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ASH

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DEXTRO

DEXTRO

UNA NUEVA ESTRELLA EN LA ELECTRÓNICA

Autor: EDUARDO P. WAASDORP Foto de portada: @villedepluie Foto Amanecer en Montreal: PHILIP ROULEAU Fotos en el Desierto Blanco de Egipto: CERCLE Resto de fotos: @lens aresmith

El pasado mes de diciembre le conocimos. Este mes de marzo, tuvimos que traerle a nuestra portada. Hablamos de Ash, uno de los artistas más interesantes que ha pasado por nuestra portada en los últimos años. interesante por muchos motivos. No solo su música está compuesta por un genio, sino que Ash representa lo mejor de la nueva generación de artistas que se guisan y se comen, ellos solos, su propia carrera, auto gestionando y aprendiendo todos los entresijos necesarios para tener éxito en la complicada industria musical.

Seguiríamos hablando, presentándolo y diciendo que es un multi-instrumentista rabiosamente joven (24 años), que tiene más de 500 millones de escuchas en Spotify, 10 millones de visionados en alguno de sus videos en YouTube, que acaba de hacer un Cercle Stories en un sitio súper emblemático de Egipto (su país natal)… Pero mejor os dejamos que lo conozcáis vosotros mismos. Estamos, sin duda, ante una de las próximas grandes estrellas de nuestra escena. Juzgad vosotros… ¡Música, maestro!

¡Muy buenas Ash! ¡Un placer tenerte de nuevo en la revista! ¡Y más todavía que seas nuestra portada! Cuéntanos, ¿cómo estás? ¿Cómo va tu 2021? La cosa ha empezado bien, aunque seguimos sin salir mucho de casa en Montreal. Las cosas no van demasiado bien aquí, aunque la incidencia ha bajado mucho desde hace dos semanas, que estábamos casi en 1500 casos diarios. Esperemos que siga bajando, a niveles de verano, cuando apenas hubo contagios. Entonces abrieron los restaurantes y la vida volvió a parecer medio normal.

¿Cómo lo has pasado tú, emocional y anímicamente? Ha sido muy agotador para todo el mundo. Llevamos un año en esto y ya es demasiado. Imagino que para vosotros como publicación también lo ha sido, como para nosotros, los artistas… Sin actuaciones, sin nada que poder hacer. Sin duda eso ha sido lo más duro – a nivel profesional y mental –. No es fácil hacer música y ser creativo en estas circunstancias, porque para eso uno tiene que vivir. Además, necesitas el feedback humano. Incluso a la hora de publicar un track, yo en mis bolos probaba muchas cosas que luego acababa publicando. Ahora no puedes hacer eso.

Metiéndonos de lleno en materia, ya te tuvimos en diciembre con una breve entrevista en la revista, y ahora queremos presentarte con mayor profundidad a nuestros lectores. Eres multi-instrumentista, tus raíces son muy interesantes… Naciste en El Cairo, Egipto, ¿no es así? Sí, es así. Nací y crecí allí. Estuve viviendo allí casi toda mi infancia y adolescencia, estudié en el Colegio Francés de El Cairo

– mis padres son egipcios, pero vivieron muchos años en París, antes de que yo naciera, en 1996 –, por lo que mi conexión con la cultura francesa es muy fuerte…

O sea que, a nivel musical, tuviste una influencia de la música francesa también… Sí, mientras crecía en mi casa se escuchaba mucha música en francés, pero también música tradicional y local egipcia. Fue una mezcla muy interesante, a pesar de que ninguno de mis padres se ha dedicado a la música, siempre fue algo que estuvo muy presente en nuestras vidas. De hecho, mi hermano tocaba el piano. Así fue como yo también empecé a tocarlo…

