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LA DERROTA DE MORE NA EN LA CDMX ¿VOTO DE CASTIGO O COMPLOT?

LA DERROTA DE MORENA EN LA CDMX… ¿VOTO DE CASTIGO O COMPLOT?

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TEXTO ALEJANDRO ROMERO B.

“Divide y vencerás”: JULIO CÉSAR

Una de las primeras frases que expresó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador ya concluido el proceso electoral del pasado 6 de junio, fue, “estoy feliz, feliz”, y como no iba a estarlo, si ganó 11 gubernaturas de las 16 que se disputaban, la mayoría simple en la Cámara de Diputados y 19 congresos de los 30 que se renovarían en los estados del país. Lo que le permite gobernar con tranquilidad la segunda parte de su sexenio, sobretodo, rediseñar la estrategia, en la prematura carrera por la sucesión presidencial del 2024.

Pero antes de pensar en el 2024, el presidente López Obrador tendrá que analizar los porqués de la derrota de su partido en la capital del país, derrota emblemática, porque el Movimiento de

Regeneración Nacional (MORENA) perdió la ciudad que lo vio nacer, que lo impulsó hasta convertirse en un movimiento nacional y ganar la presidencia del 2018. En donde hoy, 2021, el liderazgo carismático no fue suficiente para refrendar el triunfo.

La CDMX, es una ciudad que durante décadas ha sido el bastión de la izquierda, de la vanguardia progresista, en la que hoy, la mayoría de sus ciudadanos decepcionados de las políticas públicas gubernamentales que han abandonado a la clase media, a los empresarios y a otros sectores de la población en el mal manejo de la pandemia, de la economía, de la seguridad nacional y la corrupción, le han enviado un mensaje al presidente de la República, a través de la jefa de Gobierno (quien sólo ganó siete de las 16 alcaldías de la Ciudad de México).

Por lo que es un error presidencial, expresar que la derrota capitalina es producto de una campaña de desprestigio orquestada por y desde los medios de comunicación, es una visión reduccionista de la compleja realidad del centro político del país, a la cual ya gobernó durante 2000 al 2005.

Pero más grave error, es que la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum repita sistemáticamente este y otras justificaciones generados desde Palacio Nacional, porque están alejados de un necesario y profundo análisis de los resultados electorales.

Decir que hubo un complot desde los medios de comunicación de masas, es una afirmación que está más cerca de una estrategia goebbeliana, que busca imponer “número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente”, mismas que fueron presentadas desde diferentes perspectivas vía el eje informativo Obrador-Sheinbaum-Citlalli y otros. EL CUARTO PODER Sin embargo, también sería erróneo pensar que los medios de comunicación masivos (MCM) no buscan “influir” en la política de manera directa o indirecta. Si hacemos una radiografía de ellos en México y en el mundo, podemos concluir que sus dueños, son businessman que están más cerca del raiting y la rentabilidad financiera, que de su misión social de informar.

Un ejemplo es el del magnate estadounidense Jeff Bezos (Amazon), que compró en 2013, el influyente diario The Washington Post para cabildear sobre los poderes políticos en el centro neurálgico de los Estados Unidos de América.

En México muchos hombres de negocios, que son dueños de MCM, buscan también influir y cogobernar desde su esfera mediática, como lo estudiara A.J. Greimas, estos businessman buscan “construir a sus audiencias conformado en el imaginario de los receptores su propia visión del mundo y su muy particular ´punto

de vista´, oculto en enunciados performativos que detonan la acción colectiva”. Obviamente, también buscan imponer su agenda política.

Por la influencia de los medios de comunicación dominantes, los mexicanos se han convertido en una gran masa receptora de toda clase de productos chatarra, simbólicos y materiales, promovidos desde las pantallas audiovisuales y las páginas de revistas y periódicos.

Las campañas electorales en México, son un ejemplo de la prevalencia de productos chatarra, en donde es igual vender unos pañuelos desechables que candidatos y partidos políticos, que sin programa ideológico, plataformas electorales ni propuestas de proyecto de gobierno ganan elecciones.

Podemos concluir al respecto de la influencia mediática, que los medios de comunicación de masas, sacrifican la calidad de los contenidos por el raiting, como lo manifestaron massmediócratas del nivel de Rupert Murdoch y del extinto Emilio “El Tigre” Azcárraga, quien manifestó que Televisa hacia un favor a los ”jodidos” brindándoles entretenimiento gratuito.

CLASE MEDIA... JODIDA Pero, que no el presidente López Obrador también mantiene esta visión de santificar al “jodido”, sobre todo, después de la paliza impuesta a su partido en la CDMX, volcándose en contra de la clase media capitalina, tachándola de tener una “voluntad aspiracionista” y “clasista”.

Grave error del ejecutivo federal, que no sólo ha demostrado su animadversión a la intelectualidad (que le permitió ganar en 2018), sino a las legítimas aspiraciones ciudadanas a progresar en todos los sentidos y obtener lo que él prometió alguna vez: la ciudad de la esperanza.

Quizá el presidente, quiera ver a un México en el que sólo se salvan los pobres, claro, mientras sigan siendo pobres.

Pero que no Andrés Manuel López Obrador a través de su esfuerzo “aspiracionista” y determinación logró ser presidente de la República. No es él un claro ejemplo del que se esfuerza puede lograr sus metas. ¿Por qué ahora no quiere que la sociedad tenga aspiraciones?

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