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ROCKEANDO EN LA
ROCKEANDO EN LA HABANA
TEXTO ÁNGEL SEPÚLVEDA
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Los Stones rodaron en Cuba y cautivaron en histórico concierto.
Los sucesos que sellan la historia de la humanidad se presentan, en algunas ocasiones, en una determinada línea de tiempo y realmente puede llegar a sorprender el hecho de que dos acontecimientos de distinta naturaleza, que tuvieron su origen en este pequeño espacio temporal, hayan sido encausados, por capricho del destino, a concordar en un punto que, probablemente, nunca se hubiera imaginado.
En febrero de 1962, como consecuencia directa de la ‘Guerra Fría’, el pueblo cubano se vio afectado con el endurecimiento del bloqueo económico en contra del ‘Gobierno Revolucionario’ instaurado en la isla –bloqueo decretado por el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy−. Mientras esto sucedía en el caribe americano, en paralelo, en una isla ubicada al norte de Europa –Inglaterra–, un grupo de jóvenes empezaba a ‘rodar’ en el mundo del Rock, siendo el mes de abril de 1962 en el que Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts, Brian Jones, Bill Wyman y Ian Stewart salían a la luz con la agrupación musical The Rolling Stones.
1962 ha sido entonces, el año referente tanto en el rumbo que marcó la historia de Cuba, como también, en el destino de una de las bandas de Rock más influyentes a nivel mundial. El capricho del universo ha decidido que estos dos sucesos converjan 54 años después −tras la paulatina apertura que se está llevando a cabo en Cuba− en el primer concierto que ofrece esta icónica banda rockera en territorio cubano.
Dos décadas sin Rock y el inicio de la apertura
Como parte de la política establecida por el ‘Gobierno Revolucionario’ encabezado por Fidel Castro, la música de las bandas angloparlantes estuvo prohibida en la isla durante las décadas de los años 60 y 70. No obstante, y a pesar de que su música era silenciada en las radios −y otros medios− bajo el argumento que este tipo de música representaba la decadencia del capitalismo occidental, la juventud cubana de aquella época se las ingeniaba para conseguir e intercambiar los discos de vinilo; así lo comentó a Dossier Informativo Mx Ramón de la Rocha, un habitante de La Habana de 60 años.
Ya en los 80, ese contexto cambió, los temas anglo-sajones se podían escuchar mediante las transmisiones radiofónicas y algunos conciertos podían ser vistos en la televisión; pero siempre, bajo la autorización y supervisión del Estado Cubano, pero… ¿Un concierto en vivo? Era algo impensable.
No fue hasta principios de este siglo, específicamente en el año 2005, que grupos como Audioslave (Tribuna Antiimperialista José Martí / mayo), Air Supply (Tribuna Antiimperialista José Martí / julio) y Simply Red (Gran Teatro de La Habana −antes García Lorca− / agosto) realizaran presentaciones ante el público cubano, pero la cereza del pastel tuvo que esperar 11 largos años para ser colocada.
La Habana se rinde ante los Rolling Stones.
La fecha esperada había llegado. Un escenario de
aproximadamente 80 metros de largo por 56 metros de ancho, 10 pantallas gigantes y varias torres de bocinas aguardaban pacientes el instante de arrancar motores, en punto de las 20:30 horas, para ser parte de un evento que quedará marcado en la historia mundial del Rock; así como también, de la propia historia moderna de la isla caribeña.
Desde una noche anterior, las inmediaciones de la Ciudad Deportiva de la Habana se vieron invadidas por cientos de personas que, en busca de obtener el mejor lugar posible, no les importó acampar en la acera o, simplemente, deambular por las calles aledañas al recinto con tal de estar lo más cerca posible de la legendaria banda británica.