¿Estudiaste piano? No exactamente. Mi hermano es 10 años mayor que yo y cuando yo tenía como 5 años, lo veía tocar y quise hacer lo mismo. Su profesor de piano empezó a darme clases a mí también. Lo gracioso de todo esto es que cuando mi hermano se fue de Egipto a estudiar en Francia, yo ya tenía un profesor de piano diferente, y este le dijo a mis padres que no quería seguir dándome clases, porque yo era muy malo y no tenía futuro en la música (risas). Que mi mente no era musical (risas). Que era alguien que jamás podría aprender a tocar bien (risas). Así que cuando él dejó de darme clases, yo empecé a aprender de forma autodidacta, especialmente viendo videos de YouTube y con las clases de música en el Colegio Francés. También hice un examen para pianistas, el Trinity, durante unos años, aunque lo dejé porque quería irme por avenidas más creativas y este examen era demasiado clásico.

¿Y cómo vino ese contacto con la electrónica? Al ser del 96 casi naciste en la era en la que la electrónica ya había llegado a los grandes formatos… Exacto. Yo crecí escuchando mucho trance, principalmente por las melodías y porque era lo más comercial que había en esa época. Siempre me fijaba en Armin Van Buuren, ATB o Dash Berlin, ya que todos ellos tenían mucha presencia de melodías de piano en sus composiciones. Todos ellos me inspiraron para empezar a crear música electrónica. Aunque lo primero que aprendí fue a pinchar, con unos 13 años…

¿Cómo aprendiste? (Risas) Me bajé el Virtual DJ a mi ordenador. Creo que muchos hemos empezado haciendo eso. Las mezclas eran malísimas (risas), pero así fue como empecé a entender lo que son los bpm, el pitch y toda la teoría y la técnica. Luego me di cuenta que pinchar no era suficiente, porque ante todo yo era pianista. Así fue como empecé a descubrir lo que era FL Studio, Ableton, Reason y todos los software de producción. Un día me compré Ableton, descubriendo cómo funcionaba y viendo tutoriales de YouTube. Mucha gente subía sus proyectos de remixes no oficiales de canciones famosas de Avicii o Calvin Harris, y yo me los bajaba y me fijaba en sus estructuras, en cómo están dispuestos los sonidos, tracks, etc. Así fue como aprendí, a base de YouTube.

Pero de ahí a convertirte en multi-instrumentista hay un gran paso… En efecto. Eso fue algo que fue creciendo. Al principio solo tocaba el piano y sabía producir lo básico. A raíz de eso me compré una teclado MIDI para controlar Ableton y poder tocar las cosas allí. Pero cada vez que quería añadir un sonido de guitarra, saxofón o un sonido real, orgánico, de un instrumento real, nunca encontraba un plugin bueno, que sonase a algo real. Por eso decidí que en vez de buscarme un plugin, iba a aprender a tocar el instrumento (risas). Me compré una guitarra, empecé a verme…

Déjame adivinar: ¡Tutoriales de YouTube! Exacto (risas). Así aprendí a tocar la guitarra y cuando supe lo suficiente, empecé a grabar los sonidos de guitarra de mis tracks yo mismo. Y cuando quise añadir un sonido de viento – de saxofón en este caso – a mis tracks, me compré un saxo y aprendí a tocarlo viendo más tutoriales. Al final se convirtió casi en una obsesión: cada vez que quiero poner un sonido de algo en mis tracks, aprendo a tocar el instrumento y acabo haciéndolo yo todo (risas).

En verdad sabiendo tocar el piano, que es sumamente difícil, el resto de instrumentos van más rodados, ¿no?… Sí. El piano ha sido como la base para poder aprender a tocar todos los otros instrumentos. Cuando conoces el piano, las escalas, el solfeo y cómo funciona la teoría musical, el resto es solo dominar la técnica particular de cada instrumento. Por ejemplo, me encantaría aprender a tocar el violín, pero es cierto que ese en particular sí que hay que llevarlo tocando desde la infancia, para tener la fuerza y los reflejos necesarios en los dedos para poder dominarlo. Parece un poco intimidante, la verdad. Pero creo que la mayor parte de los instrumentos son fáciles de aprender, una vez sabes tocar el piano.

