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En Europa insisten con gravar la carne por medio ambiente
Este artículo publicado en el portal Bioeconomía, da cuenta de las negociaciones que se están llevando a cabo en la Unión europea tendientes a gravar con un nuevo impuesto la carne bovina, porcina y aviar. El proyecto es impulsado por socialistas y ecologistas que sostienen que se consume carne en exceso y deberían incentivar el consumo de otros alimentos en beneficio de todos. Por la importancia que este tipo de acciones tienen en el futuro del negocio cárnico, compartimos con nuestros lectores el mismo.
Un grupo de legisladores socialistas y del partido Verde respaldaron los resultados de un informe encargado por la Coalición para un Precio Justo de las Proteínas Animales (TAPPC), y solicitaron que se incluya un nuevo modelo de precios de la carne en el Acuerdo Verde Europeo y la nueva política alimentaria de la UE, la Estrategia de la Granja a la Mesa (F2F).
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El estudio, elaborado por el grupo de investigación ambiental CE Delft, sugiere que el precio de la carne en los puntos de venta debería aumentarse en; 0,47 € los 100 gramos de carne bovina, 0,36 € por 100 gramos de carne de cerdo y 0,17 € por 100 gramos de pollo, para reflejar los costos ambientales reales de su producción.
Debería aplicarse gradualmente a partir del próximo año, alcanzando la cobertura total de los costos ambientales externos, como las emisiones de CO2 y la pérdida de biodiversidad para 2030.
Además de reducir las emisiones en 120 millones de toneladas de CO2 equivalentes al año, los cargos recaudarían € 32 mil millones al año para los estados miembros de la UE, según el informe.
La Coalición Tappc propone que aproximadamente la mitad de lo recaudado se destine a los productores agropecuarios en forma de subsidio a cambio de desalentar la producción de carne, lo que podría aumentar los ingresos agrícolas individuales en miles de euros por año.
El resto debería utilizarse para reducir el costo de la producción de las frutas y verduras, apoyar a las familias más pobres y ayudar a los países en desarrollo a enfrentar la crisis climática.
Jeroom Remmers, director de la Coalición Tappc, dijo: “Los europeos comen aproximadamente un 50% más de carne de lo recomendado en las pautas de salud dietética. Entonces, también podríamos ahorrar miles de millones de euros cada año en menores costos de atención médica”.
La introducción de un impuesto sobre la carne para hacer frente al bienestar animal y las preocupaciones medioambientales se está debatiendo en Alemania y los Países Bajos, mientras que el problema general del aumento de precios también se ha planteado en otros países de la UE.
En una entrevista que publicó el portal EURACTIV, el eurodiputado verde Bas Eickhout dijo que con la F2F, la nueva Comisión se está enfocando en el impacto ambiental de la producción de alimentos, y uno de los puntos clave de cualquier legislación ambiental es obtener el precio correcto.
"Tenemos un gran problema aquí con los precios correctos, pero este ejemplo en la carne solo muestra cuán al revés es el sistema actual", citó el portal, agregando que los consumidores no pagan el precio correcto y que los agricultores tampoco obtienen el soporte adecuado.
Para Eickhout, las tiendas de comercio son quienes se llevan las ganancias en el sistema de producción de carne, mientras que los productores y consumidores deben pagar un precio alto.
Los defensores del "cargo de sostenibilidad" insisten en que no debe ser considerado un impuesto a la carne, sino más bien como un esquema de precio justo.
"Al abordar el precio real de la carne en términos de preocupaciones ambientales, los costos ahora son asumidos por la sociedad, no por las personas que compran carne" dijo Robert Vergeer, investigador de la consultora que redactó el informe.
Otro objetivo es reducir el consumo de carne alentando un cambio hacia las dietas vegetales.
De implementarse, el impuesto a la carne reduciría el consumo de pollo, cerdo y carne bobina en un 30%, 57% y 67%, respectivamente para 2030, dice el informe.
Según Eickhout, "esto no debería ser solo acerca de si aumentar los precios o no, sino también controlar qué consumo queremos
Olga Kikou, directora de la oficina de la UE de la ONG Compassion in World Farming, enfatizó la necesidad de aumentar la producción de proteínas vegetales en "un sector agrícola fuertemente intensificado".
"Necesitamos dejar caer esta imagen de animales pastando en praderas como muestra que tienen una buena vida y al final, de alguna manera, van al matadero voluntariamente y se convierten en comida en nuestra mesa", dijo.
El eurodiputado socialista Mohammed Chahim consideró el impuesto como un "cambio equitativo" que busca internalizar los costos ambientales del consumo de carne, destacando que la propuesta no va en contra de los agricultores.
"Ustedes son nuestros amigos, pero debemos distinguir entre los agricultores que consideran el medio ambiente y aquellos que solo buscan ganancias", dijo.
Según el informe, los ingresos recaudados con el impuesto a la carne deberían redistribuirse a los agricultores y consumidores a través de un sistema de compensación que recompensa a los productores que contribuyen a un producto sostenible con altos estándares de bienestar animal, pero también a las personas con ingresos relativamente bajos.
Sin embargo, la propuesta ha generado algunas críticas por parte de los agricultores. Daniel Azevedo de la asociación de agricultores COPA-COGECA tomó la palabra diciendo que el plan conduciría al abandono rural de los agricultores en países como Portugal.
"Los agricultores europeos están realmente orgullosos de estar comprometidos con los más altos estándares de seguridad alimentaria, salud animal, medio ambiente y bienestar animal" dijo el agricultor.
También enfatizó que, para mantener y aumentar estos altos estándares, un agricultor necesita obtener el retorno del mercado, lo que en última instancia podría hacer que invierta más.
"Y hasta ahora, los productos europeos conocidos por su sostenibilidad no han podido obtener ese retorno", dijo, y pidió una gran discusión sobre el tema que tenga en cuenta todas las consecuencias. "Y no creo que esta discusión aún haya abordado todas las consecuencias", concluyó.
Comentarios al margen
Crean máscara que filtra el 90% del metano que emite la vaca
Los hermanos argentinos Francisco y Patricio Norris, dueños de ZELP, una empresa radicada en Inglaterra, inventaron una máscara que reduce las emisiones de gas metano producidas por el eructo de las vacas. El dispositivo retiene el 90% del metano y lo transforma en vapor de agua y dióxido de carbono.
La creación podría ser revolucionaria y de alto impacto en la actividad ganadera y el medio ambiente, ya que el gas metano que emiten las vacas es considerado por parte de varios estudios como uno de los principales gases de efecto invernadero.
El dispositivo, además, cuenta con geolocalizador para rastrear a los animales y recopila importantes datos sobre el metano emitido por los mismos, con los cuales se pueden realizar desde diagnósticos precoces de enfermedades hasta detectar los días en que el animal está en celo, lo cual es clave para maximizar la producción. Todos los datos recopilados se pueden analizar de manera remota.
Para Francisco Norris, la máscara crea un aire más limpio, pero admitió que fue difícil venderla al principio.
“Me estoy asegurando de que la gente entienda que esto es viable, que es escalable y que es una solución eficiente al problema del calentamiento global”, dijo Norris.
Zelp se presenta como una empresa “dedicada a reducir significativamente el impacto ambiental de la industria ganadera”, al tiempo que señalan que la concientización respecto a la incidencia de la actividad ganadera en el calentamiento global está impulsando a los consumidores a buscar alternativas a la carne que sean más amigables con el medio ambiente. La empresa espera tener el dispositivo a la venta a fines de 2021.