-19 se ve agravado además por la dependencia de la música electrónica hacia los "turistas del techno" que visitan los principales centros de vida nocturna. Esa escapada de fin de semana ya no es una locura, ni siquiera dentro de tu propio país: es una crisis dentro de una crisis.
En un informe de noviembre de 2019 de UK Music se señalaba que 11,2 millones de personas viajaron a nivel nacional e internacional para asistir a eventos musicales en 2018, lo que representa más de un tercio del total de las entradas vendidas en Reino Unido ese año. Londres fue el destino más atractivo, con 2,8 millones de personas que llegaron a la capital por su banda sonora, seguida del noroeste de Inglaterra; Escocia experimentó la mayor subida con respecto al año anterior, atrayendo a 1,1 millones de personas. Al otro lado del Mar del Norte, en octubre el ADE se convierte en el mayor festival y conferencia de música electrónica del mundo: 400.000 personas asistieron el año pasado, con la presencia de más de 100 nacionalidades. Y éste no es el único gran evento en Ámsterdam, con fines de semana como el de Dekmantel y Awakenings, y lugares como Radion y Shelter que ofrecen diversión durante todo el año. Berlín, mientras tanto, da la bienvenida a más de 3 millones de turistas en los clubes cada año, e Ibiza ha sido durante mucho tiempo una isla con una dependencia de amor-odio hacia el turismo musical.
A medida que la crisis COVID-19 avanza, los viajes se vuelven menos predecibles. Hasta ahora, Bélgica, Luxemburgo, Francia, España y los Países Bajos forman parte de la lista de países sujetos a cuarentena al entrar en el Reino Unido. Según la IATA (Autoridad Internacional de Viajes Aéreos), el 80% de la gente cree que los aviones aumentan el riesgo de contraer el virus, y la prioridad es reconstruir la confianza del público en términos de seguridad, no simplemente recuperar el servicio. Se puede comprender el motivo del por qué la aerolínea alemana Lufthansa no espera que la demanda de pasajeros vuelva a los niveles anteriores al COVID-19 hasta el 2024.
Entonces, ¿qué significa esto para las ciudades que dependen del amplio número de visitantes amantes de la vida nocturna? ¿Pueden las masas locales llenar ese vacío si los eventos vuelven antes de que el turismo lo haga? Y, dado que la crisis climática era nuestra principal preocupación antes de que el coronavirus se hiciera notar, ¿deberíamos seguir trabajando como hasta ahora?
MÁS CIUDAD, MÁS PROBLEMAS
El Centre For Cities es un centro de estudios del Reino Unido que analiza los datos socioeconómicos de los pueblos y las ciudades, y su investigación confirma lo que la mayoría de nosotros sabíamos: las ciudades dominan desproporcionadamente la fiesta. En Reino Unido, el 45,9% de los establecimientos de ocio nocturno se encuentran dentro de los límites de la ciudad, pero éstos sólo representan el 9% de la masa terrestre. Cuanto más grande es el lugar, más opciones hay, así que las
cosas relativamente poco conocidas -como los salvajes sótanos technoestán fuertemente centralizadas en las ciudades más grandes, que actúan como imanes para áreas más amplias. Para sitios como Londres, que se extiende mucho más allá de las fronteras del Reino Unido, la interrupción para viajar a causa de COVID-19 tendrá un impacto mucho más intenso en la industria nocturna.
Lahari Ramuni, investigadora del Centre For Cities, analiza la actividad de las ciudades a través de su Rastreador de Recuperación High Street. En él, se muestra la proporción de trabajadores diurnos y nocturnos que regresan a la ciudad en la actualidad en comparación con antes de que comenzara el aislamiento, y se comparan las cifras de las distintas ciudades los viernes y sábados por la noche. "Las ciudades más pequeñas se ven mucho menos afectadas", dice Ramuni. "Se reduce a cuatro factores: la escasez de turistas (y para cualquier lugar como Londres, eso es enorme), el transporte público, los centros bien situados y el número de locales comerciales que todavía no tienen a todo el personal en sus instalaciones. Londres tiene actualmente alrededor del 25% de la actividad que tenía antes del aislamiento.”