El bello amanecer de la Habana fue testigo de la marea humana que desde muy temprano comenzó a encaminarse hacia la Ciudad Deportiva. Conforme el pasar del tiempo, el flujo de fanáticos se incrementaba. A pie, en taxis o en ‘guaguas’ (transporte público de Cuba), no importaba la forma de llegar, lo importante era estar presentes. El concierto no solo hizo comulgar a varias generaciones de cubanos, se podía apreciar personas en solitario, parejas, grupos de amigos y hasta familias enteras que convirtieron a La Habana, por unas horas, en una inmensa ‘Torre de Babel’, pues el mundo entero quería ser testigo de este hecho sin precedente; alemanes, costarricenses, salvadoreños, brasileños, españoles, británicos, japoneses, venezolanos, colombianos, argen-tinos, franceses y, desde luego, mexicanos –entre otras nacionalidades− abarrotaron la infraestructura de alojamiento en La Habana, con tal de ser parte de la historia.
La noche en La Habana cae, la expectativa crece y el recinto ya se encuentra literalmente abarrotado. 20:30 horas, una mujer que se encuentra presente mira el reloj y exclama “ya son las ocho y media… ¿A qué hora va a empezar?”…su hija la tranquiliza. 20:40 horas. Las luces se apagan, el clamor de la multitud empieza su efervescencia. En las pantallas gigantes un video que entrelaza imágenes representativas de la vida en Cuba con imágenes de la banda británica. El video concluye y una voz anuncia “Ladies and gentlement: The Rolling Stones”; de inmediato suenan los acordes de la guitarra de Richards dando pie a la primer canción: Jumping Jack Flash.
It´s Only Rock N’ Roll y Tumbling Dice precedieron a las primeras palabras de Mike Jagger a los presentes −en un español con ligero acento británico−: “Hola Habana, ¡Buenas noches mi gente de Cuba! Aquí estamos finalmente, estamos seguros que esto será una noche inolvidable”. Y así fue. Una cascada de grandes éxitos de la banda como: Angie, Paint it Black, Honky Town Women y Miss You incrementaban cada segundo la euforia en el público asistente.
Entre canción y canción, Jagger hacía una obligada pausa para dirigirse a la audiencia: “Sabemos que años atrás era difícil escuchar nuestra música, pero aquí estamos tocando para ustedes en su linda tierra. Pienso que los tiempos están cambiando, Cuba está cambiando”. También
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aprovechó la ocasión para agradecer a Cuba “…por toda la bella música que ha dado al Mundo”, y para comentar las vicisitudes de su paso por La Habana: “Anoche estuvimos en la Embajada Britanica, bebimos wisky y comimos arroz y frijoles… pero lo más rico fue bailar rumba cubana”, contó antes de lanzarse a interpretar Gimme Shelter, Start Me Up, Sympathy for the Devil y Brown Sugar canciones que sellaron la primer parte del concierto.
Cinco minutos de espera −que parecieron una eternidad− y en el escenario nuevamente “Sus Satánicas Majestades” Can´t Always Get (What You Want) acompañado por un coro de la escuela de Música de La Habana dio pie al éxtasis total… “¿Están listos?” preguntó Jagger a los asistentes, y surgió entonces el inconfundible sonido de (I Can’t Get No) Satisfaction… la locura en su máxima expresión, casi ocho minutos de saltar, bailar, gritar, cantar y ser libres, el concierto alcanzó su punto más álgido y logró ser casi un milagro de Semana Santa para el pueblo cubano. Era el fin del concierto, el fin de la gira “Ole Tour” por América Latina que los llevó a pisar tierras brasileñas, argentinas, chilenas, colombianas, peruanas y mexicanas para cerrar, con broche de oro, en territorio cubano.
Dos horas con 20 minutos de puro, total y absoluto Rock. Mike Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood siguen haciendo todo perfecto. La vitalidad y entrega que mantienen arriba del escenario, a los más de 70 años de edad, es realmente impresionante y digna de admiración. No hay un detalle fuera de lugar. Ya sabemos que desde tiempo atrás tocan de memoria, pero lo hacen como nadie. Y esa noche del 25 de marzo del 2016, más de 1 millón 200 mil fanáticos (de acuerdo al reporte de la cuenta oficial de Twitter de los Rolling Stones) pudieron presenciar un pedazo de historia. DIMX
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