¡Lo dices como si fuera coser y cantar! (Risas). Viendo tus videos, realmente lo haces parecer muy fácil, el cambiar

de instrumento como quien toca botones en una controladora… Y lo más paradójico es que casi dejas la música de lado por otra profesión más de traje y corbata… De hecho, ¡fuiste becario del Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau! ¡Cuéntanos esa historia! ¡Sí! (Risas). En verdad la música siempre ha sido mi pasión, mi sueño… pero fue siempre un hobby. Pero cuando acabé el bachillerato en el Colegio Francés, en El Cairo, empecé a solicitar plaza en diferentes universidades, la mayoría en Francia, pero también en Montreal. Al final me decidí por Montreal porque mis mejores amigos se iban a mudar aquí (risas) y quería estar con ellos. Creo que fue una decisión acertada, porque más allá de que me permitió estudiar Ciencias Políticas y Económicas, también me permitió tener mucho tiempo libre para hacer música, porque tenía pocas horas de clase al día.

¿Cómo fue a partir de ahí? Los años siguientes fueron más para pulir esas ideas y empecé a publicar mi música en SoundCloud. En ese momento todavía no ganaba dinero y en 2015 empecé a tener más reproducciones y llegarme más reconocimiento de artistas más grandes. Ya tenía varios miles de seguidores y eso me hizo tener cierta esperanza de que podía tener una futura carrera en la música, pero todavía no era una realidad. Creo que tenía miedo de dejar mis estudios y dedicarme completamente a la música, a pesar de que era mi idea durante mi primer año en la universidad. Al final no me arriesgué y seguí estudiando, también porque era buen estudiante y me gustaba lo que hacía. Sacaba buenas notas y todo. Era muy joven, recién tengo 24 años, y quería mantener todas mis opciones abiertas. Tener un plan B. ¿Y cómo acabaste trabajando para Trudeau? Continué con mis estudios y al final me tocó hacer prácticas. Como tenía muy buenas notas, tuve la oportunidad de hacerlas en el despacho del Primer Ministro. En ese momento, mi visión era acabar las prácticas y conseguir un trabajo de oficina, en política, iba a hacer mi curriculum e iba a aplicar a diferentes trabajos. Pero durante estas prácticas, por mucho que me gustase lo que estaba haciendo, no me veía viviendo esa vida. Yendo a trabajar de traje y corbata, en una oficina, con un estilo de vida tan rígido. Justo en ese momento fue cuando mi track, ‘Mosaïque’, empezó a conseguir muchos streamings…

Ahora tiene, solo en YouTube, 94 millones de reproducciones… ¡Es una locura! ¿Verdad? La publiqué en 2016 y las prácticas las empecé en 2017. En ese momento ya tenía 100 mil visionados en YouTube. Y un día, recuerdo estando en el trabajo, le mostraba a mis compañeros el track y de pronto vi que tenía 200 mil reproducciones. Me quedé un poco en shock, porque el día anterior tenía 100 mil. No sabía qué estaba pasando. Al día siguiente me volví a meter y ya iba por el medio millón de visionados. Dos días después ya tenía un millón. Dos millones. Empezó a crecer de forma descontrolada y a los dos meses, cuando terminé mis prácticas, ya tenía 30 millones de reproducciones. ¡Una locura! Esa fue la señal que necesitaba para saber que me iba a dedicar a la música. Terminé las prácticas, terminé mi carrera y aunque todavía no ganaba dinero de los streamings, decidí centrarme los siguientes seis meses en crear más música, para asegurarme de que no solo había sido un golpe de suerte. Si a 30 millones de personas les gustó lo que hice, quizá tenía alguna oportunidad (risas). ¡Estoy muy agradecido por todo!