"Estamos viendo que el número de personas en las ciudades durante los fines de semana comienza a aumentar, y la pauta es consistente en las noches y los fines de semana: las ciudades más pequeñas se están recuperando más rápidamente", continúa, admitiendo que la situación es volátil. "Incluso si nos fijamos en los bloqueos urbanos en cuanto a la seguridad pública, no sabemos las heridas que se están causando, y lo que pasará cuando las cosas retornen después de haber dado un paso atrás".
CORAJE HOLANDÉS
Si Londres necesita más turistas, Ámsterdam no los necesita o no los necesitó. La ciudad holandesa es la segunda per cápita más visitada del planeta: el millón de personas que viven allí dan la bienvenida a unos 20 millones de turistas cada año. En 2019 comenzó la iniciativa City In Balance, que esencialmente frenó el crecimiento del turismo al impedir que se abrieran nuevos hoteles o tiendas de souvenirs, entre otras medidas. La vida nocturna es una de las principales atracciones de Ámsterdam.
"La cultura de los clubes, tal y como la hemos conocido, no es posible (por ahora)", responde Ramón de Lima, el Alcalde Nocturno de Ámsterdam, cuando le preguntan sobre el regreso de los eventos. Su ofici-
na proporciona un vínculo crucial entre la vida nocturna de la ciudad y las autoridades locales. "No sé el número exacto de turistas que vienen sólo a visitar los clubes nocturnos, pero conozco cómo es el distrito del ocio nocturno, con pequeños bares y restaurantes que se apoyan en el turismo extranjero y de los Países Bajos. Creo que tendrán dificultades incluso cuando reabramos los clubes, los de esa zona dependen de gente de fuera de Ámsterdam“.
"Creo que impactará en la cultura del club, sin duda alguna", continúa. Para cualquier evento, especialmente para los que tienen un atractivo global, el aplazamiento infinito es un problema serio. "Los organizadores de eventos no ganarán ningún dinero nuevo con esto, sino que tendrán muchos gastos nuevos. Planearon su presupuesto de marketing (trimestral) en abril, con grandes costes de producción pagados por adelantado, pero, aunque los próximos eventos necesitarán ese presupuesto, no podrán vender demasiadas entradas. Sólo estamos trasladando el problema a la próxima edición".
Mientras que designar a un alcalde nocturno puede indicar externamente que Ámsterdam tiene una actitud progresista, de Lima se apresura a señalar que la escena no puede sobrevivir sólo con buena voluntad y reputación. Él ve el apoyo del gobierno holandés como algo crucial. "Un mes antes del receso, hablé con la gente del parlamento sobre el apoyo al ecosistema de la vida nocturna, para que los locales, trabajadores y promotores pudiesen sobrevivir económicamente. Estamos empezando con pocos clubbers locales y sin turismo, pero tenemos que seguir adelante."
"No creo que sea necesario decir 'debemos volver a la normalidad'. Esta es una escena evolutiva, así que centrémonos en el futuro... Deberíamos pensar en lo que podemos hacer mejor, hacer de manera diferente. Esta crisis tal vez debería hacer que la gente piense más a nivel regional".
INGENIERÍA ALEMANA
Berlín está considerado como un modelo en la gestión de la vida nocturna, donde los clubes estaban haciendo una seria campaña por el mismo estatus cultural que los teatros de ópera hasta el impacto del COVID-19. La Comisión de Clubes de la ciudad apoya y fomenta a los organizadores de la vida nocturna. El Comisario de Clubes Lutz Leichsenring dice que, a pesar de la mundialmente conocida escena local y su fuerte infraestructura de vida nocturna, los locales de Berlín también se enfrentan a tiempos difíciles sin turistas. "En nuestra encuesta, dos tercios de los clubes de Berlín tienen liquidez para sobrevivir un máximo de tres meses en las circunstancias actuales, y el 17% sólo tiene esa seguridad durante cuatro semanas", dice Leichsenring. "Necesitamos priorizar estos lugares. La mayoría necesitará asistencia". Muchos locales procuran cubrir los gastos básicos como el alquiler y el pago del personal, en lugar de organizar fiestas durante la pandemia; la idea de "vigilar" las fiestas mediante restricciones de distanciamiento social se percibe totalmente contraria a la famosa cultura rave de Berlín.
Así que la planificación provisional es permanecer cerrado hasta que una vacuna esté disponible, y el objetivo se centra en el apoyo del gobierno hasta entonces. Pero esto no explica la perspectiva de que mucha menos gente regrese una vez que las fiestas reabran. "El 30-40% de los asistentes a los clubes de Berlín son visitantes, turistas. En este momento el turismo es básicamente un "No". Así que, aunque podamos abrir los clubes, no habrá suficiente gente para que todas las salas funcionen sin pérdidas", dice Leichsenring.
¿Entonces es posible volver a los negocios como de costumbre en Berlín? "No creo que sea necesario decir 'debemos volver a la normalidad'. Esta es una escena evolutiva, así que centrémonos en el futuro", dice. "Deberíamos pensar en lo que podemos hacer mejor, hacer de forma diferente. Esta crisis tal vez debería hacer que la gente piense de forma más regional, más sostenible. Quizás los clubes que sólo sobrevivían gracias a los turistas, y que lucharán sin ellos, deberían invertir en la escena local con relación a las contrataciones y el público.
GESTIONANDO EXPECTATIVAS
"Lo de los viajes es muy confuso. Si la gente se muestra tímida a la hora de aventurarse a un evento en un club, no veo a muchos promotores invirtiendo dinero tal y como predican a la hora de hacer una contratación internacional, porque podrían hacer un evento similar con gente de la zona", dice James Ruari. Siendo un mánager afincado en Reino Unido y trabajando con artistas como Matthew Dear, Glenn Underground y Kiara Scuro, ha estado evaluando el interés de los artistas por los viajes, y la probabilidad de que los promotores hagan contrataciones como las de los line-ups que un día nos empujaron a buscar vuelos en Skyscanner.
"Los artistas de EE. UU. parecen ser los más realistas, ya que están acostumbrados a hacer giras de grandes distancias más a menudo. En la actualidad, parecen estar diciendo que 'No va a suceder este año'. No consigo ver ninguna posibilidad de que los DJs viajen a clubes y fiestas (como antes de COVID-19) en este momento", continúa. “Si los eventos no vuelven en bloque este invierno, podría significar un descanso de 12 meses para muchos promotores. Nadie sabe lo que esto podría significar en una industria a menudo liderada por artistas que están de moda.”
"No se trata sólo de empezar de nuevo, ¿no? ¿Y quién dice que arrancaremos con todo el mundo visto de la misma manera? Va a pasar un año entero, si no más. ¿Quiénes son los cabezas de cartel, y quiénes son las caras nuevas ahora? Se puede suponer que los mismos nombres tendrán el mismo atractivo para la venta de entradas, pero eso no es seguro", dice. De nuevo, la conversación se mueve hacia eventos cada vez más locales. "Tiene que haber algo bueno que salga de todo esto.
Sería genial si la gente no tuviera que ir a Londres o a Manchester para escuchar música electrónica de calidad en Inglaterra."
BENEFICIOS LOCALES Antes de la pandemia, los promotores regionales a menudo luchaban por competir con la escala comercial y la viabilidad financiera de las principales ciudades de vida nocturna. Ahmet Sisman es el responsable de The Third Room, una serie de eventos en Essen, Alemania. La zona industrial tenía una gran herencia techno, pero ha visto a su público cada vez más atraído por ciudades como Berlín. Las noches de club semanales son difíciles, así que la organización utiliza localizaciones como Mischanlage, que figura en la lista del patrimonio de la UNESCO. La que fuera la mayor mina de carbón del planeta, es un lugar que puede igualar a cualquiera para el espectáculo, atrayendo a personas de todo el país y más allá con la ayuda de sus impresionantes carteles. Sisman está de acuerdo en que, cuando los acontecimientos vuelvan, el enfoque será probablemente muy distinto.
"La gente habla de que la crisis de COVID-19 es la mayor crisis económica, incluso mayor que la de los años 30. La gente tendrá menos dinero, así que ¿cómo debería un promotor organizar un evento? Mi primer pensamiento es para la comunidad, con eventos locales", dice Sisman. "La primera ola puede estar bien para las ciudades más pequeñas, no importa a quién reserves, las primeras fiestas van a ser una bomba, pero los hábitos de la gente van a cambiar".