¡Qué locura! Es una historia que refleja perfectamente cómo funcionan las cosas en este momento. Gente como tú, que sale de sus estudios caseros con millones de reproducciones en todas las plataformas. Antes de meternos en eso, quería preguntarte por el trasfondo de tu música. En ella, puedes oír claramente que eres egipcio; pero también puedes oír perfectamente la influencia occidental, en especial del trance… Totalmente. Creo que la influencia del trance está ahí presente y también de toda la música que escucho en la actualidad. Especialmente, diría que está en los sonidos de sintetizadores. Algunas veces, sigo abriendo Sylenth, Serum (soft-synth) u otros plugins para diseñar las líneas melódicas, como hacía cuando producía trance, aunque dándole un carácter más actual. Dicho esto, el trance es un estilo de música que ya no escucho, en estos momentos estoy más metido en el deep house o en el techno melódico. También me gusta mucho el rock, la música alternativa, y otros géneros electrónicos.

Ese sonido que estás desarrollando ahora está muy cerca del deep. No quiero decir house, porque hay más influencias. Especialmente influencias de Egipto. ¿Cómo consigues mezclar tus influencias para no sonar como un cliché? Tu música no suena a cliché. Porque hay muchos artistas que intentan incorporar sonidos exóticos en sus producciones y al final todo acaba sonando a más de lo mismo…

(Risas) ¡Gracias por el comentario! Creo que es porque no me centro en ellos para ser el centro de mis producciones. Es una influencia más, no el foco de mi sonido. No busco que mis tracks tengan una melodía de Oriente Medio. Simplemente hago música que me sale de forma natural. Mi sonido es simplemente una mezcla de mis influencias, un reflejo de mi paleta sonora, de la música que escucho. Es entonces cuando se crea esa sana mezcla de culturas en la música. En cambio, cuando intentas que suene demasiado exótico, es fácil caer en el cliché. Si estuviera escuchando solo música árabe o egipcia e intentase replicarla en clave occidental, entonces sería cuando la parte árabe sería más prominente y caería en el cliché del que hablas. Siempre intento no quedarme atascado en la misma paleta sonora, porque entonces suenas repetitivo. Es algo que me ocurrió cuando ‘Mosaïque’ alcanzó tantos millones de reproducciones. Sentí que igual tenía que reproducir ese sonido una y otra vez. Y no es así. Creo que es un dilema por lo que pasa todo productor cuando tiene un track muy exitoso. Pero al final te das cuenta de que el éxito viene de tomar riesgos, de sonar diferente y de dejarte llevar.

Porque, ¿cómo era tu música antes de ‘Mosaïque’? Yo diría que estaba demasiado orientada hacia el deep house. Típico track a 120bpm. No era demasiado experimental ni nada. Creo que por eso ‘Mosaïque’ tuvo tanto éxito, porque no estaba intentando copiar a otro artista, sino que me salió del corazón.

Cambiemos de tema. Hablemos de ese maravilloso Cercle Stories y tu lanzamiento con su sello, titulado ‘White Desert’. Está funcionando genial en todas las plataformas. Primero, para quien no lo sepa, ¿qué es un Cercle Stories, comparado con su streaming habitual? ¡Muchas gracias! Cercle Stories es básicamente un nuevo formato de un solo track que han ideado los chicos de Cercle, entre otras cosas, para promocionar sus releases en el sello. Ya lo han hecho NTO, Christian Löffler, Joris Delacroix, aparte del mío. Entiendo tu pregunta, porque mucha gente que comenta piensa que es una especie de teaser o tráiler de un streaming más largo. Es un formato más cinemático, una versión diferente de sus videos normales de una hora. En mi caso, por el hecho de que es más corto, quise tocar un track que tuviera muchos cambios de instrumento y que lo hiciera más dinámico que en un directo de una hora u hora y media.

Entiendo que para grabarlo estuvisteis acampados durante varias noches en el Desierto Blanco de Egipto… !Así es! Tuvimos que hacerlo porque, como sabes, no hay ningún hotel en varios cientos de kilómetros. ¡Está, literalmente, en el medio de la nada (risas)! Fue una experiencia increíble, porque entre otras cosas fue mi primera acampada (risas). Nunca lo había hecho, soy más de ciudad. Nos estuvieron asistiendo tres beduinos, nómadas del desierto, haciéndonos la comida todos los días. Comida egipcia, que como puedes imaginar me encanta (risas). Los beduinos son gente muy hospitalaria. Nos divertimos mucho, más allá del estrés de poder grabar las cosas a tiempo, porque nos pilló una tormenta de arena enorme, el viento era fortísimo, y había que cuidar que no se me llenasen los instrumentos, el ordenador y las cámaras de arena.

UNA NUEVA ESTRELLA EN LA ELECTRÓNICA

¿Qué tan difícil es conseguir permisos para grabar en sitios así de emblemáticos? Esta vez no tuve que pedir nada, porque lo gestionaron todo los chicos de Cercle. Pero por mi experiencia siendo egipcio y habiendo hecho streamings como el de las Pirámides de la Necrópolis de Gizeh en 2018, sé que es realmente complicado conseguir un permiso para filmar cualquier cosa en Egipto. A mí me llevó varios meses completar todo lo que me pidieron. Especialmente en ubicaciones tan emblemáticas, históricas o protegidas. Aunque es cierto que cuando es para un gran proyecto, como Cercle, el gobierno es más receptivo a este tipo de peticiones.

Ahora mismo ese video tiene más de 10 millones de visitas. Una cifra que es absolutamente impresionante. Eres uno de esos artistas de la nueva generación que ha sabido presentarse y ganarse la vida muy bien con las nuevas herramientas de streaming. De hecho, entre todas las plataformas llevas más de 500 millones de reproducciones. ¿Qué tan difícil ha sido navegar a través de la ingeniería de las nuevas formas de monetizar y visibilizar tu trabajo en la industria musical? Creo que lo bueno de las herramientas actuales en internet es que permiten a artistas como yo vivir de su música, monetizándola y publicando de forma independiente. La mayor parte de mis tracks han sido publicadas por mí mismo, sin un sello grande detrás, a excepción de esta última, ‘White Desert’, con Cercle. Esto lo he hecho así porque cuando empecé y le escribía a los sellos, no había intentado hacerlo a los grandes. Siempre confiaba en publicar los tracks por mi cuenta en SoundCloud, ver como reaccionaba la gente y ya mover ficha. Y luego ya empecé a publicar directamente en Spotify.

¿Qué marcó la diferencia? Que el algoritmo empezó a hacer su magia. Empecé a aparecer en las listas Discover Weekly y la gente empezó a oír mi música de forma natural. Así creció mi perfil, empecé a entrar en playlists y mi música a llegar a más gente. Es increíble como el algoritmo puede jugar a tu favor en algunos casos. También he de decir que no todo es perfecto y maravilloso. Cuando tienes un sello y un equipo de marketing fuerte detrás es definitivamente algo que ayuda y que cambia mucho la dirección de la carrera de los artistas. Pero creo que con las herramientas que te da internet a día de hoy permiten que artistas que igual no tienen todas las conexiones del mundo, la infraestructura o que – como yo al principio – no contacten con sellos al inicio de su carrera, también puedan tener una oportunidad de ganarse la vida con su música.

¿Cuál ha sido el proceso, en tu caso? ¿Cómo lo has conseguido? Algunas veces no es fácil, porque cuando no tienes un sello detrás, te tienes que encargar de todo tu mismo. Tienes que aprender, paso a paso, todo el proceso. Yo tuve que aprender cómo funcionaba el negocio de la música, tomé cursos de negocio musical, aprendí lo que era la distribución, el publishing y todos los aspectos que rodean la publicación de un trabajo. Todo esto lo tienes que aprender tu mismo para poder entender lo que es esto. Por ejemplo, no tenía ni idea de lo que era el publishing. Creo que muchos artistas independientes no conocen este concepto y piensan que el único que te puede dar dinero son las reproducciones. También hay dinero en esto, en las licencias de sincronización en TV y cine, y muchos otros conceptos. Hoy en día, el hecho de que cualquiera pueda distribuir su música por 10€ o incluso gratis, bajo comisión, con distribuidoras, ha abierto las puertas a mucha gente.