Hay una preocupación real sobre el tiempo que tardarían las grandes masas de público en volver, especialmente en torno a los que están dispuestos a viajar; es una preocupación comprensible, también, dada la reciente experiencia de una edición al aire libre de Third Room con Blawan, Gerd Janson y Vnnn. La fiesta cumplió con todas las normativas de la pandemia, pero fue cancelada por las pocas ventas.
"Creo que vivía en una burbuja", admite Ahmet. "Pensé, 'Este es el primer evento en cinco meses, habrá hambre'. No, no hay tanta hambre, no cuando hay algo que no saben. No podemos predecir si esta pandemia va a continuar hasta el próximo verano, y no sabemos cuánto más cambiarán los hábitos de la gente en ese tiempo", continúa; dado que ya se han eliminado tantas cosas, reitera la urgente necesidad de repensar el valor de la música electrónica.
"Nuestra cultura musical es también un espejo de la sociedad: no son independientes uno del otro, son uno solo. Es una discusión sobre el capitalismo también. ¿Cómo queremos ver el mundo después de COVID-19? No podemos seguir como antes. La conversación debe tener lugar en la industria de la música, pero todavía no ha ocurrido".
MUCHO PEOR - ENTONCES QUIZÁS MEJOR Nadie espera una simple recuperación de las consecuencias económicas y sociales de la pandemia. Cuando se trata de clubes y aglomeraciones, los problemas podrían manifestarse de tres maneras: tenemos menos dinero para gastar, por lo que hacemos menos cosas socialmente; seguimos siendo cautelosos con los viajes; y los aspectos que hacen que la cultura de la música electrónica sea algo preciado. La unión en la oscuridad con extraños, la libertad de movimiento, la expresión sexual y el anonimato están a menudo entrelazados con la vida nocturna y son imposibles bajo las regulaciones actuales. Esto deja a muchos de los valiosos espacios incapaces de alcanzar un equilibrio, y mucho menos de obtener beneficios, hasta que los eventos (y la capacidad) vuelvan con toda su fuerza. Sin embargo, al centrarnos únicamente en este momento decisivo, subestimamos la realidad de una industria musical de eventos globales que se ha estrellado, y que probablemente sea una de las últimas en regresar.
"Es la mayor crisis del ocio nocturno desde la Segunda Guerra Mundial. Durante 80 años, no ha habido nada con este nivel de impacto en nuestra cultura", dice Leichsenring sobre la pandemia. La tarea de dar apoyo al ocio nocturno es tan grande que ha empezado a trabajar en el Plan de Recuperación Global de la Vida Nocturna (Global Nightlife Recovery Plan) de nighttime.org. Un recurso gratuito en línea en el que participan académicos de la Universidad de Harvard y Mirik Milan, ex alcalde nocturno de Amsterdam, cuyo enfoque inicial se centra en ciudades principales, reflejando la complejidad y la variedad de situaciones en diferentes lugares. "Examina cómo distintas ciudades se enfrentan a aspectos diferentes, como por ejemplo Vilna comparada con Nueva York o Berlín. Se trata de reunir las mejores prácticas para que la gente pueda ver las ideas que funcionan, dónde y por qué", explica Leichsenring.
Es lógico que, hasta que podamos hacer un pronóstico más exacto con relación a los viajes, el público no podrá o no querrá volver en las proporciones que muchos lugares necesitan para sobrevivir. El proceso también puede tardar tanto que el apoyo financiero del gobierno, si lo hay, posiblemente se agotará antes de que las fiestas puedan volver, obligando a los lugares a cerrar. La paradoja es esta: la industria, tan dependiente de los viajes para funcionar, ya tenía una necesidad urgente de cambio, en concreto debido a la crisis climática. Ahora, el desafío es encontrar la manera de crear ecosistemas de vida nocturna sostenibles sin sacrificar las infraestructuras existentes. Es una tarea difícil, pero dicen que el cambio real sólo ocurre cuando un sistema se derrumba, y todo parece estar bastante destruido.