¿O sea que no hay fórmula mágica? Aunque lo parezca, no la hay. Hay que aprender mucho y saber manejarse. Especialmente porque que las herramientas estén al alcance de todos también ha abierto la puerta a muchos timadores. Por eso creo que es necesario que los artistas nuevos y establecidos tengan una educación fuerte en torno a cómo funciona la propia industria. Especialmente para que artistas independientes puedan monetizar su trabajo y promocionarlo, sin riesgo de caer en las garras de alguien que le prometa que por 1000€ va a poner su track en la playlist X y va a tener 1 millón de escuchas, siendo que no es así.

¿Y qué tan importantes son las plataformas de video para un artista en esta coyuntura? Una de las razones por las que he puesto tanto cuidado en hacer crecer mi YouTube y hacer streamings es porque a pesar de que la gente conocía mi música, no conocía al artista, mi historia. Quizá escuchaba mi track en un café, en un restaurante o en algún sitio parecido, pero la cosa se quedaba ahí. Aquí es donde está el secreto quizá, en saber hacer funcionar la música, hacer crecer tu perfil, tu marca y tu yo artístico. Muchos artistas independientes tienen este mismo reto, de aprender todas estas cosas y hacerlas trabajar en su favor. Al final la fórmula es ensayo-error y mucha educación. Además de recordar que la música siempre es la que habla por ti. Da igual la marca, la imagen o lo que sea si la música no es la que te representa.

¿Cómo has visto la evolución del streaming? Creo plataformas como Twitch han crecido mucho y se están convirtiendo en algo súper importante para la industria musical. Hace poco hice tres streamings con ABRACADABRA, la plataforma de Blond:ish, que ha hecho un trabajo espectacular creando una comunidad y están trasladando el ambiente de los clubes, con sus residentes e invitados, a shows semanales con mucho seguimiento. Es una nueva forma de hacer las cosas, hay que aceptarla y adoptarla durante esta situación que esperemos pase cuanto antes.

Cambiando de tema… ¿Cómo ves el futuro, en cuanto a la pandemia se refiere? Especialmente con la vacunación abriendo un hilo de esperanza para la industria… Es complicado. En Canadá esperan haber vacunado a toda la población para septiembre. Yo espero que sea antes para tener algo que aprovechar durante el verano, pero soy optimista en que aunque no sea como un verano normal, si nos permita hacer algo más que el año pasado.

¿Qué planes tienes para ti y tu sello, ASH Music? De momento estoy centrándome en mis próximos releases, pero como te decía, me encantaría poder ayudar a otros artistas independientes que quizá no tengan la oportunidad de publicar sus tracks en un sello tradicional. Además de educarlos en el funcionamiento de la industria, para que puedan ejercer sus derechos también. Esto ya lo hago con mis amigos, pero mi objetivo este 2021 es ayudar a más artistas independientes mediante ASH Music, a que entiendan la industria y que los streamings no son lo único que les puede ayudar en su carrera.

¿Nuevos releases? Todavía no, aunque tengo mucha música para sacar. Lo que todavía no sé si lo haré por mi cuenta, en forma de EP o de álbum… Quizá sea algo en formato largo, pero todavía no lo puedo confirmar. Es el objetivo para este 2021. También haré más directos online seguro (al menos por ahora), seguir creciendo en YouTube y con suerte podamos volver a actuar de cara al final de año.

Ha sido un auténtico placer, Ash, poder hablar contigo y concerte mejor. ¡De todo corazón, te deseamos lo mejor y te estaremos siguiendo de cerca! ¡Gracias a vosotros por esta oportunidad! ¡Un abrazo y salud!

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